Se reforma la Constitución para establecer un límite del déficit público, cercano al cero, con el objetivo de tranquilizar a los mercados. Sin embargo, la prima de riesgo se ha vuelto a disparar y el FMI avisa de la posibilidad de una nueva recesión debido al estancamiento del crecimiento económico.
Resulta preocupante que el pensamiento dominante ponga énfasis en el déficit público español, mientras que pasa de puntillas por la tremenda tasa de desempleo que más que duplica el de la UE. Nos encontramos con el consumo estancado, con la inversión empresarial en retroceso y unas exportaciones en desaceleración.
Nos queda el gasto público como variable para generar crecimiento económico, fundamentalmente a través de las inversiones públicas que, en otras crisis, sirvieron de motor de la economía. Apreciamos que el dominio del pensamiento neoliberal está ninguneando este hecho, a pesar de que algunos premios Nobel nos indican que aplicar medidas de eliminación indiscriminada del gasto público provocará una mayor paralización de la actividad económica. El Gobierno se afana en imponer tremendos recortes del gasto público que provocan más paro, sin haber realizado una verdadera reforma fiscal que reconduzca la disminución de la presión fiscal que ha beneficiado a las rentas más altas y grandes sociedades.
Ahora nos han negado el debate y el voto, pero dentro de poco lo pedirán, con promesas que antes incumplieron. ¿Volveremos a votar a los grupos políticos que nos dicen que hay que calmar a los mercados y se olvidan de los parados? LUIS MANUEL GOÑI STROETGEN - Málaga- El País 07/09/2011
miércoles, 7 de septiembre de 2011
martes, 6 de septiembre de 2011
Hambre y récord mundial de arroz
Mientras que no cesan de llegar noticias sobre la nueva hambruna que afecta a millones de personas y la grave desnutrición infantil en el Cuerno de África, sobre todo en Sudán y Somalia, el Consejo Internacional de Cereales (IGC) anuncia que la producción mundial de arroz llegará a un nivel récord de 448 Mt en 2010/11, y 8 millones más que un año antes por las mejores cosechas en Asia, especialmente en India. Además, puesto que la producción superará al consumo por sexto año consecutivo, se prevé que los stocks remanentes de arroz a nivel mundial alcancen la cota más elevada en ocho años, hasta 95,9 Mt. Y uno se pregunta, ¿por qué y para qué todo este arroz, si el mundo no es capaz de evitar situaciones como las de arriba? JAUME CATALáN DíAZ El País
lunes, 5 de septiembre de 2011
La reforma constitucional
Asistimos a los primeros pasos de una innovación en el Derecho Constitucional europeo. Es una exigencia para la supervivencia de la Unión Europea, pero que nos sitúa ante una limitación de soberanía
Sin Dinero no hay Estado.
Esto ya nos lo enseñó Hamilton en El Federalista (Capítulo XXX): "El dinero ha sido considerado, con razón, como el principio vital del cuerpo político, como aquello que sostiene su vida y movimiento y le permite ejecutar sus funciones más vitales". Esta es una regla que, en términos absolutos, no admite excepción. De ahí que las relaciones entre el Estado y su moneda y su deuda sean un indicador de primera importancia para conocer el estado de salud tanto del primero como de las segundas. Y de ahí también que no haya tarea en la que el Estado ponga más empeño que en dar garantías respecto del valor de su moneda y del pago de su deuda.
Hasta la fecha ha sido muy infrecuente que el Estado haya recurrido a la Constitución en esta tarea. Pero en algunos casos sí ha ocurrido. En Estados Unidos, tras la guerra civil, se incluyó en la XIV Enmienda una garantía del pago de la deuda. A dicha garantía se ha hecho referencia en el reciente debate sobre la elevación del techo de la deuda, llegándose a sostener que el presidente podía no necesitar el concurso del Congreso para seguir haciendo frente al pago de la misma. Pero la opinión dominante en el país considera que la garantía de la XIV Enmienda está muy vinculada a la deuda contraída durante la guerra civil y no tiene alcance general. En consecuencia, se ha considerado que la decisión del Congreso era insoslayable.
El precedente más expresivo es, sin duda, el de la reforma constitucional de 1926 en la Francia de la Tercera República. Vale la pena recordarlo. "En 1926, en un momento en que la moneda francesa estaba próxima al hundimiento, especialmente porque la deuda pública era enorme y porque los ahorradores no tenían confianza en el Estado, en particular en su capacidad de pagarla en su integridad, el antiguo presidente de la República, Raymond Poincaré, volvió a formar un Gobierno que tenía ante todo como objetivo dar seguridad a los prestamistas del Estado, con la finalidad de salvar la moneda. Decidió, en consecuencia, proceder a una revisión constitucional instituyendo una Caja pública, la Caja Autónoma de Amortización, que estaría gestionada independientemente del Estado y que se alimentaría de recursos propios constitucionalmente garantizados: los derechos de sucesión, la tasa de la primera transmisión de inmuebles posterior a la entrada en vigor de la reforma y las rentas del monopolio del tabaco y de las cerillas. Esta Caja tenía como única tarea la de amortizar la deuda del Estado reembolsándola gracias a los recursos que le estaban afectados. Para hacer comprender a los ciudadanos que se trataba de un compromiso solemne del Estado y que los Gobiernos ulteriores no podrían modificar estas reglas sin encontrar obstáculos difícilmente superables, el Gobierno Poincaré solicitó y obtuvo del Parlamento una revisión constitucional inscribiendo estas reglas en la Constitución. Estas reglas, sin embargo, no conciernen a los órganos superiores del Estado: se trata, al contrario, de crear una institución secundaria, pero autónoma, cuyas funciones están excluidas de las competencias de los órganos superiores del Estado".
En estos términos comentaba 33 años más tarde el profesor Jacques Cadart (Institutions Politiques et Droit Constitutionnel, 2ª ed. LGDJ París 1979, T. I, p. 121) la reforma constitucional aprobada mediante la Ley Constitucional de 10 de agosto de 1926. Una norma que no es materialmente constitucional se había convertido en formalmente constitucional, con la finalidad de salvar la moneda y garantizar el pago de la deuda. En realidad, la reforma iba más lejos de lo que el propio profesor Cadart dice, ya que contenía una cláusula suplementaria para el caso de que no fueran suficientes los recursos expresamente mencionados, que consistía en la inclusión anualmente en los Presupuestos Generales del Estado de una cantidad adicional igual al montante de tales recursos. En ningún caso se admitiría el impago de la deuda. Este era el mensaje. La Constitución se incorporaba de manera inequívoca a una operación de salvamento de la moneda y de garantía de la deuda. El parecido entre la reforma francesa de 1926 y la que está en debate en España en este 2011 salta a la vista, aunque también lo hacen las diferencias entre una y otra.
En ambos casos hay una respuesta a una situación de emergencia. Pero en 1926 había solamente eso, mientras que en 2011 en España la respuesta va a ir mucho más allá de la emergencia, para incorporarse establemente a la Constitución.
La reforma constitucional que se está tramitando en España tiene su origen en la necesidad de dar respuesta a una emergencia, pero es en el fondo un episodio en el proceso de constitucionalización de la Unión Europea, que tiene un precedente en la reforma constitucional alemana de 2009 y que va a ser seguida por reformas constitucionales en, por lo menos, los países que comparten el euro como moneda, aunque previsiblemente se extenderá a los demás.
Estamos asistiendo a los primeros pasos de una innovación en el Derecho Constitucional Europeo de importancia extraordinaria, aunque dicha innovación no vaya a ser el resultado de una decisión constituyente europea, sino de la suma de decisiones constituyentes de los distintos países que integran la Unión. Alemania, como viene ocurriendo por lo demás en el Derecho Constitucional Europeo posterior a la II Guerra Mundial, ha empezado marcando el camino, pero después lo vamos a acabar recorriendo todos los demás. España es la que lo está haciendo en primer lugar, pero no va a ser la última en hacerlo.
Hacer de la necesidad virtud. De eso es de lo que se trata. Tenemos una moneda única y una política monetaria única, pero ni tenemos ni podemos tener en las circunstancias actuales y en el tiempo en que es posible hacer predicciones una política económica y una política fiscal única. Las tensiones entre esta unidad, por un lado, y ausencia de unidad, por otro, han sido manejables hasta que la crisis económica ha hecho acto de presencia con la intensidad con que lo ha hecho. Han dejado de serlo. Y si no se encuentra una fórmula, no para manejar las tensiones, sino para evitar que vuelvan a producirse, continuar avanzando en el proceso de construcción de la Unión Europea será sencillamente imposible.
La reforma de la Constitución para incluir el principio de estabilidad presupuestaria y fijar el límite del déficit de todas las administraciones públicas es la expresión de la voluntad del Estado de seguir avanzando en el proceso de construcción de la Unión Europea. Puesto que no es posible todavía una Constitución Europea, hay que homogeneizar al menos las Constituciones de los distintos países en un tema tan decisivo como este.
Lo que no ha formado parte del Derecho Constitucional de cada uno de los países que han constituido la Unión Europea, tiene que pasar a formar parte del mismo, al menos para aquellos que comparten el euro como moneda. Formalmente va a ocurrir como consecuencia de una decisión constituyente soberana de cada uno de los países a través de sus órganos constitucionales competentes para ello. Pero materialmente es una exigencia de la supervivencia de la Unión Europea...
JAVIER PÉREZ ROYO, El País, 05/09/2011
Sin Dinero no hay Estado.
Esto ya nos lo enseñó Hamilton en El Federalista (Capítulo XXX): "El dinero ha sido considerado, con razón, como el principio vital del cuerpo político, como aquello que sostiene su vida y movimiento y le permite ejecutar sus funciones más vitales". Esta es una regla que, en términos absolutos, no admite excepción. De ahí que las relaciones entre el Estado y su moneda y su deuda sean un indicador de primera importancia para conocer el estado de salud tanto del primero como de las segundas. Y de ahí también que no haya tarea en la que el Estado ponga más empeño que en dar garantías respecto del valor de su moneda y del pago de su deuda.
Hasta la fecha ha sido muy infrecuente que el Estado haya recurrido a la Constitución en esta tarea. Pero en algunos casos sí ha ocurrido. En Estados Unidos, tras la guerra civil, se incluyó en la XIV Enmienda una garantía del pago de la deuda. A dicha garantía se ha hecho referencia en el reciente debate sobre la elevación del techo de la deuda, llegándose a sostener que el presidente podía no necesitar el concurso del Congreso para seguir haciendo frente al pago de la misma. Pero la opinión dominante en el país considera que la garantía de la XIV Enmienda está muy vinculada a la deuda contraída durante la guerra civil y no tiene alcance general. En consecuencia, se ha considerado que la decisión del Congreso era insoslayable.
El precedente más expresivo es, sin duda, el de la reforma constitucional de 1926 en la Francia de la Tercera República. Vale la pena recordarlo. "En 1926, en un momento en que la moneda francesa estaba próxima al hundimiento, especialmente porque la deuda pública era enorme y porque los ahorradores no tenían confianza en el Estado, en particular en su capacidad de pagarla en su integridad, el antiguo presidente de la República, Raymond Poincaré, volvió a formar un Gobierno que tenía ante todo como objetivo dar seguridad a los prestamistas del Estado, con la finalidad de salvar la moneda. Decidió, en consecuencia, proceder a una revisión constitucional instituyendo una Caja pública, la Caja Autónoma de Amortización, que estaría gestionada independientemente del Estado y que se alimentaría de recursos propios constitucionalmente garantizados: los derechos de sucesión, la tasa de la primera transmisión de inmuebles posterior a la entrada en vigor de la reforma y las rentas del monopolio del tabaco y de las cerillas. Esta Caja tenía como única tarea la de amortizar la deuda del Estado reembolsándola gracias a los recursos que le estaban afectados. Para hacer comprender a los ciudadanos que se trataba de un compromiso solemne del Estado y que los Gobiernos ulteriores no podrían modificar estas reglas sin encontrar obstáculos difícilmente superables, el Gobierno Poincaré solicitó y obtuvo del Parlamento una revisión constitucional inscribiendo estas reglas en la Constitución. Estas reglas, sin embargo, no conciernen a los órganos superiores del Estado: se trata, al contrario, de crear una institución secundaria, pero autónoma, cuyas funciones están excluidas de las competencias de los órganos superiores del Estado".
En estos términos comentaba 33 años más tarde el profesor Jacques Cadart (Institutions Politiques et Droit Constitutionnel, 2ª ed. LGDJ París 1979, T. I, p. 121) la reforma constitucional aprobada mediante la Ley Constitucional de 10 de agosto de 1926. Una norma que no es materialmente constitucional se había convertido en formalmente constitucional, con la finalidad de salvar la moneda y garantizar el pago de la deuda. En realidad, la reforma iba más lejos de lo que el propio profesor Cadart dice, ya que contenía una cláusula suplementaria para el caso de que no fueran suficientes los recursos expresamente mencionados, que consistía en la inclusión anualmente en los Presupuestos Generales del Estado de una cantidad adicional igual al montante de tales recursos. En ningún caso se admitiría el impago de la deuda. Este era el mensaje. La Constitución se incorporaba de manera inequívoca a una operación de salvamento de la moneda y de garantía de la deuda. El parecido entre la reforma francesa de 1926 y la que está en debate en España en este 2011 salta a la vista, aunque también lo hacen las diferencias entre una y otra.
En ambos casos hay una respuesta a una situación de emergencia. Pero en 1926 había solamente eso, mientras que en 2011 en España la respuesta va a ir mucho más allá de la emergencia, para incorporarse establemente a la Constitución.
La reforma constitucional que se está tramitando en España tiene su origen en la necesidad de dar respuesta a una emergencia, pero es en el fondo un episodio en el proceso de constitucionalización de la Unión Europea, que tiene un precedente en la reforma constitucional alemana de 2009 y que va a ser seguida por reformas constitucionales en, por lo menos, los países que comparten el euro como moneda, aunque previsiblemente se extenderá a los demás.
Estamos asistiendo a los primeros pasos de una innovación en el Derecho Constitucional Europeo de importancia extraordinaria, aunque dicha innovación no vaya a ser el resultado de una decisión constituyente europea, sino de la suma de decisiones constituyentes de los distintos países que integran la Unión. Alemania, como viene ocurriendo por lo demás en el Derecho Constitucional Europeo posterior a la II Guerra Mundial, ha empezado marcando el camino, pero después lo vamos a acabar recorriendo todos los demás. España es la que lo está haciendo en primer lugar, pero no va a ser la última en hacerlo.
Hacer de la necesidad virtud. De eso es de lo que se trata. Tenemos una moneda única y una política monetaria única, pero ni tenemos ni podemos tener en las circunstancias actuales y en el tiempo en que es posible hacer predicciones una política económica y una política fiscal única. Las tensiones entre esta unidad, por un lado, y ausencia de unidad, por otro, han sido manejables hasta que la crisis económica ha hecho acto de presencia con la intensidad con que lo ha hecho. Han dejado de serlo. Y si no se encuentra una fórmula, no para manejar las tensiones, sino para evitar que vuelvan a producirse, continuar avanzando en el proceso de construcción de la Unión Europea será sencillamente imposible.
La reforma de la Constitución para incluir el principio de estabilidad presupuestaria y fijar el límite del déficit de todas las administraciones públicas es la expresión de la voluntad del Estado de seguir avanzando en el proceso de construcción de la Unión Europea. Puesto que no es posible todavía una Constitución Europea, hay que homogeneizar al menos las Constituciones de los distintos países en un tema tan decisivo como este.
Lo que no ha formado parte del Derecho Constitucional de cada uno de los países que han constituido la Unión Europea, tiene que pasar a formar parte del mismo, al menos para aquellos que comparten el euro como moneda. Formalmente va a ocurrir como consecuencia de una decisión constituyente soberana de cada uno de los países a través de sus órganos constitucionales competentes para ello. Pero materialmente es una exigencia de la supervivencia de la Unión Europea...
JAVIER PÉREZ ROYO, El País, 05/09/2011
sábado, 3 de septiembre de 2011
Una comparación entre dos depresiones
Después de la bancarrota de varios gigantes financieros, tanto Bush como Obama rescataron a los grandes bancos. Roosevelt, en cambio, decidió que el desempleo masivo era el problema más importante a resolver
A lo largo de mi vida ha habido dos ocasiones (1929-1938 y 2007-?) en las que el mundo capitalista democrático ha sufrido una crisis económica catastrófica, acompañada de mucho sufrimiento y una inmensa incertidumbre sobre el futuro de las sociedades que disfrutaban de una democracia política (aunque no social). Durante la primera de esas dos depresiones, yo era adolescente, y recuerdo oír en la mesa las discusiones entre mi padre, socialista, y mi hermano mayor, comunista, en una época en la que yo empezaba a leer los periódicos. La depresión actual, de momento, ha ido de mis 86 a mis 90 años. En estos cuatro años, he leído mucha más literatura económica y me he sentido mucho más deprimido que nunca por la constante autodestrucción del mundo capitalista democrático que floreció en la segunda mitad del siglo XX.
En sus cuatro años de presidencia (1929-1933), el republicano moderado Herbert Hoover y su esposa orquestaron y dieron a conocer numerosos esfuerzos privados de ayuda. Creó la Corporación Financiera para la Reconstrucción con el fin de poner dinero a disposición de los bancos para que ellos, a su vez, pudieran hacer préstamos sustanciales a las empresas privadas y, de esa forma, ayudarles a superar la depresión.
Cuando la empresa privada no bastó para resolver la crisis de empleo, puso en marcha varios proyectos importantes de obras públicas como el puente del Golden Gate en San Francisco y la presa Hoover en Colorado. Pero tenía una forma de ser que le impidió conectar bien con la población. Hablaba de la importancia de la "confianza", prometía a las familias golpeadas por la pobreza "un pollo en cada cazuela" y, de vez en cuando, decía que la prosperidad estaba "a la vuelta de la esquina". Sin embargo, tres años después del derrumbe de la Bolsa en octubre de 1929, el paro era más alto que nunca, y, en las elecciones de noviembre de 1932, Franklin Roosevelt le derrotó por una mayoría abrumadora.
La diferencia inmediata y decisiva entre Hoover y Roosevelt no era ideológica, sino de personalidad. Roosevelt aunaba un carácter simpático y expresivo con el serio empeño de resolver los problemas concretos de la depresión y, además, mejorar las oportunidades económicas y el posible nivel de vida de las clases medias y trabajadoras. No pretendía ser experto en nada; empezó por decir que iba a probar distintos métodos y utilizar los que dieran resultados. Tenía una sonrisa de estrella de Hollywood y un gran sentido del humor que animaba sus explicaciones radiofónicas e impedía que pareciera condescendiente. Por ejemplo, hacía referencias ocasionales a los "consejos" que recibía de su fox terrier, Fala.
Comenzó su mandato proclamando una semana seguida de días no laborables. En realidad, el pánico financiero de las últimas semanas de la presidencia de Hoover ya había hecho que la mayoría de los bancos cerraran sus puertas. Pero esos cierres constituían la imagen de los fracasos de la Administración saliente; Roosevelt, por el contrario, aprovechó la oportunidad para transformar el pánico descontrolado en una iniciativa presidencial. En su discurso de toma de posesión, afirmó que "lo único a lo que debemos tener miedo es al propio miedo". Después de proclamar los días festivos, se reunió con docenas de responsables bancarios y asesores políticos y les pidió que dedicaran su atención a crear las condiciones necesarias para engendrar una auténtica recuperación económica. La primera ley nueva, elaborada durante esos días, fue la Ley de Ajuste Agrario, que mejoró el acceso al crédito y rebajó los intereses hipotecarios para millones de pequeños agricultores.
