domingo, 19 de mayo de 2024

Consejos para que las escuelas y los docentes sobrevivan (y prosperen) con la IA.

An illustration renders a classroom, including desks, bookshelves and a chalkboard, in bright colors with random spheres, triangles and objects like a light bulb floating into the scene.
Credit...Víctor Arce
Paso 1: Asumir que todos los estudiantes van a utilizar los chatbots de inteligencia artificial.

En noviembre pasado, cuando se lanzó ChatGPT, muchas escuelas se sintieron como si hubieran sido impactadas por un asteroide.

A la mitad de un curso académico, sin previo aviso, los profesores se vieron obligados a enfrentarse a la nueva tecnología, de aspecto alienígena, que permitía a los alumnos escribir ensayos de nivel universitario, resolver problemas complejos y superar exámenes estandarizados.

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Algunas escuelas respondieron —de manera insensata, argumenté en su momento— con la prohibición de ChatGPT y herramientas similares. Pero esas limitaciones no funcionaron, en parte porque los alumnos podían utilizar las herramientas en su celular y computadoras en casa. Y, a medida que avanzaba el año escolar, muchos de los centros que restringían el uso de la inteligencia artificial generativa —como se le denomina a la categoría que incluye ChatGPT, Bing, Bard y otras herramientas— retiraron discretamente sus prohibiciones.

En vísperas de este curso escolar, he hablado con muchos profesores de primaria y secundaria, administradores escolares y miembros del profesorado universitario sobre su opinión acerca de la IA en la actualidad. Hay mucha confusión y pánico, pero también bastante curiosidad y entusiasmo. Sobre todo, los docentes quieren saber: ¿cómo podemos utilizar este material para ayudar a los alumnos a aprender, en lugar de para intentar atraparlos haciendo trampa?

Soy columnista de tecnología, no profesor, y no tengo todas las respuestas, especialmente en lo que se refiere a los efectos a largo plazo de la IA en la educación. Pero puedo ofrecer algunos consejos básicos a corto plazo para las escuelas que intentan averiguar cómo manejar la IA generativa este semestre.

En primer lugar, animo a los docentes —sobre todo en bachilleratos y universidades— a asumir que el cien por ciento de sus alumnos utilizan ChatGPT y otras herramientas de IA generativa en cada tarea, en cada asignatura, a menos que estén siendo supervisados dentro de un edificio escolar.

Eso no será completamente cierto en la mayoría de los centros. Algunos alumnos no utilizarán la IA porque tienen dudas éticas al respecto, porque no es útil para sus tareas en particular, porque no tienen acceso a las herramientas o porque tienen miedo de que los atrapen.

Sin embargo, la suposición de que todo el mundo utiliza la IA fuera de clase puede estar más cerca de la realidad de lo que muchos docentes creen. (”No tienes ni idea de lo mucho que usamos ChatGPT”, decía el título de un ensayo reciente de un estudiante de la Universidad de Columbia en la revista Chronicle of Higher Education). Y es un atajo útil para los profesores que intentan averiguar cómo adaptar sus métodos de enseñanza. ¿Por qué asignar un examen para llevar a casa o un escrito sobre Jane Eyre si todos en clase —excepto, quizá, los más estrictos cumplidores de las normas— utilizarán la IA para realizarlo? ¿Si supieras que ChatGPT es tan omnipresente como Instagram y Snapchat entre tus alumnos, por qué no habrías de cambiar a exámenes supervisados, ensayos de respuesta larga y trabajo en grupo en clase,?

En segundo lugar, las escuelas deberían dejar de apoyarse en los programas detectores de IA para atrapar a los tramposos. Hay decenas de estas herramientas en el mercado ahora, todas afirman que detectan la escritura generada con IA y ninguna de ellas funciona bien de forma confiable. Generan muchos falsos positivos y se dejan engañar fácilmente por técnicas como la paráfrasis. ¿No me crees? Pregúntale a OpenAI, el fabricante de ChatGPT, que este año ha suspendido su detector de escritura con IA por su “bajo índice de precisión”.

Es posible que en el futuro las empresas de IA puedan etiquetar los resultados de sus modelos para que sean más fáciles de detectar —una práctica conocida como “marca de agua”— o que surjan mejores herramientas de detección de IA. Pero, por ahora, la mayor parte del texto de IA debe considerarse indetectable y las escuelas deben invertir su tiempo (y sus presupuestos tecnológicos) en otra cosa.

Mi tercer consejo —-y el que podría causar que me lleguen muchos correos electrónicos de personas enojadas— es que los profesores se concentren menos en advertir a los alumnos de los defectos de la IA generativa que en averiguar qué hace bien esta tecnología.

El año pasado, muchos centros escolares intentaron asustar a los alumnos diciéndoles que herramientas como ChatGPT no eran confiables y que solían dar respuestas sin sentido y producir prosa genérica. Estas críticas, aunque ciertas para los primeros chatbots de IA, no lo son tanto para los modelos actualizados y los estudiantes inteligentes están descubriendo cómo obtener mejores resultados brindando a los modelos instrucciones más sofisticadas.

Como resultado, los estudiantes de muchas escuelas van por delante de sus instructores cuando se trata de entender lo que la IA generativa sí puede hacer, si se utiliza correctamente. Y las advertencias sobre sistemas de IA defectuosos lanzadas el año pasado pueden sonar huecas este año, ahora que GPT-4 es capaz de obtener notas aprobatorias en Harvard.

Alex Kotran, director ejecutivo del AI Education Project, una organización sin fines de lucro que ayuda a las escuelas a adoptar la IA, me dijo que los profesores necesitan pasar tiempo utilizando la IA generativa para apreciar lo útil que puede ser y lo rápido que está mejorando.

“Para la mayoría de la gente, ChatGPT sigue siendo un truco”, afirmó. “Si no se aprecia realmente lo profunda que es esta herramienta, no se van a dar todos los demás pasos que van a ser necesarios”.

Hay recursos para los educadores que quieran ponerse al día sobre la IA de prisa y corriendo. La organización de Kotran, al igual que la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación, ofrece a los profesores una serie de planes de clase enfocados en la IA. Algunos profesores también han empezado a reunir recomendaciones para sus colegas, como un sitio web creado por educadores del Gettysburg College que ofrece consejos prácticos sobre IA generativa.

Sin embargo, en mi experiencia, no hay nada que sustituya la experiencia práctica. Por eso aconsejo a los profesores que empiecen a experimentar ellos mismos con ChatGPT y otras herramientas de IA generativa, con el objetivo de llegar a dominar la tecnología tanto como muchos de sus alumnos.

Mi último consejo para las escuelas que se sienten desconcertadas por la IA generativa es el siguiente: traten este año —el primer curso académico completo de la era pos-ChatGPT— como una experiencia de aprendizaje y no esperen hacerlo todo bien.

Hay muchas formas en las que la IA podría contribuir a remodelar las aulas. Ethan Mollick, profesor de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, cree que la tecnología llevará a más profesores a adoptar un modelo de “clase invertida” (en el que los alumnos aprendan el material fuera de clase y lo practiquen en clase), que tiene la ventaja de ser más resistente a las trampas de la IA. Otros docentes con los que hablé afirmaron que estaban experimentando con la posibilidad de convertir la IA generativa en un colaborador en el aula o en una forma de que los estudiantes practiquen sus habilidades en casa con la ayuda de un tutor personalizado de IA.

Algunos de estos experimentos no funcionarán. Otros sí. No pasa nada. Todavía estamos adaptándonos a esta nueva y extraña tecnología que tenemos entre las manos y es de esperar que de vez en cuando haya algún tropiezo.

No obstante, los estudiantes necesitan orientación en lo que respecta a la IA generativa y las escuelas que la tratan como una moda pasajera —o un enemigo que vencer— perderán la oportunidad de ayudarlos.

“Muchas cosas se verán trastocadas”, aseguró Mollick. “Y por eso debemos decidir qué hacemos, en lugar de batirnos en retirada contra la IA”.

Kevin Roose es columnista de tecnología y autor de Futureproof: 9 Rules for Humans in the Age of Automation. Más sobre Kevin Roose.

sábado, 18 de mayo de 2024

Una guía de habilidades sociales útiles para los adultos.

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Las habilidades sociales necesitan tiempo y práctica para perfeccionarse. Aquí te damos algunos consejos para hacerlo más fácil.

A diferencia de materias como las matemáticas o las ciencias, las habilidades sociales dependen más de un aprendizaje práctico. Cuando eres niño puedes aprender a manejar los conflictos, hacer amigos y desenvolverte en grupo simplemente haciéndolo. Pero no todos aprenden las mismas lecciones de la misma manera. A veces, se requiere de toda una vida para perfeccionarlas y muchos jamás las dominamos.

