miércoles, 21 de junio de 2023

_- España también tuvo esclavos. Y a algunos les marcaban con hierros en la cara.

_- A lo largo del siglo XVI se vendieron en Sevilla decenas de indígenas traídos desde América y algunos dueños los herraron para asegurar la inversión

Existieron dos grandes mercados donde se vendieron indígenas, Sevilla y Lisboa, lo cual tenía su lógica ya que, desde finales del siglo XV, eran los dos grandes centros esclavistas peninsulares. Sevilla tuvo la primacía absoluta porque ostentó durante más de dos siglos el monopolio del comercio colonial, convirtiéndose en “puerto y puerta de las Indias”. Por tanto, era natural, como puerto de arribada de los navíos del Nuevo Mundo, que llegasen allí la mayor parte de ellos. De hecho, en la década de los cuarenta debió de haber en esta capital en torno a dos centenares de indígenas, la mayoría cautivos. Además, a la capital hispalense llegaban mercaderes lusos, por vía marítima o terrestre, a través de Portugal, para vender esclavos de color, pero también una cantidad significativa de indígenas de Brasil y de las Indias Orientales. En el siglo XVI está documentada en Sevilla la venta de 67 esclavos de las colonias portuguesas, de los que al menos siete eran originarios del Brasil.

Años después, y más exactamente a partir de la década de los treinta, la legislación contra su trata se tornó tan severa que el mercado de esclavos indígenas se desplazó a la capital del vecino reino portugués, en concreto a Lisboa. (…) El envío de brasileños a Portugal se mantuvo al menos hasta 1690, cuando se consultó a la Corona sobre el destino de cinco naturales originarios de Pernambuco que habían sido remitidos. Sin embargo, el primer esclavo brasileño vendido en Sevilla fue en 1509 y el último documentado en 1570, por lo que es probable que su tráfico se redujese considerablemente, aunque siguieron llegando, sobre todo procedentes de las Indias Orientales. (…)

Había, incluso, pequeños traficantes en muchas localidades españolas que se dedicaban a comprarlos en la capital portuguesa para luego venderlos en distintas ciudades españolas. Este era el caso de Alonso Sánchez Carretero, vecino de la ciudad de Baeza, que acudió a Lisboa para adquirir una quincena de indígenas, pues tenía por oficio “comprar y vender esclavos”. Así, incluso en el mercado de Valencia se vendió, ya en 1509, a un brasileño, mientras que a fines de 1516 llegaron para su venta otros 85, todos ellos procedentes de la colonia portuguesa.

Algunos llegaron ya herrados, como era el caso de Juan de Oliveros y Beatriz, propiedad de María Ochoa, que, además, lo alegó como prueba evidente de su situación servil. Y a los que arribaban sin marca, trataban de herrarlos en la propia Península por el mismo motivo: porque era la mejor forma de dar legalidad a su situación. De hecho, en casi todos los juicios se alegaba la marca con el hierro real como prueba irrefutable de su condición de cautivo. Así, en el proceso por la libertad de una nativa, propiedad de un tal Cosme de Mandujana, los testigos alegaron que tan solo el hecho de estar marcada con el hierro de su majestad “basta por título, porque así se había usado y acostumbrado después que esas partes se descubrieron”.

Son innumerables los casos que conocemos de aborígenes que llegaron a España sin marca de esclavitud y que fueron herrados con posterioridad. Esto le ocurrió a Catalina Hernández, hija de Beatriz, cuyo dueño, Juan Cansino, era regidor de la villa de Carmona y pertenecía a una de las familias llegadas al lugar tras su ocupación por los cristianos y, por tanto, de las más influyentes de la localidad. Catalina declaró haber sido herrada en la cara, “para poderla vender, porque nadie la quería comprar”. Y dada la influencia de Juan Cansino, simplemente se lo ordenó a “uno que vive junto a la carnicería” para que la marcase como esclava. Tras varios años de pleitos en los tribunales y dos sentencias en contra, en 1574, el Consejo de Indias liberó tanto a Catalina como a sus hermanos y a su hija de diez años. Eso sí, era demasiado tarde para su madre, Beatriz, que había fallecido sin disfrutar de las mieses de la libertad.

Asimismo, el capitán Martín de Prado herró a Pedro en la cara con una C porque supo que pretendía solicitar su ahorría. Incluso conocemos el incidente de otro indígena que intentaba escapar de la injusta servidumbre que le quería imponer su dueña, doña Inés Carrillo. Cuando esta supo que quería reclamar su libertad, lo marcó en la cara y, no contenta con eso, le colocó “una argolla de hierro al pescuezo esculpida en ella unas letras que dicen esclavo de Inés Carrillo, vecina de Sevilla, a la Cestería”. Esta característica argolla, que era relativamente frecuente entre los esclavos de color, también la portaba otro aborigen, llamado Francisco, pues se la mandó colocar Juan de Ontiveros cuando lo adquirió. Aun así, esta opción no era la más dramática: sabemos que un aborigen que Gerónimo Delcia vendió en Sevilla a Diego Hernández Farfán tenía una marca en la cara en la que se podía leer: esclavo de Juan Romero, 7 de diciembre de 1554. Parece plausible la hipótesis que se ha planteado recientemente en torno a una mayor incidencia del herraje entre los esclavos varones originarios de las Indias y de los berberiscos por una mayor probabilidad de fuga, dado que el color de la piel no delataba su origen servil. Conocemos algunos casos de fuga de indígenas en la península Ibérica. Por poner un solo ejemplo, el 22 de diciembre de 1530, Francisco de Cazalla, canónigo de la iglesia de la ciudad de Santo Domingo, estante en Sevilla dio poder a Francisco Hernández para que buscara y encontrase a su indígena fugado, en Lebrija o en otras partes.

Para una más eficaz localización, le dio la descripción detallada del mismo: “Se llamaba Francisco, tenía quince años, vestía sayo negro y estaba herrado en la cara con un hierro del rey en el carrillo y debajo del beço unas letras que dicen del canónigo Cazalla”. Estas marcas en el rostro, selladas a fuego, se aplicaban con bastante frecuencia a los esclavos en la España de la época. Dado que desde muy pronto se limitó la esclavitud indígena, los dueños, que en muchos casos habían comprado legalmente a sus esclavos, buscaban asegurar su inversión herrándolos. Ante esta situación, la Corona prohibió tal práctica por una disposición del 13 de enero de 1532, bajo condena de que “el que lo haga, lo pierda”. Dos años después, ante la reiterada violación de esta disposición, el emperador manifestó su malestar en un escrito dirigido a los oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla, en el que decía textualmente: “Por parte de Juan de Cárdenas me ha sido hecha relación en este Consejo que, en Sevilla, hay muchos indios naturales de la Nueva España y de otras partes de las Indias, los cuales, siendo libres, los tienen por cautivos y siervos. Que no se vendan ni hierren porque sabemos que los que los traen los hierran en el rostro o les echan argollas de hierro a la garganta, con letras de sus propios nombres, en que dicen ser sus esclavos”.

Nuevamente volvemos a comprobar el profundo distanciamiento entre la teoría y la praxis, no solo en América, donde se decía que la ley se acataba, pero no se cumplía, sino también en la propia España. Bien es cierto que a la larga esta medida fue un paso más en el proceso por acabar con la trata de indígenas. 

martes, 20 de junio de 2023

Rebecca Rolland, psicóloga y profesora de Harvard: “Estamos convirtiendo a los niños en personas que actúan de forma robótica”.

La también escritora acaba de publicar ‘El arte de hablar con niños’, una guía con claves para cambiar esas conversaciones del día a día solo centradas en la logística para fomentar así la creatividad y fortalecer el vínculo familiar

Muchas veces se nos olvida pasar más tiempo con los niños y hablar con ellos más. 

El don de Momo, el personaje creado por el escritor Michael Ende, era que sabía escuchar. De todas partes acudían al pequeño anfiteatro en el que vivía la pequeña para conversar. Al menos hasta que los hombres grises llegaron para arrebatarles el tiempo para la charla. Para la psicóloga estadounidense Rebecca Rolland (Atlanta, 43 años), también escritora y profesora de Educación en la Universidad de Harvard, en Boston, esto es un poco lo que pasa hoy, especialmente con los hijos e hijas. “Se tienen conversaciones superficiales y de tipo logístico, pero se emplea poco tiempo en conversaciones más profundas de escucha plena”, explica a EL PAÍS por correo electrónico.

Rolland, que además trabaja como especialista en patologías del lenguaje oral y escrito en el departamento de Neurología del Hospital Infantil de Boston, acaba de publicar en España El arte de hablar con niños (editorial Diana). En el libro, publicado el año pasado en Estados Unidos, la autora puntualiza que si se aprovechan las pequeñas conversaciones del día a día y se eliminan robatiempos, término que utiliza en su libro por ejemplo para referirse al abuso de la tecnología, se logrará que esas charlas se conviertan en grandes oportunidades de aprendizaje, de desarrollo de la creatividad y también reforzaremos el vínculo con los hijos.

Sonia López Iglesias, psicopedagoga: “En la adolescencia los padres construyen la relación que tendrán con sus hijos adultos” 
PREGUNTA. ¿Por qué diría que necesitamos un manual para hablar con niños?

RESPUESTA. Todos queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas y, en definitiva, para la sociedad. Nos esforzamos al máximo para ello: les llevamos a hacer actividades, hacemos los deberes con ellos, vamos a los eventos que organizan en la escuela, etcétera. Pero no tenemos en cuenta la clave más importante para su desarrollo, que son las conversaciones que tenemos a diario con ellos. A menudo, estas conversaciones son de tipo logístico. Están muy centradas en cómo vamos de un sitio a otro, en cuáles son nuestros horarios y, en general, en cómo pasar el día a día. Hay mucha investigación al respecto que dice que si aprovechamos estas conversaciones del día a día y hacemos que sean grandes oportunidades de aprendizaje, de desarrollo de la creatividad para los niños y también de refuerzo del vínculo, estas conversaciones pueden ser utilizadas de forma mucho más eficaz y podemos mejorar nuestras vidas. Yo espero que este manual pueda ayudar a los padres a ello.

P. ¿Cuánto de desconectados estamos de la infancia?
R. Creo que con nuestras vidas laborales tan ajetreadas, damos mucha importancia a los logros y al rendimiento de los niños, pero se nos olvida muchas veces lo que es ser niño o ser niña. A veces estamos muy alejados de la experiencia de los niños y de las niñas, que puede ser simplemente dejar la mente en blanco o caminar e ir mirando lo que vamos viendo. Lo que sí que nos da esperanza es que tenemos una gran oportunidad porque es maravilloso hablar con los niños. Ellos tienen un sentido natural de jugar, de sorprenderse y ven el mundo desde una perspectiva muy diferente. A nosotros se nos ha olvidado eso porque hemos aprendido mucho sobre el mundo. Por ejemplo, los niños se preguntan muchas veces: ¿por qué no nos volvemos cada vez más jóvenes? o ¿qué pasaría si viviéramos en Marte? Muchas veces se nos olvida hacer estas preguntas tan importantes y, al pasar más tiempo con los niños y hablar con ellos más, no solo les ayudamos a ellos, sino que también despertamos de nuevo nuestra capacidad de sorprendernos.

