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viernes, 4 de agosto de 2023

Muere Monjalés, el artista que huyó de la policía franquista en una trepidante fuga e hizo las Américas.

José Soler Vidal ha fallecido en Valencia a los 91 años, tras una larga trayectoria, la mayor parte en Colombia. Fue miembro del Grupo Parpalló y participó en dos ediciones de la Bienal de Venecia.

José Soler Vidal, conocido como Monjalés, ante una de sus obras en la exposición de la Fundación Chirivella Soriano de Valencia, en 2014.


José Soler Vidal, conocido como Monjalés, ha fallecido esta pasada madruga a los 91 años, tras “permanecer ingresado en Hospital Clínico de Valencia atendido por excelentes profesionales”, según expone una escueta nota enviada por su familia. Monjalés fue un pintor y ceramista prestigioso, de éxito. Como miembro destacado del Grupo Parpalló fundado en Valencia en 1956, pretendía renovar el arte español en plena dictadura. Participó dos veces en la Bienal de Venecia, en 1960 y 1976, y fue uno de los precursores, junto con Antonio Saura y Eduardo Arroyo, de la tendencia nueva realidad e informalismo en España. Su funeral se celebrará en su pueblo natal, Albaida.

Nunca olvidó sus orígenes y al final de su vida se volvió a instalar en Valencia, tras desarrollar en Colombia la mayor parte de su trayectoria artística. Allí vivió exiliado y se labró una reconocida carrera sobre todo como ceramista, cuando con anterioridad había despuntado entre sus coetáneos como uno de los mejores pintores. Se tuvo que marchar de Valencia en una precipitada y rocambolesca fuga, perseguido por la policía y la justicia franquistas en 1967. Fue acusado de haber tomado parte en la manifestación del 1 de mayo en Valencia y de haber tirado piedras contra un guardia o ante un guardia. Fueron detenidas 12 personas. A Monjalés le pedían una condena de 14 años de cárcel por resistencia a la autoridad.

Monjalés recordó para este periódico en 2007 aquel accidentado episodio: “Fue una odisea. Fui a Barcelona en un coche, me alojé en casa de Raimon [cantante valenciano], cambié de casa porque pensábamos que nos vigilaba la policía, viajé a la Seu d’Urgell y, de ahí, hasta Andorra, en el maletero del coche de Raimon Obiols hasta que, el 15 de agosto de 1967, llegué a Francia”. Obiols, exdirigente el PSC, confirmó esta versión y añadió más detalles a la “odisea” en unas manifestaciones recogidas en la web del artista: “En Andorra se hizo cargo de él Jordi Costa, exguerrillero del POUM y militante socialista que vivía exiliado en el sur de Francia, en Perpiñán”. Tras huir de la ciudad en la que vivía, su estudio fue asaltado y saqueado, perdiéndose buena parte de su obra de aquella época.

Monjalés comenzó su trayectoria artística en los años cincuenta, con paisajes y retratos, tras estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Valencia. A mediados de la década —en la serie Pacto de las premoniciones— se concentró en la tarea de reinterpretar El jardín de las delicias, de El Bosco. En 1957 se sumó a Parpalló, una agrupación de artistas valencianos, entre los que se encontraban Andreu Alfaro y Eusebio Sempere. Entonces se convirtió en un precursor del informalismo y la abstracción, lo que le abrió las puertas de exposiciones internacionales. Sin embargo, Monjalés prefirió entonces regresar a la figuración, a una pintura social, de compromiso político, hasta que la dictadura franquista truncó su vida y se exilió.

De carácter abierto, sociable, divertido, culto y gran lector, Monjalés estableció fuertes vínculos con la comunidad cultural en Colombia. Prueba de ello son estas palabras del cineasta y escritor de Medellín Sergio Cabrera, reproducidas también en su web: “Conocí a Monjalés hace más de 30 años y desde que lo vi por primera vez me sorprendió con su hospitalidad primero, luego con su amistad, y siempre por la gran claridad con que veía y analizaba todos los temas que tocábamos en las innumerables reuniones que hacíamos en su casa casi todos los domingos”.

Establecido en Bogotá, Monjalés no perdió el contacto con sus compañeros de generación. “Cuando llegué a Bruselas, en 1967, esa Navidad recibí un paquete de Andreu Alfaro que contenía turrón. Y, desde entonces, ninguna Navidad ha faltado ese regalo”, recordaba el artista en 2007, cinco años antes de retornar y establecerse en su tierra, donde finalmente ha fallecido, tal y como era su deseo.

sábado, 27 de agosto de 2022

_- Discurso completo de Gustavo Petro, presidente de Colombia


_- Llegar aquí indudablemente implica recorrer una vida. La vida inmensa que nunca se recorre sola. Aquí está mi madre, Clara, nada existiría en mi mente en este momento sin ella. Aquí está mi padre, Gustavo, caribeño, aquí están mis hermanos Adriana y Juan que me aguantan. Aquí están mis hijos, Nicolás Petro, Nicolás Alcocer, Andrea y Andrés, Sofía y Antonella, mis pequeñas que florecen de corazón y alma. Aquí está Verónica Alcocer, quien me ha acompañado, quien me ha dado descendencia, la vida misma. Quien el amor ha hecho todo posible. Aquí no estará para acompañarme solamente sino para acompañar a las mujeres de Colombia en su esfuerzo para salir adelante, para crear, para luchar, para ser. Para superar la violencia dentro y fuera de las familias, para construir la política del amor.

Aquí está como en el recorrido de mi existencia, el pueblo. Las manos humildes del obrero, aquí están las campesinas y las que barren las calles. Aquí están los corazones del trabajo, las ilusiones de quien sufre, aquí están las mujeres trabajadoras que me han abrazado cuando decaigo, cuando me siento débil, el amor al pueblo, a la gente que sufre excluida, es el que me tiene aquí para unir y construir una nación.

Así acaba Cien Años de Soledad de nuestro querido Gabriel García Márquez, «Todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra». Los colombianos y las colombianas hemos sido muchas veces en nuestra historia enviados a la condena de lo imposible, a la falta de oportunidades, a los NO rotundos. Quiero decirles a todos los colombianos y todas las colombianas que me están escuchando en esta Plaza Bolívar, en los alrededores, en toda Colombia y en el exterior que hoy empieza nuestra segunda oportunidad.

Nos la hemos ganado. Se la han ganado. Su esfuerzo valió y valdrá la pena. Es la hora del cambio. Nuestro futuro no está escrito. Somos dueños del esfero y podemos escribirlo juntos, en paz y en unión.

Hoy empieza la Colombia de lo posible. Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder. Pero lo logramos. Hicimos posible lo imposible. Con trabajo, recorriendo y escuchando, con ideas, con amor, con esfuerzo. Desde hoy empezamos a trabajar para que más imposibles sean posibles en Colombia. Si pudimos, podremos.

Que la paz sea posible. Tenemos que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado. Se puede.

Cumpliremos el Acuerdo de Paz, seguiremos a rajatabla las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad y trabajaremos de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia. Este es el Gobierno de la vida, de la Paz, y así será recordado.

La paz es posible si desatamos en todas las regiones de Colombia el diálogo social, para encontrarnos en medio de las diferencias, para expresarnos y ser escuchados, para buscar a través de la razón, los caminos comunes de la convivencia. Es la sociedad toda la que debe dialogar sobre cómo no matarnos y sobre cómo progresar. En los diálogos regionales vinculantes convocamos a todas las personas desarmadas, para encontrar los caminos del territorio que permitan la convivencia. No importa los conflictos que allí allá, se trata precisamente de evidenciarlos a través de la palabra, de intentar sus soluciones a través de la razón. Es más democracia, más participación lo que propongo para terminar con la violencia.

Pero convocamos, también, a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones.

Para que la paz sea posible en Colombia, necesitamos dialogar, dialogar mucho, entendernos, buscar los caminos comunes, producir cambios.

Claro que la paz es posible si se cambia, por ejemplo, la política contra las drogas, por ejemplo, vista como una guerra por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas.

Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado, que, ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año. Que la guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados.

Que la guerra contra las drogas ha llevado a los Estados a cometer crímenes y ha evaporado el horizonte de la democracia. ¿Vamos a esperar que otro millón de latinoamericanos caigan asesinados y que se eleven a 200.000 los muertos por sobredosis en Estados Unidos cada año? O más bien, cambiamos el fracaso por un éxito que permita que Colombia y Latinoamérica puedan vivir en paz.

Que la igualdad sea posible. El 10 % de la población colombiana tiene el 70 % de la riqueza. Es un despropósito y una amoralidad. No naturalicemos la desigualdad y la pobreza. No miremos para otro lado, no seamos cómplices. Con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia vamos a hacer una Colombia más igualitaria y con más oportunidades para todos y todas.

La igualdad es posible si somos capaces de crear riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente. Por eso proponemos una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia. El llevar una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirle las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud., no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio. Es simplemente el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna. Si somos capaces de llevar una parte de la riqueza que se crea, a los niños y niñas desnutridas a través de algo tan simple como pagar los impuestos de ley, seremos más justos y estaremos más en paz. No es un asunto solo de caridad, es un asunto de solidaridad humana. La solidaridad es lo que ha permitido que los pueblos sobrevivan y logren las máximas conquistas de la cultura y de la civilización.

No hemos avanzado como humanidad compitiendo, lo hemos hecho ayudándonos. Por eso estamos vivos en este planeta. Seremos iguales cuando el que más tiene al pagar sus impuestos lo haga con gusto, con orgullo, sabedor que ayudará a su prójimo niño, niña, bebé, joven, mujer, a crecer sano, a pensar, a vivir con la plenitud que da la nutrición y la educación del cerebro y del alma.

La solidaridad está en el impuesto que paga el que puede pagarlo y en el gasto del estado que va a quienes lo necesitan por su infancia, por su juventud, por su vejez.

Por eso hemos planteado una reforma tributaria, una reforma de la salud y de las pensiones, una reforma del contrato laboral, una reforma de la educación. Por eso hemos priorizado en el presupuesto la infraestructura de la educación, de la salud, del agua potable, de los distritos de riego y de los caminos vecinales.

Los impuestos no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos, en un Estado que debe proteger la transparencia del gasto, y en una sociedad que se merece vivir en paz.

Ser una sociedad del conocimiento, es decir una sociedad donde todos sus integrantes tengan el máximo de escolaridad y cultura, no es una utopía. Pueblos más pobres que nosotros hace décadas son ahora sociedades del conocimiento solo porque invirtieron durante décadas y con prioridad en la educación pública.

Llego el momento de devolverle la deuda a nuestra educación pública para que alcance a todos y todas y sea de calidad.

Llego el momento de ser conscientes que el hambre avanza. Que avanza por todo el mundo porque se derrumbó una idea de seguridad alimentaria basada exclusivamente en el comercio internacional. El comercio internacional en sí mismo no es ni positivo ni negativo, pero si no se maneja con inteligencia y se planifica puede destruir economías y vidas. El mundo hoy aprende la importancia de la soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria es la garantía que toda sociedad debe tener para consumir sus nutrientes indispensables. Colombia es un país que debe y puede gozar de soberanía alimentaria para lograr el hambre cero. Una misión del

Estado con todo el sector privado que quiera unirse debe garantizar la plena alimentación sana de toda la sociedad colombiana y lograr excedentes de exportación. En la tierra en donde el ser humano descubrió el maíz debemos producir de nuevo maíz. El Estado tendrá que brindar riegos, créditos, técnicas, semillas mejoradas, protección, el campesinado y la empresa privada puede brindar el trabajo y el empeño cotidiano para lograr que nuestros campos vuelvan a producir los alimentos que necesita nuestro pueblo.

Volveremos a construir distritos de riego con el Ejército y casas campesinas y caminos vecinales con los soldados de la Patria.

Ejército, sociedad y producción pueden unirse en una nueva ética social indestructible. Los helicópteros y los aviones, las fragatas, no solo sirven para bombardear o disparar, también sirven para crear la primera infraestructura de la salud preventiva del pueblo colombiano.

Solo si producimos seremos ricos y prósperos como sociedad. La riqueza está en el trabajo y el trabajo es cada vez más, de la inteligencia.

Por eso, a partir de hoy, todos los bienes en extinción de dominio de la SAE pasarán a ser la base de una nueva economía productiva administrada por las organizaciones campesinas, por las cooperativas urbanas de jóvenes productivos, y por las asociaciones populares femeninas.

Que la igualdad de género sea posible. No podemos seguir permitiendo que las mujeres tengan menos oportunidades laborales y que ganen menos que los hombres, que tengan que dedicar el triple o cuádruple de horas a las tareas de cuidado, que estén menos representadas en nuestras instituciones. Ya es hora de combatir todas esas desigualdades y equilibrar la balanza.

