jueves, 3 de marzo de 2016

Elecciones en EE.UU. El socialismo norteamericano de Bernie Sanders

Vecinos en conflicto/Viento Sur

Nací en Carolina del Norte, aunque mis padres son de Vermont. Crecí haciendo largos viajes de verano por la costa este para visitar a nuestra familia en Burlington, la ciudad más grande del estado con tan solo 40 000 habitantes. Fue en uno de esos viajes, en algún momento de los noventas, cuando escuché por primera vez acerca de Bernie Sanders y su versión tan particularmente norteamericana del socialismo democrático.

Vermont es un pequeño y extraño lugar. Es el número 49 de cincuenta estados, tiene solo 626 000 habitantes y la mayoría de ellos vive en pequeños pueblos agrícolas que salpican las Green Mountains en toda su extensión. La población de Vermont se jacta de su autosuficiencia marcada por un perfil tozudamente independiente y ocasionalmente revolucionario. El Estado fue fundado por una milicia separatista durante la Guerra Revolucionaria. Luego sería el primer Estado en abolir la esclavitud y jugaría un papel crucial en el llamado Underground Railroad (ferrocarril subterráneo), que ayudó a ocultarse a esclavos fugitivos en su terreno sinuoso y los escoltó a través de la frontera norte con Canadá. Durante mi infancia, escuchaba estas historias como pruebas de que la población de Vermont es gente comprometida que no se toman a bien las injusticias o el doble discurso político.

En 1980, Bernie Sanders (nacido en Brooklyn) entró en el escenario político por la izquierda como candidato independiente a la alcaldía de Burlington, describiéndose a sí mismo como socialdemócrata. Derrotó por 10 votos al candidato oficialista que se presentaba a su quinta reelección, y luego fue reelegido 3 veces. Durante su período como alcalde, Bernie fue ampliamente reconocido como un izquierdista sin pelos en la lengua, pero también como un administrador eficiente. Fue él quien abrió la primera comisión de la mujer en la ciudad, apoyó el desarrollo de cooperativas de trabajadores e inició uno de los primeros y más exitosos experimentos de viviendas comunales financiadas por el Estado. Esta última medida aseguró garantizar viviendas accesibles para sectores de ingresos bajos y medios, y frenó el proceso de gentrificación en medio de un proyecto para revitalizar la zona rivereña, que de lo contrario habría transformado el centro de la ciudad. Bernie el izquierdista, invitó a Noam Chomsky a hablar en la casa de gobierno y viajó a Nicaragua para conocer a Daniel Ortega y hermanar una ciudad sandinista. Bernie el administrador, mantuvo equilibrado el presupuesto de la ciudad y fue parte de la transformación de Burlington en una de las ciudades más lindas y habitables de Estados Unidos.

En 1990, Bernie se presentó como candidato para la cámara de representantes de Estados Unidos y se convirtió en su primer miembro independiente en cuarenta años. Rápidamente fundó el Congressional Progressive Caucus, que hasta el presente es uno de los pocos baluartes de izquierda en el Capitolio. Criticó a políticos de ambos partidos por subordinarse a la lógica corrupta de Washington. Se reveló como un político serio, con un mensaje directo y franco, y alarmado por las crisis que enfrenta nuestro país. Si bien a veces sus modales pueden parecer hoscos y sus aptitudes sociales escasas, nunca hubo dudas acerca de su devoción por el trabajo. Bernie pudo emerger como una voz calificada a nivel nacional en temas que van desde la desigualdad en los ingresos a la cobertura médica universal, la reforma de la campaña financiera y los derechos LGBT. También fue uno de los primeros críticos prominentes de la guerra de Irak y los programas de vigilancia interna como la Ley Patriota (Patriot Act).

Básicamente, Bernie mantuvo el camino que él mismo se había propuesto desde el principio, el del un progresista imperturbable que basa su trabajo en una independencia sólida y la obstinación para que se hagan las cosas. De nuevo en Vermont, donde desde 2006 ha sido senador, Bernie continuó incrementando su popularidad y ganó con el 71 % de los votos en su elección más reciente, consiguiendo la mayor tasa de aprobación de todos los políticos de Estados Unidos. Su reconocido rechazo a las campañas de desprestigio, así como su compromiso en encontrar terrenos comunes con figuras políticas de otros bandos, solo han fortalecido su reputación. Precisamente, su mayor logro y el secreto de su éxito, ha sido construir un nuevo consenso político en el estado de Vermont. Por supuesto, él interpela a los liberales más acérrimos pero saca su fortaleza real de familias trabajadoras blancas de las pequeñas ciudades, no tan conocidas (al menos en las décadas recientes) por sus inclinaciones socialdemócratas.

Mi familia es una familia de peluqueros, a los que se suman un par de enfermeras y electricistas. Somos una familia de cazadores y fanáticos de Katy Perry. Somos una familia a la que la cultura política contemporánea le ha hecho creer que su voz no cuenta. Y puedo decir, con total honestidad, que Bernie Sanders ha hecho pensar distinto a mi familia. De cara a las próximas elecciones primarias, casi todos ellos – propensos a votar a los republicanos en cualquier otra elección – darán su voto a Bernie Sanders. Cuando estoy en Vermont no solemos hablar de política pero cuando lo hacemos hablamos de Bernie. Puedo escuchar a mi tía decir “Quizás no estoy de acuerdo con todo lo que él dice o hace, pero se que él sabe lo que dice y cree en lo que hace. Se que él nunca nos entregaría y que siempre nos dirá las cosas de frente”.

El éxito del senador Bernie Sanders, en una campaña engañosamente quijotesca para convertirse en el 45 presidente de Estados Unidos, ha despertado extrañas animosidades en la opinión pública. Bernie atrajo multitudes mucho más grandes y generó más entusiasmo que cualquier otro candidato de los dos partidos. Durante 2015 su campaña recibió 73 millones de dólares de más de un millón de individuos y un récord de 2,5 millones de contribuciones en total. Está recibiendo una gran cobertura mediática en las portadas de los medios más importantes de Estados Unidos y es el tema central en numerosos tweets, mms y conversaciones de internet en general. Tan solo 6 meses antes, su principal contendiente, la todavía favorita Hillary Clinton -ex secretaria de Estado, senadora, primera dama y niña mimada del establishment demócrata- se situaba como la candidata más imparable para toda una generación. Al escribir estas líneas, a mediados de enero, ella se aferra a una ventaja de 7 puntos a nivel nacional y está igualada en las elecciones de dos estados en las primarias, estados que históricamente han sido la referencia para el resto del país (Iowa y New Hampshire). Lo que es más increíble aún, es que Bernie Sanders está haciendo todo esto sin dinero de corporaciones y sin recibir el apoyo del establishment, proclamando las virtudes del socialismo democrático y diciéndole a quien quiera escucharlo que este país necesita una revolución política.

Después de décadas trabajando en política, no debería ser ninguna sorpresa que el programa para la campaña de Bernie sea amplia y detallada, meticulosa se podría decir. Quizás meticulosa pero no confusa: no ha dejado lugar a dudas de que su mayor preocupación es la desigualdad que define cada vez más a la economía estadounidense. Propone subir el salario mínimo de 7,25 a 15 dólares hacia 2020. Promete crear millones de puestos de trabajo a través de programas federales de infraestructura y programas para la juventud. Dice que va a expandir la seguridad social, proporcionando educación gratis en todas las universidades públicas y extendiendo la cobertura de salud a toda la gente a través de un sistema de pago único. Su plan para financiar estos programas es simple: subir impuestos a los ricos y a las grandes corporaciones, y cobrar impuestos a la especulación financiera.

En sus historias, Bernie cuenta cómo Estados Unidos se convirtió en uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, y pone especial énfasis en la responsabilidad de las instituciones financieras en la crisis del 2007-08. Lamenta que ni un solo ejecutivo haya sido encarcelado por su papel en estos episodios, y muestra el contraste existente con un sistema de justicia que ha encarcelado a millones de personas de bajos recursos por delitos menores. Propone la implementación de una versión siglo XXI de la Ley Glass-Steagall, la que impidió que los bancos comerciales participaran con bancos de inversión a partir de 1933 y que luego fue derogada bajo la mirada aprobatoria del presidente Bill Clinton en 1999. Recientemente anunció que, de ser elegido, en su primer año disolvería todas las instituciones financieras que alguna vez fueran consideradas “demasiado grandes para caer”.

Sin embargo, su ardiente y popular versión económica no explica por qué millones de personas han llegado al “Feel the Bern”, el viral hashtag (#feelthebern hashtagTwitter) que se ha convertido en un eslogan para la campaña. En realidad, podría decirse que le está hablando a un momento más amplio de la historia de nuestro país. Las deudas personales y la desigualdad económica están en niveles récord, y la generación que hoy en día es mayor de edad ha sido criada en medio de la guerra de Irak y la Gran Recesión. Esta generación creció entre resabios del sueño americano aunque su realidad fue la de una movilidad descendente para la mayoría, mientras solo ascendían una pequeña élite y unos pocos afortunados. En este contexto, Bernie denuncia que el sistema no solo está roto sino que está diseñado para perpetuar el control por parte de una pequeña élite políticamente arraigada con intereses capitalistas, y es eso lo que ha prendido fuego en su campaña de forma tan llamativa. Además de sus propuestas económicas, la otra pieza fundamental de la campaña de Bernie es su llamamiento a expulsar a las grandes corporaciones y a su dinero de la política. Bernie defiende a viva voz una reforma integral de la financiación de las campañas, incluyendo la derogación de la decisión de la Corte Suprema sobre el caso Citizens United y la abolición de los super PACs/1, que en conjunto han permitido que el dinero corporativo ejerza cada vez mayor control sobre el proceso electoral. Bernie nos recuerda que él es el único candidato sin un super PAC y que su campaña está alejada de las corporaciones, financiada en gran parte por pequeñas donaciones y contribuciones un poco más grandes de sindicatos. La campaña de Hillary, en cambio, está sustentada en su mayor parte por ricos y corporaciones; seis de sus diez principales contribuyentes son bancos.

Bernie cree que las corporaciones han tomado el control de la democracia norteamericana, y es aquí en donde retoma su idea de la revolución política. En cada discurso llama la atención sobre esto y siempre es inequívoco: ni él ni ningún otro político puede hacer los cambios necesarios solo. La idea de revolución política de Bernie comienza con el pueblo estadounidense saliendo a votar masivamente, recuperando nuestra democracia, y exige reformas que aumenten nuestro control sobre la economía nacional y el proceso político.

No sorprende que los poderosos no estén contentos con Bernie y la mayor ofensiva la haya tomado el establishment demócrata (lo que también, por desgracia, es lógico). Su candidata, Hillary Clinton, ha recibido hasta ahora 455 avales de los gobernadores y representantes en el Congreso, mientras que solo 3 han sido para Bernie Sanders; ella ha sido respaldada por 18 sindicatos que representan a 12 millones de trabajadores frente a 3 sindicatos que acompañan a Bernie, que a su vez representan a 1 millón de trabajadores. Entre los llamados superdelegados -una desagradable particularidad del sistema electoral de Estados Unidos, quienes en conjunto constituyen cerca de un tercio de los votos del partido, y no tienen la obligación democrática de honrar las decisiones de sus votantes- las preferencias por Hillary tienen una ventaja de 45 a 1. El Comité Nacional Demócrata, por su parte, ha tratado de limitar las oportunidades de debate (y audiencia) en un esfuerzo para proteger la ventaja de Clinton, llegando incluso a eliminar la campaña de Bernie Sanders de su base de datos en un desmesurado castigo por una ofensa menor (y disputada). Mientras tanto, los charlatanes del establishment han disparado contra Bernie diciendo que es incapaz de ganar una elección general, a pesar de las numerosas pruebas en contra de esa idea.

Los partidarios de Hillary con las mejores intenciones dirían “Ella tienen más opciones de ganarle a cualquier loco peligroso que surja en esta especie de lucha libre que son las primarias republicanas”. Dirían también que ella tendrá más posibilidades de hacer las cosas que propone una vez en el gobierno. La política es desagradable y el Partido Republicano se ha redefinido tanto por su obstruccionismo tanto como su fanatismo. Hillary podrá no ser pura, pero es la persona del partido demócrata capaz de forzar al menos un par de reformas positivas en nuestro gobierno disfuncional. Los partidarios de Hillary también dirían que ya es hora de que elijamos una presidenta mujer, después de más de dos siglos ininterrumpidos de gobierno de varones.

