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viernes, 30 de marzo de 2012

Podemos afirmar que, dadas las circunstancias tan desfavorables, la Huelga ha sido un extraordinario éxito. Ni los sindicatos esperaban la gran movilización habida.

La jornada de huelga general se ha cerrado con manifestaciones multitudinarias en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla, Alicante o Badajoz, Cáceres y Mérida.
Según los sindicatos, 900.000 madrileños han salido a la calle para decirle al Gobierno que NO están de acuerdo con la reforma laboral impuesta. A pesar de las declaraciones optimistas de los sindicatos, el Gobierno, ha destacado que las marchas han transcurrido con normalidad, como el resto de la jornada de huelga, que ha tenido un "impacto muy moderado".
En la manifestación de Madrid, los líderes de UGT, Cándido Mëndez, y CCOO, Ignacio Fernández Toxo, encabezaban la marcha. Desde el escenario preparado en Sol, ambos han llamado a los trabajadores a seguir movilizados para variar la nueva ley. "El Gobierno ha de pagar las consecuencias de la reforma laboral", ha proclamado Toxo.
Los trabajadores, una vez más, no se resignan a que les roben sus derechos y sus salarios, ya de miseria, para que se sigan enriqueciendo a su costa personajes que han provocado la crisis y no saben solucionarla con justicia. La situación de pobreza, paro, y falta de salida para los jóvenes exigía decir NO.
La huelga general del 29-M que fue un éxito de participación de los trabajadores y trabajadoras, y que fue refrendado por los más de cuatro millones de personas que acudieron a las multitudinarias manifestaciones celebradas en todo el país. Leer el análisis de CCOO.
Recordé a José Saramago cuando escribió sobre la necesidad de derrotar el cinismo, la indiferencia y la cobardía. El 29 de marzo, habíamos dado un segundo paso en esa dirección, el primero lo dieron los andaluces y asturianos. ¡¡Qué difícil son los primeros pasos en la infancia del hombre!!. Y mientras pensaba en estas cosas durante la manifestación, recordé una frase de Marx que también le gustaba recordar a Saramago, "si al hombre lo conforma las circunstancias, hay que cambiar las circunstancias para cambiar al hombre".

sábado, 24 de marzo de 2012

El Decálogo

Cada vez que leo el que publicó El Calendario del Obrero en 1909, me suena al mejor herrero golpeando con el martillo en el yunque
Lástima de artículo. Ya estaba en su sitio, pero alguien ha venido y lo han sustituido por una esquela, y las esquelas tienen absoluta preferencia. Se pagan al contado. “¡Los muertos, en cash!, dice el administrador, con sonrisa pícara y repicando en la mesa con los nudillos. Era una crítica a la apropiación del primer centenario de la Constitución de 1812. A la pobre Pepa, toda la vida exiliada, desdeñada, ridiculizada porque se atrevía a hablar de “felicidad” para el pueblo, y ahora la sacan de momia en una “fiesta de fajines, bastones y levitas”, en plena reacción, que decía el artículo republicano. Soy aprendiz de tipógrafo y un día me gustaría ser como Juan José Morato, que empezó también en esta profesión y ahora compone, por decirlo así, sus propias letras. Y la gente las devora. Al escritor obrero, hijo de lavandera y zapatero, se lo disputan los grandes periódicos. Las crónicas sobre la Asturias minera, publicadas en El Heraldo de Madrid, son de nota, para coleccionar...
lo que llevo en el bolsillo de la chaqueta es el Decálogo que publicó en El Calendario del Obrero, en 1909. Cada vez que lo leo me suena al mejor herrero golpeando con el martillo en el yunque:
1. Instruirse y combatir la ignorancia.
2. Acortar las horas de trabajo.
3. Elevar los salarios.
4. Tener independencia y odiar la vileza.
5. Ser viril y destruir la tiranía.
6. Establecer la fraternidad y despreciar el egoísmo.
7. Conquistar derechos y abolir injusticias.
8. Humanizar el trabajo.
9. Llevar cariño y alegría al hogar. Y
10. Fundar un mundo mejor.
Hasta aquí los mandamientos.
Hay rumores de que el 29 hay una huelga. A ver si el próximo centenario, en el 2012, hemos acabado por lo menos con la ignorancia y la vileza.
Ver todo el artículo de Manuel Rivas, en El País.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los sindicatos llevan razón