Aprender habilidades sociales puede ser difícil cuando no has estado expuesto a las dinámicas grupales tradicionales de niño, si lidias con un padecimiento mental como la ansiedad o la depresión o incluso si no tuviste muchos ejemplos positivos al crecer. Los jóvenes aprenden cómo manejar sus propias emociones, reconocer las de otras personas y gestionar ambas de manera eficaz, mediante la socialización. Si no desarrollaste estas habilidades en tu crianza, no te preocupes. No estás solo.

Los cimientos sociales: la inteligencia emocional
Antes de hablar de situaciones sociales específicas, es útil analizar el concepto de la inteligencia emocional (o IE). Dicho de manera muy sencilla, la IE es tu capacidad de reconocer tus propias emociones, así como las de otras personas, y usar esa información para guiar tu comportamiento. Esta es un área de estudios relativamente nueva en el campo de la psicología, y desarrollar tu propia IE puede ayudarte a entender y mejorar tus interacciones sociales.

Hay varios modelos de inteligencia emocional, pero para el objetivo de esta guía, tomaremos en cuenta el trabajo del autor Daniel Goleman. Según él, hay cinco categorías generales de IE que se complementan y se respaldan.

La autoconciencia: Esto significa que eres capaz de identificar tus propias emociones y la manera en que funcionan. ¿Los entornos ruidosos te generan ansiedad? ¿Te enojas cuando la gente te corta la palabra? Si reconoces estas cosas, entonces estás practicando la autoconciencia. Puede ser más difícil de lo que parece, pero solo se necesita estar consciente de ti mismo para lograrlo.

La autorregulación: El siguiente paso es la autorregulación, que no solo depende de tu capacidad de conocer tus emociones, sino de manejarlas. A veces eso implica controlarlas cuando surgen. Si te enojas, es importante saber cómo calmarte. Sin embargo, también puede tratarse de manejar las emociones que enfrentarás. Si sabes que espiar a tu ex en Facebook solo te hará sentir mal, la autorregulación te ayudaría a hacer algo para mejorar tu vida en vez de repetir ese comportamiento.

La motivación: Los factores externos como el dinero, el estatus o el dolor son motivadores poderosos. Sin embargo, en el modelo de Goleman, la motivación interna es un componente clave. Esto implica saber cómo manejar tu propia motivación y crear o continuar proyectos porque así lo decides, no porque algo externo te lo exige.

La empatía: Es igual de importante estar consciente de las emociones de los demás. Esto podría significar el desarrollo de las habilidades para reconocer la manera en que se expresa la gente (¿puedes detectar la diferencia entre alguien que se siente cómodo y una persona que está ansiosa?), pero también significa entender cómo podrían responder otras personas a las circunstancias que atraviesan.

La socialización: Esta área se trata de tu capacidad de dirigir tus relaciones y navegar situaciones sociales. No significa controlar a los demás, sino entender cómo llegar al punto que deseas con otras personas. Eso podría implicar expresarles tus ideas a tus colegas de trabajo, gestionar un equipo o lidiar con un conflicto en una relación.

Todas las situaciones sociales son distintas y no siempre hay una manera “correcta” de manejarlas. Sin embargo, cuando lo ves a través de la óptica de estas habilidades esenciales, la mayoría de las situaciones sociales se vuelven mucho más manejables. Ahora veremos algunos episodios comunes que pueden ser difíciles de manejar, incluso para los adultos. Ten en cuenta que estos principios pueden aplicarse en todo tipo de contextos.

Enfrentar a alguien de manera constructiva
Confrontar a alguien cuando tienes un problema puede ser aterrador. Si eres de los que evitan los conflictos, quizá lo racionalices diciendo que quieres mantener la paz o que no quieres molestar a nadie. No obstante, esa puede ser una manera de evadir tus propios sentimientos. Si nada te molestara, no habría por qué enfrentar a nadie en primer lugar.

Ryan Howes, psicólogo clínico, explicó en Psychology Today que nuestros propios miedos evitan que enfrentemos a los demás: nuestro temor de perder algo que tenemos, de lastimar a alguien que nos importa o de que la situación nos dolerá pero no lograremos nada. Uno de los primeros pasos para enfrentar a alguien de manera constructiva es reconocer ese miedo e identificar los problemas reales que ocasionaron ese conflicto en primer lugar. Por ejemplo, si te molesta que tu pareja haya olvidado tu cumpleaños, ignorar tus sentimientos no resolverá el problema.

Cuando estés listo, Gregg Walker, profesor de la Universidad Estatal de Oregon, recomienda tener una conversación al respecto cuando haya tiempo de hablar sobre el tema, enfocándote en frases en primera persona como esta: “Me hirió que no hiciéramos nada en mi cumpleaños” y en describir tu comportamiento y tus reacciones, en vez de señalar a la otra persona. Los enfrentamientos saludables requieren una buena medida de conciencia sobre tus propias emociones, así que esta es una buena situación para practicar esa habilidad.

Alza la voz y haz que te escuchen cuando estás en un grupo
Ya sea en una reunión o en una fiesta, cuando haya más que un par de personas en un grupo, puede ser difícil (o imposible) tener la oportunidad de hablar. Aunque la mayoría de los trucos para combatir esta situación requieren modular tu manera de hablar —hacer pausas en medio de una oración en vez del final, o terminar lo que estás diciendo aunque alguien trate de interrumpirte— un problema que ignoramos con frecuencia es cómo manejar la forma en que reaccionas cuando alguien te interrumpe.

Sería genial que todos fueran amables y te dejaran terminar o hicieran una pausa para preguntarte qué piensas. Pero no siempre es así. Si alguien te interrumpe y eso te molesta, tal vez ya no te sientas motivado para volver a tomar la palabra. O quizá te muestres visiblemente agitado o exijas que te escuchen, lo cual puede ser desagradable y hacer que sea menos probable que la gente quiera escuchar lo que quieres decir.

En cambio, Chris Macleod, consejero y autor de The Social Skills Guidebook sugiere aceptar que las conversaciones en grupo son un “vórtice de ruido y caos”, y seguir la corriente. No pases todo el tiempo tratando de agregar lo que tenías tantas ganas de decir. Cuando lo hagas, habla en voz alta y con seguridad. Los trucos más prácticos como contar anécdotas breves o presentar una queja a manera de historia pueden facilitar la experiencia, pero regular tu propia frustración y molestia es la base de estas estrategias.

Haz nuevas amistades (y consérvalas) en la adultez
Hacer amigos puede ser relativamente fácil cuando eres joven. La escuela a menudo implica que haya un grupo de personas con las que debes pasar el rato y que son de tu edad. Quizá también compartas algunos intereses, además de que se verán casi todos los días. De adulto, puede ser más difícil. Todos están ocupados y cansados, y el tiempo nos resulta escaso. O eso parece. En realidad, lo que quizá falta es la motivación.

Como lo explica Vox, una de las claves más importantes para desarrollar una nueva amistad es reunirse. Quizá ambos digan: “¡Deberíamos salir un día de estos!”, pero por algún motivo nunca lo hacen. ¿Por qué? Claro, tienen cosas que hacer, pero aun así pudiste ver de corrido la temporada más reciente de Stranger Things. No tiene nada de malo disfrutar de un tiempo para ti, pero también es bueno comunicarte con alguien nuevo.

Cuando hagas nuevos amigos, debes comenzar con alguna motivación interna. Decide que harás amigos y después ponte en situaciones en las que eso pueda ocurrir. Toma una clase, únete a un club o tan solo habla con personas que conozcas y con las que aún no has entablado una amistad. Lo más importante es darle continuidad. Si encuentras a alguien con quien quieres tener una amistad —y sobre todo si hay señales de que esa persona también quiere ser tu amiga— pon a esa persona en lo más alto de tu lista de cosas a las que quieres dar seguimiento. Te sorprenderá lo fácil que resulta cuando lo haces a conciencia.

Comienza una conversación con alguien nuevo
Hablar con un extraño por primera vez —ya sea en una fiesta, en un evento del trabajo o simplemente en la calle— puede ser complicado. Cuando hablas por primera vez con una persona no sabes nada de ella. Eso es algo que puedes usar a tu favor. A la gente le gusta hablar de sí misma. Tanto así que, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Harvard, a veces la gente incluso gasta dinero para hablar de sí misma.

