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sábado, 4 de abril de 2015

Catequesis en la escuela. Es posible enseñar religión desde la laicidad, sin comprometerse con su doctrina. La asignatura confesional debiera ser una opción voluntaria sin contrapartida obligada para los que no la quieren

La enseñanza de la religión vuelve a ser motivo de debate. Es la señal de que no se ha resuelto bien el paso de la escuela nacionalcatólica a una escuela laica o aconfesional, como la que propicia la Constitución. Que el decreto que fija el currículum de la enseñanza de la religión católica en la educación primaria y secundaria convierte la clase de religión en catequesis es indiscutible, pese a que explícitamente afirme que huye de “la finalidad catequética o del adoctrinamiento” y que sólo busca “ilustrar a los estudiantes sobre la identidad del cristianismo y la vida cristiana”. Mientras la religión sea una materia optativa, dirigida sólo a los padres creyentes, difícilmente estará haciendo algo más que lo que siempre han hecho las catequesis o las clases de catecismo. Tal es, por otra parte, la intención implícita en los contenidos del programa. Y es lógico que sea así. Una clase de religión para católicos ha de enseñar que Dios es el autor de la creación, ha de enseñar a rezar, ha de inculcar la doctrina moral católica, ha de transmitir la idea de que la felicidad no se encuentra en esta vida, pero sí en la otra. Una clase de Religión para creyentes es lo que siempre ha sido: una clase de doctrina cristiana.

Es de justicia al hablar de este tema evocar la figura del estimado Luis Gómez Llorente, que, en sus años de diputado socialista, militó enérgicamente para encontrar un equilibrio satisfactorio entre el derecho de los padres a elegir una formación religiosa para sus hijos y la construcción de una escuela laica consecuente con los principios de la laicidad. Gómez Llorente fue testigo directo de los avatares que llevaron a la redacción del artículo 27.3 de la Constitución, que reconoce “el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos”, así como a la ratificación del acuerdo de 1979 sobre temas educativos con la Santa Sede. Ahí vio, a su pesar, cómo se colaba el requisito de que la enseñanza de la religión debía gozar de “condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales” (artículo 2). Un extremo que había de conducir a la prescripción de la religión como una materia evaluable, equiparable a cualquier otra, y, en consecuencia, a la imposición de una asignatura alternativa para aquellos alumnos que no asisten a clase de Religión.

La indignación de quienes apuestan por una laicidad —o aconfesionalidad— manifiesta en la escuela suscita incomprensión por parte de quienes aducen que se trata, a fin de cuentas, de una materia optativa, a elegir libremente por los padres. Nadie está obligado a cursarla, ¿de dónde viene, pues, el descontento? Es para responder a esta inquietud que convendría repasar las ideas que Gómez Llorente vertió en algunos de sus escritos lamentablemente no publicados. La actitud laica, como se define en todas partes, consta de dos ingredientes: libertad de conciencia y neutralidad del Estado en materia religiosa. Cada ciudadano es libre de ser o no religioso y de abrazar la religión que quiera, mientras que el Estado debe abstenerse de preferir una religión a otra y hasta de militar a favor de la ausencia de religión. Desde tal actitud se explica que la enseñanza de la religión sea ofrecida como una opción libre. Incluso puede entenderse que se proponga el ámbito escolar como adecuado para ofrecer ese tipo de formación. Lo que importa es discutir los detalles y la forma de la propuesta.

Hay dos maneras de ofrecer clase de Religión en la escuela: fuera del horario lectivo y del currículum, o incluida en el horario lectivo y equiparable a cualquier otra asignatura. Esta segunda opción, a la que vuelven reiteradamente los grupos conservadores, es la que va acompañada, en nuestros pagos, de la oferta de otra asignatura para los alumnos que no escogen Religión. Pero dicha opción siempre ha sido, en palabras de Gómez Llorente, una “pseudosolución”, por dos razones. La primera, porque la “alternativa” a la religión, sea cual sea, no respeta la “voluntariedad” de los padres que no quieren ni catequesis para sus hijos ni ninguna de las variantes que se proponen obligatoriamente en su lugar. La religión confesional debiera ser una opción voluntaria sin contrapartida obligada para los que no la quieren. Tenemos una red de escuelas concertadas católicas, subvencionadas con fondos públicos, que pueden cubrir la demanda de formación religiosa de los alumnos cuyos padres lo soliciten. Obligar al resto de alumnos a cursar una alternativa a la religión contradice la libertad de conciencia que se atribuye a los ciudadanos de un Estado laico, ya que se suele olvidar que esa libertad no es sólo la de los creyentes, sino también la de los que no lo son, o la de los que profesan religiones minoritarias. Aunque parece que existen decretos similares al de la enseñanza de la religión católica para las otras religiones, es obvio que estas no serán ofrecidas de la misma forma en que lo es la religión católica, que se ampara en el acuerdo con la Santa Sede.