Existe una visión muy generalizada en amplios sectores políticos y mediáticos españoles (incluyendo algunos de izquierdas) que considera que el nivel de integración de las economías de los países en la economía mundial global es tal que la globalización económica es, en realidad, la que determina lo que un país puede hacer o dejar de hacer. En esta visión, los estados deben someterse a los dictámenes de ese orden económico globalizado, hasta el punto de que el sistema democrático dentro de cada país desaparece y se convierte en irrelevante. La última versión de este determinismo globalizador es la respuesta de la Unión Europea y de España al dictamen de los mercados financieros. Se subraya en los mayores medios de información que, en respuesta a las exigencias de estos mercados, no hay otra alternativa que llevar a cabo políticas impopulares (tales como las políticas de austeridad de gasto público y social, y las desreguladoras del mercado de trabajo que faciliten el despido, entre otras) para tranquilizar a los mercados y evitar así que estos penalicen a tales estados, dificultando el pago de la deuda soberana y la obtención de crédito.

Se nos dice que no entender esta realidad y oponerse a estas políticas, tal como hacen los sindicatos en la Unión Europea (también en España) y los partidos a la izquierda de los partidos gobernantes es “estúpido”, tal como afirmaba Fernando Vallespín en su artículo de El País “La huelga zombi” (17-09-10). Este artículo, además de criticar a tales partidos y sindicatos “por demonizar el capitalismo”, señalaba que un indicador de la inevitabilidad de las políticas realizadas por el Gobierno español era la falta de propuestas de políticas públicas alternativas por parte de tales agentes sociales e instrumentos políticos. Decía Vallespín que muchos de ellos no habían hecho propuestas (porque según él no existían) de cómo, por ejemplo, compaginar “el gasto público social con la respuesta necesaria para evitar el pago de excesivos intereses debido a los mercados financieros”. En realidad, tal artículo (tanto en su contenido como en su tono insultante) es representativo de la hostilidad presentada por los cinco rotativos de mayor difusión del país hacia la convocatoria de huelga general y hacia sus convocantes –los sindicatos– y los partidos que apoyan tal convocatoria.

Tal argumento de inevitabilidad es, sin embargo, profundamente erróneo. Su función no es explicar la realidad económica, sino justificar unas políticas públicas, detrás de las cuales están la banca –que causó la crisis financiera– y la gran patronal –que facilitó la aparición de la crisis (ver mi artículo “La causa de la crisis”, Público, 09-09-10)–, así como las instituciones dominadas por el capital financiero (como el Fondo Monetario Internacional) y las derechas europeas (como el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo). En realidad, las políticas que están desarrollando los gobiernos de la eurozona, en respuesta a las presiones de aquellas instituciones, son las mismas políticas que han estado presionando durante muchos años. Quieren utilizar la crisis (que ellos provocaron) para conseguir lo que han deseado siempre. Y utilizan ahora el argumento de los mercados financieros (como antes utilizaron el argumento de la globalización) para subrayar que no hay alternativas a las políticas que ellos proponen. La realidad, sin embargo, es distinta. Los mercados financieros hablan con muchas voces, y no puede concluirse que lo que están exigiendo sea la reducción del déficit mediante la reducción del gasto público. La agencia Moody’s, por ejemplo, indicó (30-06-10) que el problema de España eran “las débiles perspectivas de crecimiento de su frágil economía” (que la reducción del gasto público acentuará). Los países que están experimentando mayores dificultados (los famosos PIGS, Portugal, Irlanda, Grecia y España) tienen, por cierto, el menor gasto público de la eurozona, y sus políticas fiscales son las más regresivas. Pero, independientemente de lo que dijeran tales agencias, el hecho más importante es que el mismo establishment europeo que está proponiendo estas medidas impopulares tiene en sus manos el poder para imponer su voluntad sobre tales mercados (ver mi artículo “Otras políticas públicas son posibles y necesarias”, 29-07-10 en www.vnavarro.org). No es cierto que los estados deban someterse a los mercados. Los estados y la Unión Europea pueden controlar los mercados. La evidencia de ello es abrumadora. Lo que ocurre es que la enorme influencia política del capital financiero sobre tales estados hace que se sigan aquellas políticas impopulares. Y ahí está la raíz del problema, un problema que es político más que económico: las relaciones de poder dentro de cada Estado.

