miércoles, 26 de octubre de 2016

La posición francesa en Siria, cada vez más marginal y menos comprensible. Hollande abre la puerta del Elíseo a los “Cascos blancos”, ovacionados en la Asamblea Nacional.

La Vanguardia

Francia reafirmó la pasada semana su compromiso y apoyo a los adversarios del régimen sirio, cuando su presidente, François Hollande, recibió en el Elíseo a Rahed Al Saleh, presidente de la organización “Cascos blancos” y cabeza de una delegación civil de rebeldes del sector oriental de la asediada ciudad de Alepo. Al Saleh y su delegación fueron recibidos, y ovacionados, en la Asamblea Nacional entre el escepticismo de varios diputados que han visitado Siria en los últimos meses. “Lo que pasa en Alepo con los bombardeos incesantes del régimen y sus sostenedores es inaceptable e intolerable, haré todo lo posible para que la tregua sea prolongada”, dijo Hollande en la recepción, poco antes de salir para Berlín a reunirse con el “grupo de Minsk”, donde pensaba abordar la cuestión siria con el presidente ruso, Vladimir Putin. Las diferencias entre París y Moscú sobre Siria, intercambiándose vetos en el Consejo de Seguridad de la ONU, anularon esta semana una visita de Putin a París.

Una nota del Elíseo explicaba que, “el papel de la sociedad civil es fundamental para denunciar la situación de Alepo, las violaciones del derecho internacional y humanitario y la implicación directa de Rusia”, cuya intervención militar al lado del gobierno sirio ha dado un vuelco a la situación y frustrado, de momento, el proyecto de cambio de régimen en el país auspiciado por los países del Golfo y las potencias occidentales, con Estados Unidos y Francia en primer lugar, maltrecho proyecto que se superpone y al mismo tiempo arropa la revuelta contra el régimen de Bashar El Assad.

Humanitarios-yihadistas
La organización de Al Saleh, que solo actúa en zonas controladas por los yihadistas, “gestiona 121 centros y una red de 3000 voluntarios, ha salvado la vida de más de 60.000 personas y desempeña el papel de observador imparcial sobre el terreno”, explicaba la nota informativa del Elíseo.

En abril, Estados Unidos negó la entrada en su territorio a Al Saleh, devolviéndolo en el mismo avión a Turquía por considerarlo un islamista radical. El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, confirmó recientemente ese informe, sin conseguir aclarar por qué, al mismo tiempo, organizaciones estadounidenses como USAID -históricamente vinculada a la desestabilización de regímenes adversarios por la CIA- y otras, subvencionaron al peligroso y no deseado Al Saleh con 23 millones de dólares. El secretario de exteriores británico, Boris Johnson, también ha confirmado la financiación de su país a los Cascos blancos de Al Saleh con 65 millones de libras.

La comparecencia del Presidente de los “Cascos blancos” en la Asamblea Nacional francesa fue contestada por varios diputados que le preguntaron por esa financiación. “¿A quien representan ustedes verdaderamente?, ¿Quién les financia?, ¿No es su presencia aquí una manipulación?”, preguntaron los diputados de la derecha Jacques Myard y Pierre Lelouche. En su respuesta, Al Saleh mencionó a Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Holanda y Dinamarca, pero no a Francia, entre sus financiadores.

El “buen trabajo” de la filial de Al Qaeda
Desde el principio del conflicto sirio, Francia estuvo proporcionando armas y medios al Frente Al Nusra, una filial de Al Qaeda de la que el entonces ministro de exteriores francés, Laurent Fabius, afirmó que “hace un buen trabajo”, recuerda Claude Goasguen, un ex ministro y actual diputado importante de Los Republicanos. “Los rebeldes recuperaron para Al Qaeda las armas entregadas por Francia”, explica este veterano político conservador. Los últimos mensajes electrónicos de Hillary Clinton divulgados por WikiLeaks confirman en palabras de la actual candidata a la presidencia de Estados Unidos el secreto a voces de una, “financiación clandestina y ayuda logística en apoyo del Estado Islámico y otros grupos sunitas radicales en la región” por parte de Arabia Saudí y Qatar.

Los correos de Clinton divulgados por WikiLeaks no hacen sino confirmar, a su vez, la declaración pública del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la conferencia que pronunció en la Universidad de Harvard en octubre de 2014: el régimen saudí, con otros países del Golfo y Turquía, “han puesto centenares de millones de dólares y decenas de miles de toneladas de armas en manos de cualquiera dispuesto a combatir contra Assad”, dijo Biden.

“Somos el aliado incondicional de Arabia Saudí”, dice en París el diputado Goasguen.

Disneylandia
La utilización propagandística de organizaciones no gubernamentales, supuestas o reales, en conflictos y operaciones de cambio de régimen, tiene una larga historia reciente, desde Yugoslavia, hasta Ucrania, pasando por Georgia y otras ex repúblicas soviéticas. Los “Cascos Blancos” de Siria han estado en el centro de una de esas acciones cuyo objetivo reciente, y frustrado, fue la campaña en pro del Premio Nobel de la Paz 2016. En la campaña participaron desde actores de Hollywood como George Clooney, Ben Affleck y Justin Timberlake, hasta potentes lobys atlantistas y medios qatarís como el canal Al Jazira y el diario Al Arabi Al Jadid-New Arab con sede en Londres. El Premio Nobel fue finalmente concedido al Presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

La apertura de las puertas del Elíseo a los “Cascos Blancos”, “es una especie de protesta de Francia contra su exclusión de la conferencia de Lausana sobre Siria, el pasado 15 de octubre”, explica Rene Naba, experto francés en Oriente Medio y editor de la web Madaniya. “Rusos y americanos excluyeron a los europeos de las negociaciones de paz para no dificultar la búsqueda de un acuerdo sobre Siria”, explica Naba. Ahora, Kerry irá el sábado y el domingo a Londres para informar a los europeos de los resultados de las negociaciones con los rusos. Reino Unidos, Alemania y Francia son ahora designados “países afines” por su afinidad con la guerra de Siria. “Al principio de la guerra ese grupo se llamaba “grupo de amigos de Siria” y tenía 105 miembros”, recuerda este experto, sugiriendo lo mucho que ha cambiado la situación.

Incoherencias
Francia tiene una posición muy frágil hacia Siria. Por un lado aquellos que su ministro de exteriores definía no hace mucho como factores de “un buen trabajo” estuvieron directa e ideológicamente relacionados con los autores de la matanza de periodistas y dibujantes en la redacción de Charlie Hebdo en enero del año pasado. Por otro, Francia critica los bombardeos de Rusia en Alepo Este, sin que nunca haya manifestado la menor objeción por el bombardeo del otro sector de la ciudad, menos intenso pero continuo y también con goteo de víctimas civiles, y aún menos durante los combates en Irak en la ciudad de Falluya, donde se emplearon armas y medios tanto o más destructivos que en Alepo y que dejan inquietantes secuelas genéticas para las futuras generaciones. La propia Francia lleva meses bombardeando en Irak con su aviación.

Analogías inconvenientes
El Presidente Hollande tiende a adjudicar a su adversario el Assad el monopolio de los 300.000 muertos (la cifra que mencionó ayer en el Elíseo) de esta cruel y devastadora guerra con múltiples responsabilidades, incluidas rusas, pero casi todas derivadas de la intentona del “nuevo orden” de George W. Bush en la región, ignorando los estimados 65.000 soldados del régimen caídos en la guerra civil inducida, así como las muertes civiles de partidarios de Assad, o de los muchos indiferentes y no alineados en el conflicto, en múltiples bombardeos y atentados de los “rebeldes”.

Toda esa manifiesta incoherencia puede hacerse ahora más complicada que nunca con el inicio de las operaciones militares contra Mosul, donde hay muchos más civiles que en sector oriental de Alepo y donde quienes dirigen la artillería son militares franceses, mientras la aviación se reparte entre Estados Unidos, Francia y otros. En ese sentido, suena muy significativa la afirmación publicada en su edición de hoy por el diario Le Monde, descalificando, por inconveniente, “la analogía entre los bombardeos de ambas ciudades”. Eso es, “un recurso de quienes apoyan a Vladimir Putin”, dice cándidamente ese diario que hace cuarenta años aún ofrecía una visión francesa del mundo diferente de la atlantista.

Fuente:
http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2016/10/19/la-posicion-francesa-siria-vez-mas-marginal-menos-comprensible-80820/ Otra opinión diferente: Entrevista con Yasser Munif, miembro de la junta editorial de la "International Socialist Review" Siria tras la conquista de Alepo.

martes, 25 de octubre de 2016

Sobre la situación de la clase obrera en la Unión Europea. A sangre fría

Salvador López Arnal

"La crisis en Europa tiene su origen en el euro. Tuvo sus características y causas propias independiente de la de EE.UU, que solo fue su detonante. El euro permitió que el desequilibrio del sector exterior de los países europeos alcanzase niveles antes desconocidos, que de ningún modo se hubiesen producido, al menos en esa cuantía, de no estar en la Unión Monetaria. Unos presentaban superávit y otros déficit. Los excedentarios prestaban a los deficitarios, hasta que con ocasión de las hipotecas subprime cundió la desconfianza, la huida de capitales y con ella la crisis, crisis de la que Europa aún no ha salido, mientras parece que EE.UU. sí lo ha hecho. Ante los desequilibrios del sector exterior, los países de la Eurozona no cuentan con el instrumento de ajuste más lógico, el tipo de cambio. Además, los tratados crean un sistema asimétrico porque, en contra de las enseñanzas de Keynes, el ajuste se impone solo a los deficitarios. Alemania y otros países del Norte no han ajustado sus balanzas de pagos y continúan manteniendo un cuantioso superávit, lo que no solo crea graves problemas al resto de países de la Eurozona, sino a toda la economía mundial. El sistema es insostenible y se encuentra en un equilibrio inestable. O bien se avanza, hacia una unión política, o bien se retrocede y se desmonta la Unión Monetaria." (Juan Francisco Martín Seco, 2016)

"La clase trabajadora de raza blanca ha visto su nivel de vida reducido muy seriamente como consecuencia de que los sectores donde trabajaba, como el metalúrgico (donde los sueldos son más elevados), han sido los más afectados negativamente por los Tratados de Libre Comercio. El Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México (NAFTA), por ejemplo, tuvo un impacto devastador en los puestos de trabajo de las grandes empresas localizadas en EEUU y que se desplazaron a México. Un tanto semejante ha ocurrido con los Tratados entre EEUU y China. En consecuencia, en los últimos veinte años, EEUU ha perdido seis millones de puestos de trabajo en el sector manufacturero. Pero el impacto negativo es incluso mayor que el que presentan estos datos, pues la exportación de puestos de trabajo debilita a los sindicatos estadounidenses, con lo cual, los salarios de los puestos de trabajo de la manufactura que permanecen en EEUU han bajado significativamente. En los últimos quince años, tales salarios han bajado un 10%. Y ello como resultado del enorme debilitamiento de los sindicatos. Tal descenso de los ingresos al mundo del trabajo ha creado la ampliamente generalizada percepción que existe en EEUU de que "los hijos vivirán peor que sus padres". (Vicenç Navarro, 2016)

. Fuente de la información: Institutos de Estudios Económicos. Vinculaciones: CEOE. Fecha: 18 de octubre de 2016.

. Procedimiento: elaboración propia del IEE a partir de "Very long-term unemployment", una base datos de Eurostat.

