Eduardo Souto de Moura es el nuevo premio Pritzker de Arquitectura, pero tan noticia como esto fue la forma en que se conoció ayer: a través de una filtración que provocó un verdadero ataque de ira en los responsables de la Fundación Hyatt, que atribuye este denominado Nobel de la Arquitectura.
martes, 29 de marzo de 2011
El premio Pritzker para Eduardo Souto de Mora, segundo arquitecto de Portugal que lo gana.
Eduardo Souto de Moura es el nuevo premio Pritzker de Arquitectura, pero tan noticia como esto fue la forma en que se conoció ayer: a través de una filtración que provocó un verdadero ataque de ira en los responsables de la Fundación Hyatt, que atribuye este denominado Nobel de la Arquitectura.
lunes, 28 de marzo de 2011
Contra el tópico
Es más, según el III Informe Internacional de Violencia contra la Mujer del Centro Reina Sofía, que analiza a cuarenta naciones (los demás países, algunos tan importantes como Francia, no han sido incluidos porque ni siquiera publican los datos de la violencia machista), en España estamos a la cola en cuanto a número de mujeres asesinadas. Y, así, aquí hay 3,5 muertes por millón de habitantes. Pero en Estados Unidos matan a 9,1 por millón, en Alemania a 4,6, en el Reino Unido a 4,4... Aún más: en Noruega asesinan a 5,5 mujeres y en Finlandia a 9,6... Sorprendente, ¿no? Resulta que en los fríos, civilizados y poco sexistas países del Norte hay muchas más víctimas. Ya sé que quedaría más redondo que la España torera y cañí destacara en el apuñalamiento de hembras ardientes, como en la ópera Carmen (escrita, no lo olviden, por un francés), pero la realidad es de una tozudez inquebrantable: los nórdicos matan mucho más; quizá, se me ocurre, por una mezcla fatal entre el elevado consumo de alcohol y el resquemor que ha producido, en algunos hombres desequilibrados y malvados, la rapidísima evolución feminista de esos países. Pero éste sería el tema de otro artículo.
Es verdad que España ha sido hasta hace poco una sociedad muy machista y atrasada, pero también es cierto que en los últimos 40 años hemos cambiado muchísimo. Hoy estamos tan cerca de la Carmen de Mérimée como de las tribus nómadas de Mongolia: o sea, nada. Somos un pueblo muy poco puritano en materia sexual y de costumbres, entre otras cosas quizá porque, en realidad, y déjenme romper con otro tópico, tampoco somos muy religiosos. De quince años para acá, las vocaciones han bajado en un 30% y las clases de religión católica han perdido más de 500.000 alumnos. Y sólo un 34% de las declaraciones de impuestos dan un porcentaje para el mantenimiento de la Iglesia.
En este contexto, sucesivas leyes han ido normalizando algo que, en general, creo que corresponde al sentir mayoritario de los españoles. Como la Ley de Igualdad, que regula desde el permiso de paternidad hasta la paridad por sexos en las listas electorales; como la última y polémica ley del aborto, que permite interrumpir el embarazo en las doce primeras semanas sin necesidad de justificación; o como la Ley del Matrimonio Homosexual, que cuenta con el apoyo del 66% de la población y que sólo en el primer año de vigencia originó 4.500 bodas. La verdad es que hoy España no destaca por su machismo dentro de la media europea; lo cual no está nada mal, si tenemos en cuenta que, hasta el mes de mayo de 1975, la mujer casada española no podía comprarse un coche, abrir una cuenta en un banco o trabajar sin el permiso de su marido. Hemos cubierto a todo correr un largo trecho.
Los vertiginosos cambios sociales se han incrementado en la última década con el aluvión de inmigrantes. En poco más de diez años han entrado 5,7 millones de extranjeros (un 14% de la población) y hemos pasado de una España homogénea y cerrada a una sociedad de múltiples culturas. En números absolutos, somos el décimo país del mundo con más inmigrantes y, como es natural, todo esto va cambiando el perfil del español. ¡Pero si ni siquiera los toros son lo que eran! Y no sólo porque en Cataluña hayan promulgado una ley prohibiendo las corridas, sino porque las estadísticas muestran un claro descenso de la afición. La fiesta declina y es, en cualquier caso, minoritaria (la apoya entre un 28% y un 37% de la población, dependiendo de las encuestas).
Sólo hay un valor cultural tradicional español que parece seguir indemne: con 340.000 bares, doblamos la media de la UE. Hasta hace muy poco estábamos a la cabeza de Europa en número de bares por habitantes, pero la entrada de Chipre en la UE en 2004 nos hizo descender al segundo puesto. Maldita sea. (ROSA MONTERO en "El País", 28/03/2011).
(Foto del autor, Parque Verde del Mondego y Puente Peatonal Pedro e Inés. Coimbra. Portugal, 22/03/11.
Inaugurado en julio de 2004, es un proyecto del Arquitecto Camilo Cortesão, encuadrado en el programa Polis Coimbra, que abarca las dos márgenes del río Mondego. Es un inmenso espacio verde donde es posible encontrar bares, restaurantes, un parque infantil, pabellones de exposición temporales y el Pabellón Centro de Portugal, diseñado por Souto Moura y Álvaro Siza Vieira.
Uniendo las márgenes izquierda y derecha tenemos el puente peatonal Pedro e Inés, de Adão Fonseca y Cecil Balmond, que fue inaugurado el 26 de noviembre de 2006. Es una estructura antisimétrica con 275 metros de longitud, que se eleva a 10 metros sobre el agua, presentando en el centro una plaza con ocho metros de anchura, definida como lugar de descanso y meditación.
La falsa ilusión de la austeridad. La crisis económica, Portugal, España y U.S.A.
¿Qué tienen en común estos acontecimientos? Todos ellos son pruebas de que reducir drásticamente el gasto cuando uno se enfrenta a un paro elevado es un error. Los defensores de la austeridad predecían que los recortes del gasto reportarían rápidamente dividendos en forma de aumento de la confianza y que habría pocos efectos adversos, o ninguno, para el crecimiento y el empleo; pero se equivocaban.
Por eso es una pena que ahora mismo, en Washington, a uno no se le considere serio a menos que profese lealtad a la misma doctrina que está fracasando tan estrepitosamente en Europa.
No siempre ha sido así. Hace dos años, ante el repunte del paro y de los grandes déficits presupuestarios -ambos consecuencia de una grave crisis financiera-, los dirigentes de los países más avanzados parecían comprender que los problemas debían abordarse por orden, centrándose primero en la creación de empleo combinada con una estrategia a largo plazo de reducción del déficit.
¿Por qué no reducir los déficits inmediatamente? Porque las subidas de impuestos y los recortes del gasto gubernamental deprimirían más las economías, con lo que empeoraría el problema del paro. Y recortar el gasto en una economía profundamente deprimida es contraproducente en gran medida, incluso desde un punto de vista puramente fiscal: cualquier ahorro que aparentemente se consiga se ve contrarrestado en parte por el descenso de los ingresos, a medida que la economía retrocede.
Así que dedicarse ahora al empleo y luego a los déficits era y es la estrategia acertada. Desgraciadamente, es una estrategia que se ha abandonado por culpa de unos riesgos imaginarios y unas esperanzas ilusorias. Por un lado, no paran de decirnos que si no reducimos drástica e inmediatamente el gasto, terminaremos como Grecia, incapaz de adquirir préstamos como no sea a unos tipos de interés desorbitados. Por otro, nos dicen que no nos preocupemos por el impacto de los recortes del gasto sobre el empleo porque la austeridad fiscal creará de hecho puestos de trabajo al aumentar la confianza.
¿Cómo ha funcionado esa historia hasta el momento? Los autodenominados halcones del déficit han estado gritando "que viene el lobo" en relación con los tipos de interés de EE UU más o menos ininterrumpidamente desde que la crisis financiera empezó a remitir, y han interpretado cada pequeña subida de los tipos como un indicio de que los mercados estaban volviéndose contra EE UU. Pero la verdad es que los tipos no han fluctuado a causa de los temores sobre la deuda, sino por la mayor o menor esperanza en la recuperación económica. Y con la plena recuperación al parecer muy lejana todavía, los tipos están ahora más bajos que hace dos años.