Quizá te sientas raro o incómodo cuando lo haces tú solo, pero practicar un poco de empatía puede revelar una verdad poderosa: eso les pasa a todos. Una investigación de la Universidad de Chicago reveló que menos del 47 por ciento de sus participantes creían que un extraño estaría dispuesto a hablar con ellos. En realidad, todos los intentos tuvieron éxito. La mayoría de nosotros estamos dispuestos a tener una conversación, pero no siempre queremos ser los que dan el primer paso.

Sin embargo, no todos están dispuestos a conversar con extraños todo el tiempo. Una manera fácil de saberlo es poner atención a lo que hacen en ese momento. ¿Tienen audífonos puestos? ¿Parecen apresurados? ¿Están haciendo su trabajo y solo conversan como parte de sus deberes? De ser así, quizá debas intentarlo de nuevo más tarde (o con alguien más). Si no están ocupados, comienza con un saludo o inicia con un cumplido. De ahí puedes mantener la conversación con el método del “comentario y la pregunta”. Solo haz una observación o un comentario, continúa con una pregunta y deja que la conversación fluya de manera natural.

Estas situaciones están lejos de ser las únicas que quizá te cuesten un poco, pero los principios que pueden aplicarse son casi universales. Reconoce tu propio estado emocional y maneja tus necesidades y sentimientos de una manera constructiva. Toma la iniciativa de ir tras los resultados sociales que buscas, y empatiza con otros que estén lidiando con los mismos problemas que tú. Con la práctica, el resto de los matices complejos de interacción social fluirán de manera mucho más natural.

El espejismo del 'procés'. El PP se niega a aceptar el fin del 'procés', porque sin él no puede argumentar la falta de legitimidad del Gobierno, la inconstitucionalidad de la ley de amnistía, la no renovación del CGPJ... El PP no puede hacer valer su estrategia sin el 'procés'

El procés no ha muerto con el resultado de las elecciones de este pasado domingo, porque nunca ha estado vivo. Ha sido un espejismo, una suerte de ilusión óptica que se ha desvanecido al entrar en contacto con la realidad. No ha habido ni un solo minuto en que el procés haya supuesto un riesgo para la integridad territorial del Estado. Ha habido manifestaciones espectaculares después de que se hiciera pública en 2010 la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma del Estatuto de Autonomía y en las Diadas de los años posteriores. Hubo dos referéndums aparentes, el 9 de noviembre de 2014 y el 1 de octubre de 2017, que fueron en realidad dos ejercicios del derecho de manifestación disfrazados de referéndum.

Se convocó a los ciudadanos para que depositaran una papeleta en una urna, pero la convocatoria se produjo sin ninguno de los requisitos jurídicos que se exigen para que pueda considerarse un referéndum. Su impacto político fue notable, sin duda. Su valor jurídico, nulo. Los propios convocantes del referéndum lo tuvieron que reconocer al hacer una declaración de independencia de ocho segundos de duración. La foto de la señora que pasa del éxtasis a la decepción sin solución de continuidad tras la proclamación seguida de la negación de la declaración de independencia es un ejemplo insuperable del axioma de que una foto vale más que mil palabras.

El procés ha existido por la incapacidad del Gobierno con mayoría absoluta presidido por Mariano Rajoy de negociar con un Gobierno de la Generalitat presidido por Artur Mas. Fue la cerrazón interesada de Rajoy mientras dispuso de mayoría absoluta, es decir, entre 2011 y 2015, la que impulsó el avance del procés. Es posible que pensara que con dicha cerrazón se garantizaba en 2015 la repetición de la victoria de 2011. Pero no sólo no fue así, sino que desde 2015 el PP dejó de tener el monopolio de la representación de la derecha española, que perdió, además, la mayoría parlamentaria.

Impulsar el procés se convirtió para el PP a partir de ese momento en una necesidad, ya que era la única forma de esterilizar políticamente al nacionalismo catalán, invalidando su representación parlamentaria en el proceso de formación del Gobierno de España. Fue lo que le permitió a Rajoy continuar siendo presidente del Gobierno entre 2016 y 2018. La moción de censura de julio de 2018 pondría de manifiesto que carecía de mayoría parlamentaria para gobernar. Todas las elecciones generales celebradas desde entonces han confirmado que la derecha española carece de dicha mayoría.

La mayoría parlamentaria en Catalunya de los partidos nacionalistas es imprescindible para la deslegitimación del Gobierno de coalición en el Estado. El PP necesita que Carles Puigdemont sea president de la Generalitat para hacer inviable el Gobierno de Pedro Sánchez. De ahí la coincidencia de Feijóo y Puigdemont en la interpretación de los resultados electorales de este pasado domingo en las elecciones catalanas, que deben conducir, en su opinión, a que sea Puigdemont con el apoyo del PSOE el que acabe siendo president de la Generalitat.

El PP se niega a aceptar el fin del procés, porque sin él no puede argumentar la falta de legitimidad del Gobierno presidido por Sánchez, la inconstitucionalidad de la ley de amnistía, la no renovación del Consejo General del Poder Judicial, la pretensión de convertir el Senado en lugar del Congreso de los Diputados en la auténtica Cámara representativa del “pueblo español” en contra de lo que dice la Constitución… El PP no puede hacer valer su estrategia sin el procés.

Pero lo que ha ocurrido es todo lo contrario. Todos los presidentes del PP, Rajoy, Casado y Núñez Feijóo, han contribuido a aumentar el número de nacionalistas por la independencia, que no dejaban de tener mayoría en el Parlament con la estrategia respecto de Catalunya del PP. De ahí la necesidad que han tenido de derivar al poder judicial la respuesta frente al procés. Revertir esta tendencia ha sido la política de Pedro Sánchez. Al nacionalismo no hay que ganarle en los tribunales, sino en las elecciones. No hay que perseguirlos judicialmente o intentar esterilizarlos políticamente, sino que hay que competir con ellos electoralmente para conseguir devolver el problema de la integración de Catalunya en el Estado de la justicia a la política. Eso es lo que han significado los indultos y la ley de amnistía. Y eso es lo que han avalado los ciudadanos de Catalunya con su voto este pasado domingo.

El PP se niega a aceptar la realidad. Pero la realidad es testaruda. El procés ha sido siempre un espejismo que no ha sido reconocido como tal por el interés cruzado y al mismo tiempo antagónico del PP y del nacionalismo catalán. Después del resultado electoral de este pasado domingo ya no es posible no reconocerlo, aunque Puigdemont y Núñez Feijóo se sigan resistiendo a hacerlo.

Javier Pérez Royo

https://www.eldiario.es/contracorriente/espejismo-proces_132_11371850.html

Mensaje desde la Universidad de Birzeit a las estudiantes que se levantan contra el genocidio palestino

La Universidad de Birzeit, Palestina, muestra su apoyo a las movilizaciones universitarias y nos presenta un ejemplo de la violencia israelí contra las universidades palestinas, en un afán de aniquilarlas.

Queridas compañeras,
En plena escalada de la Intifada [que en castellano significa revuelta] estudiantil en diferentes lugares del mundo, hay algunos datos que os puede interesar conocer sobre las estudiantes palestinas:El movimiento estudiantil palestino siempre ha estado implicado en la resistencia, a veces incluso dirigiéndola. Hablamos de la resistencia en todas sus formas, no sólo contra la hegemonía y la opresión sionistas, sino también contra todo tipo de opresión y supremacía en el mundo.

Israel lleva atacando a los estudiantes palestinos desde su creación hasta hoy. (ESTO NO COMENZÓ EL 7 DE OCTUBRE). Miles de estudiantes palestinos han sido asesinados y decenas de miles han sido detenidos desde 1967. Solo de la Universidad de Birzeit, desde donde os hablamos, hay ahora mismo más de 200 estudiantes encarcelados en prisiones sionistas.

En Gaza, 90.000 estudiantes se ven privadas del derecho a la educación porque Israel ha destruido deliberadamente todas las universidades de la Franja. Además, la mayoría de las escuelas de Gaza también han sido destruidas y más de 6.000 estudiantes han sido asesinadas.

En Cisjordania, además del asesinato y arresto de los estudiantes, Israel está haciendo imposible que puedan llegar a sus universidades, ya que el ejército de ocupación ha desplegado más de 800 checkpoints que segregan ciudades y pueblos.

En la Universidad de Birzeit, como en tantas otras del mundo (quizá como vayáis a hacer vosotras), las estudiantes también han plantado sus tiendas de campaña, pero nadie se queda en estas tiendas por la noche. La razón es muy simple: porque saben que los soldados israelíes invadirán la universidad en cualquier momento.

