Carme Ruscalleda fue, en 2005, la primera cocinera española en conseguir tres estrellas Michelin. En las guías 2015 de España y Tokio ha revalidado su tesoro estelar: tres en su restaurante Sant Pau de la localidad costera barcelonesa de Sant Pol de Mar, dos en el Sant Pau de Tokio y otras dos en Moments, su espacio gastronómico en el hotel Mandarin Oriental de Barcelona. Con siete brillos, vuelve a ser este año la cocinera con más estrellas del mundo. Pero no se le suben a la cabeza. Trabajar, trabajar y trabajar es el lema de esta chef autodidacta que, como ella misma dice, lleva en su ADN el Mediterráneo.
“Me siento como todas las personas que aman su trabajo y disfrutan. No pienso en premios ni en galardones. Cuando sale el tema porque alguien me lo comenta me digo: ‘Ostras, lo que hemos conseguido…’. Pero no me quita el sueño, lo que me lo quita es poder hacer un trabajo digno, el trabajo que el cliente espera. Muchas veces hace hucha o muchos kilómetros para venir a mi restaurante, entonces lo que más me place es llenar sus expectativas, lograr que sea feliz".
Precisamente uno de sus libros de más éxito se titula Cocinar para ser feliz, y hace constar que las personas tienen un estado de ánimo en función de lo que comen. “Comida sana, fresca, sabrosa y placentera” es su receta del bienestar alimentario y vital. Otra de sus publicaciones, Recetas antiaging, resume el concepto de elaboraciones saludables y antioxidantes que practica con su hijo Raül Balam, jefe de cocina de Moments, en los menús de este restaurante. Pero las propuestas culinarias del restaurante del hotel Mandarin Oriental de Barcelona –entre las que abundan los vegetales y el pescado– coinciden con la filosofía que mantiene en todos sus fogones: “Una cocina límpida, transparente, nada grasa, nada espesa, de buena digestión y visualmente atractiva”. Los productos de su terruño, el Maresme, y de su segunda tierra, Japón, le sirven para lograr lo que quiere. Ella suele decir que “la naturaleza debe desfilar por la mesa”. La cocina del entorno, de proximidad, eso que ahora es tendencia gastronómica, la lleva practicando desde hace casi treinta años Carme Ruscalleda de una forma poética y delicada y a la vez suculenta. Su estilo es local y global a la vez. “Soy payesa”, proclama con orgullo esta cosmopolita de pueblo que ha dado clases de ciencia y cocina en la Universidad de Harvard.
De sonrisa constante y apariencia de niña traviesa (su peluquero ha dado en la clave con el look, bromea), Ruscalleda siempre imprime en sus platos una chispa festiva, juegos de ingredientes, texturas, sabores y estética, de forma que “si los comensales han tenido un día gris, noten que sale el sol en su plato”. Así, distintas verduras son dispuestas como un cuadro de Mondrian, los guisantes recién recolectados se ofrecen en una lata como “caviar vegetal” o un postre de té verde simula una teja del mismo color de una casa catalana. Una de sus propuestas de este invierno, gambas sobre torrada marinera, evoca el trozo de pan esponjoso, mojado en caldo de marisco y luego tostado, que elaboraban los pescadores y los niños esperaban con ilusión a la llegada de los barcos. “He visto a clientes llorar emocionados”, afirma entusiasmada la cocinera. Igualmente les pincha la vena sensible con un postre de olivos milenarios, inspirado en las meriendas de pan, chocolate y aceite, y en el que con olivas verdes y negras y cacao recrea un olivar. En la colección de petit fours, las golosinas de final con el café, ofrece esculturas del bestiari catalán, y para Barcelona y Tokio (“donde les cautiva Gaudí”) sirve un dragón gaudiniano con galleta de jengibre, pimienta rosa, coco, limón…
“La cocina de Carme no se sustenta en alardes artificiosos. Está impregnada de paisaje y estacionalidad, pero es una estacionalidad que trasciende porque al ofrecernos los productos más representativos de cada momento del año de una manera delicada, sensual y con un ritual oriental, casi litúrgico, nos hace observar inconscientemente el día, el año, la vida natural, asociando la experiencia de las diversas etapas de la vida a las virtudes de sus manjares”, opina su colega Fina Puigdevall, responsable de Les Cols, donde el paisaje (en su caso, de la Garrotxa gerundense) es igualmente protagonista.
Carme Ruscalleda posee numerosos galardones (Premio Nacional de Gastronomía, Creu de Sant Jordi, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Medalla al Mérito en el Trabajo…). Sin embargo, no es una cocinera mediática al uso ni una trotamundos de mil y un congresos. Es una hormiguita discreta que ha levantado algo grande, en su vida y su profesión, en el mismo lugar donde nació en 1952, Sant Pol de Mar. En esta villa tranquila, a 51 kilómetros al norte de Barcelona, donde el sonido de las olas se mezcla con el del tren que transita por la costa, se alza el restaurante de Ruscalleda, una coqueta casa de 1881 restaurada, con jardín y vistas al mar en la que predomina el blanco y el azul. Sant Pau es el epicentro de una vida gurmé que parece impregnar la localidad, donde las panaderías y las tiendas de alimentación hacen salivar al viandante y donde existe incluso una escuela de hostelería y turismo.
La cocinera catalana suele relajarse junto al mar de su pueblo. En la imagen, dibuja las ilustraciones que acompañan cada mes la carta de quesos de su restaurante. Desde pequeña ha sentido inquietudes artísticas. / CATERINA BARJAU
En el Carrer Nou, en el corazón del pueblo donde se crio, reside la cocinera y también trabaja. Sin distancias. “Mi vida gira en 20 metros”, afirma. Y recuerda cómo “la casa familiar agrícola y comerciante” creció y cambió “desde una entrada abierta a la calle con venta directa de vino del terreno, leche de las vacas y productos de la huerta, hasta convertirse en un supermercado que fue tomando forma de charcutería delicatessen”. En esa tienda de sus padres, Ramón Ruscalleda y Núria Serra, desarrolló Carme –que había estudiado comercio por imperativo paterno– sus habilidades culinarias. Con su paisano Toni Balam, con quien se casó en 1975, empezó a elaborar platos preparados para llevar. Su idea era un sitio donde se vendieran embutidos y se pudiera comer (algo de moda ahora, con los restaurantes de chefs charcuteros), pero al final decidieron montar un espacio propio. Lo encontraron justo enfrente, una antigua casona del siglo XIX que en los años sesenta funcionó como hostal. La familia les ayudó económicamente a emprender la aventura. Y Carme y Toni se lanzaron en el verano de 1988 “con la audacia y el coraje de los autodidactas” y crearon Sant Pau: ella en los fogones y él en la sala. “El restaurante es fruto de nuestro crecimiento personal y profesional”, relata. En los primeros tiempos estaba solo abierto al mediodía y hacían cocina tradicional catalana: canelones, guisos, ensaladas, quesos, patés…
Otro ingrediente era una ilusión incombustible. “Hay que poner ambición profesional siempre. Abrimos en 1988 y la primera estrella llegó en 1991. Fue de llorar, emocionante. Hemos tenido la suerte de que han creído en nosotros. Al principio el local era como un balneario, gris perla y blanco, parecía un espacio de salud. Había un equipo humano pequeño, pero también calidad. Sant Pol de Mar es un sitio de veraneo y teníamos un cliente principalmente de Barcelona. Luego, con la estrella, empezó a venir gente de fuera. La estrella te pone en la autopista”. Y siguió en alta velocidad: en 1996 Sant Pau obtuvo la segunda estrella, y en 2005, la tercera. Ya entonces el restaurante “estaba proyectado” hacia la alta gama culinaria, formaba parte de la prestigiosa asociación internacional Relais & Châteaux, había crecido con una nueva cocina de 150 metros cuadrados y se había abierto como un escaparate al mar inspirador. Desde la cocina, el mar parece una prolongación del jardín. Allí la cocinera confiesa que ha salido un montón de veces a respirar, a desahogarse.
He visto a clientes llorar emocionados. Quiero que si han tenido un día gris, noten el sol en su plato”
Ruscalleda, que participa con su marido Toni Balam (músico aficionado) en cuanta fiesta popular se tercie (y a la que han dedicado una sardana con su nombre), es una institución en Sant Pol. Los vecinos, incluidos los niños, la saludan cariñosos y se hacen fotos con ella. “Guían hasta aquí a quienes se pierden”, comenta. “Están contentos. Ahí te das cuenta de lo que has hecho. Pero no me beso. Lo que me hace seguir es el motor que contiene tanto trabajo diario. Tenemos clientes asiáticos, americanos, franceses… Nos hace mucha ilusión que estos vengan, no solo público, sino profesionales de la cocina. El francés nos ha mirado un poco desde arriba”, apunta con sonrisa pillina.
En la piña gastronómica familiar que forman los Ruscalleda-Balam, su hijo Raül (1976) ha seguido la tradición culinaria. El abuelo le puso a trabajar en la tienda porque necesitaba disciplina. De partir pollos y envolver butifarras terminó cocinando en los fogones de la madre. Fue responsable del arranque del restaurante en Tokio y ahora ejerce como jefe de cocina en Moments. Su hermana Mercè (1982) también trabajaba en el establecimiento (en la sala, al igual que su marido), pero ahora está centrada en su faceta de madre, con sus dos niñas, Mar y Tina, que conocen bien la cocina de la abuela. Esta siempre recuerda cómo a Mar le regalaron de chiquitita un tambor y, en vez de aporrearlo, movió las baquetas sobre el instrumento como si fuera una cuchara en una cacerola. La saga parece que no parará…
De 62 años y 26 al frente de su restaurante, es modelo para muchas cocineras. Cuando le preguntan cómo se puede mantener cocina y familia, recomienda trabajar sin miedo: “Hay renuncias, pero también compensaciones”. Hace falta, dice, que la pareja sea cómplice. “Para dirigir un espacio como este necesitas un círculo familiar muy bien estructurado, para que no sientas que estás castigando a alguien. Yo me sentí fuerte para atender la familia y los fogones porque me crie en una que era agricultora y comerciante, conviviendo con unas mujeres que trabajaban con una gran organización para atender a mayores y niños. Mi marido también se ha criado en una casa donde había negocio. Luego nuestros hijos se han hecho mayores conviviendo con el trabajo que conlleva un restaurante. Recordarán llorar más de una noche después de cenar para que yo me marchara con ellos a casa, y en cambio me quedaba en el restaurante porque empezaba el servicio. Mi madre bajaba a recogerlos y meterlos en la cama”.
Una de las recetas que sirven en su restaurante. “Quiero que los comensales noten que sale el sol en su plato”. / CATERINA BARJAU
“Cuando una mujer decide emprender una profesión dura que reclama mucha entrega y tiempo, sabe que debe organizar su vida familiar para atenderla. La mayoría de hombres trabajan con esta organización familiar y no sienten remordimientos sociales. Las mujeres tampoco debemos sentirlos”.
Una cocinera también entregada como la vasca Elena Arzak confiesa su admiración por la chef catalana: “Para mí es un gran referente en la gastronomía mundial. Su cocina es muy interesante y original, y respeta mucho su territorio. Lleva el restaurante de una manera familiar y muy precisa. Transmite positivismo y es una mujer muy enérgica, muy capaz y muy generosa con sus trabajadores. Mi padre, Juan Mari, la admira mucho y los dos solemos conversar con ella e intercambiar opiniones”.
“Trabajar con Carme es superarse cada día. Carme te pone una lista de trabajo inmensa. Hay diez cosas, acabas una y te mete cinco más”, asegura el francés Jérôme Quilbeuf, jefe de cocina en el Sant Pau catalán y en el japonés y ya una década junto a la chef. “Yo viví el momento de las tres estrellas”, recuerda. Cuando recibieron la máxima calificación, Carme grabó un cuchillo con tres estrellas para toda la brigada. “No sabía de la tradición francesa de que no se puede regalar un cuchillo, que es como cortar tu amistad, y para no cortarla tienes que dar una moneda”. Jérôme se la dio. Su amistad sigue en pie. El nivel de exigencia y superación de Ruscalleda no le agobia. Como el resto del equipo, cree en su jefa.
La cocina de carme no se sustenta en alardes artificiosos. Está impregnada de paisaje”
“Carme sabe lo que quiere. Nunca la he oído decir, aunque esté muy ocupada, ‘yo no tengo tiempo’. Siempre lo saca”, comenta Rie Yasui, jefa de sala y esposa de Quilbeuf, con quien comparte la dualidad laboral japo-española. Yasui, anfitriona perfecta que habla japonés, inglés, francés, castellano, catalán y ahora aprende ruso, resalta que con Ruscalleda “existe comunión de objetivos”. “Hay un concepto de naturaleza de la casa y si me desvío del camino, ellos me riñen”, dice entre risas la jefa.
Todo el equipo asume de forma espontánea la simbiosis Cataluña-Japón. “La filosofía es la misma, respetar la naturaleza, la pureza del producto, la temporada… Parece muy diferente, pero no. Con el tiempo se ha unido todo, estamos en la misma onda”, subrayan Quilbeuf y Yasui. La pasión nipona se incentivó cuando se abrió Sant Pau Tokio, tras el empeño de un gastroempresario japonés, Yuji Himoyama, cliente habitual. Tardaron tres años en decidirse. Al final les convenció un viaje a Tokio. Carme sintió escalofríos cuando vio el elegante local japonés, réplica del catalán, en el barrio de Nihonbashi. En medio de un jardín público, incluso el reflejo del mar inexistente parece surgir en el brillo metálico de un rascacielos enfrente.
“Lo que nos enamoró y nos dio fuerza fue entender Japón. Aquí no comprendía por qué nos pedían ir allí, por qué ese hombre (dueño de unos 40 restaurantes) nos perseguía. En una mesa japonesa lo entendí”, confiesa Ruscalleda, quien puso sus condiciones; entre ellas, que el personal tuviera vacaciones a la española. Sant Pau Tokio cumplió 10 años en 2014. A Japón viaja el matrimonio Ruscalleda-Balam una o dos veces al año, en mayo y noviembre. Mientras, hay una relación vía Skype, las dos cocinas unidas por el ciberespacio. “Japón forma ya parte de nuestra memoria gustativa y de las sensaciones que queremos encontrar en la mesa”, insiste Ruscalleda, y ese contacto directo genera fusiones. Como el dashi de romesco (el caldo eje de la cocina japonesa y una de las salsas catalanas más antiguas), que lleva alga kombu, katsuobushi (virutas de bonito), tomate asado triturado, ñoras, frutos secos, toques de mirin y soja. Otra versión del romesco orientalizada por la cocinera lleva ajo negro y trufa. Hace gelatina de agua de mar para envolver verduras. Y con el queso del mes mezcla nabo daikon.
Una caricatura de la cocinera y fotografías de familia; una de ellas, con su marido, sus padres y una de sus nietas.
El influjo asiático le hizo probar las medusas mediterráneas en paella. El asunto está en nevera, pendiente de que se demuestre su uso alimenticio. Mientras, tiene un plato con las parientes de las medusas, las ortiguillas o anémonas. Lo que sí puede usar porque ya es oficialmente alimento es el plancton, promovido por Ángel León, su vecino de fogones en el Mandarin de Barcelona con BistrEau. “Estamos haciendo plánctulas, como angulas de plancton en sopa”, desvela Ruscalleda, que tiene en su haber una serie de vino comestible (salsas y guarniciones de tinto, blanco y rosado) que hizo con la enóloga de la bodega Alcorta.
Experimentadora inquieta, la cocinera ha trabajado este año la hoja tierna de los cactus con ayuda de un cocinero mexicano (su equipo es una torre de Babel de distintos países). Su idea es escaldar y marcar el cactus y, convertido en un cordón con sofrito, servirlo con un pescado de verano, el lorito o pez elegante. Dicharachera y amable con su público (“Me gusta salir a la sala, al cliente le agrada”), este disfruta de lo que ya es tradición: llevarse de recuerdo los dibujos de la cocinera de los quesos y aperitivos. Esas inquietudes artísticas que tenía desde niña las puede expresar en estas ilustraciones de cada mes.
Hay renuncias, pero también compensaciones. Para dirigir esto necesitas una familia muy bien estructurada”
El año pasado expandió su intercambio con la clientela al mundo Twitter, donde muestra recetas e incluso momentos de ocio. En un tuit, con foto incluida, compartió su emoción en el reciente concierto de Joaquín Sabina en Barcelona. Hace ya tiempo le mostró su admiración con un plato, una coca “ecléctica”. Esta es la receta-partitura de la canción culinaria que compuso Ruscalleda: “La base de la coca es de hojaldre (tan frágil como la vida que el poeta canta); encima de la base extendemos una fina capa de confitura cabello de ángel (un guiño a la ambigüedad de los sexos); sobre el cabello, cuatro tiritas de pimiento del piquillo salteado con cayena (una nota picante, como sus canciones); colocamos tres rombos de sardina salada en la casa (homenaje al carácter andaluz); por encima y de forma hueca, unos hilos de puerro frito (alegoría de los perseguidos porros); y acompañan la coca, a modo de salsas, gelatina de tabaco, cremoso de fino y polvos de cacao y café (como vicios placenteros y dañinos)”.
A la cocinera no le falta el humor, lo luce hasta en las orejas. Posee una muy curiosa colección de pendientes: tomates, tenedores, cucharitas, platos… “Me los ha hecho una artista de Sant Pol de Mar. Ahora unos diseñadores de Barcelona que me mandaron una caja con huevos y un montón de alimentos: pieles de limón, guisantes… proponen combinarlos con el menú y que los clientes los lleven cuando comen. Eso es interesante para una performance o un evento, pero para un día normal… Lo veo difícil, decirle a una señora, por favor, póngase esto”, razona. Ruscalleda, como siempre, la chispa con sentido común.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/01/16/eps/1421413847_281833.html?rel=rosEP
martes, 8 de septiembre de 2015
¿Por qué los refugiados acuden a los “infieles”?
https://video-mad1-1.xx.fbcdn.net/hvideo-xfa1/v/t43.1792-2/10619329_989676824405527_765665321_n.mp4?efg=eyJybHIiOjE1MDAsInJsYSI6MTAyNH0%3D&rl=1500&vabr=650&oh=863b6fc23bb078e104d994587626f1a8&oe=55EF3D17
El pequeño Aylan Kurdi era parte del “enjambre” de Dave Cameron. Claro, le será un poco difícil a Dave sacudirse eso, porque Aylan no era negro ni café ni “manchado” por dictadores de la televisión adictos a la tecnología, sino –enfrentémoslo, porque de eso se trata– más bien como nuestros niños de tres años. Podría haber sido un Alan o un John... o un David. De haber sido arrojado a las costas de Hastings o de Bexhill, uno puede imaginar las demandas de los buenos ciudadanos de Sussex por una investigación pública.
