El filósofo Antoni Doménech imparte la conferencia “El lenguaje como instrumento de dominación” en la Universidad de Verano de Socialismo 21
Políticos como Rajoy y Rubalcaba, economistas y periodistas, entre otros, repiten al referirse a la crisis de las deudas soberanas que el estado es similar a una familia y que, en consecuencia, ha de ajustar ingresos y gastos. El corolario de esta argumentación es que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y, por tanto, ahora debemos ajustarnos el cinturón”.
Sin embargo, a juicio del filósofo Antoni Doménech, “esta metáfora (la asimilación del estado a una familia) no hace sino poner de manifiesto cómo las clases dominantes están manipulando nuestro sentido común”.
Formado intelectualmente bajo la influencia del filósofo marxista Manuel Sacristán, Doménech es actualmente editor de la revista “Sin Permiso”. Entre sus principales obras destacan “De la ética a la política. De la razón erótica a la razón inerte” (1989) y “El eclipse de la fraternidad. Una revisión republicana de la tradición socialista” (2004).
Aunque se hace pasar por evidente, por una cuestión de sentido común, la equiparación de un estado a una familia esconde una falacia, según Antoni Doménech. Es cierto que cuando una familia contrae una deuda, está forzada a su devolución y le condicionan los ingresos. Pero el estado cuenta con muchos más recursos: el poder de recaudar impuestos, la capacidad de imprimir dinero fiduciario para pagar a los acreedores; además, si el estado decide reducir el gasto, esta decisión puede tener consecuencias en los ingresos (cosa que no ocurre con el ahorro familiar). Por último, si el estado conserva su soberanía monetaria es técnicamente imposible que se le obligue a quebrar, aunque puede hacerlo por una decisión política propia.
Precisamente en este punto –la pérdida de la soberanía monetaria por parte de los estados- es donde radica el problema, y no –como suele afirmarse en la citada metáfora de sentido común - en que el gasto público supere a los ingresos. Por ejemplo, el endeudamiento público de Estados Unidos es de más del 100% del PIB, el de Japón se sitúa en torno al 200%; el de Inglaterra, cerca del 100% y el de España en un 74%. Al no contar con soberanía monetaria, ni existir una autoridad fiscal común, los países de la Unión Europea –sobre todo los de la periferia, como España- se encuentran en manos de los mercados financieros. Por eso el estado español paga un 7% de intereses en los bonos a 10 años, mientras que Estados Unidos y Japón abonan menos del 2%, e Inglaterra un 2,1%. Es decir, unas tasas de endeudamiento menor pueden implicar un pago de intereses superiores.
El catedrático de filosofía, cofundador y redactor de revistas como “Materiales” y “Mientras tanto”, pone asimismo el ejemplo de California, estado norteamericano que si se constituyera como entidad independiente, sería una de las diez grandes potencias del mundo. Sin embargo, las finanzas públicas de California se hallan técnicamente en quiebra. “No cuentan con soberanía monetaria –dependen del dólar- pero todas sus facturas e impagos los afronta finalmente Washington; ni siquiera California ha de emitir bonos de deuda específicos, ya que ésta se halla mutualizada por los Estados Unidos al 2% de interés”, subraya Antoni Doménech. Es la diferencia entre un espacio monetario –Estados Unidos- con una autoridad fiscal única y, por tanto, capacidad de emitir deuda mutualizada, y la Unión Europea...
Esta catarata de desastres “Alemania no se la puede permitir, pero puede que todo esto ocurra porque las elites políticas y económicas no entienden nada, como tampoco entendían lo que pasaba en los años 30; contra lo que dice el tópico, si Roosevelt adoptó medidas intervencionistas es porque le empujó el movimiento obrero norteamericano; Resulta una tragedia el funcionamiento de las elites en el capitalismo, son incapaces de adoptar ninguna medida eficaz”, explica el autor de “El eclipse de la fraternidad. Una revisión republicana de la tradición socialista”.
¿Qué alternativa podría plantear la izquierda? Según Doménech, “resulta indispensable hablar de crecimiento ”; sin esta idea, a juicio del docente, es muy difícil acumular energía transformadora. “Para impulsar reformas es necesario el crecimiento, como advirtió Keynes a Roosevelt en su día”. Ahora bien, “este crecimiento no ha de ser forzosamente destructivo, ya que puede venir de las inversiones públicas en tecnologías sostenibles o energías verdes; pero hace falta crecer para conseguir el pleno empleo y un empoderamiento mayor de la clase trabajadora; sólo así nos podremos plantear metas mayores”, concluye. Leer todo aquí.
jueves, 26 de julio de 2012
Eduardo Galeano: "A la basura dos siglos de conquistas”.
“Este es un mundo violento y mentiroso pero no podemos perder la esperanza y el entusiasmo por cambiarlo”, asegura Eduardo Galeano.
El escritor uruguayo, historiador literario de su continente a través de obras como “Las venas abiertas de América Latina” y la trilogía “Memorias del Fuego”, habló con BBC Mundo sobre los últimos acontecimientos de América Latina y la crisis económica mundial.
Desde su mesa de siempre en el céntrico Café Brasilero, dejando tras el ventanal el frío del invierno austral, insiste en que “la grandeza humana está en las cosas chiquitas, que se hace cotidianamente, día a día, la que hacen los anónimos sin saber que la hacen”.
Por eso, alterna las respuestas con episodios de su último libro, “Los hijos de los días”, en el que agrupa 366 historias reales, una para cada día del año, que contienen más verdad que hablar de la prima de riesgo.
La crisis europea se está manejando por los líderes políticos desde un discurso de sacrificio de la población.
Es igual al discurso de los oficiales cuando mandan a los reclutas a morir, con menos olor a pólvora pero no menos violento.
Esto es un plan sistemático a nivel mundial para arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas obreras, para que la humanidad retroceda en nombre de la recuperación nacional.
Este es un mundo organizado y especializado en el exterminio del prójimo.
Y luego vienen a condenar la violencia del pobre, la de los muertos de hambre; la otra se aplaude, merece condecoraciones.
¿Se está presentando la ‘austeridad’ como única salida?
¿De quiénes? Si los banqueros que produjeron este desastre fueron y siguen siendo los principales asaltantes de bancos y son recompensados con millones de euros que les pagan como indemnización…
Es un mundo muy mentiroso y muy violento.
Lo de la austeridad es un viejo discurso en América Latina. Asistimos a una obra de teatro que fue estrenada acá y que ya conocemos.
Sabemos todo: las fórmulas, las recetas mágicas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial…
¿Considera que el empobrecimiento de la población es más violento?
Si la lucha contra el terrorismo fuera verdadera y no una coartada para otros fines, tendríamos que empapelar el mundo con carteles que dijeran ‘se buscan a los secuestradores de países, a los exterminadores de salarios, a los asesinos de empleo, a los traficantes del miedo’, que son los más peligrosos porque te condenan a la parálisis.
Este es un mundo que te doméstica para que desconfíes del prójimo, para que sea una amenaza y nunca una promesa. Es alguien que te va a hacer daño y para eso hay que defenderse. Así se justifica la industria militar, nombre poético de la industria criminal. Eso es un ejemplo clarísimo de violencia.
Pasando a la política latinoamericana, México continúa en las calles protestando por los resultados oficiales de las elecciones...
La diferencia de votos no fue tan grande y quizás sea difícil de demostrar que hubo fraude. Sin embargo, hay otro fraude más profundo, más fino y que es el más dañino a la democracia: el que cometen los políticos que desde el llano prometen todo lo contrario de lo que después hacen desde el poder.
Así están actuando contra la fe en la democracia de nuevas generaciones.
Respecto a la destitución de Fernando Lugo en Paraguay, ¿se puede hablar de golpe de Estado si se ha basado en las leyes del país?
Por supuesto que el de Paraguay es lisa y llanamente un golpe de Estado. Han golpeado el gobierno del ‘cura progre’ no por lo que hubiera hecho sino por lo que podía hacer. No había hecho gran cosa pero como se proponía una reforma agraria en un país que tiene el grado de concentración de poder de la tierra más alto de toda América Latina, y en consecuencia la desigualdad más injusta, había tenido algunas actitudes de dignidad nacional contra algunas empresas internacionales todopoderosas como Monsanto y prohibido el ingreso de algunas semillas transgénicas…
Fue un golpe de Estado preventivo, por si acaso, no por lo que eres sino por lo que puedes llegar a hacer.
¿Le sorprende que sigan dándose estas situaciones?
El mundo actual es muy sorprendente. La mayoría de los países europeos que parecía que estaban vacunados de los golpes de Estado son ahora gobiernos gobernados a manos de tecnócratas designados a dedo por Goldman & Sachs y otras grandes empresas financieras que no han sido votadas por nadie. Hasta el lenguaje lo refleja: los países, que se supone que son soberanos e independientes, tienen que hacer bien sus deberes como si fueran niños con tendencia a la mala conducta y los maestros son los tecnócratas que vienen a tirarte de las orejas.
Ver en BBC.
El escritor uruguayo, historiador literario de su continente a través de obras como “Las venas abiertas de América Latina” y la trilogía “Memorias del Fuego”, habló con BBC Mundo sobre los últimos acontecimientos de América Latina y la crisis económica mundial.
Desde su mesa de siempre en el céntrico Café Brasilero, dejando tras el ventanal el frío del invierno austral, insiste en que “la grandeza humana está en las cosas chiquitas, que se hace cotidianamente, día a día, la que hacen los anónimos sin saber que la hacen”.
Por eso, alterna las respuestas con episodios de su último libro, “Los hijos de los días”, en el que agrupa 366 historias reales, una para cada día del año, que contienen más verdad que hablar de la prima de riesgo.
La crisis europea se está manejando por los líderes políticos desde un discurso de sacrificio de la población.
Es igual al discurso de los oficiales cuando mandan a los reclutas a morir, con menos olor a pólvora pero no menos violento.
Esto es un plan sistemático a nivel mundial para arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas obreras, para que la humanidad retroceda en nombre de la recuperación nacional.
Este es un mundo organizado y especializado en el exterminio del prójimo.
Y luego vienen a condenar la violencia del pobre, la de los muertos de hambre; la otra se aplaude, merece condecoraciones.
¿Se está presentando la ‘austeridad’ como única salida?
¿De quiénes? Si los banqueros que produjeron este desastre fueron y siguen siendo los principales asaltantes de bancos y son recompensados con millones de euros que les pagan como indemnización…
Es un mundo muy mentiroso y muy violento.
Lo de la austeridad es un viejo discurso en América Latina. Asistimos a una obra de teatro que fue estrenada acá y que ya conocemos.
Sabemos todo: las fórmulas, las recetas mágicas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial…
¿Considera que el empobrecimiento de la población es más violento?
Si la lucha contra el terrorismo fuera verdadera y no una coartada para otros fines, tendríamos que empapelar el mundo con carteles que dijeran ‘se buscan a los secuestradores de países, a los exterminadores de salarios, a los asesinos de empleo, a los traficantes del miedo’, que son los más peligrosos porque te condenan a la parálisis.
Este es un mundo que te doméstica para que desconfíes del prójimo, para que sea una amenaza y nunca una promesa. Es alguien que te va a hacer daño y para eso hay que defenderse. Así se justifica la industria militar, nombre poético de la industria criminal. Eso es un ejemplo clarísimo de violencia.
Pasando a la política latinoamericana, México continúa en las calles protestando por los resultados oficiales de las elecciones...
La diferencia de votos no fue tan grande y quizás sea difícil de demostrar que hubo fraude. Sin embargo, hay otro fraude más profundo, más fino y que es el más dañino a la democracia: el que cometen los políticos que desde el llano prometen todo lo contrario de lo que después hacen desde el poder.
Así están actuando contra la fe en la democracia de nuevas generaciones.
Respecto a la destitución de Fernando Lugo en Paraguay, ¿se puede hablar de golpe de Estado si se ha basado en las leyes del país?
Por supuesto que el de Paraguay es lisa y llanamente un golpe de Estado. Han golpeado el gobierno del ‘cura progre’ no por lo que hubiera hecho sino por lo que podía hacer. No había hecho gran cosa pero como se proponía una reforma agraria en un país que tiene el grado de concentración de poder de la tierra más alto de toda América Latina, y en consecuencia la desigualdad más injusta, había tenido algunas actitudes de dignidad nacional contra algunas empresas internacionales todopoderosas como Monsanto y prohibido el ingreso de algunas semillas transgénicas…
Fue un golpe de Estado preventivo, por si acaso, no por lo que eres sino por lo que puedes llegar a hacer.
¿Le sorprende que sigan dándose estas situaciones?
El mundo actual es muy sorprendente. La mayoría de los países europeos que parecía que estaban vacunados de los golpes de Estado son ahora gobiernos gobernados a manos de tecnócratas designados a dedo por Goldman & Sachs y otras grandes empresas financieras que no han sido votadas por nadie. Hasta el lenguaje lo refleja: los países, que se supone que son soberanos e independientes, tienen que hacer bien sus deberes como si fueran niños con tendencia a la mala conducta y los maestros son los tecnócratas que vienen a tirarte de las orejas.
Ver en BBC.
miércoles, 25 de julio de 2012
La crisis española y los mercados. ¿Por qué la sabiduría convencional está equivocada?
El editorial de El País del pasado 21 de julio (Situación crítica) presenta la postura que caracteriza el pensamiento dominante en el establishment español sobre la situación financiera del país. Tal editorial indica que los mercados financieros no están respondiendo a las medidas de austeridad muy marcada puestas en marcha por el gobierno español presidido por Rajoy. Por el tono del editorial, su autor parece asumir que los mercados deberían haber tomado nota de tales medidas y recuperar su confianza en el Estado español, exigiendo unos intereses más bajos a su deuda pública, los cuales han alcanzado niveles que son inasumibles. Este supuesto que asume que el Estado español “tiene que hacer sus deberes” (lo cual implica en el lenguaje del establishment español recortar y recortar gasto público, entre otras medidas, para reducir el déficit público) a fin de recuperar “la famosa confianza de los mercados” está justificando toda una serie de medidas que están llevando al país al desastre. Ignora, además, un hecho clave: el tamaño de la deuda pública y del déficit no es la causa de que la prima de riesgo esté ya por las nubes en España.
¿Cuál es, pues, la causa?
Y la respuesta la hemos estado señalando unos pocos sin que se nos hiciera caso desde hace ya tiempo. El hecho de que España tenga una prima de riesgo tan elevada se debe a dos factores. Uno, a que España no tiene un Banco Central. Si lo tuviera, éste haría lo que hace un Banco Central digno de su nombre: imprimiría moneda y con ella compraría deuda pública, forzando la bajada de los intereses de su deuda. Esto es lo que hace el Banco Central estadounidense (The Federal Reserve Board), el Banco de Inglaterra, el Banco del Japón y un largo etcétera. El editorialista de El País no ha captado todavía (como tampoco lo ha captado el establishment español) que los intereses de la deuda pública no los determinan los mercados financieros, sino predominantemente el Banco Central del país que genera la deuda. Al no tener un Banco Central, consecuencia de estar en la Eurozona, España no puede regular los intereses de su deuda pública. Y como consecuencia, éstos suben y suben porque es lo que le conviene a los mercados financieros, que se ceban y enriquecen a base de tales escaladas en el precio de la deuda.
El segundo hecho que explica la elevada prima de riesgo de la deuda pública española es que, además de no tener un Banco Central, el que así se llama en la Eurozona (el Banco Central Europeo (BCE)) no es un Banco Central, sino que es predominantemente un lobby de la banca alemana. El establishment español parece que no ha captado esto tampoco. Si fuera un Banco Central imprimiría dinero y compraría la deuda pública de los Estados de la Eurozona que pagan unos intereses exagerados por su deuda. Con ello, los intereses bajarían. Pero el BCE no hace esto. Dice que lo tiene prohibido (aunque lo hace muy de vez en cuando, en situaciones extremas). Lo que sí hace es imprimir dinero y se lo presta a la banca privada a unos intereses muy bajos (0,75%) y con este dinero la banca compra deuda pública a unos intereses elevadísimos (un 7% y un 6% en el caso español e italiano). ¡Un negocio redondo!
Ahora bien, el BCE se pasó de rosca. Y ahora, la banca privada (incluyendo la alemana) está llena de bonos públicos y privados de los países periféricos y le preocupa que ahora los Estados de estos países no puedan pagar. Alemania posee la friolera cantidad de 770.000 millones de euros de deuda pública y privada de los países intervenidos (Grecia, Portugal, Irlanda y España). De ellos, 274.000 millones en España. Los dos bancos alemanes más importantes, el Deutsche Bank y el Commerzbank, tienen cada uno 14.000 millones de euros. La banca alemana tiene gran cantidad de deuda pública y privada española (que le ha proporcionado excelentes intereses, y por lo tanto, beneficios), y ahora quiere asegurarse de que España no colapse y se quede sin cobrar la deuda. De ahí la “ayuda” financiera, que en realidad es ayuda a la banca alemana. Y de ahí que el BCE esté presionando para que estos Estados paguen lo que deben a los bancos alemanes, entre otros. La famosa ayuda financiera a la banca española (100.000 millones de euros) es primordialmente una ayuda a la banca alemana (entre otros bancos) tal como indicó recientemente con toda franqueza Peter Bofinger, consejero económico del gobierno Merkel en su entrevista a Der Spiegel (14.07.12), señalando que “esta ayuda no es a estos países, sino a nuestros propios bancos, que tienen gran cantidad de la deuda privada en aquellos países” (ver mi artículo La economía alemana no es un ejemplo en www.vnavarro.org).
Una última observación. Creerse que el euro está en peligro porque la prima de riesgo española está en las nubes (como asume también el editorial de El País) es desconocer el sistema de gobierno de la Eurozona. El euro le está yendo pero que muy bien al Estado alemán y a la banca alemana. Como he detallado en otro artículo (ver artículo citado) a los mayores bancos alemanes les está yendo muy bien, y los bonos públicos del Estado alemán son los más seguros que hay en el mundo (junto con los estadounidenses).
¿Dónde está, pues, el problema del euro?
