lunes, 26 de diciembre de 2022

_- Estrategias para lidiar con tu soledad ¿Te sientes solo? Hay muchos en la misma situación. Aquí algunas ideas que pueden ayudar.

_- Las órdenes de quedarnos en casa han afectado en especial a quienes viven solos.

Afia Ofori-Mensa, de 39 años, vive sola desde hace dieciséis años, y durante nueve de ellos dio clases en Oberlin College, en el área rural de Ohio, donde tenía un círculo social reducido. En agosto pasado se mudó a Nueva Jersey para asumir el cargo de directora del programa de becarios presidenciales de la Universidad de Princeton, que otorga recursos para estudios de doctorado, incluidos algunos universitarios originarios de poblaciones poco representadas en el sector académico. Según comentó, por fin sentía que tenía una vida social satisfactoria, después de restablecer contacto con exalumnos de Oberlin y sus familiares en el área y haberse acostumbrado a tomar el tren para asistir a eventos en ciudades cercanas. Por desgracia, sobrevino el brote de coronavirus, algo que acentuó su sensación de aislamiento. 


“Lo más difícil es cuando pienso que ni siquiera sé cuándo podré volver a tocar a otro ser humano”, compartió. Puesto que no tiene mascotas ni pareja, ni siquiera una planta, comentó que se siente muy muy sola. “Algunas veces siento como si estuviera desapareciendo”.

Image Afia Ofori-Mensa está aprendiendo a lidiar con los sentimientos de soledad causados por vivir sola durante el confinamiento por el coronavirus. Credit...Afia Ofori-Mensa

Julianne Holt-Lunstad, profesora de Psicología y Neurociencia en la Universidad Brigham Young, quien se especializa en el estudio de la soledad, explicó que la conexión social es una necesidad biológica para el ser humano. “Somos seres sociales y nuestros cuerpos responden cuando no tenemos proximidad con otros”, aseveró. Así que la nueva normalidad provocada por la COVID-19 “es una situación difícil, pues necesitamos mantener la conexión social aunque estemos separados físicamente”, abundó.

Holt-Lunstad descubrió que la soledad puede tener consecuencias muy graves. Uno de sus estudios reveló que la falta de cualquier tipo de conexión social constituye un factor de riesgo de mortalidad, comparable a fumar hasta quince cigarrillos al día. Otro estudio mostró que la soledad aumenta en un 26 por ciento el riesgo de muerte a edad más temprana. También observó que el riesgo de muerte debido al aislamiento social, la soledad y el hecho de vivir por nuestra cuenta supera al asociado con la obesidad, la actividad física y la contaminación del aire.

Susan Pinker, psicóloga y autora del libro The Village Effect, describe la soledad como un sentimiento subjetivo de encontrarte solo contra tu voluntad. Explicó que podemos no estar con nadie y no sentirnos solos y, de igual forma, podemos sentirnos solos aunque estemos rodeados de personas. La soledad nos hace “sentirnos excluidos y sufrir angustia existencial”, subrayó.

La situación es de especial gravedad porque muchos estadounidenses ya se sentían solos antes de la pandemia del coronavirus.

Según una encuesta realizada en enero de 2020 por Cigna a 10.000 estadounidenses mayores de 18 años, el 61 por ciento de los adultos (tres de cada cinco) dijeron sentirse solos. Esa cifra aumentó siete puntos porcentuales con respecto a la registrada en 2018. Ahora que los estadounidenses están en aislamiento físico más estricto debido a las órdenes de quedarse en casa por el coronavirus, la sensación de soledad se ha enfatizado, indicó Doug Nemecek, director médico de Cigna especializado en salud conductual. El estudio de Cigna indica que los factores principales relacionados con la soledad son la falta de apoyo social y un número muy reducido de interacciones sociales significativas; también reveló que quienes trabajan desde casa se sienten más solos que quienes trabajan en una oficina.

“Debido a la COVID-19, esta situación afecta a muchas más personas. Hemos establecido el distanciamiento social. No podemos interactuar ni con amigos ni con vecinos. No podemos visitar a nuestros padres ancianos que se encuentran en asilos”, comentó. “Todos estos factores pueden afectar cómo nos sentimos por la conexión social y la soledad”.

El estudio de Cigna descubrió que el 79 por ciento de las personas entre 18 y 22 años consideraban que estaban solas. En este grupo, quienes más usaban las redes sociales mostraron una mayor probabilidad de decir que se sentían solos, indicó Nemecek, “así que es muy importante aprovechar las redes sociales de manera adecuada para establecer y mantener conexiones significativas con otros”. Por ejemplo, dijo que puede ser más beneficioso tener una conversación por video que leer las noticias en las redes sociales o ver publicaciones de Twitter.

Quienes no tienen ningún contacto social ni ningún tipo de apoyo social pueden correr un mayor riesgo de caer en depresión, afirmó Lisa Cox, trabajadora social clínica con licencia y profesora de Trabajo Social y Gerontología en la Universidad Stockton. Sin embargo, señala que si esas personas aplican el autocuidado pueden estar bien. Pueden incluir prácticas como participar en grupos de apoyo en línea, yoga y estiramientos, llevar un diario de gratitud, practicar atención plena y sumergirse en actividades creativas como dibujar y escuchar música.

Cox reconoció que puede ser difícil reunir la energía necesaria para intentar algo nuevo cuando te sientes solo, pero afirmó que vale la pena intentarlo. Pinker dijo que, si no podemos estar con alguien, tener una conversación por video es la segunda mejor opción, y también podemos intentar cualquier actividad que imite la reciprocidad de las interacciones reales o compartir la experiencia de todos “ponerle atención a la misma actividad al mismo tiempo”.“Debido a la COVID-19, esta situación afecta a muchas más personas. Hemos establecido el distanciamiento social. No podemos interactuar ni con amigos ni con vecinos. No podemos visitar a nuestros padres ancianos que se encuentran en asilos”, comentó. “Todos estos factores pueden afectar cómo nos sentimos por la conexión social y la soledad”.

El estudio de Cigna descubrió que el 79 por ciento de las personas entre 18 y 22 años consideraban que estaban solas. En este grupo, quienes más usaban las redes sociales mostraron una mayor probabilidad de decir que se sentían solos, indicó Nemecek, “así que es muy importante aprovechar las redes sociales de manera adecuada para establecer y mantener conexiones significativas con otros”. Por ejemplo, dijo que puede ser más beneficioso tener una conversación por video que leer las noticias en las redes sociales o ver publicaciones de Twitter.

Quienes no tienen ningún contacto social ni ningún tipo de apoyo social pueden correr un mayor riesgo de caer en depresión, afirmó Lisa Cox, trabajadora social clínica con licencia y profesora de Trabajo Social y Gerontología en la Universidad Stockton. Sin embargo, señala que si esas personas aplican el autocuidado pueden estar bien. Pueden incluir prácticas como participar en grupos de apoyo en línea, yoga y estiramientos, llevar un diario de gratitud, practicar atención plena y sumergirse en actividades creativas como dibujar y escuchar música.

Cox reconoció que puede ser difícil reunir la energía necesaria para intentar algo nuevo cuando te sientes solo, pero afirmó que vale la pena intentarlo. Pinker dijo que, si no podemos estar con alguien, tener una conversación por video es la segunda mejor opción, y también podemos intentar cualquier actividad que imite la reciprocidad de las interacciones reales o compartir la experiencia de todos “ponerle atención a la misma actividad al mismo tiempo”.

Es una época ideal para tomar el teléfono y hablar con amigos y familiares con quienes no hemos tenido contacto desde hace tiempo, señaló. Tan solo salir y caminar alrededor de la cuadra puede ayudarnos a reproducir la rutina de nuestro día, como cuando íbamos al trabajo o a una cafetería, pues crea oportunidades para “ver a las personas de manera casual”, dijo Pinker. Además, tanto Pinker como Cox concuerdan en que aplicaciones como Houseparty, que nos permite participar virtualmente en actividades como juegos con amigos, o Netflix Party, donde podemos ver películas con amigos que no están con nosotros, pueden ser un buen medio para tener conexión social.

Este periodo resulta ser especialmente difícil para los adultos mayores. Un informe realizado en 2020 por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos reveló que casi la mitad de los adultos de 60 años y mayores dicen sentirse solos. Lisa Marsh Ryerson, presidenta de la Fundación AARP, cita hallazgos que muestran que más de 42 millones de estadounidenses, equivalentes a un tercio de la población mayor de 45 años, se sentían solos antes del brote de coronavirus y afirma que esas cifras van en aumento en la situación actual. En su opinión, los adultos mayores deberían hacer un “inventario de amigos”, una lista que contenga, para empezar, a su círculo de amigos más cercanos y a sus vecinos, y que la vayan ampliando con antiguos compañeros de trabajo y escuela. “Nos cuesta trabajo dar el primer paso, pero es importante buscar a las personas”, dijo.

Así mismo, recomendó que los demás llamemos cada día por lo menos a un adulto mayor que pueda estar en riesgo de sentirse solo para preguntar cómo está y escuchar su respuesta. Otra forma de ayudar podría ser ofrecernos a explicarles cómo organizar conversaciones virtuales con sus amigos y familiares.

Ofori-Mensa ha comenzado a obligarse a lidiar con sus sentimientos de soledad durante este tiempo difícil, para lo cual intenta conectarse más con su entorno. Ha comenzado a escuchar las grabaciones de música clásica y jazz con piano que pone el vecino del piso de abajo por las noches. Otro vecino ha estado cocinando con ajo más seguido. “Me gusta detenerme en el pasillo y respirar profundo cada vez que salgo a caminar”.

Las caminatas diarias le permiten compartir espacio con otras personas, aunque sea a la distancia. “Ya que no puedo tocar a nadie, me he hecho más consciente de los detalles sensoriales que me recuerdan que no estoy sola”. 

