_- El piloto y escritor, autor de 'El Principito', volaba de Córcega hacia Grenoble cuando los radares perdieron la pista de su aparato
El ministerio de Cultura de Francia ha confirmado hoy que los restos del avión hallados recientemente en aguas del Mediterráneo cerca de Marsella pertenecen al aparato en el que desapareció el 31 de julio de 1944 el escritor y piloto Antoine de Saint-Exupéry. El autor de El Principito sufrió supuestamente un accidente cuando se dirigía de Córcega a Grenoble a bordo de un caza de combate.
Saint-Exupéry, comandante de las Fuerzas Armadas Libres de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, viajaba a bordo de un caza Lightning P38 en una misión de reconocimiento para preparar el desembarco aliado en Provenza, cuando, poco después del mediodía, desapareció del radar.
El pasado otoño, los expertos identificaron una pieza de un P38 que había aparecido al este de la isla de Riou (islas de Marsella) como perteneciente al avión del escritor. En la misma estaba grabado el número 2734-L, que corresponde al número de serie del aparato en el que volaba Saint-Exupéry, según ha confirmado ahora el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Submarinas (DRASSM).
Sigue vivo el misterio
Ya en 1998, un pescador encontró en la misma zona una pulsera en la que estaba grabado el sobrenombre del escritor Saint-Ex, el nombre de pila de su mujer, Consuelo, y el nombre del editor neoyorquino que publicó la primera edición de El Principito. Sin embargo no ha podido confirmarse plenamente la autenticidad de la joya.
Estos hallazgos no han aclarado el misterio que ha envuelto durante 60 años la muerte del escitror. Según el conservador jefe del patrimonio en el Drassm, Patrick Granjean, "el avión de Saint-Ex se hundió en los alrededores de Riou. No sabemos por qué. Y no lo sabremos probablemente jamás".
Además de El Principito, traducido a 118 lenguas y uno de los libros más vendidos del mundo, después de la Biblia y de El Capital de Carlos Marx, Saint-Exupéry escribió entre otras obras Vuelo Nocturno, Tierra de Hombres, Piloto de guerra o Correo del Sur.
https://elpais.com/cultura/2004/04/07/actualidad/1081288801_850215.html#:~:text=El%20ministerio%20de%20Cultura%20de,piloto%20Antoine%20de%20Saint%2DExup%C3%A9ry.
viernes, 23 de agosto de 2024
_- El nuevo y enigmático vuelo del difunto Antoine de Saint-Exupéry
_- El 31 de julio de 1944, el avión que pilotaba el autor de 'El principito' desapareció en la costa de Francia. ¿Accidente o suicidio? Antes de partir dejó escrito: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica".
Las cosas que se pierden se vuelven importantes. Y si tardan mucho en aparecer, se transforman en una obsesión. El 31 de julio de 1944 se perdió, en algún punto de la costa de Francia, el avión de combate Lighning P38 que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry, autor de algunos libros memorables como Correo del sur (1929) o Vuelo nocturno (1931) y, sobre todo, de El principito (1943), que, según parece, es el libro más vendido de todos los tiempos, tras la Biblia y El capital de Carlos Marx. Han pasado sesenta años desde que Saint-Exupéry despegó aquella mañana del aeródromo de Bastia, en la isla de Córcega, para llevar a cabo una misión que consistía en reconocer y fotografiar las defensas alemanas, como paso previo al desembarco aliado en la región de La Provenza, pero es como si no hubiera pasado un minuto, porque desde aquel primer día el narrador francés se convirtió en un mito, y su desaparición, en uno de los grandes misterios de la historia de la literatura. Saint-Exupéry se hizo indispensable en la misma medida en que se hizo enigmático.
Las cosas que se pierden se vuelven importantes. Y si tardan mucho en aparecer, se transforman en una obsesión. El 31 de julio de 1944 se perdió, en algún punto de la costa de Francia, el avión de combate Lighning P38 que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry, autor de algunos libros memorables como Correo del sur (1929) o Vuelo nocturno (1931) y, sobre todo, de El principito (1943), que, según parece, es el libro más vendido de todos los tiempos, tras la Biblia y El capital de Carlos Marx. Han pasado sesenta años desde que Saint-Exupéry despegó aquella mañana del aeródromo de Bastia, en la isla de Córcega, para llevar a cabo una misión que consistía en reconocer y fotografiar las defensas alemanas, como paso previo al desembarco aliado en la región de La Provenza, pero es como si no hubiera pasado un minuto, porque desde aquel primer día el narrador francés se convirtió en un mito, y su desaparición, en uno de los grandes misterios de la historia de la literatura. Saint-Exupéry se hizo indispensable en la misma medida en que se hizo enigmático.
¿Qué sucedió aquel 31 de julio, a las 13.30, momento en el que el P38 desapareció de los radares del cuartel general norteamericano? ¿Fue derribado su avión por los nazis? ¿Se precipitó al vacío el creador de Tierra de hombres (1939) y Piloto de guerra (1942) a causa de una avería mecánica? ¿Tuvo un accidente? ¿Se suicidó? ¿No había dejado, acaso, antes de salir hacia su última misión, una nota en la que decía: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para jardinero. Me despido, Antoine de Saint-Exupéry"?. ¿O quizá fingió su muerte y se fue a vivir a un lugar desconocido, alejado del mundo?. Todas esas teorías han hecho fortuna en los últimos sesenta años, unas más y otras menos, y contribuyeron a agrandar la leyenda de aquel narrador y soldado que una vez escribió: "La guerra no es una aventura, es sólo una enfermedad".
Los herederos de Saint-Exupéry se opusieron durante años a los intentos de rescatar el cuerpo del escritor de las aguas Acaba de identificarse una pieza del avión, la matrícula de la aeronave, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella. Ahora, acaba de identificarse una pieza del avión de Saint-Exupéry, en concreto la matrícula de la aeronave, con el número 2734, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella, que es justamente el punto donde en 1998 un pescador había encontrado en su red, envuelta en un tejido parecido el que se usaba para los uniformes de aviador del ejército aliado durante la II Guerra Mundial, una pulsera de oro que llevaba grabados los nombres de "Antoine de Saint-Exupéry" y el de su mujer argentina, "Consuelo", así como la inscripción "Reynal and Hitchcock Inc. 3864thave. NY City USA", que corresponde a la dirección en Nueva York de los editores norteamericanos del novelista. A Consuelo Suncín, la había conocido en 1931, en Buenos Aires, y tras proponerle que le dejara enseñarle su ciudad a vista de pájaro, le juró en pleno vuelo que si no se casaba con él estrellaría el avión. Ella dijo sí, pero su vida matrimonial fue un infierno, lleno de peleas e infidelidades mutuas. A partir del hallazgo de la pulsera se intensificaron tanto la búsqueda de los restos del escritor como el debate sobre la conveniencia o no de rescatarlos. Varios barcos del buscador de tesoros submarinos Henri-Germain Delauze exploraron el área sin resultado alguno. No era la primera vez, porque en 1992 el Instituto Francés de Investigaciones para la Explotación del Mar (Ifremer) había rastreado el litoral de Niza con varios submarinos, por encargo de una asociación internacional de seguidores del escritor. Pero, tras peinar con radares, sondas acústicas y otros ingenios modernos más de 100 kilómetros cuadrados de suelo submarino, los exploradores tuvieron que darse por vencidos. Las investigaciones se basaban, en aquella ocasión, en el testimonio de un muchacho de la localidad de Biot, cerca de Niza, que el día de la desaparición del autor de El principito escribió en su diario que, al mediodía, había visto estrellarse contra el agua un avión de guerra.
Ahora, sin embargo, parece que el avión de Saint-Exupéry ha sido al fin descubierto. La matrícula de la nave la encontró el submarinista Luc Vanrell en mayo del 2000, pero hasta octubre de 2003 no se consiguió la autorización conjunta de las autoridades y la familia para extraer los restos. No fue fácil, porque los herederos de Saint-Exupéry se negaron, durante los primeros años, hasta a reconocer los cadáveres que el Mediterráneo arrojaba a las playas de Niza y que mostraban alguna coincidencia con el escritor, y más adelante se enfrentaron a todos los intentos de recuperar su cuerpo de las aguas. Ahora, por fin, han permitido la búsqueda del avión, aunque no la de sus restos mortales, y el Departamento de Investigaciones Arqueológicas y Submarinas de Francia ha autentificado la placa que rescató Luc Vandell: sin duda, pertenece al avión del autor de Ciudadela.
Mover un muerto de sitio suele ser complicado, porque soluciona un misterio que quizás es más rentable o más atractivo dejar sin resolver; porque cambia el final de una historia, y con ello, en opinión de algunos, puede pervertirla; o, sencillamente, porque hay quienes piensan que es mejor dejar que las cosas sean como fueron. En España sucede algo muy parecido con la discusión sin fin sobre Federico García Lorca y su tumba anónima de Granada. El caso de Saint-Exupéry es, sin embargo, distinto: de lo que le hicieron los fascistas españoles a García Lorca se sabe casi todo, y por lo tanto hay aún muchas cosas que reparar, pero muy pocas por descubrir; de lo que sucedió con el escritor de Lyón no se sabe nada, absolutamente nada. En cualquier caso, su muerte heroica y enigmática le sienta bien al autor de El principito porque es un colofón inmejorable a una vida llena de aventuras que siempre estuvo relacionada, de uno u otro modo, con la aviación: primero había trabajado como piloto comercial para la empresa Aeropostales, pero en 1939 ingresó en la aviación francesa, llevando a cabo misiones peligrosas que le valieron tantas condecoraciones como heridas de guerra.
Los herederos de Saint-Exupéry se opusieron durante años a los intentos de rescatar el cuerpo del escritor de las aguas Acaba de identificarse una pieza del avión, la matrícula de la aeronave, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella. Ahora, acaba de identificarse una pieza del avión de Saint-Exupéry, en concreto la matrícula de la aeronave, con el número 2734, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella, que es justamente el punto donde en 1998 un pescador había encontrado en su red, envuelta en un tejido parecido el que se usaba para los uniformes de aviador del ejército aliado durante la II Guerra Mundial, una pulsera de oro que llevaba grabados los nombres de "Antoine de Saint-Exupéry" y el de su mujer argentina, "Consuelo", así como la inscripción "Reynal and Hitchcock Inc. 3864thave. NY City USA", que corresponde a la dirección en Nueva York de los editores norteamericanos del novelista. A Consuelo Suncín, la había conocido en 1931, en Buenos Aires, y tras proponerle que le dejara enseñarle su ciudad a vista de pájaro, le juró en pleno vuelo que si no se casaba con él estrellaría el avión. Ella dijo sí, pero su vida matrimonial fue un infierno, lleno de peleas e infidelidades mutuas. A partir del hallazgo de la pulsera se intensificaron tanto la búsqueda de los restos del escritor como el debate sobre la conveniencia o no de rescatarlos. Varios barcos del buscador de tesoros submarinos Henri-Germain Delauze exploraron el área sin resultado alguno. No era la primera vez, porque en 1992 el Instituto Francés de Investigaciones para la Explotación del Mar (Ifremer) había rastreado el litoral de Niza con varios submarinos, por encargo de una asociación internacional de seguidores del escritor. Pero, tras peinar con radares, sondas acústicas y otros ingenios modernos más de 100 kilómetros cuadrados de suelo submarino, los exploradores tuvieron que darse por vencidos. Las investigaciones se basaban, en aquella ocasión, en el testimonio de un muchacho de la localidad de Biot, cerca de Niza, que el día de la desaparición del autor de El principito escribió en su diario que, al mediodía, había visto estrellarse contra el agua un avión de guerra.
Ahora, sin embargo, parece que el avión de Saint-Exupéry ha sido al fin descubierto. La matrícula de la nave la encontró el submarinista Luc Vanrell en mayo del 2000, pero hasta octubre de 2003 no se consiguió la autorización conjunta de las autoridades y la familia para extraer los restos. No fue fácil, porque los herederos de Saint-Exupéry se negaron, durante los primeros años, hasta a reconocer los cadáveres que el Mediterráneo arrojaba a las playas de Niza y que mostraban alguna coincidencia con el escritor, y más adelante se enfrentaron a todos los intentos de recuperar su cuerpo de las aguas. Ahora, por fin, han permitido la búsqueda del avión, aunque no la de sus restos mortales, y el Departamento de Investigaciones Arqueológicas y Submarinas de Francia ha autentificado la placa que rescató Luc Vandell: sin duda, pertenece al avión del autor de Ciudadela.
Mover un muerto de sitio suele ser complicado, porque soluciona un misterio que quizás es más rentable o más atractivo dejar sin resolver; porque cambia el final de una historia, y con ello, en opinión de algunos, puede pervertirla; o, sencillamente, porque hay quienes piensan que es mejor dejar que las cosas sean como fueron. En España sucede algo muy parecido con la discusión sin fin sobre Federico García Lorca y su tumba anónima de Granada. El caso de Saint-Exupéry es, sin embargo, distinto: de lo que le hicieron los fascistas españoles a García Lorca se sabe casi todo, y por lo tanto hay aún muchas cosas que reparar, pero muy pocas por descubrir; de lo que sucedió con el escritor de Lyón no se sabe nada, absolutamente nada. En cualquier caso, su muerte heroica y enigmática le sienta bien al autor de El principito porque es un colofón inmejorable a una vida llena de aventuras que siempre estuvo relacionada, de uno u otro modo, con la aviación: primero había trabajado como piloto comercial para la empresa Aeropostales, pero en 1939 ingresó en la aviación francesa, llevando a cabo misiones peligrosas que le valieron tantas condecoraciones como heridas de guerra.
