jueves, 2 de enero de 2025

La receta de la Fundación Bofill para mejorar la educación: grupos reducidos en matemáticas y más apoyo a los alumnos rezagados.

Fundación Bofill educación
Clase de matemáticas en instituto de alta complejidad, en Barcelona.


La receta de la Fundación Bofill para mejorar la educación: grupos reducidos en matemáticas y más apoyo a los alumnos rezagados La entidad defiende en su anuario que para remontar los resultados hay que atajar las desigualdades y la pobreza infantil

No hay que ser catastrofistas, pero quedan muchas cosas por mejorar. Esta es la premisa del Anuario 2024 de la Fundación Bofill, entidad especializada en asuntos educativos, que destaca los avances y mejoras logradas en los últimos años, pero también los defectos y puntos débiles del sistema. El anuario asimismo recoge una lista de nueve puntos críticos del sistema, así como 10 medidas para mejorar la calidad de la enseñanza y remontar los resultados. “Los bajos resultados son una fatalidad. Cuando no se invierte pasan cosas y los datos lo evidencian”, ha resumido Ismael Palacín, director de la Fundación Bofill.

Entre los aspectos positivos, los expertos de la Bofill destacan que se ha empezado a revertir los malos resultados de los alumnos, el aumento de alumnos de FP y de las guarderías, el engrosamiento de la plantilla de profesorado y del personal educativo, el incremento del presupuesto de Departamento. “Los indicadores nos devuelven a la situación de 2008, hemos necesitado 15 años para volver al lugar donde partíamos antes de la crisis”, ha destacado Margarita León, catedrática en Ciencia Política de la UAB y codirectora del informe.

Pero, al mismo tiempo, quedan grandes asignaturas pendientes como es el bajo nivel educativo, el abandono escolar prematuro, la gestión de la gran diversidad en las aulas o la todavía insuficiente inversión en educación. También la segregación escolar, ya que el informe constata que en los últimos años sí han mejorado los índices en cuanto al reparto equitativo del alumnado de origen inmigrante, pero se mantiene igual el de los alumnos vulnerables por motivos socioeconómicos. “Las medidas no han sido lo suficientemente efectivas para reducir el problema allí donde la segregación residencial es más fuerte”, ha constatado Bernat Albaigés, investigador en el ámbito de la educación y codirector del informe.

En su anuario, la Bofill propone una decena de medidas para remontar los resultados, como por ejemplo que los alumnos rezagados cuenten con cuatro horas semanales de apoyo educativo, lo que supondría 3.200 nuevos maestros y 2.400 profesores de secundaria. Asimismo, considera sería conveniente hacer grupos reducidos en las clases de matemáticas en la ESO, teniendo en cuenta la especial dificultad que supone esta asignatura, tal y como ha reflejado el reciente informe internacional TIMSS, en que Cataluña se vuelve a colocar en el vagón de cola en esta materia.

Pero los expertos de la Fundación Bofill defienden que la mejora de los resultados y la lucha contra la pobreza infantil, así como la reducción de las desigualdades no son elementos disociados, y si no se corrigen estos últimos no se logrará mejorar el nivel educativo. “El alumnado vulnerable tiene más probabilidad de abandono, de repetir curso o no de rendir adecuadamente”, ha incidido León.

En este sentido, para mejorar la atención de los alumnos vulnerables, la fundación pide 600 nuevos profesores para poder ampliar las aulas de acogida, de las 1.300 actuales a 1.900. Asimismo, propone ampliar los recursos de los centros de más complejidad (con más concentración de alumnos vulnerables), tanto a nivel financiero como dotarlos de, como mínimo, cinco profesionales del ámbito de la atención social, sanitaria o psicopedagógica. También se pide crear unas 20.000 plazas de guarderías para que todos los alumnos puedan acceder a esta etapa educativa, que debería ser gratuita. El aumento progresivo de las becas comedor -hasta hacerlo gratuito-, igual que las actividades extraescolares son otras de las medidas que recoge el informe.

Convenio con la OCDE
La consejera de Educación, Esther Niubó, también ha admitido su preocupación por los resultados de Cataluña en el último informe TIMMS. “No podemos hacer una valoración positiva”, ha asegurado este miércoles durante la sesión de control al Govern en el Parlament. Niubó ha avanzado que “en los primeros días de enero” se firmará el convenio con la OCDE, el organismo que impulsa el informe PISA, para que sus expertos propongan medidas para mejorar el sistema educativo catalán. Paralelamente, ha añadido Niubó, su departamento trabaja en otras medidas como en dar estabilidad a las plantillas, se está planteando revisar la formación del grado de Magisterio, así como el máster habilitador para ser profesor de secundaria, y en diseñar un sistema de evaluación orientado para que los centros vean donde pueden mejorar.

miércoles, 1 de enero de 2025

_- El proyecto emancipatorio de la Ilustración

_- Fuentes: Rebelión [Imagen: "A Versailles, à Versailles", aguafuerte anónima conservada en el Museo Carnavalet alusiva a la marcha de mujeres que el 5 de octubre de 1789 se trasladaron a Versalles para traer a París al rey, donde estaba mejor controlado por el pueblo de París]






Reseña de ¿La izquierda contra la Ilustración? (Laetoli, 2023), de Stéphanie Roza, traducción de Serafín Senosiáin

El derrocamiento del rey Jacobo II de Inglaterra el 23 de diciembre de 1688 y la declaración como sucesor de Guillermo III y su esposa María II el 13 de febrero de 1689, quienes sancionaron el 16 de diciembre de 1689 una Declaración de Derechos (Bill of Rigths) en la que se enumeraban las políticas de Jacobo II con las que ‘pretendía subvertir las leyes y libertades del reino’ y se establecen una serie de derechos, entre los que se encuentran la libertad de expresión de los parlamentarios, la libre elección de los parlamentarios y el derecho de los súbditos del rey a presentar peticiones, a la vez que se establece el sometimiento de la Corona al poder del Parlamento, conocidos historiográficamente con el nombre de Revolución Gloriosa, cierran el ciclo revolucionario inglés (1642-1689), que enfrentara dos concepciones políticas opuestas: el absolutismo monárquico fronte al parlamentarismo, que sale reforzado de este proceso.

Paralelamente a esos acontecimientos, John Locke estuvo trabajando en su nueva obra filosófica: Dos tratados sobre el gobierno civil, que publica de forma anónima en diciembre de 1689; en esta obra, partiendo del extendido mito eurocéntrico del buen salvaje -recordemos, además, que Locke no cuestionó en ningún momento de su vida la esclavitud ni la verdad divina de la Creación-, afirma que en su estado natural, los hombres eran libres e iguales, hecho del que derivaba la necesidad de un contrato social, ya que al ser libres e iguales todos los hombres tendrían el mismo derecho a gobernar -lo que supondría la anarquía y la guerra civil-, una mayoría de hombres tendría que dar su consentimiento a una minoría para que gobernasen a todos, dando paso al derecho civil y a un gobierno constitucional. Parlamentarismo y liberalismo, ahí están los dos fundamentos políticos del pensamiento ilustrado. El camino así abierto será transitado por numerosos pensadores posteriores: Voltaire, Rousseau, Montesquieu, que profundizaron aspectos de la obra de Locke, como la tolerancia, el contrato social o la división de poderes, así como Smith, que argumenta a favor de la libertad de mercado, o Kant, que cierra el ciclo filosófico ilustrado.

Posteriormente, en el último cuarto del siglo XVIII, se producen una serie de acontecimientos que son determinantes para el pleno desarrollo del proyecto político ilustrado como un proyecto emancipatorio:

En primer lugar, la revolución americana (1776), cuyo inicio se sitúa en la Declaración de Independencia del 4 de julio, en la que se puede leer: “sostenemos como evidentes estas verdades: que los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”; y, en segundo lugar, la revolución francesa (1789), en cuya temprana Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto) se puede leer: “los hombres nacen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales solo pueden basarse en la utilidad común”.

