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sábado, 24 de febrero de 2024

Traficantes de felicidad.

Felicidad
Una mujer siendo feliz en plena naturaleza.
El pensamiento actual no ha resuelto la tensión entre el hedonismo y la devoción, pero sí ha añadido una nueva dimensión al debate: la búsqueda de una vida psicológicamente rica.

Como todo el mundo quiere ser feliz y nadie lo consigue, la felicidad se ha convertido en una droga legal que venden los oportunistas y compran los adictos al género. Este tráfico de esperanzas infundadas ya se había consolidado antes de las redes sociales, aunque con ellas está a punto de alcanzar el paroxismo. Si cometes la osadía de poner “libros sobre la felicidad” en cualquier buscador te verás sepultado bajo estratos de títulos seductores sobre la “auténtica” felicidad, el flow, los hábitos de un cerebro feliz, la ciencia de la felicidad y la vida que florece, junto a una ensalada de inventarios de los 12 mejores libros sobre la felicidad, los 10 mejores libros para ser feliz y los mejores libros sobre la felicidad para niños. De las webs ya ni hablemos.

Conscientes de que la búsqueda de la felicidad es un asunto central para la naturaleza humana, los filósofos llevan milenios analizando el asunto con su lupa analítica de alta precisión. Han identificado dos categorías muy diferentes en este apartado de apariencia tan simple. La primera es el hedonismo, la recomendación clásica de priorizar el placer, la estabilidad y el disfrute sobre otras consideraciones. Y la segunda, llamada a veces eudaimonía, aconseja buscar un significado a la vida, tener un propósito, una devoción, un espíritu virtuoso. Ya sé que comprarías los dos paquetes enteros, pero el problema es que hay que elegir entre uno y otro. Ambas filosofías de vida persiguen la felicidad por caminos contradictorios. No se puede ser Bertrand Russell y Frank Sinatra al mismo tiempo, y solo se vive una vez.

El pensamiento actual no ha resuelto la tensión entre el hedonismo y la devoción, pero sí ha añadido una nueva dimensión al debate: la búsqueda de una vida psicológicamente rica. El énfasis se pone ahora en los compromisos mentales complejos, la amplitud de las emociones profundas y las experiencias novedosas, como resume el psicólogo Scott Barry Kaufman. Ni entregarse al placer ni cocerse en la devoción, sino buscar una vida intensa, interesante e inteligente (las tres intes, si me permites el chascarrillo). El demonio ya no es la inestabilidad ni la falta de propósito en la vida, sino el puro y simple aburrimiento. Se trata de buscar la riqueza psicológica. Es un cambio de óptica interesante.

Según los experimentos con voluntarios, la riqueza psicológica muestra una fuerte correlación con la curiosidad, el espíritu abierto al mundo y la capacidad de experimentare emociones intensas, sean positivas o negativas. La aversión al riesgo está muy bien si paseas por un acantilado, pero no como guía vital ni tabla de los mandamientos.

Cuando los investigadores preguntan a sus voluntarios si prefieren el hedonismo, la entrega a un propósito o la riqueza psicológica, la mayoría (del 50% al 70% según los países) opta por el hedonismo, y bastante gente (del 14% al 39%) elige la devoción. Solo una minoría prefiere la riqueza psicológica, y curiosamente son muchos menos en Singapur (7%) que en Alemania (17%). De entrada, esto da la razón a la filosofía clásica, pues la gran mayoría de la gente encaja muy bien en las dos categorías tradicionales. Pero la diferencia entre Singapur y Alemania también indica que la cultura recibida tiene un peso sustancial en las decisiones vitales. Tal vez la riqueza psicológica se pueda estimular en las poblaciones humanas, y tal vez eso incremente el bienestar de las personas. Tal vez lo incremente más que los traficantes de felicidad que hemos padecido hasta ahora.

El filósofo austriaco-israelí Martin Buber (1878-1965) escribió: “No acepto ninguna fórmula absoluta para vivir. Ningún código preconcebido puede prever cualquier cosa que pueda ocurrir en la vida (…). Apostemos nuestra existencia entera por nuestra voluntad de explorar y experimentar”. El consejo es gratis.

miércoles, 7 de febrero de 2024

5 sencillos experimentos para comprobar que la Tierra no es plana



Aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI aún es necesario insistir en que la Tierra es redonda, algo que se sabe desde hace más de 2.000 años. Cómo YouTube alimenta la teoría de la conspiración de que la Tierra es plana, Sin embargo, algunas de las teorías de la conspiración que afirman que la Tierra es plana se siguen expandie Estos son algunas sencillas maneras de comprobar que la Tierra es redonda y rebatir las ideas de los terraplanistas. 



1. Observa un barco
Toma unos binoculares y siéntate a la orilla del mar. Cuando veas que un velero se aleja en el horizonte, notarás que primero dejas de ver el casco de la embarcación, pero aún puedes ver el mástil y la vela, hasta que por fin lo pierdes de vista. Por qué hay gente que aún cree que la Tierra es plana "Si la Tierra fuera plana, notarías que el velero se hace más pequeño a medida que se aleja, pero siempre lo verías completo", explica Michelle Thaller, astrónoma de la NASA en el portal Big Think.¿Qué pasa a medida que el velero se aleja? Funciona igual en el sentido contrario. Si el velero se acerca, primero verás la vela y el mástil y luego el resto de la embarcación. 

2. Trepa a un árbol 
Este ejemplo lo explica, Erik Frenz en el portal científico Cell. Imagina que estás en una vasta planicie que tienenun árbol en la mitad. Si la Tierra fuera plana y miras a lo lejos, verías lo mismo si estás parado en el suelo o si te subes a la copa del árbol. Cómo sería el mundo si la Tierra fuera realmente plana, según la ciencia Pero, como la Tierra es redonda, si trepas el árbol podrás ver cosas que no lograbas ver desde el suelo. Cuanto más subas más podrás ver en el horizonte.


tierra plana 
Recientemente la teoría de los terraplanistas ha tomado fuerza. "Esto se debe a que partes de la Tierra que estaban ocultas, debido a su curvatura, ahora se revelan porque tu posición ha cambiado", explica Frenz. 