El problema para el euro y para la banca alemana sería si España se saliera del euro, que es lo último que el establishment alemán y europeo desearían, pero que España debería considerar seriamente como alternativa. El BCE no cambiará a no ser que perciba el peligro que supone para la banca alemana que España salga del euro. Y tal percepción no ocurrirá mientras el gobierno español siga dócilmente lo que le digan el BCE y la Comisión Europea, pues los intereses de éstos no son los intereses de la población española, sino los intereses financieros alemanes que dominan aquellas instituciones. Pedirle al BCE que ayude al Estado español porque éste “está haciendo sus deberes” (tal como termina el editorial de El País) es no entender quién y cómo la Eurozona está gobernada. Vincenç Navarro. Público.
Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/07/24/%C2%BFpor-que-la-sabiduria-convencional-esta-equivocada/
¿Cuál es, pues, la causa?
Y la respuesta la hemos estado señalando unos pocos sin que se nos hiciera caso desde hace ya tiempo. El hecho de que España tenga una prima de riesgo tan elevada se debe a dos factores. Uno, a que España no tiene un Banco Central. Si lo tuviera, éste haría lo que hace un Banco Central digno de su nombre: imprimiría moneda y con ella compraría deuda pública, forzando la bajada de los intereses de su deuda. Esto es lo que hace el Banco Central estadounidense (The Federal Reserve Board), el Banco de Inglaterra, el Banco del Japón y un largo etcétera. El editorialista de El País no ha captado todavía (como tampoco lo ha captado el establishment español) que los intereses de la deuda pública no los determinan los mercados financieros, sino predominantemente el Banco Central del país que genera la deuda. Al no tener un Banco Central, consecuencia de estar en la Eurozona, España no puede regular los intereses de su deuda pública. Y como consecuencia, éstos suben y suben porque es lo que le conviene a los mercados financieros, que se ceban y enriquecen a base de tales escaladas en el precio de la deuda.
El segundo hecho que explica la elevada prima de riesgo de la deuda pública española es que, además de no tener un Banco Central, el que así se llama en la Eurozona (el Banco Central Europeo (BCE)) no es un Banco Central, sino que es predominantemente un lobby de la banca alemana. El establishment español parece que no ha captado esto tampoco. Si fuera un Banco Central imprimiría dinero y compraría la deuda pública de los Estados de la Eurozona que pagan unos intereses exagerados por su deuda. Con ello, los intereses bajarían. Pero el BCE no hace esto. Dice que lo tiene prohibido (aunque lo hace muy de vez en cuando, en situaciones extremas). Lo que sí hace es imprimir dinero y se lo presta a la banca privada a unos intereses muy bajos (0,75%) y con este dinero la banca compra deuda pública a unos intereses elevadísimos (un 7% y un 6% en el caso español e italiano). ¡Un negocio redondo!
Ahora bien, el BCE se pasó de rosca. Y ahora, la banca privada (incluyendo la alemana) está llena de bonos públicos y privados de los países periféricos y le preocupa que ahora los Estados de estos países no puedan pagar. Alemania posee la friolera cantidad de 770.000 millones de euros de deuda pública y privada de los países intervenidos (Grecia, Portugal, Irlanda y España). De ellos, 274.000 millones en España. Los dos bancos alemanes más importantes, el Deutsche Bank y el Commerzbank, tienen cada uno 14.000 millones de euros. La banca alemana tiene gran cantidad de deuda pública y privada española (que le ha proporcionado excelentes intereses, y por lo tanto, beneficios), y ahora quiere asegurarse de que España no colapse y se quede sin cobrar la deuda. De ahí la “ayuda” financiera, que en realidad es ayuda a la banca alemana. Y de ahí que el BCE esté presionando para que estos Estados paguen lo que deben a los bancos alemanes, entre otros. La famosa ayuda financiera a la banca española (100.000 millones de euros) es primordialmente una ayuda a la banca alemana (entre otros bancos) tal como indicó recientemente con toda franqueza Peter Bofinger, consejero económico del gobierno Merkel en su entrevista a Der Spiegel (14.07.12), señalando que “esta ayuda no es a estos países, sino a nuestros propios bancos, que tienen gran cantidad de la deuda privada en aquellos países” (ver mi artículo La economía alemana no es un ejemplo en www.vnavarro.org).
Una última observación. Creerse que el euro está en peligro porque la prima de riesgo española está en las nubes (como asume también el editorial de El País) es desconocer el sistema de gobierno de la Eurozona. El euro le está yendo pero que muy bien al Estado alemán y a la banca alemana. Como he detallado en otro artículo (ver artículo citado) a los mayores bancos alemanes les está yendo muy bien, y los bonos públicos del Estado alemán son los más seguros que hay en el mundo (junto con los estadounidenses).
¿Dónde está, pues, el problema del euro?
El problema para el euro y para la banca alemana sería si España se saliera del euro, que es lo último que el establishment alemán y europeo desearían, pero que España debería considerar seriamente como alternativa. El BCE no cambiará a no ser que perciba el peligro que supone para la banca alemana que España salga del euro. Y tal percepción no ocurrirá mientras el gobierno español siga dócilmente lo que le digan el BCE y la Comisión Europea, pues los intereses de éstos no son los intereses de la población española, sino los intereses financieros alemanes que dominan aquellas instituciones. Pedirle al BCE que ayude al Estado español porque éste “está haciendo sus deberes” (tal como termina el editorial de El País) es no entender quién y cómo la Eurozona está gobernada. Vincenç Navarro. Público.
Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/07/24/%C2%BFpor-que-la-sabiduria-convencional-esta-equivocada/
Nos hunden la incompetencia y la mentira
España está en situación límite. Tal y como desean los grandes centros del poder oligárquico europeo, la subida de los tipos a los que se coloca nuestra deuda hará imposible su financiación y así se justificará la intervención global que vienen buscando. El Banco Central Europeo está haciendo el trabajo sucio desde hace meses, dejando que los especuladores se ensañen sin hacer nada para evitarlo, pero no se puede decir que sea el único responsable.
La verdad es que nuestros gobernantes son igualmente culpables de la situación extrema en la que nos encontramos porque vienen tomando desde hace meses una serie de medidas erróneas que era inevitable que nos llevaran al desastre, como hemos ido anticipando con total precisión los economistas críticos.
Venimos diciendo que permanecer en el euro sin unión fiscal (auténtica y no solo como un directorio que imponga disciplina presupuestaria), sin que exista un fondo europeo de rescate de los bancos (porque su situación patrimonial no puede resolverse con estrategias nacionales sino con una europea) y sin que el Banco Central Europeo actúe como un verdadero banco central que financie a los estados a bajo coste y que acabe con los especuladores para que la crisis de liquidez no se convierta artificial e innecesariamente en una de solvencia, era y es un suicidio económico, como ya estamos comprobando.
Hemos dicho por activa y por pasiva que dedicar miles millones a la banca sin conocer exactamente su auténtica situación patrimonial no resolvería nada, como seguimos comprobando después de varias reformas e inyecciones de liquidez.
También advertimos que optar por la política de fusiones de cajas, que era la estrategia que deseaban los bancos grandes para quedarse finalmente con su mercado, era una barbaridad que solo iba a dejar cadáveres muy costosos en el camino y solo más privilegios para quienes han provocado la situación financiera lamentable en la que nos encontramos, como también hemos podido comprobar ya. Hemos demostrado que la experiencia y la evidencia empírica indican que las políticas de recortes de gasto en fases de crisis son una aberración que ni sirven para salir de ella ni para financiar mejor la deuda, como también se ha comprobado ya.
Y hemos puesto de manifiesto que, además de ser tremendamente injustos, los recortes de derechos sociales son innecesarios (porque hay otras vías para obtener los recursos que se necesitan) y que crean una situación de emergencia social y de insostenibilidad que solo va a traer conflictos y perturbaciones ciudadanas muy graves, como estamos empezando a vivir.
Estamos, pues, donde estamos porque nuestros gobernantes han sido unos auténticos incompetentes. No tienen un plan de actuación previsto (como demuestra la improvisación constante), no saben lo que quieren o deben hacer (como indican las constantes idas y venidas), y no tienen la más mínima idea del efecto de las medidas que toman, como pone de manifiesto el que no acierten ni en una sola de sus previsiones.
Pero, además, los gobernantes del PP son unos mentirosos compulsivos (como Vicenç Navarro, Alberto Garzón y yo hemos demostrado en nuestro libro Lo que España necesita), unos trileros que se creen que pueden engañar a los mercados y a las autoridades europeas a base de hacer las mismas trampas que hacen a su electorado y a todos los españoles. Lo que naturalmente tiene un efecto desastroso sobre las apuestas especulativas de los mercados que les ganan constantemente la partida, como muestra el alza acelerada de la prima de riesgo desde que gobierna Rajoy.
El gobierno del PP no ha sabido defender los intereses de España en Europa y los ha traicionado al renunciar a enfrentarse a las imposiciones constantes de sus centros de poder. Sus dirigentes creyeron estúpidamente que su sola presencia en el Ejecutivo sería suficiente para dar la vuelta a la situación (“Que caiga España que ya la levantaremos nosotros”, decía Montoro en 2010) y en lugar de sincerarse con la ciudadanía se dedican a justificar su estrepitoso fracaso con el recurso a la herencia de Zapatero, un discurso que ya es sencillamente infame cuando día a día se comprueba que los ayuntamientos o comunidades autónomas en peor situación son las que el PP ha gobernado.
No pasa un día sin que nos llevemos un sobresalto o contemplemos una señal más de su incompetencia: ayer, la prima de riesgo volvía a desbocarse (como Vicenç Navarro y yo habíamos advertido que iba a suceder después del rescate bancario de junio, que Rajoy y el Rey decían que arreglaba nuestro problema financiero). Y el mismo Ministro de Economía que está constantemente actuando para ganarse la confianza de los mercados denunciaba ayer su “irracionalidad”, como si fuera un extremista antisistema cualquiera.
Hay que exigir que no sigan mintiendo más. Es imprescindible poner fin al engaño electoral y a la incompetencia que nos lleva al desastre. España debe y puede hacerse fuerte. En ninguna ley natural está escrito que el destino de nuestro pueblo tenga que ser el doblegarse a las imposiciones de poderes financieros extranjeros o soportar en silencio los destrozos de un gobierno que traiciona los intereses nacionales. Como también venimos demostrando los economistas alternativos, los técnicos de Hacienda, los movimientos y organizaciones sociales…,
hay medidas de otro tipo y un horizonte diferente que nos permite resolver de otro modo nuestros problemas económicos, aunque es cierto que para ponerlos en marcha se necesita voluntad política y más fuerza social...
Renunciando a ser libres (como ha reconocido Rajoy en el Congreso) y gobernando en contra de las preferencias de la mayoría de la población, en contra de lo prometido en su programa electoral y a base de decretos, el PP ha suspendido de facto la democracia en España. Y los españoles demócratas de todas las sensibilidades y tendencias tenemos el derecho y la obligación de recuperarla, por dignidad y para evitar la ruina que produce tanta mentira e incompetencia. Juan Torres López. Público, Fuente: http://blogs.publico.es/juantorres/2012/07/24/nos-hunden-la-incompetencia-y-la-mentira/
La verdad es que nuestros gobernantes son igualmente culpables de la situación extrema en la que nos encontramos porque vienen tomando desde hace meses una serie de medidas erróneas que era inevitable que nos llevaran al desastre, como hemos ido anticipando con total precisión los economistas críticos.
Venimos diciendo que permanecer en el euro sin unión fiscal (auténtica y no solo como un directorio que imponga disciplina presupuestaria), sin que exista un fondo europeo de rescate de los bancos (porque su situación patrimonial no puede resolverse con estrategias nacionales sino con una europea) y sin que el Banco Central Europeo actúe como un verdadero banco central que financie a los estados a bajo coste y que acabe con los especuladores para que la crisis de liquidez no se convierta artificial e innecesariamente en una de solvencia, era y es un suicidio económico, como ya estamos comprobando.
Hemos dicho por activa y por pasiva que dedicar miles millones a la banca sin conocer exactamente su auténtica situación patrimonial no resolvería nada, como seguimos comprobando después de varias reformas e inyecciones de liquidez.
También advertimos que optar por la política de fusiones de cajas, que era la estrategia que deseaban los bancos grandes para quedarse finalmente con su mercado, era una barbaridad que solo iba a dejar cadáveres muy costosos en el camino y solo más privilegios para quienes han provocado la situación financiera lamentable en la que nos encontramos, como también hemos podido comprobar ya. Hemos demostrado que la experiencia y la evidencia empírica indican que las políticas de recortes de gasto en fases de crisis son una aberración que ni sirven para salir de ella ni para financiar mejor la deuda, como también se ha comprobado ya.
Y hemos puesto de manifiesto que, además de ser tremendamente injustos, los recortes de derechos sociales son innecesarios (porque hay otras vías para obtener los recursos que se necesitan) y que crean una situación de emergencia social y de insostenibilidad que solo va a traer conflictos y perturbaciones ciudadanas muy graves, como estamos empezando a vivir.
Estamos, pues, donde estamos porque nuestros gobernantes han sido unos auténticos incompetentes. No tienen un plan de actuación previsto (como demuestra la improvisación constante), no saben lo que quieren o deben hacer (como indican las constantes idas y venidas), y no tienen la más mínima idea del efecto de las medidas que toman, como pone de manifiesto el que no acierten ni en una sola de sus previsiones.
Pero, además, los gobernantes del PP son unos mentirosos compulsivos (como Vicenç Navarro, Alberto Garzón y yo hemos demostrado en nuestro libro Lo que España necesita), unos trileros que se creen que pueden engañar a los mercados y a las autoridades europeas a base de hacer las mismas trampas que hacen a su electorado y a todos los españoles. Lo que naturalmente tiene un efecto desastroso sobre las apuestas especulativas de los mercados que les ganan constantemente la partida, como muestra el alza acelerada de la prima de riesgo desde que gobierna Rajoy.
El gobierno del PP no ha sabido defender los intereses de España en Europa y los ha traicionado al renunciar a enfrentarse a las imposiciones constantes de sus centros de poder. Sus dirigentes creyeron estúpidamente que su sola presencia en el Ejecutivo sería suficiente para dar la vuelta a la situación (“Que caiga España que ya la levantaremos nosotros”, decía Montoro en 2010) y en lugar de sincerarse con la ciudadanía se dedican a justificar su estrepitoso fracaso con el recurso a la herencia de Zapatero, un discurso que ya es sencillamente infame cuando día a día se comprueba que los ayuntamientos o comunidades autónomas en peor situación son las que el PP ha gobernado.
No pasa un día sin que nos llevemos un sobresalto o contemplemos una señal más de su incompetencia: ayer, la prima de riesgo volvía a desbocarse (como Vicenç Navarro y yo habíamos advertido que iba a suceder después del rescate bancario de junio, que Rajoy y el Rey decían que arreglaba nuestro problema financiero). Y el mismo Ministro de Economía que está constantemente actuando para ganarse la confianza de los mercados denunciaba ayer su “irracionalidad”, como si fuera un extremista antisistema cualquiera.
Hay que exigir que no sigan mintiendo más. Es imprescindible poner fin al engaño electoral y a la incompetencia que nos lleva al desastre. España debe y puede hacerse fuerte. En ninguna ley natural está escrito que el destino de nuestro pueblo tenga que ser el doblegarse a las imposiciones de poderes financieros extranjeros o soportar en silencio los destrozos de un gobierno que traiciona los intereses nacionales. Como también venimos demostrando los economistas alternativos, los técnicos de Hacienda, los movimientos y organizaciones sociales…,
hay medidas de otro tipo y un horizonte diferente que nos permite resolver de otro modo nuestros problemas económicos, aunque es cierto que para ponerlos en marcha se necesita voluntad política y más fuerza social...
Renunciando a ser libres (como ha reconocido Rajoy en el Congreso) y gobernando en contra de las preferencias de la mayoría de la población, en contra de lo prometido en su programa electoral y a base de decretos, el PP ha suspendido de facto la democracia en España. Y los españoles demócratas de todas las sensibilidades y tendencias tenemos el derecho y la obligación de recuperarla, por dignidad y para evitar la ruina que produce tanta mentira e incompetencia. Juan Torres López. Público, Fuente: http://blogs.publico.es/juantorres/2012/07/24/nos-hunden-la-incompetencia-y-la-mentira/
martes, 24 de julio de 2012
SEGUIMOS SIN NOTICIAS DE ISLANDIA
Si alguien cree que no hay censura en la actualidad, que me diga si así como se ha sabido todo lo que pasa en Egipto, cómo es que los periódicos no han dicho casi nada sobre lo que pasa en Islandia.
En Islandia, el pueblo ha hecho dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han contraído con Gran Bretaña y Holanda a causa de su mala política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su Constitución. Y todo ello de forma pacífica.
Toda una revolución contra el poder que nos ha conducido a la crisis actual. He aquí, por qué no se han dado a conocer hechos durante estos dos años.
¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo? Esta es, brevemente, la historia de los hechos:
2008. Se nacionaliza el principal banco del país. La moneda se desploma, la bolsa suspende su actividad. El país está en bancarrota.
2009. Las protestas ciudadanas frente al parlamento logran que se convoquen elecciones anticipadas y provocan la dimisión del Primer Ministro, y de todo su gobierno en bloque. Continúa la pésima situación económica del país. Mediante una ley se propone la devolución de la deuda a G.B. y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todas las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años, al 5,5% de interés.
2010. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular. En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con ¡un 93% de los votos!
A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis.
Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden, y todos los banqueros implicados, abandonan el país.
En este contexto de crisis, se elige una asamblea para redactar una nueva Constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la Constitución danesa. Para ello, se recurre directamente al pueblo. Se eligen 31 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual solo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas.
La Asamblea Constitucional comenzó su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.
Esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo tome las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis y reescritura de la Constitución por los ciudadanos.
¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos?
¿Se ha comentado en las tertulias políticas radiofónicas?
¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no.
El pueblo islandés ha sabido dar una lección a toda Europa, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo.
¿ESTÁS SEGURO DE QUE NO HAY CENSURA EN LOS MEDIOS INFORMATIVOS? (Noticia recibida por Internet) (Caricatura de Forges)
La policía irlandesa (Sí Irlanda, no Islandia, pero es un buen ejemplo a seguir en TODOS los países de Europa) detiene al ex consejero delegado de Anglo Irish Bank.
