jueves, 13 de junio de 2024

El diminuto helecho que tiene el récord mundial de mayor cantidad de ADN en un ser vivo

Helecho con semillas

FUENTE DE LA IMAGEN,POL FERNANDEZ

Pie de foto,Este raro helecho se encuentra en un conjunto de islas en el océano Pacífico conocido como Nueva Caledonia

Un pequeño helecho acaba de entrar en el libro de los récords mundiales por tener más ADN que cualquier otro ser vivo que se conozca en el planeta.

Si se desplegara en su totalidad, el material genético o genoma de esta planta alcanzaría a cubrir 100 metros.

Los científicos han señalado que se trata de una cantidad “increíble” de ADN para una pequeña planta que la gente apenas notaría si se la cruza mientras camina.

“Es el genoma más grande que se ha descubierto hasta ahora en cualquier organismo vivo en el planeta”, le dijo a la BBC Ilia Leitch del Jardín Botánico de Londres Kew Gardens.

“Ahora, ¿cuál es su función? ¿Cómo sobrevive con tanto ADN adentro suyo? Es algo que estamos estudiando”, añadió.

El genoma es el conjunto completo de instrucciones del ADN dentro de una célula que contiene toda la información necesaria para que un ser vivo se desarrolle y crezca.

Muchas plantas tienen genomas enormes y los científicos están intentando descifrar las razones detrás de esta particularidad.

Nueva Caledonia

Nueva Caledonia

FUENTE DE LA IMAGEN,POL FERNANDEZ

Pie de foto,
El paisaje montañoso de Nueva Caledonia alberga cientos de plantas y animales únicos. Esperan poder comprender cómo afecta su funcionamiento y cómo podría influir en el riesgo de extinción de una especie.

El helecho, conocido con el nombre Tmesipteris oblanceolate, pertenece a un grupo primordial de plantas que evolucionaron mucho antes de que los dinosaurios habitaran la Tierra.

Esta particular planta vive en la geografía montañosa de Nueva Caledonia, un conjunto de islas ubicadas en el océano Pacífico, donde se hallan cientos de especies únicas.

Investigación

Para el estudio, publicado en la revista científica iScience, los investigadores tomaron muestras de ADN de estas plantas.

Midieron la cantidad de tintura que se unía al ADN: cuanto más tinte, más grande es el genoma.

Este helecho resultó con un genoma de tamaño récord: 160.000 millones de pares de bases de ADN, que desplegadas pueden llegar a medir cerca de 100 metros.

En comparación, el genoma humano contiene cerca de 3.000 millones de pares de bases y puede alcanzar los tres metros.

Esas cifras hicieron que el Tmesipteris oblanceolate ingrese al Libro Guinness de los Récords.

"Pensar que este helecho de aspecto inofensivo cuenta con 50 veces más ADN que los humanos es un humilde recordatorio de que todavía hay muchas cosas sobre el reino vegetal que no conocemos. Y que los poseedores de récords no siempre son los más vistoso por fuera”, señaló Adam Millward, de Guinness World Records.

helecho en Nueva Caledonia

helecho en Nueva Caledonia

FUENTE DE LA IMAGEN,POL FERNANDEZ

Pie de foto,
El helecho es apenas perceptible y crece al lado de los árboles.

Genomas grandes y pequeños

Las plantas y los animales contienen la mayor parte de su ADN enrollado dentro del núcleo de cada célula.

Este material genético, o genoma, proporciona toda la información que el organismo necesita para funcionar, almacenada en largas hebras de ADN llamadas cromosomas.

Hay mucha variación en el tamaño del genoma. En el reino animal, algunos de los genomas más grandes corresponden a ciertos peces y salamandras, con alrededor de 120.000 millones de pares de bases.

No todas las plantas tienen genomas grandes. El roble, por ejemplo, tiene uno relativamente pequeño pese a ser un árbol de gran tamaño: si se estirara todo el ADN de una sola de sus células, alcanzaría a medir apenas 66 centímetros.

_- Porto, Portugal, 36 horas

_- Primero Lisboa; ahora Oporto. 

El mundo entero parece haberse enamorado últimamente de las playas cercanas, las antiguas iglesias, la cocina rica en mariscos y las calles históricas de la segunda ciudad más grande de Portugal, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde el número de turistas se ha duplicado en una década. (La atmósfera circense a lo largo de la orilla del río Duero y afuera de la Livraria Lello, una librería neogótica del siglo XIX, son sólo las señales más obvias). Y la cuna del vino de Oporto sigue el ritmo de una serie de nuevas ofertas. En los últimos años se ha visto la apertura, mejora o expansión de museos, centros de arte, mercados de alimentos, salones de comidas y hoteles, junto con la inauguración de World of Wine, un distrito de restaurantes y entretenimiento.
Recomendaciones

Paradas clave
Cozinha das Flores, un elegante restaurante portugués de estilo nouveau dirigido por uno de los chefs internacionales más exitosos del país, presenta elementos de diseño de un arquitecto ganador del Premio Pritzker, Álvaro Siza Vieira, nativo del área de Oporto.

El Museo Serralves, una colección de arte contemporáneo en los terrenos tipo parque de la Fundación Serralves, una institución privada con décadas de antigüedad que trabaja en estrecha colaboración con el gobierno portugués, tiene una nueva ala dirigida por Siza.

El Mercado do Bolhão, un mercado de alimentos del siglo XIX, reabrió sus puertas hace dos años después de una renovación total.

El distrito World of Wine, como un parque temático para epicúreos, cuenta con varios museos temáticos sobre comida y bebida, una escuela de vino y numerosos restaurantes y bares.

Itinerario
Viernes

Una persona se encuentra en un jardín bien cuidado, con varios senderos pavimentados y una fuente en el centro del marco. Jardines del Palacio de Cristal

5 p.m. Relájate en un parque bucólico

Contemplar los puentes y los barcos que pasan por el río Duero es uno de los pasatiempos favoritos de Oporto. Para disfrutar de vistas sublimes lejos de la densa aglomeración de los paseos marítimos, los Jardins do Palácio de Cristal, un cuidado parque del siglo XIX, es una alternativa relajada y bucólica y uno de los favoritos entre los lugareños. Además de los miradores con sombra de árboles, el parque incluye estanques, fuentes, césped, macizos de flores y exposiciones de arte rotativas en la Galería Municipal do Porto, de varios niveles y gratuita. Mientras paseas, mantén los oídos atentos a los cantos de los patos y pavos reales que residen en el parque.

Una persona vestida con una camiseta blanca y un delantal trabaja detrás de la barra de un restaurante que parece estar vacío. Cozinha de las Flores

8 p.m. Coma una cena de estrellas

Después de décadas en el extranjero, cocinando junto a leyendas internacionales (Wolfgang Puck, Ferran Adrià) y dirigiendo cocinas de queridos restaurantes londinenses (Viajante, Chiltern Firehouse), el chef Nuno Mendes ha plantado su bandera una vez más en su tierra natal, supervisando la precisa cocina neoportuguesa. cocina en Cozinha das Flores, un restaurante de un año de antigüedad en la peatonal Rua das Flores. Pruebe pequeños y sabrosos snacks (crujientes galletas de masa madre con navajas), elegantes comidas reconfortantes (calamares de las Azores cortados en tiras parecidas a pasta con un sabroso guiso de garbanzos y tripas de bacalao) y postres inusuales (helado, elaborado con yema de huevo y que se asemeja a él, en tiras de yema de huevo azucarada y frita, espolvoreadas con virutas de jamón). Observe los dibujos abstractos en la pared de mosaico rosa y verde: el arquitecto ganador del Premio Pritzker (y nativo de la región de Oporto) Álvaro Siza Vieira contribuyó con ambos. La cena para dos cuesta unos 120 euros, o unos 130 dólares, sin bebidas.

