domingo, 11 de diciembre de 2022

_- Ideas peligrosas y vidas escandalosas: cómo los primeros románticos de Alemania transformaron nuestra visión del mundo

_- ¿Dónde nació el 'yo' moderno?

No es una pregunta que te haces todos los días pero sí una que se hizo la historiadora Andrea Wulf, autora de "Magníficos rebeldes: los primeros románticos y la invención del yo".

Y encontró la respuesta en un lugar insospechado: Jena, una pequeña ciudad universitaria alemana que en la última década del siglo XVIII se convirtió en el corazón palpitante de una revolución intelectual que nos llevó a ser como somos.

Desde filósofos y poetas hasta científicos y dramaturgos, Jena atrajo a algunas de las mentes más brillantes de Europa y sus escandalosas vidas fueron tan controvertidas como sus ideas innovadoras.

Intoxicados con la Revolución francesa, que pusieron el 'yo' en el centro de su pensamiento.

"El impacto fue sísmico, se expandió por el mundo y entró en nuestras mentes", escribe Wulf.

Luminarias
El extraordinario grupo de rebeldes incluía al enigmático poeta Novelis; a los brillantes hermanos Schlegel, ambos escritores y críticos; a Dorothea Veit, la escritora que escandalizó a la sociedad berlinesa por su relación amorosa con el mucho más joven Friedrich Schlegel, y a Caroline Michaelis, una célebre intelectual esposa del otro hermano Schlegel, August Whilhelm.

También estaba el dramaturgo más revolucionario de Alemania, Friedrich Schiller; uno de los filósofos más influyentes de la historia, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, y otro par de hermanos, Wilhelm y Alexander von Humboldt, el mayor, un erudito y fundador de la universidad de Berlín, y el menor, un intrépido y visionario explorador científico.

Y en el centro de esa galaxia, Johann Wolfgang von Goethe, el poeta más célebre de Alemania, además de dramaturgo, novelista y naturalista, y, para la escritora George Sand, "el último verdadero hombre universal que caminó sobre la Tierra".

Bosquejo de Goethe de la Torre Loberthor en Jena, Turingia FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Goethe además dibujaba. Este es un bosquejo suyo de la Torre Loberthor en Jena, Turingia.

Pero, ¿por qué tantos pensadores progresistas creativos terminaron en ese momento en Jena, una ciudad de 4.500 habitantes que se podía cruzar en menos de 10 minutos?

El escenario
A finales del siglo XVIII, Alemania no era una nación unificada. Era un mosaico de unos 1.500 estados, algunos grandes y poderosos, otros, pequeños principados.

Ese rompecabezas era el Sacro Imperio Romano.

Una ventaja involuntaria de esta fragmentación era que la censura no se aplicaba fácilmente en los pequeños estados.

Jena estaba gobernada por un duque muy ilustrado que fomentaba cierto grado de apertura y franqueza.

Y su pequeña universidad, debido a unas complicadas leyes de herencia, estaba gobernada por cuatro duques diferentes, sin nadie realmente a cargo.

"Eso significaba que los profesores podían enseñar lo que quisieran".

El momento
El filósofo Johann Gottlieb Fichte, por ejemplo, declaró en 1794 en su primera conferencia en Jena que "una persona debe ser autodeterminada, y nunca dejarse definir por nada externo".

"Quizás hoy en día nos es difícil apreciar cuán revolucionaria era esa noción", le dijo Wulf a BBC History Extra.

Reunión en Jena. Desde la izquierda: Friedrich Schiller, Wilhelm y Alexander von Humboldt y Johann Wolfgang Goethe- 1793 FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

"El mundo en el que crecieron los miembros del grupo de Jena fue uno de despotismo, desigualdad y control".

Gran parte del mundo estaba regido por monarcas y líderes que controlaban la vida de sus súbditos.

Los gobernantes tenían desde el derecho de desterrar a sus súbditos hasta negarles el permiso de moverse; algunos incluso los podían vender como mercenarios a potencias extranjeras, otros alquilaban regimientos completos para subvencionar sus propios gastos.

"En toda Europa, los filósofos eran censurados por sus ideas, a los escritores se les prohibía escribir, los profesores perdían sus puestos por expresarse y los dramaturgos eran encarcelados por sus obras", cuenta la historiadora.

Y, en 1789, estalló la Revolución Francesa.

De repente, todos los humanos podían ser iguales.

"Hay cosas que se están haciendo realidad", escribió el poeta Novalis en 1794, "que, hace 10 años, habrían ido directamente al manicomio filosófico".

"Tenemos que creer en el poder de las palabras", declaró Friedrich Schlegel, mientras que su cuñada Caroline estaba convencida de que los escritores gobernarían el mundo".

"Monje junto al mar" (ca. 1808) de Caspar David Friedrich, uno de los artistas influenciado por las teorías estéticas de los románticos de Jena.

Sin embargo, el terror que desató esa Revolución Francesa llevó a los pensadores progresistas alemanes a concebir Europa como un espacio cultural más que militar.

Schiller, por ejemplo, argumentó en sus "Cartas sobre la educación estética del hombre" (1795) que el arte podría ayudar a instigar una revolución más amable y ética.

Las cartas de Schiller se convertirían en un documento fundacional para esa nueva generación de pensadores, que se autodenominaban románticos.

El 'Ich'
Fue en ese ambiente que Fichte dictó esa conferencia, en un auditorio repleto y estudiantes subidos en escaleras tratando de mirar por las ventanas.

"Era todo un espectáculo. Tenía una presencia muy fuerte".

"Sus alumnos lo llamaron el 'Bonaparte de la Filosofía' porque lo revolucionó todo", cuenta Wulf.

"Lo que hizo fue imbuir al yo con libre albedrío y autodeterminación, y declaró que la única certeza en el mundo es que este se experimenta a través del yo".

Por siglos -le dijo Wulf a BBC HistoryExtra- los filósofos habían hablado de que el universo está gobernado por dios y por la verdad dada por dios.

Las matemáticas y la observación racional podían haber allanado el camino para poder entender esas leyes naturales, pero los humanos nunca podían darles forma; eran piezas en el engranaje de esa máquina divina.

"Entonces, cuando Fichte dice que la fuente de toda realidad es el yo, es una idea revolucionaria explosiva".

Johann Gottlieb Fichte (1762-1814), figura fundadora del movimiento filosófico conocido como idealismo alemán. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Era el yo mismo el que creaba su propia existencia y, a través de ese poderoso acto inicial, también traía el mundo externo a la existencia, al menos en nuestra mente.

"Eso no significa que el yo crea el mundo, pero crea nuestro conocimiento del mundo; el yo es el agente de todo, por lo que es libre".

"Ese es el comienzo del yo moderno", subraya Wulf.

Los 'yo'
Para el grupo de Jena, esa experiencia individual se convitió en su referente.

Rompieron con todas las convenciones sociales y dejaron de aceptar reglas externas.

"Fue como si usaran sus propias vidas como un laboratorio para poner a prueba todas esas radicales nociones".

"Desarrollaron ideas sobre el poder creativo del yo, sobre la unidad entre la humanidad y la naturaleza y sobre el verdadero significado de la libertad".

El centro de reunión era el hogar de los hermanos Schlegel y sus compañeras Dorothea y Caroline.

Caroline Michaelis-Böhmer-Schlegel-Schelling llamaba a Jena "el reino de la filosofía".

Esta última se convirtió en una especie de directora de orquesta que llevaba la batuta en los almuerzos en su casa, alrededor de una mesa que sentaba a 20 personas y frente a platos de comida deshabrida.

"Decían que lo que importaba no eran los ingredientes de las comidas, sino el menú intelectual que Caroline preparaba: era ella quien les decía de qué iban a hablar y todos empezaban a discutir, a gritar y a reír".

"Acordaron en qué no tenían que estar de acuerdo porque no había nada más aburrido que ponerse de acuerdo en algo".

Y llevaban la idea de yo a los límites.

Sin barreras
Novalis es un gran ejemplo.

"Es la epítome del joven romántico. Nació en una antigua familia aristocrática sajona, uno de 11 hijos, así que no tenía dinero y tuvo que trabajar en las minas de sal.

"Además era poeta, alto, delgado, tenía el pelo largo y, según sus amigos, había algo mágico en él. Y, murió a los 28 años, así que quedó joven para siempre".

"Hombres y mujeres se enamoraban de él pero él se enamoró platónicamente de una chica de 12 años que murió a los 15".

Devastado, decidió suicidarse... a punta de fuerza de voluntad.

Suena loco, pero concordaba con la filosofía que estaban explorando: si era cierto que el yo era capaz de crear la existencia, debía ser capaz de extinguirla.

Retrato de Friedrich von Hardenberg alias Novalis (1772-1801) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

"Por supuesto que no funcionó. Pero convirtió ese período en la poesía más exquisita".

Ese es un ejemplo de la fluidez entre las disciplinas de ese grupo de Jena: para ellos, la Ilustración había hecho del mundo un lugar demasiado racional y mecánico.

Para contrarrestar, había que trascender las barreras disciplinarias.

La ciencia no era algo a lo que resistirse; debía estar integrado, porque todo estaba conectado. Idealizar el mundo significaba captarlo como un todo resonante.

"Novalis, por ejemplo, no solo tornó esas ideas filosóficas en poesía sino que quiso poetizar las ciencias; su mejor amigo, Friedrich Schllegel, dijo: 'Quiero convertir las matemáticas y la física en música. Quiero hacer que Euclides sea canto'".

"Querían crear algo que fuera complejo, difícil de manejar, inherentemente inacabado.

"La poesía romántica para ellos podía ser cualquier cosa: un poema, un ensayo, una novela, una pieza musical, una obra de arte o, incluso, un experimento científico".

Libertad vs egoísmo
De esa misma manera, trascendieron las barreras sociales, así que su historia también está llena de escándalos y amoríos y matrimonios abiertos e hijos nacidos fuera del matrimonio.

"Caroline, por ejemplo, se casó con August Wilhelm Schlegel, pero su hermano Friedrich también estaba enamorado de ella. Y luego comienza a tener una aventura con Friedrich Schiller, pero a Wilhelm no le importa porque él también tenía sus amantes".

Y ese es solo su caso.

Pero, "en el centro de todo, estaba la tensión entre las emocionantes posibilidades del libre albedrío y las trampas del egoísmo, un malabarismo que seguimos intentando dominar".

Y esa tensión terminó destruyéndolos.

"Al final se volvieron demasiado absortos en sí mismos y sus egos se inflaron demasiado".

Su irreverencia condujo a enemistades, primero entre los advenedizos Schlegels y el venerable Schiller, y luego entre Schelling y Fichte.

La negativa de Caroline a ajustarse a las convenciones le valió la desaprobación generalizada, especialmente de otras mujeres.

Goethe intentó ser una fuerza estabilizadora pero en 1803 el grupo se desintegró.