Al comienzo de la II Guerra Mundial, y con su país ocupado por las tropas de Hitler, tuvo que exiliarse en Nueva York, donde escribió El principito. Pero después, siguiendo su impulso romántico, que unía la aviación, la defensa de la libertad y la literatura, y utilizando las influencias que le proporcionaban su doble prestigio de escritor y soldado, consiguió alistarse de nuevo, pese a su edad y su estado de salud. Hoy hace sesenta años que Antoine de Saint-Exupéry partió de Córcega para llevar a cabo su último cometido. ¿Qué ocurrió a la una y media de la tarde de aquel día? Tal vez la matrícula de su avión responda algunas preguntas. De momento, ya sabemos dónde cayó. Sólo queda saber por qué. (*)
jueves, 22 de agosto de 2024
"El principito": cómo se resolvió el misterio de la muerte del autor Antoine de Saint-Exupéry
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Antoine de Saint-Exupéry era un aviador experimentado y estaba en una misión de reconocimiento para la fuerza aérea del Francia Libre, el gobierno en el exilio fundado por Charles de Gaulle en 1940, que luchaba contra la Alemania nazi.
Nadie sabía cómo o dónde había caído su avión.
Pero en 1998, un pescador encontró en aguas al sur de Marsella un brazalete que llevaba el nombre de Antoine de Saint-Exupéry y de su mujer, Consuelo.
Quién fue Consuelo de Saint-Exupéry, la salvadoreña que inspiró "El principito"
Se trataba de un indicio de que el avión del autor de "El principito" podría estar cerca, hundido en el Mediterráneo.
Sin embargo, ni el gobierno francés ni la familia de Saint-Exupéry le creyó en ese entonces. Temían que por el lugar donde se encontró el brazalete, muy lejos de donde se suponía que debía volar, el autor se hubiera suicidado.
Quien sí le creyó al pescador fue Luc Vanrell, un buzo francés quien decidió investigar y finalmente resolvió un misterio, aunque unos cuantos años más tarde.
El refugio de "El principito"
FUENTE DE LA IMAGEN,EGMONT UK LTD
"El principito" es uno de los libros infantiles más populares. A un corto viaje en lancha desde la costa de Marsella, en un espacio tranquilo del mar Mediterráneo rodeado de pálidas rocas blancas, yacen en el fondo del agua los restos del avión P-38 Lightning de Antoine de Saint-Exupéry.
"Aquí es, después de tantos años de búsqueda en el Mediterráneo, encontramos los restos del avión de Saint-Exuéery", dijo Vanrell, a en una entrevista con el periodista Mike Lanchin para el programa Witness History de la BBC.
Luc Vanrell
"Durante las primeras etapas de la investigación, los restos eran solo algo material, pero a medida que aparecía más evidencia, la sensación cambió", añadió.
"Para mí, este lugar ahora está habitado por 'El principito', es su refugio", afirmó Vanrell.
El cuento de Antoine de Saint-Exupéry, "El principito", publicado en 1943, es uno de los libros infantiles más leídos y traducidos de todos los tiempos.
Es una historia simple, llena de simbolismo y emoción, del encuentro entre el narrador, un piloto que se estrella en el desierto del Sahara lejos de la civilización y un niño pequeño, un viajero que cruza las estrellas y los planetas.
El narrador cuenta con una mezcla de tristeza y felicidad cómo el pequeño príncipe describe la vida en su pequeño planeta, el asteroide B 612, y sus aventuras a través de la galaxia.
Un hombre sostiene una copia de la primera edición de "El principito".
"Para mí, este lugar ahora está habitado por 'El principito', es su refugio", afirmó Vanrell.
El cuento de Antoine de Saint-Exupéry, "El principito", publicado en 1943, es uno de los libros infantiles más leídos y traducidos de todos los tiempos.
Es una historia simple, llena de simbolismo y emoción, del encuentro entre el narrador, un piloto que se estrella en el desierto del Sahara lejos de la civilización y un niño pequeño, un viajero que cruza las estrellas y los planetas.
El narrador cuenta con una mezcla de tristeza y felicidad cómo el pequeño príncipe describe la vida en su pequeño planeta, el asteroide B 612, y sus aventuras a través de la galaxia.
Un hombre sostiene una copia de la primera edición de "El principito".
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En enero de 2019, la librería portuguesa Lello (Porto) puso en exposición una copia de la primera edición de "El principito" firmada por el mismo Antoine de Saint-Exupéry y valuada en unos US$28.000
Dibujos originales de Antoine de Saint-Exupéry.
Dibujos originales de Antoine de Saint-Exupéry.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Antoine de Saint-Exupéry no solo escribió "El principito" sino que también hizo las ilustraciones. Esta es una de las originales que fueron exhibidas en Toulouse, Francia, en 2017.
"En Francia solemos decir que debes leer 'El principito' en dos momentos diferentes de tu vida. No fue hasta que tuve 40 años que realmente lo entendí con todas sus sutilezas", reflexionó Vanrell.
"Creo que hay muchas verdades en 'El principito' que se volvieron universales, como cuando el pequeño zorro le dice al protagonista: 'Es solo con el corazón que uno puede ver bien, lo que es esencial es invisible para los ojos'".
¿Quién fue Antoine de Saint-Exupéry?
Antoine de Saint-Exupéry con colegas frente a un avión en 1935.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Antoine de Saint-Exupéry era considerado un héroe de la aviación. Antoine de Saint-Exupéry ya era considerado una estrella literaria en ascenso con su primera novela "Vuelo nocturno" publicada en 1931.
El libro refleja su propia experiencia como un aviador pionero que había ayudado a establecer los primeros servicios de mensajería aérea de América Latina desde Argentina.
Después de la ocupación nazi de Francia, el autor se exilió en Estados Unidos con su esposa salvadoreña, Consuelo, y fue en Nueva York donde escribió "El principito".
Pero en 1943, a los 43 años, regresó a Europa para unirse a otros pilotos franceses libres que luchaban contra los nazis.
Su vuelo final fue el 31 de julio de 1944 cuando despegó de una base en Córcega, una isla del sur de Francia, en un avión de reconocimiento.
Y nunca regresó.
No se encontraron rastros del avión o de Saint-Exupéry.
Y durante las siguientes cinco décadas, el destino del creador de "El principito" se convertiría en un misterio para Francia y el mundo literario.
Antoine de Saint-Exupéry pilotea un avión en 1944.
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El último vuelo de Antoine de Saint-Exupéry fue el 31 de julio de 1944 cuando despegó de una base en Córcega en un avión de reconocimiento.
El hallazgo
Luc Vanrell creció buceando en las aguas que rodean Marsella y, pese a que solía encontrar partes de aviones, siempre pensó que eran de naves alemanas.
Pero cuando el pescador Jean-Claude Bianco encontró el brazalete con el nombre de Antoine de Saint-Exupéry y su esposa en 1998, las cosas cambiaron para Vanrell.
"Me sorprendió mucho que pudiera estar en el área de Marsella, ya que todos los historiadores habían dicho que se había perdido a unos 200 km de allí. Pero no era imposible, especialmente en tiempos de guerra", analizó.
"Lo que me pareció extraño fue que yo conocía los restos del avión donde el pescador había encontrado el brazalete. Fue una gran coincidencia y tuve que investigar", le dijo a la BBC.
El buzo Luc Vanell con restos del avión de Antoine de Saint-Exupéry en 2003.
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El buzo Luc Vanell se sumergió varias veces en el mar Mediterráneo hasta encontrar el avión de Antoine de Saint-Exupéry. En mayo de 2000, Vanrell regresó al lugar donde el pescador había encontrado el brazalete y descendió 60 metros hasta donde sabía que estaban los restos.
Allí, examinó cuidadosamente las piezas oxidadas del fuselaje, el motor del avión y las partes del tren de aterrizaje, todas de color amarillo rojizo debido a los efectos del agua.
"No encontramos restos humanos, pero mientras estaba en la parte trasera del avión que estaba bastante bien conservada, pude ver una tela blanca. La agarré, y la puse alrededor de mi cuello como una bufanda. La imagen que me vino a la mente fue la del pequeño príncipe en su planeta con su gran bufanda flotando en el viento", describió el buzo haciendo una comparación con la portada de "El principito".
"Ese día, allí debajo del agua, me convencí que había encontrado el avión correcto", añadió.
Aunque esa afirmación no tenía ninguna prueba.
Restos del avión de Antoine de Saint-Exupéry.
Tuvieron que pasar varios años para que el buzo Luc Vanrell pudiera comprobar que ese era el avión de Antoine de Saint-Exupéry.
La pieza clave del rompecabezas
A Luc Vanrell le tomó 19 meses obtener un permiso oficial para continuar examinando los restos, ya que era ilegal alterarlos.
Solo entonces pudo localizar el número de serie, que coincidía con el del avión perdido.
En julio de 2006, después de tres años de leer mapas, entrevistar a posibles testigos de guerra y examinar el avión perdido, un colega alemán localizó a un anciano expiloto de caza alemán llamado Horst Rippert.
Él proporcionó la pieza final que faltaba en el rompecabezas.
"Creemos que el avión de Antoine de Saint-Exupéry fue visto por los alemanes y el piloto Horst Rippert despegó para interceptarlo. Al principio no pudo ver el avión de Saint Exupéry, pero más tarde cuando volvía hacia Marsella lo vio debajo de él, disparó a sus alas y lo derribó", contó Vanrell.
Antoine de Saint-Exupéry
A Luc Vanrell le tomó 19 meses obtener un permiso oficial para continuar examinando los restos, ya que era ilegal alterarlos.
Solo entonces pudo localizar el número de serie, que coincidía con el del avión perdido.
En julio de 2006, después de tres años de leer mapas, entrevistar a posibles testigos de guerra y examinar el avión perdido, un colega alemán localizó a un anciano expiloto de caza alemán llamado Horst Rippert.
Él proporcionó la pieza final que faltaba en el rompecabezas.
"Creemos que el avión de Antoine de Saint-Exupéry fue visto por los alemanes y el piloto Horst Rippert despegó para interceptarlo. Al principio no pudo ver el avión de Saint Exupéry, pero más tarde cuando volvía hacia Marsella lo vio debajo de él, disparó a sus alas y lo derribó", contó Vanrell.
Antoine de Saint-Exupéry
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Antoine de Saint-Exupéry tenía 44 años cuando murió.
Y Rippert lo recordaba muy bien porque era el cumpleaños de su hermano y porque desde ese día siempre trató de demostrar que otro piloto era quien había derribado el avión.
"Eso fue porque Antoine de Saint-Exupéry era su héroe y durante muchos años lo atormentó la idea de que él era el responsable de su muerte".
Luc Vanrell todavía dirige una escuela de buceo en Marsella y pasa gran parte de su tiempo en el agua o sumergido.
Después de tantos años siguiendo el rastro del autor de "El principito", para Vanrell resolver el misterio no fue lo importante.
"Como lector de Antoine de Saint-Exupéry siempre pensé que su desaparición era un final apropiado para su vida, al igual que 'El principito', que también desaparece".
"Parecía el final más romántico para la vida de ese hombre legendario", dijo.
miércoles, 21 de agosto de 2024
Cómo entender a los adolescentes. El reto de pasar de la infancia a la pubertad y de ahí a la edad adulta exige de los mayores empatía y acompañamiento. Y capacidad de mentalizar contra la desesperanza ante el futuro
En una charla sobre ecoansiedad que mantuve con la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente y Enric Soler, este profesor de Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) comentó que, para comprender lo que vive un adolescente, solo hay que mirar la propia etimología de la palabra. Procede de la voz latina adolescere, que puede traducirse como “adolecer” o “estar en duelo”. ¿De qué duelo hablamos? Del difícil tránsito que nos lleva de la infancia a la edad adulta. Solemos relacionar la infancia con la inocencia y la seguridad. Los progenitores pueden ser vistos como seres omnipotentes o infalibles, que saben lo que se hacen y procuran lo mejor para nosotros. De su mano, no hay nada que temer.
Más allá del despertar de la sexualidad o de la búsqueda del propósito, empezamos a ingresar en el mundo adulto al darnos cuenta de que nuestros padres son imperfectos y que el mundo también lo es. Con unos noticieros que priman el sesgo negativo de la agresividad, el conflicto y el pesimismo, el adolescente abandona la cálida seguridad de la infancia para enfrentarse a un mundo amenazador. Esto, sumado a las dudas y retos propios de la adolescencia, cuando se cuestionan la orientación sexual o su futuro académico y laboral, hace que los episodios de ansiedad y depresión se disparen, llegando en casos extremos a pensamientos de suicidio.
¿Qué podemos hacer para ayudarlos? Según el Servicio de Atención Temprana de la Fundación Esfera, el primer paso es comprender qué está viviendo el adolescente. Por una parte, el niño asiste a la transformación de su propio cuerpo, lo cual puede ser inquietante, sobre todo cuando nos vemos fuera de los cánones que consideramos idóneos. En segundo lugar, las relaciones cambian. Según el taller de la inmediatez en la adolescencia de la fundación antes citada, “por un lado viven la sexualidad como un enigma, y más hoy en día con la cantidad de posibilidades que hay”. Así, mientras el joven intenta afirmar su identidad, tiene que lidiar con el rechazo o aceptación de las parejas a las que aspira, lo cual es un estrés suplementario.