La gente se sienta en sillas y bancos en un bar con poca luz, con paredes rojas y colgantes de luz en forma de orbes suspendidos en lo alto. Fiasco

10:30 p.m. Beba un cóctel tranquilo

Si desea evitar las calles abarrotadas y la música a todo volumen, características distintivas del distrito de vida nocturna Clérigos, similar al Mardi Gras, diríjase hacia el este, hacia Bomfim, un tranquilo barrio bohemio de galerías de arte y boutiques independientes. Con paredes rojas y banquetas rojas, Fiasco es a la vez el nuevo bar de cócteles más sensual de Oporto y la meca de los coleccionistas de discos de vinilo, gracias a los numerosos estantes de álbumes de rock, rap, indie, electro, world-beat y otros a la venta. Un cóctel Lusco Fusco Groove (brandy Ysabel Regina, Campari, vino portugués fortificado y café) te cuesta 9 euros. Al final de la calle, Terraplana Café imita un salón urbano de antaño (techo de hojalata, piso de tablero de ajedrez) mientras sirve cócteles originales. El jardín trasero es perfecto para tomar un cóctel Tropicalia: oporto rubí, rosado espumoso y sirope de guayaba e hibisco, aderezado con sal (11 €).
A park with manicured lawns and flowers. A large modern dome of a building rises in the background. Un parque con césped y flores bien cuidados. Al fondo se alza una gran cúpula moderna de un edificio.
El Super Bock Arena, también conocido como Pavilhão Rosa Mota, visto desde los Jardins do Palácio de Cristal.

Sábado

Dos personas sentadas en sillones en el espacio de un museo, mirando un televisor de pantalla plana montado en la pared. A la Álvaro Siza.

10 a.m. Admira el arte y la arquitectura.
Ahora con 90 años, el Sr. Siza, el arquitecto cuyos toques vio en Cozinha das Flores, se ha mantenido ocupado. Este año, el Museo Serralves, un museo de arte contemporáneo de clase mundial que diseñó en la década de 1990, agregó una nueva y llamativa ala que también diseñó. Conocida como el Ala Álvaro Siza, la adición irregular de color blanco muestra planos y modelos de la larga carrera internacional del arquitecto, así como obras de la colección permanente, incluidas extrañas pinturas que parecen cuentos de hadas de Paula Rego y litografías abstractas de Gerhard Richter. Una instalación apocalíptica del artista tailandés Korakrit Arunanondchai y un piano sin intérprete embrujado del artista francés Philippe Parreno son particularmente potentes. La entrada a todos los edificios y terrenos cuesta 24 €.

Una muestra de varias ruedas de queso, algunas cortadas por la mitad.
A display of several wheels of cheese, some cut in half. Mercado Bolhao

13:00 Prueba el mercado

Con barba y gafas, Joaquim Lucas parece un erudito mientras corta cuidadosamente presunto (65 euros el kilo) de corvejones añejos de jamón del Alentejo. Su puesto, Charcutaria Princesa, es uno de las docenas dentro del Mercado Bolhão, un mercado de alimentos cubierto del siglo XIX recientemente renovado en el centro de la ciudad que reabrió sus puertas en 2022. La mezcla heterogénea también incluye comerciantes de especias, vendedores de frutas, especialistas en queso, puestos de vinos y más. El mar y la tierra crudos son cortesía de Casa das Ostras, que parte erizos de mar abiertos (5 € cada uno) y pela ostras del Algarve (tres por 7 €), y Talho do Toninho, un puesto de carnicería que sirve rebanadas de pan tostado cubiertas con carne de res o ciervo. tartar (1,50€). De postre, Doçaria Portuguesa prepara un pastel de nata con borde de chocolate (2 €), la clásica tarta de huevo portuguesa. Para una comida sentada, varios restaurantes ocupan el nivel superior. Y a un corto paseo hacia el sur se encuentra un nuevo salón de comidas de Time Out, inaugurado en mayo.

Digerir algo de historia

Pasear por la cercana Rua Santa Catarina, un bulevar comercial sin coches, ofrece tanto un paseo digestivo como una exposición arquitectónica. Comience en Capela das Almas, una iglesia del siglo XVIII cubierta con azulejos azules y blancos (agregados en 1929) que representan episodios divinos llenos de santos, apóstoles, magos y querubines. Hacia el sur, podrá admirar la fachada Art Nouveau de A Perola do Bolhão, una tienda de comida fina que data de 1917, y el gran interior Belle Epoque del Café Majestic, inaugurado en 1921. Finalmente, haga una parada en Praça da Batalha, hogar de la Igreja de Santo Ildefonso cubierta de azulejos, una iglesia del siglo XVIII, y el Batalha Centro de Cinema, una sala de cine Art Deco de la década de 1940 que fue restaurada y reabierta en 2022. Además de una lista ecléctica de películas, el centro ofrece una biblioteca, librería y bar.

Una persona se encuentra en un espacio bien decorado, con un sofá de cuero marrón, paredes de hormigón texturizado, textiles colgados de las paredes y varios cuencos de cerámica expuestos sobre una mesa baja.

Corazón Alecrim

5 p.m. Pruébate la moda portuguesa
Tu guardarropa del sábado por la noche te espera dentro de Labels of Tomorrow, un emporio de moda internacional de dos niveles a pocas cuadras al norte de Livraria Lello en el barrio de Cedofeita. Las marcas portuguesas ocupan un lugar central, desde chaquetas marítimas azules con botones para hombre de Sanjo (149,90 €) hasta versiones vaporosas de camisas de bolos de mujer de los años 50 (130 €) de Mustique. Después de sus aventuras en el probador, una cafetería-restaurante con terraza y un bar en el patio trasero le brindarán un refrigerio para la fatiga de compras o combustible para otra juerga. Si prefiere prendas con historia, la cercana tienda Coração Alecrim vende ropa vintage (abrigos de piel (70 €), vestidos transparentes de cachemira (40 €) y su propia línea de chaquetas, camisas y más de inspiración retro. Un café vegetariano japonés, Musubu Porto, está escondido en la parte trasera.

7:30 pm. Saboree los sabores franco-portugueses

Si Francia está demasiado lejos, puedes disfrutar de los sabores galos en Apego, un pequeño y acogedor restaurante en una calle tranquila al norte de la estación de tren de Trinidade. La música global resuena en los altos muros de piedra y las banquetas amarillas mientras la chef franco-portuguesa Aurora Goy reinventa la cocina local con platos como una sabrosa tarta tatin (que reemplaza las manzanas con huevos y champiñones) y una cama de pomme paillasson, un pastel frito crujiente. de papa rallada y cubierta con caballa y puerros en salsa de vino blanco. Los postres incluyen una galleta sablé al estilo francés con pera y sabayón tipo natilla con vino de Madeira. Una cena de tres platos para dos, sin vino, cuesta unos 90€.

La gente se sienta en un bar, que tiene lámparas colgantes rojas y sillas rojas en primer plano. Genuíno

10 p.m. vino de adoración
Durante el día, en el distrito de las galerías, la zona alrededor de la Rua Miguel Bombarda se transforma en un destino para los amantes del vino al caer la noche. Ocupando una capilla del siglo XIX elegantemente reutilizada, Capela Incomum permite a los acólitos de la uva saborear cosechas como Lapa dos Gaivões (4,50 € la copa), una suave mezcla de tintos de la región del Alentejo, en su salón pintado de color burdeos o en su frente a la sombra de los árboles. patio trasero. A una cuadra de distancia, Genuíno es un animado restaurante y bar de vinos naturales de propiedad brasileña equipado con una bola de discoteca, divertidos carteles con temas de vino y mesas y sillas antiguas. La mayoría de los vinos proceden de pequeños productores regionales, incluido un vino de naranja agradablemente seco y añejado en cemento de Folias de Baco (5,50 € la copa).
 
A view over red-tiled rooftops and a European cityscape beyond, including a bridge.

A view over the museums in the World of Wine (WOW) district, with the Dom Luís I Bridge in the distance.


Una vista sobre los tejados de tejas rojas y un paisaje urbano europeo más allá, incluido un puente. Vista de los museos del barrio del Mundo del Vino (WOW), con el puente Dom Luís I al fondo.

Domingo
El interior de una iglesia con un interior de madera tallada muy ornamentado. Iglesia de San Francisco

10 a.m. A por el oro
Ya lo habrás notado: las iglesias antiguas atraen desde casi todos los rincones. Si te aventuras dentro de una sola, la Igreja de São Francisco se amortiza en oro, literalmente. Erigida en el período medieval, el elevado interior pedregoso de la iglesia se enriqueció en el siglo XVIII con talha dourada, madera elaboradamente tallada y dorada. El efecto es una deslumbrante sinfonía de radiantes temas decorativos: columnas en espiral, remolinos, motivos florales, escudos de armas, querubines y rostros incorpóreos que brotan de cada superficie. Abajo, en la cripta, un panel transparente en el piso revela un mar de huesos blancos que acechan bajo tierra. Entrada 10€.

