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jueves, 8 de octubre de 2020

Volkswagen admitió su apoyo a la dictadura brasileña e indemnizará a sus ex trabajadores perseguidos.

Entre las compañías denunciadas están, además de Volkswagen, Johnson & Johnson, Esso, Pirelli, Texaco, Pfizer y Souza Cruz. La automotriz alemana tiene una larga historia de imputaciones por violaciones a los Derechos Humanos desde el nazismo hasta hoy. ¿Qué dirá Bolsonaro que reivindica al régimen de 1964?

Un acuerdo inédito, arrancado a la filial brasileña de Volkswagen por sus ex trabajadores – víctimas de la dictadura y de la propia empresa entre 1964 y 1985 – descoloca al presidente Jair Bolsonaro que reivindica desde siempre al régimen militar. La automotriz admitió su complicidad en la persecución, secuestro y torturas a empleados de su planta en São Bernardo do Campo, en las afueras de San Pablo y firmó un acuerdo para indemnizarlos por 36 millones de reales (unos 6,4 millones de dólares). El hecho adquirió un peso simbólico muy fuerte en el país de la región que menos progresó en políticas de memoria, verdad y justicia. La razón es obvia: sigue vigente la Ley de Amnistía de 1979 que impide juzgar a los responsables del Terrorismo de Estado. El convenio tiene su contraparte para la multinacional alemana. Se cerrarán tres demandas civiles contra ella y cualquier eventual juicio que se le entablara en el futuro no prosperaría. La medida que tomó la compañía puede ser un precedente para que otras empresas involucradas en el golpe de Estado de hace 56 años – la Comisión de la Verdad de 2014 estableció que hubo unas 53 – sean llevadas a la Justicia también.

“Estamos celebrando este acuerdo porque cambia una página importante de la historia y se da en un momento político de tinieblas por el que pasa Brasil”, señaló Tarcisio Tadeu García Pereira, presidente de la Asociación Heinrich Plagge en diálogo con Efe. Esa organización que representa a las víctimas de la dictadura y de la propia Volkswagen recibirá 3 millones de dólares del total de la indemnización. Lleva ese nombre por un ex trabajador que falleció el 7 de marzo de 2018. Activista sindical y profesional técnico con doce años en VW, terminó en las salas de tortura del DOPS (Departamento de Orden Político y Social). “Alrededor de las dos de la tarde del 8 de agosto de 1972, Plagge fue llamado a la oficina del director Ruy Luiz Giometti, donde dos desconocidos ya lo esperaban para ser arrestado. Lo llevaron al DOPS, donde fue torturado durante treinta días y luego trasladado a la prisión de Tiradentes”, se explica su historia en el libro Empresas alemanas en Brasil: el 7 × 1 en la economía, del periodista germano Christian Russau. Una investigación sobre las relaciones comerciales entre los dos paises.

Además del dinero que cobrará la Heinrich Plagge, dos millones de dólares se destinarán a reforzar las políticas de Justicia Transicional, con proyectos para preservar la memoria de las víctimas y el resto – 1,6 millones de dólares – lo percibirá el llamado Fondo Federal y Estatal para la Defensa y Reparación de Derechos Difusos (FDD). Crítico del convenio porque sostiene que es limitado y beneficioso para la empresa, Jair Krischke, del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil, le dijo a Página/12: “El acuerdo firmado se queda corto con lo negociado en los últimos cinco años. Corre el riesgo de rebajar el nivel de reparaciones que se requerirán en nuevas iniciativas para responsabilizar a las empresas por la comisión de graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura”.

Entre las compañías denunciadas están además de Volkswagen, Johnson & Johnson, Esso, Pirelli, Texaco, Pfizer y Souza Cruz. La automotriz alemana tiene una larga historia de imputaciones por violaciones a los Derechos Humanos desde el nazismo hasta hoy. Sobrevivientes del holocausto la demandaron en 1998 junto a miles de empresas alemanas y austríacas por trabajos forzados y sometimiento a la esclavitud en sus diferentes plantas de Europa. En el libro Volkswagen y sus trabajadores durante el Tercer Reich, se publicaron fotos de jóvenes mujeres, sobre todo de la ex Unión Soviética y Polonia, realizando sus tareas descalzas en pleno invierno. En ese trabajo se denunció que hubo unos 16 mil prisioneros de guerra que se desempeñaron en condiciones infrahumanas en VW, fundada en 1937 durante el Tercer Reich e instalada en Brasil el 23 de marzo de 1953.