 3. Mira un eclipse lunar 
Durante un eclipse lunar, la Tierra pasa entre la Luna y el Sol, lo cual hace que la Tierra proyecte su sombra sobre la Luna. Notarás que la sombra que produce es redonda. Incluso si la Tierra fuera plana pero con forma de disco, tampoco produciría este tipo de sombra. El "rebote glacial" y otros 2 fenómenos que hacen que la Tierra se tambalee mientras gira "La única forma que puede producir una sombra curva sin importar desde que dirección se le ponga la luz, es una esfera", explica Thaller. El científico Neil deGrasse Tyson se burló de los terraplanistas con este tuit que dice: "Uneclipse lunar que los terraplanistas nunca han visto":


4. Viaja en avión 
Cuando tomas un largo vuelo puedes notar dos fenómenos interesantes, que describe el sitio Popular Science. En un vuelo transatlántico se puede ver, la mayoría de las veces, la curvatura de la Tierra. El Concorde, por ejemplo, ofrecía una de las mejores vistas de esa curvatura. Se estima que la curvatura de la Tierra comienza a notarse a partir de los 10 km de altitud y se hace aún más evidente a partir de los 15 km de altitud. Virgin Galactic hace historia con su primer vuelo espacial tripulado: la hazaña que revive la polémica sobre dónde comienza el espacio Otro hecho es que los aviones pueden viajar en línea relativamente recta durante mucho tiempo sin "salirse" por ninguno de los supuestos bordes del planeta, incluso pueden dar la vuelta al mundo sin hacer escalas.¿Has logrado ver la curvatura de la Tierra? 5. Fíjate en los husos horarios
 
Mientras en algunas partes del mundo es de día, en otras es de noche. Según explica Popular Science, la razón es que la Tierra es redonda y rota sobre su propio eje. Es decir, mientras el sol ilumina una parte la esfera, la otra permanece en la oscuridad. Cómo se miden los vuelos más largos del mundo y qué tan importantes son realmente Además, si la Tierra fuera plana, seríamos capaces de ver el Sol aun si fuera de noche, es decir, cuando el sol no está brillando sobre nosotros. Popular Science explica que eso se podría comparar a lo que ocurre en un teatro, en el que el público, que está sentado en medio de la oscuridad, puede ver los reflectores del escenario aunque estos no alcancen a iluminarlos a ellos.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-47300392

lunes, 22 de enero de 2024

Aquí están los 10 experimentos más bellos de la ciencia. Por GEORGE JOHNSON

Corrección adjunta

Ya sea destruyendo partículas subatómicas en aceleradores, secuenciando el genoma o analizando la oscilación de una estrella distante, los experimentos que captan la atención del mundo a menudo cuestan millones de dólares para ser ejecutados y producen torrentes de datos que serán procesados durante meses por supercomputadoras. Algunos grupos de investigación han crecido hasta alcanzar el tamaño de pequeñas empresas.

Pero, en última instancia, la ciencia se reduce a la mente individual que lucha con algo misterioso. Cuando Robert P. Crease, miembro del departamento de filosofía de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook e historiador del Laboratorio Nacional Brookhaven, pidió recientemente a los físicos que nominaran el experimento más bello de todos los tiempos, los 10 ganadores fueron en gran medida actuaciones en solitario, involucrando como máximo a unos pocos asistentes. La mayoría de los experimentos, que se enumeran en Physics World de este mes, se llevaron a cabo en mesas y ninguno requirió más potencia computacional que la de una regla de cálculo o una calculadora. Lo que tienen en común es que personifican la elusiva cualidad que los científicos llaman belleza. Esto es belleza en el sentido clásico: la simplicidad lógica del aparato, como la simplicidad lógica del análisis, parece tan inevitable y pura como las líneas de un monumento griego. La confusión y la ambigüedad quedan momentáneamente dejadas de lado y algo nuevo acerca de la naturaleza queda claro. La lista de Physics World se clasificó según su popularidad, y el primer lugar fue para un experimento que demostró vívidamente la naturaleza cuántica del mundo físico. Pero la ciencia es una empresa acumulativa, y eso es parte de su belleza. Reorganizados cronológicamente y comentados a continuación, los ganadores ofrecen una vista panorámica de más de 2000 años de descubrimiento.

1. La medida de Eratóstenes de la circunferencia de la Tierra
Al mediodía del solsticio de verano en la ciudad egipcia que ahora se llama Asuán, el sol se cierne sobre nosotros: los objetos no proyectan sombras y la luz del sol cae directamente en un pozo profundo. Cuando leyó este hecho, Eratóstenes, el bibliotecario de Alejandría en el siglo III a.C., se dio cuenta de que tenía la información que necesitaba para estimar la circunferencia del planeta. Ese mismo día y hora, midió las sombras en Alejandría y descubrió que los rayos solares allí estaban un poco inclinados, desviándose de la vertical unos siete grados.
 El resto fue sólo geometría. Suponiendo que la Tierra es esférica, su circunferencia abarca 360 grados. Entonces, si las dos ciudades están separadas por siete grados, eso constituiría siete 360vos del círculo completo, aproximadamente un quincuagésimo. Calculando a partir del tiempo de viaje que las ciudades estaban separadas por 5.000 estadios, Eratóstenes concluyó que la Tierra debía tener 50 veces ese tamaño: 250.000 estadios de circunferencia. Los eruditos difieren sobre la longitud de un estadio griego, por lo que es imposible saber con qué precisión estaba. Pero según algunos cálculos, su diferencia era sólo de alrededor del 5 por ciento. (Clasificación: 7)

2. El experimento de Galileo sobre la caída de objetos.
A finales del siglo XVI, todo el mundo sabía que los objetos pesados caen más rápido que los más ligeros. Después de todo, Aristóteles lo había dicho. El hecho de que un erudito griego antiguo todavía mantuviera tal influencia era una señal de hasta qué punto había decaído la ciencia durante la Edad Media.
 Galileo Galilei, catedrático de matemáticas en la Universidad de Pisa, tuvo el descaro de cuestionar el conocimiento común. La historia se ha convertido en parte del folklore científico: se dice que dejó caer dos pesos diferentes desde la Torre Inclinada de la ciudad, lo que demuestra que aterrizaron al mismo tiempo. Sus desafíos a Aristóteles pueden haberle costado a Galileo su puesto, pero había demostrado la importancia de tomar a la naturaleza, no a la autoridad humana, como árbitro final en cuestiones científicas. (Clasificación: 2)

3. Los experimentos de Galileo con bolas rodantes por planos inclinados
Galileo continuó perfeccionando sus ideas sobre los objetos en movimiento.