Pero Dave Relaciones Públicas nos acababa de decir que Gran Bretaña no puede “recibir” más refugiados sirios. Lo siento, Aylan.
Sin embargo, a riesgo de contraer el cáncer del Daily Mail, existe una perspectiva un poco más amplia de la que necesitamos estar conscientes. Se supone que Europa y Occidente –lo que alguna vez llamamos la Cristiandad– son los chicos malos en Medio Oriente. Somos nosotros quienes bombardeamos, corrompemos e invadimos a los musulmanes de Medio Oriente. Nosotros, quienes apoyamos a los crueles dictadores de Medio Oriente (a menos que desobedezcan nuestros deseos). Somos nosotros quienes chupamos los tesoros fósiles de Medio Oriente, su petróleo y su gas natural. Somos los infieles, ¿o no?
Y cierto, millones de refugiados sirios se han asentado en miserables campamentos en los bordes de Líbano, Turquía y Jordania. Pero los cientos de miles de desposeídos que hoy se arremolinan deseando huir de sus torturadores no navegan en barcos con abolladuras hacia donde uno esperaría que fuesen: a la ummah, el corazón latente del islam, la tierra donde el profeta vivió y donde recibió la palabra de Dios que es conocida como el Corán. No, los destituidos de Medio Oriente no se dirigen a Arabia Saudita, a los ricos reinos del Golfo, para implorar ayuda de los constructores de las grandes mezquitas, los Guardianes de los Santos Lugares.
Los refugiados no arriban en tumulto a la costa de Jeddah en el Mar Rojo, demandando asilo y libertad en el reino que apoyó al talibán y del que surgió Osama bin Laden. No suplican a los guardias fronterizos sauditas que les permitan tomar el tren de Dhahran a Riad, en busca de solaz y seguridad para sus familias en brazos de un régimen cuya fe wahabita-salafista sunita ha proporcionado reclutas a pasto para el Isil. Y, podríamos añadir, esos sirios que huyen de Assad, más que de sus enemigos, tampoco se arrojan a los pies del “califato islámico” cuyos videoclips hieden a muerte y castigo, más que a piedad.
Un poco extraño, podríamos decir. Los historiadores necesitarán algún día ponderar la ironía de que, mientras cientos de miles de judíos dejaron Europa para ir a Medio Oriente, hace 70 años, cientos de miles de musulmanes escapan ahora de Medio Oriente hacia Europa. Pero de eso se trata, ¿cierto?
¿Por qué vienen acá?
No es porque crean que somos “blandengues”. No es porque quieran medrar con nuestra generosidad. Sospecho que es porque conocen lo suficiente de Europa y de nuestra historia, y de nosotros –no de nuestros políticos de hojalata o de Dave Supermercado y los ruidosos carroñeros laboristas que le gruñen a Corbyn, sino de los alemanes, franceses, italianos y suecos y, sí, los griegos e incluso los húngaros, y hasta de los británicos– para saber que somos buenas personas, gente amable. Creo que saben que, muy debajo de nuestro caparazón de cinismo y materialismo y nuestra falta de fe religiosa, la idea del humanismo está viva en Europa y que podemos ser personas decentes, buenas, consideradas y honestas.
Las implicaciones de todo esto son extraordinarias. Significa que, pese a nuestros líderes negligentes y cobardes, nuestros dementes Blairs, nuestros Daves Supermercado, nuestros tontos Milibands y nuestros deschavetados aliados de Europa oriental, somos una sociedad honorable y humana. No sólo hablo del Ángel de Alemania, sino de los voluntarios alemanes, algunos de ellos desempleados, que alimentan y reciben a los refugiados en Berlín. Me refiero a los 20 mil húngaros que marcharon en apoyo a estos afligidos extranjeros que han llegado a nuestras fronteras europeas. A los hombres y mujeres franceses que ayudan a alimentar al “enjambre” de Dave mientras se pudre en las “junglas” de Calais. Pienso en los jóvenes trabajadores de Médicos Sin Fronteras con quienes viajé a la frontera greco-macedonia, que distribuyeron agua, comida, ropa y afecto a las familias de Alepo, Idlib y Deraa –sí, y de Kandahar y Peshawar–, para quienes los refugiados eran más bien como Aylan el de tres años en su playa dorada: para esos jóvenes europeos, los refugiados eran iguales a nosotros. De hecho, “ellos” eran “nosotros”.
En la cada vez más oscura y profunda división entre la gente –los electores– de Europa y sus servilmente ambiciosos e inmorales líderes (excepto Merkel, claro), existe un desafío mucho más serio para el futuro. ¿Qué ocurre cuando nos damos cuenta de que nuestros representantes no nos representan? ¿Qué ocurre cuando recordamos que Dave Relaciones Públicas inclinó la bandera británica ante el difunto rey de Arabia Saudita? ¿Siquiera –en nuestro nombre– rendirá el mismo homenaje al pequeño Aylan?
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/09/03/por-que-los-refugiados-acuden-a-los-201cinfieles201d-robert-fisk-5416.html
El pequeño Aylan Kurdi era parte del “enjambre” de Dave Cameron. Claro, le será un poco difícil a Dave sacudirse eso, porque Aylan no era negro ni café ni “manchado” por dictadores de la televisión adictos a la tecnología, sino –enfrentémoslo, porque de eso se trata– más bien como nuestros niños de tres años. Podría haber sido un Alan o un John... o un David. De haber sido arrojado a las costas de Hastings o de Bexhill, uno puede imaginar las demandas de los buenos ciudadanos de Sussex por una investigación pública.
Pero Dave Relaciones Públicas nos acababa de decir que Gran Bretaña no puede “recibir” más refugiados sirios. Lo siento, Aylan.
Sin embargo, a riesgo de contraer el cáncer del Daily Mail, existe una perspectiva un poco más amplia de la que necesitamos estar conscientes. Se supone que Europa y Occidente –lo que alguna vez llamamos la Cristiandad– son los chicos malos en Medio Oriente. Somos nosotros quienes bombardeamos, corrompemos e invadimos a los musulmanes de Medio Oriente. Nosotros, quienes apoyamos a los crueles dictadores de Medio Oriente (a menos que desobedezcan nuestros deseos). Somos nosotros quienes chupamos los tesoros fósiles de Medio Oriente, su petróleo y su gas natural. Somos los infieles, ¿o no?
Y cierto, millones de refugiados sirios se han asentado en miserables campamentos en los bordes de Líbano, Turquía y Jordania. Pero los cientos de miles de desposeídos que hoy se arremolinan deseando huir de sus torturadores no navegan en barcos con abolladuras hacia donde uno esperaría que fuesen: a la ummah, el corazón latente del islam, la tierra donde el profeta vivió y donde recibió la palabra de Dios que es conocida como el Corán. No, los destituidos de Medio Oriente no se dirigen a Arabia Saudita, a los ricos reinos del Golfo, para implorar ayuda de los constructores de las grandes mezquitas, los Guardianes de los Santos Lugares.
Los refugiados no arriban en tumulto a la costa de Jeddah en el Mar Rojo, demandando asilo y libertad en el reino que apoyó al talibán y del que surgió Osama bin Laden. No suplican a los guardias fronterizos sauditas que les permitan tomar el tren de Dhahran a Riad, en busca de solaz y seguridad para sus familias en brazos de un régimen cuya fe wahabita-salafista sunita ha proporcionado reclutas a pasto para el Isil. Y, podríamos añadir, esos sirios que huyen de Assad, más que de sus enemigos, tampoco se arrojan a los pies del “califato islámico” cuyos videoclips hieden a muerte y castigo, más que a piedad.
Un poco extraño, podríamos decir. Los historiadores necesitarán algún día ponderar la ironía de que, mientras cientos de miles de judíos dejaron Europa para ir a Medio Oriente, hace 70 años, cientos de miles de musulmanes escapan ahora de Medio Oriente hacia Europa. Pero de eso se trata, ¿cierto?
¿Por qué vienen acá?
No es porque crean que somos “blandengues”. No es porque quieran medrar con nuestra generosidad. Sospecho que es porque conocen lo suficiente de Europa y de nuestra historia, y de nosotros –no de nuestros políticos de hojalata o de Dave Supermercado y los ruidosos carroñeros laboristas que le gruñen a Corbyn, sino de los alemanes, franceses, italianos y suecos y, sí, los griegos e incluso los húngaros, y hasta de los británicos– para saber que somos buenas personas, gente amable. Creo que saben que, muy debajo de nuestro caparazón de cinismo y materialismo y nuestra falta de fe religiosa, la idea del humanismo está viva en Europa y que podemos ser personas decentes, buenas, consideradas y honestas.
Las implicaciones de todo esto son extraordinarias. Significa que, pese a nuestros líderes negligentes y cobardes, nuestros dementes Blairs, nuestros Daves Supermercado, nuestros tontos Milibands y nuestros deschavetados aliados de Europa oriental, somos una sociedad honorable y humana. No sólo hablo del Ángel de Alemania, sino de los voluntarios alemanes, algunos de ellos desempleados, que alimentan y reciben a los refugiados en Berlín. Me refiero a los 20 mil húngaros que marcharon en apoyo a estos afligidos extranjeros que han llegado a nuestras fronteras europeas. A los hombres y mujeres franceses que ayudan a alimentar al “enjambre” de Dave mientras se pudre en las “junglas” de Calais. Pienso en los jóvenes trabajadores de Médicos Sin Fronteras con quienes viajé a la frontera greco-macedonia, que distribuyeron agua, comida, ropa y afecto a las familias de Alepo, Idlib y Deraa –sí, y de Kandahar y Peshawar–, para quienes los refugiados eran más bien como Aylan el de tres años en su playa dorada: para esos jóvenes europeos, los refugiados eran iguales a nosotros. De hecho, “ellos” eran “nosotros”.
En la cada vez más oscura y profunda división entre la gente –los electores– de Europa y sus servilmente ambiciosos e inmorales líderes (excepto Merkel, claro), existe un desafío mucho más serio para el futuro. ¿Qué ocurre cuando nos damos cuenta de que nuestros representantes no nos representan? ¿Qué ocurre cuando recordamos que Dave Relaciones Públicas inclinó la bandera británica ante el difunto rey de Arabia Saudita? ¿Siquiera –en nuestro nombre– rendirá el mismo homenaje al pequeño Aylan?
The Independent
Fuente original:http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/09/03/por-que-los-refugiados-acuden-a-los-201cinfieles201d-robert-fisk-5416.html
Crisis Migratoria: Europa cosecha lo que sembró junto a EEUU
Claramente los beneficiados podrían resultar los eurorealistas, ya que la presente crisis en buena parte se debe al papel cómplice y sumiso que ha tenido la UE ante los intereses geopolíticos de Estados Unidos.
Hoy los europeos deberán preguntarse del por qué de la crisis, y los más apropiados para contestar dicha pregunta podrían ser los eurorealistas.
El discurso eurorealista podría tomar un nuevo impulso dirigido a su principal objetivo: terminar con la Unión Europea, que más que un instrumento para el pueblo europeo se ha convertido en un real instrumento de los intereses de EEUU, al igual que la estructura de la OTAN.
La crisis migratoria debiera ser la oportunidad para que el matrimonio UE-EEUU pueda llegar a su fin; sería inoportuno ignorar que todo esto ha sido consecuencia de una UE sujeta a los intereses de EEUU. Es cosa de repasar la actitud sumisa y colaboradora que ha tenido últimamente la UE frente a EEUU respecto al asunto Ucrania, al tema de las sanciones a Rusia, el TTIP, pero principalmente el papel jugado en la desestabilización en Medio Oriente y el Magreb.
Dicha actitud está derivando a un "tiro por la culata", porque quienes pagan las crisis por lo habitual son los pueblos, y en este caso será el pueblo europeo quien pagará; visibilizando, además, las diferencias entre la Europa del oeste y la Europa del este, por la simple razón de que los países ricos (Europa del oeste) son los que principalmente han dirigido las políticas erradas de la Unión Europea, siendo Alemania la principal responsable.
Los responsables de Europa deberían hacerse cargo de la crisis migratoria y hacer su propio mea culpa, tanto sus dirigentes como los que aplaudieron de buena gana en su momento, por ejemplo, las intervenciones militares en Libia o los que guardaron silencio.
El continente europeo debería hacer memoria y recordar el drama de la migración o los refugiados en la Segunda Guerra Mundial. No hay mucho que analizar para comprender la actual crisis.
Si se colaboró junto con EEUU y la OTAN en la desestabilización de Medio Oriente y el Magreb, lo mínimo que deberían hacer es hacerse responsables y resolver la actual crisis.
Y es de esperar, por lo demás, que no se les ocurra resolver la crisis señalando que el problema le corresponde "a todos" y quieran mandar ciertas "cuotas" a países que no han tenido nada que ver con las decisiones tomadas por grandes potencias. Por ejemplo, mandar ciertas "cuotas" a América Latina. No, el problema lo deben resolver los que provocaron la actual crisis, y, que sepamos, Europa no está en guerra y goza de recursos suficientes para hacerse cargo.
Níkolas Stolpkin
Responsabilizan a EE.UU. y la UE por crisis de refugiados
El canciller de Eslovaquia expresó que con el apoyo al conflicto armado en Siria, el bloque comunitario está creando las bases para la afluencia de refugiados.
El ministro de Relaciones Exteriores de Eslovaquia, Miroslav Lajcak, responsabilizó a la Unión Europea (UE) por las muertes de refugiados que intentan entrar al llamado viejo continente desde sus países golpeados por conflictos armados y crisis humanitarias.
Tras una reunión del Gobierno de su país para abordar formas de resolver la peor crisis de refugiados y migrantes que enfrenta la región desde la Segunda Guerra Mundial, el canciller sostuvo que la UE no pensó en las posibles consecuencias de apoyar la guerra civil en Siria.
Ayudando a los rebeldes sirios los países europeos están creando con sus propias manos las bases para la afluencia de refugiados, aseguró Lajcak, quien recordó que el bloque comunitario participa activamente en los acontecimientos en la nación árabe.
De acuerdo con el titular de Exteriores, hay países que suministran armas y entrenan a los grupos armados que quieren derrocar al Gobierno de Bashar al Assad. "En cierto modo, contribuimos a la guerra civil en Siria, por culpa de la cual los inmigrantes buscan irse a Europa".
Occidente convierte el Mediterráneo en un cementerio
Para el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan Occidente ha tenido falta de sensibilidad en el tema de los refugiados y a convertido el mar Mediterráneo en "un cementerio de migrantes".
Luego de que se difundiera en medios de prensa de todo el mundo la foto de un niño sirio ahogado en una costa turca, el jefe de Estado sostuvo que los países europeos que transformaron el Mediterráneo, cuna de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, en una fosa, comparten la responsabilidad de todos y cada uno de los refugiados muertos".
"No son sólo los migrantes los que se ahogan en el Mediterráneo, sino también nuestra humanidad", expresó Erdogan en la apertura de una reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los países del G-20 en Ankara.
Este viernes el presidente ruso, Vladímir Putin se refirió a la crisis migratoria que azota a Europa, y responsabilizó a la administración estadounidense y a sus políticas en Oriente Medio.
“Europa sigue a ciegas esa política en el marco de sus compromisos de aliados y después carga con todo el peso”, sostuvo el titular del Kremlin durante el Foro Económico de Vladivostok.
EE.UU. también es culpable
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, también culpó a la administración de Estados Unidos (EE.UU.) y a sus políticas en Oriente Medio por la crisis de refugiados que enfrenta Europa.
Según el mandatario, Europa sigue a ciegas esa política en el marco de sus compromisos de aliados y después carga con todo el peso de sus consecuencias.
Durante el Foro Económico de Vladivostok, Putin refirió con perplejidad cómo algunos medios norteamericanos critican a Europa por lo que consideran una “excesiva crueldad hacia los inmigrantes”, cuando EE.UU. no cuenta con una política propia de recepción de refugiados provenientes desde países en guerra ubicados en Oriente Medio, África del norte y Asia central.
Mediterráneo, crisis migratoria
En contexto
En abril de este año, Turquía y Arabia Saudita anunciaron que mantenían conversaciones para crear una alianza militar e intervenir militarmente Siria con el objetivo de derrotar al Gobierno de Bashar al-Assad.
Asimismo, Estados Unidos actualmente lidera una coalición que realiza ataques aéreos contra Siria e Irak bajo el pretexto de combatir al autodenominado Estado Islámico.
Como consecuencia de la guerra, cerca de 50 por ciento de los sirios han tenido que abandonar sus hogares. A mediados de febrero pasado, el Centro Nacional de Antiterrorismo de Siria (NCTC), reveló que al menos unos 20 mil extranjeros procedentes de 90 países se unieron a las filas del EI, de los cuales unos 3 mil 400 provienen de países occidentales.
Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Responsabilizan-a-EE.UU.-y-la-UE-por-crisis-de-refugiados-20150904-0015.html
El ministro de Relaciones Exteriores de Eslovaquia, Miroslav Lajcak, responsabilizó a la Unión Europea (UE) por las muertes de refugiados que intentan entrar al llamado viejo continente desde sus países golpeados por conflictos armados y crisis humanitarias.
Tras una reunión del Gobierno de su país para abordar formas de resolver la peor crisis de refugiados y migrantes que enfrenta la región desde la Segunda Guerra Mundial, el canciller sostuvo que la UE no pensó en las posibles consecuencias de apoyar la guerra civil en Siria.
Ayudando a los rebeldes sirios los países europeos están creando con sus propias manos las bases para la afluencia de refugiados, aseguró Lajcak, quien recordó que el bloque comunitario participa activamente en los acontecimientos en la nación árabe.
De acuerdo con el titular de Exteriores, hay países que suministran armas y entrenan a los grupos armados que quieren derrocar al Gobierno de Bashar al Assad. "En cierto modo, contribuimos a la guerra civil en Siria, por culpa de la cual los inmigrantes buscan irse a Europa".
Occidente convierte el Mediterráneo en un cementerio
Para el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan Occidente ha tenido falta de sensibilidad en el tema de los refugiados y a convertido el mar Mediterráneo en "un cementerio de migrantes".
Luego de que se difundiera en medios de prensa de todo el mundo la foto de un niño sirio ahogado en una costa turca, el jefe de Estado sostuvo que los países europeos que transformaron el Mediterráneo, cuna de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, en una fosa, comparten la responsabilidad de todos y cada uno de los refugiados muertos".
"No son sólo los migrantes los que se ahogan en el Mediterráneo, sino también nuestra humanidad", expresó Erdogan en la apertura de una reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los países del G-20 en Ankara.
Este viernes el presidente ruso, Vladímir Putin se refirió a la crisis migratoria que azota a Europa, y responsabilizó a la administración estadounidense y a sus políticas en Oriente Medio.
“Europa sigue a ciegas esa política en el marco de sus compromisos de aliados y después carga con todo el peso”, sostuvo el titular del Kremlin durante el Foro Económico de Vladivostok.