Yo respondería que Clinton representa hasta tal punto lo que es disfuncional en nuestro sistema político actual, que es difícil que pueda hacer algo al respecto. Ella está tan estrechamente ligada a Wall Street como cualquier político de ambos partidos. Votó a favor de la guerra de Irak y se mantiene fiel al ala bélica del Partido Demócrata, una sección ampliamente desacreditada del intervencionismo liberal. Clinton está muy volcada a su objetivo de ganar poder, mientras que Sanders ha mantenido valores consistentes durante más de treinta años en cargos de elección popular. Sin duda, el simbolismo de la elección de una presidente mujer es importante, un acontecimiento potencialmente histórico que rivalizaría con la elección de Barack Obama como el primer presidente afroamericano de nuestro país hace ocho años. Sin embargo, también hemos visto las limitaciones del simbolismo en la política durante la administración del presidente Obama, con el ingreso medio y la riqueza de afroamericanos en declive, mientras que la disminución de las tasas de encarcelamiento continúan a un ritmo aparentemente inexorable, a la vez que la deportación de los inmigrantes latinos ha alcanzado niveles récord. Por otra parte, el valor de este simbolismo se puede ver compensado por la alternativa de elegir un presidente con un plan y un mandato que cambie la forma de funcionar de Washington y de nuestro país en general.

Como era esperable en lo que llamaré, en un sentido amplio, “la izquierda“, los debates sobre estas elecciones se han vuelto bastante desagradables en los últimos meses. La insistencia de Bernie en no utilizar técnicas negativas de campaña – y Hillary en un lugar confortable como ganadora- mantuvieron las cosas en buenos términos. Pero a medida que la campaña se fue calentando y la ventaja se redujo, legiones de seguidores de Hillary han salido a los medios de comunicación a descalificar a los partidarios de Bernie como sexistas. Los seguidores de Bernie, por su parte, fueron sarcásticos y en ocasiones políticamente incorrectos – aunque generalmente correctos al juzgar sus posiciones y logros – y respondieron que Bernie apoyó políticas y medidas que son mucho más progresista para la igualdad de las mujeres que las que Hillary propone (al menos, más allá de los escalafones más altos de las profesionales). Estas discusiones, si bien tienen el potencial para dar lugar a un debate necesario sobre las diferencias entre el feminismo liberador y el feminismo corporativo, en general han sido lideradas por fanáticos y no han progresado (al menos por ahora) mucho más allá de insultos superficiales al estilo Twitter.

Más a la izquierda, los sospechosos de siempre, han salido de la nada para acusar a Bernie de no ser el portador de la verdadera revolución. Le acusan de un sinnúmero de desviaciones estilo “pecado original” relacionadas con su falta de alineamiento pleno con alguna estructura particular (y esotérica) de pensamiento político. Algunos dicen que él está actuando como un “perro pastor“ para el Partido Demócrata, atrayendo jóvenes descontentos a su seno -no les importa que él haya sido independiente la mayor parte de su carrera y que ahora se convirtió en el enemigo público Nº 1 del establishment demócrata-. Otros, nunca le perdonarán ser un socialdemócrata cuando él se ha etiquetado tan claramente a sí mismo como un socialista democrático. Y finalmente, están aquellos que piensan que Bernie ha caído en desgracia por su voto en tal o cual política exterior demostrando ser como todos los demás; sin que les importe que critique abiertamente la historia de imposiciones de regímenes en el exterior de nuestro país o que sostenga que el cambio climático representa una amenaza a nuestra existencia mayor que la del terrorismo, a pesar de la exaltación al miedo por parte de los medios. Aunque irrelevantes para la conciencia política dominante, estas patologías son dignas de mención en la medida en que se han agudizado y clarificado diferencias dentro de la vasta izquierda socialista –entre quienes van a donde está la gente y construyen políticas sobre la base de realidad existentes y quienes prefieren situarse al margen de la historia y gritan a quienes no están con ellos.

Pero más interesante y relevante para el momento actual de la política de Estados Unidos es el debate que se inició durante Netroots Nation, una destacada convención política progresista. Activistas del movimiento Black Lives Matter (BLM) interrumpieron un discurso de Bernie para llamar la atención sobre la violencia policial en contra de la comunidad negra y exigir la adopción de una agenda política más directa para desmantelar el racismo estructural en los Estados Unidos. La respuesta de Sanders fue ridiculizada por algunos con desdén, como fuera de lugar. Sus intentos iniciales por remarcar su propio historial en relación a la justicia racial y vincular la cuestión del racismo con las políticas económicas diseñadas para aliviar la desigualdad, no ayudaron. Unas semanas más tarde, un grupo de activistas de BLM con sede en Seattle interrumpió otro discurso Bernie Sanders, esta vez en un acto para celebrar los 80 años de la Seguridad Social. Los manifestantes tomaron el micrófono antes que Bernie pudiera hablar, no le permitieron responder a sus críticas y acusaron a la ciudad de Seattle de “liberalismo con supremacía blanca” en respuesta a los abucheos de la audiencia. El evento fue cancelado.

Después de este segundo acontecimiento, la campaña de Sanders dio a conocer un programa de justicia racial (presumiblemente elaborado después de la primera intervención) que abrió con un gesto explícito a las demandas de BLM y otros activistas, citando los nombres de las mujeres y hombres de color recientemente asesinados por la policía. Continuó abordando directamente la cuestión de la violencia física perpetuada por el Estado y los extremistas de derecha contra hombres y mujeres afroamericanos, y luego enumeró una lista de propuestas y demandas que abordan también cuestiones de la violencia desde lo político, jurídico, económico y ambiental. Este nuevo programa ha sido aplaudido por los líderes del movimiento BLM.
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miércoles, 2 de marzo de 2016

La gran apuesta. Sobre "The Big Short" y predicciones

Ya se está estrenando en varios cines. The Big Short (La gran apuesta, en España) describe a varios de los actores clave en la creación de la permuta de incumplimiento crediticio en el mercado, que buscaba apostar en contra de la obligación colateralizada por deuda (CDO), y terminó aprovechando la crisis financiera de 2007- 2010. El libro también destaca la naturaleza excéntrica del tipo de persona que apuesta contra el mercado o va contra la corriente. Yo he asistido al preestreno en Atenas, organizado por una universidad privada y con la interesante ocurrencia de invitar a todos sus alumnos de un Master de Administración de Empresas a verla y finalizar el acto con un debate de dos de sus profesores de Economía. Me ha gustado la película y me ha resultado interesante el resumen de mi compañera y traductora, de lo que estos profesores comentaron tras terminar la proyección, pero me sorprendió mucho el optimismo con el que tanto estos profesores como tantos otros expertos -quizá el lector ha escuchado también a otros- vislumbran el futuro. Días después, un amigo al que le recomendé verla, que también estudió Economía, me afirmaba convencido lo mismo. Y aun más convencido que sendos profesores: “¡claro que se puede esperar que esta crisis no se repita en 20 años! Los expertos ahora cuentan con potentes ordenadores que les permiten predecir con exactitud cuándo ocurrirá la siguiente”.

Pueden parecer hilarantes estas afirmaciones, pero lo cierto es que el Análisis Económico y nuestras herramientas (la Estadística y los ordenadores) mejoran día a día, y algunas de sus predicciones (en Geografía Económica, por ejemplo) alcanzan ya la precisión de algunas parcelas de la Medicina. ¿Por qué parece imposible saber con esta antelación, la fecha exacta de la próxima crisis? La respuesta es Sí y también No, dependiendo del sujeto. ¿Quién lo sabe?

Para determinar algo así, primero debemos partir de una definición de crisis. Se suele aceptar la de recesión cuyos efectos (sobre todo, el aumento del desempleo) duran varios años. Y ¿qué es recesión? Es esa fase final (o inicial, según se mire, porque por algo decimos que el capitalismo es cíclico) de cada ciclo económico, muy habitual (en 240 años de los EEUU, se han producido 42, una cada 6 años), durante la cual la Renta Nacional disminuye. En la OCDE se suele considerar como tal si dura al menos 9 meses, puesto que hay muchas economías con reducción (estacional, y por tanto no crítica) del PIB por unos meses tras el “agosto” propio de su estructura: suele coincidir con la temporada alta en el turismo. Es por eso que la recesión que provocó en España el pinchazo de la burbuja inmobiliaria no se pudo constatar hasta mediados de 2009, cuando llevábamos 9 meses de recesión, y que ésta tenía magnitud de crisis, años más tarde.

Los protagonistas de The Big Short se dedicaban a estudiar los vaivenes del mercado financiero y en un momento dado, pasan de creer que hay que seguir apostando por el “boom” inmobiliario, a apostar en contra. Gracias a que hoy se puede comprar y vender casi de todo, se convierten en multimillonarios en cuestión de meses por el catastrófico hundimiento de dicha burbuja. Al comprarle a diversos bancos derechos a vender en el futuro sus participaciones en carteras de hipotecas (préstamos agrupados de modo que muchos inversores contribuyen en la financiación y obtienen parte de los intereses, cuando se cobran, si se llegan a cobrar) al precio vigente en el momento de la transacción -altísimo en la recta final de esta fase febril-, estaban apostando a que todo se iba al garete. Solo así se puede rentabilizar este acuerdo: pagas por un derecho que solo ejerceríamos si baja el precio de nuestra cartera. De ese modo, cuando de hecho así sucedió, pudieron vender todos sus activos muy por encima del nuevo precio. Algunos multiplicaron así su fortuna por más de 200 veces en un solo año.

La película y la novela también te cuentan que dos de los protagonistas sufren tanto remordimiento de ser de los pocos que se beneficiarán de este hallazgo personal -de momento, parece ser que solo unos pocos no solo comprendieron que esto iba a suceder, sino que interesaba comprar cuantos más derechos de venta de “subprime”, mejor-, cuando la debacle que se avecina dejará a millones en el mundo sin trabajo, sin empleo y muchos más, con sus ingresos recortados, quieren publicar sus análisis en la prensa económica. Wall Street Journal desprecia la propuesta por las escasas credenciales de estos inversores: ni su CV ni el valor de los activos que manejan les sitúan por encima del anonimato. Más de uno se preguntará: ¿y si les hubieran hecho caso y se publica este “boom” en 2006?

La historia no habría sido muy diferente, salvo que el desastre se habría adelantado un año. Si mucha gente creyera la veracidad de sus conclusiones, el pánico se extendería a partir de su publicación, en lugar de meses después, por las noticias que finalmente pregonaron el final de esa burbuja especulativa. Y ahí está la clave para entender este lío: cuando se avecina una crisis, lo único que puede hacer un agente económico influyente es adelantarla mostrando su preocupación -por ejemplo, echando más leña alarmista al fuego-, o ignorar estos análisis, pero tarde o temprano, las personas racionales tomarán medidas: muchas empresas despedirán a sus trabajadores al haber comprometido su viabilidad en esta burbuja; los despedidos, no seguirán endeudándose; todo el que tenga activos relacionados, tratará de venderlos como sea. Todas estas acciones se alimentan entre sí y el fuego de la crisis, que desinfla la burbuja hasta que los precios -en este caso, de los inmuebles y varios activos- tocan fondo.

Supongamos ahora que un grupo de economistas, con los ordenadores más potentes, las mejores herramientas de análisis económico y recursos suficientes, hacen un estudio sesudo que arroja como conclusión que la próxima crisis empezará con una recesión durante los meses de enero a septiembre de 2030. Hay dos escenarios extremos: que todo el mundo les crea y que nadie les crea. En el primer caso, el pánico cundiría antes. Las expectativas autocumplidas están bastante estudiadas y diversos estudios nos demuestran que ante una convicción grande, los agentes tratan de anticiparse para evitar pérdidas personales, pero obviamente esto acelera el desastre y colectivamente, la mayoría sufrirá pérdidas. Es lógico: si crees que este estudio es cierto y conoces la teoría de las expectativas autocumplidas y la teoría de juegos, ¿esperarás al 31/12/29 a vender tus activos? Quizá te juegas mucho; sabes que si hay miles queriendo anticiparse, puede que el 31 ya sea tarde. Mejor el 30. ¿O el 29? ¿Qué hacemos? “Ya está, metemos todas las variables en un programa informático que resuelve sistemas de ecuaciones por teoría de juegos”. Es decir: realiza diversas simulaciones del comportamiento de todos los agentes que queramos considerar. Tras cada simulación, nos ofrece un resultado. Como queremos anticiparnos, se repite la simulación (o juego) pero cambiando la variable esperada, pues es posible que otros agentes también hagan el mismo análisis y quieran anticiparse, y obtenemos un nuevo resultado, pero entonces ¿a qué fecha se anticiparán los actores? Si intentamos anticiparnos a millones de inversores, al final, el ordenador concluirá que debes vender mañana mismo. La Teoría de juegos es un área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones entre sujetos que reciben incentivos o “castigos” por sus acciones y nos permite trazar varios escenarios posibles y la decisión óptima. Si ésta es anticiparse, tenemos que considerar cuantos sujetos participan, la probabilidad de que éstos se anticipen a nosotros, el coste de anticiparse y el de no hacerlo. Entonces, tiene que entrar la subjetividad del decisor -no queda otra- y unos venderán mucho antes de la fecha señalada por los agoreros, y otros serán más crédulos con la profecía, esperando a ver qué pasa, pero seguro que venderán antes de 2030, puesto que para 2029 ya habrán caído tanto las cotizaciones que será imposible el optimismo. Así, tendremos que la crisis que todo el mundo creía perfectamente predicha por unos analistas formidables, tendrá lugar mucho antes de lo previsto, por la credibilidad total de los afectados.