Una vez que los procesos revolucionarios en curso fueron concretando derechos políticos y civiles, el liberalismo mostró sus límites al excluir de la ciudadanía -si bien por diferentes motivos-, a los siguientes colectivos:
  • los indígenas americanos;
  • las personas afrodescendientes esclavizadas;
  • las mujeres; y,
  • la población trabajadora masculina.
En ese contexto, en el que por la vía de los hechos la burguesía se estaba apropiando del discurso liberal, surgió un grupo de pensadores y pensadoras -entre los que se encuentran Olympe de Gouges, Condorcet, Robespierre, Toussaint Louverture, Mary Wollstonecraft, Babeuf, el cura socialista Mably y tantos otros-, que se preguntaban dónde quedaba la libertad y la igualdad para los colectivos excluidos, por lo que reclamaron para esos mismos colectivos excluidos los mismos derechos y libertades que la burguesía se reservaba para sí misma. En este sentido, se puede decir que es en el contexto del ciclo revolucionario burgués en el que se definen los discursos emancipadores que protagonizaron los movimientos políticos de los últimos 250 años en oposición al discurso liberal ‘burgués’ -que con el tiempo asumirá como propio el discurso determinista biológico (socialdarwinismo, sociobiología…), con el que se pretenderá justificar las desigualdades sociales como el producto de nuestra naturaleza humana diversa-, pero al mismo tiempo tomando de él sus mismos elementos definitorios: el racionalismo, el progresismo y el universalismo, que son a la vez las características del pensamiento político ilustrado.

En este sentido, cabe preguntarse si la izquierda, entendida como un proyecto “de subversión del orden existente (político, social, económico) en favor de los oprimidos desde la Revolución francesa”, puede ser antiilustrada. La respuesta a esa pregunta es la que ofrece la filósofa francesa Stéphanie Roza en un libro magistral: ¿La izquierda contra la Ilustración? (Laetoli, 2023). Un libro que como señaló Salvador López Arnal en una reseña titulada ‘La Ilustración como la matriz histórica de los combates emancipatorios’, “no es libro aconsejable para foucaultianos ni para heideggerianos. Tampoco para arendtianos ni para descolionales ni para seguidores de Adorno y Horkheimer y la Dialéctica de la Ilustración”.

La respuesta se puede formular así: todos los proyectos emancipatorios de izquierda “en primer lugar, las víctimas económicas del sistema de dominación (los proletarios, los explotados, la clase obrera); a continuación, las víctimas sexuales (las mujeres, los homosexuales); y, finalmente, las víctimas raciales (los pueblos colonizados, las minorías étnicas, los inmigrantes)”, es decir, los diferentes socialismos, el feminismo, el abolicionismo (y después el antirracismo) y el indigenismo, comparten una aspiración a la emancipación universal, construida a partir de un pensamiento racional que ofrezca una esperanza de mejoramiento (progreso) a quienes sufren algún tipo de opresión. 

https://youtu.be/5jcRQ-5D0YY

martes, 31 de diciembre de 2024

¿Cuál es el mejor libro de los últimos 125 años? Le pedimos a los lectores que lo decidan. NYT.

En octubre, al celebrar el 125 aniversario del Book Review, invitamos a los lectores a nominar el mejor libro publicado durante esos años. Era un guiño a nuestra historia: en sus primeras décadas, el Book Review a menudo pedía a los lectores que eligieran los mejores libros, los mejores relatos, los mejores poemas. Queríamos que este proyecto, como aquellos del principio, reflejara los gustos y preferencias de los lectores.

Las respuestas comenzaron a llegar desde los 50 estados y 67 países. En noviembre, presentamos una lista de los 25 libros más nominados (uno por autor) para la votación. Tras el recuento de más de 200.000 votos, el ganador, por un estrecho margen, es…


El ganador

Matar a un ruiseñor
Por Harper Lee

To kill a Mockingbird


Nuestra crítica reexamina ‘Matar a un ruiseñor’

Cuando una vuelve en la edad adulta a un libro que leyó por última vez en la infancia, es probable que experimente dos grandes tipos de observaciones: “Ay sí, recuerdo esta parte” y “Vaya, nunca me había fijado en esa parte”. Eso es lo que esperaba cuando volví a Matar a un ruiseñor, que fue votado como el mejor libro de los últimos 125 años por los lectores en una reciente encuesta de The New York Times. Habían pasado dos décadas desde que devoré la novela de Harper Lee de 1960. Y sí, había muchas cosas que me había perdido en mi primera lectura: desde temas importantes (la prevalencia del abuso infantil) hasta detalles menores (palabras desconocidas, como “carcacha”).

También aparecieron lagunas inexcusables en la comprensión de la lectura, como el hecho de que no me había dado cuenta de que mistress Dubose —la malhumorada villana del barrio— era adicta a la morfina. (“Mistress Dubose era una consumidora de morfina”, dice Atticus en el libro. En mi defensa... bueno, no tengo defensa). Ya de adulta, puedo percibir por qué la novela puede tener un atractivo duradero para muchos y una repulsión duradera para quizás otros tantos. No puedo entender las complejidades de enseñar la obra a los alumnos de primaria en 2021, especialmente después de leer en internet los relatos de los profesores tanto del lado “a favor” como del lado “en contra”.

Estos temores estuvieron presentes cuando leía las páginas por segunda vez, pero fueron anulados por la resurrección instantánea de exactamente lo que me había gustado del libro la primera vez, que es la descripción que hace Lee de la vida en un pueblo pequeño. No se podría pensar que el pueblo sureño ficticio de Maycomb, Alabama, en la época de la Gran Depresión, tuviera mucho en común con el pueblo real del norte de California donde crecí y leí Matar a un ruiseñor en la década de 1990... ¡y aún así!

Por ejemplo, el chiste sombrío sobre una pareja de clientes de Atticus, los Haverford, que ignoraron el consejo de su abogado de aceptar un acuerdo de culpabilidad y acabaron en la horca. No hace falta explicar su imprudencia, salvo, como dice Scout, que eran “Haverford, un apellido que en el condado de Maycomb es sinónimo de borrico”. Eso está en la página 5, y es precisamente donde recuerdo que mi atención se agudizó cuando era adolescente. Solo en un lugar de mínima ciudadanía los apellidos pueden tener un peso tan determinante. En mi pueblo, que tenía una población de aproximadamente 1000 habitantes, la abreviatura nominativa adoptaba una forma más neutralmente descriptiva: estaba Dave el Descalzo, que prefería ir sin zapatos en sus paseos, y Todd el de la Casa del Árbol, que vivía en una casa en un árbol, y Dan el del Tipi, que puedes adivinar dónde vivía.

Muchas otras cosas de la vida en un pueblo pequeño eran reconocibles en Matar a un ruiseñor: la tentación de inventar cucos; la recurrencia excesiva en el eufemismo; el ostracismo instintivo de los que son percibidos como forasteros, y el vandalismo como modo común de refuerzo. La importancia que se daba a los puntos de referencia locales: un árbol determinado, una valla específica, la casa de la esquina. La convicción de que uno debe ocuparse de sus propios asuntos, junto con la exasperante práctica de que todo el mundo se ocupa de los asuntos de los demás el 100 por ciento del tiempo. (Cuando me mudé a Nueva York y viví en un apartamento, me pregunté si esta última paradoja se reproduciría dentro del diorama de mi edificio. No fue así. Mis vecinos urbanos se esmeraban en evadir incluso una molécula de los asuntos de los demás).

Lee escribe sobre la incesante vigilancia de Maycomb, sobre la realidad de que ningún acto pasa desapercibido. A la edad en que leí originalmente Matar a un ruiseñor, robé una barra de caramelo del único mercado de mi ciudad, me jacté de ello ante una persona y a las pocas horas era escoltada por mi madre de vuelta a la tienda y obligada a pedir disculpas al propietario (y a pagar el caramelo). No tenía sentido preguntarle a mi madre cómo lo sabía. Todo el conocimiento era del dominio público.

Hasta que no leí la novela de Lee no supe que lo que parecían castigos y glorias exclusivos de mi tierra eran característicos: la libertad para desbocarse, la inevitabilidad de ser atrapado, la velocidad de fibra óptica con la que corren los rumores, la amplificación de cada disputa hasta convertirla en una catástrofe.

Así que lo que me sorprendió, al leerlo otra vez, no fue la totalidad del libro, sino uno de sus logros más humildes, que es la agudeza con la que Lee recrea las comodidades, miserias y banalidades de la gente reunida íntimamente en un espacio pequeño.