Hay otro elemento que hace de la solución propuesta una pseudo o mala solución al conflicto sobre la enseñanza de la religión. Suscribo la afirmación del decreto cuando dice que “el olvido y la ignorancia de la religión podría tener consecuencias catastróficas para la cultura en general y la memoria colectiva”. Es totalmente cierto. Nuestra cultura incluye el “hecho religioso” e ignorarlo es analfabetismo. Los profesores de Filosofía, Historia del Arte o Literatura comprueban cada día que la falta de cultura religiosa de los estudiantes es un obstáculo para explicar aspectos fundamentales de sus materias. No hace falta saber el Padrenuestro ni recitar el catecismo de corrido; lo que importa es tener referencias bíblicas, de la historia del cristianismo y del culto, que permitan identificar y comprender los símbolos, las imágenes, la arquitectura y el pensamiento cristiano que ha dejado huellas innegables en nuestra cultura, para bien y para mal, pero que deben ser conocidas. Tal es la razón por la que, en distintas ocasiones, se ha abogado por la creación de una asignatura, no alternativa a la doctrina católica, sino imprescindible para la adquisición de la cultura religiosa en general por parte de todos los alumnos. Una asignatura que debería abarcar tanto la historia del cristianismo (la antigua “historia sagrada”), como la de otras religiones, y que profundizara en esa “ética civil” que necesitamos todos, más allá de la moral católica, islámica o evangélica, privativas de cada una de las religiones particulares.

Tras muchos años de conflicto, habíamos llegado a consensuar una Educación para la Ciudadanía para todos los alumnos, que consistía en esa iniciación cívica indispensable para adquirir un sentido de lo que es comportarse como buen ciudadano. No era la solución óptima, a mi juicio, pero era mejor que la elección entre la religión y su “alternativa”. Comparto de nuevo la afirmación que tantas veces le oí a Gómez Llorente de que la cuestión religiosa debe importarnos a todos y que es posible enseñar religión desde la laicidad, sin comprometerse con su doctrina —lo que hace la catequesis—, pero informando de lo que ha significado y sigue significando la religión en el mundo. Ahora que el islamismo irrumpe con violencia en nuestras sociedades, no es absurdo conocer lo que ocurrió antaño con el cristianismo y lo que ha significado para bien de todos el proceso de secularización. Pero también conviene enseñar lo que le debemos a la religión en materia de costumbres y que forma parte de aquellos valores que consideramos universalizables. Valores no tan distantes de los que hoy configuran las llamadas “virtudes cívicas” fundamentales para la regeneración democrática.

Una vez más hay que lamentar que el equilibrio que se logró al redactar la Constitución no haya perdurado...
http://elpais.com/elpais/2015/03/18/opinion/1426703664_774909.html

jueves, 26 de diciembre de 2013

The Spiritual and Secular Joy of Bach. La espiritual y secular alegría de Bach

Si desea difuminar a un ateo, juegue la carta de Bach, Johann Sebastian Bach. Si fuéramos a acabar con la religión, puedes preguntar, ¿no estaríamos privandonos de Bach? (Se podría similarmente jugar la carta de Dostoievski o de la tarjeta de Miguel Ángel.)

Después de todo, no es la esencia de Bach -la calidad y la intensidad de la sensación en su música- la que se encuentran en la forma en que lleva a la convicción de su fe? La respuesta es complicada, tanto por Bach y sus oyentes. Algunos de los admiradores más devotos seculares de Bach han confesado sus sentimientos divididos sobre este tema.

"Conscientemente, yo soy sin duda un ateo", escribió el compositor húngaro György Kurtág. Pero "si miro a Bach, no puedo ser ateo."

El hombre que hizo fresco el ateísmo, Friedrich Nietzsche, escribió lo siguiente en una carta en 1870: "Esta semana he escuchado la Pasión según San Mateo tres veces y cada vez he tenido la misma sensación de admiración inconmensurable." Aquel que ha olvidado por completo el cristianismo verdadero, oye aquí como un evangelio."

Es el evangelio de acuerdo a Bach. Como Glenn Gould comentó una vez: "Creo en Dios -Dios de Bach-"

Entonces, ¿qué hace exactamente representar a Dios de Bach? John Eliot Gardiner, autor del nuevo libro de Bach: Música en el Castillo del Cielo, ofrece esta respuesta elocuente:

Sería denigrante insistir en qué necesita una persona para tener creencias cristianas con el fin de apreciar la música religiosa de Bach. Sin embargo, es cierto que sin una cierta familiaridad con las ideas religiosas con las que está imbuido uno puede perderse tantos matices, incluso la forma en que su música más adelante se puede ver actuar como una crítica de la teología cristiana.

