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jueves, 16 de marzo de 2023

_- Qué comidas y bebidas son buenas para la memoria (y cuáles no)

_- Pensar en memorias y comida recuerda la novela seminal "En busca del tiempo perdido" del escritor francés Marcel Proust, quien murió hace un siglo, el 18 de noviembre de 1922.

En "Por el camino de Swann", la primera entrega de la obra, el sabor de una magdalena mojada en té le provoca al protagonista instantáneamente un recuerdo de su infancia.

Desde entonces, a esa experiencia que (casi) todos hemos tenido se le conoce como "momento proustiano" o "madeleine de Proust". Esos recuerdos asociados con la comida "se forman sin ninguna edición consciente", como le dijo a BBC Travel Susan Krauss Whitbourne, profesora emérita de psicología de la Universidad de Massachusetts Amherst

"Involucran áreas muy básicas, no verbales, del cerebro que pueden pasar por alto tu conciencia", explicó.

"Es por eso que puedes tener fuertes reacciones emocionales cuando comes un alimento que despierta esos profundos recuerdos inconscientes.

"Aunque no puedas poner esos recuerdos en palabras, sabes que hay 'algo' que la comida desencadena en lo profundo de tu pasado. El recuerdo va más allá de la comida en sí, a las asociaciones que tienes con ese recuerdo de hace mucho tiempo, ya sea con un lugar o una persona".

Pero, en esa relación entre los alimentos y la memoria, ¿será posible que haya algunos que ayuden a potenciarla?

Según la psicóloga Kimberley Wilson, quien tiene una maestría en nutrición, hay comidas y bebidas que pueden tener un efecto sorprendentemente positivo y otras, negativo, en la memoria.

Esto es lo que le contó a BBC Reel.

Blueberries
"La memoria es nuestra capacidad de recordar información del pasado reciente o lejano.

Tenemos tres tipos de memoria: inmediata, de trabajo y a largo plazo.

Nuestra memoria inmediata solo puede contener información -¡adivinaste!- por poco tiempo: la usarías para marcar un número de teléfono que alguien te acaba de decir sin escribirlo.

Usamos nuestra memoria de trabajo para pensar en acción.

En tareas como tener una conversación, nos ayuda a recordar lo que la persona acaba de decir, entender su significado, conectarlo con la conversación anterior y luego compartir nuestros propios pensamientos.

Con nuestra memoria a largo plazo recordamos información de días o años en el pasado.

Los recuerdos que se guardán en ella se han desplazado de nuestra memoria a inmediata en un proceso llamado "consolidación".

Y resulta que lo que comemos puede tener un impacto en qué tan bien funciona nuestra memoria.

Jugo de uva, uvas y pasas
En un estudio de adultos mayores con problemas de memoria, 500 mililitros de jugo de uva morada por día durante 12 semanas les permitió aprender más palabras en comparación con el grupo placebo.

En estudios con niños que comieron 240 gramos de arándanos frescos les permitió recordar más palabras y recordarlas con mayor precisión 2 horas después.

Entonces, ¿son especiales las uvas moradas y los arándanos?

Pues más o menos. Ambos son fuentes ricas en antocianinas, un tipo de químico vegetal llamado polifenoles que les da su color profundo. Estos compuestos de polifenoles también se encuentran en otras bayas.

Cuando se metabolizan en el cuerpo, mejoran la flexibilidad de los vasos sanguíneos y el flujo de sangre a nuestros cerebros. Esto a su vez proporciona más nutrientes energéticos y oxígeno mejorando nuestro rendimiento cognitivo.

Y no son solo bayas.
El consumo a largo plazo de té verde también se ha relacionado con una mejor memoria a corto plazo, atención de la memoria de trabajo y reducir el riesgo de deterioro cognitivo.

Y también es una buena noticia para los amantes del chocolate porque el cacao mejora el flujo sanguíneo cerebral, aunque debe ser chocolate negro que contenga más del 70% de sólidos de cacao para que pueda cosechar los beneficios.