En Islandia, el pueblo ha hecho dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han contraído con Gran Bretaña y Holanda a causa de su mala política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su Constitución. Y todo ello de forma pacífica.
Toda una revolución contra el poder que nos ha conducido a la crisis actual. He aquí, por qué no se han dado a conocer hechos durante estos dos años.
¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo? Esta es, brevemente, la historia de los hechos:
2008. Se nacionaliza el principal banco del país. La moneda se desploma, la bolsa suspende su actividad. El país está en bancarrota.
2009. Las protestas ciudadanas frente al parlamento logran que se convoquen elecciones anticipadas y provocan la dimisión del Primer Ministro, y de todo su gobierno en bloque. Continúa la pésima situación económica del país. Mediante una ley se propone la devolución de la deuda a G.B. y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todas las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años, al 5,5% de interés.
2010. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular. En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con ¡un 93% de los votos!
A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis.
Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden, y todos los banqueros implicados, abandonan el país.
En este contexto de crisis, se elige una asamblea para redactar una nueva Constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la Constitución danesa. Para ello, se recurre directamente al pueblo. Se eligen 31 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual solo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas.
La Asamblea Constitucional comenzó su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.
Esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo tome las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis y reescritura de la Constitución por los ciudadanos.
¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos?
¿Se ha comentado en las tertulias políticas radiofónicas?
¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no.
El pueblo islandés ha sabido dar una lección a toda Europa, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo.
¿ESTÁS SEGURO DE QUE NO HAY CENSURA EN LOS MEDIOS INFORMATIVOS? (Noticia recibida por Internet) (Caricatura de Forges)
La policía irlandesa (Sí Irlanda, no Islandia, pero es un buen ejemplo a seguir en TODOS los países de Europa) detiene al ex consejero delegado de Anglo Irish Bank.
La creatividad de los adolescentes
“Luis, si vivieses en Estados Unidos te habrían dado un millón de dólares”. Esa frase es una cantinela en la vida de Luis Iván Cuende. A los 12 años creó una distribución Linux para Asturias, Asturix, que se han instalado 30.000 usuarios en 20 países. Un éxito empresarial que no corresponde con su presupuesto o su reconocimiento social y mediático. “Se nos margina por la edad. Ninguna Administración se ha interesado por mi sistema que es gratuito, no he conocido a ningún político, cuando buscaba financiación se reían…”, cuenta. El premio a mejor hacker adolescente de Europa 2011, otorgado en el concurso de programación HackNow, le hizo subir enteros como profesional y ahora junto al murciano Alberto Elías de Ayala, de 16, busca inversores para su empresa Holalabs. Les separan 1.000 kilómetros, pero no la ilusión de lanzar un nuevo escritorio o posicionar su proyecto Incubator. Este canaliza en la Red cinco proyectos de jóvenes ambiciosos, enfrascados en crear un Twitter para vídeos o un competidor de Google.
Ellos no son el futuro sino el presente. “El futuro pertenece a las sociedades que faciliten el despliegue de la capacidad emprendedora de los ciudadanos —aquellas que defienden y fomentan la libertad— porque alumbrarán las nuevas empresas que convertirán los problemas actuales en oportunidades para mejorar la calidad del sistema productivo”, afirman el economista Ángel Pes y el filósofo Norbert Bilbeny en Emprender con responsabilidad (Lid).
“Entre mis compañeros hay mucho talento, pero están dormidos. Les animo, pero les puede el miedo o les aburre”, lamenta Cuende. En vacaciones no se despega del ordenador y durante el curso saca seis horas diarias para sus proyectos. Con su pantalón corto y su camiseta azul, se diluye en la masa. Pero no es uno más. Es un inspirational speaker. Piensa que no es positivo que se fuerce a la gente a ser emprendedora, pero que se frena la originalidad en las escuelas. “Con los años se gana experiencia y se pierde creatividad”.
Se entiende, pues, que este pequeño Bill Gates autodidacta, al que ayudan una veintena de personas, se sienta un incomprendido, aunque reconfortado tras compartir días con 240 estudiantes del bachillerato internacional (BI). Una conferencia de futuros emprendedores de más de 30 países que se ha celebrado en la IE University de Segovia. Su objetivo: que estos chicos aprendiesen herramientas para levantar empresas sociales que sirvan de vehículo para cambiar lo que les rodea. La imagen opuesta a los denigrados ni-nis. Potenciar esta creatividad es tarea de Max Oliva, cofundador de HubMadrid, un espacio de trabajo que comparten emprendedores empeñados en mejorar el mundo”. “Hay 4.000 millones de personas que viven con dos o cuatro dólares al día y pagan más por productos y servicios que, además, son de peor calidad. Dar un 0,6% del PIB en ayuda al desarrollo es caridad. Hay que apostar por poner en valor real su budget (presupuesto) y no olvidar su dignidad”, resalta el cofundador la cooperativa de educación Teamlab.
Oliva coordina en la IE los talleres de Design Thinking, el mismo proceso de creación al que se enfrentan los diseñadores para desarrollar productos o servicios. El primer paso es descubrir las necesidades del usuario. Después, generar ideas tangibles que den solución. Luego se crea un storyboard, en el que se relata su vida y la estrategia a seguir. Y, finalmente, un vídeo. Así, para afrontar la integración de las minorías en un instituto de California, los adolescentes del BI decidieron organizar una fiesta con eventos deportivos en el que cada uno mostraba su cultura. Un festejo sufragado con la venta de camisetas y de entradas... Leer más en el País.
Ellos no son el futuro sino el presente. “El futuro pertenece a las sociedades que faciliten el despliegue de la capacidad emprendedora de los ciudadanos —aquellas que defienden y fomentan la libertad— porque alumbrarán las nuevas empresas que convertirán los problemas actuales en oportunidades para mejorar la calidad del sistema productivo”, afirman el economista Ángel Pes y el filósofo Norbert Bilbeny en Emprender con responsabilidad (Lid).
“Entre mis compañeros hay mucho talento, pero están dormidos. Les animo, pero les puede el miedo o les aburre”, lamenta Cuende. En vacaciones no se despega del ordenador y durante el curso saca seis horas diarias para sus proyectos. Con su pantalón corto y su camiseta azul, se diluye en la masa. Pero no es uno más. Es un inspirational speaker. Piensa que no es positivo que se fuerce a la gente a ser emprendedora, pero que se frena la originalidad en las escuelas. “Con los años se gana experiencia y se pierde creatividad”.
Se entiende, pues, que este pequeño Bill Gates autodidacta, al que ayudan una veintena de personas, se sienta un incomprendido, aunque reconfortado tras compartir días con 240 estudiantes del bachillerato internacional (BI). Una conferencia de futuros emprendedores de más de 30 países que se ha celebrado en la IE University de Segovia. Su objetivo: que estos chicos aprendiesen herramientas para levantar empresas sociales que sirvan de vehículo para cambiar lo que les rodea. La imagen opuesta a los denigrados ni-nis. Potenciar esta creatividad es tarea de Max Oliva, cofundador de HubMadrid, un espacio de trabajo que comparten emprendedores empeñados en mejorar el mundo”. “Hay 4.000 millones de personas que viven con dos o cuatro dólares al día y pagan más por productos y servicios que, además, son de peor calidad. Dar un 0,6% del PIB en ayuda al desarrollo es caridad. Hay que apostar por poner en valor real su budget (presupuesto) y no olvidar su dignidad”, resalta el cofundador la cooperativa de educación Teamlab.
Oliva coordina en la IE los talleres de Design Thinking, el mismo proceso de creación al que se enfrentan los diseñadores para desarrollar productos o servicios. El primer paso es descubrir las necesidades del usuario. Después, generar ideas tangibles que den solución. Luego se crea un storyboard, en el que se relata su vida y la estrategia a seguir. Y, finalmente, un vídeo. Así, para afrontar la integración de las minorías en un instituto de California, los adolescentes del BI decidieron organizar una fiesta con eventos deportivos en el que cada uno mostraba su cultura. Un festejo sufragado con la venta de camisetas y de entradas... Leer más en el País.
lunes, 23 de julio de 2012
Un repaso a las oportunidades que hay fuera. El mercado laboral no levanta cabeza y emigrar es una salida cada vez más habitual (Y obligada)
Europa es el primer destino recomendado a los profesionales españoles.
Le siguen América Latina y EE UU.
China ofrece oportunidades para los más arriesgados.
Con una tasa de paro cercana al 25% y sin visos de mejorar, para muchos españoles nunca ha tenido más sentido que ahora la sentencia de Séneca “Mi patria es el mundo entero”.
Forzados ante la imposibilidad de encontrar empleo, en el primer semestre del año 40.625 ciudadanos emigraron a otros países, un 44,2% más que en 2011, en una diáspora que parece que no ha hecho más que comenzar. Y cuyo primer destino es Europa por su cercanía, por la libre circulación de personas y porque hay países que ofrecen gran número de salidas profesionales.
Si está desempleado y pensando en hacer las maletas, tenga en cuenta que las necesidades del mercado laboral ya no son las que eran en los años cincuenta. Hoy se necesita personal cualificado y con idiomas, al menos con inglés.
Es el momento de los ingenieros, informáticos, profesionales de la salud y comerciales. Gran parte del mundo carece de ellos. Y muchos españoles van a coger este tren.
“Calculamos que en los próximos cinco años unos 10.000 ingenieros superiores abandonarán España. Eso a pesar de que el paro en la profesión ronda solo el 8%. Se irán más ingenieros técnicos”, asegura el presidente del Instituto de la Ingeniería de España, Manuel Moreau.
Antes de decidirse por un país u otro, lo primero que ha de hacer es estudiar su mercado de trabajo, el paro que tiene, las previsiones de contratación, los perfiles profesionales que reclama y adecuar su currículo a las necesidades de las empresas empleadoras.
Debe empezar a buscar trabajo desde España, aconseja María José Martín, directiva de Manpower. Y si no encuentra una compañía que quiera ficharle desde aquí, lo que facilita notablemente la emigración y mejora los salarios, láncese a la aventura, apoyado por información y una red de contactos creada previamente. Todo menos continuar en el paro, recomienda Diego Sánchez de León, socio de Accenture.
¿Países emergentes o los vecinos europeos? Aunque las economías más pujantes y con mayores necesidades de contratación son las de los países emergentes, los expertos consultados coinciden en apuntar a Europa como prioridad en la búsqueda. Alemania es el país que ofrece mayores salidas laborales por su tamaño y, además, está reclamando directamente personal español. Fundamentalmente ingenieros superiores y técnicos para la industria y tecnologías de la información, y médicos y enfermeros.
Al menos otra decena de países que disfrutan de los menores índices de paro de Europa (Noruega, Austria, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Reino Unido, Francia y Suiza) están viajando a España a reclutar a ingenieros y sanitarios o encaminando sus ofertas de trabajo hacia nuestro país, tal y como explica la delegada de la red Eures en España, María José Arias.
La red europea de servicios públicos de empleo tiene disponibles en su web 1,2 millones de procesos de selección de personal actualmente, aunque solo una pequeña parte específicamente para españoles. “Es el portal más visitado de la Comisión Europea”, informa Arias. Si bien es cierto que las colocaciones que cierra directamente no son todo lo elevadas que pudieran.
“La Unión Europea debe encontrar un sistema para que los parados españoles de la construcción se coloquen en otros países que carecen de mano de obra cualificada”, sostiene el consejero comercial de la Embajada de Austria en España, Michael Spalek.
“Con una tasa de paro del 4%, Austria precisa profesionales. No queremos atraer a miles y miles de españoles, sino a personal muy cualificado, ingenieros industriales e informáticos, sobre todo técnicos, y que hablen inglés muy bien”. La Embajada está organizando reuniones de empresas austriacas y candidatos españoles en Madrid. A los seleccionados se les pagará el viaje al país y, si son contratados, sueldos netos de unos 2.500 euros mensuales, indica Spalek. Austria precisa también profesionales de la construcción y el turismo. Hay salidas laborales y se puede ir a buscarlas a la aventura, agrega el consejero.
Alemania exhibe más de 400.000 ofertas de empleo en la red Eures; Reino Unido, más de 300.000; Francia, cerca de 60.000, y Suecia, unos 40.000. Por ello son los lugares más apropiados para que un español emigre, junto a los otros tres países nórdicos, indica la representante del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), María José Arias... (Para ampliar la tabla de El País, clik sobre ella)
Profesiones con futuro global
Es difícil que todo el mundo se ponga de acuerdo. Sin embargo, parece que las profesiones de difícil cobertura han conseguido unanimidad a escala global. Según revela un estudio de Manpower Group sobre la escasez de talento en 2012, los directores de recursos humanos de las empresas consultadas lo tienen claro: ingenieros, perfiles tecnológicos, comerciales, técnicos cualificados, oficios manuales, personal contable y financiero y de mantenimiento y limpieza son el personal más reclamado por las empresas en Europa, Oriente Próximo, África, América y Asia. Existen pocas diferencias entre lo que demandan las compañías en unos continentes y otros. América no carece de directivos, pero sí de secretarias y personal administrativo; Asia precisa investigadores y expertos en marketing, y sorprende que en gran parte del mundo (también cuando se desglosa por países) hay una importante necesidad de conductores o cocineros. Si está a tiempo de prepararse para estas profesiones, no lo dude, es imposible que se cubran todas las ofertas de trabajo existentes en un futuro próximo.
Leer más en (CARMEN SÁNCHEZ-SILVA 22 JUL 2012, El País.)
Más noticias relacionadas de El País, aquí.
Agencia laboral europea oficial de la UE.
China ofrece oportunidades para los más arriesgados.
Con una tasa de paro cercana al 25% y sin visos de mejorar, para muchos españoles nunca ha tenido más sentido que ahora la sentencia de Séneca “Mi patria es el mundo entero”.
Forzados ante la imposibilidad de encontrar empleo, en el primer semestre del año 40.625 ciudadanos emigraron a otros países, un 44,2% más que en 2011, en una diáspora que parece que no ha hecho más que comenzar. Y cuyo primer destino es Europa por su cercanía, por la libre circulación de personas y porque hay países que ofrecen gran número de salidas profesionales.
Si está desempleado y pensando en hacer las maletas, tenga en cuenta que las necesidades del mercado laboral ya no son las que eran en los años cincuenta. Hoy se necesita personal cualificado y con idiomas, al menos con inglés.
Es el momento de los ingenieros, informáticos, profesionales de la salud y comerciales. Gran parte del mundo carece de ellos. Y muchos españoles van a coger este tren.
“Calculamos que en los próximos cinco años unos 10.000 ingenieros superiores abandonarán España. Eso a pesar de que el paro en la profesión ronda solo el 8%. Se irán más ingenieros técnicos”, asegura el presidente del Instituto de la Ingeniería de España, Manuel Moreau.
Antes de decidirse por un país u otro, lo primero que ha de hacer es estudiar su mercado de trabajo, el paro que tiene, las previsiones de contratación, los perfiles profesionales que reclama y adecuar su currículo a las necesidades de las empresas empleadoras.
Debe empezar a buscar trabajo desde España, aconseja María José Martín, directiva de Manpower. Y si no encuentra una compañía que quiera ficharle desde aquí, lo que facilita notablemente la emigración y mejora los salarios, láncese a la aventura, apoyado por información y una red de contactos creada previamente. Todo menos continuar en el paro, recomienda Diego Sánchez de León, socio de Accenture.
¿Países emergentes o los vecinos europeos? Aunque las economías más pujantes y con mayores necesidades de contratación son las de los países emergentes, los expertos consultados coinciden en apuntar a Europa como prioridad en la búsqueda. Alemania es el país que ofrece mayores salidas laborales por su tamaño y, además, está reclamando directamente personal español. Fundamentalmente ingenieros superiores y técnicos para la industria y tecnologías de la información, y médicos y enfermeros.
Al menos otra decena de países que disfrutan de los menores índices de paro de Europa (Noruega, Austria, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Reino Unido, Francia y Suiza) están viajando a España a reclutar a ingenieros y sanitarios o encaminando sus ofertas de trabajo hacia nuestro país, tal y como explica la delegada de la red Eures en España, María José Arias.
La red europea de servicios públicos de empleo tiene disponibles en su web 1,2 millones de procesos de selección de personal actualmente, aunque solo una pequeña parte específicamente para españoles. “Es el portal más visitado de la Comisión Europea”, informa Arias. Si bien es cierto que las colocaciones que cierra directamente no son todo lo elevadas que pudieran.
“La Unión Europea debe encontrar un sistema para que los parados españoles de la construcción se coloquen en otros países que carecen de mano de obra cualificada”, sostiene el consejero comercial de la Embajada de Austria en España, Michael Spalek.
“Con una tasa de paro del 4%, Austria precisa profesionales. No queremos atraer a miles y miles de españoles, sino a personal muy cualificado, ingenieros industriales e informáticos, sobre todo técnicos, y que hablen inglés muy bien”. La Embajada está organizando reuniones de empresas austriacas y candidatos españoles en Madrid. A los seleccionados se les pagará el viaje al país y, si son contratados, sueldos netos de unos 2.500 euros mensuales, indica Spalek. Austria precisa también profesionales de la construcción y el turismo. Hay salidas laborales y se puede ir a buscarlas a la aventura, agrega el consejero.
Alemania exhibe más de 400.000 ofertas de empleo en la red Eures; Reino Unido, más de 300.000; Francia, cerca de 60.000, y Suecia, unos 40.000. Por ello son los lugares más apropiados para que un español emigre, junto a los otros tres países nórdicos, indica la representante del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), María José Arias... (Para ampliar la tabla de El País, clik sobre ella)
Profesiones con futuro global
Es difícil que todo el mundo se ponga de acuerdo. Sin embargo, parece que las profesiones de difícil cobertura han conseguido unanimidad a escala global. Según revela un estudio de Manpower Group sobre la escasez de talento en 2012, los directores de recursos humanos de las empresas consultadas lo tienen claro: ingenieros, perfiles tecnológicos, comerciales, técnicos cualificados, oficios manuales, personal contable y financiero y de mantenimiento y limpieza son el personal más reclamado por las empresas en Europa, Oriente Próximo, África, América y Asia. Existen pocas diferencias entre lo que demandan las compañías en unos continentes y otros. América no carece de directivos, pero sí de secretarias y personal administrativo; Asia precisa investigadores y expertos en marketing, y sorprende que en gran parte del mundo (también cuando se desglosa por países) hay una importante necesidad de conductores o cocineros. Si está a tiempo de prepararse para estas profesiones, no lo dude, es imposible que se cubran todas las ofertas de trabajo existentes en un futuro próximo.