Yma Súmac, la cantante peruana y "princesa inca" que conquistó el mundo gracias a su prodigioso rango de voz

Tenía una voz espectacular, fuera de serie. Llegaba más alto y más bajo que nadie. Podía sonar tan grave como la del cantante y poeta Leonard Cohen y tan aguda la de la soprano lírica Montserrat Caballé.

Pero no fue la única razón del enorme éxito internacional que tuvo en la década de 1950 Yma Súmac, definida por el crítico musical Miguel Molinari como la artista peruana más global que ha existido.

"Fue una adelantada a su tiempo, que combinó la música tradicional peruana con ritmos caribeños y de otras latitudes como nunca nadie lo había hecho antes", le dice a BBC Mundo Molinari, que participa esta semana en el HAY Festival de Arequipa.

Y pese a los altos y bajos que tuvo su carrera, su fama trascendió en el tiempo.

Prueba de ello es que su voz apareció en bandas sonoras de éxitos de Hollywood como "El gran Lebowski" de 1998 o en la campaña con la que Apple lanzó en 2020 su iPhone 12.

Este año se celebra su centenario.

El poder de los pájaros
Zoila Emperatriz Chávarry, su verdadero nombre, nació en 1922, probablemente en El Callao, la zona portuaria al norte de Lima, pero pasó la mayor parte de su infancia en la sierra de Cajamarca, y siempre contó que aprendió a cantar escuchando el trinar de sus pájaros y los sonidos de la naturaleza.

Una vez los describió como "sonidos muy exóticos, también muy aterradores, pero que inspiran mucha música".

Desde pequeña cantó y actuó en escenarios de Perú, sorprendiendo al público con su extraordinaria voz. Cuando tenía 20 años conoció al promotor Moisés Vivanco, quien de inmediato se percató de sus dotes y decidió convertirla en el centro de un espectáculo con el que recorrieron el país.

Acabarían casándose e iniciando una excepcional pareja artística que dio como resultado un hijo y una de las aventuras más prodigiosas de la historia de la música peruana.

En 1946, conscientes de que al talento de Zoila se le quedaba pequeño el mercado local, se marcharon a Estados Unidos, donde Vivanco no dudó en promocionarla como una legendaria princesa descendiente de Atahualpa, el último emperador inca. Cosa que no era.

Yma Súmac y Moisés Vivanco FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

La pareja de Yma Súmac y Moisés Vivanco fue una de las más fértiles de la música peruana.

Ya con el nombre de Yma Súmac, que significa la más bella en lengua quechua, paseaba su porte altivo y pasional por escenarios en los que deleitaba a los estadounidenses con melodías andinas que nunca habían oído, combinadas con toques que les resultaban más familiares, como los del jazz o el mambo.

"Choledad emprendedora"
En una época en la que en Hollywood triunfaban dramas históricos como "Quo Vadis", "Ben-Hur" o "Los diez mandamientos", la apuesta daría resultado gracias a la exótica belleza y, sobre todo, la prodigiosa voz de ella.

"Un cantante de ópera actual puede llegar a las dos octavas o dos octavas y media, mientras que Yma Sumac alcanzaba cuatro o cinco. Tenía un rango de extensión vocal que le permitía hacer cosas excepcionales", explica Molinari.

Su marido lo sabía. "El triunfo de Yma se debió a su voz, pero también a las habilidades musicales y escenográficas de Vivanco, quien fue capaz de montar espectáculos multitudinarios, cargados de fantasía, que rememoraban la grandeza del imperio incaico", escribió la historiadora peruana Carmen McEvoy, que ha estudiado la vida de la pareja.

Para McEvoy, Yma y Moisés fueron un ejemplo de esos cholos, como se conoce en Perú a los campesinos, que a mediados del siglo pasado emigraron del campo hacia Lima.

Pero en su caso llevaron el proyecto hasta su triunfo mundial, erigiéndose a ojos de la experta en "la vanguardia de una choledad emprendedora que, sin apoyo del Estado, representó al Perú por el mundo entero".

En 1950, lanzó su primer álbum, "Voz de Xtabay", que disparó su ascenso al estrellato internacional, convirtiéndose en un éxito a pesar de la escasa promoción comercial recibida.

Súmac acabó cantando sus temas en los casinos de Las Vegas y en salas tan destacadas como el Carnegie Hall de Manhattan o el Hollywood Bowl.

Paso por el cine
Ya convertida en un fenómeno musical, hizo algunas incursiones cinematográficas.

En 1954 rodó "El secreto de los incas", en la que cantaba casi tanto como actuaba.

La película explotaba de nuevo el tópico del esplendor pasado de los incas, perseguido en ella por un joven Charlton Heston que aún no había hecho sus papeles icónicos y encarnaba aquí a un aventurero cazatesoros en el que algunos han visto a un precursor del futuro Indiana Jones.

Cartel promocional de la película "El secreto de los incas", en la que participó Yma Súmac. FUENTE DE LA IMAGEN,LMPC / GETTY

Cartel promocional de la película "El secreto de los incas", en la que participó Yma Súmac.

Más tarde, Súmac participaría en el film "Omar Kayyam" y en la mexicana "Música de siempre", entre otras producciones cinematográficas y televisivas.

Pero, como recuerda Ricardo Bedoya, historiador del cine de la Pontificia Universidad Católica del Perú, "sus papeles cinematográficos fueron resultado de su éxito como cantante y de la imagen de exótica princesa inca que supo construir Moisés Vivanco".

Paseo de la Fama
Paradójicamente, cuanto mayor era su fama lejos de Perú, mayor eran la incomprensión y el rechazo de parte de su país, donde los puristas la acusaban de contaminar las esencias del folklore indígena peruano al mezclarlo con tradiciones musicales extranjeras.

Quizá el más destacado de los críticos fue Jose María Arguedas, considerado uno de los más relevantes escritores peruanos del siglo XX. "Lo que hace Yma Súmac, por supuesto, no es estilización de la música india: es deformación pura", llegó a escribir Arguedas, que al parecer la despreciaba porque no hablaba quechua.

Yma Súmac. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Yma Súmac se presentaba en Estados Unidos como una princesa inca.

Pero éxitos como su "Malambo No 1", tema en el que combinaba letras en español e inglés y los ritmos afrocubanos y trompetas típicos del mambo con los agudos que solo Yma podía reproducir, dejaban bien claro que era precisamente su capacidad única para mezclar lo que enamoraba al público.

Fue esa la receta que la convirtió en la primera y hasta ahora única peruana en tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Separación
El estrellato de Súmac comenzó a declinar a finales de la década de 1950 con la llegada del rock and roll y el cambio de los gustos de la audiencia.

Súmac se orientó entonces hacia Europa, donde realizó varias giras, entre ellas una por la URSS, tan exitosa que se prorrogó hasta los seis meses, mucho más de lo inicialmente previsto.

En 1965, después un primer divorcio tras el que volvieron a casarse, Súmac y Vivanco se divorciaron definitivamente.

En un documental sobre ella emitido por la televisión peruana, la secretaria de Vivanco afirmó haber tenido dos hijos con él, echándole más leña a su fama de mujeriego.

Terminaba así una de las sociedades más fértiles y originales de la historia de la música peruana.

Yma Súmac nunca se volvió a casar. Según Molinari, que la trató durante su último viaje a Perú, "era una mujer con mucho sentido del humor y muy cálida, pero también con una personalidad muy fuerte y una mentalidad muy estricta que aprendió en la sierra".

Icono LGTB
Ya sin Vivanco, Yma Súmac grabó en 1971 el álbum "Miracles" (Milagros, en español), un intento del compositor estadounidense Les Baxter reimpulsar su carrera en la nueva era dominada por "The Beatles" y las guitarras eléctricas.

Su imagen de diva empoderada contribuyó a convertirla en un icono para el movimiento gay estadounidense.

Para entonces ya pocos creían que Yma Súmac fuera realmente una princesa inca y el álbum pasó sin pena ni gloria cuando se lanzó.

Pero "Miracles" ganó con el tiempo y acabó convirtiéndose en un disco de culto, todavía hoy apreciado por un público minoritario.

Y es que la voz única de Yma Súmac y su capacidad camaleónica iban a permitir aún nuevas lecturas de su arte.

Molinari cuenta que "a finales de los 1970 y comienzos de los 1980, el mundo de las 'drag queen' en Estados Unidos la tomó como ícono por su poder de fascinación y por la figura disruptiva que representó su imagen de mujer empoderada vestida con esos seductores trajes regionales del Perú".

A partir de 1980 se produce lo que Ramiro Bedoya llama "el reciclaje posmoderno de la voz de Yma Súmac" y su música empieza a aparecer en la banda sonora de varias películas, lo que alumbró "una revalorización de su presencia en el cine internacional".

En Perú, el reconocimiento oficial tardaría aún unos años en llegar. Fue recién en 2006, durante un viaje promovido por Molinari, que el gobierno la condecoró con la Orden del Sol, una de las más altas distinciones civiles del país.

Tras aterrizar en el aeropuerto de Lima, la ya anciana diva declaró: "Estoy tan dichosa que he llorado un poco en el avión".

Yma Súmac saluda al público que la ovaciona en su última visita a Perú. FUENTE DE LA IMAGEN,CORTESÍA DE MIGUEL MOLINARI En 2008, Yma Súmac regresó por fin a Perú y recibió el homenaje del público.

Murió en 2008.
Aquel viaje postrero fue el principio de una revalorización de su figura en su propio país que para muchos es aún insuficiente.

El periodista Jaime Bedoya escribió en el diario El Comercio que si Yma Súmac hubiera sido mexicana "tendría un parque en su honor en el DF y su imagen sería tan mundialmente popular como Frida Kahlo", pero le tocó ser peruana "y eso explica que al cumplirse los cien años de su nacimiento (...) oficialmente al país no le importe".

