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lunes, 23 de julio de 2012

Un repaso a las oportunidades que hay fuera. El mercado laboral no levanta cabeza y emigrar es una salida cada vez más habitual (Y obligada)

Europa es el primer destino recomendado a los profesionales españoles. Le siguen América Latina y EE UU.
China ofrece oportunidades para los más arriesgados.
 Con una tasa de paro cercana al 25% y sin visos de mejorar, para muchos españoles nunca ha tenido más sentido que ahora la sentencia de Séneca “Mi patria es el mundo entero”.
Forzados ante la imposibilidad de encontrar empleo, en el primer semestre del año 40.625 ciudadanos emigraron a otros países, un 44,2% más que en 2011, en una diáspora que parece que no ha hecho más que comenzar. Y cuyo primer destino es Europa por su cercanía, por la libre circulación de personas y porque hay países que ofrecen gran número de salidas profesionales.
 Si está desempleado y pensando en hacer las maletas, tenga en cuenta que las necesidades del mercado laboral ya no son las que eran en los años cincuenta. Hoy se necesita personal cualificado y con idiomas, al menos con inglés.
Es el momento de los ingenieros, informáticos, profesionales de la salud y comerciales. Gran parte del mundo carece de ellos. Y muchos españoles van a coger este tren.
 “Calculamos que en los próximos cinco años unos 10.000 ingenieros superiores abandonarán España. Eso a pesar de que el paro en la profesión ronda solo el 8%. Se irán más ingenieros técnicos”, asegura el presidente del Instituto de la Ingeniería de España, Manuel Moreau.

 Antes de decidirse por un país u otro, lo primero que ha de hacer es estudiar su mercado de trabajo, el paro que tiene, las previsiones de contratación, los perfiles profesionales que reclama y adecuar su currículo a las necesidades de las empresas empleadoras.
Debe empezar a buscar trabajo desde España, aconseja María José Martín, directiva de Manpower. Y si no encuentra una compañía que quiera ficharle desde aquí, lo que facilita notablemente la emigración y mejora los salarios, láncese a la aventura, apoyado por información y una red de contactos creada previamente. Todo menos continuar en el paro, recomienda Diego Sánchez de León, socio de Accenture.
 ¿Países emergentes o los vecinos europeos? Aunque las economías más pujantes y con mayores necesidades de contratación son las de los países emergentes, los expertos consultados coinciden en apuntar a Europa como prioridad en la búsqueda. Alemania es el país que ofrece mayores salidas laborales por su tamaño y, además, está reclamando directamente personal español. Fundamentalmente ingenieros superiores y técnicos para la industria y tecnologías de la información, y médicos y enfermeros.
 Al menos otra decena de países que disfrutan de los menores índices de paro de Europa (Noruega, Austria, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Reino Unido, Francia y Suiza) están viajando a España a reclutar a ingenieros y sanitarios o encaminando sus ofertas de trabajo hacia nuestro país, tal y como explica la delegada de la red Eures en España, María José Arias.
 La red europea de servicios públicos de empleo tiene disponibles en su web 1,2 millones de procesos de selección de personal actualmente, aunque solo una pequeña parte específicamente para españoles. “Es el portal más visitado de la Comisión Europea”, informa Arias. Si bien es cierto que las colocaciones que cierra directamente no son todo lo elevadas que pudieran.
 “La Unión Europea debe encontrar un sistema para que los parados españoles de la construcción se coloquen en otros países que carecen de mano de obra cualificada”, sostiene el consejero comercial de la Embajada de Austria en España, Michael Spalek.
“Con una tasa de paro del 4%, Austria precisa profesionales. No queremos atraer a miles y miles de españoles, sino a personal muy cualificado, ingenieros industriales e informáticos, sobre todo técnicos, y que hablen inglés muy bien”. La Embajada está organizando reuniones de empresas austriacas y candidatos españoles en Madrid. A los seleccionados se les pagará el viaje al país y, si son contratados, sueldos netos de unos 2.500 euros mensuales, indica Spalek. Austria precisa también profesionales de la construcción y el turismo. Hay salidas laborales y se puede ir a buscarlas a la aventura, agrega el consejero.
 Alemania exhibe más de 400.000 ofertas de empleo en la red Eures; Reino Unido, más de 300.000; Francia, cerca de 60.000, y Suecia, unos 40.000. Por ello son los lugares más apropiados para que un español emigre, junto a los otros tres países nórdicos, indica la representante del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), María José Arias... (Para ampliar la tabla de El País, clik sobre ella)