. Definiciones: desocupados de muy larga duración [DMLD]: 24 meses o más. Desocupados de larga duración (de los que no se habla en este análisis): 12 meses o más.

. Número de países de la UE con un porcentaje de DMLD menor que el 20% en 2007: 11. Número de países en 2015: 7. Decremento: -36%

. Países con un porcentaje de DMLD mayor que el 30% en 2015: Grecia, Eslovaquia, Croacia, Irlanda, Portugal, Bulgaria, Italia, España, Bélgica y Eslovenia.

. Media en la UE-28 de DMLD en 2015: 30,1%. En 2007: 25,5%. Incremento porcentual: 18%.

. Porcentaje de DMLD en España en 2007: 9,8%. En 2015: 34,6%. Incremento porcentual: 253%

. Porcentaje de DMLD en Alemania en 2015: 28,6%, en Francia: 22%, en Países Bajos: 24,8%, en Reino Unido: 17,5%, en Bélgica: 33,7%, en Italia: 38,8%, en Irlanda: 41,2%, en Portugal: 40,7%.

. Países con menor porcentaje de DMLD en 2015: Suecia (8,6%), Luxemburgo (11,5%), Dinamarca (11,8%), Finlandia (11,9%), Austria (12,9%).

. Incremento en el caso de Suecia: del 5,2% en 2007 al 8,6% en 2015: 65%.

. Incremento en el caso de Italia: del 28,8% de 2007 al 38,8% de 2015: 35%

. Decremento en el caso de Alemania: del 39,4% en 2007 al 28,6% en 2015: -27%.

. Incremento en el caso de Grecia: del 28,1% en 2007 al 51,2% en 2015: 82%.

. Países con DMLD por debajo del 10% en 2015: un sólo país, Suecia. En 2007: Suecia, Luxemburgo, Dinamarca, Chipre, España.

. Paro registrado en España en diciembre de 2015: 4.040.000. 4º trimestre de 2015 según la EPA: 4.779.500. Número de DMLD en el primer caso: casi 1.400.000; en el segundo: 1.653.707.

. DMLD por edades: se desconoce el dato sin duda importante.

¿A qué están conduciendo las políticas económicas practicadas en la mayoría de los países de la UE? ¿Qué puede significar para un trabajador/a y para su familia estar dos o más años sin poder trabajar? ¿De dónde los ingresos familiares? ¿Cuántos casos de desesperación, cuántos de tragárselo todo, cuántos de trabajo en la economía sumergida sin ninguna protección? ¿Es exagerado hablar de capitalismo salvaje? ¿Es demagógico o acaso populista decir que existe un plan de acoso y derribo de los derechos y las condiciones laborales de la clase obrera de la UE? ¿Esta es la UE que nos dijeron, prometieron y publicitaron? ¿De qué UE hablaron? ¿Cuál es la UE realmente existente para las clases trabajadoras de los países que forman la denominada "Unión Europea"? ¿Puede entenderse mejor el aumento de la derecha extrema y la extrema derecha en algunos países europeos? ¿Qué tipo de Unión es esa? ¿Es estúpido e incompetente hablar de la libertad del capital y de la esclavitud de los trabajadores? ¿Qué puede inferirse de que en 11 de los 28 países de la UE el DMLD se sitúe por encima del 30% y que en 7 de ellos se sitúe por encima del 40%? ¿En qué situación se encuentra la clase obrera griega con un 51,2% de DMLD en 2015? ¿Estamos o no estamos ante un retroceso de dimensiones históricas que urge combatir con todas nuestras fuerzas y con la mayor unidad y sin secesionismos ni sectarismos? ¿Vale o no vale el sálvese quien pueda? ¿Podemos y debemos abonar el enfrentamiento entre la UE rica y la UE pobre y, en el seno de estos últimos países, el "Norte rico" contra el "Sur pobre"? ¿No es el liga-nordismo una de las políticas más insolidarias, intransitables y peligrosas?

Siria. Propaganda, peligros y responsabilidades.

Solo la acción de una poderosa máquina de tergiversación impide que toda esta loca carrera belicista en la que los nuestros tienen la mayor responsabilidad, sea un obvio y manifiesto escándalo para la opinión pública occidental.

Francia ha vuelto a enfriar sus relaciones con Rusia a causa del veto ruso, en el Consejo de Seguridad de la ONU, a la propuesta francesa de prolongar el acuerdo de alto el fuego en Siria. Dicho acuerdo fue invalidado por el ataque aéreo “por error” contra fuerzas gubernamentales sirias por parte de la aviación de Estados Unidos, en Deir-el-Zor, el 17 de septiembre.

Uno de los peligros de estas guerras por actor interpuesto es que se registren enfrentamientos directos accidentales entre las potencias (nucleares) que tienen detrás, lo que puede degenerar en tensiones mayores de tanto riesgo como las que la guerra fría conoció en sus peores momentos. Lo inquietante de aquel ataque no es solo si entre los 60 muertos y más de 100 heridos había también algunos consejeros militares rusos. Si Moscú ha ocultado ese dato, sería una señal de un miedo más que razonable a que la cosa pase a mayores… Pero hay otra cosa.

Aquel ataque “erróneo” por parte de la fuerza aérea de Estados Unidos podría confirmar los informes de que el Pentágono estaba muy descontento con las condiciones del alto el fuego pactadas entre los ministros de exteriores Sergei Lavrov y John Kerry, pacto que incluía una coordinación militar con las fuerzas rusas que enfureció al Pentágono. Si eso es así, el cuadro que resulta se parece mucho a una especie de motín de los militares de Estados Unidos en contra de la política de su propio gobierno. Es mucho más interesante y grave que los “tocamientos” de Donald Trump, pero no ha sido tema.

Los medios de comunicación occidentales no han escarbado en este aspecto, pese a que las acciones militares “erroneas” tienen tradición. En 1999 esa fue la explicación de la bomba americana que entró por el balcón de la embajada china en Belgrado, destruyendo el edificio y matando a varios funcionarios chinos. La embajada albergaba secretamente parte del sistema de transmisiones del ejército serbio, pero las partes decidieron cubrir el asunto con la tesis del “error”. Ni a chinos ni a americanos les interesaba una escalada por aquello. Ahora tampoco a los rusos les interesa reconocer víctimas propias en aquel ataque, que permitió al Estado Islámico entrar en la ciudad y realizar una matanza antes de ser de nuevo rechazados por los gubernamentales.

Tal acción sitúa, en este caso concreto, a las fuerzas de Estados Unidos como ayudantes del Estado Islámico, su declarado enemigo, al que los amigos del Golfo(Arabia Saudí y Qatar) proporcionan, “apoyo logístico y financiero” con el conocimiento de Washington, tal como demuestran los correos de Hillary Clinton de 2014 recién divulgados por WikiLeaks. Y aún menos interesa mostrar el nivel de autonomía e insubordinación que el Pentágono puede mostrar desafiando a su gobierno, algo que el Presidente Obama ha experimentado personalmente durante su mandato en diversas ocasiones.

Dos días después del ataque “erroneo”, el 19 de septiembre, un convoy de la ONU con ayuda humanitaria para Alepo fue atacado a su vez con el resultado de 21 muertos y 18 de los 31 camiones destruidos. Rusia fue acusada por ello. El 12 de octubre el Presidente Putin desmintió tal acusación y señaló a “grupos terroristas”. La mentira forma parte de la política de las potencias y Moscú la practica. Una de sus mentiras más probables es la de continuar negando su responsabilidad en el derribo del vuelo MH17 en territorio ucraniano, el 17 de julio de 2014. Aquello tiene toda la pinta de haber sido un error criminal, agravado por el desmentido y la cínica y activa política de disimulo practicada a su alrededor. Pero del ataque al convoy de la ONU del día 19, lo menos que puede decirse es que no beneficia a los gubernamentales sirios ni a los rusos. Una vez más, cabe la posibilidad del “error criminal”, pero lo interesante es la diferente fijación mediática que ambos sucesos han merecido.

El ataque del día 17 en Deir-el-Zor no se ha problematizado particularmente, mientras que el de dos días después focalizó la atención sobre la responsabilidad criminal de Moscú. Algo parecido ocurre con la batalla de Alepo.

Las fuerzas gubernamentales, ayudadas por la aviación rusa, están batiendo allí a las fuerzas (fundamentalmente yihadistas) movilizadas por Occidente y los amigos del Golfo para el cambio de régimen en Siria. Lo más probable es que los gubernamentales consigan en las próximas semanas una victoria fundamental, haciéndose con el conjunto de la ciudad antes de que en Washington una nueva administración belicosa tenga tiempo de reaccionar incrementando aún más la tensión.

En Siria no hay buenos y malos, pero hay diferentes grados de responsabilidad que, una vez más, la intensa propaganda mediática occidental (recuerden los engaños de Yugoslavia, Irak y Libia, entre otros) invierte al apuntar en exclusiva a el Assad y a Putin.

Repitámoslo una vez más: desde el punto de vista del hegemonismo occidental, el crimen de Putin, tanto en Ucrania como en Siria, es oponerse militarmente a las operaciones de cambio de régimen. Eso sienta un precedente y un ejemplo muy peligroso en el contexto del pulso fundamental del mundo actual: la tensión entre el hegemonismo occidental y la potencia de las nuevas fuerzas emergentes de los Brics. Es el cuadro de los imperios combatientes. Lo demás son minucias.

En Siria aparecen los mismos recursos a onegés, “cascos blancos” y “observatorios de derechos humanos” al servicio y a sueldo del cambio de régimen, y los mismos medios de comunicación y propagandistas sacando a relucir Sarajevo, Grozny y hasta Guernica, pero no Gaza, Faluya o Mosul.

Lo que se está preparando en Mosul, el bombardeo con aviación y artillería de una gran ciudad llena de civiles no es muy diferente de Alepo. En ambos casos los asediados parapetados en medio de la población civil son los que mataron a los periodistas de Charlie Hebdo y estrellaron aviones en Nueva York (vinculados Al Qaeda) y ametrallaron las terrazas de París (vinculados al Estado Islámico). La diferencia está en quienes bombardean: la artillería contra Mosul es francesa, no de Assad, y la aviación fundamentalmente de Estados Unidos, no de Rusia.

Solo el trabajo y el dinero de una poderosa máquina de tergiversación propagandística impide que toda esta loca carrera belicista en la que los nuestros tienen la mayor responsabilidad, sea un obvio y manifiesto escándalo para la opinión pública occidental. La pregunta que debería estar en el centro debería ser: ¿Quién es el principal responsable de tantas víctimas humanas y de tanto peligro regional (Europa oriental, Oriente Medio, Mar de China meridional) y global en el mundo de hoy?

Para evitar una peligrosa catástrofe, el paso de la lógica del hegemonismo a la lógica de la multipolaridad y el multilateralismo al que una iniciativa rusa (la Perestroikagorbacheviana, lo que se conoce como “el fin de la guerra fría), abrió la puerta hace un cuarto de siglo, se está haciendo cada vez más urgente.

Fuente original:
http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2016/10/15/siria-propaganda-peligros-y-responsabilidades-72465/

Entrevista a la escritora y activista india Arundhati Roy. "No estoy segura de que la humanidad quiera sobrevivir".