Tres años despues, las tropas francesas llegaron a Jena y saquearon e incendiaron la ciudad. El victorioso Napoleón durmió en la cama de Goethe.

Sin embargo, "si los revolucionarios franceses cambiaron el panorama político de Europa, el grupo de Jena incitó una revolución de la mente que aún repercute", afirmó Wulf.

La historiadora rastreó la influencia de los pensadores de Jena en las generaciones posteriores: desde los poetas románticos ingleses, especialmente Samuel Taylor Coleridge, y los trascendentalistas estadounidenses como Henry David Thoreau y Waldo Emerson, hasta Sigmund Freud y James Joyce.

Según Wulf, hemos "interiorizado el Ich" a tal punto que ya no lo reconocemos. Lo que era revolucionario se volvió estándar: ahora todos somos románticos.

Y comenzó en un pequeño pueblo alemán hace más de dos siglos.

* Si quieres escuchar la entrevista de BBC HistoryExtra con Andrea Wulf,   haz clic aquí

sábado, 10 de diciembre de 2022

ENVEJECIMIENTO POBLACIÓN Nicklas Brendborg: “Mantener tu boca limpia es de las pocas cosas fáciles que puedes hacer para alargar la vida”.

El biólogo danés ha publicado un libro en el que recoge los últimos avances para prolongar la vida saludable, desde la dieta o el ejercicio a los fármacos antienvejecimiento.

En los primeros tiempos de la Unión Soviética, durante los años veinte del siglo pasado, el bolchevique Alexander Bogdanov comenzó a experimentar con las transfusiones de sangre como método para curar el envejecimiento. Después de sobrevivir a los peligros de la revolución y tras someterse a 10 transfusiones de sangre en dos años, en 1928 sucumbió a la undécima. El donante tenía malaria y tuberculosis. Muchas décadas después, en 2015, Elizabeth Parrish, estadounidense y directora de una empresa llamada BioViva, viajó a Colombia para escapar de las autoridades que regulan el uso de tratamientos médicos en su país y aplicarse una terapia génica antienvejecimiento. Aunque su enfoque no ha recibido el beneplácito de la comunidad científica, Parrish sigue viva.

La eterna juventud es un premio que ha llevado a científicos y aventureros a asumir riesgos excepcionales. Ahora mismo, hay individuos que se aplican tratamientos fuera de los circuitos oficiales para escapar a los daños del paso del tiempo. Algunos fármacos, como la rapamicina, que se emplea para evitar los rechazos de órganos en los trasplantes, o la metformina, que toman muchas personas con diabetes, han mostrado su potencial contra el envejecimiento en animales y se están empezando a probar en humanos con ese objetivo.

El estudio de algunos animales, como la medusa Turritopsis, capaz de invertir su propio envejecimiento y volver, de algún modo, a su infancia, sugiere que hacerse viejo no es ineludible y muchos científicos de prestigio creen que nos estamos acercando a obtener respuestas sobre cómo vivir más allá de nuestros límites actuales. Nicklas Brendborg (Aalborg, Dinamarca, 27 años), biólogo molecular en la Universidad de Copenhague, acaba de publicar un libro (La medusa inmortal, Destino) en el que recoge los últimos hallazgos sobre este anhelo inmemorial de la humanidad. Ha charlado con EL PAÍS esta semana por videoconferencia.

Pregunta. ¿Cuánto tiempo podría ganar una persona que siga los consejos de su libro?
Respuesta. Depende de quién seas. Con algunas personas, es muy fácil darles un consejo que les prolongue la vida: deja de fumar, pierde algo de peso… Pero hay personas que ya llevan una vida muy sana. Ahí tienes que ir a los detalles, a tomar algún suplemento o a cuidar mejor su salud dental. En los últimos 100 años, se han conseguido grandes incrementos en la esperanza de vida, pero ahora parece que hemos alcanzado un límite, al menos para las personas que no fuman, no beben, comen poco y hacen ejercicio, que en cualquier caso tampoco es una combinación fácil de alcanzar.

Incluso aunque sigas todas las reglas para tener buena salud, vas a envejecer y vas a tener alguna enfermedad relacionada con el envejecimiento que te acabe matando. Así que si quieres ir más allá, como el tiburón de Groenlandia [que puede vivir hasta 500 años], va a ser necesario algún tipo de intervención médica. Tendremos que desarrollar nuevos fármacos para llegar ahí.

P. Ahora se están probando ya compuestos como la rapamicina o la metformina y también hay experimentos con células madre. ¿Cree que estas soluciones empezarán a superar las fases experimentales y a llegar al mercado en 20 años?
R. Creo que solo harán falta cinco años para que los primeros productos lleguen al mercado. Efectivamente, la metformina o la rapamicina son buenos candidatos y en este mismo momento ambas están probándose en humanos. El potencial de estas moléculas es algo que conocíamos desde hace mucho tiempo en ratones y ahora, finalmente, vamos a ver cuál es el veredicto en humanos. Esa será una primera generación, con estos fármacos que ya han sido aprobados para su uso en humanos. Pero después habrá una segunda generación de sustancias. Yo diría que vamos a ver estos productos llegando al mercado en los próximos cinco o 10 años si somos pesimistas.

P. ¿Piensa que sucederá como con los tratamientos avanzados en enfermedades raras o en el cáncer, que serán muy eficaces, pero con precios prohibitivos, y que solo llegarán a unos pocos?
R. Depende de la terapia de la que hablemos, porque algunas ideas se basan en pequeñas moléculas conocidas que no serían tan caras. Algunas terapias basadas en células, al principio, van a costar una fortuna. Pero la medicina suele pasar por una fase donde los tratamientos son muy caros y se van abaratando según aprendemos a producirlos en masa o encontramos alternativas que hacen lo mismo. Cuando se encuentre algo que funcione para aumentar la esperanza de vida, habrá una carrera para bajar el precio y, como el premio para el que consiga este objetivo es enorme, habrá mucha gente que entre en la carrera.

P. Las principales fortunas del mundo han mostrado mucho interés en la ciencia de retrasar el envejecimiento. Altos Lab, por ejemplo, ha reunido 3.000 millones de euros para ponerse en marcha y a muchos de los mejores científicos especializados en envejecimiento del mundo ¿Ve posible un futuro distópico en el que haya milmillonarios viviendo cientos de años y el resto de la gente con una esperanza de vida similar a la actual?
R. Creo que no será imposible ampliar la esperanza de vida hasta 200 o 300 años, algo así. Y al principio, como cualquier otra cosa, será muy caro, y serán los ricos los que tengan acceso por delante de los pobres. Pero también habrá muchos científicos que quieran tenerlo para ellos mismos. Y muchos activistas. No espero que la gente rica lo desarrolle y se lo quede para ellos, eso no sería socialmente aceptable. Al principio será caro, pero habrá una carrera para bajar el precio y encontrar alternativas para que sea más accesible a todo el mundo. Supongo que es el camino que vemos en todas las tecnologías. Lo que ahora tiene una persona normal es algo que ni siquiera los reyes podrían tener hace 100 años.

P. ¿Qué es lo más fácil que se puede hacer ahora para prolongar la vida?
R. Lo que es fácil, desgraciadamente, funciona peor que lo que es difícil, como comer saludable o hacer mucho ejercicio. Pero mantener tu boca limpia es de las pocas cosas fáciles que puedes hacer para alargar la vida, cepillándote y usando hilo dental, porque conocemos la relación entre los patógenos de la boca y las enfermedades cardiovasculares y la demencia. Es muy fácil prevenir estas infecciones bacterianas quitando de la boca la comida en la que se reproducen. La gente que tiene trastornos inflamatorios de la boca tiene mayor riesgo de trombos, demencia y de morir antes, y esos riesgos se pueden evitar limpiándose dos o tres minutos al día, lavándote los dientes y utilizando hilo dental. Ser donante de sangre también podría tener un efecto beneficioso.

Sabemos que hay una conexión muy estrecha entre la salud mental y la física y también en la otra dirección

P. Ser pequeño también es un factor favorable para vivir más. ¿Por qué?
R. Hay dos cosas que lo pueden explicar. La primera es que al ser más grande tienes más células y si asumimos que todas las células tienen el potencial de volverse cancerosas, eso supondría un riesgo ligeramente superior de tener la enfermedad y es algo que hemos observado. Pero probablemente no es el motivo principal. La principal razón tiene que ver, seguramente, con la señalización de crecimiento, que te hace ser más grande, pero también te hace envejecer más rápido, porque cuando hay mayor señalización de crecimiento, también hay un descenso en la reparación del organismo. El cuerpo se centra en el crecimiento o en la reparación.

P. Cuando se buscan las claves de la vida eterna desde un planteamiento científico, se suele mirar, por ejemplo, a zonas donde hay una gran longevidad, como Okinawa en Japón o Nicoya en Costa Rica. Después, se diseccionan las características de la forma de vida, lo que comen o qué hacen, y se trata de encapsular esas características. Pero muchas veces lo que hace que tengamos una vida prolongada son alimentos, lugares, formas de socializar y demás, que solo funcionan cuando van juntas.
R. He pensado mucho en ello y es verdad. Sabemos que hay una conexión muy estrecha entre la salud mental y la física y también en la otra dirección. El efecto placebo, pensar que algo tiene un efecto médico, hace que lo tenga, pero también el efecto nocebo, que es justo lo contrario. Y esto es un problema con la comida porque puedes acabar haciéndote daño si piensas demasiado en que algo que estás tomando es malo: te estresas y te sientes culpable porque no estás siguiendo una dieta. Así que sí, hay que tener en cuenta todo esto.

P. Durante el siglo XX se logró un incremento de la esperanza de vida enorme, pero en los últimos años parece que la tendencia se ha ralentizado y hay países como EE UU donde la esperanza de vida ha descendido. ¿Hemos alcanzado un tope?
R. Hay señales claras de que la estadounidense no es una sociedad muy sana. Tienen un gran problema con las armas, con las adicciones a las drogas o la epidemia de obesidad, y ahora su esperanza de vida cae. Pero no creo que eso vaya a llegar a otras partes del mundo, ni que vaya a pasar en España o Dinamarca. Hemos visto un incremento gradual de la esperanza de vida en casi todos los países y eso va a continuar porque estamos haciendo mejoras en nuestras formas de vida y en la medicina. Después, tenemos la gran esperanza de los fármacos antienvejecimiento. Y ahí entramos en un terreno más especulativo, pero creo que se va a producir un incremento exponencial en la esperanza de vida y vamos a tener gente que está viva hoy muriendo a los 100 o los 150 años.

https://elpais.com/salud-y-bienestar/2022-11-12/nicklas-brendborg-mantener-tu-boca-limpia-es-de-las-pocas-cosas-faciles-que-puedes-hacer-para-alargar-la-vida.html 


viernes, 9 de diciembre de 2022

La extraordinaria vida de Flora Tristán, la franco-peruana "que inspiró" a Karl Marx

Quizás no sepas bien quién es, pero Flora Tristán no es una desconocida.
Flora Tristán (1803-1844)
Pie
Aunque desapareció de la historia por un rato, fue rescatada con tal repercusión que, además de sus libros y numerosos artículos sobre ella, tanto en Francia como en Perú, hay calles, escuelas y organizaciones de ayuda para la mujer que llevan su nombre.