La multinacional se refirió al acuerdo conseguido la semana pasada y del que participaron la Fiscalía federal y estatal y el Ministerio de Trabajo. Hiltrud Werner, una ejecutiva de VW, comentó: “Lamentamos los atropellos contra los derechos humanos del pasado. Para Volkswagen es importante asumir la responsabilidad de ese capítulo negativo en la historia de Brasil y promover la transparencia”. Lo que firmó la empresa se conoce jurídicamente como Término de Ajuste de Conducta (TAC) y la obliga además a publicar una solicitada en los medios. Ahora falta que lo ratifique la Procuraduría General de la República (PGR). Sobre el procedimiento, los fiscales dijeron en un comunicado de prensa que “es inédito en la historia de Brasil” y agregaron que se trata de un hecho que “tiene una importancia enorme para la promoción de la Justicia de la transición en Brasil y el mundo”.

También es inusual la investigación que le encargó la propia compañía al historiador alemán Christopher Kopper, un profesor de la Universidad de Bielefeld. Cuando se divulgó su trabajo hace tres años, un dato clave que arrojó fue cómo VW colaboró con la DOPS y puso su personal de Seguridad a perseguir trabajadores como Heinrich Plagge entre 1969 y 1979. Estos últimos habían iniciado la demanda en 2015 que motivó la contratación de Kopper por la automotriz para que hiciera su informe de 126 páginas en una replica muy rápida a las denuncias que recibía.

Krischke señala que “quienes acompañaron la investigación, presentaron la documentación, reunieron testigos y lucharon por el desarrollo del caso no fueron escuchados. Esto fue posible por el producto de la enorme presión de muchas personas y el trabajo continuo de años. Además se impuso la confidencialidad sobre los términos del acuerdo. Ni siquiera se les informó de la fecha en que se firmaría el TAC”.

La multinacional que a nivel regional conduce el argentino Pablo Di Si, un ex futbolista de Huracán que se formó en Estados Unidos – es graduado de Harvard Business School- intenta este enjabonado y lavado de imagen mientras en Brasil despide trabajadores. “Tenemos una excedencia que corresponde a un turno en cada fábrica. Son medidas muy duras, que van a impactar directamente en nuestra fuerza de trabajo, en todas las localidades”, explicó el CEO en una comunicación interna que publicó hace unos días el diario Ambito Financiero. En el país vecino, VW tiene unos diez mil empleados distribuidos en cuatro plantas. Es el mismo Brasil que en 2016, cuando la empresa le encargaba la investigación al profesor Kopper, tenía un diputado que decía: “El error de la dictadura fue torturar y no matar”. Hoy es el presidente de la república y sigue justificando al terrorismo de Estado que con la colaboración de Volkswagen Brasil persiguió, torturó y encarceló a sus trabajadores.

Fuente: https://gustavojveiga.wordpress.com/2020/10/02/volkswagen-admitio-su-apoyo-a-la-dictadura-brasilena-e-indemnizara-a-sus-ex-trabajadores-perseguidos/

sábado, 5 de mayo de 2018

EE UU denuncia al exconsejero delegado de Volkswagen por el ‘Diesel Gate’ Martin Winterkorn, acusado junto a otros cinco ejecutivos de conspirar para evitar los controles a las emisiones

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha decididfo denunciar a Martin Winterkorn, antiguo consejero delegado de Volkswagen, por el fraude de las emisiones de sus coche diésel. En concreto le acusa de haber conspirado junto a otros ejecutivos del fabricante alemán para engañar a los reguladores medioambientales y violar la legislación medioambiental (Clean Air Act). Winterkorn se encuentra en Alemania, por lo que debería ser extraditado.