Mediapart

La novelista, activista y ensayista india Arundhati Roy, prosigue en su intento de "despertar nuestra imaginación" contra el chovinismo, el capitalismo y los procesos en apariencia inofensivos que les permiten prosperar. Arundhati Roy, autora de El dios de las pequeñas cosas, acaba, 20 años después, una nueva novela que se publicará en inglés el año próximo y en francés a comienzos de 2018. Mientras tanto, publica dos obras que se inscriben en el combate contra los nacionalistas hindúes y el capitalismo voraz. El primero, Espectros del capitalismo (Capitán Swing), en realidad, es una recopilación de artículos centrada en las tensiones de Cachemira y la forma en las que las ONG, las fundaciones filantrópicas, las becas de estudio, los discursos tranquilizadores sobre la diversidad y el arte sirven de vehículo para el acaparamiento de tierras y la destrucción de los imaginarios en una India donde el desarrollo económico exponencial es compatible con el hecho de que "más del 80% de la población vive con menos de 50 céntimos al día".

Frente a esto, Arundhati Roy da cuenta de las luchas que intentan resistir a estos rodillos financieros e ideológicos. Si el análisis es oscuro sobre la suerte que espera una humanidad que ha aniquilado las formas de pensar diferente, suprimiendo unas formas de vida para imponer otras, Arundhati Roy sigue exigiendo el "derecho a soñar en un sistema que ha intentado transformar a todos los individuos en zombis hipnotizados hasta el punto de confundir el consumismo irreflexivo con la felicidad y la plenitud".

El segundo se titula Que devons-nous aimer? (Gallimard). Firmado junto con el actor y realizador John Cusak, es el resultado de un encuentro con Edward Snowden y Daniel Ellsberg, el antepasado de los "denunciantes", en el origen de la filtración de los "Papeles del Pentágono" durante la guerra de Vietnam. Fundamentalmente, consiste en una reflexión sobre el patriotismo, en nombre del cual dicen haber actuado Ellsberg y Snowden mientras que Arundhati Roy llama a redefinir nuestras prioridades: "un bosque virgen, una cadena de montañas o un valle fluvial son más importantes y sin duda, más dignos de amor que cualquier país jamás llegará a serlo. Podría llorar por un valle fluvial, y eso ya me ha sucedido. ¿Pero por un país?”

–Escribe que India es actualmente una superpotencia como las otras, "con bombas nucleares y una escandalosa desigualdad"… En 1988, en El fin de la imaginación, ya había declarado:"Si protestar contra la instalación de una bomba nuclear en mi cabeza es antihindú y antipatriótico, entonces yo me separo. Por la presente me autoproclamo república itinerante independiente". Casi 20 años después,

¿cómo es su relación con India?
–En India, el discurso nacionalista se ha convertido en terrorífico; eso ha desembocado en ensayos nucleares. Quienes no han celebrado esto como una señal de una gran nación han sido acusados de traición. La diferencia es que quienes estigmatizaban como antihindú a los pocos que no comulgaban con el culto de la gran potencia nuclear hoy están instalados en el poder y atrincherados detrás de sus convicciones de extrema derecha. Claro, la región está lejos de la situación siria o iraní, pero un gobierno con Modi a la cabeza, azuzando el conflicto en Cachemira y la tensión con Pakistán, ofrece razones para inquietarnos porque ahí se habla de potencias que poseen bombas nucleares.

–¿Está personalmente en el punto de mira de los nacionalistas hindúes?
–El gobierno opera subcontratando su descontento frente a las voces divergentes a la gente. Así se organizó una manifestación delante de mi domicilio organizada por el ala femenina del BJP, pidiendo mi detención. Y en el último abril, los estudiantes de la universidad Nerhu organizaron una discusión por el ahorcamiento del cachemir Afzal Guru, sobre el que escrito varios textos. Algunos grupos increparon a los estudiantes y un periodista de una cadena en continuo preguntó: ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Por qué está aún en libertad? Los medios de comunicación propiedad de grandes empresas intimidan a las voces independientes a callarse y el gobierno subcontrata la censura a la multitud encolerizada.

–¿Cómo explicar que el crecimiento exponencial de India haya desembocado en una situación en la que las 100 personas más ricas del país detentan más de un cuarta parte del PIB? ¿Por qué la teoría del "trickle don", según la cual el crecimiento permite que la riqueza "gotee" hacia las clases desfavorecidas, se ha revelado falsa y, al contrario, hemos asistido a un masivo "gushup"(literalmente, surgimiento), proceso por el cual la concentración de la riqueza opera en detrimento de las clases pobres?
–Eso ocurre en todo el mundo; eso se llama capitalismo; no es necesario tener un diploma en economía para comprenderlo. Pero en India, este fenómeno es doble porque, al contrario que el desarrollo chino permitido por la producción y exportación de bienes manufacturados, el crecimiento indio se basa enteramente en la extracción de recursos naturales y minerales. Históricamente, los británicos y los franceses han colonizado el mundo para extraer sus preciados recursos. Hoy, en India, una élite está colonizando su propio país. Además, el capitalismo indio es especial en esto ya que las grandes empresas, como Tata por ejemplo, abarcan todos los campos de la vida, de la extracción minera a la educación o ¡los cosméticos! No son solo los pobres los que son rechazados por este sistema, sino también los pequeños comerciantes o los agricultores, entre los que los suicidios son frecuentes, mientras India se ha convertido en una economía muy potente.

–¿En qué sería el capitalismo, como escribe, una "historia de fantasmas?
–Me refiero a una cita de Marx que juzgaba que el capitalismo "de unos medios de producción e intercambio tan potentes, parece un mago que no sabe dominar las fuerzas infernales que ha convocado". Las fábricas han cerrado, los empleos han desaparecido, los sindicatos se han evaporado. Se ha dirigido a las personas que integraban el proletariado las unas contra las otras: hindúes contra musulmanes, castas contra castas, regiones contra regiones… Pero el capitalismo se ha convertido en una religión sin ninguna lógica. Ha desencadenado una psicosis colectiva. Sabemos que seguir viviendo como lo hacemos acarreará el fin del mundo y de la humanidad. Sabemos eso. Pero saber no es suficiente para cambiar el curso de las cosas.

–¿Por qué piensa que las viejas recetas que han permitido al capitalismo superar las crisis pasadas, por ejemplo, "la guerra y el mercado" sencillamente no van a funcionar?
–La fuerza del capitalismo reside en su creatividad y su capacidad de adaptación… Sí, es creativo. Es suficiente para ver hasta qué punto mientras el capitalismo supuestamente tiene por principio la competencia, y el comunismo estaría basado en la unidad, los capitalistas están unidos mientras que los comunistas están completamente divididos y son incapaces de ponerse de acuerdo. Pero estamos en una situación en la que la rapidez de circulación del dinero y del capital, altera los parámetros de la comprensión humana y hunde nuestra alma de tal manera que somos incapaces de entender. Estamos en un gran problema como especie.

–Tiene palabras muy duras para las fundaciones filantrópicas y las ONG. ¿Por qué?
–Sin duda, algunas ONG hacen un excelente trabajo pero la "onegización" de todo, permitida por la financiación "filantrópica" de algunas empresas, plantea problemas. Cuando el Estado se retira de la educación, la salud, la mayoría de los espacios que deben ser considerados como derechos inalienables, a partir de ese momento, hay que recurrir a la caridad de estos filántropos y a la acción de estas ONG. Es una quimera. Otro problema de las ONG se debe a que describen el mundo de una determinada manera. Toma a las ONG feministas, por ejemplo. Son importantes para luchar contra la mutilación sexual o los estereotipos de género. Pero la lucha de las mujeres de Chhattisgarh contra el acaparamiento de sus tierras o la de las mujeres de Orissa contra la construcción de una presa no se consideran como combates feministas dignos de ser financiados como tales.

La lucha de las mujeres contra la agenda imperialista y capitalista jamás ha sido considerada como una lucha feminista digna de apoyo. Lo que es financiado por las ONG no es malo pero es fundamental mirar qué es financiado en relación con lo que no lo es. Empresas como Rockefeller o Carnegie que tienen beneficios descomunales tuvieron la idea a comienzos del siglo XX, de reservar un pequeño porcentaje de sus beneficios para las obras filantrópicas y asegurarse de esta forma un control menos visible de la elaboración de políticas que les son útiles. Mire la manera en la que estas grandes fundaciones -Gates, Ford, Carnegie, Rockefeller- invirtieron en la industria de la educación y transformaron la idea misma de la pedagogía.

En Estados Unidos, existen excelentes universidades, con una verdadera diversidad de procedencia del alumnado que captan al conjunto de las élites del Tercer Mundo, esgrimiendo esta bandera. Pero en estos lugares, no se cuestiona en profundidad la desigualdad, el funcionamiento del capitalismo, la lucha de clases. Es una forma de adoctrinamiento perfecta porque no se parece a un miembro de la KGB que viene a buscarte y te amenaza con un arma para enviarte a un campo de reeducación. Pero sigue siendo una reeducación suave. De las filas de las grandes universidades británicas o norteamericanas, han salido buenos investigadores y universitarios pero también los primeros ministros, ministros de economía, economistas y banqueros que han contribuido a abrir la economía de su país a las corporaciones mundiales.

Se ignora y se olvida a todas aquellas personas que plantean cuestiones molestas y se atemperan las formas de pensar. Se ha hecho desaparecer toda una parte de nuestra posibilidad de imaginar un mundo diferente. La manera como han sido destruida la gente que tenía imaginarios distintos, como los pueblos de los valles de Chhattisgarh o de Orissa, es catastrófica. Pensando sin duda en desprenderse del pasado, en realidad, han destruido el futuro.

–¿Hay ejemplos de la desactivación de protestas radicales debidas a la financiación de las fundaciones?
–Esto se vio durante el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos, cuando las fundaciones Ford y Rockefeller financiaron con becas, subvenciones o formación, a organizaciones negras "moderadas". Más recientemente, en África del Sur, las fundaciones norteamericanas, para contrarrestar la influencia de la URSS en la ANC, decidieron financiar esta organización permitiéndole eliminar a organizaciones más radicales como el Black Consciousness Movement, de Steve Biko.

Y cuando Nelson Mandela se convirtió en el primer ministro negro de África del Sur, se plegó completamente al consenso de Washington e hizo desaparecer cualquier rastro de socialismo del programa de la ANC. Incluso dio la más alta distinción honorífica de África del Sur al general indonesio Suharto que mató a centenares de miles de comunistas en Indonesia…

Hoy, África del Sur está gobernada por antiguos militantes que se mueven en Mercedes, pero esto es suficiente para mantener el mito de la liberación de los negros. En India, al menos transcurrieron 50 años entre la descolonización y el neoliberalismo capitalista que es una forma de colonización de su propio país por las élites.

En África del Sur, no hubo ninguna transición entre estas dos dominaciones. La revolución no puede ser financiada por las ONG o por empresas que tienen interés en el statu quo y se acomodan fácilmente a una existencia domesticada y suavizada.

–Igualmente, es severa con las políticas llevadas a cabo en nombre de los Derechos Humanos. ¿Por qué?
–Es necesario matizar respecto a esta cuestión. No digo que la de los derechos humanos sea una mala política; muchos de mis mejores amigos son activistas de los derechos humanos. Pero digo que esto no es suficiente. Cuando debían constituir nuestros derechos mínimos, se han convertido en la única cosa que tenemos derecho a reclamar. El capitalismo ha reducido la idea de justicia únicamente a estos derechos mientras que el sueño de la igualdad se convertía en blasfemia. Sin embargo, los derechos humanos pueden ser un límite a nuestra imaginación política.