La regla general es que cuanto más saludable sea la dieta -rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y pescado azul- más grande será el centro de memoria del cerebro y mejor será el rendimiento de la memoria.

Alimentos refinados
Pero, si el chocolate, las bayas y el té verde son buenos para nuestros recuerdos, ¿hay algún alimento que no lo sea?

Décadas de estudios en animales y un número creciente de ensayos en humanos muestran que una dieta rica en alimentos refinados tiene un efecto perjudicial sobre el aprendizaje y la memoria.

En un estudio, a 110 personas sanas que normalmente comían una dieta nutritiva se les pidió que comieran una dieta alta en alimentos refinados durante solo una semana.

Para darte algunos detalles del menú, había dos gofres belgas para el desayuno en cuatro de los días y dos comidas 'basura' en cualquier momento durante esa semana.

En cuestión de días, la dieta altamente refinada condujo a problemas de memoria de aprendizaje y un control deficiente del apetito.

Una dieta alta en alimentos refinados y azúcares, y baja en frutas, verduras y fibra también se asocia con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

La investigación nos dice que dar pequeños pasos para llevar nuestras dietas en una dirección más nutritiva -un pedazo extra de fruta con el desayuno, una porción extra de verduras en la cena- puede ayudar a mejorar nuestros recuerdos de hoy y protegerlos para el futuro.
BBC.

martes, 16 de agosto de 2022

_- Los alimentos que deberían formar parte de la dieta diaria de los niños hasta los 5 años

_- Los primeros 2.000 días de vida, como se conoce al período que va desde la concepción hasta los 5 años, es un momento crítico para la salud física, cognitiva, social y emocional de los niños.

Varios estudios demuestran que todo lo que sucede en ese espacio de tiempo puede tener un impacto a lo largo de la infancia e incluso de la edad adulta.

Especialistas consultados por BBC News Brasil destacaron, en particular, la importancia de una correcta alimentación durante este período.

"En los primeros años de vida, cada segundo se forman más de un millón de nuevas conexiones neuronales y una dieta saludable es fundamental para determinar el desempeño de ese desarrollo neurológico, además de un adecuado crecimiento y ganancia de peso", dice la pediatra Mônica Moretzsohn, del departamento científico de Nutrición de la Sociedad Brasileña de Pediatría (SBP).

A partir de entrevistas con médicos y nutricionistas, y consultas con guías alimentarias elaboradas por organismos oficiales, te contamos todo lo que un niño debe comer en su día a día para garantizar una nutrición adecuada.

Leche materna
Hasta los seis meses de edad, los médicos recomiendan la lactancia materna exclusiva.

No se debe ofrecer agua ni té. "La leche materna es suficiente", dice José Nélio Cavinatto, pediatra del Hospital Albert Einstein.

La leche materna es la única que contiene anticuerpos y otras sustancias capaces de proteger al niño de muchas enfermedades, como diarrea, infecciones respiratorias y alergias.

Además, reduce el riesgo de desarrollar asma, diabetes tipo 2 y obesidad en la edad adulta.

Según el especialista, es necesario que la madre tenga especial cuidado con su propia alimentación al amamantar, con el fin de asegurar una leche nutritiva.

"La madre necesita ingerir calorías suficientes y de calidad. Aconsejamos, por ejemplo, comer un huevo al día y un pescado a la semana, para asegurar el aporte de nutrientes importantes para el desarrollo del cerebro", dice.

El médico también recomienda evitar el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y, de ser necesario, tomar suplementos de vitamina D, omega y hierro.

"Estos suplementos son costosos y sabemos que no todos pueden tener acceso, por eso la importancia de que las madres ingieran la mayor cantidad de nutrientes posible en su dieta", aclara.

Para niños con alguna restricción o incapacidad para recibir leche materna, lo indicado es darles leche de fórmula.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar durante 2 años o más.