No sólo eso.
Flora Tristán es uno de los dos protagonistas de "El paraíso en la otra esquina", una novela escrita nada menos que por el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

El otro protagonista es el pintor posimpresionista Paul Gauguin, su nieto.

Entonces, ¿por qué escribir otro libro sobre ella, como lo acaba de hacer la autora y catedrática de la Universidad de París- Nanterre Brigitte Krülic?

"Flora Tristán es una personalidad excepcional del siglo XIX, no sólo porque es una mujer, sino también porque es una mujer que resume todas las dificultades vinculadas al destino de las mujeres en la primera mitad de ese siglo e incluso después", respondió en conversación con BBC Mundo.

"Al mismo tiempo, ejemplifica una capacidad inusual para superar esas dificultades".

Y las razones se multiplicaban.
"Es una precursora de muchas cosas: el sindicalismo, el feminismo, la demanda de libertad para que las mujeres evolucionen en el espacio público sin ser molestadas.

"Además, siendo francesa y peruana es un puente entre dos mundos".

Brigitte Krülic y su libro.

Para la especialista en la historia de ideas políticas, era un personaje tremendamente interesante.

"Flora Tristán es una hija espiritual y política de la Revolución, parte de esos pensadores que vivieron la onda expansiva de la Revolución Francesa, ya fuera para condenarla o pensar en sus consecuencias o tratar de cumplir sus promesas".

Pero había algo más.
"No sólo escribió y estableció hitos sino que tuvo una vida digna de una novela de aventuras.

"Realmente fue irresistible: tenía que examinar más de cerca a cómo esta franco-peruana había llevado su vida, luchado sus batallas y escrito, y debo decir que fue una aventura absolutamente apasionante".

Todo empezó bien Flora nació el 7 de abril de 1803.

"Su padre era una personalidad de la aristocracia criolla peruana", cuenta Krülic. Su madre, una francesa que había huido a Bilbao, España, durante la Revolución.

"Al comienzo, parecía un cuento de hadas".

Su hogar en París era frecuentado por personalidades como Simón Bolívar, futuro libertador de cinco naciones; el escritor y filósofo Simón Rodríguez, mentor del Libertador, y el naturalista Aimé Bonpland.

Pero pronto todo eso cambió.

Homenaje a Flora Tristán en Francia.

"A los cuatro años perdió a su padre y quedó en una situación en la que acumuló todos los problemas y todas las desventajas".

Aunque sus padres habían contraído matrimonio ante un sacerdote en España, el trámite no tenía validez para las autoridades y las leyes francesas, pues no se habían casado civilmente.

Así que no fue reconocida como heredera legal de su padre, cuyo hermano era virrey de Perú.

"Como mujer, bastarda, huérfana y pobre, no tendría educación".

Pero "Flora sería autodidacta".

De mal en peor
A los 17 años se casó con su patrón, el grabador Andre-Francois Chazal, un hombre violento al que dejó cuatro años después, luego de tener dos hijos y con una tercera gestándose en su vientre: Alina, la madre de Paul Gaugin.

Así, comenzó una lucha desesperada por el divorcio, que se extendería 14 años.

Abandonar el hogar la convirtió en una fugitiva, así que tuvo que esconderse y trabajar en lo que pudo para mantener a sus hijos, sin siquiera el apoyo moral de su madre, para quien una mujer que dejaba a su esposo era peor que una prostituta.

Según ella misma contaría, tras desempeñar varios oficios, consiguió empleo con una familia inglesa con la que viajó por Europa y visitó Reino Unido por primera vez.

Volvería en 1839 y en 1840 publicaría "Paseos en Londres", en el que denunciaría las desigualdades que presenció, y culparía a los aristócratas y el sistema capitalista por tal injusticia; el libro se convertiría en uno de los textos fundamentales del incipiente movimiento socialista.

Pero ni ese libro ni todos los demás que escribió probablemente habrían visto la luz de no haber sido por el viaje en el que se embarcó en 1833.

Arequipa, grabado del siglo XIX. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

"…resolví ir al Perú y refugiarme en el seno de mi familia paterna, con la esperanza de encontrar allí una posición que me hiciese entrar de nuevo en la sociedad", escribiría en "Peregrinaciones de una Paria" (1838).

Perú
Como en una novela de aventuras romántica, relató Flora, fue una charla casual en un albergue parisino con un capitán de barco llamado Zacarías Chabrié, a quien le contó sus penurias, lo que desencadenó el periplo.

En sus viajes, Chabrié había conocido a la poderosa familia Tristán, cuya cabeza era don Pío Tristán y Moscoso, el hermano menor de su padre, y la animó a que le escribiera.

La respuesta de su tío tardó en llegar y, aunque no prometía nada, le envió dinero para que fuera a visitarlos en Arequipa.

Aunque el que una mujer viajara sin acompañante en esa época era inusual y peligroso, Flora atravesó el océano sola, acompañada de 18 hombres.

Y aunque fue recibida en la casa señorial de la familia y disfrutó de una vida supremamente cómoda durante los 8 meses que estuvo en Perú, su tío sofocó cualquier ilusión de pasar por alto su condición de bastarda y entregarle su patrimonio.

"Me quedé sola, completamente sola, entre dos inmensidades: el agua y el cielo", dice la última página de "Peregrinaciones de una Paria", una memoria y crónica de su viaje.

Fue entre esas "dos inmensidades" que al fin se encontró.

Si quien había zarpado de Francia era una luchadora y rebelde que soñaba con recobrar su lugar perdido en la aristocracia, quien regresó en 1834, fue una revolucionaria decidida a conquistar con la pluma y la palabra un lugar justo para todos en la sociedad.

¿Madame viaja sola?
Desde el principio fue evidente que su experiencia le había dado una visión clara de cómo el mundo podía ser mejor.

Estampilla en homenaje a Flora Tristán, Francia.

A veces el punto de partida parecía inusual, pero la ambición era enorme, como en su primer libro "De la necesidad de dar buena acogida a las mujeres extranjeras" (1835), .

En él, "imagina formas de ayudar a las mujeres a viajar", resume Krülic.

"Cuando una mujer llegaba a un hotel, la pregunta era '¿Madame viaja sola?', algo obviamente reprochable: una mujer que viaja sola es un aventurera; incluso puede ser una 'mujer de mala vida'.

"Ella misma fue acusada cuando estaba en un hotel sola: 'Probablemente sea porque quiere recibir amantes', dijeron.

"Lo que Flora reclama es el derecho de las mujeres de ser anónimas, de poder hacer todo aquello que no está prohibido -ir a un hotel, al banco, a un museo- sin ser juzgadas.

"Y ese problema de la visibilidad de las mujeres, de la libertad de las mujeres en el espacio público, lamentablemente aún no está completamente solucionado".

Libre al fin
Más tarde escribiría "Petición para el restablecimiento del divorcio" (1837), una de las causas por las que más luchó, así como por la abolición de la pena de muerte.

Pero sería su "Peregrinaciones de una Paria" la que le abriría un espacio más amplio en los salones parisinos.

En Arequipa, no obstante, propició un rechazo tan fuerte que hubo una quema pública de la obra, pues sus descripciones de Perú de mediados del siglo XIX ofendieron a quienes habían sido sus anfitriones.

Más tarde, la obra sería revalorada por los historiadores peruanos y, en las primeras décadas del siglo XX, sería acogida como una de las suyas.

Entre tanto, la fugitiva se había vuelto conocida y eso implicó estar en la mira de su esposo.

Chazal la acechaba, la sorprendía en las calles y la golpeaba, la llevaba a los tribunales para intentar quitarle la custodia de sus hijos, a quienes la justicia obligaba a estar con él, a pesar de que los aterrorizaba.

A Alina la tuvo que rescatar o esconder cuando la niña se escapaba después de que su padre la raptara.

Fue sólo después de que Chazal le disparó y la hirió de gravedad que lo encarcelaron. Finalmente Flora y Alina fueron libres.

Aline, hija de Flora, pintada por su hijo Paul Gauguin. FUENTE DE LA IMAGEN,STAATSGALERIE STUTTGART

Unos años después, "de una manera extremadamente audaz y premonitoria", dice Krülic, Flora examinaría la cuestión del consentimiento amoroso y la libertad de movimiento de las mujeres en el espacio público.

"Planteó una noción que, en el siglo XIX, era completamente inaudible: la del consentimiento. En esa época, eso no le interesaba ni a hombres ni a mujeres.

Y no se limitó a la necesidad de decir "sí".

"Cuestionó cuáles fueron las condiciones bajo las cuales dijo que sí... ¿Tuvo la opción de decir que 'no'?

"Lo preguntó porque lo vivió en carne propia: ella consintió casarse a los 17 años, pero ¿podría haber hecho otra cosa?".

Casi 180 después de su muerte, esa noción sigue resonando con fuerza.

Y es una de las razones que llevaron a Krülic a lanzarse a "la aventura de escribir el libro".

Seres humanos "Flora Tristán no es sólo una mujer mal casada que casi fue asesinada por su esposo", declara.

"Su personalidad y su obra van mucho más allá: desarrolló una serie de ideas extremadamente innovadoras e interesantes".

Si bien en las décadas de 1960-70 fue reconocida como pionera del feminismo y del movimiento sindicalista, Krülic considera que "hay una profunda injusticia" en el hecho de que "su contribución al pensamiento político y social no sólo ha sido minimizado, sino prácticamente desoído".

"Primero, el hecho de que sin agresividad, ni noción de guerra de los sexos, sino con la idea de que el ser humano es hombre y mujer, no podía cumplirse la promesa de 'Libertad, igualdad y fraternidad' si no la concebimos para el ser humano, es decir, los dos sexos.

"La igualdad es universal o no existe.

"Y lo dijo con una claridad, una radicalidad que es absolutamente incomparable y que, paradójica y tristemente, explica por qué fue ignorada".

No había espacio para una Flora Tristán en una izquierda marcada en Francia por el autoproclamado misógino Pierre-Joseph Proudhon.

Karl Marx. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Incluso Karl Marx, quien la reconoció como una "precursora de altos ideales nobles", no la citó en su Manifiesto Comunista de 1848, a pesar de que conocía "su idea de que, más allá de las particularidades de profesión, sexo, origen geográfico, ubicación, la clase trabajadora constituye una sola entidad que tiene intereses comunes".