Tomó una tabla de 12 codos de largo y medio codo de ancho (aproximadamente 20 pies por 10 pulgadas) y cortó una ranura, lo más recta y lisa posible, en el centro. Inclinó el avión y hizo rodar bolas de latón hacia abajo, cronometrando su descenso con un reloj de agua, un recipiente grande que se vaciaba a través de un tubo delgado en un vaso. Después de cada carrera, pesaba el agua que había salido (su medida del tiempo transcurrido) y la comparaba con la distancia que había recorrido la pelota.

Aristóteles habría predicho que la velocidad de una bola rodante era constante: al duplicar su tiempo en tránsito se duplicaría la distancia que recorría. Galileo pudo demostrar que la distancia es en realidad proporcional al cuadrado del tiempo: duplíquela y la pelota llegaría cuatro veces más lejos. La razón es que la gravedad lo acelera constantemente. (Clasificación: 8)

4. La descomposición de la luz solar de Newton con un prisma.
Isaac Newton nació el año en que murió Galileo. Se graduó en el Trinity College de Cambridge en 1665 y luego se refugió en casa durante un par de años esperando que pasara la plaga. No tuvo problemas para mantenerse ocupado.
 La sabiduría común sostenía que la luz blanca es la forma más pura (nuevamente Aristóteles) y que, por lo tanto, la luz coloreada debe haber sido alterada de alguna manera. Para probar esta hipótesis, Newton hizo brillar un rayo de luz solar a través de un prisma de vidrio y demostró que se descomponía en un espectro proyectado en la pared. La gente ya conocía los arcoíris, por supuesto, pero se los consideraba poco más que bonitas aberraciones. En realidad, concluyó Newton, eran estos colores (rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta y las gradaciones intermedias) los fundamentales. Lo que parecía simple en la superficie, un rayo de luz blanca, era, si uno miraba más profundamente, maravillosamente complejo. (Clasificación: 4)

5. El experimento de la barra de torsión de Cavendish
Otro de los aportes de Newton fue su teoría de la gravedad, que sostiene que la fuerza de atracción entre dos objetos aumenta con el cuadrado de sus masas y disminuye con el cuadrado de la distancia entre ellos. Pero, en primer lugar, ¿qué fuerza tiene la gravedad? A finales del siglo XVIII, un científico inglés, Henry Cavendish, decidió averiguarlo. Tomó una varilla de madera de dos metros y le colocó pequeñas esferas de metal en cada extremo, como una mancuerna, y luego la suspendió de un cable. Dos esferas de plomo de 350 libras colocadas cerca ejercieron la fuerza gravitacional suficiente para tirar de las bolas más pequeñas, lo que provocó que la mancuerna se moviera y el cable se torciera. Al montar piezas de marfil finamente grabadas en el extremo de cada brazo y en los lados de la caja, pudo medir el sutil desplazamiento. Para protegerse contra la influencia de las corrientes de aire, el aparato (llamado balanza de torsión) se encerró en una habitación y se observó con telescopios montados a cada lado.
 El resultado fue una estimación notablemente precisa de un parámetro llamado constante gravitacional, y a partir de ahí Cavendish pudo calcular la densidad y la masa de la Tierra. Erastóstenes había medido la distancia alrededor del planeta. Cavendish lo había pesado: 6,0 x 1024 kilogramos, o alrededor de 13 billones de billones de libras. (Clasificación: 6)

6. Experimento de interferencia luminosa de Young
Newton no siempre tuvo razón. A través de varios argumentos, había llevado a la corriente científica hacia la convicción de que la luz se compone exclusivamente de partículas y no de ondas. En 1803, Thomas Young, un médico y físico inglés, puso a prueba la idea. Hizo un agujero en la contraventana de una ventana, lo cubrió con un trozo de papel grueso al que le habían perforado un pequeño agujero y utilizó un espejo para desviar el fino rayo que entraba. Luego tomó "un trozo de tarjeta, de aproximadamente un treintavo de pulgada de ancho" y la sostuvo de canto en el camino del rayo, dividiéndola en dos. El resultado fue una sombra de bandas claras y oscuras alternadas, un fenómeno que podría explicarse si los dos rayos interactuaran como ondas.
Thomas Young, el hombre que sabía demasiado | OpenMind Aparecieron bandas brillantes donde dos crestas se superponían, reforzándose entre sí; bandas oscuras marcaban donde una cresta se alineaba con un valle, neutralizándose entre sí.

La demostración se repitió a menudo a lo largo de los años utilizando una tarjeta con dos agujeros para dividir la viga. Estos experimentos llamados de doble rendija se convirtieron en el estándar para determinar el movimiento ondulatorio, un hecho que llegaría a ser especialmente importante un siglo después, cuando comenzó la teoría cuántica. (Clasificación: 5)

7. El péndulo de Foucault
 El año pasado, cuando los científicos montaron un péndulo sobre el Polo Sur y lo observaron oscilar, estaban replicando una célebre demostración realizada en París en 1851. Utilizando un alambre de acero de 220 pies de largo, el científico francés Jean-Bernard-Léon Foucault suspendió un peso de 62 libras. bola de hierro de la cúpula del Panteón y la puso en movimiento, balanceándose hacia adelante y hacia atrás. Para marcar su progreso, colocó un lápiz óptico en la pelota y colocó un anillo de arena húmeda en el suelo de abajo. El público observó con asombro cómo el péndulo parecía girar inexplicablemente, dejando un rastro ligeramente diferente con cada movimiento. En realidad era el suelo del Panteón el que se movía lentamente, y Foucault había demostrado, más convincentemente que nunca, que la Tierra gira sobre su eje. En la latitud de París, la trayectoria del péndulo completaría una rotación completa en el sentido de las agujas del reloj cada 30 horas; en el hemisferio sur rotaría en sentido antihorario y en el ecuador no giraría en absoluto. En el Polo Sur, como han confirmado los científicos modernos, el período de rotación es de 24 horas. (Clasificación: 10)