De hecho, si usted hace caso omiso de las intenciones originales de Bach, el compositor, y las intenciones de las autoridades de la iglesia que encargaron su música, se echa en falta el elemento más subversivo de Bach, su independencia de espíritu, su humanismo.

En el vídeo de la página fuente, Gardiner señala que Bach no era ciertamente un "siervo obediente del clero de la iglesia." Al igual que Miguel Ángel o las meditaciones introspectivas de Dostoievski sobre temas cristianos, la música de Bach representa "sus propios puntos de vista en cuanto a cómo la doctrina cristiana apela a él y también cómo piensa que se aplica a sus semejantes", dice Gardiner. En otras palabras, Bach puso su toque personal a los textos religiosos, que "plantea toda la cuestión de la relación entre la música y el texto."Vemos en Bach cómo la música puede funcionar de acuerdo con sus propias reglas e incluso actuar en contrapunto con el texto que se supone que debe dilucidar" . "Por lo tanto, Gardiner dice que encuentra en Bach "una sensación de alegría secular, laica y derrama efervescencia" que "salta por encima de todos los límites de la nacionalidad, de la fecha, del período."
Fuente; http://bigthink.com/big-think-tv/the-spiritual-and-secular-joy-of-bach

miércoles, 15 de mayo de 2013

Walter Benjamin y el capitalismo como religión

1. Hay signos de los tiempos que, aunque obvios, los hombres, que escrutan las señales en los cielos, no llegan a percibir. Cristalizan en eventos que anuncian y definen la época, es decir, eventos que pueden pasar inadvertidos y no alterar en nada, o casi nada, la realidad en la que encajan y que, sin embargo, y precisamente por esto tienen valor de signo, de indicio histórico: semeia ton kairon . Uno de estos eventos tuvo lugar el 15 de agosto de 1971, cuando el gobierno de EE.UU., bajo la presidencia de Richard Nixon declaró que la convertibilidad del dólar quedaba suspendida. Si bien esta afirmación ponía fin, de hecho, a un sistema que había vinculado durante mucho tiempo el valor de la moneda a una base áurea, la noticia, que saltó en plenas vacaciones de verano, provocó menos debate del que era razonable esperar.

Sin embargo, desde ese momento, la inscripción que todavía se puede leer en muchos billetes de banco (por ejemplo, en los de la libra esterlina o la rupia, pero no en los del euro): “ Me comprometo a pagar al portador la suma de ...” refrendada por el gobernador del banco central, perdió definitivamente su sentido. Esta frase pasó a significar que a partir de ese momento a cambio del billete el banco central correspondiente haría entrega a quien lo solicitara (si alguien era lo suficientemente tonto como para hacerlo) no una cierta cantidad de oro (para el dólar, 1/35 de onza) sino un billete exactamente igual. El dinero había quedado desprovisto de cualquier valor que no fuera el puramente autorreferencial. Tanto más sorprendente fue la facilidad con que fue aceptado el acto del soberano estadounidense, que equivalía a cancelar el patrimonio de oro del dueño del dinero. Y si, como se ha sugerido, el ejercicio de la soberanía monetaria de un Estado consiste en su capacidad para inducir a los participantes del mercado a emplear sus obligaciones como dinero, en ese momento las obligaciones perdieron toda consistencia real, se habían convertido en puro papel.

El proceso de desmaterialización de la moneda se había iniciado muchos siglos antes, cuando las necesidades del mercado llevaron a añadir a la moneda metálica, necesariamente escasa y engorrosa, letras de cambio, billetes bancarios, juros , goldsmith’s notes, etcétera. Todas estas monedas de papel son en realidad títulos de crédito, por cuya razón se conoce como moneda fiduciaria. La moneda metálica, en cambio, valía –o hubiera debido valer– su contenido de metales preciosos (cuestión, como se sabe, insegura: el caso extremo fue el de las monedas de plata acuñadas por Federico II, que apenas usadas dejaban a la vista el rojo de cobre). Sin embargo, Schumpeter (que vivió, es cierto, en un momento en el papel moneda había desbordado la moneda metálica), pudo afirmar no sin razón que, en última instancia, todo el dinero es sólo crédito. Después del 15 de agosto de 1971, habría que añadir que el dinero es un crédito basado sólo en sí mismo y que no refleja nada más que a sí mismo.

