domingo, 5 de febrero de 2023

Qué es la "enfermedad de los premios Nobel" que puede afectar a las mentes más brillantes


Alfred Nobel

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Pie de foto,
Busto del creador del premio, Alfred Nobel. 

La llaman la enfermedad de los Nobel, el efecto Nobel, el síndrome Nobel y hasta nobelitis. 

Y aunque hay quienes dicen que ganar este prestigioso galardón no es condición sine qua non para sufrir este "trastorno", la extensa lista de premiados por la Academia Sueca que han sucumbido a este mal es, no obstante, llamativa. Desde Pierre Curie (Física, 1903) hasta Santiago Ramón y Cajal (Medicina, 1906), pasando por Richard Smalley (Química, 1996) y Luc Montagnier (Medicina, 2008), por nombrar solo a algunos.

¿Pero qué es exactamente esta "enfermedad" que puede llegar a afectar a personas de una inteligencia notable?

Lejos de ser un diagnóstico oficial, se trata de un término un tanto irónico que se utiliza con frecuencia para referirse al hecho de que ser muy inteligentes y capaces en un área de conocimiento no significa necesariamente que lo seamos en otra.

"Uno no esperaría que la gente verdaderamente inteligente haga cosas estúpidas. Pero el hecho de que existan científicos con un premio Nobel que son conocidos también por apoyar ideas extrañas y sostener creencias erróneas, pone en evidencia que hay una desconexión entre la inteligencia o el éxito científico y la racionalidad", le explica a BBC Mundo Sebastian Dieguez, investigador de neurociencias del Laboratorio de Ciencias Cognitivas y Neurológicas de la Universidad de Friburgo, Suiza.

El sorprendente número de galardonados con el Nobel que abrazan teorías que rayan lo absurdo, añade Shauna Bowes, estudiante de doctorado en psicología clínica en la Universidad de Emory, Estados Unidos, muestra básicamente que "el pensamiento crítico está ligado a un área de conocimiento específico y no al conocimiento en general".

Es decir, uno (no necesariamente un Nobel) puede tener un gran conocimiento de biología, historia, psicología o lo que fuere, pero esto no significa que por ello aplicaremos un pensamiento crítico poderoso cuando se trata de astrofísica u otros temas fuera de nuestro alcance.

Esto se debe a que cuando se trata de temas ajenos a nuestro dominio solemos recurrir a prejuicios o atajos mentales para tomar decisiones o darle sentido al mundo, y no sometemos estos conceptos a una valoración estricta (como haríamos con temas que nos resultan afines).

"De hecho, aplicar el mecanismo de pensamiento crítico toma mucho más esfuerzo y conciencia de lo que probablemente nos resulte cómodo admitir", dice Bowes.

En síntesis: la inteligencia no nos inmuniza contra las ideas descabelladas.

Aún más, agrega Bowes, "muchas investigaciones muestran que el pensamiento crítico está bastante separado de la inteligencia".

Imagen que ilustra el concepto de pensamiento crítico. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

"Mientras que la inteligencia es una habilidad que nos ayuda a resolver problemas y adquirir información, el pensamiento crítico tiene que ver con qué hacemos con esa información y qué sentido le damos".

"La inteligencia hace más factible que podamos pensar críticamente, pero ciertamente no asegura que vayamos a ser buenos pensadores críticos, sobre todo cuando entran en el panorama las emociones y la intuición".

El premio que te vuelve "inmortal"

Si bien todos podemos caer en la trampa de discutir con aplomo temas que escapan a nuestra comprensión, Eleftherios Diamandis, profesor y jefe de Bioquímica Clínica del Departamento de Medicina de Laboratorio y Patobiología de la Universidad de Toronto, Canadá, cree que el caso de los Nobel es especial y circunscribe la nobelitis exclusivamente a este premio.

"El Nobel es muy diferente a cualquier otro premio que un científico pueda ganar. Si bien cualquier otro galardón es por supuesto bienvenido, el Nobel es una distinción única que te vuelve 'inmortal'. Nadie se acordará de ti si ganaste un gran premio en otra parte, pero todo el mundo te recordará si eres un premio Nobel", le dice a BBC Mundo.

"Este reconocimiento hace que se trate a los galardonados de forma diferente, como si fueran una celebridad, y el peligro es que algunos, no todos, creen que la medalla les de la oportunidad de encarar proyectos y actividades con las que no están familiarizados", continúa.

Frederick y Marion Banting FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Tras curar a pacientes con diabetes con insulina, Banting se propuso curar el cáncer.

"Un ejemplo clásico es del Frederick Banting, que descubrió la insulina en los primeros años de la década de 1900. Apenas curó a algunos pacientes con diabetes, pensó que podía después curar el cáncer".

"Lo intentó, pero como sabía tan poco sobre el tema, por supuesto no tuvo éxito", dice.

Para Diamandis, la nobelitis es básicamente un comportamiento narcisista (similar al síndrome de hubris o hibris, un concepto que describe el orgullo extremo, la arrogancia y la confianza excesiva asociada con el poder), que asumen algunas de las personas premiadas, que creen que tienen poderes sobrehumanos y pueden resolver cualquier problema que se le plantee.

Ejemplos de premios Nobel con ideas absurdas 

Linus Pauling (1901-1994)

Científico estadounidense y ganador de dos Nobel (Química en 1954, Paz en 1962), fue pionero de la química moderna por sus descubrimientos en la naturaleza de los enlaces químicos y la estructura molecular de la materia, aplicando la mecánica cuántica. Pauling no dudó en aseverar que altas dósis de vitamina C podían ser efectivas para curar enfermedades como el cáncer y la gripe común. Sus estudios contenían múltiples errores, y nunca se demostró dicha efectividad.

James Watson (1928-presente) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Científico estadounidense, obtuvo el Nobel de Medicina en 1962 (que compartió con Maurice Wilkins y Francis Crick) por su descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN, un hallazgo considerado como uno de los momentos clave en la ciencia moderna. El polémico biológo sostiene que las personas de raza negra son menos inteligentes que las blancas, y que las diferencias de coeficiente intelectual se deben a factores genéticos. Señaló también que la exposición a la luz solar en las regiones cercanas al Ecuador aumentan el impulso sexual y que la gente gorda es menos ambiciosa.

Luc Montagnier (1932-2022) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

El virólogo francés Luc Montagnier obtuvo el premio Nobel de Medicina en 2008 por haber logrado aislar por primera vez el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Un año después de ser honrado con este galardón, sostuvo sin prueba alguna que el agua puede recordar unas ondas electromagnéticas supuestamente emitidas por el ADN de virus y bacterias. También recomendaba la papaya fermentada contra el mal de Párkinson y criticó las vacunas contra la covid-19, a las que acusaba sin fundamento de ser las causantes del surgimiento de nuevas variantes del virus.

Ivar Giaever (1929-presente) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Físico estadounidense de origen noruego, compartió el Nobel de Físca con Leo Esaki y Brian Josephson en 1973, por "sus descubrimientos sobre fenómenos de túneles en sólidos". En repetidas ocasiones, el investigador manifestó su escepticismo frente al calentamiento global, del cual dijo que no representaba un problema y al que calificó de "nueva religión".

Por otro lado, Diamandis, señala que este galardón suele otorgarse varias décadas después de que el investigador hizo su descubrimiento, que no es precisamente cuando sus capacidades cognitivas están en su mejor momento, una observación con la que coincide Dieguez.

"La edad promedio de premio Nobel es de alrededor de 70 años. Los años más brillantes de esta gente ya han pasado", dice el neurocientífico, quien además pone en tela de juicio a los Nobel como signo de inteligencia o genialidad.

"Uno puede descubrir algo porque sencillamente tuvo suerte, por ser la persona justa en el lugar preciso".

"También ha habido un creciente número de críticas al Nobel, al menos dentro del ámbito científico, porque premia al individuo, y sabemos que la ciencia es por lo general un proceso social", afirma Dieguez.

El mayor problema, sostiene, es que algunas de estas personas con conocimientos profundos en un área muy pequeña que la mayoría de nosotros no comprende, se han vuelto una voz confiable e importante en el debate público.

"Pero el hecho que hayas hecho un descubrimiento importante en un tema muy puntual, no te da derecho a pensar que tienes mejores ideas que los demás en otras áreas", concluye Dieguez.

La humildad, hasta el momento, sigue siendo uno de los mejores antídotos.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-63663430

sábado, 4 de febrero de 2023

Amia Srinivasan, filósofa: “Hay que crear una cultura sexual que desestabilice la jerarquía del deseo”



En 2019 obtuvo, después de un examen de rigor extremo, la cátedra Chichele —en honor del fundador, Henry Chichele— de Teoría Política y Social, en el All Souls College de la Universidad de Oxford. El mismo y preciado puesto que ocupó previamente el filósofo ruso-británico Isaiah Berlin. La primera mujer de raza no blanca, y la persona más joven en alcanzar esa posición académica. Srinivasan recibe a EL PAÍS en su refugio universitario, una estancia de paredes forradas en madera noble, chimenea, sillones chéster, vidrieras emplomadas que dan a uno de los claustros del edificio de medio siglo de historia y libros, muchos libros, en estanterías, en cajas por desembalar, sobre la mesa de estudio.

En el club de los señores serios y circunspectos, de chaqueta de tweed y pajarita, con todo el peso de la filosofía clásica de Occidente a sus espaldas, ha irrumpido una mujer mediática y avasalladora. Su libro El derecho al sexo (Anagrama), con una escritura ágil, punzante, certera e inteligente, ha despertado un interés y entusiasmo en la literatura feminista como no se recordaba en mucho tiempo. Srinivasan abarca como ensayista muchos otros asuntos, pero como ella misma señala, citando a Michèle Le Dœuff, “cuando eres mujer y filósofa, resulta útil contar con el feminismo para entender todo lo que te ocurre”.

La filósofa y escritora Amia Srinivasan, el viernes en la Universidad de Oxford. IONE SAIZAR

Pregunta. ¿Qué es el feminismo?
Respuesta. El feminismo no es una idea, una teoría ni una creencia. Algunos piensan que es la creencia de que los hombres y las mujeres deberían ser iguales. Pero eso deja abiertas muchas interrogantes. Las mujeres deben ser iguales… ¿respecto a qué clase de hombres? Porque no existe igualdad entre los hombres. ¿Y qué tipo de igualdad? ¿Material? ¿Económica? ¿Política? ¿Legal? Incluso puede ser que creas que las mujeres deben aspirar a la igualdad con los hombres, pero no quieras luchar por ello. Por eso sostengo que el feminismo debe ser contemplado en primer lugar y sobre todo como una lucha política. Una serie de movimientos que ocurren por todo el mundo, en diferentes momentos históricos, con sus altibajos y con diferentes tipos de compromisos. En definitiva, un movimiento que pretende acercar a la realidad una serie de posibilidades aún no imaginadas.