Leer más en (CARMEN SÁNCHEZ-SILVA 22 JUL 2012, El País.)
Más noticias relacionadas de El País, aquí.
Agencia laboral europea oficial de la UE.
domingo, 22 de julio de 2012
Noventa páginas de un plumazo y sin negociación. Impedir el debate sobre un conjunto de medidas de extrema gravedad o vetar cualquier posible cambio, por pequeño sea, es un error político garrafal
El decreto-ley de medidas urgentes que el Congreso de los Diputados validó este jueves ocupa 90 páginas en el Boletín Oficial del Estado. Noventa páginas de decisiones dramáticas que no se han podido debatir ni comentar. La validación se hizo en bloque, en el pleno de la Cámara, por voluntad del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y de su partido.
... la realidad es que 90 páginas de recortes en aspectos fundamentales de la vida de los ciudadanos han sido aprobadas sin discusión, sin la más mínima posibilidad de negociación y sin que el presidente del Gobierno creyera necesario intervenir públicamente.
Impedir el debate sobre un conjunto de medidas de extrema gravedad, cercenar cualquier posibilidad de mejorar esos textos, vetar cualquier posible cambio, por pequeño y seguramente aceptable que pueda ser, es un error político garrafal, de esos que suelen terminar pagando no solo los presidentes del Gobierno, sino hasta el último concejal de su partido. El error que está cometiendo Rajoy y su entorno más cercano es, para colmo, incomprensible políticamente porque el presidente dispone de mayoría absoluta y, en última instancia, puede hacer que el Congreso apruebe lo que considere más indicado.
Solo se puede explicar por una total y absoluta carencia de sentido democrático o por un bloqueo personal de Rajoy y de sus asesores, desbordados e incapaces de la mínima reacción. La atonía del presidente sería una situación extremadamente peligrosa para todo el país, en unas circunstancias en las que, casi por encima de cualquier otra cosa, hace falta un dirigente con ánimo, capaz de transmitir un puñado de ideas claras y con la suficiente fortaleza para defender sus criterios. Pero ¿cómo confiar en la capacidad de Mariano Rajoy para defender sus posiciones en Europa si se atrinchera en su despacho en el Congreso, solo sale a votar, y se niega a que la Cámara debata aspectos concretos de las 90 páginas de medidas restrictivas que ha puesto en marcha?
El presidente no intenta ni tan siquiera dar una explicación razonada a lo que ocurre. Ningún político experimentado de su partido puede creer que es posible gobernar una crisis tan prolongada como esta, impidiendo un debate parlamentario serio y legislando permanentemente por decreto ley. La crisis provoca un malestar que se va generalizando también en las propias bases políticas del PP y cada vez está más extendida la percepción de que es necesario corregir el rumbo, aunque solo sea en las maneras.
El hecho es que no parece existir en el Gobierno o el entorno del presidente nadie con autonomía y peso político suficiente como para sugerir a Rajoy ese cambio necesario.
El problema es que nadie parece estar en condiciones de calibrar la peligrosa decepción y furia que incuba una enorme cantidad de ciudadanos, a los que cada nueva intervención del ministro Hacienda, Cristóbal Montoro, sume en una mayor angustia. Y que la oposición tiene también muchas dificultades para canalizar ese malestar. La idea de un pacto que permita un consenso nacional, que empiezan a alentar algunas personalidades de distinta ideología, no halla su camino. ..
Soledad Gallego-Díaz, en El País.
... la realidad es que 90 páginas de recortes en aspectos fundamentales de la vida de los ciudadanos han sido aprobadas sin discusión, sin la más mínima posibilidad de negociación y sin que el presidente del Gobierno creyera necesario intervenir públicamente.
Impedir el debate sobre un conjunto de medidas de extrema gravedad, cercenar cualquier posibilidad de mejorar esos textos, vetar cualquier posible cambio, por pequeño y seguramente aceptable que pueda ser, es un error político garrafal, de esos que suelen terminar pagando no solo los presidentes del Gobierno, sino hasta el último concejal de su partido. El error que está cometiendo Rajoy y su entorno más cercano es, para colmo, incomprensible políticamente porque el presidente dispone de mayoría absoluta y, en última instancia, puede hacer que el Congreso apruebe lo que considere más indicado.
Solo se puede explicar por una total y absoluta carencia de sentido democrático o por un bloqueo personal de Rajoy y de sus asesores, desbordados e incapaces de la mínima reacción. La atonía del presidente sería una situación extremadamente peligrosa para todo el país, en unas circunstancias en las que, casi por encima de cualquier otra cosa, hace falta un dirigente con ánimo, capaz de transmitir un puñado de ideas claras y con la suficiente fortaleza para defender sus criterios. Pero ¿cómo confiar en la capacidad de Mariano Rajoy para defender sus posiciones en Europa si se atrinchera en su despacho en el Congreso, solo sale a votar, y se niega a que la Cámara debata aspectos concretos de las 90 páginas de medidas restrictivas que ha puesto en marcha?
El presidente no intenta ni tan siquiera dar una explicación razonada a lo que ocurre. Ningún político experimentado de su partido puede creer que es posible gobernar una crisis tan prolongada como esta, impidiendo un debate parlamentario serio y legislando permanentemente por decreto ley. La crisis provoca un malestar que se va generalizando también en las propias bases políticas del PP y cada vez está más extendida la percepción de que es necesario corregir el rumbo, aunque solo sea en las maneras.
El hecho es que no parece existir en el Gobierno o el entorno del presidente nadie con autonomía y peso político suficiente como para sugerir a Rajoy ese cambio necesario.
El problema es que nadie parece estar en condiciones de calibrar la peligrosa decepción y furia que incuba una enorme cantidad de ciudadanos, a los que cada nueva intervención del ministro Hacienda, Cristóbal Montoro, sume en una mayor angustia. Y que la oposición tiene también muchas dificultades para canalizar ese malestar. La idea de un pacto que permita un consenso nacional, que empiezan a alentar algunas personalidades de distinta ideología, no halla su camino. ..
Soledad Gallego-Díaz, en El País.
jueves, 19 de julio de 2012
Hay otras soluciones
Cuando el presidente del Gobierno se marchó a Polonia para ver el partido de la selección española, al día siguiente de aprobarse el rescate de la banca, declaró muy ufano que ya se habían solucionado todos los problemas y por eso podía irse tranquilamente al fútbol. No hemos necesitado mucho tiempo para comprobar lo errado de su pronóstico.
Ahora, tras los últimos recortes, el Gobierno se empeña en hacernos creer que sus decisiones son la única opción política posible.
Modestamente, quiero aportarle dos ideas que suponen una alternativa. La primera, me la ha sugerido la afirmación del ministro de Hacienda de que es necesario subir el IVA porque hay quienes no lo pagan. Si el ministro sabe que hay quienes no pagan, y siguen sin pagar tras la reforma, ¿por qué no persigue a los defraudadores en lugar de aumentar el porcentaje de los que ya pagan?
La segunda, me surge a partir de las declaraciones recientes del ministro de Economía. Pide a las grandes empresas que reduzcan el sueldo de sus directivos. Si entiende que los beneficios obtenidos por tales directivos son excesivos, ¿por qué no sube los tramos altos del IRPF y les deja que ganen lo que quieran?— Luis Rodríguez Lobato en el País, cartas al director
Fraude Electoral
Soy socio de una cooperativa. Hace unos meses vino a mi empresa un comercial ofreciéndonos la materia prima que utilizamos a unos precios y con unas ventajas muy interesantes, he de decir que no estábamos muy contentos con el proveedor que teníamos. Firmamos un contrato con él por cuatro años como proveedor principal.
Pasados unos meses de la firma del contrato, los productos que nos traía y los precios no coincidían con lo acordado, eran de peor calidad y más caros. Hablamos con él y nos explicó que a su empresa tampoco le gustaba incumplir el contrato, pero que a su vez, las circunstancias del mercado y su proveedor, que era de otro país, les estaban obligando a aceptar condiciones distintas a las pactadas. Por esa vez aceptamos.
Unos meses después los productos y los precios volvían a empeorar, se seguía incumpliendo lo firmado en contrato y lo prometido después. Reunidos en asamblea, los socios de la cooperativa, decidimos denunciar el contrato por incumplimiento y buscar otro proveedor que no nos mintiera.
Lo has entendido correctamente. Soy español, mi empresa es España y el comercial el PP.— Reyes Maestre Fraguas, en El País, cartas al director.
Ahora, tras los últimos recortes, el Gobierno se empeña en hacernos creer que sus decisiones son la única opción política posible.
Modestamente, quiero aportarle dos ideas que suponen una alternativa. La primera, me la ha sugerido la afirmación del ministro de Hacienda de que es necesario subir el IVA porque hay quienes no lo pagan. Si el ministro sabe que hay quienes no pagan, y siguen sin pagar tras la reforma, ¿por qué no persigue a los defraudadores en lugar de aumentar el porcentaje de los que ya pagan?
La segunda, me surge a partir de las declaraciones recientes del ministro de Economía. Pide a las grandes empresas que reduzcan el sueldo de sus directivos. Si entiende que los beneficios obtenidos por tales directivos son excesivos, ¿por qué no sube los tramos altos del IRPF y les deja que ganen lo que quieran?— Luis Rodríguez Lobato en el País, cartas al director
Fraude Electoral
Soy socio de una cooperativa. Hace unos meses vino a mi empresa un comercial ofreciéndonos la materia prima que utilizamos a unos precios y con unas ventajas muy interesantes, he de decir que no estábamos muy contentos con el proveedor que teníamos. Firmamos un contrato con él por cuatro años como proveedor principal.
Pasados unos meses de la firma del contrato, los productos que nos traía y los precios no coincidían con lo acordado, eran de peor calidad y más caros. Hablamos con él y nos explicó que a su empresa tampoco le gustaba incumplir el contrato, pero que a su vez, las circunstancias del mercado y su proveedor, que era de otro país, les estaban obligando a aceptar condiciones distintas a las pactadas. Por esa vez aceptamos.
Unos meses después los productos y los precios volvían a empeorar, se seguía incumpliendo lo firmado en contrato y lo prometido después. Reunidos en asamblea, los socios de la cooperativa, decidimos denunciar el contrato por incumplimiento y buscar otro proveedor que no nos mintiera.
Lo has entendido correctamente. Soy español, mi empresa es España y el comercial el PP.— Reyes Maestre Fraguas, en El País, cartas al director.
La doctrina Rajoy. (Ay qué pena, hacen lo que no les gusta)
La doctrina Rajoy para explicar y justificar la tercera oleada de austeridad es de una gran enjundia. Consta, como la Tierra, de cuatro elementos: carencia de criterio, manifestación de disgusto, reconocimiento de impotencia y fe utilitaria. Veamos con detalle el acierto de cada uno, según los explicitó su autor en la comparecencia parlamentaria.
Carencia de criterio: “No disponemos de más ley ni más criterio que el que la necesidad nos impone”, dijo. Es una manera automática de consagrar la abdicación de toda política, incluida la política económica. Esta debería consistir en desplegar criterios para adecuar o conducir las necesidades surgidas de la realidad a los objetivos programáticos propuestos. Hacer de la necesidad virtud es virtud insuficiente. Y reconocer que la realidad ha derrotado tu programa —como hizo el presidente por vez primera al declarar que “han cambiado las circunstancias y tengo que adaptarme a ellas”— es parca explicación: ¿en qué datos sustanciales desconocidos han cambiado tan radicalmente?, ¿acaso es que el programa era inadecuado, o fútil, o engañoso?, ¿se puede culpar del problema al mismo tiempo a la herencia y a la recesión más grave de cuantas hemos sufrido? La carencia de criterio es peligrosa en sí misma. Y más en tanto que pueda lindar con la ausencia de principios
Manifestación de disgusto. Ya se ha convertido en un clásico de este Ejecutivo la declaración de que le disgusta mucho lo que hace. ¡Al propio gobernante! “Yo soy el primero en estar haciendo lo que no le gusta”, rizó el rizo Rajoy, arriesgando la réplica de que mejor lo deje, o apuntando a una victimista inversión de quién es la víctima de los recortes: no ya los recortados, sino el recortante. E insiste, por activa y pasiva: “tanto si nos gusta como si no”, “no pregunto si me gusta”... El llanto por el disgusto íntimo del gobernante es irrelevante frente al nivel de desempleo y malestar social existente. Y la confesión de disgusto ante la imperiosidad de cumplir con el propio deber, huelga por completo
El reconocimiento de impotencia se plasma en variadas expresiones: “la necesidad nos impone”, “no nos queda más remedio que hacer”, “no podemos elegir”, “no tenemos esa libertad”... Vuelve a significar la negación de la política, que es alternativa, o al menos modos alternativos de conseguir un mismo fin. Y supone reconocer una situación de falta de capacidad de maniobra propia de un rescate total, muy lejos del ejercicio de “decisiones soberanas” como las que el presidente enarboló al inicio de la polémica con Bruselas sobre el déficit. Lo peor del asunto es que si es cierto que la soberanía nacional a la vieja usanza hace ya decenios que dejó de existir en Europa, al menos en lo económico —aunque algunos aún no se hayan enterado—, sigue existiendo siempre un margen practicable. Usar ese margen habría posibilitado, por ejemplo, evitar o modular la subida del IVA. ...
Y la apuesta por la utilidad de las medidas adoptadas (“¿Servirán de algo tanta estrechez y tantas apreturas?: La respuesta es un sí, con toda rotundidad”) se presenta como una fe ciega, en el sentido de que no se acompaña de argumentos económicos suficientes para ser sostenida. Por cuanto no se evalúa el impacto de las medidas, o se cuantifica con distintas cifras o de forma insuficiente, o clandestina. Por cuanto ninguno de los países que han aplicado programas del mismo formato han obtenido la reducción sustancial de su prima de riesgo. Por cuanto es dudoso que se logre aminorar de forma relevante el déficit, ya que la caída de ingresos provocada por la recesión podría superar fácilmente el recorte de gastos. A menos que empecemos a hablar también de crecimiento, de exportaciones, de relanzar la economía. Sin olvidar, por supuesto, la frugalidad.
Leer todo en, XAVIER VIDAL-FOLCH, El País, 19 JUL 2012
Carencia de criterio: “No disponemos de más ley ni más criterio que el que la necesidad nos impone”, dijo. Es una manera automática de consagrar la abdicación de toda política, incluida la política económica. Esta debería consistir en desplegar criterios para adecuar o conducir las necesidades surgidas de la realidad a los objetivos programáticos propuestos. Hacer de la necesidad virtud es virtud insuficiente. Y reconocer que la realidad ha derrotado tu programa —como hizo el presidente por vez primera al declarar que “han cambiado las circunstancias y tengo que adaptarme a ellas”— es parca explicación: ¿en qué datos sustanciales desconocidos han cambiado tan radicalmente?, ¿acaso es que el programa era inadecuado, o fútil, o engañoso?, ¿se puede culpar del problema al mismo tiempo a la herencia y a la recesión más grave de cuantas hemos sufrido? La carencia de criterio es peligrosa en sí misma. Y más en tanto que pueda lindar con la ausencia de principios
Manifestación de disgusto. Ya se ha convertido en un clásico de este Ejecutivo la declaración de que le disgusta mucho lo que hace. ¡Al propio gobernante! “Yo soy el primero en estar haciendo lo que no le gusta”, rizó el rizo Rajoy, arriesgando la réplica de que mejor lo deje, o apuntando a una victimista inversión de quién es la víctima de los recortes: no ya los recortados, sino el recortante. E insiste, por activa y pasiva: “tanto si nos gusta como si no”, “no pregunto si me gusta”... El llanto por el disgusto íntimo del gobernante es irrelevante frente al nivel de desempleo y malestar social existente. Y la confesión de disgusto ante la imperiosidad de cumplir con el propio deber, huelga por completo
El reconocimiento de impotencia se plasma en variadas expresiones: “la necesidad nos impone”, “no nos queda más remedio que hacer”, “no podemos elegir”, “no tenemos esa libertad”... Vuelve a significar la negación de la política, que es alternativa, o al menos modos alternativos de conseguir un mismo fin. Y supone reconocer una situación de falta de capacidad de maniobra propia de un rescate total, muy lejos del ejercicio de “decisiones soberanas” como las que el presidente enarboló al inicio de la polémica con Bruselas sobre el déficit. Lo peor del asunto es que si es cierto que la soberanía nacional a la vieja usanza hace ya decenios que dejó de existir en Europa, al menos en lo económico —aunque algunos aún no se hayan enterado—, sigue existiendo siempre un margen practicable. Usar ese margen habría posibilitado, por ejemplo, evitar o modular la subida del IVA. ...
Y la apuesta por la utilidad de las medidas adoptadas (“¿Servirán de algo tanta estrechez y tantas apreturas?: La respuesta es un sí, con toda rotundidad”) se presenta como una fe ciega, en el sentido de que no se acompaña de argumentos económicos suficientes para ser sostenida. Por cuanto no se evalúa el impacto de las medidas, o se cuantifica con distintas cifras o de forma insuficiente, o clandestina. Por cuanto ninguno de los países que han aplicado programas del mismo formato han obtenido la reducción sustancial de su prima de riesgo. Por cuanto es dudoso que se logre aminorar de forma relevante el déficit, ya que la caída de ingresos provocada por la recesión podría superar fácilmente el recorte de gastos. A menos que empecemos a hablar también de crecimiento, de exportaciones, de relanzar la economía. Sin olvidar, por supuesto, la frugalidad.
Leer todo en, XAVIER VIDAL-FOLCH, El País, 19 JUL 2012
martes, 17 de julio de 2012
No es una decisión valiente
Resulta abyecta la imagen del grupo popular jaleando a su presidente cuando este anuncia una nueva vuelta de tuerca para seguir oprimiendo —y exprimiendo— a los mismos de siempre: las clases media y baja del país. La vicepresidenta justifica el aplauso: “fue por esa decisión valiente de asumir las dificultades y pedir un esfuerzo a los ciudadanos sin disimulos y sin demagogias”.
