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domingo, 11 de febrero de 2024

"EE.UU. prometió que no se ampliaría la OTAN y ha sucedido cinco veces": 6 frases destacadas de la entrevista a Vladimir Putin con Tucker Carlson

Desde que lanzó su invasión de Ucrania en febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no había concedido entrevistas a ningún periodista occidental. Hasta ahora.

Este jueves, se transmitió una inusual entrevista que Putin le dio esta semana al polémico periodista estadounidense Tucker Carlson.

Carlson tenía el programa de mayor audiencia en Fox News hasta abril de 2023, cuando la cadena lo despidió sin dar explicaciones. En la actualidad, tiene su propia empresa independiente, la Tucker Carlson Network, y también realiza transmisiones en X.

Allí difunde principalmente entrevistas amigables con políticos de derecha, incluyendo al exmandatario Donald Trump.

Durante la entrevista de este jueves, Putin ha puesto en cuestión el carácter nacional de Ucrania y ha justificado su “operación militar especial” contra Kiyv con sus conocidos argumentos sobre la amenaza que supone para Rusia la ampliación de la OTAN.

Además, ha asegurado no tener ningún interés en invadir Polonia o algún otro país de la OTAN.

La entrevista llegó precedida de controversia. Algunos analistas la interpretan como un intento de Putin de influir al electorado estadounidense en un año en que de nuevo deberá elegir a su presidente.

También destacan que se produce en un momento en el cual el Congreso de Estados Unidos está teniendo dificultades en las negociaciones para aprobar más fondos para dar ayuda militar a Ucrania debido a la negativa de legisladores republicanos cercanos a Donald Trump.

El exmandatario se ha quejado por los miles de millones de dólares en ayuda que ha enviado Washington a Ucrania y ha abogado por una desescalada del conflicto.

También hubo polémica por un video promocional difundido previamente por Carlson en el que aseguró que "ningún periodista occidental" se había interesado en entrevistar a Putin desde 2022 para escuchar sus argumentos.

Sus comentarios provocaron críticas pues hay gran cantidad de periodistas de distintos medios que aseguran haber pedido repetidamente entrevistas con el mandatario ruso que nunca fueron concedidas. Entre estos se encuentra Steve Rosenberg, editor para Rusia de la BBC.

El portavoz del Kremlin, Dimitry Peskov, confirmó que han rechazado otras entrevistas antes de la de Carlson.

Estos han sido algunos de los mensajes más destacados de Putin durante la entrevista.

1. Invadir Polonia, Lituania u otro país de la OTAN “está absolutamente fuera de discusión” Carlson y Putin FUENTE DE LA IMAGEN, REUTERS

El líder ruso descartó invadir Lituania, Polonia o cualquier otro país de la OTAN, afirmando que esa posibilidad “está absolutamente fuera de discusión”.

La invasión de Ucrania alimentó los temores de los países bálticos, Polonia y otros países europeos de que Rusia podría lanzar sus fuerzas también contra ellos.

De hecho, preocupados por esa posibilidad, Finlandia y Suecia, países que tradicionalmente habían permanecido neutrales en el pulso entre Moscú y Occidente decidieron solicitar su ingreso en la OTAN

En la entrevista, Putin ha descartado la posibilidad de otra invasión. Ha dicho que solo sucedería en un caso, “si Polonia ataca Rusia”.

En las semanas previas a la ofensiva de las tropas rusas contra Ucrania, Moscú también negó reiteradamente que estuviera planeando la invasión de la que alertaba Estados Unidos y sus servicios de inteligencia.

Aunque el mandatario ruso rechazó toda posibilidad de ataque contra un país de la OTAN, subrayó que la alianza atlántica debe aceptar que Rusia se quede con los territorios ucranianos que ha conquistado desde el inicio de las hostilidades.

2. Si EE.UU. quiere que se acabe la guerra "tiene que dejar de suministrar armas [a Ucrania]. Se acabaría en unas pocas semanas"

Tucker Carlson FUENTE DE LA IMAGEN, REUTERS Pie de foto,

El periodista estadounidense Tucker Carlson entrevistó a Putin en Moscú

Carlson le preguntó al presidente ruso si había considerado dialogar directamente con el mandatario estadounidense, Joe Biden, para buscar un acuerdo que acabe con la guerra de Ucrania.

Putin fue enfático en asegurar que hay contacto entre algunas agencias rusas y estadounidenses pero que “no hay nada de qué hablar” mientras EE.UU. siga enviando armas a Ucrania, una política que calificó como "error estratégico".

“Te diré realmente lo que estamos queriendo hacerle entender al liderazgo estadounidense: si realmente quieres dejar de pelear, tienes que dejar de suministrar armas. Se acabaría en unas pocas semanas”, dijo.

La respuesta de Putin se da en un momento en el que el Senado estadounidense aprobó una propuesta de ley que ampliaría la ayuda militar a Ucrania en US$61.000 millones, pero que enfrenta una fuerte oposición en la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, entre los cuales hay decenas de aliados de Trump que reiteradamente han votado en contra de la ayuda a Kyiv.

En contraposición a esta postura de Putin, los partidarios de Ucrania suelen decir que es Moscú el que debe dejar las armas.

"Si Rusia deja de atacar, se acaba la guerra. Pero si Ucrania deja de defenderse, se acaba Ucrania", aseguran.

3. "No pueden infligir una derrota estratégica a Rusia"

El líder ruso se refirió al desarrollo armamentístico que ha impulsado en Rusia.

Lo justificó a partir de la negativa de sucesivos gobiernos estadounidenses a aceptar sus propuestas de desarme y desnuclearización.

Aunque rechazó que su país esté planeando iniciar acciones ofensivas contra nadie, Putin recordó los que considera avances de la industria militar rusa, como los sistemas hipersónicos de armamento, más avanzados, según dijo, que los de otros países.