Que el futuro verde sea posible. El cambio climático es una realidad.

Y es urgente. No lo dicen las izquierdas ni las derechas, lo dice la ciencia. Tenemos y podemos encontrar un modelo que sea sostenible económica, social y ambientalmente.

Solo habrá un futuro si equilibramos nuestras vidas y la economía de todo el mundo con la naturaleza. La ciencia ha anunciado la extinción posible de la especie humana en apenas uno o dos siglos por los efectos en la salud que traería la crisis climática. El virus del Covid le mostró a toda la humanidad la alerta viva y real de esta posibilidad.

La ciencia no parece equivocarse. Por eso desde esta Colombia le pedimos al mundo acción y no hipocresía.

Nosotros estamos dispuestos a transitar a una economía sin carbón y sin petróleo, pero poco ayudamos a la humanidad con ello. No somos nosotros los que emitimos los gases efecto invernadero. Son los ricos del mundo quienes lo hacen, acercando al ser humano a su extinción, pero nosotros si tenemos la mayor esponja de absorción de estos gases después de los océanos: La selva amazónica.

Uno de los pilares del equilibrio climático y de la vida en el planeta es la selva amazónica. ¿Vamos a dejar que se destruya esa selva para llegar al punto de no retorno en la extinción de la humanidad? O, ¿amos a salvarla con la humanidad misma que quiere seguir viviendo en esta tierra?

¿Dónde está el fondo mundial para salvar la selva Amazónica? Los discursos no la salvarán. Podemos convertir a toda la población que hoy habita la amazonia colombiana en una población cuidadora de la selva, pero necesitamos los fondos del mundo para hacerlo. Si es tan difícil conseguir esos dineros que las tasas carbón y los fondos del clima pactados deberían otorgar para salvar algo tan esencial, entonces, le propongo a la humanidad cambiar deuda externa por gastos internos para salvar y recuperar nuestras selvas, bosques y humedales. Disminuyan la deuda externa y gastaremos el excedente en salvar la vida humana.

Si el FMI ayuda a cambiar deuda por acción concreta contra la crisis climática, tendremos una nueva economía próspera y una nueva vida para la humanidad.

Se acabaron los «no se puede» y los «siempre fue así». Hoy empieza la Colombia de lo posible. Hoy empieza nuestra segunda oportunidad.

Desde hoy, soy el presidente de toda Colombia y de todos los colombianos y colombianas. Es mi deber y mi deseo.

Colombia no es solo Bogotá. El Gobierno del Cambio será descentralizado. Les prometo que vamos a estar y trabajar en todo el país, desde Leticia hasta Punta Gallinas, desde Cabo Manglares hasta Isla San José. Duele mucho la ausencia del Estado en muchos puntos del país. Ya no más. Voy a trabajar para que el lugar de nacimiento no condicione tu futuro y para que el Estado diga presente en cada rincón de Colombia.

Agradezco la presencia de presidentes, presidentas y otros representantes de los pueblos hermanos de Latinoamérica y del mundo. En tiempos en los que vemos a naciones hermanas bombardeándose, aquí, en el corazón de Colombia, en el corazón de Latinoamérica, hay una decena de presidentes y presidentas de la región, con diversidad ideológica y diferentes trayectorias, pero todos unidos y unidas compartiendo esta verdadera fiesta de la democracia.

Ya es hora de dejar atrás los bloques, los grupos y las diferencias ideológicas para trabajar juntos. Entendamos de una vez y para siempre que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Y que juntos somos más fuertes. Hagamos realidad esa unidad con la que soñaron nuestros héroes, como Bolívar, San Martín, Artigas, Sucre y O’Higgins. No es una utopía ni es romanticismo. Es el camino para hacernos fuertes en este mundo complejo.

Hoy necesitamos estar más juntos y unidos que nunca. Como dijo alguna vez Simón Bolívar: «La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros». Pero la unidad latinoamericana no puede ser una retórica, un mero discurso.

Acabamos de vivir quizás lo peor de la pandemia del covid, y América Latina no fue capaz de juntarse, de coordinarse, para comprar las vacunas más baratas, prácticamente fue usada sin capacidad de negociación, dispersa en sus gobiernos. ¿Vamos a tener una Latinoamérica sin capacidad de investigación científica? ¿Una Latinoamérica sin capacidad de coordinar sus servicios de salud, sin capacidad de coordinar las compras de medicamentos de manera unificada?

Latinoamérica se junta en algunas instituciones, pero no en proyectos concretos. ¿Hemos acaso logrado la conexión de todas nuestras redes de energía eléctrica? ¿Hay una red de energía eléctrica que cubra a toda América? ¿Hemos logrado que las fuentes de nuestras energías sean limpias? ¿No es acaso hora de impulsar las petroleras públicas y nuestras empresas de transmisión eléctrica a construir el instrumento empresarial y financiero latinoamericano que avoque las inversiones en la generación de las energías limpias y en la transmisión de esa energía a escala continental?

Colombia hará su énfasis internacional en alcanzar los acuerdos más ambiciosos posibles para frenar el cambio climático y defender la Paz mundial. No estamos con la guerra. Estamos con la Vida.

Buscaremos mayores alianzas con África de donde provenimos, buscaremos una alianza de pueblos afros en américa, buscaremos que San Andrés sea un centro de salud, cultural y educativo del Caribe antillano; de allí saldrán todos los embajadores y embajadoras de Colombia para las Antillas.

Buscaremos una alianza con el mundo árabe en el camino de transitar hacia las nuevas economías descarbonizadas. Buscaremos juntar nuestra Buenaventura y nuestro Tumaco con el este asiático rico y productivo.

Nuestro himno, que es uno de los más lindos del mundo, dice «sentir o padecer». Colombia acumula siglos de padecimiento. Una madre que no puede darle de comer a su hijo, la padece. Un joven que emigra porque no encuentra oportunidades, la padece. Una abuela o un abuelo que no tiene una pensión digna, la padece. La Colombia que soñamos, la Colombia que queremos, la Colombia que nos merecemos es la Colombia que queremos sentir. La Colombia que vibra, que se esfuerza, que añora y trabaja para alcanzar la paz. Que quiere una tierra próspera, con igualdad de posibilidades indistintamente del lugar donde nació, independientemente de cómo se apellidan sus padres o de cuál sea su color de piel. Esa es la

Colombia que queremos sentir y por la que trabajaremos hasta el último día de nuestro mandato.

En este primer discurso como presidente de Colombia, frente al poder legislativo, y frente a mi pueblo, quiero compartir mi decálogo de gobierno y mis compromisos.

Trabajaré para conseguir la paz verdadera y definitiva. Como nadie, como nunca. Vamos a cumplir el Acuerdo de Paz y a seguir las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad. El «Gobierno de la Vida» es el «Gobierno de la Paz».

La paz es el sentido de mi vida, es la esperanza de Colombia.

No podemos fallarle a la sociedad colombiana. Los muertos se lo merecen. Los vivos lo necesitan. La vida debe ser la base de la paz. Una vida justa y segura. Una vida para vivir sabroso, para vivir feliz, para que la dicha y el progreso sean nuestra identidad.

Cuidaré de nuestros abuelos y abuelas, de nuestros niños y niñas, de las personas con discapacidad, de las personas a las que la historia o la sociedad ha marginado. Haremos una «política de cuidados» para que NADIE se quede atrás. Somos una sociedad solidaria, que se preocupa y ocupa del prójimo.

Que su Gobierno también lo sea. Haremos una política sensible al sufrimiento y dolor ajeno, con herramientas y soluciones para crear igualdad.

Gobernaré con y para las mujeres de Colombia. Hoy, aquí, empieza un gobierno paritario y con un Ministerio de Igualdad.

¡Al fin! Con nuestra vicepresidenta y ministra Francia Márquez vamos a trabajar para que el género no determine cuánto ganas ni cómo vives. Queremos igualdad real y seguridad para las colombianas puedan caminar tranquilas y no temer por sus vidas.

Dialogaré con todos y todas, sin excepciones ni exclusiones.

Este será un gobierno de puertas abiertas para todo aquel que quiera dialogar sobre los problemas de Colombia. Se llame como se llame, venga de donde venga. Lo importante no es de dónde venimos, si no a dónde vamos. Nos une la voluntad de futuro, no el peso del pasado. Vamos a construir un Gran Acuerdo Nacional para fijar la hoja de ruta de la Colombia de los próximos años. El diálogo será mi método, los acuerdos mi objetivo.

Escucharé a los colombianas y colombianos como he venido haciendo en todos estos años. NO se gobierna a distancia, del pueblo y desconectado de sus realidades. Todo lo contrario: se gobierna escuchando. Vamos a diseñar mecanismos y dinámicas para que todo colombiano se sienta escuchado en este Gobierno. No quedaré atrapado entre las cortinas de la burocracia. Estaré cerca de los problemas.

Caminaré al lado y junto a los colombianos de todos los rincones. Solo quien está cerca puede entender y ponerse en el lugar del otro.

Defenderé a los colombianos y colombianas de las violencias y trabajaré para que las familias se sientan seguras y tranquilas. Lo haremos con una estrategia integral de seguridad. Colombia necesita una estrategia que vaya desde los programas de prevención hasta la persecución de las estructuras criminales y la modernización de las fuerzas de seguridad. Las vidas salvadas será nuestro principal indicador de éxito. El crimen se combate de muchas maneras. Todas imprescindibles. Quiero defender a las familias colombianas de la inseguridad diaria y cotidiana: sea de la violencia machista o de cualquier otra violencia.

Lucharé contra la corrupción con mano firme y sin miramientos. Un Gobierno de «cero tolerancia». Vamos a recuperar lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas. Ni familia, ni amigos, ni compañeros, ni colaboradores… nadie queda excluido del peso de la Ley, del compromiso contra la corrupción y de mi determinación para luchar contra ella.

Protegeré nuestro suelo y subsuelo, nuestros mares y ríos.

Nuestro aire y cielo. Nuestros paisajes nos definen y nos llenan de orgullo. Y, por eso, no voy a permitir que la avaricia de unos pocos ponga en riesgo nuestra biodiversidad. Vamos a enfrentar la deforestación descontrolada de nuestros bosques e impulsar el desarrollo de energías renovables. Colombia será potencia mundial de la vida. El Plantea Tierra es la «casa común» de los seres humanos. Y Colombia, desde su enorme riqueza natural, va a liderar esta lucha por la vida planetaria.

Desarrollaré la industria nacional, la economía popular y el campo colombiano. Sin distinciones ni preferencias. Vamos a acompañar y apoyar a todo aquel se esfuerza por Colombia: el campesino/a que se levanta al alba, el artesano/a que mantiene viva nuestra cultura, el empresario/a que crea trabajo. Necesitamos de todos y todas para crecer y redistribuir riqueza. La ciencia, la cultura y el conocimiento es el combustible del siglo XXI. Vamos a desarrollar la sociedad del conocimiento y la tecnología.

Cumpliré haré cumplir nuestra Constitución. La que dice en su artículo 1: “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”.

Desarrollaremos, también, una nueva cobertura legal para hacer sostenible, justo e igualitario nuestro desarrollo. La ley como dice Paolo Flores d’Arcais, es el poder de los que no tienen poder. Necesitamos mejores leyes, nuevas leyes al servicio de las grandes mayorías y garantizar su cumplimiento.

Confío mucho en que los debates en nuestras asambleas legislativas sean fructíferos y ofrezcan resultados para la sociedad colombiana. Hay mucha tarea y confío plenamente en nuestros representantes.

Y finalmente, uniré a Colombia. Uniremos, entre todos y todas, a nuestra querida Colombia. Tenemos que decirle basta a la división que nos enfrenta como pueblo. Yo no quiero dos países, como no quiero dos sociedades. Quiero una Colombia fuerte, justa y unida.

Los retos y desafíos que tenemos como nación exigen una etapa de unidad y consensos básicos. Es nuestra responsabilidad.

Termino aquí con lo que me dijo una niña arhuaca en la ceremonia de posesión ancestral que hicimos el viernes en la Sierra Nevada «Para armonizar la vida, para unificar los pueblos, para sanar la humanidad, sintiendo el dolor de mi pueblo, de mi gente aquí, este mensaje de luz y verdad, esparza por tus venas, por tu corazón y se conviertan en actos de perdón y reconciliación mundial, pero primero, en nuestros corazón y mi corazón, gracias».