Una mención de algunas de las principales leyes que constituyeron el llamado New Deal dará al lector cierta idea de la inmensa variedad de aspectos que preocupaban a Roosevelt. El Cuerpo Civil de Conservación pagó la manutención de miles de jóvenes sin empleo que se dedicaron a reforestar bosques que las compañías madereras habían despojado, y luego abandonado, más de un siglo antes de la Gran Depresión. Una nueva Comisión del Mercado de Valores introdujo algo de transparencia en las operaciones de Bolsa. La Corporación Federal de Seguros de Depósitos garantizó, por primera vez, los ahorros de todos los clientes de los bancos en caso de olas de pánico como las que se habían producido entre 1929 y 1933. La Autoridad del Valle del Tennessee llevó electricidad, maquinaria agrícola, servicios educativos y líneas de teléfono a grandes zonas rurales semidesarrolladas en el sur del país. El Organismo de Desarrollo de Obras Públicas dio trabajo a millones de hombres en la construcción de carreteras, escuelas, oficinas de correos y otros edificios oficiales. La Ley de Recuperación Nacional y la Junta Nacional de Relaciones Laborales garantizaron el salario mínimo y protegieron los derechos de negociación de muchos tipos diferentes de trabajadores industriales. La Ley de Normas Justas de Trabajo de 1938 abolió el trabajo infantil en los sectores en los que aún existía... Leer el artículo aquí. GABRIEL JACKSON. El País, 02/09/2011
A lo largo de mi vida ha habido dos ocasiones (1929-1938 y 2007-?) en las que el mundo capitalista democrático ha sufrido una crisis económica catastrófica, acompañada de mucho sufrimiento y una inmensa incertidumbre sobre el futuro de las sociedades que disfrutaban de una democracia política (aunque no social). Durante la primera de esas dos depresiones, yo era adolescente, y recuerdo oír en la mesa las discusiones entre mi padre, socialista, y mi hermano mayor, comunista, en una época en la que yo empezaba a leer los periódicos. La depresión actual, de momento, ha ido de mis 86 a mis 90 años. En estos cuatro años, he leído mucha más literatura económica y me he sentido mucho más deprimido que nunca por la constante autodestrucción del mundo capitalista democrático que floreció en la segunda mitad del siglo XX.
En sus cuatro años de presidencia (1929-1933), el republicano moderado Herbert Hoover y su esposa orquestaron y dieron a conocer numerosos esfuerzos privados de ayuda. Creó la Corporación Financiera para la Reconstrucción con el fin de poner dinero a disposición de los bancos para que ellos, a su vez, pudieran hacer préstamos sustanciales a las empresas privadas y, de esa forma, ayudarles a superar la depresión.
Cuando la empresa privada no bastó para resolver la crisis de empleo, puso en marcha varios proyectos importantes de obras públicas como el puente del Golden Gate en San Francisco y la presa Hoover en Colorado. Pero tenía una forma de ser que le impidió conectar bien con la población. Hablaba de la importancia de la "confianza", prometía a las familias golpeadas por la pobreza "un pollo en cada cazuela" y, de vez en cuando, decía que la prosperidad estaba "a la vuelta de la esquina". Sin embargo, tres años después del derrumbe de la Bolsa en octubre de 1929, el paro era más alto que nunca, y, en las elecciones de noviembre de 1932, Franklin Roosevelt le derrotó por una mayoría abrumadora.
La diferencia inmediata y decisiva entre Hoover y Roosevelt no era ideológica, sino de personalidad. Roosevelt aunaba un carácter simpático y expresivo con el serio empeño de resolver los problemas concretos de la depresión y, además, mejorar las oportunidades económicas y el posible nivel de vida de las clases medias y trabajadoras. No pretendía ser experto en nada; empezó por decir que iba a probar distintos métodos y utilizar los que dieran resultados. Tenía una sonrisa de estrella de Hollywood y un gran sentido del humor que animaba sus explicaciones radiofónicas e impedía que pareciera condescendiente. Por ejemplo, hacía referencias ocasionales a los "consejos" que recibía de su fox terrier, Fala.
Comenzó su mandato proclamando una semana seguida de días no laborables. En realidad, el pánico financiero de las últimas semanas de la presidencia de Hoover ya había hecho que la mayoría de los bancos cerraran sus puertas. Pero esos cierres constituían la imagen de los fracasos de la Administración saliente; Roosevelt, por el contrario, aprovechó la oportunidad para transformar el pánico descontrolado en una iniciativa presidencial. En su discurso de toma de posesión, afirmó que "lo único a lo que debemos tener miedo es al propio miedo". Después de proclamar los días festivos, se reunió con docenas de responsables bancarios y asesores políticos y les pidió que dedicaran su atención a crear las condiciones necesarias para engendrar una auténtica recuperación económica. La primera ley nueva, elaborada durante esos días, fue la Ley de Ajuste Agrario, que mejoró el acceso al crédito y rebajó los intereses hipotecarios para millones de pequeños agricultores.
Una mención de algunas de las principales leyes que constituyeron el llamado New Deal dará al lector cierta idea de la inmensa variedad de aspectos que preocupaban a Roosevelt. El Cuerpo Civil de Conservación pagó la manutención de miles de jóvenes sin empleo que se dedicaron a reforestar bosques que las compañías madereras habían despojado, y luego abandonado, más de un siglo antes de la Gran Depresión. Una nueva Comisión del Mercado de Valores introdujo algo de transparencia en las operaciones de Bolsa. La Corporación Federal de Seguros de Depósitos garantizó, por primera vez, los ahorros de todos los clientes de los bancos en caso de olas de pánico como las que se habían producido entre 1929 y 1933. La Autoridad del Valle del Tennessee llevó electricidad, maquinaria agrícola, servicios educativos y líneas de teléfono a grandes zonas rurales semidesarrolladas en el sur del país. El Organismo de Desarrollo de Obras Públicas dio trabajo a millones de hombres en la construcción de carreteras, escuelas, oficinas de correos y otros edificios oficiales. La Ley de Recuperación Nacional y la Junta Nacional de Relaciones Laborales garantizaron el salario mínimo y protegieron los derechos de negociación de muchos tipos diferentes de trabajadores industriales. La Ley de Normas Justas de Trabajo de 1938 abolió el trabajo infantil en los sectores en los que aún existía... Leer el artículo aquí. GABRIEL JACKSON. El País, 02/09/2011
viernes, 2 de septiembre de 2011
Por una reforma fiscal
Los millonarios franceses lo pidieron a mediados de la semana pasada; los ricos de Estados Unidos lo solicitaron en el Senado; el Gobierno de Italia, aunque ahora Berlusconi se haya retractado, también lo ha llegado a contemplar ante la situación de crisis.
Pero en nuestro país, nuestra clase política, igual que nuestros ricos oficiales, guardan silencio. Es más, el PP ya ha anunciado que no lo va a incluir en su programa electoral con vistas a las próximas elecciones (y por supuesto para no perder sus votos) y el PSOE dice, susurra, comenta que igual sí, pero a la hora de la verdad, se convierte en un igual no; ante la mirada atónita de la mayor parte de los españoles. Esos a los que les ahoga la crisis, esos que no tienen trabajo.
Cierto es que la solución de todos los males no es subir los impuestos a las clases más altas, pero sí es una ayuda. De la misma manera que la reforma de la Constitución, la eliminación de la obligatoriedad de hacer fijo a un trabajador que encadene contratos temporales en dos años o los 400 euros.
Son ayudas que debe regular un Gobierno, que si tiene capacidad para acometer la segunda reforma de la Constitución en toda su historia a solo unos meses de agotar la legislatura, seguro que también tiene capacidad para introducir un impuesto de manera especial y temporal a los que más ganan. Y no sé si lo oyen, pero la sociedad lo está pidiendo a gritos. VERÓNICA PALOMARES - Parla, Madrid - El País, 02/09/2011
Pero en nuestro país, nuestra clase política, igual que nuestros ricos oficiales, guardan silencio. Es más, el PP ya ha anunciado que no lo va a incluir en su programa electoral con vistas a las próximas elecciones (y por supuesto para no perder sus votos) y el PSOE dice, susurra, comenta que igual sí, pero a la hora de la verdad, se convierte en un igual no; ante la mirada atónita de la mayor parte de los españoles. Esos a los que les ahoga la crisis, esos que no tienen trabajo.
Cierto es que la solución de todos los males no es subir los impuestos a las clases más altas, pero sí es una ayuda. De la misma manera que la reforma de la Constitución, la eliminación de la obligatoriedad de hacer fijo a un trabajador que encadene contratos temporales en dos años o los 400 euros.
Son ayudas que debe regular un Gobierno, que si tiene capacidad para acometer la segunda reforma de la Constitución en toda su historia a solo unos meses de agotar la legislatura, seguro que también tiene capacidad para introducir un impuesto de manera especial y temporal a los que más ganan. Y no sé si lo oyen, pero la sociedad lo está pidiendo a gritos. VERÓNICA PALOMARES - Parla, Madrid - El País, 02/09/2011
Un vino de mesa corriente gallego se beneficia de la puntuación de R. Parker
Como en la maravillosa película de Berlanga, Bienvenido, Mr. Marshall, hay algo de agridulce en la actitud de Robert Parker hacia los vinos españoles. Es cierto que en el último gran repaso realizado por Jay Miller su catador especializado en nuestro país- se han chequeado casi todas las zonas vitivinícolas españolas, con bastantes vinos por encima de los 90 puntos, que es la barrera de la máxima calidad, aunque ninguno con 100. Lo sorprendente es que entre esos ¡pocos! vinos de máxima calidad se encuentra un blanco modesto, de los utilizados para cocinar por su bajo precio en los supermercados españoles (1,49 euros), aunque sensiblemente superior en los Estados Unidos (unos 12 dólares). Se trata de Rúa 2010, elaborado por la Cooperativa Virgen de las Viñas, de Valdeorras (Ourense). El efecto Parker no se ha hecho esperar. Han surgido pedidos de Rúa de todo el mundo, agotando en poco tiempo las existencias. Las expectativas de venta para los siguientes años se han disparado. No se trata del único éxito de esta bodega. Su Tempestad, un monovarietal de Godello (3,5 euros), ha conseguido nada menos que 92 puntos...
...Tan alta puntuación, bien recibida en el sector por lo que tiene de promoción de la DO. Valdeorras, ha provocado extrañeza y sería críticas entre los profesionales. Para Mercedes Rodríguez, presidenta de la Asociación de Sumilleres Gallaecia, "el señor Parker perdió el rumbo..."
...Luís Padín, Presidente de la Asociación Galega de Catadores, le "cuesta creer que Parker puntuara así un blanco con defectos". La polémica está servida... Lo cierto es que si Rúa 2010 merece 90 puntos, superaría 200 vinos como As Sortes, Viña Somoza Godello Selección, Gaba do Xil, Godeval Cepas Vellas, A Coroa 'Lías', o el pionero y magistral Guitián. El problema es que Parker cata, principalmente, vinos que se comercializan en EE UU, donde reside la principal clientela de su guía Wine Advocate, aunque su influencia sea mundial. Y valora mucho la relación calidad-precio, sobre todo en estos tiempos de crisis. Leer mas en El País.
...Tan alta puntuación, bien recibida en el sector por lo que tiene de promoción de la DO. Valdeorras, ha provocado extrañeza y sería críticas entre los profesionales. Para Mercedes Rodríguez, presidenta de la Asociación de Sumilleres Gallaecia, "el señor Parker perdió el rumbo..."
...Luís Padín, Presidente de la Asociación Galega de Catadores, le "cuesta creer que Parker puntuara así un blanco con defectos". La polémica está servida... Lo cierto es que si Rúa 2010 merece 90 puntos, superaría 200 vinos como As Sortes, Viña Somoza Godello Selección, Gaba do Xil, Godeval Cepas Vellas, A Coroa 'Lías', o el pionero y magistral Guitián. El problema es que Parker cata, principalmente, vinos que se comercializan en EE UU, donde reside la principal clientela de su guía Wine Advocate, aunque su influencia sea mundial. Y valora mucho la relación calidad-precio, sobre todo en estos tiempos de crisis. Leer mas en El País.
El ataque al estado del bienestar
La aprobación del pacto PSOE-PP, que intenta establecer un límite al gasto público a fin de equilibrar el presupuesto del Estado, representa una medida que continuará con los enormes recortes de derechos sociales -como es la congelación de las pensiones- que están ya ocurriendo en España. Su inclusión en la Constitución proveerá una herramienta poderosísima para debilitar e incluso desmantelar al ya insuficientemente financiado Estado del Bienestar español.
Aquellos quienes proponen tal medida la presentan como eminentemente razonable, argumentando que, en la misma manera que las familias no pueden gastar más de lo que ingresan, al Estado (que en España incluye el estado central, autonómico y municipal) tampoco debiera permitírsele que gastara más de lo que ingresa. Y para expresar la necesidad y contundencia de tal medida, se proponen incluirla en la Constitución. Tal argumentación ignora u oculta, sin embargo, que la gran mayoría de las familias gastan anualmente más de lo que ingresan, debido a la existencia del crédito. Cuando una familia se compra una casa, o un coche, o educa a sus hijos invirtiendo en su formación, pide prestado dinero y lo paga en varios años. Y lo mismo ocurre con el Estado, el cual constantemente invierte en infraestructuras físicas (como en carreteras) o sociales (como centros de salud y escuelas públicas) que mejorarán el presente y el futuro de la ciudadanía, no sólo de hoy, sino de las generaciones que nos sigan, necesitando endeudarse para financiarlo. El argumento que repiten machaconamente las derechas de que “es injusto dejarles una deuda pública a nuestros hijos”, oculta que nuestros hijos requieren estas inversiones para que les dejemos un mundo mejor. Negarle al estado la capacidad de endeudarse es semejante a que se les dijera a las familias que no pueden endeudarse. Hoy, por cierto, la deuda pública es mucho menor -60% del PIB- que la deuda privada de las familias (y de las empresas) -189%-.
Naturalmente que la prudencia en pedir préstamos es aconsejable, pero el Estado español (a todos los niveles) dista mucho de haberse extralimitado. La deuda pública es menor que el promedio de la UE-15 (el grupo de países más ricos de la UE). Es más, España tiene el gasto público social (que constituye una gran parte del gasto público por habitante) más bajo de la UE-15. Es sólo el 74% del promedio de la UE-15, mucho más bajo de lo que nos correspondería por el nivel de desarrollo económico que España tiene, que es ya el 94% del PIB per cápita de la UE-15.
La frase que el Sr. Rajoy y Co. utilizan con frecuencia de que “hay que recortar el gasto público social para salvar el futuro estado del bienestar” asume errónea y falsamente que éste está hipertrofiado, postura insostenible a la luz de los datos. Lo que en realidad esconde este argumento es el deseo de mantener, o incluso reducir el sector público, disminuyendo todavía más los escasos recursos que recoge el Estado a fin de privatizar los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como las pensiones, la sanidad, la educación, los servicios domiciliarios a las personas con dependencia, las escuelas de infancia y los servicios sociales, entre otros.
Una consecuencia de tal medida es incrementar todavía más la regresividad del sistema fiscal español, uno de los más regresivos existentes hoy en la Unión Europea. Los niveles nominales de gravación aparentan progresividad. Pero, en la práctica (consecuencia de deducciones, ventajas fiscales y fraude fiscal) los niveles reales son enormemente regresivos. Mientras que la mayoría de la población trabajadora (a la cual se le paga en nómina) paga impuestos en porcentajes similares a sus homólogos en la UE-15 (el trabajador de la manufactura paga el mismo porcentaje en impuestos que el promedio de la UE-15), la gran empresa (que paga mucho menos –en términos proporcionales- que la mediana y pequeña empresa), la banca y las rentas superiores pagan impuestos en porcentajes (que derivan de sus rentas del capital) que son mucho menores (sus niveles de gravación reales son del 10% al 17%) que los de sus homólogos en el promedio de la UE-15. Y ello es consecuencia de su enorme y excesiva influencia sobre el Estado, y de la tolerancia y/o complicidad de este último hacia esta regresividad. Según el sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, el 80% del fraude fiscal (88.000 millones de euros) lo realizan estos sectores.
Pero además de esta situación de regresividad que caracteriza la situación española, hay otra estructural que ocurre también en la mayoría de países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo). En ellos, las rentas derivadas del capital se gravan mucho menos que las rentas del trabajo. Como bien decía paradójicamente Warren Buffet, uno de los hombres más ricos de EEUU, en un artículo del New York Times titulado significativamente “Basta de mimar a los súper ricos” (14.08.11), es profundamente injusto que si una persona recibe 80.000 dólares por tener acciones en la banca pague muchos menos impuestos que otra persona que obtiene tal dinero trabajando. Esta política se justifica con el argumento de que hay que mimar al capital para favorecer la inversión y crear empleo. Pero como bien dice el propio Sr. Buffet, se creó en EEUU mucho más empleo durante el periodo 1950-1980 -que tenía una carga fiscal más elevada- que durante el periodo 1980-2010 (en que hubo un bajón de impuestos al capital y en general). El Partido Republicano, controlado por el Tea Party, que es la ultraderecha estadounidense, está hoy proponiendo incluir en la Constitución Estadounidense una medida de limitación de gasto público casi idéntica a la que propone el pacto PSOE-PP, habiendo sido también responsable -como lo han sido los gobiernos del PSOE y del PP- de bajar impuestos de las rentas del capital. En realidad, esta disminución de impuestos contribuyó en gran manera a crear el déficit del estado que ahora se intenta resolver recortando el gasto público social. Y todo ello mandado por la Constitución. Vicenç Navarro.
Aquellos quienes proponen tal medida la presentan como eminentemente razonable, argumentando que, en la misma manera que las familias no pueden gastar más de lo que ingresan, al Estado (que en España incluye el estado central, autonómico y municipal) tampoco debiera permitírsele que gastara más de lo que ingresa. Y para expresar la necesidad y contundencia de tal medida, se proponen incluirla en la Constitución. Tal argumentación ignora u oculta, sin embargo, que la gran mayoría de las familias gastan anualmente más de lo que ingresan, debido a la existencia del crédito. Cuando una familia se compra una casa, o un coche, o educa a sus hijos invirtiendo en su formación, pide prestado dinero y lo paga en varios años. Y lo mismo ocurre con el Estado, el cual constantemente invierte en infraestructuras físicas (como en carreteras) o sociales (como centros de salud y escuelas públicas) que mejorarán el presente y el futuro de la ciudadanía, no sólo de hoy, sino de las generaciones que nos sigan, necesitando endeudarse para financiarlo. El argumento que repiten machaconamente las derechas de que “es injusto dejarles una deuda pública a nuestros hijos”, oculta que nuestros hijos requieren estas inversiones para que les dejemos un mundo mejor. Negarle al estado la capacidad de endeudarse es semejante a que se les dijera a las familias que no pueden endeudarse. Hoy, por cierto, la deuda pública es mucho menor -60% del PIB- que la deuda privada de las familias (y de las empresas) -189%-.
Naturalmente que la prudencia en pedir préstamos es aconsejable, pero el Estado español (a todos los niveles) dista mucho de haberse extralimitado. La deuda pública es menor que el promedio de la UE-15 (el grupo de países más ricos de la UE). Es más, España tiene el gasto público social (que constituye una gran parte del gasto público por habitante) más bajo de la UE-15. Es sólo el 74% del promedio de la UE-15, mucho más bajo de lo que nos correspondería por el nivel de desarrollo económico que España tiene, que es ya el 94% del PIB per cápita de la UE-15.
La frase que el Sr. Rajoy y Co. utilizan con frecuencia de que “hay que recortar el gasto público social para salvar el futuro estado del bienestar” asume errónea y falsamente que éste está hipertrofiado, postura insostenible a la luz de los datos. Lo que en realidad esconde este argumento es el deseo de mantener, o incluso reducir el sector público, disminuyendo todavía más los escasos recursos que recoge el Estado a fin de privatizar los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como las pensiones, la sanidad, la educación, los servicios domiciliarios a las personas con dependencia, las escuelas de infancia y los servicios sociales, entre otros.
