sábado, 12 de febrero de 2011

Alegría y Esperanza

Después de 18 días de manifestaciones pacíficas el pueblo egipcio consigue derrocar al dictador Hosni Mubarak. AL ver en tv la alegría de la gente me vino a la memoria la revolución de los claveles de la cercana Portugal. Pero no podemos dejar de señalar una muy importante diferencia, son los egipcios los que han salido a la calle a luchar por la libertad y la democracia, el ejercito se les ha unido sin más remedio. En Portugal fue un grupo de militares jóvenes, hastiados de la interminable guerra colonial sin ninguna perspectiva de éxito, los que se lanzaron a la calle y el pueblo se les unió. Cuando visité Egipto, lo que recomiendo absolutamente a todos los que puedan hacerlo, me preguntaba continuamente por qué los egipcios admitían tanta desigualdad e injusticia. 

Una vez más, el mundo árabe nos sorprende, como siempre, haciendo de David contra Goliat, como tantas veces se ven obligados a hacer los palestinos, de los que no puedo evitar acordarme en estos momentos, ante la perspectiva de que las condiciones de su lucha, por la libertad y justicia, mejoren. El mundo es una fiesta, todos los hombres de buena voluntad hacemos nuestro el triunfo del pueblo egipcio, es un triunfo de la humanidad. Les deseo, nos deseamos, lo mejor para la Humanidad y para ese pueblo milenario, sufrido y luchador. 

Un abrazo simbólico a todos ellos. En estos momentos de dicha, también me he acordado de una mujer bajita, luchadora, muy inteligente; Rosa Luxemburgo. Ella polemizó con los revolucionarios de su tiempo, defendiendo siempre la libre y creativa iniciativa del pueblo y advirtiendo ante la "dirección burocrática" que ya detectaba y preveía como peligro para las revoluciones populares. 

Pocas veces hemos podido contemplar en tan poco tiempo histórico, de forma tan evidentes, sus tesis; primero con las "caídas" de los países del socialismo real, y ahora con los levantamientos populares en los países árabes. Y la lucha, ante tanta injusticia, continua. 

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