Los autores de este informe señalan las notorias diferencias que hay entre la adolescencia de hace tres o cuatro décadas y la actual. Así como los jóvenes de principios de los ochenta se enfrentaban a las bandas o a drogas como la heroína, el riesgo de los adolescentes actuales está vinculado al aislamiento y la satisfacción inmediata. La adicción a las tecnologías y la prisa por obtener seguidores o ingresos rápidos a través de las redes hacen que desconecten de la realidad analógica y que tengan más dificultad a la hora de abordar relaciones reales. Son pasto del desánimo cuando ven que sus intentos de conseguirlo todo con un clic no funcionan. La tecnología ha complicado, además, la necesidad adolescente de pertenecer a un círculo. En una edad en la que el vínculo con la amistad o la tribu son vitales, no recibir respuesta inmediata de un wasap o sufrir ghosting se vive como un drama.
Respetar sus tiempos y ofrecer alternativas. Como adultos, tenemos la impresión de que el chaval “no hace nada”. Se levanta tarde; pasa horas trasteando en el ordenador o el móvil; le cuesta ponerse con los deberes o con cualquier cosa que consideremos productiva. En realidad, señala el equipo de la Fundación Esfera, “el adolescente está haciendo un gran trabajo psíquico (…), porque no se encuentra del todo pese a su búsqueda”. En lugar de criticarlo, podemos ofrecerle alternativas, como una salida al cine —atendiendo más a sus gustos que a los nuestros—, una comida en un restaurante o una excursión. Lugares y situaciones que faciliten la conversación sin que se sientan obligados a ello.
Combatir la desesperanza hacia el futuro. En el diálogo es importante empoderarlos, en lugar de enumerar sus defectos o las dificultades del futuro. Hacerles entender que nada está escrito y que, al final, serán ellos quienes escriban su historia con sus actos. Para eso, en vez de señalar sus debilidades, el adolescente necesita que se elogien sus fortalezas, de modo que se anime a hacer algo con ellas.
Compartir nuestra propia vulnerabilidad. Un joven artista al que conocí temía contarle a su padre, muy rígido y estricto, su descubrimiento de la homosexualidad, tras haber sido abandonado por su primera pareja masculina. Para su sorpresa, el padre no criticó su cambio de orientación y le confió que, a su edad, fue abandonado por una pareja muy querida. Eso les hizo sentir a ambos en igualdad y pudieron charlar largo rato.
‘Boyhood’: una oda a la maduración.
— Para los progenitores que se congelaron al ver filmes como Kids o Thirteen, que plasman sus peores miedos, hay una película que debería ver quien quiera acompañar a su hijo en el tránsito hacia la edad adulta: la monumental Boyhood, rodada por Richard Linklater a lo largo de 12 años con los mismos actores. Siguiendo al pequeño Mason, veremos cómo va superando obstáculos desde los 6 hasta los 18 años con el apoyo de los padres.
Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicología.
Más allá del despertar de la sexualidad o de la búsqueda del propósito, empezamos a ingresar en el mundo adulto al darnos cuenta de que nuestros padres son imperfectos y que el mundo también lo es. Con unos noticieros que priman el sesgo negativo de la agresividad, el conflicto y el pesimismo, el adolescente abandona la cálida seguridad de la infancia para enfrentarse a un mundo amenazador. Esto, sumado a las dudas y retos propios de la adolescencia, cuando se cuestionan la orientación sexual o su futuro académico y laboral, hace que los episodios de ansiedad y depresión se disparen, llegando en casos extremos a pensamientos de suicidio.
¿Qué podemos hacer para ayudarlos? Según el Servicio de Atención Temprana de la Fundación Esfera, el primer paso es comprender qué está viviendo el adolescente. Por una parte, el niño asiste a la transformación de su propio cuerpo, lo cual puede ser inquietante, sobre todo cuando nos vemos fuera de los cánones que consideramos idóneos. En segundo lugar, las relaciones cambian. Según el taller de la inmediatez en la adolescencia de la fundación antes citada, “por un lado viven la sexualidad como un enigma, y más hoy en día con la cantidad de posibilidades que hay”. Así, mientras el joven intenta afirmar su identidad, tiene que lidiar con el rechazo o aceptación de las parejas a las que aspira, lo cual es un estrés suplementario.
Los autores de este informe señalan las notorias diferencias que hay entre la adolescencia de hace tres o cuatro décadas y la actual. Así como los jóvenes de principios de los ochenta se enfrentaban a las bandas o a drogas como la heroína, el riesgo de los adolescentes actuales está vinculado al aislamiento y la satisfacción inmediata. La adicción a las tecnologías y la prisa por obtener seguidores o ingresos rápidos a través de las redes hacen que desconecten de la realidad analógica y que tengan más dificultad a la hora de abordar relaciones reales. Son pasto del desánimo cuando ven que sus intentos de conseguirlo todo con un clic no funcionan. La tecnología ha complicado, además, la necesidad adolescente de pertenecer a un círculo. En una edad en la que el vínculo con la amistad o la tribu son vitales, no recibir respuesta inmediata de un wasap o sufrir ghosting se vive como un drama.
Respetar sus tiempos y ofrecer alternativas. Como adultos, tenemos la impresión de que el chaval “no hace nada”. Se levanta tarde; pasa horas trasteando en el ordenador o el móvil; le cuesta ponerse con los deberes o con cualquier cosa que consideremos productiva. En realidad, señala el equipo de la Fundación Esfera, “el adolescente está haciendo un gran trabajo psíquico (…), porque no se encuentra del todo pese a su búsqueda”. En lugar de criticarlo, podemos ofrecerle alternativas, como una salida al cine —atendiendo más a sus gustos que a los nuestros—, una comida en un restaurante o una excursión. Lugares y situaciones que faciliten la conversación sin que se sientan obligados a ello.
Combatir la desesperanza hacia el futuro. En el diálogo es importante empoderarlos, en lugar de enumerar sus defectos o las dificultades del futuro. Hacerles entender que nada está escrito y que, al final, serán ellos quienes escriban su historia con sus actos. Para eso, en vez de señalar sus debilidades, el adolescente necesita que se elogien sus fortalezas, de modo que se anime a hacer algo con ellas.
Compartir nuestra propia vulnerabilidad. Un joven artista al que conocí temía contarle a su padre, muy rígido y estricto, su descubrimiento de la homosexualidad, tras haber sido abandonado por su primera pareja masculina. Para su sorpresa, el padre no criticó su cambio de orientación y le confió que, a su edad, fue abandonado por una pareja muy querida. Eso les hizo sentir a ambos en igualdad y pudieron charlar largo rato.
‘Boyhood’: una oda a la maduración.
— Para los progenitores que se congelaron al ver filmes como Kids o Thirteen, que plasman sus peores miedos, hay una película que debería ver quien quiera acompañar a su hijo en el tránsito hacia la edad adulta: la monumental Boyhood, rodada por Richard Linklater a lo largo de 12 años con los mismos actores. Siguiendo al pequeño Mason, veremos cómo va superando obstáculos desde los 6 hasta los 18 años con el apoyo de los padres.
Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicología.
martes, 20 de agosto de 2024
_- Dos más dos son siete. Los negacionistas son incapaces de diferenciar entre lo que es una opinión y lo que es un dato
_- Llevo viviendo mucho tiempo con la penosa sensación de que todo el rato llueve sobre mojado. Diluvian repetidos disparates sobre un suelo ya encharcado y corremos el riesgo, si la cosa no escampa, de acabar en una inundación de mentecatez calamitosa. La penúltima necedad fue la del futbolista Marcos Llorente, que alardeó en redes de estar tomando el sol sin protección durante cuatro horas y que, tras el comentario crítico de un usuario, contestó: “Si crees que el cáncer de piel aparece por culpa del sol eres el rey de los ignorantes”, una maravilla de frase zopenca, porque muestra la ignorancia en todo su esplendor, en el alarde del propio desconocimiento. Por lo visto lleva semanas corriendo por redes una de esas modas descerebradas e insanas que a saber quién se inventa; ésta, en concreto, recomienda tomar el sol a pelo para crear un “callo” que protege la piel de futuras quemaduras. Como resulta que el futbolista tiene 2,3 millones de seguidores en Instagram, la bobada terminó siendo muy poco graciosa. Inmediatamente salió el Ministerio de Sanidad desmintiéndolo, así como diversos dermatólogos. Precisamente el cáncer de piel es uno de los de mayor incidencia en todo el mundo, y además en ascenso. En España ha crecido un 40% en los últimos cuatro años, y, como ha dicho el ministerio, la radiación es un causante directo del melanoma. En cuanto a la necesidad de vitamina D, hay que procurarla con exposiciones muy controladas, breves de duración y a horas no centrales del día, y recurrir a suplementos cuando sea necesario.
Todo esto ya es bastante triste, este constante crecer de negacionistas por doquier, entendiendo por negacionistas a esos tipos cerriles empeñados en rechazar conocimientos científicos básicos. Pero de lo que quería hablar era de algo que me parece aún peor y que está en la base de toda esta demencia. Cuando los absurdos comentarios de Marcos Llorente fueron contestados por Sanidad y por los expertos, el futbolista se defendió diciendo que él era libre de tener su “opinión”. Y ahí sí que me mató bien matada y remuerta. Los negacionistas siempre se acogen al sacrosanto derecho a exponer sus ideas sin darse cuenta de que no estamos hablando de defender un pensamiento, precisamente. Quiero decir que son incapaces de diferenciar entre lo que es una opinión y lo que es un dato. Vamos a ver: sostener, por ejemplo, que dos más dos son siete no es una opinión, es una estupidez, un error garrafal. Decir que el sol no daña la piel es otro dislate por el estilo. Pero lo tremendo es que, cuando los negacionistas se encocoran pidiendo respeto para sus necedades, personas que, por otro lado, parecen sensatas, no saben muy bien qué contestarles. No son conscientes de que lo único que se puede responder es esto: dos y dos no son siete, marmolillo, y por eso lo que sostienes ni es una opinión ni es respetable.
Hay un fracaso creciente en la educación en todo el mundo, un ruido blanco que se nos está metiendo en la cabeza para añadir caos al caos, una especie de borrado del sentido común más evidente, a juzgar por los datos del penúltimo informe PISA, el de 2018, que concluyó que sólo el 8,7% del total (es decir, de 600.000 estudiantes de 15 años pertenecientes a 79 países) era capaz de diferenciar entre lo que era un dato y lo que era una opinión. De esos polvos, estos lodos: adultos que no saben qué responder cuando les dicen que dos más dos son siete.
Veámoslo de otra manera; 550.000 quinceañeros de 2018, que hoy andarán cumpliendo los 21 (y votando a Dios sabe quién, se me abren las carnes de pensarlo), no encontrarían ninguna diferencia de credibilidad, verificación y argumentación entre, por ejemplo, el dato del Instituto Nacional de Estadística de que en 2023 ha subido la violencia de género en España un 12,1%, con un total de 36.582 mujeres víctimas, y la manifestación de cualquier mindundi que sostenga que las denuncias de violencia de las mujeres son casi todas falsas. En ese lodazal de irresponsabilidades e ignorancia vivimos. Urge educar a los niños en el discernimiento de las fake news, en una saludable actitud crítica ante cualquier afirmación, en la diferenciación de las opiniones y los hechos. Y, ya de paso, también en el amor a los animales y en el respeto al prójimo. Este verano, por favor, no tomen el sol sin protección, no me sean panolis y futuros enfermos. Felices vacaciones y hasta septiembre.
Todo esto ya es bastante triste, este constante crecer de negacionistas por doquier, entendiendo por negacionistas a esos tipos cerriles empeñados en rechazar conocimientos científicos básicos. Pero de lo que quería hablar era de algo que me parece aún peor y que está en la base de toda esta demencia. Cuando los absurdos comentarios de Marcos Llorente fueron contestados por Sanidad y por los expertos, el futbolista se defendió diciendo que él era libre de tener su “opinión”. Y ahí sí que me mató bien matada y remuerta. Los negacionistas siempre se acogen al sacrosanto derecho a exponer sus ideas sin darse cuenta de que no estamos hablando de defender un pensamiento, precisamente. Quiero decir que son incapaces de diferenciar entre lo que es una opinión y lo que es un dato. Vamos a ver: sostener, por ejemplo, que dos más dos son siete no es una opinión, es una estupidez, un error garrafal. Decir que el sol no daña la piel es otro dislate por el estilo. Pero lo tremendo es que, cuando los negacionistas se encocoran pidiendo respeto para sus necedades, personas que, por otro lado, parecen sensatas, no saben muy bien qué contestarles. No son conscientes de que lo único que se puede responder es esto: dos y dos no son siete, marmolillo, y por eso lo que sostienes ni es una opinión ni es respetable.
Hay un fracaso creciente en la educación en todo el mundo, un ruido blanco que se nos está metiendo en la cabeza para añadir caos al caos, una especie de borrado del sentido común más evidente, a juzgar por los datos del penúltimo informe PISA, el de 2018, que concluyó que sólo el 8,7% del total (es decir, de 600.000 estudiantes de 15 años pertenecientes a 79 países) era capaz de diferenciar entre lo que era un dato y lo que era una opinión. De esos polvos, estos lodos: adultos que no saben qué responder cuando les dicen que dos más dos son siete.