Una consecuencia de tal medida es incrementar todavía más la regresividad del sistema fiscal español, uno de los más regresivos existentes hoy en la Unión Europea. Los niveles nominales de gravación aparentan progresividad. Pero, en la práctica (consecuencia de deducciones, ventajas fiscales y fraude fiscal) los niveles reales son enormemente regresivos. Mientras que la mayoría de la población trabajadora (a la cual se le paga en nómina) paga impuestos en porcentajes similares a sus homólogos en la UE-15 (el trabajador de la manufactura paga el mismo porcentaje en impuestos que el promedio de la UE-15), la gran empresa (que paga mucho menos –en términos proporcionales- que la mediana y pequeña empresa), la banca y las rentas superiores pagan impuestos en porcentajes (que derivan de sus rentas del capital) que son mucho menores (sus niveles de gravación reales son del 10% al 17%) que los de sus homólogos en el promedio de la UE-15. Y ello es consecuencia de su enorme y excesiva influencia sobre el Estado, y de la tolerancia y/o complicidad de este último hacia esta regresividad. Según el sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, el 80% del fraude fiscal (88.000 millones de euros) lo realizan estos sectores.
Pero además de esta situación de regresividad que caracteriza la situación española, hay otra estructural que ocurre también en la mayoría de países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo). En ellos, las rentas derivadas del capital se gravan mucho menos que las rentas del trabajo. Como bien decía paradójicamente Warren Buffet, uno de los hombres más ricos de EEUU, en un artículo del New York Times titulado significativamente “Basta de mimar a los súper ricos” (14.08.11), es profundamente injusto que si una persona recibe 80.000 dólares por tener acciones en la banca pague muchos menos impuestos que otra persona que obtiene tal dinero trabajando. Esta política se justifica con el argumento de que hay que mimar al capital para favorecer la inversión y crear empleo. Pero como bien dice el propio Sr. Buffet, se creó en EEUU mucho más empleo durante el periodo 1950-1980 -que tenía una carga fiscal más elevada- que durante el periodo 1980-2010 (en que hubo un bajón de impuestos al capital y en general). El Partido Republicano, controlado por el Tea Party, que es la ultraderecha estadounidense, está hoy proponiendo incluir en la Constitución Estadounidense una medida de limitación de gasto público casi idéntica a la que propone el pacto PSOE-PP, habiendo sido también responsable -como lo han sido los gobiernos del PSOE y del PP- de bajar impuestos de las rentas del capital. En realidad, esta disminución de impuestos contribuyó en gran manera a crear el déficit del estado que ahora se intenta resolver recortando el gasto público social. Y todo ello mandado por la Constitución. Vicenç Navarro.
jueves, 1 de septiembre de 2011
Los recortes presupuestarios provocan movilizaciones en la enseñanza
La educación que políticos de todo signo enarbolan como salvavidas de la crisis no se libra de recortes. El curso pasado fueron los sueldos, las becas, la formación del profesorado o las actividades extraescolares las que sufrieron un tijeretazo de más de 2.000 millones de euros en toda España. El que comienza dentro de una decena de días —la fecha varía en función de la comunidad— llegará con tajos en los presupuestos de casi todas las consejerías de educación. El profesorado de cuatro autonomías —Madrid, Galicia, Castilla-La Mancha y Navarra— está en pie de guerra por el recorte de las plantillas y el aumento de horas lectivas. Y también padres y directores, que creen que se resentirá la calidad de una enseñanza, que ya soporta una tasa de fracaso escolar que supera el 30% y queda siempre por detrás del puesto 30 en todos los Informe Pisa, a la altura de Turquía.
o ha comenzado el curso y ya hay convocadas huelgas y días de brazos cruzados, los sindicatos planean manifestaciones de ámbito nacional y existen amenazas de dimisión de directores de institutos. El profesorado, más allá de una queja laboral, argumenta que esta forma de recorte, la que les hace dar más clase por el mismo sueldo o por un pequeño plus, merma la calidad de la enseñanza y no les permite dedicar tiempo suficiente a labores organizativas, a preparación de clases y a atención a los alumnos.
La Xunta de Galicia inició esta senda cuando en junio pasado anunció que los maestros pasarían de tener 21 a 25 horas lectivas —que no laborales, estas ascienden a 37,5, aproximadamente igual que en toda España— por semana. Iniciativas similares han prendido en otras comunidades con gobierno conservador. En julio se sumaron Madrid y Navarra y ayer Castilla-La Mancha con un anuncio de su presidenta, María Dolores de Cospedal, que va a aumentar dos horas semanales. Pretende ahorrar 28 millones suprimiendo centros de formación de profesores y otros 111 millones en personal.
La medida tiene un efecto sobre el empleo, que es precisamente de donde viene el ahorro. Las horas extra que dan los funcionarios no las tienen que impartir los interinos. La Consejería de Educación madrileña calcula un gasto de 80 millones de euros menos gracias al recorte de dos horas lectivas y la supresión de una hora semanal de tutoría con los alumnos y otra en la que los docentes responsables de cada clase se reunían para poner en común la evolución educativa y a planificar.
Los docentes aseguran que la calidad educativa se verá mermada Leer más aquí en El País.
o ha comenzado el curso y ya hay convocadas huelgas y días de brazos cruzados, los sindicatos planean manifestaciones de ámbito nacional y existen amenazas de dimisión de directores de institutos. El profesorado, más allá de una queja laboral, argumenta que esta forma de recorte, la que les hace dar más clase por el mismo sueldo o por un pequeño plus, merma la calidad de la enseñanza y no les permite dedicar tiempo suficiente a labores organizativas, a preparación de clases y a atención a los alumnos.
La Xunta de Galicia inició esta senda cuando en junio pasado anunció que los maestros pasarían de tener 21 a 25 horas lectivas —que no laborales, estas ascienden a 37,5, aproximadamente igual que en toda España— por semana. Iniciativas similares han prendido en otras comunidades con gobierno conservador. En julio se sumaron Madrid y Navarra y ayer Castilla-La Mancha con un anuncio de su presidenta, María Dolores de Cospedal, que va a aumentar dos horas semanales. Pretende ahorrar 28 millones suprimiendo centros de formación de profesores y otros 111 millones en personal.
La medida tiene un efecto sobre el empleo, que es precisamente de donde viene el ahorro. Las horas extra que dan los funcionarios no las tienen que impartir los interinos. La Consejería de Educación madrileña calcula un gasto de 80 millones de euros menos gracias al recorte de dos horas lectivas y la supresión de una hora semanal de tutoría con los alumnos y otra en la que los docentes responsables de cada clase se reunían para poner en común la evolución educativa y a planificar.
Los docentes aseguran que la calidad educativa se verá mermada Leer más aquí en El País.
El recorte de Cospedal destruirá 15.000 empleos. La paralización de la obra pública acabará con 10.000 puestos de trabajo,
Cospedal presenta su duro recorte como "un ejemplo para España"
La presidenta regional asegura que su plan de austeridad será “un ejemplo para España”
La número dos del PP promete no subir impuestos
El presupuesto pasaría de los 8.616 millones fijados para 2011 a unos 6.800 millones de euros
ANDRÉS R. GAVINO Toledo El País, 31 AGO 2011
La presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores De Cospedal, ha anunciado un recorte de cerca del 20% de los Presupuestos Generales de la región para 2012. Cospedal ha prometido que no subirá los impuestos, por lo que el coste será "cero" para los ciudadanos. El plan que ha presentado la presidenta regional y que ya adelantó Leandro Esteban, el portavoz y consejero, es "equilibrado, justo y equitativo", según ha asegurado la presidenta regional. La mayor partida de recortes, de 400 millones, se ejecutará en las infraestructuras e instalaciones sanitarias, aunque no se detalla cómo.
Cospedal ha presentado esta mañana su Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos de la comunidad, lo que supone una reducción del presupuesto. El Ejecutivo manchego pretende ahorrar 1.815 milllones de euros entre 2011 y 2012. El plan es drástico y Cospedal ha indicado que se ha visto obligada a redactarlo debido a la herencia dejada por el PSOE. “Vamos a ser criticados por los que nos han obligado a realizar este plan al dejarnos en una situación ruinosa, aunque creo que deben de estar de acuerdo con nosotros en los planteamientos generales”, ha asegurado. Además, ha recordado que habían sido los socialistas los que habían impuesto un límite máximo de déficit del 1,3% a finales de año, por lo que pretende ser “un ejemplo para España” y lograr el objetivo...
La presidenta regional asegura que su plan de austeridad será “un ejemplo para España”
La número dos del PP promete no subir impuestos
El presupuesto pasaría de los 8.616 millones fijados para 2011 a unos 6.800 millones de euros
ANDRÉS R. GAVINO Toledo El País, 31 AGO 2011
La presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores De Cospedal, ha anunciado un recorte de cerca del 20% de los Presupuestos Generales de la región para 2012. Cospedal ha prometido que no subirá los impuestos, por lo que el coste será "cero" para los ciudadanos. El plan que ha presentado la presidenta regional y que ya adelantó Leandro Esteban, el portavoz y consejero, es "equilibrado, justo y equitativo", según ha asegurado la presidenta regional. La mayor partida de recortes, de 400 millones, se ejecutará en las infraestructuras e instalaciones sanitarias, aunque no se detalla cómo.
Cospedal ha presentado esta mañana su Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos de la comunidad, lo que supone una reducción del presupuesto. El Ejecutivo manchego pretende ahorrar 1.815 milllones de euros entre 2011 y 2012. El plan es drástico y Cospedal ha indicado que se ha visto obligada a redactarlo debido a la herencia dejada por el PSOE. “Vamos a ser criticados por los que nos han obligado a realizar este plan al dejarnos en una situación ruinosa, aunque creo que deben de estar de acuerdo con nosotros en los planteamientos generales”, ha asegurado. Además, ha recordado que habían sido los socialistas los que habían impuesto un límite máximo de déficit del 1,3% a finales de año, por lo que pretende ser “un ejemplo para España” y lograr el objetivo...
miércoles, 31 de agosto de 2011
¿Qué música escuchan los músicos?
Delorean
El cuarteto de Zarautz (Gipuzkoa) ha pasado en diez años de grupo de 'hardcore' a estrellas internacionales del pop electrónico internacional. Con su último disco, 'Subiza' (2010), han realizado varias giras por Estados Unidos.
"Nos gusta La mañana, de Dotore. Su disco Los veranos y los días nos suena muy a nuestra tierra. El verano es la mejor época en Donosti, con grandes planes de playa y pinchos. Además de haber crecido en el mismo lugar y ser nuestro amigo, creemos que Dotore ha hecho un gran disco. La mañana es uno de los hits".
Tote King
Manuel González Rodríguez (Sevilla, 1978) es un rapero andaluz aficionado a Hendrix y al baloncesto. Este año ha publicado 'El lado oscuro de Gandhi' (2011).
"Voy a escuchar a Drake. No deja de sorprenderme y viene de lujo para el veranito: tiene temas duros y temas cantados tranquilos. Es perfecto con un cubata en Triana".
David Otero, 'El Pescao'
El exguitarrista de El Canto del Loco David 'El Pescao' Otero es un músico pop que nació en Madrid en 1980. El año pasado publicó 'Nada-lógico', su primer disco en solitario.
"Escucharé a Hola A Todo El Mundo. Desde que entraron en mi coche son imposibles de sacar: ¡A mi hija de cuatro años le encantan! Y antes de surfear... The Whitest Boy Alive".
Jesús Antúnez (Dover)
Dover comenzó como grupo 'grunge' en Madrid en 1992. Su segundo disco, 'Devil came to me' (1997), vendió más de 500.000 copias. En los últimos discos han virado hacia el pop bailable. Su nuevo trabajo se titula 'I ka kené' (2010).
"En verano me gusta escuchar música clásica, para relajarme y para aprender. También electrónica, sobre todo Swedish House Mafia y Deadmau5".
Marc Ros (Sidonie)
Sidonie es un grupo pop que nació en Barcelona en 1997. Empezaron tocando música psicodélica en inglés, aunque ahora cantan en castellano. En su web cuelga el cartel de "grabando nuevo disco".
"Hemos estado ocupados grabando nuestro último disco. No me ha dado tiempo a escuchar el último de Fleet Foxes, Helplessness blues, así que voy a aprovechar en verano. Es una temporada también para easy listening y me gusta poner música como la de José Feliciano y Bert Kaempfert. Soy de la Costa Brava y para mí lo ideal es una melodía tranquila, a media tarde, en un chiringuito y con una copa de vino".
Nach
Ignacio Fornés Olmo (Albacete, 1974), 'Nach', es un rapero alicantino. Su último disco, producido este año, se titula 'Mejor que el silencio'.
"Desde que tengo iPhone me instalé Spotify y accedo a más música de forma más inmediata. Así me encuentro con canciones que desconocía. Estoy con tres discos de rap: Arts & entertainments, de Masta Ace y Ed OG; 1982, el álbum del dúo formado por Termanology y Statik Selektah, y Gutter rainbows, que acaba de sacar Talib Kweli.
También estoy escuchando clásicos de rap de los noventa. Cuando me voy a la playa suelo poner música relajada, como la del nipón Yoshio Kurahashi [uno de los flautistas más conocidos de Japón]. Y en casa escucho soul moderno. Me pongo a menudo Beautiful imperfection, de Asa, y la canto debajo de la ducha. Entre lo que más estoy escuchando está también un artista de soul francés, Ben L'Oncle Soul".
Macaco
Daniel Carbonell fundó en Barcelona en 1997 la banda Macaco. Su música se caracteriza por el mestizaje. Su último álbum es 'Puerto presente' (2009), aunque ya está inmerso en un nuevo proyecto.
"Estoy escuchando el disco de Cary Ann Hearst Lions and lambs. Lo oí por primera vez en un capítulo de la serie de True blood [sale la canción Hell's bells]. Me sorprendió su voz rota y abluesada. Cogí Shazam [una aplicación para móviles que permite identificar una canción que esté sonando] para averiguar qué era. Me llamaron la atención sus letras oscuras y dylanianas. También me sorprendió la producción, con un trabajo muy crudo en las bases rítmicas. Para algo más animado en una noche de verano recomiendo As we enter, de Damian Marley & Nas. Ah, y el tema The sound of sunshine, de mi amigo Michael Franti".
Javiera Mena
Desconocida hasta hace poco, Javiera Mena (Santiago de Chile, 1983) ha conquistado público y crítica con su pop electrónico heredero de los Mecano más naif. Lleva dos meses presentando por España su última creación, 'Mena' (2010).
"He estado escuchando la canción de CSS con Bobby Gillespie, Hits me like a rock. Es ultraplayera. Estando en España también he redescubierto a El Guincho. Había escuchado Pop negro, pero estando aquí le di la atención que merece. Me parece una obra de las que mueven el mundo. La otra canción que me pegó muchísimo es The truest faith, de Korallreven. Es la banda paralela de Johan Duncanson, de Radio Dept, y es la combinación perfecta de elementos para un atardecer de verano: tiene un toque español, pero visto por un guiri, con castañuelas y ritmo latino".
Jorge Ruiz (Maldita Nerea)
Grupo de pop fundado en 2003 en Murcia y liderado por Jorge Ruiz. 'Fácil' (2011) es su último disco.
"Mi canción del verano es Price tag, de Jessie James. Me parece una de las mejores canciones de pop producidas en los últimos años. Me hace sonreír y olvidarme de todo en cuanto la escucho. Altamente recomendable".
Toni Zenet
Antes actor, Toni Zenet hizo su debut musical en 2008 con 'Los mares de China'. Su música mezcla jazz y flamenco. Su último álbum es 'Todas las calles' (2011).
"En mi iPod llevo de todo, aunque últimamente estoy volviendo a los clásicos. Estoy recuperando las viejas voces de Latinoamérica, como La Lupe o Toña la Negra. Me gusta compartirlas, escucharlas de fondo cuando estás de charleta con una buena cena al aire libre o una barbacoíta.
He retomado también la canción francesa, y en particular Zaz, que el año pasado sacó disco. Cuando la oyes cantar te parece de los años cuarenta, pero luego descubres que tiene 20. De cierta forma puede recordar a Vaya Con Dios por los arreglos de contrabajos, aunque su estilo es más puro. También llevo siempre a Chet Baker: me relaja muchísimo su álbum Love songs. Es la típica música para escuchar en la furgoneta con los ojos cerrados".
Diego 'El Cigala'
El madrileño Diego Ramón Jiménez Salazar, o simplemente Diego 'El Cigala', es toda una institución del flamenco. Su último disco es 'Cigala & Tango'.
"Este verano voy a escuchar mucho a Diego El Cigala, porque en septiembre me voy dos meses de gira por Latinoamérica y EE UU. Aparte me encantan Diego el Morao, Ray Charles y Stevie Wonder. Me gusta mucho el rumberío de Rubén Blades, con el que estuve el 12 de julio, cuando dio un concierto en Madrid, y el cantante de los cantantes, Héctor Lavoe. Para la mañanita, algo alegre, como Pedro Navaja, y música clásica para por la noche. Me encantan Maria Callas y Mozart. Suelo poner el iPod en modo aleatorio, salvo excepciones como Camarón, que se tiene que escuchar de seguido".
Ángel Molina
Pionero del 'techno' en España, dotado de una técnica casi perfecta y capaz de hacer bailar a las masas, el 'dj' y productor de Badalona lleva desde 1991 reinando en las cabinas. Prepara un nuevo 'mix' para después del verano.
No hago nunca distinción entre lo que escucho en verano o el resto del año, no me afecta la estación en la que me encuentro. En todo caso escucho discos en función de mi estado de ánimo, de las horas libres de las que disponga o de las últimas novedades que he conocido.
Últimamente escucho mucho material de tinte oscuro. Creo que es el momento tanto en la electrónica como en el pop-rock. Ejemplos de ello podrían ser Light Asylum (fantástico su In tension ep), Maria & The Mirrors, Roll The Dice, Hype Williams (Kelly Price W8 Gain Vol II eleva a otro nivel el concepto lo-fi) o Blanck Mass. No tengo demasiadas restricciones estilísticas: cualquier cosa que me ayude a desconectar del habitual 4×4 que, como dj, manejo a diario".
Jota (Los Planetas)
Un clásico del rock alternativo. La banda fue fundada a principios de los noventa en Granada. 'Una ópera egipcia' (2010) es su último disco.
"Me guío bastante por las recomendaciones de mis amigos. Los del grupo compartimos gustos en la mayoría de las cosas, pero cada uno también escucha por su cuenta. Este verano me pondré discos con los que ya llevo un tiempo: Maracaibo, de La Estrella de David, o Fiesta, de La Bien Querida. Me gusta mucho el grupo inglés Weekend y su canción Coma summer, muy apropiada para el verano. Es una suerte de noise rock que te pone las pilas. Tampoco descarto discos más clásicos, como Pet sounds, de los Beach Boys.
He descubierto el modo aleatorio del iPod recientemente y lo uso para descubrir nuevas cosas, como Togheter forever, el disco de debut de The Peelies".
Alaska
Olvido Gara Jova, 'Alaska', nació en México en 1963. Se hizo famosa por su pop electrónico y como icono de la movida madrileña. El año pasado editó como Fangoria (el dúo que compone con Nacho Canut) 'El paso fundamental del vodevil a la astracanada'.
