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viernes, 10 de junio de 2016

“El capitalismo puede colapsar”. Pionero de la sociología económica, Wolfgang Streeck analiza la crisis del modelo

El profesor  Wolfgang Streeck (Lengerich, 1946) pasó más de tres décadas estudiando las relaciones entre capital y trabajo en las sociedades capitalistas. Sociólogo formado en la Alemania escindida por el Muro, desarrolló gran parte de su carrera en Estados Unidos, en las universidades de Columbia y Wisconsin-Madison, antes de asumir la dirección del  Max Planck Institute, centro del que es director emérito.

Wolfgang Streeck nunca fue muy partidario de la teoría de los sistemas y análisis cuantitativo que triunfó en Estados Unidos a partir de los setenta —"las publicaciones académicas se convirtieron en un tostón"— y fue un pionero en la puesta en marcha de un programa de sociología económica. Pero en 2008, ante una crisis económica que describe como una experiencia casi mortal, fue cuando comprendió que la continuidad de las sociedades y de las oportunidades de la gente en el campo laboral dependían más que nunca del sistema global financiero: "Para entender las dinámicas de la sociedad moderna y la vida de la gente tienes que comprender el desarrollo y el papel de las finanzas globales como la condición dominante, había que integrar la política del sector financiero en la teoría macro de desarrollo social". En eso anda empeñado, como demuestran sus artículos en  New Left Review. Invitado en abril por el Centro de Estudios del Museo Reina Sofía y el ­MACBA a impartir sendos seminarios en Madrid y Barcelona, Streeck disertó sobre las crisis del capitalismo, la vacuidad de la política y la construcción europea.

Pregunta. Los sindicatos han sido una parte esencial de su área de estudio. ¿Estaban ahí los elementos para anticipar su actual pérdida de influencia?
Respuesta. Las predicciones son muy difíciles de hacer. A finales de los sesenta hubo una ola de agitación obrera, incluso en el bloque soviético. A partir de ese momento, los sindicatos tuvieron una fuerza creciente: la única manera de calmar ese malestar sin que subiera el desempleo era admitir tasas más altas de inflación, una especie de fuerza pacificadora. Pero esa medicina tenía contraprestaciones muy serias. La decisión de acabar con esto la tomó en 1979  Paul Volcker como presidente de la Reserva Federal con Carter.

P. ¿Qué pasó?
R. Cuando yo era un estudiante se decía como una obviedad que un 5% de desempleo en una democracia era algo imposible, la gente haría saltar por los aires el sistema. El experimento político fue decidir jugársela. El desempleo subió al 20% en EE UU en los primeros ochenta, industrias enteras se borraron del mapa. Ahora incluso se han aprobado leyes para dificultar la organización sindical en Estados Unidos, el mismo país que en los años treinta introdujo legislación para promover esto, porque, siguiendo el modelo keynesiano, pensaban que unos sindicatos fuertes podrían redistribuir la riqueza, producir demanda agregada y crecimiento económico.

P. Señala tres tendencias que se retroalimentan: el aumento de la desigualdad, la caída del crecimiento y la impresión de moneda y de deuda, algo que considera insostenible. ¿A qué conduce esto?
R. A una situación impredecible de crisis potencial, de interrupciones emergentes o colapsos con una intensificación de conflictos entre países y clases sociales, y al declive del nivel y la esperanza de vida de una parte cada vez más grande de la población. El  colapso del capitalismo es posible, lo ocurrido en 2008 podría repetirse pero a mayor escala, con muchos bancos cayendo al mismo tiempo. No digo que vaya a suceder, pero podemos estar seguros de una tendencia: el aumento del número de personas que quedan en los márgenes.

P. ¿Las sociedades avanzadas se acercan al Tercer Mundo?
R. Hay países considerados sociedades capitalistas altamente desarrolladas que presentan similitudes preocupantes con los llamados países del Tercer Mundo. Más y más gente depende de recursos privados para vivir bien. Luego, los países del Tercer Mundo están bajo mucho estrés y en un proceso rápido de deterioro: la clase media y las burocracias han perdido la esperanza. La promesa de desarrollo parece haberse roto totalmente.

P. Apunta que la falta de una alternativa al capitalismo produce una clase política interesada, un descenso de la participación electoral, más partidos y una inestabilidad persistente. Pero, tradicionalmente, la teoría política consideraba la baja participación como un síntoma de madurez en democracia.
R. Bueno, sobre esto no había consenso, pero la teoría era que la gente estaba tan satisfecha que no iba a votar. Yo me fijo en tendencias, y en la OCDE hay un descenso en la participación que coincide con otras curvas como el aumento de la desigualdad, la congelación salarial o las reformas del Estado de bienestar. Cabría pensar que la gente insatisfecha irá a votar, pero no. Es algo asimétrico: quienes recurrentemente se abstienen son quienes están en la base de la distribución de la riqueza. Ahora, sin embargo, estos ciudadanos que habían renunciado a la política están volviendo. En todas partes vemos un ascenso de los llamados partidos populistas.

P. ¿Qué implicaciones tiene esto?
R. Esa curva empieza a subir, pero a costa de la estabilidad política y de los partidos del centro que están cayendo; hay una mayor dificultad para formar Gobiernos porque los nuevos partidos tienen que entrar en el sistema y los viejos no se fían. Los conflictos inherentes en las sociedades empiezan a ascender y a subir al sistema político, después de 20 años de ver cómo quedaban fuera del discurso político oficial.

P. ¿Otras tendencias también cambian?
R. Las económicas se refuerzan de tal manera que algo muy gordo tendría que pasar para que alteraran su curso. Es como si el sistema tuviera muchas enfermedades al mismo tiempo, cada una de las cuales podría tratarse y curarse, pero no todas al mismo tiempo. Por ejemplo, el dramático aumento de la desigualdad se refuerza con esta gente que dispone de una increíble cantidad de herramientas y recursos para defender su riqueza.

P. La filantropía, especialmente en EE UU, es el mecanismo que muchos encuentran para compensar. ¿Qué opina?
R. El motivo por el que la esfera pública no puede hacer ciertas cosas por sí misma es porque no puede cargar impositivamente a los ricos; entonces estos se gravan a sí mismos, por supuesto de manera menor, y lo combinan con una gran operación de relaciones públicas. Es algo humillante para las sociedades democráticas depender de la buena voluntad de unos pocos. Es como una refeudalización.

P. ¿Qué piensa de la revolución tecnológica que promete otorgar más poder a la gente y plantea otro tipo de economías?
R. Es un tema muy amplio. A finales de los setenta, cuando estudié la industria automovilística, vi los primeros robots entrando en fábricas. Pensamos que significaría muchísimo desempleo, y así ocurrió en EE UU y en Reino Unido, pero no en Alemania o Japón, donde se diversificaron los productos que necesitaban de una mano de obra muy sofisticada. Las industrias se expandieron a un ritmo tan fuerte que el efecto del ahorro de trabajo quedó anulado por el volumen.

P. ¿Y ahora?
R. Hoy tenemos un problema parecido con el auge de la inteligencia artificial, estas máquinas que pueden programarse a sí mismas e incluso crear otras. Esto ataca a la clase media, es decir, a la gente que ha trabajado duro en la escuela y en la universidad para tener un empleo. El  estadounidense  Randall Collins, por ejemplo, predice que para mediados de este siglo la inteligencia artificial habrá causado un nivel de desempleo de al menos un 50% entre la clase media en todas las sociedades.

P. Se ha mostrado muy crítico con el euro y habla de un cambio en la estructura monetaria. ¿Una vuelta a las monedas nacionales?
R. En esta vida no hay vuelta atrás, pero algún tipo de restauración de la soberanía monetaria en los países que están quedando atrás es inevitable. Debemos empezar a pensar seriamente en un sistema monetario de dos niveles. Es una elección entre cirugía sin anestesia o con algún sedante. Y si quieres hacer una vivisección en Grecia ves que no tienen suficiente poder para resistir y está a punto de convertirse en un país del Tercer Mundo.

P. Escribe que el capitalismo no va a desaparecer por decreto, nadie va a salir a anunciar su caída, y habla más bien de una mutación.
R. Mi hipótesis es que atravesaremos un largo periodo de transición, en el que no sabemos hacia dónde vamos. Es un mundo de incertidumbre, desorden, desorientación, en el que todo tipo de cosas pueden pasar en cualquier momento. Nadie sabe cómo salir del problema, solo vemos que crece. No se trata solo de las desigualdades y las finanzas haciendo cortes por todas partes, es que también afrontamos límites en términos de medio ambiente y políticas energéticas, así como el ataque de las periferias. Todo simultáneamente.

P. ¿La desaparición del comunismo le está buscando la ruina al capitalismo, que ya no tiene competencia?
R. Desde el siglo XIX existía la presunción de que el capitalismo era estabilizado por sus enemigos, que forzaban crisis transformativas. El capitalismo hoy es muy distinto del de entonces, pero lo que tienen en común es el maridaje de la promesa de progreso social con la interminable acumulación de capital capaz de crecer por sí mismo, sin límite. La unión de estas dos cosas, la promesa de progreso y la acumulación de capital en manos privadas, es la cuestión crítica: ¿cuánto puede durar? Podría decirse que la acumu­lación de más y más capital no puede ser descrita como progreso, toca un límite. Y si el dinamismo capitalista empieza a tocar techo, entonces llegamos a la crisis.

P. ¿Qué diría hoy  Max Weber?
R. Diría: “Karl y yo teníamos razón”. Si nos fijamos en los orígenes de la sociología y la teoría social, se consideraba que sus trabajos eran antagónicos, pero hoy parecen extremadamente similares.

http://economia.elpais.com/economia/2016/05/20/actualidad/1463743486_753066.html

sábado, 4 de junio de 2016

“La oposición intenta desestabilizar la democracia venezolana” El eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso cree que el Gobierno de Maduro está siendo escrupuloso con las garantías democráticas

A diferencia de sus socios electorales de Podemos, que han censurado los ataques del presidente venezolano Nicolás Maduro contra España, Izquierda Unida pone el foco en la oposición venezolana, a la que acusa de tratar de "desestabilizar la democracia venezolana". El eurodiputado de la federación de izquierdas Javier Couso asegura que Maduro no trata de obstaculizar su revocatorio, y defiende que el estado de excepción que ha decretado en el país es procedente. Cree que el Gobierno venezolano está siendo escrupuloso con las garantías democráticas.

Pregunta. ¿Qué reflexión hace Izquierda Unida de los últimos acontecimientos en Venezuela?
Respuesta. Siempre hemos mantenido una petición de normalidad multilateral en el marco del Estado de Derecho y de la Carta de Naciones Unidas, que taxativamente habla de la no injerencia en asuntos internos. No se ha informado bien sobre Venezuela. Hay que recordar algunos hitos: el golpe de 2002, apoyado, como dijo el exministro Moratinos, por personal del Gobierno de Aznar, el paro petrolero… La operación Jericó, sobre la que incluso Samper [Ernesto Samper, secretario general de la UNASUR] dio muestras de que había veracidad de intento golpista. Por lo tanto, pedimos que se llame a la calma y que no se intente desestabilizar, dentro del marco de la Constitución votada por todos los venezolanos, con la misma legitimidad que reconocieron en las urnas que las gobernaciones de [Henrique] Capriles o Leopoldo López, o la misma con la que se ha ganado en las últimas elecciones la Asamblea. El Gobierno de Maduro ha llamado varias veces a la negociación. Llamamos a una vía de entendimiento y de respeto a los poderes constitucionales de Venezuela.