2. El capitalismo como religión es el título de uno de los más penetrantes fragmentos póstumos de Walter Benjamin.

Que el socialismo era algo parecido a una religión fue observado con frecuencia (entre otros por Schmitt: “El socialismo pretende dar vida a una nueva religión que para los hombres de los siglos XIX y XX tuvo el mismo significado que el cristianismo para los hombres de hace dos mil años.”) Según Benjamin, el capitalismo no es sólo, como afirma Weber, una secularización de la fe protestante, sino que él mismo es esencialmente un fenómeno religioso, que se desarrolla como parásito a partir del cristianismo. Como tal, como religión de la modernidad, se define por tres características:

1.- Es una religión de culto, tal vez la más extrema y absoluta que ha existido jamás. Todo en ella tiene significado sólo con referencia al cumplimiento de un culto, no con un dogma o una idea;

2.- Es un culto permanente, es “la celebración de un culto sans trève et sans merci ”. No es posible aquí distinguir entre días festivos y días laborables, sólo hay un único e ininterrumpido día de fiesta-trabajo en el que el trabajo coincide con la celebración del culto;

3.- El culto capitalista no remite a la redención o la expiación de la culpa, sino a la culpa misma: “El capitalismo es quizás el único caso de un culto no expiatorio sino culpabilizador… Una monstruosa conciencia culpable que no conoce la redención se convierte en culto, no para expiar en éste su culpa sino para hacerla universal ... y para atrapar al final a Dios mismo en la culpa ... Dios no ha muerto, sino que se ha incorporado al destino del hombre.”

Precisamente porque tiende con todas sus fuerzas no a la redención sino a la culpa, no a la esperanza sino a la desesperación, el capitalismo como religión no tiende a la transformación del mundo sino a su destrucción. Y su dominio es en nuestro tiempo tan completo que los tres grandes profetas de la modernidad (Nietzsche, Marx y Freud) conspiran, según Benjamin, con él, son solidarios, de alguna manera, con la religión de la desesperanza. “Este paso del planeta hombre por la casa de la desesperación, en la soledad absoluta de su recorrido es el ethos que define Nietzsche. Este hombre es el superhombre , es decir el primer hombre que comienza a darse cuenta conscientemente de la religión capitalista.” Pero también la teoría freudiana pertenece al sacerdocio del culto capitalista: “Lo reprimido, la representación pecaminosa ... es el capital, sobre el cual el infierno del inconsciente paga intereses.” Y, en Marx, el capitalismo “con los intereses simples y compuestos, que son función de la culpa ... se transforma inmediatamente en socialismo”.

3. Vamos a tratar de tomar en serio y desarrollar la hipótesis de Benjamín. Si el capitalismo es una religión, ¿cómo podemos definirlo en términos de fe?, ¿en qué cree en el capitalismo? ¿qué implica, en lo que respecta a esta fe, la decisión de Nixon?

David Flüsser, gran estudioso de la ciencia de las religiones –hay también una disciplina con este extraño nombre– estaba trabajando sobre la palabra pistis, palabra griega que Jesús y los apóstoles utilizaban para “fe”. Un día se encontraba en una plaza de Atenas y en un momento dado, al levantar los ojos, vio escrito en grandes caracteres ante él Trapeza tes pisteos . Aturdido por la coincidencia, miró mejor y después de unos segundos se dio cuenta de que simplemente estaba ante un banco: trapeza tes pisteos significa en griego “banco de crédito”. He aquí el significado de la palabra pistis, que llevaba meses tratando de averiguar: pistis, “fe” no es más que el crédito de que gozamos ante Dios y del que la palabra de Dios goza en nosotros desde el momento en que creemos en él. Por esta razón Pablo puede afirmar en una famosa definición que “la fe es la sustancia de las cosas esperadas”: es lo que da credibilidad a la realidad y a lo que no existe todavía, pero en lo que creemos y tenemos fe, en lo que hemos puesto en juego nuestro crédito y nuestra palabra. Creditum es el participio pasado del verbo latino credere: es aquello en lo que creemos, en lo que ponemos nuestra fe, cuando establecemos una relación de confianza con alguien tomándolo bajo nuestra protección o prestándoles dinero, confiándonos a su protección o tomando dinero prestado. En la pistis paulina pervive, es decir, la antiquísima institución indoeuropea que Benveniste ha reconstruido, la “fidelidad personal”: “El que detiene la fides puesta en él por un hombre tiene en su poder a este hombre ... En su forma primitiva, esta relación implica una reciprocidad: poner nuestra fides en alguien procuraba, a su vez, su garantía y su ayuda.”