P. El nuevo feminismo ha establecido el consentimiento como criterio fundamental en las relaciones sexuales. En España, ha sido el resultado de la llamada ley del solo sí es sí.
R. Es un asunto de extrema importancia. La permisibilidad legal del sexo, en lo que se refiere al consentimiento, ha supuesto un gran avance del feminismo, frente al modo histórico en que se planteaban estos supuestos, cuando la fuerza era el criterio fundamental en la agresión sexual. Ya sabemos que hay casos en los que la fuerza no se usa, como cuando las víctimas son personas vulnerables o niños, pero que suponen, sin embargo, una violación obvia. En este sentido, avanzar hacia el consentimiento ha supuesto una victoria.

P. Pero…
R. Pero plantea varios problemas. En una sala de justicia, necesitas tener criterios claros. Criterios que resulten operativos y que te permitan tomar decisiones en las que quede clara la distinción entre casos de sexo legal e ilegal. Pero cuando sales de esa sala de justicia, en una relación interpersonal real, las cosas son mucho más complicadas. Hay casos en los que uno de los dos no solamente no dirá “no” ni se resistirá, sino que incluso dirá “sí”, pero será un “sí” producto de ciertas expectativas de comportamiento social que, a lo mejor, la otra persona ni siquiera comparte. Es algo que puede observarse especialmente en mujeres jóvenes, que han consentido activamente, y, sin embargo, no quieren tener esa relación.

A veces algunas feministas son culpables de apoyar excesos de regulación. Quieren utilizar la ley —o sucedáneos de la ley, como la normativa en centros universitarios— para forzar a las personas a actuar como debieran hacerlo en una situación moral ideal. Por eso uno de los temas centrales de mi libro versa sobre los límites de la ley a la hora de cambiar esos hábitos culturales, y sobre los modos alternativos que tenemos para lograrlo.

P. En determinadas sociedades, hay sectores que no entienden el tono excesivamente combativo del feminismo. Creen percibir una agresividad que no ven necesaria.
R. El objetivo de un movimiento político no siempre consiste en convencer a tus oponentes, ¿no? Puede haber un valor, y de hecho hay un valor, en la idea de expresar o experimentar ciertos tipos de emociones políticas extremas, como modo de movilizar a un grupo de personas. Un ejemplo obvio es el caso de Malcolm X y el Black Power en Estados Unidos. Un modo extremo de desconcertar y asustar al pensamiento predominante, blanco y masculino. Resultó ser bastante eficaz porque logró que Martin Luther King, un político bastante radical por sí mismo, sobre todo en sus planteamientos económicos, pareciera alguien moderado.

¿Deberíamos pensar del mismo modo en la rabia que usted señala acertadamente como elemento central de los movimientos feministas? Por supuesto. Puede resultar desconcertante, pero también puede galvanizar a las personas. Y, en ocasiones, resultar muy persuasiva. La gente puede acabar respondiendo simplemente por miedo a no hacer lo correcto. O, por puro contraste, puede lograr que algunas exigencias resulten moderadas y sensatas. Y, finalmente, esa rabia, aunque a veces sea contraproducente, puede ser justamente la emoción que necesitamos sentir.

P. Uno de sus ensayos, motivado por la aparición del movimiento incel [celibato involuntario: foros en red de hombres rabiosos por ser ignorados sexualmente], plantea un debate provocador: ¿existe un derecho al sexo?, ¿qué pasa con todas aquellas personas a las que se niega?
R. Ya está muy documentado, por ejemplo, el modo en que las personas de cierta raza resultan discriminadas en las aplicaciones para ligar. Sabemos que las mujeres, a partir de cierta edad, ya no se consideran deseables para los hombres de esa misma edad. Nuestro mercado sexual está organizado por una jerarquía del deseo sobre los ejes de raza, género, rasgos de discapacidad, etcétera. ¿Qué hacemos a ese respecto? En los años setenta, algunas feministas experimentaron con soluciones separatistas, como el celibato forzado en las mujeres de su grupo, o la exigencia de que se practicara un lesbianismo político. Pero esos proyectos siempre acaban mal e ignoran otras realidades. 

Por eso me gustaría recalcar dos cosas. 
La primera: nos corresponde a todos crear una cultura sexual que desestabilice la noción jerárquica actual. Y dos: quiero que la gente recuerde esos momentos que la mayoría hemos experimentado alguna vez, donde nos hemos visto atraídos —sexual, romántica o amistosamente— hacia alguien que no nos debería atraer de acuerdo con el marco político que nos condiciona. Porque su cuerpo no es el tipo de cuerpo al que aspiramos, porque su raza no es la que nos tiene que atraer, porque su entorno social o la clase de la que procede no son las indicadas. Todos hemos tenido esa clase de experiencias.

P. ¿Se trataría entonces de reeducar nuestro deseo?
R. Sí, pero no en el sentido de autoimponernos una cierta disciplina. Se trata simplemente de recordar de modo crítico esos sentimientos que tuvimos en algún momento y que luego hemos negado. Es una experiencia que resulta muy familiar para las personas queer. Todas ellas han crecido con emociones y sentimientos que la sociedad y la política les decían que no debían tener, y que silenciaban. Ese acto de romper el silencio, de rememorar en su plenitud nuestros deseos y afinidades, es algo bueno.

P. Hay una batalla en ciernes entre el feminismo nuevo y el tradicional en torno a las mujeres trans que confunde y angustia a mucha gente.
R. Al igual que ocurrió con la incorporación de la mujer al mercado laboral, o con el matrimonio homosexual, las personas trans suponen una amenaza a la vida tradicional o al orden establecido. Alteran el sistema de género, sexualidad e identidad que forma parte fundamental de una visión tradicional y patriarcal del mundo. Las personas trans se dirigen directamente a una ansiedad que sufrimos muchos, aunque nos veamos decididamente a nosotros mismos como mujeres u hombres. Una ansiedad que sentimos respecto a nuestra relación con el género y el sexo. A veces tenemos sueños sexuales con las personas equivocadas, con los cuerpos equivocados, con los deseos equivocados, y para regresar a la vida política y social predominante necesitamos reprimir todo eso.

Por eso mi mensaje para aquellas feministas que oponen resistencia a la gente trans es que deben comenzar a detectar los lazos de continuidad que existen entre las personas cis [que se identifican con el género asignado al nacer] y las personas trans, y comenzar a trabajar a partir de esos puntos comunes. Por supuesto que deberán establecerse determinadas normativas concretas, pero creo que este pánico desatado respecto a asuntos como los cuartos de baño comunes, o los bloqueadores de la pubertad para los menores que deciden llevar a cabo la transición, nos alejan de la conversación fundamental que debemos tener entre nosotros: ¿Tan segura estás de ser una mujer? ¿Tan seguro estás de ser un hombre? ¿Y qué significa realmente ese sentimiento?

P. ¿Qué hay detrás del debate de las falsas denuncias? ¿Es un problema? ¿Un efecto no deseado?
R. Es difícil hacerse con buenas estadísticas, pero en Estados Unidos, por ejemplo, cuando buscas casos de personas condenadas y luego exoneradas —por ejemplo, con el uso de pruebas de ADN—, los hombres negros representan una proporción inmensa. De hecho, representan una proporción inmensa en todo tipo de delitos que luego se demuestran falsos. Quizá al hablar de acusaciones falsas deberíamos centrarnos más en los fallos generales del sistema. Pero, en cualquier caso, yo sí quiero centrarme, dedicar tiempo y tomarme en serio el hecho de que una falsa acusación de violación es algo terrible. No podemos ignorarlo. En parte, porque comparte puntos comunes con la experiencia de una mujer violada, que consisten sobre todo en el hecho de que no te crean. Ambos, el hombre falsamente acusado y la mujer que ha sido violada, se enfrentan a una misma conspiración de incredulidad. Pero preguntémonos a la vez quiénes son los hombres que más sufren esta situación y por qué. La respuesta, muy a menudo, es que suelen ser hombres negros o de clase trabajadora.

P. Pensado con cierta lógica, la crisis de 2008 tiene mucho que ver con el renacer del feminismo.
R. Así es, y es un resurgir del feminismo que reside en dos motivos. Las crisis económicas siempre afectan de modo concreto a determinados grupos, entre los que se encuentran las mujeres pobres. Suelen ser las responsables de lograr la cuadratura de un círculo imposible de salarios decrecientes, desigualdad en aumento, mayor coste de la vida o desaparición de la protección social. Son las mujeres las que deben arreglárselas para alimentar a sus hijos, para que sus maridos trabajen y para encontrar trabajo ellas mismas. Pero es que, además, la crisis de 2008 fue el fin de ciertas verdades ortodoxas, como que siempre habría un crecimiento económico, o que los tecnócratas iban a asegurarse de que nos llegaran a todos las ventajas del motor del capitalismo. En países en los que el socialismo era casi una palabra maldita, como EE UU, ha surgido un interés creciente, especialmente entre los jóvenes, por un socialismo radical marxista y por alternativas feministas marxistas. Del mismo modo que ha surgido un mayor impulso contra el cambio climático.

P. Y, sin embargo, hay una izquierda tradicional que considera que el debate identitario —o fragmentado— ha acabado arruinando el discurso progresista.
R. Más bien al contrario. Creo que no tenemos ninguna duda de que el capitalismo se ha apropiado con éxito de la energía radical que suponen el feminismo o el movimiento antirracista, ¿no? En el propio interés de las empresas está el deshacerse del racismo o el machismo, para lograr que funcione de modo más fluido el sistema de la meritocracia y lograr mejores trabajadores. Otra cosa es el análisis de clase, que siempre queda fuera. Hablar de la clase trabajadora, de su opresión o de su poder, resulta bastante amenazador para el capital. Pero si la vieja izquierda busca simplemente un análisis basado en las relaciones salariales, o en la relación entre los propietarios del capital y los que venden su fuerza laboral, nunca acabará de entender la estabilidad del capitalismo. ¿Por qué Estados Unidos no ha tenido nunca un movimiento potente de la clase trabajadora? Por un racismo que permitió a los propietarios a segregar entre obreros blancos, negros y latinos y forjó líneas de animosidad entre ellos. Del mismo modo que no se puede pensar en la fortaleza del capital sin tener en cuenta el trabajo no retribuido de las mujeres en el hogar. El análisis completo que persigue la izquierda tradicional no se puede lograr sin incluir las llamadas políticas identitarias.

  1. https://elpais.com/ideas/2022-12-04/amia-srinivasan-filosofa-las-mujeres-deben-ser-iguales-a-que-hombres-tampoco-hay-igualdad-entre-los-hombres.html

Lo normal es que los niños no obedezcan: cómo guiarles con paciencia cuando transgreden la norma.

Además de cerciorarse de que el pequeño ha entendido las órdenes, cuando surge un conflicto padres y madres deben invitarle a buscar una solución o preguntarle si tiene alguna idea sobre cómo actuar en un futuro.

Olivia no quiere ir al colegio. Ella está feliz con su abuela en casa, en pijama y en zapatillas, mirando cómo hace ganchillo o cocinando garbanzos como una chef estrella. La abuela le viste entre gritos y llantos, la arrastra por toda la calle y la niña le dice que está hartísima de ir al cole y tener que colorear sin salirse de la raya. En otros cuentos, Olivia no quiere ducharse o se enfada muchísimo si pierde jugando. No obedece y los adultos se afinan la paciencia. Escritos por Elvira Lindo e ilustrados por Emilio Urberuaga (equipo Manolito Gafotas), la editorial SM ha reeditado en letra caligráfica esos cuentos. Y lo cierto es que a los padres y las madres (incluso a la comunidad educativa) les preocupa y les frustra la falta de obediencia de las Olivias.