Los primeros alimentos se deben introducir a partir de los seis meses de edad, según la SBP.

El organismo recomienda complementar la leche materna con papilla y puré de frutas una vez al día a los 6 meses y dos veces al día a los 7 y 8 meses.

A partir del noveno mes, la recomendación es pasar gradualmente a la comida familiar con ajustes en la consistencia de los alimentos y condimentos.

Esta comida debe incluir cereales o tubérculos, legumbres, proteínas animales, hortalizas y aceite. Se puede condimentar con perejil, cebollín, romero y albahaca, pero sin añadir sal.

"Plato saludable"
Con la introducción de los alimentos, los expertos dicen que es necesario prestar atención a la variedad de nutrientes que consumen los niños. 

Para ello, se recomienda utilizar un esquema que divide los alimentos en grupos y recomienda las cantidades indicadas para su consumo.

Según Moretzsohn, el llamado "esquema de un plato saludable" debe utilizarse en la planificación de las dos comidas principales del día: el almuerzo y la cena, y puede servir de guía no sólo para la alimentación infantil, sino para toda la vida.

Esquema de un plato saludable
Stephanie Amaral, oficial de salud de Unicef en Brasil, también resalta que, además de cuidar la variedad de los alimentos, los padres deben ser conscientes del origen de lo que se consume.

"Es necesario buscar una alimentación saludable, libre de procesados e industrializados, es decir, con un consumo mínimo de edulcorantes y otros elementos artificiales", dice la nutricionista. b

Verduras
Los alimentos que no pueden faltar, tanto en la comida de niños como adultos, son las verduras, que deberían representar al menos el 50% del plato.

La SBP recomienda que los niños de 1 a 2 años consuman dos porciones por día, y que los niños de 2 a 5 años consuman tres porciones diarias.

Moretzsohn explica que es muy importante variar los alimentos de este grupo a lo largo de la semana, pero lo ideal es que los padres se los ofrezcan a sus hijos todos los días.

Entre las verduras, las de hojas son una buena fuente de fibra y vitaminas y minerales como el ácido fólico y el hierro.

"El hierro es esencial para el desarrollo neurológico en la primera infancia y fundamental para varios procesos metabólicos que son especialmente importantes en este período de la vida", dice la doctora.

La deficiencia de este nutriente es una de las más comunes en el mundo. En su forma más grave, se conoce como anemia por deficiencia de hierro y puede tener un gran impacto en el desarrollo cognitivo de los niños.

El ácido fólico es esencial para el desarrollo del sistema nervioso central, y sus deficiencias pueden ser perjudiciales para la cognición de los niños y, en casos graves, irreversibles.

La falta de fibra en la dieta se ha relacionado con una serie de trastornos en los niños, como estreñimiento, síndrome del intestino irritable, alergias y problemas del sistema inmunitario.

Las verduras y hortalizas deben constituir al menos el 50% del plato de los niños.

Según los expertos, los niños que no reciben cantidades diarias suficientes de vitamina C pueden tener más probabilidades de sufrir daños en la piel, anemia, sangrado de las encías, mala cicatrización de heridas, pérdida de dientes, fragilidad ósea y baja resistencia a las infecciones.

En tanto, "la deficiencia de vitamina A es una de las principales causas de ceguera prevenible en niños menores de 5 años", dice Moretzsohn.

Entre las verduras, hay ejemplos como la calabaza y la zanahoria, que son carotenoides y buenas fuentes de vitamina A. La berenjena tiene calcio, magnesio, potasio y vitamina B5.

El brócoli ofrece vitaminas A, C y K y es rico en potasio.

Cereales y tubérculos
El grupo de los cereales y tubérculos, que debe representar alrededor del 25% del plato infantil, incluye maíz, arroz, avena, trigo, pasta, harina, pan, ñame, papa y yuca.

Según el médico Cavinatto, este grupo representa fuentes importantes y saludables de lípidos y vitaminas, pero especialmente de carbohidratos.