El concentrarse estrechamente en esta cuestión permite también el interesarse solo en la violencia y las atrocidades, reprender de la misma forma a las dos partes de un conflicto así sean los maoístas y el gobierno indio o el ejército israelí y Hamas. En India, en el estado de Cachemira, de Orissa o de Chhattisgarh, existen movimientos de resistencia que no son pacifistas sino armados porque no tiene otra opción para luchar contra el saqueo de sus recursos. Pero aunque sus reivindicaciones son justas, no obtienen el apoyo de la clase media porque practican una "violencia" pretendidamente incompatible con los derechos humanos…

–¿Qué se puede hacer frente a esto?
–No es como si nada se hubiera hecho. Se han llevado batallas. Los pobres han logrado parar a poderosas compañías mineras. Ha habido victorias pero a menudo se quedan sin visibilidad y no son famosas...

–¿Se definiría como comunista?
–No. Pero pienso que las clases sociales son un dato esencial para comprender cómo funciona el mundo y analizarlo de forma justa. No pensar en términos de clase es como un cuerpo sin esqueleto ni estructura. Pero también creo que pensar solo en términos de clase, como lo hacen ciertos comunistas, es como un esqueleto sin cuerpo.

–¿De qué puede estar formada esta "nueva imaginación" de la que escribe que necesitamos? ¿Se puede describir?
–Sí, se puede pero no en cuatro frases. Es lo que he intentado hacer en la nueva novela que estoy terminando.

–"Quizás sea el tiempo de retomar la noche" escribe. ¿Qué significa este proyecto?
–Esta frase es una referencia al gigantesco edificio de Antilia, situado en Bombay, que pertenece al hombre más rico de India, Mukesh Ambani. Es la casa más cara jamás construida, con 27 pisos, tres helipuertos, seis plantas de parking, 600 empleados domésticos… Los vecinos se quejan de que este monstruo con todas sus luces les ha robado la noche. Pero reapropiarse de la noche es también una antigua reivindicación feminista y se inscribe en la necesaria recuperación de la naturaleza violentada sea el aire o el agua…

–¿Su propuesta de suprimir la herencia le parece realista?
–La herencia es solo bienes financieros o materiales. Cuando se observa la imposición del sistema de castas en India, se comprenderá hasta que punto la herencia es también una cuestión de posición, de estatus, de derechos. Si se quiere cambiar las cosas, me parece importante empezar a pensar una forma de no perpetuar los privilegios y los bienes adquiridos.

–¿A qué llama las "guerras del modo de vida" en el libro consagrado al encuentro que tuvo con Edward Snowden en compañía de Daniel Ellsberg, otro lanzador de alertas, responsable de la filtración de los "Papeles del Pentágono" durante la guerra del Vietnam?
–El modo de vida norteamericano se ha convertido en el modo de vida europeo y el modo de vida de la élite india. Snowden y Ellsberg tuvieron razón al denunciar la crueldad de la guerra de Vietnam o la vigilancia de la NSA pero sigue siendo necesario comprender por qué Estados Unidos hace estas guerras, tanto ayer como hoy. La razón es, antes que nada, el control de los recursos y la voluntad de aprovecharlos lo más rápidamente posible. Para ello, hay que preconizar un determinado modo de vida particular basado en un apetito de consumo infinito y desenfrenado.

Es Edward Bernays, el sobrino de Freud, uno de los primeros en cambiar la forma de vender estos productos insistiendo no en la necesidad de poseer esto o aquello sino en conseguir hacer creer que tal o cual producto participaban de tu propia personalidad, de tu necesaria realización. Es el imaginario de un consumo sin límites, esa idea de que la felicidad pasa por la posesión de más y más objetos, esa forma mediante la cual creemos que la civilización y el capitalismo son una sola y misma cosa es lo que hay que volver a plantear si queremos tener una posibilidad de supervivencia. Pero no estoy segura de que la humanidad quiera sobrevivir…

–En este encuentro que tuvo con Edward Snowden y Daniel Ellsberg, se percibe que sigue reticente a los motivos patrióticos de su acción. Dicen haber actuado en nombre de cierta idea de Estados Unidos que la guerra de Vietnam o la vigilancia de NSA "traicionan".

Rechaza desde hace tiempo el chovinismo pero, si este causa algunas guerras, ¿los hombres, sin embargo, no han alcanzado los estados-nación para combatirse mutuamente?
–Yo no digo que no tengan que existir países o naciones sino que no deberían estar provistos de semejante poder esotérico como en Francia o en India, donde mucha gente estima que sus países encarnan una superioridad cultural o civilizadora. No es ninguna tontería. Hay que relajarse. ¿Cómo explicar el fracaso de escritores y artistas que proporcionan un imaginario menos mortífero que el de la bandera? Es muy frecuente que artistas y escritores se plieguen a las demandas del mercado incluso teniendo el deseo de experimentar, porque se espera de ti que experimentes pero dentro de ciertos límites.

Cuando escribí mi primera novela, El dios de las pequeñas cosas, fui bien acogida; sentí que se esperaba que yo publicara, dos años después, otra novela y así sucesivamente. Pero si yo hubiera querido satisfacer esa demanda, no hubiera podido participar en ninguna de las luchas en las que he participado, ni escribir los ensayos que he escrito. Cuando he publicado, en lugar de una nueva novela, El fin de la imaginación, quienes me habían alabado sintieron una rabia loca y me detestaron. El imaginario de consumo infinito ha penetrado en el mundo artístico y asistimos a formas de "cultural washing" lo mismo que vimos con el "green washing".

El mayor festival de literatura mundial se encuentra hoy en India, en Jaipur. Todo el mundo va allá, los editores, los escritores… Se habla de la libertad de expresión, del arte, mientras que las personas que financian el festival destruyen los pueblos de los bosques y apoyan un gobierno en el que el simple hecho de no ser hindú y nacionalista es considerado un crimen. Las compañías mineras financian festivales de cine o de literatura con gentes maravillosas que hablan bajo vigilancia de libertad de expresión mientras sus patrocinadores destruyen el mundo.

–¿Qué debemos amar entonces para retomar el título de su libro?
–Hay que reflexionar mucho, es por lo que he terminado de escribir una nueva novela sobre ese tema. Pero creo que debemos acabar con la idea de que la naturaleza debe ser sojuzgada y dominada por los seres humanos. Debemos acabar con la convicción de que el ser humano debe estar en el centro del mundo y con todos los relatos que la atraviesa.

lunes, 24 de octubre de 2016

Falleció el filósofo marxista húngaro György Márkus (1934-2016)

El jueves 5 de octubre falleció,a los 82 años de edad, en South New Wales, Australia, György Márkus (GM), integrante de la Escuela de Budapest (EB), formada alrededor de György Lukács, una de las dos escuelas de pensamiento crítico marxista de Europa más importantes del siglo XX (junto con la Escuela de Frankfurt). Interrumpo, por ello, temporalmente la serie de entregas sobre Agnes Heller, su compañera en la EB y también compañera de exilio (1978) en Australia, cuando la represión en Hungría llegó al colmo de impedir la entrada a la universidad al hijo mayor (Gyuri) de GM. En Economía Moral he narrado y comentado, muchas veces, el pensamiento de GM, particularmente el expresado en sus libros Marxismo y antropología (Grijalbo, 1973/1985) y Language and Production. A Critique of the Paradigms (Lenguaje y producción. Una crítica de los paradigmas) (Reidel, 1986), del cual no hay versión en español, pero el capítulo 5 de la segunda parte (La posibilidad de una teoría crítica) se encuentra en español en Desacatos número 23, precedido de un resumen que yo hice de los capítulos uno a cuatro de dicha parte (sobre el paradigma de la producción) de este formidable libro, que es una nueva lectura (crítica) del pensamiento de Marx. Venida a menos la teoría crítica de Walter Benjamin, Horkheimer, Adorno, Marcuse, Fromm, etcétera, de la Escuela de Frankfurt, como narra Stefan Gandler en Fragmentos de Frankfurt (Siglo XXI, 2009), la muerte en México de Adolfo Sánchez Vázquez y de Bolívar Echeverría, el abandono del marxismo por parte de Heller, y la muerte de Márkus, son hechos que marcan el fin del marxismo crítico del siglo XX. Toca a los que quedamos, sobre todo los jóvenes, mantener esa llama que corre el riesgo de extinguirse.

Márkus publicó dos libros recientemente: Culture, Science, Society: The Constitution of Modernity, 2011, Leiden, Brill; y una nueva edición con una introducción de Axel Honneth (2014), de Marxismo y antropología en inglés. El primero es un grueso volumen (666 páginas) con más de 20 ensayos de Márkus sobre marxismo, cultura, ciencia, arte, Lukács, Hegel, Adorno, Benjamin, etcétera. Aparte de Marxismo y antropología, y sólo se consigue en librerías de usado y en bibliotecas, y de lo incluido en Desacatos, ya citado, hay tres textos disponibles en español de Márkus, dos de ellos en Mundo Siglo XXI (Revista del CIECAS-IPN dirigida por Luis Arizmendi): el debate entre Bolívar Echeverría (BE) y GM, que se inició cuando BE aceptó comentar el ensayo de GM publicado en Desacatos. Envié a GM la versión traducida del comentario de BE, al que GM respondió con un ensayo tituladoEl legado de Marx. Ambos están en Mundo Siglo XXI, número 21, 2010. La contra-réplica de BE nunca llegó: nuestro querido Bolívar falleció antes de escribirla. Cuando le escribí a GM sobre el fallecimiento de BE, GM lamentó su muerte prematura y el carácter dolorosamente inconcluso de nuestro debate. Mundo Sigo XXI publicó también el ensayo de GM La crítica de la autonomía estética de Benjamin (2008, número 12). Está disponible en español el libro en que Márkus es coautor con Heller y Ferenc Fehér: Dictadura y cuestiones sociales (FCE, 1986; pésima traducción del título original: Dictadura sobre las necesidades), del cual GM escribió la primera parte (sobre la estructura económica y social) de las dictaduras ‘socialistas’ con las que, así, los tres saldaron cuentas.

John Grumley (JG) es profesor de filosofía en la Universidad de Sydney donde fue alumno de GM. En 2002 co-coordinó Culture and Enlightenment. Essays for György Márkus (Ashgate, Reino Unido). En la introducción dice JG que GM, es un gran contador de cuentos. Sus cuentos son sobre la historia de la filosofía. Urde sus narrativas con un conocimiento impar de la historia de la filosofía y la cultura, y con un ojo agudo para las distinciones y matices filosóficos. Goza las paradojas pero nunca es frívolo. No hay nada que disfrute más que problematizar distinciones clave, excavar su historia oculta, exponer sus tensiones secretas y sus inconsistencias definitivas. En particular, disfruta ser capaz de mostrar que los filósofos contemporáneos no son tan astutos ni tan originales como a veces les gusta creer. Quiere conjurar la perplejidad, sacudir nuestras preconcepciones y complacencias, pero finalmente nos deja un poco más sabios que antes.