"Con la música, como con la ropa, no creo que haya una para el invierno y otra para el verano, a excepción de los abrigos. Los dos discos que estoy escuchando son el último de The Horrors, 'Skying', y lo nuevo de Cat's Eyes, la banda que el cantante de The Horrors ha formado con su profesora de música. Tienen un sonido muy oscuro y ambiental que me ayuda a olvidar que fuera hace sol y que la gente se está poniendo morena como una lagartija. Al contrario de lo que le pasa a muchos, mi vida en verano no cambia: sigo trabajando. No hago un parón y disfruto de esas vacaciones soñadas. Por eso sigo poniendo música en mi casa, donde lo hago siempre. Nunca me ha gustado escucharla con cascos. Y no tengo un iPod, como en su momento no tuve un 'walkman' o un 'minidisc".
Julieta Venegas
La mexicana (Tijuana, 1970) se ha convertido con seis álbumes (el último fue 'Otra cosa', de 2010) en una estrella mundial con un pie en el 'indie', como demuestra su paso por el último Festival de Benicàssim.
"Últimamente me gusta la música brasileña. Este verano voy a escuchar algún disco de Vanessa da Mata. Tiene una voz bonita y algo de la música de Os Mutantes. En el DF es una temporada de lluvias tremendas, así que estoy en casa y escucho música todo el rato. ¿Un álbum? 'Pop negro', de El Guincho".
Antonio Carmona
Exmiembro de Ketama, Carmona (Granada, 1965) es un representante del llamado flamenquito español, aquel movimiento musical que empezó a mezclar flamenco y pop. Este año ha publicado su segundo disco en solitario, 'De noche'.
"Admiro muchísimo a Juan Luis Guerra. Tengo todos sus discos y me los sé de pe a pa. He recuperado 'El amor después del amor', de Fito Páez. Hay un tema con Mercedes Sosa que se llama 'El muro de los lamentos' y que es medio flamenquito y medio rockero. Llamé a un colega de Warner y le pregunté si podía recuperarme ese disquito. Escucho mucha música en el coche, sobre todo en los atascos. Y en Madrid hay bastantes... ¿Una canción para el verano? ¡'La barbacoa'! [la canta y ríe]. No, bueno, hay un tema que hace diez años que no lo escuchaba: 'Killer Joe', de Benny Golson".
Amaral
El grupo que toda la industria española quisiera fichar, fundado por Eva Amaral y Juan Aguirre en Zaragoza en 1993, ha autoeditado su próximo disco, que saldrá a la venta en septiembre.
Eva: "Estoy escuchando discos antiguos de 'soul'. Me he enganchado a Ann Peebles y me he comprado sus grandes éxitos. Me sorprenden el sonido de la batería y la base rítmica. Es muy 'groovie', con mucho sentimiento. Me gusta escuchar música mientras hago deporte, y cuando voy subiendo una cuesta en bicicleta me pongo el disco de Peebles para animarme. Cuando voy en plano a toda leche, en cambio, pongo 'High voltage', de AC/DC. Me suele gustar mucho también despertarme y poner un disco mientras desayuno y miro los correos electrónicos".
Juan: "Estoy escuchando el nuevo disco de Bon Iver. Me lo he comprado en vinilo y venía un código para descargárselo 'online' y ponerlo en el iPod. El vinilo no lo he abierto aún, ya que estábamos ocupados mezclando el último disco y allí no tenía un tocadiscos. Ahora que estamos de viaje estoy escuchando también 'A love supreme', de John Coltrane, y mucho a BB King. Ya le vi tocar, pero es ahora cuando me estoy enganchando a sus canciones".
Ricardo Ruipérez (M-Clan)
Grupo murciano de rock fundado en 1993. 'Para no ver el final' (2010), más tipo 'soul', es su último álbum.
"Me levanto con 'Omega', de Enrique Morente y Lagartija Nick. Y a todas horas escucho el disco del regreso de Elvis que se editó a finales de los sesenta. También me gusta mucho Joss Stone, sobre todo para la siesta, y Marvin Gaye tras los conciertos. Escucho mucho a José Ignacio Lapido, mi gran fuente de inspiración y uno de los mejores escritores de canciones en España. Está muy bien para planchar, y él lo sabe: le gustan los rockeros que saben planchar".
Noni (Lori Meyers)
Moviéndose entre el 'indie' y el pop comercial, el sexteto de Loja (Granada) ha triunfado con su álbum 'Cuando el destino nos alcance' (2010).
"Es una época en la que estamos mucho de viaje con la furgoneta y escuchamos el último de Metronomy, 'The english riviera'. Es una especie de 'indie pop' electrónico. El viaje es el mejor contexto para ponerlo, porque es cuando te escuchas los discos enteros. El verano es una buena temporada para recuperar los álbumes que te has ido comprando a lo largo del año y no has podido escuchar. Como no estoy mucho en casa y viajo bastante, acabo llevándome lo necesario: listas recopilatorias que me hago y también nuestras maquetas. Cuando estoy en casa soy de vinilos. Los dos últimos que he comprado son 'Codes and keys', de Death Cab For Cutie, y 'Paraphernalia', de Maritime".
Russian Red
Lourdes Fernández (Madrid, 1985) vendió 40.000 copias de su primer disco, 'I love your glasses'. Sus canciones pop en inglés le han convertido en un auténtico fenómeno de la música española. Su segundo álbum, 'Fuerteventura', salió en mayo.
"Estaré escuchando mucho 'italodisco'. 'Sarà perche ti amo', de Ricchi e Poveri, es un poco el himno que suena cada mañana de verano en mi casa. También Franco Batiatto y cosas más elegantes tipo 'Sapore di sale', de Gino Paoli. Son canciones de estas que huelen a sal y te regalan muchas ganas de largarte a Roma o a Palermo en el siguiente vuelo. En esos días entre un viaje y otro en los que me quedo en Madrid suelo escuchar más música al levantarme. Si estoy de viaje, escucho música mirando por la ventanilla, repasando lo que, todavía en formato fantasía, me espera en mi lugar de destino".
Pucho (Vetusta Morla)
Pucho es el líder de Vetusta Morla, el grupo más grande del rock alternativo español. Fundado en Tres Cantos (Madrid) en 1998, decidieron autoeditarse su primer disco, el ahora celebérrimo 'Un lugar en el mundo' (2008). La gira de su continuación, el también autoeditado 'Mapas' (2011), les tiene actuando por festivales de toda España.
"Me compré las Navidades pasadas un cofre de 18 discos de música africana que sacaron por el 40º aniversario de la independencia de muchos Estados del continente. Lo he escuchado mientras me recorría la cornisa cantábrica. Está lleno de nuevas rítmicas, es una pasada. Y hay muchos artistas interesantes, como Alpha Blondy. Y el 17 de julio fui a ver Portishead al FIB de Benicàssim. Me pillé la entrada de un día y vi también a Arcade Fire. Pero si tuviera que escoger una canción del verano sería 'Icecream', de Battles. Es una colaboración con el chileno Matías Aguayo y habla de un helado derritiéndose".
El cuarteto de Zarautz (Gipuzkoa) ha pasado en diez años de grupo de 'hardcore' a estrellas internacionales del pop electrónico internacional. Con su último disco, 'Subiza' (2010), han realizado varias giras por Estados Unidos.
"Nos gusta La mañana, de Dotore. Su disco Los veranos y los días nos suena muy a nuestra tierra. El verano es la mejor época en Donosti, con grandes planes de playa y pinchos. Además de haber crecido en el mismo lugar y ser nuestro amigo, creemos que Dotore ha hecho un gran disco. La mañana es uno de los hits".
Tote King
Manuel González Rodríguez (Sevilla, 1978) es un rapero andaluz aficionado a Hendrix y al baloncesto. Este año ha publicado 'El lado oscuro de Gandhi' (2011).
"Voy a escuchar a Drake. No deja de sorprenderme y viene de lujo para el veranito: tiene temas duros y temas cantados tranquilos. Es perfecto con un cubata en Triana".
David Otero, 'El Pescao'
El exguitarrista de El Canto del Loco David 'El Pescao' Otero es un músico pop que nació en Madrid en 1980. El año pasado publicó 'Nada-lógico', su primer disco en solitario.
"Escucharé a Hola A Todo El Mundo. Desde que entraron en mi coche son imposibles de sacar: ¡A mi hija de cuatro años le encantan! Y antes de surfear... The Whitest Boy Alive".
Jesús Antúnez (Dover)
Dover comenzó como grupo 'grunge' en Madrid en 1992. Su segundo disco, 'Devil came to me' (1997), vendió más de 500.000 copias. En los últimos discos han virado hacia el pop bailable. Su nuevo trabajo se titula 'I ka kené' (2010).
"En verano me gusta escuchar música clásica, para relajarme y para aprender. También electrónica, sobre todo Swedish House Mafia y Deadmau5".
Marc Ros (Sidonie)
Sidonie es un grupo pop que nació en Barcelona en 1997. Empezaron tocando música psicodélica en inglés, aunque ahora cantan en castellano. En su web cuelga el cartel de "grabando nuevo disco".
"Hemos estado ocupados grabando nuestro último disco. No me ha dado tiempo a escuchar el último de Fleet Foxes, Helplessness blues, así que voy a aprovechar en verano. Es una temporada también para easy listening y me gusta poner música como la de José Feliciano y Bert Kaempfert. Soy de la Costa Brava y para mí lo ideal es una melodía tranquila, a media tarde, en un chiringuito y con una copa de vino".
Nach
Ignacio Fornés Olmo (Albacete, 1974), 'Nach', es un rapero alicantino. Su último disco, producido este año, se titula 'Mejor que el silencio'.
"Desde que tengo iPhone me instalé Spotify y accedo a más música de forma más inmediata. Así me encuentro con canciones que desconocía. Estoy con tres discos de rap: Arts & entertainments, de Masta Ace y Ed OG; 1982, el álbum del dúo formado por Termanology y Statik Selektah, y Gutter rainbows, que acaba de sacar Talib Kweli.
También estoy escuchando clásicos de rap de los noventa. Cuando me voy a la playa suelo poner música relajada, como la del nipón Yoshio Kurahashi [uno de los flautistas más conocidos de Japón]. Y en casa escucho soul moderno. Me pongo a menudo Beautiful imperfection, de Asa, y la canto debajo de la ducha. Entre lo que más estoy escuchando está también un artista de soul francés, Ben L'Oncle Soul".
Macaco
Daniel Carbonell fundó en Barcelona en 1997 la banda Macaco. Su música se caracteriza por el mestizaje. Su último álbum es 'Puerto presente' (2009), aunque ya está inmerso en un nuevo proyecto.
"Estoy escuchando el disco de Cary Ann Hearst Lions and lambs. Lo oí por primera vez en un capítulo de la serie de True blood [sale la canción Hell's bells]. Me sorprendió su voz rota y abluesada. Cogí Shazam [una aplicación para móviles que permite identificar una canción que esté sonando] para averiguar qué era. Me llamaron la atención sus letras oscuras y dylanianas. También me sorprendió la producción, con un trabajo muy crudo en las bases rítmicas. Para algo más animado en una noche de verano recomiendo As we enter, de Damian Marley & Nas. Ah, y el tema The sound of sunshine, de mi amigo Michael Franti".
Javiera Mena
Desconocida hasta hace poco, Javiera Mena (Santiago de Chile, 1983) ha conquistado público y crítica con su pop electrónico heredero de los Mecano más naif. Lleva dos meses presentando por España su última creación, 'Mena' (2010).
"He estado escuchando la canción de CSS con Bobby Gillespie, Hits me like a rock. Es ultraplayera. Estando en España también he redescubierto a El Guincho. Había escuchado Pop negro, pero estando aquí le di la atención que merece. Me parece una obra de las que mueven el mundo. La otra canción que me pegó muchísimo es The truest faith, de Korallreven. Es la banda paralela de Johan Duncanson, de Radio Dept, y es la combinación perfecta de elementos para un atardecer de verano: tiene un toque español, pero visto por un guiri, con castañuelas y ritmo latino".
Jorge Ruiz (Maldita Nerea)
Grupo de pop fundado en 2003 en Murcia y liderado por Jorge Ruiz. 'Fácil' (2011) es su último disco.
"Mi canción del verano es Price tag, de Jessie James. Me parece una de las mejores canciones de pop producidas en los últimos años. Me hace sonreír y olvidarme de todo en cuanto la escucho. Altamente recomendable".
Toni Zenet
Antes actor, Toni Zenet hizo su debut musical en 2008 con 'Los mares de China'. Su música mezcla jazz y flamenco. Su último álbum es 'Todas las calles' (2011).
"En mi iPod llevo de todo, aunque últimamente estoy volviendo a los clásicos. Estoy recuperando las viejas voces de Latinoamérica, como La Lupe o Toña la Negra. Me gusta compartirlas, escucharlas de fondo cuando estás de charleta con una buena cena al aire libre o una barbacoíta.
He retomado también la canción francesa, y en particular Zaz, que el año pasado sacó disco. Cuando la oyes cantar te parece de los años cuarenta, pero luego descubres que tiene 20. De cierta forma puede recordar a Vaya Con Dios por los arreglos de contrabajos, aunque su estilo es más puro. También llevo siempre a Chet Baker: me relaja muchísimo su álbum Love songs. Es la típica música para escuchar en la furgoneta con los ojos cerrados".
Diego 'El Cigala'
El madrileño Diego Ramón Jiménez Salazar, o simplemente Diego 'El Cigala', es toda una institución del flamenco. Su último disco es 'Cigala & Tango'.
"Este verano voy a escuchar mucho a Diego El Cigala, porque en septiembre me voy dos meses de gira por Latinoamérica y EE UU. Aparte me encantan Diego el Morao, Ray Charles y Stevie Wonder. Me gusta mucho el rumberío de Rubén Blades, con el que estuve el 12 de julio, cuando dio un concierto en Madrid, y el cantante de los cantantes, Héctor Lavoe. Para la mañanita, algo alegre, como Pedro Navaja, y música clásica para por la noche. Me encantan Maria Callas y Mozart. Suelo poner el iPod en modo aleatorio, salvo excepciones como Camarón, que se tiene que escuchar de seguido".
Ángel Molina
Pionero del 'techno' en España, dotado de una técnica casi perfecta y capaz de hacer bailar a las masas, el 'dj' y productor de Badalona lleva desde 1991 reinando en las cabinas. Prepara un nuevo 'mix' para después del verano.
No hago nunca distinción entre lo que escucho en verano o el resto del año, no me afecta la estación en la que me encuentro. En todo caso escucho discos en función de mi estado de ánimo, de las horas libres de las que disponga o de las últimas novedades que he conocido.
Últimamente escucho mucho material de tinte oscuro. Creo que es el momento tanto en la electrónica como en el pop-rock. Ejemplos de ello podrían ser Light Asylum (fantástico su In tension ep), Maria & The Mirrors, Roll The Dice, Hype Williams (Kelly Price W8 Gain Vol II eleva a otro nivel el concepto lo-fi) o Blanck Mass. No tengo demasiadas restricciones estilísticas: cualquier cosa que me ayude a desconectar del habitual 4×4 que, como dj, manejo a diario".
Jota (Los Planetas)
Un clásico del rock alternativo. La banda fue fundada a principios de los noventa en Granada. 'Una ópera egipcia' (2010) es su último disco.
"Me guío bastante por las recomendaciones de mis amigos. Los del grupo compartimos gustos en la mayoría de las cosas, pero cada uno también escucha por su cuenta. Este verano me pondré discos con los que ya llevo un tiempo: Maracaibo, de La Estrella de David, o Fiesta, de La Bien Querida. Me gusta mucho el grupo inglés Weekend y su canción Coma summer, muy apropiada para el verano. Es una suerte de noise rock que te pone las pilas. Tampoco descarto discos más clásicos, como Pet sounds, de los Beach Boys.
He descubierto el modo aleatorio del iPod recientemente y lo uso para descubrir nuevas cosas, como Togheter forever, el disco de debut de The Peelies".
Alaska
Olvido Gara Jova, 'Alaska', nació en México en 1963. Se hizo famosa por su pop electrónico y como icono de la movida madrileña. El año pasado editó como Fangoria (el dúo que compone con Nacho Canut) 'El paso fundamental del vodevil a la astracanada'.
"Con la música, como con la ropa, no creo que haya una para el invierno y otra para el verano, a excepción de los abrigos. Los dos discos que estoy escuchando son el último de The Horrors, 'Skying', y lo nuevo de Cat's Eyes, la banda que el cantante de The Horrors ha formado con su profesora de música. Tienen un sonido muy oscuro y ambiental que me ayuda a olvidar que fuera hace sol y que la gente se está poniendo morena como una lagartija. Al contrario de lo que le pasa a muchos, mi vida en verano no cambia: sigo trabajando. No hago un parón y disfruto de esas vacaciones soñadas. Por eso sigo poniendo música en mi casa, donde lo hago siempre. Nunca me ha gustado escucharla con cascos. Y no tengo un iPod, como en su momento no tuve un 'walkman' o un 'minidisc".
Julieta Venegas
La mexicana (Tijuana, 1970) se ha convertido con seis álbumes (el último fue 'Otra cosa', de 2010) en una estrella mundial con un pie en el 'indie', como demuestra su paso por el último Festival de Benicàssim.
"Últimamente me gusta la música brasileña. Este verano voy a escuchar algún disco de Vanessa da Mata. Tiene una voz bonita y algo de la música de Os Mutantes. En el DF es una temporada de lluvias tremendas, así que estoy en casa y escucho música todo el rato. ¿Un álbum? 'Pop negro', de El Guincho".
Antonio Carmona
Exmiembro de Ketama, Carmona (Granada, 1965) es un representante del llamado flamenquito español, aquel movimiento musical que empezó a mezclar flamenco y pop. Este año ha publicado su segundo disco en solitario, 'De noche'.
"Admiro muchísimo a Juan Luis Guerra. Tengo todos sus discos y me los sé de pe a pa. He recuperado 'El amor después del amor', de Fito Páez. Hay un tema con Mercedes Sosa que se llama 'El muro de los lamentos' y que es medio flamenquito y medio rockero. Llamé a un colega de Warner y le pregunté si podía recuperarme ese disquito. Escucho mucha música en el coche, sobre todo en los atascos. Y en Madrid hay bastantes... ¿Una canción para el verano? ¡'La barbacoa'! [la canta y ríe]. No, bueno, hay un tema que hace diez años que no lo escuchaba: 'Killer Joe', de Benny Golson".
Amaral
El grupo que toda la industria española quisiera fichar, fundado por Eva Amaral y Juan Aguirre en Zaragoza en 1993, ha autoeditado su próximo disco, que saldrá a la venta en septiembre.
Eva: "Estoy escuchando discos antiguos de 'soul'. Me he enganchado a Ann Peebles y me he comprado sus grandes éxitos. Me sorprenden el sonido de la batería y la base rítmica. Es muy 'groovie', con mucho sentimiento. Me gusta escuchar música mientras hago deporte, y cuando voy subiendo una cuesta en bicicleta me pongo el disco de Peebles para animarme. Cuando voy en plano a toda leche, en cambio, pongo 'High voltage', de AC/DC. Me suele gustar mucho también despertarme y poner un disco mientras desayuno y miro los correos electrónicos".
Juan: "Estoy escuchando el nuevo disco de Bon Iver. Me lo he comprado en vinilo y venía un código para descargárselo 'online' y ponerlo en el iPod. El vinilo no lo he abierto aún, ya que estábamos ocupados mezclando el último disco y allí no tenía un tocadiscos. Ahora que estamos de viaje estoy escuchando también 'A love supreme', de John Coltrane, y mucho a BB King. Ya le vi tocar, pero es ahora cuando me estoy enganchando a sus canciones".
Ricardo Ruipérez (M-Clan)
Grupo murciano de rock fundado en 1993. 'Para no ver el final' (2010), más tipo 'soul', es su último álbum.