Los estudiantes de Cisjordania que organizan manifestaciones o participan en cualquier tipo de organización social o política son ahora perseguidos, tanto por Israel como por la Autoridad Palestina.

Veros luchando junto a nosotras contra la opresión y por la justicia nos da esperanza, no sólo para las estudiantes palestinas presas en las cárceles de Cisjordania y bajo los escombros de Gaza, sino también para un futuro mejor en un mundo con justicia y dignidad para todas.

Debéis saber que vuestra lucha por Palestina es crucial para nosotras, pero es aún más crucial para ustedes mismas

Cómo Israel aniquila las universidades palestinas

En la tarde gris del 10 de enero de 2022, una furgoneta blanca sin ventanas y con matrícula palestina entró en el campus de la Universidad de Birzeit, al norte de Ramallah, en la Cisjordania ocupada. Después de cruzar la puerta este del campus, dos hombres con jeans y sudaderas con capucha salieron de la camioneta y caminaron hacia la reunión del consejo estudiantil a la que asistían las representantes elegidas por los distintos bloques estudiantiles. Entonces, de repente, las puertas traseras de la camioneta se abrieron y saltaron más soldados israelíes, éstos de las fuerzas especiales, con sus uniformes y pasamontañas. Armados con armas semiautomáticas, siguieron los pasos de los dos soldados encubiertos y comenzaron a disparar.

Las estudiantes corrieron e intentaron dispersarse, pero los soldados sabían exactamente a quién perseguían. Tiraron al suelo a cuatro líderes del movimiento estudiantil. Allí los sujetaron boca abajo para esposarles, les vendarles los ojos y golpearles. Otros soldados apuntaban con sus rifles al perímetro de la zona, mientras las estudiantes trataban de documentar lo que estaba ocurriendo en su campus a plena luz del día.

Uno de los principales líderes estudiantiles, Ismail Barghouthi, trepó la puerta para escapar. Los soldados lo atacaron y le dispararon en el muslo. Lo detuvieron, junto a otros cuatro estudiantes, y se lo llevaron en la camioneta blanca, dejando un charco de sangre en el asfalto debajo de la puerta este del campus.

Los cinco estudiantes fueron llevados al centro de detención militar de Ofer, en la Cisjordania ocupada, donde fueron interrogados durante horas por agentes israelíes. Tres estudiantes fueron liberados, pero Barghouthi y su compañero Mohammed Khatib fueron acusados por la justicia militar israelí porque Israel califica sus grupos estudiantiles como “asociaciones no autorizadas”. Durante su proceso, Barghouthi pasó semanas detenido y Khatib pasó cuatro meses, hasta mayo de 2022, en “detención administrativa” —que significa “encarcelado indefinidamente en una prisiones militar sin cargos ni juicio”—.

Barghouthi y Khatib se encuentran entre las decenas de estudiantes universitarios palestinos secuestrados y detenidos por Israel cada año en el Territorio Palestino Ocupado (TPO), por pertenecer a una de las 411 asociaciones estudiantiles que Israel ha considerado «ilegales». 5 Estaban entre los cincuenta y cuatro estudiantes palestinos encarcelados solo en 2022.

[Así comienza el libro de la antropóloga Maya Wind, Towers of Ivory and Steel: How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom, en cuyo prólogo (de la también antropóloga Nadia Abu El-Haj) podemos leer lo siguiente]:

Durante décadas, las universidades israelíes han sido generosamente alabadas en Occidente como ejemplo de libertad. Las instituciones académicas europeas y norteamericanas mantienen colaboraciones de investigación y programas de grado conjuntos con universidades israelíes, que a menudo son nuestras únicas contrapartes académicas de este tipo en Oriente Medio. Pero, ¿y si las universidades israelíes no fuesen tan, tan libres? ¿y si, lejos de ser bastiones del pluralismo, la libertad académica y los espacios para la disidencia política abierta, lo que fuesen realmente es “cómplices de la violación de los derechos palestinos”? Pues eso es lo que ocurre. Aquí no hay “inocencia institucional” que valga.

Al trabajar dentro de un régimen de apartheid, los vínculos entre las universidades israelíes y el Estado tienen efectos directos sobre la segregación y el sometimiento infligidos a la población palestina. Desde 1918, estas universidades han sido una parte integral del proyecto, la construcción y el mantenimiento del estado como “hogar nacional judío”, incluido el desarrollo de tecnologías y estrategias de guerra, limpieza étnica, ocupación y asedio. No sólo se margina y discrimina a los estudiantes palestinos con ciudadanía israelí, sino que las universidades a menudo hacen el trabajo del propio Estado reprimiendo a las organizaciones estudiantiles palestinas en nombre de la “seguridad”. También financian programas académicos diseñados para capacitar a soldados y fuerzas de seguridad, no como el personal militar que se matricula para sacarse un título en un campus universitario, sino más bien como si ejército se incrusta dentro de la universidad. Esto exige que la universidad, entre otras cosas, establezca zonas de seguridad en los alojamientos del personal militar.

Las universidades palestinas están sometidas a un control burocrático militar: el Estado israelí determina el número de profesores y estudiantes extranjeros a los que se permite enseñar y estudiar en universidades palestinas, y los examina (por motivos políticos) antes de conceder visados. Las universidades de Gaza, la propia franja bajo asedio continuo, estaban aisladas del mundo exterior y expuestas a los bombardeos aéreos.

AHORA YA NO QUEDA NI UN LADRILLO DE NINGUNA DE ELLAS.

En toda Cisjordania, incluida Jerusalén Este, las universidades son sometidas repetidamente a cierres y redadas, sus estudiantes y profesores son detenidos y, a menudo, torturados durante su detención. Mientras tanto, la gran mayoría de los académicos israelíes y las direcciones de sus universidades guardan silencio. Para las universidades palestinas no hay defensa institucional de la libertad académica. Y en tantas décadas de ocupación, ni una sola universidad ha cortado lazos con las fuerzas militares o de seguridad israelíes, mucho menos con la industria armamentística de Israel.

¿VERDAD QUE LAS UNIVERSIDADES SON TEMPLOS DEL CONOCIMIENTO, LA CRÍTICA Y LA LIBERTAD, PUENTES TENDIDOS A LA COMPRENSIÓN DEL OTRO QUE NUNCA DEBEN ROMPERSE, REFUGIOS DE PAZ FELICES DONDE COMEMOS PERDICES Y ESTUDIAMOS COSAS QUE NO MATAN?

¿VERDAD QUE NUESTRAS INSTITUCIONES SON TAN BONDADOSAS E INOCENTES QUE CUALQUIER MEDIDA DE BOICOT DEBERÍA EXCLUIRLAS?

PUES NO. NI EL DERECHO INTERNACIONAL HABLA DE NADA DE ESO NI ES ESA LA CUESTIÓN, NI EN ESTE GENOCIDIO NI EN LAS DÉCADAS PREVIAS DE OCUPACIÓN Y LIMPIEZA ÉTNICA.

La verdadera pregunta es: “¿Son las universidades israelíes cómplices de la violación de los derechos palestinos?”. Y la respuesta es SÍ, pero la comunidad académica internacional está reconociendo cada vez más el profundo arraigo y complicidad de las universidades israelíes con el proyecto de asentamiento y apartheid de Israel. Y está llegando a la conclusión de que seguir haciendo negocios con las universidades israelíes es intolerable.

A quienes se oponen a nuestro llamamiento a un boicot académico, les preguntamos:

¿HAY ALGÚN MOVIMIENTO DE RESISTENCIA PALESTINO QUE USTEDES RECONOZCAN O HAYAN RECONOCIDO ALGUNA VEZ COMO LEGÍTIMO?

Si para ustedes todo es terrorismo y el boicot es improcedente,

¿QUÉ DIABLOS HAY QUE HACER ENTONCES?

¿SEGUIR CONTANDO TROCITOS DE NIÑOS MUERTOS Y MOSTRANDO MUCHA PENITA PARA NO PERDER VOTOS?

MOSTRAR SOLIDARIDAD CON MILES DE SERES HUMANOS HUMILLADOS, ASESINADOS, ENCARCELADOS, TORTURADOS Y EXPULSADOS, PERO NO HACERLO CON LOS VIVOS QUE SIGUEN RESISTIENDO ES COMPORTARSE-COMO-SÓLO-EL-MISERABLE-HOMBRE-BLANCO-SUPREMACISTA-SABE-HACER-Y-LLEVA-HACIENDO-DURANTE-CINCO-SIGLOS.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 17 de mayo de 2024

‘El Espartaco Negro’, de Sudhir Hazareesingh: un esclavo con “alma de hombre libre”.