EE.UU. también es culpable
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, también culpó a la administración de Estados Unidos (EE.UU.) y a sus políticas en Oriente Medio por la crisis de refugiados que enfrenta Europa.
Según el mandatario, Europa sigue a ciegas esa política en el marco de sus compromisos de aliados y después carga con todo el peso de sus consecuencias.
Durante el Foro Económico de Vladivostok, Putin refirió con perplejidad cómo algunos medios norteamericanos critican a Europa por lo que consideran una “excesiva crueldad hacia los inmigrantes”, cuando EE.UU. no cuenta con una política propia de recepción de refugiados provenientes desde países en guerra ubicados en Oriente Medio, África del norte y Asia central.
Mediterráneo, crisis migratoria
En contexto
En abril de este año, Turquía y Arabia Saudita anunciaron que mantenían conversaciones para crear una alianza militar e intervenir militarmente Siria con el objetivo de derrotar al Gobierno de Bashar al-Assad.
Asimismo, Estados Unidos actualmente lidera una coalición que realiza ataques aéreos contra Siria e Irak bajo el pretexto de combatir al autodenominado Estado Islámico.
Como consecuencia de la guerra, cerca de 50 por ciento de los sirios han tenido que abandonar sus hogares. A mediados de febrero pasado, el Centro Nacional de Antiterrorismo de Siria (NCTC), reveló que al menos unos 20 mil extranjeros procedentes de 90 países se unieron a las filas del EI, de los cuales unos 3 mil 400 provienen de países occidentales.
Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Responsabilizan-a-EE.UU.-y-la-UE-por-crisis-de-refugiados-20150904-0015.html
Le travail mondialisé. Mais pourquoi émigrent-ils ?
par Saskia Sassen, novembre 2000
Alors que la mondialisation économique a profondément transformé les Etats et le système interétatique, peut-on continuer de penser l’immigration comme s’il s’agissait d’une dynamique indépendante des autres champs ; comme si son « traitement » relevait encore exclusivement d’une souveraineté nationale unilatérale ? Peut-on persister, dans la réflexion sur les migrations internationales, à faire l’économie d’une interrogation sur les transformations décisives qui ont affecté l’Etat, à la fois sur le plan domestique et dans ses relations internationales ?
L’idée prévaut, en Europe occidentale, en Amérique du Nord et au Japon, d’une crise du contrôle de l’immigration. Or cette vision interdit tout débat serein. La question importante, en effet, ce n’est pas l’efficacité du contrôle des Etats sur leurs frontières, dont on sait bien le caractère nécessairement imparfait, mais plutôt la nature de ce contrôle. Comment les politiques migratoires s’intègrent-elles au nouveau cours mondial, avec son intégration économique, ses accords internationaux sur les droits humains, avec l’extension aux immigrants résidents de divers droits sociaux et politiques, la multiplication des acteurs politiques, etc. ?
Si l’Etat-nation dispose toujours du pouvoir d’écrire le texte d’une politique de l’immigration, ses différentes obligations internationales font que sa politique de l’immigration, au sens conventionnel de cette expression, n’affecte qu’à la marge les réalités migratoires. Avant que d’évoquer une éventuelle crise du contrôle, il faut analyser les contraintes extérieures, toujours plus nombreuses, qu’ont acceptées les Etats, et qui déterminent leur politique migratoire — autant, sinon plus, que leurs actions sur les frontières et sur les individus.
Car les migrations internationales ne représentent pas des phénomènes autonomes. Parmi les acteurs majeurs, mais rarement identifiés comme tels, de ces migrations, relevons :
- certaines sociétés multinationales, qui, du fait de leur rôle dans l’internationalisation de la production, supplantent les petits producteurs locaux, ce qui limite les perspectives de survie de ces derniers dans l’économie traditionnelle et crée ainsi une main-d’œuvre mobile. De plus, l’installation de pôles de production tournés vers l’étranger contribue à l’établissement de liaisons entre pays demandeurs de capitaux et pays exportateurs de capitaux;
- des gouvernements qui, par leurs opérations militaires, provoquent des déplacements de populations et des flux de réfugiés et de migrants;
- les mesures d’austérité imposées par le Fonds monétaire international (FMI), qui obligent les pauvres à envisager l’émigration (domestique ou internationale) comme stratégie de survie ;
- enfin, les accords de libre-échange qui, renforçant les flux de capitaux, de services et d’informations transfrontaliers, impliquent la circulation transfrontalière de travailleurs spécialisés.
Pourquoi la réflexion des responsables politiques sur les migrations internationales paraît-elle plus courte que dans les autres domaines ? Lorsqu’il faut évaluer les conséquences économiques des transformations du commerce et de la politique internationaux, les experts et les politiques pèsent les effets de chaque décision dans nombre de champs, et recherchent un certain compromis entre ces divers aspects. Mais l’immigration n’est jamais considérée comme l’un de ces domaines: on la traite isolément des autres grands champs d’action politique, comme si on pouvait la penser de manière autonome.
Cet aveuglement explique l’inadéquation des politiques mises en place à leurs objectifs — qu’on soit d’accord ou non avec ceux-ci. Tous les participants au débat sur l’immigration ne gagneraient-ils pas à reconnaître l’existence de ces interactions entre plusieurs champs politiques, et à les intégrer dans leurs réflexions et calculs ? Lorsque, en 1988, j’ai commencé à écrire sur ce sujet, ce genre d’idée n’était pas concevable, pas même comme sujet de débat.
L’économie villageoise déstabilisée
A partir de 1992, la discussion autour de l’Alena a commencé à introduire des évaluations des effets de l’immigration, particulièrement celle des Mexicains aux Etats-Unis. Dans un rapport de recherche novateur, publié en 1990 par le bureau de l’immigration du ministère américain du travail, figure l’une des premières reconnaissances formelles de l’impact des activités extérieures des Etats-Unis sur la constitution des flux migratoires. Si secondaires qu’ils puissent paraître, ces deux cas représentent toutefois une brèche importante dans le rempart d’autonomie construit autour de la politique d’immigration.
Il est assurément plus compliqué de tenir compte de cet impact que de voir dans l’émigration une simple conséquence de la pauvreté, le résultat du choix individuel des émigrants. Or il importe de rattacher les faits migratoires aux politiques susceptibles de les avoir provoqués. Tout montre que c’est à partir des choix des pays hautement développés, importateurs de main-d’œuvre, que se construisent les liens unissant pays d’émigration et pays d’immigration, et que se créent, dans ces pays et à l’étranger, les conditions qui font de l’émigration une des options de survie pour les populations.
En premier lieu, le développement de l’agrobusiness américain et la mondialisation du marché des produits agricoles poussent nombre de pays émergents à développer une agriculture à grande échelle pour l’exportation. Celle-ci réduit les possibilités de survie des petits propriétaires, qui deviennent alors salariés dans les grandes exploitations et passent fréquemment de l’une à l’autre. Une fois engagés dans des migrations régionales (éventuellement saisonnières) pour leur travail, ces ouvriers deviennent des candidats tout trouvés à l’émigration internationale.
De même, lorsque les sociétés occidentales installèrent des manufactures et des usines de montage dans les pays à bas salaires, le recrutement de travailleurs locaux contribua à déstabiliser les économies villageoises traditionnelles, où les jeunes femmes jouaient un rôle essentiel dans la production. Les hommes suivirent donc les femmes, d’abord en ville, puis, pour certains, à l’étranger. Vers quelle destination ? Le travail dans ces entreprises occidentales implique des contacts avec les pays d’où viennent les capitaux, ce qui réduit la distance subjective entre le travailleur étranger et ces pays. Autrement dit, si je peux cueillir ici les fruits pour les ménages américains, si je puis assembler ici les composants d’un appareil électroménager, je peux le faire aussi bien aux Etats-Unis !
De plus, et en particulier dans les manufactures, la direction forme les ouvriers non seulement aux compétences requises, mais aussi à un comportement « adapté » au lieu de travail. Ce faisant, la direction accoutume ces travailleurs et les prépare à travailler en Occident. Comme on l’a vu, notamment au Mexique, en Haïti et en République dominicaine, ces ouvriers-là forment pour la plupart les gros bataillons des futurs émigrés...
L’observation, sur le terrain, des causes de l’émigration tend à prouver que les flux s’inscrivent dans le temps et l’espace, et qu’ils dépendent largement des politiques menées dans d’autres sphères. De nombreuses études universitaires dans le monde entier l’attestent : il ne s’agit ni d’invasions de masse ni de mouvements spontanés de la pauvreté vers la richesse. L’histoire nous apprend qu’en Europe, en l’absence de contrôle, à des distances de voyage raisonnables et même lorsque les situations variaient beaucoup d’un pays à l’autre, peu de gens quittaient les régions plus pauvres pour gagner d’autres plus riches (1).
Le sentiment de crise ne semble donc pas justifié. Et si les Etats exercent moins leur contrôle qu’ils ne le souhaiteraient, c’est que l’immigration obéit à d’autres dynamiques. A travers le temps et sur l’ensemble de la planète, elle comporte des flux hautement déterminés, régulés et équilibrés par des mécanismes spécifiques. Ces mouvements de population ne durent qu’un temps — souvent une vingtaine d’années — avant de se tarir.
Et il y a davantage de mouvements de retour qu’on ne le pense généralement : que l’on songe aux intellectuels et ingénieurs juifs soviétiques qui revinrent d’Israël en Russie, ou aux Mexicains qui retournèrent dans leur pays à la suite des programmes de régularisation — leurs « papiers » leur permettaient enfin de circuler librement entre les deux pays.
Régimes juridiques transnationaux
Nombre d’études de terrain en témoignent: la plupart des gens ne souhaitent guère émigrer dans un pays étranger, et beaucoup de ceux qui ont dû le faire seraient plutôt des migrants circulaires que des immigrants permanents, s’ils en avaient la liberté...
Par-delà la mondialisation de l’économie, une autre transformation majeure des relations internationales contrebalance le pouvoir des Etats en matière de contrôle de l’immigration: la montée en puissance des régimes juridiques liés aux droits humains, dans le cadre des Etats ou de conventions internationales. Voilà qui transforme en sujets des «oubliés» du droit international: peuples émergents, migrants et réfugiés, femmes. Ce nouveau statut peut provoquer de nombreuses tensions entre les divers secteurs d’un même Etat. Ainsi, dans les pays hautement développés, le pouvoir judiciaire se trouve investi d’un rôle stratégique, lorsqu’il en vient à défendre les droits des immigrants, des réfugiés et des demandeurs d’asile contre les décisions du pouvoir exécutif (2).
L’expansion du droit administratif et la judiciarisation de la vie politique impliquent aussi un abandon de l’étatisme dans chaque pays. En matière d’immigration, en Europe occidentale comme aux Etats-Unis, on a de plus en plus souvent recours aux tribunaux pour contester les décisions prises par les législateurs. Le renforcement de l’autorité de la police dans la régulation de l’immigration — qui ne cadre pas facilement avec la défense des droits individuels et de la société civile, si importants dans ces pays — n’échappera donc pas à la contestation juridique. En confinant sa politique migratoire à la seule dimension policière, l’Etat voit se multiplier les contentieux plus que s’affirmer ses capacités de régulation des flux.
Ainsi la mondialisation de l’économie et le régime international des droits humains ont-ils modifié le terrain sur lequel se jouent les relations entre Etats. Ils ont contribué à la formation ou au renforcement d’un nouveau champ d’action civique, qui va du monde du business jusqu’à celui des organisations non gouvernementales (ONG) internationales. L’immigration recoupe de plus en plus ces nouveaux mondes et se trouve partiellement imbriquée avec eux, échappant ainsi à son tour — au moins partiellement — au contrôle de l’Etat souverain.
Bien entendu, l’Etat lui-même a contribué à la réalisation du nouvel ordre économique mondial. Le capitalisme mondial a imposé ses prétentions aux Etats nationaux, qui ont réagi en produisant de nouvelles formes de légalité. Il leur a fallu inventer une nouvelle géographie économique, à la fois en termes de pratiques d’intervenants collectifs et d’infrastructure indispensable, mais aussi de travail étatique pour produire ou légitimer de nouveaux régimes légaux.
Un nombre croissant de mécanismes franchissent les frontières jusqu’à devenir transnationaux, si bien que les gouvernements peinent de plus en plus à traiter des grands problèmes de manière unilatérale. Cela n’implique pas la fin des Etats nationaux, mais plutôt le fait que « l’exclusivité et la finalité de leur compétence (3) » ont changé : plus rares sont les champs dans lesquels l’autorité et la légitimité de l’Etat peuvent fonctionner d’une façon qui exclut d’autres acteurs. Parallèlement, le système interétatique, pris au sens étroit du terme, se voit dépassé par l’institutionnalisation croissante de systèmes de pouvoir qui ne sont plus centrés sur l’Etat — particulièrement pour la finance et les affaires mondiales (4).
D’un côté, tout pousse au multilatéralisme et, de l’autre, le traitement des problèmes d’immigration demeure unilatéral : cette contradiction est surmontée par la croissance de facto (plutôt que de jure) du bilatéralisme et du multilatéralisme dans la gestion de certains aspects spécifiques des migrations internationales. Il en va ainsi en Europe occidentale, où la construction de l’union économique a imposé aux gouvernements des approches supranationales dans tous les domaines. Négociations entre l’Union européenne et les pays d’Europe centrale transformés en zone-tampon pour les demandeurs d’asile (5) ; programmes d’aide à la modernisation des polices d’Europe centrale et du Maghreb pour l’interpellation des immigrants clandestins : autant de témoignages d’un recours à l’action multilatérale, quelle que soit par ailleurs l’agitation rhétorique sur l’exercice unilatéral du pouvoir régalien national.
Phénomène unique en son genre, la construction européenne illustre la difficulté à marier les différents régimes définissant, d’un côté, la circulation des capitaux et, de l’autre, celle des migrants. La définition et la réalisation d’une politique commune ont mis en évidence l’impératif que représente, pour toute politique d’immigration, la prise en compte de l’internationalisation rapide de l’économie. Une étude des étapes de cette construction permet de préciser à quel moment les Etats doivent affronter leurs contradictions — et les résoudre autant que faire se peut (6). Plus les espaces économiques transnationaux sont formalisés, plus le cadre existant de la politique d’immigration pose problème (7) — en particulier dans les pays hautement développés, où elle se heurte à la croissance de l’intégration économique mondiale.
Mais celle-ci contourne, lorsqu’il le faut, les restrictions à la liberté de circulation imposée par celle-là. Certaines composantes de la souveraineté de l’Etat-nation se voient transférées à des entités supranationales — dont les plus importantes sont l’Union européenne et l’Organisation mondiale du commerce (OMC). Une bonne partie des instruments intellectuels dont les gouvernements disposaient et qui leur permettaient de contrôler leur population et leur territoire se trouve désormais aux mains d’institutions non étatiques. En témoignent les régimes privatisés transnationaux qui régissent le commerce transfrontalier, et la prééminence croissante de la logique du marché financier mondial sur les politiques économiques nationales.
Les nouveaux régimes spéciaux pour la circulation de la main-d’œuvre de service, mis en place dans le cadre de l’Accord général sur les tarifs douaniers et le commerce (GATT) et de l’Accord de libre-échange nord-américain (Alena), ont été découplés de toute notion de migration, même si, de fait, ils encadrent des migrations de travail temporaires. L’un et l’autre entendent favoriser la mobilité, sous la tutelle d’entités supranationales indépendantes des gouvernements, telle l’OMC (8). On peut voir ici les éléments d’une privatisation de certains aspects de la régulation du travail transfrontalier.
Et, de fait, ces deux accords internationaux majeurs sanctionnent une nouvelle fois la privatisation de ce qui est gérable et profitable. Ils concernent, en effet, les seules composantes de la politique d’immigration caractérisées par:
- une forte valeur ajoutée — c’est-à-dire des personnels dotés d’un haut niveau d’éducation ou de capital;
- la flexibilité — ces personnels ont toutes les chances d’être des migrants temporaires travaillant dans les secteurs de pointe de l’économie, donc des migrants visibles, identifiables et soumis à une régulation effective ;
- les bénéfices — compte tenu de la nouvelle conception libérale des échanges et des investissements.
A la limite, les gouvernements risquent ainsi de ne garder sous leur coupe que la gestion des éléments « à problèmes » et « à faible valeur ajoutée » de l’immigration : pauvres, travailleurs non qualifiés à bas salaire, réfugiés, familles dépendantes et, dans le cas des travailleurs qualifiés, ceux qui peuvent engendrer des tensions de nature politique. Cette sélection parmi les migrants de travail aura une forte influence sur ce que l’on va désormais ranger dans la catégorie politique des « immigrants ». Et il est aisé d’imaginer les implications de cette réduction des migrations internationales à leur compartiment le plus difficile.
Saskia Sassen
Professeure de sociologie à l’université de Columbia (New-York), auteure, notamment, de Critique de l’Etat. Territoire, autorité et droits, de l’époque médiévale à nos jours, éditions Démopolis/Le Monde diplomatique, et de La Globalisation. Une sociologie, Gallimard, Paris, 2009.
Alors que la mondialisation économique a profondément transformé les Etats et le système interétatique, peut-on continuer de penser l’immigration comme s’il s’agissait d’une dynamique indépendante des autres champs ; comme si son « traitement » relevait encore exclusivement d’une souveraineté nationale unilatérale ? Peut-on persister, dans la réflexion sur les migrations internationales, à faire l’économie d’une interrogation sur les transformations décisives qui ont affecté l’Etat, à la fois sur le plan domestique et dans ses relations internationales ?
L’idée prévaut, en Europe occidentale, en Amérique du Nord et au Japon, d’une crise du contrôle de l’immigration. Or cette vision interdit tout débat serein. La question importante, en effet, ce n’est pas l’efficacité du contrôle des Etats sur leurs frontières, dont on sait bien le caractère nécessairement imparfait, mais plutôt la nature de ce contrôle. Comment les politiques migratoires s’intègrent-elles au nouveau cours mondial, avec son intégration économique, ses accords internationaux sur les droits humains, avec l’extension aux immigrants résidents de divers droits sociaux et politiques, la multiplication des acteurs politiques, etc. ?
Si l’Etat-nation dispose toujours du pouvoir d’écrire le texte d’une politique de l’immigration, ses différentes obligations internationales font que sa politique de l’immigration, au sens conventionnel de cette expression, n’affecte qu’à la marge les réalités migratoires. Avant que d’évoquer une éventuelle crise du contrôle, il faut analyser les contraintes extérieures, toujours plus nombreuses, qu’ont acceptées les Etats, et qui déterminent leur politique migratoire — autant, sinon plus, que leurs actions sur les frontières et sur les individus.