"Marx tomó esa idea, la desarrolló, la teorizó, la respaldó con su inmensa cultura filosófica y económica, con los medios intelectuales que él tenía pero Flora no".

"Era una idea extremadamente fuerte, extremadamente poderosa, extremadamente original de Flora Tristan.

"¿Por qué no la citó como a otros si, de hecho, fue su idea la que jugó un papel desencadenante para él?

"Creo que hay dos razones principales".

La primera, según Krülic, es sencilla: ella era mujer y él, un hombre de su época.

La segunda era una diferencia de expresión.

Demasiado romántico
"Ella tenía el vocabulario de autores románticos.

"Leía mucho, tenía una vasta cultura y estaba imbuida de un pensamiento cristiano, totalmente disociado de la Iglesia y anticlerical pero no antirreligioso, y ese era un punto fundamental de desacuerdo con Marx".

Esa idea de Flora, por ejemplo, en lenguaje marxista sería algo así como: el proletariado es una clase universal y como tal debe organizarse internacionalmente; su existencia y su fuerza radical se define por su falta de propiedades, por su presencia mayoritaria en la sociedad y, fundamentalmente, porque es la única clase verdaderamente productiva.

Libros de Flora Tristan
Pero si bien "Marx escribe sobre los trabajadores y su obra conceptual admirable, lo cierto es que requiere estudio; no es una lectura, como Flora dice, para los trabajadores".

Su estilo era más concreto.

"Sabía que los trabajadores tenían una jornada laboral muy larga, que muchos no sabían leer, y había que dirigirse a ellos en un lenguaje sencillo que los incitara a la acción.

"Eso también fue muy innovador y la diferenció de los socialistas de su época".

Y lo puso en práctica.

Se llamó a sí misma la "apóstol de la Unión de Obrera" y en abril de 1844 salió en un tour de Francia, con la policía siguiéndole los pasos, pues las reuniones políticas estaban prohíbidas, a llevar ese mensaje.

Su fervor fue profundamente apreciado.

Cuando murió en Burdeos 6 meses después, sin haber podido terminar su gira, la gente por la que luchó grabó en su tumba las palabras: "A la memoria de la señora Flora Tristán, autora de 'La Unión Obrera', los trabajadores agradecidos. Libertad, Igualdad, Fraternidad, Solidaridad".

Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Arequipa, un encuentro de escritores y pensadores que se realizó en esa ciudad peruana del 3 al 6 de noviembre. Lee aquí toda la cobertura.


jueves, 8 de diciembre de 2022

Batalla de Stalingrado, octogésimo aniversario de la salvación del mundo

El conflicto bélico que Alemania desató en la Unión Soviética fue una guerra de exterminio contra los pueblos eslavos, gitanos y judíos, que para los nazis eran de raza inferior y ocupaban el espacio vital que les pertenecía a ellos, que se creían de raza superior.

La traición al pueblo checoslovaco por parte de Occidente se dio mediante el Pacto de Münich. Checoslovaquia tenía garantizada su existencia por el Pacto de Asistencia Mutua, que firmó con Francia, y por el Tratado Checo-Soviético; además, el 28 de abril de 1938, Gran Bretaña se comprometió a luchar junto a Francia si tuviera una guerra contra Alemania. Pese a ello, Chamberlain, Primer Ministro inglés, voló a entrevistarse con Hitler para lograr un acuerdo anglo-alemán. Le explicó al rey de Inglaterra que se proponía plantear a Hitler que Alemania e Inglaterra fueran “los pilares de la paz en Europa y los baluartes contra el comunismo”.

En la reunión, Hitler le exigió a Chamberlain que aquellas partes de los Sudetes checos, donde vivían más del 50% de alemanes pasaran a formar parte de Alemania. Chamberlain aceptó el traslado de los Sudetes checos al Tercer Reich. Lord Halifax, secretario de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, fue el encargado de entregar este acuerdo a Jan Masaryk, Embajador de Checoslovaquia en Londres.

Se dio el siguiente diálogo, Lord Halifax: “Ni el Primer Ministro inglés ni yo le queremos dar consejo alguno con respecto al memorándum. Pero piénselo bien antes de responder negativamente. El Primer Ministro está persuadido de que Hitler sólo quiere los Sudetes, si lo consigue no reclamará nada más”; Masaryk: “¿Y usted cree eso?”; Lord Halifax: “Yo no he dicho que el Primer Ministro esté convencido de eso”; Masaryk: “Si ni usted ni el Primer Ministro quieren darnos ningún consejo sobre el memorándum, entonces, ¿cuál es el papel del Primer Ministro?”; Lord Halifax: “El de correo y nada más”; Masaryk: “Debo entender que el Primer Ministro se ha convertido en recadero del asesino y salteador, Hitler”; Lord Halifax, un poco turbado: “Pues, si le parece, sí”.

Alemania propuso la realización de una conferencia de cuatro potencias: Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. No fue tomada en cuenta Checoslovaquia, que en ese corrillo perdió la quinta parte de su territorio, la cuarta parte de su población y la mitad de su industria pesada. A su delegación, que esperaba fuera del lugar de la reunión, se le comunicó verbalmente el destino nefasto de su país. Sus delegados reclamaron indignados por aquella resolución monstruosa, criminal y absurda. Les contestaron: “¡Es inútil discutir! Está decidido”.

En Münich se dieron los primeros pasos para una alianza entre Inglaterra y Alemania. La finalidad la denuncia Sir John Wheeler Bennet, historiador británico especializado en el estudio sobre Alemania: “Existía la oculta esperanza de que la agresión alemana, si se la lograba encauzar hacia el Este, consumiría sus fuerzas en las estepas rusas, en una lucha que agotaría a ambas partes beligerantes”.

Tras la entrega de Checoslovaquia a Alemania, Hitler exigió la reposición del Corredor Polaco, la devolución del puerto Dánzig y que Polonia le cediese facultades extraterritoriales para construir autopistas y líneas férreas por el territorio polaco. Luego anuló el pacto de no agresión firmado con Polonia, comenzó a reclamar las colonias que le fueron arrebatadas por Francia e Inglaterra después de la Primera Guerra Mundial y renunció al convenio naval anglo-alemán. El 1 de septiembre de 1939, fecha oficial del inició de la Segunda Guerra Mundial, Alemania invadió Polonia. Dos días después, Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania.

El 14 de mayo de 1940, los tanques alemanes rompieron las líneas defensivas francesas en la región de Sedan y se precipitaron en dirección a occidente. El 18 de mayo, el 9° ejército francés fue derrotado. El 20 de mayo, las divisiones motorizadas alemanas comandadas por von Kleist llegaron a las costas de la Mancha. El 27 de mayo, comenzó la retirada de las fuerzas inglesas de Dunquerke, operación que fue exitosa gracias a que la Wehrmacht, Fuerzas Armadas de Alemania, detuvieron inesperadamente su marcha, lo que facilitó la evacuación de las tropas británicas.

Este hecho tiene una explicación política, eliminada Francia, Hitler esperaba ponerse de acuerdo con Gran Bretaña para lograr la división de las esferas de influencia en el mundo y la creación de un frente común contra su principal enemigo, la Unión Soviética. Muchos sostienen que para esta negociación, Rudolf Hess, el segundo hombre fuerte de Alemania, voló a Gran Bretaña y se lanzó en paracaídas.

La mañana del 14 de junio, las tropas nazis entraron en París y desfilaron por los Campos Elíseos. El 21 de junio de 1940, en en el bosque francés de Compiègne, en el mismo vagón en el que 22 años atrás Alemania se habían rendido a Francia, bajo los acordes de “Deutschland Uber Alles” y el saludo nazi hecho por Hitler, Francia se rindió a Alemania. El Mariscal Petain formó un gobierno títere, pero el pueblo francés se alineó con la “Francia Libre”, cuya cabeza era el General Charles De Gaulle, o con el Partido Comunista Francés. Desde la clandestinidad, ambas fuerzas jugaron un importante papel en la lucha contra la ocupación alemana.

El 18 de diciembre de 1940, Hitler ordenó desarrollar el Plan Barbarrosa, que contemplaba la destrucción de la URSS en tres o cuatro meses; la orden de ponerlo en ejecución la dio luego de apoderarse de Europa continental, cuando trabajaban para la Wehrmacht cerca de 6.500 centros industriales europeos y en las fábricas alemanas laboraban 3’100.000 obreros especialistas extranjeros. Alemania era la más poderosa potencia imperialista del planeta y lo acompañaron en esta aventura muchos estados europeos y numerosos voluntarios del resto del mundo.

El domingo 22 de junio de 1941, Alemania dio inicio al Plan Barbarossa. Un ejército jamás visto por su experiencia y poderío, se lanzó al ataque en un frente de más de 3.500 kilómetros de extensión, desde el mar Ártico, en el norte, hasta el mar Negro, en el sur. Era un total de 190 divisiones, cinco millones y medio de soldados, 4.000 tanques, 4.980 aviones y 192 buques de la armada alemana.

El conflicto bélico que Alemania desató en la Unión Soviética fue una guerra de exterminio contra los pueblos eslavos, gitanos y judíos, que para los nazis eran de raza inferior y ocupaban el espacio vital que les pertenecía a ellos, que se creían de raza superior; por eso, el elevado número de civiles muertos y los crímenes horripilantes que hubo en los territorios ocupados de la URSS, algo que no sucedió en el resto de Europa.

Los nazis inculcaron en el pueblo alemán, y en particular en sus fuerzas armadas, la doctrina de que ellos descendían de arios, cuya raza madre, herrenrasse, fue corrompida y debilitada por la mezcla con razas inferiores; que ellos estaban destinados a convertirse en la raza de seres superiores, que debían conquistar por la fuerza Europa Oriental, Rusia y Asia Central. Hitler se creía predestinado a eliminar el comunismo, ideología que consideraba idónea para los débiles de espíritu.

Si a este mejunje doctrinario se añade el soporte del gran capital financiero mundial, que encontró en Hitler suficientes atributos de dureza y violencia, necesarios para derrotar la efervescencia revolucionaria del pueblo alemán, se comprende que él era no sólo el demagogo que engatusó a un país de grandes tradiciones libertarias y formidables pensadores, que instauró una dictadura personal y llevó a los habitantes de Alemania a la guerra, como a una manada de ciegos, sino que se trata de un fenómeno político todavía latente, que muestra su vitalidad en el mundo actual, repleto de conflictos sociales.