Son los principales proveedores de energía para ser utilizada por el organismo en el crecimiento, desarrollo y actividades diarias de los niños.

La falta de carbohidratos puede generar desánimo y mal humor. El consumo excesivo, en cambio, puede provocar obesidad, diabetes e incluso problemas cardíacos, en los niños en los casos más graves.

Los pediatras recomiendan que los carbohidratos representen del 50% al 60% del total de calorías consumidas cada día por los pequeños.

Se aconseja que los niños de 1 a 2 años consuman tres raciones al día, los de 2 a 3 años cinco raciones y los de 4 a 5 años cuatro raciones.

"Es importante variar los alimentos del grupo, porque cada carbohidrato tiene una composición diferente", dice Moretzsohn.

Carnes y huevo
Médicos y nutricionistas también recomiendan la presencia de carne o huevo en las dos comidas principales de los niños. Estos artículos deben representar alrededor de ⅛ del plato.

Sardinas
Las sardinas son una gran fuente de DHA, hierro y zinc.

Según la SBP, los niños de 1 a 3 años deben comer dos raciones de carne o huevo al día. Entre los pequeños de 4 a 5 años, la recomendación es una ración.

La carne puede ser de res, pollo, cerdo o pescado, según expertos consultados por BBC News Brasil.

"Las carnes suelen ser las principales fuentes de hierro", explica la pediatra de la SBP.

Las proteínas animales también suelen ser los mayores proveedores de vitamina B12. Este nutriente es especialmente importante en la infancia, cuando su deficiencia puede tener implicaciones en el crecimiento y la respuesta inmune y la anemia.

Según Cavinatto, el pescado también es un importante proveedor de ácido docosahexaenoico, o DHA, que entre otras cosas ayuda en la "fluidez" de los impulsos eléctricos en la red de neuronas, lo cual es de vital importancia en el desarrollo cerebral y cognitivo.

Los estudios también muestran que los ácidos grasos omega-3, que se encuentran principalmente en el salmón y las sardinas, son importantes para el desarrollo del sistema nervioso central y la retina y en la prevención de enfermedades crónicas como la obesidad y la hipertensión.

Los expertos resaltan que los cortes más económicos de pollo y carne roja también aportan los nutrientes que necesitan los más pequeños.

"El huevo también es un alimento muy rico en proteínas, pero no es muy rico en hierro, por lo que no puede usarse como la única fuente de proteínas para los niños", advierte Moretzsohn.

Legumbres
El resto del plato de los niños debe estar rellena de legumbres, que según los expertos deben ocupar unos ⅛ del total.

Algunos ejemplos de alimentos del grupo son los frijoles, las lentejas, los garbanzos y la soja.

Las legumbres son alimentos muy ricos nutricionalmente. Contienen muchas vitaminas y minerales, especialmente hierro, zinc y magnesio.

La deficiencia de magnesio puede causar fatiga y somnolencia. En tanto, la falta de zinc puede generar falta de apetito, olfato y gusto reducidos, además de deficiencias en el sistema inmunológico.

"Está muy bien variar el consumo de legumbres. Pero si a un niño solo le gustan los frijoles o la familia solo puede ofrecerle uno, está bien".

Aceites vegetales
Los aceites vegetales deben estar presentes en la alimentación infantil como condimentos o en la preparación de alimentos.

Algunas de las opciones más comunes son el aceite de oliva y los aceites de canola, girasol, soja, maíz, linaza, coco, salvado de arroz y semilla de algodón.

La pediatra de la SBP explica que cada aceite vegetal tiene una composición diferente y por lo tanto ofrece diferentes nutrientes.

"El aceite de oliva es rico en omega 9, mientras que los aceites de soja, canola, maíz, girasol y linaza ofrecen más omega 3", dice.

Frutas
Las frutas son esenciales para los niños y deben ofrecerse como opción de postre, para el desayuno o como colación.