Car les migrations internationales ne représentent pas des phénomènes autonomes. Parmi les acteurs majeurs, mais rarement identifiés comme tels, de ces migrations, relevons :
- certaines sociétés multinationales, qui, du fait de leur rôle dans l’internationalisation de la production, supplantent les petits producteurs locaux, ce qui limite les perspectives de survie de ces derniers dans l’économie traditionnelle et crée ainsi une main-d’œuvre mobile. De plus, l’installation de pôles de production tournés vers l’étranger contribue à l’établissement de liaisons entre pays demandeurs de capitaux et pays exportateurs de capitaux;
- des gouvernements qui, par leurs opérations militaires, provoquent des déplacements de populations et des flux de réfugiés et de migrants;
- les mesures d’austérité imposées par le Fonds monétaire international (FMI), qui obligent les pauvres à envisager l’émigration (domestique ou internationale) comme stratégie de survie ;
- enfin, les accords de libre-échange qui, renforçant les flux de capitaux, de services et d’informations transfrontaliers, impliquent la circulation transfrontalière de travailleurs spécialisés.
Pourquoi la réflexion des responsables politiques sur les migrations internationales paraît-elle plus courte que dans les autres domaines ? Lorsqu’il faut évaluer les conséquences économiques des transformations du commerce et de la politique internationaux, les experts et les politiques pèsent les effets de chaque décision dans nombre de champs, et recherchent un certain compromis entre ces divers aspects. Mais l’immigration n’est jamais considérée comme l’un de ces domaines: on la traite isolément des autres grands champs d’action politique, comme si on pouvait la penser de manière autonome.
Cet aveuglement explique l’inadéquation des politiques mises en place à leurs objectifs — qu’on soit d’accord ou non avec ceux-ci. Tous les participants au débat sur l’immigration ne gagneraient-ils pas à reconnaître l’existence de ces interactions entre plusieurs champs politiques, et à les intégrer dans leurs réflexions et calculs ? Lorsque, en 1988, j’ai commencé à écrire sur ce sujet, ce genre d’idée n’était pas concevable, pas même comme sujet de débat.
L’économie villageoise déstabilisée
A partir de 1992, la discussion autour de l’Alena a commencé à introduire des évaluations des effets de l’immigration, particulièrement celle des Mexicains aux Etats-Unis. Dans un rapport de recherche novateur, publié en 1990 par le bureau de l’immigration du ministère américain du travail, figure l’une des premières reconnaissances formelles de l’impact des activités extérieures des Etats-Unis sur la constitution des flux migratoires. Si secondaires qu’ils puissent paraître, ces deux cas représentent toutefois une brèche importante dans le rempart d’autonomie construit autour de la politique d’immigration.
Il est assurément plus compliqué de tenir compte de cet impact que de voir dans l’émigration une simple conséquence de la pauvreté, le résultat du choix individuel des émigrants. Or il importe de rattacher les faits migratoires aux politiques susceptibles de les avoir provoqués. Tout montre que c’est à partir des choix des pays hautement développés, importateurs de main-d’œuvre, que se construisent les liens unissant pays d’émigration et pays d’immigration, et que se créent, dans ces pays et à l’étranger, les conditions qui font de l’émigration une des options de survie pour les populations.
En premier lieu, le développement de l’agrobusiness américain et la mondialisation du marché des produits agricoles poussent nombre de pays émergents à développer une agriculture à grande échelle pour l’exportation. Celle-ci réduit les possibilités de survie des petits propriétaires, qui deviennent alors salariés dans les grandes exploitations et passent fréquemment de l’une à l’autre. Une fois engagés dans des migrations régionales (éventuellement saisonnières) pour leur travail, ces ouvriers deviennent des candidats tout trouvés à l’émigration internationale.
De même, lorsque les sociétés occidentales installèrent des manufactures et des usines de montage dans les pays à bas salaires, le recrutement de travailleurs locaux contribua à déstabiliser les économies villageoises traditionnelles, où les jeunes femmes jouaient un rôle essentiel dans la production. Les hommes suivirent donc les femmes, d’abord en ville, puis, pour certains, à l’étranger. Vers quelle destination ? Le travail dans ces entreprises occidentales implique des contacts avec les pays d’où viennent les capitaux, ce qui réduit la distance subjective entre le travailleur étranger et ces pays. Autrement dit, si je peux cueillir ici les fruits pour les ménages américains, si je puis assembler ici les composants d’un appareil électroménager, je peux le faire aussi bien aux Etats-Unis !
De plus, et en particulier dans les manufactures, la direction forme les ouvriers non seulement aux compétences requises, mais aussi à un comportement « adapté » au lieu de travail. Ce faisant, la direction accoutume ces travailleurs et les prépare à travailler en Occident. Comme on l’a vu, notamment au Mexique, en Haïti et en République dominicaine, ces ouvriers-là forment pour la plupart les gros bataillons des futurs émigrés...
L’observation, sur le terrain, des causes de l’émigration tend à prouver que les flux s’inscrivent dans le temps et l’espace, et qu’ils dépendent largement des politiques menées dans d’autres sphères. De nombreuses études universitaires dans le monde entier l’attestent : il ne s’agit ni d’invasions de masse ni de mouvements spontanés de la pauvreté vers la richesse. L’histoire nous apprend qu’en Europe, en l’absence de contrôle, à des distances de voyage raisonnables et même lorsque les situations variaient beaucoup d’un pays à l’autre, peu de gens quittaient les régions plus pauvres pour gagner d’autres plus riches (1).
Le sentiment de crise ne semble donc pas justifié. Et si les Etats exercent moins leur contrôle qu’ils ne le souhaiteraient, c’est que l’immigration obéit à d’autres dynamiques. A travers le temps et sur l’ensemble de la planète, elle comporte des flux hautement déterminés, régulés et équilibrés par des mécanismes spécifiques. Ces mouvements de population ne durent qu’un temps — souvent une vingtaine d’années — avant de se tarir.
Et il y a davantage de mouvements de retour qu’on ne le pense généralement : que l’on songe aux intellectuels et ingénieurs juifs soviétiques qui revinrent d’Israël en Russie, ou aux Mexicains qui retournèrent dans leur pays à la suite des programmes de régularisation — leurs « papiers » leur permettaient enfin de circuler librement entre les deux pays.
Régimes juridiques transnationaux
Nombre d’études de terrain en témoignent: la plupart des gens ne souhaitent guère émigrer dans un pays étranger, et beaucoup de ceux qui ont dû le faire seraient plutôt des migrants circulaires que des immigrants permanents, s’ils en avaient la liberté...
Par-delà la mondialisation de l’économie, une autre transformation majeure des relations internationales contrebalance le pouvoir des Etats en matière de contrôle de l’immigration: la montée en puissance des régimes juridiques liés aux droits humains, dans le cadre des Etats ou de conventions internationales. Voilà qui transforme en sujets des «oubliés» du droit international: peuples émergents, migrants et réfugiés, femmes. Ce nouveau statut peut provoquer de nombreuses tensions entre les divers secteurs d’un même Etat. Ainsi, dans les pays hautement développés, le pouvoir judiciaire se trouve investi d’un rôle stratégique, lorsqu’il en vient à défendre les droits des immigrants, des réfugiés et des demandeurs d’asile contre les décisions du pouvoir exécutif (2).
L’expansion du droit administratif et la judiciarisation de la vie politique impliquent aussi un abandon de l’étatisme dans chaque pays. En matière d’immigration, en Europe occidentale comme aux Etats-Unis, on a de plus en plus souvent recours aux tribunaux pour contester les décisions prises par les législateurs. Le renforcement de l’autorité de la police dans la régulation de l’immigration — qui ne cadre pas facilement avec la défense des droits individuels et de la société civile, si importants dans ces pays — n’échappera donc pas à la contestation juridique. En confinant sa politique migratoire à la seule dimension policière, l’Etat voit se multiplier les contentieux plus que s’affirmer ses capacités de régulation des flux.
Ainsi la mondialisation de l’économie et le régime international des droits humains ont-ils modifié le terrain sur lequel se jouent les relations entre Etats. Ils ont contribué à la formation ou au renforcement d’un nouveau champ d’action civique, qui va du monde du business jusqu’à celui des organisations non gouvernementales (ONG) internationales. L’immigration recoupe de plus en plus ces nouveaux mondes et se trouve partiellement imbriquée avec eux, échappant ainsi à son tour — au moins partiellement — au contrôle de l’Etat souverain.
Bien entendu, l’Etat lui-même a contribué à la réalisation du nouvel ordre économique mondial. Le capitalisme mondial a imposé ses prétentions aux Etats nationaux, qui ont réagi en produisant de nouvelles formes de légalité. Il leur a fallu inventer une nouvelle géographie économique, à la fois en termes de pratiques d’intervenants collectifs et d’infrastructure indispensable, mais aussi de travail étatique pour produire ou légitimer de nouveaux régimes légaux.
Un nombre croissant de mécanismes franchissent les frontières jusqu’à devenir transnationaux, si bien que les gouvernements peinent de plus en plus à traiter des grands problèmes de manière unilatérale. Cela n’implique pas la fin des Etats nationaux, mais plutôt le fait que « l’exclusivité et la finalité de leur compétence (3) » ont changé : plus rares sont les champs dans lesquels l’autorité et la légitimité de l’Etat peuvent fonctionner d’une façon qui exclut d’autres acteurs. Parallèlement, le système interétatique, pris au sens étroit du terme, se voit dépassé par l’institutionnalisation croissante de systèmes de pouvoir qui ne sont plus centrés sur l’Etat — particulièrement pour la finance et les affaires mondiales (4).
D’un côté, tout pousse au multilatéralisme et, de l’autre, le traitement des problèmes d’immigration demeure unilatéral : cette contradiction est surmontée par la croissance de facto (plutôt que de jure) du bilatéralisme et du multilatéralisme dans la gestion de certains aspects spécifiques des migrations internationales. Il en va ainsi en Europe occidentale, où la construction de l’union économique a imposé aux gouvernements des approches supranationales dans tous les domaines. Négociations entre l’Union européenne et les pays d’Europe centrale transformés en zone-tampon pour les demandeurs d’asile (5) ; programmes d’aide à la modernisation des polices d’Europe centrale et du Maghreb pour l’interpellation des immigrants clandestins : autant de témoignages d’un recours à l’action multilatérale, quelle que soit par ailleurs l’agitation rhétorique sur l’exercice unilatéral du pouvoir régalien national.
Phénomène unique en son genre, la construction européenne illustre la difficulté à marier les différents régimes définissant, d’un côté, la circulation des capitaux et, de l’autre, celle des migrants. La définition et la réalisation d’une politique commune ont mis en évidence l’impératif que représente, pour toute politique d’immigration, la prise en compte de l’internationalisation rapide de l’économie. Une étude des étapes de cette construction permet de préciser à quel moment les Etats doivent affronter leurs contradictions — et les résoudre autant que faire se peut (6). Plus les espaces économiques transnationaux sont formalisés, plus le cadre existant de la politique d’immigration pose problème (7) — en particulier dans les pays hautement développés, où elle se heurte à la croissance de l’intégration économique mondiale.
Mais celle-ci contourne, lorsqu’il le faut, les restrictions à la liberté de circulation imposée par celle-là. Certaines composantes de la souveraineté de l’Etat-nation se voient transférées à des entités supranationales — dont les plus importantes sont l’Union européenne et l’Organisation mondiale du commerce (OMC). Une bonne partie des instruments intellectuels dont les gouvernements disposaient et qui leur permettaient de contrôler leur population et leur territoire se trouve désormais aux mains d’institutions non étatiques. En témoignent les régimes privatisés transnationaux qui régissent le commerce transfrontalier, et la prééminence croissante de la logique du marché financier mondial sur les politiques économiques nationales.
Les nouveaux régimes spéciaux pour la circulation de la main-d’œuvre de service, mis en place dans le cadre de l’Accord général sur les tarifs douaniers et le commerce (GATT) et de l’Accord de libre-échange nord-américain (Alena), ont été découplés de toute notion de migration, même si, de fait, ils encadrent des migrations de travail temporaires. L’un et l’autre entendent favoriser la mobilité, sous la tutelle d’entités supranationales indépendantes des gouvernements, telle l’OMC (8). On peut voir ici les éléments d’une privatisation de certains aspects de la régulation du travail transfrontalier.
Et, de fait, ces deux accords internationaux majeurs sanctionnent une nouvelle fois la privatisation de ce qui est gérable et profitable. Ils concernent, en effet, les seules composantes de la politique d’immigration caractérisées par:
- une forte valeur ajoutée — c’est-à-dire des personnels dotés d’un haut niveau d’éducation ou de capital;
- la flexibilité — ces personnels ont toutes les chances d’être des migrants temporaires travaillant dans les secteurs de pointe de l’économie, donc des migrants visibles, identifiables et soumis à une régulation effective ;
- les bénéfices — compte tenu de la nouvelle conception libérale des échanges et des investissements.
A la limite, les gouvernements risquent ainsi de ne garder sous leur coupe que la gestion des éléments « à problèmes » et « à faible valeur ajoutée » de l’immigration : pauvres, travailleurs non qualifiés à bas salaire, réfugiés, familles dépendantes et, dans le cas des travailleurs qualifiés, ceux qui peuvent engendrer des tensions de nature politique. Cette sélection parmi les migrants de travail aura une forte influence sur ce que l’on va désormais ranger dans la catégorie politique des « immigrants ». Et il est aisé d’imaginer les implications de cette réduction des migrations internationales à leur compartiment le plus difficile.
Saskia Sassen
Professeure de sociologie à l’université de Columbia (New-York), auteure, notamment, de Critique de l’Etat. Territoire, autorité et droits, de l’époque médiévale à nos jours, éditions Démopolis/Le Monde diplomatique, et de La Globalisation. Une sociologie, Gallimard, Paris, 2009.
lunes, 7 de septiembre de 2015
Europa ante su niño muerto
Rafael Poch
La Vanguardia
Es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones.
«Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y despierta las conciencias», explica Bernard Henry Levy, sobre la foto del cadáver del niño sirio varado en una playa turca. El “popular diario” Bild animando una campaña de acogida de refugiados con ayuda de igualmente populares futbolistas. La Canciller Merkel apelando a la humanidad y a los valores, y reafirmando su “gran liderazgo europeo” en esta cuestión, nos explican editorialistas de renombre. Tres momentos que confirman que en Europa ya no hay ni lugar para la vergüenza. Es la hora de la gran tomadura de pelo.
La estrella mediática parisina, agitador de todas las intervenciones militares del humanitarismo euroatlántico, no relaciona sus prédicas belicistas con el niño muerto huido de Siria. Tampoco lo hizo con las oleadas balcánicas, afganas, libias o iraquíes. Los Estados cuya destrucción y disolución ayudó a justificar en nombre del interés supremo de la geopolítica y economía occidentales, producen éxodos -y terrorismos- claramente identificables. Cuanta más guerra y desolación se siembra en la regiones en crisis, mayor será el flujo hacia Europa. Es una consideración bien banal pero, ¿quién nos la va a recordar estos días? ¿El “popular diario”, quizás?
Bild es el primer diario xenófobo del continente y el de mayor tirada. Su campaña es genuina: la gran operación de imagen del país del “Nein” y del “Grexit”, cuyo nacionalismo post reunificación -inscrito en los tratados europeos, en las reglas del Banco Central Europeo y hasta en la misma moneda única- ha mandado al traste medio siglo de integración europea y de redención por el desastre nazi. El establishment alemán necesitaba, ciertamente, una campaña de imagen y la crisis de los refugiados se la ha dado.
Alemania recibirá este año 800.000 refugiados, según las infladas cifras del gobierno federal, de momento poco más de 200.000 solicitaron asilo en los primeros siete meses del año. Alemania es el “primer receptor europeo” de refugiados, el ejemplo para una Francia acomplejada bajo la sombra de su Frente Nacional. “La hipocresía francesa y el ejemplo alemán”, titula el portal Mediapart.
¿Quién recordará que en territorio alemán se han cometido algunos de los mayores crímenes xenófobos de la posguerra europea-occidental, incluida la mayor trama terrorista de los últimos veinte años (NSU) con manifiestas complicidades en el aparato de seguridad, que es allí donde las residencias para emigrantes arden con mayor frecuencia y donde los pasillos del metro son más peligrosos para los morenos? Un “ejemplo” que pasa por encima del hecho de que la inmensa mayoría de los “emigrantes” en Alemania son europeos de tradición cristiana. Un paseo comparativo por las calles de Berlín y París ofrece una evidencia visual abrumadora a este respecto. Una ciudad con los colores étnicos de Marsella es completamente impensable en Alemania, donde el número de matrimonios mixtos entre alemanes y turcos (la excepción) es insignificante. La frase atribuida a un ayudante de Nicolas Sarkozy de que en la crisis actual, “los alemanes administran un flujo, mientras que nosotros tenemos que administrar un stock, por lo mucho que hemos acogido en las últimas décadas”, responde a una realidad que los propios franceses ignoran, por más que el racismo y la xenofobia sean problemas verdaderamente paneuropeos.
Ciertamente, todo esto no nos lo recordará la Federación de la Industria Alemana (BDI), con sus fantasmagóricas quejas por la falta de mano de obra. Estos sirios educados y de clase media que gritan “¡Germany, Germany!” en la estación de Budapest y que huyen de una guerra que Europa, y Francia en particular, han fomentado, son la solución: el recurso ideal de una estrategia para mantener la política de salarios bajos que arruinó a los pocos socios europeos aún capaces de producir como Francia. Varios millones de ellos ayudarán a mantener las cotizaciones del geriátrico federal cuyos fondos de pensiones se fundieron en el casino bancario, de la misma forma en que ocurrió en España con los cinco millones de extranjeros que entraron en nuestro “mercado laboral” entre 1998 y 2008 para alimentar la caldera de la burbuja.
800.000 extranjeros son de todas formas muchos. Sobre todo vistos en un titular de prensa. Pero los extranjeros no solo entran en Alemania sino que también se van. Cada año a razón de medio millón. En los últimos diez años 5,4 millones de extranjeros han abandonado Alemania, según la estadística federal. La simple realidad es que las cifras del actual flujo que se están haciendo pasar por críticas, son anecdóticas tanto para Alemania como para un conjunto de 500 millones de habitantes como es la Unión Europea.
Vivimos en un mundo integrado y es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones. Lo mismo ocurrirá, con creces, con los futuros emigrantes del calentamiento global, ese desastre en progresión de factura esencialmente occidental. Las estimaciones que la ONU baraja para el futuro en materia de éxodos ambientales convertirán en un chiste lo de ahora, incluido el trágico balance de muertos en el Mediterráneo.