'El Espartaco Negro’, de Sudhir Hazareesingh
Retrato de Toussaint Louverture, obra de George DeBaptiste (1870).
La biografía de Toussaint Louverture muestra a un personaje épico y original, de pensamiento ilustrado y ferviente defensor de la fraternidad en el Haití de la época colonial francesa.

Cualquier viajero probablemente se haya encontrado en Francia con algún espacio dedicado a la memoria de Toussaint Louverture, uno de los principales líderes de una revolución que, desde 1791 hasta 1804, transformó la colonia de Saint-Domingue. El mito del Espartaco Negro ha atravesado épocas. Fue celebrado y denigrado a partes iguales. Nunca ha dejado indiferente a nadie. Se convirtió en un icono universal de liberación y su eco llegó con fuerza al mundo afroamericano de Estados Unidos. Pero Haití se encuentra en el margen de los márgenes y su figura ha caído en el olvido, pese a su liderazgo en la primera lucha anticolonial. Hace unos años, Sudhir Hazareesingh, uno de los más sugerentes historiadores sobre la Francia contemporánea, quiso recuperar la biografía de un personaje con demasiadas aristas. Cambiaba de temática y de espacio, pero lo hacía con la solvencia de quien maneja con soltura los archivos de medio mundo. En El Espartaco Negro nos muestra a un Louverture épico y original, que sigue teniendo mucho que contar a nuestro tiempo.

Louverture nació esclavo en la misma Saint-Domingue que le hizo célebre. Pero, como él mismo señaló, la naturaleza le otorgó “el alma de un hombre libre”. En aquel entonces Haití era un infierno en tierra. A pesar de que su padre era una figura dentro de la comunidad esclava, sus compañeros de desgracia no pudieron imaginar jamás lo que el futuro depararía a aquel niño. Fue desarrollando una interpretación de la realidad que entrelazaba una profunda fe cristiana con las raíces africanas de su familia. Su papel dentro de la plantación como mediador en diferentes disturbios le otorgaron la libertad. Pudo escoger su propio nombre: “la apertura” de un hombre emancipado. Su relación con su antiguo dueño favoreció a su comunidad y Toussaint le ayudó a escapar de la isla al inicio de la rebelión. El primero de los presidentes haitianos elegidos democráticamente, Jean-Bertrand Aristide, le achacó precisamente su trato con los opresores.

Su republicanismo fue mestizo porque caminaba entre el misticismo afroamericano, el realismo político y la defensa de un orden moral católico.

La fraternidad fue el pilar intelectual de sus planteamientos políticos. El ideal ilustrado había calado con fuerza en su pensamiento y mantuvo siempre una esperanza inquebrantable en la humanidad. Apostaba por la regeneración a través de la educación para crear ciudadanos conscientes. Su republicanismo fue mestizo porque caminaba entre el misticismo afroamericano, el realismo político y la defensa de un orden moral católico. En 1791, fue uno de los protagonistas de la primera gran revolución anticolonial. La Revolución Francesa había cambiado el marco de debate. La discusión sobre los derechos de los esclavos alimentó la confrontación dentro de la sociedad haitiana. Entonces los negros mataron a los blancos con ayuda de otros blancos, y los blancos mataron a los negros con la colaboración de otros negros. Después de esta sangrienta rebelión, Louverture se unió a los republicanos franceses para defender la colonia de sus enemigos, especialmente de los británicos. Los jacobinos habían buscado la abolición de la esclavitud. La diversidad étnica de la población negra no hacía fácil la generación de una identidad propia. Pero lo intentó desde los diversos cargos políticos y militares que tuvo. Era el hombre fuerte de Haití.

Toussaint es reconocido como el principal defensor de la emancipación de los esclavos, pero eso no le impidió moverse a partir de cálculos estratégicos. Estuvo con los esclavos rebeldes, jugueteó con los españoles y, luego, defendió y se enfrentó a los franceses. La ambigüedad gobernó muchas de sus decisiones. Hazareesingh nos describe las formas de un paladín militar que consiguió éxitos en el campo de batalla y más de una herida. Louverture desafió y ganó a las autoridades francesas en más de una ocasión. En París sabían que no podían hostigarle si querían mantener a Saint-Domingue bajo su dominio. Para 1798, la isla era una ruina. Los excesos revolucionarios habían devastado todo. Los roces con la metrópoli eran habituales. Toussaint decidió apostar por la búsqueda de autonomía y restablecer relaciones económicas con el entorno, especialmente con Estados Unidos. Consiguió el control de parte del territorio. Pero la aparición de Napoleón en escena lo cambió todo. El encuentro con sus emisarios demostró que el acuerdo era imposible. El emperador se negó a aceptar la Constitución de 1801. Louverture llevó entonces al extremo al ejército francés. Como consecuencia de un engaño, fue apresado y trasladado a Francia. Allí murió en prisión.

Louverture ya se había convertido en mito. Sin embargo, esta no es una hagiografía, aunque a veces se deje deslumbrar por el personaje. Hazareesingh no esconde el lado más despiadado del personaje. El Espartaco Negro es una obra panorámica que conjuga un análisis global con incursiones microhistóricas. La combinación es sorprendente y demuestra la capacidad que posee una biografía bien hecha para explicar toda una época. Antes de su muerte, nuestro protagonista señaló que no se podría acabar con el tronco de la libertad que había germinado en Haití, sus raíces estaban muy arraigadas. No alcanzó a entender que había otras formas de servidumbre. En 1825, Francia obligó a los haitianos a pagar el 300% de su PIB más intereses por su independencia. Pero eso es otra historia.

El Espartaco NegroVer más grande 

Portada de 'El Espartaco Negro', de Sudhir Hazareesingh. El Espartaco Negro Sudhir Hazareesingh Traducción de Joan Eloi Roca Ático de los Libros, 2024 656 páginas. 34,95 euros 

Guía sencilla para entender la alucinante tecnología cuántica que cambiará nuestras vidas

El gato de Erwin Schrödinger.

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¿Vivo o muerto? El famoso gato de Schrödinger.

Han pasado casi 100 años desde que los físicos Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg hicieron añicos nuestra comprensión del universo.

En lugar de un mundo regido por la certeza, donde todo era definido y preciso, la teoría que desarrollaron describía un mundo difuso e incierto.

Afirmaron que a nivel microscópico, los átomos se comportan de manera impredecible.

Las partículas pueden existir en varios lugares a la vez y atravesar las barreras de energía como fantasmas que se desplazan a través de paredes ¿Vivo o muerto? El famoso gato de Schrödinger. 

Bienvenidos a la mecánica cuántica.

Aunque inicialmente se vio como extraña y desconcertante, la mecánica cuántica ahora es universalmente aceptada como la mejor descripción del mundo subatómico.

Y aceptar su borrosidad nos ha llevado a una comprensión mucho mejor de los componentes básicos del universo.

Sin esta comprensión, nunca habríamos desarrollado el chip de silicio, el láser o el teléfono inteligente.

El desarrollo de la tecnología cuántica tiene ahora el potencial de transformar nuestras vidas aún más.

Aquí y allá, a la vez

Caballo en movimiento 

Caballo en movimiento

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Observar una partícula es como tomarle una foto a algo en movimiento: lo fuerzas a quedarse quieto y asumir una posición. Para entender cómo, tenemos que comprender dos de las ideas más contraintuitivas, algunos podrían decir que hasta locas, sobre el comportamiento del mundo cuántico: la superposición y el entrelazamiento.

La superposición describe la capacidad de partículas como electrones, fotones o átomos para estar en dos lugares a la vez, o moverse en dos direcciones diferentes al mismo tiempo.

A nuestra escala cotidiana, los objetos existen en un estado definido a la vez.

Sin embargo, en el mundo cuántico microscópico, no podemos saber cuál es el estado de una partícula hasta que la observamos, pero al observarla, imponemos nuestra certeza cotidiana sobre ella, lo que hace que su estado cuántico "colapse" en un solo estado definido.

¿Confuso?

Quizás un experimento mental ideado por Schrödinger pueda aclarar el concepto.

Ilustración de gato vivo y muerto.

Ilustración de gato vivo y muerto

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Dentro de la caja, el gato está vivo y muerto simultáneamente.

Schrödinger se preguntó qué pasaría si un gato estuviera encerrado en una caja con una sustancia radiactiva que lo mataría si liberaba una partícula.

Pero la mecánica cuántica nos dice que debemos describir la partícula como si hubiera sido liberada y no liberada al mismo tiempo.

Existe en una superposición cuántica.