En el segundo caso extremo, nadie creerá a estos magníficos economistas y la recesión tendrá lugar en las fechas y magnitudes previstas. Estos economistas podrán luego complacerse con un “os lo dije”, como Casandra según aquel mito griego, pero lo paradójico es que acertarán justo porque nadie les cree -aparte de que sus predicciones sean asombrosamente pertinentes-. Es lo que tienen las Ciencias Sociales: si el analista hace predicciones que pueden alterar las expectativas -¡y tanto! porque hay mucho en juego-, estas predicciones tendrán que cambiar en cuanto los agentes estudiados cambien su comportamiento. El “observador” -que en estos casos, hace algo más que observar-, modifica lo observado. En parte, es lo que criticaba Miguel Angel Ordoñez a Rajoy. Anunciar que la cosa está muy mal -magnificando la situación- puede servir para que si aun no lo estaba, empeore hasta el punto deseado, pero solo si alguien te hace caso. Si todo el mundo ignora la predicción, ésta no tiene modo de afectar a las decisiones de los agentes. Solo así puede cumplirse.

Cualquier otro caso será una situación intermedia entre estos extremos: algunos creerán la predicción y sus decisiones afectarán a las de otros agentes, pero cuantos más sean los que se anticipan, antes ocurrirá la recesión anunciada. Cuantos menos crean el estudio en cuestión, mas probable será que se puedan mantener las premisas -lo cual no quita que si la predicción es errónea, lo seguirá siendo-. Y esto nos lleva a una terrible conclusión: las predicciones sobre la próxima crisis no son útiles para evitarlas. Solo pueden ser certeras cuando casi nadie ve venir la hecatombe y en tal caso, tan solo sacarán tajada unos pocos avispados como los de la película. Por otra parte, siempre nos quedarà la duda de si son realmente unos pocos, tal y como nos muestra el director, o muchos del famoso 1% que posee casi la mitad de la riqueza mundial, los que se anticipan y la reubican en “lugares” y formas convenientes para cada momento. Dada la apertura financiera de nuestras economías hoy, esto es sumamente fácil para quien posee un patrimonio considerable.

Lo que está claro es que la inestabilidad del capitalismo es inherente a su funcionamiento y puede que cada crisis tenga algo distinto a todas las anteriores, pero siempre viene otra y otra más. Y en parte es así porque es imposible saber cuándo es la próxima. Esta incertidumbre confiere al fantasma de la crisis una autonomía que adquiere casi rango de personalidad propia, como un agente más que decide tanto o más que un gobierno o incluso un G-8. De este modo, las clases y grupos dominantes se exoneran de culpa y como ya decía Roxa Luxemburg*, este resultado de la suma de decisiones humanas, conscientes y hasta premeditadas, se convierte en “catástrofe natural” en manos de la prensa. Ya a principios del siglo XX se hablaba así de una crisis y aun hoy se utilizan símiles como “terremoto”, “tsunami”, etc. Al llamarlo “terremoto financiero”, nos quedamos mas tranquilos, porque es un apelativo que nos invita a la resignación. Poco podemos hacer contra la Naturaleza, incluso en la sociedad del conocimiento. No parece casualidad que Hollywood nos haya relatado decenas de formas fantásticas de solucionar o anticiparse a una hecatombe y salvar así al mundo, pero no se puedan salvar más de 10 personas a una crisis financiera ni en un film de George Lucas. No nos quieren dar ideas.
David Romero
Nota *Luxemburg, Rosa. Introducción a la Economía Política. Siglo XXI de España, 1974.

martes, 1 de marzo de 2016

Guía para ornitólogos primerizos: ocho aves que se pueden ver fácilmente en España.



ABUBILLA

Se observa todo el año en la mitad sur peninsular.
Esta migratoria transahariana de singular cresta inverna en los cálidos bosques caducifolios del extremo meridional de la Península, como el parque de los Alcornocales (Cádiz).










CARBONERO

Vive en zonas arboladas de toda España, salvo Canarias.

De alegre plumaje y blancas mejillas, su repetitivo canto (chi-chipán) inunda los bosques en primavera. Muy sociable, es visible incluso en parques urbanos, como el Retiro de Madrid.


















CERNÍCALO
Presente en zonas agrícolas de campo abierto.

Rapaz diurna, se puede contemplar al transitar por carreteras secundarias, mientras permanece inmóvil en el aire oteando a sus presas. En La Moraña (Ávila) se fomenta su cría.


CORRELIMOS
Aparece en costas y humedales en época migratoria.

Para observar su curioso correteo hay que mojarse los pies, pues inverna o está de paso en muchos puntos del litoral peninsular. Por ejemplo, en la ensenada de O Grove, en Pontevedra.







HERRERILLO

Reside durante todo el año en arboledas abiertas.


Pequeños y encantadores, los machos lucen su plumaje amarillo y azul cobalto en los vuelos primaverales. Sus trinos inundan los bosques, como los encinares extremeños.












JILGUERO

Habitual en dehesas y olivares de toda la Península.
De vistoso canto e inconfundible careta roja, es una especie muy extendida por toda España. Por ejemplo, en la campiña cordobesa, de olivares y monte mediterráneo abierto.
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2015/12/11/actualidad/1449842740_867112.html

lunes, 29 de febrero de 2016

El Asad: “Hay 80 países que apoyan a los grupos terroristas en Siria”. EL PAÍS entrevista al presidente sirio en un momento crucial para el conflicto. "Las guerras son malas, no hay una guerra buena, porque siempre habrá civiles y siempre habrá inocentes que paguen el precio".

El Roto
El próximo mes se cumplen cinco años de unas revueltas tras las cuales Siria se ha sumido en una de las guerras más cruentas que se recuerdan en la historia de Oriente Próximo. Al menos 260.000 personas han muerto, según la ONU. Cinco millones de sirios han buscado refugio en el extranjero. Europa ha acogido a un millón, en una de las peores crisis humanitarias del último siglo. Tratando de cruzar el Mediterráneo, 3.000 personas han muerto ahogadas el pasado año.

Bachar el Asad, que ascendió a la presidencia del país después de la muerte de su padre en 2000, perdió pronto en el conflicto el control de una parte del país, cuando grandes ciudades como Homs o Alepo cayeron en manos de las milicias rebeldes armadas. Recientemente ha recuperado terreno en esos bastiones opositores y su Ejército ha lanzado una ofensiva para cortar las vías de acceso y suministro a los rebeldes desde Turquía, con la decisiva cobertura de los bombardeos de la aviación rusa, que comenzaron en septiembre.

El presidente sirio recibió este sábado a EL PAÍS entre fuertes medidas de seguridad en Damasco. Ofrece esta entrevista en un momento en el que habla ya de retomar todo el territorio nacional y ganar la guerra, a solo cuatro días de una nueva convocatoria para reanudar las conversaciones de paz en Ginebra y con la incógnita de si un alto el fuego anunciado por EE UU y Rusia el 12 de febrero tendrá efecto, después de que el viernes expirara sin éxito el plazo que se habían fijado para implementarlo. Asegura que su siguiente misión es perseguir al Estado Islámico en el corazón de sus operaciones, su autoproclamada capital en Raqa.

El Asad dice a los refugiados que pueden regresar al país sin temer represalias y acusa a Gobiernos islamistas como los de Qatar y Turquía de haber promovido el conflicto en Siria, un escenario en el que, admite, no sólo se miden los intereses de un Estado, sino los de toda una región, con Arabia Saudí e Irán como potencias en conflicto.

Pregunta. Esta semana ha permitido el acceso de ayuda humanitaria a siete zonas asediadas. Hay cálculos de que en esas zonas viven 486.000 personas, muchas cercadas desde hace más de tres años. ¿Por qué se atrasó tanto en el conflicto la introducción de esta ayuda?
Respuesta. En realidad esto no ha ocurrido recientemente. Está en marcha desde el inicio de la crisis. Nosotros no hemos impuesto ningún embargo sobre ninguna zona en Siria. Hay una diferencia entre un embargo y un ejército rodeando un área especifica porque hay milicianos, y eso es algo natural en dicho caso de seguridad o situación militar. Pero el problema en dichas zonas radica en que los propios grupos armados han confiscado los alimentos y otros bienes básicos de sus habitantes y se los han entregado a sus milicianos o los han vendido a precios muy altos. En tanto que Gobierno, no hemos impedido nunca la llegada de la ayuda a ninguna zona, incluidas aquellas que están bajo control del Estado Islámico [ISIS, por sus siglas en inglés], como la ciudad de Raqa, en el norte del país, que ahora está bajo su control y antes lo estaba bajo el del Frente Al-Nusra [rama local de Al Qaeda], desde hace casi tres años. Les hemos estado enviando en estas zonas todas las pensiones de los jubilados, los salarios de los empleados y las vacunas para los niños.

P. ¿Entonces siguen enviando a Raqa y otros bastiones del ISIS los alimentos y los salarios de los empleados?
R. Efectivamente. Si enviamos los salarios a Raqa porque creemos como Gobierno que toda persona siria cae bajo nuestra responsabilidad, ¿cómo no lo vamos a hacer en otras zonas? Esto sería contradictorio. Por eso he dicho que el envío de ayuda humanitaria no ocurre tan solo recientemente. Nosotros, desde el inicio, nunca hemos dejado de permitir la introducción de ayudas o alimentos.

P. ¿Y seguirá llegando?
R. Claro.

P. Rusia y EE UU anunciaron la semana pasada una tregua. ¿El Gobierno sirio está dispuesto a respetar el alto el fuego y la suspensión de las operaciones militares en Siria?
R. Desde luego. Además hemos anunciado que estamos listos para ello, pero el asunto no depende únicamente de un anuncio. Depende de lo que vayamos a hacer sobre el terreno. Ahora bien, creo que el concepto de alto el fuego no es correcto, porque el alto el fuego ocurre entre dos Ejércitos o dos países enfrentados. Sería mejor utilizar el concepto de cese de las operaciones. Principalmente depende de detener el fuego, pero también de otros factores complementarios y que son más importantes, como por ejemplo impedir que los terroristas aprovechen la suspensión de las operaciones para mejorar sus posiciones. También depende de prohibirles a otros países, especialmente a Turquía, enviar más hombres y armas o cualquier tipo de respaldo logístico a los terroristas. Además, existe una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU referente a este punto que no ha sido acatada. Si no garantizamos todos estos requerimientos necesarios para la suspensión de las operaciones, todo esto tendrá un efecto negativo y provocará más caos en Siria, y también podrá llevar a la división de facto del país. Por eso, aplicar el cese de las operaciones, podría ser positivo si se dan los requerimientos necesarios.

P. Entonces, ¿habrá combates, a pesar del alto el fuego, al menos contra algunos grupos armados?
R. Sí, seguro, como por ejemplo contra ISIS, Al Nusra y otras organizaciones o agrupaciones terroristas afiliadas a Al-Qaeda. Ahora, Siria y Rusia anuncian cuatro nombres: Ahrar Al-Sham y Jeish el Islam [Ejército del Islam], además del Frente Al Nusra e ISIS.

P. Sus tropas ya rodean Alepo, uno de los bastiones de la oposición. ¿Cuándo prevén recuperar el control total de esta ciudad?
R. En realidad estamos ya en el centro de la ciudad y gran parte de la urbe está bajo control del Gobierno. La mayoría de los habitantes de los suburbios se han desplazado desde la zona bajo control de los armados hacia las zonas bajo control del Gobierno. La cuestión ya no es recuperar el control de la ciudad. En realidad, el asunto radica en bloquear las vías entre Turquía y los grupos terroristas. Este es el objetivo de las batallas en Alepo ahora, y lo hemos logrado recientemente, cerramos las principales vías. No hay un cierre completo entre Alepo y Turquía, pero hace la relación entre Turquía y los terroristas mucho más difícil. Es por esta razón que Turquía está bombardeando a los kurdos recientemente.

P. ¿Qué vendrá después de Alepo? ¿El Ejército sirio está preparado para llegar a Raqa, autoproclamada capital de ISIS?
R. En principio, iremos a todos los sitios, pero ahora mismo estamos combatiendo en más de diez frentes en Siria. Estamos avanzando hacia Raqa, pero todavía estamos lejos de ella. En principio sí, vamos rumbo a Raqa y otras zonas, aunque el tiempo depende de los resultados de los diferentes combates que tienen lugar actualmente en el país y por ello no podemos definir con toda exactitud los plazos.

P. Rusia ha comenzado una intensa campaña de bombardeos aéreos contra las principales posiciones de la oposición. Esto ha constituido un punto de inflexión en el conflicto. Hay quien considera que ustedes tienen la iniciativa ahora. ¿Cree usted que habría podido lograr esto sin la ayuda externa?
R. Sin lugar a dudas, el respaldo ruso e iraní ha sido esencial para que nuestro Ejército logre este avance. Pero decir que no hubiéramos sido capaces de alcanzar estos logros es una pregunta hipotética. Quiero decir que nadie puede tener una respuesta cierta. Pero con toda certeza nosotros necesitamos esta ayuda, por una simple razón: porque más de 80 países respaldan con diferentes medios a los terroristas. Algunos de forma directa con dinero, respaldo logístico, armas o combatientes. Y otros países les ofrecen apoyo político en los diferentes foros internacionales. Siria es un país pequeño. Podríamos luchar, pero en definitiva existe un respaldo incondicional a esos terroristas y es obvio que en esta situación se da la necesidad de un apoyo internacional. Pero otra vez digo que esta pregunta es hipotética y no la puedo responder.