Para conmemorar el centenario de Yma Súmac, la historiadora Carmen McEvoy, el periodista Miguel Molinari y la soprano Sylvia Falcón conversarán en el HAY Festival de Arequipa con el editor de proyectos especiales del diario El Comercio, Jaime Bedoya, sobre su extraordinaria vida y talento. Falcón realizará además un homenaje cantado.


domingo, 25 de diciembre de 2022

La historia de las 14 mujeres que fueron liberadas de una clínica psiquiátrica en Alemania (y cómo se convirtió en una premiada novela en Perú)

Noviembre de 1984. Un grupo de 14 mujeres se encuentran en la estación de trenes de la ciudad alemana de Stuttgart a punto de tomar diversos trenes a sus respectivos hogares. Lejos de ser una estampa casual, se trata de un insólito acto de liberación. La liberación de las hasta hace unas horas pacientes de un prestigioso centro psiquiátrico.

Anne Kahl, una alemana nacida en 1942 en la ciudad bávara de Berchtesgaden y secretaria de la clínica, es la encargada de embarcar a estas mujeres hacia sus hogares, donde continuarán con su tratamiento lejos de una alienante reclusión en las instalaciones del excéntrico y brillante doctor Curtius Tauler. Si bien los nombres son todos ficticios y los expedientes médicos inventados, la trama central es real.

Así se lo contó la propia Anne Kahl a la escritora peruana Teresa Ruiz Rosas, quien años después decidió contar esta increíble historia en su novela "Estación Delirio", con la que ganó el Premio Nacional de Literatura de Perú 2020.

La escritora, nacida en Arequipa en 1956, reside desde hace más de dos décadas en la ciudad alemana de Colonia, aunque su intención es trasladarse en breve a Barcelona.

Hija del poeta José Ruiz Rosas, la autora entrelaza en su premiada novela la salud mental con el feminismo, el arte y la literatura.

BBC Mundo habló con ella en el marco del Hay Festival Arequipa que se realiza entre el 3 y el 6 de noviembre en esa ciudad peruana.

"Estación Delirio" gira en torno a Anne Kahl, una mujer que trabajaba en una famosa clínica alemana, a principios de los años 80, y tuvo la tarea de liberar a 14 pacientes. ¿Cuánto hay de realidad en esta historia?

Hay mucho de realidad. La Anne Kahl de carne y hueso era una amiga mía, bastante mayor que yo, que conocí en los últimos años de colegio en Arequipa. Al igual que en el libro, estaba allí porque su marido era cooperante. Nos hicimos amigas por el idioma. Yo hablaba alemán porque me había educado en un colegio peruano alemán.

Teníamos una gran amistad muy bonita.
En un momento dado, me escribió y me contó de este trabajo en la clínica psiquiátrica y después lo del alta de las pacientes.

Teresa Ruiz Rosas con su amiga alemana que en el libro se llama Anne Kahl FUENTE DE LA IMAGEN, CORTESÍA DE TERESA RUIZ ROSAS

Teresa Ruiz Rosas conoció a su amiga alemana Anne en Arequipa y mantuvieron el contacto por carta durante años. Se volvieron a ver en Stuttgart en 1977. Todo eso es cierto, lo que es inventado son las las historias de cada una de las 14 pacientes liberadas, porque no tuve acceso a las historias clínicas, ni ella me lo contó por una cuestión de secreto profesional.

Además, ella ya murió hace muchos años. Lo que yo hice fue refrescar la memoria para escribir sobre eso.

También es cierto que el psiquiatra les dio un sedante a las pacientes para que pudieran llegar hasta sus casas. Las había preparado para que después pudieran estar ya sin él.

El psiquiatra era un hombre que se podía haber retirado ocho años atrás, pero que siguió al frente de la clínica. En un momento dado, cuando quiso retirarse, no se le ocurrió una manera mejor que cerrar la clínica y enviarlas a sus casas.

Mientras escribía la novela, pude localizar al médico asistente principal. Ya era nonagenario, pero me recibió. Se alegró mucho de que escribiera sobre eso.

Él fue el que me dijo que fueron 14 las mujeres liberadas. Yo no sabía el número exacto.

El director de la clínica es un psiquiatra alemán famoso por su aplicación de electrodos en sus terapias... Eso era lo más interesante.

De hecho, mi amiga me contó cómo estas pacientes sentían una adoración por este psiquiatra, cómo volvían y cómo querían esa terapia. Lo sentían como su redentor.

Por lo visto tiene un efecto, cuando está bien dosificada, muy positivo, que tendrá secuelas después, seguramente, pero les hacía bien.

Un par de años antes de publicar la novela, se la di a leer a una amiga mía que dirige una clínica psiquiátrica importante en Estados Unidos y ella me dijo también un par de cosas que luego modifiqué.

Me explicó que es una terapia que actualmente se utiliza también con mucha cautela, pero que los estados más severos de depresión solamente se curan con esta terapia, que no tienen otra forma.

Si de verdad quieren evitar que una persona acabe con su vida, se aplica esta terapia y en muchos casos funciona.

El problema, como en muchas cosas, es el abuso que se ha hecho y cómo se ha diagnosticado también a mucha gente que probablemente no la necesitaba y se le ha dado esa terapia de manera brutal. Hay ahí una historia de horror.

Dos enfermeras aplicando la terapia con electrodos a un paciente FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES

La terapia electroconvulsiva (TEC) o la terapia por electrochoque comenzó a usarse en los años 30.

¿Qué es lo que más te sorprendió de tu investigación sobre psiquiatría para escribir este libro?

Aparte de lo que ya conté sobre la aplicación de electrodos, aprendí mucho de la historia de la psiquiatría en general, de las etapas espantosas en las que se hacía de otra forma antes de los años 50, 60.

Y luego también ver cuánto abuso hay de las pastillas, un tema muy delicado y muy controvertido.

Me he enterado de casos tristes de adicciones a este tipo de medicamentos, que no van al fondo del problema que ha llevado a la persona a este estado. No viene a resolver su propia angustia, es sólo un paliativo. Por supuesto que hay factores genéticos, pero eso es ya otro tema.

Pero en los casos en que no es la genética el factor determinante siempre hay o casi siempre hay detrás una vivencia o muchas vivencias traumatizantes y esas no las borras con una pastilla.

En la novela recuerdas la frase del escritor Friedrich Glauser: "Nunca podremos trazar la frontera entre un enfermo mental y una persona normal". ¿Crees que es así?

Creo que tiene mucho de cierto. De hecho, Glauser estaba en un psiquiátrico y escribió allí novelas memorables. Recuerdo el dicho, que creo que se lo escuché a mi padre por primera vez, "de médico, poeta y loco, todos tenemos un poco".

Si pensamos en el presente, podemos pensar en todas las atrocidades que ocurren dentro de las cuatro paredes de millones de casas de las que nadie sabe nada. Personas que afuera aparentan estar muy bien.

Eso es salud mental. Lo que hacen los que maltratan, los que violan, los que se aprovechan y andan sueltos por ahí y tienen hasta trabajo ¿están bien de la cabeza? No creo.

En privado es muy difícil saber lo que pasa. Uno se va enterando poco a poco. Sólo se sabe lo que pasa en público.

Si un pobre infeliz ha ido desnudo por la calle llama la atención, si hace barbaridades dentro de su casa nadie se entera. Por eso es un tema tan delicado todo eso de definir o categorizar. Con todo el respeto por los psiquiátras.

Portada del libro "Estación delirio" FUENTE DE LA IMAGEN, CORTESÍA DE TERESA RUIZ ROSAS

La arequipeña Silvia Olazábal, amiga de la protagonista, es el álter ego de la escritora.

La historia de cada una de las 14 mujeres de la clínica refleja también lo que supone vivir en una realidad que oprime, cosifica y destruye a las mujeres. ¿Cómo seleccionaste esas historias?

El hecho de que la clínica fuera solo de mujeres ya me servía de inspiración para tocar el tema de las mujeres que, en general, han tenido en esa época menos posibilidades para desarrollarse con todo su potencial de ser humano.

La primera o segunda ola de feminismo importante recién estaba empezando a dar sus frutos en esa época. Todavía la mujer tenía que cumplir un papel subordinado.

Quería destacar esa dificultad o imposibilidad de la mujer de poder tener una vida completamente emancipada como la puede tener ahora si quiere.

Una mujer es detenida por la policía durante las manifestaciones en Francia de mayo de 1968 en París FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES

El Movimiento del Mayo Francés de 1968 sentó las bases para la explosión del feminismo en Francia, una lucha que tomaría forma en 1970 con el Movimiento de la Liberación de las Mujeres.

Tanto la alemana Anne como la peruana Silvia luchan contra patrones patriarcales, ¿qué diferencia ve entre las dos sociedades?

El caso de Alemania es una sociedad que vivió este feminismo surgido desde el mayo francés de 1968. Una de sus herencias es la revolución sexual y dentro de ella está el feminismo, que una mujer pudiese decidir sobre su cuerpo como le diese la gana.

Pero también Alemania tiene mucha migración. La gente que ha venido ha traído otras costumbres y dinámicas y la minoría más grande es la musulmana. La cultura musulmana ya sabemos cómo tiene a la mujer.

Además, en Alemania no sólo hay numerosos feminicidios a manos de alemanes, sino que tampoco podemos olvidar toda la cantidad de alemanes que se van a Tailandia a comprar sexo con adolescentes.

Y luego todo el tema que denuncio en mi novela anterior, "Nada que declarar: El libro de Diana". El tema de la legalización de la prostitución que al final lo que ha conseguido es que sea peor que la prostitución forzosa.

Vienen autobuses a sitios apartados a hacer turismo sexual. Si eso no es machista y no es antifeminista, que me expliquen por favor qué es.

Más allá de eso, la diferencia es que hay una clase media muy grande en Alemania con muchísimas mujeres muy avanzadas en este tema y lo llevan con absoluta naturalidad. Jamás se plantearían una subordinación o sumisión. Eso también es un hecho.