"Me levanto con 'Omega', de Enrique Morente y Lagartija Nick. Y a todas horas escucho el disco del regreso de Elvis que se editó a finales de los sesenta. También me gusta mucho Joss Stone, sobre todo para la siesta, y Marvin Gaye tras los conciertos. Escucho mucho a José Ignacio Lapido, mi gran fuente de inspiración y uno de los mejores escritores de canciones en España. Está muy bien para planchar, y él lo sabe: le gustan los rockeros que saben planchar".
Noni (Lori Meyers)
Moviéndose entre el 'indie' y el pop comercial, el sexteto de Loja (Granada) ha triunfado con su álbum 'Cuando el destino nos alcance' (2010).
"Es una época en la que estamos mucho de viaje con la furgoneta y escuchamos el último de Metronomy, 'The english riviera'. Es una especie de 'indie pop' electrónico. El viaje es el mejor contexto para ponerlo, porque es cuando te escuchas los discos enteros. El verano es una buena temporada para recuperar los álbumes que te has ido comprando a lo largo del año y no has podido escuchar. Como no estoy mucho en casa y viajo bastante, acabo llevándome lo necesario: listas recopilatorias que me hago y también nuestras maquetas. Cuando estoy en casa soy de vinilos. Los dos últimos que he comprado son 'Codes and keys', de Death Cab For Cutie, y 'Paraphernalia', de Maritime".
Russian Red
Lourdes Fernández (Madrid, 1985) vendió 40.000 copias de su primer disco, 'I love your glasses'. Sus canciones pop en inglés le han convertido en un auténtico fenómeno de la música española. Su segundo álbum, 'Fuerteventura', salió en mayo.
"Estaré escuchando mucho 'italodisco'. 'Sarà perche ti amo', de Ricchi e Poveri, es un poco el himno que suena cada mañana de verano en mi casa. También Franco Batiatto y cosas más elegantes tipo 'Sapore di sale', de Gino Paoli. Son canciones de estas que huelen a sal y te regalan muchas ganas de largarte a Roma o a Palermo en el siguiente vuelo. En esos días entre un viaje y otro en los que me quedo en Madrid suelo escuchar más música al levantarme. Si estoy de viaje, escucho música mirando por la ventanilla, repasando lo que, todavía en formato fantasía, me espera en mi lugar de destino".
Pucho (Vetusta Morla)
Pucho es el líder de Vetusta Morla, el grupo más grande del rock alternativo español. Fundado en Tres Cantos (Madrid) en 1998, decidieron autoeditarse su primer disco, el ahora celebérrimo 'Un lugar en el mundo' (2008). La gira de su continuación, el también autoeditado 'Mapas' (2011), les tiene actuando por festivales de toda España.
"Me compré las Navidades pasadas un cofre de 18 discos de música africana que sacaron por el 40º aniversario de la independencia de muchos Estados del continente. Lo he escuchado mientras me recorría la cornisa cantábrica. Está lleno de nuevas rítmicas, es una pasada. Y hay muchos artistas interesantes, como Alpha Blondy. Y el 17 de julio fui a ver Portishead al FIB de Benicàssim. Me pillé la entrada de un día y vi también a Arcade Fire. Pero si tuviera que escoger una canción del verano sería 'Icecream', de Battles. Es una colaboración con el chileno Matías Aguayo y habla de un helado derritiéndose".
"Los directivos no saben conciliar familia y trabajo" EMILIO DURÓ Socio de ITER Consultores
Emilio Duró (Lleida, 1960) es consultor de empresas, entre ellas PRISA. Asegura que un día grabaron sin su permiso una conferencia para directivos y, a partir de ahí, se ha convertido, sin querer, en un gurú de la ilusión y el optimismo. Acude a Valencia a dictar una conferencia a la consultora Everis. Antes de la charla resume sus puntos de vista. Habla a borbotones. Alerta sobre los problemas que genera la longevidad y sugiere que debemos aprender a mantenernos sanos, capaces e ilusionados para seguir resultando atractivos a nuestras parejas hasta los 92 años. Algo que todavía tenemos que aprender. Sustenta su aserto sobre un dato demoledor: "Un alto porcentaje de los altísimos directivos de todo el mundo se han divorciado y viven solos. No han sabido conciliar familia y trabajo".
Pregunta. ¿Es un momento difícil para vender optimismo?
Respuesta. Estamos en el mejor de los mundos. Vivimos mejor y tenemos más riquezas que nunca. Es un buen momento para vender optimismo. Somos del 3% de la gente rica que habita el planeta y somos los que más nos quejamos. El 97% de la gente que vive en África se queja menos. Viven el presente.
P. La gente tiene miedo de perder su empleo, el empresario no consigue el aval, la familia no puede pagar la hipoteca... ¿Vivimos un pesimismo generalizado?
R. Hablar de optimismo y pesimismo es una equivocación. Hay dos tipos de personas. Unas que viven más el pasado y otras que viven más el presente. Cuando te planteas el pasado, que no se puede cambiar, genera ansiedad, estrés, frustración. Si enfocas el futuro, si te planteas la vida por lo que vas a hacer, es muy difícil ser pesimista. Estás ocupado y no preocupado.
P. ¿Qué es lo que nos ocupa?
R. Las dos palabras más buscadas en el mundo son amor y felicidad. El tema central del último congreso de recursos humanos fue el optimismo en el trabajo. Porque la gente feliz tiene mejores rendimientos. Al profundizar un poco nos hemos dado cuenta de que el entusiasmo, la alegría, la felicidad, tienen poco que ver con los resultados académicos. Hay gente con bajo coeficiente intelectual que es maravillosa y hay gente muy formada que es insoportable. En la vida se fracasa más por golpes emocionales que por los racionales. Si pierdes el trabajo pero tienes una pareja que te quiere y te has cuidado físicamente, sacas fuerzas de flaqueza. Si se te junta una separación o un divorcio con un problema de salud y que te echan de la empresa, entonces es más difícil salir.
P. Muy difícil.
R. Creo que un inconveniente que tenemos es que estamos diseñados para vivir en la jungla. Nuestros abuelos no tenían preocupaciones porque no tenían futuro. Eran felices con comer y sobrevivir. Ni leían ni escribían. Hace 200 años difícilmente llegabas a los 35 o 40 años de vida. Alargar la vida a 92 años es algo para lo que no estamos preparados. Un niño es feliz porque no tiene experiencias y si le invitas a ir a la playa todo es ilusión. Si invitas a tu pareja te puede decir, "verás como llueve, como el apartamento está sucio, etcétera, etcétera".
P. ¿Vamos a peor?
R. No estamos preparados para el deterioro físico ni psiquico. La gente quiere tener un empleo fijo porque está asustada. ¿Pero cómo queremos que se nos garantice un empleo fijo si llevamos 35 años sin reciclarnos?
P. La educación es clave...
R. Desde luego. Pero no vale el falso cariño. La pena no educa. Cuando tienes lástima de un empleado te equivocas y no le ayudas. Lo peor que puede hacer una persona es no exigirte. No hay nada mejor que, siempre para ayudarte, te exijan y te hagan crecer.
P. ¿Qué hacer con los parados?
R. En primer lugar, deporte para subir la autoestima. El cuerpo es el templo del alma. Al cuidarnos físicamente conseguimos más oxígeno, nos sentimos mejor, creemos más en nosotros, tenemos más ilusión... Es increíble, vivimos en un cuerpo que no cuidamos. El deporte es la gran asignatura del futuro. Pero estamos rendidos al placer y hemos puesto de moda al tonto con iniciativa, al que no tiene ni idea de nada y encima da consejos. Probablemente yo sea uno de ellos.
Pregunta. ¿Es un momento difícil para vender optimismo?
Respuesta. Estamos en el mejor de los mundos. Vivimos mejor y tenemos más riquezas que nunca. Es un buen momento para vender optimismo. Somos del 3% de la gente rica que habita el planeta y somos los que más nos quejamos. El 97% de la gente que vive en África se queja menos. Viven el presente.
P. La gente tiene miedo de perder su empleo, el empresario no consigue el aval, la familia no puede pagar la hipoteca... ¿Vivimos un pesimismo generalizado?
R. Hablar de optimismo y pesimismo es una equivocación. Hay dos tipos de personas. Unas que viven más el pasado y otras que viven más el presente. Cuando te planteas el pasado, que no se puede cambiar, genera ansiedad, estrés, frustración. Si enfocas el futuro, si te planteas la vida por lo que vas a hacer, es muy difícil ser pesimista. Estás ocupado y no preocupado.
P. ¿Qué es lo que nos ocupa?
R. Las dos palabras más buscadas en el mundo son amor y felicidad. El tema central del último congreso de recursos humanos fue el optimismo en el trabajo. Porque la gente feliz tiene mejores rendimientos. Al profundizar un poco nos hemos dado cuenta de que el entusiasmo, la alegría, la felicidad, tienen poco que ver con los resultados académicos. Hay gente con bajo coeficiente intelectual que es maravillosa y hay gente muy formada que es insoportable. En la vida se fracasa más por golpes emocionales que por los racionales. Si pierdes el trabajo pero tienes una pareja que te quiere y te has cuidado físicamente, sacas fuerzas de flaqueza. Si se te junta una separación o un divorcio con un problema de salud y que te echan de la empresa, entonces es más difícil salir.
P. Muy difícil.
R. Creo que un inconveniente que tenemos es que estamos diseñados para vivir en la jungla. Nuestros abuelos no tenían preocupaciones porque no tenían futuro. Eran felices con comer y sobrevivir. Ni leían ni escribían. Hace 200 años difícilmente llegabas a los 35 o 40 años de vida. Alargar la vida a 92 años es algo para lo que no estamos preparados. Un niño es feliz porque no tiene experiencias y si le invitas a ir a la playa todo es ilusión. Si invitas a tu pareja te puede decir, "verás como llueve, como el apartamento está sucio, etcétera, etcétera".
P. ¿Vamos a peor?
R. No estamos preparados para el deterioro físico ni psiquico. La gente quiere tener un empleo fijo porque está asustada. ¿Pero cómo queremos que se nos garantice un empleo fijo si llevamos 35 años sin reciclarnos?
P. La educación es clave...
R. Desde luego. Pero no vale el falso cariño. La pena no educa. Cuando tienes lástima de un empleado te equivocas y no le ayudas. Lo peor que puede hacer una persona es no exigirte. No hay nada mejor que, siempre para ayudarte, te exijan y te hagan crecer.
P. ¿Qué hacer con los parados?
R. En primer lugar, deporte para subir la autoestima. El cuerpo es el templo del alma. Al cuidarnos físicamente conseguimos más oxígeno, nos sentimos mejor, creemos más en nosotros, tenemos más ilusión... Es increíble, vivimos en un cuerpo que no cuidamos. El deporte es la gran asignatura del futuro. Pero estamos rendidos al placer y hemos puesto de moda al tonto con iniciativa, al que no tiene ni idea de nada y encima da consejos. Probablemente yo sea uno de ellos.
martes, 30 de agosto de 2011
Acuerdo PSOE-PP sobre la deuda: un pacto que perjudica a España
Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa
La reforma que proponen los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, consistente en limitar desde la constitución el déficit y la deuda pública, es una medida que impedirá salir de la crisis y que España elimine el déficit social que tiene respecto a los países de su entorno y, además, constituye un ataque frontal a los principios más elementales de la democracia que demuestra que el capitalismo neoliberal es cada vez más incompatible con esta última. No sólo por la forma sugerida para aprobar la reforma de la Constitución, sin que medie referéndum y pronunciamiento directo del pueblo, sino también porque su contenido mismo restringe el margen de maniobra que tienen los Estados para gestionar su economía. Por esa razón hemos decidido escribir este artículo, de ánimo divulgativo, en el que revelamos los enormes problemas económicos de una medida profundamente antidemocrática.
Los ingresos y gastos de un Estado
Un Estado, como cualquier otro agente económico, tiene una partida de ingresos y una partida de gastos.
Los ingresos pueden provenir de muchas fuentes, pero en la actualidad y como consecuencia de decisiones erróneas de política económica la gran mayoría se obtienen únicamente de los impuestos. En otro tiempo el Estado también obtenía cuantiosos ingresos de los beneficios de las empresas públicas, pero en las últimas décadas y debido a la avalancha de privatizaciones (más de 110 empresas en España) esta fuente de ingresos se ha agotado. Por otra parte, actualmente de todos los impuestos los más importantes son el de la renta (IRPF), el de sociedades (IS) y el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Hasta 2007 también existía el impuesto del patrimonio (IP), que afectaba únicamente a las personas con más riqueza, pero fue eliminado por el gobierno actual.
Los gastos también pueden ser de diferente naturaleza. Desde el mantenimiento de los servicios públicos del Estado del Bienestar (como la sanidad pública, la educación pública o el transporte) y el pago de todo el personal asociado (médicos, profesores, bomberos…), hasta el simple despilfarro y la corrupción política.
Por lo tanto tenemos que los ingresos de un Estado dependen fundamentalmente de los impuestos, pero éstos a su vez dependen de la actividad económica. El Estado recaudará más cuantos mayores salarios tengan los trabajadores (impuesto sobre renta), cuanto mayor sea el nivel de beneficios empresarial (impuesto sobre sociedades) y cuanto más consumo haya en la economía (impuesto sobre el valor añadido). Así que en momentos de bonanza económica los ingresos del Estado serán elevados. Y con ingresos elevados se permitirá gastar más, o incluso ahorrar.
Lo que ha ocurrido en España en los últimos años es que la economía ha estado creciendo a ritmos muy altos debido a una burbuja inmobiliaria, que tarde o temprano tenía que estallar. Pero mientras la burbuja duraba los ingresos del Estado han sido cuantiosos porque había muchos trabajadores cobrando sueldos, las empresas ganaban mucho dinero y el consumo era muy importante (ayudado por el crédito bancario, eso sí). Sin embargo, en lugar de modificar el patrón de crecimiento y promover un modelo productivo distinto que permitiera que el país no dependiera de la existencia de una burbuja, los partidos políticos en el gobierno prefirieron (PP y PSOE) dejar pasar el tiempo y aprovechar las ventajas de un ciclo económico positivo pero ilusorio.
Además, estos gobiernos aprovecharon las circunstancias de bonanza para beneficiar principalmente a los propietarios de capital y sobre todo a los del inmobiliario rebajándoles los impuestos. Redujeron los tramos del impuesto sobre la renta y rebajaron los tipos impositivos (el porcentaje de impuestos) tanto del impuesto sobre la renta como de el de sociedades. Y al mismo tiempo iniciaron un proceso de desgravaciones fiscales (también principalmente beneficiosas para los más ricos) que suponían que el Estado ingresara menos. Aún así, y debido a que el gasto público no crecía suficiente para acercarse a los estándares del resto de los países europeos, existía capacidad para ahorrar. Por eso la economía española ha tenido superávit en las cuentas públicas, es decir, ha gastado menos de lo que ingresaba. A pesar, como hemos dicho, de que la capacidad recaudatoria había disminuido.
Pero cuando llegó la crisis, primero por la vía del contagio financiero internacional y luego como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria, las cosas se pusieron feas. Los bancos dejaron de prestar dinero a empresas y hogares y se dejó de invertir y de consumir. Cayeron entonces los beneficios y el consumo, lo que llevó a la baja la recaudación por impuestos y, por lo tanto, los ingresos públicos. Pero por el contrario los gastos se incrementaron. Y se incrementaron porque el Estado tuvo que salir a ayudar a la banca, pero sobre todo porque para intentar frenar la crisis tuvo que comenzar proyectos de estímulo económico que suponían un importante gasto. Además, el Estado tiene medidas llamadas anticíclicas, como las prestaciones por desempleo, que hicieron aumentar el gasto. En definitiva, como consecuencia de la crisis el Estado vio cómo sus gastos se disparaban y sus ingresos se reducían. El Estado entraba, por lo tanto, en déficit.
Cómo pagar el déficit
Cuando el Estado tiene que gastar más de lo que ingresa necesita obtener el dinero de algún lado. Existen diferentes herramientas económicas para conseguir ese dinero, pero algunas se han delegado en instituciones independientes y de la Unión Europea (como la potestad de imprimir dinero, ahora dominio del Banco Central Europeo). Por lo tanto lo común es que el Estado se endeude en el mercado de deuda pública, donde pide prestado a los inversores financieros. Y estos inversores financieros son aquellos que tienen dinero de “sobra”, como los bancos y las grandes fortunas que hacen anualmente millones de beneficios y que cada vez pagan menos impuestos. Así, al final la paradoja emergió cuando los propios bancos culpables de la crisis y las grandes fortunas beneficiadas de las rebajas de impuestos en todo el mundo eran las que finalmente prestaban dinero al Estado para que éste enjugara los déficits que habían surgido por su culpa.
En cualquier caso, es obvio que la deuda contraída deberá pagarse de alguna forma, y en una situación en la que los gastos superan a los ingresos eso parece difícil. Por esa razón los economistas neoliberales –que son los que dominan las instituciones europeas y los que han asesorado a los distintos gobiernos españoles- proponen lo que se llaman “planes de ajuste”. Estos planes tienen como objetivo prioritario reducir el gasto público hasta el punto en el que se equilibran de nuevo los ingresos y gastos o incluso, si es posible, hasta que los ingresos vuelven a ser superiores a los gastos. Por eso se llaman “políticas de austeridad”.
Las políticas de austeridad no funcionan
El problema es que lo que parece muy intuitivo a nivel doméstico (por ejemplo de una familia) no lo es tanto para la economía en su conjunto. Es lo que en economía se llama “falacia de la composición” y que significa que aunque haya medidas que individualmente sean buenas, en realidad si se aplican colectivamente pueden ser catastróficas. Por eso rebajar los gastos en un momento en el que los gastos superan a los ingresos puede ser fatal para la economía.
La razón es que el gasto público es un estimulante del crecimiento económico, como a continuación explicaremos. Eso significa que si se rebaja el gasto público se reduce la capacidad de crecimiento económico de una economía, y eso conlleva que habrá menos beneficios empresariales y menos consumo. Dado que como hemos visto antes los ingresos dependen de esas variables (beneficios y consumo) al final tenemos que los ingresos también caen. Así, aunque bajemos el gasto público lo que conseguiremos será deprimir la economía (que entrará en recesión) y por lo tanto también los ingresos públicos, lo que significa que la relación ingresos-gastos se mantendrá igual. O, lo que es lo mismo, tendremos los mismos problemas de deuda que antes de comenzar a rebajar el gasto pero, además de ello, a una población que en conjunto será más pobre (porque verá que los servicios públicos se deterioran, se pierden puestos de trabajo y caen los salarios).
Se necesita más gasto público, y más eficiente
En realidad, y aunque sea "contraintuitivo", lo que se requiere es precisamente más gasto público. Porque lo que se necesita es recuperar los ingresos, no rebajar los gastos, y eso puede hacerse bien subiendo los impuestos (medida recomendable y necesaria, como recordaremos) bien incrementando la recaudación vía beneficios y consumo. O, dicho de otra forma, lo que necesitamos es crecimiento económico. Aunque no de cualquier tipo.
Durante la crisis los economistas neoliberales proponen medidas aparentemente orientadas a facilitar que las empresas creen empleo. Para eso reducen los tipos de interés y facilitan préstamos baratos a los bancos, siempre con el objetivo de promover que las empresas se endeuden para que inviertan (contratando trabajadores y mejorando la capacidad productiva). Pero sucede que en un contexto de crisis todas esas medidas no funcionan debido a lo que se llama “trampa de liquidez”, y que se explica porque las empresas no quieren invertir porque saben que nadie va a comprar sus productos. Y como no pueden vender, lo que hacen es despedir trabajadores, y dado que esos trabajadores son también los consumidores de los productos de otras empresas, al final la economía profundiza su crisis. Es decir, por más facilidades monetarias que se den a bancos y empresas no se saldrá de la crisis en ningún momento.