P. Justo se han cumplido 50 años de la publicación de Momo, de Michael Ende. Cuando se lee, parece premonitorio de muchas cosas que vivimos actualmente… ¿Quiénes diría que son hoy los hombres grises que nos roban el tiempo?
R. Hay muchas cosas que les roban tiempo a los niños. En parte es porque les llenamos la agenda con muchísimas cosas que hacer. En lugar de hablar con ellos, les llenamos de experiencias y no les damos tiempo para que reflexionen. Les estamos convirtiendo en personas que actúan de forma robótica, y no son personas creativas o no siguen sus intereses. Otro componente muy claro es que hay niños que están muy centrados en las redes sociales y en el uso de internet. Por supuesto, se puede dar un buen empleo a la tecnología con los niños, pero cuando se centran demasiado en buscar o en ver una imagen perfecta tras otra no se dan cuenta de cuánto tiempo pasan haciendo eso. Por ejemplo, conozco el caso de un niño que se relacionaba solo a través de las redes. Y creo que no podemos hacer que pierdan esas experiencias de niños y que su vida se pueda centrar solamente en los likes que reciben.

P. En su libro subraya que la sociedad quiere que los niños crezcan demasiado deprisa, ¿es esto un síntoma de cómo vivimos?
R. Sin duda, ahora mismo vivimos en una cultura muy centrada en el rendimiento y en la eficiencia, y en muchas ocasiones queremos que los niños encajen en un molde perfecto con la mejor de las intenciones. Considero que nos preocupa que se queden atrás, pero tenemos que subrayar que el desarrollo de los niños y de las niñas tiene lugar a lo largo del tiempo. Los menores aprovechan más actividades que están relacionadas con el juego y con el descubrimiento —que les permite desvelar cosas por sí mismos—, que no que les enseñemos un montón de cosas, sobre todo si no están listos para ello. Entonces, si les metemos mucha presión al principio, tienden a volverse ansiosos porque no están listos para las cosas que estamos haciendo. Y, además, sienten el estrés que nosotros sentimos; lo trasladamos. Es importante que nos reiniciemos y que respetemos sus ritmos naturales.

P. También propone en sus páginas un acto de rebelión: sacar tiempo para hablar con conciencia. ¿Cómo ayuda ese tipo de conversaciones al desarrollo de los hijos?
R. Esto es importantísimo. Es un cambio fundamental en el sentido en el que los niños se desarrollan y se relacionan con nosotros. Estamos creando pequeños momentos para los menores que se van acumulando a lo largo del tiempo, y eso construye su amabilidad, su confianza y su creatividad. Les estamos inspirando para que piensen por sí mismos y reconozcan que, efectivamente, tienen buenas ideas, que sus reflexiones, sus contribuciones son valiosas y que deben continuar con ellas. Creo que ahora mismo estamos en una crisis de conversación. Los niños se sienten muy aislados, a veces deprimidos o estresados, y necesitamos esos pequeños momentos de charla para poder salir de ese ciclo.

P. ¿Cómo conseguir marcar la diferencia en nuestras conversaciones? ¿Qué recomendaciones daría?
R. Empezaría por la lectura curiosa. Hacer esto durante cinco o diez minutos, un par de veces al día, con los niños es fantástico. Nos sentamos, independientemente de la edad que tengan, a su lado y los observamos. Así sabremos qué les gusta, qué les parece interesante o qué no. A lo mejor, un niño pequeño está jugando con piedrecitas y un adolescente está jugando a los videojuegos. Se trata de sentarnos a su lado y ver qué tienen en la mente. Qué les gusta, qué les fascina. Y, después, les preguntamos cosas acerca de esta curiosidad.
 
P. ¿Sabemos escuchar?
R. Creo, sin duda, que escuchar es uno de los retos más importantes. A menudo no escuchamos muy bien o de forma reflexiva y no solemos enseñar a los niños a escuchar tampoco bien o de forma efectiva. A veces, creemos que estamos escuchando, pero realmente nuestra cabeza está en otro sitio. Si enseñamos a los niños a escuchar, podrán escuchar mejor a sus compañeros y compañeras, también a nosotros y a sus profesores. Así, podremos crear una cultura de comunicación mucho más amplia.

P. ¿Hay alguna técnica para captar la atención de quien no nos está escuchando?
R. Sí, yo diría que sí. Primero, usando el humor. Si yo pienso que alguien no me está escuchando, puedo soltar una tontería que no tenga nada que ver con la conversación y ver cuánto tiempo tarda en darse cuenta de que has dicho una tontería. Por ejemplo, si estás hablando de los deberes y de repente te pones a hablar de elefantes, pues puedes tratar de medir cuánto tiempo tarda el niño en darse cuenta de que no estás hablando de lo mismo. Otra idea es pedirle a alguien que repita lo que estaba diciendo la otra persona, o lo que creen que estaba diciendo la otra persona: “Si verdaderamente estabas escuchando, dime qué has escuchado”, y luego hacer una pregunta. Muchas veces nos falta esto. No enseñamos a los niños a hacer preguntas de escucha. Creo que enseñar a los niños hacer este tipo de preguntas y modelarlo es una forma maravillosa de enseñarles a escuchar.

lunes, 19 de junio de 2023

_- El pasado de Rui Nabeiro existió y esta es la prueba.

_- El escritor José Luís Peixoto construye en ‘Comida de domingo’ un memorial literario con los recuerdos del empresario portugués que irguió un imperio a partir del contrabando de café.

Rui Nabeiro ocupó un lugar en el panteón de las leyendas antes de ocupar un lugar en el panteón de Campo Maior, en el Alentejo portugués, donde fue enterrado en marzo. Tuvo una vida larga que le permitió nutrir con tenacidad la galería de historias que se le exige a una figura para ser considerada extraordinaria. La primera de todas es que fue contrabandista en los tiempos en que la frontera entre Portugal y España, a unas zancadas de su casa, disimulaba su permeabilidad tras el disfraz de paso inexpugnable entre dos dictaduras. La última es que fundó una empresa portuguesa, Delta, que vende cafés a medio mundo y que dijo no a Nestlé, Pepsi y cuanta multinacional de la alimentación se ofreció a comprarla. Nabeiro quería ser un gigante sin traicionar el Alentejo.

También el escritor José Luís Peixoto vende libros en medio mundo. Su obra, narrativa y poética, está traducida a más de treinta idiomas. El último publicado en España, Comida de domingo (Alfaguara, en traducción de Antonio Sáez Delgado), es el fruto del encuentro entre ambos. Es difícil encajar el libro en un estante clásico. Se plantea como novela, pero lo narrado no es ficción. Cuenta una vida sin ser una biografía. Puestos a concretar, tal vez se le pueda considerar un memorial novelado donde el escritor pone la literatura y el protagonista los recuerdos, una criatura que contentó a ambos.

En 2019 el empresario, que había rechazado otras propuestas para escribir sobre su vida, preguntó al escritor si se animaba a biografiarle. A Peixoto no le tentó la idea de abordar el estudio histórico de una vida, pero sí tramar una novela a partir del testimonio de Nabeiro, admirado en Portugal tanto por su arrojo en los negocios como por un genuino compromiso social. En cierto sentido había hecho un viaje similar en Autobiografía, un libro que giraba alrededor de José Saramago.

Comenzaron a verse en septiembre de aquel año y, pese a que la pandemia dificultó los encuentros, el escritor finalizó el proyecto en febrero de 2021, un mes antes de su publicación en Portugal. Su éxito fue inmediato: 30.000 ejemplares en apenas tres meses. La alianza era poderosa: uno de los autores más celebrados escribía sobre el empresario más querido. Una forma de fijar la realidad antes de que se transformase y desapareciese, como acabaría ocurriendo el 19 de marzo de 2023 con el fallecimiento de Rui Nabeiro. “El pasado tiene que probar constantemente que existió”, escribe Peixoto al comienzo de la novela. “Aquello que fue olvidado y lo que no existió ocupan el mismo lugar. Hay mucha realidad a pasear por ahí, frágil, transportada solo por una única persona. Si ese individuo desaparece, toda esa realidad desaparece sin contemplaciones, no existe forma de recuperarla, es como si nunca hubiese existido”.

En Comida de domingo se suceden momentos de la vida de su protagonista, un empresario de 89 años llamado Rui, nacido en una familia modesta de Campo Maior en un tiempo igual de modesto. Saltando del pasado al presente y de la primera a la tercera persona, el libro se detiene en episodios que incluyen escenas corrientes, como un modesto desayuno de sopas con leche, y hechos excepcionales, como la inauguración del puente Salazar (hoy 25 de Abril) sobre el Tajo el 6 de agosto de 1966. La recreación incluye ese momento mágico en el que el señor Rui recibe a los enviados de una multinacional con una oferta para comprar su empresa “con números que no son de este mundo”. Les ha escuchado pero jamás ha dudado de su respuesta negativa: “Comprar todo lo que tenemos es comprar nuestra vida”.

Por el libro desfilan la familia de Rui y políticos como Mário Soares, el primer socialista que presidió la República, o el español Felipe González. El empresario, entonces alcalde de su localidad y simpatizante socialista, evoca el cocido de garbanzos que improvisó para ellos en la cooperativa Progresso Campomaiorense antes de un mitin en Badajoz. En la ciudad extremeña siempre encontró complicidad el fundador de Delta Cafés, ya fuese para cortarse el pelo o para refugiarse mientras le investigaba la Fiscalía lusa por fraude fiscal. El caso acabó sin caso y Nabeiro regresó a su Alentejo.

El libro se proyecta sobre la historia de un individuo que hace memoria en vísperas de cumplir noventa años. A través de esa existencia privilegiada por la longevidad y el triunfo, es también una reflexión sobre el sentido de la vida. El protagonista de Comida de domingo sabe que está llegando al final y eso le coloca de inmediato en una posición de clarividencia. “No solo tenía la sensación de que toda la gente se estaba muriendo, comenzaba a sentir que toda la gente ya estaba muerta”, piensa en el tanatorio cuando acude a despedirse de su “amigo más sincero”.

Hay implícita una reivindicación de la experiencia, de quienes ya lo han hecho y visto casi todo y son, por tanto, capaces de anticipar lo que harán o verán los otros en el futuro. El señor Rui tiene el cuerpo de un anciano con rigideces físicas y amnesias fugaces, pero su mente es la de un visionario. El éxito, además, le garantiza un lugar de honor en la sociedad. A diferencia de otros, no ha sido relegado al rincón de no molestar. La novela muestra la complejidad de un hombre de 89 años, con sus grandezas y sus límites. En realidad Peixoto habla de Nabeiro, pero también de sí mismo, la materia que casi siempre está en el origen de su literatura.

domingo, 18 de junio de 2023

_- ¿Cómo ser un profesor comprometido? Sobre Wolfgang Abendroth

_- Desde la fallida resistencia contra Hitler hasta la división en la Guerra Fría, la carrera de Wolfang Abendroth estuvo definida por las tragedias de la izquierda alemana. Pero siendo el intelectual socialista más importante de la Alemania de postguerra, Abendroth demostró cómo un académico puede hacer que su trabajo permanezca ligado y arraigado en la lucha.

Wolfgang Abendroth fue el intelectual socialista más importante de la Alemania de posguerra. Siendo uno de los pocos juristas y politólogos socialistas de su país en ese periodo, formó a toda una generación de académicos marxistas, además de ser una figura singular en la esfera pública de Alemania Occidental.

Su aventurera vida le llevó de las filas del Partido Comunista Alemán (KPD) a los desiertos del norte de África, Alemania Oriental y de vuelta a Occidente: una biografía personal que encarna las grandes esperanzas y las amargas catástrofes del siglo que habitó.