Déjate sorprender
¿Sabías que el pueblo chino de Jiahu podría haber producido el primer vino del mundo, varios milenios antes de Cristo? ¿Ese moscatel de Alejandría era el vino favorito de Cleopatra? ¿Que la firma de la Declaración de Independencia se celebró con un brindis por Madeira? Las pepitas educativas llenan la Bridge Collection (entrada por 25 €), un museo con una asombrosa variedad de información histórica sobre el vino y vasijas antiguas para beber en el distrito de entretenimiento World of Wine (WOW). Inaugurado en 2020, WOW abarca varios museos, incluidos los dedicados al chocolate, el corcho y el vino rosado, así como boutiques, una escuela de vinos y numerosos restaurantes y bares. Root & Vine sirve un brunch internacional clásico (huevos sobre tostadas, bagels de salmón, gofres) y vistas panorámicas de la ciudad para una instantánea final. Entrada al museo 25€ cada una.

miércoles, 12 de junio de 2024

Miguel Servet, la macabra historia del sabio que fue quemado vivo en la hoguera de la herejía.

Desde el espíritu religioso, el teólogo alcanzó la ciencia. Llegó hasta la materia identificando a Dios con la sangre y la vida con la religión.

En uno de sus últimos libros, el titulado Un ser de lejanías, el escritor Francisco Umbral nos dice que el ser humano se hizo barroco desde el momento en que Miguel Servet descubre la circulación de la sangre. Visto así, razón no le faltaba a Umbral.

Porque Servet explicó que la sangre llega al corazón desde distintas partes del cuerpo, y es el mismo corazón quien la impulsa hacia los pulmones, donde se carga de oxígeno para volver, de nuevo, al corazón que la bombea al resto del cuerpo. Con este circuito, con este ir y venir de sangre y oxígeno, el barroco se confunde con la vida y también se confunde con la religión, pues Servet era teólogo y un hombre profundamente creyente que apostaba por un Cristo de carne y sangre. Estas cosas le costaron la vida; murió quemado en la hoguera inquisitorial por hereje.

Sin ir más lejos, será en su libro de carácter teológico titulado Restitución del Cristianismo, publicado en 1553, donde aparezca por primera vez la función de la sangre en el cuerpo humano y su transmisión desde la arteria pulmonar a la vena pulmonar. “Quien realmente comprende cómo funciona la respiración del hombre ya ha sentido la respiración de Dios y por tanto salvado su alma”, escribe Servet, identificando la Divinidad con la sangre; la vida con la religión.

Según Servet, gracias a este líquido nutriente, gracias a la sangre, el alma es transportada por todo el cuerpo. Bien mirado, la aproximación a la circulación, y con ello al sistema linfático, entronca con ciertos aspectos de la medicina ayurveda, donde la linfa es el componente primario y el que mantiene el cuerpo con vida. No hay que olvidar que Servet estaba más cerca de lo místico que de la materia. Tal vez, por eso, llevado por la idea de Dios, se convirtió en el primer autor en Occidente que comprendió la respiración. Porque respirar no es otra cosa que relacionarte con el exterior. Si no respiras, si no te relacionas con tu exterior mediante tus órganos, es que estás muerto. Y para Servet, el origen del milagro de la comunicación con lo exterior residía en Dios. Con estas cosas, y desde el espíritu, Servet alcanzó la materia.

Su teoría acerca de la función pulmonar, o circulación menor, desbanco la de Galeno, vigente hasta entonces, por la cual el aire llegaba al corazón por la vena pulmonar y una vez allí se mezclaba con la sangre, que, después, se filtraba por el organismo. Lo que propuso Servet fue que la transmisión de la sangre se produce a través de un “magno artificio” por el que es impulsada desde el ventrículo derecho hacia los pulmones para su oxigenación y pasa posteriormente al ventrículo izquierdo.

Con ello, el barroco se adelanta en la historia unos años, haciéndose sangre y volviéndose hacia adentro, a decir de Umbral en Un ser de lejanías (Austral), uno de sus últimos trabajos cuyo título crepuscular evoca la lejanía de las cosas a medida que nuestro cuerpo, con los años, va haciéndose viejo; un trabajo que desde la literatura alcanza la materia científica.

El hacha de piedra es una sección donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad científica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

martes, 11 de junio de 2024

_- El falso debate sobre las ‘nuevas’ metodologías y los malos resultados escolares.

_- Los centros y el profesorado tienen responsabilidad, pero es injusto que sean señalados por la opinión pública como culpables del mal rendimiento en una sociedad quebrada por la inequidad y la injusticia social.

En la película Mad City (1997), de Costa-Gavras, la noticia empieza a ser noticia cuando el periodista interpretado por Dustin Hoffman se acerca de forma despiadada a la vida y sufrimiento de un desesperado vigilante de seguridad que secuestra a un grupo de niños rehenes en el museo donde trabajaba.

El filme, una ácida crítica contra la voracidad de los medios de comunicación, retrata una sociedad rendida a los influjos del “cuarto poder”. Su código deontológico queda a expensas de la creación de estados de opinión, las audiencias y las exigencias del mercado. Todo con tal de vender.

Un sector de la prensa educativa lleva de un tiempo a esta parte perdido en los callejones de esta ciudad enloquecida. Ante ello, las únicas salidas que encuentra están alejadas del rigor y la transparencia: se busca el impacto sensacionalista para hacer de una versión de la realidad un hecho generalizable que se replica en redes y WhatsApp.

Los avances en la democratización de la información y el periodismo de datos se tendrían que haber convertido en piezas claves para combatir los discursos de las fake news, también en el tratamiento informativo del sistema educativo; sin embargo, la competencia voraz para lograr el clickbait e incrementar beneficios pone todo más difícil. Se crea, así, un efecto distorsionador de pánico social que provoca la radicalización de una especie de batalla cultural en educación, además del nacimiento de posiciones reaccionarias.

Uno de los focos periodísticos que atrae una sobrecarga de titulares negativos (los que, recordemos, logran más visualizaciones y determinan nuestra percepción del mundo) se centra en la falsa relación entre cambio metodológico y malos resultados escolares. Esta corriente de opinión es potente en regiones como, por ejemplo, Catalunya, donde incluso hay movilizaciones de familias contra los llamados “experimentos educativos” aplicados en la escuela. ¿Dónde se están buscando los culpables?

Ya el Informe TALIS de 2018 derrumbaba la falsa premisa del presunto dirigismo metodológico o la imposición del enfoque a la hora de desarrollar las clases: según este Informe, el 95% del profesorado de España en Secundaria se siente libre a la hora de elegir sus metodologías de enseñanza. Las cifras de Primaria son muy similares. Estoy seguro de que si hiciéramos una encuesta hoy los resultados serían parecidos.

Por lo tanto, es imposible establecer causalidad entre el uso de enfoques novedosos en el diseño de las sesiones didácticas y la caída de resultados que, por ejemplo, observamos en PISA 2022. Nadie con un mínimo de conocimiento estadístico determinaría esta relación directa que además parte de una premisa falsa.

Que la última reforma educativa oriente hacia la realización de un enfoque por proyectos para facilitar la contextualización del aprendizaje no puede convertirse en germen de disputa. Primero, porque no debiera resultar descabellada la realización de planteamientos didácticos que supongan retos para el alumnado y despierten curiosidad por aprender. Todos, en cierto modo, lo hacemos: relacionar conocimiento con experiencia no es novedoso. Y segundo porque, al menos en Secundaria, que es donde aumentan los repetidores y las dificultades de aprendizaje, las metodologías activas son menos frecuentes. La tarea en casa, el libro de texto, el examen y la recuperación siguen siendo “el pico y la pala” de todo estudiante, como hace treinta años.

Philippe Perrenoud (2007) advierte que la variable de organización del trabajo es difícilmente modificable si no se integra en la dimensión de las habilidades didácticas antes. Reconozcamos, en ese sentido, el sentido que actualmente tiene el máster de formación del profesorado, el tipo de prácticas que se reproducen y cómo este es el marco general en el que un docente “aprende” a ser docente. Aunque hay excepciones, la formación inicial se encuentra enclavada en temarios en gran parte teóricos, alejados de la realidad de colegios e institutos y con escaso afán reflexivo. La teoría es necesaria, pero debe ser una teoría de ida y vuelta, y esta reciprocidad no se está produciendo.

TALIS 2018 sí arrojaba estadísticas preocupantes cuando, por ejemplo, nos adelantaba las dificultades que tiene el docente para adaptar su práctica a la complejidad relacionada con la diversidad. Por eso, a pesar del empeño de un sector de la opinión pública en desviar el foco hacia las formas de organización o los métodos, el asunto es mucho más complejo. Cualquier investigación seria demuestra que las dificultades sociales y contextuales se presentan como uno de los grandes escollos que condicionan la labor del profesorado y, por lo tanto, el rendimiento.