La experiencia demuestra que las barreras y los alambres de espino no sirven para nada. En 1993 Texas levantó su barrera en la frontera con México y el flujo creció. Un año después lo hicieron California y Arizona. Desde entonces la presencia de emigrantes mexicanos en Estados Unidos se ha triplicado. Las barreras no solo no sirven para impedir la entrada de ilegales, sino que impiden la salida de los que quieren regresar a sus países. Con lo que costó entrar, nadie se arriesga a hacer el camino de regreso. Así que lo mejor sería ir pensando en; una política de paz activa, de resolución diplomática de conflictos, de prohibición de la exportación de armas (negocio del que Alemania es líder europeo y la Unión Europea líder mundial), en un orden economico menos injusto y desigual, en una manera de vivir menos crematística y más sostenible. Rafael Poch.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/09/04/europa-ante-su-nino-muerto-46975/
La Vanguardia
Es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones.
«Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y despierta las conciencias», explica Bernard Henry Levy, sobre la foto del cadáver del niño sirio varado en una playa turca. El “popular diario” Bild animando una campaña de acogida de refugiados con ayuda de igualmente populares futbolistas. La Canciller Merkel apelando a la humanidad y a los valores, y reafirmando su “gran liderazgo europeo” en esta cuestión, nos explican editorialistas de renombre. Tres momentos que confirman que en Europa ya no hay ni lugar para la vergüenza. Es la hora de la gran tomadura de pelo.
La estrella mediática parisina, agitador de todas las intervenciones militares del humanitarismo euroatlántico, no relaciona sus prédicas belicistas con el niño muerto huido de Siria. Tampoco lo hizo con las oleadas balcánicas, afganas, libias o iraquíes. Los Estados cuya destrucción y disolución ayudó a justificar en nombre del interés supremo de la geopolítica y economía occidentales, producen éxodos -y terrorismos- claramente identificables. Cuanta más guerra y desolación se siembra en la regiones en crisis, mayor será el flujo hacia Europa. Es una consideración bien banal pero, ¿quién nos la va a recordar estos días? ¿El “popular diario”, quizás?
Bild es el primer diario xenófobo del continente y el de mayor tirada. Su campaña es genuina: la gran operación de imagen del país del “Nein” y del “Grexit”, cuyo nacionalismo post reunificación -inscrito en los tratados europeos, en las reglas del Banco Central Europeo y hasta en la misma moneda única- ha mandado al traste medio siglo de integración europea y de redención por el desastre nazi. El establishment alemán necesitaba, ciertamente, una campaña de imagen y la crisis de los refugiados se la ha dado.
Alemania recibirá este año 800.000 refugiados, según las infladas cifras del gobierno federal, de momento poco más de 200.000 solicitaron asilo en los primeros siete meses del año. Alemania es el “primer receptor europeo” de refugiados, el ejemplo para una Francia acomplejada bajo la sombra de su Frente Nacional. “La hipocresía francesa y el ejemplo alemán”, titula el portal Mediapart.
¿Quién recordará que en territorio alemán se han cometido algunos de los mayores crímenes xenófobos de la posguerra europea-occidental, incluida la mayor trama terrorista de los últimos veinte años (NSU) con manifiestas complicidades en el aparato de seguridad, que es allí donde las residencias para emigrantes arden con mayor frecuencia y donde los pasillos del metro son más peligrosos para los morenos? Un “ejemplo” que pasa por encima del hecho de que la inmensa mayoría de los “emigrantes” en Alemania son europeos de tradición cristiana. Un paseo comparativo por las calles de Berlín y París ofrece una evidencia visual abrumadora a este respecto. Una ciudad con los colores étnicos de Marsella es completamente impensable en Alemania, donde el número de matrimonios mixtos entre alemanes y turcos (la excepción) es insignificante. La frase atribuida a un ayudante de Nicolas Sarkozy de que en la crisis actual, “los alemanes administran un flujo, mientras que nosotros tenemos que administrar un stock, por lo mucho que hemos acogido en las últimas décadas”, responde a una realidad que los propios franceses ignoran, por más que el racismo y la xenofobia sean problemas verdaderamente paneuropeos.
Ciertamente, todo esto no nos lo recordará la Federación de la Industria Alemana (BDI), con sus fantasmagóricas quejas por la falta de mano de obra. Estos sirios educados y de clase media que gritan “¡Germany, Germany!” en la estación de Budapest y que huyen de una guerra que Europa, y Francia en particular, han fomentado, son la solución: el recurso ideal de una estrategia para mantener la política de salarios bajos que arruinó a los pocos socios europeos aún capaces de producir como Francia. Varios millones de ellos ayudarán a mantener las cotizaciones del geriátrico federal cuyos fondos de pensiones se fundieron en el casino bancario, de la misma forma en que ocurrió en España con los cinco millones de extranjeros que entraron en nuestro “mercado laboral” entre 1998 y 2008 para alimentar la caldera de la burbuja.
800.000 extranjeros son de todas formas muchos. Sobre todo vistos en un titular de prensa. Pero los extranjeros no solo entran en Alemania sino que también se van. Cada año a razón de medio millón. En los últimos diez años 5,4 millones de extranjeros han abandonado Alemania, según la estadística federal. La simple realidad es que las cifras del actual flujo que se están haciendo pasar por críticas, son anecdóticas tanto para Alemania como para un conjunto de 500 millones de habitantes como es la Unión Europea.
Vivimos en un mundo integrado y es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones. Lo mismo ocurrirá, con creces, con los futuros emigrantes del calentamiento global, ese desastre en progresión de factura esencialmente occidental. Las estimaciones que la ONU baraja para el futuro en materia de éxodos ambientales convertirán en un chiste lo de ahora, incluido el trágico balance de muertos en el Mediterráneo.
La experiencia demuestra que las barreras y los alambres de espino no sirven para nada. En 1993 Texas levantó su barrera en la frontera con México y el flujo creció. Un año después lo hicieron California y Arizona. Desde entonces la presencia de emigrantes mexicanos en Estados Unidos se ha triplicado. Las barreras no solo no sirven para impedir la entrada de ilegales, sino que impiden la salida de los que quieren regresar a sus países. Con lo que costó entrar, nadie se arriesga a hacer el camino de regreso. Así que lo mejor sería ir pensando en; una política de paz activa, de resolución diplomática de conflictos, de prohibición de la exportación de armas (negocio del que Alemania es líder europeo y la Unión Europea líder mundial), en un orden economico menos injusto y desigual, en una manera de vivir menos crematística y más sostenible. Rafael Poch.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/09/04/europa-ante-su-nino-muerto-46975/
Así se ha convertido en España la inflación en deflación, por más que traten de ocultarlo
No aumentan. En España los precios no aumentan desde finales del año 2013. Más bien al contrario, disminuyen. Y cuando eso sucede, el concepto económico que define a este hecho estadístico se denomina “deflación”, el término opuesto a la archiconocida “inflación”.
Y no. No es una invención creada por nosotros en el blog: el Instituto Nacional de Estadística -INE- lo ha vuelto a poner de manifiesto con el último dato adelantado de agosto de 2015, donde ha reflejado una contracción interanual del 0,4% en el Índice de Precios al Consumo -IPC- de España.
Pero lo cierto es que cuando en un determinado mercado económico – España, la Zona euro, Japón, etc…- los precios no aumentan con el transcurso del tiempo, eso quiere decir que o bien se encuentran estancados o bien se encuentran en una fase de contracción. ¿Cómo denominarían entonces ustedes a dicha situación? ¿Inflación negativa? ¿Crecimiento de los precios plano? ¿Evolución positiva inversa?
Claro que sí. Empleando la misma lógica, la situación observada en el gráfico inicial para el periodo 2011-2013 no se correspondería con una evolución positiva de los precios, sino con una situación de deflación inversa en España o de descenso extemporáneamente ascendente.
Hablando en serio: entre agosto de 2014 y agosto de 2015, de los trece datos mensuales del IPC publicados por el INE, once de ellos tuvieron signo negativo y dos, tan solo dos, fueron positivos. ¿Por qué tanta resistencia entonces en la prensa económica y generalista para calificar la evolución de los precios en España por su acepción más intuitiva, “deflación”, en lugar de emplear esa extraña referencia lingüística que es “inflación negativa”?
Por varias razones. En primer lugar, porque el Banco Central Europeo -BCE-, que es la máxima autoridad monetaria de la Zona euro, y por lo tanto de España -incluso por encima del BdE-, tiene como principal cometido la estabilización de los precios en una inflación situada en el entorno del 2%. ¿Por qué tiene el BCE un objetivo de inflación del 2% y no otro? Interesante pregunta que reservaremos para otro análisis.
En segundo lugar, porque reconocer que existe deflación en la economía española supone reconocer que se está erosionando la capacidad de recaudación fiscal de la Hacienda Pública, ya que el nivel de facturación de las empresas y por lo tanto de las bases imponibles agregadas de los principales tributos del sector público, es previsible que experimenten también serias dificultades para aumentar.
Y terminamos con una última razón, y no porque no puedan existir múltiples razones más. En una situación de deflación, el agregado macroeconómico por excelencia de una economía, el Producto Interior Bruto -PIB-, a pesar de poder registrar un incremento positivo interanual real por causa de una mayor producción de mercancías, también puede acabar reflejando en última instancia un nivel agregado inferior del PIB nominal respecto al ejercicio anterior. Todo debido a la contracción de los precios, lo cual no sería algo tan problemático, si no fuese porque la deuda pública en porcentaje del PIB nominal ya se aproximaba hacia el entorno del 100% en aquel momento -2011,2012,2013- en que existía inflación, y en que por lo tanto más fácilmente hubiera podido aumentar el PIB nominal.
Pero no queremos resistirnos a una cuarta última razón; porque la devaluación del yuan chino, que en la práctica supone el abaratamiento de las mercancías enviadas por China al resto del mundo, podría forzar aún más a la baja la actual deflación española, agravando el conjunto de problemas recientemente explicados. ¿O quizás no y al mantenerse los precios planos las grandes corporaciones españolas seguirían ensanchando sus márgenes empresariales?
Fuente: http://www.elcaptor.com/2015/08/asi-espana-inflacion-en-deflacion.html
Y no. No es una invención creada por nosotros en el blog: el Instituto Nacional de Estadística -INE- lo ha vuelto a poner de manifiesto con el último dato adelantado de agosto de 2015, donde ha reflejado una contracción interanual del 0,4% en el Índice de Precios al Consumo -IPC- de España.
Pero lo cierto es que cuando en un determinado mercado económico – España, la Zona euro, Japón, etc…- los precios no aumentan con el transcurso del tiempo, eso quiere decir que o bien se encuentran estancados o bien se encuentran en una fase de contracción. ¿Cómo denominarían entonces ustedes a dicha situación? ¿Inflación negativa? ¿Crecimiento de los precios plano? ¿Evolución positiva inversa?
Claro que sí. Empleando la misma lógica, la situación observada en el gráfico inicial para el periodo 2011-2013 no se correspondería con una evolución positiva de los precios, sino con una situación de deflación inversa en España o de descenso extemporáneamente ascendente.
Hablando en serio: entre agosto de 2014 y agosto de 2015, de los trece datos mensuales del IPC publicados por el INE, once de ellos tuvieron signo negativo y dos, tan solo dos, fueron positivos. ¿Por qué tanta resistencia entonces en la prensa económica y generalista para calificar la evolución de los precios en España por su acepción más intuitiva, “deflación”, en lugar de emplear esa extraña referencia lingüística que es “inflación negativa”?
Por varias razones. En primer lugar, porque el Banco Central Europeo -BCE-, que es la máxima autoridad monetaria de la Zona euro, y por lo tanto de España -incluso por encima del BdE-, tiene como principal cometido la estabilización de los precios en una inflación situada en el entorno del 2%. ¿Por qué tiene el BCE un objetivo de inflación del 2% y no otro? Interesante pregunta que reservaremos para otro análisis.
En segundo lugar, porque reconocer que existe deflación en la economía española supone reconocer que se está erosionando la capacidad de recaudación fiscal de la Hacienda Pública, ya que el nivel de facturación de las empresas y por lo tanto de las bases imponibles agregadas de los principales tributos del sector público, es previsible que experimenten también serias dificultades para aumentar.
Y terminamos con una última razón, y no porque no puedan existir múltiples razones más. En una situación de deflación, el agregado macroeconómico por excelencia de una economía, el Producto Interior Bruto -PIB-, a pesar de poder registrar un incremento positivo interanual real por causa de una mayor producción de mercancías, también puede acabar reflejando en última instancia un nivel agregado inferior del PIB nominal respecto al ejercicio anterior. Todo debido a la contracción de los precios, lo cual no sería algo tan problemático, si no fuese porque la deuda pública en porcentaje del PIB nominal ya se aproximaba hacia el entorno del 100% en aquel momento -2011,2012,2013- en que existía inflación, y en que por lo tanto más fácilmente hubiera podido aumentar el PIB nominal.
Pero no queremos resistirnos a una cuarta última razón; porque la devaluación del yuan chino, que en la práctica supone el abaratamiento de las mercancías enviadas por China al resto del mundo, podría forzar aún más a la baja la actual deflación española, agravando el conjunto de problemas recientemente explicados. ¿O quizás no y al mantenerse los precios planos las grandes corporaciones españolas seguirían ensanchando sus márgenes empresariales?
Fuente: http://www.elcaptor.com/2015/08/asi-espana-inflacion-en-deflacion.html
Krugman cuestiona el objetivo del 2% de inflación establecido por el BCE
EFE
El premio Nobel de Economía considera que las metas deben ser superiores para crecer. Alerta del riesgo de deflación en un foro donde participa Draghi
Día del trabajador en USA
En el Día de los Veteranos, pensamos en los que sirvió. En el Día de los Caídos, recordamos a los caídos en la batalla. Heck, Día de la Raza, al menos, vigoriza el debate acerca de si el tipo era un idiota. Pero viene el Día del Trabajo que aparentemente pasan la mayor parte de nuestro tiempo preguntándose si realmente ese tabú vestir de blanco más adelante en la semana. ¿De que va todo eso? ¿No deberíamos centrarnos más en lo del Día del Trabajo realmente todo? Mientras estamos en este tema: ¿Qué es el Día del Trabajo realmente todo?
Time Magazine crónica de un tiempo en Estados Unidos cuando los sindicatos fueron en aumento: "Cuando el primer reconocimiento nacional del Día del Trabajo se celebró en 1894, el día consistió en un desfile de la calle de enviar un mensaje de" la fuerza y el espíritu de cuerpo del comercio y organizaciones laborales, "en las palabras de la revista oficial de la Federación Americana del Trabajo, seguido de un festival para los trabajadores y sus familias".
"Cuando el primer reconocimiento nacional del Día del Trabajo se celebró en 1894, el día consistió en un desfile de la calle de enviar un mensaje de" la fuerza y el espíritu de cuerpo de las organizaciones comerciales y laborales ... '"
Es fácil olvidar que hace 100-150 años la gente estaba literalmente muriendo por una semana laboral de 40 horas. Incluso el conservador acérrimo no puede negar que el movimiento laboral de Estados Unidos tuvo efectos positivos en las condiciones de trabajo, los salarios, las estructuras sociales y la calidad de vida en general. Si usted está disfrutando de un día de descanso de hoy, puede agradecer a un líder sindical finales del siglo 19 por el privilegio.
En cuanto a algunos hechos: La primera fiesta nacional del Día del Trabajo tuvo lugar en 1894, siete años después del Día del Trabajo se hizo la primera ley en cinco estados. El día festivo cae en septiembre, ya que su primera celebración coincidió con una conferencia de trabajo celebrada en Nueva York. Exhortaciones posteriores para mover el Día del Trabajo a mayo cayó plana.
El día festivo cae en septiembre, ya que su primera celebración coincidió con una conferencia de trabajo celebrada en Nueva York.
Otra nota: Nuestros amigos el norte, en Canadá también celebran una Labo(u)r día de hoy y en cada primer lunes de septiembre. Versión de la fiesta de México cae el primero de mayo, el primer día de ese mes. Esto en cuanto a la solidaridad continental. Y si usted se está preguntando, sí - todavía puede definitivamente llevar la próxima semana blanca.
Es un día de fiesta después de todo, así que trate de desconectar con la tecnología que puede mantenernos atados a trabajar 24/7. Dedique su tiempo con los que te rodean en vez - no estamos diciendo de forma permanente, sólo por un poco de tiempo este fin de semana. Arianna Huffington le apoya.
fuente: http://bigthink.com/ideafeed/happy-labor-day-heres-why-americans-are-probably-not-at-work-today
Time Magazine crónica de un tiempo en Estados Unidos cuando los sindicatos fueron en aumento: "Cuando el primer reconocimiento nacional del Día del Trabajo se celebró en 1894, el día consistió en un desfile de la calle de enviar un mensaje de" la fuerza y el espíritu de cuerpo del comercio y organizaciones laborales, "en las palabras de la revista oficial de la Federación Americana del Trabajo, seguido de un festival para los trabajadores y sus familias".
"Cuando el primer reconocimiento nacional del Día del Trabajo se celebró en 1894, el día consistió en un desfile de la calle de enviar un mensaje de" la fuerza y el espíritu de cuerpo de las organizaciones comerciales y laborales ... '"
Es fácil olvidar que hace 100-150 años la gente estaba literalmente muriendo por una semana laboral de 40 horas. Incluso el conservador acérrimo no puede negar que el movimiento laboral de Estados Unidos tuvo efectos positivos en las condiciones de trabajo, los salarios, las estructuras sociales y la calidad de vida en general. Si usted está disfrutando de un día de descanso de hoy, puede agradecer a un líder sindical finales del siglo 19 por el privilegio.
En cuanto a algunos hechos: La primera fiesta nacional del Día del Trabajo tuvo lugar en 1894, siete años después del Día del Trabajo se hizo la primera ley en cinco estados. El día festivo cae en septiembre, ya que su primera celebración coincidió con una conferencia de trabajo celebrada en Nueva York. Exhortaciones posteriores para mover el Día del Trabajo a mayo cayó plana.
El día festivo cae en septiembre, ya que su primera celebración coincidió con una conferencia de trabajo celebrada en Nueva York.
Otra nota: Nuestros amigos el norte, en Canadá también celebran una Labo(u)r día de hoy y en cada primer lunes de septiembre. Versión de la fiesta de México cae el primero de mayo, el primer día de ese mes. Esto en cuanto a la solidaridad continental. Y si usted se está preguntando, sí - todavía puede definitivamente llevar la próxima semana blanca.
Es un día de fiesta después de todo, así que trate de desconectar con la tecnología que puede mantenernos atados a trabajar 24/7. Dedique su tiempo con los que te rodean en vez - no estamos diciendo de forma permanente, sólo por un poco de tiempo este fin de semana. Arianna Huffington le apoya.
fuente: http://bigthink.com/ideafeed/happy-labor-day-heres-why-americans-are-probably-not-at-work-today
domingo, 6 de septiembre de 2015
Francia. Les Grands Buffets o Gastrolandia, el reino de la buena mesa. Pablo León. El restaurante francés Les Grands Buffets, en Narbonne, combina excelente cocina con el ‘todo incluido’.