Los cargos se presentaron el pasado 14 de marzo ante un gran jurado en Detroit (Michigan), pero se desclasificaron este jueves. La acción judicial se conoce después de que dos antiguos directivos de Volkswagen, Oliver Schmidt y James Liang, fueran condenados el pasado año a prisión por participar en el desarrollo del sistema electrónico que permitió engañar los controles a las emisiones.

Martin Winterkorn dejó el cargo de consejero delegado del grupo automotriz en septiembre de 2015, a los pocos días de estallar el escándalo. También se denuncia a otros cinco ejecutivos: Richard Dorenkamp, Heinz-Jakob Neusser, Jens Handler, Bernd Gottweis y Jürgen Peter, acusados de participar en un fraude que duró seis años.

Los seis ejecutivos, según la investigación, sabían que sus coches no cumplían las normas medio ambientales. VW instaló en secreto un sistema informático que era capaz de identificar cuando el vehículo estaba siendo sometido a las pruebas de emisiones. El fraude, que afectó a 600.000 vehículos en EE UU, costó a la compañía 30.000 millones de dólares en compensaciones a los afectados.

En la documentación entregada por la fiscalía se explica que los empleados de Volkswagen hicieron presentaciones en PowerPoint al entonces consejero delegado en las que explicaban como funcionada el sistema y las consecuencias que podía tener si las autoridades en EE UU lo detectaban. Es más, llegaron a plantear un plan de acción para engañar a la agencia del medio ambiente. Winterkorn dio el aprobado.

El fiscal general de EE UU, Jeff Sessions, reiteró que las acusaciones presentadas contra los ejecutivos de Volkswagen son “muy serias” y señala que la investigación demostró que la trama fraudulenta llegó a las esferas más altas de la compañía. “Llevaremos este caso hasta la máxima extensión de la Ley”, advirtió. La compañía se limitó a decir por su parte que está cooperando pero evita comentar sobre la conducta de los seis ejecutivos imputados.

VW ya admitió desde el principio que había falseado los controles. El fraude no afectó solo al mercado de Estados Unidos. Cerca de 11 millones de vehículos equiparon el mismo sistema, de las marcas Volkswagen, Audi y Porsche. Winterkorn supo que los reguladores en EE UU descubrieron el engaño en julio de 2015 y que estaban amenazando con bloquear el proceso de certificación.

El fabricante alemán fue sancionado con 4.300 millones de dólares en Estados Unidos en enero de 2017, a pocos días del cambio de presidencia, tras admitir el fraude. Entonces ya se citó como imputados a Heinz-Jakob Neusser, Jens Hadler, Richard Dorenkamp, Bernd Gottweis y Jürgen Peter, junto a Oliver Schmidt. Algunos de ellos lideraron equipos de ingenieros que diseñaron el sistema.

https://elpais.com/economia/2018/05/03/actualidad/1525377165_856317.html

martes, 17 de abril de 2018

Los sindicatos en EEUU, inesperados aliados de los trabajadores sin papeles

Mike Elk The Guardian / El Diario (España)

Algunas organizaciones sindicales en la construcción llegaron a delatar en el pasado a trabajadores sin papeles a la policía de inmigración.

Manifestación en favor de los derechos sindicales en Nueva York el 24 de febrero en una movilización nacional con motivo del recurso en el Supremo. Manifestación en favor de los derechos sindicales en Nueva York el 24 de febrero en una movilización nacional con motivo del recurso en el Supremo. Erik McGregor / ZUMA PRESS

Mientras la Administración de Trump lleva hasta el lugar de trabajo su lucha contra los trabajadores sin papeles, algunos sindicatos de EEUU están defendiendo a sus afiliados y creando un nuevo frente en la batalla entre el Partido Republicano y los trabajadores organizados.

A Hugo Mejía Murguía, un trabajador sin papeles del norte de California, lo llamaron en mayo por un trabajo. Fue un turno que cambiaría su vida y se convertiría en el inicio de una campaña nacional.