Si esto es cierto, entonces la hipótesis de Benjamin de una estrecha relación entre capitalismo y cristianismo recibe una confirmación ulterior: el capitalismo es una religión basada enteramente en la fe, una religión cuyos seguidores viven sola fide (sólo por medio de la fe). Y como, según Benjamin, el capitalismo es una religión en la que el culto se ha emancipado de todo objeto y la culpa de todo pecado y, por lo tanto, de toda posible redención, así, desde el punto de vista de la fe, el capitalismo no tiene objeto: cree en el hecho puro de creer, en el puro crédito ( believes in pure belief ), es decir: en el dinero. El capitalismo es, por ello, una religión en la cual la fe –el crédito– ha sustituido a Dios. En otras palabras, en tanto que la forma pura del crédito es dinero, es una religión cuyo dios es el dinero.

Esto significa que el banco, que no es más que una máquina de fabricar y manejar crédito, ha tomado el lugar de la iglesia y, mediante la regulación del crédito, manipula y administra la fe –la escasa e incierta confianza– que nuestro tiempo todavía tiene en sí mismo.

4. ¿Qué ha significado para esta religión la decisión de suspender la convertibilidad en oro? Ciertamente, algo así como una aclaración de su propio contenido teológico, comparable a la destrucción mosaica del becerro de oro o al establecimiento de un dogma conciliar. En cualquier caso, un paso decisivo hacia la purificación y cristalización de su propia fe. Ésta –en forma de dinero y crédito–se emancipa ahora de todo referente externo, cancela su nexo de idolatría con el oro y se afirma en su carácter absoluto. El crédito es un ser puramente inmaterial, la parodia más perfecta de esa pistis , que no es sino “la sustancia de lo que se espera.” La fe –así rezaba la famosa definición de la Carta a los Hebreos– es sustancia – ousia , término técnico por excelencia de la ontología griega– de lo que se espera. Lo que Pablo quiso decir es que el que tiene fe, el que ha puesto su pistis en Cristo, toma la palabra de Cristo como si se tratara de la cosa, el ser, la sustancia. Pero es precisamente este “como si” lo que la parodia de la religión capitalista elimina. El dinero, el nuevo pistis , es ahora inmediatamente y sin residuos sustancia. El carácter destructivo de la religión capitalista, de la que hablaba Benjamin, aparece aquí en plena evidencia. La “cosa esperaba,” ya no existe, ha sido destruida, y tiene que serlo porque el dinero es la esencia misma de la cosa, su ousia en el sentido técnico. Y, de esta manera, se quita de en medio el último obstáculo a la creación de un mercado de la moneda, a la transformación integral del dinero en mercancía.

5. Una sociedad cuya religión es el crédito, que sólo cree en el crédito, está condenada a vivir a crédito. Robert Kurz explicó la transformación del capitalismo del siglo XIX, todavía basado en la solvencia y la desconfianza respecto al crédito, en el capitalismo financiero contemporáneo. “Para el capital privado del siglo XIX, con sus propietarios personales y sus respectivos clanes familiares, eran todavía válidos los principios de honorabilidad y solvencia, a la luz de los cuales el incremento del uso del crédito era casi obsceno, como un comienzo del fin. Las novelas por entregas de la época están llenas de historias donde las familias numerosas se arruinan a causa de su dependencia; en algunos pasajes de Los Buddenbrook , Thomas Mann llegó a crear un tema de Premio Nobel. El capital productivo sujeto al pago de intereses era, por supuesto, esencial para el sistema desde el primer momento de su formación, pero todavía no tenía un papel decisivo en la reproducción capitalista global. Los negocios de capital “ficticio” se consideraban típicos de los ambientes de estafadores y personas deshonestas, al margen del capitalismo real ... Incluso Henry Ford se negó durante mucho tiempo al uso del crédito bancario, obstinándose en su decisión de financiar sus inversiones sólo con su propio capital.” (R.Kurz, El fin de la política y la apoteosis de dinero , Roma, 1997; Die Himmelfahrt des Geldes , en “Krisis”, 1995).