JG escribió, en este momento de pérdida, un obituario titulado György Márkus: El Rey Oculto (1934-2016) que me envió y me autorizó citar. Traduzco y extracto:

Nacido en Budapest en 1934, György Márkus (en lo sucesivo George) apenas sobrevivió al intento de los nazis en 1944 para exterminar a todos los judíos de Hungría. Su familia se había escondido, su padre salió una noche para no volver nunca y el resto de su familia sólo se salvó de ser detectada por las autoridades [nazis] debido a la rapidez mental de su muy joven hermana que sabía que no podía responder a sus preguntas con honestidad. Recibió su educación universitaria en la Universidad Lomonosov de Moscú a partir de 1953, donde conoció a su esposa Maria (polaca). Se casaron en 1956 [hace 60 años]… Cuando George llegó a Sydney en marzo de 1978, a los 43 años… [estaba] en la plenitud de sus facultades intelectuales. Había estado enseñando en la Universidad de Budapest desde 1957, donde fue reconocido por sus maravillosas conferencias sobre la historia de la filosofía moderna. Era ya el autor de lo que aún sigue siendo la mejor reconstrucción de la antropología de Marx, Marxismo y antropología(1965, [en húngaro; 1971, en alemán; 1973, en español] y en inglés, 1978) y co-autor, junto con ex alumnos, del libro [en húngaro, que no ha sido traducido] ¿Es una economía política crítica posible? (1970), una disección crítica pionera de las contradicciones internas de la crítica de la economía política de Marx… Después de su protesta internacional contra la invasión soviética de Checoslovaquia, este grupo entró en conflicto creciente con el régimen de Kadar [en Hungría] y, finalmente, la mayoría fue despedida de sus puestos académicos… En los siguientes años vivieron principalmente de traducciones, hasta que un nuevo acoso político a la educación de los hijos de Márkus los obligó a emigrar… [La vida profesional de Márkus en Australia estuvo llena de éxitos docentes y académicos; sin embargo] su teoría de la cultura, el proyecto principal de los años posteriores a Budapest, quedó incompleto [a pesar de que] una gran colección de ensayos post-Budapest sobre el tema, se publicaron en el libro Culture, Science, Society: The Constitution of Cultural Modernity [Cultura, ciencia, sociedad: la constitución de la modernidad cultural] (Brill, 2011), pues estas 650 páginas representan solamente un fragmento de un todo. La amplitud de este estudio, que incorpora todos los dominios de la alta cultura, la ciencia, la filosofía y el arte en una perspectiva global, es tan vasta que constituye un desafío para cualquier ser humano… George nunca se centró en publicar. Una vez me dijo que nunca había presentado un artículo a una revista en la forma en que la mayoría de los académicos lo hacen. Cuando terminaba un escrito él simplemente esperaba a que otros le preguntaran si tenía algo que pudiera ser utilizado. Para él, a menudo era suficiente haber resuelto un problema en su propia mente. Más allá de esto, se aburría con un tema. Eventualmente, su salud y la pérdida gradual de la memoria, minaron su poder y se vio obligado a dejar de escribir. Muchas veces después, habló de esto con tristeza: ¡no ser ya capaz de trabajar!... Tomó la noticia de su propio diagnóstico terminal con valor. Incluso bromeó diciendo que él era un hombre muy rico porque no sólo tenía un cáncer, sino tres… Haber sido estudiante de Márkus fue el mayor privilegio que, en retrospectiva, parece casi increíble; tal era la enorme suerte de los involucrados.

Fuente original: http://www.jornada.unam.mx/2016/10/14/opinion/024o1eco

domingo, 23 de octubre de 2016

Sonet, cantado por María del Mar Bonet.



Sonet

(Bartomeu Rosselló-Pòrcel - Maria del Mar Bonet - Hilario Camacho)
Quan ella dorm el gaudi somnolent
del vell jardí vibrant de flors i nit,
passant per la finestra sóc el vent,
i tot és com un alenar florit.

Quan ella dorm i sense fer-hi esment
tomba a les grans fondàries de l'oblit,
l'abella so que clava la roent
agulla -fúria i foc- en el seu pit.

La que era estampa, encís i galanor
i moviment ambigu, és plor i crit.
I jo, causa del dol, de la dolçor

en faig lasses delícies de pecat,
i Amor, que veu, ulls closos, el combat,
s'adorm amb un somriure embadalit.

Sonet

(Bartomeu Rosselló-Pòrcel - Maria del Mar Bonet - Hilario Camacho)

Cuando ella duerme el disfrute somnoliento
del viejo jardín vibrante de flores y noche,
pasando por la ventana soy el viento,
y todo es como un alentar florido.

Cuando ella duerme y sin hacer mención
cae en las grandes profundidades del olvido,
la abeja sonido que clava al rojo
aguja -fúria y fuego- en su pecho.

La que era estampa, encanto y gallardía
y movimiento ambiguo, es llanto y grito.
Y yo, debido al duelo, de la dulzura

hago la seis delicias de pecado,
y Amor, que voz, ojos cerrados,
el combate, se duerme con una sonrisa embobado.

sábado, 22 de octubre de 2016

Hoy (11-07-16) llega FreedomPop, con llamadas y WhatsApp gratis “para siempre”. La operadora estadounidense se estrena en España con una franquicia mensual sin coste de 100 minutos de llamadas, 200 megas de datos y WhatApps ilimitados

FreedomPop, la operadora estadounidense que presume de ser la única compañía que ofrece el gratis para siempre en el móvil, se estrena este martes en España. Su oferta de lanzamiento es una franquicia mensual gratuita que incluye 100 minutos de llamadas de voz, 200 megas de navegación y 300 SMS gratis y, lo que es aún más reseñable, el uso de WhatsApp ilimitado (para mensajes de texto y llamadas), ya que cuando se utiliza este servicio de mensajería instantánea la operadora no lo carga como consumo de datos.

Si el abonado desea ampliar ese límite de datos y llamadas incluido en la franquicia puede adquirir uno de los cuatro planes de pago que va a comercializar la compañía en España, y que suponen rebajas de entre un 20% y un 50% sobre las tarifas medias ofrecidas por los operadores españoles, según los cálculos de FreedomPop.

España es el tercer país donde se lanza esta revolucionaria idea, ya que hasta ahora solo funciona en Estados Unidos y Reino Unido. Sus promotores han elegido España precisamente porque es el país europeo que más usa el WhatsApp, el principal reclamo de su oferta gratuita.

Para utilizarlo hay que darse de alta en el servicio a través de la web FreedomPop.com/Espana, solicitando una tarjeta SIM, que también será gratuita en el periodo de promoción, e insertarla en el dispositivo móvil, ya sea un smartphone o una tableta. Después hay que descargarse la aplicación de FreedomPop, disponible tanto en Android como en iOS, puesto que las llamadas y mensajes son a través de Internet por tráfico de datos, como ocurre con las de WhatsApp. La contratación es solo posible vía web –no hay servicio telefónico- y la compañía tramitará los pedidos por orden de llegada.

Y, ¿de qué vive una compañía que ofrece servicios gratis? FreedomPop rentabiliza esos servicios a través de los planes de pago porque su filosofía es que cuando los usuarios utilizan su oferta gratuita y se dan cuenta de que funciona, acaban contratando una tarifa. En Estados Unidos y Reino Unido, donde la operadora dispone de dos millones de abonados, la mitad de ellos ha contratado un plan de pago.

Además, vende otros servicios de prestaciones extra como un segundo número de teléfono, descuentos para llamadas internacionales en más de 100 países, antivirus online y aprovechamiento de los datos sin usar para el mes siguiente.

Los cuatro planes disponibles en España son: por 4.99 euros, el usuario dispone de 200 minutos de llamadas, 1Gb de datos y 500 mensajes de texto; por 8.99 euros, llamadas y mensajes son ilimitados y 2Gb de datos; el plan de 15,99 euros incluye llamadas y mensajes ilimitados y 5Gb de datos; y el más caro, el de 28.99 euros, ofrece llamadas y mensajes ilimitados con 10Gb de datos. Todos los planes de pago como ocurre en el caso del básico también incluyen tráfico de datos ilimitado y gratuito de WhatsApp para llamadas y texto (no para envío de vídeo).

Coincidiendo con la promoción de lanzamiento, FreedomPop ofrece gratis a todos sus usuarios 2Gb de datos y consumo ilimitado tanto de WhatsAppcomo de texto y llamadas durante el primer mes. La SIM de FreedomPop también incluye roaming sin costes adicionales con las mismas tarifas en 25 países, incluyendo, entre otros, EE UU, Reino Unido, Alemania, Francia, Portugal e Italia. Los usuarios que traigan a un cliente obtendrán 20Mb gratuitos al mes.

“Queremos dejar bien claro que nuestra oferta gratuita es para siempre, sin engaños, a diferencia de lo que ocurre con muchos operadores que cuando hablan de gratuidad., en realidad, solo se trata de una promoción que dura unos meses”, señala a EL PAÍS Mark Tluszcz, consejero de FreedomPop y consejero delegado de Mangrove Capital Partners , el fondo de inversión que es el máximo accionista de la operadora.

Tluszcz asegura que han elegido España porque se trata de un país grande, con muchas expectativas de negocio, y “donde sale muy caro el móvil y FreedomPop tiene mucho recorrido para cambiar esa sensación”. La operadora funcionará con la red de dos operadores (Orange, entre ellos) y se plantea como objetivo alcanzar los 100.000 usuarios en los primeros meses y 500.000 en un año. No invertirá en anuncios porque confía en el “boca a boca” como ha ocurrido en EE UU, señala Tluszcz.

El primer objetivo lo tiene al alcance de su mano si los más de 100.000 usuarios que se inscribieron para probar la versión beta durante los últimos 2 meses deciden hacerse clientes.

Nacida en el 2012 y con sede en Los Ángeles, FreedomPop cuenta con 200 empleados y ya opera en EE UU y Reino Unido. Por el momento, están muy lejos de la rentabilidad, aunque tienen la confianza de los inversores. Intel Capital, Mangrove Capital Partners o el fundador de Skype, Niklas Zennstrom han destinado más de 100 millones de dólares al arranque del proyecto.

http://economia.elpais.com/economia/2016/07/11/actualidad/1468234601_506316.html?rel=lom

Los cuatro estilos de aprendizaje o el por qué algunos leen los manuales y otros no. Aprendemos en función de cómo percibimos la realidad y cómo la procesamos


Adaptadores, asimiladores, divergentes o convergentes son los cuatro estilos de aprendizajes, según David Kolb.

Hay personas que se leen hasta la letra pequeña de los manuales mientras que otros se lanzan a pulsar todos los mandos para ver qué ocurre. No es ni bueno ni malo. Simplemente, nos da pistas de nuestra manera de aprender. Veamos los cuatro tipos de aprendizaje que existen para identificar cuál es el tuyo.

Quieres hacer un viaje con tu pareja y uno de vosotros necesita leer hasta el mínimo detalle sobre el sitio a donde vais, mientras que el otro se pone de los nervios porque preferiría lanzarse a la aventura. O en una reunión de trabajo un compañero no para de dar ideas sin concretar nada, mientras que a otro le agobia no trabajar en una sola. ¿Has vivido algo de esto? Si es así, bienvenido a los diferentes modos de aprender y a sus dificultades (y oportunidades).

En 1984 un profesor universitario, David Kolb, descubrió que los adultos tenemos distintas maneras de aprender que dependen de cómo percibamos la realidad y de cómo la procesemos. Hay personas que captan la realidad fundamentalmente a través de la experiencia y otros, creando teorías. Los primeros son más empáticos y tienden a hacer varias tareas al mismo tiempo (multiplicidad). Es más, si no lo hacen se pueden aburrir soberanamente. Los segundos prefieren centrarse en una sola tarea, se manejan muy bien en la teoría y se perderían con varias cosas al mismo tiempo (unicidad).