La Unión Europea que tenemos es la Europa que han ido configurando las derechas con la ayuda del socioliberalismo, que ha construido una Europa a las espaldas de las poblaciones de sus estados miembros, que presenta sus propias propuestas como las únicas posibles. Pero existen alternativas, y también en España. No es cierto que –como Vallespín afirma– los sindicatos y las izquierdas no hayan hecho propuestas alternativas. Para cada política neoliberal existen propuestas alternativas. En lugar de intentar conseguir fondos para el Estado congelando las pensiones y disminuyendo los salarios de los empleados públicos, se ha propuesto revertir las políticas fiscales regresivas que restaron ingresos al Estado. Y en lugar de gastar cantidades ingentes en la banca y en las cajas, se ha propuesto hacer de las cajas bancos públicos, para facilitar el crédito, y así un largo etcétera.

El hecho de que Vallespín parezca desconocer tales propuestas puede deberse a que sólo lee los diarios de mayor difusión donde, en su avalancha hostil en contra de la huelga general, nunca aparecen tales alternativas, como parte de una discriminación antidemocrática contra las izquierdas. Pero ahora, además de ignorarlas, importantes voces del establishment mediático las insultan, llamándolas “estúpidas”. La abundante evidencia existente sobre estas alternativas, sin embargo, hace merecedores de tal calificativo a quienes lo utilizan. (Vicenç Navarro)

Cerrado por Huelga


Iré a la huelga Y muchos más irán a la huelga, ver aquí.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Yo voy

Porque no quiero que mis hijos vivan peor de lo que he vivido yo. Porque no es justo que los trabajadores paguen la cuenta de una crisis que ha enriquecido a sus responsables. Porque este Gobierno no ha reinstaurado el impuesto sobre el patrimonio, no ha gravado a las grandes fortunas, no ha incrementado el tipo impositivo de las Sicav, donde los más ricos invierten el dinero que les sobra para contribuir a los gastos del Estado con un mísero 1%, y a cambio, ha castigado a los más débiles con una reforma laboral inadmisible. Porque no se puede admitir que un empresario despida a sus empleados con cuatro días de antelación, solo porque "prevé" pérdidas para el próximo ejercicio, ahorrándose de paso más del 50% de la indemnización. Pero, además, porque la crisis está sirviendo para enmascarar un cambio de ciclo destinado a liquidar el Estado de bienestar. Porque si no hemos sido capaces de exportar nuestro progreso a los trabajadores de las grandes potencias emergentes, como China y la India, lo que nos espera es la importación de sus espantosas condiciones de trabajo. Porque Occidente ya ha recordado que esclavizando a la gente se gana mucho más dinero. Porque detrás de los recortes de derechos laborales, vendrán los de derechos civiles. Porque siempre habrá una agencia calificadora, o un premio Nobel, que proclame que los retrocesos son imprescindibles para avanzar.
Y, sobre todo, porque digan lo que digan Zapatero, Salgado o el sursuncorda, los trabajadores somos el motor de la economía. Porque ni los bancos, ni las multinacionales, ni las grandes cadenas pueden subsistir sin nosotros. Porque si nosotros paramos, se para todo. Porque hemos heredado, junto con nuestros apellidos, la experiencia de que no existe otra manera de proteger nuestros derechos. Por todo eso, yo voy a la huelga general del 29 de septiembre.
Leer más aquí. (ALMUDENA GRANDES en "El País") 27/09/2010

Y Chari Campano ha publicado esta carta en el Hoy del 27.
En esta Arcadia feliz, ¿qué falta hacen los sindicatos o las ideologías? Ya lo hemos podido comprobar: en la Arcadia feliz viven sólo unos cuantos que la protegen con uñas y dientes e intentan dejar sin protección a los que pueden desestabilizársela. El sueño terminó: cuatro millones de parados sólo en este país, endurecimiento de las condiciones de trabajo para todos y pérdida de derechos con la ayuda del Gobierno del pueblo, río revuelto para el capital que ve una oportunidad en la crisis: ellos nunca pierden. Y si de paso se cargan cualquier medio de defensa de los trabajadores, pues mejor. Lanzan a una campaña de desprestigio de los sindicatos, de maledicencia y medias verdades, de criminalización de los empleados públicos, de préstamos generosos a los bancos, de privatización por ineficacia de lo público, de asunción de responsabilidades que no nos corresponden. La huelga es necesaria para decirles que no estamos de acuerdo, que estamos aquí por nosotros y por los parados, por los trabajadores en precario, por los jóvenes y por los jubilados; y que estamos dispuestos a pelear por un mundo más justo. Fortalezcamos nuestras organizaciones.

