La oposición nacionalista polaca no comparte el giro del Gobierno polaco -que finalmente acepta el número de refugiados acordado con la Comisión Europea- y continúa rechazando a refugiados e inmigrantes en una campaña de odio y desprecio que adquiere una virulencia asombrosa y que horroriza a aquellos que recuerdan como hace muy poco los propios polacos pedían y recibían el trato solidario de refugiados e inmigrantes en países de Europa occidental, cuando huían de represalias comunistas o...
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