Lo que se requiere, entonces, es que el Estado empuje la economía a través del gasto público y de lo que se llama el “multiplicador keynesiano”. Cuando el Estado gasta dinero, por ejemplo, en construir una carretera, lo que está haciendo es pagar sueldos a trabajadores que antes estaban en paro y pagar a empresas del sector que antes estaban desocupadas. Eso pondrá dinero en la economía, ya que esos trabajadores gastarán ese dinero en otras empresas, y esas otras empresas contrataran más trabajadores que a su vez gastarán también el dinero en más consumo, y así sucesivamente. Si el impulso inicial del gasto público está bien planificado y es suficientemente poderoso, se puede salir de la crisis. Y además eso permitirá que el Estado recaude mucho más y por lo tanto que sus ingresos crezcan. Ese crecimiento de los ingresos reducirá la brecha con los gastos e incluso podrá conseguir que sean superiores.
Lo que importa es, por supuesto, que el gasto público tenga sentido y esté programado. El llamado “Plan E” tuvo un efecto muy temporal porque la economía estaba atrapada en los restos de la burbuja inmobiliaria y el plan lo único que hizo fue intentar resucitar esos restos. Lo que se requiere, por el contrario, es planificar un programa de gasto público potente encaminado a cambiar el modelo productivo y promover sectores como las energías renovables y las nuevas tecnologías, teniendo presente también el reciclaje del sector de la construcción.
Es importante remarcar que no cualquier gasto público es bueno, y por eso es necesario incrementar la eficiencia de dicho gasto. Eso quiere decir que hay que iniciar programas destinados a mejorar la eficiencia en la administración pública, a racionalizar mejor el dinero público y también a perseguir todos los casos de corrupción y de privilegios desorbitados de la clase política (amén del gasto militar).
La recaudación de los ingresos
Si bien los gastos, como hemos dicho ya, deben ser eficientes y bien planificados (y no basados en el derroche), a su vez los ingresos deben ser suficientes y estar igualmente bien planificados.
Los impuestos no son todos iguales ni afectan a todos los sectores y personas por igual, de modo que cualquier modificación impositiva tendrá consecuencias variadas. Por eso conviene planificar un sistema de incentivos adecuado que organice qué tipo de impuestos y qué nivel de los mismos tienen que existir.
En unos momentos como los actuales, en los que la desigualdad se ha incrementado extraordinariamente y la financiación del Estado del Bienestar depende de facto de los ingresos de las clases medias (porque las grandes fortunas evaden impuestos en paraísos fiscales) se requieren medidas de choque.
Hay que incrementar los impuestos a las rentas altas, lo que significa incrementar los tipos impositivos y también crear nuevos tramos. Simultáneamente hay que incrementar los impuestos a las rentas del capital y a las empresas, amén de recuperar el impuesto de patrimonio. Pero todo eso será insuficiente si no se combate con firmeza el sistema financiero especulativo que permite la existencia de paraísos fiscales. En definitiva y sin ánimo de profundizar en un programa detallado, hay que incrementar los impuestos a las rentas altas (que consumen menos pero especulan más) sin modificar mucho la presión fiscal de las rentas populares. Eso permitirá incrementar los ingresos del Estado sin que el consumo privado se vea mermado.
Limitar por ley el gasto y la deuda es una aberración económica
Por todo lo expuesto debe quedar claro que limitar por ley el gasto es una verdadera barbaridad, que no sólo afecta al carácter democrático del sistema político (al restringir el margen de maniobra) sino también al propio funcionamiento del sistema económico.
Los déficit son necesarios y una herramienta “extra” en el ámbito económico. Es cierto que no pueden sostenerse indefinidamente, pero precisamente para combatir la crisis y los déficit crónicos es necesario que en determinadas fases del ciclo económico se incurra en déficit importantes. Y sin esa herramienta es más que evidente que no se podrá salir de la crisis.
Y en economías como la española, que tiene un gran déficit social respecto a los países de nuestro entorno, los déficit presupuestarios serán imprescindibles incluso en etapas de bonanza. Las infraestructuras públicas, los servicios educativos y sanitarios (hospitales, colegios, universidades, centros de investigación…) y en general la inversión a largo plazo necesaria no solo para el bienestar de los grupos de población de menos renta que no se podrían pagar los proporcionados por el mercado, sino también para que las empresas obtengan beneficios no se pueden pagar al contado. Sin endeudamiento es muy probable que no se puedan crear y al no crearse se perderán empleo y riqueza en el futuro.
¿Por qué se proponen entonces este tipo de medidas que van a ser tan negativas para el conjunto de la población?
Sencillamente porque favorecen al capital privado. Por un lado, menos posibilidades de financiar servicios públicos abrirá la puerta al negocio privado en salud, educación, servicios de dependencia… Y, por otro lado, todos ellos, serán financiados por los bancos privados.
Porque lo que pone de relieve el cinismo de la propuesta que hacen PP y PSOE es que limitar el endeudamiento del Estado para financiar la provisión de los bienes y servicios púbicos que se requieren para que haya suficiente y buena actividad económica y empleo, no va a evitar que haya más deuda. No la habrá pública pero sí privada como consecuencia de la financiación de los mercados, mucho menos eficiente además, y del mayor endeudamiento familiar como consecuencia de la pérdida de nivel de vida.
Obstáculos importantes
Para terminar debemos reconocer que España tiene dificultades añadidas porque está especialmente endeudada a nivel privado y porque tiene una camisa de fuerza muy incómoda en la Unión Europea. Para superar estas dificultades España necesita que la Unión Europea cambie su política de actuación y comience a desarrollar un programa similar al aquí apuntado pero en el marco de la Unión Europea. Además, ninguna de estas medidas será efectiva si no se regula masiva y estrictamente el sistema financiero internacional que sirve para que las grandes fortunas y las grandes empresas especulen sin fin a costa de las arcas públicas de todos los Estados y, por lo tanto, del bienestar de todos los ciudadanos. Eso supone establecer prohibiciones de prácticas como las operaciones a corto, operaciones al descubierto, el uso de instrumentos financieros altamente especulativos (como los hedge funds y los Credit Default Swap) y el establecimiento de controles de capitales en toda la Unión Europea.
En lo que a nivel privado se refiere, el endeudamiento privado puede resolverse promoviendo mayores ingresos (en este caso salarios). Por eso es necesario promover un pacto capital-trabajo basado en la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores, en el "refortalecimiento" del poder de negociación de los trabajadores y en la regulación de los beneficios empresariales (para que se destinen a la creación de empleo). Entramos así de lleno en el mundo de la política y las relaciones de fuerza, lo que requerirá el uso de herramientas económicas como las nacionalizaciones para imponer las condiciones a los empresarios reticentes. Con un pacto capital-trabajo y con una estrategia de coordinación salarial a nivel europeo España puede superar su alto nivel de endeudamiento privado y acabar con los desequilibrios comerciales que arrastra desde hace tanto tiempo, y sin salir del euro.
Por el contrario, aplicando el recetario neoliberal del Partido Popular y del gobierno de Rodríguez Zapatero es completamente seguro de que nuestra economía se resentirá. Se crearán más oportunidades de beneficio para el capital privado y las clases más ricas pagarán menos impuestos aún, pudiendo adquirir sus servicios de bienestar en el mercado, pero las clases populares perderán cada vez más calidad de vida.
Bibliografía complementaria:
En Octubre la editorial Aguilar publicará un libro titulado “¡Hay Alternativas!” en el que Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón explican de forma pedagógica las causas últimas de la crisis y las medidas necesarias para salir de una forma justa y social.
Debe tenerse en cuenta que la medida en este artículo analizada fue una recomendación incluida en el llamado Pacto por el Euro, que dio lugar a las movilizaciones del 19 de junio promovidas por la plataforma Democracia Real Ya y los sindicatos. Por eso es recomendable leer el artículo de Juan Torres y Alberto Garzón (19-J. Contra el Pacto del Euro. ¡Democracia real en Europa ya!) en el que criticaban con detalle los argumentos esgrimidos por los economistas neoliberales. De una forma más genérica merece la pena leer los artículos de Juan Torres titulados ¿Por qué el 3% de déficit público y no el 2 o el 7? Mentiras y verdades sobre el déficit y la deuda, de 2010, y Pacto de Estabilidad y Estado del Bienestar: una nota sobre su dudosa credibilidad, de 2005.
En lo que se refiere al comportamiento de los mercados financieros es interesante leer la descripción que hace Alberto Garzón en ¿Qué son los mercados financieros y la especulación financiera? y las propuestas que existen para solucionar el problema de deuda pública y desactivar el chantaje de los mercados financieros en ¿Por qué debemos reestructurar la deuda pública y cómo hacerlo?. De forma paralela el papel de la desigualdad en el crecimiento económico queda explicado en “La importancia económica de la desigualdad” que se suma al estudio de la “Evolución de los Salarios en España (1978-2011)“, donde se puede comprobar que la desigualdad es la causa principal de la crisis que padecemos. De forma más general la página personal del profesor Vicenç Navarro
http://www.vnavarro.org Contiene gran cantidad de artículos que analizan la situación actual y en particular la importancia clave de la desigualdad.
Dado que este debate no está limitado solo a España, y ni siquiera a Europa, conviene leer también los documentos académicos escritos sobre la situación de Estados Unidos. Por eso recomendamos leer el artículo de Robert Pollin "U.S. Government Deficits and Debt Amid the Great Recession: What the Evidence Shows", el de James Crotty “The Great Austerity War: What Caused the Deficit Crisis and Who Should Pay to Fix It?“ y otro de Robert Pollin “Fighting Austerity and Reclaiming a Future for State and Local Governments“.
http://juantorreslopez.com/impertinencias/137-articulos-de-opinion-y-divulgacion-2011/2466-crisis-economicas-acuerdo-psoe-pp-sobre-la-deuda-un-pacto-que-perjudica-a-espana
La reforma que proponen los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, consistente en limitar desde la constitución el déficit y la deuda pública, es una medida que impedirá salir de la crisis y que España elimine el déficit social que tiene respecto a los países de su entorno y, además, constituye un ataque frontal a los principios más elementales de la democracia que demuestra que el capitalismo neoliberal es cada vez más incompatible con esta última. No sólo por la forma sugerida para aprobar la reforma de la Constitución, sin que medie referéndum y pronunciamiento directo del pueblo, sino también porque su contenido mismo restringe el margen de maniobra que tienen los Estados para gestionar su economía. Por esa razón hemos decidido escribir este artículo, de ánimo divulgativo, en el que revelamos los enormes problemas económicos de una medida profundamente antidemocrática.
Los ingresos y gastos de un Estado
Un Estado, como cualquier otro agente económico, tiene una partida de ingresos y una partida de gastos.
Los ingresos pueden provenir de muchas fuentes, pero en la actualidad y como consecuencia de decisiones erróneas de política económica la gran mayoría se obtienen únicamente de los impuestos. En otro tiempo el Estado también obtenía cuantiosos ingresos de los beneficios de las empresas públicas, pero en las últimas décadas y debido a la avalancha de privatizaciones (más de 110 empresas en España) esta fuente de ingresos se ha agotado. Por otra parte, actualmente de todos los impuestos los más importantes son el de la renta (IRPF), el de sociedades (IS) y el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Hasta 2007 también existía el impuesto del patrimonio (IP), que afectaba únicamente a las personas con más riqueza, pero fue eliminado por el gobierno actual.
Los gastos también pueden ser de diferente naturaleza. Desde el mantenimiento de los servicios públicos del Estado del Bienestar (como la sanidad pública, la educación pública o el transporte) y el pago de todo el personal asociado (médicos, profesores, bomberos…), hasta el simple despilfarro y la corrupción política.
Por lo tanto tenemos que los ingresos de un Estado dependen fundamentalmente de los impuestos, pero éstos a su vez dependen de la actividad económica. El Estado recaudará más cuantos mayores salarios tengan los trabajadores (impuesto sobre renta), cuanto mayor sea el nivel de beneficios empresarial (impuesto sobre sociedades) y cuanto más consumo haya en la economía (impuesto sobre el valor añadido). Así que en momentos de bonanza económica los ingresos del Estado serán elevados. Y con ingresos elevados se permitirá gastar más, o incluso ahorrar.
Lo que ha ocurrido en España en los últimos años es que la economía ha estado creciendo a ritmos muy altos debido a una burbuja inmobiliaria, que tarde o temprano tenía que estallar. Pero mientras la burbuja duraba los ingresos del Estado han sido cuantiosos porque había muchos trabajadores cobrando sueldos, las empresas ganaban mucho dinero y el consumo era muy importante (ayudado por el crédito bancario, eso sí). Sin embargo, en lugar de modificar el patrón de crecimiento y promover un modelo productivo distinto que permitiera que el país no dependiera de la existencia de una burbuja, los partidos políticos en el gobierno prefirieron (PP y PSOE) dejar pasar el tiempo y aprovechar las ventajas de un ciclo económico positivo pero ilusorio.
Además, estos gobiernos aprovecharon las circunstancias de bonanza para beneficiar principalmente a los propietarios de capital y sobre todo a los del inmobiliario rebajándoles los impuestos. Redujeron los tramos del impuesto sobre la renta y rebajaron los tipos impositivos (el porcentaje de impuestos) tanto del impuesto sobre la renta como de el de sociedades. Y al mismo tiempo iniciaron un proceso de desgravaciones fiscales (también principalmente beneficiosas para los más ricos) que suponían que el Estado ingresara menos. Aún así, y debido a que el gasto público no crecía suficiente para acercarse a los estándares del resto de los países europeos, existía capacidad para ahorrar. Por eso la economía española ha tenido superávit en las cuentas públicas, es decir, ha gastado menos de lo que ingresaba. A pesar, como hemos dicho, de que la capacidad recaudatoria había disminuido.
Pero cuando llegó la crisis, primero por la vía del contagio financiero internacional y luego como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria, las cosas se pusieron feas. Los bancos dejaron de prestar dinero a empresas y hogares y se dejó de invertir y de consumir. Cayeron entonces los beneficios y el consumo, lo que llevó a la baja la recaudación por impuestos y, por lo tanto, los ingresos públicos. Pero por el contrario los gastos se incrementaron. Y se incrementaron porque el Estado tuvo que salir a ayudar a la banca, pero sobre todo porque para intentar frenar la crisis tuvo que comenzar proyectos de estímulo económico que suponían un importante gasto. Además, el Estado tiene medidas llamadas anticíclicas, como las prestaciones por desempleo, que hicieron aumentar el gasto. En definitiva, como consecuencia de la crisis el Estado vio cómo sus gastos se disparaban y sus ingresos se reducían. El Estado entraba, por lo tanto, en déficit.
Cómo pagar el déficit
Cuando el Estado tiene que gastar más de lo que ingresa necesita obtener el dinero de algún lado. Existen diferentes herramientas económicas para conseguir ese dinero, pero algunas se han delegado en instituciones independientes y de la Unión Europea (como la potestad de imprimir dinero, ahora dominio del Banco Central Europeo). Por lo tanto lo común es que el Estado se endeude en el mercado de deuda pública, donde pide prestado a los inversores financieros. Y estos inversores financieros son aquellos que tienen dinero de “sobra”, como los bancos y las grandes fortunas que hacen anualmente millones de beneficios y que cada vez pagan menos impuestos. Así, al final la paradoja emergió cuando los propios bancos culpables de la crisis y las grandes fortunas beneficiadas de las rebajas de impuestos en todo el mundo eran las que finalmente prestaban dinero al Estado para que éste enjugara los déficits que habían surgido por su culpa.
En cualquier caso, es obvio que la deuda contraída deberá pagarse de alguna forma, y en una situación en la que los gastos superan a los ingresos eso parece difícil. Por esa razón los economistas neoliberales –que son los que dominan las instituciones europeas y los que han asesorado a los distintos gobiernos españoles- proponen lo que se llaman “planes de ajuste”. Estos planes tienen como objetivo prioritario reducir el gasto público hasta el punto en el que se equilibran de nuevo los ingresos y gastos o incluso, si es posible, hasta que los ingresos vuelven a ser superiores a los gastos. Por eso se llaman “políticas de austeridad”.
Las políticas de austeridad no funcionan
El problema es que lo que parece muy intuitivo a nivel doméstico (por ejemplo de una familia) no lo es tanto para la economía en su conjunto. Es lo que en economía se llama “falacia de la composición” y que significa que aunque haya medidas que individualmente sean buenas, en realidad si se aplican colectivamente pueden ser catastróficas. Por eso rebajar los gastos en un momento en el que los gastos superan a los ingresos puede ser fatal para la economía.
La razón es que el gasto público es un estimulante del crecimiento económico, como a continuación explicaremos. Eso significa que si se rebaja el gasto público se reduce la capacidad de crecimiento económico de una economía, y eso conlleva que habrá menos beneficios empresariales y menos consumo. Dado que como hemos visto antes los ingresos dependen de esas variables (beneficios y consumo) al final tenemos que los ingresos también caen. Así, aunque bajemos el gasto público lo que conseguiremos será deprimir la economía (que entrará en recesión) y por lo tanto también los ingresos públicos, lo que significa que la relación ingresos-gastos se mantendrá igual. O, lo que es lo mismo, tendremos los mismos problemas de deuda que antes de comenzar a rebajar el gasto pero, además de ello, a una población que en conjunto será más pobre (porque verá que los servicios públicos se deterioran, se pierden puestos de trabajo y caen los salarios).
Se necesita más gasto público, y más eficiente
En realidad, y aunque sea "contraintuitivo", lo que se requiere es precisamente más gasto público. Porque lo que se necesita es recuperar los ingresos, no rebajar los gastos, y eso puede hacerse bien subiendo los impuestos (medida recomendable y necesaria, como recordaremos) bien incrementando la recaudación vía beneficios y consumo. O, dicho de otra forma, lo que necesitamos es crecimiento económico. Aunque no de cualquier tipo.
Durante la crisis los economistas neoliberales proponen medidas aparentemente orientadas a facilitar que las empresas creen empleo. Para eso reducen los tipos de interés y facilitan préstamos baratos a los bancos, siempre con el objetivo de promover que las empresas se endeuden para que inviertan (contratando trabajadores y mejorando la capacidad productiva). Pero sucede que en un contexto de crisis todas esas medidas no funcionan debido a lo que se llama “trampa de liquidez”, y que se explica porque las empresas no quieren invertir porque saben que nadie va a comprar sus productos. Y como no pueden vender, lo que hacen es despedir trabajadores, y dado que esos trabajadores son también los consumidores de los productos de otras empresas, al final la economía profundiza su crisis. Es decir, por más facilidades monetarias que se den a bancos y empresas no se saldrá de la crisis en ningún momento.
Lo que se requiere, entonces, es que el Estado empuje la economía a través del gasto público y de lo que se llama el “multiplicador keynesiano”. Cuando el Estado gasta dinero, por ejemplo, en construir una carretera, lo que está haciendo es pagar sueldos a trabajadores que antes estaban en paro y pagar a empresas del sector que antes estaban desocupadas. Eso pondrá dinero en la economía, ya que esos trabajadores gastarán ese dinero en otras empresas, y esas otras empresas contrataran más trabajadores que a su vez gastarán también el dinero en más consumo, y así sucesivamente. Si el impulso inicial del gasto público está bien planificado y es suficientemente poderoso, se puede salir de la crisis. Y además eso permitirá que el Estado recaude mucho más y por lo tanto que sus ingresos crezcan. Ese crecimiento de los ingresos reducirá la brecha con los gastos e incluso podrá conseguir que sean superiores.
