Escribir no es difícil, lo difícil es no escribir. L. Tolstói (1828-1910). Saber no es suficiente tenemos que aplicarlo. Querer no basta tenemos que hacerlo. Goethe (1749-1832). No conozco ningún otro signo de superioridad que la bondad. Beethoven (1770-1827). Ni lamentar ni detestar, sino comprender. Spinoza (1632-1677). La única soledad es la ignorancia. Shakespeare (1582-1616). Nada tan vil como ser altivo con el humilde. Séneca (4 a. C. - 65 d. C.).
El bloqueo del Poder Judicial y la manipulación de la realidad por determinados medios son dos problemas delicados, pero importantes para la ciudadanía.
Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad, dice un proverbio chino que citaba a menudo John F. Kennedy. Mejor que maldecir el estado de cosas o la degeneración de la democracia es encender una vela, mostrar cuáles son las cosas que tienen arreglo, no creer que todo puede ser solucionado a corto plazo y por la autoridad de un Gobierno y, eso sí, poner en marcha políticas concretas para solucionar problemas concretos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apelado directamente a los ciudadanos a participar de una “regeneración democrática”, pero en la práctica, afortunadamente, se ha limitado a encender una vela sobre dos problemas concretos que afectan a la calidad de la democracia en España y que requieren políticas concretas: el descrédito de la justicia y la manipulación extrema de la realidad que llevan a cabo determinados medios de comunicación o grupos de intereses a través de las redes sociales. Son dos problemas difíciles, con tratamiento muy delicado, porque rozan consensos institucionales, pero importantes porque afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos.
Es un dato comprobado que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lleva bloqueado cinco años por decisión del Partido Popular y que ese bloqueo está provocando serio daño al funcionamiento de los tribunales. Por ejemplo, ¿quién analizará qué ha pasado en un juzgado de Málaga para que se pusiera en libertad a uno de los dirigentes mafiosos más peligrosos de Europa, en contra del fiscal y en mitad de la tramitación de una orden de extradición?
No existe el menor indicio de que el PP pueda facilitar un acuerdo en el futuro inmediato. El presidente provisional del Consejo, Vicente Guilarte, ha anunciado que dimitirá, como su predecesor, en unos meses. Según Guilarte, el comisario europeo que, a petición del PP, intentó mediar, “alucinó”, palabra textual, en las reuniones celebradas.
Así que, ¿qué se hace? ¿Se deja todo como está hasta que el PP tenga mayoría suficiente como para cambiar, entonces sí, la ley a su gusto? La perspectiva y la impotencia parecen haber amargado la existencia al presidente del Gobierno, hasta el extremo de llevarle a pensar que procedía movilizar a la opinión pública con una comparecencia televisiva y una inusual apelación personal, aunque sin ofrecer, de momento, una solución. Existe la posibilidad de cambiar la ley orgánica que exige mayoría de 3/5 para elegir a los vocales que nombra el Congreso y establecer una nueva norma, con mayoría absoluta que, quizás, permitiría superar el veto del PP. Es una salida polémica, debería considerarse provisional y, desde luego, debería dar como resultado la elección de nuevos vocales con garantías de no corresponder a cuotas de partidos, sino de contrastada independencia y solvencia.
Manuela Carmena, que antes que nada es jueza, lleva meses proponiendo otra salida, quizás la más rápida y razonable: que se convoque sin más al pleno del Congreso que, de acuerdo con la Constitución, debe elegir a los vocales entre la lista proporcionada por las asociaciones profesionales de jueces, aunque no exista acuerdo previo entre los grupos parlamentarios. Lo que está bloqueado, explica, no es el CGPJ, sino el Congreso, que no ha sometido a votación dicha lista como era su obligación. Quizás esa vela iluminaría bien el problema. ¿Qué harían las asociaciones de jueces ante semejante desautorización de todos y cada uno de sus candidatos?
En cuanto a la manipulación de la realidad con que abruman algunos medios a los ciudadanos, de nuevo el problema no es tanto de los medios, sino de la justicia y de los partidos. Siempre han existido medios manipuladores, aunque ahora tengan una repercusión inconcebible debido a las redes sociales. Cuando cometen delitos de injurias o calumnias pueden y deben ser denunciados y condenados. Quizás sería oportuno aumentar el importe de las multas. Es muy probable que si un periodista difamador tuviera que pagar 150.000 euros de multa por cada condena, en lugar de los 14.000 que paga ahora como máximo, se lo pensase más.
El tercer problema para abordar, quizás irresoluble, es la estrategia de algunos partidos, muy especialmente del PP actual, de meter en el espacio público, en el Parlamento o en ruedas de prensa, “denuncias” falsas que proceden de esos medios. Es una estrategia repugnante, difícil de contrarrestar. Nadie puede multar a un diputado por proferir calumnias en la Cámara o por reproducir las que han sido publicadas en las redes, por muy falsas que sean. Es una pena no creer en el infierno, para pensar, por lo menos, que arderán en el averno.
Author,Son dos gigantes, muy admiradas, estrellas protagónicas por derecho propio, pero entre sí, se ignoran.
“Cada una de ellas parece escrita como si la otra no existiera”, señala el destacado físico teórico y autor Carlo Rovelli.
Las dos teorías que conformaron la gran revolución científica del siglo XX, la relatividad general de Albert Einstein y la mecánica cuántica, llevan a “dos maneras diferentes de describir el mundo, a primera vista incompatibles”.
“Lo que un profesor de relatividad general explica en clase carece de sentido para su colega que enseña mecánica cuántica en la clase de al lado, y viceversa”, indica en su libro “¿Y si el tiempo no existiera?”.
“Podría verse como una especie de maldición, las dos teorías más bonitas y más potentes que tenemos sobre el universo son inconsistentes entre sí”, le dice a BBC Mundo Alberto Casas, profesor e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
Pero, ¿qué las hace inconciliables y por qué es importante resolver esa contradicción entre la relatividad general y la mecánica cuántica?
“Ahora mismo esta es la pregunta más fundamental de la física teórica, sabemos que en algún momento se tienen que juntar”, indica la física teórica Irene Valenzuela.
Y es que como Rovelli plantea: “El mundo no puede depender de dos teorías incompatibles”.
Empecemos por la relatividad general
“La relatividad general, que explica con precisión la fuerza de la gravedad, transformó radicalmente nuestros conocimientos sobre el espacio y el tiempo”, escribió Rovelli.
Mientras que la mecánica cuántica, que describe el mundo microscópico, “transformó profundamente nuestros conocimientos sobre la materia”.