Durante el siglo XIX, esta concepción patriarcal se disolvió completamente y el capital empresarial recurrió cada vez más al capital monetario, tomado del sistema bancario. Esto significa que las empresas, con el fin de seguir produciendo, deben, por así decirlo, hipotecar por anticipado cantidades crecientes de trabajo y de futura producción. El capital productor de mercancías se alimenta ficticiamente de su propio futuro. La religión capitalista, de acuerdo con la tesis de Benjamin, vive de un endeudamiento permanente, que no puede ni debe extinguirse. Pero no son sólo las empresas las que viven, en este sentido, sola fide , a crédito (o a débito). También los individuos y las familias, que recurren cada vez más al mismo, están análogamente tan implicados en este continuo y generalizado este acto de fe en el futuro. Y la Banca es el sumo sacerdote que administra a los fieles el único sacramento de la religión capitalista: el crédito-débito.
Giorgio Agamben lostraniero.net
Traducido para Rebelión por S. Seguí.
Fuente: http://www.lostraniero.net/archivio-2013/152-maggio-2013-n-155/803-un-commento-oggi.html

lunes, 19 de julio de 2010

Nueva encuesta sobre ciencia y religión en EE.UU.

El pasado mes de mayo, el Center for Public Policy de la Virginia Commonwealth University (VCU), en colaboración con VCU Life Sciences, encargó una encuesta telefónica realizada sobre una muestra de 1.001 estadounidenses adultos acerca de sus ideas sobre la ciencia y los asuntos científicos (calentamiento global, evolución, investigación sobre células madre, etc.). Las respuestas de los entrevistados se clasificaron según edad, nivel educativo y grado de religiosidad. Se pretendió que la encuesta, llevada a cabo por Princeton Data Source, fuera demográficamente representativa de los estadounidenses, con un intervalo de confianza del 95% y un margen de error del 3’7%. Puede obtenerse clicando aquí.
Puesto que el documento consta de 59 páginas, no pretendo comentar todos sus detalles, sino que me gustaría centrarme en algunos aspectos relativos a la evolución.
En primer lugar, ¿cuál es el estado de la “creencia” en la teoría de la evolución de los estadounidenses?
Dios creó directamente la vida : 43%
La vida se desarrolló a lo largo del tiempo, pero Dios dirigió el proceso: 24%
La vida se desarrolló a lo largo del tiempo, pero Dios no dirigió el proceso: 18%
Ninguna/no sabe/no contesta: 16%

Estos resultados son congruentes con encuestas realizadas durante los últimos 25 años. El 67% de los estadounidenses son creacionistas o creen que Dios dirigió la evolución; sólo el 18% acepta que la evolución es, como sostienen los biólogos, un proceso carente de dirección. Entonces, ¿cuántos entrevistados saben algo acerca de la teoría de la evolución?...
...no es simplemente que más estadounidenses acepten que la teoría de la evolución (o cualquier otra teoría) es cierta; el propósito es contribuir a que valoren los principios del razonamiento y la robustez argumental que permiten entender que la creencia actual en la evolución es verdadera. Las dudas acerca de la evolución no son más que un síntoma de un problema subyacente; el problema radica en la fe (esto es, en la convicción sin razón suficiente, en la esperanza tomada como conocimiento, en las malas ideas blindadas respecto de las buenas, en las buenas ideas eclipsadas por las malas, en el pensamiento basado en deseos elevado al principio de salvación, etc.). Moon y Kirshenbaum parecen creer que podemos hacer que las personas den valor a la honestidad intelectual mintiéndoles.

Escrito por Jerry Allen Coyne que es profesor de biología en el departamento de Ecología y Evolución de la Universidad de Chicago, dedicado principalmente a estudiar problemas de especiación y genética evolutiva. Es uno de los más respetados críticos de la teoría del diseño inteligente, a la que considera “la última encarnación pseudocientífica del creacionismo religioso”. Autor de Why Evolution is True (Oxford, 2009).
Ver todo el artículo traducido del original aquí.

domingo, 4 de abril de 2010

Defensor de la Ciencia y grande en el Campus.

Un provocador en Ciencia y grande en el Campus
Por JOHN SCHWARTZ

Ver vídeo aquí. AMES, Iowa - Cuando el coche se detuvo en el estacionamiento de un Starbucks, William Sanford Nye desanudó la pajarita del cuello y se la quitó.
"Esto nos podría hacer ganar un par de minutos", dijo.

Aproximadamente dos minutos más tarde, antes de que su bebida estuviera lista, fue reconocido de todos modos. Dos mujeres jóvenes atemorizadas se acercaron para preguntarle si era él realmente Bill Nye the Science Guy. Al igual que más de una docena de estudiantes universitarios que se acercarían a él en las próximas horas, le preguntaron si podían hacerse una foto con él. Él sonrió, tomó un iPhone que le ofrecían, enfocó los estudiantes y, en un gesto practicado, extendió su brazo para tomar una foto de los tres que ya sabía que sería inmediatamente subida a Facebook.