No son tan relevantes, por ello, una presunta renovación metodológica o un cambio radical en la estructura interna de los centros, que no se ha llegado a producir en la mayoría de casos. Un ejemplo claro es la resistencia al aprendizaje competencial; otro, la minoritaria distribución por ámbitos en lugar de materias. Serán más importantes las actuaciones que directamente se hacen sobre las escuelas afectadas por la segregación y sobre aquellas que se vacían por condicionantes sistémicos donde nunca se ha actuado.

Sin embargo, afanosos por construir realidades informativas donde no hay verdades demostrables, el alarmismo mediático escarba en la fragilidad de una audiencia que vuelve a sucumbir ante lo emocional. Se prefiere desviar el foco hacia lo que ocurre dentro de los centros. Allí se planta la semilla del desastre por culpa de una “innovación vacía” al parecer habitual, pero lo cierto es que muchos profesionales permanecen alerta para identificarla y reorientar sus prácticas hacia el rigor.

Seguimos como sociedad embelesada ante el poder mediático de determinados discursos. Mostramos una preocupante incapacidad de movilización para delatar la quiebra estructural en familias y entornos, que demuestra las dimensiones multifactoriales a las que nunca nos acercamos por miedo a quemarnos. Se ha estudiado hasta la saciedad el desarraigo que los jóvenes empiezan a sentir hacia la institución escolar, que lastra la labor de un cuerpo docente impotente por mucho que haga. Pero seguimos empeñados en poner el foco solo en el proceso de aprendizaje, por lo que, cuando se falla, siempre se mirará hacia lo que ocurre dentro de las aulas, y no fuera.

Los centros y el profesorado tienen responsabilidad, pero es injusto que sean señalados por la opinión pública como culpables del mal rendimiento, en una sociedad quebrada por la inequidad y la injusticia social. Sabemos cómo y quién se excluye en el sistema, pero se continúa permitiendo la normalización de factores de segregación que impactan en los más débiles. Estos factores se perpetúan cuando no se indaga desde las políticas educativas en los efectos de la desigualdad en la elección de centros, o en cómo se construye la guetificación educativa. Pero el problema es la excesiva innovación.

El falso debate sobre las nuevas metodologías y los malos resultados escolares enmascara, en definitiva, el problema de la desigualdad de condiciones. Si todo se arreglara con exigir más, aumentar el tiempo de las explicaciones en una pizarra o mandar más deberes para casa, bastaría con realizar cualquier análisis simple que evite una radiografía longitudinal del sistema: aquella que demuestra que las verdaderas carencias que hay detrás son de inversión pública, configuración de mapas escolares y tipo de apoyo que recibe el alumnado con dificultades. Y es ahí hacia donde hay que reorientar el debate social, con toda la responsabilidad que ello conlleva.

Albano de Alonso Paz es profesor de Lengua Castellana y Literatura y Cruz al Mérito Civil por su labor en el campo de la enseñanza. Divulga sobre educación a través de su blog www.albanoalonso.info.

lunes, 10 de junio de 2024

_- Sicilia mágica: lugares que debes visitar en tu viaje a esta isla de Italia. Es la isla de mayor tamaño del Mediterráneo, también una de las que más historia y patrimonio cultural atesora. Palacios renacentistas, ciudades que son una obra maestra del barroco más clásico y pueblecitos en las montañas son algunas de las pistas para quienes quieran sacarle el máximo partido a su viaje. Y no olvides que en Siracusa vivió el gran sabio Arquímedes.

Qué ver en Sicilia
_- Un grupo de turistas en la plaza Pretoria en la ciudad de Palermo.
La isla de mayor tamaño y más poblada del Mediterráneo es también una de las más hermosas y de las que más historia y patrimonio cultural atesora. En Sicilia los antiguos griegos construyeron templos impresionantes que hoy pueden visitarse en bastante buen estado; los romanos legaron uno de los restos de sus villas más esplendorosas; y los normandos, castillos e iglesias medievales.

Árabes, bizantinos, la Corona de Aragón y el rey español Carlos III se sucedieron en el dominio de la isla, que también ofrece al viajero palacios renacentistas, ciudades que son una obra maestra del barroco más clásico y pueblecitos en las montañas de donde partieron hacia Nueva York los emigrantes que se convirtieron en los capos más legendarios de la mafia. Unas playas bañadas por aguas cristalinas y una gastronomía exquisita se añaden a una oferta “que no se puede rechazar”, que diría Vito Corleone.

Italia más allá de su deliciosa cocina y cultura: 15 experiencias para disfrutar de su naturaleza

Palermo

La caótica capital siciliana es una ciudad muy agradable, con un centro histórico adecuado para recorrer a pie y en el que, entre decenas de antiguos palacios de fachadas que no les vendría mal una manita, brotan monumentos que no hay que perderse: la Fontana Pretoria, en la plaza del mismo nombre, fue adquirida en el siglo XVI y la desnudez de sus ninfas escandalizó al clero y a los burgueses palermitanos; la catedral, erigida en el año 1185, muestra una fusión única de estilo árabe —fue mezquita durante la dominación sarracena— y normando con elementos renacentistas añadidos en los siglos posteriores. Junto a la cripta, el tesoro guarda joyas que pertenecieron a Catalina de Aragón y a otra reina normanda. El Palacio de los Normandos, un castillo medieval, es la sede actual del Parlamento de Sicilia y los mosaicos persas que forman palmeras, leopardos y pavos reales en la estancia donde dormía el rey Roger II son de una belleza extraordinaria —varios días a la semana el palacio se puede visitar—
 
El pórtico de la catedral de Palermo, en Sicilia.El pórtico de la catedral de Palermo, en Sicilia.

Y los cinéfilos tienen que visitar obligatoriamente el espléndido Teatro Massimo, construido en estilo neoclásico a finales del siglo XIX y sede de la Ópera, en cuyas escaleras cae asesinada la hija del capo que encarna Al Pacino en una de las escenas finales de El Padrino III.

Pizza y baño en Mondello

La enorme playa de Mondello.La enorme playa de Mondello.

A unos 12 kilómetros al norte del centro de Palermo —se llega cómodamente en un autobús urbano—, la playa de Mondello es ideal para un baño en un mar que hasta bien entrado el otoño mantiene una buena temperatura. Y también para almorzar una pizza bien hecha en una de las numerosas pizzerías asentadas en el paseo marítimo, como Sebastian.

La catedral de Monreale

Interior de la catedral de Monreale.

Interior de la catedral de Monreale. 

A solo ocho kilómetros al suroeste de la capital de la isla, la catedral de Monreale está considerada como el mejor ejemplo de una arquitectura que incorpora elementos normandos, árabes, bizantinos y clásicos, a medida que los sucesivos invasores se apoderaban de Sicilia. Sus partes más antiguas datan del siglo XII y su interior está decorado con mosaicos bizantinos que ocupan más de 6.000 metros cuadrados en muros, arcadas e, incluso, columnas de su afamado claustro románico de Santa Maria la Nuova.

El Valle de los Templos

A las afueras de la encantadora y pequeña ciudad de Agrigento, sobre la costa sur de la isla, la colonia helena de Akragas fue una de las más importantes de la Magna Grecia y, hacia el siglo V antes de Cristo, se erigieron varios templos de estilo dórico de los que cinco han resistido el paso del tiempo en diferentes estados de conservación. Del más impresionante, el Templo de la Concordia, se puede decir que se ha mantenido casi intacto hasta la actualidad y su fachada oeste, en la que seis columnas sostienen el arquitrabe y el tímpano, es el símbolo de la lista de los patrimonios mundiales de la Unesco —la zona arqueológica de Agrigento está protegida por este organismo desde 1997—. El Valle de los Templos, que en realidad se erigen sobre un risco, es la mayor atracción para un viajero en Sicilia.
 
El 'Ícaro caído', obra del artista Igor Mitoraj, se exhibe frente al Templo de la Concordia en el Valle de los Templos, en Agrigento, Italia. El Valle de los Templos incluye las ruinas de siete templos, las murallas de la ciudad, el ágora, el foro romano, la necrópolis y los santuarios rupestres.El 'Ícaro caído', obra del artista Igor Mitoraj, se exhibe frente al Templo de la Concordia en el Valle de los Templos, en Agrigento, Italia. El Valle de los Templos incluye las ruinas de siete templos, las murallas de la ciudad, el ágora, el foro romano, la necrópolis y los santuarios

Y los cinéfilos tienen que visitar obligatoriamente el espléndido Teatro Massimo, construido en estilo neoclásico a finales del siglo XIX y sede de la Ópera, en cuyas escaleras cae asesinada la hija del capo que encarna Al Pacino en una de las escenas finales de El Padrino III.
 