Esta segunda oportunidad es para ella, y para todos los niños y niñas de Colombia.

martes, 20 de julio de 2021

_- “Las matemáticas enseñan a pensar críticamente, no importa la profesión que el niño elija”

_- La científica Tatiana Toro será la nueva directora del Instituto de Investigaciones en Ciencias matemáticas de EE UU

La matemática colombiana Tatiana Toro Calderón (Bogotá, 57 años) ha sido elegida como la nueva directora del Instituto de Investigaciones en Ciencias Matemáticas de Estados Unidos, uno de los centros de pensamiento más importantes del mundo. Desde su casa en Seattle, en medio de una fuerte ola de calor de más de 42 grados centígrados, Toro explica la necesidad urgente de educar en matemáticas a todos los niños del mundo y hace énfasis en el papel de esta ciencia en la lucha contra los principales problemas de la sociedad actual, incluido el calentamiento global y el coronavirus.

Esta científica, que a los siete años aprendió teoría de conjuntos con frijoles y bloques de colores en el Liceo Francés de Bogotá, fue escogida en 2019 como una de las mejores profesoras de la Universidad de Washington, donde trabaja desde 1996. Toro fue la primera mujer en representar a Colombia en unas olimpiadas mundiales de matemáticas, terminó la universidad en cuatro semestres y ha dedicado su vida a tratar de entender los límites de la teoría geométrica de la medida y de las ecuaciones diferenciales parciales.

La científica colombiana insiste en que es necesario cambiar los métodos tradicionales de la enseñanza de las Matemáticas en los colegios para que dejen de ser la asignatura difícil y aburrida que a nadie le gusta. “Las matemáticas tienen que ser un juego para los niños”, dice convencida.

Pregunta. Usted es mujer y latina en un mundo sobre todo de hombres blancos estadounidenses ¿Cree que todavía hay que superar muchas barreras de género, de raza y de clase para investigar en matemáticas?
Respuesta. Las barreras en la ciencia existen y no solo en Latinoamérica. Son reales. Yo lo pondría en absoluto. Sé que no se pueden corregir todas al mismo tiempo, pero en mi trabajo al frente del instituto vamos a intentar superarlas, sobre todo minimizar las barreras raciales, económicas y de género. El instituto ha puesto en marcha mecanismos y programas específicos que ayudan a corregir algunas discriminaciones. Hay un esfuerzo muy grande para que haya representación femenina en todos nuestros programas. Me gustaría poder hacer lo mismo con barreras raciales y socioeconómicas, si nos ponemos a mirar quién hace matemáticas en el mundo, descubrimos que con muy poca frecuencia se encuentran muchachos con familias pobres, este es un grupo al que es importante ayudar.

P. En ese sentido, ¿cuál es la importancia de una educación sólida en matemáticas en el colegio?
R. Yo creo que una buena formación matemática abre muchas puertas desde cuando uno está chiquito. Las matemáticas enseñan a pensar críticamente, a resolver problemas, no importa la profesión que el niño elija. Es una forma de afrontar el mundo con lógica. Una persona de la industria me decía hace un tiempo: nosotros contratamos gente que tiene un doctorado en Matemáticas y no nos importa en qué campo, porque lo que contratamos no es un experto, por ejemplo en topología algebraica, sino una persona que gracias a las matemáticas sabe pensar, sabe racionar, sabe darles la vuelta a los problemas y resolverlos. Lo mismo pasa con un niño de primaria.

“Para resolver los problemas de la sociedad es urgente educar en matemáticas a todos los niños del mundo”

P. ¿Qué hacer, entonces, para que las matemáticas dejen de ser la asignatura odiada por la mayoría de los niños?
R. He pensado mucho al respecto. Yo aprendí teoría de conjuntos con bloques de muchos colores y muchos tamaños. Aprendí a contar con frijoles. Para mí las matemáticas eran un juego muy divertido. Por eso me encantaban. Y creo que lo que me interesó a mí a los siete años, les puede interesar a todos los niños. Hay que cambiar el método de enseñanza de matemáticas en los colegios. Tienen que ser un juego en el que uno mismo puede descubrir las reglas. Después se harán ejercicios para cimentar esas reglas.

P. ¿Cuál es el rol de las matemáticas en la solución de los principales problemas de la sociedad actual?
R. Hablemos, por ejemplo, del cambio climático, que nos afecta a todos. Mientras estamos en esta entrevista, la temperatura en mi casa en Seattle es la más alta en mucho tiempo, más de 43 grados centígrados. ¿Qué hacer? Una de las cosas que dije al principio es que aprender matemáticas les da a los niños la posibilidad de pensar analíticamente los problemas. Yo creo que una de las dificultades que ha habido para convencer a la gente de que el cambio climático existe, de que es real, que nos está poniendo en peligro y que puede terminar con el planeta es que a veces hay dificultad para entender las causas y las correlaciones que lo generan. Alguien con una buena formación en matemáticas es capaz de entender que el carbón que se quema en China hace que el clima en ciertas regiones sea más frío de lo que era antes, o más caliente. Alguien con un vacío en matemáticas puede no entender tan fácil. Y esa falta de comprensión hace que no se haga nada. Así con muchos aspectos de la vida.

“Hay que cambiar el método de enseñanza de matemáticas en los colegios. Tienen que ser un juego en el que uno mismo puede descubrir las reglas”

P. Interesante ese argumento, además de entender la lógica de los problemas, imagino que las matemáticas ofrecen muchas aplicaciones prácticas para solucionarlos...
R. Claro, desde el punto de vista práctico hay modelos matemáticos que muestran qué podría pasar si nos comportamos de determinada manera, dicen lo que ocurriría si la temperatura sube un grado o dos. Igual con el coronavirus. La Universidad de Washington, en la que trabajo, hizo los primeros modelos de cómo se estaba expandiendo el covid por todas partes del mundo. Estos modelos fueron utilizados por diferentes gobiernos para determinar cómo manejar la pandemia inicialmente. Sin embargo, quiero insistir en que lo más importante es tratar de que todo el mundo que vive en este planeta utilice las matemáticas para entender las lógicas de los problemas que nos tienen en riesgo. Para resolver los problemas de la sociedad es urgente educar en matemáticas a todos los niños del mundo.

P. Volvamos a su nombramiento. ¿Cuáles son los retos a corto plazo de su nuevo trabajo en el Instituto de Investigación en Ciencias Matemáticas de EE UU?
R. Primero estaré enfocada en ayudar a recomenzar la actividad de investigación científica matemática que ha estado paralizada por más de un año por culpa del coronavirus. A mi modo de ver hay una generación de matemáticos y matemáticas que está en peligro por la pandemia. Hay muchos estudiantes de doctorado así como profesionales recién graduados que se pueden desanimar, llevan mucho tiempo tratando de hacer investigación a distancia y sin redes de conocimiento, sin viajar, sin asistir a congresos. Por el bien de las matemáticas es importante que esta generación encuentre la manera de reactivar su investigación y en esto el instituto puede jugar un papel muy especial.

P. ¿Por qué?
R. Hay programas que hace unos años se desarrollaron en el Instituto y han tenido un impacto muy fuerte en la evolución de distintas áreas de las matemáticas. Somos un referente de excelencia en investigación. Sin embargo, nuestro trabajo es mucho más que científico y académico. En los últimos tiempos se han desarrollado programas educativos, de divulgación de ciencias y matemáticas de altísimo nivel para las personas del común.

P. ¿Cómo cuáles?
R. Justo antes de esta entrevista tuvimos una reunión de balance del Festival Nacional de Matemáticas de EE UU. Es un evento muy grande. Esta vez estuvieron involucradas cerca de 40.000 personas. Es una herramienta para divulgar matemáticas al público en general, sobre todo a los niños y a los jóvenes. Además, estamos tratando de acercarnos a poblaciones que históricamente no han estado bien representadas en las matemáticas. Lo que yo quisiera realmente es que cualquier niño desde chiquito puede disfrutar las matemáticas independientemente de dónde venga, de cómo se vea, de cuál sea su historia familiar o sus recursos económicos. El objetivo es que si te gusta, lo puedas hacer.

P. ¿Cuáles han sido sus principales líneas de investigación en los últimos años?
R. Yo trabajo en dos campos específicos: teoría geométrica de la medida y ecuaciones diferenciales parciales.

P. Lo de las ecuaciones parece muy complejo, en qué consiste la teoría geométrica de la medida
R. Quiero que haga un ejercicio mental: imagínese que tiene un alambre y lo mete dentro de un balde de agua con jabón. Al sacarlo verá como el jabón que queda alrededor del alambre forma unas burbujas que se intersecan de determinadas maneras. No importa cómo deforme el alambre, las formas como se intersecan las burbujas del jabón siempre parecen ser las mismas. La teoría geométrica de la medida estudia este tipo de problemas.

P. Bueno ¿y eso para qué sirve?
R. El marco teórico que se requiere para entender este fenómeno es el mismo que se necesita para entender algunos funcionamientos de la naturaleza. Hay unos microorganismos que viven en el fondo del mar, invertebrados, que se desplazan llenándose de agua y dejándola salir. Cuando se mueren, se solidifica el cartílago donde quedan las burbujas que hacen que se puedan mover. La manera como se intersecan las burbujas que se solidifican en el cartílago es exactamente la misma cómo se cruzan las burbujas de jabón en el alambre. Lo hacen en ángulos de 120 grados. Pasa igual con las colmenas de las abejas. Las líneas en las que se cruzan siempre lo hacen en ángulos de 120 grados. Es un patrón que se repite en la naturaleza. La razón por la que esto ocurre es porque en la naturaleza los equilibrios se encuentran tras minimizar energías.

P. ¿Qué efectos tiene eso en la vida cotidiana?
R. Si bien yo no puedo resolver un problema inmediato en este momento, si sirve para entender cómo funcionan algunos sistemas naturales. Hace tiempo cuando comenzamos a estudiar la teoría de números nadie se hubiera imaginado que sería la base del comercio electrónico. Los problemas de matemáticas que se desarrollan ahora en la academia pueden tener una aplicación práctica en 20 o 40 años que no nos alcanzamos a imaginar todavía.

https://elpais.com/ciencia/2021-07-13/las-matematicas-ensenan-a-pensar-criticamente-no-importa-la-profesion-que-el-nino-elija.html

jueves, 12 de septiembre de 2019

Un modelo fracasado sin desnutrición, una dictadura con record de elecciones.

José Manzaneda
Cubainformación

El periodista Manuel Durán ha pasado un año y 100 días en una prisión (1). Pero como no ha sido en Cuba, sino en EEUU, donde fue arrestado mientras cubría una protesta contra la detención de inmigrantes, solo lo leemos en la prensa alternativa (2).

Hay decenas de notas sobre las penurias y la escasez de alimentos en Cuba, que apuntan a que, allí, el modelo económico, “no funciona” (3). Pero los escasos medios que hablan de la desnutrición en Honduras –que afecta al 77% de niños y niñas, según Unicef- no hacen la menor crítica a su modelo de libre mercado, supuesta solución a los problemas de Cuba (4). País –por cierto- con desnutrición infantil cero (5).

En Washington, una “pareja de ancianos se suicida por no poder pagar sus gastos médicos” (6). No es una simple noticia de sucesos. Es la realidad de un país donde, cada año, 530.000 familias se declaran en bancarrota por las facturas médicas (7). Un drama –por cierto- imposible de ubicar en Cuba, cuyo sistema universal de salud ha sido catalogado por la Organización Mundial de la Salud, en varias ocasiones, como “un ejemplo mundial a seguir” (8).

Nos dice “El País” que el actual “jefe del Ejército de Colombia dirigió una brigada acusada de matar a civiles” (9). Que estaría implicado en al menos 283 ejecuciones extrajudiciales, realizadas durante la presidencia de Álvaro Uribe, quien sigue siendo el jefe político del actual presidente Iván Duque (10). No leemos, sin embargo, condena alguna al gobierno, al “régimen” colombiano. Pero ¿verdad que cambiaría la “intensidad informativa” del caso de ocurrir en Venezuela (11)?

En julio, más de 150 migrantes morían en Libia, en “el naufragio más mortífero” del año en el Mediterráneo, según “El Mundo” (12). Este diario atacaba a los “señores de la guerra”, por maltratar a los migrantes e internarlos en centros infrahumanos. Qué curioso. Porque “El Mundo” fue uno de tantos órganos de la propaganda contra Gaddafi de estos “señores de la guerra” (13) (14), que convirtieron el país con mayor desarrollo social de África en un estado casi… medieval (15).

Colombia produce el 70% de la cocaína mundial (16), siendo EEUU el mayor consumidor. Pero la prensa corporativa nos asegura que el narcoestado es… Venezuela (17). En junio era detenido en Sevilla, con 39 kilos de cocaína, un militar de la comitiva del presidente brasileño Jair Bolsonaro (18). Fue apenas noticia de un día. Pero ¿se imaginan que el militar hubiera sido venezolano?