Nye había venido a hablar con ellos, y unos pocos miles de sus amigos, de la Universidad del Estado de Iowa. Si fuera un político, los estudiantes universitarios serían sus seguidores de base. En cambio, es algo más: una figura desde sus primeros días al frente del televisor familiar, un maestro querido y, cada vez más en estos días, un luchador de la ciencia. Ellos, a su vez, son sus fans, sus estudiantes y su ejército.

Han pasado de verlo explicar el magnetismo y la electricidad a la defensa de la evidencia científica sobre el cambio climático, la edad de la tierra y otras cuestiones que han visto polemizadas por razones religiosas, políticas e incluso económicas.

Toma a los que exigen que las escuelas públicas enseñen teorías alternativas de la evolución y los orígenes de la tierra - el más famoso, en un videoclip de la BigThink.com sitio que ha sido visto unos cinco millones de veces. En él, dice rotundamente a espectadores adultos que "si se quiere negar la evolución y vivir en el mundo - en su mundo que es completamente inconsistente con todo lo que observamos en el universo - está bien. Pero no hacer que sus hijos lo hagan, porque los necesitamos. Necesitamos los votantes con conocimientos científicos y de los contribuyentes para el futuro. "En cualquier semana, es muy probable ver al Sr. Nye, de 57 años, en algún lugar en la televisión, con calma contrarrestar los argumentos presentados por gente como Marc Morano, el ex funcionario republicano del Senado, cuya organización financiada por la industria, climatedepot.com, rechaza la conexión cada vez mejor comprendida entre el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y el calentamiento. En un intercambio hace varios meses en "Piers Morgan Tonight" de CNN, el Sr. Morano negó que el calentamiento se esté produciendo, y se burló de que los argumentos del Sr. Nye estaban "el nivel de su horóscopo diario."

Nye en silencio refutó a su oponente con la gravedad de consenso científico. "Estas van a ser las dos décadas más calientes de la historia", dijo. "Tengo que estar en desacuerdo con usted."

A veces, su defensa puede salir delante del consenso científico, sin embargo. En mayo, después de un tornado monstruoso que devastó gran parte de Moore, Oklahoma, dio un golpe en Twitter en uno de los Estados a los senadores de ese estado, James Inhofe, quien ha escrito un libro llamando al cambio climático, "el mayor engaño". Reflexionó: "¿Alguien ha preguntado a Oklahoma senador Inhofe" acerca de la frecuencia de estas tormentas destructivas? Sin embargo, no se ha establecido un vínculo entre el cambio climático y la actividad de tornados.

En la noche del tornado golpeó a Moore, Sr. Nye explica el Sr. Morgan que "no se puede decir de cualquier tormenta que este es el resultado de, digamos, el cambio climático. "Sin embargo, señaló que" si hay más calor de conducción en la tormenta, entonces no va a ser más tornados", y añadió que la pregunta" ¿vale la pena investigar. "Neil de Grasse Tyson, director del Planetario Hayden del Museo Americano de Historia Natural, dijo que consideraba que el Sr. Nye "entre mis mejores amigos", y lo felicitó por "golpear a los temas controvertidos en la cabeza."

Pero, dijo, su propio estilo es un poco menos agresivo: "Estoy buscando estimular la curiosidad para que mucha gente pueda salir y aprender por su cuenta."

Phil Plait, el creador del blog Astronomía del Slate.com y un feroz defensor de sí mismo, es más como el señor Nye, dispuesto a quitarse los guantes para refutar a los que podría negar que los hombres aterrizaron en la luna, o las pruebas de efectos humanos sobre el cambio climático.

Sr. Plait dijo con admiración del señor Nye, "Él con mucha calma los separar", y agregó: "Su gran ventaja es que tiene razón. Sabemos que el cambio climático es real. Sabemos que el creacionismo es incorrecto. Ya no son controversias científicas".

Cuando las personas llaman a estos "temas polémicos", eso es engañoso, continuó. "Son sólo controversias políticas. Y la política no está necesariamente basada en la evidencia".

No había nada en los primeros días del Sr. Nye que sugiriera que podría ser una luminaria para la ciencia. Nacido en Washington, DC, estudió ingeniería mecánica en Cornell, donde conoció a un profesor llamado Carl Sagan. Se mudó hacia el oeste para hacer ingeniería para Boeing, donde pasó unos tres años en el diseño de un tubo de admisión de aire para el 747 que sirvió para amortiguar las vibraciones en el mecanismo de dirección. Él se refiere a ella con cariño como "mi tubo".

Probó suerte en la comedia stand-up - su primera vez en el escenario fue durante una competencia con Steve Martin, el cual ganó. Se lograría velocidad de escape de Boeing con una idea para un programa de televisión que enseñara ciencia a los niños de una manera extravagante. La versión más conocida de "Bill Nye the Science Guy" se desarrolló entre 1992 a 1996, y ganó 18 premios Emmy en cinco años.