Con respecto a la manera de captar la información, algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento). Pues bien, las anteriores características definen los ejes de las maneras de aprender y de los cuatro estilos. Veámoslos con algo más de detalle:

Adaptadores o los “hacedores”

Difícilmente leerán un manual. Son el resultado de la multiplicidad y la acción. Prefieren trabajar rodeados de personas y se buscan la vida para conseguir recursos y alcanzar resultados. Les gusta asumir riesgos y saben adaptarse a las circunstancias. En una empresa abundan en los departamentos de ventas. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿cuándo?

Asimiladores o expertos en la conceptualización

Su estilo es opuesto a los adaptadores. Son extraordinarios creando modelos teóricos y definiendo claramente los problemas. Les interesan más las ideas abstractas que las personas, por lo que no es de extrañar que destaquen en el campo de las matemáticas o de las ciencias. En una empresa pueden estar en posiciones de investigación o de planificación estratégica. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿por qué?

Divergentes o los reyes de las mil y una ideas creativas

Disfrutan analizando los problemas en su conjunto y trabajando con personas. Son empáticos, emocionales y ocurrentes. No es de extrañar que lancen un sinfín de propuestas diferentes en una reunión. En este estilo se encuentran artistas, músicos y todos los creativos en el mundo de la empresa. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿y si…? o ¿por qué no?

Convergentes o el poder de la aplicación en una sola cosa

Son los opuestos a los divergentes. Necesitan la aplicación práctica a las ideas para testar teorías o resolver problemas. Se pierden con muchas alternativas. Sin embargo, son excepcionales en situaciones donde haya un único camino para ser resueltas. Muchos ingenieros se enmarcan en este estilo de aprendizaje. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿para qué?

Como es de imaginar hay personas cuyo estilo de aprendizaje está más marcado que otros como, por ejemplo, Sheldon Lee Cooper, protagonista de la serie The Big Bang Theory, quien es un asimilador total. Lo normal es que no sea así y que todos tengamos un poco de los cuatro aunque nos solamos sentir más cómodos con uno.

En definitiva, todos tenemos un estilo de aprendizaje que nos define más que otros y para desarrollarnos mejor en lo personal y profesional sería recomendable estar con personas que nos complementaran y cuyo estilo estuviera en el extremo del nuestro. Por ello, si eres de los que no lees los manuales, estáte cerca de quienes disfrutan haciéndolo (o viceversa). Porque más allá de este hábito, existe una manera interna distinta de percibir y de procesar la realidad que te puede ayudar a mejorar y a superarte a ti mismo en muchos otros ámbitos de la vida.

Las diez claves de la neurociencia para mejorar el aprendizaje

Cómo formar a profesores de élite

http://elpais.com/elpais/2016/10/10/laboratorio_de_felicidad/1476119828_530014.html

Hoy se cumplen 45 años del Premio Nobel al poeta comunista Neruda, un laurel de gloria para el pueblo


A primeras horas de la mañana del jueves 21 de octubre de 1971 decenas de periodistas se aglomeraron ante la puerta de la Embajada de Chile en Francia, ubicada en el número 2 de la avenida de La Motte-Picquet. Una noticia procedente de Estocolmo, anhelada durante largos años por Pablo Neruda y retrasada por las maniobras de la CIA en el marco de la guerra fría cultural, (más aquí) empezaba a dar la vuelta al mundo: la Academia Sueca había concedido el Premio Nobel de Literatura al creador de Canto general.

Acompañado por Matilde Urrutia y Louis Aragon, Neruda ofreció unas primeras declaraciones a la prensa, que interrumpió para conversar con el Presidente Allende por teléfono. “Quisiera que este Premio beneficie la lucha por la libertad en América Latina, la riqueza de la cultura latinoamericana y el desarrollo del potencial creador de nuestro continente”, comentó a los periodistas. Fue el tercer escritor latinoamericano y el sexto en lengua española que logró un galardón que entonces estaba dotado con cuatrocientas cincuenta mil coronas suecas, unos noventa mil dólares. Una parte la donaría a su Partido para la compra de la nueva imprenta de la sociedad Horizonte.

Aquella misma tarde, Augusto Olivares, director de Televisión Nacional, logró conversar por teléfono con Neruda, quien le manifestó: “Estoy como aplastado… pero aplastado por una felicidad que me desborda”. “Este premio se lo dedico a todos los chilenos. Ojalá que se sientan tan orgullosos como yo”.

En Chile, el Premio Nobel fue acogido como un gran logro nacional. A la una de la tarde, el Presidente Allende leyó una declaración ante los medios de comunicación en la que destacó: “Este galardón, que incorpora a la inmortalidad a un hombre nuestro, es la victoria de Chile y de su pueblo, y, además, de América Latina”. “Por la poesía de Neruda pasa Chile entero, con sus ríos, montañas, nieves eternas y tórridos desiertos…”. Destacó su condición de embajador en Francia del Gobierno de la Unidad Popular y de militante comunista. “Fue mi compañero de muchas giras, en el norte, centro y sur de Chile, y siempre recordaré con emoción cómo el pueblo, que oía nuestros discursos políticos, escuchaba con emoción, en un silencio expectante, la lectura que hacía Pablo de sus versos”.

Desde Arica a Magallanes, fue festejada la noticia procedente de la nieve de Estocolmo. El cardenal Raúl Silva Henríquez, el presidente de la Corte Suprema, los rectores universitarios, el presidente de la Central Única de Trabajadores y dirigentes de todas las tendencias políticas celebraron la noticia. “La buena nueva emocionó y conmovió a Chile, que sintió con orgullo nacional el alborozo por la suprema distinción literaria otorgada a un hombre suyo que ha sabido expresar con belleza y verdad el sentimiento más íntimo de su humanidad, la odisea de sus trabajadores, los antiguos sueños y las nuevas esperanzas de los pueblos de América Latina”, señaló con legítimo orgullo la declaración difundida por el Partido Comunista. El Premio Nobel era “un laurel de gloria sobre la frente de toda nuestra Patria”.

En el mundo de la cultura la reacción también fue unánime. El científico Alejandro Lipschutz proclamó que solo por haber escrito Alturas de Macchu Picchu ya merecía tal honor. “El más grande poeta de la hora contemporánea ha recibido un premio que merecía desde hace treinta años (…) ha sido reconocido el talento americano y universal de poeta que ha cantado todos los temas de la tierra y del hombre”, afirmó, por su parte, Volodia Teitelboim. En Parral, las autoridades municipales ordenaron que se engalanara la ciudad con la bandera nacional y visitaron el museo local, instalado en la que fue casa natal del poeta. En la Población “Pablo Neruda” de Conchalí, la emoción embargó a sus modestos habitantes, que también enviaron un telegrama al poeta.

La prensa internacional acogió de manera favorable la noticia. El 22 de octubre, The New York Times le dedicó una página y uno de los artículos portaba un título que debió llenarle de orgullo por la mención a uno de sus poetas predilectos: “Un Walt Whitman latinoamericano”. Por su parte, el diario comunista francés L’Humanité destacó: “Es, sin duda, el más universal de todos los poetas”.

El sábado 23 de octubre, Pablo Neruda dirigió, a través de las cámaras de Televisión Nacional, un mensaje de agradecimiento a su país. En primer lugar, al Presidente Salvador Allende y a su esposa, Hortensia Bussi, también al Cardenal Silva Henríquez y a los mineros, a los campesinos, incluso a los carteros… “por los centenares y centenares de telegramas que he recibido”. Su mensaje finalizó con un fervoroso llamamiento al compromiso del pueblo chileno con la Unidad Popular.

Aquel mismo día, TVN grabó en su residencia oficial una conversación con Gabriel García Márquez. “Quiero mandarle al pueblo chileno una felicitación por la merecidísima distinción que se ha hecho a un poeta que, para mí, es el más grande poeta del siglo XX, en todos los idiomas”, dijo el novelista colombiano, quien obtendría el Nobel en 1982.

Mario Amorós es autor de la biografía Neruda. El príncipe de los poetas (Ediciones B, 2015).

viernes, 21 de octubre de 2016

Tengo 26 años y dos grados superiores, y acabo de volver de la vendimia en Francia. En mi vida laboral, nunca he tenido un contrato fijo.

Tengo 26 años, soy de Ciudad Real, estoy graduado en Telecomunicaciones y en Animación Deportiva y acabo de regresar de la vendimia en Francia.

Sobre el papel, lo de pasar quince días seguidos recogiendo uvas puede sonar duro. Pero en España ya había trabajado en la campaña de recogida de melones y sandías, por lo que, en comparación, el tamaño de las uvas no era gran cosa. Y, además, había otra motivación indiscutible: en Francia se gana casi el doble por cada hora trabajada.

Un amigo que estudió de Erasmus en Francia llevaba tres años acudiendo a la vendimia, por lo que este año me invitó a apuntarme. Como nunca he tenido un contrato fijo, sino que llevo varios años enlazando contratos temporales, ningún compromiso me impidió hacer la maleta y probar suerte.

Al final nos apuntamos seis ciudadrealeños, por lo que el viaje, más allá de lo laboral, ha sido una experiencia compartida, la de seis jóvenes obligados a alejarse de sus casas para salir adelante. Buena parte del trayecto la hicimos juntos en una furgoneta, por lo que pudimos apoyarnos mutuamente y, en algunos momentos, convertir las jornadas en algo divertido.

Nuestra primera parada fue una bodega de la región de Champagne, la zona en la que se elabora el champán. Sí, existe la probabilidad de que las uvas del champán con el que brindes las próximas Navidades las hayamos recogido nosotros.

No es la primera vez que trabajo en las cenas navideñas de los demás. Hace unos años tuve que marcharme a Inglaterra para otro trabajo temporal. En aquella ocasión, mi misión consistía en visitar criaderos de pavos, meter los animales en cajas y llevarlos al camión que los conduciría al matadero. Como podéis imaginar, esas Navidades no quise cenar pavo. Ni esa, ni las siguientes, porque aquella experiencia fue traumática y desde entonces reduje mi consumo de carne.

Volviendo a la vendimia, unas furgonetas pasaban a las ocho de la mañana para recoger a las quince personas que componíamos la cuadrilla en Champagne. Trabajábamos ocho horas recogiendo uvas, y aquello no tenía mucha historia. Era una versión de Tiempos modernos, la película de Charles Chaplin, pero entre vides.

En una vendimia, no hay manera de escapar al dolor en los riñones. Pero, al menos, en Francia las condiciones son mejores que en España. Además del salario superior (casi 10 euros por hora en Francia), nuestro patrón daba dinero a los empleados por sus desplazamientos. En España, en pocas empresas se preocupan por cómo llegas al trabajo. Luego, las horas extras estaban perfectamente estipuladas en el contrato y nos las pagaron religiosamente. En España, las empresas tampoco acostumbran a preocuparse por las horas extras. Y, para colmo, nuestro jefe nos pagó una cantidad adicional solo porque estaba contento con nuestro rendimiento.

Tras la intensa jornada en el viñedo, nos devolvían al lugar donde dormíamos: una parcela de nuestro jefe en la que plantamos nuestras tiendas de campaña. Para que os hagáis una idea, nuestra vida se parecía, en esas horas libres, a la de un camping: nos duchábamos, preparábamos la cena (pasta, lentejas y cosas así) y nos relajábamos.