P. ¿Da veracidad a la tesis de que hay un intento de golpe de Estado en Venezuela?
R. Está habiendo un desconocimiento por parte de la oposición de que hay diferentes poderes en Venezuela. Están desconociendo los contrapesos. En la Constitución venezolana hay cinco pilares, diferentes a los tres que tenemos en Europa, y se debe respetar la institucionalidad. Cuando hay poderes que intentan ponerse por encima de los otros podemos estamos hablando de no normalidad. Estamos hablando de una desestabilización democrática, por supuesto. Me gustaría que los medios de comunicación de mi país hicieran un poco de investigación. Porque es curioso, al igual que sucede en el Parlamento Europeo, con ocho recientes resoluciones acerca de Venezuela, más que en ningún otro país de la zona, no veo la misma intencionalidad en los medios para echar las culpas al Gobierno cuando, por ejemplo, el Gobierno mexicano de Calderón tiene 24.000 desaparecidos. No veo a los medios de comunicación españoles llamando al derrocamiento del Gobierno mexicano. Y exactamente igual con el golpe de Estado de Honduras. Ahora tenemos un golpe de Estado legal contra Dilma Roussef, estamos en un momento de tensionamiento. Nosotros queremos llamar a la calma.

P. ¿Pero hay un intento de golpe de Estado en Venezuela ahora mismo?
R. Hay un intento de no respetar la institucionalidad que marca la Constitución venezolana al intentar que el legislativo esté por encima de otros contrapoderes que son exactamente igual de legítimos, así que estamos hablando de una desestabilización democrática por supuesto. Por desgracia lo que está es desestabilizando una democracia con muchos problemas como tienen muchas otras. Estamos muy preocupados por si se pueden producir hechos golpistas, la llamada de Capriles [Henrique Capriles, líder opositor] al Ejército para elegir entre la Constitución o el presidente, que es un presidente constitucional, me parece una llamada que en nuestro país debería ser investigada por derrocamiento violento del poder democrático. Podemos estar ante delitos penales, y en Venezuela pasará lo mismo.

P. ¿La desestabilización democrática solo es responsabilidad de la oposición?
R. Absolutamente. El presidente Maduro está intentando negociar en el marco de figuras internacionales para negociar y llegar a acuerdos con la oposición. En 2002, con actores parecidos, la oposición venezolana participó en un golpe de Estado. Por lo tanto, no me fío de esta oposición.

P. ¿Debería Nicolás Maduro someterse al revocatorio?
R. El revocatorio tiene unas normas clarísimas en la Constitución, que tiene que desarrollar el poder electoral, y el poder electoral tiene que verificar las firmas. Ese millón y pico de firmas deben de ser verificadas, si se cumplen los plazos nadie puede negar que haya revocatorio. Lo que no puede haber es un revocatorio ad hoc que quiere la oposición.

P. ¿Maduro no trata de obstaculizarlo, de evitarlo?
R. No, obstaculizarlo es lo que hace la oposición, el poder electoral tiene que comprobar si esas firmas son veraces o no. Y tiene unos tiempos taxativamente marcados. Si tienen demasiada prisa, pues se tendrán que esperar.

P. ¿Es legítimo y procedente el estado de excepción decretado por Maduro?
R. Es legítimo porque el poder presidencial lo puede hacer, es exactamente igual que la ley de Amnistía, que era una ley que pretendía amnistiar delitos de utilización de menores, posesión de armas explosivos, utilización de medios violentos, tráfico de drogas, que el Tribunal Supremo no consideró legitima, otro de los poderes del Estado. Hollande [François Hollande, presidente francés] acaba de prorrogar el estado de alarma en Francia, está dentro del derecho, dentro de una situación en la cual se ha combinado una guerra económica... Porque la historia es memoria, y existió contra Allende [Salvador Allende, expresidente chileno]. Está en documentos desclasificados, no es paranoia, existen por desgracia este tipo de acciones desestabilizadoras, como existió el golpe de estado en 2002. Ante la combinación de eso con la sequía, con violencia paramilitar en la frontera, etcétera, está en la legitimidad de cualquier Gobierno dentro del marco de su Constitución.

P. ¿El Gobierno venezolano está siendo escrupuloso en el respeto de las garantías democráticas, entonces?
R. No tengo yo por qué juzgarlo. Ante una oposición que no acepta el poder constituido, y ante antecedentes de maniobras violentas… Que las dos fuerzas asuman su papel y se entiendan. La oposición no ha tenido nunca la intención de respetar las elecciones.

P. Está juzgando a la oposición, le pregunto también por lo que hace el Gobierno venezolano. ¿Es escrupuloso con el respeto a las garantías democráticas?
R. Hasta ahora, los poderes legítimos de Venezuela, como las atribuciones presidenciales que marca la Constitución pues sí, creo que ha sido adecuadas. Y sobre todo unidos al llamamiento al diálogo que no ha aceptado la oposición.

http://politica.elpais.com/politica/2016/05/18/actualidad/1463600853_839666.html

sábado, 30 de abril de 2016

Respuesta al exfiscal Carlos Jiménez Villarejo sobre Podemos

Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015

Antes de contestar las críticas a Podemos de Carlos Jiménez Villarejo me siento en la necesidad de hacer tres aclaraciones. Una es que le tengo gran estima, le considero un amigo y un gran catalán y español, que ha hecho muchísimo por Catalunya, mostrando la enorme corrupción del establishment político que ha gobernado Catalunya durante la mayoría de años desde el fin de la dictadura, con la excepción del periodo corto del tripartito.

Habiendo dicho esto, también tengo que subrayar que estoy en desacuerdo, no solo con los argumentos que está utilizando frente a Podemos, sino con la manera y con la forma en la que los expresa, así como en los fórums en donde los presenta. Un intelectual de izquierdas tiene que ser siempre cuidadoso de que sus críticas a las izquierdas no puedan ser utilizadas parar reforzar las derechas, tal como él está haciendo, sin lugar a dudas de una manera inconsciente. Pero lo está haciendo. No es de extrañar que medios claramente hostiles a las izquierdas en general y a Podemos en particular, como El País, le estén publicando entrevistas que refuerzan la sabiduría convencional del establishment político-mediático contra Podemos, el movimiento político al que quieren destruir.

La tercera clarificación que siento la necesidad de hacer es que no soy miembro de ningún partido político. Y aun cuando aconsejo a mis estudiantes a los dos lados del Atlántico Norte que militen en partidos, decidí a la vuelta del exilio, al reintegrarme en la vida académica y política del país, apoyar a todas las fuerzas progresistas que me pidieran ayuda. Y así lo he hecho. Asesoré a muchos gobiernos del PSOE, ayudé a gobiernos municipales de IU, y en Catalunya he asesorado prácticamente a todos los partidos y movimientos progresistas. Y ha sido un placer para mí asesorar al movimiento-partido Podemos que considero una de las mayores esperanzas para el cambio que este país necesita. De ahí que sienta la necesidad de defender a Podemos frente a ataques injustos como los que Villarejo hace en sus frecuentes declaraciones recientes, pues, a pesar de los errores y debilidades de Podemos (que son menos de los que se magnifican en los medios), Podemos es hoy la mayor fuerza transformadora a nivel de España, junto con otros partidos – como En Comú Podem, En Marea, Compromís– con los cuales se ha aliado en un proyecto común, y con otros con los que también debería aliarse, como IU. Ni que decir tiene que las opiniones que expreso son las mías, pues tal partido Podemos tiene mejores portavoces y más elocuentes que yo en su defensa. Paso ahora a analizar los argumentos, tal como Villarejo los ha ido presentando.

Critica nº 1. El hecho de que Podemos no apoye la coalición PSOE-Ciudadanos significa que es responsable de la continuación del gobierno Rajoy

Este argumento ha sido empleado miles de veces por el PSOE, por Ciudadanos y por El País (que sistemáticamente apoya a Ciudadanos), entre muchos otros. Pero tal supuesto asume erróneamente que la coalición PSOE-Ciudadanos es la única posible. Y ello no es cierto. Siempre ha habido otra alternativa que sería mucho más transformadora que la alternativa que todos ellos apoyan, y es que se formara un gobierno de coalición de las izquierdas –PSOE, Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís e IU– con el apoyo del PNV, y sin el apoyo pero con la abstención de ERC y Convergència (he detallado en otro artículo cómo ello podría ocurrir; ver “En defensa de Podemos: sí hay alternativas”, Público, 08.03.16). Esta alternativa nunca ha sido considerada en serio por el PSOE. La evidencia de que ello ha sido así es abrumadora. No se puede ignorar u ocultar este hecho.

Las razones por las cuales no se ha considerado esta alternativa son varias. Pero la más importante es el hecho de que la dirección del PSOE, y sobre todo de su equipo económico, está estancada en la cultura liberal y en las políticas neoliberales que la mayoría de la socialdemocracia en Europa ha hecho suyas, estancamiento que se debe al maridaje y a la complicidad de la dirección del PSOE con el establishment financiero y económico del país. Y esto no es un mero eslogan izquierdista. Es una realidad ampliamente documentada. Y sus políticas económicas, así como el equipo económico que las configuró, son un ejemplo de ello.

Mi área de trabajo son las políticas públicas, que es un área de conocimiento que mezcla macroeconomía, economía política y ciencias políticas, y sé de lo que hablo. La reacción del gobierno Zapatero frente a la crisis de 2008 fue una respuesta neoliberal de libro de texto, lo cual podía predecirse analizando su equipo económico. He escrito extensamente sobre ello. Y el PSOE nunca ha hecho una autocrítica sobre la aplicación de sus políticas neoliberales, tanto de su reforma laboral (que inició el descenso salarial y el debilitamiento de los sindicatos, con el notable deterioro del mercado de trabajo) como de sus recortes de gasto público social, políticas públicas que fueron continuadas y expandidas por el PP. Hoy su equipo económico está dirigido por un economista que en su día estaba en contra de subir los impuestos y el gasto público (ver mi artículo “El fracaso del socialismo liberal”, Público, 23.08.13), en uno de los países que tiene uno de los gastos públicos per cápita más bajos de la UE-15 (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo al español).

Este equipo económico del PSOE es mucho más próximo al equipo económico de Ciudadanos (cuyo dirigente es el economista, también neoliberal, Luis Garicano, uno de los fundadores del blog de Nada es gratis -financiado durante mucho tiempo por el IBEX-35-, y que ha apoyado la reforma laboral sumamente regresiva del Partido Popular) que al equipo económico de Podemos.