Pero esto también le sirvió como base para desarrollar un amplio pensamiento y multitud de escritos. Dejó una huella imborrable en quienes tuvimos el privilegio de aprender de él, inspirándonos para dedicar nuestras carreras académicas a comprender mejor y fortalecer el movimiento obrero.

Treinta y cinco años después de la muerte de Abendroth, su legado tiende a ser pasado por alto y eclipsado por sus contemporáneos más renombrados. Pocos fuera de Alemania han oído hablar de la Escuela de Marburgo que fundó, que fue durante décadas uno de los principales centros de estudios marxistas, y su estilo de ciencia social abiertamente político ha caído en desgracia entre los académicos alemanes. Sin embargo, su forma de unir la erudición y el activismo político, su integridad personal y su inquebrantable compromiso con el socialismo ejemplifican lo que debe ser un intelectual de izquierdas.

Luchando por la unidad de la clase trabajadora
Nacido en 1906, fue el hijo de un profesor socialdemócrata de Wuppertal, pasó su infancia en Fráncfort, donde se afilió a una organización juvenil comunista. Como joven izquierdista leyó los escritos de los comunistas de izquierda holandeses Herman Gorter y Anton Pannekoek junto con El Manifiesto Comunista, y pronto cayó bajo la influencia de los dirigentes del KPD August Thalheimer y Heinrich Brandler, defensores de un "frente unido" para las organizaciones obreras. Este planteamiento, ideado en oposición a la corriente ultraizquierdista dominante en el KPD en aquella época, serviría de brújula política a Abendroth durante el resto de su vida.

Comenzó a estudiar Derecho en Fráncfort en 1924, impulsado no por un interés personal sino por el deseo de servir al movimiento obrero. Su pensamiento se vio muy influido por el jurista y miembro del Partido Socialdemócrata (SPD) Hermann Heller, quien, en contra de la opinión dominante en la época, reconocía la relación entre las estructuras económicas y las formas jurídicas de la sociedad, y encomendaba al Estado del bienestar la tarea de restringir el poder de los capitalistas en interés de la gran mayoría. A lo largo de su carrera, Abendroth consideraría la construcción y defensa del Estado del bienestar como una cuestión central para el movimiento obrero.

A mediados de la década de 1920, Abendroth participó activamente en el llamado Grupo de Estudiantes Rojos del KPD cuando aún estaba en la universidad. Esto exigió mucho valor por su parte, teniendo en cuenta que los campus alemanes en el periodo de Weimar -tanto las facultades como los estudiantes- eran bastiones de ideas reaccionarias, nacionalistas y antisemitas. Los miembros del grupo a escala nacional se contaban tan solo en varios centenares.

Mientras que la mayoría de los intelectuales de extrema izquierda a la cabeza del partido -figuras como Ruth Fischer, Werner Scholem y Franz Borkenau- procedían de la clase media y sabían poco de las luchas de la vida obrera, Abendroth se había criado en el movimiento juvenil socialista y cultivaba un enfoque fundamentalmente diferente. Defendía la unidad entre comunistas y socialdemócratas, rechazando la teoría del "socialfascismo" de la dirección, que confundía la política de gestión de crisis del SPD con el fascismo y lo declaraba el principal enemigo del KPD. Esta actitud sectaria profundizó la división del movimiento obrero y facilitó la llegada de los nazis al poder.

Abendroth fue expulsado del KPD por sus críticas en 1928. Se unió a la Oposición de Derecha organizada en el Partido Comunista (Oposición), o KPO. Además, asesoró jurídicamente al Socorro Rojo Alemán, que apoyaba a los izquierdistas que se enfrentaban a la represión política. Aunque Abendroth consiguió terminar la carrera de Derecho en Alemania, los nazis le prohibieron ejercer como abogado, por lo que se vio obligado a cancelar su tesis sobre los consejos de fábrica y continuó sus estudios en Berna (Suiza) con una nueva disertación sobre derecho internacional.

Persecución y perseverancia
Abendroth fue detenido por la Gestapo en 1937 como miembro de la resistencia ilegal y condenado a cuatro años de prisión por "preparar una operación de alta traición". Nunca habló públicamente de las torturas que le infligieron, pero más tarde, durante sus apasionadas conferencias como profesor de la Universidad de Marburgo, a menudo se callaba a mitad de frase.

Los que fuimos sus estudiantes pudimos ver en su rostro cómo luchaba por recuperar la capacidad de hablar, pero pasaban los minutos sin que emitiera sonido alguno. El auditorio permanecía en absoluto silencio: ni una palabra, ni un susurro, no se oía movimiento alguno antes de que reanudara su monólogo interrumpido. Más tarde nos dimos cuenta de que estas afasias intermitentes eran producto de las torturas que sufrió en el cautiverio nazi.

Poco después de ser liberado, los nazis le obligaron a unirse a la tristemente célebre 999ª División Ligera Afrika, un batallón compuesto por antiguos y actuales prisioneros obligados a soportar condiciones especialmente duras. En 1944 consiguió desertar y unirse a los partisanos del Ejército de Liberación del Pueblo Griego (ELAS). Poco después fue encarcelado por los británicos, que luchaban contra la resistencia griega, y llevado a Egipto, donde pasó casi un año en un campo de prisioneros de guerra junto con bastantes nazis.

Tras ser liberado del internamiento británico y regresar a Alemania, Abendroth se casó con la historiadora Lisa Hörmeyer y se dedicó a construir un sistema jurídico antifascista en la zona de ocupación soviética. Pronto fue nombrado catedrático de Derecho Internacional y, más tarde, de Derecho Público en la Universidad de Jena, pero en 1948 se vio obligado a huir a Occidente con su esposa y su hija Elisabeth debido a su continua afiliación al SPD, una afiliación que la administración soviética había prohibido.

Una vez en Occidente, fue nombrado profesor de Derecho Público y Política en la ciudad de Wilhelmshaven. Poco después, en 1950, fue nombrado profesor de "ciencias políticas" en la Universidad de Marburgo, una nueva disciplina académica introducida tras la guerra.

Construyendo el “Bastión Rojo”
Entre 1951 y 1972, Abendroth trabajó y enseñó en la conservadora ciudad universitaria de Marburgo, donde antes de 1933 había enseñado el filósofo de tendencia fascista Martin Heidegger y donde también había estudiado Hannah Arendt. Su nombramiento sólo fue posible gracias al apoyo de influyentes socialdemócratas de la "Hessia roja", coloquialmente denominada así por el control que el partido ejercía sobre el gobierno estatal en aquella época.

A pesar de los despiadados ataques tanto dentro como fuera de la universidad -después de todo, era, junto con Max Horkheimer y Theodor Adorno en Fráncfort, el único profesor titular marxista del país-, su influencia intelectual y política no dejó de crecer. Se afilió al SPD por razones pragmáticas, pero criticó su transformación de “partido obrero” al conocido como “partido popular” [Volkspartei] a finales de los años 50. Abendroth se solidarizó con su ala estudiantil izquierdista, el SDS, lo que acabaría provocando su expulsión del SPD junto con otros profesores de ideas similares.

También realizó importantes contribuciones académicas a lo largo de su carrera. Entre sus principales disputas destaca su desacuerdo público con el ex fascista y ahora jurista "liberal" Ernst Forsthoff, autor del libro de 1933 El Estado total. Mientras que Forsthoff rechazaba el término "Estado de bienestar legal" por considerarlo una categoría jurídicamente inaceptable, Abendroth veía tanto la posibilidad como la necesidad de alcanzar los objetivos del Estado de bienestar -e incluso de iniciar una transición al socialismo- con la ayuda de una constitución democrática.

Cuando Max Horkheimer estaba instalado en Fráncfort, se negó a permitir que Jürgen Habermas, un estudiante “demasiado izquierdista” a su parecer, completara su tesis postdoctoral Historia y crítica de la opinión pública, lo que llevó al joven filósofo a pedir a Abendroth, conocido por su valentía intelectual, que fuera su supervisor. A pesar de enfrentarse a un ambiente político mucho más hostil que el de Fráncfort, Abendroth permitió a Habermas completar su tesis en Marburgo en 1961. Publicado por primera vez en 1962 y convertido ya en un clásico de la teoría social de posguerra, Habermas dedicó el volumen "a Wolfgang Abendroth en agradecimiento".

Abendroth alcanzó la cúspide de su carrera como intelectual público de gran influencia entre mediados de los sesenta y mediados de los setenta. Su labor en este periodo se centró principalmente en reforzar al ala izquierda del movimiento obrero y a otras fuerzas democráticas. Junto con el sociólogo Heinz Maus -antiguo alumno y ayudante de Horkheimer- y el economista y sociólogo Werner Hofmann, formó el "triunvirato" fundador de la Escuela de Marburgo, un grupo de científicos sociales marxistas de la Universidad de Marburgo del que salieron varios estudiosos de primera fila, como Karl Hermann Tjaden, Reinhard Kühnl, Frank Deppe, Georg Fülberth y Dieter Boris.

El hombre detrás del marxista
Los logros académicos y las intervenciones políticas no fueron lo único que hicieron de Abendroth el intelectual socialista "orgánico", y a la vez independiente, más importante de la Alemania Occidental. Su notoriedad se debió al menos tanto a su singular personalidad como a su reputación de absoluta integridad y firmeza.

Siempre contestaba a las llamadas telefónicas con un animado y prácticamente jubiloso "¡Abendroth!" -aunque por lo que él sabía, probablemente al otro lado de la línea le esperaba un acérrimo enemigo-. Debido a su reputación de amabilidad y paciencia, atraía a su despacho a personajes peculiares que querían convencerle de su genio no reconocido. Le mostraban coloridas ilustraciones gráficas del camino hacia un paraíso social, o le ofrecían botellas de agua que prometían salud eterna. Él escuchaba pacientemente todas estas ofertas, admiraba sus caminos hacia el paraíso y sorbía su agua sin vacilar.

Tomaba ágilmente el micrófono en las reuniones públicas, argumentaba con conocimiento de causa y prolijidad, y arrastraba al público hacia su órbita. Una vez, cuando yo era un joven estudiante, comenté que todos admirábamos a nuestro profesor Wolfgang Abendroth. "No", me corrigió uno de mis compañeros, "no le admiramos, le queremos". Nos preocupábamos bastante por él, ya que conducía fatal, y a menudo los domingos nos cruzábamos con un Volkswagen Escarabajo que se inclinaba curiosamente al circular con dos ruedas sobre el bordillo. La persona al volante era invariablemente Abendroth.

Fumaba constantemente durante sus seminarios, mientras un ayudante se esforzaba por recoger la ceniza que caía de sus cigarrillos. Los estudiantes estaban pendientes de cada palabra de sus interminables frases, en las que nunca perdía el hilo.

Intervino en todas las grandes cuestiones políticas de su época: el desarrollo de los sindicatos, la amenaza de un nuevo fascismo, las inminentes Leyes de Emergencia, la política de enseñanza superior, las relaciones entre Alemania Oriental y Occidental y el movimiento estudiantil. Para todo ello, Abendroth se guiaba por una comprensión "operativa" de la teoría marxista, es decir, comprendió mejor que la mayoría que el marxismo sólo podía encontrar legitimación en la práctica política. Había interiorizado, más que la mayoría de los intelectuales alemanes, la famosa formulación de las Tesis sobre Feuerbach de Marx: "Los filósofos hasta ahora sólo han interpretado el mundo de diversas maneras; de lo que se trata es de cambiarlo".