La maestra de Educación Infantil Coni La Grotteria es experta en educación para la paz y en dificultades del aprendizaje. Acaba de publicar Educar en la tolerancia (Plataforma Actual, 2023) y afirma que la naturaleza en la primera infancia lleva a los niños y a las niñas a explorar, a experimentar con los límites y con el grado de poder de sus referentes. Lo normal es que no acaten, sean libres, no entiendan lo que se les impone y tengan sus momentos de rebelión y hartazgo. La naturaleza de los niños se basa en cubrir sus necesidades y deseos, y la libertad es parte indiscutible para que así sea. ¿Y los padres? “Más que preocuparnos, debemos revisar nuestra actitud porque la integración de límites y normas es un proceso que requiere paciencia y coherencia”, explica La Grotteria.

Para la maestra de Educación Infantil Ainhoa Carmona Ponce también es normal que los niños y niñas no obedezcan: “En ocasiones, sobre todo de pequeños, les damos demasiadas consignas a seguir y simplemente no entienden lo que les decimos porque aún no tienen el desarrollo del lenguaje o la comprensión para entenderlo”. Sería pertinente hacerse preguntas como ¿puedes contarme qué has entendido? ¿puedes recordarme cuál era la norma? Otras veces, muchísimas, niños y niñas se guían por el deseo de lo que quieren o necesitan en ese momento, ya que, según Carmona, cuanto más pequeños, más primitivo es el cerebro y la capacidad de autorregulación es menor. “Tratamos de enseñarles cómo encajar en la sociedad en la que viven, pero muchas veces no tenemos en cuenta lo que realmente necesitan”, afirma la maestra.

Tania García-Medina es neuroeducadora, docente y asesora educativa. Explica que neurológicamente “venimos precableados” para aprender y explorar, y en ese proceso de descubrimiento está el hacer malabares con los límites impuestos. “Es normal que de primeras el instinto de los niños les empuje a sobrepasar los límites, a desobedecer y a descubrir qué ocurre si se transgrede esa norma o esa orden”, reflexiona. Afirma que a partir de los 18 meses es cuando comienzan a tener conciencia de individuo (conciencia del yo) y es en esa etapa en la que, aunque aún no pueden valerse por sí mismos, es frecuente escucharles decir “yo, yo”, “yo solo”, “no, no”. “Esa desobediencia es fruto de una búsqueda de la autonomía y de la autoafirmación que comienza a despertar”, asegura.

La neuroeducadora anima a revisar el concepto de hacerles entrar por el aro y de educar en la obediencia sin peros: “Se trataría de buscar que nuestros niños sean cooperativos y colaborativos y eso está lejos de una comunicación basada en órdenes”. Propone revisar el estilo comunicativo y usar otras estrategias, como cambiar las órdenes por preguntas del tipo: ¿Me puedes ayudar a guardar los zapatos en el armario? O ¿cuándo puedes encargarte de recoger la habitación? Ofrecer tiempos y espacios para reflexionar y pactar normas y necesidades contribuye a que desarrollaren el pensamiento crítico, la adaptación, las funciones ejecutivas y la autorregulación.

“Cuando las normas y pautas sociales son pactadas con ellos, teniéndolos en cuenta y haciéndolos partícipes de su creación, es realmente sorprendente observar cómo desde muy pequeños, desde los dos o tres años aproximadamente, empiezan a colaborar y cumplir misiones que han decidido que son importantes para su bienestar”, prosigue García-Medina.

Para la psicóloga y cocreadora de la llamada disciplina positiva Jane Nelsen hay que mantenerse amable y firme. Los límites con menores de cuatro años los deben poner los padres, pero “haciéndolos cumplir con amabilidad y firmeza”. Y avisa: “Cuando un niño viole un límite, no le dé un sermón ni lo castigue”. La conocida educadora aboga por hacerles “preguntas de curiosidad”: ¿Qué ha pasado? ¿Qué crees que lo ha provocado? ¿Qué se te ocurre para resolver este problema?

Para aquellos contextos en los que no se puedan pactar y dialogar esas normas (por ejemplo, el volumen de voz en una biblioteca o el comportamiento en un médico o ir al colegio), para García-Medina es importante cerciorarse de que la norma o lo que se espera de ellos ha sido entendido, así como explicarles los motivos que llevan a que esa regla sea por un bien común: “No es lo mismo que te digan ‘Silencio’ a secas a que te expliquen y comprendas que la biblioteca es un espacio en el que las personas leen o estudian, y que para esa actividad hace falta poco ruido”.

¿Qué hacer si no obedecen?
En caso de que los pequeños no obedezcan, el primer paso es mantener la calma dice Coni La Grotteria: “Si es una conducta que les pone en peligro, marcar el límite con firmeza y poner al infante seguro”. Y prosigue: “Si la conducta está acompañada de una emoción como el enfado, hay que legitimar esa expresión e intentar que sienta que su necesidad es atendida y no estamos negando o prohibiendo sus emociones”. Si es una conducta negativa que se repite con frecuencia, es recomendable dedicarle tiempo a hablar de las consecuencias de sus actos, establecer límites más claros, darle opciones para que pueda resolver sus problemas.

Jane Nelsen propone algunas formas para obtener la colaboración de un menor. “Mostrar empatía sin excusar la conducta. La empatía no significa que esté de acuerdo con la conducta o lo justifique. Significa únicamente que comprende su percepción”. Y leemos en Cómo educar con firmeza y cariño (Medici, 2007): “Invite al niño a centrarse en una solución. Pregúntele si tiene alguna idea sobre qué hacer en un futuro para evitar ese problema. Si no la tiene, hágale algunas sugerencias”.

Por tanto, no se trata de educar en la obediencia sino de que exploren la vida a través de diversas experiencias, tomando decisiones y asumiendo consecuencias adaptadas a cada edad con un acompañamiento adulto que les proporcione seguridad, firmeza y amor.


viernes, 3 de febrero de 2023

«La culpa no la tienen nuestras estrellas sino nosotros mismos» (Shakespeare).

Palabras pronunciadas el 31 de enero de 2023 en el acto de reconocimiento a Antonio Rodrígo Torrijos y José Manuel García Martínez, ambos objeto de una larga persecución política por parte de una jueza al servicio del poder económico.

Queridas amigas y amigos:
Muchas gracias por darme esta oportunidad de intervenir hoy aquí.
Tengo por costumbre no leer en este tipo de intervenciones, pero esta vez voy a hacerlo porque quiero decir lo que exactamente quiero decir.
Me hago ya mayor y he estado en cientos de actos, aunque quizá nunca en uno tan merecido y al mismo tiempo tan necesario como este.
Es merecido porque se trata de acompañar, de dar calor, de solidarizarnos con dos personas que han padecido durante casi 13 largos años el peso de la inmundicia judicial, de la injusticia y de la persecución política.

Las personas de bien no podemos dejar de manifestar nuestro reconocimiento a quienes ha sufrido tanto por un único y exclusivo motivo: la necesidad de eliminarlos social y políticamente.
Yo sé, todos los que estamos aquí lo sabemos, que Antonio y José Manuel (por cierto, José Manuel fue compañero mío de carrera, de colegio mayor y de piso en nuestra época de estudiantes) han sido capaces de soportar el peso de estos años de infamia judicial porque son dos personas íntegras, honestas, comprometidas; porque son dos comunistas amantes de la libertad y la democracia que seguramente no han dejado de pensar ni en un solo minuto de estos largos años en el ejemplo de los cientos de camaradas de su Partido, de los miles de demócratas españoles que dieron la vida o fueron torturados por defender a las personas más humildes, a las clases trabajadoras sin pedir nada a cambio. Lo mismo que hicieron ellos.

Yo sé que Antonio y José Manuel, José Manuel y Antonio, han llevado este sufrimiento con dignidad y con una serenidad ejemplar. A costa, eso sí, de su salud y de su patrimonio porque ni el más heroico de los seres humanos puede soportar sin herida ni dolor la maldad y el escarnio de una jueza sin escrúpulos que utiliza el sacrosanto poder que el pueblo le ha dado para combatir injustamente a quien no ha hecho otra cosa que defender a quienes menos tienen.

Ya no tiene arreglo y el daño perpetrado queda ahí pero, al menos, queridos José Manuel y Antonio, yo quiero deciros y creo que lo puedo decir en nombre de muchas personas, que estamos con vosotros. Que os queremos, os admiramos y os acompañamos. Que os agradecemos vuestro esfuerzo y vuestra generosidad, vuestra honradez, vuestro ejemplo y vuestra lucha.

Y os digo, queridos amigos, que tengáis la completa seguridad de que vuestro sufrimiento no ha sido ni va a ser en vano.

Pero no quiero hablaros solo a vosotros, queridos amigos.
Quiero aprovechar este momento para hablarle también a todas las personas que están aquí o que puedan vernos a través de las redes.
Lo durísimo que le ha pasado a Antonio y José Manuel ha sido, desde el primer momento, una auténtica cacería política. No ha sido un proceso judicial, sino una persecución llevada a cabo por una empleada del poder económico, de la oligarquía que se cree dueña de España, con el único fin, como he dicho, de facilitar que la derecha, sus representantes políticos, dispusieran del poder municipal.

Lo que se produjo en Sevilla fue una manifestación de las nuevas formas que adquieren los golpes de Estado de nuestra época. Los que se están produciendo en estos días, cuando el Partido Popular desobedece la Constitución. O la que permite que nada más y nada menos que el periodista Juan Luis Cebrián haya escrito en el diario El País hace unas semanas, leo textualmente, que «se podría pedir responsabilidad jurídica, y no solo política, al Gobierno y su presidente». Recordad esto, porque ese el objetivo, y es justo por eso por lo que dije al principio que este acto es necesario.

Es necesario que seamos conscientes de que la culpa de que pasen estas cosas no la tienen, como decía Shakespeare, nuestras estrellas sino nosotros mismos.

Permitidme que os diga solo dos cosas, con claridad. Con mucho cariño, pero con toda claridad
La primera es que algo parecido a lo que le ha pasado a José Manuel y Antonio os puede pasar mañana a todas vosotras y a todos vosotros.
Es verdad que no os van a quitar una concejalía, pero os van a quitar la pensión, la atención sanitaria, la educación… el día menos pensado os dirán que no podéis sacar el dinero del banco y se quedarán con lo poco que os quede.
Tenedlo presente y decídselo a quienes tenéis a vuestro alrededor: quisieron acabar con José Manuel y Antonio no porque fuesen tras ellos sino porque van detrás de vosotros.
Y lo segundo que os quiero decir es que eso pasó (y puedo volver a pasaros a vosotros) por mantener silencio, por callar, por asentir y por no salir a las calles contra la injusticia.

Decía el canciller alemán Willy Brandt que permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen. No lo olvidéis.
Y dejadme que os lo diga con sinceridad, con sinceridad y con dolor y también con algo de indignación. ¿Cuántos levantamos la voz cuando comenzó la cacería? ¿quién salió a la calle? ¿Quién denunció?
Yo firmé un artículo con 39 personas, pero menos de las que me dijeron que no sé qué o no sé cuánto y no quisieron firmar. La mayoría de ellas, las que no firmaron, de las que siempre han tenido y tienen todavía la boca llena de democracia, justicia, revolución o izquierdismo.