Ambas son teorías “soberbias, que han tenido un gran éxito”, asegura Casas.
“Son capaces de predecir con una precisión extraordinaria miles, incluso millones, de fenómenos y hasta ahora no se les ha encontrado ni un solo fallo”.
En su “carácter muy diferente” es donde reside su incompatibilidad.
Por una parte, la teoría de la relatividad general es una teoría clásica, eso significa que las cantidades, las magnitudes, que contempla tienen valores bien definidos.
Dos pelotas rojas sobre un tejido
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
A la luz de la relatividad general, los físicos nos invitan a imaginar una gran tela suspendida en el aire, en la que una pelota hace que se hunda: el espacio-tiempo se deforma por ella.
En ella, la gravedad es una propiedad geométrica del espacio-tiempo.
Recordemos, como explica Rovelli en su libro, que con la relatividad especial, Einstein estableció que el espacio y el tiempo “están estrechamente vinculados el uno con el otro y forman un todo indisociable, el espacio-tiempo, lo que significa que si el espacio es sensible a la presencia de las masas y modificado por ellas, el tiempo también lo es”.
De acuerdo con Casas, la idea fundamental de la relatividad general es que la materia y la energía determinan la geometría del espacio-tiempo, es decir, si tienes una gran masa, "eso curva el espacio-tiempo alrededor, cambia la geometría del espacio y del tiempo”.
“La fuerza de la gravedad es simplemente que los objetos cuando pasan cerca de una gran masa perciben un espacio-tiempo curvado y eso hace que sus trayectorias se curven”.
¿Y qué ocurre en la mecánica cuántica?
La mecánica cuántica estudia las partículas y los sistemas atómicos y subatómicos.
Si en la teoría de la relatividad general los valores están bien definidos, en la mecánica cuántica ocurre algo singular.
“Es una teoría muy extraña en la cual las cantidades físicas pueden no tener valores bien definidos”, explica Casas.
Un átomo
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
La mecánica cuántica estudia los sistemas atómicos y subatómicos.
Y es que las leyes probabilísticas rigen el mundo a escala microscópica.
Por ejemplo, una partícula puede estar en una superposición de estados: en un estado se encuentra en una posición y en otro estado, en una posición distinta, es decir, de alguna forma la partícula está en dos posiciones a la vez.
“Aunque parezca increíble, es así”, dice Casas.
Y aquí viene la incompatibilidad: “una partícula que está en dos posiciones a la vez, deforma el espacio-tiempo a su alrededor en dos posiciones distintas y al mismo tiempo”.
Es decir, conduce a una superposición de geometrías del espacio-tiempo.
“La geometría, entonces, ya no estaría bien definida, debido a que las propias partículas que la producen están en un estado indefinido, en un estado que no tiene una posición concreta”.
Y eso contradice la teoría de la relatividad, la cual está formulada de tal manera que el espacio-tiempo “es algo perfectamente definido, no está en superposiciones de estados”.
La inescapable gravedad
En el corazón de la inconsistencia entre ambas teorías está lo difícil que resulta unir la gravedad y la mecánica cuántica.
Mikael Rodríguez Chala, autor e investigador de física de partículas de la Universidad de Granada, nos recuerda que la base de la mecánica cuántica es el principio de incertidumbre.
Albert Einstein
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,Con la relatividad general, Einstein reformuló el concepto de la gravedad y estableció que en presencia de una masa, el espacio-tiempo se deforma.
Eso quiere decir que “cuánto más pequeño es el sistema físico que se quiere explorar, más energía se necesita para ello".
"En presencia de la gravedad, esto supone un problema, puesto que mucha energía en una región muy pequeña del espacio genera un agujero negro”, señala Rodríguez Chala a BBC Mundo.
“Esto parecería indicar que, a energías muy, muy altas, la gravedad, y por tanto los conceptos de espacio y tiempo (la gravedad según Einstein es la deformación del espacio-tiempo) son muy distintos de lo que creemos a día de hoy”.
Abordar la relatividad de manera clásica y las partículas de manera cuántica no es una opción, explica Casas, “porque las partículas pueden estar en superposiciones de estados y como las partículas determinan la geometría del espacio-tiempo, también nos van a dar superposiciones de geometrías”.
El problema sigue.
Y es que, como apunta Valenzuela, “la gravedad interacciona con todo, no hay manera de escaparse de ella”.
“Todo lo que tenga energía interacciona con la gravedad”, le dice a BBC Mundo.
La teoría cuántica de campos
Por décadas, los físicos han intentado conciliar la gravedad con la mecánica cuántica.
Dos partículas entrelazadas
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
La mecánica cuántica no le asigna valores definidos a los fenómenos, sino que hace predicciones probabilísticas.
En los años 50, se logró combinar la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad especial, a través de lo que se conoce como la teoría cuántica de campos.
En ese marco teórico se describen las fuerzas de la naturaleza responsables de los fenómenos que ocurren en el universo: la electromagnética, la nuclear fuerte, la nuclear débil. Pero hay una gran excepción: la gravedad.
Y es que ahí es dónde surge el problema: cuando se intenta unificar la gravedad con la mecánica cuántica.
“Absurdo”
El profesor Casas explica que “si se trata la teoría de la relatividad general como una teoría cuántica de campos, así, de una manera ingenua, daría resultados infinitos. Por ejemplo, calculas una probabilidad y sale un resultado infinito, lo cual es absurdo”.
“Son teorías que son inconsistentes matemáticamente”.
Ilustración que muestra cómo la gravedad de la Tierra curva el espacio a su alrededor
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
Ilustración que muestra la gravedad como una curvatura del espacio-tiempo.
No olvidemos que la mecánica cuántica lo que hace es calcular probabilidades de fenómenos.
Por ejemplo, señala Rodríguez, la mecánica cuántica nos dice que cuando colisionan dos partículas pueden pasar “un montón de cosas distintas y cada una de ellas ocurre con probabilidades distintas, es un proceso eminentemente aleatorio”.
Según Casas, hacer una teoría cuántica de la gravedad implicaría que, así como las partículas pueden estar en superposiciones de estados, a la geometría del espacio-tiempo también se le permitiría estar en superposiciones de estados, tener valores no definidos.
Pero el experto nos vuelve a recordar que en la relatividad general las magnitudes físicas tienen valores muy bien determinados.
“La teoría de la relatividad de Einstein es muy rígida. Dice: ‘tienes esta materia, esta curvatura, este espacio-tiempo’. Pero la mecánica cuántica dice: ‘no, la materia podría estar en una superposición de estados’”.