Hablar por hablar, andar por andar
Desde un punto de vista académico, Abendroth cimentó su reputación con estudios como el clásico Historia social del movimiento obrero europeo, publicado en 1965 y traducido al inglés varios años después. Impartió clases sobre la República de Weimar, el fascismo, el derecho constitucional, el movimiento obrero y la teoría marxista, por citar sólo algunos temas. Puede que otros profesores de su época tuvieran un acervo de conocimientos comparativamente amplio, pero ninguno mostraba una unidad tan profunda entre lo que pensaba, decía y hacía.

Con sus estudiantes siempre se mostró comprensivo y abierto, incluso cuando el movimiento estudiantil ocupó el Instituto de Política Científica en enero de 1969. Por supuesto, nuestra ocupación no iba dirigida contra el propio Abendroth, sino que estaba motivada por fines más rituales. Sin embargo, mientras que Adorno llamó a la policía para que sacara a los estudiantes que protestaban de su renombrado Instituto de Investigación Social de Frankfurt, Abendroth simplemente nos amonestó para que "no perdiéramos el contacto con las masas". Nunca se le pasó por la cabeza llamar a la policía.

Aunque tanto Horkheimer y Adorno como Abendroth habían sido perseguidos por los nazis, nunca cooperaron a largo plazo. Todos invocaban el marxismo, pero sus respectivas concepciones de la ciencia eran demasiado opuestas. Los frankfurtianos llevaron a cabo lo que Luc Boltanski y Eve Chiapello llamarían "crítica artística", el estudio de las coacciones subjetivas del capitalismo, la alienación y la objetivación. Abendroth, por el contrario, llevó a cabo la "crítica social": el análisis de las condiciones económicas, sociales y políticas para transformar la sociedad capitalista a través de un movimiento obrero socialista aliado con la intelectualidad de izquierdas.

La comprensión "operativa" de la ciencia de Abendroth también le llevó a simpatizar con el Partido Comunista Alemán (DKP), refundado en 1968, aunque sin sacrificar su independencia ni aceptar acríticamente su línea. Se opuso a la marcha de los Estados del Pacto de Varsovia hacia Checoslovaquia en 1968, que el DKP defendió como un paso necesario para proteger el socialismo. A pesar de sus defectos, Abendroth defendió al DKP como un partido que organizaba a los trabajadores con conciencia de clase y que, por tanto, desempeñaba un papel importante en el arrastre del movimiento obrero hacia la izquierda.

Un profesor comprometido
Tras la jubilación de Abendroth en 1972, varios de sus antiguos alumnos pudieron continuar la Escuela de Marburgo que él fundó, ahora en calidad de profesores. Fuera de Marburgo, antiguos alumnos de Abendroth enseñaron en Paderborn, Kassel, Hamburgo y Bremen, donde continuaron su tradición. Abendroth pasó su jubilación en Fráncfort, donde siguió dando conferencias en la "Academia del Trabajo" y pronunciando discursos siempre que lo consideraba necesario.

Pocos meses antes de su muerte, pronunció una impresionante conferencia en la Universidad de Fráncfort junto con el profesor Josef Schleifstein, comunista, antiguo prisionero de la Gestapo y director del instituto de investigación del DKP entre 1968 y 1981, y el médico y periodista de izquierdas Hans Brender. Ante un millar de oyentes, habló de forma impresionante sobre sus experiencias como intelectual del movimiento obrero durante la República de Weimar, la dictadura nazi y el periodo posterior a 1945.

Wolfgang Abendroth murió en 1985 y fue enterrado en Fráncfort del Meno. Veinte años antes, Jürgen Habermas lo había descrito como un "profesor comprometido en el país de los conformistas", un acertado resumen de la extraordinaria personalidad de este hombre y de su monumental importancia para los movimientos políticos y sindicales anticapitalistas de Alemania Occidental.

Lothar Peter completó su doctorado bajo la supervisión de Wolfgang Abendroth en la Universidad de Marburgo, donde también militó en el SDS, y más tarde fue profesor de sociología en la Universidad de Bremen. Su libro más reciente es "Marx on Campus: A Short History of the Marburg School" (Brill, 2019). Fuente:
Jacobin Magazine, 01/11/2020


sábado, 17 de junio de 2023

Isabella Tree, conservacionista: “Europa fue como el Serengueti. Podemos recuperar aquellos hábitats”.

La periodista británica heredó, junto a su marido, un terreno que estaba exhausto tras años de agricultura intensiva. Decidieron asilvestrarlo y cinco años más tarde volvieron hasta los ruiseñores

Isabella Tree (Dorset, Reino Unido, 59 años) y su marido, Michael Burrell, empezaron hace 20 años un proyecto desesperado y muy complejo que ha acabado teniendo resultados asombrosos. Él acababa de heredar Knepp Castle, de 3.000 hectáreas de terreno, lo que en principio suena maravilloso. Sin embargo, no era ya más que un montón de tierra exhausta incapaz de producir nada tras décadas de agricultura intensiva con 1,7 millones de euros en deudas. Financieramente hablando, acababa de heredar un marrón. Por suerte, dieron con un caso de recuperación natural en Holanda y decidieron intentar algo parecido. Hoy son los promotores del primer terreno de las tierras bajas de Inglaterra asilvestrado al que ha regresado todo tipo de variedades autóctonas, algunas de ellas en peligro de extinción en el Reino Unido. Son los responsables de que gamos, ruiseñores, mariposas ortigueras o tórtolas hayan vuelto a menos de 70 kilómetros de Londres. Tree, que es periodista y escritora, acaba de publicar un libro sobre su experiencia: Asilvestrados, el regreso de la naturaleza a nuestras tierras (Capitan Swing).

PREGUNTA. Confiaron en la naturaleza y esta respondió. ¿Qué les animó?
RESPUESTA. Sería fantástico decir que tuvimos el impulso de hacerlo, pero fue más que la granja estaba agotada, muchos subsidios estaban a punto de desaparecer y veíamos que no era sostenible económicamente. Supimos del ejemplo del ecologista holandés Franz Vera, que cree en la renaturalización. Europa en el pasado fue como el Serengueti, había muchísimos jabalíes, ciervos... Si recuperamos la diversidad, podemos recuperar aquellos hábitats.

P. Si se había perdido la biodiversidad, ¿cómo es que los animales han regresado?
R. Ese es el gran misterio. Cuando dejas de intervenir en el terreno, y lo propicias dejando libres caballos y otras especies, animales como la mariposa ortiguera, que hacía años había desaparecido, vuelven.

P. ¿Y los árboles? Creo que estaban hechos polvo cuando heredaron.
R. Un experto en robles nos explicó que a simple vista lo que a nosotros nos parecía normal era un síntoma de daño. Habíamos plantado nuestro grano hasta la misma base de los troncos. Se echaba pesticida y se araba, y al hacerlo estábamos dañando las raíces mismas del árbol. Nunca se nos ocurrió que pudiéramos estar dañándolos. Darnos cuenta de que mucho era nuestra culpa fue duro.

P. ¿Qué cree que debemos cambiar como sociedad a raíz de su ejemplo?
R. Permitir que la naturaleza se exprese no va bien con una mentalidad rígida que funciona por objetivos. Es importante que abandonemos el paradigma de la replantación constante. Dejemos que la naturaleza pueda restablecerse.

P. ¿Cuánto tardaron en ver los efectos de la recuperación del terreno?
R. A los dos años empezamos a oír un montón de insectos por todas partes. Abejas, avispas, saltamontes… Esa fue la primera revelación. Luego fuimos viendo gusanos y oyendo a distintas especies de pájaros que hacía tiempo no veíamos. En términos medioambientales, cuando volvieron los ruiseñores, los ecologistas empezaron a estudiar nuestro terreno. Habían pasado cinco años.

P. ¿Se podría hacer algo parecido en un terreno pequeño?
R. Cuanto más pequeño sea tu terreno, más trabajo tendrás que poner de tu parte, pero sí, es posible, acabamos de publicar una guía práctica sobre este asunto (The book of wilding). Puedes empezar trayendo un poni e intentar pensar como lo haría un castor. Todo consiste en aplicar las normas del proceso natural en tu pequeño terreno.

P. Usted habla del efecto generacional, ¿en qué consiste?
R. Cada generación ve el paisaje y da por hecho de que lo que ve es normal. Yo sé que las tórtolas, cuando era pequeña, anunciaban cada año el verano. Puedo recordarlo. Pero mis hijos no pueden porque nunca lo han visto. Cada generación no ve la pérdida de la anterior. Y así vamos perdiendo nuestro conocimiento del entorno.

P. ¿Qué es lo próximo que pretenden hacer en Knepp?
R. Queremos habilitar corredores para que los animales puedan cambiar de zona y conocer a otros animales de su especie, o no serán muy resilientes en el futuro.

P. Han abierto incluso una zona de safari. ¿Va mucha gente?
R. Mira, eso ha sido una fuente de ingresos totalmente inesperada. Ingresamos alrededor de un millón al año, nos deja un margen del 20%. Albergamos a un máximo de 100 personas al día, está casi siempre lleno. Tardamos en darnos cuenta de que la gente quería ver lo que habíamos logrado.

viernes, 16 de junio de 2023

6 consejos para mejorar tus reuniones de trabajo.

Las juntas pueden ser estresantes para empleados y directivos. Un estudioso de la productividad comparte estos consejos para que el tiempo rinda mejor.

Steven G. Rogelberg, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, campus Charlotte, y autor de La sorprendente ciencia de las reuniones: cómo liderar tu equipo para obtener el máximo rendimiento, ha reflexionado mucho sobre las reuniones, buenas y malas.

“Creo que durante mucho tiempo las organizaciones solo creyeron que las reuniones malas eran el costo de hacer negocios y, por lo tanto, no había incentivos para pensar en cómo solucionarlo”, dijo. “Los líderes por fin han empezado a decir que tiene que haber una mejor forma de hacerlo”.

A continuación, compartimos sus principales consejos sobre cómo hacer mejores juntas (o no reunirse en absoluto).

1. No hagas un orden del día, mejor establece preguntas que deben responderse

Si hay una pregunta que responder, no solo tendrás que pensar bien si de verdad se necesita la junta, sino que sabrás si la junta fue exitosa porque tendrás una respuesta.

2. Asegúrate de que en tu junta se trate de lograr una tarea en específico

En las reuniones, no se trata de cumplir un propósito social o de crear comunidad. Eso es un subproducto de organizar juntas que sí funcionan, porque cuando las personas tienen una buena experiencia en las reuniones, tienden a caerse mejor entre sí. Pero el objetivo de las juntas es lograr algo en concreto.

3. Designa a un ejecutivo que esté a cargo de las reuniones

A pesar de que las juntas implican algunos de los mayores gastos de una organización, por lo general, no hay ningún ejecutivo responsable de dirigirlas.

Asigna a un directivo la supervisión de las reuniones y anímalo a iniciar nuevas conversaciones con los equipos sobre lo que hay que cambiar. ¿Qué es lo que no necesitamos? ¿Cómo invitamos a la gente? ¿Cuánto deberían durar nuestras juntas? Realiza auditorías de las reuniones recurrentes.

4. Restringe el tiempo de las juntas todo lo posible

Los datos demuestran que los equipos hacen más cuando trabajan a contrarreloj. Con un tiempo limitado, se concentran más de lo que lo harían normalmente.