P. Con respecto a las incursiones aéreas rusas, ¿No le preocupan las víctimas civiles? El lunes, fue bombardeado un hospital donde perdieron la vida 50 personas. EE UU responsabilizó a Rusia del incidente.
R. Otros responsables estadounidenses dijeron que no saben quién cometió el acto, eso es lo que dijeron más tarde. Estas declaraciones contradictorias son algo común en EE UU, pero nadie posee una prueba que apunte al autor de los ataques y cómo ocurrieron. Con respecto a las víctimas, este es un problema en toda guerra. Claro que siento mucha tristeza por la muerte de todo civil inocente en este conflicto, pero así es la guerra. Las guerras son malas, no hay una guerra buena, porque siempre habrá civiles y siempre habrá inocentes que paguen el precio.

P. Entonces, ¿cómo le explica a su pueblo, a los sirios, que existe un Ejército extranjero operando en su territorio que ha causado víctimas civiles? ¿Lo ve como algo inevitable?
R. No, no existe ninguna prueba de que los rusos hayan atacado blancos civiles. Ellos son muy precisos en sus ataques y siempre atacan, todos los días, bases y posiciones terroristas. Son los norteamericanos los que asesinaron a numerosos civiles en la parte norte de Siria. Hasta el momento no ocurrió un solo incidente ruso relacionado con los civiles, ya que los rusos no atacan a los civiles y sus ataques ocurren principalmente en zonas rurales.

P. Hablando de ejércitos extranjeros, ¿cómo responderá si Turquía y Arabia Saudí cumplen sus amenazas de enviar tropas a su país, bajo la excusa de combatir al ISIS?
R. Como dice, esa es la excusa. Pero si ocurre los trataremos como estamos tratando a los terroristas. Defenderemos a nuestro país. Semejante acción constituye una agresión. No tienen ningún derecho de intervenir en Siria, política o militarmente. Sería una violación a la ley internacional y para nosotros, como ciudadanos sirios, nuestra única opción es luchar y defender a nuestra patria.

P. Turquía ha comenzado a bombardear zonas sirias desde su territorio.
R. Efectivamente y antes de del bombardeo, Turquía enviaba terroristas y por consiguiente está trabajando para alcanzar el mismo objetivo y deja el mismo efecto con diferentes medios. Turquía está implicada en los acontecimientos en Siria desde el inicio.

P. Arabia Saudí intentó unir a la oposición en una conferencia que se celebró en Riad. Algunos milicianos vinculados a Al Qaeda estuvieron presentes en las reuniones. ¿Reconoce a algún grupo de la oposición armada como parte legítima con la que pueda negociar?
R. ¿Se refiere a los grupos que combaten sobre el terreno?

P. Sí.
R. No. Desde los puntos de vista legal y constitucional, todo el que porta armas contra el pueblo y contra el Gobierno es un terrorista, ya sea en su país, en nuestro país o en cualquier otro país del mundo. No podemos decir que esas personas gocen de legitimidad. Podrán ser legítimos cuando depongan las armas y se incorporen al proceso político. Esta es la única vía posible en cualquier país para la reconstrucción o para cambios en la ley, la constitución o el Gobierno. Es posible hacer esto mediante un proceso político y no a punta de arma.

P. Entonces, ¿usted considera a todos aquellos que combaten como terroristas?
R. Siempre y cuando no anuncien que están dispuestos a incorporarse al proceso político, sí. Solo entonces no tendremos problema con ellos.

P. Con respecto a los combatientes, sin tener en cuenta sus intenciones, si renuncian a las armas y quieren volver, ¿pueden hacerlo?
R. Les otorgaremos amnistía, y esto ya ha ocurrido en los últimos dos años y se ha acelerado últimamente. Muchos de ellos depusieron las armas y algunos se incorporaron a las filas del Ejército sirio y actualmente combaten al ISIS y reciben apoyo del ejército sirio y los cazas rusos.

P. Entonces, si como usted dijo aquellos que se levantaron en armas contra el Gobierno son todos terroristas, ¿con quién exactamente negocian en Ginebra?
R. En Ginebra se suponía que había una mezcla. Por un lado terroristas y extremistas que se han formado en Arabia Saudí, algunos de los cuales pertenecen a Al Qaeda. Otra parte son opositores que viven en el exilio o dentro de Siria. Podemos negociar con esta otra parte, con los sirios patrióticos vinculados con su país, pero sin lugar a dudas no podemos negociar con los terroristas, y por ello fracasó la conferencia.

P. ¿Y los líderes y activistas de la oposición que están presos en Siria desde antes del estallido del conflicto en el 2011?
R. Todos ellos salieron desde hace mucho tiempo de la cárcel y la gran mayoría de ellos ya son parte de la oposición.

P. ¿Todos?
R. Todos salieron antes de 2010, incluidos algunos terroristas que habían sido sentenciados a varios años de prisión, como por ejemplo cinco años, y cumplieron la sentencia y salieron, y cuando comenzó la crisis se incorporaron de nuevo a los grupos terroristas.

P. ¿Posee usted prueba de ello?
R. Sí. Uno de ellos murió recientemente, Zahran Aloush. Fue sentenciado a prisión porque estaba vinculado con Al Qaeda y cuando comenzó la crisis, formó su propio grupo terrorista.

P. Según algunos cálculos hay en Siria 35.000 yihadistas extranjeros, entre ellos 4.000 que proceden de Europa. El Gobierno español declaró que alrededor de 300 personas portan pasaportes españoles. ¿Qué pasará con ellos si caen en manos del Ejército sirio?
R. ¿Los españoles?

P. Los yihadistas extranjeros en general.
R. Primero, nosotros tratamos con ellos como tratamos con los demás terroristas. Desde el punto de vista legal no hay diferencia en base a las nacionalidades, pero si pregunta sobre extraditarlos a sus países, eso ocurriría a través de las relaciones institucionales de ambos países.

P. En este contexto, desde su punto de vista, ¿qué es lo que atrae a este gran número de extranjeros a Siria?
P. Básicamente, el respaldo que reciben. Ellos reciben un verdadero respaldo externo. Arabia Saudí es el principal financiador de aquellos terroristas. Los ponen en aviones y los envían a Turquía y de ahí a Siria. El otro factor de atracción radica en el caos, ya que el caos constituye un terreno fértil para los terroristas. El tercer factor es la ideología, porque ellos pertenecen a Al Qaeda. Esta zona, en nuestra cultura religiosa, la cultura del Islam, ocupa una posición destacada después de La Meca, Jerusalén y los demás sitios sagrados. Ellos creen que pueden venir aquí para establecer su estado y seguro van expandirse a otras zonas más tarde. Pero la idea es que ellos pueden venir, combatir y morir por Alá y el Islam, para ellos esto es la yihad.

P. Si el Gobierno impone su control en todo el territorio sirio, ¿dará usted inicio a un proceso político? ¿Estaría usted dispuesto a ir a las elecciones otra vez?
R. Lo más normal sería la formación de un Gobierno de unidad nacional que integre a todas las corrientes políticas que deseen formar parte del mismo. Este Gobierno debería preparar las condiciones para la elaboración de una nueva Constitución, porque si se quiere hablar del futuro de Siria y debatirlo con los diferentes partidos, y discutir la forma de solucionar el problema interno, se debe debatir la Constitución. Sin lugar a dudas la Constitución debe ser sometida a un referéndum popular. Y en función de la nueva Constitución se deben realizar elecciones anticipadas. Si el pueblo o los diferentes partidos quieren realizar elecciones, se realizarán. Pero solucionar la parte política del problema no tiene nada que ver con mi opinión personal.

P. ¿Dónde se ve usted a sí mismo en 10 años?
R. Lo más importante es cómo veo a mi país, porque soy parte de mi país. Por consiguiente, después de diez años quiero haber sido capaz de salvar a Siria, pero ello no significa que siga siendo presidente entonces. Estoy hablando de mi visión sobre ese periodo. Siria estará bien y yo seré la persona que ha salvado a su país. Ese es mi trabajo ahora y ese es mi deber. Así me veo a mí mismo con respecto al cargo y a mi persona como ciudadano sirio.

P. Pero, ¿estará usted en el poder después de 10 años?
R. Ese no es mi objetivo. A mí no me interesa mi presencia en el poder. Para mí si el pueblo sirio quiere que esté en el poder, entonces estaré y si no quiere, entonces no estaré. Si no puedo ayudar a mi país, entonces deberé irme de inmediato.

P. Permítame citar una parte del informe del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre Siria, publicado el pasado 3 de febrero: “Algunos detenidos por parte del Gobierno fueron golpeados hasta la muerte o murieron a raíz de las heridas que sufrieron durante la tortura”. Añade que el Gobierno ha cometido crímenes de guerra.
R. Eso es similar a lo que hicieron los cataríes hace un año, más o menos, cuando falsificaron un informe compuesto por imágenes no verificadas de gente herida, basándose en informaciones de fuentes dudosas. Luego enviaron el informe a Naciones Unidas. Esto es parte de la manipulación mediática ejercida contra Siria. Este es el problema, Occidente y su campaña mediática. Se emplean informaciones no verificadas para acusar a Siria y responsabilizarla y luego adoptar medidas en su contra.

P. El mundo quedó conmocionado por la imagen del niño Aylan Kurdi, un refugiado sirio que tenía tres años, que apareció muerto en una playa de Turquía. ¿Cómo le hizo sentir esa imagen?
R. Es una de las partes más tristes del conflicto sirio, que haya gente que abandona su país por razones diversas. Pero más allá del sentimiento, la pregunta que a nosotros, como funcionarios públicos, nos hace la ciudadanía siria es qué vamos a hacer. Qué medidas se han tomado para permitir que esos refugiados vuelvan a su país o no se vayan en un principio. Hay dos razones. La primera, a la que nos tenemos que enfrentar, por supuesto, es el terrorismo, porque esos terroristas no sólo amenazan a la ciudadanía, sino que la privan de sus medios de vida básicos. La segunda razón es el embargo que se ha aplicado sobre Siria por parte de Occidente, especialmente EE UU, algo que ha causado más dificultades para la vida de la gente aquí, especialmente en el sector sanitario. Debemos enfrentarnos a estas razones para evitar que esta tragedia se alargue por un largo tiempo.

P. Usted ha mencionado que algunos de aquellos refugiados huyen del ISIS, pero algunos aseguran que huyen del gobierno o de las campañas que realiza el gobierno en algunas zonas sirias.
R. Podría darle hechos que contradicen esto y que puede usted ver durante su estancia en Siria, y es que la mayoría de las personas que viven en la zona bajo control de los terroristas han migrado a la zona bajo control del gobierno. Por lo que si quieren huir del Gobierno, ¿por qué acuden al Gobierno? Esto no es real. Pero ahora, cuando hay una batalla, tiroteo o enfrentamientos entre el Gobierno y los terroristas en determinadas zonas, es natural que la mayoría de sus habitantes dejen esas zonas hacia otras, pero ello no significa que huyan del Gobierno. Algunos de los que migraron a las zonas bajo control del Gobierno son familiares de los propios combatientes rebeldes.

P. Según estimaciones internacionales, alrededor de cinco millones de refugiados huyeron de Siria. Un millón han cruzado a Europa. ¿Qué garantías tienen esas gentes para regresar con toda libertad y sin miedo a represalias?
R. Por supuesto que pueden volver, quiero decir que es su derecho retornar. A menos que se trate de un terrorista o asesino, no han huido del Gobierno. Y algunos de ellos, y creo que un gran número, son partidarios del Gobierno y no han huido del mismo, pero como he dicho, las condiciones de vida se han deteriorado mucho en los últimos cinco años. Entonces sin lugar a dudas, pueden retornar sin que el Gobierno adopte cualquier tipo de medidas en su contra. Queremos que la gente vuelva a Siria.

P. ¿Qué puede hacer su Gobierno para detener el flujo de refugiados que ha provocado la muerte por ahogamiento de tantas personas en el Mediterráneo?
R. Como he dicho, no depende únicamente de Siria, sino también del resto del mundo. Primero, Europa debe levantar el embargo impuesto sobre el pueblo sirio, porque en realidad no es un embargo sobre el Gobierno sirio, sino contra el pueblo sirio. Segundo, Turquía debe dejar de enviar terroristas a Siria. Tercero, en tanto que Gobierno, debemos combatir a los terroristas, sin lugar a dudas, y debemos mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos con todos los medios a nuestro alcance que permitan a los sirios quedarse en su país. Esta es la única vía que puede traer a esa gente de vuelta o convencerles de regresar a su país. Estoy seguro de que la mayoría de ellos quieren volver a Siria.