8. El experimento de la gota de aceite de Millikan
Desde la antigüedad, los científicos habían estudiado la electricidad, una esencia intangible que venía del cielo en forma de relámpago o que podía producirse simplemente pasando un cepillo por el cabello. En 1897 (en un experimento que fácilmente podría haber figurado en esta lista), el físico británico J. J. Thomson había establecido que la electricidad consistía en partículas cargadas negativamente: electrones. Le correspondió al científico estadounidense Robert Millikan, en 1909, medir su carga.
 Usando un atomizador de perfume, roció pequeñas gotas de aceite en una cámara transparente. En la parte superior e inferior había placas de metal enganchadas a una batería, haciendo una positiva y la otra negativa. Dado que cada gota recogía una ligera carga de electricidad estática a medida que viajaba por el aire, la velocidad de su descenso podía controlarse alterando el voltaje de las placas. (Cuando esta fuerza eléctrica igualaba la fuerza de gravedad, una gota, "como una estrella brillante sobre un fondo negro", flotaba en el aire). Millikan observó una caída tras otra, variando el voltaje y notando el efecto. Después de muchas repeticiones, llegó a la conclusión de que la carga sólo podía asumir ciertos valores fijos. La más pequeña de estas porciones no era otra que la carga de un solo electrón. (Clasificación: 3)

9. El descubrimiento del núcleo por Rutherford
Cuando Ernest Rutherford estaba experimentando con la radiactividad en la Universidad de Manchester en 1911, generalmente se creía que los átomos consistían en grandes masas blandas de carga eléctrica positiva con electrones incrustados en su interior: el modelo del "pudín de ciruela". Pero cuando él y sus asistentes dispararon diminutos proyectiles cargados positivamente, llamados partículas alfa, contra una fina lámina de oro, se sorprendieron al comprobar que un pequeño porcentaje de ellos rebotaba. Era como si las balas hubieran rebotado en la gelatina.

 Rutherford calculó que, en realidad, los átomos no eran tan blandos después de todo. La mayor parte de la masa debe estar concentrada en un pequeño núcleo, ahora llamado núcleo, con los electrones flotando a su alrededor. Con modificaciones de la teoría cuántica, esta imagen del átomo persiste hoy. (Clasificación: 9)

10. El experimento de la doble rendija de Young aplicado a la interferencia de electrones individuales
Ni Newton ni Young tenían toda la razón acerca de la naturaleza de la luz. Aunque no está hecho simplemente de partículas, tampoco puede describirse puramente como una onda. En los primeros cinco años del siglo XX, Max Planck y luego Albert Einstein demostraron, respectivamente, que la luz se emite y se absorbe en paquetes, llamados fotones. Pero otros experimentos continuaron verificando que la luz también tiene forma de onda
 Fue necesaria la teoría cuántica, desarrollada durante las siguientes décadas, para reconciliar cómo ambas ideas podían ser ciertas: los fotones y otras partículas subatómicas (electrones, protones, etc.) exhiben dos cualidades complementarias; son, como dijo un físico, "ondículas".

Para explicar la idea, a los demás y a ellos mismos, los físicos solían utilizar un experimento mental, en el que la demostración de la doble rendija de Young se repite con un haz de electrones en lugar de luz. Obedeciendo las leyes de la mecánica cuántica, la corriente de partículas se dividiría en dos y las corrientes más pequeñas interferirían entre sí, dejando el mismo tipo de patrón de rayas claras y oscuras que genera la luz. Las partículas actuarían como ondas.

Según un artículo adjunto en Physics Today, escrito por el editor de la revista, Peter Rodgers, no fue hasta 1961 que alguien (Claus Jönsson de Tubinga) llevó a cabo el experimento en el mundo real.

En ese momento, el resultado no sorprendió a nadie y el informe, como la mayoría, fue absorbido de forma anónima por la ciencia. (Clasificación: 1)

Fotos: Galileo Galilei (Corbis-Bettmann); Ernest Rutherford (The New York Times, principios de los años 1930); Eratóstenes; Jean-Bernard-Léon Foucault (Photo Researchers Inc.); Thomas Young (Foto Investigadores Inc.); Henry Cavendish; Isaac Newton (Sir Godfrey Kneller); Robert Millikan (Los New York Times, 1950); (Los New York Times); (Foto investigadores Inc.)

domingo, 10 de diciembre de 2023

Premio Nobel de Física 2023: qué son los pulsos de luz de attosegundos por los que Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L'Huillier recibieron el galardón

Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L'Huillier

FUENTE DE LA IMAGEN,ILL. NIKLAS ELMEHED © NOBEL PRIZE

Pie de foto,

Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L'Huillier

  • AuthorEl Premio Nobel de Física de este año fue para Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L'Huillier por sus experimentos con luz que capturan "el momento más corto".
La Real Academia Sueca de Ciencias concedió el premio a los tres físicos "por sus métodos experimentales que generan pulsos de luz de attosegundos para el estudio de la dinámica de los electrones en la materia".

Pierre Agostini nació en Francia en 1968 y es profesor emérito de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidosñ.

Ferenc Krausz, nacido en Hungría en 1962, es director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica en Alemania, y Anne L’Huillier, que nació en Francia en 1958, es profesora de la Universidad de Lund en Suecia.

El trabajo de los físicos “demostró una forma de crear pulsos de luz extremadamente cortos que pueden usarse para medir los rápidos procesos en los que los electrones se mueven o cambian de energía”, declaró la Academia.

Los ganadores compartirán el premio en metálico de 10 millones de coronas suecas (US$966.000).

Qué es la física de los attosegundos
Igual que usamos la luz para observar el mundo macroscópico que nos rodea, también puede usarse para sondear el mundo subatómico.

Pero como partículas como los electrones pueden moverse más rápido que la duración de un pulso de luz, se pueden perder muchos detalles sutiles de su movimiento.

La Real Academia Sueca de Ciencias dijo que “con sus experimentos, los galardonados de este año han creado destellos de luz que son lo suficientemente cortos para tomar fotografías de los movimientos extremadamente rápidos de los electrones”.

Sus experimentos produjeron “pulsos de luz tan cortos que se miden en attosegundos”. (Un attosegundo es una quintollonésima de segundo).

“Un attosegundo es tan corto que el número de ellos en un segundo es igual al número de segundos que han transcurrido desde que surgió el universo, hace 13.800 millones de años", explica la Academia.

Pero ¿cuál es el objetivo de detectar procesos tan insondablemente rápidos?

La respuesta es que el attosegundo es la escala de tiempo natural del movimiento de los electrones en átomos, moléculas y sólidos.

Los electrones son partículas dentro de los átomos y se mueven increíblemente rápido: en milmillonésimas de segundo.

Antes de los avances de los galardonados, aparecían efectivamente borrosos bajo los microscopios más avanzados: su movimiento y comportamiento eran demasiado rápidos para seguirlos.