Si el ideólogo de Parque Jurásico en lugar de variaciones genéticas de dinosaurios hubiera querido practicar con derivaciones culinarias, habría creado Les Grands Buffets. En este restaurante, a las afueras de Narbonne, al sur de Francia, “no hemos reparado en gastos”, dice monsieur Privat, fundador del local, parafraseando a uno de los personajes de la película de Steven Spielberg.
Inaugurado en 1989 como un “buffet et tradition à volonté” (bufé y tradición a voluntad), en este local especializado en “las recetas clásicas de la burguesía gala”, se puede comer todo lo que se quiera, sin límite de cantidad. Pero los platos no están hechos de cualquier manera. “La idea era recuperar el concepto de un banquete auténtico cuidando mucho la calidad de los productos y a un precio asequible”, explica Louis Privat, por cuyo establecimiento pasan 270.000 comensales al año. ¡Bienvenidos a gastroland!
La unión de los conceptos bufé y delicatessen parece un oxímoron. La idea de all you can eat, una barra libre culinaria, no suele asociarse a la calidad de los productos sino más bien a la glotonería, al exceso, a la propuesta de un crucero barato por el Mediterráneo o al comedor de un hotel decadente de Benidorm. Pero Les Grands Buffet no es nada de eso.
Sin renegar de las esencias del ambigú, Louis Privat se propuso aportar prestancia al concepto e inauguró el primer establecimiento en Francia donde ponerse fino sin renunciar a comer de lujo. Fue hace más de 25 años y su combinación de gastronomía de calidad con precios populares (29,90 euros bebida no incluida; 14,90 euros para niños de seis a 10 años y gratis para menores de cinco) ha sido todo un éxito. Con capacidad para 500 personas, llena en todos sus servicios —se recomienda reservar con al menos una semana de antelación— y sienta en sus mesas a 270.000 personas al año; lo que implica, solo con la comida y grosso modo, más de ocho millones de euros de facturación.
A las afueras de la bella ciudad de Narbonne (a 100 kilómetros de la frontera con España y con tren directo desde Barcelona), Les Grands Buffets aparece incrustado en un centro comercial que recuerda —burdamente— a la pirámide de cristal del Museo del Louvre. Su decoración posee un estilo con innegables reminiscencias kitsch; mientras que la puesta en escena de platos y bandejas, cuidadosamente ordenadas, parece sacada del festín que el lacayo francés de la Bestia ofrece a la Bella en la película de Disney.
Algunas de las principales atracciones de este local son los mariscos con las ostras de Gruissan a la cabeza; la langosta a la americana; los hermosos bogavantes; las variedades de foie; la rotissérie, donde cocinan delante del cliente entrecots o magrets de pato; el bufé de quesos más grande de Europa; o un surtido de más de cien postres, muchos de ellos elaborados a diario en sus impactantes cocinas.
A los manjares comestibles se une una variada carta de vinos. Siguiendo su filosofía popular y asequible, todas las botellas se cobran a precio de distribuidor —fruto de las buenas relaciones de monsieur Privat con los vitivinicultores y de la fuerza de su marca. Además, las 70 variedades de la región Languedoc-Roussillon —donde se ubica el restaurante— que ofrece se pueden pedir por copa, convirtiendo al restaurante en el que mayor oferta enológica a la copa otorga a sus clientes. Para que los brebajes no pierdan sus propiedades, se conservan con tecnología Enomatic, un dispensador de vino que utiliza gases inertes para preservarlo.
El nombre del local es un guiño a la película de 1973 Le grande bouffe, dirigida por Marco Ferreri y que cuenta la historia de cuatro amigos que organizan una escapada de fin de semana para comer hasta la muerte. Y en este restaurante, si se quieren degustar todos los platos, se puede necesitar toda una eternidad.
El jardín, anexo a los dos comedores principales y sendos pequeños salones privados, es quizás la parte más cuidada del restaurante. Proyectado por el paisajista André Gayraud, autor de los jardines de celebrities como Catherine Deneuve o el expresidente francés Giscard d’Estaing, este patio abierto está lleno de flores y esculturas, enfatizadas por juegos de luces de colores, y un par de fuentes que ponen banda sonora a la comida o la cena. Todo un espectáculo digno de este particular parque de atracciones temático con la comida como protagonista.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/08/28/estilo/1440772717_408650.html
La inteligencia artificial mejora el diagnóstico de enfermedades mentales. Investigadores del MIT desarrollan un software capaz de detectar trastornos cognitivos a partir de dibujos.
Una de las pruebas más comunes para detectar trastornos cognitivos con diverso origen, como por el párkinson o el alzhéimer, es un simple test conocido como el “test del reloj”, en el que el paciente debe dibujar un reloj que debe marcar una determinada hora y, además, debe copiar otro ya dibujado. La observación de alteraciones en la manera de realizar estos dibujos permite a los médicos identificar síntomas de deterioro en el cerebro del paciente.
Muchos desórdenes neurológicos pueden estar presentes mucho antes de comenzar a tener un efecto apreciable en nuestras vidas. Por ejemplo, en el alzhéimer, los cambios en el cerebro pueden empezar a producirse diez o más años antes de que las alteraciones cognitivas sean apreciables. Sin embargo, la evaluación de estas pruebas es subjetiva, puesto que no es fácil llegar a conclusiones definitivas cuando los síntomas son muy leves. Contar con un método de diagnóstico más preciso y fiable podría permitir tratar a los enfermos mucho antes, retrasando el desarrollo de la enfermedad.
Con este objetivo, un grupo de científicos, liderados por investigadores del Laboratorio para la Inteligencia Artificial y Ciencias Computacionales del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha creado un programa informático capaz de detectar de manera mucho más precisa y automatizada estas alteraciones, ofreciendo un diagnóstico más fiable y precoz a partir de la misma prueba.
Para ello se han valido de los datos recogidos en el Lahey Hospital, un centro médico a las afueras de Boston (EE UU), que desde hace nueve años realiza el test del reloj utilizando un bolígrafo digital que captura en el ordenador los dibujos realizados por los pacientes, además de registrar el proceso de creación de los mismos con gran precisión. Este bolígrafo no fue creado expresamente para este fin, sino que se trata de un dispositivo comercial que incluso se puede comprar por internet. Sin embargo, ha venido como anillo al dedo para recoger la información necesaria de manera precisa y con un registro temporal, es decir, sabiendo en todo momento dónde está la punta del bolígrafo y, por tanto, si el paciente hace una pausa o duda a la hora de escribir.
Basandose en estos datos, el equipo, liderado por los investigadores Cynthia Rudin y William Souillard-Mandar del MIT, ha creado un programa informático capaz de interpretar y evaluar automáticamente el test del reloj, aumentando la precisión y eliminando la subjetividad de una evaluación realizada por humanos. “Hemos mejorado el análisis, de manera que es automático y objetivo” explica Rudin. “Con el equipamiento adecuado es posible obtener un resultado rápido y más preciso”. Los resultados se han sido aceptados para su publicación en la revista Machine Learning.
Para crear el programa, el equipo de Rudin y Souillard-Mandar ha utilizado una serie de casos ejemplares para enseñar a la máquina qué es lo que debe buscar. “Estos ejemplos ayudan a calibrar el poder predictivo de cada una de las partes del dibujo” ha explicado Souillard-Mandar. “Gracias a ellos, hemos podido extraer miles de rasgos del proceso de dibujo que dan pistas acerca del estado cognitivo de cada sujeto, y nuestros algoritmos ayudan a determinar cuáles de ellos llevan a la predicción más fiable”.
Los distintos desórdenes se revelan de diferente manera en el test del reloj. Por ejemplo, mientras que es normal que los adultos sanos pasen más tiempo pensando que dibujando, cuando la memoria está afectada, el periodo de reflexión se alarga. Por otra parte, en el caso del párkinson, los enfermos tienden a necesitar más tiempo para dibujar los relojes que, a su vez, tienden a ser más pequeños, sugiriendo que les está costando un mayor esfuerzo realizar la tarea. Estas consideraciones se podían pasar por alto en la prueba tradicional, ya que, en muchas ocasiones, el médico no ve en detalle cómo el paciente realiza el dibujo, sino tan solo el resultado final.
Este trabajo no sólo permite diagnosticar mejor una serie de patologías muy graves para quienes las sufren, sino que además ofrece un gran avance a la hora de automatizar procesos que pueden resultar tediosos y poco eficientes cuando se realizan por humanos. Una vez conseguido el propósito inicial de demostrar la eficacia de su método, el equipo científico ya se dispone a desarrollar un sistema sencillo que permita tanto a los neurólogos como a los no especialistas utilizar esta tecnología en los hospitales y centros de salud.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/08/28/ciencia/1440748607_241234.html
sábado, 5 de septiembre de 2015
Un juez declara que un banco no puede ejecutar una hipoteca si ha vendido toda su deuda
La resolución judicial considera que si una entidad cede íntegramente un préstamo hipotecario a un fondo de titulizaciones pierde el derecho a ser acreedora del mismo
"Hay que concluir, razonablemente, que en supuestos en los que la participación del partícipe [el Fondo, según la resolución] en el préstamo hipotecario es total, la entidad emisora de la participación hipotecaria no está legitimada para instar su ejecución". Así de contundente se manifiesta el magistrado Jesús Miguel Alemany Eguidazu, del juzgado número 1 de Fuenlabrada, en la sentencia en que niega a ‘Unión de Crédito para la Financiación Mobiliaria e Inmobiliaria Credifimo EFC’ el derecho a ejecutar las cantidades pendientes de pago de una hipoteca. El juez argumenta su negativa en que Credifimo EFC había cedido la adjudicación de la finca hipotecada al fondo de titulización de activos TDA25. Y añade: “Como se trata de un defecto procesal insubsanable, procede dictar auto dejando sin efecto la ejecución despachada”. Esto significa que una entidad financiera no tiene derecho a ordenar la ejecución de una hipoteca si esta hipoteca ha sido titulizada al 100%
La sentencia, a la que ha tenido acceso ahora CatalunyaPlural, está fechada el pasado 6 de marzo y deja “sin efecto la ejecución ordinaria despachada por la cantidad no cubierta en la ejecución hipotecaria", tal y como pedían las personas afectadas. En el escrito de oposición a la ejecución se alega, por una parte, que "el ejecutante cedió la adjudicación de la finca hipotecada a TDA25" y, de otro, que este Fondo habría adquirido la finca a un precio inferior "para posteriormente venderla sin pagar impuestos y como si se tratara de un sola transmisión privando al deudor de la posibilidad de conocer el beneficio real obtenido por el ejecutante, que, además, formalmente, conserva la acción ejecutiva para reclamar la deuda pendiente".
Esta sentencia va en la línea de la comunicación del Banco de España, recogida en el artículo ¿Revolcón a los desahucios? publicado por este medio el pasado 21 de abril, donde se decía: El Banco de España, en respuesta a una consulta realizada por el abogado Óscar Viera, ha emitido una comunicación que señala que para el caso de que un crédito o préstamo con cobertura hipotecaria haya sido 'titulizado' - convertir determinados activos, generalmente préstamos, en valores negociables en el mercado- la entidad originaria o sea la que concedió la operación crediticia, deja de ser la parte acreedora del vínculo contractual referido: “De conformidad con la Ley 19/1992, sobre régimen de sociedades y fondos de Inversión Inmobiliaria y sobre Fondos de Titulización Hipotecaria, la titulación de un préstamo supone que la entidad que lo concedió deja de ser la acreedora del préstamo, aunque conserve por Ley la titularidad registral y siga manteniendo, salvo pacto contrario, su administración".
Por tanto, en un contrato de préstamo donde hay un acreedor y un deudor, cuando se produce la cesión del 100% del préstamo, según dice el Banco de España y corrobora la resolución judicial, la entidad bancaria deja de ser el acreedor hipotecario. En consecuencia y de confirmarse la sentencia, las entidades financieras en el caso de haber cedido a un tercero -a un 'Fondo de titulización'- los derechos que tenía sobre una determinada deuda, ya no formarían parte de la relación contractual y por lo tanto no tendrían nada que reclamar a título personal. Esta es la argumentación a la que recurre el juez Jesús Miguel Alemany para dar la razón a los ciudadanos de Fuenlabrada que se negaron a que Credifimo les ejecutara una hipoteca de la que ya no era propietaria.
¿Se han producido muchas ejecuciones hipotecarias por parte de entidades financieras y bancos a pesar de haber titulizado el préstamo? ¿Se pueden anular estas ejecuciones o las que puedan estar en curso en este momento y se encuentren en esta misma situación? La sentencia del juez Alemán abre la vía para hacerlo.
http://www.eldiario.es/catalunya/declara-ejecutar-hipoteca-titulizado-totalmente_0_427308004.html
"Hay que concluir, razonablemente, que en supuestos en los que la participación del partícipe [el Fondo, según la resolución] en el préstamo hipotecario es total, la entidad emisora de la participación hipotecaria no está legitimada para instar su ejecución". Así de contundente se manifiesta el magistrado Jesús Miguel Alemany Eguidazu, del juzgado número 1 de Fuenlabrada, en la sentencia en que niega a ‘Unión de Crédito para la Financiación Mobiliaria e Inmobiliaria Credifimo EFC’ el derecho a ejecutar las cantidades pendientes de pago de una hipoteca. El juez argumenta su negativa en que Credifimo EFC había cedido la adjudicación de la finca hipotecada al fondo de titulización de activos TDA25. Y añade: “Como se trata de un defecto procesal insubsanable, procede dictar auto dejando sin efecto la ejecución despachada”. Esto significa que una entidad financiera no tiene derecho a ordenar la ejecución de una hipoteca si esta hipoteca ha sido titulizada al 100%
La sentencia, a la que ha tenido acceso ahora CatalunyaPlural, está fechada el pasado 6 de marzo y deja “sin efecto la ejecución ordinaria despachada por la cantidad no cubierta en la ejecución hipotecaria", tal y como pedían las personas afectadas. En el escrito de oposición a la ejecución se alega, por una parte, que "el ejecutante cedió la adjudicación de la finca hipotecada a TDA25" y, de otro, que este Fondo habría adquirido la finca a un precio inferior "para posteriormente venderla sin pagar impuestos y como si se tratara de un sola transmisión privando al deudor de la posibilidad de conocer el beneficio real obtenido por el ejecutante, que, además, formalmente, conserva la acción ejecutiva para reclamar la deuda pendiente".
Esta sentencia va en la línea de la comunicación del Banco de España, recogida en el artículo ¿Revolcón a los desahucios? publicado por este medio el pasado 21 de abril, donde se decía: El Banco de España, en respuesta a una consulta realizada por el abogado Óscar Viera, ha emitido una comunicación que señala que para el caso de que un crédito o préstamo con cobertura hipotecaria haya sido 'titulizado' - convertir determinados activos, generalmente préstamos, en valores negociables en el mercado- la entidad originaria o sea la que concedió la operación crediticia, deja de ser la parte acreedora del vínculo contractual referido: “De conformidad con la Ley 19/1992, sobre régimen de sociedades y fondos de Inversión Inmobiliaria y sobre Fondos de Titulización Hipotecaria, la titulación de un préstamo supone que la entidad que lo concedió deja de ser la acreedora del préstamo, aunque conserve por Ley la titularidad registral y siga manteniendo, salvo pacto contrario, su administración".
Por tanto, en un contrato de préstamo donde hay un acreedor y un deudor, cuando se produce la cesión del 100% del préstamo, según dice el Banco de España y corrobora la resolución judicial, la entidad bancaria deja de ser el acreedor hipotecario. En consecuencia y de confirmarse la sentencia, las entidades financieras en el caso de haber cedido a un tercero -a un 'Fondo de titulización'- los derechos que tenía sobre una determinada deuda, ya no formarían parte de la relación contractual y por lo tanto no tendrían nada que reclamar a título personal. Esta es la argumentación a la que recurre el juez Jesús Miguel Alemany para dar la razón a los ciudadanos de Fuenlabrada que se negaron a que Credifimo les ejecutara una hipoteca de la que ya no era propietaria.
¿Se han producido muchas ejecuciones hipotecarias por parte de entidades financieras y bancos a pesar de haber titulizado el préstamo? ¿Se pueden anular estas ejecuciones o las que puedan estar en curso en este momento y se encuentren en esta misma situación? La sentencia del juez Alemán abre la vía para hacerlo.
http://www.eldiario.es/catalunya/declara-ejecutar-hipoteca-titulizado-totalmente_0_427308004.html
El genocidio armenio. Reconocimiento histórico de un crimen de Lesa Humanidad
Carmen Victoria Montes
Barómetro Internacional
El 24 de abril de 2015 se cumplieron 100 años del genocidio de Armenia, calificado por muchos historiadores como el primero del siglo XX. Se estima que cerca de un millón y medio de armenios perdieron sus vidas, al llevarse a cabo actos de limpieza étnica, por parte del Imperio Turco-Otomano. Esta matanza ha sido olvidada de la historia mundial y muchas personas desconocen el exterminio sufrido por este pueblo y la impunidad que aún persiste.
La República de Armenia se encuentra ubicada en el sur del Cáucaso. Este país fue el primero en declarar el cristianismo como religión oficial en la segunda mitad del Siglo III. Comparte frontera al oeste con Turquía, al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán y al sur con Irán y la República Autónoma de Najicheván de Azerbaiyán. Los armenios vivieron sometidos al yugo del Imperio Otomano desde 1375 hasta la creación de la República en 1918. Los otomanos disputaban el control del territorio con la Rusia Zarista y los Persas.
El contexto internacional presente en 1915, año que inicia la masacre contra el pueblo Armenio, fue la Primera Guerra Mundial y el derrumbe del Imperio Otomano, también conocido como Imperio turco otomano. En Turquía, un grupo de oficiales llamados los Jóvenes Turcos, que luego se autodenominó Comité de Unidad y Progreso, se unió a Alemania para combatir a los Aliados. La propaganda turca de ese entonces mostraba a los armenios como saboteadores y como una "quinta columna" al servicio de los rusos. Bajo estas consideraciones el pueblo Armenio (cientos de intelectuales, religiosos, profesionales y ciudadanos destacados) fueron sujetos a deportaciones, expropiaciones, secuestros, tortura, masacre e inanición. La gran mayoría de la población armenia fue forzosamente removida desde Armenia y Anatolia a Siria, donde una gran parte de la población fue enviada al desierto para morir de hambre y sed. Mujeres y niños fueron raptados y brutalmente abusados. Toda la riqueza del pueblo armenio fue expropiada. Después de menos de un año de calma al final de la Primera Guerra Mundial, las atrocidades contra el pueblo armenio fueron reanudadas entre 1920 y 1923, donde los restantes armenios fueron víctimas de más masacres y expulsiones.