Lo dicho permite comprender porque el que muchos millones de soviéticos murieran de inanición en este conflicto, no fue un problema para Alemania nazi, que creyó innecesario alimentar a los prisioneros de guerra y a la población civil de la URSS. Hasta el final de la guerra, los Einsatzkommandos de Himmler exterminaron a más de tres millones de prisioneros de guerra soviéticos, a los que trataron de untermensch, en alemán subhombre o subhumano. La Masacre de Oradour-sur-Glane o la destrucción del pueblo de Lídice, se dieron por miles en la URSS, donde los Einsatzkommandos asesinaron a comunistas, rusos, judíos, gitanos, intelectuales, homosexuales, niños, mujeres y ancianos, a los que llamaron enemigos de Alemania. Erich Lahousen, oficial de los servicios secretos de la Wehrmacht, en su testimonio en Nuremberg dijo: “El General Reinecke nos explicó que la guerra entre Alemania y la URSS no se parecía a ninguna otra. El soldado del Ejército Ruso no era un combatiente en el sentido ordinario del término, sino un enemigo ideológico. Un enemigo a muerte del nacionalsocialismo, que los rusos debían ser tratados de un modo distinto a los prisioneros de guerra occidentales”.

El Mariscal Eduard von Manstein ordenó: “El sistema judío-bolchevique debe ser exterminado… El soldado alemán se presenta como portador de un concepto racial y debe apreciar la necesidad del más duro castigo para la judería… En las ciudades enemigas, gran parte de la población tendrá que pasar hambre. No se debe dar nada, por un desviado humanitarismo, ni a la población civil ni a los prisioneros de guerra”.

La guerra de Alemania contra la URSS era esperada, pero las fechas notificadas por los servicios secretos soviéticos sobre su inicio no coincidían, algunas eran reales y otras erróneas. Sólo se tenía la certeza de que no se debía provocar a Alemania, porque la Wehrmacht tenía el mayor poder destructivo conocido hasta entonces.

En los primeros meses de guerra, las fuerzas armadas de Alemania lograron acercarse a Moscú y Leningrado, dos de sus principales metas; nada parecía capaz de detener a este monstruo apocalíptico; sin embargo, el primer fracaso del Plan Barbarrosa se dio cuando la Wehrmacht fue derrotada en las puertas de Moscú y no pudo desfilar el 7 de Noviembre de 1941 por la Plaza Roja, tal cual había sido planificado, sino que lo hizo el Ejército Soviético. Después, los soldados se dirigieron al frente y ganaron la Batalla de Moscú; cosechaban el ejemplo del Mayor Klochkov, que se arrojó debajo de un tanque alemán con granadas en las manos exclamando: “Aunque Rusia es inmensa, no hay a donde retroceder, ¡detrás está Moscú!”

Sobre esta batalla el General Douglas MacArthur escribe: “En mi vida he participado en varias guerras, he observado otras y he estudiado detalladamente las campañas de los más relevantes jefes militares del pasado. Pero en ninguna parte había visto una resistencia a la que siguiera una contraofensiva que hiciera retroceder al adversario hacía su propio territorio. La envergadura y brillantez de este esfuerzo lo convierten en el logro militar más relevante de la historia”.

La siguiente y más importante victoria soviética fue en Stalingrado, donde se dio la más sangrienta y encarnizada batalla que se conoce, la suma total de las pérdidas por ambas partes supera con creces los dos millones de soldados muertos; se prolongó desde el 17 de julio de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943, cuando, luego de largos y feroces combates, el Ejército Rojo derrotó al poderoso Sexto Ejército Alemán, fuerza élite de la Wehrmacht, comandada por el Mariscal Paulus.

En el momento en que el General Vasili Chuikov llegó a hacerse cargo de la comandancia del 62.º Ejército Soviético, que en Stalingrado enfrentó al Ejército Alemán, el Mariscal Yeriómenko le preguntó: “¿Camarada, cuál es el objetivo de su misión?” Su respuesta fue: “Defender la ciudad o morir en el intento”. Yeriómenko tuvo la certeza de que Chuikov había entendido perfectamente lo que se le exigía. Chuikov escribió: “Por todas las leyes de las ciencias militares, los alemanes debieron ganar la batalla de Stalingrado y, sin embargo, la perdieron. Es que nosotros creíamos en la victoria. Esta fe nos permitió vencer y evitó que fuésemos derrotados”.

Es que comprendía cabalmente que en Stalingrado se sellaba el destino del orbe, que si Alemania lograba derrotar a la URSS en esta batalla, se apoderaría del Cáucaso y de los recursos energéticos soviéticos, sin los cuales colapsaría todo el Frente Oriental; que después de tomar Stalingrado se le facilitaría a Alemania culminar con éxito el Plan Barbarossa y la toma posterior de Afganistán, Irán, Irak, Egipto y la India, donde las tropas alemanas se unirían con las japonesas; también, que España, Portugal y Turquía se sumarían a las naciones del Eje, con lo que los anglosajones serían eliminados de Europa continental, Asia y África; finalmente, que con la victoria en Stalingrado, Alemania y sus aliados lograría el dominio total del mundo.

Chuikov comenzó con menos de 20.000 hombres y 60 tanques, pese a ello fortificó las defensas en los lugares donde era posible contener al enemigo, especialmente, en la colina de Mamáev Kurgán, donde cayó abatido Rubén Ruiz Ibárruri, hijo único Dolores Ibárruri, la Pasionaria, dirigente comunista de España; además, estimuló la formación y el uso de francotiradores, uno de ellos, Vasili Záitsev. Seguía la doctrina del conde Súvorov: “Sorprender al contrincante significa vencerlo”. Por eso, luchaba en las condiciones que los alemanes detestaban, ello le permitía derrotarlos.

Después de tres meses de sangrientos combates, los alemanes habían capturado el 90% de la ciudad y dividido a las fuerzas soviéticas en tres bolsas estrechas. Gracias a la moral combativa de los defensores de Stalingrado, los alemanes lograron avanzar apenas medio kilómetro en doce días de la ofensiva de octubre del 1942. El 11 de noviembre, y por última ocasión, los alemanes atacaron en Stalingrado, intentaron llegar al río Volga en un frente de cinco kilómetros; el ataque fracasó porque los rusos defendieron cada metro, cada piedra de Stalingrado.

El General alemán Wilhelm Dörr escribió sobre la Batalla de Stalingrado: “El territorio conquistado se medía en metros, había que realizar feroces acciones para tomar una casa o un taller… Estábamos frente a frente con los rusos, lo que impedía utilizar la aviación. Los rusos eran mejores que nosotros en el combate casa por casa, sus defensas eran muy fuertes”. El General Chuikov fue el que ideó esa forma de lucha, en la que el espacio de separación de sus tropas de las alemanas jamás excedía el radio de acción de un lanzador de granadas.

El 19 de noviembre de 1942 comenzó la operación Urano, ofensiva soviética que había sido preparada con el mayor de los secretos, por lo que fue inesperada para los alemanes, que nunca se percataron del contraataque soviético. Al cuarto día, el 23 de noviembre, 330.000 soldados alemanes fueron cercados en un anillo de entre 40 a 60 kilómetros de amplitud, el mayor cerco que conoce la historia. El ultimátum enviado por el Mariscal Rokosovsky al General Paulus fue rechazado.

El 30 de enero, Hitler ascendió al rango de Mariscal de Campo al General Paulus. En realidad, el acenso era una orden de suicidio, pues en la historia de las guerras no hay un sólo caso en que un mariscal de campo haya caído prisionero. Pero Paulus no tenía la intención de dispararse por ese cabo bohemio, como informó a varios generales, y prohibió hacerlo a los demás oficiales, que debían seguir la suerte de sus soldados.

El 2 de febrero de 1943, luego de arduos combates en los que fracasaron todos los intentos por romper el cerco, cesó la resistencia alemana en Stalingrado. El Ejército Soviético capturó un mariscal de campo, 24 generales, 25.000 oficiales y 91.000 soldados. Paulus fue hecho prisionero y en 1944 se unió al Comité Nacional por una Alemania Libre. En 1946 fue testigo en los Juicios de Núremberg. Antes de partir hacía Dresde, donde fue jefe del Instituto de Investigación Histórica Militar de la República Democrática Alemana, declaró: “Llegué como enemigo de Rusia, me voy como un buen amigo de ustedes”. Murió en Dresde el 1 de febrero de 1957.

En la batalla de Stalingrado, la Wehrmacht perdió cerca de un millón de hombres, el 11% del total de todas las pérdidas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, el 25% de todas las fuerzas que en esa época operaban en el Frente Oriental. Fue la peor derrota sufrida por el Ejército Alemán durante toda su historia y algo que nadie en el mundo esperaba. En Memorias de un Soldado, el General Heinz Guderian escribe: “Después de la catástrofe de Stalingrado, a finales de enero de 1943, la situación se hizo bastante amenazadora, aún sin la intervención de las potencias occidentales”.

La Batalla de Stalingrado fue el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial y resultó una auténtica catástrofe militar para los alemanes, cuyas tropas no pararon de retroceder hasta rendirse ante el Mariscal Zhúkov en Berlín, dos años y cuatro meses después. La victoria de Stalingrado marcó el inicio de la derrota de Alemania, sentó las bases para la expulsión masiva de los invasores del territorio soviético, desbarató los planes alemanes, resquebrajó su sistema de alianzas y llenó de esperanzas a todos los pueblos de los países que luchaban contra el fascismo. La casi totalidad del material militar que se empleó en Stalingrado fue fabricado en las fábricas que los técnicos de la URSS habían trasladado desde las zonas centrales de Rusia hasta el otro lado de los Urales, con los alemanes pisándoles los talones.

La Segunda Guerra Mundial dejó cambios profundos en la estructura social del mundo y en la consciencia colectiva del género humano. La victoria aliada es la más grande epopeya de los pueblos del planeta por conquistar su derecho a la vida, contra el fascismo, que es por naturaleza propia su negación. Esta lucha no ha concluido mientras subsistan en el seno de nuestras sociedades el anticomunismo, el racismo, el chovinismo, la intolerancia y el militarismo, banderas bajo las cuales se ocultan los más bárbaros enemigos de la especie humana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

https://rebelion.org/batalla-de-stalingrado-aniversario-80-de-la-salvacion-del-mundo/

AUDACES. Un tratado contra el auge de la posverdad y la tiranía de los falsos expertos.

Carl Bergstrom tiene un consejo: si le llega una noticia dudosa, no la comparta. El estadounidense es coautor de ‘Contra la charlatanería’, un manual de supervivencia para aprender a informarse menos, pero mucho mejor.
El estadounidense Carl Bersgtrom, biólogo teórico y evolutivo, es profesor de la Universidad de Washington y autor del libro 'Bullshit: contra la charlatanería' (Capitán Swing).

El estadounidense Carl Bersgtrom, biólogo teórico y evolutivo, es profesor de la Universidad de Washington y autor del libro 'Bullshit: contra la charlatanería' (Capitán Swing).
VICENS GIMENEZ (© VICENS GIMENEZ)
Miquel Echarri

Carl Bergstrom (Estados Unidos, 51 años) ha venido a hablar de su libro, pero sus interlocutores españoles, periodistas o no, insisten en preguntarle por Donald Trump, el asalto al Capitolio, la convulsa situación geopolítica en que estamos inmersos o el (presunto) declive del imperio estadounidense.