Vistas en Cefalú.
 Vistas en Cefalú. 

Este pueblecito sobre la costa norte siciliana es uno de los principales centros turísticos de la isla, sobre todo en verano, debido a su buena playa, la belleza de su centro histórico medieval —con una atractiva Piazza del Duomo, la Catedral normanda, el antiguo Lavadero o el Palazzo Maria—, la iglesia barroca del Purgatorio y la Rocca, esa colina que domina la ciudad donde quedan los muros de la ciudadela árabe con sus añadidos normandos y un templo romano de la diosa Diana del siglo IV.

De nuevo, los cinéfilos tendrán la oportunidad de identificar la explanada —si miran desde la playa hacia donde termina la fila de casas costeras— donde se instalaba el cine de verano, cuyas proyecciones, a veces, se interrumpían por la lluvia, en el filme Cinema Paradiso (1989). En los restaurantes de Cefalú se pueden probar algunos de los mejores platos de spaghetti frutti di mare de Italia (y del mundo).

Siracusa

El Teatro Greco, en el centro de Siracusa.El Teatro Greco, en el centro de Siracusa.

Siracusa es una de las primeras colonias griegas establecidas en Sicilia; la fundación de esta ciudad en la costa oriental de la isla se remonta al siglo VII antes de Cristo y fue consagrada a la diosa Artemisa. El barrio histórico de Ortigia conserva joyas como la catedral barroca, edificada sobre un templo griego cuyas columnas dóricas del siglo V antes de nuestra era aún se pueden admirar en el interior de la iglesia y en la propia fachada, o la Fontana Aretusa, un manantial en cuyas aguas retornó a la tierra la ninfa cuando escapó de la Arcadia y que ya eran el principal recurso hídrico de la ciudad helena. Los restos del Teatro Greco y otros de la época romana aparecen por doquier en el centro de Siracusa.

Hay varias playas a las afueras, pero en la misma ciudad hay plataformas de roca estupendas para pegarse un chapuzón. Y a solo 30 kilómetros al sur de Siracusa, no hay que perderse el mejor exponente del barroco siciliano en los fastuosos palacios e iglesias de la localidad de Noto, patrimonio mundial de la Unesco, lo cual no es mucho decir en Sicilia.
 
Un ingenioso mosaico en la Villa Romana del Casale.Un ingenioso mosaico en la Villa Romana del Casale.

Villa Romana del Casale 

En pleno centro de la isla, muy cerca del pueblo Piazza Armerina, espera la Villa Romana del Casale. Esta mansión del siglo III es el principal monumento de la época romana que puede admirarse —¡y mucho!— en Sicilia. Al haber permanecido enterrada hasta los años cincuenta del pasado siglo, cuando se descubrió, su estado es excelente y el viajero quedará maravillado por la belleza de los mosaicos que adornan prácticamente toda la planta del edificio, una superficie de unos 3.500 metros cuadrados.

Taormina

Una de las plazas que podremos encontrar en Taormina.

Una de las plazas que podremos encontrar en Taormina.

Esta es otra antigua colonia griega fundada siete siglos antes de nuestra era. Las playas de la hermosa Taormina, en la costa oriental de Sicilia y bañada por el mar Jónico, son un destino turístico desde el siglo XIX. Entre los monumentos que han sobrevivido a su rico pasado se cuentan el castillo Sarraceno, sobre una colina a las afueras; el antiguo Teatro Griego, en muy buen estado y con vistas al mar y al volcán Etna que cortan la respiración; el Palazzo Corvaja, en una fortaleza medieval normanda; y varios palacios y fuentes barrocas e iglesias góticas diseminados por el centro histórico. Sin olvidar una interesante necrópolis que data de la dominación árabe. La atracción de Taormina a los turistas más chic se ha reflejado en la desternillante segunda temporada de la serie White Lotus.

Corleone

Un rincón de Corleone,  a 60 kilómetros al sur de Palermo.

Un rincón de Corleone, a 60 kilómetros al sur de Palermo.
 
Los mitómanos y estudiosos de la Cosa Nostra siciliana no se perderán la visita a este pueblo, a 60 kilómetros al sur de Palermo, asentado en un valle a 500 metros de altitud. En Corleone nacieron los jefes de las más crueles familias mafiosas como Totò Riina, Il capo dei capi, o Bernardo Provenzano. Y también es la villa donde el novelista Mario Puzo y el director Francis Ford Coppola situaron el origen de Vito Corleone, el Padrino.

Antes del regreso a casa, al borde de la autopista A29 que conduce al aeropuerto Falcone-Borsellino, una sencilla columna recuerda al juez y héroe antimafia Giovanni Falcone, su esposa y dos escoltas en el lugar donde fueron asesinados por la explosión de una bomba en 1992. Seis meses más tarde, su colega y amigo Paolo Borsellino caería también asesinado por la mafia.

domingo, 9 de junio de 2024

Branko Milanovic, el economista político de la desigualdad global.

Este investigador serbio-estadounidense es una de las mejores cabezas económicas en varias décadas. Ha redefinido el debate sobre la equidad a escala planetaria.

Es el elefante más famoso de la historia. Fue hace algo más de una década, poco antes de la Navidad de 2013, cuando dos economistas del Banco Mundial —Branko Milanovic y Christoph Lakner— publicaron un paper de nombre esclarecedor: Distribución global de la renta: desde la caída del muro de Berlín hasta la Gran Recesión. Demostraban, en fin, cómo la globalización ha beneficiado a los más ricos y a las incipientes capas medias del bloque emergente, al tiempo que perjudicaba a las clases trabajadoras de Europa y Estados Unidos, golpeadas por el cierre de fábricas que hacían las maletas rumbo a Asia. Todo, absolutamente todo, en un único gráfico que se asemejaba a la silueta de un paquidermo, de la cola a la trompa. Se convertiría, poco después, en uno de los más citados de las últimas décadas.

No eran, precisamente, años en los que la desigualdad ocupara un lugar destacado en la conversación pública. Ni siquiera un lugar. Imperaba la idea, tan fukuyamesca, de que, tras aquel 9 de noviembre de 1989, el liberalismo político y económico se había impuesto definitivamente y que el mercado, per se, resolvería todos los males. Tuvo que llegar el doloroso crash de 2008, la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, para que el mundo despertase abruptamente de aquel sueño. “Reveló una cruda realidad a las clases medias occidentales y, sobre todo, a la estadounidense: que su capacidad de compra había dependido, en gran medida, de su capacidad de endeudamiento”, recuerda el propio Milanovic al otro lado del teléfono.

Quedaba, así, al descubierto todo lo que había dejado patente la dupla Lakner-Milanovic en su curva del elefante: que la internacionalización de las cadenas productivas había creado mucha riqueza y sacado de la pobreza a millones de personas en los países de renta media y baja —a los que también había elevado a otro estadio—, pero que también había deshilachado las antaño sociedades industriales de Occidente y avivado el auge de los populismos y de la extrema derecha. De aquellos polvos, estos lodos.

“Hasta entonces, solo se estudiaba la desigualdad interna en cada país para luego comparar los datos entre sí”, esboza también por teléfono Janet Gornick, colega del economista serbio en el Stone Center on Socio-Economic Inequality —que ella misma dirige— y con quien más estudios a cuatro manos ha escrito en los últimos tiempos. “Branko cambió por completo esa perspectiva, disolviendo las fronteras nacionales e imaginando, si se quiere, una comunidad global”. Siempre, desde una mirada independiente, progresista y heterodoxa, marca de la casa.

Aunque sin trascender aún de los ámbitos académicos, Milanovic ya llevaba décadas investigando sobre inequidad. En su tesis doctoral, hace más de tres décadas, analizaba este fenómeno en la hoy extinta Yugoslavia. Los focos, sin embargo, le llegarían mucho después, con aquel elefante que le catapultó al gran público y con otras dos obras que le han permitido trascender mucho más allá del lector nicho: Capitalismo, nada más (Taurus, 2020) y su reciente Miradas sobre la desigualdad (Taurus, 2024).

De ambas, como de sus otros tres libros publicados en los últimos 18 años —todos con la desigualdad como hilo conductor—, emana un aroma común: el afán generalista y la sutileza al combinar el rigor científico y la habilidad comunicativa, dos de los ingredientes más difíciles de mezclar en el siempre complejo cóctel del ensayo. “Es un brillante investigador práctico, con una característica mezcla de innovación y cautela”, enfatiza Gornick.