Advirtió que los gobernantes occidentales se han percatado de que "no pueden infligir una derrota estratégica a Rusia", dijo.

4. "Ucrania es un Estado artificial que se formó por voluntad de Stalin"

Joseph Stalin FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

Gran parte de la entrevista se fue en recuentos históricos

Durante la entrevista, Putin hizo una gran cantidad de referencias históricas, algunas yéndose tan lejos como el siglo XIII.

Sin embargo, hizo gran énfasis en los detalles de la historia de la Unión Soviética en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

En particular, dijo que la idea de Ucrania como un estado que formaba parte de la URSS había surgido “inexplicablemente” de la mente del líder soviético Vladimir Lenin.

Aseguró que la creación de Ucrania fue producto de un programa de “indigenización” de las regiones que había impuesto la URSS en sus territorios, buscando promover lenguajes y culturas nacionales.

Agregó que al terminar la guerra, bajo el mandato de Stalin, Ucrania había recibido regiones tanto de Polonia como de Hungría, en las que aún vivían personas que hablaban húngaro o polaco.

Su conclusión: “Ucrania es un estado artificial que se formó a la voluntad de Stalin”.

Sin embargo, el historiador Matthew Lenoe, de la Universidad de Rochester, ha señalado que si bien es probable que la historia del estado ucraniano no pueda hallarse antes de 1918, no hay duda de que en la actualidad es un estado nación.

“Putin asegura que no hay una historia ucraniana separada de la rusa, pero eso no es verdad”, dijo Leone en una entrevista en marzo de 2022.

“Entre los hablantes de ucraniano y en las tierras que ahora componen Ucrania, hubo muchas experiencias diferentes. En ocasiones pertenecieron a diferentes estados y reinos. Pero hubo interacción entre hablantes de ucraniano a lo largo de gran parte de esta historia y desarrollaron una identidad común, especialmente después de mediados del siglo XIX”, agregó.

5. “Se puede alcanzar un acuerdo” para la liberación del periodista estadounidense encarcelado en Rusia Evan Gershkovich FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES Pie de foto,

El periodista estadounidense Evan Gershkovich está en poder de las autoridades rusas desde marzo de 2023

Putin se refirió a la situación de Evan Gershkovich, el periodista de “The Wall Street Journal” encarcelado en Rusia bajo cargos de espionaje.

Putin dijo que creía que se podría llegar a un acuerdo para liberar a Gershkovich, de 32 años, "si nuestros socios toman medidas recíprocas".

"Los servicios especiales están en contacto. Están hablando... Creo que se puede llegar a un acuerdo".

Gershkovich, reportero del Wall Street Journal, fue arrestado en la ciudad de Ekaterimburgo, a unos 1.600 kilómetros al este de Moscú, el 29 de marzo del año pasado.

En enero, Rusia volvió a prorrogar su prisión preventiva hasta finales de marzo. Se enfrenta a hasta 20 años de prisión si es declarado culpable.

Carlson preguntó a Putin si estaría dispuesto a liberar al periodista inmediatamente y dijo: "Lo traeremos de regreso a Estados Unidos".

El diario para el que trabaja y el gobierno estadounidense aseguran que el reportero fue detenido ilegalmente.

Putin insinuó a quién aceptaría Rusia en un intercambio de prisioneros. Mencionó "una persona, por sentimientos patrióticos, [que] eliminó a un bandido en una de las capitales europeas... durante los acontecimientos en el Cáucaso".

Es casi seguro que era una referencia a Vadim Krasikov, un asesino del FSB actualmente en prisión en Alemania después de matar a tiros a un oficial militar georgiano, Zelimkhan Khangoshvili, en un parque de Berlín en 2019.

6. “Estados Unidos prometió que no se ampliaría la OTAN y ha sucedido cinco veces” Putin durante la entrevista FUENTE DE LA IMAGEN, REUTERS

Parte de la larga explicación histórica que Putin le dio a Tucker Carlson se refirió a las distintas ocasiones en las que EE.UU. le habría dicho a Rusia que la OTAN no se expandiría hacia el este, al vecindario de Rusia.

Según el presidente ruso, varios mandatarios (aunque no nombro a ninguno concretamente) le prometieron al Kremlin que la OTAN no se extendería. Para Putin, con la disolución de la URSS, ya no existía necesidad para tal organización.

Sin embargo, el argumento de Putin no es nuevo. El predecesor de Putin, Boris Yeltsin, aseguró que la expansión de la OTAN hacia el este era “ilegal” en 1993.

Argumento parecido hizo Yevgeny Primakov, ex canciller ruso, al decir que había recibido el compromiso de que “ningún país que salga del Pacto de Varsovia ingresará en la OTAN”.

Sin embargo, según Kristina Spohr, profesora de Historia Internacional de la London School of Economics, el único compromiso que se hizo con Rusia ocurrió tras la caída de muro de Berlín, cuando Moscú aceptó sacar 380.000 soldados que tenía posicionados en Alemania Oriental y se remplazarían con fuerzas de la OTAN.

En ese momento, James Baker, secretario de Estado de George H.W. Bush, le habría dicho que las tropas de la OTAN no se moverían “ni una pulgada al este”, pero refiriéndose a la frontera entre Alemania occidental y oriental.

línea Lo más revelador fueron las cosas que no se discutieron

Análisis de Will Vernon, periodista de la BBC en Washington

Lo más probable es que Vladimir Putin esté contento con el desarrollo de esta entrevista.

Tucker Carlson permitió que el líder del Kremlin hablara extensamente con muy pocos desafíos.

Putin recicló sus trilladas falsedades sobre la historia de Ucrania (cree que es una invención moderna y no un país “real”), sus quejas históricas sobre la desintegración de la Unión Soviética y la expansión de la OTAN.

También habló extensamente sobre el inicio de la invasión a gran escala en Ucrania, repitiendo sus falsas afirmaciones de que Rusia no atacó a Ucrania; Moscú, según Putin, sólo estaba respondiendo a amenazas a su seguridad nacional.