No tengáis la más mínima duda. Lo que le ha pasado a José Manuel y Antonio ha pasado porque, como escribió Erich Fromm, «el ser humano ha perdido la capacidad de desobedecer». Porque nos hemos acobardado y no somos capaces de decir ¡¡Basta ya!! cuando a nuestro lado hay explotación o injusticia.

Lo que pasó no fue el resultado solamente de la actuación de una jueza sin escrúpulos y corrupta sino del silencio de quienes teníamos que habernos levantado contra su infame conducta y la de otros jueces de su mismo perfil. No olvidemos que hay compañeros socialistas honestos condenados o incluso encarcelados en virtud de sentencias aberrantes, o de lo que se ha hecho con dirigentes de Podemos, como fruto igualmente de la persecución judicial del adversario que llevan a cabo algunos jueces de este país.
Tengo ya que terminar.

Yo sé que no está en el protocolo, pero quisiera pedir a la organización que me permita llamar aquí a José Manuel y a Antonio. Quiero darles en público un abrazo de afecto y de reconocimiento. Uno de esos abrazos que son de lo más bello y generoso que podemos hacer los seres humanos entre nosotros y que tanta falta hace que se prodiguen entre las gentes de izquierdas. Y quiero pediros a vosotras y vosotros que os levantéis y que aplaudáis, como forma de manifestarles que ese abrazo es de todos, no solo mío.
Aunque quiero pediros también algo más: al poneros en pie y al aplaudir miraros hacia dentro de vosotros mismos y haced asumid dos compromisos. El de ir a contar fuera lo que pasó con José Manuel y Antonio y, sobre todo, el de luchar siempre sin descanso para que este tipo de cosas no vuelva a suceder. 
Que vuestro aplauso a estos dos queridos amigos sea el compromiso de que nunca más vamos a callar ni consentir cuando delante de nosotros se produce una injusticia.

Querido Antonio, querido José Manuel: gracias, muchas gracias

_- Buckminster Fuller, el genio loco que Steve Jobs convirtió en icono.

_- El científico estadounidense, calificado como el “primer poeta de la tecnología”, inventó una casa sostenible en los años de la posguerra y acuñó la palabra sinergia. Una nueva biografía nos acerca a este visionario optimista.

Buckminster Fuller (1895-1983) ha sido calificado como el “Leonardo da Vinci de la modernidad” y el “primer poeta de la tecnología”. Su visión es hoy en día una rareza, porque creía genuinamente en el futuro. Revolucionó el mundo del diseño abogando por la eficiencia de recursos, la sostenibilidad, la vivienda universal y la reducción de costes. Publicó 30 libros, sostiene 28 patentes, fue premiado con 47 doctorados honoris causa y acuñó términos ahora tan populares como “sinergia”. Para Fuller la sociedad tiene la oportunidad de instaurar una forma de vida sostenible aplicando su principio de la efemeralización; hacer más con menos. Creía que “la tecnología podría hacer que el mundo funcione para todos, sacando a naciones enteras de la pobreza”, escribe Alec Nevala-Lee, autor de una nueva biografía sobre su vida, Inventor of the Future (Harper Collins), que acaba de publicarse en inglés. Pero como Fuller expresó, “la humanidad se ha puesto contra sí misma al pensar que está en contra de la tecnología”.

Buckminster Fuller nació a finales del siglo XIX, casi ciego, en el seno de una familia acomodada de Nueva Inglaterra. Hasta los cuatro años no le pusieron gafas, lo que hizo que confiara más en sus otros sentidos. Preocupados por su desarrollo, sus padres lo inscribieron en una guardería que seguía la metodología de Friedrich Froebel, en la que se jugaba con esferas, cilindros y cubos y se construían pequeños objetos, lo que lo marcó profundamente. Su vida fue un reto continuo. Se enfrentó a la peor tragedia en 1922, cuando su hija de cuatro años murió de neumonía. El episodio lo sumió en una honda depresión; cayó en el alcoholismo, abandonó por largos periodos a su esposa, a la que estaba muy unido (morirían con solo 36 horas de diferencia) y se refugió en prostitutas y amantes. Tras cinco tumultuosos años, tuvo un momento de revelación y recuperó la motivación para vivir dedicando toda su energía a construir un mundo mejor.

“En lugar de suicidarse, se produjo un egocidio […] Decidió vivir para beneficio de la humanidad”, explica Nevala-Lee en el libro. Eso lo diferenció de otras mentes privilegiadas: su principal motor fue buscar soluciones a problemas sociales acuciantes. Su dirección era clara: “La naturaleza es un sistema totalmente eficiente y autorregenerador. Si descubrimos las leyes que la gobiernan y vivimos sinérgicamente dentro de ellas, habrá sostenibilidad y la humanidad será un éxito”.

Aunque eventualmente pudo demostrar la eficiencia de sus propuestas, durante la mayor parte de su vida fue considerado un mero charlatán, como destacó la revista Time en 1964, en el número que también le dedicó la portada. Su principal prodigio radicó en su persistencia. Desde 1927 había trabajado en Dymaxion, un concepto que combina las palabras dinámico, máximo y tensión. Invirtió 20 años en desarrollar sin éxito el proyecto, lo que le hizo pasar por numerosos calvarios económicos.

La casa Dymaxion aspiraba a solventar la crisis urbanística de la posguerra y fue el primer ejemplo de vivienda sostenible. Eran casas baratas prefabricadas, de aluminio y muy resistentes. Pero no llegaron a comercializarse; la sociedad no estaba preparada aún para la compra de casas construidas en masa. Una suerte similar corrió el coche Dymaxion, que Fuller diseñó junto al escultor japonés Noguchi en 1933. Un automóvil de tres ruedas que solo consumía 7,8 litros por 100 km y podía transportar hasta 11 pasajeros, con el que aspiraba a revolucionar la industria con vehículos que consumieran menos y transportaran a un mayor número de personas. Un aparatoso accidente hizo que los inversores descartaran la posibilidad de comercializarlo. Aun así, Fuller estaba convencido de que la implantación de sus teorías era cuestión de tiempo. “Invento y espero a que el hombre llegue a necesitar lo que he inventado”, escribió.

Utopía y realidad
Fuller tenía 45 años cuando consiguió construir su primera cúpula geodésica, con la que alcanzó la fama mundial. Registró la patente en 1954, convirtiéndose en el inventor oficial de esta estructura de semiesfera que produce un gran ahorro energético al aprovechar la luz solar, además de requerir un mínimo uso de materiales de construcción, que reduce tiempo y costes. Más de medio siglo después, en una sociedad más consciente de las consecuencias del cambio climático, los domos geodésicos adquieren de nuevo protagonismo. Existen en torno a 300.000 en todo el mundo, siendo el más emblemático la biosfera de Montreal, que Fuller creó para la Expo de 1967. Ahora, convertida en sede del único museo del medio ambiente de América del Norte, sigue siendo un icono del modernismo. En 2021, The New York Times la incluyó en la lista de los 25 trabajos arquitectónicos más significativos de la posguerra.

“La mayor prueba de la filosofía de Fuller ha sido la pandemia del coronavirus”, resalta Nevala-Lee, que ha realizado la biografía más completa sobre la vida personal, la carrera y el mito que se creó en torno a Fuller, una obra con 128 páginas de notas. Nevala-Lee recuerda que Fuller achacaba la muerte de su hija a las consecuencias de la gripe de 1918. Aunque el inventor murió en los ochenta, ya abogaba por medidas para evitar futuras pandemias. “Su visión sobre la descentralización, la fabricación eficiente, la educación online y el trabajo remoto son más relevantes ahora que nunca”. Por este carácter visionario Steve Jobs lo convirtió en icono para la campaña Piensa diferente de Apple en 1997, que aludía a esos genios calificados de locos que, sin embargo, son los que pueden cambiar el statu quo y, en consecuencia, el mundo.

“No hay otro pensador cuya reimaginación del mundo a través de sus construcciones combine conectividades de escala, poder, medio ambiente, clima, cultura y sociedad”, subraya Sean S. Anderson, que dirige la licenciatura de Arquitectura de la Universidad de Cornell, una de las escuelas de arquitectura más prestigiosas. “Es un exponente fascinante de un personaje híbrido tan necesario en nuestros tiempos: el arquitecto/ingeniero; el técnico/artista que está a la vez en la utopía y en la realidad”, remarca Carlos Naya Villaverde, director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra. Naya destaca que sigue siendo un referente para los estudiantes españoles. “Su obra resulta aplicable al espíritu de la Nueva Bauhaus Europea. También está en la línea de la industrialización de la edificación de la que tanto estamos hablando en los últimos meses”.

Elena Ochoa promovió en España la importancia del legado de Fuller, comisionando en su galería de Madrid una exposición en 2010 sobre su obra. Hace dos años, también en la capital, el Espacio Fundación Telefónica programó una exposición en torno a su obra. Y Norman Foster, que fue su discípulo, sigue recordándolo. En Motion. Autos, Art, Architecture, que comisarió para el Guggenheim de Bilbao este año, Foster incluyó el Dymaxion #4, una recreación hecha por él mismo del que considera su coche favorito, ideado por Fuller. “Le preocupaba el medio ambiente antes de que el tema estuviera de moda”, declaraba Foster a The Observer hablando de su mentor. “Era la esencia misma de una conciencia moral, advirtiendo siempre sobre la fragilidad del planeta y la responsabilidad del hombre de protegerlo”.

Como ya dijo Buckminster Fuller en los setenta: “Estamos en un momento muy crítico. La naturaleza se está esforzando por que tengamos éxito, pero la naturaleza no depende de nosotros. No somos el único experimento.

jueves, 2 de febrero de 2023

¿Se puede permitir España tener un presidente de Gobierno tan ignorante como Alberto Núñez Feijóo?

Javier Pérez Royo 

No se trata de una declaración “poco afortunada”, sino de una declaración producto de la ignorancia en un tema de importancia capital en la historia de todos los países del mundo, pero de manera muy especial en España.

— Juan José Tamayo, teólogo: “Las afirmaciones de Feijóo demuestran ignorancia u olvido y alimentan los discursos de odio”

He oído con mucha atención, y varias veces, la respuesta que dio Alberto Núñez Feijóo a la pregunta que se le hizo sobre el atentado que ha costado la vida al sacristán de una parroquia de Algeciras.

La pregunta le fue formulada de manera correcta y diáfana. En ningún momento se puede interpretar por quien la haya oído con buena fe que pudiera ser una pregunta capciosa, que intentara de alguna manera hacer caer al presidente del PP en alguna trampa.

El tono en que respondió a la pregunta el señor Núñez Feijóo fue también un tono reposado, indicador de que no se estaba sintiendo incómodo por la forma en que se le preguntaba. No fue una respuesta a bote pronto ante una pregunta incisiva, sino una respuesta pausada en la que el presidente del PP se veía que estaba poniendo suma atención en las palabras que utilizaba. Daba toda la impresión de que estaba concentrado en enviar un mensaje a la opinión pública que sirviera como punto de referencia al debate que se estaba abriendo en la sociedad española en torno al atentado. Que se note que quien habla es el presidente del primer partido de la oposición y candidato a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales de finales de año. Esto parecía ser lo que estaba pasando por su cabeza en ese momento.

