“Hay muchos dos estrellas en España que son indiscutibles tres estrellas”. Así piensa Quique Dacosta y mucha gente más en el sector gastronómico. Otra vez una nueva edición de la famosa guía roja de origen francés deja sorpresas y decepciones. El cocinero extremeño afincado en Levante no se puede quejar, pues ha logrado por fin el sueño triestelar, el que coloca en el podio nacional y, sobre todo, internacional a un restaurante. Dacosta vive un momento dulce en el espacio de Dénia que lleva su nombre, “con más de un 50% de visitantes extranjeros” y acaba de abrir otro restaurante de alta gama en Valencia. El se olía que algo bueno llegaba. Este año recibió muchas visitas de inspectores y el director internacional de Michelin, Michael Ellis, se interesó por él durante el 25º aniversario de Ducasse en Mónaco. “Creo que han entendido el esfuerzo y nuestros logros en Dénia”, resume satisfecho Dacosta.
También ha logrado el brillo triple el vizcaíno Eneko Atxa —al que se le soltaron las lágrimas de emoción—, cuyo Azurmendi se convierte en el único tres estrellas de su provincia. El chef vasco renovó con fuerte acento ecológico y un espectacular huerto hace nueve meses su espacio gastronómico de Larrabetzu, junto al aeropuerto de Bilbao, y el restaurante inicial, por el que logró dos estrellas en 2010, tiene formato prêt-à-porter.
Madrid, la ciudad anfitriona de la noche de las estrellas, no se ha llevado las cotizadas tres. Otro año sin ellas. A pesar de que los responsables de la edición española de Michelin dicen que “en Madrid hay mucho banquillo”. Las quinielas apuntaban a Óscar Velasco, que vuela solo con personalidad en Santceloni sobre el terreno legado por Santi Santamaria. Las apuestas no acertaron, pero el chef estaba contento y contaba con el apoyo de Regina Santamaría, hija de su maestro, fallecido en 2011. Los que sí pueden estar satisfechos son los profesionales catalanes, triunfadores de la guía 2013 con ocho galardonados. La Enoteca, con Paco Pérez al frente, y Moments, con Raül Balam, hijo de Carme Ruscalleda en los fogones, son los dos únicos dos estrellas nuevos de esta edición. Ambos están en hoteles (Arts y Mandarin Oriental), lo que confirma el tirón de las apuestas gastronómicas en estos establecimientos. Y Barcelona logra además revalidar su japonesismo culinario con una estrella para Dos Palillos y otra para el sushi bar Koy Shunka..., seguir leyendo en El País
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