En la relatividad general, si tienes una masa como la Tierra, la Tierra curva el espacio-tiempo a su alrededor y lo curva de una manera muy definida, muy concreta.
En cambio -continúa el académico- en una teoría cuántica, el estado de la Tierra puede estar en una superposición de posiciones, de energías, o de otras magnitudes físicas y eso hace que la propia geometría del espacio-tiempo no tenga un valor bien definido.
Einstein no lo intentó
Pero qué pasa si intentamos cuantizar la gravedad, es decir, hacerla consistente con la mecánica cuántica.
Surge un problema: el propio espacio-tiempo es una cantidad dinámica que también hay que cuantizar, “no nos sirve como marco estable para hacer cálculos porque cuando queremos calcular una colisión de partículas, esas partículas modifican el espacio-tiempo”, dice Casas.
Ilustración de un agujero negro en un fondo amarillo
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
Conciliar la relatividad general con la mecánica cuántica puede ayudarnos a entender varios aspectos del universo, como lo que ocurre dentro de los agujeros negros.
“Es como si quisiéramos construir un edificio sobre arenas movedizas”: apenas comenzamos, todo se empieza a mover, es decir, se producen inconsistencias lógicas que hacen extremadamente difícil continuar.
“Por eso se cree que para cuantizar la gravedad hay que dar un salto conceptual, reinterpretar de alguna manera el espacio-tiempo para poder crear una teoría consistente”.
De hecho, Einstein no intentó cuantizar la gravedad.
“Einstein quería hacer una teoría que unificara la gravedad con las otras fuerzas, la llamaba teoría del campo unificado, pero la enfocaba desde un punto de vista clásico”.
“Y no tuvo éxito, fue una de las pocas batallas científicas que no ganó”.
En el horizonte
En el horizonte de los físicos hay una posibilidad: que algún día se llegue a una sola teoría que explique todos los fenómenos de la naturaleza, un modelo que unifique las interacciones físicas fundamentales. Ese ideal tiene un nombre: la teoría del todo.
Existen varias teorías o familias de teorías que buscan conciliar la relatividad general y la mecánica cuántica.
Rovelli, por ejemplo, fue uno de los fundadores de la teoría de la gravedad cuántica de bucles o teoría de los bucles, la cual plantea una estructura fina y granular del espacio. Es como una red de bucles cuantizados de campos gravitacionales.
Múltiples hilos
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto
La teoría de cuerdas plantea que las partículas subatómicas no son fenómenos puntuales, sino que son pequeñas cuerdas que experimentan estados de vibración.
También se cuenta con la teoría de cuerdas, que parte del supuesto de que las partículas subatómicas son pequeñas cuerdecillas que pueden estirarse y tener estados de vibración distintos, lo cual les permite tener propiedades diferentes.
Para muchos expertos, se trata de una candidata fuerte para llegar a la tan anhelada reconciliación.
“Su gran problema es que no ha conseguido dar una predicción que sea medible con los aparatos que tenemos”, indica Casas en referencia a los aceleradores de partículas inmensos, “inimaginables”, que se necesitarían.
Valenzuela, quien trabaja en el CERN, es una de las investigadoras de esa teoría.
“50 años para entender la gravedad es nada”, dice con una sonrisa, y nos pone como ejemplo el bosón de Higgs, que siendo un fenómeno más sencillo comparado con la gravedad cuántica, fue descubierto con el Gran Colisionador de Hadrones 50 años después de que se predijera.
“No tenemos experimentos directos que detecten el efecto de la gravedad cuántica, pues necesitamos mejorar la tecnología por muchísimos más órdenes de magnitud de lo que hizo falta con el Higgs”, indica la física.
Pero al no tener experimentos directos que ofrezcan información, Valenzuela y sus colegas buscan predicciones indirectas: “hay que hacerlo de manera teórica, buscar que sean consistentes matemáticamente y ver qué implicaciones pueden tener”.
“Ejemplo supremo”
Aunque para Casas la inconsistencia entre la relatividad general y la física cuántica pudiese verse “como una especie de maldición”, en realidad es "una gran motivación".
“Y una ventaja porque esa inconsistencia nos dice que hay muchas cosas que todavía no entendemos y, a la vez, nos da pistas sobre cómo resolverlas. Eso ha pasado muchas veces en la historia”.
“Posiblemente, cuando se unifique la gravedad con la mecánica cuántica sea el ejemplo supremo de eso”.
Mientras tanto, lograr esa conciliación seguirá siendo el problema central de la física teórica.
“Si quieres seguir entendiendo cómo funciona el universo, qué pasa dentro de los agujeros negros, descubrir qué sucedió al inicio del universo, necesitas la gravedad cuántica”, señala Valenzuela.
Para todas las interrogantes fundamentales de la física, hay que unir en el mismo escenario a estas dos estrellas resplandecientes, aunque a primera vista no quieran.
En cualquier sistema democrático, la admisión a trámite por un juzgado de una denuncia por presuntos hechos delictivos atribuidos a la esposa del Presidente del Gobierno de la nación suscita una conmoción política que no solamente impacta sobre el ámbito nacional sino que provoca la atención y una cierta perplejidad e interés en las esferas internacionales. Una decisión de esta trascendencia debe estar sólidamente fundada en los hechos y en el Derecho.
Estamos asistiendo en estos últimos tiempos a la proliferación de actuaciones judiciales que parecen motivadas por un indeseable activismo judicial, más que por el respeto al principio de legalidad. Los pronunciamientos contrarios a la ley de amnistía por asociaciones de jueces y fiscales que extienden sus críticas al Poder Legislativo y Ejecutivo y a la persona de su presidente provoca en la ciudadanía un sentimiento de desconfianza en la neutralidad, imparcialidad y en el necesario alejamiento de los jueces de las contiendas políticas.
Ante la insólita decisión de un juez admitiendo a trámite un panfleto jurídico redactado por un profesional de las denuncias infundadas, conviene recordar que las normas de Naciones Unidas sobre los principios básicos de la conducta judicial (Reglas de Bangalore) establecen que las decisiones sin fundamento de los miembros del sistema judicial socavan el principio de legalidad y afectan a la confianza pública en el sistema judicial. Los jueces, sigue diciendo, son responsables de su conducta frente a las instituciones correspondientes establecidas para mantener los estándares judiciales. Dichas instituciones son independientes e imparciales y tienen como objetivo complementar y no derogar las normas legales y de conducta existentes que vinculan a los jueces.