¿Y qué pasa en Perú? ¿En Arequipa?
Arequipa ha crecido mucho y eso trae cambios inevitables.
Si bien hay algunos aspectos, casi culturales, como el arreglo personal de la mujer para agradar al hombre, que siguen vivos, las mujeres han estudiado y tienen la independencia económica que es la clave. Dentro de sus propios núcleos familiares ya no permiten una serie de cosas.

Hay hombres que nunca han sido de corazón machistas. Han podido ser más o menos machistas culturales, pero nunca han tenido alma de machistas. Lo ven bien y no se sienten amenazados por el hecho de que la mujer tenga ahora los mismos derechos, las mismas posibilidades y que quiera ganar la misma cantidad de dinero por la misma prestación.

Retrato de Teresa Ruiz Rosas Cortesía de Teresa Ruiz Rosas

Creo que la clase media ya no permite el cliché del machismo latinoamericano de esa manera" Teresa Ruiz Rosas

Premio Nacional de Literatura de Perú 2020

Pero hay otros hombres, bastantes, que sí se sienten amenazados, que en el fondo tienen un complejo de inferioridad, porque en muchos casos no pueden valerse solos sin una mujer que les resuelva la vida, por ejemplo, o que esté detrás ayudándoles en lo que pueda o mil variantes más.

Ven que su poder ya no va a ser el mismo y que van a estar por debajo. Esos son los que están fehacientemente en contra y son violentos y muchas veces hasta matan. Creo que ésa es la clave.

Aunque el machismo está necesariamente retrocediendo por diferentes razones, pero lo triste es que todavía existen feminicidios, que todavía hay violencia machista en los hogares.

Este artículo es parte del Hay Festival Arequipa, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza del 3 al 6 de noviembre de 2022.Puedes leer toda nuestra cobertura del Hay Arequipa

haciendo clic aquí.

Espiritualidad para tiempos difíciles. Cómo leer a Shakespeare mejora nuestro mundo interior y nuestras inversiones en Bolsa

Se considera que las personas con creencias trascendentes tienen más recursos ante momentos de dificultad que las agnósticas o ateas. ¿Es verdaderamente así?

Según varios estudios recogidos en The Oxford Handbook of Psychology and Spirituality, hay una relación manifiesta entre espiritualidad, resiliencia y emociones positivas. Las personas con una dimensión espiritual suelen tener más resiliencia, que es la capacidad de afrontar situaciones adversas, básicamente porque introducen el sentido en la ecuación del sufrimiento. El psiquiatra Viktor Frankl afirmaba: “Si podemos encontrar algo por lo que vivir, algún significado para poner en el centro de nuestras vidas, incluso el peor tipo de sufrimiento se vuelve soportable”. Las personas con creencias religiosas tienen más facilidad para encontrar ese sentido al sufrimiento. Algunas sienten que son puestas a prueba por una instancia superior; otras, que lo que están viviendo les capacitará para ayudar a los demás. En momentos de extrema dificultad, tener algún tipo de fe ayuda a albergar emociones positivas, bien sea porque se percibe el apoyo de una fuerza que está más allá de uno mismo, a la que se recurre a través de la oración u otra práctica religiosa, o porque nos sirve para superarnos como seres humanos y ser más útiles a la sociedad.

Este segundo punto es especialmente interesante, puesto que no es necesario ser religioso o creer en otra vida para disfrutar de los beneficios de la espiritualidad. De hecho, se puede ser agnóstico o ateo y ser profundamente espiritual, si confiamos en la bondad del ser humano y en su capacidad de trascender el ego y extender su mano a los demás.

Alguien que atraviesa una situación muy difícil puede hundirse ante lo que percibe como un golpe del destino, o bien entenderlo como una oportunidad para ayudar a otras personas que pasan o pasarán por ese mismo trance. Esto le dará un significado que le permitirá afrontar cualquier circunstancia. Como decía el filósofo alemán Friedrich Nietzsche: “Quien tiene un porqué para vivir puede resistir casi cualquier cómo”.

Un ejemplo reciente de esto es el caso de Juan Carlos Unzué. Tras una vida dedicada al fútbol, en junio de 2020 fue diagnosticado de ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Inmediatamente se erigió en portavoz de quienes padecen esta enfermedad y desde entonces su actividad ha sido incansable. Uno de sus hitos fue organizar el partido benéfico entre el FC Barcelona y el Manchester City, que recaudó más de cuatro millones de euros para la lucha contra la enfermedad. Además de la certeza de estar aportando a la sociedad, al ver las gradas llenas de público Unzué declaró que empezó casi a levitar.

El contrario de esta sensación vital es la apatía que embarga a muchas personas, incluso las que no padecen problemas especialmente graves. Viktor Frankl hablaba de “la neurosis dominical, ese tipo de depresión que aflige a las personas que se dan cuenta de la falta de contenido en sus vidas cuando terminan las prisas de la semana ocupada y el vacío dentro de ellos se manifiesta”. Contra ese estado, afirmaba que no hay nada que despierte y capacite tanto a una persona como la consciencia de tener una tarea en la vida.

Pero ¿qué sucede si no la tengo?
Según el padre de la logoterapia, buscar nuestra misión en la vida es ya una misión en sí misma. Del mismo modo, aunque hayamos vivido de espaldas a la espiritualidad, el solo hecho de buscarla nos pone ya en la senda. Algunos caminos para cultivarla:

1. Preguntas existenciales. Interrogarnos sobre el sentido de nuestra vida, sobre nuestro verdadero propósito, es una vía a la espiritualidad.

2. Ensayos filosóficos. Hay numerosos autores que indagan en estas cuestiones sin pertenecer a un determinado credo, como por ejemplo Jiddu Krishnamurti, el gran filósofo laico indio del siglo XX.

3. Conectar con la naturaleza. A muchas personas, pasear por un bosque u otro espacio natural les hace sentir en comunión con Dios, la totalidad o el nombre que quiera darse a lo que está más allá de uno mismo.

4. Silencio y meditación. La vía clásica de los místicos a la trascendencia parte de la idea de que, cuando cesan las palabras y el ruido del mundo, el ser humano puede encontrar la serenidad y el misterio.

Inteligencia espiritual
— En 2011, Francesc Torralba publicaba Inteligencia espiritual, donde abordaba los beneficios de desarrollar esa dimensión en el ser humano. En opinión de este teólogo y filósofo, la práctica de la espiritualidad ayuda a romper el caparazón del ego y protege del narcisismo. Al salir de nuestro restringido mundo de problemas, nos abrimos a lo desconocido y nos interesamos por los demás. Esto humaniza y permite vivir de forma más útil y positiva, razón suficiente para cultivar la inteligencia espiritual, aunque no profesemos ninguna fe o religión concreta.

— Torralba cita en su libro las investigaciones de la profesora Dahar Zohar y del psiquiatra Ian Marshall, de las universidades de Oxford y Londres, respectivamente, para afirmar que las personas con este tipo de inteligencia “son más abiertas a la diversidad, tienen una mayor tendencia a preguntarse el porqué y el para qué de las cosas y, además, son capaces de afrontar con valor las adversidades de la vida”.

Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicología.

https://elpais.com/eps/2022-12-08/espiritualidad-para-tiempos-dificiles.html

sábado, 24 de diciembre de 2022

¿La pandemia te cambió la personalidad? Probablemente.

El coronavirus lleva dos años perturbando la vida social. Un estudio reciente sugiere que ahora somos menos extrovertidos, creativos, afables y meticulosos, sobre todo los jóvenes.

Asistir a clases, crear primeras impresiones memorables en el nuevo trabajo de oficina o llenar el auditorio de un concierto: muchos eventos sociales que habían sido ritos de paso para los jóvenes se vieron alterados por la pandemia de coronavirus.

Eso ha hecho que personas como Thuan Phung, un estudiante del penúltimo año en la Escuela de Diseño de Parsons que vive en Hell’s Kitchen en Manhattan, se sienta “raro” con las interacciones en la vida real. Después de dos años de clases en línea, regresó a las aulas.

“En Zoom puedes silenciar la conversación”, dijo Phung, de 25 años. “Me tomó un tiempo saber cómo hablar con la gente”.

Ahora, un estudio reciente sobre la personalidad sugiere que la incomodidad que él experimenta no es inusual para la gente de su generación, quienes se vieron forzados a aislarse debido a las restricciones generadas por la pandemia cuando tenían unos 20 años, una época de ansiedad social para muchos.

La covid no solo reconfiguró la manera en que trabajamos y nos relacionamos con los demás, sino que también cambió nuestra forma de ser, según el estudio que también encontró que algunos de los efectos más pronunciados se observaron entre los adultos jóvenes.

Es posible que los rasgos principales de nuestra personalidad se hayan atenuado un poco, de manera que nos hemos vuelto menos creativos y extrovertidos, no tan agradables y menos escrupulosos, según la investigación que fue publicada en septiembre en la revista PLOS ONE.

Estos declives equivalen a “cerca de una década de cambio de personalidad normativo”, señaló el estudio. Los menores de 30 años mostraban una “madurez alterada”. Ese cambio es contrario a la forma en que normalmente se desarrolla la personalidad de un adulto joven a lo largo del tiempo, escribieron los autores.

“Si los cambios son duraderos, esta evidencia sugiere que los eventos estresantes para toda la población pueden sesgar ligeramente la trayectoria de la personalidad, sobre todo en los adultos más jóvenes”, indicó el estudio.

Los autores del estudio sobre la personalidad se basaron en los datos de Understanding America Study, un panel por internet de la Universidad del Sur de California que en 2014 comenzó a recopilar las respuestas de encuestas, a partir de datos disponibles al público de unos 7000 participantes que respondieron a una evaluación de la personalidad administrada antes y durante la pandemia.