— Molly Young


Los finalistas

2. La comunidad del anillo

By J.R.R. Tolkien

“La profundidad del folclore de un mundo imaginado y la historia de amistad que acompaña sentaron las bases del resto del género fantástico que vendría después. Sin embargo, pocos relatos están a la altura de Tolkien”.
Owen Clarke, Provo, Utah



3. 1984
By George Orwell

“Todavía resuena con nosotros hasta el día de hoy, unos 70 años después de haber sido escrito. Su advertencia contra los excesos del orgullo humano y el hambre de poder y su desafío a utilizar nuestro amor a la libertad para protegernos de estos problemas son atemporales y universales”.
Kathlynn Rebonquin, Ciudad de Mandaluyong, Filipinas


4. Cien años de soledad
By Gabriel García Márquez

“Como obra literaria, fue un terremoto, al romper las expectativas de una típica novela realista y generar influencias en autores y obras desde Japón hasta India y más allá. De todas las obras que han surgido en los últimos 125 años, ninguna ha creado un efecto dominó, ni ha cambiado el panorama de la literatura, tanto como ésta”.
Rizowana Hussaini, Guwahati, India


5. Beloved
By Toni Morrison

“No es un sonido misterioso en la noche, un acecho sutil. Es ruidoso y enfermizo. Hay imágenes y emociones de Beloved que se han quedado grabadas en mi mente de forma permanente. Esta historia de fantasmas me ha enseñado más sobre el legado de la esclavitud que los libros de historia”.
Brontë Mansfield, Chicago, Illinois.

lunes, 30 de diciembre de 2024

Qué es la técnica Feynman, el método de estudio creado por un Nobel para aprender de todo

Richard Feynman

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
Richard Feynman tenía una gran habilidad para explicar temas complejos en términos simples.

Si la sola de idea de presentarte a un examen te abruma –ya sea en el colegio, la universidad o para conseguir una promoción en el trabajo- no estás solo. 

 Retener información, sobre todo cuando se trata de temas complejos, es una tarea difícil, incluso para aquellos dotados de una gran inteligencia y una memoria prodigiosa.

Sin embargo, un sencillo método desarrollado por el científico estadounidense y premio Nobel de física Richard Feynman (1918 –1988), ha demostrado ser una herramienta útil para estudiar casi cualquier cosa.

El físico –reconocido por sus importantes contribuciones al campo de la mecánica cuántica y la física de partículas- creó su técnica de estudio para mejorar su propio entendimiento y para transmitir luego su conocimiento a sus estudiantes.

La clave del método -que desarrolló informalmente cuando él mismo era estudiante- está en bajar a tierra ideas complejas y tratar de explicarlas de manera sencilla.

En vez de memorizar conceptos, este método te ayuda a involucrarte activamente con el material de estudio, entender las ideas de forma cabal y aplicarlas efectivamente.

Te contamos en qué consiste exactamente, paso a paso, para que puedas aplicar esta técnica en lo que te interese estudiar.

4 pasos

Richard Feynman
Richard Feynman

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
El físico Richard Feynman fue tildado tanto de genio como de bufón por su excéntrico enfoque de la ciencia.

1. Elige un concepto

Puede ser cualquiera. Macroeconomía o economía doméstica, o lo que sea que quieras aprender. Química o veterinaria, o primero un concepto y luego otro.

Anota el tema.

2. Enséñalo

Escribe todo lo que sabes sobre el tema como si se lo estuvieras enseñando a un niño. Aunque parece absurdo, es un paso muy importante.

Asegúrate de utilizar, de principio a fin, el lenguaje más sencillo posible. Al usar sólo las palabras más comunes evitas engañarte con la idea de que como conoces el argot, entiendes de qué estás hablando.

3. Retrocede

En el paso 2 probablemente identificaste lagunas en tu conocimiento; cosas que olvidaste o que no pudiste explicar.

Es en este momento en el que realmente empiezas a aprender. Vuelve a la fuente (pueden ser tus libros, apuntes, un podcast) y explora lo que te falta por entender.

Y, con cada subtema, cuando creas que lo tienes claro, trata de plasmarlo en un papel en términos que entendería ese niño al que le estabas enseñando.

Una vez te sientas cómodo con todo lo que te confundía, vuelve a tu escrito original y continúa.

4. Revisa y simplifica

Lee lo que escribiste. Asegúrate una vez más de que no usaste la jerga asociada con el tema que te intriga.

Léelo en voz alta.

Si la explicación no es sencilla o suena confusa, tómalo como una indicación de que no estás entendiendo algo.

Trata de crear analogías, pues no sólo aclaran sino que te muestran que ya dominas el tema.

El ejemplo de las bandas elásticas

Además de por su obra sobre la física, a Feynman se lo recuerda por su entusiasmo y su don para divulgar la ciencia, a pesar de lo profundamente especializado que era su trabajo.

Tenía un talento natural para explicar temas complejos de modo que fueran comprensibles para un público más amplio.

Richard Feynman y su esposa.
Richard Feynman y su esposa.

Fuente de la imagen,Getty Images


Pie de foto,
Feynman junto a su esposa en 1965, el año en que ganó el Nobel de Física.

Así explicó en una ocasión, por ejemplo, las propiedades de las humildes bandas elásticas.

"Las bandas elásticas o de caucho tienen unas moléculas largas como cadenas y retorcidas, y otras pequeñas".

"Cuando estiras la banda, las cadenas se enderezan pero los átomos pequeños las bombardean constantemente, tratando de que se vuelvan a encoger. Esa es la razón de la resistencia a permanecer estiradas. Y ese bombardeo produce calor".

"Para comprobarlo, tira de una de las bandas elásticas que son más gruesas mientras la tienes entre tus labios y sentirás que la temperatura aumenta, y déjala volver a su tamaño inicial y verás que se enfría".

"Las bandas elásticas siempre me han parecido fascinantes: piensa que mientras están manteniendo un montón de papeles, esos átomos pequeños están perpetuamente bombardeando a las grandes moléculas, año tras año".

Desventajas

¿Hay algo para lo que este método no sirva? ¿O tiene alguna desventaja frente a otras formas de aprendizaje?

Según una guía de estudios de la Universidad de York, en Reino Unido, el método no es adecuado para conceptos simples o temas muy basados en la memorización.

También requiere mucho tiempo y un esfuerzo considerable para aprender, comprender en profundidad y explicar con tus propias palabras.

Pero, su ventajas es que profundiza tu compresión del tema, te ayuda a conectar las ideas con experiencias personales, y te ayuda a desarrollar tu capacidad para explicar ideas.

Así que la próxima vez que tengas un examen pon a prueba a la técnica de Feynman a ver qué tan efectiva te resulta a ti. 

domingo, 29 de diciembre de 2024

¿Por qué hemos llegado a la pavorosa situación actual?

Fuentes: leonardoboff.org/


Es un lugar común afirmar que estamos en el corazón de una gran crisis de civilización. No es una crisis regional sino global. A decir verdad, ella encierra una infinidad de otras crisis, en lo económico, en lo político, en lo ideológico, en lo educacional, en lo religioso y hasta en lo espiritual. No sabemos qué nos espera. Tenemos mayor conciencia cada vez de que el mundo así como está no puede continuar. El camino actual nos está llevando al borde de un precipicio. Tenemos que cambiar. Se atribuye a Einstein esta frase: “el pensamiento que creó la crisis actual no puede ser el mismo que nos saque de ella”. Tenemos que definir un nuevo camino. ¿Cómo construirlo para que sea realmente otro tipo de mundo?

El hecho innegable es que hay demasiado caos destructivo sin previsión de que vaya a ser generativo. Hay formas de inhumanidad que superan todo lo que hemos vivido y sufrido en la historia. Basta presenciar al genocidio que ocurre a cielo abierto en la Franja de Gaza perpetrado por un primer ministro israelí, cruel y sin piedad, apoyado por un presidente estadounidense católico y por la Comunidad Europea que traiciona sus ideales históricos de derechos humanos, de libertad y de democracia. Todos estos se hacen cómplices del atroz crimen contra la humanidad. Sin olvidar la ola de odio, la negación de la ciencia y de la verdad. Prevalece la ignorancia y el lenguaje grosero y ofensivo. Este antifenómeno se da principalmente en Occidente.