Lejos del perfil del economista best seller, Milanovic tiene dos capas: la del académico riguroso y la del escritor de libros que permean mucho más allá de la economía. “Tampoco es un publicista: detrás de cada afirmación suya que pueda resultar atractiva en lo popular o lo mediático, hay un paper lleno de cálculos o una investigación histórica que alcanza hasta la Edad Media. Hace lo que hace muy poca gente”, sostiene el historiador económico Leandro Prados de la Escosura, catedrático emérito de la Universidad Carlos III de Madrid. Como preguntarse —y responder— qué lugar ocuparía hoy Anna Karenina en la pirámide económica.

Milanovic, afincado en Estados Unidos desde hace décadas, es una de las mejores cabezas económicas en varias décadas, a la altura de los Mariana Mazzucato, Thomas Piketty, Olivier Blanchard, Daron Acemoglu, Angus Deaton, Carmen Reinhart o Barry Eichengreen. Y es, sobre todo, un tipo que se moja sobre lo que ocurre en el mundo, a diferencia de tantos académicos, tercia Prados de la Escosura. “Es capaz de opinar, comedidamente y con criterio, sobre prácticamente cualquier tema de hoy: sobre la invasión rusa de Ucrania, sobre Gaza… Es una persona tolerante, con una máxima: no intentar convencer a nadie de sus ideas; no porque no quiera, sino porque cree que es una batalla perdida”.

Nacido hace 70 años en el seno de una familia relativamente acomodada de la Yugoslavia de Tito, el economista serbio creció con algunos lujos de la burguesía roja, de los que carecían la mayoría de sus coetáneos. Su adolescencia transcurriría, en cambio, en un instituto público belga nítidamente izquierdista. Allí, en Bruselas, estaba destinado su padre, también economista, en calidad de representante de su país ante la recién fundada Comunidad Económica Europea, y allí fue donde pudo ver con sus propios ojos la brecha de renta desde el lado del privilegiado. Aprendió francés, que, como el inglés y el serbocroata, domina a la perfección. Una panoplia lingüística a la que, con los años —y las estancias académicas en ciudades como Madrid—, ha añadido un español más que decente, el ruso y hasta el polaco.

Sus años universitarios transcurrieron, sin embargo, en Belgrado, donde estudió Economía tras barajar Sociología. Allí comenzó su genuino interés por la inequidad y allí, también, empezó a convertirse en lo que es hoy: un tipo cosmopolita, de trato sencillo y curiosidad infinita. Casado y con dos hijos, dedica el resto de su tiempo a sus dos grandes aficiones: el fútbol y la historia, con predilección por el Imperio Romano y la I Guerra Mundial.

Una inclinación, esta última, entre lo personal y lo académico, que le ha granjeado un enorme respeto en ese gremio. “Lo ha leído todo y, además, se acuerda de lo que ha leído. Y, como Acemoglu o James A. Robinson, ha sido capaz de establecer una agenda de investigación para los historiadores”, sintetiza Prados de Escosura.

Tuitero desde hace años, Milanovic también permanece fiel al ya clásico género del blog, que cultiva desde hace años y al que en los últimos años ha sumado una newsletter de periodicidad variable, pero de finísimo contenido, en la que entremezcla las vivencias de su infancia y adolescencia con lo puramente académico. Ahí es donde muestra su personalidad de economista político, con la que ha roto el tristemente infranqueable muro entre lo económico y lo social. Una barrera que, como todos los grandes de este campo, el hoy profesor de la City University de Nueva York nunca entendió como suya.

Aunque tímidamente, en los últimos años su nombre ha empezado a aparecer en las quinielas de los futuros Premios Nobel de Economía. “Nada me haría más feliz, porque tiene una mente única: de economista, de filósofo, de historiador, de narrador…”, desliza Gornick. “¿Es probable, siquiera vagamente, que le concedan el Nobel? Creo que no, porque no encaja en el molde”. Un no encajar en el molde que es, paradójicamente, una de sus grandes virtudes.

Cómo prepararte mejor para un examen si solo tienes tiempo de estudiar en el último momento

Joven tomando notas en un clase

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Pie de foto,Prepararse para un examen puede ser una experiencia estresante.

Si estás en la escuela o la universidad y te ha llegado el momento de prepararte para los exámenes, es posible que te encuentres tratando de memorizar información que aprendiste hace mucho tiempo y que has olvidado por completo, o que no aprendiste en primer lugar de manera efectiva.

Desafortunadamente, tratar de absorber mucha información en poco tiempo es una forma muy ineficiente de aprender adecuadamente.

Pero, a veces, es necesario para aprobar un examen.

Por eso puedes incorporar lo que sabemos sobre cómo funciona el aprendizaje al repasar, para que sea más efectivo.

Una gran cantidad de evidencia de investigaciones sobre cómo funciona la memoria a lo largo del tiempo muestra que al principio olvidamos nueva información muy rápidamente, y después el proceso de olvido se ralentiza.

En la práctica esto significa que los tiempos de estudio muy comprimidos causan una cantidad catastrófica de olvidos.

Una mejor opción es espaciar el aprendizaje de un tema en particular de manera más gradual y durante un período más largo. Esto se denomina "efecto de memoria espaciada" o "repetición espaciada" y hace que las habilidades y los conocimientos se retengan mejor y durante más tiempo.

Investigaciones han descubierto que recordamos mejor la información cuando dejamos un espacio de tiempo entre estudiar algo por primera vez y volver a visitarlo, en lugar de hacerlo de inmediato.

Personas en un examen

Personas en un examen

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Pie de foto,

A la hora de retener información, resulta más eficiente espaciar el aprendizaje y el repaso. 

Esto funciona incluso en períodos de tiempo cortos: un retraso de unos segundos cuando se intenta aprender una cantidad pequeña de información, como un par de palabras, por ejemplo. Y también funciona cuando el retraso entre sesiones de estudio es mucho mayor.

En el aula, espaciar la práctica podría significar revisar y practicar el material al día siguiente, o retrasar la tarea un par de semanas, en lugar de repasarla lo antes posible.

Como regla general, los psicólogos han sugerido que el mejor momento para reestudiar el material es cuando está a punto de ser olvidado: no antes, pero tampoco después.

Pero no es así como se aprenden las cosas durante el año escolar. Cuando los estudiantes llegan a la época de exámenes, han olvidado gran parte de lo que han estudiado antes.

Cómo maximizar tu tiempo

Cuando se trata de aprender realmente -ser capaz de recordar información a largo plazo y aplicarla a situaciones nuevas-, tratar de estudiar mucho en un plazo corto no funciona.

Difícilmente podamos llamarlo "aprendizaje" si la información se olvida un mes después.

Pero si necesitas aprobar un examen, estudiar en poco tiempo puede generar un aumento temporal en el rendimiento.

Es más, puedes incorporar el efecto de repetición espaciada en tu preparación para hacerla más eficiente.

Estudiantes con las manos levantadas en el aula

Estudiantes con las manos levantadas en el aula

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Pie de foto,
Algunas de las técnicas pueden aplicarse durante el momento del aprendizaje en clase. 

Es mejor espaciar la práctica del conocimiento de un tema a lo largo de las semanas, por lo que si tienes algo de tiempo antes de un examen clave, planifica tu cronograma de repaso para cubrir los temas más de una vez.

En lugar de asignar un bloque de dos horas a un tema en particular, estúdialo durante una hora esta semana y luego otra hora dentro de una semana aproximadamente.

Si no tienes tanto tiempo, vale la pena incorporar intervalos más pequeños entre las sesiones de práctica.

Si tu examen es mañana, practica los temas clave hoy por la mañana y luego nuevamente por la noche.

El aprendizaje también es más eficaz si recuperas activamente información de tu memoria, en lugar de volver a leer o subrayar tus notas.

Una buena forma de hacerlo, incorporando el efecto de memoria espaciada, es haciendo pruebas prácticas. Revisa un tema de tus apuntes o libro de texto, tómate un descanso de media hora y luego haz un examen de práctica sin la ayuda de tus libros.

Una técnica aún más sencilla es la llamada brain dump en inglés, que consiste en estudiar y tomar un descanso, y luego escribir todo lo que puedas recordar sobre el tema en una hoja de papel en blanco sin revisar tus apuntes.

Cambiar la forma en que enseñamos

Quizás sea necesario un cambio en las prácticas docentes para evitar que los alumnos tengan que estudiar material que sólo recuerdan a medias antes de los exámenes.