Angelina Sutin, autora principal del artículo y profesora de la Universidad Estatal de Florida, dijo que los resultados del estudio mostraron que, en promedio, la personalidad de los participantes se alteró durante la pandemia, aunque enfatizó que los hallazgos solo captaron “un momento en el tiempo” y podrían ser temporales.

“La personalidad tiende a ser bastante resistente al cambio. Quizá solo una pandemia mundial o algo de ese tipo” la afecte dijo Sutin. “Pero es difícil señalar con exactitud qué aspecto de la pandemia provocó estos cambios”.

Sutin y sus coautores tampoco saben si esos cambios de personalidad persistirán.

Los investigadores analizaron cinco dimensiones de la personalidad: el neuroticismo, es decir la tolerancia al estrés y a las emociones negativas; la apertura, definida como la falta de convencionalismo y la creatividad; la extroversión; la afabilidad, o el hecho de ser “confiado y directo”; y la meticulosidad, el grado de responsabilidad y organización de una persona.

Gerald Clore, profesor emérito de psicología de la Universidad de Virginia, dijo que los autores fueron “cautelosos” en sus conclusiones y en subrayar la necesidad de nuevos estudios para reexaminar los resultados.

La pandemia en sí misma fue un “experimento formidable”, dijo Clore, quien teorizó que tal vez haya sido la reestructuración de las rutinas, en vez del estrés general, lo que modificó la personalidad de las personas.

Quizá como un reflejo de los cambios que hubo, el interés por la psicoterapia se disparó durante toda la pandemia, según comentaron varios terapeutas. La terapia virtual también está en auge.

En Talkspace, una plataforma que ofrece terapia en línea, el número de usuarios individuales activos aumentó un 60 por ciento desde marzo de 2020 hasta un año después, dijo John Kim, un portavoz de la compañía.

El número de adolescentes que buscan terapia en BetterHelp aumentó casi cuatro veces desde 2019, declaró un portavoz de esa compañía que ofrece terapia en línea.

Los terapeutas que ejercen en Estados Unidos dicen que han observado que sus clientes tienen dificultades para sortear las restricciones de la vida pandémica y lidiar con las vicisitudes de las normas sociales.

Nedra Glover Tawwab, una terapeuta con sede en Charlotte, Carolina del Norte, que tiene un consultorio privado y más de un millón de seguidores en Instagram, dijo que notaba una creciente incomodidad a medida que la gente se reintegraba poco a poco a las rutinas del pasado, como trabajar en una oficina.

“Nos hemos acostumbrado tanto a aislarnos que ahora creemos que nos encanta”, mencionó Glover Tawwab. “Pero, ¿eres así de verdad? ¿O es lo que has tenido que aceptar durante esta época?”.

Algunas personas han sobrellevado el estrés, el agotamiento y la frustración de la pandemia con una nueva actividad: gritar en espacios abiertos junto con otras personas. La tendencia ya lleva más de un año atrayendo participantes.

Sarah Harmon, una terapeuta en Boston, organizó su primer evento de gritos primitivos en marzo de 2022 para dejar de lado los sentimientos que, según dijo, estaban explotando.

“La pandemia no nos dio nada; no permitía nada de esa liberación, nada de esa recarga”, dijo Harmon.

También explicó que la proliferación y popularidad de esos eventos muestran que las personas tienen necesidades insatisfechas y pocas formas de procesar o liberar sentimientos reprimidos como la ira.

Desde abril, Heather Dinn, de Zionsville, Indiana, ha organizado grupos que se reúnen en un campo de fútbol para gritar cada mes. Ella dice que el grito es una oportunidad para que las personas que reprimieron sus frustraciones se liberen de una carga emocional “desbordante” antes de que estalle.

“Cuando dejamos que todo se quede atorado, simplemente se queda ahí y no va a ninguna parte”, dijo Dinn, terapeuta de salud y estilo de vida.

Delta Hunter, una terapeuta de Nueva York que organiza un grupo de terapia de ansiedad social, dijo que la pandemia “agravó” la ansiedad existente.

“Las personas desean conectarse y procesar juntas y no pudimos hacer nada de eso”, opinó Hunter. “Por eso la gente se sintió muy perdida”.

Los adultos más jóvenes, principalmente los adolescentes, se han enfrentado a mayores restricciones en las actividades y experiencias típicas de la adolescencia y la juventud, según concluyó el estudio de Sutin que también detectó que los individuos menores de 30 años mostraron las caídas más bruscas en la meticulosidad y la afabilidad.

“Cuando todo tu mundo se traslada al espacio virtual, pierdes ese campo de entrenamiento para poder ser más afable”, dijo Harmon, y añadió que observó mucha ansiedad social en las generaciones más jóvenes, quizá porque no habían acumulado tantas experiencias presenciales y la capacidad para afrontar situaciones.

Hace varios meses, el consultorio de Anviksha Kalscheur en Chicago creó un programa de apoyo a los adolescentes para ayudarles a afrontar sus sentimientos de desconexión y aislamiento.

Según la especialista, en general, los adolescentes expresaron una perspectiva negativa hacia el futuro y una mayor ansiedad social. Los terapeutas detectaron un “pequeño nubarrón” en la perspectiva de sus clientes cuando se trataba de percibir la incertidumbre de los años venideros, explicó Kalscheur.

La conexión, el apego y la interacción con terceros son fundamentales para el desarrollo de la personalidad, afirmó Kalscheur, y añadió que la identidad y la personalidad aún se están formando en los adolescentes más jóvenes.

“Están en esa etapa de desarrollo pero no están recibiendo esas señales, esos apegos, ese aprendizaje, es decir todas esas piezas diferentes que hay y en las que ni siquiera solemos pensar”, dijo. “Así que, por supuesto, tu entorno tiene un impacto enorme además en ese marco temporal concreto”.

Cuánto durarán los cambios del periodo pandémico sigue siendo una incógnita, según los autores del estudio.

Los terapeutas, entre ellos Glover Tawwab, afirmaron que el periodo de transición a la interacción en persona tras el peor momento de la crisis podría suponer una oportunidad para reintegrarse lentamente y volver a conectar con la gente y las experiencias de modo más intencionado.

“Este es un momento maravilloso para observar realmente qué cosas echas de menos y de qué cosas prefieres alejarte”, manifestó. “Así que ahora tenemos este tiempo para crear lo que de verdad queremos”.

Grace Wilentz, una poeta de 37 años que vive en Dublín, dijo que el lado positivo de la pandemia es que adquirió mayor conciencia de sí misma y eso la ha llevado a reavivar algunas amistades con personas que se había distanciado. Ha reservado tiempo para volver a conectarse con viejos amigos durante los almuerzos de los días de trabajo.

“Esperaba que esas relaciones fueran un difíciles de revivir”, dijo. “Pero, en cierto modo, son más ricas y sólidas”.

La transformación positiva es posible en tiempos de incertidumbre, dijo Kalscheur.

“A veces, se necesita un colapso real de nuestras normas sociales, culturales e incluso de salud mental para transformarnos en algo mejor”, dijo. “Es casi como si tuvieras que tocar fondo para volver a reconstruir”.

https://www.nytimes.com/es/2022/11/17/espanol/pandemia-cambio-personalidad.html

El arte y la ciencia de reconocer los errores.

Un grupo de 87 investigadores se retracta sobre las conclusiones de su artículo sobre el origen de la variante ómicron. Así avanza el conocimiento

Se puede argumentar que las noticias científicas son las únicas buenas noticias que aparecen en un periódico. Mientras el mundo cae en un infierno geoestratégico, el precio de la lombarda despega hacia la estratosfera y los poderes del Estado se enzarzan en un altercado con dudoso beneficio para los ciudadanos y para las inauditas partes implicadas, las noticias científicas nos hablan de un telescopio espacial que penetra en el origen del universo, de una inteligencia artificial cada vez más creativa y de la reconstrucción de un paisaje de Groenlandia que desapareció hace dos millones de años. Incluso en los años de plomo de la covid, fue la ciencia la que aportó paliativos y soluciones al problema, y se lo dice uno que se ganó el apodo de “el cenizo de la pandemia” entre sus propios amigos. Para qué quiere uno enemigos.

Pero los investigadores cometen errores, como todo el mundo, y el avance científico depende críticamente de su capacidad para detectarlos y corregirlos. Esta es una de las marcas de agua de la práctica científica, una que los tutores graban a fuego en los estudiantes y doctorandos. Si te has equivocado, reconócelo o te quedas fuera de juego. No estoy hablando de fraudes perpetrados por investigadores de manera consciente y retorcida, sino de genuinos errores que habían pasado inadvertidos en el momento de publicar el trabajo. La retracción de un paper (artículo científico revisado por pares) no hace titulares, pero es una práctica esencial que merece reflexión. Y acabamos de conocer un caso muy ilustrativo que se refiere al origen de ómicron, la variante del coronavirus que ha barrido el planeta este año y que está poniendo al gobierno chino ante la perspectiva de que mueran un millón y medio de personas en los próximos meses.

El trabajo en cuestión iba firmado por 87 investigadores coordinados por Jan Felix Drexler, del Hospital Universitario Charité de Berlín, y se publicó en ‘Science’ el pasado 1 de diciembre. Su tesis central era que los ancestros de ómicron circulaban ya por varios países africanos durante 2021, meses antes de que esa variante se detectara en Botsuana y Sudáfrica y conquistara el mundo desde allí. El resultado reforzaba una de las hipótesis sobre el origen de ómicron: que sus mutaciones se fueron acumulando lentamente mientras circulaba indetectado por unos países africanos donde no abundan los servicios de secuenciación genómica.