Pero como explicó Eva Olsson, presidenta del Comité Nobel de Física: "Ahora podemos abrir la puerta al mundo de los electrones. La física de attosegundos nos brinda la oportunidad de comprender los mecanismos que se rigen por los electrones".

La "física de attosegundos" está poniendo de relieve procesos importantes dentro de los átomos y moléculas.

El estudio y la comprensión de los electrones en escalas de tiempo tan cortas han dado lugar a avances en la electrónica ultrarrápida, que algún día podrían conducir al desarrollo de chips de computadora más potentes.

También ha permitido distinguir moléculas entre sí en función de sus propiedades electrónicas.

Como resultado, los expertos consideran que la ciencia de los attosegundos tiene un enorme potencial para avanzar en la investigación fundamental, no sólo en física cuántica sino también en biología, química, medicina y otras.

Por ejemplo, este desarrollo podría conducir a microscopios electrónicos aún más precisos, dispositivos electrónicos mucho más rápidos y nuevas pruebas capaces de diagnosticar enfermedades en una etapa mucho más temprana.

La quinta Nobel de Física 

La profesora L'Huillier es apenas la quinta mujer que gana un Nobel de Física.

En una llamada que se interrumpió brevemente, y mostrándose algo aturdida, se dirigió a la conferencia de prensa en la Real Academia Sueca.

"Es increíble", dijo. "No hay tantas mujeres que obtengan este premio, por lo que es muy, muy especial", afirmó.

Explicó que el Comité Nobel la había llamado tres veces antes de que ella contestara el teléfono.

"Estaba enseñando", dijo, y bromeó que la última media hora de su lección, después de enterarse, fue "bastante difícil".

El Premio Nobel de Fisiología o Medicina, anunciado el lunes, fue otorgado a los profesores Katalin Kariko y Drew Weissman, quienes desarrollaron la tecnología que condujo a las vacunas de ARNm contra el Covid.


lunes, 13 de noviembre de 2023

_- André-Marie Ampère, «el Newton de la electricidad»

André-Marie Ampère. Créditos: Wikipedia

_- El 24 de noviembre de 1793, cuatro años y unos meses después de la toma de la Bastilla, Jean-Jacques Ampère , un próspero comerciante de sedas de Lyon vinculado al partido girondino, subía los últimos peldaños que le conducían al patíbulo. Detenido, juzgado y condenado a la pena capital, ese día era guillotinado y se convertía así en una víctima más de las idas y venidas revolucionarias. La muerte en la guillotina de su padre, al que estaba muy unido, afectó profundamente al joven André-Marie Ampère (20 de enero 1775 – 10 de junio 1836), entonces de 18 años, sumiéndole en una profunda depresión que le tuvo aislado durante varios años en la casa de campo familiar, situada a diez kilómetros de Lyon. Allí, sin apenas contacto con el mundo exterior, se dedicó a devorar casi como un poseso la magnífica biblioteca de su padre.

André-Marie Ampère fue un niño prodigio educado bajo la influencia del filósofo Rousseau, del que su padre era un ferviente seguidor y, por lo que siguiendo las ideas plasmadas en el Emilio, André-Marie nunca fue a la escuela, excepto para dar clase él mismo. Tras varios años dando clases particulares de matemáticas consiguió una plaza de profesor de física y química en la Escuela Central de Ain (Bourg-en-Bresse) hasta 1804, fecha en la que se convertiría en profesor de análisis matemático en la Escuela Politécnica de París.

En 1808, Napoleón llegó a nombrarle inspector general del sistema universitario francés (puesto que ocuparía hasta su muerte) y ya en 1814 consigue entrar en la Academia de Ciencias de Francia, en la sección de geometría. En contraste con su trayectoria profesional, su vida personal fue complicada y muy difícil, y le llevó a vivir momentos como la muerte de su padre en la guillotina, el fallecimiento de su primera esposa, la separación de su segunda esposa etc…

Ampère es uno de los 72 científicos e ingenieros franceses ilustres cuyos nombres aparecen encima de los cuatro arcos de la Torre Eiffel, como Foucault, Fourier, Fresnel, Laplace, Lavoisier, Malus o Poisson, entre otros.

André-Marie mostró grandes cualidades para las matemáticas y se paseó por la óptica y por la química, e incluso se le puede calificar como casi un buen químico, ya que casi descubre el cloro, casi descubre el yodo y casi descubre la ley de Avogadro, que había sido enunciada 3 años antes pero que él desconocía, hecho por el cual también se la conoce en Francia como ley de Avogadro-Ampère. Aunque en matemáticas realizó algunas aportaciones de cierta relevancia (álgebra, análisis matemático y cálculo de probabilidades), no cabe duda de que su mayor contribución más importante tuvo lugar en el área del electromagnetismo, a la edad de 45 años. 
 

EL CONFLICTUS ELECTRICI Y LA REGLA DEL HOMBRECILLO
En 1820 el danés Hans Christian Oersted descubrió que una corriente eléctrica desviaba una aguja imantada situada en sus proximidades. Si la corriente eléctrica era capaz de hacer girar la aguja imantada, Oersted concluyó que esta corriente producía efectos magnéticos y que la electricidad y el magnetismo no son fenómenos independientes. Publicó sus resultados en el artículo “Experimenta circa effectum conflictus electrici in acum magneticam” (Experimentos sobre el efecto de una corriente de electricidad sobre la aguja magnética). Ese mismo año, Ampère tuvo noticias del increíble descubrimiento realizado por Oersted, ese “conflictus electrici” que era capaz de hacer que se desviara una aguja imantada. Oersted había comprobado que la electricidad produce efectos magnéticos. A diferencia de otros científicos franceses que pensaban que los grandes descubrimientos sólo podían realizarse en Francia, Ampère estudió y obtuvo importantes conclusiones de este experimento que, hasta el momento, era un gran descubrimiento, pero nada más. Durante el verano de 1820 repitió el experimento de Oersted y concluyó que si una corriente eléctrica produce efectos magnéticos sobre un imán, “¿por qué no iba a producir efectos magnéticos sobre otra corriente?”. En septiembre de ese año expuso sus resultados ante la Academia de Ciencias en varias sesiones. En una de esas charlas presentó la regla del hombrecillo (“reglè du bonhomme”):

“Este hombrecillo se coloca en el sentido de la corriente (la corriente recorre su cuerpo desde los pies a la cabeza), el hombre mira el punto que nos interesa y extiende su brazo izquierdo de modo que el brazo indica la dirección del campo magnético”.