Cualquier estudiante de nuestras numerosas Facultades de Derecho sabe que nuestro sistema procesal tiene una peculiaridad que no existe en otros países como la institución de la acción popular. Está refrendada por la Constitución, por lo que nada hay que objetar sobre su legalidad, pero creo que ha llegado el momento de reflexionar sobre sus luces y sus sombras. En todo caso, la utilización de las posibilidades legales para activar una decisión judicial de investigar a una persona tiene que ajustarse estrictamente a las previsiones legales. El juez que toma esta decisión debe ser consciente de la responsabilidad que asume.
Las actividades profesionales que se imputan a la esposa del presidente del Gobierno eran conocidas y han sido difundidas a través de diversos medios de comunicación desde hace bastante tiempo. Su valoración política pertenece al grado de profesionalidad y sentido de la ética periodística de cada uno de los opinantes. Ante la proliferación de informaciones, ningún juez había tomado la decisión de proceder de oficio como le permite nuestra ley procesal cuando existe materia delictiva.
Estamos asistiendo en estos últimos tiempos a la proliferación de actuaciones judiciales que parecen motivadas por un indeseable activismo judicial, más que por el respeto al principio de legalidad
Hoy, el juez que recibe denuncias de personas físicas o jurídicas que no han sido ofendidas o perjudicadas directamente por un delito público solo puede tomarlas en consideración si se ejercitan en forma de acción popular por medio de querella. La simple denuncia de hechos públicos y conocidos en este caso por toda la opinión pública sin que se haya producido reacción judicial alguna no tiene cabida en nuestro sistema legal. Una vez que recibe el escrito de querella tiene la obligación de rechazarla si la estima totalmente infundada o los hechos que se incriminan no son constitutivos de delito.
En este caso, los sicofantes (así se denominaba en la Grecia antigua a los profesionales de la presentación de querellas infundadas), han utilizado la vía fraudulenta el artículo 262 de la Ley de Enjuiciamiento criminal que impone la obligación de denunciar a los que por razón de sus cargos, profesiones u oficios tuvieren noticia de algún delito público. No hace falta profundizar excesivamente en los razonamientos para entender que el legislador se refiere a delitos cometidos en el seno de entidades, públicas o privadas, que son conocidos por las personas que en ellas desempeñan sus funciones. Esta clamorosa falta de legitimación ha sido soslayada por el juez de instrucción demostrando, por lo menos, una ignorancia inexcusable de los principios básicos de nuestro sistema procesal. En consecuencia, el Auto de incoación de diligencias de investigación está viciado por una nulidad radical. Por si esto no fuera suficiente, nunca se debe admitir una querella o denuncia apoyada exclusivamente en recortes de periódicos u otros medios de información.
Es difícil encontrar más despropósitos en una resolución judicial sobre todo si a lo ya expuesto añadimos una inaudita y sorprendente declaración del secreto de las actuaciones que según el artículo 302 sólo podrá acordarse cuando se trate de evitar un riesgo grave para la vida, libertad o integridad física de otras personas o sea necesaria para prevenir una situación que pueda comprometer de forma grave el resultado de la investigación, debiendo alzarse tan pronto como desaparezca la justificación, en este caso inexistente.
No hace falta pasar por una Facultad de Derecho para llegar a la conclusión de la absoluta innecesaridad de la medida, cuando los propios promotores de esta anomalía judicial reconocen que las pruebas de la existencia de los imaginarios delitos se basan en pretendidos documentos y algunos hechos notorios que nadie discute. Es urgente recomponer el orden jurídico quebrantado por una decisión judicial carente de justificación y que trasmite a la opinión pública la sensación de que se está actuando por motivos ajenos a los principios de legalidad e imparcialidad que legitiman las actuaciones de las personas que desempeñan funciones judiciales. Un juez, además, debe extremar su rigor jurídico cuando es consciente de que su decisión puede influir, como así ha sido, sobre la estabilidad democrática y política de nuestra sociedad.
_______________________________
José Antonio Martín Pallin. Abogado. Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas (Ginebra). Ha sido Fiscal y Magistrado del Tribunal Supremo.
Hubiera sido terrible la dimisión de un presidente del Gobierno por la acción combinada de Manos Limpias y de un fraude procesal por parte de un juez de instrucción.
Thomas B. Edsall es un extraño columnista que publica semanalmente no una columna, sino una suerte de ensayo, mucho más extenso de lo que suele ser un artículo de un diario, y en el que hace uso de una bibliografía muy seleccionada, pero de enorme calidad, completada con respuestas vía email de profesores universitarios o de profesores de máximo prestigio a preguntas relativas al tema que está abordando.
En su última contribución este pasado 24 de abril, se pregunta “por qué perder el poder político se siente ahora como si se estuviera perdiendo el país”. Este es el resultado, indica, al que está llegando la “literatura de la polarización” que ha aumentado de manera considerable desde antes de que Donald Trump llegara a la presidencia en 2016, pero mucho más todavía desde que perdiera en las elecciones de 2020. Cuando la alternancia en el poder se vive no como pérdida del Gobierno, sino como pérdida del país, la tentación de no aceptar el resultado electoral se convierte en irresistible. La norma pasa a ser la no aceptación de la legitimidad del triunfo del contrincante.
Es la tentación en la que cayó no solamente Donald Trump, sino la mayor parte del Partido Republicano, que está gravitando sobre las elecciones que van a tener lugar en noviembre de 2024 con la ayuda inestimable del Tribunal Supremo, en el que figuran tres magistrados designados por el propio Donald Trump, de los cuales al menos dos lo fueron de manera tramposa. La retención de la investigación judicial sobre el intento de asalto al poder en 2020, a fin de que no se dicte sentencia antes de las elecciones de este año, es una prolongación de esa negación de la legitimidad del adversario, convertido de esta manera en “enemigo”. Supone la reviviscencia de la literatura jurídica del Tercer Reich.
Lo que se describe en el ensayo respecto de la competición electoral en los Estados Unidos es directamente trasladable a lo que viene ocurriendo en España desde que Pedro Sánchez alcanzó la presidencia del Gobierno. El PP no ha aceptado la legitimidad del Gobierno socialista en solitario tras el éxito de la moción de censura en 2018, ni la de los Gobiernos de coalición a partir de las diversas elecciones generales desde 2019.
España es el mejor ejemplo de que la derecha entiende que cuando pierde las elecciones no está perdiendo el Gobierno, sino que está perdiendo el país, que considera de su propiedad exclusivamente. Por eso, en 2014, se intentó anticipar a la posibilidad de que Pedro Sánchez pudiera llegar a ser presidente del Gobierno, poniendo en marcha una investigación a través de la 'policía patriótica' sobre la familia de su mujer, que, como se puede oír en los audios publicadas por elDiario.es de la conversación del Comisario Villarejo con el Secretario de Estado del Ministerio de Interior del Gobierno de Mariano Rajoy, sería letal para las aspiraciones del candidato socialista.