P. Cuando usted llegó al poder, prometió realizar reformas democráticas, en una época que se denominó “la primavera de Damasco”. Algunos creen que si hubiera realizado aquellas reformas con más rapidez, hubiera podido salvar muchas vidas. Principalmente la oposición o EE UU alegan que si usted hubiera abandonado el poder, muchas de esas vidas se hubieran salvado. ¿Qué tiene que decir a esto?
R. La pregunta es: ¿Cuál es la relación entre lo que ha mencionado y con el envío de dinero por parte de Catar, el envío de armas y el respaldo directo a los terroristas? ¿Cuál es la relación entre esto y el papel de Turquía en el respaldo a los terroristas? ¿Cuál es la relación de ello con la presencia del ISIS y Al Nusra en Siria? Entonces esa relación no es correcta. Si quieren cambiar al presidente del gobierno, en cualquier régimen, ya sea en su país o cualquier otro país, debe hacerlo mediante un proceso político. No puede utilizar las armas. El uso de las armas no puede ser la vía para cambiar el régimen o establecer una democracia. La democracia no se logra a punta de pistola y la experiencia de EE UU en Irak, lo demuestra. El mismo caso ocurre en Yemen. El presidente [Ali Abdalá] Saleh abandonó el poder debido a las mismas alegaciones. ¿Qué ha ocurrido en Yemen? ¿Acaso está mejor ahora? Esto no es correcto y no existe ninguna relación. Podemos lograr la democracia mediante el diálogo y al mismo tiempo elevando el nivel de la sociedad hacia la democracia, para alcanzar esa misma democracia. La verdadera democracia debe establecerse en la base de la propia sociedad. Como podemos aceptar el uno al otro. Esta zona es un crisol que integra a las diferentes etnias, sectas y religiones. ¿Cómo pueden aquellos aceptarse el uno al otro? Cuando logren hacerlo, entonces podrían aceptarse el uno al otro políticamente y entonces alcanzas la verdadera democracia. Así que el asunto no depende del presidente. Han intentado personalizar el problema, solamente para demostrar que es un simple problema y que si el presidente abandone el poder, entonces todo marchará bien. Nadie puede aceptar esta visión.

P. En estos cinco años, viendo tantas vidas perdidas y sitios arqueológicos destruidos, ¿hubiera hecho usted algo diferente?
P. En general, si queremos hablar sobre principios, desde el inicio dijimos que combatiríamos el terrorismo y que íbamos a entablar un diálogo. Hemos abierto el diálogo con todos, excepto con los grupos terroristas. Al mismo tiempo, hemos abierto la puerta a los terroristas si quieren deponer las armas y volver a su vida normal, pues les hemos ofrecido una amnistía general. Entonces, este es el principio de la solución integral. Ahora, cinco años después, no puedo decir que esto haya sido un error, y no creo que vayamos a cambiar estos principios. Implementar las medidas es diferente a veces, porque ello depende de diferentes responsables, diferentes instituciones, diferentes personas y diferentes individuos. Cualquiera puede cometer errores, y eso puede ocurrir. Entonces si queremos cambiar algo, si pudiéramos cambiar aquellos errores que se han cometido en diferentes partes, lo habríamos hecho; eso es lo que habría hecho si pudiera volver atrás las agujas del reloj.

P. Entonces, desde su punto de vista, desde el principio usted calificó aquellas protestas que salieron en Deraa y Damasco como terroristas, como infiltradas por parte de fuerzas extranjeras. ¿Cómo vio usted aquellas primeras manifestaciones contra el Gobierno?
R. Al principio había una mezcla de manifestantes. Primero, Qatar pagó a esos manifestantes para sacarlos en Al Jazeera y luego convencer a la opinión publica mundial de que el pueblo se levantaba contra el presidente. El máximo número que alcanzaron fueron 140.000 manifestantes en toda Siria, lo que no es nada, en tanto que número, y eso es por lo que no estábamos preocupados. Entonces, infiltraron a los manifestantes con militantes que abrieron fuego contra la policía y contra los manifestantes, con el fin de provocar más protestas. Cuando fracasaron, comenzaron a enviar armas para apoyar a los terroristas. Pero ¿hubo manifestantes que protestaron con honestidad? ¿Que querían un cambio? Por supuesto, pero no todos. No puede decirse que todos ellos, como tampoco puede decirse que todos eran terroristas.

P. Usted visitó a España dos veces y los presidentes José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero visitaron también a Siria cuando estaban en el cargo. ¿Cómo han sido sus relaciones con España desde entonces?
R. España en general está en contra de cualquier solución arriesgada en Siria. Es algo que valoramos. No han apoyado ninguna acción militar contra Siria y dijeron que ello complicaría aún más la situación. No hablan de derrocar al presidente o interferir en nuestros asuntos nacionales. Dijeron que todo debe ocurrir en base a una solución política y mediante un proceso político. Esto es muy bueno. Pero al mismo tiempo, España es parte de la Unión Europea y ello la restringe para con las decisiones de la Unión. Esperamos de España ese rol de hacer llegar el mismo mensaje y transmitir nuestro punto de vista político respecto a nuestro conflicto a la Unión Europea.

P. En América Latina, en su opinión, ¿dónde gozan del mayor respaldo?
R. En general, y es algo extraño y lamentable a la vez, aquellos países más lejos de Siria poseen una visión mucho más realista de lo que ocurre en Siria que los europeos, que son mas cercanos en distancia, donde estamos considerados como el patio trasero de Europa. Estoy hablando a nivel oficial y de ciudadanía a la vez. Ellos nos conocen mucho más y respaldan a Siria en todos los foros internacionales y no han cambiado su postura desde el inicio de la crisis.

P. En Brasil está la comunidad siria más grande en el exterior. ¿Cómo es su relación con el Gobierno brasileño?
R. Tenemos relaciones normales con ellos, como las tenemos con Argentina, Venezuela, Cuba y todos los países de América Latina. Nuestras relaciones no han cambiado debido a la crisis y ellos conocen cada vez mejor la situación y respaldan cada vez más a Siria. Ello es muy diferente a la postura europea.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/02/20/actualidad/1455973003_241057.html

domingo, 28 de febrero de 2016

KL, Historia de los campos de concentración nazis (Crítica)

Sinopsis de KL Konzentrationslager, en alemán:

Nikolaus Wachsmann ofrece en esta obra histórica de referencia una crónica equilibrada, completa y sin precedentes de los campos de concentración nazis, desde sus comienzos en 1933 hasta su extinción —hace setenta años— en la primavera de 1945.

En marzo de 1933, Dachau, fue el primer campo construido cerca de Munich, está a unos 20 km por tren, se puede visitar como un lugar turístico, del que informan en la Oficina de Turismo de la estación de Munich.

A Hitler le entregó el poder el presidente Hindenburg, el 30 de enero anterior, a resultas de una carta, que así lo pedía, firmada por los representantes del capital industrial, financiero y militares junto a grandes propietarios de tierras y la aristocracia alemana. Hecho que se suele ocultar o ignorar.  Hitler no había obtenido mayoría absoluta en las últimas elecciones, ni en ninguna de las anteriores realizadas en democracia, es más, en las últimas, consideradas democráticas, de noviembre del 32, antes de ser nombrado canciller -obtuvo el 33%-, había perdido más de 2 millones de votos, con respecto a la anterior de septiembre del 32.

En solo dos meses -con casi un 38%, cuando había comenzado con un 3% en 1924- es decir, que los alemanes después de ir votándole cada vez más, comenzaron a ser conscientes del profundo error y el peligro que suponía darle la confianza y, por primera vez, empezaron a cambiar sus votos. La carrera ascendente no sólo se detuvo, sino que bajó y perdió más de 2 millones de votos.

No debemos ignorar que más del 60% de alemanes nunca le votó. La derecha pronazi alemana esperaba, después de la carrera ascendente, que en esas elecciones de noviembre del 32, ya conseguirían los nazis la mayoría absoluta, pues había logrado un 38% en las anteriores.

No resultó así, y a pesar de la bajada de votos y la nueva tendencia, ese cambio ya fue en vano, las cartas estaban marcadas, los poderosos (1) que habían ayudado con grandes sumas de dinero y apostado por él, lo tenían más que decidido. (Esta impostura continua en muchos libros de historia donde se insiste en afirmar, "el pueblo alemán votó a Hitler" o "Hitler fue elegido democráticamente por Alemania" cuando más del 60% no le votó jamas. El ascenso del nazismo era un proceso anunciado y promocionado por las clases dominantes alemanas, no por la mayoría de su pueblo.

De ahí que ante la bajada que, sin duda, les sorprendió, y la subida del PK, (100 diputados obtuvieron los comunistas) le entregaran el poder aún sin tener la mayoría absoluta, (Aquí los partidos de izquierda también cometieron errores, pues no imaginaron lo que les aguardaba con los nazis. En verdad nadie podía imaginar hasta dónde llegarían los nazis, aunque en 1922, Mussolini se había hecho con el gobierno de Italia, y había acabado con la democracia, persiguiendo, encarcelando y asesinando (como al diputado Mateoti) a toda la oposición de izquierdas)

Sobre el Tercer Reich se ha investigado más a fondo que sobre casi cualquier otro período de la historia y, sin embargo no había existido hasta ahora ningún estudio del sistema de campos de concentración que revisara exhaustivamente su prolongada evolución, la experiencia cotidiana de quienes vivieron en ellos —tanto verdugos como víctimas— ni la de todos aquellos que estuvieron en lo que Primo Levi denominó «la zona gris».

Con K L, Wachsmann cubre esta ostensible laguna en nuestra comprensión de los hechos. Su obra no es solo la síntesis de una nueva generación de investigaciones académicas —la mayoría sin traducir y desconocida fuera de Alemania—, sino que además saca a la luz sorprendentes revelaciones sobre el funcionamiento y el alcance del sistema de los campos de concentración, descubiertas tras años de estudio en los archivos. Este minucioso repaso de la vida y la muerte dentro de estos recintos, donde Wachsmann asume una perspectiva más amplia y muestra las diversas formas que fue adoptando aquel sistema a tenor de los cambios acaecidos en las esferas política, legal, social, económica y militar, nos permite contemplar un retrato unitario del régimen nazi y sus campos, inédito hasta hoy.

El historiador Nikolaus Wachsmann, es el autor de la monumental K L, Historia de los campos de concentración nazis (Crítica). En sus más de un millar de páginas –más de 300 de notas y bibliografía–, el autor recorre todos los campos de las SS desde sus orígenes hasta su final trazando una historia íntegra, completa, del sistema concentracionario. Desde la creación de Dachau, el primer campo, abierto en marzo de 1933, hasta la del de Dora-Mittelbau, el último, en otoño de 1944 (con sus dantescos túneles dedicados a la fabricación de la cohetería nazi), y las marchas de la muerte y la liberación. Una historia en la que escuchamos continuamente, entre los datos concisos, las voces de los presos y los guardianes, las víctimas y los verdugos, los perpetradores y los martirizados. Una de las cosas más notables del libro es precisamente que sin dejar nunca de ser un ensayo científico, cuantificador y esclarecedor, jamás es frío, sino que está lleno de nombres y caras y recorrido por un enorme sentido de la humanidad. Hay que alabar asimismo el magnífico pulso narrativo del autor, que contribuye a que la obra pueda conectar no solo con el especialista, sino con el gran público. Wachsmann destaca que los campos, “en los que se vivía un terror desenfrenado”, encarnan como ninguna otra institución del III Reich el espíritu del nazismo.

La cita con Nikolaus Wachsmann (Múnich, 1971) es en Londres, en cuya universidad enseña historia alemana moderna. En principio habíamos quedado en las salas de la exposición sobre el Holocausto en el Imperial War Museum, pero finalmente prefiere la mucho más sobria Wiener Library. Como tengo tiempo me acerco al primer destino. Nunca deja de conmoverme esa exhibición, probablemente la mejor plasmación en formato expositivo que se ha hecho nunca del genocidio judío (no en balde la asesoró el gran historiador especialista en el Holocausto David Cesarani, fallecido, por cierto, el pasado octubre). Es una visita dolorosa. Hay algunos elementos cuya visión es casi insoportable: la fotografía a gran tamaño de un soldado de los Einsatzgruppen a punto de disparar su pistola sobre un judío arrodillado ante una fosa común en Vinnitsa (Ucrania) que mira a la cámara; las imágenes de las excavadoras arrastrando cadáveres en Bergen-Belsen, la mesa de disección… Me siento a repasar el libro de Wachsmann frente a la gran maqueta blanca de Auschwitz que representa a escala la entrada de Birkenau, la plataforma de selección y, al extremo, las cámaras de gas y crematorios II y III en mayo de 1944 durante la llegada de un convoy de judíos húngaros, cuyo exterminio convirtió al campo en el epicentro de la Solución Final y lugar del mayor asesinato en masa de la historia moderna. Uno podría pasarse la vida ante ese horror en miniatura, tratando de entender.