¿Pero, aun así, no podría EE UU terminar como Grecia? Sí, claro que sí. Si los inversores deciden que somos una república bananera cuyos políticos no pueden o no quieren luchar contra los problemas a largo plazo, desde luego que dejarán de comprar nuestra deuda. Pero esa no es una perspectiva que dependa, de un modo u otro, de si nos castigamos a nosotros mismos con recortes del gasto a corto plazo.
Si no, que les pregunten a los irlandeses, cuyo Gobierno -tras haber asumido la carga insostenible de la deuda al tratar de rescatar a unos bancos fuera de control- intentó tranquilizar a los mercados imponiendo unas medidas de austeridad absolutamente radicales a los ciudadanos corrientes. Los mismos que instaban a realizar recortes del gasto en EE UU aplaudieron. "Irlanda nos brinda una lección admirable sobre responsabilidad fiscal", declaraba Alan Reynolds, del Instituto Cato, quien afirmaba que los recortes del gasto habían disipado los temores sobre la solvencia irlandesa y predecía una rápida recuperación económica.
Eso fue en junio de 2009. Desde entonces, el tipo de interés de la deuda irlandesa se ha duplicado; la tasa de paro de Irlanda se sitúa ahora en el 13,5%.
Y luego está la experiencia británica. Como sucede con EE UU, los mercados financieros todavía consideran que Reino Unido es solvente, lo que le da cierto margen para seguir la estrategia de dedicarse primero al empleo y luego a los déficits. Pero el Gobierno de David Cameron ha optado en cambio por pasarse a la austeridad inmediata y voluntaria, en la creencia de que el gasto privado compensará de sobra la retirada del Gobierno. El plan de Cameron se basaba en la creencia de que el hada de la confianza lo arreglaría todo.
Pero no lo ha hecho: el crecimiento británico se ha estancado y el Gobierno ha revisado al alza sus previsiones de déficit como consecuencia de ello.
Lo que me lleva de nuevo a lo que pasa por ser un debate presupuestario en Washington estos días. Un plan fiscal serio para EE UU tendría en cuenta las causas a largo plazo del gasto, sobre todo los costes sanitarios, y casi con seguridad incluiría algún tipo de subida de impuestos. Pero no somos serios: la mera mención de usar los fondos de Medicare de manera eficaz se topa con gritos sobre "listas de la muerte", y la postura oficial del Partido Republicano -apenas cuestionada por los demócratas- parece ser la de que nadie debería pagar jamás impuestos más altos. En vez de eso, solamente se habla de recortes del gasto a corto plazo.
En resumen, tenemos un clima político en el que los autodenominados halcones del déficit quieren castigar a los parados al tiempo que se oponen a cualquier medida que aborde nuestros problemas presupuestarios a largo plazo. Y esto es lo que sabemos de la experiencia extranjera: el hada de la confianza no nos salvará de las consecuencias de nuestra locura.
PAUL KRUGMAN El País 27/03/2011
domingo, 27 de marzo de 2011
Sobre centrales nucleares, seguridad y accidentes. No es un tema de tuberías
Así describe el informe del Consejo de Seguridad Nuclear español el accidente de Ascó, del que solo tuvo noticias cuatro meses después de ocurrido. (Fuentes, http://www.csn.es/images/stories/actualidad_datos/informes_resoluciones/Respuestas/respuestaresolucion272930ia07.pdf). El accidente, clasificado como de nivel dos en una escala de siete, dio origen a una multa de 15,3 millones de euros por parte de Industria y al procesamiento de cuatro responsables de la central.
El exdirector de Ascó I, Rafael Gasca, y el exjefe de vigilancia radiológica, Francesc González Tardiu, que, según prensa local, fueron destituidos de sus puestos, "pero que aún tienen cargos de responsabilidad", se negaron a declarar el pasado martes ante el juez. La CN Ascó I es propiedad de Endesa, presidida en aquellos días por Manuel Pizarro y hoy a cargo de Borja Prado.
El relato de estos hechos viene a cuento de un problema que se evidencia, una y otra vez, cuando se producen accidentes nucleares, sean de extremo peligro como el de Japón o de importancia menor como Ascó I. Se trata de la falta de transparencia con que actúan muchas empresas propietarias de centrales nucleares, hasta el extremo de que parece legítimo pensar que esa ocultación corresponde a políticas diseñadas y organizadas intencionadamente, extendidas en todo el mundo.
Es cierto que no existen fuentes de energía que no acarreen algún tipo de peligro (aunque ninguna, desde luego, con la potencia letal y la persistencia en el tiempo de la nuclear) y que el debate debería estar "libre de dogmatismo". Pero es absolutamente imposible que los ciudadanos adoptemos ese punto de vista si tenemos la muy fundada sospecha de que somos objeto de un engaño casi permanente. Y eso es lo que ocurre hoy. El miedo de los ciudadanos no se debe solo a la posibilidad de que existan errores humanos, sino a que existan políticas deliberadas de "reducción de márgenes de seguridad" a cambio de beneficios económicos. ¿Cómo es posible que los generadores de emergencia destinados a enfriar los reactores de Fukushima no estuvieran enterrados, sino al alcance del mar? ¿Cómo es posible que el Organismo Internacional de Energía Atómica tuviera tan poca información real sobre las centrales japonesas?
El pánico no lo produce solo la posibilidad de un error humano. Lo peor no es la corrosión de una tubería, sino de un método de trabajo y de un modelo de negocio en el que la soberbia de algunos expertos se une a la codicia de algunos empresarios dispuestos a oír siempre a quien menos gasto reclama. Una fórmula letal cuando se une a la benevolencia de otros muchos, dispuestos a mantener actitudes "comprensivas". Hace pocos días, la prensa local recogía unas declaraciones del director de la central nuclear de Almaraz (propiedad de Iberdrola) reclamando comprensión para sus colegas de Ascó I, a quienes calificó de "profesionales de una trayectoria intachable". "Nadie está libre de cometer un error", aseguró José María Bernaldo de Quirós. Pero en Ascó I el error lo cometió un trabajador (y quizá hubiera sido evitable con una mayor formación). De lo que se acusa a los señores Gasca y González Tardiu no es de cometer un error, sino de fabricar un engaño que mantuvieron durante cuatro meses. A la espera de lo que diga el juez, resulta difícil creer que esa actitud no fuera consecuencia de una política concreta y no de un "arrebato" momentáneo. Algo peligroso cuando Endesa pretende además que Ascó se convierta en cementerio nuclear. (Soledad Gallego Díaz, El País. 27/03/2011) Más información aquí. Protestas masivas en Alemania contra las centrales (Foto del autor, "Paisaje desde el puente peatonal sobre el Mondego" Coimbra. Portugal. Para ver ampliada la foto clik en ella, dos veces)
viernes, 25 de marzo de 2011
¿Qué se debe hacer para crear empleo?
Normalmente presentan sus propuestas como si fueran el resultado de análisis científicos rigurosos y fuera de toda duda pero es importante que la ciudadanía sepa que no cuentan con más evidencia empírica que la que tienen otros análisis que proponen fórmulas alternativas para combatir el desempleo. Y, en consecuencia, que siguiendo sus propuestas, como se viene haciendo, es completamente improbable que se pueda reducir la tasa de paro que sufrimos.
Los economistas neoliberales afirman que las instituciones del mercado de trabajo (salarios, mecanismos de negociación, sindicatos, costes de despido, formas de contratación...) son las que determinan que haya más o menos facilidad para crear empleo y que, por tanto, son las determinantes de las tasas de paro existentes. Afirman que en países como España esas instituciones constituyen rémoras que impiden que las empresas contraten a más trabajadores y que, por tanto, hay que reformarlas para hacerlas más flexibles, es decir, menos costosas y más favorables a las estrategias empresariales.