Pero mi investigación sugiere que los profesores tienden a estar de acuerdo con la idea de que la consolidación de un tema debería ocurrir lo antes posible, en vez de espaciar la práctica de maneras que en realidad son más efectivas.

Estudiantes miran con atención

Estudiantes miran con atención

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Pie de foto,
Los cambios que se pueden incorporar para facilitar el aprendizaje no son radicales. 

Los profesores están sobrecargados y hacen esfuerzos heroicos con el tiempo que tienen. Pero incorporar el efecto de memoria espaciada en la enseñanza no requiere necesariamente cambios radicales en la forma en que se manejan los docentes.

A menudo, es tan sencillo como hacer lo mismo en un horario diferente.

Las investigaciones han demostrado que la forma más eficaz de combinar las pruebas de práctica y el efecto de memoria espaciada es realizar estas pruebas en la clase inicial, seguidas de al menos tres oportunidades de práctica en intervalos ampliamente espaciados.

Y esto es muy factible dentro del patrón típico del año escolar.

Por ejemplo, después de la primera clase, la práctica adicional podría realizarse con una tarea después de unos días, y luego algún tipo de prueba o examen simulado después de un intervalo de tiempo adicional.

El período de repaso antes de los exámenes sería entonces la tercera oportunidad de consolidación.

Incorporar a la educación la autoevaluación efectiva y la práctica retrasada significaría menos estrés y también tener que estudiar menos material a última hora, lo cual resulta ineficiente.

La época de exámenes sería para consolidar, en lugar de volver a aprender cosas que se han olvidado.

El resultado sería una mejor retención de conocimientos y habilidades importantes a largo plazo.

Como ventaja adicional, los estudiantes también obtendrían una mejor comprensión de cómo estudiar de forma eficaz.

*Jonathan Firth es Profesor titular de Educación, Universidad de Strathclyde, Reino Unido

sábado, 8 de junio de 2024

El franquismo diseccionado. Ludovic Lamant.

Casi cincuenta años después de la muerte de Franco, una exposición ofrece en Toulouse una "anatomía" de la dictadura española, una de las más largas de Europa. Y varios libros de historiadores abogan por escribir una historia "transnacional" de la dictadura, situándola en un contexto más amplio.

El proyectil no explotó. La basílica del Pilar de Zaragoza (España), contra la que había sido disparado el 3 de agosto de 1936, se salvó. Según la propaganda franquista, fue una señal de Dios, que había elegido su bando. Años más tarde, un obrero esculpió en la concha una Virgen del Pilar, que otros transformaron después en candelabro.

Es uno de los objetos de exaltación del franquismo, junto a innumerables carteles, revistas, manuales escolares y banderas, que se exponen en Toulouse en la muestra "Anatomía del franquismo", en el Museo de la Resistencia y la Deportación, hasta septiembre.

"Hay tal contraste entre la riqueza de las investigaciones sobre la España franquista de los últimos treinta años y la crasa ignorancia en la que se encuentra Francia, que era absolutamente necesario presentar estos nuevos trabajos", explica François Godicheau, historiador de la Universidad Toulouse-Jean-Jaurès y comisario científico de un ciclo sobre la España franquista, del que forma parte la exposición.

La elección de Toulouse no es baladí, ya que la más española de las ciudades francesas fue la "capital del exilio" durante la Retirada. Pero la exposición no repasa el conocido episodio del exilio de los republicanos durante y después de la guerra. Profundiza en los pilares del régimen franquista (la Falange, el ejército y la Iglesia), describe la hambruna de los primeros años (200.000 personas murieron de hambre en los años 40) y documenta el adoctrinamiento de los más pequeños a través de la escuela.

En el piso de arriba, se disecciona la "purga sistemática de la sociedad" a través de la puesta en marcha de un sistema represivo vertiginoso (miles de republicanos condenados a muerte en las grandes ciudades tras la victoria de 1939, 300.000 funcionarios víctimas de purgas, un millón de prisioneros civiles, políticos o de guerra en enero de 1940...). Esto llevó a los comisarios de la exposición a escribir que "esta larga procesión de medidas punitivas superó con creces a las dictaduras italiana o portuguesa, e incluso a la Alemania nazi, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial".

Respuesta a las falsificaciones
Entre los elementos más destacados de la exposición se encuentran los álbumes digitalizados del fotógrafo Martín Santos Yubero (que incluyen impresionantes instantáneas de la inauguración del Valle de los Caídos en 1959, la basílica de las afueras de Madrid, en presencia de Franco) y la reproducción de una obra maestra de la pintura española, Silencio, de Juana Francés (1953), que muestra el retrato de una mujer tapándose la boca con la mano, en una sociedad franquista ultrapatriarcal (el original pudo verse en el centro de una vibrante exposición en el Mnac de Barcelona el año pasado, sobre la figura humana después de la guerra).

Al final del recorrido, en una vitrina, se exponen tres objetos conmovedores: un reloj de bolsillo, un anillo y una suela de zapato fabricada con un neumático de caucho. Fueron descubiertos al abrirse en 2000 una fosa de víctimas de la represión franquista por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

En el verano de 2022, la publicación de una amplia entrevista al ensayista de extrema derecha Pío Moa, autor de tesis revisionistas sobre la Guerra Civil española, en una edición especial de "Le Figaro" desencadenó la ira y la movilización de numerosos especialistas de la España contemporánea en Francia. Es también en este contexto agitado del resurgimiento de la extrema derecha, incluido Vox en España, en el que entra en juego la exposición de Toulouse, con su preocupación por precisar el alcance de los conocimientos y responder a las falsificaciones.

"El asunto Moa demostró que ese desconocimiento del franquismo era fruto de la propia propaganda franquista", insiste François Godicheau. "Describir el franquismo como una dictadura paternalista, ciertamente autoritaria pero no mucho más, que además modernizó el país, es un desastre. Este tipo de discurso es hoy un punto de apoyo para Moa y otros, en el contexto de lo que la 'fachosfera' califica de batalla cultural".

Esta primera exposición, un poco apretada entre las paredes de este museo departamental (apenas tres salas), dejará paso el año que viene a una segunda parte, más centrada en la resistencia al franquismo y en el contexto internacional de la Guerra Fría. El laboratorio universitario Jean-Jaurès, coproductor del evento, también organizó en marzo una conferencia sobre el tema, con la esperanza de "descompartimentar" el franquismo. En ella participaron historiadores especializados en otros temas, como el nazismo, entre ellos Christian Ingrao y Marie-Anne Matard-Bonucci.

"¿Juzgar a Franco?"
Esta preocupación por situar la dictadura de Franco -la más larga de Europa Occidental después de la de Salazar en Portugal- dentro de una historia europea más amplia, e incluso internacional, está en el centro del importante libro de Sophie Baby sobre los problemas e impasses de la criminalización del franquismo (¿Juzgar a Franco?, La Découverte). Frente a una "trayectoria ibérica periférica", en la que "España sólo aparece como una línea de puntos en las historias generales de la historia contemporánea", la historiadora aboga por otorgar a España un lugar central "en la historia del enfrentamiento de las sociedades occidentales con la violencia de masas que las desgarró".

Sophie Baby busca entender por qué Franco "no ha sido juzgado y nunca lo será". En el debate público español, desde la izquierda y los movimientos de memoria, se suele culpar a la Transición, el periodo que va desde la muerte de Franco en 1975 hasta la victoria del Partido Socialista en las elecciones legislativas de 1982. En nombre de la reconciliación nacional, la ley de amnistía mutua de 1977 no supuso la ruptura institucional que habría permitido juzgar los crímenes del franquismo. Habría establecido un "pacto para olvidar", que las leyes de memoria aprobadas por los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y Pedro Sánchez en 2022 reabrieron finalmente.

Pero la originalidad del trabajo de Sophie Baby radica en que va mucho más allá para encontrar respuestas a la pregunta que sigue siendo tan sensible en España: ¿qué puede hacer la ley ante los crímenes de Estado? Recuerda que la demanda de amnistía ya fue planteada en 1937, en plena guerra, por republicanos que veían en ella una forma de poner fin al conflicto. Se detiene en las comisiones internacionales de investigación, entre ellas la creada por el trotskista David Rousset, que dio lugar al Libro Blanco sobre el sistema penitenciario español en 1953, acompañado de testimonios que fueron la primera expresión abierta de la represión franquista.