Dado que el estado del gato se basa en ese evento cuántico que ha sucedido y no ha sucedido, debe estar vivo y muerto simultáneamente.

Solo cuando abrimos la caja para mirar, lo obligamos a "elegir" la vida o la muerte.

Lo extraño es que sabemos que esto que es cierto para los átomos, pero nunca sucede con los gatos reales, a pesar de que los gatos están hechos de átomos.

Un vínculo estrecho

Ilustración de partículas entrelazadas 

Ilustración de partículas entrelazadas

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Hay cosas que la física clásica no puede explicar, como el entrelazamiento cuántico.

El segundo comportamiento alucinante observado en este mundo microscópico es el entrelazamiento cuántico.

Dos o más partículas se unen de una manera que la física clásica no puede explicar.

Por ejemplo, toma dos partículas separadas pero entrelazadas -A y B-.

Cada una estará girando tanto en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario a las agujas del reloj al mismo tiempo, en una superposición.

Pero si observas a la partícula A, la fuerzas a entrar en un único estado, es decir que la obligas a girar, por ejemplo, solamente en el sentido de las agujas del reloj.

Eso hará que la partícula B gire en la dirección opuesta, y sólo en esa dirección.

La superposición de B colapsará cuando observemos A.

En principio, esto ocurre incluso si una de las partículas está en Marte y la otra en la Tierra.

Este fenómeno es tan extraño que provocó el rechazo de Albert Einstein, quien lo describió como una "espeluznante acción a distancia".

Próximamente...

El objetivo de la tecnología cuántica es hacer que las cosas grandes, como el procesador de una computadora, se comporten como un pequeño objeto cuántico.

Los extraños y maravillosos conceptos de entrelazamiento y superposición son cruciales en el desarrollo de nuevas tecnologías cuánticas.

Las computadoras cuánticas resuelven problemas complejos a un ritmo enormemente más rápido que las más potentes de las convencionales.

En lugar de utilizar el sistema binario clásico de bits -0 y 1-, los ordenadores cuánticos utilizan cúbits, es decir, bits cuánticos que pueden existir en una superposición de estados 0 y 1 simultáneamente.

Las computadoras cuánticas pueden encontrar fácilmente la ruta más eficiente a través de múltiples destinos o analizar mercados financieros altamente complejos.

Los científicos creen que el poder de la computación cuántica podría revolucionar muchas industrias, ayudarnos a abordar el cambio climático e incluso descubrir nuevos tratamientos farmacológicos.

Ilustración de cúbits.

Ilustración de cúbits

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Los cúbits, que son 0 y 1 a la vez, ya están revolucionando el mundo.

Junto con la computación cuántica, existe la posibilidad de desarrollar la detección cuántica.

Se trata de sensores ópticos o magnéticos increíblemente delicados que pueden utilizarse para una amplia gama de aplicaciones, desde alertas tempranas de terremotos o erupciones volcánicas, hasta imágenes cerebrales que podrían proporcionar información innovadora para combatir la demencia.

Luego tenemos la comunicación cuántica, o encriptada, que revolucionará la seguridad informática.

En este momento, cuando pagamos en línea, sabemos que los métodos de cifrado actuales hacen que nuestros datos estén relativamente seguros.

Pero las computadoras cuánticas podrán invalidar fácilmente los sistemas actuales.

Afortunadamente, también estamos desarrollando lo que se llama cifrado cuántico, que utiliza los conceptos de superposición y entrelazamiento.

Esto significará que cuando dos personas intercambien mensajes, pueden estar seguras de que si alguien intenta "espiar" la información, la superposición colapsará, afectando los intercambios y alertándolos de cualquier posible interceptación.

La computación cuántica, la detección cuántica y el cifrado cuántico ya están en camino: la revolución cuántica ya comenzó.

Así que, aunque no sepamos si el gato de Schrödinger está vivo o muerto, o ambos, aprovechar las maravillosas y misteriosas propiedades del mundo cuántico promete impulsar nuestro futuro.

Si quieres ver el video "A guide to quantum tech (you’ll actually understand!)"de BBC Ideas,  haz clic aquí.

*Jim Al-Khalili es físico teórico, profesor de Física en la Universidad de Surrey, en Reino Unido. Es el conductor del programa The Life Scientific, en BBC Radio 4. 

jueves, 16 de mayo de 2024

Revisitar el mito de Oxford: cómo ser élite académica sin elitismo.

Noche de debate en la Oxford Union, una de las sociedades estudiantiles con más solera de Oxford, polémica e irreverente cantera de numerosos políticos británicos, como Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg.
Noche de debate en la Oxford Union, una de las sociedades estudiantiles con más solera de Oxford, polémica e irreverente cantera de numerosos políticos británicos, como Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg.
Una de las universidades más prestigiosas del mundo, pilar de la cultura británica, intenta sacudirse la etiqueta de guardián de los privilegios de clase. Su alumnado es cada vez más diverso, pero las inercias hacen de contrapeso en este complejo ecosistema forjado durante siglos.

“No vayas a escribir solo cosas malas de Oxford, ¿eh?”. A la puerta de las casas de origen medieval donde hace siete siglos los monjes benedictinos mandaban a estudiar a sus hermanos más espabilados, frente a una explanada de césped perfilada al milímetro, David Isaac, rector del Worcester, uno de los 39 colleges que componen una de las más prestigiosas universidades del mundo, se despide tras una rápida sesión de fotos. Mientras se aleja, queda flotando en el aire la advertencia-petición que se ha abierto paso, nítida, desde el fondo de un irónico tono de broma.

Pero lo cierto es que es muy difícil no escribir cosas buenas sobre esta institución casi milenaria que ocupa los primeros puestos de los rankings internacionales, enclavada en un entorno idílico en el sureste de Inglaterra. Lo es por más que alguien se haya desplazado allí para intentar comprobar qué queda —si queda algo, si es que lo hubo— de ese paraíso elitista para pijos irredentos que dibujan la película Saltburn —éxito de la directora Emerald Fennell, ambientada en la primera década de 2000— y el libro Amigocracia, cómo una pequeña casta de ‘tories’ de Oxford se apoderó del Reino Unido, firmado por el periodista Simon Kuper, graduado allí en los años ochenta, y publicado en español hace unos meses por Capitán Swing.

Tras algunos lustros de esfuerzos por aumentar la diversidad social de su alumnado, y el extendido bochorno por haber ayudado a engendrar figuras como la del ex primer ministro británico Boris Johnson —paradigma para muchos de una clase alta irreflexiva y caprichosa que se cree con derecho a regir como les plazca los destinos de sus compatriotas—, la verdad es que poco queda de todo aquello. O, al menos, poco ha encontrado esta revista de las exhibiciones públicas de ostentación y desprecio al esfuerzo académico por parte de los cachorros de la clase dirigente que describe Kuper en su libro. Él mismo lo reconoce al final de la edición española, después de varias visitas recientes al campus de su juventud.

Esto no quiere decir que la meritocracia campe ahora victoriosa sobre el elitismo; sin duda lo están menos que nunca, pero las clases más acomodadas siguen claramente sobrerrepresentadas. Los que llegan desde colegios privados son el 31,9% de los nuevos estudiantes de grado, cuando menos del 7% de la población estudia en esos centros; sin contar el creciente número de alumnos extranjeros que, salvo excepciones, pagan matrículas de a partir de 38.000 euros al año. Además, paseando por sus calles empedradas, entre la arquitectura monumental, las tiendas de souvenirs de la calle Broad y los tours que recorren los escenarios reales de las películas de Harry Potter, absorbido tal vez por la idea de que todo aquello recuerda a ratos a una especie de parque temático del conocimiento en el que alumnos y profesores fueran parte del decorado, alguien podría preguntarse qué queda de aquella máquina de moldear (junto a Cambridge, por supuesto) las élites políticas y culturales británicas.

—Somos una institución educativa de élite, pero no elitista. Élite quiere decir que somos la primera universidad del mundo en excelencia académica y que ese es nuestro objetivo, para lo que escogemos a los mejores estudiantes con independencia de su riqueza y de su origen.

David Isaac, abogado de éxito y exresponsable de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos del Reino Unido, cuenta que fue el primero de su familia en ir a la universidad: a Cambridge y luego a Oxford. Habla reclinado en un sofá de un gran salón de la planta baja del edificio del rector, con vistas a un jardín, un lago y unos campos de deportes propiedad del Worcester College que suman 110.000 metros cuadrados.