El punto de partida de estas formulaciones es considerar que el trabajo es una mercancía más, y que el paro simplemente refleja un exceso de oferta en el mercado que se puede resolver si se baja el precio del trabajo, el salario. Cuando las instituciones son rígidas o inadecuadas (como entienden que ocurre en España) no se producirá ese descenso del salario y por tanto perdurará el paro. Un paro que estos economistas denominan voluntario porque sería el resultado de que los trabajadores no aceptan otras condiciones más flexibles o menos onerosas para las empresas. Las propias clases trabajadoras, y más concretamente los sindicatos que se suponen que son quienes representan sus intereses, serían los culpable de que hubiese desempleo, de lo cual también deducen que lo deseable sería que la presencia sindical fuese mínima, bien haciéndolos desaparecer o reformando la negociación colectiva para lograr que tengan la menor influencia posible en la determinación de las condiciones de trabajo
Hace ya uno sesenta años que economistas como Keynes o Kalecki pusieron de relieve que este enfoque contenía errores de partida esenciales y que la evidencia empírica más bien mostraba que eran otros factores los que actuaban como determinantes de la tasa de paro. Pero, pese a ello, los economistas neoliberales siguen manteniendo esas hipótesis, lo que no se puede explicar sino como el resultado de una opción ideológica, legítima, pero ideológica al fin y al cabo y no científica, como siempre quieren hacer creer cuando presentan sus propuestas.
El hecho de que esta tesis haya sido sostenida por los grandes organismos económicos internacionales, por las patronales y por los grandes centros de poder es lo que ha permitido que, pesar de su falta de fundamento científico, se haya convertido en la inspiradora de las políticas laborales y económicas de los últimos años, orientadas, como se sabe a flexibilizar y liberalizar los mercados laborales.
La consecuencia de ello ha sido que, unidas estas políticas a otras igualmente desalentadoras de la actividad económica, no se han podido crear los puestos de trabajo necesarios y, sobre todo, que el empleo generado ha sido más barato y de peor calidad, lo que ha redundado en el incremento de las rentas de capital frente a la salariales.
Recientemente, mientras que los economistas neoliberales continúan insistiendo en sus propuestas de reforma laboral, se acaba de publicar un artículo en el Cambridge Journal of Economics (2011, 35; pp. 437–457) en el que de nuevo se demuestra (en este caso para la experiencia de 20 países de la OCDE incluida España) que la evidencia empírica no da apoyo a sus tesis.
En su trabajo Capital accumulation, labour market institutions and unemployment in the medium run los economistas Engelbert Stockhammer y Erik Klär demuestran que los factores que tienen que ver con la acumulación de capital y con las variables macroeconómicas que actúan sobre el lado de la demanda tienen una influencia mucho más significativa que las instituciones del mercado laboral sobre las tasas de paro a medio plazo.
Se evidencia así una vez más que las propuestas de reforma de los economistas neoliberales no son las más adecuadas para generar empleo y que, por el contrario, lo mejor que se puede hacer para conseguir crear puestos de trabajo es actuar sobre el mercado de bienes y servicios para lograr que haya demanda efectiva suficiente.
La reforma laboral que proponen y que en parte ha aceptado nuestro gobierno no solo no permitirá generar más empleo (en realidad, así lo reconocieron los defensores más honestos de la propuesta) sino que, a la vista de evidencias como las que muestra este artículo, lo que hará será dificultar que se cree a medio plazo.
Las reformas laborales que plantean los neoliberales y aplicadas en los últimos años perjudican a la creación de empleo porque deprimen la demanda efectiva y, por tanto, empeoran las condiciones de la acumulación del capital. Al igual que sucede con la política monetaria que se ha venido llevando a cabo por el Banco Central Europeo y con el conjunto de políticas que han aplicado los gobiernos.
Para crear empleo hay que hacer otra cosa, según nos sugieren trabajos empíricos como el que acabo de mencionar. Hay que estimular la inversión productiva, hay que crear capital social y sostener una demanda efectiva potente que principalmente puede provenir de la masa salarial, puesto que las rentas del capital y las más altas tienden a dedicarse al ahorro en mucha mayor proporción y éste, en ausencia de las reformas necesarias del sistema financiero, es absorbido por éste último y derivado hacia la inversión especulativa.
La receta más adecuada para combatir el paro facilitando la generación de puestos empleo es crear condiciones macroeconómicas que dinamicen el mercado de bienes y servicios. Actuar sobre el mercado laboral para abaratar el empleo y para proporcionar condiciones más favorables de contratación para la gran empresa no lo garantiza a medio plazo. Podría ser una buena solución para la empresa considerada aisladamente pero no para el conjunto de ellas y, sobre todo, para las pequeñas y medianas que no disponen de la válvula de escape de los mercados globales.
Juan Torres López-
Publicado en Sistema Digital el 3 de marzo de 2011.
(Foto del autor, "Paisaje urbano de Coimbra, Portugal. 22-03-11)
La lección del 'caso Céline'
Enseguida se dejarán oír voces de protesta. ¿A quién se le ocurre en estos tiempos comparar valores y luego atreverse incluso a declarar a unos más valiosos que otros? Si para el relativismo ambiental establecer una jerarquía entre las culturas o sus instituciones ya suena a blasfemia y medir los méritos relativos de las personas es cuando menos una operación sospechosa, ¿cómo no va a serlo pretender que hasta los valores mismos se sitúen en una escala de mayor a menor? ¿Acaso no sería más acertado considerar a los valores -los intelectuales, los religiosos, los estéticos, los políticos, los morales, etcétera- independientes entre sí y distribuidos aleatoriamente en los individuos sin marcar diferencia alguna? Pero lo cierto es que las marcamos.
¿Y por qué no podrían los franceses mantener su admiración estética al escritor, y venerarle como merece, mientras reservan para el hombre y el ciudadano más bien su repulsión moral? Sencillamente, por ser imposible conservar intacta la primera si la acompaña la segunda. Al retirarle todo mérito a Céline como sujeto moral, su indiscutible valía literaria queda como en suspenso, e incluso un tanto disminuida.
Se replicará todavía que nadie sería entonces admirable, si para ser tenido por tal fuera preciso serlo del todo y en bloque. A lo más, alguien resultará sumamente valioso en un conjunto muy escaso de valores, al tiempo que solo estimable en muchos otros y hasta despreciable en algunos. La experiencia común nos enseña que el hombre más sabio puede ser un mediocre pintor, pues la carencia de cualidades artísticas no rebaja en nada su celebrada sabiduría. Pero esa experiencia tiene su excepción precisamente en el valor moral.
En este terreno a duras penas se logra sofocar algún escándalo a la hora de enjuiciar a una eminencia falta del suficiente respaldo moral. Ahí está para probarlo el estremecimiento que siguió a la revelación del pasado nazi de Heidegger y que otro ilustre filósofo resumió en esta fórmula que no deja de sonarnos paradójica: "Martin Heidegger fue el más grande de los pensadores y el más pequeño de los hombres". En lo que ahora nos ocupa, el alcalde de París ha sentenciado que Céline fue un "excelente escritor", pero también un "perfecto cabrón". Con el descubrimiento de su flaqueza moral la admiración por tan gran filósofo o por el eximio escritor no se extingue, cierto, pero ¿acaso no quedan ya sus figuras empalidecidas y en entredicho?
Y es que, frente a los demás valores, la peculiaridad de los morales estriba en ser universalmente exigibles. Como explicara Protágoras, el resto de cualidades y destrezas se reparte entre los hombres por naturaleza o por azar según cierta proporción, pues a la sociedad le basta eso para sobrevivir. Con que en nuestra ciudad haya unos pocos panaderos nos aseguramos el suministro diario de pan. Pero el "sentido moral" (el respeto y la justicia) debemos aprenderlo todos, porque su carencia arruina la vida civil o impide la vida humana a secas. Nadie puede pedirnos a todos desarrollar notables facultades musicales o intelectuales, pues no está en la naturaleza o en la vocación de cada uno llegar a ser, digamos, consumado pianista o investigador científico. Por el contrario, el descuido de las capacidades morales desde la familia y la escuela nos es reprochable, porque en ellas se contiene nuestra vocación de personas y de ciudadanos.