Veámoslo de otra manera; 550.000 quinceañeros de 2018, que hoy andarán cumpliendo los 21 (y votando a Dios sabe quién, se me abren las carnes de pensarlo), no encontrarían ninguna diferencia de credibilidad, verificación y argumentación entre, por ejemplo, el dato del Instituto Nacional de Estadística de que en 2023 ha subido la violencia de género en España un 12,1%, con un total de 36.582 mujeres víctimas, y la manifestación de cualquier mindundi que sostenga que las denuncias de violencia de las mujeres son casi todas falsas. En ese lodazal de irresponsabilidades e ignorancia vivimos. Urge educar a los niños en el discernimiento de las fake news, en una saludable actitud crítica ante cualquier afirmación, en la diferenciación de las opiniones y los hechos. Y, ya de paso, también en el amor a los animales y en el respeto al prójimo. Este verano, por favor, no tomen el sol sin protección, no me sean panolis y futuros enfermos. Felices vacaciones y hasta septiembre.
lunes, 19 de agosto de 2024
_- El poder según James C. Scott. Su investigación sobre la resistencia cambió para siempre nuestra comprensión de cómo los Estados y las sociedades interactúan
_- Estudiando las revueltas campesinas en la Europa medieval tardía y otros países menos desarrollados, el profesor James C. Scott notó que la insurrección solía empezar con una visita a las oficinas donde el gobierno guardaba los registros de tierras. “Los campesinos entendieron desde el principio que eran gobernados por un régimen de papeles, registros y listas y encuestas catastrales (...) y quemar la oficina de registros era el primer paso para acabar con la clase de estructura que los gobernaba”, explica en un reciente documental. No sabían leer ni escribir, pero sabían que, cuando venía alguien a medir sus tierras, contar sus vacas, conocer a sus hijos o manosear sus plantas, el Estado estaba pergeñando un nuevo impuesto, una multa, un desplazamiento o cualquier otro sablazo administrativo. Sabían que no eran clientes, ciudadanos o usuarios: eran esclavos del ojo del Estado, un aparato de vigilancia diseñado para perpetuar y optimizar su explotación.
Más adelante, en Seeing like a state (Lo que ve el Estado), Scott describe cómo la mirada del Estado rediseña la sociedad para hacerla más legible para la administración. La imposición de medidas y pesos estandarizados facilitaría el comercio y la recaudación de impuestos; los patrones geométricos y lógicos, como las cuadrículas en las ciudades y los monocultivos en el campo, harían posible el transporte, la provisión de servicios y el control. Un sistema educativo bajo una sola lengua nacional y una cartera de profesiones creará una población más útil y homogénea, mucho más fácil de gobernar. La larga cola de conocimientos locales sería recortada en nombre del progreso
Lo que ve el Estado es un catálogo de intentos fallidos de optimización a gran escala, de la colectivización agraria de la Unión Soviética a la planificación urbana de Le Corbusier; de la China maoísta a la Camboya de Pol Pot. Dice: “El déspota no es un hombre. Es el Plan. El plan correcto, realista, exacto, el que proporcionará tu solución una vez que el problema haya sido planteado claramente, en su totalidad, en su indispensable armonía. Este plan ha sido elaborado lejos del frenesí en la oficina del alcalde o el ayuntamiento, lejos de los gritos del electorado o los lamentos de las víctimas de la sociedad”. Scott era profesor emérito de Ciencia Política y Antropología y director del programa estudios agrarios de la Universidad de Yale. También fue, sin intención, el crítico más agudo de la Era de la Información.
En Against the grain (un título con doble sentido: en inglés significa “Contra el grano” pero también “Contracorriente”) explica que no es el grano quien hace al imperio, sino más bien al revés: el Estado impone el cultivo del grano sobre los tubérculos, precisamente porque facilita su control. Un boniato se puede plantar en la ladera de la montaña sin que nadie lo sepa y cosecharse 13 semanas más tarde, cuando nadie mira. El trigo puede ser fiscalizado porque crece visiblemente por encima de la tierra y sus granos son homogéneos, divisibles y cuantificables, lo que facilita su recaudación y contabilidad. Se puede almacenar durante mucho tiempo, lo que también permite la acumulación de excedente. Pero, sobre todo, está sujeto a un estricto calendario estacional. Así descubrí que la siembra y la cosecha fueron el primer algoritmo de control de masas. Scott no lo dice, pero nunca lo habría descubierto sin él.
Más adelante, en Seeing like a state (Lo que ve el Estado), Scott describe cómo la mirada del Estado rediseña la sociedad para hacerla más legible para la administración. La imposición de medidas y pesos estandarizados facilitaría el comercio y la recaudación de impuestos; los patrones geométricos y lógicos, como las cuadrículas en las ciudades y los monocultivos en el campo, harían posible el transporte, la provisión de servicios y el control. Un sistema educativo bajo una sola lengua nacional y una cartera de profesiones creará una población más útil y homogénea, mucho más fácil de gobernar. La larga cola de conocimientos locales sería recortada en nombre del progreso
Lo que ve el Estado es un catálogo de intentos fallidos de optimización a gran escala, de la colectivización agraria de la Unión Soviética a la planificación urbana de Le Corbusier; de la China maoísta a la Camboya de Pol Pot. Dice: “El déspota no es un hombre. Es el Plan. El plan correcto, realista, exacto, el que proporcionará tu solución una vez que el problema haya sido planteado claramente, en su totalidad, en su indispensable armonía. Este plan ha sido elaborado lejos del frenesí en la oficina del alcalde o el ayuntamiento, lejos de los gritos del electorado o los lamentos de las víctimas de la sociedad”. Scott era profesor emérito de Ciencia Política y Antropología y director del programa estudios agrarios de la Universidad de Yale. También fue, sin intención, el crítico más agudo de la Era de la Información.
En Against the grain (un título con doble sentido: en inglés significa “Contra el grano” pero también “Contracorriente”) explica que no es el grano quien hace al imperio, sino más bien al revés: el Estado impone el cultivo del grano sobre los tubérculos, precisamente porque facilita su control. Un boniato se puede plantar en la ladera de la montaña sin que nadie lo sepa y cosecharse 13 semanas más tarde, cuando nadie mira. El trigo puede ser fiscalizado porque crece visiblemente por encima de la tierra y sus granos son homogéneos, divisibles y cuantificables, lo que facilita su recaudación y contabilidad. Se puede almacenar durante mucho tiempo, lo que también permite la acumulación de excedente. Pero, sobre todo, está sujeto a un estricto calendario estacional. Así descubrí que la siembra y la cosecha fueron el primer algoritmo de control de masas. Scott no lo dice, pero nunca lo habría descubierto sin él.
domingo, 18 de agosto de 2024
_- "La democracia es lo más revolucionario". Entrevista a Tony Benn
En febrero de 2006, cuando tenía 22 años, fui a casa de Tony Benn en Holland Park Avenue, en Notting Hill, Londres, para entrevistarle sobre la Guerra contra el Terror, que entonces estaba en su violento apogeo. Como todo el mundo dice, fue increíblemente amable y comprometido, y charlamos durante horas en su sótano rodeados de libros y recortes. Yo quería hablar con él sobre el imperialismo estadounidense para un libro que estaba planeando escribir, que finalmente se convirtió en The Racket: A Rogue Reporter vs The American Empire, (El escándalo: un reportero deshonesto contra el imperio americano) publicado el mes pasado por Bloomsbury. Pero nuestra conversación derivó en todo tipo de direcciones. Al día siguiente me envió un correo electrónico. Querido Matt, me ha gustado mucho nuestra charla y tienes un libro muy bueno en ciernes", me escribió. Animar a todo el mundo era lo suyo: un político, pensador y ser humano legendario.
MK: ¿Sigue considerándose socialista?
TB: Oh Dios, sí.
¿Significa eso que eres anticapitalista?
Creo que la elección en el mundo es si la gente, los que crean la riqueza, dirigen el mundo o lo dirige la gente que posee la riqueza. Veo a Marx como el último de los profetas del Antiguo Testamento, trabajando en la Biblioteca Británica y escribiendo un libro brillante sobre el capitalismo que cualquiera podría haber hecho, pero añadiéndole una dimensión moral: que la explotación está mal.
Pero no es mi propósito ir por ahí insuflando mi ideología socialista a la gente. Creo que el análisis y la comprensión socialistas me ayudan a a) entender el mundo y b) ver lo que podríamos hacer. Y verás, creo que la democracia es lo más revolucionario; lo único que odian es la democracia. Cuando empezamos a tener democracia en el siglo XIX, lo que ocurrió fue que el poder se transfirió del mercado al colegio electoral, de la cartera a la papeleta, y la gente que era pobre pudo votar por hospitales y escuelas y museos y galerías de arte que antes eran prerrogativa de los ricos. Y creo que la democracia es lo que realmente asusta a los de arriba. De eso se trataron Thatcher y Reagan: fue una contrarrevolución cuando de repente se dieron cuenta de que la amenaza a sus privilegios no era que viniera el Ejército Rojo, sino que la democracia podía erosionar sus derechos, y no lo iban a permitir. Para mí, socialismo y democracia son indivisibles.
Si lees Mein Kampf, el libro de Hitler, que yo tengo (lo compré cuando tenía once años), Hitler dice que "la democracia conduce inevitablemente al marxismo". Es tan interesante que cuando los pobres tengan el voto, lo utilizarán para eliminar los privilegios de los ricos.
¿Cree que ahora somos más o menos democráticos?
Creo que la democracia no es un destino. No creo que el socialismo sea una estación de tren y que si cogemos el tren adecuado con el conductor adecuado, llegaremos allí. Creo que es una forma de pensar las cosas, y cada generación tiene que volver a hacerlo.
¿Está de acuerdo con Hitler en que una sociedad muy democrática conduciría inevitablemente al socialismo?
Bueno, creo que si hubiera democracia, el mundo se transformaría, porque si los millones de personas que mueren viviendo con un dólar al día tuvieran voto, redistribuirían la riqueza del mundo, y los de arriba no están dispuestos a que eso ocurra.
Pero usted siempre ha conservado la fe en el Partido Laborista Parlamentario. ¿Por qué no se ha pasado a otros grupos?
El otro día busqué por diversión en Internet cuántos partidos socialistas hay en Gran Bretaña. Está el Partido Socialista, el Partido Socialista Laborista, el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Socialista de Gran Bretaña, el Partido Socialista Escocés, el Partido Comunista, el Partido Comunista de Gran Bretaña, el Partido Comunista del Marxismo-Leninismo. Hay demasiados partidos socialistas y pocos socialistas.
Más o menos uno cada uno.
MK: ¿Sigue considerándose socialista?
TB: Oh Dios, sí.
¿Significa eso que eres anticapitalista?
Creo que la elección en el mundo es si la gente, los que crean la riqueza, dirigen el mundo o lo dirige la gente que posee la riqueza. Veo a Marx como el último de los profetas del Antiguo Testamento, trabajando en la Biblioteca Británica y escribiendo un libro brillante sobre el capitalismo que cualquiera podría haber hecho, pero añadiéndole una dimensión moral: que la explotación está mal.
Pero no es mi propósito ir por ahí insuflando mi ideología socialista a la gente. Creo que el análisis y la comprensión socialistas me ayudan a a) entender el mundo y b) ver lo que podríamos hacer. Y verás, creo que la democracia es lo más revolucionario; lo único que odian es la democracia. Cuando empezamos a tener democracia en el siglo XIX, lo que ocurrió fue que el poder se transfirió del mercado al colegio electoral, de la cartera a la papeleta, y la gente que era pobre pudo votar por hospitales y escuelas y museos y galerías de arte que antes eran prerrogativa de los ricos. Y creo que la democracia es lo que realmente asusta a los de arriba. De eso se trataron Thatcher y Reagan: fue una contrarrevolución cuando de repente se dieron cuenta de que la amenaza a sus privilegios no era que viniera el Ejército Rojo, sino que la democracia podía erosionar sus derechos, y no lo iban a permitir. Para mí, socialismo y democracia son indivisibles.
Si lees Mein Kampf, el libro de Hitler, que yo tengo (lo compré cuando tenía once años), Hitler dice que "la democracia conduce inevitablemente al marxismo". Es tan interesante que cuando los pobres tengan el voto, lo utilizarán para eliminar los privilegios de los ricos.
¿Cree que ahora somos más o menos democráticos?
Creo que la democracia no es un destino. No creo que el socialismo sea una estación de tren y que si cogemos el tren adecuado con el conductor adecuado, llegaremos allí. Creo que es una forma de pensar las cosas, y cada generación tiene que volver a hacerlo.
¿Está de acuerdo con Hitler en que una sociedad muy democrática conduciría inevitablemente al socialismo?
Bueno, creo que si hubiera democracia, el mundo se transformaría, porque si los millones de personas que mueren viviendo con un dólar al día tuvieran voto, redistribuirían la riqueza del mundo, y los de arriba no están dispuestos a que eso ocurra.
Pero usted siempre ha conservado la fe en el Partido Laborista Parlamentario. ¿Por qué no se ha pasado a otros grupos?
El otro día busqué por diversión en Internet cuántos partidos socialistas hay en Gran Bretaña. Está el Partido Socialista, el Partido Socialista Laborista, el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Socialista de Gran Bretaña, el Partido Socialista Escocés, el Partido Comunista, el Partido Comunista de Gran Bretaña, el Partido Comunista del Marxismo-Leninismo. Hay demasiados partidos socialistas y pocos socialistas.
Más o menos uno cada uno.
Quiero decir que realmente tienes que trabajar con otra gente. Si vas en serio, tienes que encontrar la manera de convertir las aspiraciones que oyes en la calle en leyes. En mi vida como diputado, soy una hebilla entre lo que la gente quiere y cómo se llega a ello. Y si vas a ser una hebilla tienes que trabajar con otras personas, así que tengo que trabajar con otras personas.