Para niños de 1 a 5 años, la SBP recomienda la ingesta de 3 porciones de fruta por día.

También está indicado ofrecer jugos de frutas naturales. Pero, según los nutricionistas, no debe sustituir el consumo de agua o frutas frescas.

El tipo de fruta a ofrecer debe respetar las características regionales, el costo, la época del año y la presencia de fibras.

"Las frutas suelen ser una de las únicas fuentes de vitamina C en nuestra dieta, por lo que son muy importantes", dice Moretzsohn. "También son excelentes fuentes de fibra".

Lácteos
A partir del año de edad, los nutricionistas también recomiendan ofrecer leche y derivados lácteos a los niños. La recomendación es de 3 raciones hasta los 5 años.

La leche, el queso y el yogur son excelentes fuentes de calcio. El nutriente es esencial para el desarrollo de un esqueleto sano y se vuelve más necesario durante la niñez y la adolescencia como resultado del intenso desarrollo óseo y muscular.

La falta de calcio también provoca daños dentales en los niños, como la malformación de la corona de los dientes. Si la discapacidad no se aborda adecuadamente, el daño puede ser permanente.

Para las familias que no pueden o eligen no consumir lácteos, se recomienda introducir en la dieta de los niños otros alimentos ricos en calcio. Buenas fuentes son las semillas, los frutos secos, las legumbres, el tofu, las algas, los cereales y la leche de soja fortificada.

Algunas verduras, como las acelgas, las espinacas y las hojas de mostaza, también tienen un alto contenido de calcio y, a menudo, son alternativas un poco más baratas.

El pediatra José Nélio Cavinatto recomienda evitar la leche de vaca y sus derivados antes del año de edad.

"Un niño alimentado con mucha leche de vaca en el primer año de vida puede volverse obeso, porque la leche de vaca tiene tres veces más proteínas que la leche materna", dice.



domingo, 12 de junio de 2016

El mapa que muestra el origen de los alimentos que comemos

Mapa de origen de cultivos del mundoNo todos los frijoles vienen de América Latina.


Tampoco los cocos o los mangos.
Este mapa muestra el origen de más de 150 cultivos clave para la alimentación de distintas regiones.
Es el resultado de un trabajo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society que indica que muchos de los vegetales y frutas utilizados en platos tradicionales regionales en realidad provienen de otras partes del mundo.
La investigación fue realizada por un equipo internacional de científicos, coordinado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical, con base en Colombia.
Los expertos evaluaron la dieta y producción de cultivos de 177 países que representan el 98% de la población mundial.

http://www.bbc.com/mundo/noticias-36479831?post_id=10201684103420114_10201928384486988#_=_

lunes, 19 de agosto de 2013

Trucos para tentar a los niños con la comida sana. Salud. BBC Mundo, @bbc_ciencia

"Se ve asqueroso, pero lo intentaré", comenta Ben, de 8 años, mientras inspecciona el pesto que ha hecho con sus compañeros de clase.

Ben participa en un programa escolar de Reino Unido llamado "Vamos a Cocinar".

El enfoque de estos clubes de cocina es hacer que cada elemento del proceso de la preparación de los alimentos sea divertido y experimental. Así que son los niños quienes buscan los ingredientes en la cocina y hablan sobre dónde se almacenan y por qué.

Ellos tocan y huelen los productos antes de empezar. Leen juntos la receta y deciden qué hacer con cada ingrediente.

En el camino se enfrentan a pequeños desafíos; desde poner los residuos en la basura hasta limpiarlo todo.

Lograr que los niños rechacen la comida basura no es una tarea fácil. Que aprendan a cocinar es una buena forma de animarlos a que piensen en la calidad de lo que comen.

Georgia tiene 8 años y acaba de terminar uno de los cursos de cocina.

Ella se entusiasmó con hacer batidos, diseñar sus propios bocadillos y hacer salsas para untar. Ella sabe lo que es saludable.