Lo más revelador no fue lo que se discutió, sino las cosas que no se discutieron.

Tucker Carlson no hizo ningún intento de presionar a Vladimir Putin sobre los crímenes de guerra cometidos por soldados rusos, el traslado forzoso de niños ucranianos a Rusia (por lo que la CPI emitió una orden de arresto contra Putin), el asesinato de rivales políticos o el encarcelamiento del líder de la oposición Alexei Navalny.

Sin embargo, se habló del periodista encarcelado del Wall Street Journal, Evan Gershkovich. Vladimir Putin afirmó: “Los servicios especiales están en contacto entre sí. Están hablando... Creo que se puede llegar a un acuerdo”.

A continuación, el presidente ruso dejó caer una insinuación. Mencionó a “una persona, [que] por sentimientos patrióticos, eliminó a un bandido en una de las capitales europeas… durante los acontecimientos en el Cáucaso”.

Es casi seguro que se refiere a Vadim Krasikov, un asesino del FSB actualmente en prisión en Alemania después de matar a tiros a un georgiano, Zelimkhan Khangoshvili, en un parque de Berlín en 2019. El año pasado, hubo informes no confirmados de que Rusia está tratando de involucrar a Krasikov en una especie de intercambio de prisioneros por Evan Gershkovich.

jueves, 11 de agosto de 2022

_- Entrevista a Rafael Poch de Feliu

_- ¿Quién tiene la culpa de la guerra en Ucrania?
Rusia se lleva la máxima condena por haber desencadenado la invasión en febrero, violando la integridad territorial de Ucrania con un discurso de su presidente que de hecho niega la soberanía de ese país considerado “artificial”. La oposición liberal rusa y el establishment occidental afirman que el motivo es que el régimen ruso busca consolidarse en el orden interno con lo que creía iba a ser una “corta guerra victoriosa”. Tiene sentido, pero esta versión silencia por completo los antecedentes de la invasión: más de veinticinco años ignorando los intereses de seguridad de Rusia y construyendo un esquema de seguridad europeo sin Rusia y contra Rusia. En diciembre Moscú presentó una lista de puntos para corregir eso advirtiendo de que si no se le hacía caso se tomarían “medidas militares”. Estados Unidos y la OTAN no hicieron caso y aceptaron el escenario bélico.

La responsabilidad del gobierno de Ucrania tiene que ver con su llegada al poder en 2014. Aquella mezcla de revuelta popular de un sector de la sociedad y de operación de cambio de régimen auspiciada por Estados Unidos y la Unión Europea, rompió el equilibrio entre las dos identidades nacionales que hasta entonces convivían democráticamente en el país, alternándose en su gobierno. Tomó el poder el nacionalismo ucraniano dominante en Ucrania occidental, furibundamente anti-ruso y decidido a imponer una identidad nacional contra Rusia y pro OTAN. Eso tenía consecuencias en el uso de la lengua rusa, que era la predominante en el país, y en la versión del pasado como una sucesión de desastres responsabilidad de los rusos. Ni la gran minoría rusa del país, ni otras minorías nacionales, ni la mayoría ruso-parlante del Este del país, aceptaron esa imposición, lo que dio lugar a diversos niveles de protestas contra el nuevo orden. En algunos lugares, como Járkov, se reprimieron con poca violencia, en otros con mucha violencia, por ejemplo en Odesa y Mariúpol, con grandes manifestaciones y muertos, y en otros se produjo un levantamiento armado, el caso del Donbás, al que el gobierno de Kíev respondió lanzando una “operación antiterrorista” que ha durado ocho años y ocasionado 14.000 muertos en los dos bandos, con la mayoría de las víctimas civiles en poblaciones contrarias al gobierno de Kiev. En ese clima de guerra civil, Rusia se anexionó Crimea, el territorio más disconforme y rusófilo de Ucrania. Fue la maniobra de consolación de Moscú ante el serio revés de la pérdida de Ucrania. Desde entonces la OTAN ha estado armando a Ucrania para una revancha militar contra Rusia. Sin estar Ucrania en la OTAN, la OTAN si estaba en Ucrania y entre otras cosas formó a 80.000 soldados ucranianos entre 2015 y 2020. Kíev aprobó también una nueva doctrina militar que preveía la reconquista de Crimea y en septiembre de 2021 se firmó una alianza con Estados Unidos sobre ese guion. Así que cuando Putin dice que “el ataque contra Crimea y el Donbás era solo una cuestión de tiempo”, el asunto parece tener fundamento. Son, podríamos decir, las circunstancias del crimen de Rusia en Ucrania.

La Unión Europea es responsable por haberse negado a incluir a Rusia en el acuerdo económico que propuso a Ucrania en 2013 de forma excluyente, pese a que el 40% del comercio ucraniano era con Rusia. El rechazo de aquel acuerdo desencadenó la revuelta contra el gobierno ucraniano, tan corrupto y oligárquico como el que le sucedió (por eso digo que lo de 2014 fue una “revolución fallida”), pero que solo se diferenciaba en la disciplina exterior. Azuzada por los bálticos y los polacos, estrictamente alineados con Estados Unidos, la Unión Europea ha sido incapaz de formular una política autónoma. En 2008 se invitó formalmente a Ucrania a adherirse a la OTAN cuando solo el 20% de los ucranianos deseaban tal adhesión, frente a un 35% que prefería una alianza militar con Rusia y otro 30% la neutralidad. Después de 2014 Francia y Alemania dejaron languidecer los acuerdos de Minsk para una solución pacifica de la guerra civil en el Donbás, acuerdos que Estados Unidos rechazaba, y, como consecuencia, también Kíev, que los había suscrito... Así que aunque los niveles de responsabilidad de cada uno de los participantes sean diferentes y puedan ser objeto de discusión, no veo parte inocente en este conflicto más allá de la sufrida población civil.

