lunes, 18 de marzo de 2024

La extrema derecha contra los derechos de las trabajadoras en Europa



Contra la igualdad salarial, contra unas condiciones de trabajo y de vida dignas para las mujeres, y sin respaldar siquiera la lucha contra la violencia y la trata de seres humanos: ese ha sido el balance de las votaciones de la extrema derecha en el Parlamento Europeo durante esta legislatura.

En 2020 la Confederación Europea de Sindicatos calculaba que, de no cambiar las políticas de la Unión Europea, la diferencia salarial entre hombres y mujeres en Europa desaparecería… en 2104. Afortunadamente, desde entonces se han propuesto y adoptado algunas políticas de igualdad de género a escala europea. Sin embargo, cuando se presentaron al Parlamento Europeo, algunos se opusieron, no a los detalles con sugerencia de enmiendas, sino a los textos en su conjunto.

Políticas específicas de género
Este es el caso, en primer lugar, de la directiva sobre igual salario por igual trabajo, a la que los eurodiputados nacionalistas y de extrema derecha de los grupos Conservadores y Reformistas Europeos e Identidad y Democracia se opusieron, o se abstuvieron, en un informe que se presentó al Parlamento en 2022 (la directiva sometida a examen se aprobó la pasada primavera).

Lo mismo ha ocurrido con los aspectos de género de la crisis energética. En enero, el Parlamento respaldó por amplia mayoría un informe que valoraba la necesidad de políticas específicas de género, pero se opusieron de nuevo los eurodiputados de extrema derecha. Entre ellos había representantes del Vlaams Belang belga, miembro del grupo ID.

Este comportamiento de voto se mostraba ciego a la necesidad social de Europa entera que abordaba el informe. El Instituto Sindical Europeo demostró recientemente que casi el 80% de los 432.000 millones de euros asignados y destinados a blindar los hogares de la UE (entre septiembre de 2021 y enero de 2023) no se habían dirigido a ese fin, beneficiándose en gran medida los sectores más ricos de la sociedad, mientras que los más pobres, entre ellos muchas mujeres, quedaban a la intemperie.

En cuanto a la pobreza de las mujeres, hemos visto el mismo patrón. En 2022 se elaboró un informe que fue aprobado por el Parlamento, con un fuerte apoyo de los eurodiputados. Pero tampoco hubo apoyo de la extrema derecha, que se abstuvo o votó en contra.

Este comportamiento tampoco fue diferente cuando se trató de promover a las mujeres en los consejos de administración de las empresas. Cuando el Parlamento abordó esta cuestión en 2022, una vez más no suscitó el apoyo de la extrema derecha, no sólo en este o aquel elemento, sino en general (una vez más, la directiva salió adelante a finales de ese año).

Violencia y trata
La situación es aún peor. En esta legislatura también se han redactado, debatido y aprobado informes sobre la lucha contra la violencia y la trata de seres humanos. En cuanto a la violencia, la Organización Internacional del Trabajo y sus distintos grupos -representantes de trabajadores, empresarios y gobiernos- ya habían trabajado en un convenio para 2019 (190) sobre la lucha contra la violencia y el acoso en el trabajo. Cuando la cuestión de su adopción por los Estados miembros de la UE llegó recientemente a las comisiones del Parlamento Europeo, una vez más suscitó un fuerte apoyo, pero no de la extrema derecha.

En cuanto a la lucha contra el trata de seres humanos, cabía imaginar que habría unanimidad, y en enero el Parlamento y el Consejo de la UE aprobaron la revisión de normas en ese sentido. Sin embargo, el eurodiputado Tom Vandendriessche, principal candidato en junio del Vlaams Belang, no sólo se opuso a la iniciativa en comisión. También le reprendieron por utilizar la palabra holandesa omvolking -normalmente traducida como «gran substitución»- en un debate sobre migración celebrado ese mismo mes en Estrasburgo. Su homóloga alemana, Umvolkung, empleada por Alternative für Deutschland, la escogieron en 2019 los lingüistas alemanes como «no-palabra» anual por su contenido inhumano.

A menos de 100 días de las elecciones al Parlamento, tenemos que ser mucho más conscientes de los riesgos que representa la extrema derecha para todos nosotros, especialmente para las mujeres. Les debemos a todas esas mujeres y hombres que lucharon por sus derechos y por los nuestros compartir e intensificar la lucha. Nadie debe decir, el 10 de junio, cuando se conozcan todos los votos: wir haben es nicht gewusst (“no lo sabíamos”).

Marie-Hélène Ska. Secretaria General de la confederación sindical belga ACV-CSC.

 Texto original: Social Europe, 8 de marzo de 2024 

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