La alianza PSOE-Ciudadanos no permitiría el cambio que el país necesita
El hecho de que el equipo económico del PSOE esté estancado en el pensamiento neoliberal explica que desde el principio y después del 20D, el PSOE escogiera la alianza con Ciudadanos en detrimento de Podemos, poniendo a este último partido en una situación subalterna y de apéndice del pacto PSOE-Ciudadanos. Decir ahora que no ha habido una alternativa al gobierno de Rajoy por culpa de Podemos es injusto e insostenible. La alianza del PSOE con Ciudadanos es coherente con la experiencia del PSOE en su respuesta a la crisis. Hoy el tema clave en España y en Europa es si se continúan las políticas de austeridad, de recortes y de bajadas de salarios, o no. Lo peligroso de Rajoy han sido sus políticas, que, en su esencia, se continuarían con la alianza PSOE-Ciudadanos.

Villarejo y el manifiesto Es posible y necesario un gobierno del cambio (promovido primordialmente por círculos afines al PSOE) detallan correctamente la enorme crisis social que España está viviendo, pero por lo visto no son conscientes de que este deterioro se debe precisamente a las políticas neoliberales que el PSOE inició, que el PP expandió con el aplauso de Ciudadanos, y que ahora no variarán con la alianza PSOE-Ciudadanos. Lo que se necesita es un cambio de políticas públicas, revirtiendo las actuales. Pero ello requiere que el PSOE hubiera, desde el principio, explorado una alianza con Podemos, y no con Ciudadanos. Aliarse con este partido, de clara tendencia neoliberal, para luego pedir el apoyo de Podemos (que es lo que ha ocurrido) es incluso ofensivo para este último partido. Y es lógico que Podemos no quiera aceptarlo. El pacto PSOE-Ciudadanos ya limita las posibilidades de cambio, por mucho que Podemos cediera (que, por cierto, ha cedido en áreas muy importantes, como el estímulo económico). La única alternativa es que el PSOE hubiera indicado sus interés sincero por aliarse con Podemos primero, lo cual nunca hizo.

Crítica nº 2. Pablo Iglesias es responsable del no acuerdo con el PSOE por su insulto a Felipe González y Cía.
Creerse que el PSOE quería explorar seriamente la posibilidad de aliarse con Podemos, pero que no lo hizo porque Pablo Iglesias tomó una actitud ofensiva hacia el PSOE, es ignorar no solo lo dicho anteriormente, sino también la enorme avalancha hostil hacia Podemos por parte del PSOE. ¿Qué no se acuerdan de los insultos de Felipe González, entre otros, presentando a Podemos como “un satélite de Venezuela, controlado por un gobierno que es peor que el de Pinochet”? La lista de insultos era y es enorme. El País, en cuyas páginas Villarejo hace las acusaciones, había descrito en un editorial reciente el programa de Podemos como un panfleto utópico e irrelevante, definiendo además a sus aliados, como es el caso de “En Comú Podem”, como partidos independentistas ansiosos por separarse de España, y presentando el “referéndum” como un referéndum separatista. Es difícil encontrar tanto sectarismo.

El referéndum es en realidad el mejor instrumento para resolver el tema secesionista. Miren lo que está pasando en el País Vasco, donde Podemos, que no es secesionista pero defiende el referéndum, (como también ocurre en Catalunya), se ha convertido también allí en el primer partido del país en votos, por encima de los secesionistas. Los que se oponen al derecho a decidir no parecen darse cuenta que el derecho a decidir es, por definición, el derecho a escoger, y una alternativa, entre otras, es la secesión, pero no la única. La negativa a la probabilidad de hacer un referéndum es precisamente lo que está llevando al deseo de independencia. Y en cuanto al programa económico, voces más creíbles y neutrales que El País lo han definido como lo que España necesita (ver mi artículo “El director asociado del ‘Financial Times’ apoya las políticas económicas de Podemos”, Público, 25.11.14). Por cierto, el argumento de que el PSOE no respondió positivamente a Podemos por considerarse ofendido con las referencias de Pablo Iglesias al pasado de Felipe González no es creíble, vista la experiencia de la dirección del PSOE cuando Zapatero gobernaba, que no tuvo ningún inconveniente en sentarse con Rajoy, para nada menos que cambiar la Constitución para garantizar los intereses del capital financiero, y ello a pesar de que el PP había acusado al PSOE de “traicionar a las víctimas del terrorismo”. El PSOE ofrece una sensibilidad muy variable y una capacidad de ser ofendido muy diferente según los intereses que defiende.

¿Por qué Villarejo y otros no consideran posible la alternativa de izquierdas?
Un punto clave para que se establezca una alternativa de izquierdas es desarrollar otra visión de España distinta a la del nacionalismo españolista (utilizo esta expresión sin ningún tono peyorativo, para diferenciarlo, por ejemplo, del nacionalismo catalanista). Ni el PSOE ni Ciudadanos ni Villarejo quieren modificar su visión de España. Villarejo se ha opuesto siempre al derecho a decidir bajo argumentos constitucionalistas. Esta fue la causa de que dejara ICV. Y esta es una de las causas de que deje ahora Podemos. No se distanció de Podemos antes porque la postura de Podemos ha ido evolucionando y es ahora clara y sin ambivalencias a favor del derecho a decidir, lo cual sobrepasa el nivel de tolerancia de los nacionalistas españolistas. Hoy la visión de España de Podemos es claramente la de la España plurinacional (en lugar de una España uninacional), la misma versión, por cierto, que las izquierdas habían tenido durante la lucha en contra de la dictadura. El PSOE se ha olvidado que había pedido el derecho a decidir durante la resistencia en contra de la dictadura. De ahí que yo respete pero no comparta la visión de Villarejo sobre España ni tampoco sobre la Constitución.

Crítica nº 3. La Constitución no permite los cambios sugeridos y propuestos por Podemos
La importancia de este argumento depende de la visión que se tenga de la Transición y del proceso que creó tal documento. No estoy de acuerdo con la versión idealizada de la Transición (ni tampoco de la Constitución), que presenta tal proceso como resultado de un consenso entre los herederos de los vencedores y los herederos de los vencidos de la Guerra Civil, que debería replicarse de nuevo ahora. Se olvida que ese supuesto consenso no era entre iguales, puesto que los herederos de los vencedores lo tenían casi todo (incluyendo el control de los aparatos del Estado y de la mayoría de los medios de información y persuasión), mientras que los herederos de los vencidos salían de la cárcel o de la clandestinidad, o volvían del exilio. No podía haber mayor desequilibrio de fuerzas. Y la Constitución reflejó este desequilibrio.

La visión de España en la Constitución es primordialmente la visión de los vencedores de la Guerra Civil. Y ello fue consecuencia de una serie de renuncias de las izquierdas. Y, por si fuera poco, la lectura de tal Constitución la controla el aparato constitucional y jurídico heredado de la dictadura, que ha dado múltiples muestras del sesgo de su lectura de las leyes, entre las cuales está la Constitución. No fue casualidad que el desencanto con el Estado español en Catalunya se acentuara cuando el Tribunal Constitucional vetó elementos importantes que habían sido aprobados por la población catalana en referéndum.

Y aunque mucho se ha hecho para corregir los enormes déficits sociales y democráticos del Estado español, el hecho es que España, tras casi cuarenta años en democracia, tiene una de las democracias más limitadas en la UE-15 y tiene también uno de los gastos públicos sociales per cápita más bajos de la UE-15, síntoma del enorme poder que las derechas han tenido y continúan teniendo sobre el Estado español. En realidad un porcentaje elevado de catalanes votaron a favor de la secesión no porque fueran independentistas (que no lo son), sino porque no se identificaban con el Estado español, situación que es probable que aumente, en la medida que los partidos mayoritarios y gobernantes en España sean partidos que gocen de un apoyo muy minoritario en Catalunya. La única medida preventiva de que tal sentimiento secesionista no continúe extendiéndose es que gobiernen en España fuerzas políticas que gocen de un amplio apoyo en Catalunya (y en lo que definen en la capital del Reino como “la periferia”).

Me parece obvio que España necesita otra transición, resultado de otro contexto político, con una correlación de fuerzas distinta y más equilibrada que la que tuvo lugar en la primera transición. Considerar el pacto PSOE-Ciudadanos como el eje impulsor del cambio, cuando ambos partidos se oponen al cambio social (con una ruptura con las políticas neoliberales) y nacional (con su oposición a la España plurinacional), es un profundo error de proporciones históricas. La única solución habría sido que el PSOE hubiera dado prioridad a desarrollar una alianza con las izquierdas auténticamente transformadoras. Aliarse con Ciudadanos va precisamente en sentido opuesto al que debería haberse tomado en caso de que el PSOE hubiera tenido una vocación transformadora.

Crítica nº 4. En España se necesita un compromiso histórico a la italiana, que quiere decir aliarse con todas las fuerzas democráticas, incluyendo las derechas
Villarejo critica a Podemos por no ser capaz de alianzas transversales, tal como ocurrió en la Transición, y en el Compromiso Histórico Italiano. Ya he indicado que la alianza que nos trajo la Transición fue fruto de un enorme desequilibrio de fuerzas. Decir esto no es proponer que no se hicieran tales alianzas, pues probablemente no había otra alternativa. Pero las fuerzas progresistas tienen que darse cuenta de que pagaron un coste elevado debido a su debilidad, que deberían corregir cuando adquirieran mayor poder.

Por otra parte viví de cerca el Compromiso Histórico en Italia, pues viví la experiencia chilena de primera mano cuando asesoré al gobierno de la Unidad Popular en Chile, que tuvo un impacto enorme en el Partido Comunista Italiano (PCI) y en la dirección de tal partido, en la cual conocí a su Secretario General, Enrico Berlinguer, a través de su hermano Giovanni, que también estuvo en la dirección del PCI y que era (hasta hace unos meses, cuando murió) uno de mis mejores amigos en Europa. Pude, por lo tanto, seguir de cerca las reflexiones de aquel partido en aquel momento histórico, resultado de la concienciación de que una política auténticamente transformadora requiere el apoyo de una gran mayoría, basada en amplias alianzas. Pero de ahí no se deriva que Podemos debería aliarse con Ciudadanos y con el PSOE en las condiciones impuestas por tal dúo, como Villarejo y otros asumen. El contexto italiano era entonces muy diferente al español ahora. La alianza del PCI con la Democracia Cristiana era para defender al Estado democrático frente a sus enemigos internos que querían destruirlo. No así en España (por mucho que las derechas así intenten presentarlo). En España la dicotomía no es tener un Estado democrático o tener una dictadura, sino la continuación o no de las políticas neoliberales que están dañando enormemente a las clases populares, bajo la excusa de defender la “unidad de España”, que es, ni más ni menos, que la defensa de la España radial y uninacional, que niega su plurinacionalidad. Aliarse con aquellos que son responsables de la continuación de tales políticas es perpetuar una situación que cierra por muchas generaciones la posibilidad del cambio. Y hacerlo cuando además hay una posible alternativa auténticamente reformadora es también un error de proporciones históricas. Es el PSOE el que, al escoger a Ciudadanos, condenó al país a continuar este desastre, facilitando a la vez la ruptura de España. Si no se lo creen, esperen y lo verán.