En cuanto se publicó el trabajo, los genetistas levantaron una ceja. Eso no cuadraba con lo que ya sabían de la evolución del virus. Cuando el SARS-CoV-2 evoluciona parsimoniosamente mientras circula por una población amplia deja unos rastros inconfundibles en el genoma de las nuevas variantes, y esos rastros no están en ómicron. Kristian Andersen, un evolucionista del Scripps Research de San Diego, California, y otros investigadores publicaron en Twitter esas objeciones. Tenían razón. Las muestras estaban contaminadas, y los 87 autores lo han admitido este miércoles en una retracción pública del ‘paper’.

Sé que esto no parece una columna de Navidad, pero créanme que lo es. En un panorama político irrespirable como el actual, que los científicos reconozcan sus errores con balcones a la calle es un verdadero regalo de Papá Noel.

viernes, 23 de diciembre de 2022

La Europa del euro sembró la semilla de la extrema derecha y ya no puede frenarla

30 Sep 2022 La Europa del euro sembró la semilla de la extrema derecha y ya no puede frenarla🔊 Escuchar Publicado en Público.es el 30 de septiembre de 2022

¿Cómo es posible que en un periodo de tiempo tan relativamente pequeño hayan podido expandirse tanto e incluso normalizarse las ideas extremistas, claramente antidemocráticas, en la Europa que se jactaba de ser la cuna y el futuro de la civilización más humanista y ejemplar?

Mi opinión es que eso ha tenido mucho que ver con el modo en que se ha ido construyendo la Unión Europea y, sobre todo, la zona monetaria del euro. Que, a su vez, es una de las expresiones más perfectamente acabadas del capitalismo neoliberal de nuestro tiempo.

Desde el punto de vista económico, no creo que sea necesario insistir en que las previsiones sobre los beneficios del euro no se han cumplido y, por tanto, que se ha producido una gran frustración social, aunque no se hable de ello.

Bastantes estudios empíricos (como este) han mostrado que el euro no ha generado efectos positivos singulares sobre la tasa de crecimiento económico en los países que lo asumieron. Lo cual es relevante pues se estimaba que ese sería el motor de los avances generales en inversión, empleo y bienestar. Es también una evidencia que la deuda se ha desbocado en todos los países y que no se ha logrado la convergencia de las economías que se anunció como una consecuencia segura de su puesta en marcha.

Todo lo cual, por cierto, era previsible, tal como anunciaron muchos economistas al señalar que la unión monetaria del euro estaba mal diseñada desde el principio. Paul Krugman dijo que los criterios de convergencia eran una «solemne tontería» y Joseph Stiglitz escribió todo un libro para demostrar «cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa». No se reconoció, pero se supo desde su inicio que el euro nunca podría generar las ventajas que se le asociaban, porque se diseñó sin las instituciones y mecanismos de ajuste imprescindibles para hacer frente a los desequilibrios y shocks de tan diferente tipo que hoy día pueden afectar a las economías.

Durante algunos años, y a costa de generar burbujas y un endeudamiento que terminarían siendo letales, aumentó la convergencia entre las economías que formaban parte del euro pero comprobándose, al mismo tiempo, que más acercamiento en términos de PIB per capita no llevaba consigo ni semejante generación de valor añadido, ni armonía estructural ni, por supuesto, más equidad. Y cuando estallaron, las crisis fueron devastadoras; como no podía ser de otro modo, precisamente porque se carecía de mecanismos adecuados de ajuste y estabilización. Es más, el euro había dejado sin apenas capacidad de maniobra macroeconómica a los gobiernos y lo poco que estos podían hacer para luchar contra ellas era, para colmo, procíclico; es decir, que agudizaba los problemas.

Se sabía perfectamente que los cambios que llevaría consigo la implantación del euro no serían los fantásticos que se vendían a la opinión pública, sin ningún tipo de debate plural, para que aceptara sin rechistar su creación. Y se sabía que iban a generar mucha frustración ciudadana y descontento. Así lo reconoció en 1998 Etienne Davignon, presidente del grupo financiero más poderoso de Bélgica, en una entrevista en El País: «Los Gobiernos temen explicar a sus opiniones públicas la magnitud de los cambios que se avecinan. Es peligroso».

Tan claro debían tener los dirigentes europeos que la ciudadanía podría considerar peligroso al euro e indeseable asumir sus implicaciones, que lo legislaron sin contemplar la posibilidad material de poder salir de él. La trampa mejor urdida de la historia porque ¿quién en su sano juicio aceptaría incorporarse a algo de donde no esté contemplado que pueda salir si le va mal? Pues sí, los europeos que se incorporaron a una zona euro en cuyas normas no se contempla que algún país pueda abandonarla.

Pero ni siquiera todo esto ha sido lo peor que ha llevado consigo el euro y lo que, a mi juicio, ha producido la frustración, el desengaño y el desapego a las democracias que ha hecho crecer a la extrema derecha en Europa.

El euro ha impuesto políticas europeas en sustitución de las nacionales. Y el problema ha surgido porque la Unión Europea es un sujeto que adopta políticas sin ser político, utilizando el juego de palabras que me permito tomar prestado de Vivien Ann Schmidt (aquí). Es decir, sin tener una polis que lo condicione cuando crea conveniente. O, dicho de otro modo, porque no es una democracia y, por tanto, porque no proporciona ni el espacio ni los procedimientos (ni democráticos ni de cualquier otro tipo) que permitan canalizar las preferencias, las frustraciones, el descontento o la voluntad ciudadanas. La Europa del euro toma las decisiones que afectan a la ciudadanía, a veces muy gravemente, sin discusión ciudadana posible.

En la Europa del euro, la ciudadanía no se puede pronunciar ni deliberar, apenas puede influir, no tiene capacidad para controlar o censurar, y nunca puede decidir. Todo lo que afecta a sus condiciones de vida le viene dado; o mejor dicho, impuesto. Y en el único y cada vez más reducido espacio en donde a duras penas puede hacer algo de todo ello, en el de su respectiva nación, resulta que lo puede hacer en cada vez menor medida, en menos materias y siempre con la espada de Damocles sobre su cabeza: ¿lo permitirá o no lo permitirán Bruselas o Frankfurt, la Comisión Europea o el Banco Central Europeo, respectivamente?

Y la cuestión ni siquiera termina con ese achicamiento progresivo del espacio democrático que produce el euro. Como los partidos o los gobiernos nacionales no pueden decidir con autonomía porque no disponen ya de capacidad de maniobra suficiente, es materialmente imposible que pueden cumplir las promesas que han de ofrecer a sus potenciales electores y sin las cuales nunca podrán ganar las elecciones. Eso ha hecho que la política nacional se haya convertido en una farsa, en un sainete de compromisos que todo el mundo sabe que no se harán efectivos, salvo que respondan a la voluntad expresa de Bruselas, la cual ningún partido en su sano juicio (como reconociera Davignon) se atreverá a presentar ante sus electores como propia, si quiere conseguir su voto.

En el polo justamente opuesto de las instituciones del euro, los gobiernos nacionales han de limitarse -como también dice Vivien Schmidt- a hacer política sin hacer políticas, sin poder adoptarlas. Pero, entonces, ¿en qué queda la democracia?

Pues, realmente, en casi nada. El euro, esa es la realidad, vacía de democracia la política que se hace bajo su imperio.

Se sabía desde el principio que la Europa de los tratados del euro iba a ser incompatible con la constitución de algo parecido a un supra estado democrático. Nunca se pretendió. Lo que posiblemente no se tuvo en cuenta (o sí, quién sabe) es que convertir a la Unión Europea del euro en una no-democracia tan poderosa y determinante de lo que ocurre en las naciones que la conforman iba a debilitar en grado extremo a las democracias nacionales, o incluso a desmantelarlas, como dice Habermas que ha sucedido en Europa.

La Europa del euro ha desnaturalizado e inutilizado a las ya de por sí menguadas democracias nacionales en Europa y se ha construido a ella misma sobre la base de considerar innecesarias y prescindibles a la voz, las preferencias y la decisión de la ciudadanía; es decir, a la Democracia. ¿Quién se puede extrañar, entonces, que cada vez más gente y partidos simpaticen, voten, se unan, justifiquen, convivan sin problemas, o tengan por aliados para gobernar a quienes la rechazan expresamente?

Juan Torres López.

_- Árboles en otoño

Several large maple tree trunks are surrounded by a bed of red leaves. The leaves on the trees are yellow and orange. The trees in the distance retain their green foliage..

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Large yellow and brown leaves lying on the ground.











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jueves, 22 de diciembre de 2022

_- POLLO AL AJILLO: LA RECETA CLÁSICA QUE SIEMPRE SALE BIEN.

_- Es uno de los platos tradicionales españoles más sencillos de hacer, y también más efectivos: con muy poco esfuerzo consigues una carne tierna y una salsa poderosa que pide pan a gritos.

Su nombre puede asustar a los que les sienta como un tiro el ajo. Sin embargo, el pollo al ajillo no tiene por qué resultar indigesto si pones los dientes enteros, no te los comes, y sólo disfrutas del maravilloso saborcillo que le dan a la salsa. Esta es solo una de las muchas ventajas de este clásico de la cocina española, que se hace con la gorra, es barato, incluye pocos ingredientes y no exige conocimiento culinario alguno en su preparación.

Nuestra versión respeta la fórmula tradicional. Como Nigella Lawson, aquí creemos en “maximizar el placer”, y por eso incorporamos algunos pequeños detalles para realzar el sabor: unos granos de pimienta, brandy en vez de vino y un toquecillo de vinagre de Jerez. El uso de contramuslos es opcional, pero conviene si queremos una carne tierna y jugosa. Para aprender a preparar pollo al ajillo, basta con que mires el vídeo de arriba.