La Wiener Library para el estudio del Holocausto y el genocidio, una de las colecciones más importantes del mundo de documentos sobre el tema, se encuentra en Russell Square, junto a los jardines, a tiro de piedra del British Museum. La colección fue fundada por el judío alemán Alfred Wiener y su material ayudó a llevar a los criminales nazis ante la justicia. En la recepción me encuentro con Wachsmann, sorprendentemente joven y vestido de manera tan informal que me hace sentir improcedentemente arreglado con mi americana. Nos instalamos en la biblioteca del primer piso, que aún no ha abierto al público, rodeados por paredes cubiertas de estanterías hasta el techo con libros sobre temas como la eutanasia y la doctrina racial, los crímenes de guerra, los guetos o las SS. Un gran ventanal da al parque en el que corretean ardillas grises. Gris Feldgrau, anoto mentalmente.

Le digo a Wachsmann que sorprende descubrir en su libro que en Auschwitz se exterminó a otras personas (prisioneros de guerra soviéticos) antes que a los judíos o que Dachau no era en su inicio un mal sitio, ¡hasta se permitían las visitas! “Al principio, pero en cuanto las SS se hicieron con el control las cosas empezaron a cambiar y la vejación y el maltrato se convirtieron en el sello del sistema; la muerte dejó de ser una excepción”. Al final morirían casi 40.000 presos en Dachau. En total, contabiliza el historiador, las SS instauraron 27 campos de concentración principales y otros 1.100 secundarios, una verdadera telaraña de sufrimiento y terror. No todos existieron al mismo tiempo, unos se abrían y otros se cerraban. Dachau fue el primero, y el único que estuvo siempre en funcionamiento. De los 2,3 millones de personas, hombres, mujeres y niños, que fueron a parar a los campos entre 1933 y 1945, 1,7 millones murieron allí, casi un millón de judíos, aunque también otras víctimas muchas veces olvidadas, recalca el historiador, como los marginados sociales, los homosexuales (que sufrieron especialmente por la brutal homofobia de las SS) o los gitanos (a los que también tenían gran ojeriza las SS: Höss, el comandante de Auschwitz, creía que habían intentado raptarlo de niño).

¿Cuál era el propósito de los campos? “Obedecían a diferentes fines. Esencialmente eran parte de la red de terror de Estado que incluía los tribunales, la policía, las cárceles o los guetos. El KL debía erradicar a aquellos señalados como enemigos sociales, raciales y políticos para crear una comunidad nacional uniforme y "sana". Esa función adoptó, progresivamente, diferentes formas, en constante evolución y solapamiento, como el trabajo forzado, el asesinato selectivo, los experimentos humanos y el exterminio masivo. Los campos eran muy polifacéticos, algo que la gente no suele ver”.

De su libro KL explica que “es fruto de un largo proceso”: “Una de las cosas que me parecía fundamental era integrar las dos visiones, la de las víctimas y la de los perpetradores”. “Cuanto más leía e investigaba sobre los campos, más cuenta me daba de lo complicada que es su historia. No hay respuestas fáciles, no hay prisioneros típicos ni típicos guardianes, ni campos típicos. La historia de los campos es la de un cambio constante, muy dinámica, no es rectilínea, ni siempre coherente. La impunidad en el asesinato de presos, por ejemplo, se alcanzó solo gradualmente, y varios de las SS se sentaron en el banquillo de los acusados por malos tratos en 1934. En 1937 morían de media en los grandes campos (Dachau, Sachsenhausen y Buchenwald) solo cuatro o cinco prisioneros al mes. En 1941, 463 reclusos perdieron la vida sólo en Dachau. En septiembre y octubre de 1941, las SS ejecutaron a 9.000 prisioneros soviéticos en Sachsenhausen, 300 al día, y los quemaron. El mayor asesinato en una sola jornada tuvo lugar en Majdanek, el 3 de noviembre de 1943, cuando 18.000 judíos fueron eliminados a tiros; denominaron aquello Operación Fiesta de la Cosecha. Sin embargo, hubo un momento, antes de la guerra, en que los campos casi desaparecieron. Y otro en el que, aunque parezca increíble, Himmler, su gran artífice, mandó que se matara menos para aprovechar la mano de obra”.

Apunta el autor que la propia relación de los campos con el Holocausto –la parte de la historia de los KL que más ha impactado en la imaginación popular–, cómo se implicaron en él y cómo los nazis acabaron perpetrandolo en sus instalaciones, es muy distinta de lo que se suele creer. De hecho, cuando el Holocausto entró en los KL, “muchos de sus elementos estructurales ya habían aparecido antes de que las SS cruzaran el umbral del genocidio judío”. Los “mecanismos esenciales del Holocausto” –el engaño, la muerte de prisioneros inútiles para trabajar, el exterminio masivo, incluso el uso del gas y la profanación de los cadáveres– ya estaban implantados en 1941 en algunos campos como Auschwitz, aunque aún no se tenía en mente la matanza sistemática de judíos en sus instalaciones.

Una de las aseveraciones más impactantes de Wachsmann es que “hay que desmitificar Auschwitz” en la concepción popular de los campos. Auschwitz, afirma, era una singularidad en el sistema KL, y “no era inevitable”. La transición de Auschwitz (abierto el 14 de junio de 1940 para doblegar a los polacos conquistados) de campo de concentración a campo de exterminio “fue casi casual”, y Auschwitz, recalca, pese a representar para todo el mundo el símbolo del Holocausto (allí se asesinó a casi un millón de judíos, más que en cualquier otro lugar), no fue creado especialmente para exterminar a los hebreos ni fue esa su única razón de existir. Como sí lo fue, en cambio, la de otros campos que funcionaban de manera independiente en el sistema KL, los campos de la muerte, como Belzec, Sobibor y Treblinka.

Auschwitz, recuerda Wachsmann, no fue porcentualmente el campo más letal: “Sobrevivieron decenas de miles de prisioneros mientras que de Belzec, por ejemplo –uno de los campos concebidos específicamente para matar judíos y en el que el exterminio se realizaba inmediatamente, como en Treblinka–, solo se conocen tres supervivientes”. Pero eso no es óbice, matiza, para que Auschwitz sea la capital de Holocausto. “Aunque funcionara como un híbrido, su papel fue central en la Solución Final”. En todo caso, recuerda, solo se mató allí a uno de los seis millones de judíos asesinados en Europa: el resto lo fue en zanjas y campos por todo el este o en los campos de la muerte como Treblinka.

El Holocausto no iba a parar, revela Wachs­mann. Cuando en noviembre de 1944, ante el avance de los rusos, los nazis desmantelan las cámaras de gas de Birkenau, lo hacen, explica, para enviarlas a un lugar ultrasecreto cerca de Mauthäusen, un último campo de exterminio donde planeaban seguir el asesinato en masa sistemático de los judíos.

¿Hasta qué punto sabía Hitler lo que ocurría en los campos? A diferencia de Himmler, que lo hacía con frecuencia, él nunca visitó ninguno, ¿no? “Probablemente no, se mantenía deliberadamente lejos del trabajo sucio, de todo lo que le pudiera restar popularidad; no le interesaban los detalles y delegaba. Los campos tenían siempre algo de sucio y pecaminoso; cuando hablaba en público de ellos, Hitler siempre recordaba que los habían inventado los británicos. Durante la investigación me pareció encontrar una foto en la que aparecía visitando uno, lo que me entusiasmó, pero finalmente no era él”. ¿Hitler sabía cómo se desarrollaba todo dentro? “Sí y no. Por supuesto todo emanaba de sus decisiones. Pero no era un micromanager como Himmler”.

Los campos de concentración no los inventaron los nazis, pero Wachsmann recalca que los hicieron muy diferentes. “Se ha tratado de relativizar los campos nazis comparándolos con el Gulag. A los nazis no les hacía falta copiar nada, tenían su propio modelo. No hay nada comparable con el lado tecnológico de los campos nazis y su culminación en el complejo de exterminio de Auschwitz. Como decía Hannah Arendt, si los campos soviéticos eran el purgatorio, los nazis eran el infierno. En el Gulag, el 90% de los presos sobrevivieron; en el KL, menos de la mitad. La violencia es un aspecto común, pero lo que hacía tan destructivos los campos nazis es su modernidad: el terror burocrático, la tecnología, el gas. Todo ese lado oscuro de la modernidad que poseían los campos. La modernidad no lleva inevitablemente al progreso y la civilización”.

¿Tienen los campos nazis una lección para nosotros en momentos en que se debaten en Europa recortes a las libertades para frenar el terrorismo y llegan oleadas de refugiados? “Es difícil de contestar. De manera rápida le diría que sí. Que son una advertencia. Pero ¡cuidado con los paralelismos fáciles! Muchas veces buscamos lecciones que el pasado no puede dar. No se puede predecir el futuro y una de las verdaderas lecciones de la historia es su complejidad. Mi libro en todo caso no va por esos derroteros, no quiero imponer mis visiones, yo señalo que no hay inevitabilidad en los procesos y el lector debe sacar sus propias conclusiones”.

Probablemente una de las cosas que sorprenderán a mucha gente es que los campos nazis se hicieron originalmente para llenarlos de alemanes. “Así es, para destruir a la izquierda alemana. Los nazis tenían una paranoia con los comunistas. Y recuerde que los alemanes no votaron masivamente (ojo, el 33% de votos de noviembre del 32 no es masivamente) a los nazis por ser antisemitas, sino para que alejaran el espectro de la izquierda y de una revolución. Los KL emergieron en ese contexto, luego, con la guerra, se llenaron de otros europeos, como los españoles republicanos enviados a Mauthausen en 1940, y de judíos”. Pero si eras judío, ya desde el principio, subraya Wachs­mann, eras peor tratado. “Desde luego el antisemitismo y la violencia contra los judíos están presentes en los campos desde el primer momento. No es una coincidencia que los primeros asesinados en Dachau sean judíos. Pero la idea de los nazis al crear los campos no es matar judíos. El plan es mucho más extenso. El KL es el gran arma de terror del régimen contra todos los que considera enemigos”. Apenas ha acabado de pronunciar la frase el historiador cuando una urraca se estrella contra el ventanal con un golpe sordo. Se marcha volando, pero la escena resulta extrañamente perturbadora.

Wachsmann continúa explicando que lo que ocurrió es que al empezar los asesinatos de manera bárbara de cientos de miles de judíos de los territorios ocupados en el este, con ejecuciones masivas y entierro en fosas, los líderes nazis pensaron que esa manera de proceder era insana para… las SS. “Les pareció que resultaba muy duro psicológicamente para los ejecutores matar así”. Entonces Himmler, tan preocupado por el decoro, buscó la manera de hacerlo más humano para los asesinos y se experimentó con diferentes métodos. Como las inyecciones letales y el gas, que ya se habían empleado en los campos en otro contexto, para eliminar a los prisioneros desechables o a los millares de soldados soviéticos capturados.

“Las SS”, dice Wachsmann, “habían recurrido a una serie de expertos en eutanasia, los de la famosa Aktion T4, que habían asesinado en Alemania a minusválidos y deficientes mentales, unas 80.000 personas, muchos por gas, en aras de la política hitleriana de eugenesia, para que aplicaran su experiencia criminal en los campos a partir de 1941”. Cuando se empezó a exterminar en masa a los judíos en Auschwitz, dice el historiador, la maquinaria asesina ya estaba engrasada y había matado a decenas de miles de personas.

Sorprende encontrar en un libro como KL, junto a todo el espanto, la congoja y el hedor, sentido del humor. Como el del comunista Hans Beimler, que, tras escapar de Dachau en 1933, envió desde Checoslovaquia una postal para las SS del campo en la que solo ponía: “Bésame el culo”. Un poco de luz entre tanta oscuridad. “Es algo intuitivo, no premeditado. Tenía que mantener de alguna manera una cierta distancia, pero al tiempo necesitaba mostrar empatía, es un libro que no ha sido fácil de escribir”.

Una cuestión resulta especialmente atormentadora. ¿Cómo pudieron encontrar los nazis a tanta gente malvada, más de 60.000, calcula el historiador, para llevar los campos? Wachsmann ríe con amargura. “Esa es una buena lección. La mayoría de los guardianes, que Himmler y Eicke veían como soldados políticos, una élite, no eran psicológicamente anormales. Podían mostrarse brutales y violentos, sí, pero luego tenían vidas perfectamente normales. Lo que lleva a la pregunta ¿por qué? Que fueran fanáticos creyentes no es toda la historia. Querían imponerse a otros, probarse a sí mismos, ser duros, demostrar masculinidad” –el historiador apunta que las mujeres guardianas nunca fueron miembros de pleno derecho de las SS, no había paridad en las SS–. “Pero los guardias no eran unos sádicos en general, solo unos pocos sufrían alguna disfunción psicológica. No había tantos monstruos como cree generalmente la gente. Ya lo dijo Primo Levi: lo más peligroso son los hombres ordinarios”. Eso no quita que hubiera verdaderos matarifes, como el Oberscharführer Martin Sommer, que en Buchenwald abusaba sexualmente de prisioneros, los mataba y los metía debajo de su cama, o el también suboficial Erich Muhsfeldt, que bromeaba en Majdanek saludando con las extremidades desgajadas de los cadáveres. El historiador destaca “la continuidad de los guardianes”: mandos y subordinados pasaban de un campo a otro, llevando consigo su experiencia acumulada y su camaradería en la violencia.

