domingo, 4 de noviembre de 2012

La pobreza se cuela en clase. Los recortes y la crisis dañan las posibilidades de los alumnos con menos recursos. Los centros privados ceden estudiantes a los concertados y estos, a los públicos

El paro en la ciudad de Madrid es una enfermedad social de temperamento injusto: no solo ahoga a unos barrios más que a otros, sino que crece con más fuerza precisamente en los que peor están. En resumen, la crisis no solo está empobreciendo la capital, sino que ha aumentado la desigualdad entre ricos y pobres, reduciendo además la escala intermedia de grises. La tarea de los gobernantes es evitarlo, pero los datos constatan su fracaso. En diciembre tomaron posesión Mariano Rajoy como presidente del Gobierno y Ana Botella como alcaldesa, ambos de Partido Popular. Medio año después, en mayo, el paro registrado en la capital había crecido un punto porcentual, del 13,1% al 14,14%; la diferencia entre los distritos con mayor o menor desempleo había aumentado 1,6 puntos porcentuales y, a nivel de barrio, en 2,5 puntos.

El Ayuntamiento repite que la tasa de desempleo de la capital (17,75%, según la Encuesta de Población Activa del primer trimestre) es inferior a la media regional (en 0,9 puntos) y nacional (en 6,7 puntos). Pero las medias son el instrumento perfecto para esconder la desigualdad. Así, mientras en algunos distritos, —como Chamberí, Retiro, Chamartín o Salamanca— la tasa es cinco o seis puntos inferior a la media regional y 11 o 12 menor que la nacional, en otros es superior. Es el caso de Puente de Vallecas, donde supera en 6,3 puntos la media regional, y medio punto la nacional. Pero también de Latina, Carabanchel, Usera, Moratalaz, Villaverde, Villa de Vallecas y Vicálvaro. Ocho de los 21 distritos de Madrid superan la media regional.

Por barrios, la desigualdad se acrecienta. En los más ricos —Vademarín, El Viso—, la media es inferior en 10 puntos a la regional y en 15 puntos a la nacional. En los más pobres, en cambio, las cifras son alarmantes: en Orcasur (Usera), la media es 9,6 puntos superior a la regional y 3,8 mayor que la nacional; en Entrevías (Puente de Vallecas), 10,3 y 4,5 puntos, respectivamente; en San Cristóbal (Villaverde), 12,2 y 6,4. En total, hay 44 barrios de 215 que superan la media regional, y ocho que rebasan la nacional.

Una de las consecuencias de la desigualdad se observa en las cifras de desahucios. De diciembre a mayo (ambos incluidos), se registraron 3.835 lanzamientos en la capital, según cifras judiciales, es decir, 1,18 por cada mil habitantes. El distrito más afectado fue Centro, con 607 en total y una tasa de 4,34 por cada mil habitantes. A partir de ahí, el mapa es muy similar al del desempleo: Villaverde (2,58), Puente de Vallecas (1,9), Carabanchel (1,8) y Usera (1,53) en un extremo; Hortaleza (0,26), Retiro (0,37), Fuencarral-El Pardo (0,48) y Salamanca (0,66) en el opuesto.

El líder municipal del Partido Socialista, Jaime Lissavetzky, denuncia que el Gobierno ha recortado este año un 15% los fondos para políticas activas de empleo, y la Comunidad otro 80%. El Ayuntamiento también ha reducido esa partida, pese a que Botella se comprometió a no hacerlo y el anterior alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, prometió que se crearían 150.000 empleos antes de 2015.

Muestra de estos recortes son los talleres de empleo municipales, que pasaron 23 a 17 este año, y de ellos, solo se están ejecutando la mitad. Además, se ha disparado un 19% el porcentaje de desempleados que provienen de la función pública, un 16% los del sector de la enseñanza y un 25% los de la sanidad y los servicios sociales.

Respecto a los desahucios, Lissavetzky apuesta por cerrar acuerdos con las entidades financieras para ofrecer como vivienda barata de alquiler aquellos pisos que son incapaces de poner en el mercado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Y añade: si se niegan, las Administraciones deberían obligar a las entidades que han recibido dinero público.
Foto del autor: flores en Marvao. Portugal.

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