¿Qué consecuencias puede tener esta guerra para Rusia?
No veo desenlace positivo alguno para Rusia. Las cosas pueden ir mal o muy mal para Moscú. En la mejor de las suposiciones, si Rusia consigue imponerse militarmente en todo el sureste de Ucrania, llegando hasta Odesa y dejando a Ucrania sin acceso al mar Negro, lo que es mucho suponer, el resultado no será estable. La incorporación de más territorios a Rusia —estoy pensando en la región de Jersón— o la organización de administraciones rusófilas será contestada. Por pequeña que sea, cualquier resistencia armada obligará a esas administraciones a ejercer la represión.

Por otro lado, todo lo que Rusia buscaba; alejar las infraestructuras y fronteras de la OTAN de su territorio, desmilitarización de Ucrania, rebajar la hostilidad hacia Rusia del gobierno ucraniano y mermar la influencia de la extrema derecha en él (lo que llaman “desnazificación”), todo eso ha empeorado. Está claro que lo que quede de Ucrania será aún más hostil a Rusia que lo que había. Finlandia aporta 1.300 kilómetros más de frontera directa con la OTAN. Si todo eso es un desastre, el desprestigio sin precedentes de Rusia en Occidente y la revigorización de aquella OTAN en “muerte cerebral” (Macron dixit), aún lo es más.

Las sanciones contra Rusia no tienen precedentes para un país tan grande e importante y le harán mucho daño, pero no creo que la dobleguen. Los casos de Cuba, Corea del Norte e Irán, sugieren que las sanciones hacen daño pero no doblegan. Y lo peor es que no están enfocadas a una negociación, sino que son incondicionales. La presidenta de la Comisión Europea, la incompetente y acérrima atlantista Ursula von der Leyen, ha dicho que el objetivo de las sanciones es, “desmantelar, paso a paso, la potencia industrial de Rusia”. Occidente quiere un cambio de régimen en Rusia y lo va a obtener. No porque vaya a saltar Putin, su apoyo popular es del 70% aunque puede ser efímero, sino porque el régimen ruso se va a endurecer, reformulando definitivamente sus alianzas internacionales. Las sanciones van a cambiar la vida de la clase media rusa, cierto consenso de la juventud con el Kremlin hacia la tesis de que esta guerra es una respuesta del país a una “amenaza existencial”, la reacción a la inusitada rusofobia imperante en Europa, todo eso, transformará la vida y la mentalidad de muchos rusos en una dirección muy negativa. Ese va a ser el verdadero cambio de régimen a medio plazo. Resumiendo, Rusia ha perdido Ucrania definitivamente y, seguramente, a más largo plazo, estamos asistiendo al principio del fin de Putin.

¿Cómo puede quedar la Unión Europea después de todo esto?
Mucho más sometida a Estados Unidos en política exterior y de defensa. La UE mantenía un fluido comercio energético con Rusia, era el principal socio comercial de China y la OTAN se encontraba en “muerte cerebral”. Ahora todo eso se ha revertido gracias a la guerra. Asistimos al fin de los propósitos integradores de Rusia en Alemania, así como a lo que quedaba de la voluntad francesa de una mayor autonomía exterior y militar europea. Se consolida un eje de los vasallos de Estados Unidos en Europa, con Inglaterra, los bálticos, Polonia, etc., alternativo a los tímidos impulsos autonomistas franco-alemanes. Como resultado, una Unión Europea subalterna de la OTAN, perjudicada por sus propias sanciones contra Rusia y mucho más implicada en la presión geopolítica de Washington contra China. Por primera vez, la primera visita asiática del canciller alemán no ha sido a China, principal socio comercial de la UE, sino a Japón. Ahora, en junio, la OTAN va a incorporar definitivamente preparativos militares de guerra contra China en su “nuevo concepto estratégico” que se aprobará en la cumbre de Madrid.

¿Qué puede decir de la actitud de China?
Cuando firmaron en febrero su gran acuerdo “sin límites” con Rusia, encaminado a contener la influencia de EE. UU., los chinos no sabían que Putin preparaba una invasión de Ucrania. Ante la situación creada, Pekín ha subrayado el respeto a la soberanía e integridad de Ucrania y al mismo tiempo se opone a la “seguridad contra Rusia y a expensas de Rusia” que se ha instalado en Europa. Su viceministro de exteriores, Le Yucheng ha dicho que “la OTAN debería haber respetado su promesa de no expandirse al Este” y que “los países pequeños no deben ser usados como peones por los grandes”. En la ONU se ha abstenido y no apoya los vetos a Rusia, sin reconocer por ello los referéndums de Crimea y Donbás, por miedo a que algún día haya un referéndum parecido en Taiwán que se vuelva contra ella.

China no ha cedido a las presiones europeas de sumarse a las sanciones contra Rusia que la UE le exigió en la tensa cumbre del pasado 1 de abril. La presentadora de televisión china Liu Xin resumió así la petición de Estados Unidos y la Unión Europea: “ayúdame a luchar contra tu socio ruso para que luego pueda concentrarme mejor contra ti”. Un mes después de aquella cumbre, el presidente Xi Jinping le dijo al canciller Olaf Scholz que “la seguridad europea debe estar en manos de los europeos”, un apremio a que se emancipe de una vez.

El castigo occidental a Rusia es un espejo para China, pero China es otra cosa. Tiene una economía diez veces mayor que la rusa, pero menos autosuficiente y fuertemente integrada con el resto del mundo. Las sanciones pueden hacerle mucho más daño, pero también dañarían a quienes las impongan y a los 120 países que mantienen intensas relaciones comerciales con ella. Sería una conmoción mundial. China dispone de las mayores reservas en divisas del mundo: 3,25 billones de dólares, gran parte de ellas almacenadas en Estados Unidos y la UE. Se las pueden confiscar, como han hecho con los 300.000 millones de los rusos, pero ¿con qué consecuencias? En veinte años las reservas chinas en dólares se han reducido preventivamente del 79% al 60% del total, pero no es fácil reducir rápidamente el monto de las reservas en dólares ni construir sistemas de pagos alternativos fuera del alcance de las sanciones occidentales. Con todas estas incógnitas sin despejar, se constata la escalada militar occidental alrededor de Taiwán. Todo muy preocupante.