Crítica nº 5. Podemos está demostrando que le interesa más el poder que las necesidades de los ciudadanos
Encuentro esta acusación no solo injusta, sino de “bajo fondo”. De nuevo, esto es de lo que el establishment político-mediático está acusando a Podemos con el fin de desacreditarlo, atribuyendo sus demandas de participar en el gobierno a un deseo de poder personal para ocupar sillones y privilegios. Es comprensible que el establishment político conservador y liberal tenga esta percepción de Podemos, pues, como dice el refranero popular, “cree el ladrón que todos son de su condición”. Pero la petición de la dirección de Podemos era para subrayar que su objetivo era desarrollar un gobierno de coalición, un gobierno entre casi iguales, señalando las áreas de responsabilidad dentro del gobierno para cada partido. No lo veo como un acto de interés personal en busca de privilegios, sino como un compromiso para asegurarse que lo que el PSOE prometiera se realizara. La falta de credibilidad del PSOE es bien notoria. Léanse los programas electorales del PSOE y verán los grandes vacíos e incumplimientos. Desde hace ya muchas elecciones el programa del PSOE se comprometió en gravar las rentas del capital de la misma manera que las del trabajo, lo cual nunca ha ocurrido. Y así otras muchas medidas.

No veo, repito, en el equipo de dirección de Podemos un deseo de adquirir privilegios en el mando. En realidad, su atractivo ha sido precisamente el de mostrar la función política como un servicio al público, sin privilegios. Pero lo que veo más sorprendente es que esta acusación la haga Villarejo, la persona que conoce al equipo de dirección de Podemos desde casi el principio. Si, en realidad, cree que tales personajes están ahí para conseguir beneficios personales, ¿cómo es que no lo notó y denunció antes? El oportunismo político es algo que puede detectarse fácilmente. ¿Por qué no lo detectó antes? Es extraño que lo haga ahora, lo cual hace dudar de que se lo crea. Yo, por mi parte, creo conocer bien al equipo de dirección de Podemos y no coincido con esta visión. En realidad, aplaudo el enorme sacrificio de la mayoría de sus dirigentes, ya que han recibido la mayor hostilidad que cualquier fuerza política haya recibido en España. He vivido en muchos países y en ninguno he visto tanta hostilidad hacia un partido político como contra Podemos en España. Es ahí donde Villarejo pierde credibilidad. Como también ocurre cuando condena a Pablo Iglesias por dar su bienvenida a Otegui, declarando que para él (Villarejo) su libertad no fue motivo de “orgullo”, asumiendo erróneamente que sí lo fue para Pablo Iglesias. Este, sin embargo, nunca dijo nada semejante. Lo que dijo, y yo aplaudo, fue que era bueno para la solución del problema vasco tener libre a una voz que está en contra de la continuación de la vía armada.

Una última observación
Esta defensa de Podemos no quiere decir que no haya críticas que puedan y deban hacerse. Y una de ellas es su relación con IU, que es francamente mejorable. Podemos no puede permitir que un millón de votos progresistas se transforme en solo dos votos en el Parlamento. Esto debilita al proyecto transformador, y debe resolverse. Debe establecerse una alianza respetando la identidad institucional de IU, como ha ocurrido en Catalunya con Esquerra Unida i Alternativa. Pero esta resolución depende no solo de Podemos, sino también de IU. Y ahí también soy optimista, y creo que ocurrirá. Y así termino. Espero que estas notas críticas con mi amigo Villarejo no afecten a nuestra amistad. Por mi parte no hay peligro, pues mi estima es enorme e impermeable a los desacuerdos. Pero estos deben expresarse abiertamente con la estima y el respeto que se debe a los amigos y compañeros de luchas y proyectos. Espero que así lo haya yo hecho.

jueves, 18 de febrero de 2016

Consolidando el poder. David Harvey, entrevista.

El colectivo AK Malabocas conversa con el profesor David Harvey para discutir las transformaciones actuales en torno al modo de acumulación capitalista, la centralidad del territorio urbano en las luchas de clase contemporáneas o las implicaciones que tiene todo esto en las organizaciones anti-capitalistas.


AK Malabocas: En los últimos cuarenta años ha cambiado globalmente el modo de acumulación del capital. ¿Qué significan estos cambios para la lucha contra el capitalismo?

David Harvey: Desde una perspectiva general, cualquier forma de producción tiende a generar un tipo de oposición muy característica, y se trata de un curioso reflejo de ella misma. Si miras las décadas de los sesenta o setenta, cuando el capital se organizaba en forma de grandes corporaciones jerárquicas, verás que había estructuras opuestas que eran corporativistas, sindicalistas pero que tenían también algo de aparato político. En otras palabras, el sistema “fordista” generó una oposición “fordista”.

Con el colapso de este tipo de organización industrial, particularmente en los países capitalistas desarrollados, surgió una configuración del capital mucho más descentralizada: más fluido en el espacio y el tiempo de lo que habíamos previsto en un principio. Así, vimos ya en ese momento la emergencia de una oposición que se basa en la interconexión y la descentralización, y a la que no le gusta la jerarquización y las formas previas de oposición fordista. Y de una manera casi graciosa, la izquierda se reorganizó de la misma forma en la que lo hace la acumulación del capital. Por lo que si entendemos que la izquierda es una imagen reflejo de lo que estamos criticando, quizá entonces entenderemos que lo que debemos hacer es romper ese espejo y salir de esta relación simbiótica que establecemos precisamente con lo que estamos criticando.

En la época del fordismo, la fábrica era el principal ámbito de resistencia. ¿Dónde lo podemos encontrar ahora que el capital se ha movido fuera de la fábrica hacia el terreno urbano?

Antes que nada, hay que decir que la forma-fábrica no ha desaparecido. Hay fábricas en Bangladesh, o en China. Lo que es interesante es cómo el modo de producción ha cambiado en el centro de las ciudades. El sector de la logística, por ejemplo, ha experimentado una expansión importantísima: UPS, DHL y todas las mensajerías y transportistas están produciendo enormes beneficios a día de hoy.

En este sentido, en las últimas décadas ha habido un gran cambio en el sector de los servicios: las empresas que más trabajo daban en Estados Unidos durante los años setenta eran General Motors, Ford y US... seguir leyendo aquí.

Fuente original: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/consolidando-el-poder/
https://docs.google.com/document/d/1JNwWhIh-pF8J68IaN-skRro0VSce6692-dmrw5_y86o/edit?usp=sharing

jueves, 11 de febrero de 2016

El MDeE25 (DiEM25) ya está en el aire: preguntas y respuestas preliminares

El Movimiento Democracia en Europa 25 (MDeE25, DiEM25, Democracy in Europe Movement 25) ya está, desde luego, en el aire. Nuestra página digital (www.diem25.org) ha hecho su primera aparición en las ondas, lo mismo que nuestras páginas de Facebook y Twitter (@diem_25).

El Manifiesto del MDeE25 aparecerá en los próximos días y nuestras páginas digitales ‘madurarán’ hasta convertirse en sitios digitales en toda regla para la fecha de nuestro lanzamiento el 9 de febrero. A la espera del acto de esa noche en el Teatro Volksbühne, he aquí algunas preguntas y respuestas, contestación de algunas de las cuestiones que hemos ido recibiendo de toda Europa.

¿Qué personalidades participarán en el lanzamiento del MDeE en Berlín el 9 de febrero?
La razón por la que el MDeE se contempló como movimiento, más que como partido, centro de expertos, organismo, etc. es que representa una auténtica llamada a los demócratas europeos para que se sumen y configuren su relato, estructura, programa, orden del día sobre la base de un conjunto comúnmente acordado de principios que se resumen en un manifiesto de pronta publicación. En este sentido, lo que importa no es qué personalidades comparezcan en el estrado durante su lanzamiento sino, antes bien, quienes se sumaran al MDeE en los días, semanas y meses por venir.

¿Qué tipo de acción política adoptará el MDeE? ¿Participará el MDeE en elecciones?
El MDeE se propone proporcionar el marco, la infraestructura necesaria para que los demócratas europeos preocupados puedan disponer del diálogo paneuropeo que, Europa, de modo trágico se ha denegado a sí mismo antes y después de que la sumergieran sus diversas crisis. El propósito de este diálogo, que el MDeE hará posible y promoverá estriba en desarrollar un consenso paneuropeo sobre cómo encarar los graves problemas y crisis que afligen a Europa en su conjunto. Una vez que surja este consenso, por intermedio del MDeE, no nos cabe duda de que buscará formas de expresarse, electoralmente incluso, en los estados miembros de Europa a escala local, regional y nacional, y con el tiempo también en las elecciones al Parlamento Europeo.

¿Cuáles son los principios básicos del MDeE?
El manifiesto del MDeE se hará público en pocos días, desde luego antes del lanzamiento el 9 de febrero. Estén atentos a este espacio y, sobre todo, a http://www.diem25.org

Considerando esa ‘resistencia’ a las actuales medidas políticas de la UE fracasadas el pasado año en Grecia, ¿por qué cree usted que el enfoque del MDeE tendrá éxito a escala paneuropea? Anteriores intentos federalistas han fracasado. ¿Por qué va a tener éxito este?

Lo cierto es que, ciertamente, 2015 nos ha enseñado una lección importante: ninguna solución a las cuestiones graves, ninguna acción eficaz de lucha contra la crisis puede surgir de estados nacionales o de organismos políticos que se dirigen a los ciudadanos de un solo país. O tenemos éxito en el desarrollo de un plan de acción paneuropeo basado en un diálogo transfronterizo o se desintegrará la Unión Europea. Sí, es verdad: anteriores proyectos federalistas han fracasado gravemente. Pero se trataba de intentos elitistas, de arriba abajo, basados en centros de expertos que no tenían oportunidad alguna de tocar a la gente que se esfuerza por llegar a fin de mes y recuperar el control de su vida.

El MDeE se propone levantar un movimiento de base, basado en el despertar de millones de europeos a la idea de que ningún país puede prosperar si otras partes de Europa se ven condenadas a una permanente depresión y una perpetua crisis; que ningún país puede ser libre mientras a otra gente europea se le niegan derechos democráticos básicos; que los problemas comunes demandan soluciones comunes. La fortaleza del MDeE consistirá en que millones de europeos se den cuenta de que tienen el deber de transcender el aterrador dilema entre la zona libre de democracia con base en Bruselas y la fragmentación de Europa. Una vez que se comprenda plenamente que ni el statu quo ni una vuelta a los estados nacionales suponen soluciones viables, la visión del MDeE irá ganando terreno.

El MDeE parece ir contracorriente. En un momento en el que se levantan (otra vez) nuevos muros y fronteras, el MDeE parece argumentar a favor de deshacerse de fronteras y líneas divisorias. ¿De dónde saca el MDeE la confianza de que esto es realista?