Lo que importa es, por supuesto, que el gasto público tenga sentido y esté programado. El llamado “Plan E” tuvo un efecto muy temporal porque la economía estaba atrapada en los restos de la burbuja inmobiliaria y el plan lo único que hizo fue intentar resucitar esos restos. Lo que se requiere, por el contrario, es planificar un programa de gasto público potente encaminado a cambiar el modelo productivo y promover sectores como las energías renovables y las nuevas tecnologías, teniendo presente también el reciclaje del sector de la construcción.
Es importante remarcar que no cualquier gasto público es bueno, y por eso es necesario incrementar la eficiencia de dicho gasto. Eso quiere decir que hay que iniciar programas destinados a mejorar la eficiencia en la administración pública, a racionalizar mejor el dinero público y también a perseguir todos los casos de corrupción y de privilegios desorbitados de la clase política (amén del gasto militar).
La recaudación de los ingresos
Si bien los gastos, como hemos dicho ya, deben ser eficientes y bien planificados (y no basados en el derroche), a su vez los ingresos deben ser suficientes y estar igualmente bien planificados.
Los impuestos no son todos iguales ni afectan a todos los sectores y personas por igual, de modo que cualquier modificación impositiva tendrá consecuencias variadas. Por eso conviene planificar un sistema de incentivos adecuado que organice qué tipo de impuestos y qué nivel de los mismos tienen que existir.
En unos momentos como los actuales, en los que la desigualdad se ha incrementado extraordinariamente y la financiación del Estado del Bienestar depende de facto de los ingresos de las clases medias (porque las grandes fortunas evaden impuestos en paraísos fiscales) se requieren medidas de choque.
Hay que incrementar los impuestos a las rentas altas, lo que significa incrementar los tipos impositivos y también crear nuevos tramos. Simultáneamente hay que incrementar los impuestos a las rentas del capital y a las empresas, amén de recuperar el impuesto de patrimonio. Pero todo eso será insuficiente si no se combate con firmeza el sistema financiero especulativo que permite la existencia de paraísos fiscales. En definitiva y sin ánimo de profundizar en un programa detallado, hay que incrementar los impuestos a las rentas altas (que consumen menos pero especulan más) sin modificar mucho la presión fiscal de las rentas populares. Eso permitirá incrementar los ingresos del Estado sin que el consumo privado se vea mermado.
Limitar por ley el gasto y la deuda es una aberración económica
Por todo lo expuesto debe quedar claro que limitar por ley el gasto es una verdadera barbaridad, que no sólo afecta al carácter democrático del sistema político (al restringir el margen de maniobra) sino también al propio funcionamiento del sistema económico.
Los déficit son necesarios y una herramienta “extra” en el ámbito económico. Es cierto que no pueden sostenerse indefinidamente, pero precisamente para combatir la crisis y los déficit crónicos es necesario que en determinadas fases del ciclo económico se incurra en déficit importantes. Y sin esa herramienta es más que evidente que no se podrá salir de la crisis.
Y en economías como la española, que tiene un gran déficit social respecto a los países de nuestro entorno, los déficit presupuestarios serán imprescindibles incluso en etapas de bonanza. Las infraestructuras públicas, los servicios educativos y sanitarios (hospitales, colegios, universidades, centros de investigación…) y en general la inversión a largo plazo necesaria no solo para el bienestar de los grupos de población de menos renta que no se podrían pagar los proporcionados por el mercado, sino también para que las empresas obtengan beneficios no se pueden pagar al contado. Sin endeudamiento es muy probable que no se puedan crear y al no crearse se perderán empleo y riqueza en el futuro.
¿Por qué se proponen entonces este tipo de medidas que van a ser tan negativas para el conjunto de la población?
Sencillamente porque favorecen al capital privado. Por un lado, menos posibilidades de financiar servicios públicos abrirá la puerta al negocio privado en salud, educación, servicios de dependencia… Y, por otro lado, todos ellos, serán financiados por los bancos privados.
Porque lo que pone de relieve el cinismo de la propuesta que hacen PP y PSOE es que limitar el endeudamiento del Estado para financiar la provisión de los bienes y servicios púbicos que se requieren para que haya suficiente y buena actividad económica y empleo, no va a evitar que haya más deuda. No la habrá pública pero sí privada como consecuencia de la financiación de los mercados, mucho menos eficiente además, y del mayor endeudamiento familiar como consecuencia de la pérdida de nivel de vida.
Obstáculos importantes
Para terminar debemos reconocer que España tiene dificultades añadidas porque está especialmente endeudada a nivel privado y porque tiene una camisa de fuerza muy incómoda en la Unión Europea. Para superar estas dificultades España necesita que la Unión Europea cambie su política de actuación y comience a desarrollar un programa similar al aquí apuntado pero en el marco de la Unión Europea. Además, ninguna de estas medidas será efectiva si no se regula masiva y estrictamente el sistema financiero internacional que sirve para que las grandes fortunas y las grandes empresas especulen sin fin a costa de las arcas públicas de todos los Estados y, por lo tanto, del bienestar de todos los ciudadanos. Eso supone establecer prohibiciones de prácticas como las operaciones a corto, operaciones al descubierto, el uso de instrumentos financieros altamente especulativos (como los hedge funds y los Credit Default Swap) y el establecimiento de controles de capitales en toda la Unión Europea.
En lo que a nivel privado se refiere, el endeudamiento privado puede resolverse promoviendo mayores ingresos (en este caso salarios). Por eso es necesario promover un pacto capital-trabajo basado en la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores, en el "refortalecimiento" del poder de negociación de los trabajadores y en la regulación de los beneficios empresariales (para que se destinen a la creación de empleo). Entramos así de lleno en el mundo de la política y las relaciones de fuerza, lo que requerirá el uso de herramientas económicas como las nacionalizaciones para imponer las condiciones a los empresarios reticentes. Con un pacto capital-trabajo y con una estrategia de coordinación salarial a nivel europeo España puede superar su alto nivel de endeudamiento privado y acabar con los desequilibrios comerciales que arrastra desde hace tanto tiempo, y sin salir del euro.
Por el contrario, aplicando el recetario neoliberal del Partido Popular y del gobierno de Rodríguez Zapatero es completamente seguro de que nuestra economía se resentirá. Se crearán más oportunidades de beneficio para el capital privado y las clases más ricas pagarán menos impuestos aún, pudiendo adquirir sus servicios de bienestar en el mercado, pero las clases populares perderán cada vez más calidad de vida.
Bibliografía complementaria:
En Octubre la editorial Aguilar publicará un libro titulado “¡Hay Alternativas!” en el que Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón explican de forma pedagógica las causas últimas de la crisis y las medidas necesarias para salir de una forma justa y social.
Debe tenerse en cuenta que la medida en este artículo analizada fue una recomendación incluida en el llamado Pacto por el Euro, que dio lugar a las movilizaciones del 19 de junio promovidas por la plataforma Democracia Real Ya y los sindicatos. Por eso es recomendable leer el artículo de Juan Torres y Alberto Garzón (19-J. Contra el Pacto del Euro. ¡Democracia real en Europa ya!) en el que criticaban con detalle los argumentos esgrimidos por los economistas neoliberales. De una forma más genérica merece la pena leer los artículos de Juan Torres titulados ¿Por qué el 3% de déficit público y no el 2 o el 7? Mentiras y verdades sobre el déficit y la deuda, de 2010, y Pacto de Estabilidad y Estado del Bienestar: una nota sobre su dudosa credibilidad, de 2005.
En lo que se refiere al comportamiento de los mercados financieros es interesante leer la descripción que hace Alberto Garzón en ¿Qué son los mercados financieros y la especulación financiera? y las propuestas que existen para solucionar el problema de deuda pública y desactivar el chantaje de los mercados financieros en ¿Por qué debemos reestructurar la deuda pública y cómo hacerlo?. De forma paralela el papel de la desigualdad en el crecimiento económico queda explicado en “La importancia económica de la desigualdad” que se suma al estudio de la “Evolución de los Salarios en España (1978-2011)“, donde se puede comprobar que la desigualdad es la causa principal de la crisis que padecemos. De forma más general la página personal del profesor Vicenç Navarro
http://www.vnavarro.org Contiene gran cantidad de artículos que analizan la situación actual y en particular la importancia clave de la desigualdad.
Dado que este debate no está limitado solo a España, y ni siquiera a Europa, conviene leer también los documentos académicos escritos sobre la situación de Estados Unidos. Por eso recomendamos leer el artículo de Robert Pollin "U.S. Government Deficits and Debt Amid the Great Recession: What the Evidence Shows", el de James Crotty “The Great Austerity War: What Caused the Deficit Crisis and Who Should Pay to Fix It?“ y otro de Robert Pollin “Fighting Austerity and Reclaiming a Future for State and Local Governments“.
http://juantorreslopez.com/impertinencias/137-articulos-de-opinion-y-divulgacion-2011/2466-crisis-economicas-acuerdo-psoe-pp-sobre-la-deuda-un-pacto-que-perjudica-a-espana
Alemanes "acomodados" piden también un impuesto especial para los más ricos
Mientras, en España, Cospedal descarta más impuestos para ricos: “No es momento de demagogias” ha declarado.
Los 16 millonarios franceses que pidieron un "impuesto a los ricos" a mediados de la semana pasada tienen un correlato en Alemania, donde ya hace dos años que un grupo de personas "acomodadas" pidió un impuesto del 5% para los patrimonios que superen el medio millón de euros.
Lo pidieron 23 personas en 2009 en un manifiesto que puede firmar cualquiera que tenga más de esos 500.000 euros. Este impuesto especial a los mayores patrimonios sería limitado, hasta que se restablezca el equilibrio presupuestario en las finanzas públicas. Después de un par de años, el impuesto especial de patrimonio que piden estos ciudadanos se limitaría al 1% anual.
Tras el llamamiento francés, los medios han vuelto a fijarse en este manifiesto, que cuenta ahora mismo con unos 50 firmantes. Si se tiene en cuenta que en Alemania hay más de dos millones de hogares con un patrimonio superior a los 500.000 euros, la cifra no impresiona demasiado, pero impulsa un debate sobre la necesidad de gravar más a los ricos.
A diferencia del llamamiento francés o de la reciente petición en el mismo sentido del estadounidense Warren Buffett, los firmantes del manifiesto alemán son en su mayoría ciudadanos de clase media acomodada. Uno de sus portavoces es el psiquiatra berlinés Dieter Lehmkuhl, al que recientemente se ha sumado la Iglesia evangélica alemana. El Instituto Alemán de Investigación Económica DIW también propuso el pasado diciembre que se aplicaran medidas similares o que se recuperara temporalmente el impuesto de patrimonios, derogado en 1997 a instancias del Tribunal Constitucional.
El canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD) bajó durante su mandato el tipo máximo del IRPF del 53% al 42%. Su sucesora, Angela Merkel, subió el IVA al 19% para todos, pero unificó la tasa a los beneficios bursátiles en el 25%, independientemente de los ingresos totales del beneficiario. Son reformas fiscales que han redundado en beneficios para los mayores ingresos.
Desde que se suprimió el de patrimonio, la suma de todos los impuestos patrimoniales en Alemania únicamente reporta a las arcas públicas el 0,9% del PIB. Solo el 2,3% de los ingresos fiscales proviene de impuestos a los patrimonios -sucesiones, donaciones o propiedades-, según la OCDE. En EE UU este impuesto supone en cambio el 12,1% del total.
Los 16 millonarios franceses que pidieron un "impuesto a los ricos" a mediados de la semana pasada tienen un correlato en Alemania, donde ya hace dos años que un grupo de personas "acomodadas" pidió un impuesto del 5% para los patrimonios que superen el medio millón de euros.
Lo pidieron 23 personas en 2009 en un manifiesto que puede firmar cualquiera que tenga más de esos 500.000 euros. Este impuesto especial a los mayores patrimonios sería limitado, hasta que se restablezca el equilibrio presupuestario en las finanzas públicas. Después de un par de años, el impuesto especial de patrimonio que piden estos ciudadanos se limitaría al 1% anual.
Tras el llamamiento francés, los medios han vuelto a fijarse en este manifiesto, que cuenta ahora mismo con unos 50 firmantes. Si se tiene en cuenta que en Alemania hay más de dos millones de hogares con un patrimonio superior a los 500.000 euros, la cifra no impresiona demasiado, pero impulsa un debate sobre la necesidad de gravar más a los ricos.
A diferencia del llamamiento francés o de la reciente petición en el mismo sentido del estadounidense Warren Buffett, los firmantes del manifiesto alemán son en su mayoría ciudadanos de clase media acomodada. Uno de sus portavoces es el psiquiatra berlinés Dieter Lehmkuhl, al que recientemente se ha sumado la Iglesia evangélica alemana. El Instituto Alemán de Investigación Económica DIW también propuso el pasado diciembre que se aplicaran medidas similares o que se recuperara temporalmente el impuesto de patrimonios, derogado en 1997 a instancias del Tribunal Constitucional.
El canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD) bajó durante su mandato el tipo máximo del IRPF del 53% al 42%. Su sucesora, Angela Merkel, subió el IVA al 19% para todos, pero unificó la tasa a los beneficios bursátiles en el 25%, independientemente de los ingresos totales del beneficiario. Son reformas fiscales que han redundado en beneficios para los mayores ingresos.
Desde que se suprimió el de patrimonio, la suma de todos los impuestos patrimoniales en Alemania únicamente reporta a las arcas públicas el 0,9% del PIB. Solo el 2,3% de los ingresos fiscales proviene de impuestos a los patrimonios -sucesiones, donaciones o propiedades-, según la OCDE. En EE UU este impuesto supone en cambio el 12,1% del total.
J. GÓMEZ - Berlín - El País, 30/08/2011
lunes, 29 de agosto de 2011
Entrevista a Isaac Rosa, "En la novela española actual se trabaja poco"
Tiene en sus manos una de las novelas más esperadas de la nueva temporada, "La mano invisible", en la que vuelve a encarar la literatura con un conflicto social: el trabajo
A Isaac Rosa (Madrid, 1974) le preocupa la ausencia del rastro del esfuerzo que los trabajadores dejan en sus tareas. Una cosecha borra la anterior, escribe. El mundo hay que limpiarlo todos los días y los edificios no se levantan solos, pero la fuerza del trabajo ha perdido presencia. Nadie sabe quién hace qué, nadie pregunta cómo se hizo. Así que el trabajo se ha vuelto invisible y el capital ha devorado a sus trabajadores. Ya no interesa tanto el empleado como el producto.
En La mano invisible, su nueva novela, que Seix Barral publicará la primera semana de septiembre, se ha vestido de albañil, de mecánico, de carnicero, de teleoperadora, de limpiadora, de guarda de seguridad, de montadora en una cadena de automoción, de costurera, para saber por qué el trabajador se somete sin rebeldía a la dominación, la anulación, la injusticia, la humillación.
Y se los ha llevado a un teatro con capacidad para 180 personas, que acuden a ver cómo trabajan. Allí están ellos, iluminados en la oscuridad de su mecánica, rumiando sus problemas, construidos en una voz que se ha vuelto mucho más agresiva e insistente de lo que nos tenía acostumbrado el autor de El vano ayer y columnista de Público . Quería escribirla hace muchos años, y supone un salto cualitativo en sus tratamientos narrativos. Es, como él mismo dice, un logro de madurez y un antídoto contra la alergia de la novela española a hablar del trabajo.
¿En qué ha cambiado Isaac Rosa desde El vano ayer ?
Hay muchas zonas comunes entre los libros, y muchos cambios. Hay una maduración de diez años de un escritor y de un lector. Todo lo que no había leído, reflexionado y escrito ha ido madurando. Esta novela no la habría escrito así hace diez años, aunque es una novela que llevo tiempo detrás de ella. Pero hace diez años no podría haberla escrito.
¿Puede concretar algún aspecto?
Creo que he ido centrándome como escritor, sin que eso signifique que haya renunciado a otras exploraciones. En lo formal, he concretado el tipo de escritura que me interesa. En La mano invisible he encontrado el tipo de escritura que me interesa. Es una novela en la que sigue estando presente el elemento reflexivo que había en las anteriores, pero mucho más integrado en la narración. En El país del miedo, la reflexión y la narración estaban diferenciadas por capítulos. La mano invisible recoge todo lo que he ido probando en libros anteriores.
La Guerra Civil, el miedo y el trabajo. ¿Qué mundo literario cree que está montando?
Todo tiene que ver con la explicación del conflicto. Estoy tocando en la literatura lo que de conflictivo hay en nuestra sociedad. Creo que somos una sociedad que no mira al conflicto y que lo evita. También ocurre en la literatura, que prescinde habitualmente de los temas más conflictivos. Intento iluminarlos y demostrar que están ahí y que vivimos con ellos y hay que hacerles frente. El trabajo es uno de los temas conflictivos a los que la novela da la espalda. Con La mano invisible intento demostrar lo contrario a lo que escribe José Luis Pardo en Nunca fue tan hermosa la basura: sí hay narración en el mundo laboral. Uno de los nuevos hallazgos es el empleo de una tercera persona muy cercana a la primera, como si fuera un testimonio directo.
¿Pensó esa voz desde el principio?
Hice varios intentos. Buscaba algo muy cercano a los personajes, que permitiera ver desde dentro, entender cómo se sienten en su puesto de trabajo, pero respetando también un punto de vista externo del lector. Pero hay otras opciones en la novela. Cada uno de los capítulos se cuenta desde el trabajador protagonista de ese capítulo, pero he probado otras pequeñas formas de mirar.
¿Acompaña a la primera persona con un tono agresivo y violento, mucho menos sobrio que El país del miedo?
Sí, porque es un libro que intenta dar forma literaria al malestar común de los trabajadores. En otros tiempos, este malestar se encubrió y nos permitía llevarlo mejor, pero ahora mismo ha estallado. Hay un malestar general grave. Estos personajes reflejan la violencia que se da en las relaciones laborales. Mi conclusión es que el modelo de producción capitalista realmente es muy violento. Violento en lo que tiene de sometimiento, humillante, servil, cómo nos arranca de nuestro entorno...
¿Montarlo en el escenario de un teatro era imprescindible para mostrar esa violencia?
Hacía mucho tiempo que quería escribir una novela sobre el mundo del trabajo y sobre cómo nos sentimos los trabajadores y por qué estamos dispuestos a ser humillados y sometidos. Por qué nos compensa. Así que estuve buscando qué historia quería contar y, desde luego, no quería una sobre trabajadores a los que les ocurren cosas excepcionales, en las que pasaba por alto la explotación en lo normal, en lo cotidiano. Quería escribir una novela sobre el trabajo, en la que el protagonista fuera el trabajo. No quería hablar tanto sobre las condiciones laborales, que son las que son ahora, sino sobre el trabajo.
Y entonces sacó a los trabajadores de su entorno.
Bueno, quería ir al fondo, al trabajo en sí mismo, a lo que no cambia por mucho que las condiciones mejoren: a lo que el trabajo tiene de violencia y de explotación. Así que busqué un lugar para sacar a los trabajadores de ese día a día laboral. Además, en el teatro podemos ver trabajar a unos trabajadores que son invisibles. Los trabajadores están ahí para que los miremos, quería situarlos en un lugar en el que se desnudaran de todo lo que les rodea y lo que les esconde. Quería llegar al núcleo de lo que es el trabajo en el capitalismo. El teatro subraya esa visibilidad, que en realidad no es sino falta de curiosidad del que no mira.
¿La mano invisible está pero no la queremos ver?
Desde luego. Quería destacar la invisibilidad de la cantidad de trabajo que hay en lo que nos rodea. Todo lo que consumimos tiene detrás mucho trabajo y trabajos muy penosos y mucho más explotadores. Desde los móviles, casas y coches, a la limpieza. Como se dice en el libro, el mundo es un sitio que se ensucia todos los días y que todos los días hay que limpiar, pero no nos queremos hacer una idea de que el mundo lo limpian personas en condiciones penosas. El título es también por la mano invisible de una de las verdades teologales del capitalismo: la mano invisible de Adam Smith de la que siempre hablan los liberales. Pero la mano invisible es también la que trabaja, la que no vemos y sostiene el sistema.