El solo hecho de que el 1% posea la riqueza de más de la mitad de la humanidad, demuestra cuan perverso, profundamente desigual e injusto es el escenario social mundial. Todavía hay que añadir la emergencia ecológica con la insostenibilidad del planeta Tierra, viejo y con recursos limitados que, en sí, no soporta un crecimiento ilimitado, obsesión de las políticas sociales de los países. Ese proceso la extenuó, debido a la superexplotación de los biomas terrestres y está poniendo en peligro las bases naturales que sustentan la vida (Earth Overshoot). La continuidad de la aventura humana en este planeta no está asegurada. Bien escribió el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti (2020): “Estamos todos en el mismo barco; o nos salvamos todos o no se salva nadie”. Todo esto viene resumido por el calentamiento global creciente, inaugurando, por lo que parece, una nueva fase más caliente y peligrosa de la historia de la Tierra y de la humanidad.

¿Por qué hemos llegado a la amenazante situación actual que puede poner en peligro el futuro de la vida humana y de la naturaleza?

Hay varias interpretaciones de esta funesta situación de la actualidad. No tengo la pretensión de tener una respuesta suficiente. Pero levanto una hipótesis, fruto de toda una vida de estudio y de reflexión. Estimo que nuestra situación se remonta muy atrás, a hace dos millones de años, cuando el homo habilis, el ser humano que inventó instrumentos de intervención en los ciclos de la naturaleza. Hasta entonces su relación con ella era de interacción, sintonizándose con los ritmos naturales y tomando lo que su mano alcanzaba. Ahora, con el homo habilis o faber comienza la intervención en la naturaleza: la caza de animales y el derribo de vegetación para un cultivo rudimentario. Después de miles de años, la intervención siguió adelante hasta llegar hace 10-12 mil años, en el neolítico, a la agresión de la naturaleza. Interfirió en el curso de los ríos, inaugurando la agricultura de irrigación y el manejo de regiones enteras, que implicaba cambios en las relaciones con la naturaleza, depredándola ya. Finalmente, la era del industrialismo y el modo moderno y contempoáneo de producción por la técnica, por la automatización, por la robótica y por la inteligencia artificial han llevado a un proceso de destrucción de la naturaleza. Proyectamos una nueva era geológica, la del antropoceno y sus derivados, el necroceno y el piroceno. Ahí el ser humano aparece como el Satán de la Tierra. Ha transformado el jardín del Edén en un matadero, como denunció el biólogo E.Wilson. No se ha comportado como el ángel cuidador de todo lo creado.

Ese proceso histórico-social ganó su justificación teórica con los padres fundadores de la modernidad Galileo Galilei, Descartes, Newton, Francis Bacon y otros. Para ellos, el ser humano es “dueño y señor” de la naturaleza. No se sentía parte de ella, estaba fuera y por encima de ella. La Tierra, considerada hasta entonces como Magna Mater que nos da todo, pasó a ser considerada como una cosa inerte (res extensa), sin propósito, a lo máximo, un baúl de recursos entregados al uso y disfrute del ser humano. El eje orientador de este modo de ver el mundo es la voluntad de poder, como dominación del otro, de los pueblos, de sus tierras (colonización), de la clase obrera, de la naturaleza, de la vida hasta el más mínimo gen, de la materia hasta el pequeñísimo topquark. La ciencia fue creada al servicio de la dominación, no solo como el justo conocimiento teórico de cómo se estructuran las cosas, sino como instrumento de dominación y de nuevos inventos. Pronto fue apropiada por la voluntad de poder, convirtiéndola en una operación técnica para la transformación del mundo circundante. Con ella se llevó a cabo una verdadera guerra contra la Tierra, sin posibilidad de vencerla, arrancando de ella todo en función del sueño de un crecimiento ilimitado de bienes materiales. Se atacó a la Tierra en todos los niveles, lo que tuvo como consecuencia la devastación de prácticamente los principales biomas, sin medir los efectos colaterales. Es el imperio de la razón instrumental-analítica y tecnocrática. No podemos dejar de apreciar los inmensos beneficios que ha traido para la vida humana. Pero el mismo tiempo ha creado el principio de autodestrucción con armas letales que pueden liquidar toda la vida. La razón se ha vuelto irracional y enloquecida.

Hoy hemos llegado al punto-límite, la Tierra se muestra gravemente enferma. Como es un Super-Organismo vivo, Gaia, reacciona mandándonos eventos extremos: sequías severas y nevadas rigurosas, una vasta gama de virus y bacterias, algunas letales, además de huracanes, tornados, riadas y terremotos. No es que vayamos hacia el calentamiento global. Estamos ya dentro de él. La ciencia ha llegado con retraso, solo puede alertar sobre la llegada de desastres y aminorar sus efectos dañinos. Efectivamente, este cambio climático amenaza peligrosamente la vida de niños y de las personas mayores y pone en grave peligro el futuro del sistema-vida.

Hay que añadir un dato nada despreciable. El despotismo de la razón –el racionalismo– ha acentuado lo que hay de más humano en nosotros: nuestra capacidad de sentir, de amar, de cuidar, de vivir la dimensión de los valores como la amistad, la empatía, la compasión, en fin, el mundo de las excelencias. Todo esto era visto como obstáculo para la mirada objetiva de las ciencias. Se separó la mente y el corazón, la razón intelectual y la razón sensible. Tal ruptura ha producido una profunda distorsión de los comportamientos, ocasionando insensibilidad ante el drama de los millones y millones de pobres y miserables y la falta de cuidado de la naturaleza y sus “bondades”, como dicen los pueblos andinos.

Si quisiéramos resumir en una pequeña fórmula la crisis civilizacional diría: ella perdió la justa medida, valor presente en todas las tradiciones éticas de la humanidad. Todo es des-medido, el asalto a la naturaleza, el uso de la violencia en las relaciones personales y sociales, las guerras sin medida alguna de contención, el predominio des-medido de la competición al precio de la cooperación, el consumo des-medido al lado del hambre atroz de millones de personas, sin el menor sentido de solidaridad y de humanidad.

De seguir este proyecto de civilización, calcado sobre el poder-dominación y sobre la razón instrumental y sin corazón, hoy mundializado, iremos fatalmente al encuentro de una tragedia ecológico-social capaz de hacer el planeta Tierra inhabitable para nosotros y para los organismos vivos. Sería nuestro fin después de millones de años sobre este bello y riente planeta. No supimos cuidarlo para ser la Casa Común de todos los humanos, con la naturaleza incluida.

Pero como el proceso de la génesis del cosmos y de la Tierra no es lineal, sino que da saltos hacia arriba y hacia delante, puede ocurrir lo inesperado. Ante un gran impacto o catástrofe puede hacerse viable una transformación fundamental. Llevaría a cambiar la conciencia colectiva de la humanidad. Como dijo el poeta alemán Hölderin (+1843): “Donde habita el peligro, crece también lo que lo salva”. Ese salvamento significaría el cambio necesario de paradigma civilizatorio, garantizando así nuestro futuro. Eso podría ser la utopía posible y viable para la situación actual. ¡Ojalá!

Leonardo Boff ha escrito La búsqueda de la justa medida (2 vol), Vozes 2002/3; Cuidar de la Casa Común: pistas para evitar el fin del mundo, Vozes 2023.

Traducción de María José Gavito

sábado, 28 de diciembre de 2024

_- Hay que cambiar por completo de sistema socioeconómico y de mentalidad

_- Fuentes: Rafael Poch de Feliu Blog personal


Entrevista al periodista Rafael Poch de Feliu. Si se quiere legar a las futuras generaciones un planeta habitable en sus equilibrios más fundamentales.

Tras más de dos años del inicio de la guerra de Ucrania, ¿Cuáles consideras que son las principales consecuencias que ha tenido a nivel mundial y en Europa en particular?
La guerra de Ucrania no es una, sino tres. Por orden de relevancia cronológica: la guerra de la OTAN contra Rusia, la guerra civil entre ucranianos y la guerra de Rusia contra Ucrania. Está última no habría sido posible sin las otras dos. Este hecho no excusa la grave responsabilidad de Rusia por su invasión de febrero de 2022 violadora del derecho internacional, sino que la sitúa en su contexto y medida real. En mi opinión la responsabilidad general por esa triple guerra es occidental en un 70% y ruso-ucraniana en el restante 30%. Podemos discutir ese reparto, y conviene hacerlo, pero lo que no podemos hacer es renunciar a la realidad y abrazar los cuentos que se nos ofrecen desde las instituciones, think tanks y medios de comunicación europeos, sobre la “lucha entre democracia y autocracia” y la “agresión rusa no provocada”.