Enseñanza del pasado de Nye y la cruzada presente le hizo una estrella de rock para los estudiantes con inclinaciones científicas de todo el país. Esa celebridad le ha permitido, como director ejecutivo de la Sociedad Planetaria, para impulsar el tipo de exploración interplanetaria eso, dijo en una entrevista, "lleva a la reverencia que tenemos a nuestro lugar en el cosmos". "El espacio", añadió, "saca lo mejor de nosotros".

En el día de la visita del Sr. Nye al campus del Estado de Iowa, los estudiantes comenzaron a hacer cola a media tarde para asegurarse de que entraría en la conferencia por la noche. El Auditorio Stephens tiene cerca de 3.000 plazas, y hasta un millar en última instancia, se dio la vuelta.

Vinieron, dijeron muchos, porque "Bill Nye the Science Guy" ayudó a dar forma a sus vidas. "Probablemente fue el que me inspiró a seguir adelante en la pista de la carrera de la ciencia", dijo Betsy salmón, la primera persona en la fila de una entrada al auditorio. Se especializó en ecología animal.

Kaci McCleary, un "aspirante a neurobiólogo, o neuro-algo", dijo que el señor Nye era "una persona muy inspiradora en el campo de la ciencia - le estimula a la gente a tomar parte de las ciencias de la vida, incluso si no es su carrera". La Sra. McCleary, que hacía punto, mientras esperaba que le dejaran entrar, dijo que un amigo había bromeado con ella: "Espero ser capaz de tocar el borde de su bata de laboratorio, por lo que me podía curar de mi estupidez."

Nye no defraudó. En una conferencia que dio pruebas de sus raíces de pie, empezó a salir con senderismo apartes de su su familia y sus generaciones de duración fascinación con los relojes de sol. Habló de la coloración azulada de las sombras de la Tierra en comparación con las sombras Anaranjado en Marte, y describió el reloj de sol que convenció a la NASA para enviar al día con el rover Curiosity. Se puso un poco subido de tono con una broma sobre el gnomon - la parte del reloj de sol que pega para arriba, usted sabe - y rebotó en una discusión sobre el calor infernal de Venus y la alta concentración de ese planeta de gases de efecto invernadero.

Él les dijo a los estudiantes que si se dieran cuenta de las maneras de resolver problemas como los de los gases de efecto invernadero y el calentamiento global, "Usted podría - me atrevo a decir? - Cambiar el mundo "Y lo que es más, añadió, echando la cabeza hacia atrás con una abundante risa de científico loco", podría hacerse rico"!

Durante la hora y media de conversación, esas declaraciones que comenzó como una línea de risa que tiene más divertido con la repetición cada vez maníaca. Pero cambió de tono gradualmente, de ridículo al ferviente. Al final de su discurso, que era una exhortación, una orden: Cambiar el mundo.

Durante la sesión de preguntas y respuestas, un estudiante hizo educado comentarios del Sr. Nye sobre la evolución y la creación. El problema, explicó, es que algunas personas defienden que quieren que las escuelas públicas enseñen apología religiosa como ciencia.

"La tierra no tiene 4.000, 6.000 o 10.000 años de antigüedad", dijo. "No tengo ningún problema con la religión de nadie. Pero si vas a reclamar que la tierra tiene sólo 10.000 años, eso es un error ".

Los estudiantes rugieron su aprobación. Mientras el público entraba a cabo - qué esos tipos realmente abusen de sus camisas para mostrar que habían pintado, en letras mayúsculas, "Bill Nye" en el pecho y la "ciencia" en la espalda? - Sr. Nye parecía alguien que acababa de correr un triatlón. Y entonces llegó el momento para ver más fotos.

Horas antes, había maravillado en la cadena de acontecimientos que le hizo el Springsteen de los que hicieron. "Yo estaba haciendo un programa de televisión. Tenía anuncios de juguetes. "Sin embargo, señaló," Es resiste el paso del tiempo. Es muy gratificante".

Lo que hizo entonces, y lo que hace ahora, son todos parte de la misma cruzada, dijo. "No hay nada que creer con más fuerza de lo que los jóvenes se interesen por la ciencia y la ingeniería", dijo - "para un futuro mejor, para toda la humanidad".

Se detuvo, dándose cuenta de que sonaba grandioso, o al menos cursi. No estoy bromeando," dijo.
Fuente, NYT. http://www.nytimes.com/2013/06/18/science/bill-nye-firebrand-for-science-is-a-big-man-on-campus.html?_r=0