"Cuando estudiaba física con Enrico Fermi"
Piergiorgio Odifreddi
La república, 22-07-2009.
"En los bolsillos de los que se suicidan se encuentran los libros de filósofos como Hegel o Nietzsche, o Marx, no los de Carnap, Hempel o Kripke..."
George Steiner es la encarnación del estereotipo del judío errante, políglota y ciudadano del mundo. Personaje controvertido, considerado por algunos el hombre más culto del mundo y por otros un compendio de vacía erudición, ha escrito innumerables libros que entremezclan literatura, crítica literaria y filosofía en una singular mixtura, ejemplificada por obras como La muerte de la tragedia (1961), Después de Babel (1975), Presencias reales (1989) y Gramáticas de la creación (2001). En la presente entrevista George Steiner nos habla sobre las problemáticas que plantea la ciencia, hacia la cual, en sus obras, se trasluce un profundo interés.
¿Es verdad que Usted comenzó sus estudios universitarios en ciencias naturales?
Sí, es verdad, en la universidad de Chicago. En 1948, cuando llegué allí, a los grandes científicos les gustaba impartir los cursos introductorios; de tal suerte que tuve a dos premios Nobel, Enrico Fermi y Harold Clayton Urey, como profesores de física y química. Me hubiera gustado continuar pero, desgraciadamente, carecía del suficiente background matemático.
¿Y entonces qué hizo?
Filosofía y literatura, pero ya sabía que las mayores energías mentales de la posguerra se prodigarían en la ciencia: no sólo por los descubrimientos que habría, sino por el sentido para prever los problemas del futuro. Y así como hubiese querido conocer a pintores si me hubiese tocado vivir en la Florencia o en la Bolonia del siglo XV o XVI, también quise conocer a los científicos cuando me fui a Princeton.
¿A quiénes en particular?
A Oppenheimer, Godel, Bohr… Y naturalmente a C.N. Yang y T.D. Lee, que precisamente tenían su cubículo junto al mío. Yo era muy joven, y todo lo que podía hacer era observarlos, tratando de entender un poco de su personalidad: fue una experiencia fantástica, era como estar en contacto con los grandes príncipes.
¿Nunca ha usado metáforas científicas en su trabajo?
A veces. Por ejemplo, ya que me siento fascinado por expresiones como “antimateria” y “materia oscura”, tomé prestadas estas cosas para escribir mi novela The Portage to San Cristobal of A. H. ("El traslado de A. H. a San Cristóbal", Barcelona, Mondadori, 1994)... (seguir leyendo en español)
lunes, 24 de agosto de 2009
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