Las imágenes de cientos de refugiados agolpados en Budapest o en barcas neumáticas tratando de alcanzar la costa griega han agitado las conciencias españolas en los últimos días. La foto de Aylan, un sirio de tres años ahogado cuando venía a Europa, ha transformado la preocupación en indignación de una sociedad en la que, a diferencia también de Alemania, no se han registrado ataques xenófobos. La última encuesta del CIS sobre el asunto refleja que el 77,8% de los españoles apoya la acogida de refugiados.
En lo que va de año, España ha recibido 6.202 solicitudes de asilo, según el Ministerio de Interior. Se trata de una cifra superior a la de todo 2014 y más del doble que en 2012. Son números insignificantes comparados con los de Alemania, que prevé recibir 800.000 solicitudes este año. Aun así, han desbordado un sistema más preparado para la acogida de inmigrantes que de refugiados.
La propuesta de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (Barcelona en Comú), de crear una red de ciudades que acoja a aquellos que huyen de Siria e Irak ha sido bien recibida por las grandes ciudades españolas. Madrid, Oviedo, A Coruña, Málaga o Alicante, entre otras ciudades, han confirmado su participación. Las autonomías buscan ahora también la manera de colaborar. El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado una partida de 10 millones de euros para un plan de apoyo integral de acogida a refugiados. El plan busca ofrecer protección "integral", "soluciones habitacionales" y apoyo escolar, psicológico y burocrático a los refugiados en la capital.
La vicepresidenta valenciana, Mònica Oltra, de Compromís, que gobierna en coalición con los socialistas, señaló este miércoles a EL PAÍS que Valencia ofrecerá, de acuerdo con el Ayuntamiento, instalaciones públicas como centros de acogida para refugiados. "Es un drama al que hay que dar respuestas con recursos. Disponemos de 110 mediadores sociales que pueden ayudar a facilitar el asilo a las personas que huyen, más del 40% niños", ha destacado Oltra, que califica de "vergüenza" lo que está ocurriendo. El Gobierno valenciano ha propuesto, junto a Cruz Roja y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), hablar con las entidades bancarias para que consideren la posibilidad de ceder pisos vacíos.
Cama para seis meses
La Generalitat de Cataluña está dispuesta a acoger los refugiados que les correspondan, pero pide al Gobierno que asuma la cifra que le pide la Comisión Europea lo antes posible. Aseguran que disponen de 28 camas, en las que los refugiados podrían permanecer seis meses. La Comunidad de Madrid, presidida por Cristina Cifuentes (PP), ha dejado claro que se sumará a la acogida, pero sostienen que es el Gobierno y la UE quienes tienen que tomar las decisiones, no las ciudades o las Comunidades Autónomas.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (PP), ha anunciado que su Comunidad se ofrece a acoger a 300 refugiados sirios y que prestará también colaboración a las familias que quieran acoger a migrantes. "Estamos en disposición de acoger hasta 300 refugiados sirios sin inconvenientes", asegura Nuñez Feijóo. Navarra podría acoger a otras 300 personas.
El Gobierno andaluz ha afirmado que "está a disposición del Gobierno". No obstante, ha calificado al Ejecutivo de Rajoy de "cicatero" y le insta a "tomar las riendas" para establecer un programa de respuesta. También el Gobierno vasco ha pedido al central que convoque "sin demora" a todas las comunidades autónomas y a los implicados en la atención a refugiados para fijar una "posición común" ante la reunión de emergencia que celebrará el 14 de septiembre la UE. País Vasco registró en 2014 un total de 99 solicitudes de asilo, de las que solo 10 se resolvieron favorablemente, según datos de CEAR-Euskadi.
El Gobierno de Aragón pide a Rajoy que acepte el cupo de refugiados que propone Europa, y asegura que es necesario elaborar un plan que contemple su integración en el territorio; es decir, no solo techo y comida, sino también escolarización de los menores.
En las épocas de bonanza económica, los seis meses de acogida inicial bastaban para que muchos refugiados que hablaban el idioma encontraran trabajo en sectores como la construcción y lograran ser autónomos. Hoy, un refugiado sirio que no hable español difícilmente encontrará trabajo en España.
Con información de María Josep Serra, Mikel Ormazabal, Sonia Vizoso, Silvia Rodríguez, Lucía Bohórquez, Concha Montserrat, Camilo S. Baquero, Raúl Limón, Virginia Martínez y Sergio Lillo.
http://politica.elpais.com/politica/2015/09/03/actualidad/1441275885_042662.html
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