Pero ahora, como decías, la convergencia de los partidos mayoritarios significa que tenemos que trabajar fuera del sistema político establecido.
Cuando Blair fue elegido líder del Partido Laborista, dijo: "El Nuevo Laborismo es un nuevo partido político"; ésa fue la frase que utilizó, y me alegro mucho de que lo dijera porque creó su propio partido y yo no soy miembro de él. Creo que el Nuevo Laborismo es probablemente el partido más pequeño de Gran Bretaña porque todos están en el gabinete y son muy poderosos. Pero si realmente me dedicara a hacer campaña sobre la política del Nuevo Laborismo - detendremos la construcción de viviendas sociales, privatizaremos la sanidad, obligaremos a los estudiantes a endeudarse, tendremos una prueba de recursos para los pensionistas, iremos a la guerra - nadie votaría a favor.
Por primera vez en mi vida, el público está a la izquierda de lo que se llama un 'gobierno laborista'. La gente no quiere privatizaciones, no quiere la guerra. Así que todo se está moviendo, pero estas cosas llevan su tiempo, y creo que si vas a darle sentido a la política, tienes que tener una perspectiva histórica y también reconocer que tienes que trabajar con gente con la que no estás de acuerdo. Quiero decir que el Partido Laborista nunca ha sido un partido socialista, pero siempre ha tenido socialistas dentro, igual que hay algunos cristianos en las iglesias, todo el mundo lo sabe, es un paralelismo exacto.
Yo soy socialista en el Partido Laborista, siempre ha sido así y siempre lo será. Y he vivido lo suficiente para ver a Ramsay McDonald traicionar al partido en 1931 y unirse a los conservadores. Sólo había 51 diputados laboristas en 1931. Catorce años después, fue una victoria aplastante. Así que si no tienes perspectiva histórica, no entiendes realmente lo que está pasando.
¿Qué efecto cree que tuvo el movimiento contra la guerra dentro del Partido Laborista?
Bueno, no creo que sirva de nada ir por ahí diciendo: 'Juzguen a Blair por crímenes de guerra', si estás intentando persuadir a los diputados laboristas para que voten en contra de la guerra y se les dice que tienen que ver a Blair y a Cherie encerrados. Es ridículo. Se lo dije a toda la gente. Es una locura. Puedo entender el enfado de la gente, pero es una locura. Después de todo, el propósito de la campaña es persuadir. Quiero decir, la gente se prende fuego para llamar la atención, pero no es terriblemente persuasivo.
Lo que pasa es que hay que trabajar en ello, y ahora estamos intentando ampliar mucho más el llamamiento: intentar que los abogados participen en la cuestión de la tortura y que otras personas lo hagan. El coste de la guerra! Por una fracción del coste de la guerra, se podría haber dado a todos los africanos medicamentos contra el sida, e ir aumentando gradualmente. Pero es persuasión. No pretendemos hacer una revolución en la que se prenda fuego a la BBC porque, en realidad, por muy atractivo que pueda resultar, no estamos intentando hacer eso.
Has hablado de tener que trabajar con otras personas con las que no estás de acuerdo. Esta es una pregunta personal. Me preguntaba por su relación con Enoch Powell. Fuiste a su funeral y eras amigo suyo.
Bueno, le conocí durante 51 años. Una vez, un obispo de Croydon se negó a patrocinar una reunión porque yo había asistido a su funeral. Pero Enoch no era un racista, sino un nacionalista. Yo solía burlarme de él -lo conocía muy bien- y le decía: "Mira Enoch, tú amas a la India, pero no quieres indios en Wolverhampton", y él me miraba un poco raro, y entonces yo le decía: "Tú crees en la libre circulación de capitales, pero no crees en la libre circulación de personas", y él sabía que había cometido un error.
Lo que tenía Enoch era que decía lo que pensaba y pensaba lo que decía, y era un tipo muy reflexivo. Le conocí en 1951, hace 55 años, y me dijo: 'Durante la guerra, no podía decidirme entre afiliarme al Partido Laborista o al Conservador'. Y, por supuesto, nos ayudó a ganar las elecciones de 1974 diciendo: 'Vota laborista'. Lo dijo por Europa. Creo que puede haber sido un factor en nuestra victoria en las elecciones de 1974. Te digo, ¿conoces el nombre de Eric Heffer? ¿Has oído hablar de él? Margarets en su funeral, y había alguien detrás de mí tosiendo, y me di la vuelta, y era la Sra. Thatcher - ¡ella había ido al funeral de Eric Heffer!
No lo siento, pero de todos modos, molestó a mucha gente. Tienes razón, la gente me pregunta eso, sí.
Quería terminar preguntándote qué crees que nos depara el futuro. Entrevisté a Noam Chomsky cuando estuve en Estados Unidos.
Lo conocí brevemente. Es un tipo fascinante. Tengo algunas grabaciones suyas, pero cuando habla es tan monótono -no hay ningún tipo de movimiento-, pero sus ideas son absolutamente brillantes.
Me dijo que un marciano que viniera a la Tierra no tendría muchas probabilidades de sobrevivir.
Pues no. Verás, lo que pasa con tu generación -es un argumento que uso todo el tiempo- es que sois la primera generación de la historia que tiene el poder de destruir la raza humana, con armas químicas, nucleares o biológicas. Es decir, antes podías matar a unas cuantas personas con una pica, una ametralladora o una bomba, ahora puedes acabar con la raza humana. Pero también, sois la primera generación en la historia que tiene el poder de resolver los problemas que hay. Nunca ha habido en la historia la tecnología y el dinero para proporcionar a todo el mundo una casa, a todo el mundo una escuela, a todo el mundo un hospital. Esa es la decisión que hay que tomar.
Somos como supervivientes en un bote salvavidas tras un naufragio con una sola barra de pan. Si tienes una barra de pan en un bote salvavidas, sólo hay tres maneras de distribuirlo: lo vendes para que los ricos se lo traguen, luchas por él para que los fuertes no se lo lleven todo, o lo cortas en trozos y lo compartes. Esa es la elección que hay que hacer. Y la vuestra es una generación brillante, porque lo sabéis todo, podéis usar Internet, vais de un lado a otro. Confío mucho en vuestra generación.
¿Es optimista?
Me has preguntado por el futuro: será lo que nosotros hagamos de él. Si seguimos librando guerras religiosas y guerras por el petróleo, quizá destruyamos la raza humana, pero como tengo diez nietos, no quiero que eso ocurra.
¿Cree que el medio ambiente es el problema más acuciante?
Pues sí. Cuando la gente se dé cuenta de que el enemigo no son los musulmanes, sino que estamos destruyendo el medio ambiente, quizá se den cuenta de que es el equivalente a un ataque desde Marte lo que podría unirnos.
Soy más pesimista que tú. Aunque los jóvenes tienen más acceso a las cosas, no creo que sean conscientes de los peligros que corremos.
Creo que el establishment subestima la inteligencia de la gente.
Creo que son inteligentes, sólo creo que no están interesados. Quizá empiecen a interesarse cuando el agua fluya por su casa.
Si tu hijo está en Irak, piensa en ello. Mira a Rose Gentle o a Cindy Sheehan y el impacto que han tenido. Creo que, en general, el nivel de inteligencia es mayor. El suministro de información es la cuestión clave. Los estadounidenses reconocen ahora que Internet es su mayor enemigo, porque la pluma es más poderosa que la espada y el barco es más poderoso que la bomba. No están preparados para ver esta información. Si entiendes lo que está pasando, piensas sobre ello y lo difundes, entonces captas la imaginación de la gente.
¿Filosofía para la vida?
Creo que la vida consiste en animar a la gente. A mí me animaron muchas personas a lo largo de mi vida. Todo esto de nombrar y avergonzar, tablas de clasificación y fracasos... el lenguaje de la dirección es pésimo. Pero lo hacen deliberadamente para hundirnos. Y en realidad, si te das cuenta de eso, con un poco de estímulo, todo el mundo lo hará mejor.
(Esta entrevista es un extracto del último libro de Matt Kennard, The Racket: A Rogue Reporter vs. The American Empire, (El escándalo: un reportero deshonesto contra el imperio americano) publicado por Bloomsbury).
Tony Benn (1925-2014) fue diputado del Partido Laborista durante cuarenta y siete años, ocupando los cargos de Presidente del Partido, Director General de Correos, Ministro de Tecnología y Secretario de Estado de Industria y Energía. Se presentó sin éxito a las elecciones a la vicepresidencia y a la dirección del partido en la década de 1980 y fue Presidente de la Coalición Stop the War hasta su muerte en 2014.
Opiniones:
Por ejemplo, la energía nuclear. En 1955, cuando Eisenhower dijo que estaba a favor de los "átomos para la paz", me convertí en un ferviente defensor de la misma. Como me crié con la Biblia, me gustaba la idea de convertir las espadas en arados. Como ministro de Tecnología, defendí la energía nuclear. Me dijeron, y lo creí, que la energía nuclear era barata, segura y pacífica. Habiendo estado a cargo de la energía nuclear, descubrí que no era barata ni segura y, cuando dejé el cargo, me dijeron que, durante mi período como Secretario de Estado de Energía, el plutonio de nuestras centrales nucleares se destinaba al Pentágono para fabricar armas nucleares. De modo que cada central nuclear de Gran Bretaña es una fábrica de bombas para Estados Unidos. Eso me dejó completamente conmocionado. Nada en el mundo me induciría ahora a apoyar la energía nuclear. Fue un error.
Por ejemplo, la energía nuclear. En 1955, cuando Eisenhower dijo que estaba a favor de los "átomos para la paz", me convertí en un ferviente defensor de la misma. Como me crié con la Biblia, me gustaba la idea de convertir las espadas en arados. Como ministro de Tecnología, defendí la energía nuclear. Me dijeron, y lo creí, que la energía nuclear era barata, segura y pacífica. Habiendo estado a cargo de la energía nuclear, descubrí que no era barata ni segura y, cuando dejé el cargo, me dijeron que, durante mi período como Secretario de Estado de Energía, el plutonio de nuestras centrales nucleares se destinaba al Pentágono para fabricar armas nucleares. De modo que cada central nuclear de Gran Bretaña es una fábrica de bombas para Estados Unidos. Eso me dejó completamente conmocionado. Nada en el mundo me induciría ahora a apoyar la energía nuclear. Fue un error.
sábado, 17 de agosto de 2024
La ciencia de la belleza: cómo ver algo hermoso puede mejorar el estado de ánimo e incluso la cognición.
- Author,
Imagina que tu nave espacial está girando sin control y chocarás contra el planeta Arakis a menos que actives los propulsores térmicos posteriores.
¿Cuál de los dos botones que aparecen a continuación te ayudaría a activar los propulsores a tiempo?
¿Tendrías más probabilidades de sobrevivir si el diseñador de la cabina hubiera instalado el botón a la izquierda o a la derecha?
¿Cuál de los dos botones que aparecen a continuación te ayudaría a activar los propulsores a tiempo?
¿Tendrías más probabilidades de sobrevivir si el diseñador de la cabina hubiera instalado el botón a la izquierda o a la derecha?
Si elegiste el botón de la izquierda, ¡felicitaciones! La ciencia sugiere que podrías haber sobrevivido al aterrizaje forzoso.
Pero, ¿qué tienen estos botones que te hicieron elegir uno en lugar del otro?
La respuesta corta es la belleza, ya que el botón de la izquierda es más atractivo estéticamente que el de la derecha, lo que nos permite detectarlo más rápidamente.
Puede parecer sorprendente, pero la belleza es más importante para nosotros de lo que solemos creer.
Como dijo el poeta inglés John Keats: “La belleza es verdad, la verdad es belleza. Eso es todo lo que conocemos en la Tierra y todo lo que necesitamos saber”.
Lo mucho que nos guste algo y lo hermoso que nos parezca puede tener un efecto convincente en nuestra experiencia y comportamiento.
Las investigaciones muestran que cuando vemos cosas hermosas, ya sea una persona, un cuadro o una tetera, les atribuimos toda una serie de afectaciones positivas, como verdad, inocencia y eficiencia.
La belleza surge de diferentes propiedades de lo que amamos.
Por supuesto que aunque hay un cierto grado de subjetividad en lo que nos gusta –puede que a mí me guste algo que a ti no–, cuando se trata de belleza, hay algunas propiedades bien establecidas que importan.
Entre ellas se incluyen ciertas propiedades del objeto en sí, como la proporción, la simetría y la curvatura, así como la relación entre el objeto y el espectador, incluido el grado de familiaridad.
Por ejemplo, tendemos a que nos guste la arquitectura clásica, como el Partenón, por sus atractivas proporciones (como la proporción áurea), y solemos encontrar más bellas las pinturas con motivos familiares que las de motivos desconocidos.
Un principio generalmente aceptado que explica lo que nos gusta es la teoría de la fluidez de procesamiento: cuanto más fácil es entender algo, más nos gusta.
Biblioteca Pública de Nueva York FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,
Tendemos a que nos guste la arquitectura clásica por sus atractivas proporciones.
La estética importa
Pero, ¿qué tienen estos botones que te hicieron elegir uno en lugar del otro?
La respuesta corta es la belleza, ya que el botón de la izquierda es más atractivo estéticamente que el de la derecha, lo que nos permite detectarlo más rápidamente.
Puede parecer sorprendente, pero la belleza es más importante para nosotros de lo que solemos creer.
Como dijo el poeta inglés John Keats: “La belleza es verdad, la verdad es belleza. Eso es todo lo que conocemos en la Tierra y todo lo que necesitamos saber”.