Porque Venezuela sigue siendo tema informativo diario. Una dictadura, nos dicen (19). Un tanto extraña, porque, en 20 años, el chavismo ha convocado 25 procesos electorales: 6 presidenciales, 4 parlamentarios, 5 regionales, 5 municipales, 2 constituyentes y 3 referendos (20).

Un país en “crisis humanitaria”, nos aseguran (21). Curioso, porque Naciones Unidas-Hábitat ha reconocido a Caracas como líder en el "derecho a la vivienda" para su ciudadanía (22), tras haber construido, en ocho años, 2.800.000 viviendas sociales (23). Una noticia que no leeremos en ningún medio corporativo. ¿Por qué será?

Notas (1) https://www.democracynow.org/es/2019/7/12/titulares/salvadoran_journalist_manuel_duran_released_from_ice_jail_after_15_months

(2) https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/08/21

miércoles, 17 de abril de 2019

Lo que El País oculta


Antonio Campuzano Rebelión


En Colombia, cada 48 horas es asesinado un activista. Esto lo tiene que saber El País, porque la cadena líder de radio colombiana, Radio Caracol, es de su mismo grupo y también una cadena de televisión. Es curioso que con tanto aparato informativo en este país, apenas informa sobre él.

El diario de PRISA está tan centrado en defender los intentos de golpe de Estado norteamericano en Venezuela y en demonizar a su Gobierno, que no tiene espacio para hablar de Colombia.

Según cifras de la ONU durante 2018 fueron asesinados 113 líderes sociales en el país, mientras que en lo que va de 2019 se han denunciado 29 homicidios. (Público 13/04/19)

A PRISA le van bien los negocios en Colombia y, a pesar de que en este país llevan muchos años de conflictos e injusticias sociales, El País raramente las menciona porque le interesa llevarse bien con sus gobiernos.

Así es el periodismo de los medios privados: primero el negocio, después la verdad.

Blog del autor:
http://antoniocampuzano.es/2019/04/15/lo-que-el-pais-oculta/

martes, 6 de febrero de 2018

_- "Un vallenato de 350 páginas": la magia que comparten "Cien años de soledad" y el folclor musical más conocido de Colombia.

Cita de Gabriel García Márquez

-"Voy a hacerte una casa en el aire / solamente pa' que vivas tú"- Rafael Escalona, "La Casa en el Aire".

"Cuando Matilde camina / hasta sonríe la sabana" - Leandro Díaz, "Matilde Lina".

"Y llevo una Hamaca Grande / más grande que el cerro e´Maco / Pa´que el pueblo vallenato / meciéndose en ella cante" - Adolfo Pacheco, "La Hamaca Grande".

Podría haber elegido más, pero estos tres fragmentos de canciones vallenatas tradicionales, todas anteriores o de tiempos de Cien años de soledad, dan cuenta de una verdad de a puño: el folclor vallenato, propio de la costa Caribe colombiana donde nació Gabriel García Márquez, ha estado siempre lleno de referencias que bien podrían caber en el ámbito del llamado 'realismo mágico'.

El vallenato clásico, que precede a Gabo y su obra, presenta dentro de sus características el haber recurrido de manera espontánea a imágenes fantásticas y situaciones irreales, como si se tratara de algo perfectamente lógico y posible.

Ya lo dijo el propio Premio Nobel en una cita que le ha dado la vuelta al mundo sin que quizás muchos -sobre todo fuera de Colombia- entiendan a cabalidad su dimensión y alcance: "Cien años de soledad no es más que un vallenato de 350 páginas".

Pero, ¿por qué el vallenato? Sabido es que entre la primera música que Gabo escuchó de niño en su pueblo natal de Aracataca, además de otros ritmos caribes, estuvo una forma de vallenato primitivo interpretado por juglares en acordeón -su instrumento principal- relatando historias cotidianas y llevando mensajes de pueblo en pueblo como lo hicieron sus primeros exponentes, en su mayoría campesinos de cultivos y vaquería... justamente el tipo de gente que habitó Macondo en sus inicios.

Lo que hermana al vallenato con su más importante novela es que la cumbia y otros ritmos, comparativamente menos ricos en texto y vuelo literario, no cultivan en igual grado la riqueza narrativa que distingue al canto vallenato clásico, y que lo convierte en lo más parecido a un relato costumbrista en música.

Recordando justamente su niñez, García Márquez describe así el impacto que en particular le produjo este folclor (en un libro de entrevistas recopiladas entre otros por Juan Gustavo Cobo Borda):

"Sin lugar a dudas, creo que mis influencias, sobre todo, en Colombia, son extraliterarias. Creo que más que cualquier otro libro, lo que me abrió los ojos fue la música, los cantos vallenatos [...] Me llamaba la atención, sobre todo, la forma como ellos contaban, como relataban un hecho, una historia [...] Con mucha naturalidad [...] Esos vallenatos narraban como mi abuela".

Magia y leyenda vallenata
Que desde sus inicios el vallenato teje su suerte con la magia es algo que queda claro al conocer sobre su propio origen, cubierto de leyenda. Una leyenda muy vallenata.

Cuentan que el mismo diablo, quizás celoso del éxito que empezaba a tener esta música de acordeón en aquellos parajes y queriendo hacerla suya, se fue en busca de su creador, cuyo nombre la tradición identifica tan solo como 'Francisco el Hombre' (investigaciones modernas apuntan a que en efecto existió hace mucho tiempo un virtuoso intérprete de nombre Francisco Moscote Guerra).

Según la leyenda, al encontrarlo el diablo lo desafió a un duelo de acordeones para ver quién tocaba mejor, y luego de varias horas de cerrado enfrentamiento, a Francisco el Hombre le llegó una genial ocurrencia: ejecutar el Credo al revés, siempre con su acordeón terciado al pecho. ¡Solo así logró salir victorioso del lance!

Por cierto, Cien años de soledad se refiere en ocasiones a la influencia del vallenato en la región y en particular a la figura de Francisco el Hombre, cuyas proezas en el acordeón trata de emular Aureliano Segundo, uno de los tantos Buendías, la familia central en esta legendaria saga, quien ha caído cautivado por su magia:

"[Aureliano Segundo] Pasaba las tardes en el patio, aprendiendo a tocar acordeón, contra las protestas de Úrsula, que en aquel tiempo había prohibido la música en la casa a causa de los lutos, y que además menospreciaba el acordeón como un instrumento propio de los vagabundos herederos de Francisco el Hombre. Sin embargo, Aureliano Segundo llegó a ser un virtuoso del acordeón y siguió siéndolo después de que se casó y tuvo hijos y fue uno de los hombres más respetados de Macondo".

Nótese cómo Gabo se vale de Úrsula, el centro del mundo macondiano, para hacer un profundo comentario según el cual el vallenato, originado en música de campesinos y hecho suyo por la servidumbre en grandes haciendas, era en sus inicios socialmente despreciado.

En fin, la gran leyenda vallenata, incluyendo otras historias como la de Francisco el Hombre, y Cien años de soledad, son en esencia la misma cosa: relatos cotidianos, a veces marcados de epopeyas, del pueblo caribe colombiano, matizadas con importantes dosis de realismo mágico.

No extraña, pues, que la novela sea contada por un solo narrador, casi de manera lineal de comienzo a fin, sin recurrir a mayores trucos en el uso del tiempo, ni a historias paralelas que se suceden en distintas épocas y que se van intercalando ante los ojos del lector.

Personajes de Cien años de soledad y el vallenato
Además de la música de acordeón y sus historias, el vínculo entre Gabo y este folclor quedó sellado para siempre gracias a la entrañable amistad que tejió, hacia mitades del siglo XX, con Rafael Escalona, quien habría de convertirse en el mejor compositor de aquel vallenato clásico.

Nacidos ambos en 1927, en pueblos no muy lejanos, solo separados por la gran Sierra Nevada de Santa Marta, de jóvenes recorrieron juntos la región y compartieron su amor por aquella mítica tierra Caribe.

Tan cercana fue aquella amistad que Gabo, al regalarle al ya para entonces célebre compositor una copia de 'Cien Años de Soledad', le escribió de puño y letra: "A Rafael Escalona, la persona que más admiro en el mundo".

Hablando del estilo de vida en el Caribe, se recordará cómo el coronel Aureliano Buendía, personaje principal en la magna obra de Gabo, tuvo 17 hijos, todos con mujeres distintas.

Así, varios son los otros personajes que igualmente engendran descendencia ilegítima en el libro. Y es que no es del todo extraño en la región, pese a que la sociedad siente encima el tradicional peso de la Iglesia Católica, que el hombre goce de especial libertad para "tener amores con otras", sus "queridas", y de conservar así hogares por fuera del matrimonio, con hijos incluidos.

El vallenato, que hace gala de un muy amplio grado de picaresca, propio de sus gentes desenfadadas y parranderas (o fiesteras), recoge esta suerte de "permisividad" en canciones como 'La Celosa', de Sergio Moya Molina...

Cuando salga de mi casa / Y me demore por la calle / No te preocupes, Juanita / Porque tu muy bien lo sabes / Que me gusta la parranda / Y tengo muchas amistades / Y si acaso no regreso por la tarde / Volveré al siguiente día en la mañanita / Si me encuentro alguna amiga / Que me brinde su cariño / Yo le digo que la quiero / Pero no es con toda el alma / Solamente yo le presto / el corazón por un ratico / Todos esos son amores pasajeros / y a mi casa vuelvo siempre completico / Negra no me celes tanto / Déjame gozar la vida / Tu conmigo vives resentida / Pero yo te alegro con mi canto / etc...

Peleas de gallos y aparecidos
Las peleas de gallos, para mostrar otro ejemplo de los paralelos entre el vallenato y Cien años de soledad, son eventos de singular importancia en la obra garciamarquina, dado que hacen parte integral de la cultura de la costa del Caribe colombiano.

De ahí que compositores vallenatos hayan usado a estos aguerridos animales como sinónimo de sus dotes combativas y sus proezas musicales, aunque también, desde luego, como símbolo de su voracidad sexual.

Los ejemplos de este tipo de canciones abundan. Baste con recordar a "El gallo viejo" de Emiliano Zuleta, fundador de una gran estirpe de cultores vallenatos, que no tiene reparos en usar el lenguaje y las imágenes de las galleras para referirse a un duelo de acordeones que sostuvo con su propio hermano menor.

"Una tarde en Villanueva / se quiso Toño lucir conmigo / pero a veces me imagino / que eso es la gente que lo aconseja / Díganmele a Toño, a Toño mi hermano/ que yo soy muy gallo / y él está muy pollo / [...] La pelea de gallo viejo / eso se debe de respetar / porque es pelea sin afán.

Vamos con un último ejemplo de vallenato que guarda relación y es tema recurrente, también, en Cien años de soledad, como lo es en toda la región del Caribe. Nos referimos a la manía que tienen los muertos, pese a haber partido de este mundo, de continuar haciendo apariciones e interactuar con los vivos, para reclamarles cosas, para prevenirlos, para brindarles a veces consuelo, como si se tratase de lo más natural.

El reconocido acordeonero y compositor Calixto Ochoa escribió, en los años ´60, un vallenato denominado 'El muerto borracho', que -de nuevo- podría tranquilamente haber aparecido por las calles de Macondo...

En la esquina 'e la calle Serra / Sale un muerto pero borracho / Él le pide un beso a las hembras / Y a los hombres les pide un trago / Vean qué muerto tan misterioso / Que en el mundo nunca se ha visto / Porque en vez de pedir responso / Lo que pide es ron y besito / [...] Me paré en el médio 'e la calle / A rezarle un Padrenuestro / Y el descaro que tuvo el muerto / 'E preguntarme donde era el baile / etc.

Integración cultural en el vallenato y en Cien años de soledad.
Sin el ánimo de hacer un complejo análisis socio-cultural de la región donde se desenvuelve la novela, el vallenato es el producto de la integración de distintos elementos que se encontraron, principalmente, en el noreste de Colombia.

Allí han coexistido las etnias que configuran el ADN del país, y que están representadas en distintos porcentajes, según cada zona: el blanco de origen europeo; el negro de origen africano, y el indígena local, representado por diferentes tribus autóctonas, sin olvidar todas sus diferentes combinaciones, producto del mestizaje que se dio desde tiempos de la Colonia.