Precisamente de esto es de lo que va el MDeE: de ir contra la corriente del actual proceso de renacionalización de la ambición, de la fragmentación, de la construcción de nuevos muros físicos y mentales. Nuestra creencia en la capacidad del humanismo europeo para silenciar las sirenas de la discordia, la desunión y la intolerancia son la fuente del optimismo requerido: la fuerza impulsora del MDeE. 

http://www.sinpermiso.info/textos/el-mdee25-diem25-ya-esta-en-el-aire-preguntas-y-resp uestas-preliminares

martes, 9 de febrero de 2016

Ángel Cappa: “A la derecha no le quites ni un solo euro porque te cortan la cabeza”

Ángel Cappa, uno de los deportistas más significados políticamente y de discurso profundo. Convivió con Maradona, Valdano y Raúl

Un bigote ya bastante canoso anuncia el rostro de Ángel Cappa (Bahía Blanca, Argentina, 1946), uno de los deportistas más significados políticamente y de discurso profundo, rompedor en un universo opaco hoy en día. Exfutbolista y con una carrera de entrenador que le llevó de la Argentina y el Barça de Menotti y Maradona al Madrid de la natividad de Raúl de la mano de su inseparable Valdano. Llegamos a una cafetería con aires parisinos cerca del Santiago Bernabéu y a mano derecha se encuentra, de espaldas a la ventana y con la cabeza gacha, concentrado leyendo un libro que le tiene absorbido, Espectros del capitalismo, de Arundhati Roy. "Cuando estaba en el fútbol había días que no era capaz de pasar de una página", confiesa el argentino, también escritor. Cuando se marcha, una señora pregunta quién era y casi se queda chafada.
"Pensaba que era un actor, con ese acento...".
-¿Cómo fue su infancia? ¿Cómo y dónde creció?
Nací en un barrio de Bahía Blanca que se llama Villa Mitre. Mi infancia la recuerdo extraordinariamente divertida, maravillosamente entretenida. Me llenó de alegría, alrededor de una pelota. Jugábamos todo el tiempo, y en el colegio también. Nuestras madres nos almidonaban el guardapolvo [un delantal que les ponían para ir al colegio, blanco, mas o menos como los médicos] el lunes y en el primer recreo se terminaba el almidón. Me acuerdo que hicieron un equipo en el barrio de baby fútbol y todo el barrio estaba detrás de él. Íbamos a jugar y cuando volvíamos, hacíamos una fiesta en casa de algún vecino. Eso me hizo entender que el fútbol es alegría y es una fiesta.

-¿Qué tipo de barrio era?
Era popular. Era pobre, pero en esa época en Argentina era la época del peronismo. Más allá de los cuestionamientos que se le puedan hacer al peronismo, lo cierto es que se tenía para comer y la posibilidad de hacerse una casa. Entonces, era un barrio pobre pero no se pasaban necesidades como ahora.

-Como futbolista, comienza en el Villa Mitre.
La emoción más grande mi vida futbolística fue el día que debuté en la sexta división con Villa Mitre, porque en ese momento, como el fútbol es un deporte lo practica todo el mundo sobre todo en los barrios pobres, que te eligieran en Villa Mitre era una alegría y un prestigio enorme. Después he recibido muchas emociones, pero como la primera vez que me puse esa camiseta, ninguna. Yo tenía once años, jugamos en un pueblo de al lado. Tenía gripe y no le dije nada a nadie. Tengo aún la foto guardada de aquel día. Después, en primera división fue también un debut enorme, porque toda mi ambición era jugar en la primera de Villa Mitre. Todo lo demás fue agregado.

Después me llamó Olimpo, de lo cual me arrepiento. Me pagaban, al contrario que en Villa Mitre, y me dieron un departamento [casa]. Olimpo era el enemigo máximo. Villa Mitre era la representación de los barrios y Olimpo, de la gente del centro, de los poderosos. Eso es una traición que todavía no he podido superar [dice con media sonrisa]. Tengo una anécdota que es muy graciosa. Cuando yo aún vivía con mis padres, mi papá decidió pintar la casa. El pintor me conocía a mí, porque era del barrio y había seguido toda mi trayectoria. Era tartamudo y me llamaba negrito. Tomábamos mate y solíamos hablar de fútbol. Pero la semana que me enfrenté a Villa Mitre con Olimpo no hablamos nada. Cuando salimos a la cancha a jugar, escucho: “La-la pu-pu ta que te pa-pa rió” [risas]. Era este, y al otro día me vino a saludar a casa como si nada: “¿Qué haces negrito?”.

-Todavía vive en Argentina cuando el golpe de Videla.
Ahí yo ya estaba militando en un grupo que se llamaba Peronismo de base, que era una izquierda del peronismo. El golpe estaba, digamos, más o menos previsto, porque ya el Gobierno de María Estela Martínez de Perón era un gobierno absolutamente degradado, represor y entregado, más que a los militares, a las fuerzas civiles que querían imponer un sistema económico. Por eso llamaron a los militares. Lo que no estaba previsto era la ferocidad del golpe. Muchos compañeros míos fueron encarcelados y otros asesinados. Yo tuve suerte de poder salir de allí, junto con otro compañero.

-¿Qué supuso para usted el golpe?
El alejamiento involuntario de mis raíces, de mis afectos, que todavía no he podido superar. A pesar de que tengo hijos españoles y una abuela española. Me siento como en mi casa, pero aquello… Una cosa es que vos te vayas voluntariamente y otra cosa es que te tengas que ir de un día para el otro. Y eso es muy difícil de superar, por lo menos para mí. Eso… [hace una pausa de varios segundos] eso no se puede perdonar porque han hecho sufrir a muchísima gente. Han torturado, han asesinado.

Pero no eran cuatro militares locos; respondían a un proyecto económico: el neoliberalismo, que empezaba en esos años setenta, y que barrió con todo. Lo que dice Naomi Klein, la doctrina del shock para imponer todo por la fuerza. Yo le tengo más odio a todos los civiles que generaron el golpe que a los militares. Los militares son unos pobres mamarrachos que muchos de ellos, encima, se creyeron que eran patriotas. Era un proyecto económico como el de ahora de Macri, que tiene la complicidad de los principales medios de comunicación de todo el mundo.

-Aquella dictadura económica es un poco lo que está sucediendo ahora, pero con otro tipo de violencia. Sí, sí, por supuesto. Ha habido una década de gobiernos que se quisieron zafar del imperio norteamericano y de las garras de las grandes empresas, y ahora está retrocediendo. Macri es uno de los abanderados. Es curioso como los medios manejaban más o menos los mismos argumentos, lo cual indica que es una campaña, cuando criticaban a Cristina de Kirchner porque había gobernado con algunos decretos. Bueno, pues hizo trece en dos mandatos y este hombre en quince días ha hecho cincuenta y, sin embargo, no tiene ninguna crítica.

-¿Cómo le ha ido a Argentina en los últimos años con los Kirchner?
Bueno, ha habido cosas buenas y cosas malas. Las buenas fueron la distribución de la riqueza a favor de los altos precios de las materias de exportación. Lo malo es que no modificó la estructura de producción y por lo tanto el capitalismo se rehízo. Y cuando los precios bajaron, no había más que distribuir y el sistema seguía siendo el mismo. Pero, por ejemplo, la gente pobre tenía subsidio para la electricidad, en las casas pagaban una miseria. Ahora, Macri inmediatamente ha subido un 300% las tarifas. Entonces comienza lo que sucedió aquí [en España]: el capital recauda dinero del resto de la gente, empobreciéndola.

-¿No hubo corrupción con los Kirchner?
Seguramente ocurrió, pero España está incapacitada para hablar de corrupción, porque tú en tu casa abres un armario y se caen cuatro corruptos. Pero hay que aclarar una cosa: los políticos son corruptos, pero ¿quién los corrompe? No aparecen tanto los corruptores, que son los grandes empresarios. Es el sistema el que está corrompido.

-¿Cómo afectó el golpe de Videla al fútbol?
No tuvo ninguna repercusión especial, salvo algunos jugadores que conozco que fueron asesinados por haber militado, o encarcelados. Era el negocio el que estaba y está corrompiendo el fútbol, no la dictadura. La dictadura se aprovecha del deporte, pero también la democracia.

-¿Cómo es posible que habiendo una dictadura en Argentina la FIFA celebrara allí el Mundial de 1978?
La FIFA es una entidad mafiosa. Ha quedado en evidencia, no es una frase hecha. Por tanto, le tiene sin cuidado la dictadura. Sólo le interesa lo que le interesa al sistema: el dinero. El sistema cuestiona a Venezuela, pero no a Marruecos, a Colombia o Arabia Saudí. ¿Por qué? Porque lo único que le interesa es el dinero y Venezuela le está impidiendo sacar el dinero escandaloso que sacaban antes. Si mañana Maduro viene y abre la puerta del negocio, se terminó, inmediatamente todos somos amigos. Es verdad que Chávez y Maduro no son iguales, y las críticas son necesarias, pero quienes critican no lo hacen por eso. Como dijo una vez Anguita, no sé si hablando de Cuba o de Venezuela: “Primero quiero aclarar que estoy en la misma trinchera, y ahora voy a hacer las críticas”.

Un tiempo después del golpe de Videla se exilia en España. ¿Cómo era en los estertores del franquismo?
Yo llegué en un momento de una gran esperanza e ilusión. Por eso me duele tanto la traición escandalosa de Felipe González, de Alfonso Guerra y de toda esa gente a tanta gente honesta que había combatido para traer la democracia a España. Uno creía que estaba en el comienzo de la construcción de una nueva España y eso era alentador y contagioso. Para colmo, se veía a González y todo el PSOE cantando La Internacional con el puño en alto. Y todo eso era muy emocionante. Mi mujer y yo teníamos una amiga que combatió contra el franquismo, Isabel Ríos, que ya falleció. A su marido lo fusilaron y a ella, condenada a muerte también, finalmente la liberaron con la obligación de irse de España. En el ochenta y pico, ya con el PSOE instalado, me dijo algo sobre Felipe que no me animo a repetir. Con una pena muy grande, y yo no puedo olvidarme de eso. Entonces, a Felipe ya se le había puesto la cara de un señor con patillas blancas, y ya no era la chaqueta de pana sino el traje. Ya era otra cosa.

-¿Qué fue la Transición española? ¿Hubo vencedores y vencidos?
Creo que hay que respetarla. La gente hizo lo que pudo. El movimiento obrero y el de izquierdas tuvieron que entregar todas sus reivindicaciones, pero era un momento muy duro; hay que estar ahí. La derecha económica impuso su criterio: “Aquí estamos nosotros y seguimos ganando dinero, y ahora ustedes hagan lo que quieran. Reivindiquen cosas importantes pero complementarias”. Eso permitió al capitalismo rearmarse y acomodarse a una nueva época, pero me parece que no cabía otra posibilidad. Yo lo viví y fue un paso adelante necesario. Lo que sucede es que ahora, cuarenta años después, hay que dar otro paso adelante.