Aquí la carta original sin cortes:
lunes 27 de septiembre de 2010
LA HUELGA ES NECESARIA
Hasta hace poco el mensaje había calado: “En esta Arcadia feliz, ¿qué falta hacen los sindicatos ni las ideologías? “
Pues ya lo hemos podido comprobar: en la Arcadia feliz viven sólo unos cuantos que la protegen con uñas y dientes y a su vez intentan dejar sin protección a los que pueden desestabilizársela.
Se valen de diversas argucias como la de la inclusión: la de los que han creído vivir y formar parte de ese mundo perfecto, justo y abundante. Claro que uno lo puede creer sólo si se tapa la nariz, los ojos y los oídos. Si escucha sólo los cantos de sirena que quiere escuchar y que llaman pesados, pasados y apocalípticos a quienes una y otra vez han llamado la atención sobre la falsedad del capitalismo y la necesidad de otro mundo, de otra forma de sociedad, de otros valores, otra justicia y una democracia real. Un mundo más equilibrado en el que el sufrimiento de muchos no sea el bienestar de unos pocos.
De pronto, el sueño terminó y la realidad se echó encima. Cuatro millones de parados sólo en este país, endurecimiento de las condiciones de trabajo para todos y pérdida de derechos con la ayuda del Gobierno del pueblo, río revuelto para el capital que ve una oportunidad en la crisis: ellos nunca pierden.
Y si de paso se cargan cualquier medio de defensa de estos pesados trabajadores y esas organizaciones que han conseguido construir en los últimos siglos, pues mejor.
Así que se lanzan a una campaña de desprestigio de los sindicatos, de maledicencia y medias verdades, de criminalización de los empleados públicos, de préstamos generosos a los bancos, de privatización por ineficacia de lo público, de asunción de responsabilidades que no nos corresponden…
La Arcadia feliz quizá nunca sea posible y, si lo fuera, no iba a venir de manos de los poderosos. Hay que peleársela. Nadie nos da un trabajo: nos necesitan. Y esto tan elemental parece haberse olvidado.
La huelga es necesaria para decirles que no estamos de acuerdo, que estamos aquí por nosotros y por los parados, por los trabajadores en precario, por los jóvenes y por los jubilados; y que estamos dispuestos a pelear por un mundo más justo.
Fortalezcamos nuestras organizaciones y participemos en sus propuestas.
DIA 29 DE SEPTIEMBRE DE 2010 – HUELGA GENERAL – YO VOY

