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domingo, 3 de abril de 2016

Escenas de la lucha de clases en Francia

La Vanguardia

Empujones a la entrada e insultos en la sala. Señoras bien vestidas y enjoyadas, comportándose como verdaderas verduleras y hombres encorbatados llamando “zorra” a la gaditana alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, afortunadamente ausente. Lo nunca visto en el elegante distrito XVI de París. Era la “reunión informativa”, organizada por el Ayuntamiento de París para los vecinos del distrito en el aula magna de la Universidad París Dauphine, que linda con el Bois de Boulogne. ¿Motivo de la bronca?: el ayuntamiento ha tenido la audacia de colocar en un barrio rico un centro provisional de acogida para 200 sin techo, pobres, vagabundos y demás. La decisión rompe un tabú: los pobres sin techo deben estar con sus parientes con techo, es decir en los distritos modestos del norte y el este de la ciudad. Nada de mezclas. El distrito XVI, 150.000 habitantes, una de las densidades de población más bajas de París, solo tiene 18 de las 10.000 plazas de acogida para los sin techo que hay en toda la ciudad, que rebosa gente durmiendo por las calles. El popular distrito XX tiene más de mil plazas. La idea de Hidalgo es repartir un poco la solidaridad, pero el alcalde de barrio, Claude Goasguen, del partido de Sarkozy, dice que lo que quieren es “castigar a los burgueses”. “Este centro de acogida hará bajar el precio de mi piso”, se queja un ciudadano. “Esta gente no tiene medios y robará”, augura una señora.

Jóvenes, abuelos y sindicatos
Eso sucedía el lunes, y ante lo crispado del ambiente el Presidente de la Universidad, Laurent Batsch, decidió dar por concluida la “reunión informativa” a los quince minutos de su inicio.

El jueves los estudiantes y bachilleres volvían a salir a la calle. Ya lo hicieron el día 9, sumándose en gran número a los sindicatos para protestar contra el proyecto de ley laboral del gobierno, que recorta un poco más el derecho laboral. Varios centenares de miles de estudiantes, trabajadores, parados y jubilados en toda Francia.Tras tantos años de recortes moderados, el bien afilado cuchillo neoliberal francés que corta muy fino, tocó nervio y el país despertó: “Hasta aquí podíamos llegar”, se leyó en un manifiesto de socialistas y compañeros de viaje de Hollande y Valls. El gobierno no se esperaba que el pueblo desenterrara su hacha de guerra, y asistió incrédulo a una reacción que en pocos días unificó a todos los sindicatos en una convocatoria de huelga general para el 31 de marzo pidiendo la retirada del proyecto de ley involucionista. Inmediatamente se borraron dos o tres aspectos enojosos del texto. Con eso se ha conseguido que algunos sindicatos, la mansa CFDT y otros, vuelvan al redil, sin embargo los otros mantienen la convocatoria de huelga, lo que a 14 meses de las presidenciales pinta muy mal para el Elíseo.

Soñando con un cambio
Como en toda Europa, la involución social francesa data de 30 años. Algunos fechan su inicio en 1983, cuando Mitterrand cambió su programa común de izquierdas por la desregularización neoliberal. El caso es que hace mucho tiempo que la vida social se degrada en Francia. Como en todas partes, la teología dominante afirma que el problema de la economía francesa tiene que ver con el exceso de Estado y de gasto social. El bombardeo mediático de esta idea, así como la escuela que ha creado a lo largo de toda una generación, son considerables, pero ya en 2005, con el referéndum contra la Constitución Europea, los franceses dijeron no, por más que su voluntad fuera olímpicamente ignorada. En todo caso, muchos sueñan ahora con un despertar. Con la idea de un vaso colmado, cuya última gota —el proyecto de ley laboral— comienza a desbordar para dar lugar a una de esas erupciones sociales francesas. Frédéric Lordon, el principal panfletista de moda de la izquierda de la izquierda local, repite estos días en sus intervenciones que si Francia peta se llevará por delante las instituciones existentes. Yannis Varufakis apunta, y tiene razón, que sin una Francia rebelde y despierta, no habrá cambio en Europa. La huelga general del día 31 deberá dar la medida de todo eso. La juventud ha estado más bien ausente de las discretas movilizaciones sociales francesas, pero el día 9 algo se movió. Llama en especial la atención la ausencia del sujeto, precario y marginado de las banlieues. Sin que ese sujeto aparezca en la calle, el cambio se quedará en sueño.