Estoy seguro que los lectores han oído y leído las palabras de Núñez Feijóo. Les aconsejaría que lo hicieran de nuevo. Porque la forma y el tono en que dio respuesta es tan importante como el contenido de la misma. El futuro candidato del PP a la presidencia del Gobierno estaba intentando poner de manifiesto su superioridad discursiva respecto de todos los demás partícipes en el debate en torno al atentado. Voy a poner el acento donde no lo ha puesto nadie y de esta manera voy a marcar la diferencia respecto de todos los demás. Lo consiguió sin ninguna duda.

La respuesta de Alberto Núñez Feijóo ha sido despachada como una declaración “poco afortunada”. El pobre hombre tuvo un mal día y no se expresó con la precisión con la que debería haberlo hecho. Y ya se sabe que un mal día lo tiene cualquiera.

Pero no fue así. Alberto Núñez Feijóo pensó muy bien lo que decía y seleccionó detenidamente las palabras que iba a utilizar. Lo que dijo es lo que quería decir y refleja, sin que quepa la menor duda, lo que piensa sobre el tema.

No se trata, por tanto, de una declaración “poco afortunada”, sino de una declaración producto de la ignorancia en un tema de importancia capital en la historia de todos los países del mundo, pero de manera muy especial en los países europeos en general y de España en particular. La religión ha jugado un papel muy destacado en la historia política de todos los países europeos. Y sigue jugándolo. Especialmente en España. Baste recordar la importancia que tuvo el debate sobre la mención de la Iglesia católica en el artículo 16 de la Constitución y la presión de la jerarquía eclesiástica española para que dicha mención se produjese, algo que no ha ocurrido en ninguna otra Constitución de un país europeo. Por no recordar la calificación de 'cruzada' de la guerra civil española.

En términos jurídicos se podría calificar la respuesta del candidato a la presidencia del Gobierno del PP a la pregunta sobre el atentado de Algeciras como una respuesta “prevaricadora”, en el sentido del segundo supuesto de prevaricación que se contempla en el artículo 447 del Código Penal, la “ignorancia inexcusable”.

Estoy seguro de que el presidente del PP no ha dicho la barbaridad que ha dicho “a sabiendas”, que es el primer supuesto, sino que la ha dicho porque es lo que realmente piensa, fruto de los conocimientos que tiene sobre la materia. Que no es una materia cualquiera, insisto, sino que es una materia de enorme relevancia para poder dirigir políticamente a la sociedad española.

La pregunta se impone: ¿puede la sociedad española permitirse tener como presidente del Gobierno a un político que ha hecho una exhibición de ignorancia de esta naturaleza?

_- ¿Que Irene Montero ha dicho qué?

_- España, ese país que no es machista porque todo el mundo tiene madre y hermana y las respeta, se ha llevado el gran sobresalto. La ministra de Igualdad ha culpado al PP de defender la cultura de la violación

El concepto “cultura de la violación” ha entrado hoy al Congreso de los diputados de la mano de la ministra de Igualdad y lo ha hecho, como no podía ser de otro modo, provocando un tremendo escándalo. No es un concepto nuevo ni lo ha inventado esta mañana Irene Montero. Las estudiosas del feminismo lo usan desde hace décadas para definir a esas sociedades –que son casi todas– en las cuales la violación de mujeres está interiorizada como un hecho ambiental. Algo que simplemente sucede igual que sucede la lluvia o el frío. Si cuando llueve uno debe usar un paraguas, cuando las violaciones ocurren las mujeres deben hacer determinadas cosas para no ser víctimas de ese fenómeno. No vayas sola por la calle en mitad de la noche, no uses una minifalda demasiado corta, ten cuidado de que no te echen nada en la bebida si no quieres ser violada. Cultura de la violación, el feminismo lo define a la perfección, es hacer recaer sobre la víctima la responsabilidad última de que no se cometa un grave delito. Un fenómeno de lo más curioso que no encontramos en ningún otro ámbito penal. Aún no se ha hecho el anuncio de la DGT que te recomiende no usar el coche a partir de las diez de la noche porque la posibilidad de cruzarte con un conductor ebrio que te acabe matando por un choque frontal es mayor a partir de esa hora.

La Xunta de Galicia lanzó hace unos días una campaña que debería aparecer en todos los libros de feminismo por representar a la perfección en qué consiste la cultura de la violación. Una campaña que explica de forma magistral cómo las sociedades ponen en los hombros de las potenciales víctimas la responsabilidad última de que una violación suceda. “No debería pasar, pero pasa”, reza el eslogan que acompaña a la imagen de una mujer que sale a correr con mallas deportivas al anochecer. Sin entrar al detalle de qué horas del día son las correctas para hacer deporte si eres mujer; tampoco recomendando que lo hagan vestidas convenientemente, es decir, con la típica armadura medieval de running con casco, escudo y lanza que venden en la sección femenina del Decathlon, la Xunta deja sobre la mesa esa idea mil y una veces rechazada desde el feminismo: la mujer es la que debe tener cuidado porque este fenómeno ambiental, que es la violación, existe.

A primera hora de la mañana, España, ese país que no es machista porque todo el mundo, incluido Abascal, tiene madre y hermana y las respeta, se ha llevado el gran sobresalto. Hostia, hostia, hostia, que Irene Montero ha culpado a los del PP de defender la cultura de la violación. Es decir, la ministra de Igualdad –cómo le gusta la crispación a esta chica– ha cometido la brutal barbarie de acusar al primer partido de la oposición de organizar violaciones como el que organiza capeas –un saludo para la chavalada del Elías Ahuja–. La reacción de la bancada popular llevándose las manos a la cabeza y gritando con fervor ‘árbitro, expulsión’ es comprensible. No creo que Irene Montero esperase que, tras decir que ese anuncio fomentaba la cultura de la violación, los diputados del PP se susurrasen unos a otros al oído que por supuesto la ministra se refiere a ese concepto tan básico y conocido en políticas de Igualdad. Por supuesto, no habían oído hablar de ello en la vida. 

La reacción de los medios, que han traducido la reflexión feminista de la ministra al castellano con un “Irene Montero acusa a los diputados del PP de ser violadores”, también es comprensible y esperable tal y como está el panorama. Lo preocupante y bochornoso ha sido la reacción de la presidenta del Congreso, la socialista y mujer Maritxell Batet. Sin pensárselo un segundo y con la seguridad que otorga no saber qué estás haciendo, ha llamado al orden a la ministra de Igualdad por usar un concepto básico en el campo de la igualdad. Porque ese no debe ser el tono en la casa de la soberanía popular. No se rían, pero es algo así como si el próximo miércoles, Batet llamase al orden a la ministra de Economía Nadia Calviño porque eso de la inflación, deflación y estanflación son palabros que suenan, como poco, agresivos y desagradables. Y por ahí sí que no. Para que algunos digan que no es necesario un ministerio de Igualdad. Como decía Forges: “País…”.

Fuente: https://ctxt.es/es/20221101/Firmas/41420/Gerardo-Tece-Irene-montero-cultura-de-la-violacion-congreso-Xunta-de-Galicia-victima.htm

miércoles, 1 de febrero de 2023

Palos de ciego contra la subida de precios de alimentos básicos

Es un hecho que el gobierno de Pedro Sánchez ha estado acertado a la hora de combatir la inflación y la prueba es que España terminó 2022 con la tasa más baja de la eurozona.

Por eso me gustaría decir que estoy de acuerdo con las ministras y ministros del gobierno español que se están pronunciando y haciendo propuestas sobre la indeseable y en muchos casos impresionante subida de precios que están registrando productos básicos de la cesta de la compra familiar. Pero no lo estoy.

No me parece muy acertada, por ejemplo, la bajada del IVA recientemente aprobada.

La ministra de Economía y vicepresidenta Nadia Calviño cree que esa medida bajará los precios porque comparte lo que me parece un error sobre la naturaleza de los mercados que han expresado la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, y el ministro de Agricultura, Luis Planas, al afirmar que se trata de un mercado «en donde hay competencia» y, por tanto, en donde «no es necesario intervenir».

Con independencia de que esa afirmación es contradictoria con la intervención que supone modificar el IVA para lograr un cambio de comportamiento de las empresas a la hora de fijar precios, lo cierto es que se trata de un mercado en el que, efectivamente, hay competencia, aunque no lo que se produce en un mercado perfecto que busca la maximización del beneficio tal y como la describen los modelos teóricos, ni la que se lleva a cabo bajando márgenes, sino tratando de alcanzar la mayor cuota posible de mercado.

Por esa razón, es dudoso que efecto final de una medida como reducir el IVA sea positico porque puede provocar cambios indeseados en los hábitos de compra, no es fácil acertar con el tipo de bienes a los que realmente conviene aplicarles la bajada, no es seguro que se traslade a los consumidores y porque se benefician de ella perceptores de rentas que no lo necesitan.

Mucho me temo que la bajada del IVA sea otra de esas buenas intenciones de las que dicen que está lleno el infierno, pues puede terminar siendo tan solo un regalo adicional a las grandes empresas. Mientras que posiblemente hubiera sido mucho más eficiente y barato proporcionar ayudas directas a quien lo necesite.

De hecho, aunque algún informe señala que la bajada del IVA se está trasladando a los precios y que estos ya están bajando, una investigación de FACUA revela que siete grandes cadenas (Alcampo, Aldi, Carrefour, Dia, Eroski, Lidl, Hipercor y Mercadona) no la están aplicando

Y no puedo sino manifestar mi estupor al leer que la ministra Calviño afirma que “es responsabilidad del sector” bajar los precios tras decidirse la bajada del IVA. En primer lugar, porque parece mentira que una ministra de Economía hable del «sector» como de un sujeto que tomas decisiones colectivas, como un monopolio. Y, en segundo lugar, porque, nos guste o no, los mercados no son mecanismos que se muevan por principios éticos o morales, por mucho que pudiera parecernos deseable.

No estoy de acuerdo tampoco con la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, cuando también vincula el problema a otra cuestión moral (la falta de piedad de los propietarios, personificados en el dueño de Mercadona) o en los márgenes de las empresas.

Podría parecernos que el mundo funcionaría mejor si todos los propietarios de capital (y el resto de los mortales) fuésemos más piadosos. Pero esa no es la cuestión. El capitalismo es lo que es, con sus defectos y virtudes, y no se le puede pedir que funcione de otro modo. Ese tipo de manifestaciones enardecen a la parte más guerrera de los propios, pero no conducen a nada más que a generar un ruido que, a mi modesto entender, no es lo que más favorece la puesta en marcha de políticas transformadoras.

Es una evidencia que los márgenes de las empresas españolas (como las de otros países de nuestro entorno) han aumentado. Ocurre siempre que hay procesos inflacionarios pues estos se producen de manera muy desigual y comportan movimientos de precios muy asimétricos en el conjunto de la economía y entre todas las empresas. Las de mayor poder de mercado se benefician siempre de la inflación y por eso muchos economistas decimos que esta última no solo tiene causas, sino también propósitos. En concreto, el de recuperar el terreno perdido subiendo precios al pescar en río revuelto.