Motivos para no ir a la huelga

El 29 de septiembre hay convocada una huelga general. Percibo en mi centro de trabajo una apatía de los sindicatos por explicar la necesidad de esta medida tan excepcional de conflicto. Así que mis compañeras y compañeros se han “informado” más por las grandes corporaciones de la comunicación (PRISA, PLANETA, MEDIAPRO,…), que muy poco o nada han informado sobre las consecuencias de este nuevo marco jurídico laboral que pretende imponer el gobierno. Más bien se han centrado en dar todo tipo de motivos para no ir a la huelga. Entre ellos:
“Hay muchos liberados sindicales y son unos vividores”; “Los liberados sindicales no trabajan”; “Los estamos manteniendo el resto de trabajadores”; “La huelga sólo empeora las cosas”; “Los huelguistas son vagos que no quieren trabajar para sacar el país adelante”; “no sirve de nada hacer una huelga, porque estas medidas son inevitables”;…
Día tras día se repiten las consignas que persiguen crear un clima de opinión contrario a la huelga, y por si esto falla también hay empresas que envían cartas a los empleados recordándoles cuanto se les va a descontar de la nómina, hecho que junto al consumismo reinante y las cargas familiares supone un potente estímulo para no ir a la huelga.
Ciertamente hay conductas y actitudes rechazables e indignas en algunos liberados sindicales, incluso podemos considerar que el Estado ha legislado la representación de los trabajadores para favorecer la aparición de estas conductas que tanto benefician a las empresas y desmovilizan y perjudican a los trabajadores; y sin duda son un problema que debemos abordar las personas trabajadoras afiliándonos y participando en la dirección y organización del movimiento sindical, pero esta huelga no se convocó para defender esas erróneas conductas de algunos mal llamados “representantes de los trabajadores”. Esta huelga general es una medida tomada porque la reforma laboral del gobierno cambia profundamente las relaciones laborales, desprotegiendo jurídicamente al trabajador hasta límites propios del siglo pasado. Por eso es curioso ver como los medios, en lugar de discutir sobre el texto del decreto, de pronto se interesan tanto por denunciar estas conductas. Seguro que nunca los veremos denunciando que los accionistas mayoritarios del BBVA, de REPSOL, o PRISA no trabajan, y viven a costa nuestra con yates en el puerto de Mahón y mansiones con 6 cuartos de baño, y mucho menos se atreverán a llamarles vividores, al contrario harán algún programa de esos “diver” de la cuatro presentando ese modo de vida como aceptable, ético, deseable y alcanzable por todos.
En cuanto a lo de que “la huelga sólo empeora las cosas y no sirve para nada”, considero que el Real Decreto-ley 10/2010, de 16 de junio, y las modificaciones a su paso por el Congreso, supone ahondar en la misma política que originó esta crisis, es decir, que no hacer nada para exigir su derogación y permitir su implantación si que empeora las cosas. Esta crisis de capitalismo senil es fruto de la desregulación política de los mercados, que dejó en manos de las grandes empresas, especialmente del sector financiero, el control de los mismos, potenciando la voracidad de los especuladores tanto del sector financiero como inmobiliario. Ahora se produce, por lo menos, 4 veces más que hace 20 años en la misma unidad de tiempo por el empleo de nuevas tecnologías, que son fruto del esfuerzo colectivo e histórico de las clases trabajadoras, sin embargo los capitalistas traducen el uso de estos medios de producción en exclusión y paro de millones de personas, hecho que hace descender el consumo, lo que imposibilita la venta de las mercancías. En Canarias, la especulación en el negocio inmobiliario, potenciado por el desvío de decenas de miles de millones de euros públicos, vía rebaja fiscal (R.I.C.) y las duras condiciones de las hipotecas han desembocado en una crisis sangrante con miles de viviendas vacías y una desocupación de las camas hoteleras que ronda entre un 40% y 60%.
Mientras millones de personas han perdido sus empleos, y cientos de miles sus viviendas, los bancos, en cambio, han ganado 32.000 millones de euros entre 2008 y 2009, pero quieren aprovechar el rio revuelto para ganar más, así que pasan su receta al gobierno que la ejecuta sin rechistar: congelación de las pensiones para engordar el negocio de los planes privados, recortes sociales, mantenimiento de las rebajas fiscales a la gran patronal, y reforma laboral para incrementar la precariedad y el paro con la desproteción del trabajador. Amplia los supuestos para despidos improcedentes con indemnizaciones de 33 días de salario por año de servicio, de los que la empresa sólo paga 25 y el Estado paga 8. Es decir, cotizaremos para nuestro propio despido. Antes eran 45 días/año pagados por la empresa. Facilita los despidos por causas económicas con indemnización de 20 días de salario por año trabajado. Estas medidas facilitan el despido de quien tiene empleo, no crean empleo. Se arrasa con la base del derecho laboral: la negociación colectiva: la empresa podrá imponer modificaciones de horarios o traslados, podrá incumplir los acuerdos salariales pactados en convenio. Se extiende la precariedad permitiendo la entrada de las ETT,s en todos los sectores laborales y otorgando a las agencias privadas de colocación con ánimo de lucro competencias propias de los Servicios Públicos de Empleo.
Estas medidas generarán mayor rotación de trabajadores eventuales, vetados por la banca para obtener créditos hipotecarios, más miedo del trabajador y sometimiento a condiciones de explotación mayor. Está reforma empeorara más la situación, luchar contra su implantación si es necesario.
Lo de que “no sirve de nada luchar mediante huelgas, manifestaciones, u otras protestas porque las medidas son inevitables” es una consigna desmovilizadora que los medios repiten de forma compulsiva buscando la apatía y rendición bajo la asunción de que no hay otro camino que el ofertado por los capitalistas. “Las privatizaciones de las empresas públicas (UNELCO-ENDESA, IBERIA, TELEFÓNICA, …) son irreversibles, al igual que las rebajas fiscales, no se puede gravar los movimientos del capital financiero y mucho menos expropiarlo, no se pueden gravar las grandes fortunas y con ello crear empleo público en servicios esenciales, no se puede regular los mercados para evitar una economía especulativa y procurar que sea sostenible, social y productiva…” ¡¡¡Mentira!!! Si que se puede y se debe, si queremos salir del agujero negro donde nos han metido. Y lo primero es hacerles saber el rechazo a su camino, motivo suficiente para apoyar la Huelga General.
Cada persona alegará motivos para ir o no a la huelga el 29 S, pero espero que no sean los motivos que generosamente nos ofertan los medios de comunicación, también propiedad de los causantes de esta crisis. Es más honesto admitir que no se va por miedo. Y Lo de los descuentos y las cargas familiares es un arma de doble filo, pues nuestras hijas e hijos, mañana serán trabajadores y trabajadoras sometidos por este marco jurídico. Tu mismo.(T. Martín)