Esa democracia ya no es suficiente, la gente joven necesita una democracia real, participativa. Y la derecha y el capital se niegan a ello, naturalmente. Vos fijáte en esta crisis como las grandes empresas y los ricos aumentaron su riqueza. Lo que yo aprendí en todo este tiempo en Argentina y acá es que por un euro, no por miles, te cortan la mano y la cabeza ¡Por un euro! La derecha, salvo una reaccionaria, puede admitir los matrimonios homosexuales. Ahora, no les quites un euro porque te matan. Y te matan de verdad. No juegan con eso. Entonces, no admiten ahora un paso adelante. Fíjate que le están diciendo ahora radicales a los de Podemos. Y en el sentido más peyorativo, porque si uno defiende una posición la defiende absolutamente, igual que la derecha, no más o menos. Y no hay una sola propuesta de Podemos que exceda el capitalismo o la Constitución. ¿Dónde está la radicalidad en el sentido que ellos dicen? Está en que les dicen: “Ustedes también tienen que pagar impuestos”. El Ibex 35, las Sicav, por favor paguen impuestos.

Y Felipe González es el gran representante de las grandes empresas y del gran capital. Ya sin pudor. Ahora le da igual. Él y Vargas Llosa son los principales abanderados del neoliberalismo en Sudamérica. Y lo hacen descaradamente, ya les da igual. Y Guerra también. Acusaban a Podemos de alterar nuestro sistema occidental. ¡Es de risa! Es lo mismo de lo que les acusaban a ellos cuando empezaron. Es lamentable. A mí me indigna, pero mucho más me da lástima, de ver como la gente, a determinada edad, se abraza a la edad de la razón. Claro, si te va bien económicamente. Por suerte, a mí eso no me ha pasado todavía. Eso a mí me produce una repugnancia asquerosa. ¡Yo entiendo a Aznar! Fue siempre de derechas y nunca le importó nada un pepino que no fuera el dinero.

El capitalismo es un sistema agotado, como decía José Luis Sampedro. No es un sistema de la naturaleza, como nos quieren hacer creer. Es uno más, con la particularidad de que en su evolución genera desigualdad, pobreza y muerte. "Es un sistema que mata", como dijo hace poco el papa Francisco, y "al que hay que cambiar", como aconsejó. Seguro que enseguida te amenazan y te dicen: "Entonces ustedes quieren el comunismo soviético". Y no, no es así. Queremos un sistema verdaderamente democrático y justo, donde se pueda vivir en solidaridad y no en competencia, y en igualdad. Donde todos seamos respetados como seres humanos y tengamos los mismos derechos y las mismas obligaciones. No es tan difícil, ¿no?

-Entonces usted no le dice a sus hijos eso de “Hacedme caso a mí que ya soy mayor…”.
No, no. A mis hijos les digo: “El día que yo diga una estupidez de esas, enciérrenme en una habitación y tiren la llave. No me dejen salir más”.

-Ha comentado en varias ocasiones que ve necesario que el futbolista tenga una conciencia política.
El futbolista y todos, porque política es todo... Leer más aquí.
http://www.publico.es/deportes/angel-cappa-derecha-dinero-corrupcion.html

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Le llaman democracia (en España, incluyendo Catalunya) pero no lo es.

En las últimas elecciones autonómicas en Catalunya, los partidos independentistas consiguieron una mayoría parlamentaria que presentan como prueba de que “tienen un mandato del pueblo catalán” para independizarse y separarse de España, y ello a pesar de que la mayoría del voto expresado en las urnas aquel día no fue para partidos independentistas, sino para partidos no independentistas. Ni que decir tiene que los primeros consiguieron un voto minoritario muy elevado, pero, a pesar de ser muy elevado, no fue la mayoría del pueblo catalán. Tenemos así una situación en la que las opciones políticas hoy mayoritarias en el Parlamento catalán no tienen el apoyo de la mayoría del electorado catalán para alcanzar su principal promesa programática –la independencia de Catalunya-. Su constante énfasis en que sí que tienen un mandato mayoritario no se apoya en lo que los catalanes votaron en aquellas elecciones. En realidad, consiguieron una mayoría parlamentaria como consecuencia de que la ley electoral catalana (que es prácticamente idéntica a la española) es de las menos proporcionales que existen en Europa, realidad que he estado denunciando desde hace tiempo. Tanto en España como en Catalunya, los gobiernos constantemente aplican leyes aduciendo un mandato popular que no se corresponde con los deseos de la mayoría de la población.

Uno de los muchos indicadores del enorme dominio que las fuerzas conservadoras tienen sobre el Estado es precisamente el sesgo antidemocrático de las leyes electorales, que discriminan claramente a favor de unos territorios y de unas clases sociales a costa de otros territorios y otras clases sociales, discriminando a las ciudades (a favor de las zonas rurales) y a la clase trabajadora (a favor de otras clases sociales). Y un ejemplo de ello son las últimas elecciones en Catalunya. La mayoría de los no independentistas reside en las grandes ciudades de Catalunya, y muy en especial en los barrios obreros. Y ahí están las bases del diferencial entre voto y escaños parlamentarios. El punto débil del independentismo es su limitado atractivo entre las clases trabajadoras en Catalunya debido, en parte, a la mayor identificación con España entre estos sectores de la población y también al hecho de que el movimiento independentista está liderado por un gobierno liberal que ha apoyado las medidas (como la reforma laboral y los recortes de gasto público) que han perjudicado con mayor intensidad a las clases populares.

El sesgo de la ley electoral española (y de la catalana) tenía y continúa teniendo el propósito de discriminar a la clase trabajadora

Este sesgo antidemocrático no es casualidad, pues el objetivo de dicha ley electoral fue precisamente este: el de frenar al Partido Comunista (cuya base electoral era mayoritariamente de clase trabajadora), condición que impuso la asamblea del Movimiento Nacional en las últimas etapas de la dictadura antes de disolverse. Tal condición era el establecimiento de una ley electoral que discriminara a las zonas urbanas a costa de favorecer a las zonas rurales, de claro cariz conservador. El hecho de que incluso hoy se requieran casi 49.000 votos para conseguir elegir a un parlamentario en Barcelona, y solo 21.000 votos en Lleida, se debe a esta decisión política. Otro tanto ocurre en el resto de España.

Esta motivación en el diseño de la ley electoral ha sido reconocido por dirigentes de la derecha española que jugaron un papel clave en la Transición, como el Sr. Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, y el que fue presidente del mayor partido de derechas (que se definía como de centro, como las derechas siempre se han definido en España) durante aquel periodo, el Sr. Leopoldo Calvo Sotelo. Este último, el mismo año de su fallecimiento, subrayó que el diseño de la ley electoral (que se inició en las últimas fases de la dictadura) tuvo como objetivo la intención de frenar la presencia del Partido Comunista en las instituciones que llamaron representativas, forzando un sistema que tuvo poco de representativo.

Una consecuencia de ello es que, como he documentado en varias ocasiones (ver mi artículo “Cuestionando algunos de los análisis que se han hecho sobre las elecciones del 9 de marzo”, El Viejo Topo, julio-agosto 2008), en todas las elecciones generales durante el período democrático desde 1977 a 2008, la suma de votos a partidos de izquierdas en España había dado una cifra superior a los partidos de derechas (excepto en 1977, las primeras elecciones democráticas, en 1979, y en 2000, debido a la enorme abstención). Otros estudios más recientes confirman este análisis de la situación. En un excelente artículo de la ley electoral española aparecido en la revista El Siglo (“Una democracia por mejorar”, 09.11.15) se muestra que la ventaja de los votos de izquierda sobre los votos de derecha fue de más de dos millones y medio en 1982, de casi dos millones y medio en 1986, de menos de dos millones en 1989 y en 1992, de más de un millón en 1996, de menos de dos millones en 2004, y de casi un millón y medio en 2008. A pesar de ello, las izquierdas han gobernado con mayoría parlamentaria solo durante el periodo de 1982 a 1993 y el periodo de 2004 a 2008.

Muchas son las consecuencias de esta realidad, desde el enorme subdesarrollo y subfinanciación del Estado del Bienestar español (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, 2006), hasta el enorme fraude fiscal y las regresivas políticas tributarias. Añádase a esta situación de escasa calidad democrática, la escasísima diversidad ideológica de los medios de información que sistemáticamente discriminan a las izquierdas (ver mi artículo “El ‘New York Times’ lleva razón: no existe pluralidad en los medios”, Público, 19.11.15), siendo el gran apoyo de los mayores medios al nuevo partido de derechas Ciudadanos (la esperanza de las derechas) frente a la gran hostilidad hacia el nuevo partido Podemos y hacia IU, un indicador de ello.

Y la escasa proporcionalidad del sistema electoral se ha ido acentuando con añadidos y modificaciones a la ley electoral que hacen más difícil el ejercicio del voto. Un caso claro es la reforma del año 2011 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (aprobada por el gobierno Zapatero con el apoyo del PP, de CiU y del PNV) que tuvo como consecuencia aumentar la dificultad para votar a los ciudadanos españoles que viven en el extranjero (1.875.272 ciudadanos españoles que viven o están fuera de España del total de 36,5 millones de personas que tienen derecho al voto en España). Es un ejemplo más de clara manipulación mediática del gobierno conservador-neoliberal de la Generalitat de Catalunya, que acusó al gobierno central del partido conservador-neoliberal español de dificultar las votaciones de los catalanes que vivían o estaban en el extranjero, cuando, en realidad, ambos partidos –el español y el catalán- habían dificultado, con la nueva ley, el ejercicio de tal derecho.

Las muy insuficientes reformas del supuesto sistema democrático
La gran mayoría de reformas que se están proponiendo por parte de los partidos políticos se basan en deseados cambios en la gestión de los partidos, lo cual es importante, pero muy insuficiente. Que los partidos políticos españoles (incluyendo los catalanes) son partidos con escasa vocación democrática, queda ilustrado en el estudio Ranking 2015 sobre la calidad democrática de los partidos políticos españoles, que muestra que solo dos partidos (ambos de izquierda), Podemos y el Bloque Nacionalista Gallego, pueden ser considerados como partidos -en términos comparativos con los existentes en el Reino Unido y Alemania- merecedores de ser considerados partidos con democracia interna. Ni que decir tiene que incluso estos dos partidos tienen todavía un largo recorrido para alcanzar los niveles de democracia que deberían exigirse. Pero están claramente en la dirección de alcanzarlo. No así en el resto de partidos.

Ahora bien, otro tema esencial para que el sistema electoral pudiera definirse como democrático, sería conseguir que todo ciudadano tuviera la misma potestad de configurar la gobernanza del país (es decir, conseguir la representatividad proporcional). Esta es una reforma urgente y necesaria y que tendría un enorme impacto en la vida política del país. Pero se requeriría otra reforma igualmente necesaria y urgente, que es el establecimiento de formas de democracia directa, como los referéndums, a todos los niveles del Estado, desde el central, al autonómico y municipal. Y ahí estamos en pañales.