POLLO AL AJILLO

Ingredientes
Para 4 personas

800 g de contramuslos de pollo sin piel (si no están deshuesados, 1 kg aproximadamente)
1 cabeza de ajo
1 hoja de laurel
3 o 4 guindillas secas pequeñas
100 ml de cognac o brandy
1 cucharadita de pimienta en grano
1 cucharada de vinagre de jerez
150 ml de aceite de oliva
Pimienta en grano
Sal

Preparación

Pelar los dientes de ajo y ponerlos a rehogar con el laurel y el aceite en una cazuela a fuego medio-bajo. Vigilar que no se quemen.
Salar los contramuslos.
Sacar el laurel y los ajos cuando estén dorados, subir el fuego y cuando el aceite esté bien caliente, freír en él los contramuslos en tandas, hasta que estén bien dorados por todos lados. Sacarlos a un plato y bajar el fuego.
Cuando el aceite se haya templado, volver a poner en la cazuela el pollo y los ajos. Sumar el brandy, las guindillas, la pimienta en grano y el vinagre de jerez. Añadir unos 150 ml de agua, remover y tapar. Dejar que el pollo se haga a fuego lento unos 40 minutos, o hasta que esté tierno.
Si la salsa ha quedado muy líquida, se pueden sacar el pollo y los ajos y reducirla unos minutos a fuego vivo.

miércoles, 21 de diciembre de 2022

_- Qué es una mentalidad de crecimiento y cómo puedes cultivarla

_- Entre los cambios diarios dentro del mundo laboral, nunca ha habido un mejor momento para que los empleados cultiven habilidades que les ayuden a manejar mejor los desafíos de su lugar de trabajo.

Aquí es donde surge la idea de la "mentalidad de crecimiento": la creencia de que los trabajadores son capaces de mejorar activamente sus habilidades, en lugar de ser innatamente capaces o incapaces de completar ciertas tareas.

Sin embargo, esta mentalidad de "puedo hacerlo" puede ser más difícil de conquistar de lo que parece. Lograrla significa sentirse cómodo aceptando obstáculos, aprendiendo de las críticas y persistiendo cuando las cosas se ponen difíciles.

Incluso si creemos que vale la pena desarrollar esa tenacidad, en la práctica las dudas y los miedos pueden dominar.

"Estamos programados para creer en nuestras emociones", dice Elaine Elliott-Moskwa, psicóloga y autora de The Growth Mindset Workbook, basada en Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos.
Cuando una persona dice 'siento que no soy lo suficientemente bueno', ese sentimiento es muy poderoso, aunque sea una creencia sobre sus habilidades".

En el corazón de la mentalidad de crecimiento está aprender a superar esos sentimientos de incapacidad o insuficiencia frente a los obstáculos y, en cambio, reconocer una oportunidad para aprender.

Y puede haber profundos beneficios al cultivar este enfoque. Los empleados con una mentalidad de crecimiento pueden aprovechar un conjunto de habilidades útiles para manejar el estrés, construir relaciones de apoyo con los colegas, hacer frente a los fracasos y desarrollar atributos para ayudarlos a avanzar en sus carreras.

¿Qué es la mentalidad de crecimiento?
La mentalidad de crecimiento surgió por primera vez en 1988/> como una teoría relacionada con la educación.

"Tenía que ver por qué los niños inteligentes fallan frente a las dificultades a pesar de sus habilidades reales", dice Elliott-Moskwa.

La idea era que la actitud de los estudiantes para asumir un desafío, más que su habilidad innata, fuera un determinante clave para el éxito. En otras palabras, nuestras ideas sobre cuán capaces somos para hacer algo pueden tener un impacto significativo en el resultado de una tarea.

La psicóloga y profesora de Stanford, Carol Dweck, redujo este concepto a dos enfoques que pueden determinar los resultados: "mentalidad fija" y "mentalidad de crecimiento".

"La mentalidad fija es la idea de que tus habilidades son altas o bajas, y no hay mucho que puedas hacer para cambiarlo", explica Elliott-Moskwa, "mientras que la mentalidad de crecimiento es la visión de que tus habilidades son maleables o cambiables".

Si bien algunas personas pueden inclinarse naturalmente más hacia un lado que hacia el otro, es un hecho que las personas no tienen una mentalidad fija o de crecimiento para todos los problemas.

Más bien, abordar un desafío con una mentalidad de crecimiento en lugar de una mentalidad fija es una elección que cualquiera puede hacer. Sin embargo, para muchas personas los momentos de dificultad a menudo estimulan una mentalidad fija.

Por ejemplo, dice Elliott-Moskwa, cuando las personas aceptan las críticas de un jefe o luchan con una nueva tarea, pueden sentir una sensación de insuficiencia. En estas situaciones, una respuesta de mentalidad fija podría ser "no soy lo suficientemente bueno" o "no puedo hacerlo", señala.

Por el contrario, un enfoque de mentalidad de crecimiento toma un rumbo diferente en la misma situación.

Las personas con mentalidad de crecimiento no interpretan esos momentos como fallas personales, sino que reconocen la necesidad de mejorar.

De manera crucial, las personas que trabajan con una mentalidad de crecimiento creen que son capaces de mejorar y pueden dividir los desafíos en pasos alcanzables.

Esto significa salir de la zona de confort y aceptar un cierto nivel de riesgo, incertidumbre y el potencial de fracaso que conlleva probar algo nuevo.

"Se siente un poco incómodo y también un poco emocionante", dice Isabella Venour, una entrenadora de mentalidad con sede en Londres, que ayuda a los profesionales a comprender el papel que juegan sus creencias, valores y patrones de pensamiento en el lugar de trabajo.

"Tienes un poco de riesgo de que salga mal, pero también tienes el potencial de aprender algo y crecer como individuo".

empleados FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES

¿Por qué es importante?
Un enfoque de "sí puedo" es una ventaja en el lugar de trabajo: demuestra que los trabajadores son adaptables y están dispuestos a evolucionar dentro de sus trabajos y organizaciones.

Pero fomentar una mentalidad de crecimiento juega un papel importante para ayudar a los trabajadores a navegar por las turbulencias y mejorar la resiliencia a medida que se sienten más seguros y capaces de manejar las dificultades.

Esto es esencial en un momento en que muchos empleados luchan por su bienestar después de la pandemia.

Un informe sobre el estado de la fuerza laboral de 2022 de Gallup mostró que el estrés entre los trabajadores globales ha aumentado constantemente desde que comenzó la pandemia en 2020.

Una encuesta global similar realizada por Wellbeing Project mostró que en 2022 la resiliencia es particularmente baja y el riesgo de agotamiento permanece, especialmente entre los que no son gerentes.

"Las personas se ven estresadas a medida que las presiones del trabajo y la vida se mezclan entre sí", dice Venour. "Los líderes empresariales se dan cuenta de que sus empleados tienen dificultades para hacer frente a los desafíos cotidianos".

La mentalidad de crecimiento no solo proporciona un marco para enfrentar los desafíos, sino también una forma de dividir esos desafíos en pasos manejables.

"A menudo, si nos sentimos presionados cuando no tenemos una mentalidad de crecimiento, tendemos a centrarnos en lo que no podemos controlar", señala Venour.

"Es mucho más útil centrarse en lo que podemos influir".

Esto comienza cuando los trabajadores identifican las fortalezas personales que pueden utilizar y luego elaboran un plan para mejorar las áreas débiles.

Establecer límites
Adoptar un enfoque pragmático puede ayudar a superar el agobio y también ayudar a los trabajadores a establecer límites, algo que muchos empleados remotos están luchando por hacer.

Por ejemplo, "si tu jefe te da una tarea que crees que no es realista, es más fácil decir que no estás seguro del momento o que necesitas una reunión adicional para tener más claridad", afirma Venour.

"Porque tienes confianza en tus habilidades y no ves las debilidades como algo por lo cual debas castigarte. Eres capaz de decir 'necesito algo de apoyo aquí'".

Es posible practicar la mentalidad de crecimiento individualmente, pero si una empresa alienta a toda la fuerza laboral a adoptarla, los resultados pueden ser aún más poderosos.

"Alienta a las personas a concentrarse en el feedback en lugar del fracaso", dice Venour. Esto puede ayudar a motivar a los empleados a abordar proyectos desafiantes y crear una cultura de aprendizaje integrada.

Los estudios sugieren que esto es algo que los trabajadores desean mayoritariamente: en un estudio de McKinsey & Company de 2022, el 41 % de los trabajadores dijo que la principal razón por la que dejarían un trabajo es la falta de desarrollo y avance profesional.

trabajadora FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES

¿Cómo se puede mejorar la mentalidad de crecimiento?

El primer paso para fomentar una mentalidad de crecimiento es la conciencia personal: la capacidad de identificar el pensamiento de mentalidad fija cuando ocurre, que a menudo se manifiesta como sentimientos de incomodidad o insuficiencia frente a un desafío.

Primero, Elliott-Moskwa aconseja reconocer y aceptar tales sentimientos, en lugar de castigarte por ellos. "Luego, toma otra decisión conscientemente para dar un paso de acción de acuerdo con lo que estarías haciendo si tuvieras una mentalidad de crecimiento: la creencia de que podrías aumentar tus habilidades", señala.

Para ayudar a los clientes a abordar los obstáculos con una mentalidad de crecimiento, Venour a menudo divide los desafíos que se sienten abrumadores en partes más pequeñas.

Por ejemplo, si un trabajador se siente incapaz de dar una presentación frente a sus colegas, "¿cuánto de eso es emocional y cuánto de eso es fáctico?", pregunta.

"¿Puedes hablar? Sí. ¿Has hablado delante de más de una persona antes? Sí. ¿Has hecho diapositivas de presentación antes? Sí. Entonces, si hay elementos que sí puedes hacer, ¿cuál es la parte con la que no te sientes cómodo?".

Reducir un desafío abrumador a un punto específico de dificultad ayuda a los trabajadores a concentrarse y reduce el elemento de aprendizaje requerido a un nivel alcanzable.

A menudo, el aprendizaje en sí requiere pedir ayuda. Uno de los conceptos clave de la mentalidad de crecimiento es ver a los demás como inspiración en lugar de competencia, un enfoque que puede ayudar a fomentar equipos colaborativos.