Así como estas etnias se dan cita en la novela de Gabo, a través del complejo tejido social y cultural que se va creando en Macondo, que pasa de villa a urbe con el paso del tiempo, esta mezcla racial también se ve reflejada en los instrumentos principales del vallenato: el acordeón europeo; la caja -o tamborcito africano- y la guacharaca indígena -o raspa-, hecha de caña local.

Estos instrumentos, a los cuales se suman el cantante y otras voces, tradicionalmente interpretadas por los propios instrumentistas, han dado origen a los cuatro ritmos -o aires-, que distinguen al vallenato, a saber -yendo del más lento al más rápido: el son, con su bien marcado ritmo en dos tiempos cadenciosos; el paseo, el más popular y de gran fluidez y versatilidad; el merengue, con su sabor pícaro por su paso veloz y saltico caprichoso, y finalmente la puya, una orgía fiestera de versos cortos, velocidad vertiginosa y depurado virtuosismo en la ejecución de todos los intérpretes.

De Europa y América
En Cien años de soledad encuentro a veces el sabor europeo -aquel que representa el acordeón- en las instituciones que los Buendía intentan establecer en Macondo, y en la manera en que se relacionan con el mundo político externo, lo mismo con los gitanos de Melquiades y otros visitantes.

Creo que es innegable que en la novela se siente más presente el elemento africano. En la descripción de las fiestas y las bacanales tan espléndidas como prolongadas que se dan en Macondo, al mejor estilo del Caribe, donde la síncopa musical, ese veneno por su contra-ritmo, reina soberana, dándole sabor a todo cuanto toca.

Pero a veces también está la presencia indígena, aunque tal vez en menor medida, en algunos personajes que salpican con su sabiduría ancestral todos sus razonamientos y conductas.

Todo libro de gran literatura crea su propio mundo y su propia atmósfera.
Para mí, Cien años de soledad, con la descripción de sus gentes y aquel entorno geográfico de Macondo, con su calor sofocante y su vegetación exuberante, propia del Caribe colombiano, con sus personajes legendarios, producto del mestizaje, se nutre en gran medida del universo del vallenato y de su cadencia y de su sabor.

'El mágico fluir de la obra va emulando a su paso, se me antoja, cualquiera de los aires vallenatos, según lo requiera la magistral pluma de Gabo. Creo ver que a veces sus páginas se transforman en paseo, a veces en son, a veces en merengue, sin olvidar la esplendorosa puya que es el final de la novela.


http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38678370

lunes, 5 de febrero de 2018

Las 3 claves de la escritora colombiana Laura Restrepo para escribir un buen cuento.

Según Restrepo, "los ingredientes que dan la receta para que funcione un cuento" son; el final, el elemento sorpresa y el motivo detrás del motivo.

La escritora advierte que hay que saber cómo terminará la historia antes de empezar a contarla.

Además, el cuento debe tener "un doble plano" que sorprenda al lector cuando es revelado, y hay que encontrar la razón "por la que los personajes del cuento hacen lo que hacen", aunque ni siquiera ellos lo sepan.

http://www.bbc.com/mundo/media-42627623

viernes, 5 de enero de 2018

La soledad multitudinaria de García Márquez.

Por ÁLVARO SANTANA-ACUÑA

Gabriel García Márquez cometía faltas de ortografía al escribir sus obras. La causa era que cuando escribía, como confesó en un fax desenfadado a Carmen Balcells, su agente literaria, “yo le ovedesco más a la inspirasión que a la gramática”. Además de sus combates contra las reglas del lenguaje, en el archivo del escritor —que desde 2014 está en el Harry Ransom Center de Austin, Texas— descubrimos sus rituales de escritura y sus dudas creativas. Desde hace unas semanas, casi la mitad del archivo —27.500 imágenes que recorren más de cinco décadas de escritura—  está disponible de manera gratuita en internet.

En el archivo en línea hay información inédita sobre sus éxitos literarios, sus obsesiones creativas y su círculo de amigos y colegas; además de nuevos detalles sobre el padre de familia, el protagonista de la política latinoamericana y el artista abrumado por la fama planetaria. Los documentos del archivo, como explico en mi próximo libro, Ascent to Glory: How One Hundred Years of Solitude Became a Global Classic, ayudan a desmontar varios mitos en torno a García Márquez, algunos cuidadosamente alimentados por él mismo.

Dos mitos que se han construido sobre el escritor se refieren a su genialidad y al origen legendario de sus obras. Al igual que a otros creadores de obras famosas, a García Márquez se le suele considerar un genio solitario tocado por el relámpago de la inspiración. Se sigue repitiendo que, tras ocurrírsele el comienzo de Cien años de soledad mientras conducía desde Ciudad de México hacia Acapulco, el autor abandonó su trabajo de inmediato y se encerró a escribir en su estudio durante 18 meses hasta que acabó la novela. Mientras tanto, su mujer se endeudó con los comerciantes del barrio para alimentar a la familia. Su archivo nos descubre que consiguió un crédito para dedicarse solo a su novela y que no la escribió de un tirón durante un año y medio, sino en 12 meses, con interrupciones. Tampoco escribió sobre la soledad en soledad, sino en compañía multitudinaria.

García Márquez se rodeó de amigos y colegas mientras escribía el libro que lo hizo famoso. Algunos le ayudaron como asistentes de investigación para documentarse sobre múltiples temas, como las técnicas de alquimia empleadas por José Arcadio Buendía, las propiedades curativas de las plantas que usaba Úrsula Iguarán y la historia de varias guerras en Colombia y América Latina mencionadas en las aventuras del coronel Aureliano Buendía.

El manuscrito de Cien años de soledad fue muy comentado, revisado y mejorado antes de su publicación. Casi a diario, en la casa de García Márquez y su esposa se reunían de noche el poeta Álvaro Mutis, su mujer y el matrimonio de la actriz María Luisa Elío y el cineasta Jomi García Ascot (a esta pareja tan providencial les dedicó la novela). García Márquez les leía en voz alta o les hablaba de lo escrito ese día y todos le daban ideas sobre cómo podía avanzar la historia de los Buendía. Cada sábado, mientras duró la redacción, el autor discutía las páginas escritas durante la semana con el crítico literario Emmanuel Carballo, quien le aconsejaba sobre la trama y los personajes. Y compartió la novela en preparación con escritores influyentes. A Carlos Fuentes, por ejemplo, le envió a París las primeras ochenta páginas del libro. Fuentes incluso publicó una reseña elogiosa de Cien años de soledad cuando a García Márquez le faltaban aún tres meses para terminarla.

Es poco conocido que, un año antes de su lanzamiento en Buenos Aires, García Márquez sacó los capítulos más arriesgados del libro en distintas publicaciones de Europa y América. El escritor quería saber qué pensaban los lectores comunes, críticos literarios, lectores cultos y otros escritores e introducir cambios que mejorasen el texto final, como acabó haciendo.

De García Márquez no puede decirse que escribía sin tropiezos frases acabadas. Los usuarios del archivo descubrirán que la clave de su proceso creativo estaba en la edición. Era un excelente y obsesivo corrector de su propia escritura, como Balzac. En el punto donde la mayoría de los escritores se detienen satisfechos con su manuscrito, García Márquez buscaba darle al suyo otra vuelta de tuerca, a menudo con ayuda de su círculo de amistades.

Como perfeccionista nato, no dudaba en tachar páginas y párrafos completos e incluso pulir el texto palabra por palabra. En Cien años de soledad, por ejemplo, la frase “una copa de la azucarada substancia color de ámbar”, se convirtió en “una copa de la substancia color ámbar”, luego en “una copa de la substancia ambarina” y finalmente en “una copa de la sustancia ambarina”.

A simple vista, estos cambios pueden parecer irrelevantes. Sin embargo, el autor aprendió que la magia de la literatura reside en la capacidad para cautivar a los lectores a través de los pequeños detalles. “Un escritor es aquel que escribe una línea y hace que el lector quiera leer la que sigue”, le confesó a su amigo Guillermo Ángulo. Para lograrlo, García Márquez podía comprimir las palabras, introducir un dato clave o añadir un giro poético o sensorial al lenguaje. Por ejemplo, Santiago Nasar, el protagonista de Crónica de una muerte anunciada, se apellidaba Aragonés, y al comienzo de la novela se levantaba “a las cinco de la madrugada” y no a “las 5:30 de la mañana”, como en el texto final.

La comparación de los manuscritos a lo largo de los años muestra un cambio decisivo en la creatividad del autor; conforme envejecía, su talento para editar sus obras decayó. Sus problemas de memoria fueron la principal causa. Él nunca quiso crear historias que no estuviesen enraizadas en vivencias personales, y para escribirlas necesitaba de su memoria, que lo fue abandonando, como revelan los persistentes signos de interrogación en las sucesivas versiones de sus manuscritos. Por esta razón dejó sin terminar el segundo volumen de su autobiografía —de la que una selección puede consultarse en línea— y la novela En agosto nos vemos, que solo puede consultarse en sala.

García Márquez, descubrimos, ocultaba otra obsesión: lo que escribían sobre él y sus obras. Antes de publicar Cien años de soledad trabajó en agencias de publicidad y aprendió que un escritor debe vender exquisitamente su imagen pública a los lectores, algo que le preocupó durante décadas. Mientras que en público decía ser impermeable a la crítica, en privado coleccionó compulsivamente durante más de 50 años recortes de prensa de más de 20 países y en más de 10 lenguas. En los 21 álbumes de recortes disponibles en línea, atesoró desde reseñas de sus obras publicadas en The New York Times hasta en El Día, un periódico de las islas Canarias. Guardó incluso numerosas reseñas negativas (pero perspicaces), como la de un crítico colombiano que calificó Cien años de soledad de “saga prosaica [de] literatura escapista”.

La otra mitad del archivo solo puede consultarse en el Harry Ransom Center e incluye la correspondencia del escritor —que muestra los contactos menguantes con Julio Cortázar y José Donoso, y ningún rastro de su malograda amistad con Mario Vargas Llosa, tras el puñetazo que el Nobel peruano le propinó en un cine de México—, los contratos de edición, las cándidas cartas de fans de todo el mundo, una carta de rechazo de The New Yorker de 1981 —al editor no le gustó el final de “El rastro de tu sangre en la nieve”— y hasta la carta astral de García Márquez, que una alarmada Balcells encargó cuando supo que su representado nació en 1927 y no en 1928, como se pensaba.

Entre los grandes méritos del archivo está el confirmar que convertirse en uno de los escritores más exitosos del último siglo fue un trabajo arduo. “Es necesario despedazar muchas cuartillas para que finalmente uno pueda llevar al editor unas pocas páginas”, dijo García Márquez en una entrevista cuando tenía 28 años, poco después de publicar La hojarasca, su primera novela. “Quien no tenga vocación auténtica de escritor se desalienta”.

El éxito, sin embargo, no depende solo del trabajo duro. Detrás del infatigable artesano de la palabra había un talentoso creador de mitos sobre cómo escribió las historias en sus libros y un artista inserto en un excepcional círculo de amigos y colegas. Sin esos mitos y sin ese entorno personal, Cien años soledad y García Márquez podían haber acabado en el cementerio de los libros y escritores olvidados.

Álvaro Santana-Acuña es profesor de sociología en el Whitman College y autor del libro en preparación “Ascent to Glory: How 'One Hundred Years of Solitude' Became a Global Classic”.

https://www.nytimes.com/es/2017/12/30/archivo-digital-gabriel-garcia-marquez-soledad-multitudinaria/?smid=fb-espanol&smtyp=cur

lunes, 26 de diciembre de 2016

El duro discurso de Martha Nussbaum sobre el futuro de la educación mundial

La filósofa norteamericana recibió el 10 de diciembre el doctorado honoris causa por parte de la Universidad de Antioquia y pronunció un duro discurso sobre las sociedades que están formando los estados con políticas educativas enfocadas en rentabilidad.

Al recibir el pasado jueves 10 de diciembre el doctorado honoris causa por parte de la Universidad de Antioquia, la filósofa norteamericana Martha Nussbaum pronunció un fuerte discurso contra los gobiernos del mundo y sus políticas de educación enfocadas solamente hacia la rentabilidad.

En el discurso, que ya se perfila como tendencia en Colombia en redes sociales, la filósofa plantea que el mundo se está encaminando hacia “naciones de personas con formación técnica que no saben cómo criticar la autoridad, útiles creadores de lucro con imaginaciones torpes. Las democracias tienen grandes potencias racionales e imaginativas. También son propensas a algunos defectos graves en el razonamiento, al parroquialismo, la prisa, la dejadez, el egoísmo, la deferencia a la autoridad y la presión de grupo. Una educación basada principalmente en la rentabilidad”.

A continuación lea el discurso completo de Nussbaum, el cual colgado en la red por el parque de ciencia y tecnología Explora, de Medellín.