Así que, por volver a nuestro punto de partida, los franceses no estaban obligados a cultivar su escritura ni mucho menos a elevarse a la altura literaria de un Céline. Pero este, al igual que todos sus compatriotas en aquellas circunstancias, debía haber alcanzado la altura moral suficiente para ver en los judíos a seres humanos y denunciar su persecución y genocidio. Una sociedad se conforma con unos pocos escritores de indiscutible calidad para disfrutar de la belleza creada por la palabra. Pero un solo ciudadano al que falte la conciencia de la igual dignidad humana, como le faltó a Céline, puede destrozar la vida de muchos o consentir su destrucción.
Bien sabemos que un encumbrado carácter moral no pierde su crédito por notorios que sean sus defectos desde otros ángulos de la excelencia. Pero, al revés, es imposible admirar al genio o al artista con todo entusiasmo si sobre su conducta -privada o pública- se cierne una sombra considerable de sordidez o inhumanidad. Se diría que la excelencia moral es la que más vale porque, sin ella, las demás excelencias valen menos... El País, AURELIO ARTETA 19/03/2011
Crisis en Portugal y Banca española.
El recorte de la nota de solvencia hace que Banco Pastor, CatalunyaCaixa y Banco Valencia se quedan en el grado especulativo.- Otras nueve entidades, a las puertas.
Moody's ha vuelto a poner hoy en evidencia su sentido de la oportunidad con el anuncio de que ha recortado la nota de calidad crediticia de la banca española en el mismo día en el que los inversores están digiriendo el cada vez más posible rescate de Portugal, con las pertinentes caídas -moderadas- en Bolsa y el aumento de la presión sobre la deuda de los países del euro con problemas. El recorte de la nota de solvencia hace que Banco Pastor, CatalunyaCaixa y Banco Valencia se quedan en el grado especulativo, es decir, en el bono basura. Otras nueve entidades se sitúan a las puertas, siete a las que Moody's ha rebajado la nota y dos entidades que ya se encontraban en ese calificación; BBK, Novacaixagalicia, la fusión de Caja España-Duero, la Caja Municipal de Burgos, las de Ávila y Segovia, Ahorro Corporación, Cajamar y Lico Leasing se quedan a un paso del grado que suponen que no son una inversión recomendable.
jueves, 24 de marzo de 2011
martes, 22 de marzo de 2011
La gran feminista y laicista egipcia Nawal El Saadawi electrifica a su auditorio en Nueva York vinculando feminismo, democracia e igualdad económica
Ha sido censurada, perseguida, amenazada, transterrada, sometida a fatwah y encarcelada.
Su clítoris le fue sajado a la edad de 6 años, y escribió sus memorias sobre un rollo de papel higiénico mientras estaba en la cárcel por atreverse a escribir abiertamente sobre sexualidad femenina.
Estas últimas semanas se plantó día tras día en la Plaza Tahrir durante el levantamiento popular egipcio, animando la protesta y albergando en su propia casa a los manifestantes.
Ayer por la noche, en el lado occidental de la ciudad de Nueva York, la leyenda feminista Gloria Steinem organizó una recepción para una mujer cuya obra ha dejado una enorme impronta en el anhelo global de libertad e igualdad. Nawal El Saadawi, la homenajeada, es la indomable escritora, activista, médica y psiquiatra feminista que ha centrado su trabajo en las relaciones entre hombres y mujeres y el Islam: una relación complicada, por decirlo con moderación. "El feminismo islámico vive y goza de buena salud", anunció en medio de un gran aplauso en una sala atestada de periodistas y activistas reunidos para rendir homenaje a una figura de dimensiones mundiales. Vivaz y rebosante de humor, la Dra. Saadawi electrizó la sala con la energía y el carisma que comunicaron coraje a la protesta democrática egipcia.
Oí hablar por vez primera de la Dra. Saadawi a fines de los 90, cuando preparaba un reportaje sobre la asombrosamente difundida mutilación genital femenina. Aprendí que a centenares de millones de mujeres del Norte de África y el Próximo Oriente se les habían rebanado los órganos genitales, mutiladas y estragadas mediante una variedad de prácticas que resultan en horribles problemas de salud, por no hablar de traumas psicológicos, y aun la muerte. Es un problema cultural y es, también, un problema económico. Las mujeres que llevan la carga del grueso de las labores agrícolas en muchas zonas en las que se practica la clitrictomía están tan debilitadas por las complicaciones de salud resultantes, que no puede desarrollar el trabajo necesario para producir y cultivar las cosechas que precisa la supervivencia de la comunidad. A lo largo de su dilatada carrera, la Dra. Saadawi ha trabajado sin desmayo para explicar la devastación económica resultante de la subyugación de las mujeres.
En la reunión de Nueva York, la Dra. Saadawi contó el trabajo histórico de las feministas islámicas en todo el planeta, sorprendiéndome con el hecho de que las mujeres tunecinas consiguieron el derecho al aborto 8 años antes de que las norteamericanas lograran la sentencia Roe vs. Wade. Nos recordó que no se puede tener una democracia en un país islámico sin la plena participación de las mujeres, como no se puede tener una democracia en una sociedad capitalista en la que hay un abismo que separa a ricos y pobres. Nos dejó meridianamente claro que los vínculos entre el feminismo y la política y la economía globales resultan cruciales para entender las vías por las que podría progresar la especie humana. Combativa tras décadas de desafiar a algunos de los peores defensores del patriarcado en los distintos lugares del planeta, diríase que, con la edad, se ha hecho aún más radical.
Nawal el-Saadawi es una veterana escritora, ensayista y luchadora feminista egipcia, mundialmente reconocida. Lynn Parramore es coeditora del diario electrónico de economía New Deal 2.0.
domingo, 20 de marzo de 2011
El milagro de Mauricio.
Después de todo, los países ricos de Europa se dan cuenta cada vez más de que no pueden costear la educación universitaria y están pidiendo a los jóvenes y sus familias que asuman los gastos. Por su parte, Estados Unidos nunca ha intentado ofrecer educación universitaria gratuita para todos y fue necesaria una amarga batalla para asegurar que los estadounidenses pobres tuvieran acceso a la atención a la salud, una garantía que el partido republicano está esforzándose ahora por derogar, con el argumento de que el país no puede pagarlo.
Pero Mauricio, una pequeña nación isleña en la costa oriental de África, no es particularmente rica ni se dirige a la ruina presupuestaria. No obstante, en las últimas décadas se ha dedicado a construir con éxito una economía diversificada, un sistema político democrático y una sólida red de seguridad social. Muchos países, entre ellos Estados Unidos, podrían aprender de sus experiencias.
... Consideremos la propiedad de la vivienda. Mientras que los conservadores estadounidenses sostienen que el intento de su Gobierno para ampliar la proporción de propietarios de vivienda al 70% de la población del país fue lo que provocó la crisis financiera, el 87% de los habitantes de Mauricio son dueños de sus casas. Sin burbuja inmobiliaria.
Ahora una cifra dolorosa: el PIB de Mauricio ha estado creciendo a más del 5% anual durante casi 30 años. Es obvio que debe haber algún truco. Mauricio debe ser rico en diamantes, petróleo o algún otro producto valioso. Sin embargo, Mauricio no tiene recursos naturales explotables... los habitantes de Mauricio han aumentado el ingreso per cápita de menos de 400 dólares en el momento de su independencia a más de 6.700 dólares actualmente. El país ha pasado del monocultivo del azúcar a una economía diversificada que incluye el turismo, las finanzas, los textiles y, si los planes actuales tienen éxito, la alta tecnología.
Durante mi visita me interesaba entender mejor qué había conducido a lo que algunos han llamado "el milagro de Mauricio" y qué podían aprender de ello otros países. De hecho, hay muchas lecciones, algunas de las cuales deberían tener en mente los políticos de Estados Unidos y otros lugares en sus batallas presupuestarias.