La estrategia “preventiva” no surtió efecto. No se pudo impedir que Pedro Sánchez acabara siendo presidente del Gobierno. De ahí la necesidad de poner en marcha la estrategia de acabar con la mujer del presidente mediante Manos Limpias y un juez de instrucción, que han dado carta de naturaleza a una de las infamias más burdas que pueden imaginarse.
La estrategia ha estado a punto de tener éxito. Pedro Sánchez, afectado por la pregunta de Gabriel Rufián en el Pleno del Congreso de los Diputados, a la que, haciendo de tripas corazón, respondió de la única manera en que puede hacerlo, se rompió al tener que hacerlo. De ahí su marcha precipitada del Congreso de los Diputados y la redacción de su puño y letra de la carta que se haría pública a las siete de la tarde.
Por suerte, la carta no fue la que le pedía el cuerpo en ese momento, sino que tuvo la lucidez de darse un tiempo de reflexión. Hubiera sido terrible la dimisión de un presidente del Gobierno por la acción combinada de Manos Limpias y de un fraude procesal por parte de un juez de instrucción. 'Un golpe apoyado en un auto procesal', es el título del artículo de José Antonio Martín Pallín en Infolibre.
No se nos puede olvidar que fue Alberto Núñez Feijóo el que tiró la primera piedra y que la denuncia de Manos Limpias vino después. Ha sido un burdo ensayo del golpe que a punto ha estado de acabar siendo un éxito.
Para algunas personas, los cambios en el estilo de vida pueden ser tan eficaces como la medicación, dicen los expertos.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), casi la mitad de los adultos estadounidenses padecen hipertensión, pero solo una cuarta parte de los hipertensos la tienen bajo control.
La hipertensión “es una crisis de salud pública latente”, dijo Rishi K. Wadhera, profesor asociado de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard y autor de un nuevo estudio que demuestra que los chequeos de la presión arterial no han vuelto a ser lo que eran antes de la pandemia de coronavirus.
La hipertensión puede aumentar el riesgo de infarto de miocardio, ictus, complicaciones en el embarazo y otros problemas de salud, pero los síntomas son “a menudo silenciosos”, dijo Wadhera.
“Me preocupa que pase desapercibida para muchos pacientes”, añadió.
Esto es lo que hay que saber sobre el tema y cómo controlar la presión arterial.
¿Qué es la presión arterial? ¿Y cuál es un nivel normal?
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales del corazón, explicó Jim Liu, cardiólogo del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio. La presión arterial siempre se mide con dos cifras: la cifra superior, conocida como presión sistólica, mide esa fuerza cuando el corazón se contrae. La cifra inferior, conocida como presión diastólica, mide la fuerza cuando el músculo cardiaco se relaja. Se mide en unidades conocidas como milímetros de mercurio, o mm Hg.
Puedes tomarte la presión en una consulta médica o en una farmacia, o puedes hacerlo tú mismo con un tensiómetro doméstico. La Asociación Estadounidense del Corazón y el Colegio Estadounidense de Cardiología definen la presión arterial normal como inferior a 120/80 mm Hg. Los CDC definen la presión arterial alta como igual o superior a 130/80 mm Hg.
Una presión arterial muy alta puede provocar síntomas como fuertes dolores de cabeza, dolor torácico y mareos. Para muchas personas, sin embargo, la presión arterial aumenta muy gradualmente como para notar estos problemas, dijo Liu.
¿Por qué es perjudicial la hipertensión?
La hipertensión obliga al corazón a trabajar más para bombear sangre. Con el tiempo, el corazón, sobrecargado, puede empezar a flaquear lentamente y a esforzarse por bombear sangre al resto del organismo, una afección denominada insuficiencia cardiaca.
La fuerza y la fricción de la hipertensión también pueden dañar el delicado revestimiento de las arterias, explicó Liu. Los desgarros de la pared arterial permiten que el colesterol LDL —también conocido como colesterol “malo”— se adhiera y forme grumos, o placas, en esos huecos. Esto puede bloquear el flujo sanguíneo y, en algunos pacientes, provocar un infarto de miocardio.
La obstrucción de las arterias que llevan sangre al cerebro puede provocar un ictus. Los daños a largo plazo en los vasos sanguíneos del cerebro también pueden provocar una enfermedad denominada demencia vascular, según Liu.
¿Qué provoca la hipertensión?
Todas las arterias se endurecen con el tiempo, lo que hace que la presión arterial aumente de forma constante con la edad. Se calcula que, a los 75 años, el 80 por ciento de los hombres y el 86 por ciento de las mujeres estadounidenses tienen hipertensión.
Se han relacionado múltiples factores de riesgo con la hipertensión, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y el estrés crónico. La falta de ejercicio y las dietas ricas en sodio y alimentos procesados también se han asociado a un mayor riesgo de hipertensión.
¿Cómo se puede reducir la presión arterial?
Para algunas personas, los cambios en el estilo de vida pueden ser tan eficaces como la medicación, dijo Martha Gulati, directora de cardiología preventiva del Smidt Heart Institute del Cedars-Sinai de Los Ángeles. Recomienda hacer al menos 30 minutos de ejercicio moderado al día y dormir entre siete y nueve horas por la noche, dos hábitos asociados a una presión arterial más baja. Mantener o alcanzar un peso corporal saludable también puede reducir la presión arterial, afirmó Gulati.
Es importante evitar los productos que contienen nicotina. El consumo de nicotina eleva la presión arterial, estrecha los vasos sanguíneos y puede contribuir al endurecimiento de las arterias, según la Asociación Estadounidense del Corazón.
Algunas investigaciones sugieren que seguir una dieta baja en sodio podría reducir la presión arterial entre dos y ocho mmHg en algunos pacientes, y que adoptar la dieta DASH —que enfatiza el consumo de frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa— podría reducir la presión arterial entre ocho y 14 puntos. Abstenerse de beber alcohol o limitar su consumo a no más de una copa al día para las mujeres y dos copas para los hombres podría reducir la presión arterial entre dos y cuatro puntos.