Existe una oposición antidemocrática por parte de los establishments político-mediáticos –lo que se define como la casta- hacia el ejercicio del derecho a decidir a todos los niveles. La oposición a que el pueblo catalán pueda ejercer tal derecho -que la mayoría de la población en Catalunya apoya- es un ejemplo de ello. La derecha española, PP y Ciudadanos, y la dirección del PSOE (de escasa vocación democrática), se oponen a dicho ejercicio. El PP y el PSOE, los máximos beneficiarios del sistema bipartidista, bases del Estado español, han sido los que se han opuesto más a la democratización del Estado. Ambos partidos de baja calidad democrática, se oponen al ejercicio de estas formas de democracia directa, que debilitarían su protagonismo. Y Ciudadanos se opone también, aunque por motivos diferentes. Su oposición al derecho a decidir es porque desea conseguir rentabilidad política de su supuesta defensa de la “unidad de España” (aunque el ejercicio de tal derecho resolvería precisamente las tensiones artificiales creadas por los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, y también por CDC en Catalunya, pues tal deseo mostraría que la voluntad de la mayoría de los catalanes es permanecer en España, desmontando así los argumentos independentistas). Son precisamente estos partidos (PP, PSOE y Ciudadanos) –que Pablo Iglesias ha definido correctamente como el búnquer- los que están incrementando el hastío y frustración en Catalunya hacia el Estado central, aumentando el independentismo.

Esta breve crítica del sistema llamado democrático aparece con plena evidencia en la nula diversidad ideológica que existe en los mayores medios de información (tanto públicos como privados) españoles, instrumentalizados por los poderes económicos y financieros y por los gobiernos, y que no ofrecen la pluralidad, veracidad y rigor que un sistema democrático exige. El artículo del New York Times que ha creado un gran revuelo en España no descubre nada que la mayoría de la población no conociera ya en España, pero que los medios continúan negando. Tanto los medios televisivos como la prensa en papel carecen de credibilidad en España, otro tema que he estado denunciando por mucho tiempo. En el último programa de Salvados, los dirigentes de los medios entrevistados atribuyeron el resultado de una encuesta realizada en Europa (que mostraba que la ciudadanía española era la que desconfiaba más de sus medios) a que los ciudadanos españoles tienen una vocación más crítica que los ciudadanos de otros países. No aceptaron –a pesar de la enorme evidencia de lo contrario- que el problema mayor era la abusiva instrumentalización de los medios por el poder financiero (la banca) con el cual están endeudados, y por los partidos gobernantes. Hoy, tales medios son un enorme obstáculo para el pleno desarrollo democrático de España. En realidad, el programa La Sexta Noche es un programa que –sin quererlo y sin ser su intención- muestra claramente el bajo nivel de democracia existente en España. Lo que se presenta como un debate, es una sarta de insultos, mezquindades, gritos y un largo etcétera (procedentes en su mayoría de los tertulianos de derechas) que muestra muy bien, por desgracia, la escasa calidad democrática existente en España. Así de claro.
Vicenç Navarro. Autor de Ataque a la democracia y al bienestar (Anagrama, 2015)

Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2015/11/23/le-llaman-democracia-en-espana-incluyendo-catalunya-pero-no-lo-es/

Público.es

miércoles, 29 de julio de 2015

Por qué he votado primero No y después Sí

Yanis Varufakis
Sin Permiso

Me decidí a participar en política por una razón: para apoyar a Alexis Tsipras en su lucha contra la servidumbre de la deuda. Por su parte, Alexis Tsipras me honró al reclutarme por una razón: una comprensión particular de la crisis basada en el rechazo del dogma de Papakonstantinos; a saber, la idea de que, si hay que elegir entre una quiebra anárquica y unos préstamos tóxicos, estos últimos son siempre preferibles.

Es un dogma que rechacé porque es una amenaza permanente, que ayuda a aplicar políticas que garantizan la quiebra permanente y, finalmente, conducen a la servidumbre de la deuda. La noche del miércoles, se me pidió en el Parlamento que eligiese entre (a) la defensa de dicho dogma votando a favor del documento que nuestros "socios" habían impuesto a Alexis Tsipras en la Cumbre del Euro por medios golpistas y una agresión inimaginable, o (b ) decir "no" a mi Primer Ministro.

El primer ministro nos preguntó: "¿es el chantaje real o un farol?", planteando el dilema horrible que todos teníamos en nuestras conciencias – la suya también. Claramente, el chantaje era real. Esa "realidad" me golpeó por primera vez cuando el 30 de enero J. Dissjenbloem me visitó en mi oficina para presentar el dilema "memorándum o bancos cerrados". Sabíamos desde el principio hasta qué punto serían despiadados los prestamistas. Y sin embargo, decidimos hacer lo que nos seguíamos repitiendo unos a otros durante las largas noches y días en la sede del gobierno: "Vamos a hacer todo lo posible para conseguir un acuerdo viable financieramente. Llegaremos a acuerdos, pero no nos dejaremos chantajear. Solo cederemos lo imprescindible para asegurar un acuerdo dentro de la Eurozona. Sin embargo, si somos derrotados por las políticas catastróficas del memorándum, dimitiremos y cederemos el poder a aquellos que creen en tales medidas; que sean ellos los que las apliquen: nosotros volveremos a las calles".

El primer ministro preguntó el miércoles "¿Hay alguna alternativa?" Creí que sí, que la había. Pero no voy a detenerme en eso ahora. No es el momento apropiado. Lo importante es que la noche del referéndum, el Primer Ministro llegó a la conclusión que no había alternativa.

Y por eso dimití, para facilitar su viaje a Bruselas y que pudiese volver con las mejores condiciones que pudiese conseguir. Pero eso no quiere decir que estuviésemos comprometidos automáticamente con la aplicación de esas medidas, ¡sin importan cuales fueran!

El presidente del Gobierno, en la reunión parlamentaria del miércoles, nos pidió decidir juntos, compartir la responsabilidad. Vale. Pero ¿cómo? Una forma sería actuar, todos juntos, como habíamos dicho una y otra vez que haríamos en caso de derrota. Declararíamos que habíamos sido derrotados, anunciaríamos que en teníamos nuestras manos un acuerdo que consideramos inviable y pediríamos a todos aquellos políticos que creyesen el acuerdo era aún potencialmente viable, independientemente de a que partido perteneciesen, que formasen un gobierno y lo aplicasen.

La otra opción sería hacer lo que el primer ministro sugirió: proteger al primer gobierno de izquierda, aunque fuese aplicando el acuerdo - producto del chantaje - que el propio Primer Ministro consideraba inviable.

Ambos aspectos del dilema eran igualmente despiadados. Como Alexis Tsipras anunció con razón, nadie tiene el derecho a pretender que el dilema tortura más su propia conciencia que la de los demás - ya sea primer ministro o miembro del gobierno. En consecuencia, esto de ninguna manera implica que los que decidieron que el gobierno debía aplicar el acuerdo "inviable" lo hicieran por tener un mayor sentido de la responsabilidad que aquellos de nosotros que defendíamos que debíamos dimitir y dejar la aplicación de las medidas a aquellos políticos que creían que el acuerdo era viable.

Euclides Tsakalotos resumió perfectamente la realidad cuando se dirigió al Parlamento; dijo que aquellos que creían que el gobierno de Syriza no debía cargar con la tarea de hacer cumplir este acuerdo tenían argumentos tan fuertes como los que creían que el gobierno de Syriza está moralmente obligado ante la gente a aplicar este mal acuerdo para evitar una quiebra caótica.

Ninguno de nosotros es más "anti-memorándum", pero tampoco más "responsable". Simplemente, cuando te encuentras ante semejante encrucijada, bajo la presión de una alianza poco santa de potencias internacionales, es aceptable que unos compañeros elijan una opción y otros la contraria. En estas circunstancias, sería criminal que unos calificasen a los otros de "vendidos" y los otros a los primeros de "irresponsables".

Ahora, en medio de estas disputas de fondo, la unidad de Syriza y la gente que creyó en nosotros, que le otorgaron el 61,5% en el referéndum, la unidad es la prioridad. Y la única manera de asegurar esto es comprender los argumentos de cada uno, teniendo en cuenta como un axioma que el lado contrario se mueve por intenciones que son igual de buenas, responsables y revolucionarias que las nuestras.

Dicho esto, la razón por la que he votado "NO" el miércoles pasado es simple: deberíamos haber entregado el poder, como habíamos dicho que haríamos, a quienes pueden mirar en los ojos a la gente y decir lo que nosotros no podemos: "El acuerdo es duro, pero se puede cumplir de tal manera que haya espacio para la esperanza de que podemos recuperarnos y superar la catástrofe humanitaria".

El gobierno de la izquierda no puede prometer a Europa lo que sabe que no puede conseguir. El activo fundamental que el gobierno de Syriza necesita proteger es la promesa que repetidamente hemos hecho en nuestras visitas a las capitales europeas: a diferencia de los otros, no prometemos lo que no podemos cumplir (por ejemplo, un cierto superávit primario). Por otra parte, el gobierno de la izquierda no tiene derecho a saquear más a las víctimas de una crisis que dura ya más de cinco año sin ser capaz, por lo menos, de responder afirmativamente a la pregunta: "¿Por lo menos se han recuperado de las políticas recesivas? "

Muchos de mis colegas preguntan: "¿No es mejor que seamos nosotros quienes gobernemos? Nosotros, que nos preocupamos por la gente y queremos luchar contra la corrupción y la oligarquía". Sí, es mejor. Pero, ¿qué instrumentos tenemos para ello? La decisión de la Cumbre del Euro consagra y amplia la completa falta de control social sobre los bancos, mientras que la sociedad deberá pagar más entre10 y 25 mil millones de deuda para apoyarlos.

Y para empeorar las cosas, la creación de un súper-HRADF (Fondo de Desarrollo de Activos de la República Helénica) que tomará el control total de todos los activos públicos, privando a la República Helénica de todos los beneficios de gestión. Y ¿cómo vamos a controlar la austeridad cuando la troika, con todos los datos de la ELSTAT (Autoridad Helénica de Estadística) -cuyo control cedimos de este miércoles- decida unilateralmente cual debe ser el superávit primario?

Y cuando la dura realidad de los resultados de esta nueva austeridad aflijan a la sociedad, cuando los jóvenes y los viejos, por igual, salgan a las calles o se queden en casa pudriéndose de desesperación ante esas medidas, esa gente - las personas en cuyo nombre hemos hablado hasta ahora- ¿quién las representará políticamente? ¿El mismo partido que planteó esas mismas medidas ante el Parlamento? Las medidas que los ministros bienintencionados se ven obligados a defender ante el parlamento y los medios de comunicación, mientras son ridiculizados por la oposición anti- memorándum?

Me preguntan: "Pero ¿no están ayudando a los planes de Schauble cuando votan contra el acuerdo?". Y yo respondo con otra pregunta: "¿Está seguro de que el acuerdo a estas medidas no es parte del plan de Schauble?"

Observe lo siguiente:

El último informe del FMI que calcula que la deuda supone más del 200% del PIB, lo que en esencia prohíbe al FMI conceder nuevos préstamos.
La petición del ESM, bajo la batuta de Schauble, de que haya nuevos préstamos del FMI a Grecia. Un gobierno griego que aplica reformas en las que no cree, pero que además considera abiertamente resultado de chantaje.
Un gobierno alemán que hace aprobar al Bundestag un acuerdo para Grecia, a cuyo gobierno considera de entrada indigno de confianza y fracasado.

¿No considera, querido lector, que estos hechos son poderosos aliados de Schauble? ¿Hay realmente otra forma más seguro para el país sea excluido de la zona euro que este acuerdo inviable que otorga tiempo y razones al ministro alemán de finanzas para planificar el Grexit que tanto desea?

