Por lo que sé, y he leído completa la sentencia condenatoria, estoy persuadido de que en ninguno de los tres procesos contra Garzón ha habido pruebas para ir más allá del “error judicial” en la interpretación de su competencia como juez. Lo de la “prevaricación” no ha sido posible probarlo en ningún caso; obedece a interpretaciones con un fuerte componente discrecional, impropio de la certidumbre que requiere el proceso penal.
Allá la conciencia del Supremo y sus jueces; y allá, la de los jueces que tienen que callar. Por demócrata, acato la sentencia condenatoria, pero nadie me apartará de mi convicción sobre su grave insuficiencia probatoria. De su lectura, yo jamás podría concluir que está probada la prevaricación del juez, jamás. Indudablemente, estoy decepcionado con el Supremo de manera muy grave.— José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete. Vitoria. EL País, 29 FEB 2012. Cartas al director
Una España muere y otra festeja.
Muere la España de la verdad y festeja la derecha. Lo hace hasta cuando despide a sus muertos, porque “la calle es suya” y por eso pueden enterrar a cómplices de dictaduras como si de héroes de la democracia se tratase. Mientras, las víctimas de un dictador siguen sin descansar en paz.
Ahora, ya da igual absolver o culpar a quien ha luchado por la verdad de este país, el objetivo está cumplido y las víctimas del franquismo muertas, les faltó poner en la sentencia “y bien muertas”. Dice el Tribunal Supremo, que es una equivocación el intentar abrir una investigación por los crímenes que se cometieron en una época de vergüenza para nuestra historia y calificarlos como “crímenes contra la humanidad”. En España sólo se puede realizar una investigación cuando existe una persona física sobre la que realizarlo y la última no hace mucho que ha muerto. La calle es suya, la memoria de los muertos también.
¿Cómo se te ocurre, amigo?, ellos mandan y controlan, ellos juzgan y sentencian. A mi abuelo, José Crespo, lo mataron de la única forma que saben hacerlo, como te han juzgado a ti, con su usual cobardía, con mentiras de los que se creen de una casta superior.
No te rindas, Garzón, hemos conseguido mucho y seguiremos caminando, nos levantaremos una y otra vez, hasta que los veamos sentados ante un verdadero “Tribunal Supremo”.
La España de la verdad no muere, sólo le han helado el corazón.— Israel García Crespo.
miércoles, 29 de febrero de 2012
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