jueves, 21 de julio de 2011

La CEOE, por medio de su presidente, critica a los parados que cobran "porque sí".

Rosell arremete, además, contra los funcionarios "ineficientes"
En una ejemplar muestra de lo que es "ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio". El presidente de la CEOE, Juan Rosell, en una serie de perogrulladas de sentido común, aderezadas con globos sondas, para tantear como está el patio, a fin de avanzar aún más hacia el neoliberalismo; lo que supondrá una mayor marginación e indefensión de las clases más humildes... "ha situado en el disparadero a los funcionarios "ineficientes" y a los parados que se inscriben en las listas del desempleo "porque sí". El líder de los empresarios españoles abogó ayer por acabar con estos dos colectivos como parte de su recetario para salir de la crisis. No son los únicos. Los estudiantes que suspenden y quienes acuden al médico "abusivamente" también recibieron su advertencia."
Sin duda, el que un parado reciba una subvención, a la que no tiene derecho, no lo puede defender nadie. La cuestión está en quienes son los que definen el derecho de un parado a un subsidio para él y su familia, y quienes definen que es un listado de desempleados con "subsidio porque sí".
Es evidente que el problema de la economía española no son los parados que puedan estar cobrando injustamente, sino lo injusto del elevado número de las situaciones de paro, cuando la inmensa mayoría de trabajadores lo que ha hecho es trabajar y rendir para la empresa y ellos son los menos culpables de que la situación económica haga que su empresa no venda y se vea en la necesidad de cerrar, mandándoles al paro. Si la crisis económica ha afectado a todos, empresarios y trabajadores, es a estos últimos a quienes más ha afectado como colectivo.
"[A] quien se apunte al paro porque sí, habrá que decirle que no", disparó Rosell en una conferencia organizada por el diario El Economista. El máximo responsable de los empresarios añadió que todos los parados deben formarse al mismo tiempo que cobran la prestación. La recién aprobada reforma de los servicios públicos de empleo endurece esa exigencia, que depende en gran medida de la oferta que faciliten los servicios públicos.
Respecto al otro gran colectivo objeto de las críticas, los funcionarios, Rosell pidió evaluarlos para hacerles ver que "no son dueños" de su puesto de trabajo. El presidente de la CEOE aludió expresamente a los empleados públicos "ineficientes y prepotentes". En esa misma línea, pidió que se penalice el absentismo laboral y se combata a quienes "visitan al médico abusivamente". Aquí parece olvidar el proceso histórico que ha dado lugar a la creación de los funcionarios y su necesidad. La realidad es que esos "funcionarios ineficientes" son muchas veces "mimados", pues son los mejores aliados de los interesados en privatizar departamentos enteros o funciones que vienen ejerciendo funcionarios, de esta forma, haciendo ineficiente a lo público, se crea una opinión pública favorables a la privatización. Lo que viene muy bien para dar "empresas" a sus amigos, donde el negocio es redondo; se "colocan", sin control, -porque sí- a los hijos de los amigos por muy inútiles que sean, se ponen los sueldos a su antojo y como es una "empresa privada" no tienen que dar explicaciones a nadie. Lo ideal del antiguo caciqueo. Y si va mal, vuelve la administración a hacerse cargo de las perdidas. ¿Quieres mayores y mejores prebendas?
El funcionario tiene una oposición por medio de convocatoria pública, con igualdad y publicidad de la misma y unos tribunales con vocales elegidos por sorteo y unos méritos públicos. Los sueldos son fijados por categorías y son públicos, limitados e iguales en lo esencial en todo el estado. En lo público, lastima, "se cuelan" con frecuencia el hijo del portero, mientras que el hijo del dueño del edificio es suspendido y se queda sin plaza...
  Esta crisis es una crisis gestada y provocada por empresas privadas que se dicen ejemplares, pero que han estafado quebrando a millones de personas y dejado en la ruina a países enteros, eso sí, con la colaboración culpable de políticos más o menos corruptos. Y, lo más lamentable de todo, es que no ha habido consecuencias ni castigo para los culpables si exceptuamos a Islandia. Y todas las medidas que se anunciaron por los jefes de gobiernos occidentales, de más regulación y vigilancia sobre los "mercados" o la desaparición de los llamados paraísos fiscales, amén de límites a los escandalosos sueldos y prebendas para los máximos responsables de esos desaguisados, han quedado en nada.
"Los estudiantes con fracaso escolar cerraron su corolario de críticas. "Al estudiante hay que decirle que un fracaso se le puede consentir, pero que esté ocho años para acabar una carrera de cinco no se le puede consentir y no se lo vamos a pagar siempre", analizó Rosell, partidario de reformar los servicios públicos, simplificar la estructura del Estado y reducir los gastos de los Gobiernos locales y autonómicos, "como están haciendo también las empresas"... Efectivamente las empresas están reduciendo gastos pero del lado de los trabajadores, bajando sueldos, a los jefazos se le suben, despidiendo a los que tenían mejores sueldos y contratando a nuevos por la mitad o menos, e imponiendo mayores ritmo de trabajo. Todas acciones que no suponen un aumento de la demanda, lo que no mejora la economía general.
Y que decir de los estudiante, pues que si suspende, hasta ahora, venía ocurriendo que se quedaban sin becas, con lo cual los más pobres dejaban de estudiar, mientras los que tenían medios podían permitirse el seguir estudiando ayudados por su familias. No sabemos si se refiere a empeorar, aún más, esta desigualdad ya existente, a favor de los pudiente, pero todo apunta hacia el aumento de la desigualdad que es lo que viene ocurriendo a marchas aceleradas desde la aparición de la crisis como muestran todos los datos.
En definitiva, junto a la crítica a "los enfermos imaginarios" -que con el aumento del paro se han disparado las depresiones y otras enfermedades psiquiátricas- una serie de lugares comunes, que no mejorarán para nada la situación económica general. Sí supondrá un vuelta de tuerca hacia los más humildes en esta lucha ideológica actual por acusar a las víctimas de la crisis como si fuesen los actores o causantes y no los paganos de la situación. Aprovechando para seguir quitando derechos y aumentar la desregulación, a fin de aumentar la desigualdad de negociación echándoles en brazos de sus empresarios para que se conviertan en explotados más dóciles. Ese no es un procedimiento serio de acabar con la crisis, es más, esas medidas no acabarán con algo que tiene otras causas ya expuestas nitidamente por Krugman o Stiglitz en este blog, pero le sirv3en a los poderosos para aumentar su cuota de poder frente a los derechos de la población que se habían conseguido con tantas luchas y esfuerzo. Como dice el 15-M lo que ocurre "no es una crisis, es una estafa." AGENCIAS / EL PAÍS - Madrid - 19/07/2011 Leer más aquí.

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