"Estamos en medio de una crisis de proporciones masivas y grave importancia mundial. No me refiero a la crisis económica mundial que comenzó en 2008. Al menos entonces todo el mundo sabía que la crisis estaba ahí y muchos líderes mundiales trabajaron rápida y desesperadamente para encontrar soluciones. Tampoco me refiero a la crisis creada por el terrorismo internacional, eso también es reconocido por todos. No, me refiero a una crisis que pasa desapercibida, una crisis que probablemente sea, en el largo plazo, incluso más perjudicial para el futuro del autogobierno democrático: una crisis mundial de la educación. Dado que las democracias del mundo también están siendo desafiadas ahora por cuestiones de migración, terrorismo y comprensión mundial, esta crisis de la educación es potencialmente devastadora para el futuro de la democracia en el mundo.

Cambios radicales se están produciendo en lo que las sociedades democráticas enseñan a los jóvenes, y estos cambios no han sido bien pensados. Ansiosas de lucro nacional, las naciones y sus sistemas de educación, están descartando descuidadamente habilidades que son necesarias para mantener vivas las democracias. Si esta tendencia continúa, las naciones de todo el mundo pronto estarán produciendo generaciones de máquinas útiles, en lugar de ciudadanos completos que puedan pensar por sí mismos, criticar la tradición y entender el significado de los sufrimientos y logros de otra persona. ¿Cuáles son estos cambios radicales? Las humanidades y las artes están siendo eliminadas, tanto en la educación primaria/secundaria como en la técnica/universitaria, en prácticamente todas las naciones del mundo, vistas por los responsables políticos como adornos inútiles, en momentos en que las naciones deben cortar todas las cosas inútiles con el fin de mantener su competitividad en el mercado global, éstas están perdiendo rápidamente su lugar en los planes de estudio y también en las mentes y corazones de padres y niños. De hecho, lo que podríamos llamar aspectos humanísticos de la ciencia y las ciencias sociales - el aspecto creativo imaginativo y el aspecto del pensamiento crítico riguroso - también están perdiendo terreno, debido a que las naciones prefieren perseguir beneficios a corto plazo cultivando habilidades útiles y altamente aplicables, adaptadas a fines lucrativos.

Analicen estos dos ejemplos, ambos tomados de los EE.UU., pero ejemplos similares surgen en Europa, en la India (donde se ha centrado la mayor parte de mi propio trabajo de desarrollo), en el resto de Asia, en Australia y por supuesto en América Latina - en todas partes donde los políticos ven la educación sobre todo, como un medio para promover el crecimiento económico.

En el otoño de 2006, la Comisión sobre el Futuro de la Educación Superior del Departamento Educación de los Estados Unidos, encabezada por Margaret Spellings, Secretaria de Educación del gobierno Bush, dio a conocer su informe sobre el estado de la educación superior en la nación: El liderazgo a prueba: Un Mapa del Futuro de la Educación Superior en los Estados Unidos. Este informe contenía una valiosa crítica a la desigualdad en el acceso a la educación superior; no obstante, su contenido se centraba completamente en la educación para beneficio económico nacional. El texto apuntaba a las deficiencias en materia de ingeniería, ciencia y tecnología, mas no a la investigación científica en esos campos, sino al aprendizaje de conocimiento aplicado, que sirve para generar velozmente estrategias destinadas a la obtención de renta. Las artes, las humanidades y el pensamiento crítico casi brillan por su ausencia. Al omitirlos, el informe daba a entender que no habría problema alguno si esas capacidades quedaran en el olvido para dar lugar a otras disciplinas de mayor utilidad. (El gobierno de Obama, por desgracia, no ha cambiado este énfasis.)

En 2013, Pat McCrory, gobernador recientemente electo del estado de Carolina del Norte, hablando en un programa conservador de la televisión nacional, dijo que su plan era "ajustar mi currículo de educación a lo que las empresas y el comercio requieren para darle empleo a nuestros hijos", y luego dijo que los cursos tradicionales de humanidades, por esa razón, ya no recibirían fondos. Señaló la filosofía y los estudios de la mujer como dos áreas inútiles y que no serían financiadas. McCrory realmente no tiene poder para decidir lo que se financia, no sin respaldo legislativo; y claramente ignoraba nuestras estadísticas de empleo recientes, que muestran que el desempleo entre los estudiantes de ciencias informáticas es mayor que entre los estudiantes de humanidades; aún así, sus palabras reflejan una opinión generalizada.

Hay cientos de historias como ésta y oigo nuevas cada día. Dado que el crecimiento económico es buscado tan ansiosamente por todas las naciones, se han planteado muy pocas preguntas, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, acerca del rumbo de la educación y, con ella, de la sociedad democrática. Con el afán de la rentabilidad en el mercado global, están en peligro de perderse valores preciosos para el futuro de la democracia.

El afán de lucro sugiere a los políticos más preocupados que la ciencia y la tecnología son de crucial importancia para la salud futura de sus naciones. No debe haber ninguna objeción a una buena educación científica y técnica, y no sugiero que las naciones dejen de tratar de mejorar en este sentido. Mi preocupación es que otras habilidades, igualmente cruciales, están en riesgo de perderse en el frenesí competitivo, habilidades cruciales para la salud interna de cualquier democracia, y para la creación de una cultura mundial decente, capaz de abordar de manera constructiva los problemas más apremiantes del mundo. Estas habilidades están asociadas con las humanidades y las artes: la capacidad de pensar de manera crítica; la capacidad de trascender las lealtades locales y acercarse a los problemas mundiales como un "ciudadano del mundo"; y la capacidad de imaginar comprensivamente la situación del otro.

Plantearé mi argumento siguiendo el contraste que ya he sugerido con mis ejemplos: entre una educación que produzca lucro y una educación para una ciudadanía más incluyente. Para pensar en educación para la ciudadanía democrática, tenemos que pensar en qué son las naciones democráticas y por qué luchan. ¿Qué significa entonces para una nación avanzar, mejorar su calidad de vida? Por una parte, significa simplemente aumentar su Producto Interno Bruto per cápita. Esta medida del logro nacional ha sido durante décadas el estándar utilizado por los economistas del desarrollo en todo el mundo, como si se tratara de un buen indicador de la calidad de vida general de una nación.

La meta de una nación, dice este modelo de desarrollo, debe ser el crecimiento económico: sin preocuparse por la distribución y la igualdad social, ni por las precondiciones de la democracia estable, ni por la calidad de las relaciones de raza y de género, ni por la mejora de otros aspectos de la calidad de la vida de un ser humano, como la salud y la educación. Una señal de lo que este modelo obvia es el hecho de que Sudáfrica bajo el apartheid solía disparar los índices de desarrollo a lo más alto. Había una gran cantidad de riqueza en la antigua Sudáfrica, y el viejo modelo de desarrollo recompensaba ese logro (o buena fortuna), haciendo caso omiso de las impactantes desigualdades distributivas, el brutal régimen del apartheid y las deficiencias educativas y de salud que iban con él.

Este modelo de desarrollo ya ha sido rechazado por importantes pensadores del desarrollo, pero sigue dominando una gran cantidad de formulación de políticas. A los defensores del viejo modelo les gusta afirmar algunas veces que la búsqueda del crecimiento económico por sí sola genera las otras cosas buenas que he mencionado: salud, educación, política y libertad religiosa. Por ahora, sin embargo, al examinar los resultados de estos experimentos divergentes, hemos descubierto que el viejo modelo realmente no genera las cosas buenas que proclama. La libertad política y religiosa no realizan un seguimiento del crecimiento, como lo ha demostrado al mundo el impresionante éxito de China, tampoco los logros en salud y educación están, por ejemplo, claramente correlacionados con el crecimiento económico, como podemos ver en los estudios de campo comparativos de los diferentes estados de la India producidos por los economistas Amartya Sen y Jean Drèze.

¿Qué tipo de educación sugiere el viejo modelo de desarrollo? La educación para el crecimiento económico necesita de habilidades básicas, alfabetización y aritmética. También necesita que algunas personas tengan habilidades más avanzadas en ciencias de la computación y tecnología, a pesar de que la igualdad de acceso no es extremadamente importante: una nación puede crecer muy bien, mientras que la población rural pobre sigue siendo analfabeta y sin recursos básicos de informática, mediante la formación de una élite técnica que haga el estado atractivo para los inversionistas extranjeros. Los resultados de este enriquecimiento no alcanzan a mejorar la salud y el bienestar de la población rural pobre, y no hay razón para pensar que el enriquecimiento requiera educarlos adecuadamente. Ése fue siempre el primer y más básico problema con el paradigma PNB/cápita del desarrollo: se deja de lado la distribución, y puede dar una alta calificación a naciones o estados que contienen desigualdades alarmantes. Esto es muy cierto de la educación: Dada la naturaleza de la economía de la información, las naciones pueden aumentar su PNB sin preocuparse demasiado acerca de la distribución de la educación, siempre y cuando creen una élite competente en tecnología y negocios.

Después de eso, la educación para el crecimiento económico necesita, tal vez, una familiaridad muy rudimentaria con la historia y con los hechos económicos - por parte de las personas que van a pasar la educación primaria en primer lugar, quienes probablemente sean una élite relativamente pequeña. Pero se debe tener cuidado no sea que la narrativa histórica y económica lleve a cualquier pensamiento crítico serio acerca de la clase, acerca de si la inversión extranjera es realmente buena para la población rural pobre, acerca de si la democracia puede sobrevivir cuando se obtienen estas desigualdades tan enormes en oportunidades vitales básicas. Así que el pensamiento crítico no sería parte importante de la educación para el crecimiento económico.

He hablado sobre el pensamiento crítico y sobre el papel de la historia. Pero ¿qué pasa con las artes, tan a menudo valoradas por educadores progresistas democráticos tanto en naciones occidentales como no occidentales? Una educación para el crecimiento económico, en primer lugar, despreciará estos aspectos de la formación de un niño, ya que no parecen conducir directamente al crecimiento económico. Por esta razón, en todo el mundo, los programas de artes y humanidades, en todos los niveles, están siendo eliminados a favor del cultivo de los programas técnicos. Pero quienes educan para el lucro harán más que ignorar las artes, les temerán. Ya que una afinidad cultivada y desarrollada es un enemigo particularmente peligroso de la torpeza, y la torpeza moral es necesaria para llevar a cabo programas de enriquecimiento que ignoren la desigualdad. Hablando de la educación en la India y Europa, Tagore dijo que el nacionalismo agresivo necesita nublar la conciencia moral, por lo que necesita gente que no reconozca al individuo, que hable jergas de grupo, que se comporte y vea el mundo como los burócratas dóciles. El arte es el gran enemigo de esa torpeza, y los artistas no son los servidores confiables de ninguna ideología, incluso uno simplemente bueno - ellos siempre piden que la imaginación vaya más allá de sus límites habituales, para ver el mundo de nuevas maneras. La famosa universidad de Rabindranath Tagore en la India (fundada en 1928), Visva-Bharati, "Todo el Mundo", se basó en las artes y las humanidades, porque él quería crear la base para una nueva nación en la que la comprensión amable de las diferencias conformaría la política y en la que las naciones formarían parte de una comunidad global cultivada. Su idea era un experimento radical; es muy poco usual hoy en día con los políticos apuntando al éxito nacional. Por lo tanto, quienes educan para el crecimiento harán campaña en contra de las artes como ingredientes de la educación básica. Este asalto se está llevando a cabo en todo el mundo.

¿De qué otra forma podríamos pensar en el tipo de nación y el tipo de ciudadano que estamos tratando de construir? La principal alternativa al modelo basado en el crecimiento en los círculos internacionales de desarrollo, y con el que he estado asociada, se conoce como el paradigma de Desarrollo Humano. De acuerdo con este modelo, lo que importa son las oportunidades, o "capacidades" que cada persona tiene, en áreas clave que van desde la vida, la salud y la integridad física hasta la libertad política, la participación política y la educación. Este modelo de desarrollo reconoce que cada persona posee una dignidad inalienable que debe ser respetada por las leyes y las instituciones. Una nación decente, como mínimo, reconoce que todos sus ciudadanos tienen derechos en estas y otras áreas, y elabora estrategias para poner a la gente por encima del nivel umbral de oportunidades en cada una. Este modelo encaja bien con las aspiraciones que se persiguen en las constituciones de muchos países modernos. A pesar de que los Estados Unidos se diferencia de muchos en no brindar protección constitucional de los derechos económicos y sociales, el modelo de desarrollo humano todavía corresponde con la antigua idea americana de que un gobierno sólo es legítimo si da a sus ciudadanos oportunidades para disfrutar de "La vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad."