 Profesiones con futuro global
 Es difícil que todo el mundo se ponga de acuerdo. Sin embargo, parece que las profesiones de difícil cobertura han conseguido unanimidad a escala global. Según revela un estudio de Manpower Group sobre la escasez de talento en 2012, los directores de recursos humanos de las empresas consultadas lo tienen claro: ingenieros, perfiles tecnológicos, comerciales, técnicos cualificados, oficios manuales, personal contable y financiero y de mantenimiento y limpieza son el personal más reclamado por las empresas en Europa, Oriente Próximo, África, América y Asia. Existen pocas diferencias entre lo que demandan las compañías en unos continentes y otros. América no carece de directivos, pero sí de secretarias y personal administrativo; Asia precisa investigadores y expertos en marketing, y sorprende que en gran parte del mundo (también cuando se desglosa por países) hay una importante necesidad de conductores o cocineros. Si está a tiempo de prepararse para estas profesiones, no lo dude, es imposible que se cubran todas las ofertas de trabajo existentes en un futuro próximo.

Leer más en (CARMEN SÁNCHEZ-SILVA 22 JUL 2012, El País.)
Más noticias relacionadas de El País, aquí.
Agencia laboral europea oficial de la UE.

lunes, 30 de abril de 2012

¿Y la promesa electoral de "lo primero el empleo"? La OIT advierte de que "la trampa de la austeridad" golpea el empleo en España. La Organización Internacional del Trabajo publica su informe anual sobre mercado laboral

Desde que la crisis comenzó, calcula, el mundo arrastra un déficit de 50 millones de empleos La obsesión de los Gobiernos europeos por el déficit, apunta, está dañando el mercado laboral La Organización Internacional del Trabajo ha hecho público su informe sobre Trabajo en el Mundo 2012, donde repasa las perspectivas de empleo para este año. El organismo solo observa perspectivas positivas para Asia y América Latina. Con el mercado laboral europeo, sin embargo, es muy pesimista, y recuerda que este continente es responsable de dos tercios del aumento de la tasa de desempleo desde 2010. "¿Cómo salir de la trampa de la austeridad?", pregunta la OIT, que advierte que los recortes y la obsesión por atajar el déficit de los Gobiernos están dañando el mercado laboral de todo el mundo. Para la OIT, las medidas de austeridad aplicadas por el Gobierno español actual y el anterior "han afectado al crecimiento y al empleo en el corto plazo y, por el momento, no se han traducido en una reducción significativa del déficit fiscal", que era el objetivo perseguido. Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales (IIEL) de la OIT, señala que no se puede fiar solamente a la austeridad y los recortes presupuestarios la recuperación de la economía y del empleo, y que las políticas de reducción del déficit han tenido un efecto contrario al deseado. "Se pensaba que esos recortes iban a fomentar la confianza y la inversión, crear mayor crecimiento en algún momento y empleo, pero en realidad lo que está pasando es que sigue cayendo la confianza y la inversión", argumenta este experto de la OIT, según informa EFE. Torres achaca la última ola de destrucción de empleo en España "a las políticas de austeridad" y consideró que esta tendencia se ha acentuado tras un breve periodo entre finales de 2009 y mediados de 2010 "en el que el mercado laboral se deterioró menos"... Continuar en El País. "La inestabilidad laboral es una tragedia humana para los trabajadores; pero además supone un desperdicio de la capacidad productiva". Informe en Inglés aquí.

lunes, 16 de abril de 2012

Perjudicar al otro. En países intervenidos están desapareciendo los convenios y vuelve la negociación directa individual y desigual.