En primer lugar, la cuestión no es si podemos costear la atención a la salud o la educación para todos o asegurar una mayor proporción de propietarios de vivienda. Si Mauricio puede hacerlo, también pueden Estados Unidos y Europa, que son mucho más ricos. Se trata más bien de cómo organizar la sociedad. En Mauricio se ha elegido un camino que conduce a niveles más altos de cohesión social, bienestar y crecimiento económico y a un nivel más bajo de desigualdad.
En segundo lugar, a diferencia de muchos otros países pequeños, Mauricio ha decidido que la mayor parte del gasto militar es un desperdicio. Estados Unidos no tiene que ir tan lejos: apenas una fracción del dinero que el país gasta en armas que no funcionan para combatir enemigos que no existen contribuiría en gran medida a crear una sociedad más humana, incluyendo la provisión de atención a la salud y educación a aquellos que no pueden pagarlas.
En tercer lugar, Mauricio reconoció que, sin recursos naturales, su gente era su único activo. Tal vez ese aprecio de sus recursos humanos también es lo que llevó a que Mauricio se diera cuenta de que, sobre todo debido a las potenciales diferencias religiosas, étnicas y políticas del país -que algunos trataron de aprovechar para inducirlo a que permaneciera como colonia británica-, la educación universal era esencial para la unidad social. También lo era un compromiso decidido con las instituciones democráticas y la cooperación entre trabajadores, Gobierno y patrones, exactamente lo contrario de los desacuerdos y divisiones que siembran actualmente los conservadores en Estados Unidos.
Esto no significa que Mauricio no tenga problemas. Al igual que muchos otros países con mercados emergentes que han tenido éxito, Mauricio se enfrenta a una pérdida de competitividad del tipo de cambio.
El milagro de Mauricio data de su independencia; no obstante, el país todavía acarrea algunos de sus legados coloniales: la desigualdad de la tierra y la riqueza así como la vulnerabilidad a la alta política global. Estados Unidos ocupa una de las islas de Mauricio, Diego García, como base naval sin compensación, pues oficialmente la arriendan a Reino Unido, que no solo conservó la isla de Chagos, infringiendo el derecho internacional y el de las Naciones Unidas, sino que expulsó a sus ciudadanos y se niega a permitir que regresen... JOSEPH E. STIGLITZ, El País, 20/03/2011
"En Argentina tuvieron a Garzón. En España no tenemos a nadie"
"He venido sin rencor, pero también sin resignación", ha proclamado esta mañana Concha Carretero, represaliada del franquismo y superviviente de la saca por la que fueron fusiladas las 13 Rosas, al subirse a la tribuna colocada en la Plaza Mayor de Madrid para celebrar un acto de apoyo al juez Baltasar Garzón. "Deberíamos tener muchos garzones.¡Seguid, camaradas!", animó la anciana, ex militante de la JSU, a la multitud congregada en solidaridad con el magistrado.
En primera línea le aplaudían a rabiar actores, como Juan Diego, escritores, como Eduardo Mendicutti, Almudena Grandes y Luis García Montero, cantantes, como Miguel Ríos, Ana Belén y Víctor Manuel, políticos, como Gaspar Llamazares e Inés Sabanés y los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente. Detrás de ellos, una multitud de víctimas del franquismo coreaba el nombre del juez que va a sentarse en el banquillo por haber querido atender sus demandas de verdad, justicia y reparación.
El poeta Marcos Ana, el hombre que más tiempo estuvo preso en las cárceles del franquismo, 23 años, criticó junto a la actriz Pilar Bardem, "la inacción del Gobierno y los tribunales españoles" a la hora de castigar los crímenes del franquismo y recordó que quizá sea la justicia argentina la que "suplante" a la española y los juzgue si prospera la querella interpuesta en Buenos Aires por víctimas españolas.
sábado, 19 de marzo de 2011
Inside Job, el documental premiado sobre los origenes de la actual crisis económica.
Charles Ferguson es el autor del mejor documental sobre la guerra de Irak que se haya realizado hasta la fecha, No End in Sight; un escalofriante relato de la cadena de insensateces, chapucerías, mentiras, tergiversaciones y codicia que llevaron a Estados Unidos a involucrarse en un conflicto bélico cuyo final, como dice el título de documental, se pierde de vista.
Por estos días, Ferguson está presentando en Cannes su último trabajo, Inside Job. Esta vez, con idéntica acuciosidad, examina las causas y las consecuencias de la crisis financiera global, que por estos días hace temblar a la Comunidad Europea. Una crisis que, a su jucio, no es en absoluto, accidental:
Esta película procura ofrecer un retrato integral de un asunto extremadamente importante y actual: la peor crisis financiera desde la Depresión, que sigue amenazándonos a través de los problemas de endeudamiento que vive Europa y la inestabilidad financiera mundial. Era una crisis totalmente evitable; de hecho durante 40 años después de la Gran Depresión, los Estados Unidos no tuvo ni una sola crisis financiera. Sin embargo, la progresiva desregulación del sector financiero desde la década de los ochenta, ha dado paso a una industria cada vez más criminal, cuyas “innovaciones” han generado una sucesión de crisis financieras. Cada crisis ha sido peor que la anterior y sin embargo, gracias al creciente poder y riqueza de la industria, muy pocas personas han sido encarceladas en cada una de ellas. En el caso de esta crisis nadie ha sido encarcelado, a pesar del fraude que ha causado pérdidas de billones de dólares. Es mi esperanza que a través de esta película, en menos de dos horas, todos puedan comprender la naturaleza esencial y las causas fundamentales de este problema. También espero que después de verla, independientemente de la opinión política, los espectadores puedan estar y podamos estar todos de acuerdo en la importancia de restaurar la honestidad y la estabilidad a nuestro sistema financiero, y de exigir responsabilidad a aquellos que lo han destrozado.En un entrevista que concediera a The Wall Stree Journal, Ferguson subraya el carácter criminal de la crisis:
Creo que el argumento (de la película) central es que la desregulación, que comenzó en la década de 1980, conduce a la aparición de lo que, sin exageración alguna, es una industria criminal. El sistema financiero estadounidense se ha convertido en una industria criminal, en particular la banca de inversión. Eso es verdad en dos sentidos: la forma tan literal en la que estas personas han violado la ley. En la película, citamos una lista de actividades criminales a gran escala por las que las principales instituciones financieras ya han sido condenadas. El segundo sentido es que se ha desarrollado una cultura de una banca de inversión sin restricciones, en las que la gente puede hacer lo que quiera.Según una nota de prensa:
La tesis secundaria de la película es que a medida que esta industria se ha vuelto más poderosa y rica, ha corrompido las instituciones y a las personas que deberían haberla contenido – obviamente el sistema político, el sistema regulador y, menos obvia pero igualmente importante, el mundo académico y la investigación de la disciplina económica.
El retrato del Sr. Ferguson de la crisis dura aproximadamente 105 minutos. Narrada por el ganador del Oscar® Matt Damon, se rodó en exteriores en los Estados Unidos, Islandia, Inglaterra, Francia, Singapur, y China. “INSIDE JOB” ha sido producida conjuntamente con Sony Pictures Classics. Entre las muchas personalidades que aparecen en “INSIDE JOB” se encuentran líderes empresariales, funcionarios y académicos como Barney Frank, Charles Morris, Daniel Alpert, Dominique Strauss Kahn, Glenn Hubbard, Eliot Spitzer, George Soros, Christine LaGarde, Jeffrey Lane, Kenneth Rogoff, Lawrence McDonald, Martin Feldstein, Harvey Miller, y Michael Greenberger.Charles Ferguson | Entrevista en Charlie Rose Crítica del documental en El País.
Otro vídeo de El País, aquí. 20 películas sobre "economía y negocios" Más en Diagonal.