Pero, siendo eso evidente, resulta prácticamente imposible determinar directamente (al menos sobre la marcha de las subidas) en dónde se produce real y exactamente el aumento de los márgenes, qué empresas concretas lo llevan a cabo y con qué productos de los que venden lo hacen en particular.

Por tanto, señalar al aumento de márgenes como una fuente más de la inflación (una verdad como un castillo de grande) es útil para mostrar en general la naturaleza del fenómeno que nos está afectando, pero creo yo que algo poco operativo a la hora de poner remedios concretos a las subidas de precios. Al menos, con el tipo de indicadores y datos con los que hoy día se cuenta.

No se olvide, como he señalado antes, que en el sector de la distribución de los productos alimenticios no necesariamente se gana más aumentando márgenes y que puede ocurrir que medidas bienintencionadamente destinadas a reducirlos, para favorecer una oferta más barata y asequible, terminen provocando a medio plazo una mayor concentración y, a la postre, condiciones peores que las iniciales. Un efecto perverso, por cierto, que ya se ha vivido en otros países vecinos, como Francia, en donde se ha acusado al gigante Leclerc de «canibalizar» el sector justamente reduciendo su margen en pleno proceso de subida de precios.

¿Quiere eso decir que no se puede hacer nada frente a empresas con tanto poder de mercado como estas grandes del sector de la distribución de productos alimenticios?

Tal y como ya ha hecho el gobierno de Grecia y parece que hará el de Francia, ambos conservadores y no precisamente bolcheviques, no creo que se deba descartar algún tipo de control de precios. Pero, insisto, no me parece que esto sea el remedio óptimo ni más efectivo en el caso de productos alimenticios que tanto perjudica a las rentas más bajas y, por extensión, a miles de pequeñas y medianas empresas que viven de su gasto. Y, de llevarse a cabo, creo que solo deberían establecerse con extraordinaria precisión y no a brocha gorda, sobre la base de un buen conocimiento de lo que ocurre en el mercado, con acuerdos y control efectivo.

A mi juicio, la única forma de evitar lo que está sucediendo con los precios y las dificultades de acceso a la oferta de miles de familias es generar otro tipo de canales de distribución y nuevas formas de consumo. No pedirle al capitalismo el imposible de que sea lo que no es, sino poniendo en marcha procesos que hagan y proporcionen lo que el capitalismo no puede hacer ni proporcionarnos.

El ex vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias acaba de señalar en uno de sus programas de La Base que, junto a los controles de precios que propone su formación, se podrían crear supermercados públicos. Eso me ha hecho recordar la propuesta que escribí (p. 50) en el documento de bases que nos pidió Podemos y que redacté junto a Vicenç Navarro en 2014: «Exploración de fórmulas (…) destinadas a satisfacer necesidades básicas de la población con dificultades de acceso a la oferta actual de los mercados: creación de centrales de compras participadas por el sector público, tanto estatal como autonómico o local y organizaciones del tercer sector.»

Quizá, si entonces se nos hubiese hecho algo más de caso y se hubiera comenzado a trabajar en esa línea, ahora no tendríamos que lamentarnos tanto de lo que está ocurriendo y se darían menos palos de ciego para combatir las subidas de precios.

Qué problemas para la salud trae la falta de vitamina B12 (y por qué no siempre se puede resolver tomando suplementos)

 

B12

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES


Durante varios meses del verano de 2022, mi perra Scout vomitó a las 3 de la mañana casi todos los días. Si tienes un perro, conoces el sonido. Y todas las veces, ella se comía el desastre que hacía antes de que yo llegara, lo que dificultaba el diagnóstico de la causa.

El veterinario y yo finalmente decidimos que mis hortensias eran la fuente del problema, pero mantener a Scout lejos de ellas no funcionó. Empezó a parecer cansada todo el tiempo, algo muy preocupante en un cachorro labrador típicamente hiperactivo.

Luego, un día, Scout vomitó una bola de pelo, pero no cualquier bola de pelo. En los perros, el pelo normalmente pasa fácilmente a través del sistema digestivo, pero esta bola de pelo estaba envuelta alrededor de un trapo de limpieza que era demasiado grande para moverse.

Una vez que se eliminó este objeto extraño, los vómitos de la noche a la mañana terminaron. Sin embargo, Scout aún necesitaba tratamiento por una razón diferente y sorprendente: el objeto había inhibido un paso en la absorción de vitamina B12 en su cuerpo.

La B12 es un nutriente esencial involucrado en el funcionamiento adecuado de las células sanguíneas, los nervios y muchos otros procesos críticos en el cuerpo.

Soy nutricionista registrada y enseño nutrición y ciencia de los alimentos a estudiantes universitarios, pero aun así me perdí la deficiencia de B12 que estaba causando la fatiga de mi cachorro.

Los médicos pueden ignorarlo fácilmente en las personas, a pesar de que la deficiencia de B12 es un problema de salud común que afecta aproximadamente al 6% al 20% de la población de EE.UU.

La vitamina B12 es escasa en la dieta y se encuentra únicamente en alimentos de origen animal.

Afortunadamente, los humanos solo necesitan 2,4 microgramos de B12 al día, una cantidad muy, muy pequeña. Sin una cantidad adecuada de vitamina B12 en el cuerpo, la salud general y la calidad de vida se ven afectadas negativamente.

Signos y síntomas
Uno de los principales síntomas de la deficiencia de vitamina B12 es la fatiga, un nivel de cansancio o agotamiento tan profundo que afecta las actividades de la vida diaria.

Alimentos

FUENTE



Signos y síntomas
Uno de los principales síntomas de la deficiencia de vitamina B12 es la fatiga, un nivel de cansancio o agotamiento tan profundo que afecta las actividades de la vida diaria.

Alimentos
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Otros síntomas son neurológicos y pueden incluir hormigueo en las extremidades, confusión, pérdida de memoria, depresión y dificultad para mantener el equilibrio. Algunos de estos pueden ser permanentes si no se aborda la deficiencia de vitaminas.

Sin embargo, dado que puede haber tantas causas para estos síntomas, los médicos pueden pasar por alto la posibilidad de una deficiencia de vitamina B12 y no detectarla.

Además, tener una dieta saludable parece descartar cualquier deficiencia de vitaminas. Caso en cuestión: como sabía que la dieta de Scout era buena, no consideré la deficiencia de vitamina B12 como la fuente de sus problemas.

Cómo se absorbe la B12
La investigación es clara en cuanto a que las personas que consumen dietas basadas en plantas deben tomar suplementos de B12 en las cantidades que normalmente brindan las multivitaminas estándar.

Sin embargo, cientos de millones de estadounidenses que consumen B12 también pueden estar en riesgo debido a condiciones que podrían estar obstaculizando la absorción de B12 en su cuerpo.

Uno de los síntomas de la falta de vitamina B12 es la fatiga.

La absorción de B12 es un proceso complejo de varios pasos que comienza en la boca y termina en el otro extremo del intestino delgado. Cuando masticamos, nuestra comida se mezcla con la saliva. Cuando se traga la comida, una sustancia en la saliva llamada proteína R, una proteína que protege a la B12 de ser destruida por el ácido estomacal, viaja al estómago junto con la comida.

Células específicas en el revestimiento del estómago, llamadas células parietales, secretan dos sustancias que son importantes para la absorción de B12. Uno es el ácido estomacal: separa los alimentos y la vitamina B12, lo que permite que la vitamina se una a la proteína R de la saliva. La otra sustancia, llamada factor intrínseco, se mezcla con los contenidos del estómago y viaja con ellos a la primera parte del intestino delgado: el duodeno.

Una vez en el duodeno, los jugos pancreáticos liberan B12 de la proteína R y la entregan al factor intrínseco. Este emparejamiento permite que la B12 se absorba en las células, donde luego puede ayudar a mantener las células nerviosas y formar glóbulos rojos sanos.

Una deficiencia de vitamina B12 generalmente implica un colapso en uno o más de estos puntos en el camino hacia la absorción.

Factores de riesgo para la deficiencia de B12
Sin saliva, la vitamina B12 no se unirá a la proteína R de la saliva y se inhibe la capacidad del cuerpo para absorberla. Y hay cientos de medicamentos diferentes que pueden causar sequedad en la boca, lo que resulta en una producción de saliva demasiado baja. Incluyen opioides, inhaladores, descongestionantes, antidepresivos, medicamentos para la presión arterial y benzodiazepinas, como Xanax, que se usan para tratar la ansiedad.

Otro contribuyente potencial a la deficiencia de vitamina B12 son los bajos niveles de ácido estomacal. Cientos de millones de estadounidenses toman medicamentos contra las úlceras que reducen los ácidos estomacales que causan las úlceras. Los investigadores han relacionado firmemente el uso de estos medicamentos con la deficiencia de vitamina B12, aunque esa posibilidad puede no compensar la necesidad del medicamento.

La falta de ácido estomacal dificulta la absorción de B12
La producción de ácido estomacal también puede disminuir con el envejecimiento. Más de 60 millones de personas en EE.UU. tienen más de 60 años y unos 54 millones tienen más de 65 años. Esta población enfrenta un mayor riesgo de deficiencia de vitamina B12, que puede aumentar aún más con el uso de medicamentos reductores de ácido.

La producción de ácido gástrico y el factor intrínseco por parte de las células parietales especializadas en el estómago es fundamental para que se produzca la absorción de B12. Pero el daño al revestimiento del estómago puede impedir la producción de ambos.

En los humanos, el deterioro del revestimiento del estómago se debe a una cirugía gástrica, inflamación crónica o anemia perniciosa, una afección médica caracterizada por fatiga y una larga lista de otros síntomas.

Otro culpable común de la deficiencia de vitamina B12 es la función inadecuada del páncreas. Alrededor de un tercio de los pacientes con mal funcionamiento del páncreas desarrollan una deficiencia de vitamina B12.

Y, por último, la metformina, un fármaco utilizado por alrededor de 92 millones de estadounidenses para tratar la diabetes tipo 2, se ha asociado con la deficiencia de vitamina B12 durante décadas.

Tratamiento para la deficiencia de B12
Si bien algunos médicos miden de forma rutinaria los niveles de B12 y otras vitaminas, un examen de control rutinario incluye solo un conteo sanguíneo completo y un panel metabólico, ninguno de los cuales mide el estado de B12.

Si experimentas síntomas potenciales de una deficiencia de B12 y también tienes uno de los factores de riesgo anteriores, debes consultar a un médico para que te haga una prueba. Se necesita un análisis de laboratorio adecuado y una discusión con un médico para descubrir o descartar si los niveles inadecuados de B12 podrían estar en juego.

En el caso de mi perra Scout, sus síntomas llevaron al veterinario a realizar dos análisis de sangre: un hemograma completo y una prueba de B12. Estos también son buenos puntos de partida para los humanos. Los síntomas de Scout desaparecieron después de unos meses de tomar suplementos orales de B12 que también contenían una forma activa de folato de vitamina B.