Lo mucho que nos guste algo y lo hermoso que nos parezca puede tener un efecto convincente en nuestra experiencia y comportamiento.
Las investigaciones muestran que cuando vemos cosas hermosas, ya sea una persona, un cuadro o una tetera, les atribuimos toda una serie de afectaciones positivas, como verdad, inocencia y eficiencia.
La belleza surge de diferentes propiedades de lo que amamos.
Por supuesto que aunque hay un cierto grado de subjetividad en lo que nos gusta –puede que a mí me guste algo que a ti no–, cuando se trata de belleza, hay algunas propiedades bien establecidas que importan.
Entre ellas se incluyen ciertas propiedades del objeto en sí, como la proporción, la simetría y la curvatura, así como la relación entre el objeto y el espectador, incluido el grado de familiaridad.
Por ejemplo, tendemos a que nos guste la arquitectura clásica, como el Partenón, por sus atractivas proporciones (como la proporción áurea), y solemos encontrar más bellas las pinturas con motivos familiares que las de motivos desconocidos.
Un principio generalmente aceptado que explica lo que nos gusta es la teoría de la fluidez de procesamiento: cuanto más fácil es entender algo, más nos gusta.
Biblioteca Pública de Nueva York FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,
Tendemos a que nos guste la arquitectura clásica por sus atractivas proporciones.
La estética importa
Pero ¿por qué preocuparse por la belleza? ¿Por qué no adoptar un enfoque utilitario y abrazar lo funcional por encima de todo?
En pocas palabras: la estética importa, y se refleja en nuestro comportamiento y desempeño.
Nos rodeamos de cosas que nos gustan, objetos que son atractivos a la vista. Visitamos galerías de arte y contemplamos cuadros bonitos. Nos rodeamos de cosas bonitas en casa.
También tendemos a perseverar más con las cosas que nos gustan. Un buen ejemplo son las matemáticas, donde una ecuación elegante y bonita se prefiere a una burda.
Tendemos a pensar que las cosas bonitas funcionarán mejor y serán más fáciles de aprender y utilizar.
Y a veces tenemos razón, como cuando elegimos un sacapuntas sencillo porque creemos que funcionará mejor que un diseño más engorroso.
Pero la estética también puede influir en el rendimiento en tareas en las que la eficiencia (velocidad y precisión) importan. Incluso cuando no somos conscientes de ello.
En mi propia investigación, mi colega y yo pedimos a los participantes de nuestro laboratorio que encontraran íconos en una pantalla.
Después de controlar varias variables (como la complejidad, el significado, la familiaridad y la concreción), descubrimos que los participantes detectaban los íconos atractivos más rápido que sus homólogos menos atractivos.
Pero esto solo ocurría cuando la tarea era difícil. Es decir, cuando los íconos eran complejos, abstractos o desconocidos, había una clara ventaja para los objetivos más atractivos estéticamente.
Por el contrario, cuando los íconos eran visualmente simples, concretos o familiares, el atractivo estético ya no importaba: la tarea ya era bastante fácil.
En la figura de la parte superior, ambos iconos de cohetes espaciales son complejos, pero el de la izquierda tiene un mayor atractivo estético, y es por eso que el botón izquierdo sería el mejor para colocar en tu nave espacial.
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Solemos rodearnos de cosas que nos gustan, objetos que son atractivos a la vista.
La estética puede vencer a la tristeza
Las tiendas a menudo seleccionan cuidadosamente la música, los objetos y los aromas que pueden influir en nuestro comportamiento de compra.
En nuestro estudio reciente, mostramos cómo y por qué funciona esto.
Pusimos a los participantes en un estado de ánimo positivo o negativo escuchando una pieza musical alegre o triste y leyendo una lista de afirmaciones.
Luego les pedimos que completaran una tarea de búsqueda cronometrada. Investigaciones anteriores muestran que los estados de ánimo negativos pueden afectar negativamente nuestro desempeño.
Las personas con un estado de ánimo positivo encontraron los íconos atractivos con mayor facilidad que los íconos poco atractivos.
Sin embargo, este beneficio también surgió en los participantes con un estado de ánimo negativo, pero un poco más tarde.
Concluimos que los estímulos atractivos deben ser inherentemente gratificantes y que el atractivo estético debe ayudar a superar los efectos perjudiciales del estado de ánimo negativo sobre el rendimiento; es decir, el atractivo puede vencer a la tristeza.
tienda FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,
Las tiendas a menudo seleccionan cuidadosamente la música, los objetos y los aromas que pueden influir en nuestro comportamiento de compra.
Parece que estar de buen humor nos hace más propensos a interactuar con cosas bellas.
Pero incluso en un estado de ánimo negativo, los objetos atractivos pueden captar la atención e influir en el comportamiento, siempre que permanezcamos expuestos a ellos durante suficiente tiempo.
Hay cada vez más pruebas de que pequeñas dosis de psicodélicos en un entorno controlado, como una clínica, pueden ayudar a tratar la depresión.
Estas drogas suelen producir experiencias intensas de belleza (en términos de colores y formas) y nos ayudan a sentirnos más en armonía con nuestro entorno.
Efecto pequeño pero significativo
El atractivo estético puede reducir el tiempo de respuesta de un participante en aproximadamente una décima de segundo.
Esto puede parecer pequeño, pero puede ser bastante significativo: el ahorro de incluso unos pocos milisegundos a la vez se acumula cuando se trata de una mala conexión wifi o una señal 3G lenta en un teléfono inteligente.
Los líderes visionarios e innovadores han tenido desde hace mucho tiempo una comprensión intuitiva de la importancia del atractivo estético y la simplicidad en el diseño industrial; tal vez ninguno más que el fundador de Apple, Steve Jobs, cuyo compromiso con la estética y la simplicidad era legendario.
Lamentablemente, parece que muchos diseñadores no siguieron la intuición visionaria de Jobs.
Tal vez los datos acumulados los convenzan finalmente de que el diseño tiene un impacto importante en el rendimiento.
La próxima vez que diseñes una aplicación móvil revolucionaria, o incluso el centro de control de tu nave espacial, recuerda lo importantes que son la estética y la belleza: podrían salvar tu aterrizaje forzoso.
* Irene Reppa es profesora asistente de psicología de la Universidad de Swansea, Gales, Reino Unido. Este artículo apareció en The Conversation.
viernes, 16 de agosto de 2024
_- La toma de Badajoz en agosto del 36
_- Fuentes: Ctxt [Foto: Yagüe (a la derecha) junto a Franco en unas maniobras militares en 1946 (Kutxa Fototeka)]
“El montón de muertos que fusilaron ahí llegaba a la ventana del Ayuntamiento de Badajoz. La sangre corría por la calle del Obispo abajo, por la calle Magdalena y por la calle Socorro. Ahora está muy alto porque hay adoquines en las calles, pero entonces estaba más bajo el pavimento y la sangre corría por la calle Magdalena para abajo como agua de lluvia. Y por la calle del Obispo abajo y toda la plaza estaba llena de sangre de los muertos que hubo allí”. Así lo relataba en el año 2006, María de la Luz Mejías Correa, extremeña de 90 años y antigua miliciana de la Juventud Socialista Unificada durante la Guerra Civil, en un libro de memorias editado por Renacimiento y dictado a su nieto. “No sé a cuántos mataron”, continuaba María de la Luz, “pero fueron muchos en toda la ciudad. Fusilaron allí, fusilaron en la plaza de toros y en las paredes del cementerio.
Mi cuñada Antonia estuvo buscando el cuerpo de su marido y no dio con él. Al parecer, cargaban los muertos en camiones y carros, los llevaban al cementerio y los echaban en fosas comunes. Así fue como pasó esto”.
Durante una campaña de terror planificada, en la que las tropas del teniente coronel Juan Yagüe quebraron todas las normas de la guerra, Badajoz se convirtió en un matadero humano. La “columna de la muerte”, como la ha llamado el historiador Francisco Espinosa, desató una represión salvaje que buscaba paralizar a la población civil y mandar un mensaje al gobierno republicano. Cuando pasan 88 años de aquellos hechos, la masacre de Badajoz continúa sujeta a una intencionada política institucional de olvido.
En agosto de 1936 fueron los corresponsales internacionales quienes burlaron la censura militar y pusieron ante los ojos del mundo el horror provocado por el carnicero Yagüe. En la actualidad, asociaciones e historiadores locales trabajan para conocer y divulgar lo ocurrido en aquellas jornadas y la represión que siguió en Extremadura tras el sangriento verano del 36.
Entre los proyectos ciudadanos que mejor acogida han recibido figuran los paseos por la memoria que, desde 2017, realiza la Asociación Extremeña de Comunicación Social (Aecos). Con motivo de su último ciclo de actividades “Badajoz: Somos la Memoria”, me entrevisto con José Manuel Rodríguez y Enrique González, profesores de secundaria de Geografía e Historia y encargados de la ruta por los escenarios de la masacre, un proyecto que da respuesta a la inacción, cuando no el negacionismo, de las instituciones extremeñas frente a una historia “por lo general silenciada, cuando no minusvalorada, tergiversada o manipulada”. La conversación tiene lugar por Zoom un día antes del 14 de agosto.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de la masacre de Badajoz? ¿De cuántos días estamos hablando? ¿Qué es lo que ocurre tras la entrada de las tropas de Yagüe?
Enrique González: Hay algo que debemos tener en cuenta. Yo siempre hablo del terror caliente, el de los primeros días. Ahí nos referimos al 14, 15, 16 de agosto principalmente. Más tarde, hay una represión que se extiende casi hasta finales de año. En esos meses, muchas personas huyeron por la frontera de Portugal, pero fueron detenidas y devueltas por las autoridades portuguesas y después fusiladas. Es el caso, por ejemplo, de Armengol Sampérez [gimnasta y político de Badajoz]. Incluso después de la guerra, hay asesinatos por parte de los vencedores hasta el año 45.
En total, las personas que tenemos registradas con nombre y apellido son 1.300. Pero ahí no están las que fueron inhumadas, sin registrar. Por tanto, la cifra real es mucho más alta. La represión se extiende mucho más allá de esos tres días de agosto.
Cuando hablamos de esos días, ¿qué es lo que convierte a Badajoz en un episodio tan impactante en cuanto a su crueldad?
José Manuel Rodríguez: Yo creo que, en Badajoz, la opinión pública mundial vio por primera vez la política sistemática de terror de las fuerzas franquistas. En toda la provincia de Badajoz la represión brutal que llevó a cabo la “columna de la muerte”, como la denominó en su libro el historiador extremeño Francisco Espinosa, fue terrible. Entraron a sangre y fuego en muchos pueblos y ciudades de Andalucía y de Extremadura, conforme avanzaban hacia el norte por la Vía de la Plata.
Entre los proyectos ciudadanos que mejor acogida han recibido figuran los paseos por la memoria que, desde 2017, realiza la Asociación Extremeña de Comunicación Social (Aecos). Con motivo de su último ciclo de actividades “Badajoz: Somos la Memoria”, me entrevisto con José Manuel Rodríguez y Enrique González, profesores de secundaria de Geografía e Historia y encargados de la ruta por los escenarios de la masacre, un proyecto que da respuesta a la inacción, cuando no el negacionismo, de las instituciones extremeñas frente a una historia “por lo general silenciada, cuando no minusvalorada, tergiversada o manipulada”. La conversación tiene lugar por Zoom un día antes del 14 de agosto.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de la masacre de Badajoz? ¿De cuántos días estamos hablando? ¿Qué es lo que ocurre tras la entrada de las tropas de Yagüe?
Enrique González: Hay algo que debemos tener en cuenta. Yo siempre hablo del terror caliente, el de los primeros días. Ahí nos referimos al 14, 15, 16 de agosto principalmente. Más tarde, hay una represión que se extiende casi hasta finales de año. En esos meses, muchas personas huyeron por la frontera de Portugal, pero fueron detenidas y devueltas por las autoridades portuguesas y después fusiladas. Es el caso, por ejemplo, de Armengol Sampérez [gimnasta y político de Badajoz]. Incluso después de la guerra, hay asesinatos por parte de los vencedores hasta el año 45.
En total, las personas que tenemos registradas con nombre y apellido son 1.300. Pero ahí no están las que fueron inhumadas, sin registrar. Por tanto, la cifra real es mucho más alta. La represión se extiende mucho más allá de esos tres días de agosto.
Cuando hablamos de esos días, ¿qué es lo que convierte a Badajoz en un episodio tan impactante en cuanto a su crueldad?
José Manuel Rodríguez: Yo creo que, en Badajoz, la opinión pública mundial vio por primera vez la política sistemática de terror de las fuerzas franquistas. En toda la provincia de Badajoz la represión brutal que llevó a cabo la “columna de la muerte”, como la denominó en su libro el historiador extremeño Francisco Espinosa, fue terrible. Entraron a sangre y fuego en muchos pueblos y ciudades de Andalucía y de Extremadura, conforme avanzaban hacia el norte por la Vía de la Plata.
¿Qué ocurre en Badajoz? Pues que mucha gente huye de las masacres en esos pueblos y busca refugio en la capital de la provincia. Lo que hace que la masacre sea conocida y haya quedado para la posteridad fue el trabajo de los corresponsales extranjeros, cuando periodistas internacionales cruzan la frontera y pueden relatar sin censura lo que está ocurriendo. Lo que pasó en Badajoz no es nuevo, pero aquí hubo testigos, hubo ojos, hubo corresponsales como Mario Neves y otros muchos, que relataron y contaron en sus medios lo que acababa de pasar. Sus noticias fueron portadas en sus periódicos y esas noticias se conocieron en Portugal, en Francia, en Estados Unidos y en medios europeos.