Las personas que no pueden reducir su presión arterial a niveles normales mediante cambios en su estilo de vida necesitarán medicación, según Gulati. Los diuréticos ayudan a eliminar el sodio y el agua del organismo, reduciendo así la presión arterial. Los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA) relajan los vasos sanguíneos, aunque actúan de distinta manera. Los antagonistas del calcio ayudan a relajar las células musculares de los vasos sanguíneos y algunos ralentizan el ritmo cardíaco. Las personas que no consiguen reducir la presión arterial con estos fármacos pueden necesitar medicamentos adicionales. Los médicos tienen en cuenta la edad, el estado de salud y los factores de riesgo del paciente antes de decidir qué medicación recetarle.
“La presión arterial es el factor de riesgo más modificable de cardiopatía y accidente cerebrovascular”, dijo Gulati. “Con cambios en el estilo de vida y medicamentos, nuestros pacientes pueden controlarla, así como a la salud de su corazón”.
Dos arqueólogos intervienen en la fosa CE017 del Barranco de Viznar, en Granada.
Tras analizar las iniciativas de los gobiernos bipartitos de PP y Vox para derogar las leyes regionales de memoria y sustituirlas por otras llamadas “de concordia”, Naciones Unidas insta a España a que adopte “todas las medidas necesarias para garantizar el estricto respeto de los estándares internacionales de los derechos humanos en materia de preservación de la memoria histórica de las graves violaciones de los derechos humanos”. De momento, el Gobierno ya ha avanzado que llevará la ofensiva de la derecha y la extrema derecha contra las leyes de memoria al Constitucional y ha pedido amparo, además de a Naciones Unidas, al Parlamento Europeo y el Consejo de Europa.
El informe de la ONU está firmado por Fabian Salvioli, relator especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición; Aua Baldé, relatora del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas, y Morris Tidball-Binz, relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias. Tras analizar los proyectos impulsados por PP y Vox en Castilla León, Aragón y la Comunidad Valenciana, los tres expertos de Naciones Unidas aseguran que “las llamadas leyes de concordia podrían transgredir la obligación del Estado español de garantizar la preservación de la memoria histórica de graves violaciones de derechos humanos”, ya que, señalan, “ordenan la supresión de múltiples entidades, proyectos, sitios web y actividades de memoria histórica sobre las graves violaciones de derechos humanos previstas o creadas en cumplimiento de la legislación estatal y autonómica vigente en la materia”. Para la ONU, esas iniciativas del PP y Vox allá donde gobiernan juntos, “pueden acarrear límites al acceso a la verdad sobre el destino o paradero de las víctimas” de la Guerra Civil y la dictadura franquista; “obstaculizan o suprimen la subvención de proyectos” en la materia y “pueden invisibilizar”, advierten, “las graves violaciones de derechos humanos cometidas durante el régimen dictatorial franquista”.
Naciones Unidas destaca que las iniciativas de PP y Vox para derogar las leyes regionales de memoria sustituyéndolas por otras llamadas de concordia, “evitan, y/o omiten nombrar o condenar el régimen franquista” y subraya que contribuyen a alentar teorías “revisionistas o negacionistas” sobre la Guerra Civil y la dictadura. También se refieren, específicamente, al proyecto de ley de Concordia de la Comunidad Valenciana, y cómo, al aludir a “las víctimas de la II República [cuyo gobierno fue elegido democráticamente] y al “terrorismo etarra e islámico”, se “desvirtúa” el objetivo de las leyes de memoria de “atender las necesidades y derechos de las centenas de miles de víctimas del franquismo y la Guerra Civil”, esto es, las que no habían sido reparadas. La ley de concordia de la Comunidad Valenciana afirma en su exposición de motivos: “Vamos a aprovechar para reconocer a todas las víctimas de la violencia política y social que ha vivido nuestro país, también las del terrorismo”. Ya existe una norma que ampara a este colectivo, por lo que el texto, de siete páginas, aclara que la nueva normativa “no elimina ni uno solo de los derechos que ya están reconocidos por la ley 1/2004 de 24 de mayo de ayuda a las víctimas del terrorismo, que sigue vigente”.
El informe recuerda las obligaciones internacionales en la materia adquiridas por España al ratificar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1977) y la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas (2009), entre otros tratados internacionales, e insiste: “Todos los poderes del Estado español, ya sea ejecutivo, legislativo o judicial, y todas las entidades de Gobierno, cualquiera sea su nivel -nacional, regional o local-, deben cumplir con la obligación de proteger los derechos humanos y garantizar la preservación histórica de la memoria de graves violaciones de derechos humanos”. Además, los relatores de la ONU advierten de que “el incumplimiento de estas obligaciones por parte de tales entidades u autoridades está en condiciones de comprometer la responsabilidad del Estado español”.
Naciones Unidas conoce bien el caso de España. En 2014, el entonces relator especial de la ONU para la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff, visitó el país para comprobar qué grado de todas las cosas que componen el largo nombre de su cargo tenían las víctimas del franquismo. Al volver, redactó un demoledor informe sobre las deficiencias de la ley de memoria vigente, la de 2007.
El Gobierno lo llamó para elaborar la Ley de Memoria Democrática de 2022, que incorporó sus recomendaciones, fundamentalmente, la asunción, por parte de la Administración (Gobierno central, regional y local) de las tareas de localización, exhumación e identificación de víctimas. Durante el debate de la norma en el Congreso, ante la férrea oposición de PP y Vox.
De Greiff ya recordó que las políticas de memoria no son un capricho de un partido político, sino “obligaciones del derecho internacional”, vigentes en los países que, como España, tuvieron un pasado traumático y acumulan deudas con los represaliados y sus familias.
El informe de Naciones Unidas sobre las iniciativas de PP y Vox contra las leyes de memoria regionales y estatales recuerda “la obligación del Estado español en su conjunto” de “garantizar la preservación de la memoria colectiva relativa a las violaciones manifiestas de los derechos humanos, tales como las cometidas en periodo dedictadura franquista y Guerra Civil”, porque a eso obligan, recuerdan, “los estándares internacionales” y porque de esa tarea depende “el desarrollo de una cultura de democracia y respeto de los derechos humanos” que permita “reflexionar sobre el presente e identificar los problemas contemporáneos relacionados con exclusión, discriminación, marginación y abusos de poder”.
Millones de españoles habrán leído la carta difundida por Pedro Sánchez el 24 de abril. Muchos de ellos seguramente pensaron que su texto lo había revisado algún asesor lingüístico y que, por tanto, puede constituir un modelo de escritura. Sin embargo, un análisis de la puntuación y del estilo invita a sospechar que realmente el dirigente socialista actuó en la más completa soledad.