Algunas de esas cuestiones son abordadas, de refilón, pero con inteligencia, originalidad y rigor, en Contra la charlatanería (Calling Bullshit. The Art of Scepticism in a Data-Driven World), un ensayo editado en España por Capitán Swing y escrito a cuatro manos con el experto en información y comunicación Jevin West. Bergstrom es biólogo evolutivo y, “desde luego”, según nos cuenta, “no un experto en Trump ni en el auge imparable de la República Popular China”, pero comparte con su socio un interés por la deriva del mundo en general y del bullshit, la charlatanería, en particular.

Bullshit es una expresión de uso muy común en el argot anglosajón que también podría traducirse, en función del contexto, como patraña, falacia, idiotez o, sencillamente, tontería. Consiste, en definitiva, en un amplio espectro de mentiras más o menos interesadas que va de la propaganda política, la posverdad y las fake news al simple fanfarroneo pasando por la falta de seriedad y rigor intelectual.

Hay bullshit alevoso y contumaz en las campañas de desinformación sistemática de regímenes como los de China y Rusia, pero también en los tuits incendiarios de Trump y su caterva de supremacistas, en “los medios de comunicación basura que venderían a sus madres por un par de clics”, en estadísticas absurdas que se esgrimen como armas arrojadizas contra los escépticos o en estudios académicos que “pretenden convencernos, con datos pésimamente cocinados, de que existe una correlación directa entre tus perspectivas de éxito socioeconómico en la vida y la edad en que diste tu primer beso”.

Mal de muchos, epidemia
El bullshit, concluye Bergstrom con humor, pero también un cierto desánimo, “está en todas partes”. Prolifera por doquier y a un ritmo inédito gracias “a la caja de resonancia formidable que ha encontrado últimamente en medios de comunicación digital y en redes sociales”. Él empezó a ser consciente de la existencia de las patrañas sin fundamento siendo un niño, con apenas siete años: “Mi amigo Eric tenía cualidades asombrosas. Era fuerte, hábil, rápido, patinaba, nadaba o iba en bici mejor que nadie, y todos nos preguntábamos dónde y cómo había aprendido a hacer todo aquello. Un día nos contó que había estado en el ejército japonés y que era allí donde se lo habían enseñado. Nos lo creímos. Incluso se lo conté a mis padres, que se rieron a carcajadas de mi candidez y me hicieron sentirme un pobre crédulo. Fin de la historia. Ese fue mi primer contacto con el bullshit”.

Otras formas de charlatanería resultan, por supuesto, bastante menos infantiles e inocuas. De ahí que Bergstrom y West, “tras múltiples conversaciones amistosas sobre el auge de la posverdad y la tiranía de los falsos expertos”, planteasen, hace ya cinco años, impartir un curso de alfabetización digital avanzada en la Universidad de Washington, en Seattle, la institución en que ambos trabajan. ¿Su contenido? “Enseñar a los alumnos a informarse mejor, estimular su espíritu crítico y, en general, darles herramientas para protegerse de la proliferación abrumadora de patrañas”. Tenían incluso el título, Calling Bullshit: denunciar (o reconocer) las patrañas.

“La Universidad fue algo reticente al principio”, explica Bergstrom, “no les parecía serio que un experto en comunicación y un biólogo evolutivo se aliasen para combatir la proliferación de mentiras en los medios y las redes sociales. También encontraban poco adecuado que quisiésemos tratar el bullshit como una especie de planta infecciosa que hay que extirpar de raíz”. El caso es que, en un intento de vencer esas reticencias, los dos investigadores lanzaron una página web para explicar en qué consistiría el curso. Fue tal la expectación despertada entre los potenciales alumnos que los jerarcas universitarios acabaron dando luz verde al experimento. Las 150 plazas de la primera edición se agotaron en cuestión de minutos.

Carl Bersgtrom, retratado en Barcelona.
VICENS GIMENEZ (© VICENS GIMENEZ)

Números que no cuentan la verdad
“Con el tiempo”, explica Bergstrom, “nos fuimos especializando en un tipo muy específico de bullshit, el que mejor conocemos”. Se trata de la numerología barata, una enfermedad contemporánea que consiste en “abrumar a tus interlocutores con datos y estadísticas que, en teoría, dan a tu tesis una base empírica, pero en realidad no son más que trucos de prestidigitador barato”. Bergstrom considera ahora que “en esta era de supuesto escepticismo en que vivimos, la nueva religión ya no es ni siquiera la ciencia, sino los números”. Con frecuencia, tratamos las estadísticas como si fuesen argumentos demoledores, algo así como las pruebas periciales en un juicio, obviando que “detrás de toda estadística hay una metodología, un cierto sesgo cognitivo y, sobre todo, seres humanos que, en muchos casos, hacen un uso interesado o torpe de los números”.

Los alumnos de su curso “aprenden con relativa facilidad a detectar este tipo concreto de patrañas”. Algunos de ellos se presentan en clase “con ejemplos de bullshit basado en números francamente curiosos, no siempre fáciles de detectar”. Suelen aparecer en fuentes digitales de muy dudoso pelaje, pero a veces, “por desgracia”, se infiltran también en “medios de comunicación de tanto prestigio como The New York Times o la CNN o en revistas científicas como Nature o The Lancet”. Que la charlatanería encuentre acomodo incluso entre los que consideramos pilares del rigor y del conocimiento contemporáneo puede resultar descorazonador, pero Bergstrom lo asume con pragmatismo: “Somos humanos. Todos podemos incurrir en el bullshit de vez en cuando. Yo mismo me esfuerzo por evitarlo, pero es probable, muy a mi pesar, que al menos una décima parte de lo que digo en mis clases, mis entrevistas o mis perfiles en las redes sociales sea bullshit”.

Bergstrom y West dieron a continuación el paso de convertir la experiencia acumulada en las aulas en un libro, un auténtico manual de supervivencia en tiempos extraños con tesis tan sugerentes como que “informarse menos es el primer paso para informarse mucho mejor: hay que ignorar el falso periodismo, el de los oportunistas y advenedizos, y exigir rigor, opiniones sólidas, interpretaciones coherentes y buenos datos”. Dos tercios del libro están dedicados al análisis de ejemplos concretos, algunos de ellos muy elocuentes e incluso divertidos, “si no tuviesen consecuencias tan nefastas”. El tercio restante consiste en un completo decálogo para combatir el bullshit por tierra mar y aire.

Mentir para destruir la idea de verdad
A Bergstrom le preocupa muy especialmente el clima de impunidad y desprecio a la verdad que ha traído la creciente polarización política: “En Estados Unidos, va camino de convertirse en un problema endémico, y mucho me temo que lo estamos exportando al mundo”. Cita ejemplos “escandalosos”, como el enorme predicamento que conserva Alex Jones, periodista y teórico de la conspiración, al que califica de “mentiroso patológico”: “Un tribunal le condena por mentir a sabiendas sobre una masacre cometida en un centro escolar y sus seguidores se toman esa condena como la prueba de que quieren silenciarlo porque está en lo cierto”.

La mentira, pese a todo, no es patrimonio exclusivo de la derecha populista y sus adláteres: “Donald Trump o Mike Pence son productores de bullshit muy nocivos, pero no particularmente eficaces, porque su desprecio a la verdad es tan palmario que les condena a predicar solo para conversos”. Más eficiente resultaba, en su opinión, “Bill Clinton, un hombre que hizo un uso sistemático de la mentira como arma política, pero mentía con astucia y sutileza”. Otra paradoja que ha constatado Bergstrom es que “el bullshit es tan contagioso que con frecuencia infecta también a los que se esfuerzan por combatirlo”. Aunque aclara que no es un experto en filosofía, se atreve con un ejemplo concreto extraído de este campo: “Platón denunció las artimañas dialécticas de los grandes generadores de bullshit de su época, los sofistas, pero él mismo incurrió en argumentos tramposos y falaces en sus diálogos, porque la persuasión es un arma de doble filo, y cuando intentamos desmontar argumentos ajenos que nos irritan u ofenden es cuando más tentados estamos de recurrir al bullshit. Luego, Aristóteles, discípulo de Platón, intentó corregir el bullshit de su maestro echando mano, él mismo, de argumentos francamente dudosos”. Bergstrom describe estas derivas como “una cadena de bullshit que tiene a perpetuarse incluso entre la gente más lúcida”.

¿Cómo romper de una vez por todas el nudo gordiano? ¿Por dónde empezamos? El autor aporta un primer consejo, adaptado a la lógica viral de nuestra época: “Intente no forma parte del problema. Si le llega una información dudosa, sospechosa o que su intuición le indica que podría no ser correcta, hágase un favor y no la comparta, no la difunda”. El bullshit solo necesita un punto de apoyo para dominar el mundo, no incurramos en el error de proporcionárselo “por frivolidad, por inercia o por pereza”.

El bullshit no pretende convencernos de nada. En palabras del ajedrecista Gari Kaspárov, al que se cita en el libro, solo aspira a “sembrar dudas, crear confusión y, en última instancia, destruir la noción de verdad enturbiando así el debate público y degradando y debilitando nuestras sociedades”. Por desgracia, “es cierto que la mentira vuela y la verdad va a rastras. Es mucho más sencillo lanzar y viralizar un bulo que desmentirlo de manera eficaz y contundente”, concluye Bergstrom. Pero al menos “no propaguemos el virus, no reguemos la planta tóxica”.

El País semanal

miércoles, 7 de diciembre de 2022

_- Cómo proteger tu memoria, según un neurólogo.

_- El libro reciente de un renombrado experto en el cerebro dice que hay algunas acciones sencillas que pueden ayudar a prevenir el deterioro de la memoria que sucede con la edad.

Cuando envejecemos, nuestra memoria se deteriora. Esta es una conjetura muy arraigada en muchos de nosotros. Sin embargo, según el neurocientífico Richard Restak, neurólogo y profesor de clínica en la Escuela de Medicina y Salud de la Universidad del Hospital George Washington, ese decaimiento no es inevitable.

Restak, autor de más de 20 libros sobre la mente, tiene décadas de experiencia asesorando a pacientes con problemas de memoria. El libro más reciente del médico, The Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind, incluye herramientas como ejercicios mentales, hábitos de sueño y alimentación que pueden ayudar a mejorar la memoria.

Sin embargo, Restak se aventura más allá de este territorio familiar, al considerar cada faceta de la memoria: cómo la memoria está conectada con el pensamiento creativo, el impacto de la tecnología en la memoria, cómo la memoria da forma a la identidad. “El objetivo del libro es superar los problemas cotidianos de memoria”, dijo Restak.