Sobre el genocidio armenio existen testigos que afirman haber presenciado las deportaciones y las atrocidades cometidas contra el pueblo armenio, entre ellos, destacan diplomáticos y ciudadanos de los Estados Unidos, Alemania, Rusia, árabes de Siria. Igualmente oficiales turcos fueron testigos de la masacre mientras tomaban parte de ésta. Dieron sus testimonios bajo juramento en los tribunales de posguerra donde se sometió a juicio a los Jóvenes Turcos, organizadores del Genocidio Armenio.
La Comunidad Internacional también ha reconocido esta matanza como un genocidio. Hasta la fecha, más de 22 países del mundo han expresado su reconocimiento entre ellos, Argentina, Bélgica, Bolivia, Canadá, Chile, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Lituania, Holanda, Polonia, Rusia, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Uruguay, el Vaticano y Venezuela. Uruguay fue el primer Estado en reconocer la causa del pueblo de Armenia, en 1965.
El Papa Francisco condenó recientemente el crimen y lo calificó como el primer Genocidio del Siglo XX y “una tragedia inaudita”. Esta condena generó ataques verbales y amenazas por parte del gobierno turco de Tayyip Erdogan, quien considera que no existen pruebas que vinculen al Imperio Otomano con el exterminio de la población armenia.
De la misma manera las Naciones Unidas, parlamentos nacionales y regionales se han unido a la causa del pueblo Armenio.
-En 1985 la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU reconoció el Genocidio Armenio como un crimen de lesa humanidad. Los crímenes de guerra y de lesa humanidad no prescriben, es decir, no cesa la responsabilidad penal por el transcurso del tiempo.
- El presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert, reconoció, en el mes de abril de 2015, el "genocidio" armenio, utilizando por primera vez ese término para calificar los hechos impulsados por el Estado turco contra la población armenia. Lammert se refirió a la muerte de millón y medio de armenios en 1915 como "crimen masivo" y "limpieza étnica" en la que reconoció además la responsabilidad alemana como aliada de Estambul.
- El Parlamento Latinoamericano (Parlatino), aprobó el viernes 31 de julio de 2015, casi por unanimidad (solo una abstención), una resolución de reconocimiento del Genocidio Armenio. Este nuevo reconocimiento del crimen de lesa humanidad perpetrado por el Estado turco, se suma a las resoluciones aprobadas por parlamentos sudamericanos durante este año, como es el caso de la Cámara de Diputados de Chile, el Senado Federal de Brasil y la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro.
Por su parte, los países que no utilizan el término genocidio para referirse a las matanzas contra los armenios son: Israel, Estados Unidos, Reino Unido y España.
Turquía, como heredera política del Imperio Turco Otomano es señalada como responsable de la matanza, pero este país se niega a reconocer que haya sido un genocidio y los interpreta como un capítulo más en el contexto de la Gran Guerra, que había comenzado en 1914. Las autoridades turcas aceptan que se cometieron atrocidades, pero rechazan que hubiese la intención sistemática de destruir a los cristianos armenios. De hecho, afirman que muchos turcos musulmanes también murieron durante lo que definen como el caos de la guerra.
Cabe destacar que el genocidio tiene graves implicaciones legales ya que obliga a Turquía a castigar a los responsables, si están vivos (no es el caso actual); reconocer formalmente el crimen; e indemnizar a las víctimas. El Estado turco estaría obligado internacionalmente a asumir la responsabilidad de los hechos. El artículo número dos de la Convención sobre Genocidio de 1948, de la Organización de Naciones Unidas, describe genocidio como las acciones llevadas a cabo con la intención de "destruir, total o parcialmente, una nación, una etnia, raza o grupo religioso".
El reconocimiento efectuado por algunos países al genocidio armenio ha generado el rechazo por parte de Turquía. El gobierno turco retiró a su embajador en el Vaticano y acusó al Papa de "discriminar en el sufrimiento de las personas". El canciller de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, expresó al respeto: “El Papa desestimó las atrocidades que turcos y musulmanes sufrieron durante la Primera Guerra Mundial y sólo resalta el sufrimiento de los cristianos, especialmente de los armenios.
Años previos, el gobierno turco también había reaccionado contra la posición de Francia y los Estados Unidos en este tema. En 2006, Turquía condenó la posición del parlamento de Francia, el cual aprobó una propuesta para declarar como crimen la acción de rechazar el "genocidio" armenio. En 2012, la propuesta se convirtió en ley, pero fue suspendida por el más alto tribunal constitucional de Francia.
De la misma manera en marzo de 2010, el embajador turco fue llamado por su país en protesta por la decisión del congreso estadounidense de aprobar una resolución que tipifica los sucesos como "genocidio". El gobierno de Barack Obama objetó esta iniciativa y solicitó que la resolución no fuese aprobada por el Congreso.
La República de Turquía y la República de Armenia firmaron un acuerdo en octubre de 2009, para el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de su frontera común, aún no concretado, sin embargo tanto el gobierno de Armenia, como la diáspora dispersa en países como Francia, Rusia, Líbano, EEUU, Argentina, las instituciones como el Consejo Nacional Armenio y el Centro Armenio de la República Argentina continúan su lucha incansable para tratar de sensibilizar al mundo sobre esta causa.
La Comunidad Internacional debe continuar apoyando a Armenia en su lucha por el reconocimiento del genocidio del que fueron víctima por parte de Turquía. Es importante que los organismos internacionales de integración tales como la Unasur, la Celac, Mercosur y la ALBA, se unan al reconocimiento efectuado por mas de 22 países, además del Parlamento Alemán y el Parlamento Latinoamericano, entre otros. Es difícil que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), obligue con una Resolución a Turquía a reparar esta deuda histórica, pues como es bien conocido por muchos de nosotros, este país es aliado tradicional de EE.UU en Oriente Próximo y miembro de la OTAN, por lo que cualquier sanción sería vetada.
En la actualidad las relaciones internacionales y la geopolítica internacional se han reconfigurado. Los países que históricamente han sido objeto de injusticias, despojos e intervenciones, como lo ocurrido en Armenia, encuentran cada vez mas la solidaridad de países dispuestos a hacerle frente a los atropellos de los países imperialistas, a fin que se imponga la legalidad internacional, cese la impunidad y se respete el derecho internacional.
Fuente original: http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/por-carmen-victoria-montes-reconocimiento-historico-de-un-crimen-de-lesa-humanidad
Barómetro Internacional
El 24 de abril de 2015 se cumplieron 100 años del genocidio de Armenia, calificado por muchos historiadores como el primero del siglo XX. Se estima que cerca de un millón y medio de armenios perdieron sus vidas, al llevarse a cabo actos de limpieza étnica, por parte del Imperio Turco-Otomano. Esta matanza ha sido olvidada de la historia mundial y muchas personas desconocen el exterminio sufrido por este pueblo y la impunidad que aún persiste.
La República de Armenia se encuentra ubicada en el sur del Cáucaso. Este país fue el primero en declarar el cristianismo como religión oficial en la segunda mitad del Siglo III. Comparte frontera al oeste con Turquía, al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán y al sur con Irán y la República Autónoma de Najicheván de Azerbaiyán. Los armenios vivieron sometidos al yugo del Imperio Otomano desde 1375 hasta la creación de la República en 1918. Los otomanos disputaban el control del territorio con la Rusia Zarista y los Persas.
El contexto internacional presente en 1915, año que inicia la masacre contra el pueblo Armenio, fue la Primera Guerra Mundial y el derrumbe del Imperio Otomano, también conocido como Imperio turco otomano. En Turquía, un grupo de oficiales llamados los Jóvenes Turcos, que luego se autodenominó Comité de Unidad y Progreso, se unió a Alemania para combatir a los Aliados. La propaganda turca de ese entonces mostraba a los armenios como saboteadores y como una "quinta columna" al servicio de los rusos. Bajo estas consideraciones el pueblo Armenio (cientos de intelectuales, religiosos, profesionales y ciudadanos destacados) fueron sujetos a deportaciones, expropiaciones, secuestros, tortura, masacre e inanición. La gran mayoría de la población armenia fue forzosamente removida desde Armenia y Anatolia a Siria, donde una gran parte de la población fue enviada al desierto para morir de hambre y sed. Mujeres y niños fueron raptados y brutalmente abusados. Toda la riqueza del pueblo armenio fue expropiada. Después de menos de un año de calma al final de la Primera Guerra Mundial, las atrocidades contra el pueblo armenio fueron reanudadas entre 1920 y 1923, donde los restantes armenios fueron víctimas de más masacres y expulsiones.
Sobre el genocidio armenio existen testigos que afirman haber presenciado las deportaciones y las atrocidades cometidas contra el pueblo armenio, entre ellos, destacan diplomáticos y ciudadanos de los Estados Unidos, Alemania, Rusia, árabes de Siria. Igualmente oficiales turcos fueron testigos de la masacre mientras tomaban parte de ésta. Dieron sus testimonios bajo juramento en los tribunales de posguerra donde se sometió a juicio a los Jóvenes Turcos, organizadores del Genocidio Armenio.
La Comunidad Internacional también ha reconocido esta matanza como un genocidio. Hasta la fecha, más de 22 países del mundo han expresado su reconocimiento entre ellos, Argentina, Bélgica, Bolivia, Canadá, Chile, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Lituania, Holanda, Polonia, Rusia, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Uruguay, el Vaticano y Venezuela. Uruguay fue el primer Estado en reconocer la causa del pueblo de Armenia, en 1965.
El Papa Francisco condenó recientemente el crimen y lo calificó como el primer Genocidio del Siglo XX y “una tragedia inaudita”. Esta condena generó ataques verbales y amenazas por parte del gobierno turco de Tayyip Erdogan, quien considera que no existen pruebas que vinculen al Imperio Otomano con el exterminio de la población armenia.
De la misma manera las Naciones Unidas, parlamentos nacionales y regionales se han unido a la causa del pueblo Armenio.
-En 1985 la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU reconoció el Genocidio Armenio como un crimen de lesa humanidad. Los crímenes de guerra y de lesa humanidad no prescriben, es decir, no cesa la responsabilidad penal por el transcurso del tiempo.
- El presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert, reconoció, en el mes de abril de 2015, el "genocidio" armenio, utilizando por primera vez ese término para calificar los hechos impulsados por el Estado turco contra la población armenia. Lammert se refirió a la muerte de millón y medio de armenios en 1915 como "crimen masivo" y "limpieza étnica" en la que reconoció además la responsabilidad alemana como aliada de Estambul.
- El Parlamento Latinoamericano (Parlatino), aprobó el viernes 31 de julio de 2015, casi por unanimidad (solo una abstención), una resolución de reconocimiento del Genocidio Armenio. Este nuevo reconocimiento del crimen de lesa humanidad perpetrado por el Estado turco, se suma a las resoluciones aprobadas por parlamentos sudamericanos durante este año, como es el caso de la Cámara de Diputados de Chile, el Senado Federal de Brasil y la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro.
Por su parte, los países que no utilizan el término genocidio para referirse a las matanzas contra los armenios son: Israel, Estados Unidos, Reino Unido y España.
Turquía, como heredera política del Imperio Turco Otomano es señalada como responsable de la matanza, pero este país se niega a reconocer que haya sido un genocidio y los interpreta como un capítulo más en el contexto de la Gran Guerra, que había comenzado en 1914. Las autoridades turcas aceptan que se cometieron atrocidades, pero rechazan que hubiese la intención sistemática de destruir a los cristianos armenios. De hecho, afirman que muchos turcos musulmanes también murieron durante lo que definen como el caos de la guerra.
Cabe destacar que el genocidio tiene graves implicaciones legales ya que obliga a Turquía a castigar a los responsables, si están vivos (no es el caso actual); reconocer formalmente el crimen; e indemnizar a las víctimas. El Estado turco estaría obligado internacionalmente a asumir la responsabilidad de los hechos. El artículo número dos de la Convención sobre Genocidio de 1948, de la Organización de Naciones Unidas, describe genocidio como las acciones llevadas a cabo con la intención de "destruir, total o parcialmente, una nación, una etnia, raza o grupo religioso".
El reconocimiento efectuado por algunos países al genocidio armenio ha generado el rechazo por parte de Turquía. El gobierno turco retiró a su embajador en el Vaticano y acusó al Papa de "discriminar en el sufrimiento de las personas". El canciller de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, expresó al respeto: “El Papa desestimó las atrocidades que turcos y musulmanes sufrieron durante la Primera Guerra Mundial y sólo resalta el sufrimiento de los cristianos, especialmente de los armenios.
Años previos, el gobierno turco también había reaccionado contra la posición de Francia y los Estados Unidos en este tema. En 2006, Turquía condenó la posición del parlamento de Francia, el cual aprobó una propuesta para declarar como crimen la acción de rechazar el "genocidio" armenio. En 2012, la propuesta se convirtió en ley, pero fue suspendida por el más alto tribunal constitucional de Francia.
De la misma manera en marzo de 2010, el embajador turco fue llamado por su país en protesta por la decisión del congreso estadounidense de aprobar una resolución que tipifica los sucesos como "genocidio". El gobierno de Barack Obama objetó esta iniciativa y solicitó que la resolución no fuese aprobada por el Congreso.
La República de Turquía y la República de Armenia firmaron un acuerdo en octubre de 2009, para el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de su frontera común, aún no concretado, sin embargo tanto el gobierno de Armenia, como la diáspora dispersa en países como Francia, Rusia, Líbano, EEUU, Argentina, las instituciones como el Consejo Nacional Armenio y el Centro Armenio de la República Argentina continúan su lucha incansable para tratar de sensibilizar al mundo sobre esta causa.
La Comunidad Internacional debe continuar apoyando a Armenia en su lucha por el reconocimiento del genocidio del que fueron víctima por parte de Turquía. Es importante que los organismos internacionales de integración tales como la Unasur, la Celac, Mercosur y la ALBA, se unan al reconocimiento efectuado por mas de 22 países, además del Parlamento Alemán y el Parlamento Latinoamericano, entre otros. Es difícil que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), obligue con una Resolución a Turquía a reparar esta deuda histórica, pues como es bien conocido por muchos de nosotros, este país es aliado tradicional de EE.UU en Oriente Próximo y miembro de la OTAN, por lo que cualquier sanción sería vetada.
En la actualidad las relaciones internacionales y la geopolítica internacional se han reconfigurado. Los países que históricamente han sido objeto de injusticias, despojos e intervenciones, como lo ocurrido en Armenia, encuentran cada vez mas la solidaridad de países dispuestos a hacerle frente a los atropellos de los países imperialistas, a fin que se imponga la legalidad internacional, cese la impunidad y se respete el derecho internacional.
Fuente original: http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/por-carmen-victoria-montes-reconocimiento-historico-de-un-crimen-de-lesa-humanidad
Las lecciones de Syriza
Miguel Manzanera Salavert
Las cuestiones económicas han prevalecido en la discusión de este verano sobre la política griega y las decisiones del partido de izquierda gobernante, la coalición Syriza. Se trataba de saber si es posible cambiar la nefasta política económica de austeridad, que las autoridades europeas imponen a los Estados miembros de la Unión Europea. A pesar de que esa rectificación cuenta para justificarse con serios argumentos de ciencia económica y el apoyo de numerosos economistas de prestigio, tal pretensión se ha manifestado como una ilusión ingenua acerca del funcionamiento de la sociedad capitalista en crisis. Quizás esa ilusión ha sido creada por una evaluación errada de la profundidad y extensión de la actual crisis económica, pero en todo caso, la vía reformista ha encallado en las realidades fácticas del capitalismo actual.
Entonces la cuestión es que quizás sea mejor una ruptura con el espacio económico de UE, ¿por qué no se ha puesto en marcha un proceso revolucionario de ruptura con las instituciones europeas? Que no haya sido así, constituye una enorme decepción para los sectores más radicales de la izquierda europea, y merece una reflexión acerca de las posibilidades reales de la política económica en los países de la UE.
Pues la conclusión del debate económico es que, si bien habría que afrontar ciertas dificultades inmediatas, la mejor opción para la economía griega era romper con el euro. Especialmente el ministro de economía y finanzas, el brillante profesor universitario Yanis Varoufakis, ha mostrado la viabilidad económica de esa solución, y su bondad a largo y medio plazo, frente a la agonía de la deuda impagable y la subordinación a los buitres financieros que están esquilmando a la nación helena. Sin embargo, el gobierno griego ha preferido mantener al país dentro de la Unión Europea, a costa de abandonar su propio programa político. El gobierno de Syriza ha aceptado poner en marcha las reformas impuestas por las autoridades europeas, basadas en la austeridad del gasto público, y liquidando el estado del bienestar y derechos esenciales de la ciudadanía griega. Y esto supone renunciar a tener una política propia y soberana, que Syriza se había propuesto implementar con su ascenso al poder del Estado, apoyada mayoritariamente por el pueblo griego y refrendada por una holgada mayoría expresada en el referéndum de julio. Ahora parece que había cierta dosis de ilusionismo en ese programa, y una confianza ingenua en la democracia formal. Las lecciones de la experiencia griega deben valer también para lo que va a pasar en nuestro país, y Pablo Iglesias, dirigente de Podemos, ya ha sacado sus conclusiones cuando ha dicho que no podemos hacer gran cosa para cambiar las cosas.
Pero el debate ya no puede centrarse en cuál es la mejor reforma de las instituciones europeas –que se muestran inmunes al diálogo social-, sino acerca de cuál es la mejor opción para los pueblos del sur de Europa: si permanecer o romper con el euro. Desde un punto de vista estrictamente económico, no pueden caber ya muchas dudas: mientras las autoridades de la UE continúen imponiendo la política de austeridad presupuestaria, la ruptura con el euro es mejor opción que someterse a las directivas de las instituciones europeas. Sin embargo, voy a argumentar que el factor decisivo para la decisión final de permanecer en la zona euro no ha sido económico, sino geoestratégico.
Pues ¿cuál es la racionalidad que sustenta las decisiones de los gobiernos europeos, para subordinarse a las decisiones de los poderes reinantes en la UE –los cuales a su vez están en dependencia de los intereses de fuerzas políticas y económicas internacionales, que superan el propio marco de la UE-? Varios factores han incidido en esa decisión de Syriza; primeramente, la explicación del propio primer ministro Tsipras reconoce que la población griega es europeísta y en ningún momento se ha planteado abandonar la zona euro. Efectivamente, el único partido que ha apostado claramente por la ruptura con el euro, el Partido Comunista de Grecia, KKE, retrocedió en intención de voto en las pasadas elecciones.
Esta observación vale también para la ciudadanía española. La población del sur europeo vive una profunda contradicción: asociar el disfrute de su bienestar a la pertenencia a la UE, que ha permitido gozar de altos niveles de vida, y que gracias a su moneda fuerte ha podido mantener envidiables niveles de consumo. Pero a su vez la política neoliberal de las instituciones europeas es la causa de la actual crisis económica, que no se resolverá más que con un cambio drástico de dirección económica. Será difícil que los europeos comprendan esa realidad a corto plazo, mientras que la necesidad del cambio es cada día más urgente y perentoria.