En otra de las sesiones ante la Academia Ampère anunció un hecho novedoso: era posible la acción mutua entre corrientes sin que interviniera ningún imán. Dos hilos conductores paralelos por los que circulan corrientes eléctricas se atraen o se repelen en función de si los sentidos de las corrientes son iguales u opuestos, respectivamente. Poco tiempo después Ampère formularía la expresión matemática que explicaba estas fuerzas entre corrientes eléctricas. 

 

EL NEWTON DE LA ELECTRICIDAD
En 1826 publicó “La teoría matemática de los fenómenos electrodinámicos deducida únicamente de la experiencia”, libro en el que afirma que “el magnetismo es electricidad en movimiento” y que “los fenómenos magnéticos dependen sólo de la existencia y del movimiento de cargas eléctricas”. Ampère explicó la existencia de imanes permanentes introduciendo la idea de que el magnetismo de los imanes permanentes está producido por una pequeña corriente a nivel molecular que él llamó molécula electrodinámica y cuyo resultado es una corriente superficial, la corriente amperiana, semejante a la corriente real que circula por un solenoide. De este modo, todos los efectos magnéticos se deben al movimiento de cargas eléctricas, tanto a nivel macroscópico como microscópico. El amperio, unidad de intensidad de corriente eléctrica, una de las unidades básicas del Sistema Internacional de Unidades, se denomina así en su honor.

No hay duda que Ampère es uno de los “grandes” del electromagnetismo y fue precisamente otro de los “grandes”, James Clerk Maxwell en su (Tratado de Electricidad y Magnetismo, Treatise on Electricity and Magnetism) quien lo denominó «el Newton de la electricidad»:

«La investigación experimental mediante la que Ampère estableció las leyes de la acción mecánica entre corrientes eléctricas es uno de los logros más brillantes de la ciencia. Todo el conjunto, teoría y experimento, parece que hubieran saltado, pleno y completo, desde el cerebro del ‘Newton de la electricidad’. Es perfecta en su forma e inatachable en exactitud, y se resume en una fórmula de la que se pueden deducir todos los fenómenos y que debe seguir siendo siempre la fórmula cardinal de la electrodinámica».

André-Marie Ampère fallecía el 10 de junio de 1836 en Marsella donde, a pesar de su lamentable estado de salud, había viajado para realizar una inspección universitaria. Sus restos descansan en el cementerio de Montmartre de París, en una tumba que comparte con su querido y admirado padre Jean-Jacques.

Augusto Beléndez
Catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alicante y miembro de la Real Sociedad Española de Física

Bibliografía

Beléndez, A., “La unificación electromagnética: 150 aniversario de las ecuaciones de Maxwell”, Mètode, No. 84, 16-21 (2015).
Díaz-Hellín, J. A., El gran cambio de la Física. Faraday (Nivola libros y ediciones. Madrid, 2001).
Fernández-Rañada, A., “Mi clásico favorito: André-Marie Ampère”, Revista Española de Física, Vol. 28, No. 2, 46-50 (2014).
Clerk Maxwell, J., A Treatise on Electricity and Magnetism (Clarendon Press, Oxford, 1873).
Pérez, M. C., y Varela, P., Orígenes del electromagnetismo: Oersted y Ampère (Nivola libros y ediciones. Madrid, 2003).
Udías, A., Historia de la Física: De Arquímedes a Einstein (Síntesis. Madrid, 2004).
El Universo Mecánico. Episodio 35: “El campo magnético” (CALTECH, 1985).
André-Marie Ampère, Wikipedia (Consultado el 19 de abril de 2017).

miércoles, 18 de octubre de 2023

CERN Science Gateway .El museo CERN Science Gateway, en Ginebra (Suiza), es un proyecto del arquitecto Renzo Piano. CERN

 En los años cuarenta del siglo pasado,Robert Oppenheimer levantó una ciudad entera en medio del desierto de Nuevo México con el único objetivo de construir una bomba atómica. En la década siguiente, en las afueras de la ciudad de Ginebra, en Suiza, nació el Laboratorio Europeo para la Investigación Nuclear (el CERN), cuyos fundadores establecieron desde el primer momento que ninguna tecnología allí desarrollada podía ser utilizada con fines bélicos o armamentísticos, sino solo como instrumento para el avance del conocimiento humano. Mucho ha llovido desde entonces, pero el espíritu sigue siendo el mismo. En sus casi 70 años de historia, el CERN ha ensanchado enormemente las fronteras del conocimiento acerca del mundo en el que vivimos, con hitos tan importantes como el descubrimiento del Bosón de Higgs en 2012, que vino a completar el modelo estándar de la física dándonos la posibilidad de entender por qué las partículas tienen masa, es decir, por qué existe todo lo que existe, incluidos nosotros mismos.

Este 8 de octubre, a punto de celebrar su setenta cumpleaños, el CERN abre las puertas del CERN Science Gateway, un game changer en términos de educación y de divulgación científica, una experiencia inmersiva e interactiva que ayudará a las personas de todas las edades a entender el trabajo que desde hace décadas se viene desarrollando ahí dentro, así como a incentivar las vocaciones científica


Dos niños en el nuevo museo CERN Science Gateway.

Si bien el grueso de las instalaciones se encuentra en territorio suizo, el LHC, el acelerador de partículas más grande del mundo, un anillo circular de 27 kilómetros que constituye el experimento estrella de la institución y el mayor artilugio técnico jamás construido por el ser humano, se extiende bajo tierra a ambos lados de la frontera entre Francia y Suiza. Con cerca de 4.000 empleados fijos, más otros 13.000 usuarios e investigadores que van y vienen, el CERN ha transformado radicalmente la fisonomía de la región.

En líneas generales, según nos explican, los extranjeros viven en el lado francés, principalmente en la localidad de Saint-Genis-Pouilly; los franceses habitan las localidades de las que provienen y los suizos se instalan en Ginebra o en la cercana Meyrin, que en su momento fue un pueblo ubicado a mitad de camino entre Ginebra y el CERN y que hoy ha sido absorbido por el tejido urbano de la ciudad. En esas localidades —y en algunas otras como Ferney-Voltaire, donde se puede visitar el castillo del famoso pensador francés— es en donde los investigadores desarrollan sus vidas, crían a sus hijos y socializan en los más de 50 clubes de deportes, música o baile, y en pubs como el tradicional Charly’s o el desenfadado O’Brasseur.