Cuando llegó a la base de la Fuerza Aérea de Travis en Fairfield (California), la policía militar llamó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) al comprobar en su carné de conducir de California que Mejía Murguía no tenía papeles de residencia. Cuando el ICE se presentó en el lugar también detuvo a Rodrigo Núñez, otro trabajador sin papeles.

"Mi vida cambió, en solo cinco o diez minutos sentí que lo había perdido todo", dijo a The Guardian Mejía Murguía, padre de tres hijos.

Dos semanas después, su esposa fue a visitarlo a un centro de detención de inmigrantes. Asombrada, escuchó que el Sindicato de Pintores Local 82 al que pertenecía su marido había contratado a un abogado para defenderlo. "Yo pensaba que mi afiliación al sindicato me servía para trabajar y tener un seguro para mis hijos. Nunca se me ocurrió que mi sindicato me fuera a ayudar en un caso como este, fue increíble", dijo Mejía Murguía.

Bajo la bandera #FreeHugo, su sindicato hizo todo lo posible por él, organizando manifestaciones en todo el país para evitar su deportación.

Para Mejía Murguía, la presión fue intensa. "Un par de veces intenté dejarlo. Era tan difícil estar lejos de mi familia; era duro verlos llorar al otro lado del cristal, sin poder tocarlos cuando venían a visitarme", dijo. "Cuando me dieron las cartas y vi el apoyo, me emocioné y me sentí menos solo con mi caso".

Tras 204 días de detención, el 22 de noviembre fue finalmente puesto en libertad gracias al activismo de su sindicato en las calles y en los tribunales. Le concedieron el permiso de residencia por motivos de asilo político. Rodrigo Núñez tuvo menos suerte. Lo deportaron a México.

Una fuerza laboral migrante
Los diferentes destinos de Núñez y Mejía Murguía ponen de relieve una división dentro del movimiento sindical en lo referido a los trabajadores indocumentados, cada vez más presionados bajo la Administración de Trump.

El sindicato de Núñez, la Hermandad Unida de Carpinteros (UBC, por sus siglas en inglés), no lo defendió. Mientras en las últimas décadas el Sindicato de Pintores ha decidido abrazar la causa de su fuerza laboral, cada vez más inmigrante, la relación con los inmigrantes de la UBC es mucho más tensa.

En marzo del año pasado el representante del Consejo Regional de Carpinteros del Noreste Bill Bing llegó a admitir ante el periódico Buffalo News que su sindicato llamaba al ICE regularmente para denunciar la presencia de trabajadores indocumentados en construcciones del norte del Estado de Nueva York.

"Hay muy buenos contratistas, trabajando con sindicatos locales o no, que sufren las consecuencias de estos negocios sucios", dijo Bing a Buffalo News.

En los Sindicatos de la Construcción de América del Norte, los dirigentes han sido tradicionalmente blancos. Los grupos de derechos civiles les han pedido una y otra vez que admitan a afroamericanos. Durante décadas, sindicatos como la Hermandad Unida de Carpinteros han llamado a las autoridades de inmigración para deportar a los trabajadores indocumentados.

Pero la actitud cambió en las últimas dos décadas, desde que los sindicatos de la construcción trataron de afiliar a más trabajadores indocumentados. En la era de Trump, muchos dirigentes sindicales ven una oportunidad para acelerar esos cambios.

"¿Ha intensificado nuestros esfuerzos la era de Trump? Por supuesto", dice el presidente de la Unión de Pintores, Ken Rigmaiden. "Hay demasiadas razones para enumerarlas todas, pero una en particular es que se está obligando a 11 millones de inmigrantes a regresar al dinero negro de la economía de la construcción, donde prosperan el robo de salarios y la intimidación".

Desde que fue elegido en 2013 como el primer presidente afroamericano del sindicato, Rigmaiden ha liderado los esfuerzos para lograr que los sindicatos de la construcción se hagan cargo de los inmigrantes.

En julio de 2017, Rigmaiden contrató a Neidi Domínguez para que coordinara la campaña estratégica nacional del Sindicato de Pintores. Con 30 años, Domínguez había emigrado de México a los Estados Unidos cuando tenía 9. Vivió indocumentada hasta los 25.