¿Hay posibilidades de negociación de paz a un plazo razonable en Ucrania, o la guerra va para largo?
Para ello debería haber interés y claridad militar. Rusia solo negociará cuando alcance un mínimo de objetivos en el campo de batalla, por ejemplo el control total del Donbás, del que ya no está tan lejos. Estados Unidos y la Unión Europea de momento prefieren poner los esfuerzos en sangrar a Rusia en una larga guerra de desgaste. La ayuda estadounidense de 53.000 millones a Ucrania, equivalente casi al presupuesto militar ruso, lanza una señal inequívoca al respecto. El gobierno ucraniano, que ahora mismo está siendo derrotado en toda regla en Ucrania oriental, no puede negociar sin ser acusado de traición por la ultraderecha nacionalista. O sea, de momento tenemos varios meses de guerra garantizados por delante.

Se está responsabilizando a Rusia de agravar la frágil situación alimentaria de muchos países del sur al impedir la exportación de grano ucraniano por el bloqueo militar de los puertos del mar Negro.

Rusia y Ucrania suministran el 30% de la exportación global de trigo. Ambas son también grandes exportadoras de cebada, maíz, semillas de girasol y aceite de girasol. Gran parte de esa exportación va al sur, en Asia, Oriente Medio, África del Norte y subsahariana, donde se localizan algunos de los países más pobres del mundo, que ya estaban al límite por los efectos de las subidas de precios, los estreses producidos por la pandemia y las habituales lacras; guerra, corrupción, desigualdad, mala administración… Desde la OTAN se dice que el bloqueo ruso de los puertos ucranianos es el motivo del aumento cuantitativo del hambre que pronostica el Programa Alimentario de la ONU: 47 millones más de hambrientos, pasando su número total de los 276 millones de este año a 323 millones. Pero Rusia exporta mucho más que Ucrania: el 20% del trigo, harinas y derivados, frente al 8,5% de Ucrania. Por eso, lo que no dice la OTAN, la UE y EE. UU. —y con ellos el grueso de nuestros medios de comunicación— es que en la génesis de ese peligro las sanciones occidentales contra Rusia son mucho más significativas que el bloqueo ruso de puertos ucranianos.

Las sanciones impiden la exportación del grano ruso. Los barcos no pueden acceder al puerto ruso de Novorosiisk, en la costa oriental del mar Negro, desde el que se exporta el 50% del grano ruso, porque las compañías de seguros no cubren el tráfico de esos barcos y los que llevan bandera rusa no pueden usar las infraestructuras portuarias en Occidente. Además, Rusia no puede cobrar ese comercio de grano, porque los sistemas de pago están bloqueados y los bancos internacionales cerrados para su actividad. Un segundo aspecto por el que las sanciones agravan la situación tiene que ver con los fertilizantes. Su precio se ha incrementado a causa del aumento del precio del gas con el que se producen. Rusia y Bielorrusia son el primer y el sexto productor mundial de ellos, respectivamente. Juntas representan el 20% de la producción global. Y ambas están sometidas a sanciones.

Así que no puede decirse, como afirman la UE/OTAN y EE. UU., que el responsable sea Rusia, o solo Rusia.

Es más exacto decir que las sanciones occidentales contra su adversario geopolítico en este conflicto son un factor de incremento del hambre más importante que el bloqueo de los puertos ucranianos. Pese a eso, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen —de nuevo este funesto personaje—, dijo el 24 de mayo en Davos que “Rusia está bombardeando silos en Ucrania, bloqueando barcos cargueros ucranianos llenos de trigo y girasol y acaparando su propia exportación de alimentos como una forma de chantaje. Eso es usar el hambre y el grano como recurso de poder”. La ministra de exteriores canadiense, Mélanie Joly, ha dicho que “debemos garantizar que esos cereales se envían al mundo, de lo contrario millones de personas pasarán hambre”. Si tanto les preocupa el hambre, deberían empezar por replantearse sus sanciones…

Lo que en realidad se abre paso con estas declaraciones es una campaña para romper militarmente con barcos de guerra el bloqueo ruso de la costa ucraniana, alegando “catástrofe humanitaria”. Es decir, de nuevo el conocido recurso de la “catástrofe humanitaria” para promocionar una escalada militar.

¿Cómo ve esta guerra en el marco del mundo actual?
Siempre digo que es una dramática pérdida de tiempo. Los problemas del siglo, en primer lugar el calentamiento global, no son estáticos, sino que se incrementan con el tiempo si no se afrontan. En lugar de movilizar a sus sociedades para afrontar los retos del siglo y la preservación del planeta, las elites las están movilizando para la lucha contra sus rivales geopolíticos. La consecuencia será que el incremento de la temperatura supere los dos grados este siglo, lo que anuncia grandes catástrofes Todo eso se está gestando ahora con las actuales guerras, por lo que es una dramática pérdida de tiempo.

[Fuente: Pasos a la Izquierda]

viernes, 25 de marzo de 2022

¿De qué sirve condenar a los demás por crímenes que uno está dispuesto a cometer?

Hace unos días, un periodista le preguntó al presidente Biden cuando salía de un acto público si creía que Putin es un criminal de guerra. Inicialmente, el presidente dijo secamente que no y siguió andando. Enseguida, sin embargo, se dio la vuelta y rectificó: «creo que es un criminal de guerra».

Yo creo que lleva razón.