En los humanos, el tipo de tratamiento y la duración de la recuperación dependen de la causa y la gravedad de la deficiencia de vitamina B12. La recuperación completa puede tardar hasta un año, pero es muy posible con el tratamiento adecuado.

El tratamiento para la deficiencia de vitamina B12 puede ser oral, aplicarse debajo de la lengua o administrarse por la nariz, o puede requerir varios tipos de inyecciones. Un suplemento de vitamina B12 o un multivitamínico balanceado pueden ser suficientes para corregir la deficiencia, como lo fue para Scout, pero es mejor ver a un médico para garantizar un diagnóstico y tratamiento adecuados.

*Diane Cress es profesora asociada de Nutrición y Ciencias de los Alimentos, Universidad Estatal Wayne, EE.UU.

*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original (en inglés)

martes, 31 de enero de 2023

_- La economía solidaria: un nuevo modelo financiero contra la desigualdad y la emergencia climática.

_- Pasar del decir al hacer es el nuevo reto de este sistema económico, que busca potenciar el consumo responsable, las finanzas éticas y el comercio justo

En 2019, diferentes voces del mainstream económico empezaron a hablar de la necesidad de dotar de un propósito a la actividad empresarial. Tanto el presidente de las mayores gestoras de inversión a nivel mundial, Blackrock, como la American Business Roundtable, —asociación empresarial que reúne a grandes multinacionales estadounidenses como Amazon, Google, Coca-Cola—, hacían un diagnóstico: la supervivencia en el medio plazo de las empresas pasaba porque incorporasen un enfoque centrado en la creación de valor para todos sus grupos de interés, no solo accionistas, sino también trabajadores, clientes, proveedores y comunidades locales.

Con esta inquietud, las grandes empresas reconocen que deben jugar un papel clave para afrontar dos de los principales retos de nuestro tiempo: la desigualdad y el cambio climático. Aunque desde entonces los debates sobre el propósito empresarial continúan, desde la irrupción de la pandemia resulta difícil encontrar indicios de esa inquietud en las prácticas reales de las empresas de mayor tamaño. Cierto es que muchas desplegaron iniciativas de acción social en plena emergencia sanitaria, pero parece que aún estamos lejos de probar que hayan dejado de priorizar los intereses de sus accionistas. Muestra de ello es que, en el año de la pandemia, el 40% de las empresas del Ibex 35 distribuyó un dividendo mayor que el del año anterior, a pesar de la caída generalizada de los resultados.

La vocación de la economía solidaria no se limita a encontrar un nicho de mercado y explotarlo, sino que pretende ser una alternativa transformadora Sin embargo, existe otro tipo de realidad empresarial donde esta búsqueda del propósito sí está instalada y desarrollada. Se trata del ecosistema de la Economía Solidaria, que entiende que la actividad económica debe ser siempre un medio al servicio de las personas, y no solamente un fin. Para ello reúne una visión y una práctica que busca situar los procesos de la sostenibilidad de la vida en el centro de la esfera económica.

En España, la Red de Economía Solidaria aglutina a casi mil organizaciones y empresas, que actúan en diferentes ámbitos, entre ellos el consumo responsable, las finanzas éticas, el comercio justo y muchos más, y tienen como guía de actuación la Carta de Principios de la Economía Solidaria. Esta declaración orienta el devenir de sus organizaciones y del proyecto económico, social y político del que forman parte.

Precisamente esa es una de sus fortalezas, su empeño en combinar el pensar y el hacer otra economía, de modo que la actuación empresarial cuente con una brújula clara, y que la reflexión esté constantemente contrastada con la práctica. De hecho, la Carta, aunque fue elaborada en 1995, se ha revisado en tres ocasiones, la última este mismo año, según se han ido dando cambios en el contexto tanto local como global.

Se trata de que las empresas vayan más allá de las declaraciones y que estos principios tengan una traslación efectiva y exigente en la práctica La equidad, el trabajo digno, la sostenibilidad ecológica, la cooperación, el reparto justo de la riqueza y el compromiso con el entorno, son los seis principios que sintetizan su esencia. Toda una declaración de intenciones y un reto no pequeño para desplegar una actividad empresarial.

Algunos de estos conceptos no son nuevos en el sector. De hecho, es difícil encontrar empresas que no declaren fomentar el trabajo digno, el compromiso con el entorno y la sostenibilidad ecológica. Pero de lo que se trata es de ir más allá de las declaraciones y que estos principios tengan una traslación efectiva y exigente en la práctica. Y eso exige profundizar en cada uno de los aspectos. Por ejemplo, el trabajo digno no solo consiste en facilitar condiciones laborales de calidad, sino que también incluye la conciliación, los cuidados, la horizontalidad y la puesta en marcha de procesos participativos dentro de las organizaciones.

Al fin y al cabo, la vocación de la Economía Solidaria no se limita a encontrar un nicho de mercado y explotarlo, sino que pretende ser una alternativa transformadora, que cambie las reglas de juego de la actividad económica para enfocarla en el bienestar colectivo. Esta es su razón de ser.

Con un sistema basado en la competencia y en relaciones jerárquicas y de abuso de poder, alcanzar la vocación con la que la economía solidaria fue concebida resulta difícil. Más bien, se ha de apoyar en la cooperación y el trabajo colaborativo, que integre a todas las personas en igualdad de condiciones y oportunidades. Eso pasa también por poner en cuestión el ánimo lucrativo de las empresas, dedicado a remunerar a los proveedores de capital en el corto plazo y destinar su valor al fortalecimiento interno y la proliferación de más iniciativas transformadoras.

Como consumidores, la economía solidaria nos aporta muchas claves en la reflexión sobre cómo hacer un consumo responsable y crítico. Por todo eso, merece la pena apoyar y contribuir a dar a conocer este movimiento. Actualmente, la Red Estatal de Economía Solidaria está recabando adhesiones para la nueva versión de la Carta de la Economía Solidaria. Es una invitación para todas aquellas personas y organizaciones que creen que la actividad económica puede ser inclusiva, justa y respetuosa con el planeta.

Miguel Alba Ruiz-Morales es responsable de Desigualdad y Sector Privado de Oxfam Intermón. 

lunes, 30 de enero de 2023

_- Los beneficios de la dieta mediterránea.

_- Este régimen ha llegado a ser fundamento de una alimentación virtuosa. Los expertos explican cómo es que conduce a un buen estado de salud.

En los años cincuenta, investigadores de todo el mundo se embarcaron en un amplio y ambicioso estudio. Durante décadas, analizaron las dietas y los estilos de vida de miles de hombres de mediana edad que vivían en Estados Unidos, Europa y Japón y, a continuación, examinaron cómo afectaban esas características al riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

El estudio de los siete países, como se conoció después, descubrió asociaciones entre las grasas saturadas, los niveles de colesterol y las enfermedades coronarias. Pero los investigadores también obtuvieron otro resultado destacable: las personas que vivían en el Mediterráneo y sus alrededores (en países como Italia, Grecia y Croacia) presentaban tasas más bajas de enfermedades cardiovasculares que quienes vivían en otros lugares. Sus dietas, ricas en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, proteínas magras y grasas saludables, parecían tener un efecto protector.

Desde entonces, la dieta mediterránea se ha convertido en la base de la alimentación cardiosaludable, con beneficios para la salud bien estudiados, como la disminución de la presión arterial y el colesterol, así como un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2.

“Es una de las pocas dietas que cuenta con estudios que la avalan”, afirmó Sean Heffron, cardiólogo preventivo del NYU Langone Health. “No es una dieta que se le haya ocurrido a alguien para ganar dinero. Es algo que millones de personas han desarrollado a lo largo del tiempo porque en realidad tiene buen sabor. Y, además, resulta que es saludable”, agregó el especialista.

A continuación presentamos las respuestas de los expertos a algunas de las preguntas más buscadas sobre la dieta mediterránea.

Exactamente, ¿qué es la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea no es tanto un régimen alimenticio estricto, sino más bien un estilo de vida, afirma Julia Zumpano, dietista titulada especializada en cardiología preventiva de la Clínica Cleveland de Ohio. Las personas que siguen la dieta mediterránea tienden a “comer alimentos que reconocerían sus abuelos”, añadió Heffron: alimentos integrales, no procesados y con pocos o ningún aditivo.

La dieta da prioridad a los cereales integrales, las frutas, las verduras, las legumbres, los frutos secos, las hierbas, las especias y el aceite de oliva. El pescado rico en ácidos grasos omega-3, como el salmón, las sardinas y el atún, es la fuente preferida de proteínas animales. Otras proteínas animales magras, como el pollo o el pavo, se consumen en menor cantidad. Y los alimentos ricos en grasas saturadas, como la carne roja y la mantequilla, se consumen en contadas ocasiones. Los huevos y los productos lácteos como el yogur y el queso también pueden formar parte de la dieta mediterránea, pero con moderación. Y se permite un consumo moderado de alcohol, como una copa de vino en la cena.

El desayuno puede ser un aguacate machacado sobre un pan tostado integral acompañado de fruta fresca y un yogur bajo en grasas, comentó Heffron. Para la comida o la cena, un platillo de verduras o granos cocinado con aceite de oliva y sazonado con hierbas: tubérculos asados, verduras de hoja verde, una guarnición de hummus y pequeñas porciones de pasta o pan integral, con una proteína magra como pescado a la parrilla.

“Es muy fácil de seguir, muy sostenible y muy realista”, afirma Zumpano.

¿Cuáles son los beneficios para la salud de la dieta mediterránea?
Diversos estudios rigurosos han descubierto que la dieta mediterránea contribuye a mejorar la salud y en particular la salud del corazón, de distintas maneras. En un estudio, publicado en 2018, los investigadores evaluaron a casi 26.000 mujeres y descubrieron que las que siguieron más de cerca la dieta mediterránea durante hasta 12 años tenían alrededor de un 25 por ciento menos riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Esto se debió sobre todo a los cambios en la glucosa en sangre, la inflamación y el índice de masa corporal, informaron los investigadores. Otros estudios, realizados en hombres y mujeres, han llegado a conclusiones similares.

La investigación también ha descubierto que la dieta puede proteger contra el estrés oxidativo, que puede causar daños en el ADN que contribuyen a afecciones crónicas como las enfermedades neurológicas y el cáncer. Y algunos estudios sugieren que puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.

Según Anum Sohail Minhas, profesora adjunta de Medicina en Johns Hopkins Medicine, la dieta también puede ser muy beneficiosa para la salud durante el embarazo. En un estudio reciente de casi 7800 mujeres publicado en diciembre, los investigadores descubrieron que las mujeres que seguían la dieta mediterránea más de cerca en torno al momento de concebir y durante los primeros meses de embarazo presentaban un 21 por ciento menos de riesgo de sufrir complicaciones, como preeclampsia, diabetes gestacional o parto prematuro.

“En definitiva, parece haber un efecto protector”, comentó Minhas.

Sin embargo, Heffron explica que la dieta mediterránea, por sí sola, no es ninguna panacea: no eliminará las probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares ni tampoco las curará. Es importante prestar atención a otros principios de la buena salud cardíaca, como hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente y no fumar.

¿La dieta mediterránea ayuda a bajar de peso?
Según Zumpano, esta dieta puede favorecer la pérdida de peso, pero hay que prestar atención a las calorías.