Comentaremos esos aspectos en la idea de que tal vez se pasen por aquí algunos estudiantes que de repente hubieran interpretado el mensaje del jefe del Gobierno como una desautorización práctica de lo que les había explicado días antes su profesor de Lengua. Para tranquilizarlos.
Pleonasmo. El escrito comienza con una redundancia de significado: “No suele ser habitual que me dirija a usted a través de una carta”. El verbo “suele” ya indica una habitualidad, y el adjetivo “habitual” señala que algo suele ocurrir. Por tanto, bastaba con elegir una de las dos opciones. Habrían mostrado más cuidado alternativas como “No suele ocurrir que me dirija a usted”, “No suelo dirigirme a usted” o “No es habitual que me dirija”.
Incoherencia sintáctica. La hallamos en esta frase: “Fueron conscientes de que con el ataque político no sería suficiente y ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y el ataque a su vida personal”. El verbo “han traspasado” lleva su acción al complemento directo, aquí con dos elementos unidos por la conjunción y; pero el segundo de ellos carece de sentido como tal: “la línea del respeto a la vida familiar de un presidente” y “el ataque a su vida personal”. Por tanto, se han traspasado dos cosas: la línea del respeto y el ataque personal. Sin embargo, el ataque no ha sido traspasado, sino en todo caso perpetrado. Habría facilitado la comprensión esta alternativa, entre otras posibles: “Han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y la del ataque a su vida personal”.
Comas excesivas. Abundan en el texto las comas innecesarias (y falta alguna conveniente). Me detendré en tres casos. 1. “(...) Han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano, Umberto Eco, llamó ‘la máquina del fango”. El famoso semiólogo y novelista no es el único gran escritor italiano, luego sobran las comas que forman la aposición equivalente. 2. “La gravedad de los ataques que estamos recibiendo mi esposa y yo, y la necesidad de dar una respuesta sosegada, me hacen pensar que esta es la mejor vía para expresar mi opinión”. El presidente también podía haber suprimido esos dos signos que crean una falsa aposición y separan el sujeto del verbo. 3. “Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes”. Esta coma no hace ninguna falta y complica la lectura.
Asunto personal. Comento también una construcción coloquial que me parece impropia de un texto esmerado: “Los ataques que sufro no son a mi persona”. Se me hace extraño ahí que el verbo “ser” carezca de atributo y figure en su lugar una suerte de complemento directo (imposible en las oraciones copulativas) o de complemento preposicional (de “ataques”). Yo habría escrito “los ataques no van contra mí” o “no son dirigidos a mi persona”.
Llámenme tiquismiquis, pero aun así quizá convengan conmigo en que a presidente del Gobierno de España no se llega por el camino de la gramática.
Lo que dice tu amigo te parece una locura, pero acéptalo, no tienes manera de demostrarle que no hay una tetera flotando en el espacio.
Él tampoco tiene pruebas, pero está convencido de que sí existe.
Entonces, ¿a quién de los dos le corresponde presentar las pruebas sobre si la tetera existe o no?
manos
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY
Pie de foto,
El ejemplo de la tetera nos puede llevar a debates apasionados.
Esa discusión aparentemente tonta, en realidad es la base de varios de los más acalorados debates entre ateos y creyentes.
A esta analogía se le conoce como la "tetera de Russell", porque la expuso por primera vez el filósofo y matemático británico Bertrand Russell en 1952 en un artículo titulado "Is there God?" ("¿Existe Dios?").
El biólogo evolutivo Richard Dawkins, por ejemplo, una de las figuras más reconocidas del ateísmo contemporáneo, se ha referido a la tetera en varias de las entrevistas y debates en los que participa alrededor del mundo.
Pero, ¿qué buscaba Russell con su ejemplo de la tetera y qué papel juega en las discusiones sobre la existencia de Dios?
La tetera sagrada
En su analogía, Russell reconoce que la idea de la tetera espacial es absurda, pero a continuación imagina un escenario con el que llega al punto que le interesa.
"Si en libros antiguos se afirmara la existencia de la tetera, se enseñara como la verdad sagrada cada domingo y se inculcara en las mentes de los niños en las escuelas, dudar de su existencia sería visto como una excentricidad y el escéptico merecería la atención de un psiquiatra…o un inquisidor…", escribió Russell.
RUSSELL
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY
Pie de foto,Russell ganó el Nobel de Literatura en 1950. Russell, que era ateo, quería mostrar que el hecho de que mucha gente crea en Dios, no significa, según él, que en realidad exista.
O, dicho de otra manera, que aunque sea imposible demostrar que algo no existe, eso no se puede tomar como una prueba de que sí existe.
Siguiendo la analogía de Russell, los ateos rematan su argumento afirmando que quien tiene que presentar las pruebas es quien afirma que Dios existe.
Como hasta ahora, según ellos, no hay evidencia de la existencia de Dios, entonces no ven razón para creer en él.
"Las afirmaciones que no pueden ser probadas, las aseveraciones inmunes a la refutación, son verídicamente inútiles, sin importar el valor que puedan tener para inspirarnos…", escribió el famoso cosmólogo Carl Sagan en su libro "El mundo y sus demonios", en el que, siguiendo el ejemplo de Russell, jugaba con la idea de que en su garaje había un dragón invisible.
mujer
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY
Pie de foto,
La teoría de Russell da lugar a acalorados debates.
La carga de la prueba
Los creyentes, por el contrario, no sienten que el argumento de la tetera los obligue a buscar más pruebas de la existencia de Dios.
"La tetera de Russell sí es una pura fantasía", dijo el sacerdote, teólogo y doctor en filosofía Gerardo Remolina, exrector de la Universidad Javeriana en Colombia, durante un debate con Richard Dawkins, en 2017.
"La comparación de la realidad de Dios es completamente distinta, de Dios estamos viendo la naturaleza, nuestra vida", manifestó Remolina.
debate
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY
Pie de foto,
Pie de foto,¿De qué lado del debate estás?
Otros, como el filósofo Alvin Plantinga, profesor en la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos, sostienen que el argumento de la tetera no funciona porque parte de una premisa errada.
Russell plantea que no hay manera de probar que la tetera no existe, pero según Plantinga, "tenemos mucha evidencia en contra del teterismo", es decir, pruebas que indican que la tetera no está en el espacio, según afirmó en una entrevista con el diario The New York Times en 2014.
Si alguien hubiera logrado poner una tetera en el espacio, apunta el catedrático, hubiera sido una noticia de la que todos nos hubiéramos enterado.