El Tribunal de Nuremberg de 1945 sentenció que «iniciar una guerra de agresión no es sólo un crimen internacional; es el crimen internacional supremo que se diferencia únicamente de otros crímenes de guerra en que contiene dentro de sí mismo el mal acumulado del conjunto».

No hace falta ser un jurista sofisticado para deducir que lo que está haciendo la Rusia de Putin en Ucrania encaja perfectamente en la definición de crimen de guerra y, por tanto, que el líder ruso merecería ser juzgado por ello. Pero, ¿bastaría con eso?

¿Qué valor tiene achacar la comisión de un crimen a otro cuando no se está dispuesto a reconocer las acciones igualmente criminales que ha cometido quien acusa?

¿No fueron crímenes de guerra en Vietnam? ¿No fue un crimen de guerra la invasión de Irak? ¿O los bombardeos en la antigua Yugoslavia? ¿O el inicio de la guerra de Yemen, Libia, Siria..? ¿O los cometidos por las tropas de Estados Unidos al salir de Afganistán, como ha denunciado Amnistía Internacional, o los de Israel en Palestina? ¿No es un crimen de guerra la llamada «justicia repentina» que llevan a cabo y de la que se jactan las autoridades estadounidenses? ¿No fueron crímenes los golpes de Estado en docenas de países inspirados y apoyados por los líderes de Estados Unidos tras lo que se asesinaron a miles de personas? ¿O el uso de drones para matar a niños inocentes e indefensos?

Putin debe responder de lo que está haciendo. Por supuesto que sí. Pero ¿con qué fuerza moral le pueden pedir cuentas quienes están dispuestos a seguir cometiendo, encubriendo o dejando de condenar otros hechos tan horrendos como los que Rusia está llevando a cabo ahora en Ucrania?

¿Cómo puede pedir justicia Estados Unidos si la doctrina que prevalece en aquel país es que nadie puede perseguir los crímenes que cometan sus dirigentes? ¿Cómo va a recurrir Estados Unidos a la Corte Penal Internacional para que juzgue a Putin cuando la Orden Ejecutiva del presidente Trump la amenaza si se atreve a “investigar, arrestar, detener o procesar a personal de Estados Unidos sin su consentimiento”? Y, por supuesto, cuando ni siquiera la reconoce como tal, lo mismo que ocurre, significativamente, con Rusia, China o Israel, entre algún otro país menor.

¿Dónde nos lleva combatir la infamia con infamia, el terror con el terror, el desprecio a las normas con su desobediencia, la violencia con más violencia, el horror con el horror?

¡Cómo se van a poder arreglar los problemas del mundo mientras que sus grandes potencias pidan justicia para otros sin sentirse obligadas a no cometer ellas mismas los crímenes que condenan en los demás!

https://juantorreslopez.com/de-que-sirve-condenar-a-los-demas-por-crimenes-que-uno-esta-dispuesto-a-cometer/

domingo, 6 de marzo de 2022

Entrevista a Noam Chomsky. “Estamos en un momento crucial de la historia de la humanidad. No se puede negar. No se puede ignorar”

La invasión rusa de Ucrania ha cogido a gran parte del mundo por sorpresa. Es un ataque no provocado e injustificado que pasará a la historia como uno de los mayores crímenes de guerra del siglo XXI, sostiene Noam Chomsky en esta entrevista exclusiva que ha concedido a Truthout y que ofrecemos a continuación.

Las motivaciones políticas, como las citadas por el presidente ruso Vladímir Putin, no pueden utilizarse como argumento para justificar el inicio de una invasión contra una nación soberana. Sin embargo, ante esta horrible invasión, “Estados Unidos debe optar por la diplomacia de modo urgente” en lugar de la escalada militar, ya que esta última podría constituir una “sentencia de muerte para la especie, sin vencedores”, afirma Chomsky.

C. J. Polychroniou: Noam, la invasión rusa de Ucrania ha cogido a la mayoría de la gente por sorpresa y ha causado gran conmoción por todo el mundo, aunque muchos elementos indicaban que Putin estaba bastante alterado por la expansión de la OTAN hacia el este y la determinación de Washington de no tomarse en serio sus exigencias en materia de seguridad de no traspasar la “línea roja” respecto a Ucrania. ¿Por qué cree que ha decidido iniciar una invasión en este momento?

Noam Chomsky: Antes de responder a la pregunta debemos constatar algunos hechos que son incontestables. El más crucial es que la invasión rusa de Ucrania es un grave crimen de guerra comparable a la invasión estadounidense de Irak y a la invasión de Polonia por parte de Hitler-Stalin en septiembre de 1939, por poner sólo dos ejemplos relevantes. Es razonable buscar explicaciones, pero no hay ninguna justificación ni atenuante.

Volviendo a la pregunta, hay un despliegue de invectivas plenas de convencimiento acerca de la mente de Putin. El relato habitual es que está atrapado en fantasías paranoicas, que actúa solo, rodeado de cortesanos rastreros como los que conocemos aquí en lo que queda del Partido Republicano que viaja hasta Mar-a-Lago buscando la aprobación del Líder.

La avalancha de improperios podría ser acertada, pero quizá habría que considerar otras posibilidades. Quizá Putin quiso decir lo que él y sus aliados han estado diciendo alto y claro durante años. Podría ser, por ejemplo, que “dado que la principal exigencia de Putin es la garantía de que la OTAN no aceptará a más miembros, y en concreto a Ucrania o Georgia, obviamente no habría existido ninguna motivación para la crisis actual si no hubiera habido una expansión de la alianza atlántica tras el final de la Guerra Fría o si la expansión hubiera tenido lugar de acuerdo con la construcción de una estructura de seguridad en Europa que incluyera a Rusia”. El autor de estas palabras es Jack Matlock, exembajador de Estados Unidos en Rusia, uno de los pocos expertos en Rusia solventes del cuerpo diplomático estadounidense; las escribió poco antes de la invasión. Continúa y concluye que la crisis “puede resolverse fácilmente aplicando el sentido común… Desde cualquier punto de vista, el sentido común apunta que a Estados Unidos le interesa promover la paz, no el conflicto. Tratar de desprender a Ucrania de la influencia rusa –el objetivo declarado de los que agitaron las “revoluciones de colores”– fue una misión absurda y peligrosa. ¿Tan pronto hemos olvidado la lección de la crisis de los misiles de Cuba?”.