Pero Franco se escabulló, "aprovechando el entrecruzamiento de conflictos", de la Guerra Civil española a la Segunda Guerra Mundial y luego a la Guerra Fría, jugando con una "competencia de víctimas" que le permitió "difuminar la cadena de responsabilidades". Durante los juicios de Nuremberg, a partir de 1945, Franco no fue interrogado, a pesar de su alianza con los nazis. Y aunque hubo deportados españoles en el estrado -exiliados republicanos en Francia que posteriormente habían sido hechos prisioneros en campos de concentración- su destino "nunca fue considerado en su especificidad [...], sino sólo como un apéndice de una historia europea que casi inadvertidamente les había alcanzado".

El eco de los desaparecidos en Argentina
Basándose en particular en los trabajos de Nicole Loraux sobre la Grecia antigua, el historiador demuestra que el "paradigma de la amnistía", tal como fue formulado en los primeros años del franquismo por la oposición clandestina, y contrariamente a las ideas preconcebidas, no excluía "ningún sistema de justicia". Pero esta ambición fue pronto neutralizada por un discurso sobre la necesidad de "reconciliación" del país, que triunfó durante los años de la transición, y se reforzó aún más con el fallido golpe de Estado de 1981.

El matizado libro de Sophie Baby sobre los complejos años posteriores a 1975 rechaza las fáciles oposiciones entre venganza y perdón, memoria y olvido. También da voz a la minoría que se opuso a la amnistía de la Transición: desde los partidarios de un Tribunal Internacional para los Crímenes del Franquismo, defendido por un grupo revolucionario de extrema izquierda fundado por exiliados comunistas que habían roto con el PCE español, hasta los que iniciaron, clandestinamente, la vital labor de exhumar las fosas comunes de los fusilados del franquismo.

Sophie Baby amplía decisivamente su análisis a lo que denomina "Euroamérica", el área de movimiento político que se intensificó a finales del siglo pasado por los exiliados en ambas direcciones, a uno y otro lado del Atlántico, a medida que las dictaduras llegaban al poder. Muestra hasta qué punto la dictadura argentina (1976-1983) y la práctica de las desapariciones por parte de la Junta Militar impusieron el concepto de "terrorismo de Estado" en el debate español, rompiendo de golpe las certezas sobre los beneficios de la amnistía.

La España de Felipe González, que se preparaba para ingresar en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986, estuvo en la vanguardia de esta batalla por el reconocimiento del delito de desaparición forzada. Un poco más tarde, fue la detención en Londres del ex dictador chileno Pinochet en 1998, bajo la presión del juez Baltasar Garzón, la que hizo historia. Al mismo tiempo, España se convirtió también en un actor importante -y ambiguo- en la lucha antiterrorista, en respuesta a las acciones armadas de la ETA vasca.

Este gran giro en los debates sobre la justicia internacional, de la petición de amnistía a la lucha contra la impunidad, dio lugar a una "paradoja flagrante", en palabras de Sophie Baby: "Que España se hubiera convertido en el paladín de la lucha contra la impunidad, que la justicia universal para la violencia del pasado hubiera tomado forma precisamente en un momento en el que la gente se negaba obstinadamente a criminalizar el franquismo, era una anomalía que todavía no se había cuestionado demasiado". La historiadora dedica las mejores páginas de su libro a explicar esta desconcertante paradoja, que España sólo muy recientemente ha empezado a desentrañar.

No fue hasta finales de los años 90 cuando el "espíritu de consenso" acabó por romperse, bajo el efecto combinado de la conmoción provocada por la exhumación de fosas comunes por parte de asociaciones, y la aparición poco después de nuevos partidos, entre ellos Podemos en 2014, críticos a la vez con "espíritu de la Transición" y que incluso reclamaban una "segunda Transición".

Contrabandistas y traficantes
Prueba de la viveza del campo de la investigación sobre España la da el historiador Pierre Salmon, que acaba de publicar Un antifascismo de combate (éditions du Détour). Fruto de su tesis, esta obra examina los años de la Guerra Civil (1936-1939) a través del prisma de las redes de contrabando de armas procedentes de Francia. Mientras que los voluntarios armados -no menos de 14.000 personas salieron de Francia durante la guerra para luchar en España- han sido estudiados en mayor medida, el mundo del contrabando, que por su propia naturaleza era ilegal y también más restringido, ha estado menos documentado hasta ahora.

En su prefacio, el historiador Nicolas Offenstadt resume el dilema moral al que se enfrentaban los antifascistas, y que Pierre Salmon expone con todo detalle: "¿Cómo permanecer fieles al ideal de la paz, apoyando al mismo tiempo la defensa armada de las fuerzas progresistas españolas?" La cuestión era tanto más dolorosa cuanto que el bando franquista se enfrentaba a un enorme déficit material, ya que contaba con el apoyo de la Alemania nazi y de la Italia fascista en términos de armas y de hombres.

Basándose en una lectura crítica de los archivos policiales, Pierre Salmon traza la trayectoria de implicación personal en círculos anarquistas, trotskistas, socialistas y comunistas, e incluso describe las técnicas utilizadas para cruzar la frontera pirenaica. Para el lector general, el libro se vuelve adictivo cuando el historiador documenta las colaboraciones inesperadas -y a menudo infructuosas- entre estos militantes antifascistas y criminales profesionales, a menudo grandes nombres del hampa, a los que compraban armas.

El texto de Pierre Salmon también resulta fascinante cuando intenta ir más allá de los silencios de los archivos policiales sobre la implicación de las mujeres en el contrabando, señalando los "clichés virilistas" que se han pegado a la piel de los contrabandistas desde Henry de Monfreid o Arthur Rimbaud. También dedica algunas páginas a retratos inesperados de mujeres contrabandistas, lo que añade de nuevo complejidad a la realidad del antifascismo de entreguerras.

Cabe mencionar también un libro publicado el año pasado, quizá menos accesible al gran público, pero igualmente estimulante y rico en iconografía prácticamente desconocida a este lado de los Pirineos. En Compagnons de lutte. Avant-garde et critique d’art en Espagne pendant le franquisme, Paula Barreiro López, también profesora e investigadora en la Université Toulouse-Jean-Jaurès, aborda el periodo conocido como "tardofranquismo" (1957-1975), el más descuidado por la investigación hasta la fecha.

Sigue la trayectoria de un colectivo de siete críticos de arte que apoyaron la protesta contra el régimen, teorizando sobre la necesidad de reinyectar la política en el arte. Barreiro López también consigue descompartimentar la lectura del franquismo documentando las redes culturales, en particular las bienales y exposiciones entre España y Sudamérica. Junto a algunas de las figuras más influyentes (Picasso, Miró, Dalí, Tàpies), da a conocer otros colectivos, también vinculados a la escena internacional, pero que la historiografía oficial había dejado al margen.

***
"Anatomía del franquismo", exposición en el Museo Departamental de la Resistencia y la Deportación de Toulouse, hasta el 22 de septiembre de 2024. Entrada gratuita. Un número especial de la revista L'Histoire titulado "L'Espagne de Franco, un pays broyé" (La España de Franco, un país aplastado) acompaña la exposición.

Sophie Baby, ¿Juger Franco? Impunité, réconciliation, mémoire, La Découverte, 376 páginas, 24,50 euros. En el verano de 2023, Sophie Baby y otro historiador del franquismo, Nicolas Sesma, debatieron en un programa de Mediapart sobre la relación entre Vox, el grupo de extrema derecha español, y la historia nacional.

Pierre Salmon, Un antifascisme de combat. Armer l'Espagne révolutionnaire 1936-1939, prefacio de Nicolas Offenstadt, éditions du Détour, 256 páginas, 21,90 euros.

Paula Barreiro López, Compagnons de lutte. Avant-garde et critique d'art en Espagne pendant le franquisme, éditions de la MSH, 500 páginas, 30 euros, traducido del inglés por Phoebe Hadjimarkos Clarke.

Ludovic Lamant Después de trabajar para Reuters y Cahiers du Cinéma, estuvo en Bruselas de 2012 a 2017 cubriendo las crisis europeas para Mediapart. Continúa siguiendo la actualidad europea, estoy pendiente y la de algunos países sudamericanos (Argentina, Perú) y coprograma el espacio "documental" todos los sábados en Mediapart. Ha publicado una guía de Argentina (La Découverte, 2011), un ensayo sobre las políticas españolas nacidas del movimiento de los 'indignados' del 15-M (Squatter le pouvoir, Les mairies rebelles d'Espagne, Editions Lux, 2016) y otro sobre la arquitectura del barrio europeo de Bruselas, que revela las crisis del continente (Bruxelles chantiers, Une critique architecturale de l'Europe, Lux, 2018).
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