Domínguez es la primera mujer latina en dirigir uno de los principales departamentos del Sindicato de Pintores. No solo se ha esforzado para aumentar la presencia y actividad de su propio sindicato en temas de inmigración. También está presionando a otros sindicatos para que sean más activos.

La opinión de los dirigentes como Domínguez es que los sindicatos de la construcción deben hacer más por los trabajadores inmigrantes si quieren sobrevivir, teniendo en cuenta que la mayoría de los nuevos miembros de la fuerza laboral en la construcción son latinos.

Los trabajadores ya no son solo blancos
"Durante mucho tiempo, los oficios de la construcción no han estado ocupados sino por un grupo de hombres blancos; eso está cambiando, pero no a la velocidad que haría falta", dijo Domínguez.

Bajo la dirección de Domínguez, el sindicato contribuyó al lanzamiento de Familias Trabajadoras Unidas, la coalición que ha servido para aglutinar los esfuerzos de los sindicatos en la protección a los trabajadores amenazados por la deportación. También exige a los sindicatos que sean más inclusivos con los inmigrantes.

Debido a los cambios de la Administración de Trump con relación a los trabajadores indocumentados, el Sindicato de Pintores es uno de los muchos que se ha convertido en santuario para inmigrantes, con programas para defender a sus miembros frente a la amenaza de la deportación.

No solo los sindicatos se han comprometido más con sus miembros inmigrantes enfrentados a la posibilidad de la deportación. Sus políticas hacia fuera también han comenzado a cambiar.

Durante los debates de 2013 sobre inmigración, la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (la mayor central obrera de Estados Unidos, AFL-CIO por sus siglas en inglés) adoptó oficialmente el uso del sistema online E-Verify para verificar la documentación de los trabajadores de la construcción. Aunque algunos sindicatos todavía usan E-Verify, muchos dirigentes sindicales han notado un cambio.

Uno de los factores que han contribuido en el giro hacia la izquierda de los sindicatos de la construcción ha sido el surgimiento de los dirigentes sindicales latinos. Mitad mexicano, mitad polaco y residente en Racine (Wisconsin), Randy Bryce es uno de los más conocidos. Trabaja en la siderurgia. Lo llaman "bigote de hierro" por su distintivo vello facial. Su popular campaña contra el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, lo ha convertido en un éxito de las redes sociales.

Pese a vivir en un distrito del sureste de Wisconsin donde los latinos sólo representan el 5% de la población, Bryce ha hecho de la reforma migratoria el tema central de su campaña. Fue arrestado hace poco durante una protesta contra el rechazo de Ryan a la Dream Act que protegía a los jóvenes indocumentados criados en Estados Unidos.

"A la gente le está llegando el mensaje", dijo Bryce. "Yo le digo a la gente que todo el mundo está tratando de llegar al sueño americano. Cada vez es más difícil de encontrar, pero son ellos los que están arriesgando sus vidas intentando venir para encontrarlo. No es culpa de ellos, es de los jefes que tratan de mantenernos con la bota encima".

Traducido por Francisco de Zárate

Fuente:
http://www.eldiario.es/theguardian/sindicatos-EEUU-inesperados-aliados-trabajadores_0_753125054.html

Nota:
Comprendéis ahora por qué Hitler suprimió los sindicatos, confiscó sus bienes y encarceló y asesinó a la mayoría de sus miembros dirigentes o cuadros? (Por cierto con las riquezas confiscadas levantó la fabrica Wolkswagen, un robo y crimen más, sin consecuencias, nadie fue nunca juzgado. La fábrica llegó a tener mas del 80% de trabajadores esclavos en régimen de terror (1))  Por qué, la Esperanza Aguirre, tb los ha querido eliminar y los ignora?  O la Tacher luchó con policías a caballos para romper las huelgas,... Todos contra los sindicatos, (ahora muy de moda, incluso formando "Plataformas" que nadie sabe que esconden) no por las malas cosas que hacen o los errores, que también los cometen, sino por sus aciertos y bondades, como refleja la noticia.
1) El escándalo de Volkswagen. Cómo, cuándo y por qué Volkswagen manipuló las emisiones de sus vehículos. Jack Ewing (Periodista del NYT)

sábado, 7 de noviembre de 2015

Merkel, tenemos otro problema. Y no es Volkswagen…

Las alarmas han vuelto a saltar en Alemania. Si el escándalo de Volkswagen, que está lejos de apaciguarse, ha levantado ampollas en el mundo entero por el trucaje de sus motores para pasar las pruebas de emisiones, ahora es el turno de otra de las grandes compañías alemanas.