5. Facilita, no domines

Hay investigaciones que sugieren que los empleados consideran que las reuniones menos eficaces son aquellas en las que el líder es el que más habla. Esto nos lleva a la raíz de lo positivo de las juntas: están diseñadas para dar poder a la gente.  

6. Pide retroalimentación

Por lo general, las organizaciones no disponen de un proceso para evaluar si sus reuniones funcionan. Si nos fijamos en las encuestas de compromiso de las empresas, casi todas ellas carecen de contenido sobre las juntas. Eso es un problema enorme.

jueves, 15 de junio de 2023

EDUCACIÓN. La OCDE hace un duro diagnóstico de la educación española y da cinco ideas para mejorarla.

El informe reconoce que la reforma educativa en marcha trata de abordar los problemas estructurales, como el abandono escolar temprano. Plantea identificar los centros vulnerables, concentrar en ellos abundantes recursos y premiar a su profesorado

La OCDE ha elaborado un duro diagnóstico del sistema educativo español, ha reconocido que la reforma educativa en marcha trata de abordar buena parte de los problemas, que vienen en general de lejos, y ha propuesto cinco acciones, subdivididas en 44 medidas, para mejorarlo. Entre ellas identificar los centros educativos socioeconómicamente desfavorecidos, concentrar abundantes recursos en ellos, premiar a los docentes que los elijan y ampliar el horario de permanencia en la escuela del alumnado vulnerable.

El punto de partida del informe es el abandono escolar temprano, una de las grandes desventajas históricas de España respecto a los países de su entorno, que se mide calculando el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que han terminado como mucho la Educación Secundaria Obligatoria y no siguen ningún tipo de estudio o formación. Al principio de la pasada década, su nivel en España era enorme y anómalo para un país desarrollado: alcanzaba al 28,2% de los jóvenes de dichas edades, y les hacía el futuro mucho más difícil en múltiples terrenos, desde el trabajo a la salud. El porcentaje se ha reducido desde entonces con fuerza y ahora está en el 13,9%, pero sigue por encima del promedio de la UE (9,3%).

En 2020, el Ministerio de Educación pidió asesoramiento sobre cómo reducirlo a la dirección general de Apoyo a las Reformas Estructurales de la Comisión Europea. Esta contrató a la OCDE, la organización que agrupa a los países desarrollados, que tiene en la educación una de sus ramas más relevantes (es la responsable de la mayor evaluación internacional, el Informe PISA), para que llevase a cabo una radiografía del caso español. Y el martes, la OCDE, junto a la Comisión Europea y al Ministerio de Educación, que han ayudado a su confección, han publicado el documento, titulado Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España.

El nivel educativo de las madres
El informe empieza por recordar las graves consecuencias del abandono escolar temprano. Los jóvenes que dejan pronto la escuela corren un mayor riesgo de “sufrir exclusión social, dado que a menudo se encuentran con dificultades para obtener y conservar un empleo” y “tienden a verse social y económicamente desfavorecidos a largo plazo”. El desenganche formativo les genera consecuencias negativas en el campo de la “inseguridad laboral, la desmotivación para participar en el mercado laboral, la salud personal y la autoestima”. Y conlleva también “cuantiosos costes económicos” para la sociedad, al alimentar el paro juvenil y la pobreza. Hay factores que ayudan a explicar la tasa española, entre ellos la estructura social y económica del país (con, por ejemplo, un elevado peso del turismo en algunas zonas). Y, a escala individual, el hogar en el que se nace. Los alumnos cuyas madres tienen como mucho estudios primarios presentan 10 veces más probabilidades de abandonar la escuela de forma temprana que los niños cuyas progenitoras tienen estudios terciarios (universitarios y de Formación Profesional de grado superior).

Después de entrevistar a un nutrido grupo de entidades vinculadas a la educación, docentes y alumnos, el informe pone sobre la mesa las debilidades de la enseñanza en España que contribuyen al abandono educativo temprano, que son las que siguen.

Faltan definiciones comunes
No existe “una definición ni una medición comunes a nivel de todo el país que permita saber qué convierte a un centro educativo en vulnerable”, y las diferentes interpretaciones territoriales “ponen en peligro la asignación equitativa de los recursos a los centros en las distintas zonas del país”. Colegios e institutos recopilan una buena cantidad de datos sobre su alumnado, pero “a menudo carecen de información sobre el entorno de los alumnos, las necesidades individuales de aprendizaje y los avances en los que fundamentar un diagnóstico de apoyo”. Tampoco existe una “definición y medición claras y comúnmente aceptadas del absentismo escolar”, a pesar de que su nivel en secundaria es significativamente mayor al promedio de la OCDE. Ni hay consenso sobre qué significa el término “alumnos con necesidad específica de apoyo educativo”, lo que provoca diferencias injustificadas en las estadísticas autonómicas: en Navarra, por ejemplo, los chavales así considerados representan el 21,6% del total, mientras en la vecina Aragón solo alcanzan el 3,9%. Ministerio y comunidades, señala el documento, han empezado a trabajar en definiciones comunes.

Precariedad del profesorado
La inestabilidad del profesorado es muy elevada (33% en secundaria frente al 18% de promedio en la OCDE), “lo cual menoscaba la capacidad de los centros para formar equipos estables, que son esenciales para fomentar las aptitudes necesarias para detectar, prevenir y afrontar el abandono escolar temprano”. El porcentaje de docentes de secundaria que al empezar se sienten bien formados para impartir su asignatura (48%) es muy inferior al promedio de la OCDE (79%). La Universidad no tiene en cuenta aspectos socioemocionales a la hora de admitir a los aspirantes a docentes, como sí ocurre en Finlandia o Países Bajos (los decanos de Magisterio lo propusieron hace unos meses, pero ni una parte de los rectores ni el Ministerio de Universidades estaban por la labor de implantarlo). Los centros carecen de suficientes profesionales especializados de apoyo, como “orientadores, trabajadores sociales y psicólogos escolares”. La tasa de repetición, un instrumento que el informe desaconseja con contundencia, salvo casos muy específicos, sigue siendo elevada. Y “el porcentaje de alumnos desfavorecidos que repiten curso es uno de los más altos en la OCDE”, señala el estudio, que destaca la apuesta de la actual reforma educativa por reducirlo.

Gran parte de los centros han asumido “un horario intensivo centrado en las mañanas”, cuando “se ha demostrado que pasar más tiempo en el centro educativo permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje y otros indicadores sociales y conductuales”, especialmente “en los alumnos desfavorecidos”. Y, al mismo tiempo, prosigue el informe, casi la mitad de los hogares pagan extraescolares por las tardes. En el caso de las contratadas por familias de bajos ingresos, consisten mayoritariamente en clases de apoyo a materias curriculares.

Sobrecualificación y escuelas segregadas
El 40% de los trabajadores menores de 35 años afirma estar sobrecualificado para su puesto, y a pesar de la escasez de mano de obra en áreas relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, “la matriculación en los programas técnicos de FP sigue siendo baja”, lo que el informe atribuye a la falta de una buena orientación en los centros. Los alumnos pobres o de origen inmigrante tienden a concentrarse en los mismos centros ―“el porcentaje de alumnos pobres en los centros concertados es menos de la mitad que en los centros públicos”, por ejemplo―, “agravando así las desigualdades y la vulnerabilidad de estos centros y de los alumnos”. La ley de educación, la Lomloe, ha creado herramientas para evitar la segregación, señala el informe.

El gasto público en educación infantil, que puede ayudar a reducir el fracaso escolar a medio y largo plazo, “es notablemente inferior al promedio de la OCDE”, aunque el documento señala que el Gobierno ha lanzado un plan para crear 65.000 plazas de cero a tres años. La FP también tiene en España menos peso que en otros países desarrollados, si bien la OCDE admite el esfuerzo de los últimos años, con la aprobación de la nueva ley y la financiación por parte del Ministerio de Educación de la creación de 245.000 nuevas plazas. El informe también aplaude los itinerarios de flexibilización curricular que ha introducido la Lomloe para que el alumnado que va mal pueda acabar la secundaria. Lamenta que muchos centros releguen la FP al horario de tardes, dejando las mañanas para la ESO, al considerar que ello “afecta negativamente a la motivación de los alumnos, contribuye a la segregación y agrava la estigmatización de la FP”. Critica por motivos similares el hecho de que la educación para personas adultas se imparta con frecuencia en “horario nocturno”, lo que dificulta el reenganche de jóvenes de 18 a 24 años. Y echa en falta más evaluación de las políticas educativas, más colaboración entre las comunidades y el ministerio, y un mayor intercambio de información “sobre aquello que da resultado y aquello que no”.

Orientar los recursos
El informe plantea cinco grandes acciones para mejorar el sistema y reducir el abandono. La primera es establecer una definición común de alumnado y centros vulnerables que permita “orientar los recursos” hacia ellos. Algunas iniciativas de estos últimos años, como el programa PROA+ del ministerio, pueden ser aprovechadas para ello, señala. Una vez identificados, la OCDE propone una amplia batería de medidas para apoyar al alumnado vulnerable y sus familias, que van desde “vales de comida” a aulas con muy pocos alumnos y clases adicionales de refuerzo. Los centros vulnerables deberían recibir, además, orientación y apoyo directo del ministerio y las comunidades autónomas.

Para los docentes
La OCDE propone reforzar al profesorado de varias formas. Aquel que trabaje en centros vulnerables debería obtener beneficios en su carrera profesional. La formación en la Universidad debería garantizar que los nuevos docentes “sean conscientes de los aspectos culturales y lingüísticos relacionados con el aprendizaje y la evaluación”, y el acceso a la carrera, valorar habilidades socioemocionales de los aspirantes como la “empatía, la confianza, la apertura mental y la resistencia al estrés”. Las oposiciones a profesor no deberían priorizar tanto “el conocimiento de las materias sobre las competencias pedagógicas”. El documento considera conveniente “alentar a personas de diversos orígenes a acceder a la profesión docente”. Y aumentar el número de personas con perfiles profesionales distintos al docente en los centros.

Plazas escolares por sorteo
La tercera acción abarca medidas como la reducción de la tasa de repetición, con la posibilidad de que se realice una “campaña nacional de comunicación para concienciar sobre sus efectos negativos”. Limitar la segregación escolar, llegando a optar por sistemas de matriculación centralizados a escala municipal que utilicen “un sistema de sorteo para asignar plazas en centros con gran demanda”. O reforzar la conexión entre la escuela y las autoridades locales, para que los centros educativos reciban el apoyo de otros servicios públicos municipales.

La cuarta propuesta incluye seguir potenciando la FP y los itinerarios curriculares adaptados, y potenciar las fórmulas para reenganchar al alumnado que salió tempranamente del sistema, como los centros de educación de personas adultas. Y la quinta se centra en mejorar el intercambio de información entre centros y comunidades autónomas, aumentar la evaluación externa y la autoevaluación de escuelas e institutos, así como de las medidas de política educativa.

miércoles, 14 de junio de 2023

_- UNIVERSIDAD. Matemáticas, la carrera con la nota más alta y empleo garantizado.

_- La titulación de Relaciones Internaciones se cuela en el grupo de grados más cotizados debido, en gran medida, a la reducida oferta de plazas.