¿Por qué la violencia en Badajoz alcanza esa escala en agosto del 36?
J.M.R.: Badajoz es una de las provincias donde hay un mayor número de represaliados. El motivo es la fuerza que tenían las masas campesinas que habían osado levantarse, que estaban cansadas de esperar una reforma agraria que no llegó durante los años de la República y, cuando ganan las izquierdas en los días de febrero del 36, ante ese deseo que tienen de hacer una reforma agraria que les haga escapar de la pobreza, de la miseria, de la desigualdad, pues ya están hartas de esperar. El 25 de marzo se organizan y ocupan pacíficamente las tierras. Ese momento es algo que los latifundistas y las personas más vinculadas con las derechas políticas no perdonan. Después del golpe de Estado, lo que se pretende es castigar ese atrevimiento.
Aquí hay dos palabras clave, una es el “escarmiento”. Y por otro lado una idea de purificación, de limpieza, de exterminio, en la misma línea del lenguaje eugenésico que usa ya el fascismo italiano y el nazismo en los años treinta. ¿Cómo se combina eso en la visión de los militares sublevados?
E.G.: Ahondando en lo que ha dicho José Manuel, es necesario poner un foco más amplio. Es fundamental el problema de la tierra para explicar lo que sucede en la Guerra Civil en Extremadura. Hay una represión brutal contra una población que había osado levantarse reivindicando la tierra. Porque eso era lo que se quería: dar una lección. Y eso llega hasta hoy. Si analizamos, no sé, la sociedad extremeña hoy en día, hay una autopercepción, una autoconvencimiento, de que somos bastante apáticos, o pasivos. Esto tiene también raíces históricas. En los años treinta, Extremadura ve germinar movimientos sociales muy fuertes. Desde que comienza la Segunda República, cuando hay más libertades democráticas que permiten reivindicar, reclamar el derecho a la huelga y todas esas cosas, pues entonces los movimientos son mucho mayores, los movimientos de la masa campesina en muchas zonas rurales.
¿Por qué la violencia en Badajoz alcanza esa escala en agosto del 36?
J.M.R.: Badajoz es una de las provincias donde hay un mayor número de represaliados. El motivo es la fuerza que tenían las masas campesinas que habían osado levantarse, que estaban cansadas de esperar una reforma agraria que no llegó durante los años de la República y, cuando ganan las izquierdas en los días de febrero del 36, ante ese deseo que tienen de hacer una reforma agraria que les haga escapar de la pobreza, de la miseria, de la desigualdad, pues ya están hartas de esperar. El 25 de marzo se organizan y ocupan pacíficamente las tierras. Ese momento es algo que los latifundistas y las personas más vinculadas con las derechas políticas no perdonan. Después del golpe de Estado, lo que se pretende es castigar ese atrevimiento.
Aquí hay dos palabras clave, una es el “escarmiento”. Y por otro lado una idea de purificación, de limpieza, de exterminio, en la misma línea del lenguaje eugenésico que usa ya el fascismo italiano y el nazismo en los años treinta. ¿Cómo se combina eso en la visión de los militares sublevados?
E.G.: Ahondando en lo que ha dicho José Manuel, es necesario poner un foco más amplio. Es fundamental el problema de la tierra para explicar lo que sucede en la Guerra Civil en Extremadura. Hay una represión brutal contra una población que había osado levantarse reivindicando la tierra. Porque eso era lo que se quería: dar una lección. Y eso llega hasta hoy. Si analizamos, no sé, la sociedad extremeña hoy en día, hay una autopercepción, una autoconvencimiento, de que somos bastante apáticos, o pasivos. Esto tiene también raíces históricas. En los años treinta, Extremadura ve germinar movimientos sociales muy fuertes. Desde que comienza la Segunda República, cuando hay más libertades democráticas que permiten reivindicar, reclamar el derecho a la huelga y todas esas cosas, pues entonces los movimientos son mucho mayores, los movimientos de la masa campesina en muchas zonas rurales.
Hay imágenes de todo eso. De los días del primero de mayo en pueblos de Extremadura en los años treinta. La represión se lleva a cabo para acabar con esas reivindicaciones y esa masa social. Pero luego continúa durante el franquismo. No se va a abogar ya por el reparto de la tierra, que era lo que se había reivindicado en los años treinta. Y eso va a provocar también mucha migración, gente que está en edad de trabajar y que se va a ir a otras comunidades. Esa masa social en otras comunidades, como Cataluña o el País vasco, después va a formar parte de los movimientos sociales y las reivindicaciones, pero Extremadura se queda también sin esa fuerza. Entonces, lo que hay es la intención de cortar de raíz cualquier tipo de levantamiento o de protesta, más allá de otros motivos.
Eran motivos políticos asociados a esa lucha campesina y obrera. Y luego, también, la represión fue brutal porque, más allá de esto, había todavía un grupo de tropas importantes de las que entran en Badajoz, que son los regulares marroquíes, que eran mercenarios de guerra y estaban acostumbrados, en la guerra de África, a utilizar una violencia de niveles extremos, a la rapiña y el saqueo.
También esa mentalidad viene del mando militar, de generales africanistas como los propios Franco y Yagüe, que ponen en práctica, primero en Asturias en el 34 y después a partir del levantamiento en el 36, lo que aprendieron en Marruecos.
E.G.: Esa mentalidad es fundamental en el ejército que se subleva contra la República. Es determinante en su manera de actuar, en su preparación y en su extrema crueldad y violencia, y también es determinante para el desenlace militar de la guerra. Eso está claro.
Eran motivos políticos asociados a esa lucha campesina y obrera. Y luego, también, la represión fue brutal porque, más allá de esto, había todavía un grupo de tropas importantes de las que entran en Badajoz, que son los regulares marroquíes, que eran mercenarios de guerra y estaban acostumbrados, en la guerra de África, a utilizar una violencia de niveles extremos, a la rapiña y el saqueo.
También esa mentalidad viene del mando militar, de generales africanistas como los propios Franco y Yagüe, que ponen en práctica, primero en Asturias en el 34 y después a partir del levantamiento en el 36, lo que aprendieron en Marruecos.
E.G.: Esa mentalidad es fundamental en el ejército que se subleva contra la República. Es determinante en su manera de actuar, en su preparación y en su extrema crueldad y violencia, y también es determinante para el desenlace militar de la guerra. Eso está claro.
Foto: Retrato del general Juan Yagüe, hacia 1939. / Dominio público
¿Y qué hay en particular en Yagüe? Es decir, ¿quién es Juan Yagüe? ¿En qué medida es relevante su pertenencia temprana a Falange?
J.M.R.: Como Queipo de Llano y otros militares, Yagüe tiene la experiencia de ser un militar africanista que ha venido de las experiencias de las guerras del Rif. Después va a ser influido por la ideología de Falange de Primo de Rivera, que va a ser el molde ideológico del nuevo sistema político de la dictadura franquista. Es de los generales que establecen que hay que aniquilar al enemigo, acabar con esa España roja, como cortar de raíz la mala hierba, para crear así un Estado nuevo con sus principios ideológicos y sus intereses.
Todavía hoy la masacre de Badajoz es uno de los episodios más contestados de la Guerra Civil. Quizás es porque no hay un cuadro de Picasso como sí ocurrió en Gernika. También hay una frase que los periodistas usan a menudo como comodín para no mojarse y es la de “los historiadores no se ponen de acuerdo”. Es cierto que dar un número preciso de víctimas es imposible y va a haber disputas, pero la cuestión principal es: ¿qué es lo que se sabe, cómo puede saberse y por qué sigue habiendo una batalla ideológica tan marcada en torno a la matanza?
E.G.: Primero, porque nunca hubo un registro de las personas asesinadas. Eso da pie a que se hagan cábalas. Y al final, dentro de esas cábalas, hay intereses políticos, ideológicos y demás. Ese es el problema. De hecho, en la mitología franquista, sistemáticamente, lo que ha hecho ha sido negarlo. ¿Cómo podría resolverse eso? Seguramente, si se hubiesen exhumado las dos grandes fosas comunes que hay en el cementerio antiguo. Eso jamás se hizo, y habría permitido tener una aproximación mucho más fiable y más realista. A día de hoy, como explicamos en nuestra ruta, podemos hablar de los datos de las personas que están registradas, las víctimas de las que tenemos los nombres y apellidos.
De agosto a diciembre de 1936 hay más de 600 personas, casi 700, si no me equivoco, de las que tenemos los datos. Y eso el historiador extremeño Francisco Espinosa lo pone en relación con la represión que también se lleva a cabo por la misma columna de la muerte en ciudades como Sevilla y Huelva. Hay un dato ahí que llama la atención. Sevilla es una ciudad que ahora es mucho más grande que Badajoz. Badajoz tenía por entonces 42.000 habitantes. En los casos de Sevilla y de Huelva, sí que se ha podido datar o constatar el hecho de que por cada persona fusilada de las que tenemos nombre y apellidos registrados, hay por lo menos una proporción de cinco o seis víctimas no registradas. En las fosas comunes de los cementerios se anotaba el número de cuerpos, pero no los nombres o apellidos. Eso en Sevilla y en Huelva ha permitido contar con una proyección más realista y más aproximada a la cifra real.
J.M.R.: Como Queipo de Llano y otros militares, Yagüe tiene la experiencia de ser un militar africanista que ha venido de las experiencias de las guerras del Rif. Después va a ser influido por la ideología de Falange de Primo de Rivera, que va a ser el molde ideológico del nuevo sistema político de la dictadura franquista. Es de los generales que establecen que hay que aniquilar al enemigo, acabar con esa España roja, como cortar de raíz la mala hierba, para crear así un Estado nuevo con sus principios ideológicos y sus intereses.
Todavía hoy la masacre de Badajoz es uno de los episodios más contestados de la Guerra Civil. Quizás es porque no hay un cuadro de Picasso como sí ocurrió en Gernika. También hay una frase que los periodistas usan a menudo como comodín para no mojarse y es la de “los historiadores no se ponen de acuerdo”. Es cierto que dar un número preciso de víctimas es imposible y va a haber disputas, pero la cuestión principal es: ¿qué es lo que se sabe, cómo puede saberse y por qué sigue habiendo una batalla ideológica tan marcada en torno a la matanza?
E.G.: Primero, porque nunca hubo un registro de las personas asesinadas. Eso da pie a que se hagan cábalas. Y al final, dentro de esas cábalas, hay intereses políticos, ideológicos y demás. Ese es el problema. De hecho, en la mitología franquista, sistemáticamente, lo que ha hecho ha sido negarlo. ¿Cómo podría resolverse eso? Seguramente, si se hubiesen exhumado las dos grandes fosas comunes que hay en el cementerio antiguo. Eso jamás se hizo, y habría permitido tener una aproximación mucho más fiable y más realista. A día de hoy, como explicamos en nuestra ruta, podemos hablar de los datos de las personas que están registradas, las víctimas de las que tenemos los nombres y apellidos.
De agosto a diciembre de 1936 hay más de 600 personas, casi 700, si no me equivoco, de las que tenemos los datos. Y eso el historiador extremeño Francisco Espinosa lo pone en relación con la represión que también se lleva a cabo por la misma columna de la muerte en ciudades como Sevilla y Huelva. Hay un dato ahí que llama la atención. Sevilla es una ciudad que ahora es mucho más grande que Badajoz. Badajoz tenía por entonces 42.000 habitantes. En los casos de Sevilla y de Huelva, sí que se ha podido datar o constatar el hecho de que por cada persona fusilada de las que tenemos nombre y apellidos registrados, hay por lo menos una proporción de cinco o seis víctimas no registradas. En las fosas comunes de los cementerios se anotaba el número de cuerpos, pero no los nombres o apellidos. Eso en Sevilla y en Huelva ha permitido contar con una proyección más realista y más aproximada a la cifra real.
En Badajoz no tenemos tampoco una forma de contabilizar los cuerpos porque las fosas no se exhumaron. Pero si hacemos una proyección similar, teniendo en cuenta que eran los mismos militares, con la misma filosofía y la misma forma de actuar, y hablamos de que a los represaliados en el 36 se añaden las víctimas entre el 37 y el 45, solo víctimas con nombres y apellidos salen más de 1.300, por lo que la cifra supera los 3.000, casi con total seguridad. Lo que pasa es que eso ya no puede saberse porque no se han llevado a cabo las exhumaciones y, aunque se hicieran ahora, los cadáveres se encuentran en un estado muy avanzado de descomposición. Pero todos los datos ya evidencian que ha sucedido algo mayor que en Sevilla o Huelva. Las cifras de los historiadores serios (Moradiellos, Preston, Thomas) oscilan entre los 2.000 y los 4.000.
J.M.R.: Otro aspecto que no se puede olvidar es que en Badajoz muere asesinada mucha gente que no era de la capital, gente que había huido de poblaciones aledañas y que se refugia allí. Tras los fusilamientos, nadie reclama sus cuerpos. Muchos padres y familiares no preguntan por miedo a las represalias. Eso también explica el baile de cifras.
Más allá de los números, ¿a quiénes se asesina y por qué se les asesina? ¿Cuál es el criterio para estas ejecuciones sumarias? Tanto en los reportajes de Mario Neves como en el de Jay Allen se menciona que las marcas en el hombro por haber llevado un fusil podían ser motivo suficiente para que te ejecutasen.
