Poco a poco, en una parte de la izquierda europea se ha abierto paso el gran tema de discusión: la necesidad de regular la libertad económica, tan necesitada de normas como la libertad política. Para ese sector, lo que ha llevado a la actual crisis ha sido la extraordinaria desregularización del mundo financiero que se promovió, casi sin critica, desde los años de Ronald Reagan y Margaret Thatcher y la evidencia de que fueron Gobiernos progresistas, como los de Bill Clinton y Tony Blair, los que le dieron el empujón definitivo, aceptando la cada vez mayor ausencia de reglas y la progresiva desaparición del papel del Estado como garante de esas reglas.
Leer más a Soledad Gallego en El País.
domingo, 5 de febrero de 2012
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