Por tanto, en su opinión, eso también se puede aplicar a la existencia de Dios: si Russell cree que Dios no existe, debería tener pruebas que lo avalen.
En palabras de Plantinga: "Si, como plantea Russell, el teísmo es como el teterismo, el ateo para justificarse tendría que tener una poderosa evidencia contra el teísmo".
En resumen, según el profesor, es el ateo quien tiene que demostrar que Dios no existe.
"No se escribe para ser escritor, ni se lee para ser lector. Se escribe y se lee para comprender el mundo. Nadie, pues, debería salir a la vida sin haber adquirido esas habilidades básicas". J. J. Millás.
"Nada curo llorando y nada empeoraré si gozo de la alegría" (Arquílaco).
Tome color. El año pasado, los investigadores alemanes hallaron que sólo echando un vistazo a los tonos de verde pueden impulsar la creatividad y la motivación. No es difícil adivinar por qué: asociamos colores verdes con vegetación, alimentos - tonos que prometen alimento. Esto podría explicar en parte por qué las vistas de paisajes desde la ventana, en programas de investigación, puede acelerar la recuperación del paciente en los hospitales, ayuda al aprendizaje en las aulas y estimula la productividad en el lugar de trabajo.
Esta lluvia amiga... A la tierra la volvió jardín, dicen que el campo se cubrió de verde, el color más bello, el color de la esperanza. Y la isla de mi corazón en pocos días es tempestad que ya viró a bonanza. (De la canción Regreso, de Cesarea Evora).
Joan Manuel Serrat. Aquellas pequeñas cosas,...Uno se cree/que las mató /el tiempo y la ausencia. /Pero su tren/ vendió boleto/ de ida y vuelta./ Son aquellas pequeñas cosas,/que nos dejó un tiempo de rosas/en un rincón,/en un papel/ o en un cajón./Como un ladrón/te acechan detrás/de la puerta./Te tienen tan/a su merced/como hojas muertas/que el viento arrastra/ allá o aquí,/que te sonríen tristes y...
Violeta Parra.
Gracias a la vida (Thanks to the life)
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco, ...
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro al fruto del cerebro humano
Cuando miro al bueno tan lejos del malo
cuando miro al fondo de tus ojos claros.
...
Volver a los 17.
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo ...
"Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica". Albert Einstein (1879-1955)
Libros
50 Cosas que hay que saber sobre Física, 2009. Joanne Baker
50 Cosas que hay que saber sobre Matemáticas, 2009. Tony Crilly
50 cosas que hay que saber sobre psicología, 2008 Adrian Furnham
A Física en Banda Desenhada. 2005. Larry Gonick e Art Huffman
Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler. Philip Ball. 2014
Ángel González
Antología, Federico García Lorca
As Pequenas Memórias, José Saramago
Belén Gopegui, El lado frío de la almohada
Blas de Otero
Campos de Castilla, Antonio Machado
Canto General, Pablo Neruda
Cantos Iberos, Gabriel Celaya
Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
De Arquímedes a Einstein. 2007. Manuel Lozano Leyva
Einstein et la relativité, Jean Eisenstaedt
El enigma cuántico. Encuentros entre la física y la conciencis. B. Rosenblum y F. Kuttner. Tusquets, 2010.
El factor humano, John Carlin
El libro de las matemáticas. 250 hitos de la historia de las matemáticas, 2011. Clifford A. Pickover. Ilus Books.
El olvido de la razón, Juan José Sebreli
El PCE y el PSOE en (la) transición, Juan A. Andrade Blanco, 2012. Siglo XXI.
El Prisma y el péndulo, Robert Crease
El Quijote, Miguel de Cervantes
El romancero gitano, Federico G.Lorca
Emma. 2001. Howard Zinn.
Eric J. Hobsbawm, Política para una izquierda racional
Eternidades, Juan Ramón Jiménez
Evaluación de la lengua escrita y dependencia de lo literal. 2009. Maite Ruíz Flores
Feynman, Richard P. El carácter de la ley Física
Geometría para turistas. 2009. Claudi Alsina
Giles Macdonogh. Después del Reich. Crimen y castigo en la posguerra alemana. 2011. Galaxia Gutenberg
Hacemos ciencia en la escuela. 2009. Grao
Imperialismo Humanitario. 2008. Jean Bricmont
Imposturas intelectuales, A. Sokal y J. Bricmont
José Hierro
Kosovo. La coartada humanitaria. Isaac Rosa y otros
L`Etat démantelé. 2010. L. Bonelli et W. Pelletier. La Découverte.
La Alemania nazi, Enzo Collotti
La CIA y la guerra fría cultural. Frances Stonor Saunders. Edt. Debate. 2001
La cocina de Menorca, Josep Borrás
La disciplina en la conciencia: Las Brigadas Internacionales, Mirta Núñez
La educación Lenta, 2009. Joan Domenech Francesch
La poesía española de 1935 a 1975. II de la poesía existencial a la poesía social 1944-50
La resistencia Alemana contra Hitler 1933-1945. 2005. Barbara Koehn
Las Ciencias en la escuela, M. Catalá, R. Cubero y otros
Las leyes del caos. Ilya Prigogine. Critica. Drakontos bolsillo, 2008
LEONARDO DA VINCI Walter Isaacson. 2018
Los caminos cuánticos. Feynman. J. Navarro Faus. Nivola, 2007
Los versos del capitán, Pablo Neruda
Marinero en Tierra, Rafael Alberti
Más allá de las imposturas intelectuales. Ciencia, filosofía y cultura. 2009. Alan Sokal
Momentos estelares de la ciencia, 2008. Isaac Asimov
Odas y Sonetos, John Keats (ed. bilingüe)
Odifreddi, Piergiorgio. 2007. Juegos Matemáticos Ocultos en la Literatura. Octaedro.
Pablo Neruda. Antología General, 2010. Real Academia Española
Paroles, Jacques Prévert
Poesía, Miguel Hernández
Poeta en Nueva York, Federico G. Lorca
Qué significa todo eso. Reflexiones de un científico ciudadano. Richard P. Feynman. Crítica. Drakontos, 2010
Science 101 Physics. 2007. Barry Parker.
Sed sabios, convertíos en profetas, G. Charpak y R. Omnès
Seis piezas fáciles, 2008. Richard P. Feynman
Soberanos e intervenidos, Joan E. Garcés. Siglo XXI Editores, 2000. (original del 96)
Sobre la guerra. La paz como imperativo moral, 2008. Howarrd Zinn
Walter Benjamin. 2010. Revista Anthropos
Weinberg Steven, 2010. El sueño de una teoría final. Drakontos