Especialmente, la memoria funcional —que se ubica entre el recuerdo inmediato y las remembranzas a largo plazo y tiene vínculos con la inteligencia, la concentración y el desempeño. Según Restak, esta es el tipo de memoria más crucial y los ejercicios para fortalecerla deberían practicarse a diario. Pero, añadió, reforzar todas las habilidades de memoria es clave para evitar problemas de memoria posteriores.

En el libro, Restak argumenta que el deterioro de la memoria no es inevitable con el envejecimiento. En cambio, señala 10 “pecados” o “trabas que pueden conducir a recuerdos perdidos o distorsionados”. Siete fueron descritos por primera vez por el psicólogo y especialista en memoria Daniel Lawrence Schacter: “pecados de omisión”, como la distracción, y “pecados de comisión”, como los recuerdos distorsionados. A esos, Restak agregó tres de su autoría: distorsión tecnológica, distracción tecnológica y depresión.

Al final, “somos lo que podemos recordar”, dijo. Aquí hay algunos de los consejos de Restak para desarrollar y mantener una memoria saludable.

Presta más atención
Algunos fallos de memoria en realidad son dificultades de atención, no problemas de memoria. Por ejemplo, si te has olvidado del nombre de alguien que te presentaron en un cóctel, puede ser porque estabas hablando con varias personas en ese momento y no prestaste atención adecuada cuando lo escuchaste.

“La desatención es la mayor causa de las dificultades de memoria”, dijo Restak. “Significa que no codificaste el recuerdo de manera adecuada”.

Una forma de prestar atención cuando aprendes nueva información, como un nombre, es visualizar la palabra. Asociar una imagen a la palabra, dijo Restak, puede mejorar la evocación. Por ejemplo, hace poco tuvo que memorizar el nombre de un doctor, de apellido King (un ejemplo que Restak admite que es fácil). Así que imaginó a un médico varón “en bata blanca con una corona en su cabeza y un cetro en lugar de un estetoscopio en la mano”.

Busca desafíos cotidianos de memoria
Hay muchos ejercicios que puedes integrar a tu vida diaria. Restak sugirió hacer una lista de la compra y memorizarla. Al llegar a la tienda no saques de inmediato la lista (o el teléfono) y más bien intenta elegir de memoria.

“Intenta ver los elementos en su mente”, dijo, y consulta la lista solo al final, si es necesario. Si no vas a la tienda, trata de memorizar una receta. Agregó que cocinar con frecuencia es en realidad una excelente manera de mejorar la memoria funcional.

De vez en cuando, súbete al coche sin encender el GPS e intenta recorrer las calles de memoria. Un estudio pequeño de 2020 sugirió que las personas que usaban el GPS con más frecuencia con el tiempo mostraban un declive cognitivo más pronunciado en la memoria espacial tres años después.

Juega
Los juegos como el bridge y el ajedrez son estupendos para la memoria, pero también lo es un juego más simple, dijo Restak. Por ejemplo, el juego favorito de Restak para la memoria funcional es 20 Preguntas. En este juego un grupo (o una sola persona) piensa en un lugar, objeto o persona y luego la otra persona, el interrogador, hace 20 preguntas que se responden con sí o no. Para ganar, dijo, el interrogador debe retener las respuestas previas en la memoria para poder adivinar la correcta.

Otro de los ejercicios de memoria que Restak ha probado y comprobado requiere solo una pluma y un papel o una grabadora de sonido. Primero, recuerda todos los presidentes, desde el más actual hasta, digamos alguno de principios del siglo XX. Luego, haz lo mismo pero en el orden inverso. Luego nombra solo a los presidentes de cierto partido y viceversa. Al final, ordénalos por orden alfabético.

Si lo prefieres, inténtalo con jugadores de tus equipos deportivos favoritos o tus autores favoritos. La idea es hacer que tu memoria funcional esté activa “manteniendo información y moviéndola de lugar en tu mente”, escribió Restak.

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Un indicador temprano de problemas de memoria, según Restak, es dejar de leer ficción. “Cuando las personas comienzan a tener dificultades de memoria, tienden a cambiar a la lectura de no ficción”, dijo.

A lo largo de décadas tratando pacientes, Restak ha notado que la ficción requiere una participación activa con el texto desde el inicio y esforzándose hasta el final. “Tienes que recordar lo que el personaje hizo en la página tres para llegar a la página 11”, dijo.

Cuidado con la tecnología
De los tres nuevos pecados de la memoria de Restak, dos están asociados a la tecnología.

Primero está lo que llama “distorsión tecnológica”. Almacenar todo en tu teléfono significa que “no lo sabes”, dijo Restak, lo cual puede socavar nuestras propias habilidades mentales. “¿Por qué molestarse en enfocarse, concentrarse y poner esfuerzo en visualizar algo cuando la cámara de un teléfono celular puede hacer todo el trabajo por ti?”, escribió.

La segunda forma en que nuestra relación con la tecnología es perjudicial para la memoria es porque a menudo nos roba la concentración de la tarea en la que estamos. “Actualmente, el mayor impedimento de la memoria es la distracción”, escribió Restak. Dado que muchas de estas herramientas han sido diseñadas para que el usuario se vuelva adicto a ellas, como resultado, a menudo nos distraen. Las personas hoy en día pueden revisar su correo electrónico mientras ven Netflix, hablan con un amigo o caminan por la calle. Todo esto dificulta nuestra capacidad de concentrarnos en el momento presente, lo cual es clave para registrar recuerdos.

Apóyate en un profesional si es necesario
Tu estado de ánimo juega un gran papel en lo que recuerdas o no recuerdas.

La depresión, por ejemplo, puede disminuir la memoria en gran medida. Entre las “personas que son referidas a neurólogos por asuntos de memoria, una de las principales causas es la depresión”, dijo Restak.

Tu estado emocional afecta el tipo de recuerdos que evocas. El hipocampo (o “centro de ingreso de memoria”, según Restak) y la amígdala (la parte del cerebro que maneja las emociones y el comportamiento emocional) están vinculados, de modo que “cuando estás de mal humor o deprimido, tiendes a recordar cosas tristes”, dijo Restak. Atender la depresión —ya sea con fármacos o psicoterapia— a menudo también restaura la memoria.

Evalúa si hay motivo para preocuparse
A lo largo de su carrera, decenas de pacientes le han pedido a Restak consejos para mejorar su memoria. Pero no todos los fallos de memoria son problemáticos. Por ejemplo, olvidar dónde aparcaste tu auto en un estacionamiento abarrotado es bastante normal. Pero no recordar cómo llegaste al estacionamiento posiblemente indica problemas de memoria.

No hay una solución sencilla para saber qué debería preocuparte, dijo Restak, mucho depende del contexto. Por ejemplo, es normal olvidar el número de habitación del hotel en el que te hospedas, pero no así la dirección de tu departamento. Si tienes alguna inquietud, es mejor consultar con un experto médico.

Hope Reese es una periodista que escribe para Vox, Shondaland, The Atlantic y otras publicaciones.

https://www.nytimes.com/es/2022/08/14/espanol/perdida-memoria-prevencion.html

_- ENTREVISTA. Inma Bermúdez, la primera española que diseñó para Ikea: “Soy más feliz con poco”

_ - La última premio Nacional de Diseño fue la primera española que trabajó para la multinacional sueca. La suya es una historia de dolor y superación. También de éxito y concienciación.
Tan realista —todo lo que dibuja es apilable, pequeño o versátil— como idealista —más volcada en el futuro del planeta que en el suyo propio—, Inma Bermúdez (Valencia, 44 años) vive en el campo valenciano, en una casa con alberca donde su madre, que tiene casa al lado, cultiva tomates. Asociada a su pareja, el arquitecto Moritz Krefter, formado en la Bauhaus de Weimar, Bermúdez creció celebrando las fideuás de los domingos y quiere que sus hijos, Otto y Carla, “criados lo más asilvestrados posible”, disfruten y no trabajen los domingos.

La suya es una historia de dolor y triunfo. ¿Qué es el premio, el éxito profesional o el amor familiar?

Está claro. Pero sin mitificar: no sé si podría haber conseguido esta familia sin el respiro que da ser económicamente independiente. Poderte mantener es poder ser.

La llaman Inma Smart (lista)…

Los suecos me pusieron ese apodo porque hice un lavabo pequeño que cabía en cualquier baño y llevaba un toallero y espacio para los cepillos de dientes y el jabón. Todo por pocos euros. Fue mi primer diseño para Ikea. Pensé que debía facilitar la vida de las familias con prisas.

¿Lo tiene en casa?

Tengo una versión. Pero no necesito tener todo lo que hago. Me gusta soltar, desprenderme de cosas. Cuando tienes niños, acumulas, y eso me agobia. Soy más feliz con poco. Necesito el vacío. Mi pareja necesita lo contrario y… pactamos.

El perchero Ekrar, que diseñó para Ikea, se convirtió en portagoteros durante la pandemia.

Ikea ofreció mobiliario. Y el equipo médico informó de lo que necesitaba. El perchero era ligero y sirvió.

¿Cuánto cuesta?

No lo sé. Poco.

24 euros. ¿Le importa lo que cuestan sus productos?

Me da rabia que los productos de Ikea, si valen poco, no despierten el aprecio de las personas. Se dice que Ikea produce consumismo. Pero es nuestra manera de valorar o no las cosas que tenemos lo que lo produce. Parece que uno no puede enamorarse de un jarrón que cuesta un euro. Yo diseño igual para Lladró que para Ikea.

¿Con la misma calidad?

En un jarrón de vidrio, claro.

¿El consumismo no lo genera el exceso de oferta?

Todo ayuda. Pero el último responsable es uno mismo. No poderse controlar por los bajos precios es quitarse la culpa de encima. Ikea es un logro para quien puede pagar poco.

“Estoy agotada. Voy a aprovechar el dinero del Premio Nacional de Diseño para parar. Para pensar. Quiero ser certera con lo que aporto”. RAÚL BELINCHÓN

¿Preferimos tener mucho que bueno?

Estamos intoxicados. El ritmo de consumo de la moda ha llegado a los muebles. Es difícil salir de ese círculo si no te das cuenta de que la tierra se muere. ¡Que este verano se quemó España! ¿Qué es lo que no vemos? Solo exculpo a los que necesitan sobrevivir. Uno que tiene cáncer no puede pensar en nada más. Pero las empresas que encima hacen publicidad con su supuesta ecología…

Usted no deja de diseñar productos. ¿Vive en una contradicción?

Intento salir de ella. Cada vez diseño menos. Pienso más lo que propongo.

¿Y de qué vive?

De entender el diseño de otra manera. De intentar, por ejemplo, que todo lo que rodea al vino en una bodega se convierta en sostenible. Dominio de la Vega tiene ya cultivo ecológico. Me llamaron para que lo comunicara. Prescindí de la cápsula cambiándola por un lacre, y en el cava, que asocia el peso de la botella a mayor precio, reduje la cantidad de vidrio del envase. Es una tradición sin sentido práctico. No diseñamos una nueva; aprovechamos los moldes existentes. Sostenibilidad también es elegir entre lo que hay cuando no hace falta más.