¿Es también la mano invisible del trabajo manual?
También. En la novela hay mucho trabajo manual, que es otro espejismo de nuestro tiempo: pensamos que apenas hay trabajo manual y que ya todos trabajamos en ordenadores. Sin embargo, sigue habiendo trabajo físico. Quería enseñar a esos trabajadores físicos que no vemos y que hacen posibles muchas cosas. Pero además son tipos de trabajo industriales, no sólo físicos. Vivimos engañados, creemos que los avances tecnológicos nos han convertido a todos en otro tipo de trabajadores, y no es cierto. Aunque los lectores de novela tengamos una situación más acomodada, no vemos que sigue habiendo personas que ponen ladrillos, que colocan piezas en una cadena de montaje, que limpian. Busqué trabajos que no se ven y en los que se hace más evidente todo lo que el trabajo tiene de deshumanizador, de repetitivo.
¿Qué pasa por la cabeza de alguien que repite el mismo movimiento durante ocho horas? ¿Qué proceso mental hay?
Son conscientes de su situación, pero eso no les sirve para rebelarse, sino que les conduce a una inexplicable docilidad.
Después de meterse en cabeza ajena, ¿qué es lo más dañino del trabajo?
Una de las cosas que más me sorprende cuando hablo con trabajadores de mi entorno, o miro mi propia experiencia, es cómo uno, siendo humillado, no le lleva a rebelarse. Los trabajadores de la novela son muy conscientes de lo que les pasa, pero no se levantan y siguen; y son apretados y aceptan ser apretados; y son humillados y aceptan ser humillados. Eso es lo que más me sorprende, el sometimiento al que somos capaces de llegar. Nos han educado para esto, para aceptar que tenemos que dedicar parte de nuestra vida al trabajo sin pensar mucho si eso tiene relación con nuestras necesidades básicas, si eso beneficia o no. Hemos aceptado que la vida es así, por lo menos en los últimos dos siglos. Hemos aceptado que es malo, que nos hace sentir mal, pero que nos compensa con otras cosas. Sin embargo, cuando nos planteábamos una revolución porque nos quedamos sin Estado social, vacaciones, pensión, sueldo digno, cuando se recortan los derechos, te enfrentas al trabajo y te sientes desnudo: si todo esto ya no es así, si todo esto ya no me compensa, qué me queda. Todos nos planteamos justo en este momento por qué hay que seguir adelante si ellos han roto su parte del pacto. Tenemos que replantear nuestra parte del acuerdo.
¿Cree que su necesidad de dedicar un libro al trabajo es compartida por otros autores de su tiempo o las echa en falta?
Si tenía esa necesidad, en parte era porque no es una necesidad compartida. Cuando me puse a escribir una novela como esta, lo hice por dos motivos: un motivo político, que tiene que ver con la pregunta sobre qué nos ocurre. Y, dos, la parte más literaria, que se pregunta por qué se escribe tan poco sobre el mundo del trabajo. Pensando sobre todo en la literatura reciente que se escribe en España.
¿Por qué hay tantos personajes en las novelas españolas que no sabemos a qué se dedican?
En la novela española actual se trabaja muy poco. Cuando hay trabajadores son muy interesantes, son detectives, investigadores, periodistas, escritores, cineastas...
¿Qué incompatibilidad hay?
Siendo una parte tan importante de nuestra vida, queda fuera de la literatura. En ocasiones, aparecen novelas sobre trabajadores en las que lo que les ocurre tiene muy poco que ver con el trabajo. Me interesaba explorar esa aparentemente incompatibilidad literaria. Quería ver si se podía hacer narrativa del trabajo. Como novelista, creo que la literatura tiene unas posibilidades que no tiene el ensayo o un reportaje para entender el trabajo desde la cabeza del trabajador. Creo que hay otro interés: la intención de crear una tensión literaria que no existía antes en sus obras, incluyendo el mundo absurdo.
¿Este libro es un paso decisivo hacia una formulación más literaria?
Creo que ha pesado más una cuestión de funcionalidad: buscaba una forma que me permitiese reflexionar sobre el trabajo, algo que me permitiera ver el trabajo desde dentro y desde fuera, desde sus cerebros y desde los espectadores. El absurdo es importante, porque las relaciones laborales son absurdas: para entender el mundo del trabajo vale la novela social, como los relatos de Kafka o Melville.
Si en el anterior libro trabajó para que el lector sintiera miedo, ¿qué quería conseguir del lector en este?
Compartir una serie de preguntas, compartir algunas conclusiones y abrir un debate para hablar sobre trabajo, no sólo sobre literatura. Lo que quería era lo que me he propuesto en las novelas anteriores: la literatura es conocimiento y es intervención. Es necesario que se escriba sobre lo que está ocurriendo.
Es una novela muy coral,
¿todos los personajes son el mismo?
Hay un gran personaje que es la clase trabajadora. De hecho, los personajes de la novela ni siquiera tienen nombres, son sus profesiones. Aunque hoy no deberíamos ser identificados ni por nuestros trabajos, porque ya no tenemos identidad fija como trabajadores: los gurús nos dicen que la suerte que tenemos ahora es que podemos trabajar en muchas cosas a lo largo de nuestra vida y reinventarnos constantemente.
Sin embargo, el malestar de los personajes también viene por todo lo que no han logrado, por sus frustraciones de todo lo que se les habían prometido.
Sí, pero es que el mundo laboral es el espacio de la frustración, porque es el incumplimiento de todo aquello que nos prometieron. El trabajo no es lo que nos esperábamos. Además, todo lo que compensaba, hoy, ya no compensa, porque el paraíso del consumo tiene una cara B, que es el infierno del trabajo. El consumo tiene un precio. Cuando se rompe el pacto, cuesta seguir. La voz discursiva de cada uno de los personajes es el lugar en el que se integran las ideas con la narratividad.
¿Cree que los pensamientos han cogido carne y laten ahora más que antes?
Me preguntaba en qué piensa alguien cuando trabaja. Los personajes de la novela son colocados en esa situación extraordinaria e inexplicable para que piensen en ellos mismos como trabajadores. Es el proceso que quiero que haga el lector también, que piense en lo que está haciendo como trabajador. Como en las anteriores novelas, hace pensar, pero también piensa sobre sí misma.
¿No se planteó incluir a un escritor como trabajador?
No, porque en la escritura hay una zona turbia en la que confluye el mundo laboral y el mundo que llamamos artístico, y eso es complicado. Claro que entre los escritores hay situaciones de explotación y de autoexplotación, pero no es equiparable. Tampoco lo incluiría por su pudor autorreferencial. Como lector, estoy muy cansado de leer novelas protagonizadas por el propio escritor, que es algo muy habitual últimamente.
Peio H. Riaño. Público.
A Isaac Rosa (Madrid, 1974) le preocupa la ausencia del rastro del esfuerzo que los trabajadores dejan en sus tareas. Una cosecha borra la anterior, escribe. El mundo hay que limpiarlo todos los días y los edificios no se levantan solos, pero la fuerza del trabajo ha perdido presencia. Nadie sabe quién hace qué, nadie pregunta cómo se hizo. Así que el trabajo se ha vuelto invisible y el capital ha devorado a sus trabajadores. Ya no interesa tanto el empleado como el producto.
En La mano invisible, su nueva novela, que Seix Barral publicará la primera semana de septiembre, se ha vestido de albañil, de mecánico, de carnicero, de teleoperadora, de limpiadora, de guarda de seguridad, de montadora en una cadena de automoción, de costurera, para saber por qué el trabajador se somete sin rebeldía a la dominación, la anulación, la injusticia, la humillación.
Y se los ha llevado a un teatro con capacidad para 180 personas, que acuden a ver cómo trabajan. Allí están ellos, iluminados en la oscuridad de su mecánica, rumiando sus problemas, construidos en una voz que se ha vuelto mucho más agresiva e insistente de lo que nos tenía acostumbrado el autor de El vano ayer y columnista de Público . Quería escribirla hace muchos años, y supone un salto cualitativo en sus tratamientos narrativos. Es, como él mismo dice, un logro de madurez y un antídoto contra la alergia de la novela española a hablar del trabajo.
¿En qué ha cambiado Isaac Rosa desde El vano ayer ?
Hay muchas zonas comunes entre los libros, y muchos cambios. Hay una maduración de diez años de un escritor y de un lector. Todo lo que no había leído, reflexionado y escrito ha ido madurando. Esta novela no la habría escrito así hace diez años, aunque es una novela que llevo tiempo detrás de ella. Pero hace diez años no podría haberla escrito.
¿Puede concretar algún aspecto?
Creo que he ido centrándome como escritor, sin que eso signifique que haya renunciado a otras exploraciones. En lo formal, he concretado el tipo de escritura que me interesa. En La mano invisible he encontrado el tipo de escritura que me interesa. Es una novela en la que sigue estando presente el elemento reflexivo que había en las anteriores, pero mucho más integrado en la narración. En El país del miedo, la reflexión y la narración estaban diferenciadas por capítulos. La mano invisible recoge todo lo que he ido probando en libros anteriores.
La Guerra Civil, el miedo y el trabajo. ¿Qué mundo literario cree que está montando?
Todo tiene que ver con la explicación del conflicto. Estoy tocando en la literatura lo que de conflictivo hay en nuestra sociedad. Creo que somos una sociedad que no mira al conflicto y que lo evita. También ocurre en la literatura, que prescinde habitualmente de los temas más conflictivos. Intento iluminarlos y demostrar que están ahí y que vivimos con ellos y hay que hacerles frente. El trabajo es uno de los temas conflictivos a los que la novela da la espalda. Con La mano invisible intento demostrar lo contrario a lo que escribe José Luis Pardo en Nunca fue tan hermosa la basura: sí hay narración en el mundo laboral. Uno de los nuevos hallazgos es el empleo de una tercera persona muy cercana a la primera, como si fuera un testimonio directo.
¿Pensó esa voz desde el principio?
Hice varios intentos. Buscaba algo muy cercano a los personajes, que permitiera ver desde dentro, entender cómo se sienten en su puesto de trabajo, pero respetando también un punto de vista externo del lector. Pero hay otras opciones en la novela. Cada uno de los capítulos se cuenta desde el trabajador protagonista de ese capítulo, pero he probado otras pequeñas formas de mirar.
¿Acompaña a la primera persona con un tono agresivo y violento, mucho menos sobrio que El país del miedo?
Sí, porque es un libro que intenta dar forma literaria al malestar común de los trabajadores. En otros tiempos, este malestar se encubrió y nos permitía llevarlo mejor, pero ahora mismo ha estallado. Hay un malestar general grave. Estos personajes reflejan la violencia que se da en las relaciones laborales. Mi conclusión es que el modelo de producción capitalista realmente es muy violento. Violento en lo que tiene de sometimiento, humillante, servil, cómo nos arranca de nuestro entorno...
¿Montarlo en el escenario de un teatro era imprescindible para mostrar esa violencia?
Hacía mucho tiempo que quería escribir una novela sobre el mundo del trabajo y sobre cómo nos sentimos los trabajadores y por qué estamos dispuestos a ser humillados y sometidos. Por qué nos compensa. Así que estuve buscando qué historia quería contar y, desde luego, no quería una sobre trabajadores a los que les ocurren cosas excepcionales, en las que pasaba por alto la explotación en lo normal, en lo cotidiano. Quería escribir una novela sobre el trabajo, en la que el protagonista fuera el trabajo. No quería hablar tanto sobre las condiciones laborales, que son las que son ahora, sino sobre el trabajo.
Y entonces sacó a los trabajadores de su entorno.
Bueno, quería ir al fondo, al trabajo en sí mismo, a lo que no cambia por mucho que las condiciones mejoren: a lo que el trabajo tiene de violencia y de explotación. Así que busqué un lugar para sacar a los trabajadores de ese día a día laboral. Además, en el teatro podemos ver trabajar a unos trabajadores que son invisibles. Los trabajadores están ahí para que los miremos, quería situarlos en un lugar en el que se desnudaran de todo lo que les rodea y lo que les esconde. Quería llegar al núcleo de lo que es el trabajo en el capitalismo. El teatro subraya esa visibilidad, que en realidad no es sino falta de curiosidad del que no mira.
¿La mano invisible está pero no la queremos ver?
Desde luego. Quería destacar la invisibilidad de la cantidad de trabajo que hay en lo que nos rodea. Todo lo que consumimos tiene detrás mucho trabajo y trabajos muy penosos y mucho más explotadores. Desde los móviles, casas y coches, a la limpieza. Como se dice en el libro, el mundo es un sitio que se ensucia todos los días y que todos los días hay que limpiar, pero no nos queremos hacer una idea de que el mundo lo limpian personas en condiciones penosas. El título es también por la mano invisible de una de las verdades teologales del capitalismo: la mano invisible de Adam Smith de la que siempre hablan los liberales. Pero la mano invisible es también la que trabaja, la que no vemos y sostiene el sistema.
¿Es también la mano invisible del trabajo manual?
También. En la novela hay mucho trabajo manual, que es otro espejismo de nuestro tiempo: pensamos que apenas hay trabajo manual y que ya todos trabajamos en ordenadores. Sin embargo, sigue habiendo trabajo físico. Quería enseñar a esos trabajadores físicos que no vemos y que hacen posibles muchas cosas. Pero además son tipos de trabajo industriales, no sólo físicos. Vivimos engañados, creemos que los avances tecnológicos nos han convertido a todos en otro tipo de trabajadores, y no es cierto. Aunque los lectores de novela tengamos una situación más acomodada, no vemos que sigue habiendo personas que ponen ladrillos, que colocan piezas en una cadena de montaje, que limpian. Busqué trabajos que no se ven y en los que se hace más evidente todo lo que el trabajo tiene de deshumanizador, de repetitivo.
¿Qué pasa por la cabeza de alguien que repite el mismo movimiento durante ocho horas? ¿Qué proceso mental hay?
Son conscientes de su situación, pero eso no les sirve para rebelarse, sino que les conduce a una inexplicable docilidad.
Después de meterse en cabeza ajena, ¿qué es lo más dañino del trabajo?
Una de las cosas que más me sorprende cuando hablo con trabajadores de mi entorno, o miro mi propia experiencia, es cómo uno, siendo humillado, no le lleva a rebelarse. Los trabajadores de la novela son muy conscientes de lo que les pasa, pero no se levantan y siguen; y son apretados y aceptan ser apretados; y son humillados y aceptan ser humillados. Eso es lo que más me sorprende, el sometimiento al que somos capaces de llegar. Nos han educado para esto, para aceptar que tenemos que dedicar parte de nuestra vida al trabajo sin pensar mucho si eso tiene relación con nuestras necesidades básicas, si eso beneficia o no. Hemos aceptado que la vida es así, por lo menos en los últimos dos siglos. Hemos aceptado que es malo, que nos hace sentir mal, pero que nos compensa con otras cosas. Sin embargo, cuando nos planteábamos una revolución porque nos quedamos sin Estado social, vacaciones, pensión, sueldo digno, cuando se recortan los derechos, te enfrentas al trabajo y te sientes desnudo: si todo esto ya no es así, si todo esto ya no me compensa, qué me queda. Todos nos planteamos justo en este momento por qué hay que seguir adelante si ellos han roto su parte del pacto. Tenemos que replantear nuestra parte del acuerdo.
¿Cree que su necesidad de dedicar un libro al trabajo es compartida por otros autores de su tiempo o las echa en falta?
Si tenía esa necesidad, en parte era porque no es una necesidad compartida. Cuando me puse a escribir una novela como esta, lo hice por dos motivos: un motivo político, que tiene que ver con la pregunta sobre qué nos ocurre. Y, dos, la parte más literaria, que se pregunta por qué se escribe tan poco sobre el mundo del trabajo. Pensando sobre todo en la literatura reciente que se escribe en España.
¿Por qué hay tantos personajes en las novelas españolas que no sabemos a qué se dedican?
En la novela española actual se trabaja muy poco. Cuando hay trabajadores son muy interesantes, son detectives, investigadores, periodistas, escritores, cineastas...
¿Qué incompatibilidad hay?
Siendo una parte tan importante de nuestra vida, queda fuera de la literatura. En ocasiones, aparecen novelas sobre trabajadores en las que lo que les ocurre tiene muy poco que ver con el trabajo. Me interesaba explorar esa aparentemente incompatibilidad literaria. Quería ver si se podía hacer narrativa del trabajo. Como novelista, creo que la literatura tiene unas posibilidades que no tiene el ensayo o un reportaje para entender el trabajo desde la cabeza del trabajador. Creo que hay otro interés: la intención de crear una tensión literaria que no existía antes en sus obras, incluyendo el mundo absurdo.
¿Este libro es un paso decisivo hacia una formulación más literaria?
Creo que ha pesado más una cuestión de funcionalidad: buscaba una forma que me permitiese reflexionar sobre el trabajo, algo que me permitiera ver el trabajo desde dentro y desde fuera, desde sus cerebros y desde los espectadores. El absurdo es importante, porque las relaciones laborales son absurdas: para entender el mundo del trabajo vale la novela social, como los relatos de Kafka o Melville.
Si en el anterior libro trabajó para que el lector sintiera miedo, ¿qué quería conseguir del lector en este?
Compartir una serie de preguntas, compartir algunas conclusiones y abrir un debate para hablar sobre trabajo, no sólo sobre literatura. Lo que quería era lo que me he propuesto en las novelas anteriores: la literatura es conocimiento y es intervención. Es necesario que se escriba sobre lo que está ocurriendo.
Es una novela muy coral,
¿todos los personajes son el mismo?
Hay un gran personaje que es la clase trabajadora. De hecho, los personajes de la novela ni siquiera tienen nombres, son sus profesiones. Aunque hoy no deberíamos ser identificados ni por nuestros trabajos, porque ya no tenemos identidad fija como trabajadores: los gurús nos dicen que la suerte que tenemos ahora es que podemos trabajar en muchas cosas a lo largo de nuestra vida y reinventarnos constantemente.
Sin embargo, el malestar de los personajes también viene por todo lo que no han logrado, por sus frustraciones de todo lo que se les habían prometido.
Sí, pero es que el mundo laboral es el espacio de la frustración, porque es el incumplimiento de todo aquello que nos prometieron. El trabajo no es lo que nos esperábamos. Además, todo lo que compensaba, hoy, ya no compensa, porque el paraíso del consumo tiene una cara B, que es el infierno del trabajo. El consumo tiene un precio. Cuando se rompe el pacto, cuesta seguir. La voz discursiva de cada uno de los personajes es el lugar en el que se integran las ideas con la narratividad.
¿Cree que los pensamientos han cogido carne y laten ahora más que antes?
Me preguntaba en qué piensa alguien cuando trabaja. Los personajes de la novela son colocados en esa situación extraordinaria e inexplicable para que piensen en ellos mismos como trabajadores. Es el proceso que quiero que haga el lector también, que piense en lo que está haciendo como trabajador. Como en las anteriores novelas, hace pensar, pero también piensa sobre sí misma.
¿No se planteó incluir a un escritor como trabajador?
No, porque en la escritura hay una zona turbia en la que confluye el mundo laboral y el mundo que llamamos artístico, y eso es complicado. Claro que entre los escritores hay situaciones de explotación y de autoexplotación, pero no es equiparable. Tampoco lo incluiría por su pudor autorreferencial. Como lector, estoy muy cansado de leer novelas protagonizadas por el propio escritor, que es algo muy habitual últimamente.
Peio H. Riaño. Público.
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