Se creía que el mundo había aprendido unas cuantas cosas (pocas, pero sustanciales) de la otra gran crisis mayor del capitalismo, la Gran Depresión de los años treinta. Entre ellas, la bondad de incorporar a cada vez más gente a los sistemas de protección social que se denominan Estado de bienestar, y la necesidad de evitar las políticas proteccionistas de sálvese quien pueda como método por el que un país sale de sus dificultades y se las coloca al de al lado.
Pues bien, ambos avances están en cuestión. En vez de tratar de universalizar los pilares del welfare —que en el mejor de los casos disfruta alrededor de una sexta parte de la humanidad— ahora se trata de restringirlos, hacerlos selectivos entre los que disponen de ellos. No solo la educación, pensiones, sanidad, sino el mismo derecho del trabajo y la negociación colectiva. Con motivo de las últimas medidas de austeridad exigidas a Grecia se han eliminado multitud de convenios colectivos y se han sustituido por acuerdos individuales entre el trabajador individual y el empresario, como si no existiese desproporción entre el poder de negociación de los dos interlocutores.
Se está obviando el principio del cura dominico Lacordaire (escrito en año 1848, el año del Manifiesto comunista de Marx y Engels) de que entre el fuerte y el débil, entre el rico y el poderoso, entre el amo y el criado, la libertad es lo que oprime y la ley lo que libera. Menos mal que no se han acordado de ello en la reciente reforma laboral de España.
Otro aspecto que distanciaba la depresión de los años treinta y la Gran Recesión es que ahora los casos de proteccionismo no son generalizados. Pascal Lamy, presidente de la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha hablado de “proteccionismo de baja intensidad”. Pero comentarios reiterados como los del presidente francés Nicolas Sarkozy o los del tecnócrata italiano Mario Monti procurando la desviación de sus graves problemas económicos señalando los de España o Grecia (y unificando demagógicamente los de estos dos países, tan diferentes) recuerdan las tesis de una de las discípulas predilectas de Keynes, la catedrática de Cambridge Joan Robinson, cuando calificó “las políticas de empobrecimiento al vecino” al describir las decisiones de los gobiernos que procuraban superar sus dificultades económicas a expensas de otras naciones.
Leer todo aquí.

viernes, 25 de marzo de 2011

¿Qué se debe hacer para crear empleo?

Los economistas neoliberales, representados en España por lo que trabajan alrededor de FEDEA financiados por la banca y las grandes empresas, vienen afirmando que es preciso llevar a cabo reformas laborales para combatir el desempleo.

Normalmente presentan sus propuestas como si fueran el resultado de análisis científicos rigurosos y fuera de toda duda pero es importante que la ciudadanía sepa que no cuentan con más evidencia empírica que la que tienen otros análisis que proponen fórmulas alternativas para combatir el desempleo. Y, en consecuencia, que siguiendo sus propuestas, como se viene haciendo, es completamente improbable que se pueda reducir la tasa de paro que sufrimos.

Los economistas neoliberales afirman que las instituciones del mercado de trabajo (salarios, mecanismos de negociación, sindicatos, costes de despido, formas de contratación...) son las que determinan que haya más o menos facilidad para crear empleo y que, por tanto, son las determinantes de las tasas de paro existentes. Afirman que en países como España esas instituciones constituyen rémoras que impiden que las empresas contraten a más trabajadores y que, por tanto, hay que reformarlas para hacerlas más flexibles, es decir, menos costosas y más favorables a las estrategias empresariales.

El punto de partida de estas formulaciones es considerar que el trabajo es una mercancía más, y que el paro simplemente refleja un exceso de oferta en el mercado que se puede resolver si se baja el precio del trabajo, el salario. Cuando las instituciones son rígidas o inadecuadas (como entienden que ocurre en España) no se producirá ese descenso del salario y por tanto perdurará el paro. Un paro que estos economistas denominan voluntario porque sería el resultado de que los trabajadores no aceptan otras condiciones más flexibles o menos onerosas para las empresas. Las propias clases trabajadoras, y más concretamente los sindicatos que se suponen que son quienes representan sus intereses, serían los culpable de que hubiese desempleo, de lo cual también deducen que lo deseable sería que la presencia sindical fuese mínima, bien haciéndolos desaparecer o reformando la negociación colectiva para lograr que tengan la menor influencia posible en la determinación de las condiciones de trabajo
Hace ya uno sesenta años que economistas como Keynes o Kalecki pusieron de relieve que este enfoque contenía errores de partida esenciales y que la evidencia empírica más bien mostraba que eran otros factores los que actuaban como determinantes de la tasa de paro. Pero, pese a ello, los economistas neoliberales siguen manteniendo esas hipótesis, lo que no se puede explicar sino como el resultado de una opción ideológica, legítima, pero ideológica al fin y al cabo y no científica, como siempre quieren hacer creer cuando presentan sus propuestas.