Mar Johnsson (Barcelona, 19 años) hizo la Selectividad en junio de 2021, y está en segundo de Matemáticas en la Universidad de Barcelona (UB). Estudia ahí porque no entró en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). “La nota de la UPC era un 13,2 y yo saqué un 12,9. Tenía que hacerlo perfecto, y no estuve a la altura”, lamenta. De las 10 carreras con la nota de corte más alta de España, 7 tienen matemáticas en su nombre, y el doble grado de Física y Matemáticas es, año tras año, la carrera de más difícil acceso en todo el país, con un 13,825 sobre 14 en la Universidad Complutense de Madrid, y más de un 13,7 en las de Sevilla, Murcia, Zaragoza y Granada. ¿Por qué ese éxito de las matemáticas en las aulas cuando hace una década quedaban plazas sin cubrir?

“Las matemáticas están viviendo una época de esplendor, pues ahora, con el auge de las nuevas tecnologías, hay una plena conciencia de su utilidad. La sociedad se ha dado cuenta de que son muy necesarias porque, al final, detrás de todo hay matemáticas”, reflexiona sobre el fenómeno Eva A. Gallardo, presidenta de la Real Sociedad Matemática Española (RSME). Johnsson está satisfecha de estudiar lo que estudia. “Las matemáticas lo explican todo, son la base de absolutamente todo. Aunque luego no quiero dedicarme a ellas, y haré un máster en Administración y Dirección de Empresas porque quiero trabajar en el mundo de las finanzas, de la Bolsa, sé que gracias a ellas tendré trabajo al salir”, afirma.

Sobre las salidas profesionales que ofrecen estas ciencias, Gallardo expone que son “infinitas”. “La tasa de empleo siempre ha sido altísima. Los matemáticos son personas con perfiles muy muy versátiles, con mentes analíticas, acostumbradas a los desafíos, a los retos, y no se asustan ante un problema. No siempre saben resolverlos, pero sí encontrar la raíz, el quid de la cuestión. Y eso interesa muchísimo a las empresas”, considera. Científico de datos, auditor financiero o programador son algunos de los empleos en los que pueden trabajar los graduados en Matemáticas. Según una encuesta del INE del año 2019, la tasa de paro de los estudiantes de este grado es tan solo del 3,7%, siendo esta carrera una de las que más empleabilidad tienen.

Aumenta la brecha de género
Por estas razones, explica Gallardo, las matemáticas llevan años desbancando a las ingenierías y a las medicinas. “Sin embargo, el aumento de demanda no se ha visto acompañado por el aumento de plazas, y por eso las notas de corte son tan altas”. Y esto, dice, tiene sus inconvenientes. “Muchos jóvenes a los que les gustan las matemáticas quizás no son tan buenos en lenguas, historia o filosofía, y no llegan a la nota de corte necesaria. Para eso, tienes que ser excelente en todo, y eso no es nada fácil”. Por esta razón, sigue, los estudiantes de matemáticas de ahora son “chavales con perfiles muy ejecutivos, que además de estudiar van al conservatorio y a la academia de idiomas, con unas inquietudes intelectuales altísimas”.

Gallardo lamenta la brecha de género en este grado, que se ha agrandado cuanto los estudios se han convertido en sinónimo de éxito profesional. Es un fenómeno reciente: entre 2000 y 2005 se redujeron en un 43% las matrículas en Matemáticas, que han resurgido con los hombres a la cabeza. En este sentido, la presidenta de la RSME lanza un mensaje: “En las matemáticas cabemos todos, y la diversidad es buenísima. La forma en la que yo me enfrento a las matemáticas es distinta a la manera en la que mi marido se enfrenta a ellas, y eso es enriquecedor. Conforme ha ido subiendo la demanda, ha ido decreciendo la tasa de mujeres que quiere estudiarlas, aparentemente por la competitividad. No es una cuestión de capacidad, obviamente, sino de parámetros sociales, de educación. Yo quiero decirles a las chicas que si quieren hacerlo, porque les gusta, vayan a por ello”.

A Física y Matemáticas le siguen otras dobles titulaciones: Traducción e Interpretación (Francés) y Relaciones Internacionales en la Pablo de Olavide (UPO), en Sevilla, que exige un 13,76 para acceder. La tercera del podio es Relaciones Internacionales y Derecho en la misma universidad, con un 13,73. La cuarta con más difícil acceso es Biotecnología y Farmacia en la Universidad de Salamanca, con un 13,661. Y la quinta, Ingeniería Informática y Matemáticas en la Complutense, con un 13,65.

Alta demanda de lo internacional
“En Relaciones Internacionales, hay poca oferta de plazas y mucha demanda, y por eso se disparan las notas de corte. Baja oferta y alta demanda, igual a inflación”, resume José Antonio Sánchez Medina, vicerrector de estrategia y planificación académica de la UPO. “Las Relaciones Internacionales se han puesto de moda, porque nuestros chicos cada vez viven en un mundo más global, y quieren comprenderlo. Quieren entender otros países, otras culturas”, explica, sobre el atractivo de esta disciplina. Entre las 20 carreras con el acceso más complicado de España, 7 tienen el adjetivo “internacional” en su título.

“Como carrera, no está tan establecida como Derecho o Administración y Dirección de Empresas. No todas las universidades la dan, y las que lo hacen ofrecen pocas plazas”, señala Sánchez Medina. En la UPO, tienen 60 plazas para el grado de Relaciones Internacionales, 20 para el doble con Derecho, y 10 para los dobles con Traducción e Interpretación (Francés) y Geografía. “Yo lo llevo con enorme disgusto. La nota de corte no es sinónimo de calidad, sino la combinación de poca oferta y jóvenes de 10 que han estudiado muchísimo”, recalca.

Álvaro Cabello (Herrera, Sevilla, 22 años), que hizo la Selectividad en junio de 2018 en la capital andaluza, está en quinto curso del doble grado en Estudios Internacionales y Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid. “Era mi primera opción, pero no me esperaba entrar. O sea, como la nota de corte era muy alta [un 13,49], era una posibilidad que no entrara. Pero yo iba a por todas y era mi plan número uno”, empieza. “La escogí porque siempre me había interesado mucho la historia, la cultura de otros países y los idiomas, y porque la carrera era en inglés, pero también barajé hacer Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Granada, que tenía una nota de corte más baja”, explica.

Sobre su rutina durante el bachillerato, Cabello cuenta que estudiaba de cuatro a ocho todas las tardes de entre semana y todos los sábados. También iba al conservatorio, estudiaba inglés y salía con sus amigos. “Un bachillerato muy normal”, dice. “Tuve profesores y compañeros muy buenos y cuando llegó la Selectividad, sentía que ya me lo sabía todo. Daba un repaso, pero las dos semanas de antes no estudiaba más de ocho horas al día”. Sacó un 13,65. En su opinión, la nota de corte es tan alta por la baja oferta de plazas, y porque es una doble titulación muy demandante que atrae a personas muy estudiosas que se exigen mucho a sí mismas. “Cuando entré, todos éramos matrícula de honor en el instituto, teníamos las mejores notas de la Selectividad de nuestra comunidad autónoma…”, señala.

Sobre las salidas profesionales de la carrera, comenta: “Realmente, una mitad quiere opositar, y la otra mitad quiere meterse en el mundo de la abogacía, en consultorías o grandes bufetes. Es verdad que los despachos nos llaman mucho, están muy interesados en nuestro perfil. Luego, hay una minoría que va a hacer másteres de derechos humanos, de derecho internacional”. Aunque entró queriendo opositar a diplomático (“lo que todos queríamos ser cuando entramos”), Cabello va a concursar al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. “En un mundo como el nuestro, cada vez más complejo, más intercultural, donde las miradas monolíticas son más inútiles, los estudios polivalentes te abren la mente, y eso es buenísimo”, confirma Sánchez Medina, el vicerrector de la UPO.

martes, 13 de junio de 2023

Los resultados del 28M y su impacto en el 23J .

En la idea de España de PP y Vox no tiene cabida la mayoría de la población española. Su idea de España es la misma que tenía el general Franco. Con esa idea no se ganan las elecciones generales.

Con los resultados del 28M la derecha no consigue mayoría de investidura en unas elecciones generales. Esto no es una opinión, sino una constatación empírica. Este ha sido, en mi opinión, el primero de los motivos del presidente del Gobierno para disolver las Cortes Generales y convocar elecciones para el 23 de julio.

Y con buen criterio. En las elecciones municipales y autonómicas el momento del recuento electoral y de proclamación de los resultados es muy importante. Pero todavía lo es más el momento de ocupación real y efectiva de los Ayuntamientos y Gobiernos de las Comunidades Autónomas con base en dichos resultados. La percepción del resultado electoral cambia de manera decisiva entre el primero y el segundo.

Recuerdo que a los alumnos siempre les ilustraba la diferencia entre ambos momentos con los resultados de las primeras elecciones municipales de la democracia en 1979. UCD ganó con claridad dichas elecciones y el PSOE obtuvo un resultado mediocre. Pero el PCE-PSUC obtuvo su mejor resultado electoral de siempre. El pacto de PSOE-PCE-PSUC hizo que el PSOE alcanzara el gobierno de prácticamente todas las ciudades más importantes y de las Diputaciones provinciales. Las reservas que todavía tenía la sociedad española sobre la falta de madurez del PSOE como “partido de gobierno” desaparecieron y facilitaron su acceso en 1982 al Gobierno de la nación.

En la memoria de la sociedad española quedó que 1979 había sido un gran triunfo del PSOE. No lo fue electoralmente, pero sí acabó siéndolo institucionalmente, que es lo que al final cuenta.

Celebrar las próximas elecciones antes de que sea visible la ocupación territorial del poder derivada de los resultados del 28M ha sido, en mi opinión, un gran acierto del presidente del Gobierno. La referencia para el 23J es el momento electoral y no el momento institucional.

Y el momento electoral del 28M no era malo, siempre que los partidos a la izquierda del PSOE concurrieran conjuntamente en las elecciones generales. Este era el segundo objetivo del adelanto electoral. No dar tiempo a que se discutiera mucho. La decisión de concurrir conjuntamente a las elecciones tenía que adoptarse con el mazazo que para ellos, no para el PSOE, había supuesto el resultado electoral. La celeridad en la toma de decisión era decisiva para que pudiera alcanzarse. De ello se encargaba el plazo fijado en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) para la formalización de coaliciones electorales.

Con el adelantamiento electoral el presidente del Gobierno ha invertido las posiciones en las que se encuentran las derechas y las izquierdas ante el 23J. El país ha sido vacunado contra la “derogación del sanchismo” en las elecciones municipales y autonómicas. La repetición del mismo argumento, por la propia naturaleza de las cosas, no puede surtir el mismo efecto. Como tampoco lo hará la resurrección de ETA y otros dislates que han operado el 28M.

Ahora es el momento de que las izquierdas pongan en valor lo que ha sido esta legislatura. En la recuperación del principio de anualidad presupuestaria, en la reforma laboral y la elevación del salario mínimo interprofesional, acompañados de la mayor creación de empleo indefinido de nuestra historia, los avances en el reconocimiento de los derechos fundamentales: eutanasia, interrupción del embarazo, Ley Trans y un largo etcétera.

Punto especial merece el reconocimiento expreso por parte de las dos izquierdas de que la Constitución Territorial de España no se entiende sin el reconocimiento como partes constitutivas de la misma de los nacionalismos catalán, vasco y gallego y que, en consecuencia, no es posible dirigir democráticamente el país sin su concurso.

En la idea de España de PP y Vox no tiene cabida la mayoría de la población española. Esta es la razón por la que no pueden ganar democráticamente en unas elecciones generales. Su idea de España es la misma que tenía el general Franco. Con esa idea no se ganan las elecciones generales.