Un apartado del libro está dedicado a la suerte que corrieron los campos después de la guerra y hasta nuestros días. Wachsmann detalla las polémicas en torno a Dachau o Ausch­witz como lugares de memoria. ¿Qué futuro contempla para los KL que se conservan? “No soy museólogo. Captar la historia en un lugar es increíblemente difícil, y tratar de explicarla en un campo resulta interesante pero complejo. Hoy en día encuentras gente que se hace selfies en Auschwitz y hay un turismo de los campos. Se opta por explicar historias individuales para captar audiencia, quizá las viejas exhibiciones con paneles eran más claras. La historia de los campos cambia, como cambiaron ellos mismos. Hay nuevas formas de pensarlos. No tengo claro que esté dicha la última palabra sobre los campos de concentración nazis".

http://elpais.com/elpais/2016/02/11/eps/1455205269_835047.html?rel=lom



Música en Dachau: Dachau Song - Dachaulied
https://youtu.be/H97ZjPwNm6A

Eric Hobsbawm hizo del siglo XX: “El siglo de los extremos”. Decía también el historiador que un fenómeno característico de esa época era, “la destrucción del pasado, o más bien de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia contemporánea del individuo con la de generaciones anteriores”.

También saca a colación una frase de la escritora alemana Anna Seghers. En su novela La séptima cruz, uno de sus protagonistas dice que el fascismo consiguió lo que ningún poder anterior: poner una tierra de nadie entre las generaciones para que las experiencias colectivas y políticas no pasaran de unas a otras.

"...las SS de Ravensbrück se centraron en la producción a gran escala de uniformes en talleres de sastrería, y en el verano de 1940 estos talleres se integraron en el gigante textil de las SS, Texled, en el que las prisioneras llegaron a alcanzar una alta productividad que hizo de este negocio el único rentable de las SS desde el principio. Entre julio de 1940 y marzo de 1941, en Ravensbrück se produjeron unas 73.000 camisas presidiarias."

(1) La Alemania nazi, Collotti, Enzo, Alianza Editorial (1972)

(2) Hay todo un trabajo de distracción, ocultamiento, camuflaje y manipulación para que esta operación de fomento e implantación del nazismo por las clases dominantes no aparecieran a la luz y ninguno de esos responsables fuese juzgado ni se les exigiese responsabilidad ninguna a ellos, a sus empresas e instituciones- Ningún empresario fue juzgado en Nuremberg, ni a los que trataron a trabajadores como esclavos en sus empresas, con un comportamiento delictivo por su gran crueldad, en cuanto a horarios, castigos, incluidas las ejecuciones por simples faltas o errores, su ritmo de trabajo, deficiente alimentación, maltrato, torturas, castigos crueles, asesinatos en público, ahorcamientos, palizas y apaleamientos hasta la muerte, uso de perros entrenados para matar  y deportaciones, etc. etc.

sábado, 27 de febrero de 2016

“El mobiliario sí importa en la escuela”. La diseñadora holandesa Rosan Bosch está revolucionando los espacios educativos ligados a nuevas metodologías de enseñanza

Rosan Bosch (Utrecht, 1969) es uno de los rostros más visibles de la innovación educativa a través del diseño de nuevos espacios y mobiliario. Con más de una decena de colegios construidos en Dinamarca y Suecia (de ellos, nueve son públicos) o en ciudades como Abu Dabi, Bosch apuesta por la eliminación de las aulas con filas de pupitres mirando a una pizarra, por el derribo de los muros en las escuelas y por los espacios diáfanos en los que el niño decide dónde quiere aprender.

Su máxima es que los estudiantes tomen decisiones desde el principio y escojan lo que más les interesa, porque en el mundo actual, según la propia diseñadora, “ya no vale trabajar bajo las directrices de un jefe; el mercado demanda perfiles que sepan pensar de forma independiente y tomar la iniciativa sin miedo a equivocarse".

Bosch estudió en un colegio Montessori, un método desarrollado a principios del siglo XX por la doctora italiana Maria Montessori basado en la idea de que los más pequeños aprenden de forma natural si se les permite seguir sus instintos. Pero su interés por la innovación educativa no le viene de ahí, sino de la desmotivación con la que sus propios hijos volvían de la escuela.

Pregunta. ¿Cómo puede influir el diseño en la forma de aprender?
Respuesta. Tal y como están concebidas las aulas, los niños llegan a clase, se sientan en un silla y se limitan a escuchar y a hacer lo que les dice el profesor. Es antinatural tener a estudiantes tan pequeños inmóviles en sus pupitres sin la posibilidad de desplazarse libremente y encontrar el entorno en el que se sientan más cómodos. Los seres humanos somos diferentes y nuestro cerebro funciona de forma distinta. Hay niños que necesitan total tranquilidad para procesar nueva información y otros que lo hacen mejor de forma colaborativa. La escuela moderna tiene que adaptarse a esa realidad y el diseño del espacio puede cambiar el modo de pensar, funcionar y reaccionar. Este tipo de estructuras más flexibles incentivan al niño a tomar sus propias decisiones. No se trata de poner ruedas a las sillas y a las mesas, sino de permitir la libertad de movimiento de los chicos. Es muy difícil cambiar la mentalidad de la comunidad educativa, y el espacio físico ayuda porque crea una nueva realidad.

P. Se habrá encontrado con detractores que piensen que dejar al niño decidir puede perjudicar su disciplina.
R. Los niños no son animales salvajes que necesiten reglas rígidas. Una vez que les explicas que disponen de diferentes estancias para la lectura en solitario, para el debate, para el trabajo en grupo y también para escuchar las lecciones del profesor, lo entienden perfectamente y se adaptan. El formato del niño fijo en una mesa tiene mucho que ver con la disciplina y poco con el aprendizaje. El sistema tradicional les entrena para escuchar largos discursos sin aburrirse, y eso resulta imposible hasta para un adulto, que no aguanta más de 20 minutos de charla sin desconectar. Esos niños van a vivir en una sociedad totalmente diferente. Las nuevas generaciones tendrán que adaptarse a trabajos que aún no existen y detectar sus carencias. Se necesita gente que de forma independiente pueda aprender nuevas habilidades y conocimientos. Ser pasivo y actuar solo bajo las directrices de terceros ya no funciona.

P. ¿Por qué cree que es prioritario un espacio que favorezca el trabajo en equipo?
R. El mundo se ha vuelto global. Ahora se trabaja con personas de diferentes culturas. Mis reuniones de trabajo, por ejemplo, son a través de plataformas online con colaboradores en Dubái o Michigan. En los exámenes de la escuela no se mide el liderazgo, ni la capacidad de aprender por uno mismo o las fórmulas para colaborar de la mejor forma posible. Tampoco cómo buscar información y contrastarla o saber concentrarse cuando hay muchas distracciones. Todo eso no se evalúa en el colegio y son capacidades básicas en el mundo real.

En España, es especialmente difícil innovar porque la gente tiene miedo al cambio. El sistema educativo español no enseña a hacer preguntas y eso se nota cuando los graduados van a trabajar al extranjero. En el caso de nuestro estudio, se tienen que acostumbrar a una forma muy diferente de trabajar que requiere más autonomía e iniciativa. Lo cierto es que todos los que aceptamos llegan con experiencia internacional y dominio de varios idiomas.

P. Después de más de diez años dedicada a las galerías de arte, ¿cómo dio el giro hacia la educación?
R. Cuando mis dos hijos comenzaron la escuela estaban deseando aprender, todo les generaba curiosidad. Poco a poco, cada vez volvían a casa más desmotivados, hablaban de la escuela como un lugar aburrido y solo les contentaba planear qué harían en su tiempo libre. Fui a hablar con la profesora y me dijo que lo sentía pero que estaba sola con 30 niños y que no disponía de más recursos. Me explicó que había niños que seguían la clase y otros que se distraían. En ese momento ya me había dado cuenta del diseño y su poder de seducción, así que decidí emplearlo en la educación. Empecé a trabajar con pedagogos, profesores y padres. El proyecto de transformación tenía que ser integral.

P. ¿Cuál fue la primera escuela con la que trabajó?
R. Fue en el año 2006 en un colegio de Gentofte, un pueblo cercano a Copenhague. El ayuntamiento puso en marcha en 1999 un proyecto para transformar doce escuelas públicas y yo me encargué posteriormente de una de ellas, la Ordrup School. Durante tres semanas nos colamos en las aulas para ver la forma de trabajar y de moverse de los alumnos y profesores y detectamos que el problema principal era la rigidez del espacio. Permitimos a los niños sentarse en el suelo y trabajar a la luz de una lámpara, colocar post it con sus ideas debajo de las mesas o leer en solitario en tubos circulares. Los profesores, que al principio se mostraban reacios, se dieron cuenta de la importancia de contar con diferentes espacios para la concentración o la colaboración entre los niños y ahí jugaba un papel esencial el mobiliario y su distribución en el aula.

P. ¿Le resultó complicado contar con la colaboración de los profesores?
R. Todo cambio resulta doloroso y al principio todo parecía abocar a la catástrofe. Para que los profesores se sientan cómodos, tienes que trabajar con ellos, y cuando empiezan a ver los resultados, son los primeros en entusiasmarse. Estamos acostumbrados a pensar que los profesores no se reciclan, que durante toda su trayectoria manejan los mismos contenidos y no tienen necesidad de actualizarse, algo que no sucede con otras profesiones como los médicos. Ha llegado el momento de remover los cimientos de la educación, tenemos que ser justos con lo que los niños merecen.

En el caso de este colegio, los resultados fueron excelentes, los niños venían entusiasmados a clase con ganas de explorar las nuevas formas de aprendizaje; las filas de pupitres habían desaparecido. La transformación del espacio físico es el primer paso para poder cambiar la metodología de enseñanza y para que todo esto suceda hace falta la colaboración de los profesores...
http://economia.elpais.com/economia/2016/02/10/actualidad/1455121704_660093.html?rel=lom

viernes, 26 de febrero de 2016

Podemos se levantó este miércoles de la mesa de negociaciones con el PSOE por considerar que el acuerdo firmado por los socialistas con Ciudadanos es "incompatible" con sus políticas y con su aspiración de formar un gobierno de cambio.

PÚBLICO / AGENCIAS

"El PSOE ha frustrado, de momento, una oportunidad histórica", defendía el portavoz de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón en rueda de prensa el miércoles. Aseguró que "la mano" del partido morado "sigue tendida" para un gobierno de cambio aunque dio por rotas las negociaciones hasta después de la investidura.

Según Errejón, el pacto con Ciudadanos demuestra que el PSOE "ha elegido" y ha asegurado que en Podemos están "decepcionados y defraudados", ya que, a su juicio, se trata de una "oportunidad" perdida para formar un gobierno de cambio.

En concreto, el partido morado identifica ocho razones principales de esa "incompatibilidad":

1. No se deroga la Ley Mordaza que, según Podemos, "ataca a las libertades públicas y que ha sido calificada por Amnistía Internacional como una amenaza para los Derechos Humanos".

2. Conlleva el "abaratamiento del despido" y no se deroga la reforma laboral. El partido morado denuncia que "el PSOE ha aceptado el contrato único con otra denominación" porque el acuerdo pasa por "reducir aún más las indemnizaciones por despido".

El acuerdo inicial conllevaba que la indemnización por despido improcedente en contratos temporales pasara de entre 20 y 33 días al año, a 20 el primer año, 25 el segundo y 33 a partir de ahí. No obstante, finalmente el PSOE y Ciudadanos acordaron cambiar este punto para mantener las cifras en vigor actualmente. Por otra parte, Podemos denuncia que "el contrato temporal deja de tener que estar vinculado a una causa objetiva jurídica".

3. Complemento Salarial: Esta medida lleva, según Podemos, a "premiar con dinero público a los empresarios que pagan bajos salarios", en lugar de ofrecer "derechos laborales".

4. Salario Mínimo Interprofesional (SMI): Podemos considera "ridícula" la subida del 1% que fija el acuerdo. A su juicio, teniendo en cuenta la inflación, supone realmente "congelar" el SMI.

5. Podemos critica también el "orden de prioridades macroeconómicas" que establece el documento de PSOE y Ciudadanos. Según la formación emergente, "salva puntos clave de las reformas económicas del Gobierno de Mariano Rajoy" y plantea algo "inviable" como "revertir los recortes" sin abordar "una reforma tributaria". Además, critican que si en su programa el PSOE se comprometía con el objetivo de reducir a la mitad la tasa de paro, este punto ha desaparecido del documento actual.

6. No se deroga el Artículo 135, lo que llevará, a su parecer, a que los servicios públicos y los derechos sociales sigan "sometidos" a los "intereses de los acreedores.

7. La propuestas referentes a la Sanidad pública "abren las puertas" según Podemos, al "copago farmacéutico y a la privatización de la gestión".

