Es una pena que la confianza de los españoles no sea convertible en incentivos profesionales. La docencia e investigación en las Facultades de Medicina se ha convertido, por obra y gracia del Proceso de Bolonia, la racanería presupuestaria de las Administraciones y el intento de que en algunos años vuelvan a sobrar médicos (para pagarles poco, claro está), en un proceso masificado (tengo unos 90 alumnos por clase teórica) y solo posible por el sacrificio de algunos académicos, extremadamente mal pagados en muchos casos. Yo me alegro de que la gente se fíe de los que son como yo. Pero ojo, no se fíen tanto de los que gestionan nuestra política universitaria.
DANIEL SÁNCHEZ ZURIAGA Facultad de Medicina, Universidad de Valencia. El País, cartas al director, 21 AGO 2011
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