Basta ya de argumentos. Mi conciencia me hizo votar en contra del actual acuerdo, creyendo, como todavía creo, que el dogma de Papakonstantinos debe ser rechazado. Por otra parte, respeto totalmente mis colegas que opinan lo contrario. Ni soy el más revolucionario / ético, ni ellos los más responsables. Hoy se nos juzga por nuestra capacidad para proteger con todas nuestras fuerzas nuestra unidad, el compañerismo y el colectivo, manteniendo nuestro derecho a divergir.

Para concluir, permítaseme señalar un matiz filosófico del dilema que grava la conciencia de cada uno de nosotros; ¿Cuándo está más allá del utilitarismo la idea de que ciertas cosas no se deben hacer en nuestro nombre? ¿Ha llegado ese momento?

No hay respuestas correctas. Sólo la intención honesta de respetar las respuestas de nuestros compañeros, incluso si no están de acuerdo con la nuestra.

¿Por qué he votado “SI” esta noche?
En la decisión del Eurogrupo de 20 de febrero conseguimos que la palabra Memorándum (MoU) no apareciese en ninguna parte.

En su lugar, como requisito previo para la evaluación positiva de nuestro progreso, hay una lista de reformas, que debíamos preparar y proponer en los próximos tres días. La lista sería inmediatamente aceptada por las "instituciones".

De hecho, el 23 de febrero, la lista fue presentada con mi firma. Durante el fin de semana del 20 al 23 de febrero se trabajó febrilmente. Naturalmente, estábamos en contacto permanente con los representantes de las instituciones con el fin de garantizar que no se plantearía ningún problema, y que nuestra propuesta sería apoyada por ellas en la teleconferencia del Eurogrupo del 24 de febrero que, a su vez, la aprobó.

La lista definitiva, que envié a las instituciones a altas horas de la noche el 23 de febrero, incluia nuestra prioridades (por ejemplo, superación de la crisis humanitaria, la reintroducción de la negociación colectiva, cambio de la política de gestión de los bienes públicos, no reducción de las pensiones complementarias, etc.). También incluyó algunas de sus exigencias.

Había acordado incluir algunas de sus exigencias en un quid pro quo para la inclusión de nuestros principales objetivos. Las exigencias que habíamos aceptado son las que se someten hoy a votación del Parlamento griego: a) reformas en el Código Civil (CC), y b) la inclusión del mandato de la UE 2014/59 relativo a la "consolidación" de los bancos y otras entidades de crédito (BRRD).

Incluso entonces, sabía que las reformas en el CC estaban llenas de amenazas para los derechos humanos de las partes más débiles en la quiebra de las empresas u hogares. Por otra parte, lo mejor que se puede decir de las relativas a las BRRD es que son puro aire, ya que se supone que debía ofrecer garantías legales a los depósitos bancarios sin haber obtenido ningún tipo de financiación para el fondo que debía garantizarlos. Además de saber todo eso, calculé que en un acuerdo honesto, para garantizar nuestras "líneas rojas" (por ejemplo, que los superávit primarios fuesen entre el 1% y el 1,5% como máximo, que se protegiesen los derechos laborales y un IVA bajo), las reformas del CC y las BRRD supondrían una pequeña concesión. Esa es la razón por la cual incluí esas exigencias en nuestra lista.

Hoy, obviamente, las cosas son completamente diferentes.
Hoy nuestra lista de reformas, dentro de los límites de un acuerdo honesto, no existe.

Hoy la única lista es la que la Troika ha impuesto en su totalidad.

Hoy estamos ante las secuelas de un golpe humillante en lugar de un acuerdo honesto.

En febrero sacrificamos las reformas del CC y las BRRD con el fin de obtener concesiones importantes.

Ahora estamos regalando las reformas del CC y las BRRD y nos exigirán reformas aún más venenosas en unas cuantas semanas.

Por otra parte, en el documento que envié a las instituciones, estaba simplemente aceptando la responsabilidad de un "nuevo Código Civil" y no desde luego el que dictasen ellos. Tampoco imaginé nunca que nuestro gobierno (bajo la supervisión de la Troika) aceptaría someter todos esos cambios al Parlamento bajo la etiqueta de "urgentes", lo que constriñe todos los debates y niega la función del Parlamento.

El miércoles pasado no tuve más remedio que votar con un NO atronador. El mío se situó junto al NO que el 61,5% de nuestros compatriotas emitió para evitar una capitulación a la infame TINA (no hay alternativa). Me he negado a ello los últimos 35 años en los 4 continentes donde he vivido. Hoy en día, esta noche, esas dos medidas, que yo mismo había propuesto en febrero, se presentan ante el Parlamento griego de una manera que nunca había imaginado; de una manera que no honran al gobierno de Syriza.

Mi desacuerdo con la forma en que se han conducido las negociaciones después del referéndum es de fondo. Y, sin embargo, mi objetivo principal es proteger la unidad de Syriza, apoyar a A. Tsipras, y a E. Takalotos. Ya he explicado todo lo que había que explicar antes. En consecuencia, hoy voy a votar SÍ, a las dos medidas que yo mismo había propuesto, aunque en condiciones y con requisitos radicalmente diferentes.

Desafortunadamente, estoy seguro que mi voto no será de ninguna ayuda al gobierno para alcanzar nuestros objetivos comunes. Y es porque las "acciones previas" de la Cumbre del Euro fueron diseñadas para fracasar. Sin embargo, formularé mi voto con la esperanza de que mis compañeros ganen un poco de tiempo y que nosotros, todos nosotros, unidos, planearemos una nueva resistencia a la autocracia, la misantropía y la (impulsada) aceleración y profundización de la crisis.

(I) Esta mañana, cuando participé en el Comité de Finanzas del Parlamento, me cercioré de que ningún colega mío, ni siquiera el ministro de Justicia, estaba de acuerdo con el nuevo código civil. Fue un triste espectáculo.

Yanis Varufakis, exministro de finanzas del gobierno griego de Syriza, es un reconocido economista greco-australiano de reputación científica internacional. Es profesor de política económica en la Universidad de Atenas y consejero del programa económico del partido griego de la izquierda, Syriza. Fue recientemente profesor invitado en los EEUU, en la Universidad de Texas. Su libro El Minotauro Global, para muchos críticos la mejor explicación teórico-económica de la evolución del capitalismo en las últimas 6 décadas, fue publicado en castellano por la editorial española Capitán Swing, a partir de la 2ª edición inglesa revisada. Una extensa y profunda reseña del Minotauro, en SinPermiso Nº 11, Verano-Otoño 2012.
Traducción para www.sinpermiso.info : Gustavo Buster
Textos originales en inglés aquí y aquí.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=8195

sábado, 18 de julio de 2015

Desafíos para el nuevo municipalismo

La Ley 27/ 2013 de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local va en la dirección de vaciar competencialmente a las entidades locales.


El municipalismo como forma de gobierno ligada a la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos hunde sus raíces en la España del siglo XIX. En un trabajo de 2014 del Observatorio Metropolitano titulado La apuesta municipalista, se repasan los antecedentes de esta idea de gestión municipal vinculada a la democracia directa, y a tradiciones políticas como el federalismo democrático de corte republicano o el anarquismo (con la aportación de intelectuales como Pi i Margall o Fernando Garrido). La apuesta municipalista (por retomar la expresión del Observatorio) que han encarnado las nuevas candidaturas de unidad popular entronca en gran medida con esta corriente subterránea.

Recientemente, el profesor Juan Torres López señalaba que una de las rémoras más grandes de la “izquierda radical” a la hora de lograr confianza y apoyo social es "su falta de experiencia en la gestión de los asuntos ordinarios de la gente normal y corriente". Esta afirmación, más allá de que se esté de acuerdo o no con ella, viene a llamar la atención sobre un hecho relevante: la necesidad de repensar las instituciones y la gestión cotidiana de los ayuntamientos desde los nuevos gobiernos locales.

Con este objetivo, la Universidad de Valencia acaba de publicar una interesante obra colectiva destinada a repensar el gobierno municipal para los nuevos tiempos, dotando a los nuevos actores institucionales de herramientas para el diseño e implementación de las políticas públicas. La obra se titula Democracia desde abajo. Nueva agenda para el gobierno local, y está dirigida por Joan Romero y Andrés Boix. El libro está concebido como una hoja de ruta para los ayuntamientos surgidos en el País Valenciano tras las elecciones del 24 de mayo (aunque propone reflexiones útiles para el conjunto de España), y aborda tanto cuestiones de carácter general como políticas sectoriales en materias como el territorio, servicios sociales, cultura o medio ambiente. Como señala Romero, la agenda neoliberal para las ciudades y los municipios se impone a partir de la segunda mitad de los años 90, desempeñando las administraciones locales un papel fundamental. Esta agenda, orientada hacia una apuesta decidida por la producción inmobiliaria como motor de la actividad económica, se vio favorecida por un contexto internacional de abundante liquidez, y por unas instituciones que actuaron como vectores de mercantilización del territorio.

Sin embargo, dicha agenda se ha venido abajo estrepitosamente con la crisis de 2008, transformando la política municipal. Los más de 8.000 ayuntamientos se enfrentan a una difícil situación, siendo las instituciones que más han sufrido la crisis económica. Según datos del Ministerio de Hacienda, en el periodo comprendido entre 2010 y 2012 las entidades locales redujeron en más de un 63% su inversión total. Asimismo, en el periodo 2009- 2012, redujeron su gasto en más de 13.000 millones de euros. Este hecho se traduce irremediablemente en más desempleo y más pobreza producto del austericidio que vivimos desde el inicio de la crisis financiera global.

Una de las consecuencias más conocidas de estas políticas de austeridad es la voluntad recentralizadora de los estados de la periferia europea, en el marco de las políticas impuestas por Berlín y Bruselas. En el caso de España, este proceso se ha concretado en la Ley 27/ 2013 de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (LRSAL), que coloca el déficit cero como elemento rector de la política local. Tristemente, la nueva norma va más allá, pues arrebata a los ayuntamientos algunos servicios sociales en favor de las comunidades autónomas. En definitiva, como señala Boix, dicha ley va en la dirección de vaciar competencialmente a las entidades locales.

Frente a este proyecto recentralizador, los nuevos gobiernos de transformación que se han instalado en los ayuntamientos se encuentran ante una tensión evidente: por una parte, las expectativas generadas y la situación de emergencia de muchas familias pueden sobrecargarlos de demandas. Por otra, la voluntad recentralizadora y las trabas del Gobierno central pueden sustraerles los instrumentos necesarios para satisfacer dichas demandas. Frente a la mayor demanda de participación de la sociedad española, el gobierno central vacía competencialmente las instituciones que pueden satisfacerla. Se trata de una tensión que solo podrá resolverse en la gestión cotidiana, y de la que dependerá en gran medida el arraigo que alcancen los nuevos gobiernos en la sociedad española.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/global/27328-desafios-para-nuevo-municipalismo.html
Edgar Bellver Franco y Joan O. Monzonís. Diagonal