¿Atacar a los más débiles es ahora una muestra de valor? ¿No sería mucho más justo, valiente y, por supuesto, eficaz, actuar sobre ese 1% que defrauda casi el 75% del total? ¿El gravar las rentas de capital y las SICAV antes que las rentas del trabajo? ¿El potenciar la economía productiva y el frenar la economía especulativa que lo único que genera es el enriquecimiento injusto de unos pocos al precio de la miseria de muchos? ¿El actuar judicialmente y con prontitud contra los financieros trileros y obligarles a que nos devuelvan lo robado con intereses de mora? Por el contrario se recorta el subsidio de desempleo para "incentivar" a los parados a "la búsqueda activa de trabajo" -añade con desfachatez Rajoy. Un trabajo que —por cierto— ni está ni se lo espera.— Jaume Palau Banús. Tarragona.
A las Sicavs, de los más ricos, que tributan el 1%, no se las toca; a la grandes empresas, que tributan el 5%, tampoco se las toca; a los defraudadores, que tienen enfadados a los propios inspectores de Hacienda, amnistía; a los políticos corruptos, que son legión, presunción de inocencia y a seguir cobrando. No se habla de cortar privilegios injustificables de políticos y banqueros fracasados, pero sí de recortes a los más débiles. ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza?— José Mª Acosta Vera. Madrid.
El gobierno afirma que se ha visto obligado a tomar unas duras y discutidas medidas económicas para disminuir el déficit. Pero ha incluido también una reducción de las cotizaciones sociales que no sirve para reducir los gastos, ni tampoco para aumentar los ingresos del Estado sino que por el contrario los disminuye.
Esta reducción de cotizaciones sociales supondrá para las empresas que tienen beneficios una mejora de su cuenta de resultados, para aquellas que vayan ajustadas puede que una ayuda para mantenerse a flote, y para las que estén en números rojos no parece que les pueda ser de mucha utilidad.
La recaudación de estas cotizaciones se dedica fundamentalmente al pago de las pensiones de jubilación, y conforme la suma disponible vaya reduciéndose, será un argumento más para demostrar que el sistema es insostenible y que se hace imprescindible reducir las prestaciones.
Hay quien considera estas cotizaciones como impuestos, sin embargo dado que sirven para generar el derecho a percibir en el futuro una pensión, pueden considerarse también como salario diferido y la medida tomada como otra reducción más de derechos.— José A. Ambrosio Díaz. Madrid. De cartas al director de El País. (Foto, Atardecer en Puente Real, Badajoz.)
¿Atacar a los más débiles es ahora una muestra de valor? ¿No sería mucho más justo, valiente y, por supuesto, eficaz, actuar sobre ese 1% que defrauda casi el 75% del total? ¿El gravar las rentas de capital y las SICAV antes que las rentas del trabajo? ¿El potenciar la economía productiva y el frenar la economía especulativa que lo único que genera es el enriquecimiento injusto de unos pocos al precio de la miseria de muchos? ¿El actuar judicialmente y con prontitud contra los financieros trileros y obligarles a que nos devuelvan lo robado con intereses de mora? Por el contrario se recorta el subsidio de desempleo para "incentivar" a los parados a "la búsqueda activa de trabajo" -añade con desfachatez Rajoy. Un trabajo que —por cierto— ni está ni se lo espera.— Jaume Palau Banús. Tarragona.
A las Sicavs, de los más ricos, que tributan el 1%, no se las toca; a la grandes empresas, que tributan el 5%, tampoco se las toca; a los defraudadores, que tienen enfadados a los propios inspectores de Hacienda, amnistía; a los políticos corruptos, que son legión, presunción de inocencia y a seguir cobrando. No se habla de cortar privilegios injustificables de políticos y banqueros fracasados, pero sí de recortes a los más débiles. ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza?— José Mª Acosta Vera. Madrid.
El gobierno afirma que se ha visto obligado a tomar unas duras y discutidas medidas económicas para disminuir el déficit. Pero ha incluido también una reducción de las cotizaciones sociales que no sirve para reducir los gastos, ni tampoco para aumentar los ingresos del Estado sino que por el contrario los disminuye.
Esta reducción de cotizaciones sociales supondrá para las empresas que tienen beneficios una mejora de su cuenta de resultados, para aquellas que vayan ajustadas puede que una ayuda para mantenerse a flote, y para las que estén en números rojos no parece que les pueda ser de mucha utilidad.
La recaudación de estas cotizaciones se dedica fundamentalmente al pago de las pensiones de jubilación, y conforme la suma disponible vaya reduciéndose, será un argumento más para demostrar que el sistema es insostenible y que se hace imprescindible reducir las prestaciones.
Hay quien considera estas cotizaciones como impuestos, sin embargo dado que sirven para generar el derecho a percibir en el futuro una pensión, pueden considerarse también como salario diferido y la medida tomada como otra reducción más de derechos.— José A. Ambrosio Díaz. Madrid. De cartas al director de El País. (Foto, Atardecer en Puente Real, Badajoz.)
Una sublevación militar con ayuda fascista
El 1 de julio de 1936, el Gobierno de Mussolini firmó cuatro contratos por los que se comprometía a suministrar aviones y armas a los insurgentes españoles. Faltaban diecisiete días para la rebelión
Se acerca lo que durante la dictadura fue la “Fiesta Nacional”. Es el momento de dar a conocer algunos pormenores que rodearon el “18 de Julio”. No gustarán a franquistas, neofranquistas, conservadores y neoconservadores. Menos aun a los “historiadores patrióticos”. Hay que reescribir un pelín la conspiración, los antecedentes del golpe y revalorizar, sobre todo, la conexión fascista.
Hechos.
a) El 1º de julio de 1936 se firmaron en Roma cuatro contratos. Detallaban el material que los italianos se comprometieron a suministrar a los futuros insurgentes. El primero fue el más importante: recayó sobre 12 aviones Savoia-Marchetti 81, bombas, carburantes y productos varios de aviación. Ascendió a 16.246.750,55 liras. Los aviones constituían la parte del león (14.400.000 liras). El lote debía entregarse en el mes de julio.
b) Los otros contratos abarcaron aviones, explosivos, municionamiento y diversos materiales, extremadamente detallados en larguísimos anexos. Debían entregarse antes de finales de agosto. Lo más significativo fueron los primeros: 24 Fiat CR 32, los famosos chirris; 3 hidroaviones de caza Macchi 41 y otros 3 SM 81.
c) El importe de los cuatro contratos ascendió a 39,3 millones de liras. Los precios se especificaron pormenorizadamente. Aplicando los tipos de cambio utilizados en uno de los pagos parciales, ello equivalía a 615.987 libras esterlinas, de las cuales 362.915 correspondían a los 42 aviones. Expresado en pesetas de la época los compromisos representaban unos 22.5 millones. Hoy, aplicando la fórmula utilizada por el profesor José Ángel Sánchez Asiaín, los suministros contratados supondrían al menos 337 millones de euros.
Implicaciones.
La determinación del material y de sus precios tuvo que llevar tiempo. Los contactos operativos que desembocaron en los contratos debieron establecerse tras las elecciones de febrero de 1936. No había motivo para hacerlo antes. Probablemente, y como es habitual, en las negociaciones habría un toma y daca. Tuvieron lugar en Roma. Los nombres de los negociadores son desconocidos, pero entre ellos hubo aviadores italianos y probablemente españoles.
Mussolini entendió su apoyo en una clave ofensiva contra la República que databa, según Heiberg, de 1931. Esto revela el carácter agresivo de su política exterior. Acababa de demostrarla con éxito en Abisinia. Una España amiga le permitiría, por su posición geoestratégica, aspirar a la hegemonía en el Mediterráneo occidental. El Duce, que ya se aproximaba velozmente a Hitler, se disponía a sentar las bases para agredir, en su momento, a las decadentes democracias. Las elucubraciones de historiadores como Renzo de Felice y sus numerosos seguidores, que la caracterizaron de “oportunista”, deben descartarse. Los contratos dan la razón, por el contrario, a las interpretaciones de Mauro Canali, Lucio Ceva, John Gooch, Morten Heiberg, MacGregor Knox, Robert Mallet o Brian Sullivan. (El lector no encontrará demasiadas referencias a estos autores entre nuestros historiadores “patrióticos”).
Del lado español, es obvio que los conspiradores no retrocedían ante una guerra. La composición de los 42 aviones contratados, en general muy superiores a la aviación gubernamental, permitía combinar tres tipos de operaciones: de bombardeo, de transporte y de caza. También proteger ciertos territorios. Nos inclinamos a pensar que se trataba de las Baleares. Actividades, no es necesario subrayarlo, que eran estrictamente bélicas... Leer más, Ángel Viñas, en El País.
Se acerca lo que durante la dictadura fue la “Fiesta Nacional”. Es el momento de dar a conocer algunos pormenores que rodearon el “18 de Julio”. No gustarán a franquistas, neofranquistas, conservadores y neoconservadores. Menos aun a los “historiadores patrióticos”. Hay que reescribir un pelín la conspiración, los antecedentes del golpe y revalorizar, sobre todo, la conexión fascista.
Hechos.
a) El 1º de julio de 1936 se firmaron en Roma cuatro contratos. Detallaban el material que los italianos se comprometieron a suministrar a los futuros insurgentes. El primero fue el más importante: recayó sobre 12 aviones Savoia-Marchetti 81, bombas, carburantes y productos varios de aviación. Ascendió a 16.246.750,55 liras. Los aviones constituían la parte del león (14.400.000 liras). El lote debía entregarse en el mes de julio.
b) Los otros contratos abarcaron aviones, explosivos, municionamiento y diversos materiales, extremadamente detallados en larguísimos anexos. Debían entregarse antes de finales de agosto. Lo más significativo fueron los primeros: 24 Fiat CR 32, los famosos chirris; 3 hidroaviones de caza Macchi 41 y otros 3 SM 81.
c) El importe de los cuatro contratos ascendió a 39,3 millones de liras. Los precios se especificaron pormenorizadamente. Aplicando los tipos de cambio utilizados en uno de los pagos parciales, ello equivalía a 615.987 libras esterlinas, de las cuales 362.915 correspondían a los 42 aviones. Expresado en pesetas de la época los compromisos representaban unos 22.5 millones. Hoy, aplicando la fórmula utilizada por el profesor José Ángel Sánchez Asiaín, los suministros contratados supondrían al menos 337 millones de euros.
Implicaciones.
La determinación del material y de sus precios tuvo que llevar tiempo. Los contactos operativos que desembocaron en los contratos debieron establecerse tras las elecciones de febrero de 1936. No había motivo para hacerlo antes. Probablemente, y como es habitual, en las negociaciones habría un toma y daca. Tuvieron lugar en Roma. Los nombres de los negociadores son desconocidos, pero entre ellos hubo aviadores italianos y probablemente españoles.
Mussolini entendió su apoyo en una clave ofensiva contra la República que databa, según Heiberg, de 1931. Esto revela el carácter agresivo de su política exterior. Acababa de demostrarla con éxito en Abisinia. Una España amiga le permitiría, por su posición geoestratégica, aspirar a la hegemonía en el Mediterráneo occidental. El Duce, que ya se aproximaba velozmente a Hitler, se disponía a sentar las bases para agredir, en su momento, a las decadentes democracias. Las elucubraciones de historiadores como Renzo de Felice y sus numerosos seguidores, que la caracterizaron de “oportunista”, deben descartarse. Los contratos dan la razón, por el contrario, a las interpretaciones de Mauro Canali, Lucio Ceva, John Gooch, Morten Heiberg, MacGregor Knox, Robert Mallet o Brian Sullivan. (El lector no encontrará demasiadas referencias a estos autores entre nuestros historiadores “patrióticos”).
Del lado español, es obvio que los conspiradores no retrocedían ante una guerra. La composición de los 42 aviones contratados, en general muy superiores a la aviación gubernamental, permitía combinar tres tipos de operaciones: de bombardeo, de transporte y de caza. También proteger ciertos territorios. Nos inclinamos a pensar que se trataba de las Baleares. Actividades, no es necesario subrayarlo, que eran estrictamente bélicas... Leer más, Ángel Viñas, en El País.
lunes, 16 de julio de 2012
Agravio
Parece mentira que un partido político tan sensible a los agravios hacia los símbolos de la Nación como la bandera o el himno, se permita el descaro de agraviarnos a todos con su frase: “¡Que se jodan!”
Si ya de por sí nos rechinaban los dientes de rabia e indignación con los aplausos y sonrisas de los diputados Populares en el Congreso el día que comunicaron los más brutales recortes contra los que nada han tenido que ver en esta crisis económica, la frase atribuida y recogida en todos los medios de comunicación de Andrea Fabra es un agravio y un insulto a la inteligencia de todos los españoles.
Bien está que hayan incumplido todas y cada una de sus promesas electorales, pero que encima se rían de nosotros excede toda nuestra capacidad de paciencia y resignación. A nadie con dos dedos de frente se le ocurre aplaudir y sonreír en un entierro, pero ellos se lo permiten en el doloroso entierro de nuestro Estado de bienestar.
Recordemos, por ejemplo las lágrimas de la ministra italiana cuando se recortaron las pensiones en Italia...
Cuando un gobierno ha realizado lo contrario punto por punto de lo recogido en su programa electoral, pienso que no está ni ética ni moralmente legitimado para gobernar este país, y no es de extrañar que un partido que fue incapaz de efectuar una oposición responsable durante siete años usando esta crisis como arma electoral haya demostrado en seis meses que es incapaz de sacarnos de esta encrucijada.— El País, 15 de julio. Eduardo Gonzalo Ugarte. (foto: "Verano de cardos" tomada en la orilla izquierda del Guadiana, a su paso por Badajoz)
Si ya de por sí nos rechinaban los dientes de rabia e indignación con los aplausos y sonrisas de los diputados Populares en el Congreso el día que comunicaron los más brutales recortes contra los que nada han tenido que ver en esta crisis económica, la frase atribuida y recogida en todos los medios de comunicación de Andrea Fabra es un agravio y un insulto a la inteligencia de todos los españoles.
Bien está que hayan incumplido todas y cada una de sus promesas electorales, pero que encima se rían de nosotros excede toda nuestra capacidad de paciencia y resignación. A nadie con dos dedos de frente se le ocurre aplaudir y sonreír en un entierro, pero ellos se lo permiten en el doloroso entierro de nuestro Estado de bienestar.
Recordemos, por ejemplo las lágrimas de la ministra italiana cuando se recortaron las pensiones en Italia...
Cuando un gobierno ha realizado lo contrario punto por punto de lo recogido en su programa electoral, pienso que no está ni ética ni moralmente legitimado para gobernar este país, y no es de extrañar que un partido que fue incapaz de efectuar una oposición responsable durante siete años usando esta crisis como arma electoral haya demostrado en seis meses que es incapaz de sacarnos de esta encrucijada.— El País, 15 de julio. Eduardo Gonzalo Ugarte. (foto: "Verano de cardos" tomada en la orilla izquierda del Guadiana, a su paso por Badajoz)
Gracias Funcionarios
Ante el ataque a los funcionarios, me pregunto qué pasaría si los titulares de prensa tuvieran un tenor parecido a éste:
Un funcionario descubre el bosón de Higgs (Peter Ware Higgs es profesor de física con tenure, equivalente a funcionario)
Un funcionario consigue incrementar la donación de órganos en España con cifras sin precedentes (Rafael Matesanz es funcionario)
Un funcionario consigue que se detenga a Pinochet (Baltasar Garzón era funcionario)
Un funcionario consigue reducir las muertes en carretera en más de un 50% (Pere Navarro es funcionario, y era además alto cargo como Director General de Tráfico)
Un funcionario salva a una mujer de ser asesinada por su marido (pensad en guardias civiles, policías...)
Un funcionario detiene a un peligroso terrorista.
Y yo quizá diría: un funcionario ayuda a nacer a mi hijo. Una funcionaria me enseña a darle el pecho. Otra funcionaria me atiende los días posteriores y se asegura de que todo está bien.
Gracias funcionarios. El País, 15 de julio. Violeta Ruíz.
Un funcionario descubre el bosón de Higgs (Peter Ware Higgs es profesor de física con tenure, equivalente a funcionario)
Un funcionario consigue incrementar la donación de órganos en España con cifras sin precedentes (Rafael Matesanz es funcionario)
Un funcionario consigue que se detenga a Pinochet (Baltasar Garzón era funcionario)
Un funcionario consigue reducir las muertes en carretera en más de un 50% (Pere Navarro es funcionario, y era además alto cargo como Director General de Tráfico)
Un funcionario salva a una mujer de ser asesinada por su marido (pensad en guardias civiles, policías...)
Un funcionario detiene a un peligroso terrorista.
Y yo quizá diría: un funcionario ayuda a nacer a mi hijo. Una funcionaria me enseña a darle el pecho. Otra funcionaria me atiende los días posteriores y se asegura de que todo está bien.
Gracias funcionarios. El País, 15 de julio. Violeta Ruíz.
El por qué de los recortes
Una de las tesis que se promueven con mayor ahínco en los círculos neoliberales del país es que España entró y permanece en crisis por su excesivo gasto público y falta de disciplina fiscal. De esta tesis se concluye que hay que reducir el gasto público y recuperar la famosa disciplina fiscal, reduciendo el déficit público para alcanzar el nivel exigido por el Pacto de Estabilidad (el 3% del PIB).
Esta tesis es fácilmente demostrable que carece de credibilidad. El Estado español era, en realidad, el modelo de rectitud ortodoxa neoliberal. Tenía un superávit en las cuentas del Estado en los años 2005, 2006 y 2007, y su deuda pública era de las más bajas de la Eurozona. Durante el periodo 2004-2007, tal deuda pública bajó del 46% al 36%. España no podía ser más modélica desde el punto de vista neoliberal. Los responsables de la política económica y fiscal del Gobierno español recibieron el aplauso de las autoridades europeas que gestionan y dirigen la Eurozona (desde el Consejo Europeo y la Comisión Europea al Banco Central Europeo) y como no, del Fondo Monetario Internacional.