Más allá de la ciencia
Pero no solo superconductores y fábricas de antimateria se pueden encontrar en las inmediaciones del CERN. Quien decida acercarse al Science Gateway puede combinar la visita con un recorrido por los viñedos que rodean las instalaciones, en donde se producen unos vinos cuya calidad supera ampliamente el reconocimiento internacional que hasta ahora han recibido. Hacia allí nos dirigimos montados en unos tuctucs eléctricos de la compañía Welo para, luego de un idílico paseo por las viñas, terminar recalando en La Cabuche, casa rural de la bodega Domaine-Dugerdil, para catar sus vinos y disfrutar de una tradicional raclette en las mesas que han preparado entre las vides.

Por la tarde decidimos hacer un reconocimiento aéreo de la zona. Para ello, nos acercamos al pie del monte Salève, desde donde un teleférico lleva en menos de cinco minutos a 1.100 metros de altura, regalándonos unas vistas de infarto de todo el cantón de Ginebra con el lago Lemán de un lado y una privilegiada perspectiva de Los Alpes del otro, con el Mont Blanc destacando majestuoso entre los picos nevados. Una caminata de media hora a través del bosque nos deposita en la cima del Salève, emplazamiento del restaurante L’Observatoire, donde cenar vislumbrando cómo el atardecer deja paso a una postal nocturna de los pueblos que, poco a poco, van encendiendo sus luces en el valle.

Al día siguiente, y ya que nos encontramos a escasos kilómetros del centro de la ciudad de Ginebra, se nos presenta la oportunidad de entrar en contacto con dos de los pilares básicos de la gastronomía suiza: la fabricación de chocolates en La Bonbonnière y una clase de fondue en el restaurante Edelweiss.

El CERN es el mayor laboratorio de partículas del mundo y la meca de los estudios en ciencia fundamental para los científicos. Asomarse a sus instalaciones supone entrar en contacto con el lugar en el que más se ha avanzado en la comprensión de la estructura que compone nuestro universo. Toda la tecnología involucrada en sus experimentos ha tenido que ser desarrollada allí mismo, lo cual ha supuesto avances en los más diversos campos del hacer humano, y ha posibilitado valiosos efectos colaterales como el desarrollo del escáner PET, el grid computing o la World Wide Web. Nada de eso, sin embargo, es lo que más emociona al visitarlo, sino la extraordinaria aventura humana que el proyecto supone, con miles de personas venidas de todos los rincones del planeta trabajando codo con codo con una pasión y un compromiso pocas veces visto, y sin ningún otro interés que el de hacer avanzar un poco más el conocimiento del mundo en el que vivimos.

Esta catedral de la ciencia se ofrece hoy como una nueva e inmejorable manera de entrar en contacto con el espíritu con el que la institución fue fundada: como un esfuerzo, y un ejemplo, de cooperación internacional en favor de la paz y del conocimiento.

https://elpais.com/elviajero/2023-10-08/viaje-al-corazon-de-la-ciencia-asi-es-el-nuevo-museo-cern-science-gateway.html

lunes, 9 de octubre de 2023

Katalin Karikó, la investigadora húngara que fue ignorada y degradada, y acabó ganando el Nobel de Medicina

Katalin Karikó

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Katalin Karikó es la decimotercera mujer en ganar el premio Nobel de Medicina.


Pasó gran parte de su carrera buscando el apoyo de la comunidad científica a sus investigaciones.

Pero debió enfrentarse al exilio, primero, y luego a la indiferencia de muchos de sus colegas, que la degradaron en su trabajo e, incluso, la jubilaron antes de tiempo.

Sin embargo, esta semana fue reconocida con el premio más prestigioso a nivel mundial: el Nobel de Medicina.

El galardón -compartido con el inmunólogo Drew Weissman- premia sus estudios sobre el ARN mensajero que fueron clave para el desarrollo de las vacunas contra la pandemia de covid-19.

Aquí te contamos su historia.

Interés temprano por la ciencia (y las plantas)
 
Katalin Karikó nació en Hungría en enero de 1955, cuando el país estaba bajo la influencia soviética.

La investigadora creció en Kisújszállás, un pequeño pueblo de 10 mil habitantes, donde su padre trabajaba como carnicero y su madre como contadora.

En una conversación con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, ella recordó que vivía en una casa “muy sencilla” y que no tenía acceso a bienes tan básicos como agua corriente, electricidad o un refrigerador.

“No me di cuenta de cuántas cosas no teníamos porque los otros vecinos tampoco las tenían”, dijo.

Además, comentó que le ayudaba a su padre en la carnicería haciendo embutidos.

Desde temprana edad manifestó su interés por la ciencia y la naturaleza. Lo que más le gustaba eran las plantas.

En 1978, a los 23 años, después de graduarse con un doctorado en la Universidad de Szeged, se integró al Centro de Investigaciones Biológicas (BRC) de Szeged, donde se dedicó a investigar los lípidos.

Un mural en Budapest, capital de Hungría, con el rostro de la científica.

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Un mural en Budapest, capital de Hungría, con el rostro de la científica.



Pero un día se topó con un químico, llamado Jenö Tomasz, que tenía un laboratorio de ARN.

Desde ese momento, su vida cambió y todos sus esfuerzos se volcaron en este ácido ribonucleico y en cómo podía proporcionar efectos antivirales.

No obstante, los métodos que alcanzó a descubrir no eran posibles de aplicar para uso médico, y entonces se quedó sin apoyo ni financiamiento.

“Intenté solicitar empleo en Londres, Madrid y Montpellier. Pero no pude”, explicó en la conversación publicada por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El inicio de su carrera en Estados Unidos

Así, en 1985 decidió partir a Estados Unidos junto a su marido y una hija de apenas 2 años, sin un pasaje de vuelta.

Kariko vendió su auto familiar de marca Lada y escondió el dinero en el oso de peluche de su hija pues Hungría no permitía salir del país con divisas.

Ya instalada en Estados Unidos, ocupó un puesto como investigadora posdoctoral en la Universidad de Temple, en Filadelfia, donde participó en un ensayo clínico en el que se trató a pacientes con VIH.