El principal vector del conflicto arranca del cierre en falso de la guerra fría, hace tres décadas y se trata de infringir una “derrota estratégica” a Rusia. Si en Gaza todo el mundo informado entiende que la violencia no comenzó el 7 de octubre de 2023 sino setenta años antes, en Ucrania se desconoce su contexto. En 1992 en Washington se decidió que Estados Unidos había vencido en la guerra fría y que por tanto podía imponer su dominio hegemónico en solitario. El asunto funcionó al precio de toda una serie de guerras desastrosas entre Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y demás, con el resultado de más de cuatro millones de muertos, unos 40 millones de desplazados y sociedades enteras dislocadas. Tras la gran juerga privatizadora-depredadora de los noventa en Rusia, la élite de ese país quiso restablecer su papel soberano en el mundo. La élite rusa creía que sería admitida en pie de igualdad en la internacional capitalista de depredadores pero el capital occidental solo le ofrecía un papel de “burguesía compradora”, subsidiaria-intermediaria en el comercio internacional de recursos y materias primas que Rusia, séptima parte de la superficie terrestre, posee en enorme abundancia. La identidad secular de Rusia como gran potencia impedía aceptar ese papel de vasallo y ese es el choque fundamental del que se deducen los demás, entre ellos la presión militar, el avance de la OTAN hacia el este, las sanciones, y la guerra.

El segundo elemento de la situación es la pujanza china y el cambio que determina en la correlación de fuerzas general en el mundo. Algunos de los antiguos enanos del Sur hoy son gigantes y tienen capacidad para ser soberanos. La suma de ambos factores, el ruso y el chino, abre posibilidades sin precedentes para acabar con el dominio occidental del mundo en solitario y afirmar algo más compartido, lo que obliga a una profunda reforma de las instituciones internacionales diseñadas por Occidente tras la segunda guerra mundial a la medida de su dominio: ONU, FMI, Banco Mundial, OMS, OMC, etc, etc. La crisis general del mundo actual, consiste, fundamentalmente, en que Occidente intenta resolver por medios militares el problema del declive de su dominio mundial indiscutible durante los últimos siglos. Ese es un problema general del Norte global, es decir que también afecta a Rusia, porque todo el mundo entiende que, pese a su actual recuperación, no volverá a ser la potencia que fue con la URSS, pero sobre todo es un problema de Occidente.

«La élite rusa creía que sería admitida en pie de igualdad en la internacional capitalista de depredadores pero el capital occidental solo le ofrecía un papel de “burguesía compradora”, subsidiaria-intermediaria en el comercio internacional de recursos y materias primas».

Esto me parece que es lo que la mayoría de la población del mundo deduce de lo que se está viendo en Ucrania, tal como lo reflejan las votaciones en la ONU. Se condena la invasión rusa pero fuera de Occidente nadie apoya las sanciones contra Rusia, pues se entiende que cualquiera que pretenda ser soberano, dueño de su destino en el mundo, sufrirá esa medicina de Occidente. Y eso explica también que se estén creando mecanismos económicos y alianzas alternativas que, gracias al peso específico de China, permiten a la mayoría mundial independizarse del corsé occidental y ensayar otras fórmulas: Brics, Organización de Cooperación y Seguridad de Shanghai, integración euroasiática, etc., etc. Esa es la principal consecuencia mundial que se desprende del pulso de Ucrania.

Respecto a Europa, mas allá del enorme desastre que supone una nueva gran guerra en suelo europeo, que ya se ha cobrado varios centenares de miles de muertos ucranianos y rusos, pero que si se extiende puede producir muchos más en Europa central/oriental, la principal consecuencia es la sumisión de la Unión Europea a Estados Unidos. Con la guerra Washington ha conseguido romper dos procesos que le dejaban fuera de todo control del viejo continente, lo que restaría mucho a su potencia global. El principal es la integración euroasiática lanzada por China, desde el Pacífico hasta el Atlántico. En esa Eurasia, Estados Unidos no figura geográficamente y actualmente la Unión Europea se está enemistando estúpidamente con su principal socio comercial. El segundo es la complementariedad de los recursos energéticos y científicos rusos con la tecnología y el capital europeo, alemán en primer lugar. Recordemos que Rusia “no ha cortado el gas a la UE” como se dice, sino que ha sido ésta la que ha renunciado a la energía rusa, con la ayuda de Estados Unidos reventando gaseoductos, por cierto… Sobre esos dos vectores, la Unión Europea se convertía en la península occidental de la gran Eurasia y accedía a una autonomía estratégica dentro de ese gran conglomerado, cosa contra la que alertaban muchos documentos y estrategas de Estados Unidos desde mediados de los noventa. Pero la actual generación de políticos europeos ha demostrado ser muy inepta, algo que precisa estudio, así que en lugar de eso hoy tenemos una UE sometida a Estados Unidos en el papel del “ayudante del Sheriff, lo que es un desastre para el futuro económico y político de Europa, como estamos empezando a ver.

En lo relativo a los avances bélicos y las relaciones diplomáticas de los contendientes, ¿Cuál es la situación actual de la guerra? 
La situación pinta mal para Ucrania. Estados Unidos prioriza la ayuda militar a Israel y a los preparativos en el frente chino, pero no puede atender a los tres. La ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania va a la baja. Así que se trata de transferir el asunto a la UE, pero ésta carece de la capacidad militar productiva necesaria para tomar el relevo. Alemania ha transferido un sistema de defensa antiaérea a Ucrania de los ocho que tiene. Francia podría transferir dos sistemas de los diez que dispone, pero para proteger Ucrania de la aviación y los misiles rusos eficazmente se necesitan muchas decenas, dicen los militares. No existe capacidad europea para eso. Se necesitan muchos años. No digo que Rusia no tenga problemas, pero de momento las sanciones han incentivado la diversificación de proveedores y potenciado la industria local, algo que desde luego yo mismo no esperaba. No se sabe si será sostenible a largo plazo, pero la economía rusa crecerá este año más que cualquier otra europea, alrededor del 4,2%.

«Los voluntarios rusos cobran un salario de 2.100 dólares al mes y reciben al alistarse un bono de 4.100 dólares. Si mueren en combate, sus familias cobran hasta 150.000 dólares, 50.000 inmediatamente y el resto en diversos plazos. Si son heridos pueden cobrar hasta 75.000 dólares».

Por otro lado, Ucrania tiene un serio problema de falta de efectivos. Según el Financial Times, que citaba en agosto al jefe de la comisión de desarrollo económico del parlamento ucraniano, Dmitri Nataluji, unos 800.000 hombres ucranianos en edad militar “han pasado a la clandestinidad”, cambiando de domicilio y trabajando en negro para no dejar registro laboral y eludir la movilización. Los efectos de la carnicería que está sufriendo Ucrania son inconmensurables. El 78% de los ciudadanos declaraba en junio del año pasado tener parientes próximos y amigos que han resultado muertos o heridos en la guerra. Desde su independencia el país ha perdido 15 o 20 millones de habitantes, nadie conoce muy bien la cifra exacta. Por cierto, es Rusia el país que tiene más emigrantes ucranianos. Mientras tanto, Putin ha administrado con habilidad su picadora de carne rusa. Los voluntarios rusos cobran un salario de 2.100 dólares al mes y reciben al alistarse un bono de 4.100 dólares. Si mueren en combate, sus familias cobran hasta 150.000 dólares, 50.000 inmediatamente y el resto en diversos plazos. Si son heridos pueden cobrar hasta 75.000 dólares. En todas partes los pobres son los que ponen más soldados de las guerras, pero en Rusia este sistema llena las oficinas de reclutamiento y resuelve de momento el consenso de una sociedad aún menos dispuesta a “morir por la patria” que la ucraniana. 2100 dólares es cinco o seis veces el salario medio en las regiones pobres del país. Con ese dinero un soldado resuelve la economía de su familia y la de sus parientes cercanos, como quien dice. Ahora mismo en regiones pobres como Tuva o Buriatia se vive una explosión en los depósitos bancarios que duplican la media rusa…Todo eso permite a Putin mantener la guerra sin necesidad de una movilización general que crearía problemas y protestas entre la mayoría sensata de las clases intermedias. Naturalmente todo esto cambiaría si la OTAN interviniera con tropas en suelo ruso y se confirmara el escenario patriótico de una nueva gran invasión occidental de la madre Rusia como las de Napoleón y Hitler, pero de momento las cosas están así.