Si cualquier universidad es un organismo complejo, hecho de facultades y departamentos que pueden ser el día y la noche en muchos aspectos, aunque convivan puerta con puerta, en Oxford todo se complica aún más. Con unos orígenes que se remontan al siglo XI, la universidad en realidad una coalición de 39 colegios universitarios (36 colleges y tres asociaciones) independientes, miniuniversidades repartidas por toda la ciudad. Cada una con su propia personalidad y gran independencia tanto económica como de gestión. Por ejemplo, fundado en 1714 sobre el antiguo Gloucester Hall y el todavía más antiguo Gloucester College, el Worcester tiene fama de ser uno de los más abiertos y con mayor diversidad: el 84% de sus nuevos alumnos de grado de los últimos años venía de colegios públicos. En el otro extremo, ese grupo supone menos del 60% de sus nuevas incorporaciones en New College (fundado en 1379), St Hugh (1886), St Peter’s (1929), Corpus Christi (1517) y Christ Church (1546).

Para unos y otros es muy difícil entrar en Oxford. En 2022, solo el 13% de los aspirantes lo consiguió, después de un proceso al que solo acceden aquellos que tengan unas notas previas muy altas (ponderadas desde hace algunos años por el contexto socioeconómico), y que incluye cartas de recomendación, un ensayo de solicitud y una prueba de acceso y un par de entrevistas personales.

Una vez dentro, los alumnos son perfectamente conscientes de las oportunidades que se les abren, pero, en general, no se sienten llamados a formar parte de ninguna élite o, al menos, no lo dicen en voz alta. “Si eres lo bastante bueno para entrar en un sitio así, probablemente acabarás haciendo… Algunas personas terminarán haciendo algo significativo”, admite Abdul Hadi Muhammad, joven londinense de origen paquistaní que estudia Ingeniería en el Balliol, el mismo college por el que pasó Boris Johnson hace cuatro décadas. Más bien dicen sentir la presión de estar a la altura. “Muchos experimentan el síndrome del impostor. Es algo de lo que se habla todo el tiempo”, añade Hanah Edwards, alumna de PPE, siglas en inglés para Filosofía, Política y Economía, carrera famosa por ser un escalón del camino clásico de las élites políticas británicas, que comienza en internados privados como Eton, continúa en Oxford y termina en el Parlamento. Es el caso, de nuevo, de Boris Johnson, pero también de David Cameron, Liz Truss, Ed Miliband o Ed Balls.
El comedor del colegio universitario Balliol. El comedor del colegio universitario Balliol.

La presión viene acompañada por otra idea muy extendida: la de ser unos privilegiados por estar allí. Emoción que se ve reforzada continuamente por un escenario maravilloso, natural y construido, con sus salones de gala y sus bibliotecas centenarias, y por esas seculares tradiciones que incluyen cenas de etiqueta, juramentos en latín, ropajes académicos especiales —capas, cuellos y birretes— obligatorios en numerosas ocasiones y hasta un idioma propio para nombrar todo tipo de cosas: desde los semestres (Michaelmas, Hilary y Trinity) a los cargos de los colleges (los tesoreros son los bursar). “Puede que no sea la razón principal para solicitar aquí una plaza, al menos no para la mayoría, pero cuando vienes, es algo bonito que ninguna otra universidad te ofrece”, dice Staś Kaleta, londinense de origen polaco que el año pasado se graduó allí en Lengua y Literatura Inglesa.

Para algunos académicos, esas tradiciones son el repelente perfecto para los alumnos más humildes. Sin embargo, Hadi, que preside The 93% Club Oxford —movimiento que trata de luchar contra la desigualdad haciendo comunidad entre los antiguos alumnos de la escuela pública—, argumenta justo lo contrario mientras enseña a los visitantes el lujoso comedor del Balliol: “Antes de venir aquí, nunca había pisado un lugar como este. Así que poder sentarme a cenar aquí es una gran oportunidad y un privilegio. No me hace La presión viene acompañada por otra idea muy extendida: la de ser unos privilegiados por estar allí. Emoción que se ve reforzada continuamente por un escenario maravilloso, natural y construido, con sus salones de gala y sus bibliotecas centenarias, y por esas seculares tradiciones que incluyen cenas de etiqueta, juramentos en latín, ropajes académicos especiales —capas, cuellos y birretes— obligatorios en numerosas ocasiones y hasta un idioma propio para nombrar todo tipo de cosas: desde los semestres (Michaelmas, Hilary y Trinity) a los cargos de los colleges (los tesoreros son los bursar). “Puede que no sea la razón principal para solicitar aquí una plaza, al menos no para la mayoría, pero cuando vienes, es algo bonito que ninguna otra universidad te ofrece”, dice Staś Kaleta, londinense de origen polaco que el año pasado se graduó allí en Lengua y Literatura Inglesa.Hannah Edwards, expresidenta de la Oxford UnionAunque parece todavía lejos de ser suficiente, es innegable que la diversidad social en Oxford es hoy mayor que nunca: la proporción de alumnos de entornos desfavorecidos se ha doblado desde 2016, hasta llegar a ser uno de cada cinco. Y, una vez dentro, las becas y los préstamos públicos alivian la enorme carga que supone estudiar allí a pesar de tratarse de un centro público: unas 9.000 libras (algo más de 10.000 euros) al año de matrícula, y entre 12.000 y 17.000 libras (entre unos 14.000 y 20.000 euros) más de alojamiento y la manutención. Sin embargo, a nadie se le escapa que el sistema está viciado desde el inicio, y no solo por las ventajas de quienes pueden pagar un colegio privado o unos tutores de apoyo que desde la más tierna infancia facilitarán la entrada a los mejores institutos públicos y, más tarde, la preparación para los exámenes finales y las entrevistas. “El problema no es que sea elitista, sino que, en su inmensa mayoría, solo lo quieren y lo utilizan personas que ya pertenecen a la élite. En otras palabras, refuerza los privilegios y las desigualdades económicas y de clase”, asegura en un mensaje James Rebanks, escritor y pastor de ovejas en Matterdale, un pueblo del noroeste de Inglaterra. Rebanks estudió Historia en los noventa en un Oxford aún “dominado por pijos”. Sobre la escasez de representación de las clases humildes, añade: “La institución históricamente no los ha querido; ahora dice que sí, pero no puede atraerlos”. Su propia experiencia podría contradecir sus palabras, sin embargo, siempre ha habido numerosos ejemplos de lo que Kuper describe en su libro como una de las “funciones de Oxford”: “La selección de outsiders espabilados” para “iniciarlos en el estilo de vida de la clase dirigente”.

En todo caso, cualquier ostentación de privilegios de clase como los que él vivió en su día está hoy muy mal vista. “Parece que la meritocracia ha ganado el relato”, opina César Fuster, estudiante de doctorado becado en Oxford para escribir su tesis, precisamente, sobre cómo la gente entiende la desigualdad económica y sus fuentes. Él tiene sentimientos encontrados. “Es una universidad que abraza la diversidad de una manera bonita, tanto que muchos la critican por ser demasiado woke. Sin embargo, está también todo ese clasismo latente que se ve, por ejemplo, cada día a la hora de comer: el profesorado jamás va a compartir mesa con los conserjes y las limpiadoras, la mayoría extranjeros. Son cosas que me fascinan y me irritan muchísimo”. Así, las diferencias de clase se manifiestan de forma más sutil. En los acentos, por ejemplo, cuyo cambio llega a suponer una crisis de identidad para algunos alumnos de origen humilde, como puso de manifiesto un estudio de 2021 de la socióloga Éireann Attridge. Hadi admite que su acento ha cambiado desde que llegó a Oxford, aunque no lo vive como algo negativo. Tampoco cree que haya nada malicioso en el hecho “natural” de que la gente tienda a juntarse con otras personas de su mismo origen. “En mi caso, la mitad de mis amigos hemos ido a colegios públicos, y la otra mitad, a privados. Y estamos juntos todo el tiempo y no hay ningún problema”.
César Fuster. 

Lo cierto es que, con independencia del origen, Oxford ofrece unas oportunidades que otras universidades no dan. Sus recién graduados ganan 15.000 libras por encima de la media de los del resto de instituciones, según publicaba hace unos meses The Daily Telegraph. Pero las ventajas tampoco serán iguales para todos, según Sam Friedman, sociólogo de la London School of Economics, coautor de Nacidos para gobernar (Born to Rule), sobre la creación de las élites británicas, que se publicará el próximo septiembre: “Hay toda una infraestructura de clubes y redes que se traduce en una experiencia social muy diferente, aparte de los logros educativos, que siguen siendo muy importantes. Puede que Oxford esté diversificando en cierta medida su alumnado. Pero mientras un porcentaje tan significativo siga procediendo de colegios privados, este tipo de experiencia dual seguirá existiendo”. Hay sociedades de todo tipo: políticas (como el club conservador y el laborista), deportivas (de rugby, remo, polo…), académicas (antropología, lenguas muertas…), para amantes de la naturaleza, futuros diplomáticos, emprendedores… Pero la más famosa y elitista sigue siendo para muchos la Oxford Union, el club de debate fundado en 1823 al que se puede pertenecer pagando una cuota única de unos 350 euros.