Siempre tratábamos de llenar la tarde con actividades, porque así evitabas sentirte como una máquina. Por ejemplo, jugábamos al ajedrez o nos acercábamos a un lago para bañarnos. Otra de mis actividades favoritas consistía en buscar tiendas de segunda mano para comprar prendas llamativas a un euro y hacer la vendimia con ellas. Lucir estampados floreados entre las viñas generaba un efecto de lo más cómico. En un entorno tan áspero, aprendes a valorar las cosas pequeñas: uno de los mejores momentos del día era cuando abríamos unas latas de cerveza, unas bolsas de patatas y nos sentábamos a charlar.

El ambiente fue aun más singular durante nuestra segunda semana de vendimia, en Sagy. En este caso, la bodega elaboraba vino ecológico, aunque eso no supuso ningún cambio en la recogida de uvas. Lo que sí cambió fue la atmósfera del campamento, mucho más bohemia. Había hipsters barbudos, un escultor, dos griegos que habían hecho parte del trayecto desde su país en bicicleta, gente que tocaba la armónica, la guitarra, el acordeón...

Además, en este campamento los dueños de la bodega ofrecían todos los días un menú de comida ecológica. Eso sí, había que pagar siete euros, por lo que tampoco compensaba demasiado y mantuvimos nuestro régimen de latas y pastas.

La última noche, incluso, se celebró una gran fiesta, en la que elegimos a la reina y al rey de la vendimia. Nos paseamos por el pueblo contentos por haber acabado, y los vecinos nos jalearon y nos felicitaron por tanto esfuerzo. Aquello parecía la entrada de una tropa victoriosa tras una batalla.

Esa última noche, nosotros preparamos unas tapas para que nuestros compañeros probaran la comida española. También nos planteamos la posibilidad de enseñarles a preparar calimocho, pero nos contuvimos porque nuestros jefes, unos bodegueros tan concienciados con lo ecológico, probablemente lo habrían tomado por un sacrilegio.

Si tengo ocasión, el año que viene repetiré la experiencia. Porque viajar al extranjero siempre es enriquecedor. Y, además, se gana algo más de dinero. Aunque, quién sabe, quizás en los próximos meses consiga en España un trabajo estable.

Estuve a punto de conseguirlo al terminar mi Grado Superior en Telecomunicaciones. Trabajé como becario -por 500 euros al mes- durante unos meses en la televisión autonómica manchega. Pero mi continuidad era imposible porque ya estaban despidiendo trabajadores. Algo parecido le ha ocurrido a toda mi promoción: ninguno de mis compañeros, que yo sepa, está ocupado en algo relacionado con nuestros estudios.

De los vendimiadores que viajaron conmigo desde Ciudad Real, algunos se quedaron en Francia haciendo malabares en los semáforos -en un buen día, podían llegar a ganar 90 euros por hora-. Yo he vuelto a España para empezar un nuevo trabajo temporal. Por suerte, tiene que ver con mi segundo grado, ya que es de animador deportivo en un club de campo. La parte negativa es que solo trabajo los fines de semana.

Este texto, que había comenzado siendo una descripción sobre la vendimia, se ha convertido en un retrato del desmoralizador panorama laboral que encontramos los jóvenes. Normalmente se culpa a los políticos por ello. Y sí, yo les mandaría lejos de sus casas a recoger uvas, sandías, melones y pavos, para que así aprendan a comprendernos.

Pero no debemos volcar todas nuestras esperanzas en los políticos: ellos no tienen una varita mágica que vaya a solucionar las cosas de un día para otro. Pienso que, como sociedad, todos tenemos algún tipo de responsabilidad: los jefes deberían cuidar a sus trabajadores y los trabajadores deberíamos cuidarnos entre nosotros. Si queremos exigir a los políticos que nos ayuden, tenemos que ayudarnos entre nosotros. Si ellos no nos dan ejemplo, deberíamos dárselo nosotros.

Los jóvenes atravesamos una época complicada, sí. Pero no debemos desaprovechar ninguna ocasión para aprender, para convertirnos en mejores personas. El hecho de trabajar fuera, por ejemplo, a mí me ha ayudado a comprender a los trabajadores extranjeros que vienen a nuestro país. Debemos transformar nuestras dificultades en una energía positiva. Aunque eso jamás nos hará olvidar el dolor en los riñones tras una jornada en la vendimia.

Texto redactado por Álvaro Llorca a partir de entrevistas con Julián Tosina.

http://verne.elpais.com/verne/2016/10/10/articulo/1476094066_562751.html

Entrevista a Mia Couto, escritor mozambiqueño, blanco y luchador por la independencia. “Entré al Frelimo porque precisaban la poesía”

Página 12

Sus libros fueron traducidos a 20 idiomas y ha sido premiado en Brasil, Portugal y Estados Unidos. Era un blanco de 17 años cuando ingresó a la guerrilla independentista de su país.


Tranquilo, pausado, reflexivo. Así responde Mia Couto, escritor mozambiqueño y una de las personalidades más reconocidas de África en el mundo. Sus libros, escritos en el portugués que se habla en las calles de Mozambique, fueron traducidos a 20 idiomas y premiados en Brasil, Portugal y Estados Unidos. Antes de volcarse a la literatura, luchó por la independencia de su país junto al Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) y ejerció el periodismo. En sus poemas, cuentos y novelas mezcla el universo tribal africano, los estragos de la guerra y el cuestionamiento a las convenciones culturales heredadas de la colonia. En diálogo con Página/12, Couto expone sus recuerdos de la infancia, los mundos que lo formaron y los retos de una joven nación que busca su rumbo mientras se enfrenta a fantasmas conocidos que aún la siguen acosando.

–¿Qué significa Mozambique para usted? 
 –Mozambique es una mezcla de algo que ya es y una cosa que va a ser, de algo antiguo con un proyecto. Nació hace cuarenta años como una nación única, olvidando que existían otras naciones. Dentro de su territorio había pueblos que tenían sus propias lenguas y sus propias historias. Mozambique es ya un Estado, pero busca crear una nación alrededor de esas naciones.

–La convivencia entre blancos y negros ha sido históricamente traumática en el África austral.
 ¿Cómo es haber nacido y crecido en Mozambique como un hombre blanco?
 –Por mucho tiempo estuve distraído, me había olvidado de mi propia raza, que es un privilegio. La colonización portuguesa también fue racista y violenta, a pesar de tener una historia diferente a la de los otros colonialismos. Pero nací en un tiempo en que el gobierno de Portugal buscó esconder esta discriminación creando una camada que se conoció como los asimilados, africanos considerados portugueses de piel negra. La sociedad colonial dependía de la propia supervivencia y ellos eran pensados como un tapón para la revuelta que ya estaba presente. Además servían como gestores de la maquinaria colonial. Portugal tenía un imperio grande pero era un país pequeño y pobre. Era casi un colonizador periférico. La presencia de esos asimilados estaba en los lugares donde nací y donde crecí, estuve en contacto con ellos. De chico aprendí una lengua africana y conseguí colocar un pie en un mundo y un pie en otro, sin ninguna dificultad en particular. Pero no era así de común para los hijos de los colonos. África estaba apartada, era una cosa oscura, salvaje, aunque nunca hubo una política oficial de separación como fue el apartheid. Otra cuestión diferente era la tierra. En Zimbabue, Sudáfrica y Namibia el apartheid no era sólo un tema de razas, sino también de tierras. Por lo tanto los negros fueron arrancados de sus lugares para concentrarlos en los llamados bantustanes. Eso nunca ocurrió en las colonias portuguesas, donde los conflictos raciales parecían suavizados, si bien las buenas tierras estaban en manos de los blancos, pero no separadas de esa forma, geográficamente, con la expulsión de los negros a otros lugares.

–Usted militó en el Frelimo.
¿Cómo fue aceptado un hijo de colonos portugueses en un movimiento liderado por negros que luchaban por la independencia?
 –Tenía diecisiete años cuando me uní al Frelimo. Era una cosa clandestina, subterránea. Recuerdo que fui a un encuentro en los suburbios, de noche, algo que hoy no podría volver a hacer, aunque en mi memoria siempre estoy volviendo a ese lugar. Era una casa sin luces, con cuarenta personas. Yo era el único blanco. En la mesa, donde había una suerte de jurado, se decidía quién podía ser aceptado como integrante. Aquellos hombres contaban sus historias, era como una prueba, una narración de su sufrimiento, una cosa medio cristiana. Vi ese desfile de hombres que había sufrido el hambre, el frío, la prisión y la tortura. Y yo no había padecido nada, era un privilegiado. Pensaba decir que había sufrido porque vi sufrir a los demás. Pero fui el último en ser presentado y no logré decir nada. Uno de los hombres en la mesa me preguntó si yo era el joven que escribía poemas en el diario. Me dejaron entrar porque decían que precisaban de la poesía. Nunca sentí en esos tiempos de militancia alguna cosa que me separara de los negros o que les generase desconfianza. Después me di cuenta de que si hubiese querido combatir con un arma en la mano, como en una guerrilla, no habría sido aceptado. Dentro del Frelimo había una línea no racial, pero también otra de definición racial, que sostenía que no se podía confiar en los blancos al punto de darles un arma, porque eso los obligaría a enfrentarse con los blancos que luchaban del otro lado. Y en el momento que eso ocurriera no se sabría qué consecuencias tendría.

–La cuestión racial pesaba más que la ideológica.
 –Era un discurso falso. También se decía que los blancos no podían estar en la lucha armada porque si morían serían presentados por los portugueses como rusos, lo que probaría que el movimiento era conducido por la Unión Soviética. Había tensiones entre las distintas líneas dentro del Frelimo, donde estaban aquellos que ponían la cuestión racial sobre lo ideológico. Hoy en día la cuestión racial tiene un peso mucho menor en Mozambique que en Sudáfrica o Zimbabue.

–En su libro Tierra sonámbula está presente la guerra civil, que comenzó en 1977 y terminó en 1992, con consecuencias devastadoras para su país.
¿Escribir esa novela era una forma de exorcizar lo vivido o de denunciar lo ocurrido en ese enfrentamiento? 
 –Exorcizar. Fue el único libro que sufrí al escribirlo. Escribo porque me gusta. Tuve colegas y amigos que murieron de manera terrible. No era el caso de personas que murieron por una bala. Murieron dentro de autos que fueron incendiados. Durante un tiempo pensé que no era posible escribir un libro sobre la guerra, salvo cuando la guerra terminase, porque no tenía la fuerza para hacerlo. Después me di cuenta de que era una cuestión de supervivencia. Sentí que mis muertos me pedían que escribiera sobre lo ocurrido, para poder respirar y sobrevivir. De noche recordaba y quería parar de escribir, casi que rezaba para no recibir más inspiración.

–¿Qué recuerda de esa guerra?
 –Fue una guerra muy larga. Salíamos de casa todos los días, sin saber si tendríamos para dar de comer a nuestros hijos. Encontrábamos una fila pero no sabíamos qué se distribuía. Como no podíamos estar toda la mañana, dejábamos una canasta con una piedra encima. Ibamos a trabajar, volvíamos, y la piedra estaba en el mismo lugar. Respetaban el lugar, respetaban al otro. Eso nos daba algo de esperanza. Si esto dura una semana o un mes, ya es mucho. Pero fueron años así.