Fuente:
http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2016/03/19/escenas-de-la-lucha-de-clases-en-francia-32226/

martes, 18 de marzo de 2014

Primavera

Me gustan las personas que van por la calle con una especie de alegría en el cuerpo, el puro gozo animal de saberse vivo

Me gustan los viejos que se sientan en los bancos de la calle con sus pequeños perros repantingados sobre el asiento a su lado, unos animales tan mayores como ellos, igual de cachazudos e impertinentes mirones; los dos, humano y chucho, de vuelta ya de los afanes mundanos, amigos tan íntimos que ya no necesitan hablarse ni ladrarse, porque les basta con saberse juntos y disfrutar tranquilos de la contemplación del río de la vida.

Me gustan los bebés que están dando sus primeros pasos y que se acuclillan inestables y alargan la mano con absorto y concentradísimo cuidado para coger una margarita, objeto fabuloso que jamás han visto; su esfuerzo es tal y su lentitud de movimientos tan penosa que parecen astronautas en gravedad cero, y de algún modo lo son, porque esos pequeños exploradores están descubriendo el Cosmos, y esa margarita es más alienígena para ellos que la constelación de Andrómeda.

Me gusta que el camello del barrio (un subsahariano) les dé migas de pan a los pajaritos (la vida es poliédrica).

Me gusta ver a esas parejas de ancianos que llevan tanto tiempo juntos que se parecen en todo; y que, agarrados de la mano como dos niños, van paseando por las alamedas moteadas de sol con un vaivén gemelo de reuma y de cojera.

Me gustan los hombres y mujeres entrados en carnes y en fatiga que, vestidos de deporte, trotan desarboladamente y van más despacio que yo cuando ando despacio, pero que, aun así, se esfuerzan y no se rinden.

Me gustan esas parejas de adolescentes fundidas en un beso de tornillo, altos hornos de feromonas, explosivos paraísos de los primeros amores.

Me gustan las personas que van por la calle con una especie de alegría en el cuerpo, el puro gozo animal de saberse vivo, y que, cuando cruzan los ojos contigo, te sonríen. Los días buenos espero ser yo también una de ellas.

Fuente:
Rosa Montero, El País.

martes, 7 de enero de 2014

Brindis. Ante la orilla sagrada donde nos espera el destino, seguir vivos es la victoria

A mitad de enero en la valla publicitaria de enfrente, que a las seis de la tarde ya estaba a oscuras, sobre las piernas largas de esa modelo que anuncia un perfume se detendrá un sol imprevisto, muy dulce; al inicio de febrero, llore o ría la Candelaria, se despertará la savia de los árboles y apuntarán las gemas en las ramas desnudas; en marzo muchos sueños que uno alimentó con el año nuevo ya habrán sido derrotados: no has encontrado trabajo y tampoco has adelgazado; en cambio, las flores que perdieron los almendros han sido recuperadas por los cerezos. Pese a todo, deberás seguir adelante, puesto que el sol cumplirá con su oficio inexorable sin contar con las tormentas del corazón. Puede que este sea el artículo malo que uno repite siempre al comenzar el año, pero el sol, siendo como es una bomba de hidrógeno, también se repite y no pasa nada. Mientras las gotas metálicas del deshielo caen de los cobertizos sobre el humeante estiércol del ganado, de la última nieve resplandeciente de abril nacerán rosas en mayo y las nubes pasarán por las veletas de los campanarios cargadas de bienes o llenas de maleficios contra el trigo y el viñedo que peina las lomas. Sin duda, ante la puerta del verano, con la fe renovada, pensarás: tengo que rebelarme, no voy a dejar que me machaquen más, quiero luchar. Aquellas gemas que despertó la savia serán frutas en los mercados, cerezas de junio, ciruelas de julio, fresquillas de agosto, moscatel de septiembre. Mientras el sol decline la luz para pudrir las hojas amarillas de otoño, si finalmente has conseguido no rendirte, obtendrás también tu propia cosecha, tal vez la brisa deliciosa de un amor, el deleite de las risas con los amigos, la gracia de un placer secreto que te conceda un dios pagano. Cuando en noviembre se cierren los días y el recuerdo de los muertos fermente bajo tierra, surgirá del légamo el presagio de que todo va a resucitar de nuevo. Diciembre dejará caer el sol en el abismo, pero con el solsticio de invierno volverá a crecer desde las tinieblas y ese será el momento de recuperar la inmortalidad de cada hora. Ante la orilla sagrada donde nos espera el destino, levanta la copa y brinda por los buenos días del pasado y por todos los sueños imposibles. Seguir vivos es la victoria.
Fuente: Manuel Vicent. El País.

domingo, 30 de junio de 2013

Las pistas en el Ciclo de Suicidio

En promedio, cerca de 700 estadounidenses se suicidan cada semana, pero en las semanas de buen clima de mayo y junio, la cifra se eleva más alta, cerca de 800.