El PSOE solo no puede ganar las elecciones. El PSOE más Sumar no pueden perderlas. Se va a ir viendo a medida que avancemos hacia el 23J.

_- PSICOLOGÍA Más contentos y también más sanos: las ventajas de ser amable.

_- Ayudar y hacer felices a los demás nos procura múltiples beneficios para la salud física y anímica. Pero hay que empezar por uno mismo.

Hace una década, una británica llamada Bernadette Russell fue testigo de cómo un joven era abatido a tiros por la policía en Tottenham. Este hecho dramático y los altercados que se sucedieron deprimieron a esta mujer, que se sentía impotente ante las desgracias del mundo. Su vida cambió cuando, estando en una oficina de correos, observó que a un hombre le faltaban algunos peniques para el sello de la carta que quería mandar. Tras ofrecerle las monedas, al ver la sonrisa en su rostro y su gratitud, Russell se dijo que aquel acto de magia le había salido muy barato.

Así nació el plan de hacer durante todo un año un acto de amabilidad diario a un extraño. Y así describía el efecto en su humor: “La mayor parte del tiempo sentía una especie de resplandor cálido que envolvía mi corazón y también la barriga… Sencillamente, me sentía muy bien”. Fruto de esta experiencia, escribió The Little Book Of Kindness: Every Day Actions To Change Your Life And The World Around You. En su libro empieza remarcando la importancia de ser amable con uno mismo, además de serlo con los demás. Para Russell, esa amabilidad primaria es la que te permitirá llenarte de ese regalo para los demás. Eso incluye frecuentar personas divertidas, leer y visionar cosas inspiradoras, mover el cuerpo, alimentarse bien y decir “no” a lo que no nos apetece y “sí” a lo que deseamos hacer. En sus propias palabras: “Tu infelicidad no mejorará el mundo (…) mientras que, si tratas de ser feliz, te será más fácil repartir amabilidad a los demás”.

A partir de ahí, su experiencia altruista con personas anónimas le aportó un sentido de conexión con el mundo y la satisfacción diaria de aportar su granito de arena, a la vez que se olvidaba de sus propios problemas. Esta amabilidad, sostiene Russell, empieza preguntando a las personas del entorno cómo están y escuchando con atención su respuesta, haciendo las preguntas pertinentes para profundizar en lo que están contando. A partir de ahí, propone iniciativas tan sencillas como acercar un café y una pasta a alguien que vive en la calle y que vemos cada día; dar conversación a la persona que parezca más solitaria y melancólica en una fiesta o reunión social, o elogiar el trabajo del mensajero que viene a traernos un paquete.

Sin duda, esta clase de gestos ayudan a hacer la vida más agradable a los demás, pero ¿qué sucede dentro de uno mismo cuando se practica esta clase de amabilidad?

Según el neuropsicólogo Richard J. Davidson, que ha colaborado con Daniel Goleman, la práctica de la bondad puede reducir los niveles de inflamación del organismo, mientras que un estudio realizado en 2017 con más de 40.000 individuos concluyó que las personas que practican el voluntariado a lo largo de su existencia tienen mejor salud que el resto y su esperanza de vida se ve aumentada hasta cinco años. Otras investigaciones estimaron que el incremento de la sensación de felicidad en el individuo aumenta casi un punto, en una escala del 0 al 10, en el momento de ser amable con otra persona. Incluso el hecho de observar un acto de bondad, según el antropólogo de la Universidad de Oxford Lee Rowland, mejora nuestro estado de ánimo, frente a un mundo inundado por el estrés y las malas noticias.

Esta visión ha sido confirmada por el doctor David Hamilton, especialista en el efecto placebo con larga experiencia en la industria farmacéutica. Entre las conclusiones de su libro Los cinco beneficios de ser amable, esta actitud ha demostrado ser un antídoto natural contra el estrés y las emociones negativas. Desde un punto de vista bioquímico, se observa una elevación notable de la dopamina en el cerebro, lo que se conoce coloquialmente como “subidón del ayudante”. Por otra parte, la amabilidad protege nuestro sistema cardiovascular, ya que reduce la presión arterial al producir oxitocina y liberar óxido nítrico, que dilata los vasos sanguíneos. Por este motivo, se considera un seguro contra la ansiedad, tanto si somos activistas de esta virtud como si la observamos.

Si tan beneficiosa es la amabilidad, ¿por qué no la practica todo el mundo? Una posible razón es que, como en todo, cuando sale de mesura acaba siendo perjudicial para quien la practica. Según un estudio conjunto de la Columbia Business School y el University College de Londres, las personas particularmente amables presentan un 50% más de riesgo de entrar en números rojos. Asimismo, muchos profesionales amables de gran talento sacrifican su éxito para que lo puedan alcanzar otros. En estos casos, sin embargo, hablaríamos de un grado de amabilidad patológico, lo cual no cumple con la premisa de la señora Russell de ser primero amable con uno mismo.

Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicología.

La amabilidad es contagiosa
— En Cadena de favores, película de 2000, un niño propone la idea de hacer favores desinteresados para mejorar el mundo. Cada individuo hará un acto amable con tres personas, que a su vez deben comprometerse a ayudar a otras tres, de modo que la cadena de favores vaya creciendo.

— Un artículo publicado por The New England Journal of Medicine recogió la historia de la donación de un riñón de un hombre de 28 años a un paciente desconocido. El impacto del gesto hizo que la esposa y familiares del trasplantado siguieran su ejemplo, llegando al final de la cadena 10 riñones a cinco hospitales distintos.

lunes, 12 de junio de 2023

¿Un nuevo «Consenso de Washington»?

En 1989, el economista John Williamson habló por primera vez del «Consenso de Washington» para referirse a las ideas o principios de política económica que debían seguir aquellos países que quisieran ser bien acogidos y apoyados por las instituciones que tienen su sede en la capital estadounidense: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial o Tesoro de los Estados Unidos. Tales principios constituían la ortodoxia neoliberal que es bien conocida: privatizaciones, disminución de gastos sociales y de impuestos, plena apertura exterior libertad de movimientos de capital, desregulaciones…

Como he explicado con más detalle en mi reciente libro Más difícil todavía, la crisis que se estaba gestando en 2019 y luego el impacto de la COVID han obligado a reconocer, ya sin tapujos, que esas políticas del neoliberal Consenso de Washington eran literalmente inútiles para seguir haciendo frente a los problemas que ellas mismas habían generado: creciente vulnerabilidad financiera, hiperglobalización que genera demasiada inseguridad y bloqueos permanentes, cambio climático descontrolado, deuda gigantesca e insostenible y una enorme desigualdad que produce tensiones sociales muy peligrosas.

Los dirigentes políticos de Estados Unidos han ido por delante a la hora de reconocer ese fracaso y en las últimas semanas se prodigan las declaraciones que ya expresamente propugnan la puesta en marcha de un nuevo Consenso de Washington.

Lo hizo hace poco la Secretaria del Tesoro Yanet Yellen y el pasado día 27 de abril el Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.

Este último dio un discurso en el que señaló los nuevos desafíos a los que se enfrenta Estados Unidos y la estrategia para hacerle frente que es una auténtica enmienda a la totalidad de las políticas neoliberales de los últimos 40 años.

Sullivan señala que Estados Unidos no puede seguir defendiendo sus intereses estratégicos asumiendo principios que la realidad ha demostrado que no funcionan. Concretamente, que “los mercados siempre asignan el capital de manera productiva y eficiente”, que “todo crecimiento fue un buen crecimiento”, que “la integración económica haría a las naciones más responsables y abiertas” o que la industria privada está preparada por sí sola «para hacer las inversiones necesarias para asegurar nuestras ambiciones nacionales».

La aplicación de esos principios, señala Sullivan, ha dejado como herencia a Estados Unidos una industria vaciada que le impide innovar en tecnologías punta y prosperar, una peligrosa dependencia económica de China, crisis climática y una democracia dañada por la desigualdad.

A partir de este reconocimiento de la situación Sullivan plantea cuatro grandes desafíos que definen un marco estratégico completamente distinto al neoliberal.

El primero es poner en marcha una política industrial nacional que lleve los recursos a los sectores «fundamentales para el crecimiento económico» y «estratégicos desde una perspectiva de seguridad nacional» sobre la base, ya mencionada, de que eso no puede hacerlo por sí solo ni el mercado ni la industria privada, sino que será necesaria una gran cantidad de inversión pública.

El segundo se basa en «trabajar con nuestros socios para garantizar que también estén desarrollando capacidad, resiliencia e inclusión» y, para ello, desarrollar un nuevo tipo de integración económica porque, dice Sullivan, «las dependencias económicas que se habían acumulado a lo largo de las décadas de liberalización se habían vuelto realmente peligrosas» para Estados Unidos. Al respecto cita, muy significativamente, unas palabras recientes de la embajadora y Representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai: «No hemos jurado la liberalización del mercado».

El tercer desafío que plantea es el de hacer frente al cambio climático sin necesidad de sacrificar por ello el crecimiento económico sino, por el contrario, avanzando hacia una transición energética justa y eficiente con «inversión deliberada y práctica para impulsar la innovación, reducir los costos y crear buenos puestos de trabajo».

El último desafío es el de «la desigualdad y su daño a la democracia» porque «las ganancias del comercio… no llegaron a muchos trabajadores… mientras que los ricos lo hicieron mejor que nunca». Teniendo en cuenta, señala Sullivan, que los impulsores de la gran desigualdad han sido claros: «recortes de impuestos regresivos, recortes profundos a la inversión pública, concentración corporativa sin control y medidas activas para socavar el movimiento obrero que inicialmente construyó la clase media estadounidense».

La estrategia global que trataría de dar respuesta a estos desafíos es mucho más que innovadora en su planteamiento teórico y da completamente la vuelta a las tesis neoliberales. Así es cuando habla, por ejemplo, de eliminar «los paraísos fiscales corporativos»; «mejorar las protecciones para el trabajo y el medio ambiente»; «abordar la corrupción»; «fortalecer los derechos laborales y ambientales»; «abordar la angustia de la deuda» para ver «un alivio genuino» y que «todos los acreedores oficiales y privados bilaterales compartan la carga».

Dice Sullivan que el éxito de una estrategia de este tipo se basa en asumir que «el mundo necesita un sistema económico internacional que trabaje para nuestros asalariados, que trabaje para nuestras industrias, que trabaje para nuestro clima, que trabaje para nuestra seguridad nacional y que trabaje para los países más pobres y vulnerables del mundo».

No cabe duda de que, si se llevaran a cabo, estos principios conformarían un planeta muy diferente y mucho más próspero y satisfactorio que el de ahora, tras ya más de cuarenta años de políticas neoliberales. La pregunta que cabe hacerse, por tanto, es si estas ideas que promueve la Administración Biden pueden llegar a convertirse en un nuevo consenso que guíe las políticas económicas en todo el mundo.

A mi juicio, hay algunas razones que impiden pensar que eso vaya a ser posible.

La primera es bastante elemental. Mientras persista el extraordinario grado de polarización que hay en Estados Unidos, será imposible que se lleven a cabo todas las medidas que sería necesario poner en marcha en una estrategia de esta naturaleza. La mayor parte de las medidas de alcance internacional o incluso nacional de esa estrategia necesitan del apoyo del Partido Republicano y eso es prácticamente imposible que se produzca.