La banca y el mundo académico
La banca, a través de la financiación de congresos, de revistas supuestamente científicas de gran renombre, de financiación de centros de investigación económica, de pagos a famosos economistas que directamente o indirectamente están a su servicio y del establecimiento de cátedras universitarias, ha configurado la “ortodoxia” del pensamiento económico que ha estado sirviendo, en su gran mayoría, a los intereses del capital financiero de EEUU. Se ha establecido, así, un dominio casi absoluto que ha dominado la cultura económica del país. El documental presenta también la existencia de economistas críticos con este pensamiento único, un número muy reducido, ignorado por el establishment académico económico.
El documento muestra cómo este pensamiento único, ortodoxo, llevó al país y al mundo al desastre. Las enormes crisis financieras y económicas se basaban en las políticas derivadas de los supuestos que regían tal conocimiento ortodoxo económico. La comunidad académica de grandes departamentos universitarios de Economía, donde se reproducía la ortodoxia, falló estrepitosamente, no sólo en prevenir las crisis, sino que contribuyó a que se produjeran. Y lo que el documental denuncia es que, a pesar de este gran fracaso e incompetencia, continúan dominando el pensamiento económico, guiando las respuestas a la crisis a través del Estado federal, proponiendo medidas que están favoreciendo al capital financiero a costa del bienestar de las clases populares estadounidenses.
Sería aconsejable que un documental parecido se hiciera en España mostrando una situación casi idéntica a la que ocurre en EEUU: el dominio de la banca en la reproducción de la sabiduría convencional económica. Sólo basta señalar la coincidencia de puntos de vista y propuestas de cambio que hace el gobernador del Banco de España (el mayor lobby de la banca, que supuestamente es su regulador), los que hace FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), financiada por la banca, y los sucesivos manifiestos (patrocinados por FEDEA) de los 100 economistas, la mayoría académicos. Todos ellos reproducen la misma ortodoxia económica. Su manera de resolver el desempleo es despedir más fácilmente a los trabajadores y bajar sus salarios; la de resolver la supuesta inviabilidad del sistema público de las pensiones es a base de reducir las pensiones; y para resolver la supuesta insostenibilidad del Estado del bienestar proponen reducir todavía más el empleo y el gasto público (en el país de la UE-15 que lo tiene ya más bajo), y así un largo etcétera, medidas todas ellas que están causando un enorme dolor a las clases populares. Nunca incluyen en sus análisis el estudio del comportamiento especulativo de la banca responsable del colapso del crédito (una de las causas de la crisis financiera y económica) ni las propuestas que redujeran el excesivo protagonismo que los intereses de la banca tienen para el buen hacer de la economía española, ni la muy necesaria reforma fiscal que corrija la enorme regresividad existente en España.
Su comportamiento se inspira en el pensamiento neoliberal surgido de los mayores centros universitarios de reflexión económica de EEUU y sus revistas supuestamente científicas. Es demostrativo de ello que en una de las escasas ocasiones que un portavoz del manifiesto de los 100 economistas respondió a mis críticas, no lo hizo respondiendo a mis datos, sino –en un intento de descalificación personal– a mi supuesta falta de conocimiento en Economía que según él quedaba mostrada en que (¡horror de los horrores!) yo nunca había publicado un artículo en American Economic Review, una revista que ha sido un fórum de promoción del pensamiento neoliberal en aquel país.
Durante 40 años he sido catedrático de Políticas Públicas (una especialidad en Ciencias Políticas y Económicas) en The Johns Hopkins University. A la vuelta del exilio, fui propuesto como catedrático extraordinario de Economía Aplicada en la Universidad Complutense. Más tarde fui catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, y después catedrático de Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad Pompeu Fabra. En cuanto a publicaciones, según el instituto de análisis de literatura científica (Lauder Institute of Management and International Studies de Pensilvania), soy uno de los economistas y politólogo españoles más citado en la literatura científica internacional en Ciencias Sociales (que incluye Economía, Ciencias Políticas y Sociología, entre otras disciplinas). Escribo estas notas con cierta incomodidad (procedo de una familia y de una tradición que no ve con buenos ojos hablar de uno mismo) para denunciar los estrechos cánones de ortodoxia económica profundamente ideologizada existente en España, detrás de la cual está el enorme poder de la banca, que al promover el pensamiento neoliberal (que presenta como ciencia económica) está dañando el bienestar de la mayoría de la población española. Vicenç Navarro. Público
http://blogs.publico.es/dominiopublico/3158/la-banca-y-el-mundo-academico/
miércoles, 16 de marzo de 2011
Un cable de WikiLeaks muestra críticas al programa nuclear japonés
Un cable de la embajada estadounidense en Japón, filtrado por WikiLeaks y sacado a la luz pública por The Guardian, muestra cómo Taro Kono, un miembro de la cámara baja nipona, critica las actividades de energía nuclear de Japón. Los puntos criticados por Kono son diversos, pero se refieren fundamentalmente a la forma de actuar por parte del Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI) y las empresas eléctricas del país. El cable, con fecha de finales de 2008, recoge estas críticas realizadas durante una cena entre este miembro de la cámara baja en la que también estaban presentes miembros del Agregado Energético y Económico.
Taro Kono, según el cable de la embajada estadounidense, se mostró muy en contra del programa nuclear de Japón y de su forma de hacer las cosas. Especialmente se hace referencia a temas relacionados con el costo y la seguridad de la energía nuclear. Se afirma que las compañías electicas japonesas habrían ocultado costes y problemas con la energía nuclear mientras que el sobrecoste usado en estas áreas se había puesto en el programa de reciclaje de uranio de cara a la opinión pública.
También se critica que las eléctricas, después del accidente sucedido en el reactor de Monju en 1996, se han enfocado en planes para el reprocesamiento de los materiales en lugar de cancelar los planes nucleares.
Como es de esperar, los estrenos previstos se vieron deslucidos. La catástrofe obligó a cerrar 680 cines por todo el país, 110 de ellos en Tokio. Así que Enredados, que en su primer fin de semana en Estados Unidos recaudó 48 millones, se ha quedado en unos (por otro lado, casi inexplicables, dadas las circunstancias) 1,75 millones en el Japón devastado. En total, la taquilla nipona bajó un 52%. Milagrosamente poco para un país en su peor crisis en 60 años. Pero quizá demasiado para esta industria. Así que los estudios han tomado (y anunciado sin miramientos) medidas. Contaban con Japón para rentabilizar títulos como Linterna Verde, Kung Fu Panda 2 o Transformers 3. Ayer, en una serie de anuncios entre el narcisismo y la celeridad corporativa, empezaron a explicar la reconfiguración de su estrategia nipona.
Warner ha anunciado la retirada de Más allá de la vida, de Clint Eastwood, porque mostraba muy gráficamente cómo un tsunami asolaba el sureste asiático. Y entre bastidores, cancelaba el estreno de El Rito, un drama sobrenatural que protagoniza Anthony Hopkins, para no perjudicar su potencial taquillero.Sony sopesa ahora hacer lo mismo con Battle: Los Angeles, que pensaba estrenar a principios de abril. La película ofrece exactamente lo que promete en el título (la destrucción de California) y Sony sospecha que haya perdido su gancho comercial en un país asolado.
Clint Eastwood, por primera vez, se adentra en el género sobrenatural con "Mas allá de la vida". Recomiendo la película por lo bien hecha que está, no por el contenido; un reflejo en el cine de la moda actual de la vuelta al espiritismo, al más allá... La dirección es soberbia y esos actores se mueven en su salsa, una exquisita muestra de sabores inolvidables; desde el encanto y la frescura de la francesa Cécile De France (Marie Lelay) a la bondad, ingenuidad e inocencia de los chicos George y Frankie McLaren (Marcus/ Jacob) o la madurez y el dominio del actor Matt Damon (George) que muestra sus poderes sobrenaturales. Tres personajes redondos, tres historias entrañables, tres ciudades magnificas; San Francisco, Londres, París. Tanta perfección merecía otra causa mejor, más auténtica, en un mundo donde sobran tantas imposturas, engaños y mentiras. Lo que ahora se hace, quizás con estos sucesos -crisis económica y terremoto tsunami del Japón-, tan evidente y necesario como nunca.
martes, 15 de marzo de 2011
Rescate de la memoria histórica
Ahora ando buscando a mi hermano, supuestamente arrebatado de los brazos de mi madre en el año 1963 en un hospital público de Sevilla por una codiciosa e infame red de personas sin escrúpulos ni alma que después de informar a los padres del fallecimiento del bebé, los entregaban en adopción a otras familias por dinero. El pasado jueves y en un acto organizado por la asociación ANADIR, mientras esperaban a que se les recogieran muestras de ADN para poder encontrar a sus hijos e hijas supuestamente robados, he vuelto a ver llorar a mujeres y hombres también muy mayores, con una mezcla de dolor y esperanza en sus rostros que me será difícil de olvidar. Entre ellas estaba mi madre.