Cada año, los picos de suicidio coinciden con la floración de los tulipanes y las lilas - aumentando aproximadamente un 15 por ciento respecto al promedio anual para crear uno de los patrones epidemiológicos más consistentes de la psiquiatría. Puede parecer perverso que el período de la primavera y principios del verano, como el psicólogo Kay Redfield Jamison lo pone en su espléndido libro "Night Falls Fast," deba contener "la capacidad mayor de auto-asesinato que el invierno con menos frecuencia tiene." Sin embargo, así es.

Este crecimiento sombrío en la primavera confunde la creencia convencional de que los picos de suicidios se dan en invierno. También confunde a los investigadores - y les fascina. A medida que se descubren más ángulos en la biología del estado de ánimo y el comportamiento, se están encontrando nuevas pistas acerca de por qué los suicidios aumentan con el movimiento alrededor del sol. Tenemos  la esperanza de resolver este rompecabezas que nos ayudará a entender mejor por qué las personas se suicidan durante todo el año - y tal vez poder reducir el número de suicidios todo el año.
















Este esfuerzo tiene una urgencia extra en lo que el Dr. Adam Kaplin, psiquiatra de la Universidad Johns Hopkins, llama una "epidemia de suicidios" - un fuerte aumento de las tasas de números absolutos per cápita desde la recesión que comenzó en 2007, sobre todo, entre las personas de mediana edad. Más de 38.000 personas se suicidaron en los Estados Unidos en 2010 - un salto de 16,5 por ciento de los 32.600 suicidios, cinco años antes, y ello fue un nuevo récord. Los riesgos involucrados en averiguar la dinámica de auto-asesinato sólo parecen aumentar con el tiempo.

La oleada de suicidios de primavera son en realidad la oscilación más grande que se produce durante todo el año. Después de caer a un mínimo anual en febrero (octubre en el hemisferio sur), las tasas suben bruscamente hasta la primavera, caen lentamente en verano, muestran un ligero aumento, de acuerdo con algunos estudios, en el otoño, y entonces comienzan una caída pronunciada en invierno. El pico de la primavera por lo general va del 10 al 25 por ciento por encima de la media anual y del 20 al 50 por ciento por encima del mínimo de febrero.

El incremento de la primavera se observó por primera vez en Europa en el siglo XIX. Muchos estudios, y algunos datos que se examinan de cientos de años atrás, se han documentado desde entonces. Pero la explicación ha resultado difícil, sobre todo debido a la extrema complejidad de los suicidios.

"No hay razón para que la gente lo haga", dijo Nadine Kaslow, psicólogo investigador en la Universidad de Emory. Más bien, dice, la gente suele cometer suicidio debido a factores del sistemas que son personales, sociales y ambientales y se combinan para empujar con energía a una nueva situación de desesperación.

Desde este punto de vista, la primavera añade de alguna manera peso a una carga ya insoportable. Pero, ¿cómo?

Uno de los candidatos tradicionales, favorecido tanto por el Dr. Jamison como por el Dr. Kaslow, es el "efecto promesa rota" - a veces es la decepción aplastante de que la primavera no trae el alivio que el paciente ha esperado.

Además, los psiquiatras han observado durante mucho tiempo que los pacientes con trastorno bipolar y depresión, la primavera puede crear una agitación maníaca que amplifica el riesgo de suicidio - la agitación que ha demostrado desde hace tiempo produce un ritmo creciente de hospitalizaciones por intento de suicidio y de los episodios de manía o esquizofrenia en primavera y verano.

Los investigadores han sospechado durante mucho tiempo que esto puede estar relacionado con la caída en la primavera de la hormona del sueño, la melatonina, una reducción que nos da energía para los días más largos de la primavera, pero a veces puede ayudar a generar una agitación peligrosa. Sin embargo, ese vínculo, como muchos, sigue siendo difícil de encontrar.

En la última década, algunos investigadores se han centrado cada vez más en otro candidato: una relación aparentemente íntima entre el suicidio y la inflamación.