La segunda razón que hace muy difícil que Estados Unidos pueda volver a diseñar una estrategia capaz de convertirse en un consenso internacional es que se basa en el aislamiento de China e incluso en la declaración de una auténtica guerra comercial, como casi ha empezado a ocurrir al establecerse controles de exportación e importación. Y es muy ingenuo creer que en ese conflicto sólo se van a ver involucradas las dos potencias. Provocará, por el contrario, el inicio de una nueva economía de bloques (realmente ya iniciada tras la invasión de Ucrania).

En este último sentido no cabe hacerse ilusiones. Con la potencia económica y la influencia política de China, la única posibilidad que tiene Estados Unidos de sacar adelante una estrategia industrial como la explicada más arriba, basada en superar al gigante asiático, se basa en involucrarlo en un conflicto militar, pues este es el único ámbito en el que tiene clara superioridad. En última instancia, en un conflicto directo, a causa de Taiwán, y si no, en otros indirectos que debiliten a China o a sus aliados potenciales, como ocurre ahora con el de Ucrania. Desgraciadamente, el horizonte que cabe esperar no es el de la cooperación e integración internacionales, sino el de más armamentismo y guerras.

domingo, 11 de junio de 2023

_- Qué hacer (y qué no) ante el avance reaccionario de la extrema derecha

_- Los triunfos electorales de Gustavo Petro, Xiomara Castro, Gabriel Boric, Pedro Castillo, el retorno del MAS al gobierno boliviano y el de Lula a la presidencia de Brasil, junto a las victorias en las urnas de Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández inauguraron una nueva ola de gobiernos progresistas en América Latina.

Fruto de importantes movilizaciones populares contra la violenta imposición de un ya desgastado neoliberalismo en la región, la construcción de alianzas amplias logró reconquistar la dirección política en varios feudos gobernados durante décadas por personeros del capital.

Con ello se reactivaron aspiraciones de autodeterminación, integración y multilateralismo, que habían sido postergadas por el reflujo conservador posterior a la oleada de gobiernos populares de inicios de siglo.

Ante esta reconfiguración del mapa político regional y al igual que lo acontecido en ocasiones anteriores, la reacción conservadora no se haría esperar. Una combinación de maniobras judiciales, golpes parlamentarios, ahogo financiero, entre otras presiones imperialistas extorsivas, una cerrada difamación mediática e incluso intentos de magnicidio, se sucederían contra las figuras políticas que auguraban un viraje positivo en las políticas públicas en favor de las mayorías.

En paralelo, ensombreciendo el panorama, las fuerzas de extrema derecha, luego de acabada su dolorosa gestión gubernamental en Brasil y su derrota en las urnas por poco margen, vuelve a recobrar protagonismo con los resultados de la reciente elección de consejeros constitucionales en Chile, el apoyo de un importante número de paraguayos a una opción ultraconservadora y el redoble de tambores alrededor de una figura afiebrada y mediáticamente inflada para las próximas elecciones en Argentina.

Ante esta avanzada reaccionaria, lejos de caer en un alarmismo fútil o un pánico inmovilizador, cabe primero que todo una profunda reflexión sobre su trasfondo y una posterior acción decidida.

Pasado, presente y futuro en la conciencia colectiva
Esta erupción de postulados políticos violentos presenta innegables similitudes con tragedias históricas anteriores. La crisis financiera producida por la volatilidad de la economía especulativa, la proyección de culpabilidad hacia minorías – ayer judíos y gitanos, hoy migrantes -, el rechazo a la diversidad, los discursos de odio, amplificados ahora de modo segmentado y masivo por el uso de canales digitales, la altisonancia y el histrionismo mesiánico y las falsas promesas de pasados míticos idílicos, configuran un escenario de evidentes semejanzas con rasgos presentes en las sociedades europeas de la primera mitad del siglo XX. Elementos que abonaron el terreno para el surgimiento del fascismo y la hecatombe de guerras posteriores.

Por otro lado, el presente de las poblaciones es objetivamente asfixiante. La miseria se agiganta, mientras los minúsculos sectores adinerados pretenden refugiarse en el cinismo y la anestesia ante el sufrimiento ajeno, acudiendo a la represión, la criminalización y la expansión de las adicciones como infame respuesta al legítimo reclamo de los grandes conjuntos por condiciones de vida dignas.

A su vez, cierta “corrección política”, impuesta por el poder a través de los medios del sistema como “líneas rojas” que no pueden ser franqueadas, hace flaquear la posibilidad de estos nuevos gobiernos de cumplirle realmente al pueblo las consignas de campaña. A esto se suma la debilidad intrínseca de los frágiles pactos de intereses particulares, el corto tiempo de sus mandatos, el enquistamiento en los distintos poderes del Estado de funcionarios proclives al inmovilismo y los candados legales que el mismo sistema instituye para continuar sin cambio de fondo alguno.

De este modo, quienes fueron interpelados para estampar con su voto su voluntad de transformación, sienten que han sido estafados por la lentitud, tibieza o incluso traición en el accionar de mandatarios y parlamentarios que no dan la talla. Surge así la tan mentada muletilla de la “clase política”, usada hasta la saciedad por los energúmenos de la derecha radical, que no solo entronca con cierta evidencia de postergación de las necesidades reales de los pueblos, sino que recuerda y es funcional a aquella degradación de lo público y lo político tan cara – en su doble acepción – para la ideología neoliberal.

La contradicción verdadera es mucho más profunda. En el marco de un sistema en el que el dinero es el verdadero poder, amo, señor y dios de la organización social y la escala de valores de la época, la gestión política resulta apenas una pieza del entramado. En ocasiones, sirviendo con valentía y buenas intenciones como un escudo protector ante el insano ataque capitalista y en otras, favoreciendo la destrucción o actuando como un señuelo para distraer la mirada del fondo de la cuestión.

A este presente pantanoso, se suma la gran inestabilidad que sienten los individuos, producto de una aceleración del tiempo histórico, provocando la desaparición de referencias existenciales anteriormente válidas, al tiempo que se fracturan los lazos de hermandad y cercanía, arrojando a grandes contingentes humanos al desamparo y la soledad.

Finalmente, el malestar interno, característico de todos los finales de época, se ve aumentado por la sensación de futuro sin salida alguna. Las imágenes de mejoría social progresiva, que representaban un horizonte creíble en los períodos del industrialismo, en los que estudiar y trabajar con tesón eran preceptos que daban sostén al cotidiano esfuerzo, hoy resultan consignas vacías en un marco evidente de precarización, desocupación e incertidumbre.

Todo esto explica porqué, en un contexto de globalización forzada por apetencias corporativas, pero también de interconexión creciente de culturas y pueblos, el crecimiento de las ultraderechas y los irracionalismos fanáticos no es un asunto local que pueda resolverse por completo en ámbitos restringidos, sino que se ha convertido en un fenómeno mundial.

Qué no hacer
Ante este panorama psicosocial, cuya expresión en la arena política facilita coyunturalmente la aparición y la adhesión a personajes grotescos – que obviamente no resolverán, sino que complicarán los conflictos-, es bueno prevenirse de adoptar actitudes negligentes o catastrofistas.

Minimizar estos fenómenos, negando su existencia, no hace sino permitir su operatividad. Muy conocidas son las líneas del poema “Primero vinieron”, erróneamente atribuidas al dramaturgo alemán Brecht y expresadas originalmente en un sermón por el pastor luterano antinazi Martin Niemöller, quien advertía sobre las consecuencias fatales de la indiferencia.

A su vez, maximizar su importancia, vuelve sombría la escena, sembrando terror e impotencia, al tiempo que, dando una entidad desmedida a posturas canallescas, impide ver aquellos factores también presentes que alientan y construyen en dirección evolutiva.

Absolutamente desaconsejable es degradar al propio pueblo por su elección, tildándolo de ignorante, de ingenuo o de servil. Muy por el contrario, cabe reconocer el frecuente defecto de las “minorías ilustradas” de no lograr entablar un diálogo efectivo con la franja social más vulnerada en sus derechos y oportunidades, cayendo en burbujas de autoafirmación que se desvanecen al verse contrastadas con el rechazo popular.

Por último, externalizar de modo absoluto las causas del avance del irracionalismo en la esfera política con referencia a los manejos del imperialismo, las maniobras de los grupos de poder o la omnipresente propaganda de los medios hegemónicos a su servicio, disminuye la comprensión integral y, una vez más, empequeñece la intencionalidad de los pueblos y su capacidad de sobreponerse a esos embates, aunque ciertamente los factores citados constituyan una parte del problema a título de auto preservación sistémica en tiempos de crisis.

Qué hacer
Del diagnóstico anterior, forzosamente reducido al marco de una nota de análisis periodístico, se desprenden algunas posibilidades de acción inmediata y mediata.

La clave general es la erradicación de toda forma de violencia, sea ésta física, económica, religiosa, étnica, psicológica, moral, de género, etc. Violencia que, en su naturalización objetiva y subjetiva, da cobijo a las actitudes reaccionarias.

La No Violencia, como estadio superador de la especie humana, en permanente cambio y evolución, debe convertirse en el nuevo paradigma de la organización social, las relaciones interpersonales y la actitud individual y colectiva.

Desde ese horizonte será posible erigir las utopías transformadoras en todas las esferas y espacios. Así, el cambio político tenderá a incluir la participación popular directa como única garantía de un tipo nuevo de democracia, promoviendo la autogestión y la co-gestión, acortando de este modo las distancias entre los asuntos públicos más generales y la vida cotidiana de la población.

Para que esto sea efectivo, será preciso descentralizar el poder hacia la base social, hacia la comunidad misma, pero también, al mismo tiempo, desarmar la concentración en pocas manos, interfiriendo en los mecanismos especulativos y corporativos, fortaleciendo el sistema económico cooperativo, apoyando a los medios comunitarios, brindando a las personas un sustento básico universal, adhiriendo a experiencias alternativas en curso como el comercio justo, la agroecología o las tecnologías libres, entre muchas otras.

Pero sobre todo, es necesario desligar el ideal felicitario del consumo irracional materialista, que no solo acarrea sufrimiento en la imaginación por su insaciabilidad, sino que nos vuelve competidores y no aliados en la causa por el bien común.

Como es lógico, esto no será posible sin un cambio simultáneo en la interioridad de los grandes conjuntos, transformación que al igual que los imprescindibles cambios sociales, conlleva dedicación y recursos aplicados. En este sentido, la creación de programas oficiales en co-gestión comunitaria que brinden espacio para que cada persona y colectivo pueda desactivar en su propia conciencia y conducta la violencia interna, deberían ser prioritarios.

En cuanto a la acción inmediata, es preciso reconstruir el tejido social, animando a familiares, colegas, vecinos y desconocidos a rebelarnos ante los muros que pretenden separarnos. Acoger al otro con los brazos abiertos, brindarle protección y calma ante la zozobra, saltar por sobre el individualismo lacerante, ayudar a integrar crecientemente las diferencias y discrepancias, ir más allá de lo que divide y valorar lo que nos une, se vuelve hoy imperativo.

Para lograr ese trato cálido y alimentar la esperanza en este tiempo de agonías estructurales, el camino es comenzar a sentir lo verdaderamente humano en cada uno y cada una, no simplemente su presencia objetal o animal, sino la intención que lo caracteriza y la aspiración de crecimiento y liberación que vive en ese grandioso ser.

(*) Javier Tolcachier es investigador en el Centro Mundial de Estudios Humanistas y comunicador en agencia internacional de noticias Pressenza.