Cuatro años más tarde, en 1989, se trasladó a la Universidad de Pensilvania donde, junto al cardiólogo estadounidense Elliot Barnathan, demostró que el ARNm, una vez insertado en las células, podía utilizarse para dirigir la producción de nuevas proteínas.

Pero la comunidad científica aún no le tomaba el peso a estos descubrimientos. Además, el ARN era criticado pues podía provocar reacciones inflamatorias.

"La mayoría de la gente se rió de nosotros", dijo Barnathan en The New York Times.

A mediados de la década de 1990, Barnathan dejó la universidad y Katalin Kariko se quedó sin laboratorio.

El ácido ribonucleico mensajero, conocido como ARNm, es una molécula que aparece cuando se copia un tramo de ADN y transporta esta información a la parte de las células donde se fabricarán las proteínas que componen nuestro cuerpo.

La universidad de Pensilvania no renovó su contrato y la bioquímica fue degradada a un nivel inferior dentro del centro de estudios.

"Era candidata a un ascenso y luego simplemente me degradaron y esperaron que saliera por la puerta", comentó en una entrevista con la agencia de noticias AFP en 2020.

Pero la científica se quedó y aceptó el puesto porque necesitaba el contrato de trabajo para permanecer en Estados Unidos y porque debía pagarle los estudios a su hija.

Su encuentro con Drew Weissman

Tras ese punto bajo en su carrera, un encuentro fortuito con el inmunólogo Drew Weissman -también ganador del Nobel- vino a cambiar su suerte.

Luego de conocerlo en el cuarto de la fotocopiadora de la universidad, en 1997, ambos acordaron comenzar a investigar juntos.

Weissman era experto en células dendríticas, que capturan moléculas de microbios y se las presentan a otras células del sistema inmunitario para establecer una mejor defensa. En ese momento, trabajaba en una vacuna contra el VIH.

Ambos investigadores estaban interesados en la posibilidad de utilizar ARNm para estimular al cuerpo a desarrollar inmunidad contra patógenos virales.

Karikó, entonces, le ofreció crear ARNm para sus experimentos.

“Esto no era sorprendente. Le ofrecí lo mismo a muchos científicos en el campus y probablemente haya congeladores en todo Penn (Universidad de Pensilvania) con mi ARNm. Pero Drew probó mi ARNm y quedó muy feliz”, dijo la bioquímica en una conversación reproducida por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Drew Weissman y Katalin Karikó.

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Drew Weissman y Katalin Karikó, ambos ganadores del premio Nobel de Medicina.


Los primeros años de trabajo no fueron fáciles. Los resultados no fueron prometedores pues no lograban evitar una respuesta inflamatoria.

"Iba a reuniones y presentaba en qué estaba trabajando, y la gente me miraba y decía: 'Bueno, eso es muy lindo, pero ¿por qué no haces algo que valga la pena con tu tiempo? El ARNm nunca funcionará'. Pero Katie (Katalin Kariko) y yo seguimos presionando", recordó Weissman en el programa Newshour de la BBC.

Pero luego hubo un cambio: Katalin Karikó realizó experimentos con un tipo diferente de molécula de ARN, el ARN de transferencia (ARNt), y no observó los mismos efectos inmunogénicos.

En 2005, los científicos ganadores del premio Nobel demostraron que se podía “engañar” al sistema inmune creando un ARN mensajero sintético en el laboratorio, que contiene una copia de parte del código genético viral.

Este ARNm haría que nuestras células fabriquen la proteína característica del virus y esto alertaría a nuestro sistema inmunitario.

Sus resultados fueron publicados en la revista Immunity, esperando ser ampliamente reconocidos.

Pero no fue así. El descubrimiento pasó inadvertido para la mayoría de los científicos, quienes no reconocieron el valor terapéutico de esta modificación.

Llegada a BioNTech

Hace 10 años, Katalin Karikó tuvo que retirarse de la universidad de Pensilvania.

“Me echaron y me obligaron a jubilarme”, dijo en una entrevista con Adam Smith, director científico del premio Nobel.

Entonces, a sus 58 años, se incorporó a BioNTech, una empresa de biotecnología alemana.

Para eso, se tuvo que mudar a Alemania sola y dejar a su marido. Este fue uno de los momentos más difíciles de su carrera, según afirmó en el periódico suizo Aargauer Zeitung.

“Durante la primera semana me dormí todas las noches llorando y pensé que había cometido un gran error. Pero después de esa semana, estuve tan ocupada que simplemente me quedé dormida y no tuve tiempo de llorar más”, dijo.

Katalin Karikó y su hija Susan

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La científica junto a su hija, Zsuzsanna Francia, quien ha sido campeona olímpica de remo.


La bioquímica se dedicó a estudiar cómo las proteínas de ARNm podían ayudar a enfrentar el cáncer y la insuficiencia cardíaca.

Pero al cabo de un tiempo, el mundo se daría cuenta del verdadero potencial del ARN mensajero cuando la pandemia de covid-19 irrumpió fuertemente en 2020.

Y fue justamente BioNTech la compañía que fabricó exitosas vacunas utilizando esta increíble tecnología.

Nunca dudó…

Katalin Karikó ha dicho que ella nunca dudó en que el ARNm funcionaría.

Y con esa idea en mente, luchó siempre para que el mundo entendiera la real potencia de sus estudios.

Tras la pandemia, Karikó se convirtió en la estrella de la comunidad científica.

“Siempre deseé vivir lo suficiente para ver que algo en lo que he trabajado fuera aprobado”, le dijo a The Guardian en 2020.

Ahora, se sabe que la tecnología ARNm no sólo sirve para las vacunas contra la covid-19 sino que su impacto es muchísimo más amplio, llegando incluso a la posibilidad de crear una vacuna contra el cáncer, una enfermedad que mata a 10 millones de personas al año.

Cuando a Katalin Karikó le dijeron que se había ganado el premio Nobel, ella pensó inicialmente que alguien estaba bromeando.

Pero luego recordó a su madre, quien murió en 2018.

“Ella siempre escuchaba el anuncio del Premio Nobel porque me decía: ‘Oh, la semana que viene lo anunciarán, tal vez lo consigas’”, comentó en la entrevista con Adam Smith.

“Yo me reía, ni siquiera era profesora, no tenía equipo, y le dije a mi mamá: ‘no escuches’. Y ella me dijo: ‘Pero trabajas muy duro’. Y yo le dije que todos los científicos trabajan muy duro”.

https://www.bbc.com/mundo/articles/c2j941r8ny3o