Y siempre termino haciéndome las mismas preguntas: ¿cuándo este país pondrá fin al rastro de dolor y sufrimiento dejado en herencia por el fascismo español? ¿Cuándo se atreverá nuestro Gobierno a cerrar las heridas abiertas todavía para poder así afrontar con valentía la mirada de nuestros mayores, castigados duramente por el hambre y la miseria en la posguerra, consolar su llanto y dejar que vivan y mueran en paz? ¿Cuándo, en definitiva, se sabrá la verdad, se hará justicia y se reparará a las víctimas? Escrito en "El País" por PAQUI MAQUEDA FERNÁNDEZ - Sevilla - 15/03/2011
Leer más sobre niños robados en El País, aquí. Aquí el programa de rtve sobre Las fosas del olvido.
(Foto del autor "Ramo de margaritas" tomada en la entrada del restaurante "O Churrasco", Carretera de Lisboa, a la derecha, a unos 4 km a la salida de Elvas. Portugal. Hacer clik + de 2 veces)
El fracaso del neoliberalismo en el mundo y en la Unión Europea
Este artículo analiza el impacto de estas políticas, a nivel mundial y a nivel de la UE.
El impacto del neoliberalismo en el mundo
Uno de los centros de investigación económica de EEUU, el Center for Economic and Policy Research (CEPR), ubicado en Washington, acaba de publicar el estudio más detallado que haya existido sobre la evolución de los indicadores económicos y sociales de los países de las Naciones Unidas desde 1960 a 2000, dividiéndolo en dos periodos, 1960-1980 y 1980-2000. Esta división se basa en el cambio de paradigma económico que ha dominado el Fondo Monetario Internacional, pasando de keynesianismo en la época 1960-1980 al neoliberalismo en el periodo 1980-2000. De esta manera el estudio hace también una evaluación de las políticas seguidas en el primer periodo (que se caracterizaron por un intervencionismo público en la economía, acompañado de una regulación de los mercados, incluyendo los mercados financieros) con las seguidas en el segundo periodo (una priorización de las fuerzas del mercado con inhibición del papel del estado y desregulación de los mercados, incluyendo los mercados financieros).
El estudio agrupa a los países en cinco grupos según su nivel de desarrollo económico al inicio de cada periodo es decir, 1960 y 1980. Los resultados del estudio rompen con muchos supuestos de la sabiduría convencional (y doctrina oficial del FMI), incluido el supuesto éxito de las políticas neoliberales. El informe muestra como los indicadores económicos y sociales sufrieron un retraso en su mejoramiento durante la segunda época 1980-2000 y ello no como resultado de que el rápido mejoramiento de tales indicadores en el periodo 1960-1980 hubiera agotado las posibilidades de continuar mejorando durante el periodo 1980-2000, sino que la ralentización se debía a las políticas neoliberales que obstaculizaron la continuación de tal progreso. Precisamente para evitar el efecto llamado en inglés “The diminishing returns” (es decir que a mejores niveles de bienestar es más difícil continuar mejorando tal bienestar), se estandarizó el nivel de desarrollo económico comparando países con el mismo desarrollo económico al inicio de la aplicación de las políticas neoliberales con otros países de igual nivel de desarrollo económico al inicio de las aplicaciones de las políticas keynesianas.
Esta ralentización del progreso se acentuó en los países que aplicaron las políticas públicas promovidas por el FMI durante el periodo 1980-2000. El crecimiento económico, el crecimiento del PIB per cápita, el crecimiento de la esperanza de vida, el descenso de la mortalidad infantil, el crecimiento del gasto público educativo, el crecimiento de la población escolarizada (en educación primaria y secundaria), el descenso del analfabetismo, entre otros, fueron mayores en la mayoría de países en la etapa 1960-1980 que en la etapa 1980-2010.
El estudio analizó también la situación de China (la segunda economía mundial) e India (la cuarta economía mundial), ninguna de las cuales siguió las políticas neoliberales. En realidad, en China el crédito está nacionalizado (los cuatro bancos más importantes del país pertenecen al estado, y el 44% de las industrias son propiedades del estado). Ambos países estuvieron entre los que tuvieron un crecimiento mayor de sus indicadores económicos y sociales.
A la luz de estos datos, el FMI perdió bastante credibilidad en sus recetas pues estos hechos documentados en este informe eran conocidos en los países que seguían los mandatos del FMI. Tales recetas hicieron mucho daño al bienestar social de aquellos países sin que, además, fueran eficaces en mejorar sus condiciones económicas. Antes al contrario, el deterioro de los indicadores sociales perjudicaron la situación económica. Muchos países se rebelaron frente al FMI y el coro de voces pidiendo su desaparición creció notablemente. Sus reservas bajaron de 105.000 millones de dólares en 2003 a 20.000 millones en 2007. El número de países que pidió ayuda al FMI decreció espectacularmente como consecuencia de su falta de credibilidad y percibida incompetencia. Fue, durante la crisis iniciada en el 2007, que aumentó su reserva a 750.000 millones, reserva que se está utilizando primordialmente en los países del Este y del Sur de Europa. Sus recetas –que resultaron dañinas e ineficaces en los países asiáticos y latinoamericanos- son ahora llevadas a Europa.
El caso más claro de los impactos negativos de las políticas neoliberales fue en la URSS, donde, en lugar de seguir una Transición que mantuviera un rol para el estado como pasó en China, se pasó de la economía planificada al neoliberalismo más duro con un coste humano enorme. La esperanza de vida descendió y sus niveles de bienestar y calidad de vida bajaron en picado. Todavía hoy, los indicadores de calidad de vida bajo el niberalismo, como esperanza de vida, son más bajos que los existentes en la época preneoliberal. Si tal deterioro hubiera ocurrido en un país que pasara del capitalismo al socialismo el escándalo hubiera sido enorme. Pasó en el sentido inverso y apenas fue noticia.
A la luz de estos datos es difícil sostener que las propuestas neoliberales propuestas por el FMI hayan sido exitosas, tal como sus defensores proclaman.
El fracaso del neoliberalismo en la Eurozona y en la UE
La evidencia científica del fracaso del neoliberalismo aparece claramente también en el análisis del supuesto “rescate” de los países periféricos de la eurozona, despectivamente conocidos como PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y Spain). En los tres primeros países, los fondos del FMI y de la Unión Europea, que se han transferido a estos países (fondos mal llamados “fondos de ayuda y recuperación) han sido condicionados a que sus gobiernos hagan reducciones draconianas de su gasto público, forzando además reformas que tienen como objetivo reducir los salarios. En ninguno de estos tres países, tales políticas han conseguido lo que deseaban. En realidad, los intereses de la deuda pública han continuado aumentando y el crecimiento económico es prácticamente nulo, cuando no negativo. La respuesta a esta situación por parte de la UE y del FMI es que los recortes no han sido suficientes y la bajada de salarios no ha tocado fondo. Como consecuencia de esta lectura del porque tales políticas han fracasado, se exige más de las mismas medidas. Y así se está yendo hacia un suicidio.
Los que no están perdiendo, sin embargo, son los bancos y muy en especial los bancos de los países centrales de la UE y muy en especial los bancos alemanes. Las “ayudas” a aquellos países –Grecia, Irlanda y Portugal- no son ayudas a la población. Son fondos que se prestan a sus gobiernos para que puedan pagar a los bancos. La evidencia muestra claramente que las supuestas ayudas no están ayudando a estos países a que salgan de la crisis.