–¿Los portugueses ya habían dejado Mozambique?
 –Ya se habían ido casi todos en los primeros años. Mozambique tenía casi 250 mil portugueses. No eran tantos como en Angola, pero permanecieron entre 20 y 25 mil. Al ser una salida precipitada, y como ellos dominaban la economía y el Estado, fue un problema. A los 20 años dirigí el diario del gobierno, algo que no podía hacer bien. El futuro de toda una generación fue sacrificado. Muchos amigos míos, negros, blancos y mestizos, dejaron de estudiar para ejercer cargos de dirección. Fue un momento muy bonito porque los mozambiqueños se encontraron. En los primeros años era una cosa épica, íbamos a construir un país, un futuro, como si fuese posible cambiar el mundo entero. Había un proyecto político e ideológico bien claro, con muchos errores, que ahora son más fáciles de ver, pero con mucha exaltación.

–Nadine Gordimer y J. M Coetzee, por ejemplo, trataron en muchos de sus libros la realidad sudafricana durante el apartheid.
¿Cree que los escritores africanos se sienten obligados a exponer temas sociales ante la falta de instituciones fuertes o de poderes que fueron monopolizados durante un largo tiempo por pequeños grupos? 
 –Los escritores africanos asumieron muchos rótulos. Primero por una razón de orden político, porque se esperaba que asumieran ese papel de denuncia, de afirmación de un continente que fue negado, de una cultura y de una raza que fueron negadas. Después fue un rol más étnico, más exótico. Se esperaba que los africanos trataran temas como la magia y la relación con la naturaleza, como si lo africanos estuviesen más cerca de la naturaleza que de la cultura o la humanidad. Eso creó un círculo, porque sabían que en Europa se los publicaría si daban cuenta de esa autenticidad. No eran auténticos africanos si no hablaban de determinadas cuestiones. Infelizmente, la literatura africana depende de la valoración de las ex capitales coloniales, como Lisboa para la lengua portuguesa o Londres para la lengua inglesa. Si la escritura africana pasa la prueba, entra en el mercado. Ahora estamos en una época más feliz, porque los escritores más jóvenes están rompiendo con eso que se espera que ellos hagan. No están tan preocupados por reafirmar su africanidad. Ella aparece naturalmente.

–El portugués es el idioma oficial de Mozambique, pero no es la lengua materna de la mayoría de los mozambiqueños.
¿Esta realidad condicionó la recepción de su obra?
 –De alguna manera sí. Pero también hay que tener en cuenta que existen 25 lenguas en el país y que muchas no se comunican unas con otras. Si escribiese en otra lengua debería enfrentar el problema de la traducción. Lo que pasa ahora es que el propio portugués de Mozambique está cambiando, se está africanizando y está siendo apropiado. Por otro lado, cada vez más mozambiqueños están tomando el portugués como lengua materna. En ciudades como Maputo, casi la mitad habla el portugués. Cuando los portugueses se fueron con la independencia, había un 90 por ciento de analfabetismo, y en Maputo, donde se concentraba la mayoría, el portugués era la lengua materna del uno o del dos por ciento de la población. Está cuestión de trabajar el portugués como una lengua propia de la nación mozambiqueña fue cosa de la independencia. El recuerdo de los mozambiqueños no debe ser el mejor: los portugueses destruyeron casi todo cuando partieron de Mozambique. Mucha de la infraestructura fue destruida como forma de venganza. Pero no tanto en Mozambique como en Angola, porque en Mozambique casi no había infraestructura. Era una economía de servicio, no había producción propia.

–La comunidad de países lusófonos es pequeña.
¿Qué papel juegan Brasil y Portugal en el imaginario mozambiqueño?
 –La situación es muy distinta en Cabo Verde, Santo Tomé, Guinea Bissau o Angola. En Angola, la mayoría de la población habla el portugués como lengua materna. Más de la mitad de la población vive en Luanda, la capital. Es una situación de concentración extrañísima. Luanda es como un país aparte, con sus propias características lingüísticas. En Mozambique hay relaciones de distinto tipo. Los vínculos literarios están más cerca de Brasil. Mi generación, y la anterior y la posterior, conocieron Brasil a través de Jorge Amado, Graciliano Ramos y todos esos nombres. No es algo menor. Brasil era lo que nosotros queríamos ser, porque ya había retirado a Portugal de su lengua. La lengua era portuguesa pero logró afirmarse con una identidad propia. En el caso de Jorge Amado era la presencia del negro, de las comidas, del baile, de los dioses. Era como si estuviese escribiendo dentro de Mozambique. Su literatura era catártica. Portugal sigue teniendo un gran peso en el fútbol. Todos tienen un equipo en Portugal como si fuera propio. Ahora ya comenzó a cambiar con el Barcelona y el Real Madrid. La relación culinaria también es muy fuerte entre los pequeños grupos de elite de urbanos asimilados.

–¿Cuándo dejó de ser António Emílio y pasó a ser Mia?
 –Cuando tenía dos años, según mis padres, pensaba que era un gato. De chico vivía en una casa colonial típica y siempre llegaban gatos al balcón. Mi madre les daba de comer y yo comía con ellos. Entonces quería ser llamado Mia y quedó. Mis padres validaron esa elección, porque vieron en eso algo gracioso y entendieron que yo tenía derecho a encontrar un nombre para mí.

–Usted afirmó haber sido influenciado por el realismo mágico latinoamericano.
¿Se le ocurre algún paralelismo entre África y América latina?
 –Hay un enfrentamiento entre aquellos que quieren construir en África y en América latina una Europa tropical, a partir de un centro que serían las potencias coloniales, y una resistencia del lado de las culturas y los pueblos indígenas. La efervescencia de ese conflicto tuvo algo que para mí fue muy productivo, porque ahora existe un enfrentamiento entre lógicas, entre universos íntimos, cósmicos, entre religiosidades diversas. Esa vitalidad llegó a la literatura y golpeó la puerta de los escritores, que en determinado momento pensaban que el modelo europeo era el único para hacer literatura. Escritores como Juan Rulfo, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez abrieron las puertas a esas voces, a la oralidad, a esa otra vitalidad que estaba presente. Lo mismo ocurrió en África, donde hubo cierta aceptación de esa diversidad. Pero me opongo a ese rótulo de realismo mágico porque toda realidad es mágica. Muchos escritores americanos y europeos trabajan el mismo campo, se permiten cuestionar la realidad. Creo que fue algo que se precisó caracterizar para poder ser comprendido.

–Entre los pueblos africanos el relato oral está mucho más extendido que el relato escrito.
¿Incorpora esta tradición al momento de escribir sus novelas?
 –Desde chico que estoy acostumbrado a escuchar mientras leo. Cuando me apasiono con un texto tengo dificultad para leer, porque me veo obligado a volver a las páginas, una y otra vez. Se abre una ventana para las voces contenidas. Lo mismo me pasa con la poesía, que es más permisiva, que autoriza este tipo de escuchas. No es que la oralidad sobrevive en Mozambique, sino que es dominante. Es la que crea lazos de entendimiento, la que cohesiona a la sociedad. De la misma forma que García Márquez describió Colombia, los escritores mozambiqueños reciben de la oralidad toda esa inspiración. Algunos tienen más presente que otros la oralidad de esa sociedad rural. En mi casa también era dominante, porque soy hijo de inmigrantes y mis padres siempre contaban historias. Vivíamos solos, no conocíamos a nuestros abuelos.

–¿Cree que a través de su obra literaria ha logrado mostrar o crear una identidad mozambiqueña?
 –No necesariamente un escritor trabaja en reflexionar o crear, sobre todo porque Mozambique está lleno de interdicciones en la memoria. Hay olvidos que son provocados. Si uno viajaba a Mozambique después de terminada la guerra, en 1992, nadie hablaba del asunto, era como si nunca hubiese ocurrido. Era un tiempo prohibido. Nadie quería recordar eso, así como tampoco la guerra colonial ni la esclavitud. En el ejército portugués la mayoría de los soldados eran mozambiqueños negros, cerca de 60 mil. Cuando terminó la guerra de independencia nadie quería pensar en eso, porque esas familias tenían redes enormes y querían evitar una situación de conflicto. Ahí la literatura cumple un papel, porque invita a rescatar ese tiempo de una manera que no culpabiliza, y transforma ese sentimiento de amnesia, de rechazo, en una visita que ayuda a re humanizar al otro. A construir un país.

–¿El periodismo fue más un compromiso militante?
 –Me mandaban a hacerlo. En ese momento interrumpí mis estudios de medicina. Soñaba con ser psiquiatra. En segundo año, cuando me uní al Frelimo, me necesitaban como periodista. Incluso en tiempos de dictadura fui infiltrado dentro del diario. Me gustó mucho trabajar como periodista. Mi padre también lo había sido. Cuando hacía reportajes o entrevistas era muy feliz. Pero después me convertí rápidamente en director del diario, lo que fue una tragedia. Además en 1985, aproximadamente, me di cuenta de que había un divorcio entre la narrativa política y la propuesta política. Me decepcioné un poco de la que era mi propia causa. Todavía siendo militante me fui del diario.

–¿Sigue identificado con el Frelimo?
 –En cierto momento, cuando uno es miembro de un partido, ve el mundo de una forma poco crítica. Uno cree que está siempre del lado correcto de la historia. Me parece que la realidad es mucho más compleja que la realidad mágica detrás de una fuerza política. Entonces decidí ser simplemente una persona y no un militante.

–¿Se lo perdonan en el Frelimo?
 –El Frelimo a veces piensa que aún soy parte de él. Tengo una exposición pública, es decir, me presento en conferencias, colaboro con diarios, tengo actividad en universidades. Y tengo también una posición política. Pero no ataco a personas. Lo que quiero es cuestionar ideas, tendencias, comportamientos. No me consideran peligroso. Mozambique ha pasado de ser una colonia a un país soberano. Ha atravesado una guerra civil y ha logrado rencauzar su economía.

–¿Cuáles son los desafíos más urgentes que enfrenta hoy en día?
 –En primer lugar, la paz. La guerra recomenzó a escala reducida. Los mismos bandos de la guerra civil están luchando ahora mismo. La Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña, opositora al Frelimo) está atacando desde hace unos meses autos, escuelas, hospitales, matando personas, tal como en la guerra civil. Comenzaron nuevamente las conversaciones de paz. La Renamo quiere gobernar en las partes de Mozambique donde obtuvo más votos. Mozambique fue un caso ejemplar. Fuimos capaces de construir una paz verdadera, de reconciliarnos, después de aquel trauma que duró dieciséis años. Y de repente tenemos la guerra a las puertas de casa. Esa es la urgencia principal, porque tiene consecuencias en la ciudadanía, en nuestra esperanza y en la economía, porque nadie invierte en un país en guerra.

–¿Es optimista respecto a África? 
 –Soy un pesimista con esperanza. Ahora con esta gran crisis del capitalismo financiero, las cuestiones de orden tribal, los conflictos fronterizos, la desigualdad social profunda que casi todos los países tienen, van a tornarse dominantes en un momento en que África comenzaba a encaminarse. Países con una buena economía, que estaban tratando de reintegrarse, que tenían una buena asistencia social, con servicios de salud y educación creados por primera vez con seriedad, van a atravesar una crisis. África estaba intentando salir de su herencia colonial. No se vienen tiempos felices.

Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-311947-2016-10-17.html