En realidad, la sensación de euforia era tal que el Gobierno socialista español, bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, decidió bajar los impuestos, identificando tal medida con ser de izquierdas. Su slogan más conocido en aquellos años fue que “bajar los impuestos es de izquierdas”. Esta bajada de impuestos aumentó el déficit estructural del Estado, es decir, el déficit público, que determinan los ingresos y gastos estructurales y no coyunturales. Este aumento del déficit estructural permaneció ocultado o ignorado por el aumento de los ingresos al Estado, resultado de la situación coyuntural provocada por la burbuja inmobiliaria. Ahora bien, cuando esta burbuja explotó, el déficit estructural apareció con toda claridad y contundencia. Los ingresos al Estado bajaron en picado, resultado, en gran parte, de que la estructura fiscal del Estado español depende excesivamente de las rentas del trabajo y muy poco de las rentas del capital. Cuando la actividad económica se colapsó y el desempleo se disparó, los ingresos al Estado bajaron y mucho. De ahí el déficit público del Estado. No tiene nada, nada que ver con el aumento del gasto público, el cual, medido en gasto público por habitante, ha ido bajando, no subiendo. Y los datos así lo muestran. Se están recortando y recortando, y en cambio el déficit público apenas baja y el crecimiento económico está decreciendo. ¿Qué evidencia esperan los círculos neoliberales para poder ver que están profundamente equivocados?
Por otro lado, un punto clave poco estudiado y con escasa visibilidad mediática es ¿por qué la burbuja inmobiliaria explotó? La causa primordial es que la mayoría del dinero que estaba detrás de la burbuja inmobiliaria procedía de bancos alemanes, franceses, holandeses, belgas, entre otros. En realidad el enorme flujo de dinero (lo que se llama inversión financiera) a España explica que la balanza de pagos (la diferencia entre el capital que entra y el que sale del país) se disparara en aquellos años de burbuja inmobiliaria. El hecho de que la banca europea alimentara a la banca española se debía, como no podría ser de otro modo, a que eran inversiones financieras extraordinariamente beneficiosas. Su rentabilidad era enorme. Pero cuando esta banca europea contaminada por los productos tóxicos procedentes de la banca estadounidense se paralizó, el dinero dejó de venir a España y la burbuja inmobiliaria explotó, creando un agujero en el PIB español equivalente a un 10% de su tamaño. Y todo ello en cuestión de meses.
Ahora España tiene un problema enorme porque debe mucho dinero a los bancos europeos, que no puede pagar. Y los bancos europeos tienen un problema incluso mayor, porque han prestado tanto dinero a España y a los otros países intervenidos (Grecia, Portugal e Irlanda) que si éstos no lo pagan, tienen un problema gravísimo. En realidad, muchos de ellos se colapsarían. Los bancos alemanes habían prestado en 2009 la enorme cantidad de 704.000 millones de euros a los países PIGS (España, Grecia, Irlanda y Portugal), convertidos en GIPSI con la inclusión de Italia. Esta cantidad es muchas veces superior al capital en reserva de la banca alemana. Si estos países no pudieran pagar su deuda, la banca alemana colapsaría. El establishment financiero alemán y su Gobierno, presidido por la Sra. Merkel, es plenamente consciente de este hecho. Y de ahí su énfasis en que el objetivo prioritario de las políticas de austeridad que está imponiendo a aquellos países y de la supuesta “ayuda financiera” a sus bancos, sea el de que la banca alemana recupere el dinero prestado.
El objetivo de los recortes es salvar la banca alemana
Y así nacieron las políticas de recortes. Como bien escribía recientemente nada menos que el editor senior del Financial Times, el Sr. Martin Wolf (25.06.12) el objetivo de estos recortes en España tiene poco que ver con recuperar la economía española y sí con que se pague a los bancos europeos, incluyendo los alemanes, lo que se les debe. Así de claro.
Ahora bien, como las cosas no se pueden decir tan claro, el argumento que se utiliza por los economistas y políticos neoliberales, es que hay que reducir el déficit público para “inspirar confianza a los mercados financieros” de manera tal que éstos vuelvan a prestar dinero a España. Según tal argumento, la desconfianza de los mercados hacia España determina que la prima de riesgo española haya subido tanto, ignorando que el que marca los intereses de la deuda pública no son los mercados, sino el BCE, que es el lobby de la banca, y muy en especial de la banca alemana. El hecho de que el BCE no haya comprado deuda pública española durante más de tres meses es la mayor causa de que la prima de riesgo se haya disparado. Lo que le importa más a la banca alemana (y a su instrumento, el BCE) es que continúe la austeridad, que sigan y se profundicen los recortes por parte del Estado español a fin de que éste y la banca privada a la que el Estado español ha estado subvencionando y ayudando en cantidades exuberantes (más de un 10% del PIB) paguen ahora lo que deben a aquellos bancos europeos, incluyendo los bancos alemanes. Y los famosos 100.000 millones de euros que el Gobierno Rajoy ha solicitado de las autoridades que gobiernan la Eurozona irán destinados a continuar ayudando (todavía más) a los bancos, y todo ello financiado por el ciudadano normal y corriente que paga al Estado y sostiene la deuda pública. En realidad, incluso dirigentes del Gobierno alemán así lo han reconocido. Uno de los consejeros económicos del Gobierno alemán, Peter Böfinger, así lo ha dicho. “Las ayudas a la banca (de los países en dificultades) no tienen que ver con el intento de ayudar a tales países en sus problemas, sino ayudar a nuestros bancos que tienen gran cantidad de deuda de aquellos países” (Chatterjee, Pratap, Bailing Out Germany: The Story Behind The European Financial Crisis).
En realidad, si de verdad tanto el Gobierno Rajoy o el Consejo Europeo desearan ayudar a la economía española, no transferirían estos 100.000 millones a la banca (que no ha estado ofreciendo crédito ni a las familias ni a las medianas y pequeñas empresas), sino a organismos estatales como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), con el mandato de ofrecer crédito accesible y razonable (no el que provee la banca hoy) a la ciudadanía y a medianas y pequeñas empresas españolas. Tales transferencias públicas podrían también estimular el establecimiento de bancas públicas (tanto centrales como autonómicas) o cooperativas de crédito que garantizaran la existencia de crédito, uno de los mayores problemas que existe hoy en la España endeudada.
Pero lo que las autoridades europeas desean más que nada es que la banca española y el Estado español paguen a los bancos alemanes, franceses, holandeses, belgas y otros lo que les deben, a fin de -según dicen ellos- recuperar la confianza de los mercados. Pero este argumento asume que existen mercados, lo cual es fácil de demostrar que no ocurre. En un mercado, la responsabilidad de un préstamo fallido es compartida. Es un fallo de la persona o institución que pidió el préstamo, pero lo es también de la persona o institución que ofreció el préstamo. Y esto no está ocurriendo. En esta situación se está penalizando al primero a fin de salvar los intereses del segundo. Esto es lo que está haciendo, entre otros, el Gobierno alemán, que acusa y critica al Estado español por haber permitido la formación de la burbuja inmobiliaria sin citar el papel clave que el Estado alemán y la banca alemana jugaron en el establecimiento y explosión de tal burbuja. No se puede hablar de prestatarios irresponsables sin hablar también de los prestamistas irresponsables. Y el Gobierno alemán está imponiendo las políticas de austeridad para asegurarse de que a la banca alemana irresponsable se le pague la deuda con intereses (que, por cierto, alcanzan niveles estos últimos que cubren varias veces el coste de la deuda en sí). Y así estamos. Vicenç Navarro.
Público.es Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/5499/el-por-que-de-los-recortes/
Esta tesis es fácilmente demostrable que carece de credibilidad. El Estado español era, en realidad, el modelo de rectitud ortodoxa neoliberal. Tenía un superávit en las cuentas del Estado en los años 2005, 2006 y 2007, y su deuda pública era de las más bajas de la Eurozona. Durante el periodo 2004-2007, tal deuda pública bajó del 46% al 36%. España no podía ser más modélica desde el punto de vista neoliberal. Los responsables de la política económica y fiscal del Gobierno español recibieron el aplauso de las autoridades europeas que gestionan y dirigen la Eurozona (desde el Consejo Europeo y la Comisión Europea al Banco Central Europeo) y como no, del Fondo Monetario Internacional.
En realidad, la sensación de euforia era tal que el Gobierno socialista español, bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, decidió bajar los impuestos, identificando tal medida con ser de izquierdas. Su slogan más conocido en aquellos años fue que “bajar los impuestos es de izquierdas”. Esta bajada de impuestos aumentó el déficit estructural del Estado, es decir, el déficit público, que determinan los ingresos y gastos estructurales y no coyunturales. Este aumento del déficit estructural permaneció ocultado o ignorado por el aumento de los ingresos al Estado, resultado de la situación coyuntural provocada por la burbuja inmobiliaria. Ahora bien, cuando esta burbuja explotó, el déficit estructural apareció con toda claridad y contundencia. Los ingresos al Estado bajaron en picado, resultado, en gran parte, de que la estructura fiscal del Estado español depende excesivamente de las rentas del trabajo y muy poco de las rentas del capital. Cuando la actividad económica se colapsó y el desempleo se disparó, los ingresos al Estado bajaron y mucho. De ahí el déficit público del Estado. No tiene nada, nada que ver con el aumento del gasto público, el cual, medido en gasto público por habitante, ha ido bajando, no subiendo. Y los datos así lo muestran. Se están recortando y recortando, y en cambio el déficit público apenas baja y el crecimiento económico está decreciendo. ¿Qué evidencia esperan los círculos neoliberales para poder ver que están profundamente equivocados?
Por otro lado, un punto clave poco estudiado y con escasa visibilidad mediática es ¿por qué la burbuja inmobiliaria explotó? La causa primordial es que la mayoría del dinero que estaba detrás de la burbuja inmobiliaria procedía de bancos alemanes, franceses, holandeses, belgas, entre otros. En realidad el enorme flujo de dinero (lo que se llama inversión financiera) a España explica que la balanza de pagos (la diferencia entre el capital que entra y el que sale del país) se disparara en aquellos años de burbuja inmobiliaria. El hecho de que la banca europea alimentara a la banca española se debía, como no podría ser de otro modo, a que eran inversiones financieras extraordinariamente beneficiosas. Su rentabilidad era enorme. Pero cuando esta banca europea contaminada por los productos tóxicos procedentes de la banca estadounidense se paralizó, el dinero dejó de venir a España y la burbuja inmobiliaria explotó, creando un agujero en el PIB español equivalente a un 10% de su tamaño. Y todo ello en cuestión de meses.
Ahora España tiene un problema enorme porque debe mucho dinero a los bancos europeos, que no puede pagar. Y los bancos europeos tienen un problema incluso mayor, porque han prestado tanto dinero a España y a los otros países intervenidos (Grecia, Portugal e Irlanda) que si éstos no lo pagan, tienen un problema gravísimo. En realidad, muchos de ellos se colapsarían. Los bancos alemanes habían prestado en 2009 la enorme cantidad de 704.000 millones de euros a los países PIGS (España, Grecia, Irlanda y Portugal), convertidos en GIPSI con la inclusión de Italia. Esta cantidad es muchas veces superior al capital en reserva de la banca alemana. Si estos países no pudieran pagar su deuda, la banca alemana colapsaría. El establishment financiero alemán y su Gobierno, presidido por la Sra. Merkel, es plenamente consciente de este hecho. Y de ahí su énfasis en que el objetivo prioritario de las políticas de austeridad que está imponiendo a aquellos países y de la supuesta “ayuda financiera” a sus bancos, sea el de que la banca alemana recupere el dinero prestado.
El objetivo de los recortes es salvar la banca alemana
Y así nacieron las políticas de recortes. Como bien escribía recientemente nada menos que el editor senior del Financial Times, el Sr. Martin Wolf (25.06.12) el objetivo de estos recortes en España tiene poco que ver con recuperar la economía española y sí con que se pague a los bancos europeos, incluyendo los alemanes, lo que se les debe. Así de claro.
Ahora bien, como las cosas no se pueden decir tan claro, el argumento que se utiliza por los economistas y políticos neoliberales, es que hay que reducir el déficit público para “inspirar confianza a los mercados financieros” de manera tal que éstos vuelvan a prestar dinero a España. Según tal argumento, la desconfianza de los mercados hacia España determina que la prima de riesgo española haya subido tanto, ignorando que el que marca los intereses de la deuda pública no son los mercados, sino el BCE, que es el lobby de la banca, y muy en especial de la banca alemana. El hecho de que el BCE no haya comprado deuda pública española durante más de tres meses es la mayor causa de que la prima de riesgo se haya disparado. Lo que le importa más a la banca alemana (y a su instrumento, el BCE) es que continúe la austeridad, que sigan y se profundicen los recortes por parte del Estado español a fin de que éste y la banca privada a la que el Estado español ha estado subvencionando y ayudando en cantidades exuberantes (más de un 10% del PIB) paguen ahora lo que deben a aquellos bancos europeos, incluyendo los bancos alemanes. Y los famosos 100.000 millones de euros que el Gobierno Rajoy ha solicitado de las autoridades que gobiernan la Eurozona irán destinados a continuar ayudando (todavía más) a los bancos, y todo ello financiado por el ciudadano normal y corriente que paga al Estado y sostiene la deuda pública. En realidad, incluso dirigentes del Gobierno alemán así lo han reconocido. Uno de los consejeros económicos del Gobierno alemán, Peter Böfinger, así lo ha dicho. “Las ayudas a la banca (de los países en dificultades) no tienen que ver con el intento de ayudar a tales países en sus problemas, sino ayudar a nuestros bancos que tienen gran cantidad de deuda de aquellos países” (Chatterjee, Pratap, Bailing Out Germany: The Story Behind The European Financial Crisis).
En realidad, si de verdad tanto el Gobierno Rajoy o el Consejo Europeo desearan ayudar a la economía española, no transferirían estos 100.000 millones a la banca (que no ha estado ofreciendo crédito ni a las familias ni a las medianas y pequeñas empresas), sino a organismos estatales como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), con el mandato de ofrecer crédito accesible y razonable (no el que provee la banca hoy) a la ciudadanía y a medianas y pequeñas empresas españolas. Tales transferencias públicas podrían también estimular el establecimiento de bancas públicas (tanto centrales como autonómicas) o cooperativas de crédito que garantizaran la existencia de crédito, uno de los mayores problemas que existe hoy en la España endeudada.
Pero lo que las autoridades europeas desean más que nada es que la banca española y el Estado español paguen a los bancos alemanes, franceses, holandeses, belgas y otros lo que les deben, a fin de -según dicen ellos- recuperar la confianza de los mercados. Pero este argumento asume que existen mercados, lo cual es fácil de demostrar que no ocurre. En un mercado, la responsabilidad de un préstamo fallido es compartida. Es un fallo de la persona o institución que pidió el préstamo, pero lo es también de la persona o institución que ofreció el préstamo. Y esto no está ocurriendo. En esta situación se está penalizando al primero a fin de salvar los intereses del segundo. Esto es lo que está haciendo, entre otros, el Gobierno alemán, que acusa y critica al Estado español por haber permitido la formación de la burbuja inmobiliaria sin citar el papel clave que el Estado alemán y la banca alemana jugaron en el establecimiento y explosión de tal burbuja. No se puede hablar de prestatarios irresponsables sin hablar también de los prestamistas irresponsables. Y el Gobierno alemán está imponiendo las políticas de austeridad para asegurarse de que a la banca alemana irresponsable se le pague la deuda con intereses (que, por cierto, alcanzan niveles estos últimos que cubren varias veces el coste de la deuda en sí). Y así estamos. Vicenç Navarro.
Público.es Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/5499/el-por-que-de-los-recortes/
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La primavera de los capitalistas
Nadie duda de que algo no anda bien en el capitalismo actual, pero las soluciones varían, desde las clásicas de la izquierda revolucionaria hasta las adscriptas al llamado "fundamentalismo del mercado" (que estiman que el problema es que no se ha llegado a la tierra prometida del libre mercado).
En el Reino Unido una novedosa respuesta para los crecientes problemas del capitalismo real es la de dar "todo el poder a los accionistas". Comparado con la "imaginación al poder" de París de mayo del '68 o la rebelión de los países árabes, la consigna suena entre esotérica y anodina, pero los periódicos británicos no dudan en calificarla de una revolución que está devolviendo el poder de las compañías a sus dueños reales. Desde principios de año, los accionistas han forzado la salida o el anulamiento de pagos extraordinarios a los directores de las compañías, cuyos salarios estratosféricos y bonificaciones extraordinarias hace rato escandalizan a una sociedad asfixiada por un duro programa de austeridad fiscal. Desde la aseguradora Aviva al gigante de la publicidad WPP, de la gasífera Centrica a la corporación mediática Trinity Mirror o el banco Citigroup, los directores ejecutivos han visto rechazados sus paquetes remunerativos o han perdido su puesto. "No es una cosa pasajera. Hay una revolución cultural en juego", se entusiasma el editor del periódico financiero City A.M. El mismo ministro de Industria, el liberal Vince Cable, lo alentó desde el gobierno como un signo saludable. "Se trata de una reacción a las cosas extremas que hemos vivido. Hemos visto ridículos incrementos salariales que no tienen ninguna relación con el desempeño de la compañía", dijo Cable.
Marx visita Londres
El primer resultado de esta revolución es que se ha recortado el poder de las grandes figuras del mundo corporativo, los famosos CEO (chief executive officers, o directores ejecutivos). Este poder se basa en un pilar del capitalismo moderno.
Hasta el siglo XIX, el dueño de la compañía era el director de la misma. El fundador de una firma invertía hasta la camiseta y podía perder la libertad en el camino. En efecto, si la compañía caía en bancarrota y no podían honrar sus deudas, los dueños podían terminar en la prisión de deudores. Dado el peligro, había que ser audaz o tener una insaciable sed de oro para invertir en un negocio. Todo esto cambió con la creación en el siglo XIX de la Sociedad de Responsabilidad Limitada. Con este tipo de sociedad los inversores solo se hacían responsables de lo que invertían.
Adam Smith, padre de la economía moderna y del credo del mercado libre, se había opuesto fervientemente a este tipo de sociedad. "Si los directores no son los dueños de la compañía no van a velar con el mismo celo por un dinero que no es suyo", escribió Adam Smith en su texto clave, "La riqueza de las naciones". La historia no le hizo caso.