¿Qué puedes contarnos sobre la situación de la represión interna en Ucrania?
Desconozco la situación concreta porque no he estado allí desde 2014, pero es obvio que estar activamente contra la guerra en Ucrania o discutir la narrativa étnico-nacionalista anti rusa que rompe el consenso entre regiones ucranianas, es tan peligroso como en Rusia. Han suprimido partidos políticos, toda la izquierda, y medios de comunicación críticos o que no se alinean con el “patriotismo” oficial etno-nacionalista que antes solo era ideología habitual en Ucrania occidental y que hoy es ideología de estado en Kíev. Se ha ilegalizado a la Iglesia Ortodoxa dependiente del Patriarcado de Moscú que era la mayoritaria en el país. Muchos disconformes o excesivamente independientes han sido detenidos, en algunos casos eliminados, y muchos más están callados. La situación no parece muy diferente a la de Rusia, pero repito que no he estado allí.

¿Cuáles han sido las principales reacciones internacionales a la guerra? ¿Qué posiciones presentan respecto de ella las principales potencias mundiales?
En el Sur global, Ucrania tiende a ser vista como un instrumento del hegemonismo occidental, independientemente del grado de disconformidad hacia la invasión rusa. En China son conscientes de que la presión de la OTAN contra Rusia forma parte de lo que desde hace años se prepara y anuncia contra ella. En los inicios de la guerra, cuando Occidente exigía a China que se sumara a las sanciones contra Rusia, la comentarista de la televisión china Liu Xin enunció así la cuestión: “Lo que nos están diciendo es, ayúdennos a luchar contra su amigo para que luego podamos concentrarnos mejor en luchar contra usted” . Todo esto hace que la causa ucraniana carezca de apoyos fuera del “occidente ampliado”: Unión Europea, Canadá, Australia y los aliados asiáticos de Occidente como Japón y Corea del Sur.

«Trump dice que expulsará a los emigrantes ilegales que son varios millones y que solucionará la guerra de Ucrania en “24 horas”. Su declaración de guerra comercial “contra todos” se volverá contra su país y creará más inflación, deuda y caída del nivel de vida para la mayoría».

En Europa este conflicto ha dado alas a antiguas víctimas de la URSS en Europa del Este como Polonia y las repúblicas bálticas, que tienen un gran peso en la narrativa de la Unión Europea y de la OTAN. La influencia en ambos clubs de Bruselas de esos países estrechamente vinculados a Estados Unidos, se deriva de su extrema beligerancia contra Rusia. Gente como la nueva responsable de la política exterior, la estoniana Kaja Kallas, y el nuevo responsable de la defensa común, el lituano Andrius Kubilius, sueñan con la disolución de Rusia en pequeños estados y representan la garantía de una línea de confrontación que costará mucho revertir. Sería anecdótico si no fuera porque esa línea ha encontrado terreno fértil en Alemania, donde los nietos de quienes perdieron en Stalingrado, la von der Leyen es una de ellos, recuperan viejos agravios hacia los “subhumanos” soviéticos que les derrotaron. En este conflicto, Alemania es un país clave que debería acostarse en el diván del Doctor Freud. El timorato Canciller Scholz ha tirado por la borda lo que quedaba de la cultura socialdemócrata en materia de relaciones exteriores, pero expresa algunas dudas desde la debilidad de su precario gobierno de coalición. Naturalmente, la invasión rusa aceleró este revanchismo pero ya antes de 2022 la historia europea se estaba reescribiendo, según el guión de los años cincuenta de esa caverna ex nazi de Alemania reciclada en la posguerra como luchadora contra el comunismo, y sus colaboracionistas y víctimas de la URSS de Europa del Este. En ese cuadro, Francia no está ni se la espera y los escandinavos sorprenden por su beligerancia, algo que alguien debería explicar. De momento los únicos que expresan posiciones de sentido común son el derechista Viktor Orban en Hungría, cuya posición hacia la masacre de Israel en Gaza es indecente, y los eslovacos, ambos tachados de “pro rusos” en la UE por su oposición a la espiral de escalada bélica.

¿Cómo crees que influenciará en la guerra la elección de Trump como presidente de Estados Unidos? 
Lo más probable es que Trump genere un desastre en su país. Tiene olfato e instinto político para ganar elecciones, jugando con el interés de los mega ricos y los bajos instintos del populacho, pero dudo que sepa gobernar. Ha nombrado para su administración a gente dispar dispuesta a profundizar el suicidio de Israel en Oriente Medio, luchar contra Irán y China. Al mismo tiempo quiere colocar a Tulsi Gabbard, que acusó a Estados Unidos de apoyar a terroristas en Siria y de provocar la invasión rusa de Ucrania al ignorar los intereses de seguridad de Moscú, como directora nacional de inteligencia supervisadora de las agencias imperiales. Trump dice que expulsará a los emigrantes ilegales que son varios millones y que solucionará la guerra de Ucrania en “24 horas”. Su declaración de guerra comercial “contra todos” se volverá contra su país y creará más inflación, deuda y caída del nivel de vida para la mayoría. Así que lo más probable es que en lugar de “hacer América grande de nuevo”, genere un gran desbarajuste que acelere el declive mundial de Estados Unidos. Puede ser una especie de “Yeltsin americano”, el presidente ruso responsable del desastre de los años noventa, que meta a Washington en un conflicto abierto con Irán y China. El principal think tank del Pentágono, la RAND Corporation, dice que Estados Unidos no podrá ganar ese pulso. Habrá que ver, pero de momento lo que es seguro es que la ayuda militar y económica a Ucrania se va a reducir mucho.

Para acabar, ¿qué futuro crees que le depara a Ucrania? ¿Y a Europa?

Hay que empezar a preguntarse por las consecuencias de una derrota occidental en Ucrania. Eso no solo podría descomponer a la OTAN, sino que tendría seguramente consecuencias fuera de Europa, por ejemplo en la AUKUS, esa especie de OTAN del Pacífico orientada contra China que Washington anima, y en general para toda la red sobre la que se sostiene el poder imperial de Estados Unidos en el mundo. Algunos países que tienen bases militares de Estados Unidos, y son muchos, dejarían de confiar en ellas como protección. A su vez tal derrota aceleraría los impulsos de desdolarización de la economía mundial que ya están en marcha. Por todo eso Occidente se resistirá mucho a admitir una derrota. En el caso de que no escale hacia una guerra mayor, mucho dependerá de cómo se cierre el conflicto, de la habilidad e inteligencia de las partes. De cualquier forma, las guerras solo dejan heridas humanas. De momento lo que se dibuja es una Ucrania vencida, resentida, y, física, geográfica y demográficamente, mutilada.

«Siempre hemos tenido guerras, pero nunca había sido tan grande la contradicción entre la estupidez guerrera de las potencias y la urgente necesidad de que se pongan de acuerdo para afrontar los problemas del cambio global que amenazan directamente a la humanidad».

Respecto a Rusia, hay que preguntarse qué significaría su victoria. Desde luego de puertas afuera saldría fortalecida en su prestigio y credibilidad, pero me pregunto cómo administraría el Kremlin los territorios arrebatados a Ucrania.¿Habrá consenso allá hacia una anexión? ¿Habrá resistencia armada, clandestinidad, “terrorismo” y “antiterrorismo”? Seguramente en Crimea y el Donbas hay bastante consenso, pero ¿en las provincias de Jersón y Zaporozhye, por ejemplo? ¿Será la victoria estable para Rusia, o será un cáncer? Mucho dependerá de cómo se cierre el conflicto, pero la brecha, el odio y el resentimiento hacia Rusia de buena parte de toda una generación de ucranianos, deberá ser incluida en la cuenta.

En el orden interno, la guerra y la confrontación con Occidente ya están transformando las opciones del régimen ruso. Su contrato social con la población se está abriendo a un mayor reparto de la renta, sus posiciones internacionales se están “sovietizando” en el sentido de que se acercan a las de la antigua URSS, y se pone aún más coto a la disidencia. Habrá que ver. De momento, si se impone en la guerra de una forma convincente para su población, el régimen bonapartista de Putin conseguirá posponer algunos años más sus contradicciones internas, su falta de pluralismo y de mecanismos de alternancia y relevo en el poder, lo que genera una oposición enfocada hacia el derribo frontal y total del régimen por falta de espacios y canales de consenso y reforma, los problemas de la sucesión del caudillo, etc.