¿No hacer es una postura radical?

Seguro. A ver, yo creo en la vida y en las oportunidades. Pero siempre parto de la inseguridad.

Una insegura que cambió hasta el nombre de los vinos.

Soy de emociones. Quise relacionarlos con la bodega. Llevan los de los socios: El blanco de María, El tinto de Abel…

¿Cuál es su relación con el vino?

Es la fiesta. Mi abuela tenía muy poco dinero, pero bebía cava con la fideuá de los domingos.

¿Vive?

Murió cuando yo tenía tres años. Vivíamos con ella y con mi tío hasta que mi madre pudo comprarse un piso.

¿Y su padre?

Nunca estuvo.

¿No lo conoció?

Uf. La historia es muy de la España católica. Mi madre estudió enfermería y le salió plaza en Totana, en Murcia. Allí conoció a mi padre, hijo de una familia pudiente llamada Maestre. Se quedó embarazada y mi padre se desentendió. Para poder casarse con una rica heredera, mi padre tuvo que prometer que no tenía una hija en Valencia. Aunque todo el mundo sabía que la tenía porque mi madre había ido embarazada a la comunión de la hermana pequeña de mi padre. Me crie con mi abuela, mi madre, mis tíos Juani y Pedro y con canguros. Luego me convertí en una salvaje hasta que hice una terapia de grupo que me revolvió todo.

¿Qué le revolvió?

Entendí que la necesidad de que me quisieran a toda costa venía del vacío que tenía tras su repudio.

Y quiso conocerlo.

Mi madre me acompañó a Murcia y me esperó en un bar. Busqué en la guía telefónica. Miré en el buzón: Miguel Maestre Maestre, ahí estaba. Llamé a la puerta. Me preguntó quién era. Dije que tenía 21 años y me llamaba Inma. Me preguntó que qué quería. Le dije que conocerlo. “Pues ya me has conocido”, contestó. Y cerró la puerta. Lo lloré todo y volví donde estaba mi madre. Luego él murió. Nunca pudo tener hijos.

¿Cuánto de su vida decidió la ausencia de su padre?

Las primeras dos décadas, mucho. Me esforzaba por gustar. Hasta que me di cuenta de que todos mis problemas tenían que ver con el abandono. Mi madre se llama Benilde (hija de, en árabe). Ella había sentido el abandono, porque es hija de otro padre, que se fue, y lleva los apellidos de mi abuela, como yo. Cuando me dijo que ella también se había sentido abandonada, la odié de pura impotencia. Le recriminaba que en lugar de ayudarme me dijera que ese dolor se me pasaría con la vida. Empecé a consumir drogas. Llegué a tener una actitud tan negativa que mi novio me dijo que si quería seguir con él debía ir a terapia. Mi madre y yo fuimos a Proyecto Hombre. Me costó mucho. Al principio mentía todo el rato. Hasta que acepté sus reglas. Eso me salvó. La terapia me hizo ver.

Y quiso ver a su padre.

Sí. Empezar de cero.

¿Cuántas veces se puede empezar de cero?

Cada vez que lo necesitas. Lo importante es verlo. Y admitirlo. Yo me pasé media vida buscando el amor que no había tenido. Y cuando asumí que no lo iba a encontrar en mi padre, lo encontré en amigas, en mi madre y en mí misma.

Y entonces cambió de vida.

En 2001, en ese momento tan difícil en el que estaba enfrentada a todo: los novios, los estudios y mi madre, con la que he vivido toda la vida, conseguí una beca Erasmus. Me fui a vivir más que estudiar: marqué todos los destinos posibles. Y me salió Alemania porque nadie lo elegía. Pensé que con todo lo que había vivido aprender alemán sería fácil.

¿Lo fue?

Para diseñar sí, tampoco iba a estudiar microcirugía.

Socke, el perrro de Inma Bermúdez y, junto a él, su best seller, la lamparita Follow Me que produce Marset. RAÚL BELINCHÓN

En Alemania aparece usted misma como su mejor diseño.

Supongo. Allí empecé a construir la vida que quería, no la que me había tocado. Me quedé cuatro años. Y allí recibí una llamada de la familia de mi padre. Ellos sí querían conocerme. La vida es alucinante. De repente me encontré con un montón de primos. Me llevaron a conocer a mi abuela. La mujer dijo: “Eres una Maestre”. Y me abrazó. Dos años después murió mi padre. Lloré lo que me quedaba. Había fantaseado con que se arrepentiría, con que un día querría hablar y me explicaría algo. Pero no. Por eso cuando me llamaron los familiares para que las tierras de mi padre no se las llevara su viuda, dije que no quería nada. Solo el reconocimiento para mi madre. Exhumaron el cadáver y gané el juicio de paternidad.

¿Cuándo se hizo económicamente independiente?

Durante muchos años diseñaba y trabajaba de camarera. Estaba acostumbrada. Cuando era una adolescente rebelde, mi madre, que es enfermera, consiguió que me cogiesen para limpiar en la planta de oncología. Todo el mundo debería pasar por eso: por limpiar y por convivir con quien tiene poca esperanza y se esfuerza. He sido camarera de restaurante, de hogar del jubilado, de garitos de noche…, lo que quieras. Y siempre me lo he pasado bien. Es cuestión de ser positivo. Siempre hay algo bueno.

¿Fue más difícil madurar, convertirse en diseñadora o criar ahora a sus dos hijos?

Yo no quise tener hijos sin tener una vida profesional estable. Lo conseguí cuando regresé a Valencia y comencé a trabajar para Lladró e Ikea. Pero he tenido mucha suerte. La lámpara Follow Me me ha dado mucho dinero.

Es un invento: móvil, sin cable, con varias posiciones de pantalla y luz de bajo consumo.

La hice por afinidad con el director de la empresa Marset. Me dijo: “Alguien capaz de trabajar para Ikea y para Lladró tiene que ser especial. ¿Qué tipo de lámpara mejoraría la vida?”. Pensé, y al final la encontré en los catálogos antiguos de su empresa. Había una con asa metálica y la actualicé.

¿Diseñar es elegir?

Claro. Pero el que eligió fue Javier Marset, el director de la empresa. Me pidió una lámpara autónoma. Había un hueco en el mercado.

¿Se puede vivir de un solo producto?

Me ha dado tranquilidad, un colchón económico y una relación preciosa con Javier. Ha sido un éxito para los dos.

La vida real define sus diseños: un lavabo pequeño, un perchero fácil de montar.

Es que he vivido siempre en espacios pequeños y con poco dinero. Eso hace que te pienses en qué lo vas a gastar.

Es muy realista, pero vive aislada de la realidad en una casa bioclimática.

Profesionalmente, soy meticulosa; personalmente, actúo por impulso.

¿También hoy, con dos hijos?

Forma parte de mi carácter.

Su estudio se llama Inma Bermúdez. Y en él trabajan usted y su pareja, el arquitecto Moritz Krefter.

No perseguí tener un estudio propio, quería diseñar sin obsesión, tener una vida. Pero al regresar a España tuve que abrirlo. Se llama con mi nombre porque existía antes de conocer a Moritz. Por nada más. Todo el mundo dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y yo, que venía de una pésima experiencia con los hombres, no sé si soy una gran mujer, pero sé que tengo un gran hombre detrás.

Qué mujer tan diferente la que se fue y la que regresó.

Saqué fuerzas para afrontar lo que me dolía y luego me puse a trabajar.

Su madre no ha dejado de acompañarla.

Nunca.

¿Quién la acompañó en los partos?

Moritz y mi madre. Ella como enfermera de quirófano [risas].

¿Por qué regresó a vivir a Valencia?

Por la buena vida: necesitaba mi tierra, a mi madre y a mis amigos. El buen vivir después de vivir en Suecia trabajando para Ikea.

¿Cuál es el buen vivir?

El sol, la poca prisa, los tomates con sabor que cultivamos, los niños asilvestrados.

Su casa no tiene ni aire acondicionado, ni calefacción ni casi acabados.

Tiene estufa de leña, aislamiento de corcho, muros de 40 centímetros y grandes ventanas. Son lo más caro de la casa.

¿Qué despertó su conciencia ecológica?

Vivir en Alemania.

Cuadernos de notas de la diseñadora. RAÚL BELINCHÓN

¿Qué le ha sido más difícil, establecerse profesionalmente o criar hijos?

Uf. Nadie me advirtió de que tener hijos a partir de cierta edad se complicaba mucho. Sufrí varios abortos espontáneos. Luego me cosieron el útero para que no se me desprendiera María. Pero murió. Tenemos un laurel plantado en el jardín que es María. En este país cuando abortas con 20 semanas tiran los fetos a un cubo. Eso debería cambiar. Uno debería poder enterrar a sus muertos. Estuve un mes sin moverme. Y ni así la salvé. Pero no lo consideran duelo. Nadie te apoya. Con 38 años, Otto fue gestado con cerclaje preventivo. Ese cerclaje me provocó una amenaza de aborto. Tras quitarlo, y seis meses de reposo absoluto, pudo por fin nacer. Cuento esto con todo detalle por si le sirve a alguien. Porque no se habla de los problemas de los partos. Ni del paso de los años para convertirse en madre.

Dice que el trabajo la salvó.

Tenía un encargo de Mercadona para hacer la línea de limpieza: recogedores, cubos, fregonas… Lo diseñé en el hospital, donde no me levanté de la cama en 18 días. Todo encajaba, ocupaba poco en casa, en el palé para el traslado…

Marca de la casa.

Lo aprendí de Ikea. Y era neutral para no invadir, para no hacerse muy visible.

¿Cómo ha vivido la crianza de sus hijos?

Mi madre y mis tíos nos han ayudado. Pero estoy agotada, por eso voy a aprovechar el dinero del Premio Nacional de Diseño para parar. Para pensar. Quiero ser certera con lo que aporto. Quiero ayudar a mitigar los problemas del cambio climático. Creo que tengo facilidad para ver soluciones y quiero hacerlo desde otro punto de vista. No se trata solo de hacer cosas. En la bodega Dominio de la Vega mi asesoramiento ha sido para hacer menos cosas. Más pequeñas, más significativas. Eso también es diseñar.

Es de la generación re: repensar, reparar, recuperar, reciclar. ¿En diseño se ha acabado la fiesta?

Hay que aprender a celebrar de otra manera. Me parece indecente no reaccionar ante lo que está pasando en el planeta. Todo: desde abrir un grifo hasta coger un avión o ir a la peluquería tiene consecuencias. ¿Qué más tiene que pasar? ¿No vemos ya que con este ritmo de consumo nos vamos a la mierda?