Entre 1844 y 1870 Europa y Estados Unidos adoptaron este nuevo tipo de sociedad que revolucionó la maquinaria capitalista. Librada de las cadenas del miedo, la inversión fue uno de los motores del gran salto que dio el capitalismo a partir de mediados de siglo XIX y de su gigantesca expansión en términos de inversión extranjera (ferrocarriles, etc.)
Curiosamente Karl Marx, ese archienemigo del capitalismo, vio con claridad que este tipo de sociedad liberaría las fuerzas productivas, definiéndola como "el más alto nivel de desarrollo de la producción capitalista".
La cuestión de la "performance"
Una extraordinaria anormalidad de las compañías en la última década era que los ejecutivos siempre ganaban más. El desempeño de la compañía – sus ganancias, su cotización bursátil – tenía un impacto muy relativo en sus salarios: la única diferencia era que a veces los paquetes remunerativos subían más y otras un poco menos. El mantra justificatorio era que se necesitaba atraer talento a la dirección de la compañía "pagando su valor en el mercado". Esta anomalía llegó a su punto máximo cuando después del estallido financiero de 2008 los ejecutivos y corredores de bolsa de las entidades financieras cobraron enormes bonificaciones a pesar de que eran los responsables de la crisis no solo de sus compañías sino de la economía global.
La revolución de los accionistas ha comenzado a rectificar esto. El 17 de abril los accionistas rechazaron los US$15 millones que el Citigroup planeaba pagar a su CEO Vikram Pandit: el valor bursátil de la compañía había caído en un 44%. A Johan du Toit, CEO de la minera General Rand Gold, lo forzaron a renunciar tres días más tarde. Lo mismo sucedió con la CEO del Trinity Mirror, Sly Bailey, a principios de mayo. Los casos se han sucedido a velocidad vertiginosa: el último es la virtual reestructuración de la aseguradora Aviva este julio.
La premisa subyacente de los titulares periodísticos es que la "revolución de los accionistas" va a allanar el camino a una mayor racionalidad corporativa a la hora de reflejar el desempeño de una compañía y los intereses de la sociedad en su conjunto.
Lo que no le dijeron sobre el capitalismo
La idea de que el interés de los accionistas es equivalente al de la compañía tuvo su origen en los '80 con el concepto de "maximización del valor de los accionistas". Este concepto, acuñado por el director de la General Electric Jack Welsh, definía la labor de los ejecutivos como la "maximización de la ganancia de los accionistas".
Ha-Joon Chang califica a esta hegemonía de los accionistas de cortoplacista. Esta maximización se conseguía mediante una contínua reducción de costos y una redistribución de ganancias como dividendos. La ganancia de los accionistas venía a ser el certificado de salud de una compañía.
Un economista estadounidense, William Lazonick, analizó esta lógica en el caso de General Motors (GM), ese símbolo del capitalismo que debió ser rescatado por el estado en 2009.
Según Lazonick si GM no hubiera gastado más de US$20.000 millones en conseguir esta maximización, la compañía no habría necesitado un rescate por US$35.000 millones.
El autor de "23 cosas que no le dijeron del capitalismo", el economista surcoreano y profesor de Cambridge, Ha-Joon Chang, califica a esta hegemonía de los accionistas de cortoplacista.
Según Ha-Joon Chang tiene un impacto negativo en la fuerza laboral –recorte de salarios y derechos laborales-, en las ganancias de los proveedores y en la sociedad en su conjunto. "En realidad no solo es ineficiente para la economía sino para la misma compañía. El único interés que cuenta es la maximización de ganancias a corto plazo de unos accionistas que pueden desvincularse de la compañía vendiendo sus acciones en cualquier momento.
Como el mismo Jack Welch confesó recientemente, es la idea más tonta del planeta", señala en el libro el economista surcoreano. Ver en BBC.
En el Reino Unido una novedosa respuesta para los crecientes problemas del capitalismo real es la de dar "todo el poder a los accionistas". Comparado con la "imaginación al poder" de París de mayo del '68 o la rebelión de los países árabes, la consigna suena entre esotérica y anodina, pero los periódicos británicos no dudan en calificarla de una revolución que está devolviendo el poder de las compañías a sus dueños reales. Desde principios de año, los accionistas han forzado la salida o el anulamiento de pagos extraordinarios a los directores de las compañías, cuyos salarios estratosféricos y bonificaciones extraordinarias hace rato escandalizan a una sociedad asfixiada por un duro programa de austeridad fiscal. Desde la aseguradora Aviva al gigante de la publicidad WPP, de la gasífera Centrica a la corporación mediática Trinity Mirror o el banco Citigroup, los directores ejecutivos han visto rechazados sus paquetes remunerativos o han perdido su puesto. "No es una cosa pasajera. Hay una revolución cultural en juego", se entusiasma el editor del periódico financiero City A.M. El mismo ministro de Industria, el liberal Vince Cable, lo alentó desde el gobierno como un signo saludable. "Se trata de una reacción a las cosas extremas que hemos vivido. Hemos visto ridículos incrementos salariales que no tienen ninguna relación con el desempeño de la compañía", dijo Cable.
Marx visita Londres
El primer resultado de esta revolución es que se ha recortado el poder de las grandes figuras del mundo corporativo, los famosos CEO (chief executive officers, o directores ejecutivos). Este poder se basa en un pilar del capitalismo moderno.
Hasta el siglo XIX, el dueño de la compañía era el director de la misma. El fundador de una firma invertía hasta la camiseta y podía perder la libertad en el camino. En efecto, si la compañía caía en bancarrota y no podían honrar sus deudas, los dueños podían terminar en la prisión de deudores. Dado el peligro, había que ser audaz o tener una insaciable sed de oro para invertir en un negocio. Todo esto cambió con la creación en el siglo XIX de la Sociedad de Responsabilidad Limitada. Con este tipo de sociedad los inversores solo se hacían responsables de lo que invertían.
Adam Smith, padre de la economía moderna y del credo del mercado libre, se había opuesto fervientemente a este tipo de sociedad. "Si los directores no son los dueños de la compañía no van a velar con el mismo celo por un dinero que no es suyo", escribió Adam Smith en su texto clave, "La riqueza de las naciones". La historia no le hizo caso.
Entre 1844 y 1870 Europa y Estados Unidos adoptaron este nuevo tipo de sociedad que revolucionó la maquinaria capitalista. Librada de las cadenas del miedo, la inversión fue uno de los motores del gran salto que dio el capitalismo a partir de mediados de siglo XIX y de su gigantesca expansión en términos de inversión extranjera (ferrocarriles, etc.)
Curiosamente Karl Marx, ese archienemigo del capitalismo, vio con claridad que este tipo de sociedad liberaría las fuerzas productivas, definiéndola como "el más alto nivel de desarrollo de la producción capitalista".
La cuestión de la "performance"
Una extraordinaria anormalidad de las compañías en la última década era que los ejecutivos siempre ganaban más. El desempeño de la compañía – sus ganancias, su cotización bursátil – tenía un impacto muy relativo en sus salarios: la única diferencia era que a veces los paquetes remunerativos subían más y otras un poco menos. El mantra justificatorio era que se necesitaba atraer talento a la dirección de la compañía "pagando su valor en el mercado". Esta anomalía llegó a su punto máximo cuando después del estallido financiero de 2008 los ejecutivos y corredores de bolsa de las entidades financieras cobraron enormes bonificaciones a pesar de que eran los responsables de la crisis no solo de sus compañías sino de la economía global.
La revolución de los accionistas ha comenzado a rectificar esto. El 17 de abril los accionistas rechazaron los US$15 millones que el Citigroup planeaba pagar a su CEO Vikram Pandit: el valor bursátil de la compañía había caído en un 44%. A Johan du Toit, CEO de la minera General Rand Gold, lo forzaron a renunciar tres días más tarde. Lo mismo sucedió con la CEO del Trinity Mirror, Sly Bailey, a principios de mayo. Los casos se han sucedido a velocidad vertiginosa: el último es la virtual reestructuración de la aseguradora Aviva este julio.
La premisa subyacente de los titulares periodísticos es que la "revolución de los accionistas" va a allanar el camino a una mayor racionalidad corporativa a la hora de reflejar el desempeño de una compañía y los intereses de la sociedad en su conjunto.
Lo que no le dijeron sobre el capitalismo
La idea de que el interés de los accionistas es equivalente al de la compañía tuvo su origen en los '80 con el concepto de "maximización del valor de los accionistas". Este concepto, acuñado por el director de la General Electric Jack Welsh, definía la labor de los ejecutivos como la "maximización de la ganancia de los accionistas".
Ha-Joon Chang califica a esta hegemonía de los accionistas de cortoplacista. Esta maximización se conseguía mediante una contínua reducción de costos y una redistribución de ganancias como dividendos. La ganancia de los accionistas venía a ser el certificado de salud de una compañía.
Un economista estadounidense, William Lazonick, analizó esta lógica en el caso de General Motors (GM), ese símbolo del capitalismo que debió ser rescatado por el estado en 2009.
Según Lazonick si GM no hubiera gastado más de US$20.000 millones en conseguir esta maximización, la compañía no habría necesitado un rescate por US$35.000 millones.
El autor de "23 cosas que no le dijeron del capitalismo", el economista surcoreano y profesor de Cambridge, Ha-Joon Chang, califica a esta hegemonía de los accionistas de cortoplacista.
Según Ha-Joon Chang tiene un impacto negativo en la fuerza laboral –recorte de salarios y derechos laborales-, en las ganancias de los proveedores y en la sociedad en su conjunto. "En realidad no solo es ineficiente para la economía sino para la misma compañía. El único interés que cuenta es la maximización de ganancias a corto plazo de unos accionistas que pueden desvincularse de la compañía vendiendo sus acciones en cualquier momento.
Como el mismo Jack Welch confesó recientemente, es la idea más tonta del planeta", señala en el libro el economista surcoreano. Ver en BBC.
domingo, 15 de julio de 2012
El programa electoral de Hollande. ¿Son iguales todos los políticos?
El programa que ganó en Francia.
1. Subida de impuestos para los millonarios: el tipo máximo del IRPF será del 75% para las rentas por encima del millón de euros al año.
2. Rebajar la edad de jubilación desde los 62 a los 60 años (para los trabajadores con 41,5 años cotizados).
3. Subir el salario mínimo por encima de la inflación. Ahora es de 1.200 euros al mes.
4. Derogar la subida del IVA que preparaba Sarkozy.
5. Que las rentas del capital paguen lo mismo que las rentas del trabajo.
6. Legalizar el derecho al matrimonio y la adopción de los homosexuales.
7. Que las empresas que se lleven sus fábricas fuera de Francia tengan que devolver las ayudas públicas recibidas.
8. Pedir a la UE una reforma de los estatutos del BCE para que el crecimiento y el empleo sean también un mandato prioritario en la política monetaria y que el banco central pueda prestar directamente a los estados. Poner en marcha los eurobonos. Apoyar la creación de una tasa a las transacciones financieras.
9. Crear un banco público de inversión para el desarrollo de las pequeñas empresas.
10. Reducir la producción de electricidad a través de energía nuclear del 75% al 50% para el año 2025, cerrando las centrales más anticuadas, y potenciar las energías renovables.
11. Cambiar la ley Hadopi contra las descargas en Internet. Buscar un modelo que concilie los derechos de los creadores y el acceso a Internet fácil y seguro.
12. Reformar la Constitución para incluir en ella los principios de laicidad y la separación entre Iglesia y Estado.
13. Rebajar un 30% el sueldo al presidente de la República y a sus ministros.
14. Que los responsables de la televisión y la radio públicas dependan de una autoridad independiente del Gobierno.
15. Subir el sueldo a los médicos de la sanidad pública.
16. Construir 2,5 millones de viviendas de protección oficial para estudiantes y rentas bajas durante los próximos cinco años.
17. Rebajar los sueldos de los directivos de las empresas públicas.
18. Limitar la acumulación de cargos públicos.
19. Derecho a voto en las municipales para los extranjeros que vivan en Francia desde hace más de cinco años.
20. Contratar a 60.000 nuevos profesores.
21. Regular la eutanasia.
22. Subida del 15% en el impuesto a la banca.
23. Prohibir las stock-options, excepto para empresas recién nacidas.
24 Prohibir a los bancos tener sucursales en paraísos fiscales.
25. Obligar a que la banca de inversión (la especulativa) y la de ahorro (la de las libretas y créditos) estén separadas.
26. Multas para los partidos políticos que no respeten la paridad entre mujeres y hombres.
27. Los políticos condenados por corrupción quedarán inhabilitados por diez años.
28. Aumentar las ayudas para las familias con hijos en edad escolar.
29. Subir el impuesto de sucesión y el de patrimonio.
30. Retirada de las tropas en Afganistán.
Ahora faltan dos cosas importantes; en primer lugar, la firme voluntad de querer cumplir el programa y, en segundo lugar, que los los llamados poderes fácticos lo dejen llevar a cabo. Lo cual no es poco, pero la ilusión y la esperanza están plantadas. Ver más en el programa electoral completo del nuevo presidente de la República Francesa.
1. Subida de impuestos para los millonarios: el tipo máximo del IRPF será del 75% para las rentas por encima del millón de euros al año.
2. Rebajar la edad de jubilación desde los 62 a los 60 años (para los trabajadores con 41,5 años cotizados).
3. Subir el salario mínimo por encima de la inflación. Ahora es de 1.200 euros al mes.
4. Derogar la subida del IVA que preparaba Sarkozy.
5. Que las rentas del capital paguen lo mismo que las rentas del trabajo.
6. Legalizar el derecho al matrimonio y la adopción de los homosexuales.
7. Que las empresas que se lleven sus fábricas fuera de Francia tengan que devolver las ayudas públicas recibidas.
8. Pedir a la UE una reforma de los estatutos del BCE para que el crecimiento y el empleo sean también un mandato prioritario en la política monetaria y que el banco central pueda prestar directamente a los estados. Poner en marcha los eurobonos. Apoyar la creación de una tasa a las transacciones financieras.
9. Crear un banco público de inversión para el desarrollo de las pequeñas empresas.
10. Reducir la producción de electricidad a través de energía nuclear del 75% al 50% para el año 2025, cerrando las centrales más anticuadas, y potenciar las energías renovables.
11. Cambiar la ley Hadopi contra las descargas en Internet. Buscar un modelo que concilie los derechos de los creadores y el acceso a Internet fácil y seguro.
12. Reformar la Constitución para incluir en ella los principios de laicidad y la separación entre Iglesia y Estado.
13. Rebajar un 30% el sueldo al presidente de la República y a sus ministros.
14. Que los responsables de la televisión y la radio públicas dependan de una autoridad independiente del Gobierno.
15. Subir el sueldo a los médicos de la sanidad pública.
16. Construir 2,5 millones de viviendas de protección oficial para estudiantes y rentas bajas durante los próximos cinco años.
17. Rebajar los sueldos de los directivos de las empresas públicas.
18. Limitar la acumulación de cargos públicos.
19. Derecho a voto en las municipales para los extranjeros que vivan en Francia desde hace más de cinco años.
20. Contratar a 60.000 nuevos profesores.
21. Regular la eutanasia.
22. Subida del 15% en el impuesto a la banca.
23. Prohibir las stock-options, excepto para empresas recién nacidas.
24 Prohibir a los bancos tener sucursales en paraísos fiscales.
25. Obligar a que la banca de inversión (la especulativa) y la de ahorro (la de las libretas y créditos) estén separadas.
26. Multas para los partidos políticos que no respeten la paridad entre mujeres y hombres.
27. Los políticos condenados por corrupción quedarán inhabilitados por diez años.
28. Aumentar las ayudas para las familias con hijos en edad escolar.
29. Subir el impuesto de sucesión y el de patrimonio.
30. Retirada de las tropas en Afganistán.
Ahora faltan dos cosas importantes; en primer lugar, la firme voluntad de querer cumplir el programa y, en segundo lugar, que los los llamados poderes fácticos lo dejen llevar a cabo. Lo cual no es poco, pero la ilusión y la esperanza están plantadas. Ver más en el programa electoral completo del nuevo presidente de la República Francesa.
Menos perdón y más consecuencias.
Un extravagante jefe de Gobierno anuncia, ocho meses después de elegido, que no puede hacer nada de lo que ofreció.
Los responsables de Novagalicia han pedido perdón por el engaño que llevaron a cabo sus predecesores vendiendo a infelices ahorradores un producto peligroso. También han pedido 6.000 millones de euros para tapar el agujero de la entidad. Mejor sería que la petición de perdón fuera acompañada del envío a la justicia de los documentos que permitan llevar a la cárcel a quienes ordenaron ese tipo de operaciones y del despido fulminante de los directivos que vendieron preferentes en las sucursales, por sinvergüenzas.
Es fundamental recordar que en las sociedades democráticas no se trata de pedir perdón, sino de exigir responsabilidades. Esa falta de exigencia política, empresarial y/o penal sigue siendo uno de los mayores problemas de la democracia en España y el origen de la profunda desconfianza que sienten los ciudadanos. Perciben que las instituciones no funcionan como debieran (basta ver el espectáculo del Consejo General del Poder Judicial, cuyos miembros demuestran que nunca merecieron el trato que reciben, o la incapacidad del Congreso para responder a la necesaria pregunta ¿cómo hemos llegado hasta aquí?). Comprueban que el engaño en política y en la vida económica está alcanzando unas cotas grotescas y, abrumados por la catástrofe, pierden de vista lo esencial: no hay que cejar en la petición de responsabilidades. Justo es reconocer que la política siempre ha tenido una grieta en su credibilidad, pero en los últimos meses se ha convertido en un abismo. Mariano Rajoy acudió esta semana al Congreso para explicar que está haciendo todo lo contrario de lo que prometió porque las cosas no son como pensaba o como creía.
El 76% de los españoles no creen que las medidas anunciadas permitan salir de la crisis. Ese es, en realidad, el dato más relevante de lo sucedido esta semana. La gran mayoría de los españoles piensan que el sufrimiento que se avecina no tiene otro objetivo que la supervivencia del sistema financiero. No vislumbran que se reactive el crédito, ni el mercado de trabajo, ni que se pueda reconstruir el tejido de miles de empresas ya destruidas (más de 21.000 empresas de entre 3 y 50 trabajadores desaparecieron en los últimos tres años, y de ellas, 5.964 entre enero de 2011 y junio de 2012, según la Seguridad Social)....