Y de esta dependen muchas cosas en toda Europa. Se trata de Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania, el cual se encuentra en una situación límite después de haber registrado las mayores pérdidas de su historia durante el tercer trimestre de este año.

En concreto, la entidad ha registrado unos números rojos de más de 6.000 millones de euros tras asumir depreciaciones y amortizaciones, lo que ha dejado sus cuentas al borde del abismo y le ha obligado a tomar decisiones drásticas.

Deutsche Bank ha anunciado un ambicioso plan de reducción de costes que se traduce en 15.000 despidos y el cierre de filiales. De este modo, el banco dejará de operar en países como Argentina, Chile, México, Perú, Dinamarca, Finlandia o Nueva Zelanda.

Por un lado, despedirá a 9.000 empleados a jornada completa y a 6.000 procedentes de contrataciones externas. Asimismo, planea desprenderse de activos por valor de 4.000 millones, todo con el objetivo de ahorrar hasta 3.800 millones hasta 2018. Ah, y dejará a sus accionistas sin dividendo.

¿Un transatlántico a la deriva?
Los directivos de la entidad han admitido que deben simplificar sus procesos y estructura y gestionar el banco con más disciplina. ¿Quiere decir esto que Deutsche Bank ha estado malgastando dinero en operaciones y servicios? ¿Ha vivido por encima de sus posibilidades? ¿Ha desatendido la cúpula sus labores de dirección?

Al respecto nadie ha aclarado nada, pero a tenor de este duro plan de ajuste queda claro que en el gigante alemán hace tiempo que no vienen haciéndose bien las cosas. Y curiosamente, la banca alemana se ha puesto como ejemplo de solvencia durante la crisis, mientras que otras, como la española, la italiana y la griega, eran la antítesis de lo que debe ser un buen banco –en algunos casos, con razón-.

De este modo, con pocos días de diferencia, Angela Merkel se enfrenta a lo que supone ver a otra de las grandes empresas de tu país retratada en la prensa mundial, y no precisamente para bien. En un entorno de ligera recuperación en Europa, Alemania empieza a perder brillo, una decadencia agravada por sus propias compañías. ¿Significa esto que la hegemonía germana comienza a desintegrarse?
http://www.elblogsalmon.com/mercados-financieros/merkel-tenemos-otro-problema-y-no-es-volkswagen

martes, 29 de septiembre de 2015

El ‘caso Volkswagen’.

Lo ocurrido en Volkswagen es un claro ejemplo de las consecuencias que pueden generar las incongruentes e interesadas estructuras de mando que rigen hoy tanto en las grandes empresas como en el mundo de los dirigentes políticos. De nada ha servido en Volkswagen que durante muchos años miles de trabajadores hayan hecho perfectamente su trabajo si los responsables de gestionar la empresa, movidos por vete a saber qué avaricioso interés desmedido, han tomado unas decisiones equivocadas y fraudulentas que han destrozado la empresa. El problema es que los dirigentes responsables, en el mejor de los casos, solo perderán sus puestos, que no los enormes ingresos de los que han disfrutado. Serán los trabajadores de una forma u otra los que sin ninguna duda acabarán pagando las consecuencias. Al igual que los ciudadanos de muchos países que tienen que pagar las incompetencias, irresponsabilidades y corrupciones de unos dirigentes casi siempre exentos de responder por ellas. Todo sería diferente si el hecho de ser alto cargo en las grandes empresas o en la política implicara, además de los generosos beneficios que tan fácilmente ellos mismos se adjudican, la obligación por ley de responder personalmente, tanto económica como penalmente, por las consecuencias de su gestión.
 Zaragoza 24 SEP 2015. El País