8. En cuanto a la "despolitización de la Justicia", el partido de Pablo Iglesias critica que el acuerdo no aborda realmente esta cuestión. "El acuerdo entiende que despolitizar la Justicia es que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en vez de 20 vocales elegidos por políticos, lo formen 10 vocales elegidos por políticos.

El acuerdo con Ciudadanos "no suma".
El secretario de Relación con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, cree que el PSOE todavía puede "reflexionar" y darse cuenta de que pactar con Ciudadanos "no es lo que la gente votó el 20 de diciembre". "Creemos que este acuerdo con Ciudadanos no suma y entendemos que en algún momento cabe la posibilidad de que se dé una reflexión en el PSOE", ha dicho.

Mayoral ha explicado que las negociaciones de Podemos con el PSOE sólo habían tocado la parte económica y "no había mucha sintonía en avanzar" por parte de los socialistas. En su opinión, el PSOE "tiene un problema de asunción de la nueva geografía política" porque no entiende la necesidad de formar "gobiernos diferentes".

"Nos encontramos con que realmente la mesa donde existía interés por los avances era en otra", ha añadido. En este sentido, ha defendido que Podemos "ha mostrado mucha flexibilidad y disposición" desde el primer momento y se ha encontrado con la "poca disposición" del PSOE.

Preguntado por si ahora Podemos aspira a unas elecciones o si seguirá insistiendo en el pacto con el PSOE, Mayoral ha dicho que "se intentarán agotar todas las posibilidades que puedan existir para conformar un gobierno de cambio".

"Fuimos con las carta boca arriba desde el primer momento", ha defendido y ha lamentado que existieran prioridades por parte del PSOE hacia las políticas de Ciudadanos. "Tendrá que explicárselo a sus votantes después de todas las cosas que han dicho de Ciudadanos o de Luis Garicano (responsable económico de Ciudadanos).

Además, ha añadido que el PSOE se ha decantado por "el mejor representante de los bancos en el Hemiciclo" que es, a su juicio, Garicano. Con todo, ha remachado que el documento que han firmado los socialistas con Ciudadanos "no garantiza" que se hagan políticas activas para la mayoría social.
http://www.publico.es/politica/identifica-ocho-incompatibilidades-fundamentales-acuerdo.html

Sílvia Pérez Cruz, una voz en libertad

Esta es la historia de una cantante y compositora con una voz en la que el jazz, las habaneras, el flamenco o la música popular conviven pacíficamente y arrastra una legión de seguidores que no para de crecer.


El primer resultado de la aventura es un disco corto e intenso. Y, como suele suceder con el arte difícil de categorizar de su autora, se describe mejor en negativo. No es exactamente la banda sonora de la película; las canciones, no narrativas, figuran en distinto orden que en el filme y de su escucha no se transparenta gran cosa de la trama. Tampoco es un álbum de canción protesta, la denuncia emana más de una partitura melancólica que del realismo de las letras en castellano, portugués e inglés.

Quería tratar problemas universales, no hablar solo de desahucios”, dice ella. Aunque de eso también haya, sobre todo en el corte que abre el disco, ‘No hay tanto pan’, en el que, con un guiño a los gallos rojos y negros del simpar Chicho Sánchez Ferlosio, Pérez Cruz canta sobre una “gran culpa que no es tuya ni mía”, sobre “discursos, banqueros y trileros”, “bolsos, confeti, cruceros y puteros” y aquellos que “te roban” y encima “te gritan”. Y también de lo “indecente” de un mundo de “gente sin casa y casa sin gente”.

“Cuando recibí esa llamada”, recordaba recientemente la cantante durante una tenue tarde del invierno mediterráneo en una conocida coctelería de Barcelona, “estaba obsesionada con Ada, con esa claridad de discurso y el aplomo con el que se dirigió al Congreso”. Y así fue como el primer sí (“hacer la banda sonora”) se convirtió en un salto sin red que incluía un papel protagonista. “Fueron meses de empeño de Cortés hasta lograr convencerme. Yo nunca había actuado antes, salvo en un taller a los 13 años en la escuela. Nunca he terminado de entender el arte de la interpretación. Se comparten cosas, hay emociones, hay incluso melodías. Pero no hay música”. Curiosamente, el punto de acceso lo halló, dice, en su total ausencia: “En el silencio que se hace justo antes y después de que se grita ‘acción’. Es muy concentrado, muy respetuoso. Es una experiencia colectiva, como cuando te subes a un escenario”.

Eduard Cortés (Barcelona, 1959), que la descubrió con el montaje El jardín de los cinco árboles, a partir de poemas de Salvador Espriu, siempre tuvo “claro” que tras la voz se escondía una actriz natural . “Si lográbamos poner toda la verdad que ella tiene cantando en la película, la cosa funcionaría. Además, resultó tremendamente inspiradora para todos durante el rodaje”. Más complicado fue levantar la financiación del proyecto. “Pese a que no es una película política ni nada panfletaria, supongo que la temática no era la más atractiva para las televisiones”, afirma Cortés. Al final, hubo que recurrir a una ronda de crowdfunding (217.000 euros) y los equipos técnico y artístico aportaron parte de su sueldo, que fiaron al resultado de taquilla (en el caso de la protagonista, el porcentaje ha rondado el 40%).

Es tentador pensar como el cineasta. Si algo hace destacar a Pérez Cruz es su asombrosa capacidad interpretativa, el modo en el que solo ella dice las canciones, propias y ajenas (en su mundo, las versiones, obedecen a la lógica de un armario; “es como con los trajes, hay que buscarlos, algunos te gustan pero no te sientan bien”). El verdadero poder de su voz se despliega en directo. Sus recitales, ante audiencias que crecen con cada concierto, acaban convertidos en rituales en los que no es raro ver a la gente, de todas edades y sexos, llorar. Es, si se permite el eslogan, el fenómeno Sílvia Pérez Cruz, una de las historias de éxito más inesperadas de los últimos tiempos en la música popular española.

¿O cómo, si no, se puede explicar que un álbum de versiones haya sido disco de oro en un país que hace tiempo dejó de pagar por la música grabada? Sucedió con granada (así, en minúscula, como la fruta y el explosivo), álbum firmado a medias con Raül Fernandez Miró, Refree, solicitado guitarrista y productor barcelonés. Juntos venían colaborando desde hacía una década, cuando ella, casi aún una adolescente, ya había cambiado su lugar de nacimiento, Palafrugell, bella localidad del Baix Empordà –cuyo “paisaje” y “mar de invierno” son lo que mejor la “definen”–, por la Barcelona del cambio de siglo.

Fernandez Miró (Barcelona, 1976) coprodujo también 11 de novembre (2012), álbum con el que la artista debutó en la multinacional Universal en una asociación que se ha demostrado fructífera para ambas partes. En el argot de la disquera, Pérez Cruz es la perfecta “artista de largo recorrido”, un unicornio blanco en los tiempos que corren. Y al firmar el contrato, recuerda ella, la preocupación fue asegurarse una “libertad” que, de momento, le respetan.

Aquel disco, una refrescante mezcla de música mediterránea, jazz, flamenco o bossa nova, sonaba en catalán, inglés, portugués y español, y marcó el inicio del viaje de su reputación más allá de las fronteras catalanas, donde ella ya llenaba teatros. El álbum estaba dedicado a la memoria de su padre, Castor Pérez (1955-2010), cantante y estudioso de las habaneras, género musical de gran arraigo en el rincón del mundo en el que la niña creció. “Dedicó su vida a eso”, recuerda. “Escribió libros, tenía un archivo en Cuba. Viajó 22 años a la isla en busca de canciones. Hay una melancolía muy poderosa en todo ello… Obviamente, me parecía un rollo cuando era pequeña, pero con la edad he aprendido a apreciar la estampa: dos hombres en una vieja taberna de madera cantando emocionados letras que se saben de toda la vida. Cuando es así, de verdad, me gusta. La postal no me interesa lo más mínimo. Algún día espero hacer un álbum de habaneras”.

Hija también de una cantante, Glòria Cruz, que aún vive en Palafrugell, Sílvia comenzó a estudiar música a los cuatro años. A “los 12 o 13” un profesor le dijo que su forma libre de entender la interpretación encontraría mejor acomodo en el jazz que en la clásica. Tocó el saxofón en orquestas y pasacalles y cantó en un coro. Llegó a los 18 años a Barcelona para estudiar en la recién creada Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC), con sede en el Auditori. “Allí di con mi propia voz. Al llegar, mi forma de cantar me sonó de pronto como de abuela, así que la tuve que deconstruir. Y eso fue muy bueno”.

El saxofonista Llibert Fortuny (Las Palmas, 1977) fue una de las primeras personas con las que trabó contacto en la gran ciudad. Él acababa de regresar de Estados Unidos y daba clases de su instrumento en un trastero del parking de la casa de sus padres. “Vino a preparar su ingreso en la ESMUC”, recuerda el saxofonista, que en los años siguientes protagonizaría una de las carreras más fulgurantes del reciente jazz español. “En cuanto la vi, tuve claro que era una artista excepcional. Tenía una manera de improvisar muy poco común. Curiosamente, entonces no quiso cantar, decía que le daba corte”.

En la escuela venció las reticencias. Escogió la voz como primer instrumento y el saxofón de segundo. Pronto se vio envuelta en la escena del jazz barcelonés, que vivía a principios de siglo el final de su efímera eclosión, un espejismo de clubes con programación sostenida, revistas especializadas y activos sellos discográficos que en los últimos años ha dejado paso a un panorama acosado por el elevado IVA cultural, la falta de interés de los grandes festivales por la cantera y el excesivo celo de las normativas urbanas contra el ruido.

En aquellos días –pero sobre todo en aquellas noches– era común verla subir a cantar en los más diversos contextos en locales del Raval y el Gótico. En una de esas ocasiones, Javier Colina (Pamplona, 1960), venerable contrabajista, la vio acompañar “a un grupo de folcloristas argentinos” al final de un concierto. “Me recomendaron que la escuchase para un proyecto de canciones que tenía entre manos”, recuerda Colina. “Me fascinó su voz y el carisma sobre el escenario y me enamoré al instante”. De aquel encuentro surgió En la imaginación (2011), disco firmado a medias.

Que la chica ha sido siempre de “flechazo” fácil lo sabe bien el periodista y compositor Luis Troquel. Cuando ella tenía 17 años, la escuchó cantar una nana mezclada entre el público de una obra de teatro amateur. “Desde entonces no he dejado de recomendarla”, explica. También a Fernandez Miró, que la escogió para una colaboración trasatlántica entre músicos catalanes y argentinos titulada Immigrasons. “Tenía 22 añitos”, recuerda ella. “Cuando me quise dar cuenta, estaba embarcada yo sola en una gira por Argentina y Brasil con unos músicos que no conocía”.

Entonces Pérez Cruz era parte de Las Migas, grupo de flamenco mestizo formado por cuatro alumnas del ESMUC de distinta procedencia (Sevilla, Palafrugell, Alemania y Francia) en cuyas filas militó hasta 2011. “En aquellos años estaba en muchos proyectos al mismo tiempo, todo era muy frenético y estimulante, hasta que de pronto, con 24, me quedé embarazada. Eso sí fue un cambio bestia. No lo esperaba. Nadie tenía hijos. Yo era la única y, además, la más joven. Tenías que buscar la manera de combinar un trabajo poco común y la maternidad”. “La pobre hacía unos malabarismos increíbles para llegar a todo”, recuerda Troquel. La hija, que hoy tiene ocho años, participa con unas amigas en los coros de ‘Ai, ai, ai’, una suerte de versión de un tema de Shakira incluida en Domus.

En el entorno de Pérez Cruz, un grupo compacto organizado en círculos concéntricos de confianza (“esto es un estilo de vida, no un negocio; para trabajar conmigo cuenta la humildad y la seguridad”), les gusta contemplar su carrera como un viaje “en constante progresión” con paradas bien definidas; este concierto, aquella portada de revista…, umbrales que la condujeron a otra dimensión. Uno de esos momentos estelares fue la concesión del Goya a la mejor canción original por el tema que compuso para la película Blancanieves. No fue tanto el premio como las circunstancias de su entrega. La actriz Adriana Ugarte, encargada de leer el veredicto, confundió al primero de los candidatos de la lista impresa en el tarjetón con el ganador, en uno de los episodios más surrealistas de tres décadas de premios de la Academia.

“Resultó una experiencia muy extraña y muy fuerte: la sensación de perder y al segundo siguiente el subidón de ganar. El discurso fue improvisado, empecé pidiendo perdón. Después me pasé toda la noche buscando a los pobres chicos que creyeron por un momento que lo habían logrado. Se ve que se fueron de la gala”. El resultado del sainete fue que un galardón que acostumbra a pasar desapercibido ocupó tiempo en los telediarios y acabó destacado en todos los periódicos en el anecdotario sobre la noche. “Me preguntaban si me molestaba ser conocida por eso. Me dio igual. Yo sé que se trata de ir paso a paso; a veces son dos escalones y a veces son tres. He tenido la suerte de tener tiempo para digerir el éxito; mi primer bolo cobrando lo hice con 14”.
 
En este enlace se pueden oir las canciones de su disco.