Todos esos problemas siguen ahí y resurgirán algún día. Pero todo lo mencionado me parece anecdótico al lado de lo principal: siempre hemos tenido guerras, pero …

«nunca había sido tan grande la contradicción entre la estupidez guerrera de las potencias y la urgente necesidad de que se pongan de acuerdo para afrontar los problemas del cambio global que amenazan directamente a la humanidad«

En el siglo XXI debemos mirar todas estas guerras desde la evidencia que se desprende de una observación más amplia y fundamental de nuestra realidad como especie. Los problemas del cambio global aumentan conforme no se encaran con una estrecha concertación internacional y estamos perdiendo un tiempo precioso del que no disponemos.

Si se quiere legar a las futuras generaciones un planeta habitable en sus equilibrios más fundamentales, hay que cambiar por completo de sistema socioeconómico y de mentalidad.

Entrevista realizada y publicada por Diario Socialista. https://diariosocialista.net/2024/11/24/si-se-quiere-legar-a-las-futuras-generaciones-un-planeta-habitable-en-sus-equilibrios-mas-fundamentales-hay-que-cambiar-por-completo-de-sistema-socio-economico-y-de-mentalidad/ ) 

Publicada en el blog personal de Rafael Poch de Feliu:

viernes, 27 de diciembre de 2024

Halladas las tres rutas genéticas del autismo.

La mayor fotografía de esta condición revela que las mutaciones, heredadas o nuevas, en más de 100 genes conforman el gran factor de riesgo.

Las causas del autismo llevan medio siglo en discusión y siguen sin estar claras, pero cada vez resulta más evidente la trascendencia de los factores genéticos. Dos macroestudios presentados en Nature confirman ahora las fuertes y complejas componentes genéticas del autismo, identifican más de 100 genes implicados en el riesgo de desarrollarlo y revelan las tres grandes rutas por las que maniobra esa maraña de material hereditario. Dos de ellas –la formación de las sinapsis y el control de los genes cerebrales— eran en cierto modo esperables, pero nadie contaba con la tercera: la cromatina, una arquitectura de alto nivel que empaqueta o expone grandes áreas de la geografía genómica en respuesta al entorno.

Los resultados tienen implicaciones inmediatas para el diagnóstico genético del autismo, que ahora se conforma con un modesto 20% de capacidad predictiva y podrá multiplicarse en pocos años, aunque seguramente a costa de introducir las modernas técnicas de la genómica –la secuenciación de exomas, o la parte del ADN que significa proteínas— al alcance de los servicios de psiquiatría hospitalarios. Pero además, estos datos darán trabajo durante mucho tiempo a los neurocientíficos, que tendrán que aclarar cómo esos genes afectan al cerebro, y a los farmacólogos, que podrán dirigir sus dardos químicos contra toda una nueva batería de dianas.

El autismo, que aparece más o menos en uno de cada 100 niños, es un trastorno de desarrollo que afecta a la capacidad social, de comunicación y de lenguaje, y suele resultar evidente antes de los tres años de edad. El autismo “clásico”, el síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS por sus siglas inglesas) son tres cuadros relacionados que suelen agruparse bajo el paraguas de trastornos del espectro autista. Los macroestudios abarcan este espectro en general, y no solo el autismo clásico.

Los resultados tienen implicaciones inmediatas para el diagnóstico genético del autismo
Las mutaciones heredadas y de novo –ocurridas en los óvulos o el esperma de los padres, y que, por tanto, dan lugar a casos sin precedentes familiares— son el principal factor de riesgo para desarrollar autismo; sumando ambos tipos de mutaciones, los dos nuevos estudios identifican más de 100 genes de riesgo. Son de largo los mayores estudios sobre genética del autismo hechos hasta la fecha.

El primero implica a 37 instituciones científicas internacionales, incluidas dos españolas, ha sido coordinado por el neurocientífico y genetista Joseph Buxbaum, del Hospital Mount Sinai de Nueva York, y analiza el genoma de 3.871 autistas y 9.937 controles emparentados. El segundo ha sido coordinado por Michel Wigler, del Laboratorio Cold Spring Harbor, también en Nueva York, y examina el genoma de 2.500 familias con un hijo autista, con un particular foco en las mutaciones de novo, que pueden superar el 20% de todas las mutaciones de riesgo según su análisis.

Estas mutaciones de novo son parte de la razón de que la influencia genética en el autismo se subvalorara en los primeros estudios: pese a tener una causa genética, estos casos no presentaban relaciones familiares obvias. “Pero las mutaciones de novo no son ninguna peculiaridad del autismo”, explica Ángel Carracedo, de la Universidad de Santiago de Compostela y coautor del primer trabajo. “Nuestros óvulos y espermatozoides mutan, es parte del mecanismo de generación de la diversidad humana”. La otra autora española es Mara Parellada, de la Universidad Complutense.

Bauxbaum, líder de ese mismo estudio, cree que el consorcio no solo ha aportado la fotografía teórica más completa de cómo numerosos cambios genéticos se combinan para afectar al cerebro de los niños con autismo, “sino también sobre las bases de lo que nos hace a los humanos seres sociales”. En buena lógica, esos mismos genes deben formar, cuando funcionan correctamente, la base lógica de las estructuras sociales del cerebro.

Estos estudios aportan la fotografía teórica más completa de cómo numerosos cambios genéticos se combinan para afectar al cerebro de los niños con autismo

“Todos estos descubrimientos genéticos”, prosigue Bauxbaum, “tienen que trasladarse ahora a estudios moleculares, celulares y animales para conseguir futuros beneficios para los afectados y sus familias; un estudio como éste crea una industria para muchos años, con laboratorios buscando los efectos fisiológicos de los cambios genéticos que hemos encontrado y buscando fármacos para contrarrestar sus efectos”.

“La genética que subyace al autismo es altamente compleja”, añade el segundo coordinador del estudio, Mark Daly, del Instituto Broad (MIT y Harvard, y uno de los nodos del proyecto genoma público), “y solo teniendo acceso a grandes muestras es posible trazar las mutaciones implicadas y entender los mecanismos implicados”.

La genética del autismo se abre camino entre la complejidad del cerebro humano.

jueves, 26 de diciembre de 2024

"Quería probar que los seres humanos son capaces de algo más grande que la guerra, los prejuicios y el odio": Abraham Maslow, el hombre que revolucionó la psicología

Abraham Maslow

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Abraham Maslow tuvo una visión cuando conducía su automóvil.

Vio a unas personas, sentadas alrededor de una mesa, que hablaban sobre “la naturaleza humana y el odio, la guerra y la paz, y la hermandad”.

Sucedió después del ataque a Pearl Harbor, en 1941, cuando Japón bombardeó la base naval estadounidense en Hawái.

“Yo era demasiado mayor para entrar en el ejército. Fue en ese momento que me di cuenta de que el resto de mi vida debía dedicarse a descubrir una psicología para la mesa de la paz. Ese momento cambió toda mi vida”.

De repente, el psicólogo estadounidense sintió que “debía intentar salvar al mundo y evitar las guerras horribles”.

“Quería demostrar que los humanos son capaces de algo más grande que la guerra, los prejuicios y el odio”.

Esa visión se la contó, en 1968, a Mary Harrington Hall de la revista Psychology Today.

Dos años después, a los 62 años, Maslow moriría tras sufrir un ataque cardiaco.

Su legado, aseguran los estudiosos de su obra, no solo ha perdurado, sino que en tiempos convulsos es una fuente de esperanza.

El innovador

Maslow nació en 1908 en Nueva York. Sus padres, judíos, tuvieron que huir de Rusia y emigraron a Estados Unidos.

“Con la infancia que tuve, es un milagro que no sea un psicótico. Era el pequeño niño judío en un vecindario no judío”, contó en la entrevista con Psychology Today.

Numerosas personas en Wall Street, Nueva York
Numerosas personas en Wall Street, Nueva York

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Maslow vivió la Gran Depresión, la crisis económica que desató el desplome de la bolsa de Nueva York, el 29 de octubre de 1929. 

Decía que había crecido sin amigos, en bibliotecas, entre libros, y encontró en la psicología su pasión.