Una consecuencia de esa situación es la enorme presión migratoria desde los países africanos y asiáticos hacia el continente europeo; ese flujo de emigrantes plantea uno de los problemas más acuciantes para los Estados de la UE, y es fuente de tendencias racistas y xenófobas entre las poblaciones europeas, con grave riesgo de generar movimientos fascistas. Este mismo verano una ola de inmigrantes ha alcanzado las costas de las islas griegas, creando un importante problema humanitario. Además la criminal política de inmigración, implementada por la UE para controlar el flujo de inmigrantes, genera miles de muertos todos los años. Esa política de control poblacional responde a un uso discriminatorio de los derechos, establecido en contra de los ciudadanos del sur periférico a favor del centro imperialista.
Las ilusiones europeístas de la población griega han jugado un papel importante, si no fundamental, en la decisión del gobierno de Syriza para renunciar a su programa político. Pero lo que se oculta detrás de esas ilusiones europeístas de los pueblos europeos, es la aceptación de la política y la ideología neoliberales en trance de transformarse en política fascista. Romper con el euro significa cambiar de bando para ponerse al lado de los pobres y los proletarios, posicionándose al lado del nuevo bloque emergente, los BRICS; es necesario superar el parlamentarismo burgués y su falsa democracia, abandonar una mentalidad de inconsciente hedonismo en los valores y poner la justicia por encima de los deseos satisfechos mercantilmente… Y eso solo podrá hacerse cuando se hayan disuelto las ilusiones de las masas en la sociedad de consumo.
En Grecia han estado muy cerca de conseguirlo; el referéndum de julio mostraba que la ciudadanía había desbordado los mecanismos del parlamentarismo burgués, que sirven para hacer gobernable la democracia en favor de la oligarquía financiera. La decisión del pueblo era clara, los espejismos de la sociedad de consumo se habían quebrado con la crisis económica; sin embargo, el gobierno se ha rendido antes de alcanzar la meta que parecía tener en sus manos. No critiquemos a la ligera esa decisión. Pero es urgente saber por qué las cosas suceden así en la historia. ¿Cuál ha sido la razón decisiva para que el gobierno de Tsipras haya tirado la toalla? No han sido razones económicas, pues éstas por el contrario constituían el motor del cambio empujando hacia la ruptura con la UE. No han sido razones políticas o ideológicas, pues el pueblo griego con el referéndum de julio había mostrado su decisión para seguir adelante con el proceso político revolucionario. En mi opinión han sido razones geoestratégicas y militares, que han inclinado la balanza de las decisiones políticas del Estado griego hacia la sumisión.
La crisis económica ha hecho inservibles los mecanismos financieros para el dominio de la oligarquía mundial; el dólar es papel mojado y solo mantiene su poder mientras a la República Popular China le interese: ya están en marcha las instituciones financieras que sustituirán a las actuales instituciones neoliberales controladas por el imperialismo ‘occidental’. La aparición del BRICS amenaza con liquidar para siempre la hegemonía europea vigente en los últimos 500 años sobre la humanidad. Y sin embargo, el imperio se resiste a perder su hegemonía, y ha montado una nueva maquinaria para mantener su hegemonía a través de la superioridad militar. La economía ya no es el campo principal en la lucha mundial por el dominio político, ahora ha sido sustituida por el desnudo poder militar…, acompañado del ascenso de las ideologías fascistas: integrismo islámico en Oriente Medio, nacionalismo chovinista en la UE, nacional socialismo en la Europa del Este. Podemos comprobarlo también en la presión que la OTAN está implementando en el Este de Europa frente a la Federación Rusa, y de EE.UU. con sus aliados en el Pacífico frente a las costas de China.
¿Qué papel juega Grecia en el tablero geopolítico mundial? Obsérvese, primero, que el Estado griego se encuentra en la retaguardia de un amplio frente bélico que se extiende desde Ucrania hasta Yemen y Libia, pasando por Turquía con el problema kurdo, Siria e Irak con el Estado islámico, Líbano en permanente guerra civil y Palestina invadida por Israel. La guerra de civilizaciones de Huntington tenía como primer objetivo el control del Oriente Medio, para atacar Asia desde estas posiciones. El plan ha fracasado, porque la OTAN está atascada en este escenario incontrolable, donde emerge una potencia militar de carácter medievalizante: Arabia Saudí apoyándose en el integrismo islámico. La propia clase dirigente de los EE.UU. está dividida al respecto, al mismo tiempo que tiene que afrontar una importante crisis interna por causa del racismo. Por tanto, la ofensiva militar de la OTAN ha sido detenida aquí, aunque continua por otros frentes en Europa y Asia; el imperialismo todavía no ha sido vencido, aunque la derrota podría ser previsible. Especialmente si Grecia se pasara ahora al otro bando, concretando la alianza con la Federación Rusa, la situación para la OTAN se tornaría comprometida.
En segundo lugar, se debe tener en cuenta que una parte importante de la deuda griega es consecuencia de un enorme gasto militar. El Estado griego está armado mucho más allá de lo que permiten sus posibilidades económicas reales. Y eso significa que el ejército juega un papel importante en las decisiones políticas. Pero ¿qué papel ha jugado el ejército griego en la crisis política? Es seguro que no ha sido progresista: no hace todavía medio siglo que los coroneles griegos dieron un golpe de Estado para crear una dictadura militar desde 1967 hasta 1974. En la primera semana de julio se habló de un golpe de Estado preparado por la OTAN en Grecia. [1] Obama advirtió que Grecia no podía salir de la UE, y aunque esa salida no es lo mismo que salir de la OTAN –estructura militar a la que pertenece el ejército griego-, la inestabilidad política así creada en la retaguardia del frente bélico sería insoportable.
Teniendo en cuenta esos factores, y pensando que era probable un golpe de Estado militar, cabe preguntarse si la decisión de Syriza ha sido correcta. Este gobierno no ha llegado en ningún momento a arriesgar tanto su propia posición, como para que las amenazas de golpe militar se concretaran. ¿Se podía haber tensado más la acción política para desenmascarar la falsedad de la democracia formal burguesa? Cabe imaginar que Grecia hubiera podido entrar en la dinámica bélica que atraviesa la zona oriental del Mediterráneo y el Este de Europa. La OTAN no va a permitir que uno de sus miembros abandone la coalición por las buenas para pasarse al otro bando. Y mientras el BRICS es una alianza puramente económica, la Federación Rusa tiene dificultades para parar la ofensiva imperialista, aunque está jugando bien sus bazas diplomáticas.
La decisión del gobierno griego es esperar acontecimientos. Mientras tanto, la economía se deteriora y los derechos de ciudadanía se difuminan. La decadencia europea se manifiesta en la incapacidad para reformar una política económica desastrosa. Es el signo de los tiempos: solo una superioridad militar decisiva de Estados democráticos, que estén auténticamente comprometidos con los derechos humanos y la legislación de la ONU, frente al belicismo fascista de la OTAN y sus aliados, nos abrirá las puertas del futuro. Parece la cuadratura del círculo, pero hay que partir de las realidades presentes en este mundo. La opción racional en esta coyuntura histórica no es refugiarse en un pasado que no volverá; hay que ponerse al lado de las nuevas realidades políticas emergentes y luchar por democratizarlas.
Nota
[1] http://elmicrolector.org/2015/07/06/la-otan-prepara-un-golpe-de-estado-en-grecia/
Las cuestiones económicas han prevalecido en la discusión de este verano sobre la política griega y las decisiones del partido de izquierda gobernante, la coalición Syriza. Se trataba de saber si es posible cambiar la nefasta política económica de austeridad, que las autoridades europeas imponen a los Estados miembros de la Unión Europea. A pesar de que esa rectificación cuenta para justificarse con serios argumentos de ciencia económica y el apoyo de numerosos economistas de prestigio, tal pretensión se ha manifestado como una ilusión ingenua acerca del funcionamiento de la sociedad capitalista en crisis. Quizás esa ilusión ha sido creada por una evaluación errada de la profundidad y extensión de la actual crisis económica, pero en todo caso, la vía reformista ha encallado en las realidades fácticas del capitalismo actual.
Entonces la cuestión es que quizás sea mejor una ruptura con el espacio económico de UE, ¿por qué no se ha puesto en marcha un proceso revolucionario de ruptura con las instituciones europeas? Que no haya sido así, constituye una enorme decepción para los sectores más radicales de la izquierda europea, y merece una reflexión acerca de las posibilidades reales de la política económica en los países de la UE.
Pues la conclusión del debate económico es que, si bien habría que afrontar ciertas dificultades inmediatas, la mejor opción para la economía griega era romper con el euro. Especialmente el ministro de economía y finanzas, el brillante profesor universitario Yanis Varoufakis, ha mostrado la viabilidad económica de esa solución, y su bondad a largo y medio plazo, frente a la agonía de la deuda impagable y la subordinación a los buitres financieros que están esquilmando a la nación helena. Sin embargo, el gobierno griego ha preferido mantener al país dentro de la Unión Europea, a costa de abandonar su propio programa político. El gobierno de Syriza ha aceptado poner en marcha las reformas impuestas por las autoridades europeas, basadas en la austeridad del gasto público, y liquidando el estado del bienestar y derechos esenciales de la ciudadanía griega. Y esto supone renunciar a tener una política propia y soberana, que Syriza se había propuesto implementar con su ascenso al poder del Estado, apoyada mayoritariamente por el pueblo griego y refrendada por una holgada mayoría expresada en el referéndum de julio. Ahora parece que había cierta dosis de ilusionismo en ese programa, y una confianza ingenua en la democracia formal. Las lecciones de la experiencia griega deben valer también para lo que va a pasar en nuestro país, y Pablo Iglesias, dirigente de Podemos, ya ha sacado sus conclusiones cuando ha dicho que no podemos hacer gran cosa para cambiar las cosas.
Pero el debate ya no puede centrarse en cuál es la mejor reforma de las instituciones europeas –que se muestran inmunes al diálogo social-, sino acerca de cuál es la mejor opción para los pueblos del sur de Europa: si permanecer o romper con el euro. Desde un punto de vista estrictamente económico, no pueden caber ya muchas dudas: mientras las autoridades de la UE continúen imponiendo la política de austeridad presupuestaria, la ruptura con el euro es mejor opción que someterse a las directivas de las instituciones europeas. Sin embargo, voy a argumentar que el factor decisivo para la decisión final de permanecer en la zona euro no ha sido económico, sino geoestratégico.
Pues ¿cuál es la racionalidad que sustenta las decisiones de los gobiernos europeos, para subordinarse a las decisiones de los poderes reinantes en la UE –los cuales a su vez están en dependencia de los intereses de fuerzas políticas y económicas internacionales, que superan el propio marco de la UE-? Varios factores han incidido en esa decisión de Syriza; primeramente, la explicación del propio primer ministro Tsipras reconoce que la población griega es europeísta y en ningún momento se ha planteado abandonar la zona euro. Efectivamente, el único partido que ha apostado claramente por la ruptura con el euro, el Partido Comunista de Grecia, KKE, retrocedió en intención de voto en las pasadas elecciones.
Esta observación vale también para la ciudadanía española. La población del sur europeo vive una profunda contradicción: asociar el disfrute de su bienestar a la pertenencia a la UE, que ha permitido gozar de altos niveles de vida, y que gracias a su moneda fuerte ha podido mantener envidiables niveles de consumo. Pero a su vez la política neoliberal de las instituciones europeas es la causa de la actual crisis económica, que no se resolverá más que con un cambio drástico de dirección económica. Será difícil que los europeos comprendan esa realidad a corto plazo, mientras que la necesidad del cambio es cada día más urgente y perentoria.
Una consecuencia de esa situación es la enorme presión migratoria desde los países africanos y asiáticos hacia el continente europeo; ese flujo de emigrantes plantea uno de los problemas más acuciantes para los Estados de la UE, y es fuente de tendencias racistas y xenófobas entre las poblaciones europeas, con grave riesgo de generar movimientos fascistas. Este mismo verano una ola de inmigrantes ha alcanzado las costas de las islas griegas, creando un importante problema humanitario. Además la criminal política de inmigración, implementada por la UE para controlar el flujo de inmigrantes, genera miles de muertos todos los años. Esa política de control poblacional responde a un uso discriminatorio de los derechos, establecido en contra de los ciudadanos del sur periférico a favor del centro imperialista.
Las ilusiones europeístas de la población griega han jugado un papel importante, si no fundamental, en la decisión del gobierno de Syriza para renunciar a su programa político. Pero lo que se oculta detrás de esas ilusiones europeístas de los pueblos europeos, es la aceptación de la política y la ideología neoliberales en trance de transformarse en política fascista. Romper con el euro significa cambiar de bando para ponerse al lado de los pobres y los proletarios, posicionándose al lado del nuevo bloque emergente, los BRICS; es necesario superar el parlamentarismo burgués y su falsa democracia, abandonar una mentalidad de inconsciente hedonismo en los valores y poner la justicia por encima de los deseos satisfechos mercantilmente… Y eso solo podrá hacerse cuando se hayan disuelto las ilusiones de las masas en la sociedad de consumo.
En Grecia han estado muy cerca de conseguirlo; el referéndum de julio mostraba que la ciudadanía había desbordado los mecanismos del parlamentarismo burgués, que sirven para hacer gobernable la democracia en favor de la oligarquía financiera. La decisión del pueblo era clara, los espejismos de la sociedad de consumo se habían quebrado con la crisis económica; sin embargo, el gobierno se ha rendido antes de alcanzar la meta que parecía tener en sus manos. No critiquemos a la ligera esa decisión. Pero es urgente saber por qué las cosas suceden así en la historia. ¿Cuál ha sido la razón decisiva para que el gobierno de Tsipras haya tirado la toalla? No han sido razones económicas, pues éstas por el contrario constituían el motor del cambio empujando hacia la ruptura con la UE. No han sido razones políticas o ideológicas, pues el pueblo griego con el referéndum de julio había mostrado su decisión para seguir adelante con el proceso político revolucionario. En mi opinión han sido razones geoestratégicas y militares, que han inclinado la balanza de las decisiones políticas del Estado griego hacia la sumisión.
La crisis económica ha hecho inservibles los mecanismos financieros para el dominio de la oligarquía mundial; el dólar es papel mojado y solo mantiene su poder mientras a la República Popular China le interese: ya están en marcha las instituciones financieras que sustituirán a las actuales instituciones neoliberales controladas por el imperialismo ‘occidental’. La aparición del BRICS amenaza con liquidar para siempre la hegemonía europea vigente en los últimos 500 años sobre la humanidad. Y sin embargo, el imperio se resiste a perder su hegemonía, y ha montado una nueva maquinaria para mantener su hegemonía a través de la superioridad militar. La economía ya no es el campo principal en la lucha mundial por el dominio político, ahora ha sido sustituida por el desnudo poder militar…, acompañado del ascenso de las ideologías fascistas: integrismo islámico en Oriente Medio, nacionalismo chovinista en la UE, nacional socialismo en la Europa del Este. Podemos comprobarlo también en la presión que la OTAN está implementando en el Este de Europa frente a la Federación Rusa, y de EE.UU. con sus aliados en el Pacífico frente a las costas de China.
¿Qué papel juega Grecia en el tablero geopolítico mundial? Obsérvese, primero, que el Estado griego se encuentra en la retaguardia de un amplio frente bélico que se extiende desde Ucrania hasta Yemen y Libia, pasando por Turquía con el problema kurdo, Siria e Irak con el Estado islámico, Líbano en permanente guerra civil y Palestina invadida por Israel. La guerra de civilizaciones de Huntington tenía como primer objetivo el control del Oriente Medio, para atacar Asia desde estas posiciones. El plan ha fracasado, porque la OTAN está atascada en este escenario incontrolable, donde emerge una potencia militar de carácter medievalizante: Arabia Saudí apoyándose en el integrismo islámico. La propia clase dirigente de los EE.UU. está dividida al respecto, al mismo tiempo que tiene que afrontar una importante crisis interna por causa del racismo. Por tanto, la ofensiva militar de la OTAN ha sido detenida aquí, aunque continua por otros frentes en Europa y Asia; el imperialismo todavía no ha sido vencido, aunque la derrota podría ser previsible. Especialmente si Grecia se pasara ahora al otro bando, concretando la alianza con la Federación Rusa, la situación para la OTAN se tornaría comprometida.
En segundo lugar, se debe tener en cuenta que una parte importante de la deuda griega es consecuencia de un enorme gasto militar. El Estado griego está armado mucho más allá de lo que permiten sus posibilidades económicas reales. Y eso significa que el ejército juega un papel importante en las decisiones políticas. Pero ¿qué papel ha jugado el ejército griego en la crisis política? Es seguro que no ha sido progresista: no hace todavía medio siglo que los coroneles griegos dieron un golpe de Estado para crear una dictadura militar desde 1967 hasta 1974. En la primera semana de julio se habló de un golpe de Estado preparado por la OTAN en Grecia. [1] Obama advirtió que Grecia no podía salir de la UE, y aunque esa salida no es lo mismo que salir de la OTAN –estructura militar a la que pertenece el ejército griego-, la inestabilidad política así creada en la retaguardia del frente bélico sería insoportable.
Teniendo en cuenta esos factores, y pensando que era probable un golpe de Estado militar, cabe preguntarse si la decisión de Syriza ha sido correcta. Este gobierno no ha llegado en ningún momento a arriesgar tanto su propia posición, como para que las amenazas de golpe militar se concretaran. ¿Se podía haber tensado más la acción política para desenmascarar la falsedad de la democracia formal burguesa? Cabe imaginar que Grecia hubiera podido entrar en la dinámica bélica que atraviesa la zona oriental del Mediterráneo y el Este de Europa. La OTAN no va a permitir que uno de sus miembros abandone la coalición por las buenas para pasarse al otro bando. Y mientras el BRICS es una alianza puramente económica, la Federación Rusa tiene dificultades para parar la ofensiva imperialista, aunque está jugando bien sus bazas diplomáticas.
La decisión del gobierno griego es esperar acontecimientos. Mientras tanto, la economía se deteriora y los derechos de ciudadanía se difuminan. La decadencia europea se manifiesta en la incapacidad para reformar una política económica desastrosa. Es el signo de los tiempos: solo una superioridad militar decisiva de Estados democráticos, que estén auténticamente comprometidos con los derechos humanos y la legislación de la ONU, frente al belicismo fascista de la OTAN y sus aliados, nos abrirá las puertas del futuro. Parece la cuadratura del círculo, pero hay que partir de las realidades presentes en este mundo. La opción racional en esta coyuntura histórica no es refugiarse en un pasado que no volverá; hay que ponerse al lado de las nuevas realidades políticas emergentes y luchar por democratizarlas.
Nota
[1] http://elmicrolector.org/2015/07/06/la-otan-prepara-un-golpe-de-estado-en-grecia/
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