Si una nación quiere promover ese tipo de democracia humana, sensible a las personas, una dedicada a la promoción de oportunidades para "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" para todos y cada uno, qué habilidades necesitará producir en sus ciudadanos. Por lo menos las siguientes parecen cruciales:

· la capacidad de deliberar bien acerca de los problemas políticos que afectan a la nación, para examinar, reflexionar, discutir, y debatir, sin deferir de la tradición ni de la autoridad · la capacidad de pensar en el bien de la nación como un todo, no sólo del propio grupo local, y para ver la propia nación, a su vez, como parte de un orden mundial complicado en el que problemas de muchos tipos requieren de una deliberación transnacional inteligente para su resolución · la capacidad de preocuparse por la vida de otros, de imaginar lo que las políticas de muchos tipos significan en cuanto a las oportunidades y experiencias de uno de sus conciudadanos, de muchos tipos, y para la gente fuera de su propia nación.

Antes de que podamos decir algo más acerca de la educación, sin embargo, necesitamos entender los problemas que enfrentamos en el proceso de hacer de los estudiantes ciudadanos democráticos responsables que posiblemente implementen un plan de desarrollo humano. ¿Qué hay en la vida humana que hace que sea tan difícil sostener las instituciones democráticas igualitarias, y tan fácil caer en jerarquías de varios tipos - o, peor aún, en la hostilidad de proyectos de grupos violentos? Sean cuales sean estas fuerzas, en última instancia es contra ellos que la verdadera educación para el desarrollo humano debe luchar: por lo que deben, como lo he planteado, siguiendo las ideas de Mohandas Gandhi, comprometerse con el choque de civilizaciones dentro de cada persona, como el respeto por los demás se enfrenta a la agresión narcisista.

El choque interno se puede encontrar en todas las sociedades modernas, en diferentes formas, ya que todas contienen luchas por la inclusión y la igualdad, ya esté el centro neurálgico de estas luchas en los debates sobre la inmigración, o en la reconciliación de las minorías religiosas, raciales y étnicas, o en la igualdad de género o en la discriminación positiva. En todas las sociedades, también, hay fuerzas en la personalidad humana que militan contra el reconocimiento mutuo y la reciprocidad, así como fuerzas de compasión que dan a la democracia un fuerte apoyo.

Entonces, ¿Qué sabemos hasta ahora sobre las fuerzas de la personalidad que se oponen a la reciprocidad democrática y al respeto? En primer lugar, sabemos que la gente tiene un alto nivel de respeto a la autoridad: el psicólogo Stanley Milgram demostró que los sujetos experimentales estaban dispuestos a administrar un nivel muy doloroso y peligroso de descarga eléctrica a otra persona, siempre y cuando el científico de guardia les dijera que lo que estaban haciendo estaba bien - incluso cuando la otra persona estaba gritando de dolor (que, por supuesto, fue falsificado por el bien del experimento). [1] Solomon Asch, anteriormente, mostró que los sujetos experimentales están dispuestos a ir en contra de la clara evidencia de sus sentidos cuando todas las otras personas a su alrededor están haciendo juicios sensoriales que se encuentran fuera del objetivo: su investigación muy rigurosa y confirmada tantas veces muestra el servilismo inusual de los seres humanos normales frente a la presión de grupo. Tanto el trabajo de Milgram como el de Asch han sido usados de manera efectiva por Christopher Browning para iluminar el comportamiento de jóvenes alemanes en un batallón de policía que asesinó Judios durante la era nazi. [2] Tan grande fue la influencia tanto de la presión de grupo como de la autoridad en estos jóvenes, que muestra, que los que no lograban convencerse a sí mismos de disparar a los Judios se sentían avergonzados de su debilidad.

Pero otra investigación demuestra que la gente de apariencia normal está dispuesta a involucrarse en comportamientos que humillen y estigmaticen si su situación está configurada de una manera determinada, poniéndolos en un papel dominante y mostrándoles que los otros son sus inferiores. Un ejemplo particularmente escalofriante implica niños en edad escolar cuyos profesores les dan a entender que los niños con ojos azules son superiores a los niños con ojos oscuros. Sobreviene un comportamiento jerárquico y cruel. El profesor entonces da a entender que ha habido un error y que de hecho los niños de ojos oscuros son superiores y los de ojos azules inferiores. El comportamiento jerárquico y cruel simplemente se invierte: los niños de ojos marrones parecen no haber aprendido nada del dolor de la discriminación. [3] Quizás el experimento más famoso de este tipo es el de Philip Zimbardo en la prisión de Stanford, en el que se encontró que los sujetos a los que se les asignaron al azar los roles de guardia de la prisión y preso comenzaron a comportarse de manera diferente casi de inmediato. Los prisioneros se hicieron pasivos y depresivos, los guardias usaron su poder para humillar y estigmatizar. Creo que este experimento fue mal diseñado de numerosas maneras, y es por lo tanto menos concluyente: por ejemplo, Zimbardo dio instrucciones elaboradas a los guardias, diciéndoles que su objetivo debía ser inducir sentimientos de alienación y desesperación en los prisioneros. [4]

Otra investigación sobre la repulsión, acerca de la que he pensado escribir un libro sobre el papel de la repulsión en la desigualdad social, muestra que la gente está bastante incómoda con los signos de su propia animalidad y mortalidad: la repulsión es la emoción que vigila la frontera entre nosotros y otros animales. En casi todas las sociedades, no es suficiente mantenernos libres de contaminación por productos de desecho corporal que son en el lenguaje de los psicólogos, "recordatorios animales." En cambio, las personas crean grupos subordinados de seres humanos que son identificados como repugnantes y contaminantes, diciendo que son sucios, malolientes, portadores de enfermedades y así sucesivamente. Se ha trabajado mucho en cómo figura esa actitud en el antisemitismo, el racismo, el sexismo y la homofobia.

¿Qué más sabemos? Sabemos que estas fuerzas cobran mucho más poder cuando la gente es anónima o no se reconoce un responsable. Las personas actúan mucho peor bajo el abrigo del anonimato, como partes de una masa sin rostro, que cuando están vigilados y deben rendir cuentas como individuos. (Cualquiera que haya violado el límite de velocidad, y luego ralentizado al ver un coche de policía en el espejo retrovisor, sabrá cuán generalizado es este fenómeno.) En segundo lugar, las personas se comportan mal cuando nadie levanta una voz crítica: los sujetos de Asch aceptaron el juicio erróneo cuando todas las otras personas a las que consideraban compañeros en el experimento (y que estaban realmente trabajando para el experimentador) coincidían en el error; pero si una sola persona decía algo diferente, se sentían libres para seguir su propia percepción y juicio. En tercer lugar, la gente se comporta mal cuando los seres humanos sobre los que tienen poder están deshumanizados y des-individualizados. En una amplia gama de situaciones, la gente se comporta mucho peor cuando el "otro" se representa como un animal, o sólo como portador de un número en lugar de un nombre. Al pensar en cómo podríamos ayudar a los individuos y a las sociedades a ganar el choque interno de civilizaciones en cada persona, haríamos bien en pensar cómo utilizar estas tendencias para nuestro beneficio.

La otra cara del choque interno es la capacidad creciente de los niños de ser compasivos, de ver a otra persona como un fin y no como un simple medio. Como lo ha demostrado el psicólogo Paul Bloom, niños de tan sólo un año de edad tienen la capacidad de tomar la perspectiva de otra persona - pero en un primer momento esta capacidad se utiliza para controlar los movimientos de los demás, especialmente de los padres. Sin embargo a medida que pasa el tiempo, si todo va bien, los niños sienten gratitud y amor hacia seres distintos que apoyan sus necesidades, y por lo tanto llegan a sentir culpa por su propia agresión y verdadera preocupación por el bienestar de la otra persona. A medida que la preocupación se desarrolla, conduce a un deseo cada vez mayor de controlar la propia agresión: el niño reconoce que sus padres no son sus esclavos, sino seres independientes con derecho a sus propias vidas. Estos reconocimientos son típicamente inestables, ya que la vida humana es un asunto incierto y todos sentimos ansiedades que nos llevan a querer más control, incluyendo el control sobre otras personas. Aquí es donde la educación es crucial: una buena educación puede llevar a los jóvenes a sentir genuina compasión por las necesidades de los demás, y puede conducir a verlos como personas con derechos iguales a los suyos.

Ahora que tenemos una idea del terreno en el que opera la educación, podemos volver a las ideas que he mencionado antes, diciendo algunas cosas provisionales e incompletas, pero aún radicales en la actual cultura mundial, acerca de las habilidades que una buena educación cultivará. Me centraré en la educación universitaria, pero por supuesto estas habilidades necesitan ser cultivadas a partir de una edad mucho más temprana.

Antes de comenzar, quiero abordar una objeción que sin duda ya está en sus mentes: "¿Pero qué hay de conseguir un trabajo?" Las familias hacen sacrificios para la educación superior, y quieren garantías de que sus gastos darán lugar a oportunidades de empleo. Ya he dicho que, de hecho, al menos en los EE.UU., a los estudiantes de humanidades les va muy bien en el mercado laboral y mejor que a los estudiantes de ciencias de la computación. Pero yo no quiero basar mi argumento en las vicisitudes del mercado. Aquí puedo decir que tenemos motivos para estar muy orgullosos de la sabiduría inherente al modelo estadounidense de educación superior. En la mayoría de países del mundo, el estudiante debe elegir un solo tema en el ámbito universitario y pasar todo el tiempo en él: así, ya sea toda la literatura o ninguna literatura, ya sea toda la filosofía o ninguna filosofía. Teniendo en cuenta esa elección extrema, no es de extrañar, en el entorno económico actual, que muchos padres y jóvenes se aparten de las humanidades - a pesar de la evidencia de que los empleadores valoran realmente las habilidades que producen - e incluso de la parte teórica de la ciencia - y se aferran más estrechamente a estudios preprofesionales. Pero los EE.UU., junto con Corea del Sur, Escocia, y, en parte, los Países Bajos, y junto con un número creciente de nuevas universidades en muchos otros países, toma un camino diferente. Ofrecemos una educación que involucra un tema importante, que a menudo, aunque no siempre, será entendido como preparación para una carrera. Pero combinamos esto con un componente de artes liberales, que está pensado como preparación para la ciudadanía y la vida. El modelo de artes liberales ha sido bien desarrollado en América Latina principalmente por distinguidas universidades jesuitas, que han reconocido desde hace tiempo el valor del estudio de la filosofía y otras humanidades a nivel universitario. Pero las universidades públicas no siempre han seguido este ejemplo. Esperemos que aquí en Colombia, donde hay un interés entusiasta por la filosofía, esta distinguida universidad asuma el liderazgo en la defensa de una preparación rica para la ciudadanía.

Tres valores son particularmente cruciales para una ciudadanía democrática decente. El primero es la capacidad Socrática de autocrítica y pensamiento crítico acerca de las tradiciones propias de cada uno. Como sostiene Sócrates, la democracia necesita ciudadanos que puedan pensar por sí mismos, en lugar de deferir a la autoridad, que puedan razonar juntos sobre sus opciones en lugar de simplemente negociar sus argumentos y contra-argumentos. Él se comparó a sí mismo con un tábano en la parte posterior de la democracia, que comparó con "un noble, pero lento caballo": estaba picándolo para que se despertara y llevara a cabo su negocio de manera más responsable.

El pensamiento crítico es particularmente crucial para la buena ciudadanía en una sociedad que tiene que luchar a brazo partido con la presencia de personas que difieren según la etnia, la casta, la religión y profundas divisiones políticas. Sólo tendremos la oportunidad de un diálogo adecuado que atraviese fronteras si los ciudadanos jóvenes saben cómo participar en el diálogo y la deliberación en primer lugar. Y sólo sabrán cómo hacerlo si aprenden a examinarse a sí mismos y a pensar en las razones por las que son proclives a apoyar una cosa en lugar de otra - en lugar de, como sucede a menudo, ver el debate político simplemente como una forma de jactarse, o conseguir una ventaja para su propio lado. Cuando los políticos traen propaganda simplista a su manera, ya que los políticos de todos los países tienen una manera de hacerlo, los jóvenes sólo tendrían esperanza de preservar su independencia si saben cómo pensar críticamente sobre lo que escuchan, poniendo a prueba su lógica e imaginando alternativas para la misma.