El descrédito de la política, la convicción de que los principales partidos son incapaces de ofrecer un plan que permita ver la salida de esta catástrofe, es colosal. El líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, no consigue salir del bucle que le atrapa, ...
Los responsables de Novagalicia han pedido perdón por el engaño que llevaron a cabo sus predecesores vendiendo a infelices ahorradores un producto peligroso. También han pedido 6.000 millones de euros para tapar el agujero de la entidad. Mejor sería que la petición de perdón fuera acompañada del envío a la justicia de los documentos que permitan llevar a la cárcel a quienes ordenaron ese tipo de operaciones y del despido fulminante de los directivos que vendieron preferentes en las sucursales, por sinvergüenzas.
Es fundamental recordar que en las sociedades democráticas no se trata de pedir perdón, sino de exigir responsabilidades. Esa falta de exigencia política, empresarial y/o penal sigue siendo uno de los mayores problemas de la democracia en España y el origen de la profunda desconfianza que sienten los ciudadanos. Perciben que las instituciones no funcionan como debieran (basta ver el espectáculo del Consejo General del Poder Judicial, cuyos miembros demuestran que nunca merecieron el trato que reciben, o la incapacidad del Congreso para responder a la necesaria pregunta ¿cómo hemos llegado hasta aquí?). Comprueban que el engaño en política y en la vida económica está alcanzando unas cotas grotescas y, abrumados por la catástrofe, pierden de vista lo esencial: no hay que cejar en la petición de responsabilidades. Justo es reconocer que la política siempre ha tenido una grieta en su credibilidad, pero en los últimos meses se ha convertido en un abismo. Mariano Rajoy acudió esta semana al Congreso para explicar que está haciendo todo lo contrario de lo que prometió porque las cosas no son como pensaba o como creía.
Prácticamente, pide perdón por haberse presentado a las elecciones sin estar al tanto de lo que ocurría, pese a ser el jefe de la oposición desde hacía ocho años, de ser el secretario general de un partido que gobernaba ya la mayoría de las comunidades autónomas, pese a tener una extensa experiencia de gobierno y pese a mantener múltiples contactos dentro de las Administraciones públicas. No puede prometer nada, sino constatar que todo está muy mal. Es el primer presidente de un Gobierno que acude al Parlamento, ocho meses después de ser elegido, para decir: “Les dije que iba a subir el paro. Les dije que todo iba a ir mal”. ¿Qué quieren que le haga?
El 76% de los españoles no creen que las medidas anunciadas permitan salir de la crisis. Ese es, en realidad, el dato más relevante de lo sucedido esta semana. La gran mayoría de los españoles piensan que el sufrimiento que se avecina no tiene otro objetivo que la supervivencia del sistema financiero. No vislumbran que se reactive el crédito, ni el mercado de trabajo, ni que se pueda reconstruir el tejido de miles de empresas ya destruidas (más de 21.000 empresas de entre 3 y 50 trabajadores desaparecieron en los últimos tres años, y de ellas, 5.964 entre enero de 2011 y junio de 2012, según la Seguridad Social)....
El descrédito de la política, la convicción de que los principales partidos son incapaces de ofrecer un plan que permita ver la salida de esta catástrofe, es colosal. El líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, no consigue salir del bucle que le atrapa, ...
Algunos, dentro de su propio partido, empiezan a pensar en una operación para que no acabe el mandato y que, llegado ese momento, la mayoría absoluta del PP en el Congreso elija otro presidente menos dañado para encabezar una nueva campaña.
Sería un final lógico para uno de los políticos que más han usado la inconsistencia como arma política. Quizá Rajoy sea en el fondo un hombre original que merezca una justa biografía, como aseguran quienes más le aprecian, pero de momento es un presidente del Gobierno extravagante. SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ, El País, 15 JUL 2012. (foto, protestas por la desaparición de la OEX)
sábado, 14 de julio de 2012
Centenario del pionero de la canción protesta, Woody Guthrie
Hace cien años nació Woody Guthrie, considerado el padre de la canción de protesta, un fenómeno cultural tan estadounidense como el jazz, el blues o el rock 'n' roll.
A fines del Siglo XIX ya habían aparecido las llamadas canciones sindicalistas en el país, pero se considera que la moderna canción de protesta nació con Guthrie a fines de los treinta.
Por esos años Guthrie se hizo cantautor, cuando la Gran Depresión golpeaba duramente a Estados Unidos tras el colapso del mercado de valores de Wall Street.
Fueron tiempos duros: dentro del país había desempleo, pobreza y protestas populares. Afuera, las tensiones que finalmente llevarían a la Segunda Guerra Mundial.
De ese caldo surgió la música de Guthrie y su legado trascendió tiempo y fronteras impactando artísticamente a cantantes como Bob Dylan, Bruce Springsteen o John Mellencamp, entre muchos otros.
En América Latina influenció a artistas como los argentinos Mercedes Sosa y León Gieco, y el chileno Victor Jara, icono de la lucha contra el gobierno militar de Augusto Pinochet.
De cuna revolucionaria
Guthrie nació en Okemah, Oklahoma, el 14 de julio de 1912, casualmente el día de la Toma de la Bastilla, al inicio de la Revolución Francesa, símbolo universal de la insurgencia del poder popular. Y tal parece que llevaba algo de ese sentimiento revolucionario en la sangre, de la misma manera que siempre llevó su credencial de "antifacista"- "máquina para "matar facistas" decía una etiqueta adhesiva en su guitarra.
Conexión mexicana
Guthrie escribió la letra de la canción "Deportee (Plane Wreck At Los Gatos)", a raíz del accidente de un avión en 1948, que llevaba a 28 campesinos mexicanos que eran deportados.
Una década más tarde, Martin Hoffmann le puso música y entre quienes la cantaron figura Pete Seeger, con una versión en un disco en vivo con León Gieco.
Sus padres lo bautizaron como Woodrow Wilson Guthrie en honor al recién electo presidente demócrata, a quien muchos consideraban entonces un paladín de las causas populares. Su primer intento de dedicarse a la música fracasó, precisamente a causa de la Gran Depresión y del llamado Dust Bowl, un fenómeno atmosférico caracterizado por sequías y gigantescas tormentas de arena que arrasó con la agricultura del centro-oeste de EE.UU..
Arruinado, Guthrie marchó a California, junto con otros granjeros y desempleados del Medio Oeste. Allí fue testigo de la tremenda pobreza de sus compatriotas, se identificó con ellos y empezó a escribir poemas y canciones en las que desahogaba su odio a la explotación.
Era el año de 1937. Trabajaba para una emisora radial de un dirigente del ala izquierda del Partido Demócrata. Además escribía una columna de opinión para el periódico del Partido Comunista, al que sin embargo nunca se afilió.
Dos años después se mudó a Nueva York, donde se integró en el ambiente político izquierdista e hizo sus primeras grabaciones importantes.
Fue en 1940 cuando escribió su composición más famosa: "This Land Is Your Land", en la que denunciaba las desigualdades sociales.
Por esa época conoció a Pete Seeger, con quien integró el grupo The Almanac Singers y quien alcanzaría más fama que Guthrie, debido en parte a su longevidad.
Renacimiento folk
A fines de la década de los 40 el cantautor empezó a sufrir los estragos de una extraña enfermedad... Leer más en la BBC
A fines del Siglo XIX ya habían aparecido las llamadas canciones sindicalistas en el país, pero se considera que la moderna canción de protesta nació con Guthrie a fines de los treinta.
Por esos años Guthrie se hizo cantautor, cuando la Gran Depresión golpeaba duramente a Estados Unidos tras el colapso del mercado de valores de Wall Street.
Fueron tiempos duros: dentro del país había desempleo, pobreza y protestas populares. Afuera, las tensiones que finalmente llevarían a la Segunda Guerra Mundial.
De ese caldo surgió la música de Guthrie y su legado trascendió tiempo y fronteras impactando artísticamente a cantantes como Bob Dylan, Bruce Springsteen o John Mellencamp, entre muchos otros.
En América Latina influenció a artistas como los argentinos Mercedes Sosa y León Gieco, y el chileno Victor Jara, icono de la lucha contra el gobierno militar de Augusto Pinochet.
De cuna revolucionaria
Guthrie nació en Okemah, Oklahoma, el 14 de julio de 1912, casualmente el día de la Toma de la Bastilla, al inicio de la Revolución Francesa, símbolo universal de la insurgencia del poder popular. Y tal parece que llevaba algo de ese sentimiento revolucionario en la sangre, de la misma manera que siempre llevó su credencial de "antifacista"- "máquina para "matar facistas" decía una etiqueta adhesiva en su guitarra.
Conexión mexicana
Guthrie escribió la letra de la canción "Deportee (Plane Wreck At Los Gatos)", a raíz del accidente de un avión en 1948, que llevaba a 28 campesinos mexicanos que eran deportados.
Una década más tarde, Martin Hoffmann le puso música y entre quienes la cantaron figura Pete Seeger, con una versión en un disco en vivo con León Gieco.
Sus padres lo bautizaron como Woodrow Wilson Guthrie en honor al recién electo presidente demócrata, a quien muchos consideraban entonces un paladín de las causas populares. Su primer intento de dedicarse a la música fracasó, precisamente a causa de la Gran Depresión y del llamado Dust Bowl, un fenómeno atmosférico caracterizado por sequías y gigantescas tormentas de arena que arrasó con la agricultura del centro-oeste de EE.UU..
Arruinado, Guthrie marchó a California, junto con otros granjeros y desempleados del Medio Oeste. Allí fue testigo de la tremenda pobreza de sus compatriotas, se identificó con ellos y empezó a escribir poemas y canciones en las que desahogaba su odio a la explotación.
Era el año de 1937. Trabajaba para una emisora radial de un dirigente del ala izquierda del Partido Demócrata. Además escribía una columna de opinión para el periódico del Partido Comunista, al que sin embargo nunca se afilió.
Dos años después se mudó a Nueva York, donde se integró en el ambiente político izquierdista e hizo sus primeras grabaciones importantes.
Fue en 1940 cuando escribió su composición más famosa: "This Land Is Your Land", en la que denunciaba las desigualdades sociales.
Por esa época conoció a Pete Seeger, con quien integró el grupo The Almanac Singers y quien alcanzaría más fama que Guthrie, debido en parte a su longevidad.
Renacimiento folk
A fines de la década de los 40 el cantautor empezó a sufrir los estragos de una extraña enfermedad... Leer más en la BBC
jueves, 12 de julio de 2012
La irresponsabilidad del presidente. Rajoy dice que no tiene libertad para elegir. No es cierto. La tenía. Su colega Monti la ejerció
“Se trata de no llevar a los hombres por direcciones que los mutilen”. La frase es de Frantz Fanon y se refería a los años de la descolonización. Pero define perfectamente los límites de lo que es admisible en la acción de gobierno. Unas políticas que condenen a sectores de la ciudadanía a la exclusión, a la imposibilidad de vivir una vida digna, deberían ser consideradas ilegítimas. Y el Gobierno español, después de seis meses de arrastrar los pies, como dicen algunos, con las medidas anunciadas por el presidente Rajoy se está situando al borde de la ruptura del pacto social que está obligado a defender. La reducción del subsidio de paro, la limitación del acceso a la ayuda mínima de reinserción social, junto a los recortes de las prestaciones relacionadas con la dependencia y al copago de medicamentos, a la espera de lo que se puede implementar en materia de pensiones, agudiza la crisis social y aumenta el riesgo para millones de personas. Y corresponde a la oposición y a la opinión pública evitar que esta ruptura se produzca.
La historia se repite. Hace dos años, en mayo de 2010, Zapatero, bajo presión internacional, dio un giro total a su política, metió a España en el desasosiego y hundió su credibilidad de modo irreversible. El miércoles, 11 de julio de 2012 pasará a la historia como el día en que Mariano Rajoy dio un giro total a su política, se desdijo de sus promesas electorales y se amparó en las exigencias internacionales para eludir su responsabilidad. “Los españoles no podemos elegir si hacemos o no sacrificios. No tenemos esa libertad”, ha dicho el presidente. Unas frases así un gobernante solo debería pronunciarlas un minuto de antes de presentar su dimisión. Si no es capaz de hacerse responsable de las políticas que dicta, un jefe de gobierno no debe continuar.
Eludir las responsabilidades es un vicio crónico en la manera de hacer política de Rajoy. Quiso vivir del descrédito de los socialistas, echándoles a ellos la responsabilidad de la crisis, pensando que de este modo podía evitar la toma de decisiones impopulares. Pero la realidad corre a velocidad de vértigo y el presidente, con sus ritmos lentos, perdió pie. Cundió la desmoralización en su entorno político y en un mundo económico que, aunque parezca imposible, se había creído que con el PP todo cambiaría. Caducadas las promesas de su programa electoral, sin un proyecto propio que desarrollar, Rajoy trató de ganar tiempo, con una estrategia de negación de lo evidente: hablaba de reformas, que, por otra parte, casi nunca llegaban, para evitar palabras como recortes o ajustes; trataba de convertir en ayuda crediticia un rescate bancario con todas las de la ley; y rechazaba cualquier idea de imposición de medidas de obligado cumplimiento desde instancias externas a la política española. Hasta ayer. Rajoy cayó del caballo, empujado desde Europa, y pronunció la frase terrible: “No tenemos esa libertad”. No es verdad. La tenía. Su colega Monti la ejerció. Y se anticipó con unas medidas, acertadas o no, pero escogidas por su Gobierno conforme a criterios debidamente explicados y sin ampararse en fatalismos o catastrofismos.
Con su permanente elusión de responsabilidades, Mariano Rajoy ha conseguido que la gente se preguntara si había alguien al mando. La duda era fundada. El propio presidente dice que no tiene libertad para decidir. Es grave: un líder se distingue porque es capaz de hacer plenamente suyas las decisiones que toma, sin buscar subterfugios. Es la base de la credibilidad. Por eso resulta obsceno que el presidente utilice al Rey haciéndole presidir un Consejo de Ministros previo al que decidirá parte de los nuevos recortes. Rajoy quiere implicar al Monarca en responsabilidades que solo son de su Gobierno, para hacer creer a los españoles que “es lo que hay que hacer” y que “no se puede hacer otra cosa”. Para convertir su repentino giro en objetivo nacional compartido y así neutralizar cualquier discrepancia. Y camuflar de este modo que es una estrategia que de momento provocará más recesión y más paro.
Hay millones de ciudadanos que discrepan de ella. El Gobierno del PP es el único responsable de las decisiones que tome. Y de ellas tendrá que responder ante la ciudadanía. La pretensión de crear un clima de movilización nacional alrededor de unas medidas que el propio presidente negaba hace unos días, es otra vuelta de tuerca más en el juego de las manipulaciones y de los engaños. Es la cortina del miedo, tras la que se parapeta el presidente.
Ver en El País.
La historia se repite. Hace dos años, en mayo de 2010, Zapatero, bajo presión internacional, dio un giro total a su política, metió a España en el desasosiego y hundió su credibilidad de modo irreversible. El miércoles, 11 de julio de 2012 pasará a la historia como el día en que Mariano Rajoy dio un giro total a su política, se desdijo de sus promesas electorales y se amparó en las exigencias internacionales para eludir su responsabilidad. “Los españoles no podemos elegir si hacemos o no sacrificios. No tenemos esa libertad”, ha dicho el presidente. Unas frases así un gobernante solo debería pronunciarlas un minuto de antes de presentar su dimisión. Si no es capaz de hacerse responsable de las políticas que dicta, un jefe de gobierno no debe continuar.
Eludir las responsabilidades es un vicio crónico en la manera de hacer política de Rajoy. Quiso vivir del descrédito de los socialistas, echándoles a ellos la responsabilidad de la crisis, pensando que de este modo podía evitar la toma de decisiones impopulares. Pero la realidad corre a velocidad de vértigo y el presidente, con sus ritmos lentos, perdió pie. Cundió la desmoralización en su entorno político y en un mundo económico que, aunque parezca imposible, se había creído que con el PP todo cambiaría. Caducadas las promesas de su programa electoral, sin un proyecto propio que desarrollar, Rajoy trató de ganar tiempo, con una estrategia de negación de lo evidente: hablaba de reformas, que, por otra parte, casi nunca llegaban, para evitar palabras como recortes o ajustes; trataba de convertir en ayuda crediticia un rescate bancario con todas las de la ley; y rechazaba cualquier idea de imposición de medidas de obligado cumplimiento desde instancias externas a la política española. Hasta ayer. Rajoy cayó del caballo, empujado desde Europa, y pronunció la frase terrible: “No tenemos esa libertad”. No es verdad. La tenía. Su colega Monti la ejerció. Y se anticipó con unas medidas, acertadas o no, pero escogidas por su Gobierno conforme a criterios debidamente explicados y sin ampararse en fatalismos o catastrofismos.
Con su permanente elusión de responsabilidades, Mariano Rajoy ha conseguido que la gente se preguntara si había alguien al mando. La duda era fundada. El propio presidente dice que no tiene libertad para decidir. Es grave: un líder se distingue porque es capaz de hacer plenamente suyas las decisiones que toma, sin buscar subterfugios. Es la base de la credibilidad. Por eso resulta obsceno que el presidente utilice al Rey haciéndole presidir un Consejo de Ministros previo al que decidirá parte de los nuevos recortes. Rajoy quiere implicar al Monarca en responsabilidades que solo son de su Gobierno, para hacer creer a los españoles que “es lo que hay que hacer” y que “no se puede hacer otra cosa”. Para convertir su repentino giro en objetivo nacional compartido y así neutralizar cualquier discrepancia. Y camuflar de este modo que es una estrategia que de momento provocará más recesión y más paro.
Hay millones de ciudadanos que discrepan de ella. El Gobierno del PP es el único responsable de las decisiones que tome. Y de ellas tendrá que responder ante la ciudadanía. La pretensión de crear un clima de movilización nacional alrededor de unas medidas que el propio presidente negaba hace unos días, es otra vuelta de tuerca más en el juego de las manipulaciones y de los engaños. Es la cortina del miedo, tras la que se parapeta el presidente.
Ver en El País.
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