“Los alimentos ricos en nutrientes no son necesariamente bajos en calorías”, comentó Heffron, quien señaló que la dieta incluye alimentos como el aceite de oliva y las nueces, que son buenos para el corazón, pero tienen muchas calorías y pueden ocasionar un aumento de peso si se consumen en grandes cantidades y agregó que si estás cambiando tu dieta de una en la que abundan las calorías, las grasas saturadas y los azúcares añadidos, por una que dé mayor importancia a las verduras, las frutas y las proteínas más magras, puedes perder algo de peso.

Sin embargo, la dieta mediterránea no es un atajo para bajar de peso rápidamente. Más bien, debería ser inspiración para cambiar el comportamiento a largo plazo. En un estudio de más de 30.000 personas residentes en Italia, por ejemplo, los investigadores hallaron que quienes seguían la dieta mediterránea más de cerca durante 12 años eran menos propensos a estar con sobrepeso u obesidad que quienes siguieron menos la dieta. Un estudio más pequeño, publicado en 2020, contó con 565 participantes adultos que habían perdido 10 por ciento o más de su peso corporal de manera intencional en el año previo y halló que quienes reportaron seguir la dieta mediterránea más de cerca eran el doble de propensos en conservar la pérdida de peso que aquellos que no la siguieron tan de cerca.

¿Cuánto tiempo necesitas seguir la dieta mediterránea para obtener beneficios?
Si acabas de empezar a seguir la dieta mediterránea, hay pruebas limitadas que sugieren que puedes notar algunas mejoras cognitivas (como en la atención, el estado de alerta y la satisfacción, según una revisión de estudios publicada en 2021) dentro de los primeros 10 días más o menos. Sin embargo, Zumpano afirma que, para obtener beneficios sostenidos a largo plazo en términos de salud cardiaca, es necesario seguir la dieta durante toda la vida.

Dicho esto, añadió, la dieta permite cierta flexibilidad; un pastel o un filete de vez en cuando no anularán sus beneficios generales.

¿Seguir esta dieta tiene alguna desventaja?
La dieta suele proporcionar una mezcla equilibrada de nutrientes y proteínas adecuadas, por lo que no suele haber riesgos significativos asociados a su seguimiento, dijo Heffron.

Pero como la dieta recomienda reducir al mínimo o evitar la carne roja, es posible que quieras asegurarte de que consumes suficiente hierro. Entre las buenas fuentes de hierro están los frutos secos, el tofu, las legumbres y las verduras de hoja verde oscura, como las espinacas y el brócoli. Los alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, los pimientos, las fresas y los tomates, también pueden ayudar al organismo a absorber el hierro. Y como la dieta reduce al mínimo los lácteos, puede que quieras hablar con tu médico sobre si necesitas tomar un suplemento de calcio.

Sin embargo, para la persona promedio, los beneficios de la dieta mediterránea superan con creces los posibles efectos negativos, afirma Minhas. “Son cosas que todos podemos intentar incorporar a nuestra vida”, afirmó.

https://www.nytimes.com/es/2023/01/25/espanol/dieta-mediterranea.html

IGUALDAD DE OPORTUNIDADES. El estrés académico lastra el aprendizaje de los niños de nivel socioeconómico bajo.

Investigadores estadounidenses concluyen en un estudio con cerca de 6.000 alumnos de 10 y 11 años que, para los hijos de familias acomodadas, la angustia escolar no se traduce en malas notas.

“Aunque uno lo haga pensando en los beneficios colectivos del país y no por generosidad, deberíamos dotar al sistema educativo de becas más amplias, para que la gente de clase trabajadora pueda estudiar sin la angustia permanente de seguir el año siguiente”, reflexionaba en una entrevista reciente el filósofo y sociólogo César Rendueles, que hacía hincapié en el estrés y el miedo con el que muchos estudiantes de clases más desfavorecidas viven la experiencia universitaria. Pero ¿y si ese estrés académico no empezase en el campus, sino mucho antes, en la educación primaria? Eso, precisamente, es lo que defiende el resultado de una investigación estadounidense con cerca de 6.000 alumnos de 10 y 11 años, publicada en la revista científica Maternal and Child Health Journal. Esta concluye, tras analizar los cuestionarios en los que los niños y niñas respondieron a una serie de preguntas sobre su nivel de preocupación al realizar exámenes, tareas escolares y cometer errores en la escuela, los niños de familias socioeconómicamente más desfavorecidas reportan más casos de preocupación que los niños de entornos privilegiados. A medida que aumentaba su preocupación académica, además, obtienen peores calificaciones en Matemáticas y Lectura.

“No ha sido una sorpresa que la preocupación por la escuela se haya asociado con puntuaciones más bajas en las pruebas para los niños. Lo relevante de nuestro estudio es que demuestra que esta relación negativa es realmente evidente para los niños de entornos socioeconómicos más desfavorecidos, mientras que en el caso de los niños de entornos más privilegiados esa relación no se observa aun experimentando los mismos niveles de preocupación académica”, explica el autor principal del estudio, el doctor Benjamin G. Gibbs, profesor del departamento de Sociología de la Brigham Young University (Utah, EEUU). Gibbs considera que los niños y niñas de clases socioeconómicas altas cuentan con “una miríada de recursos” para apoyar su aprendizaje y protegerse de los momentos difíciles en la escuela de la que, por regla general, carecen los menores más desfavorecidos: “Estos tienen mucho menos apoyo y recursos para combatir la lucha emocional que supone el aprendizaje en la escuela”.

En concreto, su investigación señala que los menores de clases más desfavorecidas mostraron 18 puntos más de preocupación que sus pares de clases privilegiadas respecto a las pruebas académicas (32% frente al 14%) y 13 puntos más de preocupación por hacer las cosas bien (35% frente al 22%) y por terminar los trabajos de la escuela (28% frente al 15%). Un incremento del 50% en los niveles de preocupación se correlacionó en el estudio con una disminución del 20% en las calificaciones de Matemáticas y Lectura de los alumnos.

Pablo Gracia, profesor de Sociología en Trinity College de Dublín, lleva años investigando cómo las diferencias socioeconómicas afectan a los modelos de parentalidad y, en última instancia, a los hijos e hijas. “Hay mucha literatura científica que demuestra cómo la desigualdad estructural económica genera un riesgo muy elevado de lo que los científicos sociales llaman el modelo de estrés familiar. La escasez material y la precariedad pueden generar más conflictos en casa y en última instancia puede generar un clima mucho menos propenso al aprendizaje. Cuando no sabes si vas a poder pagar la luz o si vas a tener acceso a agua caliente, se dificulta mucho que la prioridad de unos padres sea sentarse con los hijos a hacer los deberes o estudiar”, argumenta Gracia, que considera importante matizar que el estrés y los conflictos se viven en todas las familias; de la misma manera que cualquier menor puede mostrar preocupación académica. La diferencia, señala, radica en la manera en la que ocurre y en los recursos disponibles para hacer frente a esos conflictos y preocupaciones. “Las familias de posición económica aventajada tienen habilidades y recursos para compensar estas situaciones y desventajas. Si vienes de una familia privilegiada, siempre tendrás ese colchón de compensación. Esto no pasa en las familias más desfavorecidas”, añade.

A estos factores, Sonia Martínez, psicóloga experta en el desarrollo de Habilidades Emocionales, Sociales y de Aprendizaje y directora de los Centros Crece Bien de Madrid, añade otro: las expectativas. “Muchas veces en las familias de clases más desfavorecidas se tienen expectativas muy altas hacia los hijos, lo que puede traducirse en una mayor presión para que estudien y tengan una mejor posición en el futuro que los padres, de forma que sean los salvadores del estatus de la familia”, subraya la experta, que considera que muchos niños y niñas de estos entornos también pueden enfrentarse al reverso de esta situación. Es decir, al pesimismo: “En ocasiones hay una tendencia al pensamiento derrotista. Hay niños y niñas que viven rodeados de experiencias de fracaso, de inestabilidad, de incertidumbre, y no tienen referentes en su entorno, alguien que les dé ejemplo de lo que podrían llegar a ser”.

La importancia de los docentes
Un estudio publicado en septiembre por el Centro de Política Económica de Esade y basado en el análisis de las pruebas diagnósticas realizadas en la Comunidad de Madrid durante la pasada década, concluía que a los ocho o nueve años, en tercero de primaria, un niño de clase socioeconómica alta le lleva de media casi dos cursos de ventaja a otro de clase baja.

Teniendo en cuenta que las preocupaciones académicas, según la investigación del doctor Benjamin G. Gibbs, lastran las calificaciones en matemáticas y lectura de los alumnos de clases sociales más desfavorecidas; y que precisamente las matemáticas y la lectura, como añade Sonia Martínez, son habilidades esenciales para el desarrollo académico de los estudiantes, ¿se podría reducir la brecha académica aminorando las preocupaciones relativas a la escuela de los estudiantes y ayudando a la gestión de las mismas en los hogares? “Es difícil si esto no se acompaña de medidas estructurales de redistribución de la riqueza”, responde Pablo Gracia, y añade que existe mucha evidencia científica que demuestra que los estudiantes de clases desfavorecidas tienen que esforzarse mucho más que sus pares de clases privilegiadas con capacidades similares para conseguir los mismos resultados. “Existe una brecha en el punto de partida. Pero es que, incluso, muchos de los estudiantes de familias desfavorecidas que van bien en primaria o secundaria no llegarán a cursar determinadas formaciones superiores, mientras que otros estudiantes de familias privilegiadas que van peor tendrán los apoyos y las herramientas que les proporciona el sostén familiar para alcanzar esos estudios”, explica.

A esas medidas estructurales, los expertos consultados también añaden la necesidad de dotar de más recursos a las escuelas públicas, sobre todo a nivel de personal docente, para que de esta forma se pueda personalizar más la educación, algo que beneficiaría en última instancia a todos los estudiantes, pero sobre todo a aquellos de clases más desfavorecidas, cuyas condiciones de base muchas veces suelen pasar desapercibidas para maestras y maestros. “Los maestros saben muchas veces de los antecedentes familiares de sus alumnos. Si conocen las implicaciones a nivel académico que tienen esas desventajas socioeconómicas para sus alumnos, algunos maestros podrían sentirse más animados a tomarse un tiempo extra en el aula para estos niños. El problema, al menos en el contexto estadounidense, es que los niños de clases desfavorecidas son, en promedio, mucho más callados en el aula y menos propensos a pedir ayuda en comparación con sus pares más ricos. En un aula con una ratio de alumnos elevada, cualquiera puede imaginar que las necesidades de estos estudiantes se pueden pasar fácilmente por alto”, afirma Benjamin G. Gibbs.

Una opinión que comparte Pablo Gracia, que argumenta que existen estudios cualitativos y cuantitativos que demuestran que los estudiantes de clases más privilegiadas “juegan en casa” cuando están en las aulas. “Incluso aunque un maestro tenga mucha conciencia de la importancia de la igualdad de oportunidades, hay una serie de mecanismos muy complejos que provocan que los estudiantes de clases medias y altas participen más y reciban más atención, por lo que es importante también tomar conciencia de estos procesos de discriminación en los que todos podemos caer”, concluye.