En realidad seis datos aparecen con toda claridad.
Grecia, Irlanda y Portugal no están saliendo de la recesión. Al revés, están retrocediendo más y más. Su tasa de crecimiento económico es nulo o negativo.
Los intereses de su deuda continúan subiendo, no bajando.
Los bancos domésticos se están descapitalizando pues hay una huida del ahorra doméstico hacia el exterior pues hay una desconfianza creciente en la viabilidad del sistema financiero.
La valoración de sus bonos por las agencias de evaluación continúa siendo de negativa a desastrosa.
Hay una protesta generalizada tanto dentro como fuera de estos países sobre las políticas neoliberales impuestas por el FMI y la UE para salir de la crisis, con el surgimiento de movimientos anti UE.
Y por si todo esto no fuera poco, el BCE está aumentando los intereses bancarios lo cual hará más difícil, casi imposible, la recuperación económica de estos países periféricos.
Las políticas alternativas que deberían hacerse en la eurozona
En realidad, es bastante fácil ver y entender que es lo que debería hacerse. Y no es muy diferente de lo que se hizo para salir de la Gran Depresión (a principios del siglo XX) o de la recesión económica en Europa que ocurrió inmediatamente después de la II Guerra Mundial como resultado de la destrucción de gran parte de las economías europeas. En ambos casos la Recesión-Depresión se revolvió a base de una enorme inversión pública con un enorme crecimiento del gasto público y aumento de la capacidad adquisitiva de la población mediante incremento de los salarios. En EEUU, el New Deal, y en Europa el Plan Marshall, sacaron a aquellos países de la crisis. Imagínese la estupidez que hubiera sido que en aquellos momentos, se hubieran recortado el gasto público y bajado los salarios. De seguirse entonces las políticas que imponen ahora, ni EEUU ni Europa habrían salido de la crisis.
Lo que debería hacerse es pues:
Incrementar la demanda púbica y privada para estimular el crecimiento económico.
Aumentar el gasto público, creando empleo público o financiado públicamente.
Considerar que el desempleo es el mayor problema económico, además de social, existente en la eurozona.
Estimular la demanda doméstica en los países centrales como Alemania, convirtiéndola en el motor de la recuperación económica. Los salarios deben aumentar en tales países, así como en los periféricos.
Redistribuir las rentas, disminuyendo la enorme concentración de las rentas que están dañando la eficiencia económica de los países, sustrayendo grandes cantidades de dinero del consumo y demanda.
Exigir que el Banco Central Europeo sea un Banco central (que tenga como objetivo, además de controlar la inflación, estimular el crecimiento económico y creación de empleo) y compre eurobonos de los estados periféricos con dificultades.
Eliminación de las políticas de austeridad.
Reforzar a los sindicatos para poder restablecer pactos sociales más favorables al mundo del trabajo.
Hacer reformas fiscales profundas que determinen una redistribución de la renta (orientada hacia el consumo de las clases populares).
Eliminar el fraude fiscal y los paraísos fiscales
Establecer Bancas Públicas, exigiendo además, como condición de ayudas a la banca privada, que tales ayudas estén condicionadas a la provisión de crédito.
Eliminar la independencia del BCE y de los Bancos Centrales.
Coordinar las políticas económicas, fiscales y sociales a nivel europeo.
Establecer convenios colectivos a nivel de toda la Eurozona y a ser posible de toda la UE.
Imposibilitar el movimiento de capitales para fines especulativos
Establecer un presupuesto de la UE que alcance (como sus fundadores exigieron) un mínimo de un 7% del PIB europeo. Y que tal presupuesto sea aprobado por el Parlamento Europeo.
Es casi inevitable que (como consecuencia del enorme dominio del pensamiento neoliberal en los establishments mediáticos, económicos y políticos europeos) cada vez que se presenta este programa alternativo (cuya eficacia se ha mostrado en el periodo keynesiando 1945-1980) se desmerezca definiéndolo como utópico, e irrealizable. Pero, su inevitabilidad está basada en el hecho, mostrado y documentado en este artículo, de que las políticas neoliberales actuales están llevando a estos países a una situación económica que no es sostenible ni económica ni políticamente. No hay duda de que tales políticas terminarán imponiéndose. Pero para ello se requiere una enorme movilización y agitación social en protesta a la situación actual. Vicenç Navarro. Fundación Sistema.
lunes, 14 de marzo de 2011
Stéphane Hessel, Indignez-vous!, “Indignaos”
El mini libro ha sido escrito por Stéphane Hessel de 93 años, y lleva vendidos 600.000 ejemplares allí. Solo tiene doce páginas de texto y ahora por fin ha sido traducido al español y redifundido por Attac (bájalo y léelo aquí). Hessel, su autor, es un tipo fascinante cuya historia personal abarca desde la resistencia contra la Alemania Nazi a su participación, en 1948, en la elaboración y redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que, como recuerda Ignacio Ramonet, es uno de los documentos más trascendentales para la humanidad de los últimos seis decenios. Dice Balzac que el panfleto “es el sarcasmo convertido en bala de cañón”. Añade Stéphane Hessel que la indignación es la pólvora de toda explosión social. Dirigiéndose a sus lectores, les recomienda: “Deseo que halléis un motivo de indignación. Eso no tiene precio. Porque cuando algo nos indigna, nos convertimos en militantes, nos sentimos comprometidos y entonces nuestra fuerza es irresistible”.
Los motivos de indignación no escasean: “En este mundo, dice Hessel, hay cosas insoportables”. En primerísimo lugar: la naturaleza del sistema económico responsable de la actual crisis devastadora. “La dictadura internacional de los mercados internacionales” constituye además, según él, “una amenaza para la paz y la democracia”. “Nunca, afirma, el poder del dinero fue tan inmenso, tan insolente y tan egoísta, y nunca los fieles servidores de Don Dinero se situaron tan alto en las máximas esferas del Estado”.
En segundo lugar, Hessel denuncia la desigualdad creciente entre los que no tienen casi nada y los que lo poseen todo: “La brecha entre los más pobres y los más ricos jamás ha sido tan profunda; ni tan espoleados el afán de aplastar al prójimo y la avidez por el dinero”. A guisa de enmienda sugiere dos propuestas sencillas: “Que el interés general se imponga sobre los intereses particulares; y que el reparto justo de la riqueza creada por los trabajadores tenga prioridad sobre los egoísmos del poder del dinero”.
En temas de política internacional, Hessel afirma que su “principal indignación” es el conflicto israelo-palestino. Recomienda que se lea “el informe Richard Goldstone de septiembre de 2009 sobre Gaza (3), en el cual este juez sudafricano, judío, que incluso se declara sionista, acusa al ejército israelí”. Relata su visita reciente a Gaza, “prisión a cielo abierto para un millón y medio de palestinos”. Una experiencia que lo sobrecoge y solivianta. Aunque no por ello reniega de la no-violencia. Al contrario, reafirma que “el terrorismo es inaceptable”, no sólo por razones éticas sino porque, al ser “una expresión de la desesperación”, no resulta eficaz para su propia causa pues “no permite obtener los resultados que la esperanza puede eventualmente garantizar”.
Hessel convoca el recuerdo de Nelson Mandela y de Martin Luther King. Ellos, dice, nos indican “el camino que debemos aprender a seguir”. Porque, para avanzar, sólo existe una conducta: “apoyarnos en nuestros derechos, cuya violación -sea quien sea el autor de ésta-, debe provocar nuestra indignación. ¡No transijamos jamás con nuestros derechos!”.
Finalmente, se declara partidario de una “insurrección pacífica”. En particular contra los medios masivos de comunicación en manos del poder del dinero, y que “sólo proponen a los ciudadanos el consumo de masas, el desprecio hacia los humildes y hacia la cultura, la amnesia generalizada y una competición a ultranza de todos contra todos”.