 Los estudios de la depresión en pacientes con esclerosis múltiple del Dr. Kaplin, muestran una enfermedad inflamatoria autoinmune. En la EM, dice, la depresión y la inflamación se alimentan entre sí, incluso teniendo en cuenta los efectos psicológicos de alguna enfermedad grave, MS agudiza el riesgo de depresión, y la depresión amplifica la inflamación central para patologías centrales de la enfermedad.

Estudiando esta relación, el Dr. Kaplin sospecha, que son mensajeros químicos del sistema inmune llamadas citoquinas. Algunas citoquinas aumentan la inflamación, mientras que otras lo frenan.

Las citoquinas inflamatorias juegan papeles cruciales en la lucha contra la infección, pero también pueden causar problemas. Cuando las personas con hepatitis C tienen la citocina interferón para ayudar a combatir la infección, por ejemplo, hasta un 40 por ciento de ellos se deprimen y uno de cada 50 intenta el suicidio. Otros estudios sugieren que la actividad de citoquinas inflamatorias reduce los niveles del neurotransmisor serotonina y detiene el crecimiento de nuevas células cerebrales - dos características de la depresión.

Si la inflamación aumenta el riesgo de depresión, ¿qué podría dar lugar a una oleada de suicidios en primavera?

Dr. Kaplin y otros señalan varias posibilidades - "todo especulativo", dice,- no para actuar sobre los hallazgos sino pistas para seguir. En todos los casos, el riesgo sugerido no proviene de un efecto directo, sino a partir de una sensibilidad adicional a la inflamación que podría ser la gota final o el irritante.

Una posibilidad es que muchas personas entran en primavera sensibilizado a la inflamación de los episodios finales de invierno con infecciones estacionales, como los resfriados y la gripe.

Una segunda posibilidad consiste en el polen de los árboles. Dr. Teodor T. Postolache, psiquiatra de la Universidad de Maryland, cree que las grandes cantidades de polen puede causar reacciones inflamatorias impulsadas por las citocinas. Un estudio que buscó relaciones de alto contenido de polen de árbol encuentra altas tasas de suicidio de temporada, otro examinó los cerebros de 34 víctimas de suicidio y encontró patrones de expresión de genes en consonancia con la inflamación motora de citoquinas.

Otra posibilidad consiste en la vitamina D. Los niveles bajos causados ​​por la falta de luz solar en el invierno se cree que conducen a la inflamación, un estudio reciente sugiere una tentativa de relación con el suicidio. Por lo tanto, el Dr. Kaplin se pregunta si las personas que ya están en riesgo de suicidio puede aumentar ese riesgo si entra en la primavera con los sistemas inflamatorios sensibilizados por deficiencias de vitamina D.

"La respuesta a este enigma es probablemente algún tipo de respuesta como "todas las anteriores", dijo.

Aun cuando estos factores inflamatorios se prueben, serán sólo algunos de los muchos -Trastornos del estado de ánimo-, como el divorcio, la pérdida del empleo, el dolor, el trauma, que fertilizar las flores oscuras de primavera. Sin embargo, mientras los investigadores puedan identificar más factores, mejor podremos comprender no sólo el aumento de suicidios de primavera, sino los misterios más grandes del suicidio.

Sin embargo, si los investigadores son cada vez más capaces de identificar a los culpables de temporada, puede ser necesario darse prisa. Uno de los hallazgos más intrigantes de la estacionalidad del suicidio es que este antiguo patrón parece estar desvaneciéndose - posiblemente porque pasamos más tiempo en casa.

Un estudio de los bien cuidados registros mensuales de suicidio de Suiza entre 1880 y 2000, por ejemplo, mostró que la curva de la primavera / verano de crecimiento es más plana en cada período sucesivo de 30 años. Al igual que muchas vidas perdidas en nuestra lucha por comprender el suicidio, esta oleada de primavera puede escapar antes de que podamos recoger plenamente sus ofertas únicas.
Fuente: The NYT. Por DAVID DOBBS, 24 de junio 2013

David Dobbs está trabajando en un libro sobre las raíces genéticas y culturales de temperamento y comportamiento. Siga, si lo desea, a @ David_Dobbs en Twitter.

lunes, 8 de junio de 2009

Jimena en un día de campo.

Una canción para Jimena.






Jimena ese día con sus papás




Jimena con su mamá, en un día de primavera
cerca de Plasencia, marzo 2009.