"Las cosas que crecen en los árboles suelen ser saludables, como las manzanas. Pero a veces también lo es lo que sale de la tierra, las cosas que puedes cultivar", explica.

Loncheras o comedores
Expertos aseguran que el gusto por la buena comida se estimula cuando participan de la preparación.

No hay un consenso sobre la mejor forma de inculcar en los escolares buenos hábitos alimenticios. Mientras algunos expertos consideran que habría que eliminar las loncheras para que sean los colegios quienes diseñen menús sanos, otros insisten que la respuesta está en enseñarles a cocinar desde pequeños.

Henry Dimbleby ha trabajado en varias escuelas de cocina para niños a partir de los dos años. Él recomienda introducirlos en la cocina tan pequeños como se pueda.

"Haz que cocinen. Hay familias en las que durante generaciones cocinar no ha sido una prioridad", dice Dimbleby.

"Algunas personas podrían argumentar que la cocina es algo que se debe aprender en la casa, y que la escuela es para resultados académicos”.

Pero Dimbleby advierte que lo que ocurre hoy en día es que cocinamos menos y la gente se enferma por lo que ingiere.

La clave es la experimentación.
La chef británica Monica Galetti anima a su hija Anais a comer bien al dejarla cocinar lo que quiera con los ingredientes adecuados.

"Mi secreto es conseguir que mi hija elija comer alimentos saludables", admite.

"Las reglas básicas no han cambiado: comer menos de lo malo y más verduras, frutas y alimentos no elaborados, además de mantener las proporciones pequeñas".

La chef agrega que para ella es una cuestión de nutrición, "pero para Anais es sólo una buena diversión. Es tiempo cualitativo. Ella podría estar sentada en el sofá frente al televisor, pero lo que queremos hacer cuando llegamos a casa es esto (cocinar)".

Cometer errores con cuidado
No todo lo que cocinen los niños tiene que ser dulce, involucrarnos en la preparación de las comidas familiares también ayuda.

Henry Dimbleby está de acuerdo con la idea de la experimentación y el riesgo.

"Como chef sigo cometiendo todo tipo de errores y eso hay que celebrarlo. Con la supervisión adecuada es verdaderamente importante tomar riesgos."

Pero con los más pequeños en la cocina, la seguridad también lo es.

"Mi hijo de cinco años manipula cuchillos afilados bajo supervisión. Como el de tres años, se fija en cómo su hermano mayor usa el cuchillo, agarro el cuchillo con él para cortar".

A los menores de 8 años, Henry los anima a cocinar salsas de tomate, huevos revueltos o muslos de pollo con ensalada.

"Entre los 9 y 12, pueden pasar a hacer las albóndigas o boloñesa, y a partir de los 13, pueden realizar cosas más complejas, con múltiples pasos como el pastel de carne; cosas que llevan más tiempo, planificación y reflexión".

Fiona Hamilton-Fairley, fundadora de una escuela de cocina para niños sin fines de lucro en Londres, está convencida de que los postres para hornear no puede ser lo único que se haga con los pequeños.

"Si vas a cocinar con los niños no sólo hagas panqueques y pasteles. Haz mejor una pizza desde cero, una comida familiar. Hacer algo que todos disfruten alrededor de la mesa, que sirva para comunicarse y divertirse".

Sin embargo, ella es cautelosa acerca de la entrega de los cuchillos antes de tiempo.

"En general, es necesario ser prudentes. Desde los 3 hasta los 7 u 8 años no dejamos que se acerquen a las hornillas o utilicen cuchillos afilados".

Aunque concede que quizás uno sin punta sí les deje usar.

¿Tiene algún truco para que sus hijos coman más sano? En su opinión, ¿Qué ha sido lo más difícil? Si quiere compartir su experiencia, hágalo con el formulario a continuación y si tiene fotos de platos que hayan hecho sus hijos también lo puede hacer escribiéndonos a participe@bbc.co.uk

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