Los estudiantes expuestos a la instrucción en pensamiento crítico aprenden, al mismo tiempo, una nueva actitud frente a los que no concuerdan con ellos. Aprenden a ver a quienes no están de acuerdo no como enemigos a ser derrotados, sino en cambio, como personas que tienen razones para lo que piensan. Cuando se reconstruyen sus argumentos, puede resultar que incluso compartan algunas premisas importantes con su propio "lado", y ambos entenderán mejor de donde vienen las diferencias. Podemos ver cómo esto humaniza al "otro" político, haciendo que la mente vea al oponente como un ser racional que puede compartir por lo menos algunos pensamientos con el propio grupo.

La idea de que cada uno asuma la responsabilidad de su propio razonamiento e intercambie ideas con otros en un ambiente de respeto mutuo a la razón, es esencial para la resolución pacífica de diferencias, tanto dentro de un país como de un mundo cada vez más polarizado por el conflicto étnico y religioso. Es posible, y esencial, fomentar el pensamiento crítico desde que se inicia la educación. Sin embargo, durante la formación universitaria se puede enseñar con nueva sofisticación y rigor, a través de cursos de ética filosófica y el estudio minucioso de grandes textos tales como los diálogos de Platón que muestran el valor de esta capacidad y desafían a los estudiantes a participar en el mismo.

Consideremos ahora la importancia de esta habilidad para el estado actual de las democracias pluralistas modernas rodeadas de un potente mercado global. En primer lugar, podemos reportar que, incluso si sólo estuviéramos apuntando al éxito económico, no sólo a corto sino a largo plazo, los principales pensadores de negocios han hecho énfasis en que los ejecutivos entiendan bien la importancia de crear una cultura corporativa en la que voces críticas no sean silenciadas, una cultura tanto de la individualidad como de la rendición de cuentas. Por estas razones, China y Singapur, que por cierto no están buscando producir ciudadanos democráticos, han tenido recientemente reformas educativas masivas para introducir un pensamiento mucho más crítico en todos los niveles del currículo - a pesar de que no se muestran contentos cuando el pensamiento crítico se filtra en el ámbito político.

Pero nuestro objetivo, lo he dicho, no es simplemente el crecimiento económico, así que dirijámonos ahora a la cultura política. Como he dicho, los seres humanos son propensos a estar al servicio de la autoridad y la presión de grupo; para prevenir atrocidades necesitamos contrarrestar estas tendencias, produciendo una cultura de disidencia individual. Asch encontró que cuando una sola persona en su grupo de estudio defendió la verdad, otros le siguieron, por lo que una voz crítica puede tener grandes consecuencias. Al hacer hincapié en la voz activa de cada persona, también promovemos una cultura de rendición de cuentas. Cuando la gente ve sus ideas como su propia responsabilidad, es más probable, también, que vean sus obras como su propia responsabilidad. La "Vida examinada" de Sócrates despierta la conciencia moral.

La segunda característica clave del ciudadano democrático moderno, diría yo, es la capacidad de verse a sí mismo como miembro de una nación y un mundo heterogéneos, entender algo de la historia y el carácter de los diversos grupos que lo habitan. El conocimiento no es garantía de buen comportamiento, pero la ignorancia es una garantía virtual de mal comportamiento. Estereotipos culturales y religiosos simples abundan en nuestro mundo, por ejemplo, la ecuación simplista del Islam con el terrorismo, y la primera manera de comenzar la lucha contra estos es asegurarse de que desde una edad muy temprana los estudiantes aprendan una relación diferente con el mundo. Ellos deben entender poco a poco las diferencias que entorpecen la comprensión entre grupos y naciones y los intereses y necesidades humanas compartidas que hacen esencial la comprensión, si se busca resolver problemas comunes.

Esta comprensión del mundo promoverá el desarrollo humano sólo si él mismo se inculca buscar el pensamiento crítico, el pensamiento que se centra en cómo las narrativas históricas se construyen, la forma en que pueden estar sesgadas y lo difícil que es ordenar pruebas dispersas. La historia se impartirá con un ojo puesto en pensar críticamente sobre estas cuestiones. Al mismo tiempo, las tradiciones y las religiones de los grupos principales en la propia cultura y en el mundo, se enseñarán con el fin de promover la comprensión de la complejidad y variedad de creencias y prácticas. Esta es una buena manera de llegar a ver a las personas que sostienen una posición religiosa o política menor no como formas inminentes de amenaza, sino como seres humanos plenos que tienen razones complejas para lo que hacen, y que merecen respeto aún si estamos de acuerdo con ellos o no.

En términos curriculares, estas ideas sugieren que todos los estudiantes universitarios deben aprender los rudimentos de la historia del mundo y deben tener una comprensión rica y no estereotipada de las principales religiones del mundo, y luego deben aprender a indagar con mayor profundidad en al menos una tradición desconocida, adquiriendo de esta manera herramientas que luego pueden utilizar en otros lugares. Al mismo tiempo, deben aprender sobre las grandes tradiciones, mayoría y minoría, dentro de su propio país, centrándose en la comprensión de cómo las diferencias de religión, raza y género han sido asociadas con diferentes oportunidades de vida. Todos, en fin, deben aprender bien al menos una lengua extranjera, así: al ver que otro grupo de seres humanos inteligentes ha cortado el mundo de otra manera, que toda traducción es interpretación, le da al joven una lección esencial de humildad cultural. Estoy muy impresionada con el énfasis en el aprendizaje de idiomas en el plan de estudios de la universidad, y me gustaría que universidades estadounidenses hicieran tanto énfasis.

La tercera habilidad del ciudadano, estrechamente relacionada con las dos primeras, es lo que yo llamaría la imaginación narrativa. [5] Esto es la capacidad de pensar en lo que podría ser estar en los zapatos de una persona diferente de uno mismo, ser un lector inteligente de la historia de esa persona, y comprender las emociones y los deseos y los anhelos que ese alguien podría tener. Como he observado, la imaginación moral, siempre bajo el asedio del miedo y el narcisismo, es propensa a entorpecerse, si no se refina enérgicamente y se cultiva a través del desarrollo de afinidad y preocupación. Aprender a ver a otro ser humano no como una cosa sino como una persona completa, no es un logro automático: debe ser promovido por una educación que refine la capacidad de pensar acerca de lo que puede ser la vida interna de otro - y también para entender por qué no es posible captar plenamente ese mundo interior, por qué una persona es siempre hasta cierto punto un enigma para el otro. Esta capacidad brinda un apoyo crucial tanto al pensamiento crítico como a la ciudadanía mundial. Se promociona, sobre todo, a través de la enseñanza de la literatura y las artes. Al igual que con el pensamiento crítico, aquí también: el cultivo de la imaginación es esencial no sólo para la ciudadanía, mi énfasis en esta charla, sino también para el crecimiento económico a largo plazo. Si la gente aprende sólo para aplicar las habilidades aprendidas de memoria, no van a ser capaces de innovar. La innovación necesita imaginaciones capacitadas. Por esta razón, una vez más, China y Singapur, interesados principalmente en el crecimiento, han reformado recientemente su sistema educativo para incluir mucho más el arte y la literatura. Pero al pensar en cómo pueden florecer las democracias, podemos ver que necesitamos las artes y las humanidades de manera más urgente, ya que la comprensión amable entre los grupos es tan esencial.

Las artes pueden cultivar la simpatía de los estudiantes de muchas maneras, mediante el compromiso con diferentes obras de literatura, música, bellas artes y danza. Pero el pensamiento tiene que ofrecerse según los que sean los posibles puntos ciegos de cada estudiante, y los textos se deben elegir en consecuencia. Ya que todas las sociedades tienen en todo momento sus puntos ciegos particulares, grupos dentro de su cultura y también grupos en el extranjero que son especialmente propensos a ser tratados con ignorancia y torpeza. Las obras de arte pueden ser elegidas para promover la crítica de esta torpeza, y una visión más adecuada de lo oculto. El gran novelista afro-americano Ralph Ellison, en un ensayo posterior sobre su clásica novela El Hombre Invisible, escribió que una novela como la suya podría ser "una balsa para la percepción, la esperanza y el entretenimiento" en el que la cultura estadounidense podría "sortear los inconvenientes y remolinos "que se interponen entre nosotros y nuestro ideal democrático. Su novela tiene la "visión interna" del lector de blanco como su tema y su objetivo. El héroe comienza diciendo que él es invisible para la sociedad blanca, pero dice que esta invisibilidad es un defecto imaginativo y educativo de su parte, no un accidente biológico propio: su "visión interna" requiere cultivo; y Ellison, obviamente, pensaba que su novela podría ser una parte de ese cultivo. A través de la imaginación podemos tener una especie de visión de la experiencia de otro grupo o persona que es muy difícil de lograr en la vida diaria - en particular cuando en nuestro mundo se han construido separaciones claras entre los grupos, y las sospechas que hacen difícil cualquier encuentro. Parte de la idea de Ellison era que habitar en el mundo interior de un personaje de raza diferente sería una poderosa manera de minar la repulsión, la cual era una gran parte del racismo estadounidense, con sus prohibiciones en los comedores compartidos, fuentes de agua potable y piscinas, por no hablar de la prohibición de matrimonios interraciales. La empatía es un tipo de intimidad mental con el otro, y una herramienta de gran alcance hacia el cambio de comportamiento.

Hagamos un balance. ¿Cómo están las capacidades de la ciudadanía en el mundo de hoy? Muy mal, me temo. El tipo de educación que recomiendo va razonablemente bien donde lo estudié por primera vez, concretamente en los currículos de secundaria y universidad en la parte de artes liberales de los Estados Unidos. De hecho, es esta parte del plan de estudios en instituciones como la mía, que atrae en particular el apoyo filantrópico, porque los ricos recuerdan con placer el tiempo cuando leían libros que les encantaban, y perseguían cuestiones no concluyentes. Ahora, sin embargo, hay una gran tensión. En el New York Times, el presidente de la Universidad de Harvard, Drew Faust informa que la crisis económica ha reforzado la imagen de que el valor de un título universitario es en gran parte instrumental, y que los líderes universitarios están abrazando cada vez más un modelo de mercado en su misión, en consecuencia, reduciendo las artes liberales. En una reciente visita a Stanford, me encontré con que las artes liberales son un gran problema allí, gracias a la preferencia por la capacidad técnica que es endémica de la cultura de Silicon Valley - pero instigados, creo, por los errores cometidos por varias generaciones de administradores, que han alimentado la ansiedad de los padres y los estudiantes por puestos de trabajo con fines de lucro en lugar de una ciudadanía responsable.

Fuera de los EE.UU., muchas naciones cuyos planes de estudio universitarios no incluyen un componente de artes liberales están ahora luchando para construir uno, ya que reconocen su importancia en la elaboración de una respuesta pública a los problemas de pluralismo, miedo y sospecha que sus sociedades enfrentan. He estado involucrada en este tipo de discusiones en muchos países, y el hecho de que mi libro sobre la educación liberal esté traducido actualmente en veinte idiomas es muy emocionante para mí; sin embargo, es difícil decir si se producirá una reforma en dirección a las artes liberales ya que hay muchas presiones en la otra dirección.

Así que las universidades del mundo tienen grandes méritos, pero también grandes retos y problemas en aumento. Los políticos tienden a tener imaginación a corto plazo, y no están pensando bien, a menudo, sobre lo que es necesario para crear democracias estables y fructíferas.

¿Qué vamos a tener, si estas tendencias continúan? Naciones de personas con formación técnica que no saben cómo criticar la autoridad, útiles creadores de lucro con imaginaciones torpes. Las democracias tienen grandes potencias racionales e imaginativas. También son propensas a algunos defectos graves en el razonamiento, al parroquialismo, la prisa, la dejadez, el egoísmo, la deferencia a la autoridad y la presión de grupo. Una educación basada principalmente en la rentabilidad en el mercado global magnifica estas deficiencias, produciendo una torpeza codiciosa y una docilidad técnicamente capacitada que amenazan la vida misma de la democracia y ​​que sin duda impiden la creación de una cultura mundial decente.

Si el verdadero choque de civilizaciones es, como creo, un choque dentro de la persona individual, todas las sociedades modernas están perdiendo rápidamente la batalla, ya que se alimentan las fuerzas que conducen a la violencia y la deshumanización y dejan de alimentar las fuerzas que conducen a cultivar la igualdad y el respeto. Si no insistimos en la importancia crucial de las humanidades y las artes, éstas se desplomarán, porque no generan dinero. Sólo hacen algo que es mucho más valioso que eso, hacen un mundo en el que vale la pena vivir, las personas que son capaces de ver a otros seres humanos como personas llenas, con pensamientos y sentimientos propios que merecen respeto y simpatía, y naciones que son capaces de superar el miedo y la sospecha en favor del debate comprensivo y motivado.

http://www.elheraldo.co/educacion/el-duro-discurso-de-martha-nussbaum-sobre-el-futuro-de-la-educacion-mundial-233416