J.M.R.: Cualquier persona que hubiera militado en un partido de izquierdas o formara parte de un sindicato era un supuesto objetivo. También cualquier persona sospechosa de haber simpatizado con la República o, como ocurre en tiempos de guerra, cualquiera cuyo familiar lo fue, por efecto contagio. Muchas familias pusieron banderas blancas en sus puertas en señal de paz o dieron muestras de adopción al nuevo régimen. Es lo que se consigue con el terror. Pero también se fomenta cualquier sospecha de un vecino, o un conflicto familiar. Para eso estaban las figuras de los informantes y los delatores. Muchos eran miembros de Falange o simpatizan con Falange y señalan a supuestos sospechosos. Hablamos, por ejemplo, del caso de Manuel Carracedo, que era entonces guardia civil y que luego, con el tiempo, llegó a ser general y presidente de la Diputación de Badajoz. Él fue uno de esos informantes que señalaba a quienes debían rendir cuentas y ser fusilados. Eso hacía que cualquier persona pudiera estar en el punto de mira.
Un aspecto muy importante de vuestro recorrido es que visitáis muchos otros escenarios, además de la plaza de toros. De hecho, durante la Guerra Civil, y también por parte de la República, se enfatizó tanto en la imagen de la plaza de toros que hoy es casi una estrategia negacionista decir que tanta gente no pudo morir allí. Entonces, ¿cuáles son los escenarios que recorréis?
J.M.R.: La plaza de toros fue, sobre todo, un lugar de agrupamiento de personas, que acabó siendo un lugar de detención masiva. Hubo fusilamientos allí, pero también hubo fusilamientos en diferentes puntos de la ciudad. En los propios muros de la catedral de Badajoz y en otros puntos próximos a las murallas. Badajoz es una plaza fortificada. En muchas partes de las murallas había impactos de balas. Otro lugar muy icónico son las tapias del cementerio viejo de San Juan, como se puede ver en las imágenes grabadas por el francés René Brut, otro de los fotoperiodistas que acudió a Badajoz.
Ahora que mencionáis a René Brun, ¿qué papel juegan los periodistas en este momento de la Guerra Civil?
J.M.R.: Sobre el papel de la prensa extranjera merece la pena tener en cuenta varios factores. Primero, Badajoz es una ciudad fronteriza, por lo que la llegada de periodistas de otras nacionalidades es más o menos fácil, sobre todo de portugueses. El más conocido es Mario Neves, que entonces era un joven de 24 años, estudiante de Derecho, que trabajaba en Diario de Noticias en Lisboa, y que decide montarse en un tren, llegar a Elvas y allí, antes de cruzar la frontera, recoge los testimonios de masacres que se están produciendo en pueblos de Andalucía y Extremadura. Él fue uno de los que, junto a los franceses Marcel Dany y Jacques Berthet, entran en Badajoz el día después de la masacre y pueden contar lo que ven sin la censura de las autoridades militares. Las tropas franquistas todavía no habían activado los mecanismos de censura, y la masacre aparece narrada a través de esa prensa extranjera, en unos reportajes que, incluso hoy en día, siguen siendo desacreditados por fuerzas derechistas.
Pero hablando de censura, las imágenes más icónicas de lo que sucedió en Badajoz son del fotoperiodista francés René Brut. Se ven los cadáveres incinerados, de los que luego habló también Mario Neves, con esa columna de humo que se veía desde la frontera con Portugal, y también los cadáveres frente a las tapias del cementerio, con los agujeros de las balas, que prueban los fusilamientos.
A partir de la publicación de esas fotos y de la repercusión que tuvieron, el bando franquista empieza a tomar decisiones. Ahí entra en juego la figura de Luis Bolín, que había sido corresponsal de ABC en Londres y responsable de organizar el vuelo del avión Dragón Rapide que llevó a Franco de Canarias a Marruecos al inicio de la sublevación. Este mismo Luis Bolín es nombrado después jefe de prensa de Franco y en un bando ordenará que ningún periodista pueda entrar en una ciudad hasta que no pasen al menos 24 horas desde su conquista. Por eso, René Brut tuvo problemas por sus imágenes y acabó huyendo de España.
J.M.R.: Otro aspecto que no se puede olvidar es que en Badajoz muere asesinada mucha gente que no era de la capital, gente que había huido de poblaciones aledañas y que se refugia allí. Tras los fusilamientos, nadie reclama sus cuerpos. Muchos padres y familiares no preguntan por miedo a las represalias. Eso también explica el baile de cifras.
Más allá de los números, ¿a quiénes se asesina y por qué se les asesina? ¿Cuál es el criterio para estas ejecuciones sumarias? Tanto en los reportajes de Mario Neves como en el de Jay Allen se menciona que las marcas en el hombro por haber llevado un fusil podían ser motivo suficiente para que te ejecutasen.
J.M.R.: Cualquier persona que hubiera militado en un partido de izquierdas o formara parte de un sindicato era un supuesto objetivo. También cualquier persona sospechosa de haber simpatizado con la República o, como ocurre en tiempos de guerra, cualquiera cuyo familiar lo fue, por efecto contagio. Muchas familias pusieron banderas blancas en sus puertas en señal de paz o dieron muestras de adopción al nuevo régimen. Es lo que se consigue con el terror. Pero también se fomenta cualquier sospecha de un vecino, o un conflicto familiar. Para eso estaban las figuras de los informantes y los delatores. Muchos eran miembros de Falange o simpatizan con Falange y señalan a supuestos sospechosos. Hablamos, por ejemplo, del caso de Manuel Carracedo, que era entonces guardia civil y que luego, con el tiempo, llegó a ser general y presidente de la Diputación de Badajoz. Él fue uno de esos informantes que señalaba a quienes debían rendir cuentas y ser fusilados. Eso hacía que cualquier persona pudiera estar en el punto de mira.
Un aspecto muy importante de vuestro recorrido es que visitáis muchos otros escenarios, además de la plaza de toros. De hecho, durante la Guerra Civil, y también por parte de la República, se enfatizó tanto en la imagen de la plaza de toros que hoy es casi una estrategia negacionista decir que tanta gente no pudo morir allí. Entonces, ¿cuáles son los escenarios que recorréis?
J.M.R.: La plaza de toros fue, sobre todo, un lugar de agrupamiento de personas, que acabó siendo un lugar de detención masiva. Hubo fusilamientos allí, pero también hubo fusilamientos en diferentes puntos de la ciudad. En los propios muros de la catedral de Badajoz y en otros puntos próximos a las murallas. Badajoz es una plaza fortificada. En muchas partes de las murallas había impactos de balas. Otro lugar muy icónico son las tapias del cementerio viejo de San Juan, como se puede ver en las imágenes grabadas por el francés René Brut, otro de los fotoperiodistas que acudió a Badajoz.
Ahora que mencionáis a René Brun, ¿qué papel juegan los periodistas en este momento de la Guerra Civil?
J.M.R.: Sobre el papel de la prensa extranjera merece la pena tener en cuenta varios factores. Primero, Badajoz es una ciudad fronteriza, por lo que la llegada de periodistas de otras nacionalidades es más o menos fácil, sobre todo de portugueses. El más conocido es Mario Neves, que entonces era un joven de 24 años, estudiante de Derecho, que trabajaba en Diario de Noticias en Lisboa, y que decide montarse en un tren, llegar a Elvas y allí, antes de cruzar la frontera, recoge los testimonios de masacres que se están produciendo en pueblos de Andalucía y Extremadura. Él fue uno de los que, junto a los franceses Marcel Dany y Jacques Berthet, entran en Badajoz el día después de la masacre y pueden contar lo que ven sin la censura de las autoridades militares. Las tropas franquistas todavía no habían activado los mecanismos de censura, y la masacre aparece narrada a través de esa prensa extranjera, en unos reportajes que, incluso hoy en día, siguen siendo desacreditados por fuerzas derechistas.
Pero hablando de censura, las imágenes más icónicas de lo que sucedió en Badajoz son del fotoperiodista francés René Brut. Se ven los cadáveres incinerados, de los que luego habló también Mario Neves, con esa columna de humo que se veía desde la frontera con Portugal, y también los cadáveres frente a las tapias del cementerio, con los agujeros de las balas, que prueban los fusilamientos.
A partir de la publicación de esas fotos y de la repercusión que tuvieron, el bando franquista empieza a tomar decisiones. Ahí entra en juego la figura de Luis Bolín, que había sido corresponsal de ABC en Londres y responsable de organizar el vuelo del avión Dragón Rapide que llevó a Franco de Canarias a Marruecos al inicio de la sublevación. Este mismo Luis Bolín es nombrado después jefe de prensa de Franco y en un bando ordenará que ningún periodista pueda entrar en una ciudad hasta que no pasen al menos 24 horas desde su conquista. Por eso, René Brut tuvo problemas por sus imágenes y acabó huyendo de España.
Foto: Portada del Diario de Lisboa el 16 de agosto de 1936.
Para terminar, ¿qué se ha hecho en términos de memoria democrática en Badajoz y qué no se ha hecho todavía?
J.M.R.: Más bien qué no se ha hecho, que es la mayor parte. Si quieres encontrar algo que de verdad recuerde a las víctimas de la masacre en Badajoz, no hay prácticamente nada. Uno de esos escenarios, la vieja plaza de toros, se demolió y se construyó un palacio de congresos en el que, durante muchos años, no hubo mención de lo ocurrido. Simplemente una escultura que tiene un significado muy críptico, de Blanca Muñoz, en la que, supuestamente, cada 14 de agosto a las 12 de la mañana, el sol se proyecta sobre unos tubos de hierro, formando con las sombras una flor en homenaje a las víctimas. Pero no hay nada explícito; necesitas conocer el significado de la obra y es muy difícil de desentrañar; hablando claro, no hay ninguna placa, ningún monolito, ningún monumento que recuerde a las víctimas en la antigua plaza de toros. En el cementerio viejo, antiguamente, podían verse los impactos de bala, pero fueron borrados.
E.G.: Lo único que hay es en el palacio de congresos, la antigua plaza de toros. Lo que se hizo es bastante curioso: no hay nada por allí que te informe al respecto, pero hace algunos años se creó una pequeña exposición con algunos paneles relegados en el vestíbulo, ya en el interior del edificio. Para visitarla tienes que ir a algún acto que tenga lugar en el centro: algún concierto, alguna obra de teatro, algún evento institucional. Pero no es un espacio museístico abierto al público. Quien ve esos paneles, los encuentra de casualidad mientras está allí para otra cosa. Y, por otro lado, en el cementerio hay una pequeña inscripción que se colocó en 1986, 50 años después de la masacre, pero igualmente con una frase bastante ambigua, con mucha prudencia, llamando a que los hechos de la guerra no se vuelvan a repetir.
J.M.R.: Es muy significativo si lo comparas con cómo se recuerdan otros sucesos de la historia de la ciudad, por ejemplo, los escenarios de la guerra de independencia contra Francia. Eso ha sido una constante de quienes han gobernado el ayuntamiento de Badajoz y de quienes lo siguen haciendo ahora: se insiste en determinados períodos de la historia de la ciudad que se han querido divulgar y dar a conocer para promover una determinada gesta heroica y por otro lado, episodios más recientes, que apenas tienen espacios y que, por si acaso, no se han querido contar, o no se cuentan de la misma manera.
J.M.R.: Más bien qué no se ha hecho, que es la mayor parte. Si quieres encontrar algo que de verdad recuerde a las víctimas de la masacre en Badajoz, no hay prácticamente nada. Uno de esos escenarios, la vieja plaza de toros, se demolió y se construyó un palacio de congresos en el que, durante muchos años, no hubo mención de lo ocurrido. Simplemente una escultura que tiene un significado muy críptico, de Blanca Muñoz, en la que, supuestamente, cada 14 de agosto a las 12 de la mañana, el sol se proyecta sobre unos tubos de hierro, formando con las sombras una flor en homenaje a las víctimas. Pero no hay nada explícito; necesitas conocer el significado de la obra y es muy difícil de desentrañar; hablando claro, no hay ninguna placa, ningún monolito, ningún monumento que recuerde a las víctimas en la antigua plaza de toros. En el cementerio viejo, antiguamente, podían verse los impactos de bala, pero fueron borrados.
E.G.: Lo único que hay es en el palacio de congresos, la antigua plaza de toros. Lo que se hizo es bastante curioso: no hay nada por allí que te informe al respecto, pero hace algunos años se creó una pequeña exposición con algunos paneles relegados en el vestíbulo, ya en el interior del edificio. Para visitarla tienes que ir a algún acto que tenga lugar en el centro: algún concierto, alguna obra de teatro, algún evento institucional. Pero no es un espacio museístico abierto al público. Quien ve esos paneles, los encuentra de casualidad mientras está allí para otra cosa. Y, por otro lado, en el cementerio hay una pequeña inscripción que se colocó en 1986, 50 años después de la masacre, pero igualmente con una frase bastante ambigua, con mucha prudencia, llamando a que los hechos de la guerra no se vuelvan a repetir.
J.M.R.: Es muy significativo si lo comparas con cómo se recuerdan otros sucesos de la historia de la ciudad, por ejemplo, los escenarios de la guerra de independencia contra Francia. Eso ha sido una constante de quienes han gobernado el ayuntamiento de Badajoz y de quienes lo siguen haciendo ahora: se insiste en determinados períodos de la historia de la ciudad que se han querido divulgar y dar a conocer para promover una determinada gesta heroica y por otro lado, episodios más recientes, que apenas tienen espacios y que, por si acaso, no se han querido contar, o no se cuentan de la misma manera.
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