Matlock no está solo. En las memorias del jefe de la CIA, William Burns, otro de los pocos auténticos expertos en Rusia, se llega a las mismas conclusiones sobre las cuestiones de fondo. La postura aún más firme de George Kennan [diplomático] ha recibido amplia cobertura tarde, que también ha sido respaldada por el exsecretario de Defensa William Perry y, fuera de las filas diplomáticas, por el célebre académico de relaciones internacionales John Mearsheimer y numerosas figuras que difícilmente podrían ser más convencionales.

Nada de esto es incierto. Los documentos internos de Estados Unidos publicados por WikiLeaks revelan que la imprudente oferta de Bush II a Ucrania para entrar en la OTAN provocó enseguida duras advertencias por parte de Rusia indicando que la expansión de la amenaza militar era intolerable. Es comprensible.

A propósito, también podemos tomar nota sobre ese extraño concepto de “la izquierda” que aparece regularmente para vituperar a “la izquierda” por su insuficiente escepticismo acerca de la “línea del Kremlin”…

La crisis se ha estado gestando durante 25 años mientras Estados Unidos menospreciaba de un modo despectivo las inquietudes rusas en materia de seguridad

El hecho es que, para ser sinceros, no sabemos por qué se tomó la decisión, ni siquiera si la tomó Putin en solitario o el Consejo de Seguridad ruso en el que él desempeña el papel principal. Hay, sin embargo, algunas cosas que sí sabemos con bastante seguridad, incluidos los documentos examinados con cierto detalle por las personas que acabo de citar, que han ocupado altos cargos dentro del sistema de planificación. En resumen, la crisis se ha estado gestando durante 25 años mientras Estados Unidos menospreciaba de un modo despectivo las inquietudes rusas en materia de seguridad, en particular sus claras líneas rojas: Georgia y especialmente Ucrania.

Hay buenas razones para creer que esta tragedia podría haberse evitado hasta el último minuto. Ya lo hemos discutido anteriormente, en repetidas ocasiones. En cuanto a por qué Putin ha iniciado la criminal agresión en este momento, podemos especular todo lo que queramos. Pero el trasfondo inmediato no es incierto; se elude, pero no se discute.

Es fácil entender que los que sufren las consecuencias consideren que es de una complacencia inaceptable indagar por qué ocurrió y si se podría haber evitado. Comprensible, pero equivocado. Si queremos responder a la tragedia de modo que ayude a las víctimas y evite las catástrofes aún peores que se avecinan, es prudente y necesario aprender todo lo que podamos sobre lo que salió mal y cómo se podría haber corregido el rumbo. Los gestos heroicos pueden ser gratificantes. No son útiles.

Como tantas otras veces, recuerdo una lección que aprendí hace mucho tiempo. A finales de la década de 1960, participé en una reunión en Europa con algunos representantes del Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur (el ‘Vietcong’, en la jerga estadounidense). Fue durante el breve periodo de intensa oposición a los espantosos crímenes de Estados Unidos en Indochina. Algunos jóvenes estaban tan enfurecidos que pensaban que la reacción violenta era la única respuesta adecuada a las monstruosidades que estaban teniendo lugar: romper ventanas en Main Street, bombardear un centro del Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva. Cualquier otra cosa equivalía a ser cómplice de crímenes terribles. Los vietnamitas veían las cosas de forma muy distinta. Se opusieron firmemente a todas esas medidas. Presentaron su modelo de protesta efectiva: unas cuantas mujeres de pie, rezando en silencio, ante las tumbas de los soldados estadounidenses muertos en Vietnam. No les interesaba lo que los estadounidenses que se oponían a la guerra hacían para sentirse justos y respetables. Querían sobrevivir.

Es una lección que a menudo he escuchado, de una u otra forma, a las víctimas del horrible sufrimiento en el hemisferio sur, el principal objetivo de la violencia imperial. Una lección que deberíamos tomar en serio, adaptada a las circunstancias. Hoy eso significa un esfuerzo por comprender por qué ha ocurrido esta tragedia y qué se podría haber hecho para evitarla, y aplicar estas lecciones a lo que viene después.

La cuestión cala hondo. No hay tiempo para repasar aquí este asunto de vital importancia pero, en repetidas ocasiones, la reacción ante una crisis real o imaginaria ha sido sacar la pistola en lugar de la rama de olivo. Es casi un acto reflejo, y las consecuencias han sido generalmente espantosas para las víctimas tradicionales. Siempre vale la pena tratar de entender, anticiparse un poco a las posibles consecuencias de la acción o la inacción. Son perogrulladas, por supuesto, pero vale la pena insistir porque se descartan tan fácilmente en tiempos de arrebato justificado.

¿Qué opciones hay?
Las opciones que quedan tras la invasión son desalentadoras. La menos mala es el apoyo a las opciones diplomáticas que aún existen con la esperanza de lograr un resultado parecido al que era muy probable alcanzar hace unos días: la neutralización de Ucrania al estilo austriaco, una versión del federalismo de Minsk II. Mucho más difícil de lograr ahora. Y –necesariamente– con una vía de escape para Putin, o el resultado será aún más nefasto para Ucrania y para todo el mundo, quizá más allá de lo inimaginable.

Es muy injusto. ¿Pero cuándo ha prevalecido la justicia en los asuntos internacionales? ¿Es necesario revisar el atroz historial una vez más?