Desarrolló su carrera en ese campo, le intrigaba entender cómo alguien capaz de ser un ángel, podía ser un asesino.

Para Edward Hoffman, autor de “Abraham Maslow: Vida y enseñanzas del creador de la psicología humanista”, Maslow estuvo adelantado a su época.

“En muchos sentidos, sigue adelantado a nuestro tiempo”, le indica a BBC Mundo el profesor de psicología de la Universidad Yeshiva.

Y es que sus ideas fueron novedosas.

Aunque es más conocido por su teoría sobre la jerarquía de las necesidades, de la cual surgió la famosa pirámide de Maslow, hay aspectos de su trabajo que “realmente fueron revolucionarios”, le dice a BBC Mundo Margie Lachman, profesora de la Universidad Brandeis, en Massachusetts.

Allí, precisamente, Maslow fundó el departamento de Psicología.

Otro camino

Maslow siguió una dirección diferente a las corrientes que existían en psicología, principalmente la psicoanalítica (de Sigmund Freud) y la conductual.

Freud tenía “una visión muy pesimista de la naturaleza humana”, dice Hoffman.

El enfoque freudiano nos habla del peso de los impulsos inconscientes, incontrolables, en nuestras vidas, mientras que desde la tradición conductual se refuerza la idea de que respondemos a factores externos.

Recordemos que muchos de los estudios de los conductistas se hicieron con animales en laboratorios. 

 B.F. Skinner en un laboratorio con una paloma.

B.F. Skinner en un laboratorio con una paloma

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El psicólogo estadounidense Burrhus Frederic Skinner fue uno de los representantes del conductismo, corriente conductual o psicología del comportamiento. 

“La psicología en el tiempo de Maslow era muy determinista”, le indica a BBC Mundo David Baker, director emérito del Centro Cummings para la historia de la psicología y profesor emérito de psicología de la Universidad de Akron, en Estados Unidos.

“Te comportas como resultado de todas las fuerzas que te afectan y no hay mucho que puedas hacer al respecto”.

Pero “la originalidad” de Maslow fue ver “cosas que no estaban ahí”.

“Y eso fue algo bastante increíble en la psicología estadounidense del siglo XX”.

“Maslow vivió dos guerras mundiales, tiempos de migración masiva, opresión terrible, pobreza aplastante, pero logró trascender eso y ver algo más”.

Y lo que vio fue el potencial humano.

“Ante el conflicto, el odio, la violencia, hizo una evaluación realista y dijo: ‘Hay algo más. Hay cosas que todos están pasando por alto, tanto la psicología como la sociedad, y es que podemos ser mejores personas’”.

“Fue un punto de vista optimista, una nueva dirección”.

Maslow apostó por un enfoque humanista, que, señala Lachman, hizo énfasis en la capacidad de las personas para “hacer cosas buenas en el mundo”.

"Creía que los seres humanos son, por naturaleza, buenos y bien intencionados".

Toda la vida

A diferencia de las otras corrientes, Maslow afirmó que las personas actuaban en función de sus necesidades y motivaciones y que tenían el potencial de crecer y desarrollarse a lo largo de toda la vida.

“Y es que teóricos anteriores, especialmente Freud y algunos de sus contemporáneos, pensaban que el desarrollo (de la personalidad) básicamente terminaba cuando se llegaba a la adolescencia”, dice Lachman.

Sigmund Freud
Sigmund Freud

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Pie de foto,
Sigmund Freud fue el fundador del psicoanális. 

La académica aclara que, aunque algunos psicoanalistas como Carl Jung o Erik Erikson también creían en el desarrollo en el transcurso de la vida, Maslow realmente enfatizó “la importancia de pensar en el potencial para crecer a lo largo de la vida”.

Además, señala la experta, mientras algunos de los primeros teóricos se centraron más en individuos con, por ejemplo, neurosis o problemas psicológicos, lo cual fue muy importante, Maslow se interesó en “las personas a las que les iba bien”.

Y que al irles mejor, al darse cuenta de su creatividad, de su potencial, promovían no solo su propio crecimiento, sino que eso les permitía “hacer bien en el mundo”.

Centrarse en personas saludables como una manera de entender el comportamiento y optimizar el bienestar, fue un cambio muy significativo en la disciplina.

“Maslow defendió el valor de enfocarse en lo que está bien en la persona en lugar de concentrarse en lo que está mal”, escribió la profesora en un artículo de la Universidad Brandeis.

La motivación

En 1954, Maslow publicó el libro “Motivación y personalidad”, en el que planteó su teoría de la jerarquía de las necesidades, que ya había explorado, en 1943, en el ensayo "Una teoría para la motivación humana".

El psicólogo explicó que cuando nuestras necesidades más básicas -fisiológicas y de seguridad- están satisfechas, desarrollamos otras necesidades y deseos que, al estar motivados, buscamos cubrir, como el aprecio y el reconocimiento.

En su trabajo original sobre la jerarquía de las necesidades, Maslow no incluyó pirámides ni triángulos. Sin embargo, otros investigadores llevaron a que su teoría se ilustrara en forma de pirámide.

Pirámide de las necesidades humanas de Maslow

Pirámide de las necesidades humanas de Maslow

En la cúspide está la autorrealización, algo que él sabía era muy difícil de lograr.

 “Todos tenemos la capacidad de conseguirla, pero tenemos que ser capaces de trascender nuestra situación y esforzarnos por alcanzar nuestro potencial”, indica Baker.

Para Maslow se trataba de un proceso continuo, que dura toda la vida, en el que era importante generar situaciones que fuesen meaningful, significativas para nosotros.

“En su visión optimista, si alcanzamos la autorrealización, seremos más felices y, por ende, haremos más cosas buenas en el mundo”.

Pero a Maslow realmente no le preocupaba el tema de la felicidad, su interés estaba enfocado en el crecimiento personal y en su conexión con nuestra capacidad para hacer buenas cosas.

Hoffman nos habla de la eupsiquia, un término que Maslow acuñó para describir “la mejor sociedad posible”, una orientada en potenciar el crecimiento de sus miembros.

“Maslow era realista, sabía que ningún ser humano puede ser perfecto, que todos tenemos defectos”, sin embargo vio la posibilidad de esa sociedad ideal, la eupsiquia.

“Es un concepto muy importante porque creo que los jóvenes, en parte por la obsesión con las redes sociales, con internet, están atrapados en el momento. Pero Maslow era el pensador del largo plazo, de lo que los seres humanos son capaces de lograr a largo plazo”.

El legado

Maslow siempre estuvo abierto a la investigación científica, sin embargo hay quienes cuestionan que no ofreció evidencia empírica para sustentar su teoría.

De hecho, hubo científicos que criticaron que en sus últimos años se convirtió más en un filósofo.

Madre e hija conversando
Madre e hija conversando

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Pie de foto,
La psicología positiva, que busca ayudar a las personas a llevar una vida plena, es una de las disciplinas que más ha crecido en las últimas décadas.

Pero lo cierto es que dejó un importante legado en su disciplina.

“Muchos de los esfuerzos más recientes en psicología se han basado en el trabajo de Maslow: él sentó las bases de lo que llamamos la psicología positiva”, señala Lachman.

Ese movimiento se centra en cómo las personas pueden vivir una vida positiva y encontrar un propósito.

“Y, al usar su propia creatividad y sabiduría, pueden ayudar a otras personas y marcar una diferencia en el mundo”.

El mensaje

En ese proceso continuo de crecimiento que Maslow planteaba hay un punto de partida:

“Mirar dentro de nosotros y descubrir qué nos da una sensación de alegría, incluso en momentos pequeños. ¿Qué comidas nos gustan? ¿De qué temas nos gusta hablar? ¿Qué música nos hace sentir con más energía o felices? El punto de partida debe venir de comprendernos y conocernos a nosotros mismos”, indica Hoffman.

Para Baker, gran parte del legado de Maslow es “ver lo que está ahí y también lo que no está”.

“Todavía hay bondad, decencia, gente que se esfuerza por hacer lo correcto y eso es fácil de olvidar, como también es fácil sentirse abrumado por las noticias negativas, de odio, de violencia”.

“Pero era lo mismo en el tiempo de Maslow, la gente sentía el mismo nivel de miedo, desesperanza, ansiedad, depresión, pero ahí está su legado: ver más allá de eso y decir que hay algo mejor”.

“Siempre he sentido que es un mensaje de esperanza”.