"Si los trabajadores ven a los demás como recursos y no como competidores, estarán abiertos a compartir las habilidades y capacidades de otras personas y a aprender de sus compañeros de trabajo", dice Elliott-Moskwa.

Con el tiempo, reconocer la mentalidad fija y practicar una mentalidad de crecimiento puede volverse más fácil, y la perspectiva de asumir desafíos, menos desalentadora.

"La mentalidad de crecimiento es una actitud de empoderamiento", dice Venour. "Realmente puedes desarrollarte y con el tiempo crecer como persona".

* Si quieres leer el artículo original de BBC Worklife, haz clic aquí

_- Durísima intervención. Pérez-Royo acusa al presidente del Constitucional de cometer un "delito": "Es un acto de piratería, una emboscada".

_- "Si esto vuelve a pasar, es que no tenemos Constitución", censura el catedrático de Derecho Constitucional en Al Rojo Vivo, que espera que lo vivido este lunes en el tribunal "sirva de vacuna" para que no vuelva a ocurrir.

Javier Pérez-Royo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, se ha mostrado muy crítico con lo ocurrido este lunes en el Tribunal Constitucional, que ha frenado la reforma del Gobierno sobre la renovación del órgano, lo que ha calificado como "un acto de piratería", una "emboscada", y una "barbaridad".

"Es un bandolero que sale de Sierra Morena y ataca a las diligencias", explica, añadiendo: "Esto, si vuelve a pasar, es que no tenemos Constitución". Es más, Pérez-Royo cree que el presidente del Tribunal Constitucional, el conservador Pedro González-Trevijano, ha "cometido delito" al llevar el caso al Pleno del órgano, "saltándose" así "los artículos 12 y 13 de la Ley Orgánica" del tribunal.

Además, ve "un acto de desvergüenza" el hecho de que tanto González-Trevijano como Antonio Narváez participasen en su propia recusación, algo que "no ha pasado jamás". "Tendrían que haber abandonado la sala", opina Pérez-Royo, que espera que lo ocurrido este lunes "sirva de vacuna" para que algo así no vuelva a darse.

"Es un acto de piratería y bandolerismo, no uno de justicia constitucional", lamenta el catedrático.

martes, 20 de diciembre de 2022

_- María José Díaz-Aguado, psicóloga de la educación: “Los adolescentes que reciben educación sobre violencia de género tienen menos riesgo de sufrirla y de ejercerla”

_- La catedrática de la Complutense, referente en los estudios sobre convivencia escolar, defiende la prevención desde los centros educativos como la gran vacuna contra el acoso y la violencia

María Jose Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid..

María Jose Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid
María Jose Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid. SANTI BURGOS
ANDREA GARCÍA BAROJA
Madrid - 17 NOV 2022 - 5:30 CET

Hace años que la sociedad se marcó como uno de sus grandes objetivos disminuir los casos de cualquier tipo de violencia: de género, escolar, familiar, laboral. Para María José Díaz-Aguado, de 65 años, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación y directora de la Unidad de Psicología Preventiva en la Universidad Complutense de Madrid, todos los acosos y violencias parten de una base común, el dominio y la sumisión como forma de relacionarse. Justo por eso ―por compartir un origen―, propone contra todos esos males una misma vacuna: prevenir (más que curar) mediante una educación proactiva en la escuela, en la que el profesorado sea un actor clave. Así lo explica Díaz-Aguado en su libro Prevenir la violencia educando en valores (Pirámide, 2022), que recoge los resultados de estudios que ha dirigido durante las dos últimas décadas y ofrece una guía para la erradicación de la violencia, basada en la revisión de investigaciones internacionales y con pautas para trabajar desde la práctica las relaciones familiares y escolares.

Pregunta. ¿Por qué es necesario prevenir la violencia desde la educación?
Respuesta. La escuela no inventa el acoso, la escuela lo reproduce. Repite o imita exclusiones que ya hay en la sociedad. Si fuera de los centros educativos existen la exclusión y las actitudes de intolerancia contra un colectivo, dentro de él crece el acoso contra el alumnado que pertenece a dicho colectivo, porque el acoso siempre lleva apellidos: racista, sexista, homófobo, contra la apariencia [física]. Como sociedad debemos aspirar a potenciar el pleno desarrollo de la infancia y la adolescencia en entornos de igualdad, respeto mutuo, tolerancia y resolución pacífica de los conflictos, porque es una cuestión de derechos humanos. La educación ha probado ser esencial para acabar con estas violencias.

P. ¿Cómo lo ha demostrado?
R. Cuando comenzamos a educar sobre la violencia de género en 1998, era un tema tabú y algo muy difícil de tratar en los centros educativos. Al propio profesorado y al equipo investigador nos daba miedo equivocarnos. Ahora, hasta 2020, según nuestros estudios, la mitad de la población adolescente lo ha trabajado en la escuela. Hemos analizado a esa mitad de la población y hemos comprobado que esas chicas tienen menos probabilidades de sufrir violencia de género y los chicos de ejercerla. Lo mismo ocurre con el resto de violencias, hay que tratarlas de manera integral. De hecho, los matones de colegio tienen alto riesgo de ejercer violencia de género después, así como acoso en el trabajo. Son distintas manifestaciones de un mismo modelo de relacionarse. Educando en prevención contra la violencia se crea una especie de “vacuna” protectora.

P. ¿Ha evolucionado el interés de las escuelas en educar expresamente contra la violencia?
R. Durante los últimos años hemos visto un gran avance en la prevención de la violencia desde la escuela, especialmente sobre el acoso escolar y la violencia de género. Pero no podemos quedarnos solo en la mitad de la población. Además ahora, con las redes sociales, hay nuevas formas de violencia, como el acoso sexual online, que afecta a un número muy importante de adolescentes, al que se ha prestado muy poca atención. Probablemente es ejercido por chicos que creen que esa es una forma normal de iniciar relaciones, pero no es normal, y las chicas dicen que no saben cómo detenerlo porque se sienten intimidadas. Esto hay que prevenirlo también desde la escuela, y, de nuevo, solo el 53% de los adolescentes ha trabajado en la escuela cómo prevenir los riesgos de las tecnologías digitales.

María José Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid. SANTI BURGOS

P. ¿Quién debería encargarse de estas tareas dentro de la escuela?
R. La figura clave es la del profesorado proactivo, que genere vínculo con sus alumnos y cuya autoridad esté fundamentada en la confianza. Ese es el modelo de profesorado ideal, el que mejor puede ayudar a educar en prevención de violencias. Además, hace falta que haya personas en el centro para las que disminuir las violencias sea una prioridad. Desde junio de 2021, la Ley de Protección integral a la infancia dice que todos los centros en España, independientemente de su titularidad, deben tener una persona responsable de coordinar esta protección frente a la violencia. El establecimiento de esta figura puede garantizar que se llegue a toda la población y no únicamente a la mitad, entendiendo que su papel debe ser coordinar ese trabajo de educación proactiva que corresponde a todo el profesorado.

P. Numerosos profesionales aseguran que está habiendo caos en la puesta en práctica de la figura del coordinador de bienestar. ¿Se ha terminado de trasladar a la sociedad su importancia?
R. Bueno, es una ley de vanguardia que pretende avanzar en algo que la sociedad no tiene bien organizado. Poner en práctica esa ley de forma generalizada, eficaz y adecuada puede llevar cierto tiempo. La ley está aprobada, las escuelas se han puesto en marcha, las administraciones entienden que es obligatorio y ahora hay que proporcionar a los centros educativos todos los recursos necesarios. El libro pretende ser precisamente uno de esos recursos.

P. ¿De qué manera se debería abordar la educación en prevención para que sea lo más completa y eficiente posible?
R. Es importante la transversalidad, que profesores y profesoras de distintas materias traten el acoso escolar o la violencia de género en sus asignaturas. Que esté dentro de los currículos académicos. Y fuera del ámbito educativo, los momentos de la historia española donde más han disminuido los casos de acoso o violencia de género han sido después de una acción conjunta de la administración, las familias y la escuela.

P. ¿Realmente se dedica el tiempo y dinero necesarios a trabajar todo esto?
R. La escuela sabe que lo tiene que tratar, son poquísimos los directivos de centros de educación que no quieren hacerlo. Pero probablemente la prioridad de otros contenidos formativos hace que la prevención y concienciación sobre la violencia queden en un segundo plano. También hay un problema de recursos. Por ejemplo, la formación del profesorado para ser proactivo, además de un compromiso decidido, requiere aprender de compañeros, materiales, etcétera. Y eso debería estar incluido en su horario laboral. Se puede aprender a serlo, pero para eso hace falta dedicar más recursos.

P. Parece complicado.
R. Tenemos que tener en cuenta que lo que estamos pidiendo a la escuela no es solo dedicar tiempo a hablar sobre acoso y violencia. Lo que pedimos es un cambio cultural. En España y otros países de nuestro entorno estamos acostumbrados a actuar después de que las cosas ocurran, para solucionarlas. Pero tenemos que entender que realmente es mucho más efectivo, económico y ético prevenir que curar. Pasar de la reacción a la prevención. Y eso va a tomar tiempo y esfuerzo.

P. Hay cuestiones como la violencia de género que, cuando se reivindican, parece que también se asocian con una ideología política. ¿Hay que desligar la educación en prevención de violencias de una ideología?
R. La Constitución, cuando habla del derecho a la educación, dice que esta debe de promover el pleno desarrollo de la personalidad de cada individuo y el respeto a los derechos y libertades fundamentales. Es desde ahí desde donde tenemos que insertar la prevención de todas las violencias. Hay que educar en valores sin adoctrinar, respetando sin lugar a dudas la pluralidad ideológica que existe en nuestra sociedad, pero entendiendo que los derechos humanos no son relativos ni cuestionables, no son negocio. E insistiendo en que la violencia nunca resuelve los problemas, sólo los aumenta.

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