Polémica y descarada —hay quien ha pedido su cierre; la última vez, por llevar a una ponente con un discurso fieramente antitrans—, por esta sociedad han pasado como invitados desde Albert Einstein y Michael Jackson a la madre Teresa de Calcuta e Isabel II. Y de entre sus miembros no solo han salido seis primeros ministros británicos (el último, Boris Johnson), sino que desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta el año 2000, en torno al 30% de los presidentes de esta sociedad han acabado siendo políticos profesionales. Hannah Edwards, parte del grupo de oxonienses llegados desde colegios privados, fue su presidenta hasta el pasado mes de marzo; los mandatos duran solo un trimestre. Ella rechaza ansias propias en ese sentido, pero admite que el puesto atrae a personas interesadas previamente en la política. Convencidos tal vez de que la sociedad es un trampolín hacia ese mundo. Desde luego, parece que daño no hace. Como tampoco lo hace el poder indudable de la marca general, la de Oxford.

“No ocurre de forma automática”, insiste el rector Isaac desde el Worcester. “Es una señal, como en EE UU con Harvard o Princeton. Pero no se trata de a quién conoces y cuáles son tus redes, sino de qué has estudiado y cómo has rendido”, añade. Puede ser. Pero también, como defienden otros, que alrededor de Oxford existe una especie de comunidad de apoyo en la élite a partir de un poderoso sentimiento compartido de pertenencia. Algo así vino a admitir hace unos meses en un discurso la vicerrectora de la Universidad de Oxford, Irene Tracey: “Con una comunidad mundial de más de 350.000 antiguos alumnos y asociados, esto es poder, liderazgo e influencia: blanda y dura”. También se refirió a sus estudiantes como “la próxima generación de líderes del pensamiento”. Y sobre su misión, dijo: “Oxford debe sentir la presión de ser unos privilegiados en cuanto a recursos y talento. Desempeñemos, pues, el papel que nos corresponde a la hora de dar forma a Gran Bretaña, a Europa y al mundo en esta era de globalización cambiante”.

miércoles, 15 de mayo de 2024

3 pasos para envejecer con exuberancia. Con el correr de los años es fácil quejarse. Una autora octogenaria ofrece unas cuantas reglas para vivir sin pesar.

Hace poco llegó a mi mesa un nuevo libro con un título irresistible: El arte sueco de envejecer con exuberancia: sabiduría vital de alguien que (probablemente) morirá antes que tú. Ya conocía el humor ácido de la autora, Margareta Magnusson, por haber leído su anterior libro, El arte sueco de ordenar antes de morir: Si no lo amas, tíralo; si no lo usas, tíralo también, un sorprendente éxito de ventas internacional y un llamado a, como ella dice, “no dejar una montaña de basura para que nuestros seres queridos la limpien después de nuestra muerte”.

Llamé a Estocolmo a Magnusson, quien fue artista antes de convertirse en escritora y ahora tiene 86 años, para que me diera algunos de sus mejores consejos sobre cómo hacer que la vida valga la pena, tengas la edad que tengas.

Magnusson reconoce que envejecer es difícil. “No puedes detener el paso del tiempo ni cómo afecta a tu cuerpo, pero puedes trabajar para mantener una mente clara y positiva”, dijo. “Puedes ser joven arriba en tu cabeza aunque te crujan las articulaciones”. Aquí sus tres consejos principales.

Acoge el kärt besvär
Esta frase sueca mezcla kärt, que significa “querido o apreciado”, y besvär, que significa “dolor”. Así, un kärt besvär podría ser pagar las facturas: una obligación molesta, pero aun así agradeces contar con el dinero para pagarla. O cuidar a quien está enfermo, como he hecho esta semana con mi hija, enferma de gripe. Cuando estoy agotada por sus interminables peticiones de contraseñas de servicios de emisión en continuo y tazas de té, enviadas por mensaje de texto, me recuerdo a mí misma que me alegro de ser lo bastante fuerte como para cuidar de ella.

Con la edad, es fácil sentirse frustrado y quejarse, dijo Magnusson. Pero la idea del kärt besvär la ayuda a vivir con alegría. “Parece que no hay más remedio que ver cada molestia como algo que debo encontrar la forma de apreciar”, señaló.

Creo que lo que Magnusson quiere decir es que está bien dejarse llevar por las emociones, sean cuales sean. Laura Carstensen, psicóloga del Centro de Longevidad de Stanford, que ha estudiado los cambios emocionales que se producen con la edad, dijo: “Observamos que las personas mayores son más propensas a manifestar una especie de mosaico de emociones que los jóvenes”. Mientras que las personas más jóvenes tienden a ser “todo positivas o todo negativas”, dijo, las personas mayores son más capaces de experimentar la alegría “con una lágrima en el ojo”, añadió.

Rodéate de jóvenes
Esta es la sencilla definición de felicidad de Magnussen: estar rodeado de gente joven. No solo aportan ideas y perspectivas nuevas, dijo, sino que oír hablar de sus planes y perspectivas “es una forma de mantenerse en sintonía con la persona joven que uno mismo fue en algún momento”.

Pasar tiempo con gente más joven también puede ser beneficioso para el cerebro, dijo Vonetta Dotson, catedrática de psicología y gerontología de la Universidad Estatal de Georgia y autora de Keep Your Wits About You: the Science of Brain Maintenance as You Age. (Mantenga su ingenio sobre usted: la ciencia del mantenimiento del cerebro a medida que envejece.)

Hay estudios que sugieren que, a medida que se envejece, sobre todo si se empieza a experimentar cierto deterioro cognitivo, socializar con personas más jóvenes y mentalmente agudas puede proporcionar el tipo de estímulo que ayuda a potenciar el funcionamiento cognitivo, explicó.

Sin embargo, Becca Levy, catedrática de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de Yale y autora de Rompe los límites de la edad, dijo que esta convivencia de generaciones a menudo no se produce. “Porque, desafortunadamente, hay bastante segregación por edades en nuestra cultura”.

Puedes romper esa barrera si mantienes la puerta (y la nevera) abierta para los nietos, si los tienes cerca. Haz una llamada de 8 minutos a un pariente más joven. Ofrécete como voluntario para leer a los niños en la biblioteca local, o apúntate a una organización como Big Brothers Big Sisters.

Y, para mantener a los jóvenes cerca de ti, Magnusson escribe: “Hazles preguntas. Escúchalos. Dales de comer. No vuelvas a contarles sobre tu rodilla mala”.

Di ‘sí’ siempre que sea posible
Uno de los conceptos erróneos sobre las personas mayores, según Regina Koepp, psicóloga clínica y fundadora del Centro para la Salud Mental y el Envejecimiento en Burlington, Virginia, es que “son rígidas y nunca cambiarán”, dijo. “Eso no es cierto. Las personas mayores no son más rígidas que los jóvenes. Son rasgos de personalidad, no de edad”. Sin embargo, incluso los adultos mayores han interiorizado esta narrativa, dijo Koepp, “porque la han oído toda su vida”.

Para envejecer con exuberancia, hay que reconocer activamente el “edadismo interiorizado” y luchar contra él, dijo Koepp. Decir “sí” tantas veces como se pueda, añadió, “es en efecto decir ‘sí’ a la vida: ser curioso y explorador, es formar parte de la comunidad”.

Magnusson me dijo que cuanto mayor se hace, más recuerda las cosas a las que ha dicho “sí” cuando estaba a punto de decir “no”, y cómo esas experiencias han enriquecido su vida. “He descubierto que tener la mente cerrada me envejece más rápido que cualquier otra cosa”, dijo. Antes de rechazar algo —una cena, una exposición de arte, comprarse una chaqueta de cuero— se pregunta a sí misma: “¿Es que no puedo hacerlo o no quiero?”.

“Inténtalo, sea lo que sea”, dijo. “Quizá vayas a una fiesta y seas la última en irte porque te lo estás pasando muy bien”. Le pregunté a Magnusson cuándo fue la última vez que se quedó hasta el final en una fiesta. “Hace una semana”, respondió.