El hecho de que esta tesis haya sido sostenida por los grandes organismos económicos internacionales, por las patronales y por los grandes centros de poder es lo que ha permitido que, pesar de su falta de fundamento científico, se haya convertido en la inspiradora de las políticas laborales y económicas de los últimos años, orientadas, como se sabe a flexibilizar y liberalizar los mercados laborales.

La consecuencia de ello ha sido que, unidas estas políticas a otras igualmente desalentadoras de la actividad económica, no se han podido crear los puestos de trabajo necesarios y, sobre todo, que el empleo generado ha sido más barato y de peor calidad, lo que ha redundado en el incremento de las rentas de capital frente a la salariales.

Recientemente, mientras que los economistas neoliberales continúan insistiendo en sus propuestas de reforma laboral, se acaba de publicar un artículo en el Cambridge Journal of Economics (2011, 35; pp. 437–457) en el que de nuevo se demuestra (en este caso para la experiencia de 20 países de la OCDE incluida España) que la evidencia empírica no da apoyo a sus tesis.

En su trabajo Capital accumulation, labour market institutions and unemployment in the medium run los economistas Engelbert Stockhammer y Erik Klär demuestran que los factores que tienen que ver con la acumulación de capital y con las variables macroeconómicas que actúan sobre el lado de la demanda tienen una influencia mucho más significativa que las instituciones del mercado laboral sobre las tasas de paro a medio plazo.

Se evidencia así una vez más que las propuestas de reforma de los economistas neoliberales no son las más adecuadas para generar empleo y que, por el contrario, lo mejor que se puede hacer para conseguir crear puestos de trabajo es actuar sobre el mercado de bienes y servicios para lograr que haya demanda efectiva suficiente.

La reforma laboral que proponen y que en parte ha aceptado nuestro gobierno no solo no permitirá generar más empleo (en realidad, así lo reconocieron los defensores más honestos de la propuesta) sino que, a la vista de evidencias como las que muestra este artículo, lo que hará será dificultar que se cree a medio plazo.

Las reformas laborales que plantean los neoliberales y aplicadas en los últimos años perjudican a la creación de empleo porque deprimen la demanda efectiva y, por tanto, empeoran las condiciones de la acumulación del capital. Al igual que sucede con la política monetaria que se ha venido llevando a cabo por el Banco Central Europeo y con el conjunto de políticas que han aplicado los gobiernos.
Para crear empleo hay que hacer otra cosa, según nos sugieren trabajos empíricos como el que acabo de mencionar. Hay que estimular la inversión productiva, hay que crear capital social y sostener una demanda efectiva potente que principalmente puede provenir de la masa salarial, puesto que las rentas del capital y las más altas tienden a dedicarse al ahorro en mucha mayor proporción y éste, en ausencia de las reformas necesarias del sistema financiero, es absorbido por éste último y derivado hacia la inversión especulativa.

La receta más adecuada para combatir el paro facilitando la generación de puestos empleo es crear condiciones macroeconómicas que dinamicen el mercado de bienes y servicios. Actuar sobre el mercado laboral para abaratar el empleo y para proporcionar condiciones más favorables de contratación para la gran empresa no lo garantiza a medio plazo. Podría ser una buena solución para la empresa considerada aisladamente pero no para el conjunto de ellas y, sobre todo, para las pequeñas y medianas que no disponen de la válvula de escape de los mercados globales.
Juan Torres López-
Publicado en Sistema Digital el 3 de marzo de 2011.
(Foto del autor, "Paisaje urbano de Coimbra, Portugal. 22-03-11)

sábado, 12 de diciembre de 2009

Que no se aprovechen de la crisis..

Bajo el lema "Que no se aprovechen de la crisis, el trabajo lo primero, por el diálogo social", trabajadores y sindicatos reclaman en la capital la recuperación del diálogo social y la transformación del modelo de crecimiento económico
Miles de trabajadores convocados por los sindicatos CC.OO. y UGT han recorrido esta mañana las calles de Madrid en una manifestación para denunciar la situación por la que atraviesan la economía y la negociación colectiva y para demostrar al Gobierno central y regional que "hay otros caminos posibles para salir de la crisis"....la movilización reclama la recuperación del diálogo social para proteger el empleo y los salarios, así como la movilización de recursos que ayuden a reactivar la actividad económica a fin de transformar el modelo de crecimiento.
Leer aquí.