Nos guste o no, las opciones se reducen ahora a un feo desenlace que premia en lugar de castigar a Putin por el acto de agresión o la fuerte posibilidad de una guerra terminal. Puede parecer gratificante arrinconar al oso en un rincón desde el que arremeterá a la desesperada, y puede hacerlo. No es sensato.

Entretanto, deberíamos hacer todo lo posible para ofrecer un apoyo significativo a quienes defienden valientemente su patria contra crueles agresores, a quienes escapan de los horrores y a los miles de valientes rusos que se oponen públicamente al crimen de su Estado asumiendo gran riesgo personal, una lección para todos.

Y también deberíamos tratar de encontrar formas de ayudar a un tipo de víctima más general: todas las especies que habitan la Tierra. Esta catástrofe ha tenido lugar en un momento en el que todas las grandes potencias, y de hecho todos nosotros, debemos trabajar juntos para controlar el gran azote de la destrucción medioambiental que ya se está cobrando un precio desastroso, y que pronto será mucho peor si no se realizan grandes esfuerzos rápidamente. Para hacer ver lo obvio, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) acaba de publicar la última y más ominosa de sus evaluaciones periódicas sobre cómo nos dirigimos hacia la catástrofe.

Entretanto, las medidas necesarias están estancadas, incluso en retroceso, ya que se dedican recursos muy necesarios a la destrucción y ahora el mundo se encamina a ampliar el uso de los combustibles fósiles, incluido el más peligroso y convenientemente abundante, el carbón.

Un demonio malévolo difícilmente podría idear una coyuntura más grotesca. No se puede ignorar. Cada momento cuenta.

La invasión rusa es una clara violación del artículo 2(4) de la Carta de la ONU, que prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial de otro Estado. Sin embargo, durante su discurso del 24 de febrero, Putin trató de ofrecer fundamentos jurídicos para la invasión y Rusia cita a Kosovo, Irak, Libia y Siria como prueba de que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional repetidamente. ¿Puede comentar los fundamentos jurídicos de Putin para la invasión de Ucrania y la situación del derecho internacional en la era posterior a la Guerra Fría?

No hay nada que decir sobre el intento de Putin de ofrecer un fundamento jurídico a su agresión. Su mérito es nulo.

Es cierto que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional sin pestañear, pero eso no ofrece ningún atenuante para los crímenes de Putin

Por supuesto, es cierto que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional sin pestañear, pero eso no ofrece ningún atenuante para los crímenes de Putin. Sin embargo, Kosovo, Irak y Libia tuvieron influencia directa en el conflicto de Ucrania.

La invasión de Irak fue un ejemplo de libro de los crímenes por los que los nazis fueron colgados en Nuremberg, pura agresión no provocada. Y un puñetazo en la cara de Rusia.

En el caso de Kosovo, la agresión de la OTAN (es decir, la agresión de Estados Unidos) fue declarada “ilegal, pero justificada” (por ejemplo, por la Comisión Internacional sobre Kosovo presidida por Richard Goldstone) sobre la base de que el bombardeo se llevó a cabo para poner fin a las atrocidades que estaban teniendo lugar. Ese juicio exigía invertir la cronología. Las pruebas de que la avalancha de atrocidades fue consecuencia de la invasión son abrumadoras: predecible, prevista, anticipada. Además, había opciones diplomáticas disponibles; como siempre, fueron ignoradas en favor de la violencia.

Altos funcionarios estadounidenses confirman que fue sobre todo el bombardeo de Serbia, aliada de Rusia –sin ni siquiera informarles de antemano–, lo que dio al traste con los esfuerzos rusos por colaborar de algún modo con Estados Unidos en la construcción de un orden de seguridad europeo posterior a la Guerra Fría, un retroceso que se aceleró con la invasión de Irak y el bombardeo de Libia después de que Rusia aceptara no vetar una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que la OTAN violó de inmediato.

Los acontecimientos tienen consecuencias; sin embargo, los hechos pueden quedar ocultos dentro del sistema dogmático.

El estatus del derecho internacional no cambió en el periodo posterior a la Guerra Fría, ni siquiera en las palabras, y mucho menos en los hechos. El presidente Clinton dejó claro que Estados Unidos no tenía intención de respetarlo. La Doctrina Clinton declaraba que Estados Unidos se reservaba el derecho a actuar “unilateralmente cuando fuera necesario”, incluido el “uso unilateral del poder militar” para defender intereses vitales como “garantizar el acceso sin trabas a mercados clave, suministros energéticos y recursos estratégicos”. También sus sucesores, y cualquiera que pueda violar la ley impunemente.

Eso no quiere decir que el derecho internacional no tenga valor. Tiene un rango de aplicabilidad, y es una norma útil en algunos aspectos.

El objetivo de la invasión rusa parece ser derribar el gobierno de Zelensky e instalar en su lugar uno prorruso. Sin embargo, pase lo que pase, Ucrania se enfrenta a un futuro desalentador por su decisión de convertirse en un peón en los juegos geoestratégicos de Washington. En ese contexto, ¿hasta qué punto es probable que las sanciones económicas logren que Rusia cambie su postura respecto a Ucrania? ¿O las sanciones económicas tienen como objetivo algo más grande, como socavar el control de Putin dentro de Rusia y los lazos con países como Cuba, Venezuela y posiblemente incluso la propia China?

Puede que Ucrania no haya tomado las decisiones más acertadas, pero no tenía nada parecido a las opciones que tenían los Estados imperiales. Sospecho que las sanciones llevarán a Rusia a depender aún más de China. Salvo que cambie seriamente de rumbo, Rusia es un estado petrolero cleptócrata que depende de un recurso que debe disminuir drásticamente o estamos todos acabados. No está claro si su sistema financiero puede resistir un ataque fuerte, mediante sanciones u otros medios. Razón de más para ofrecer una vía de escape con una mueca.

Los gobiernos occidentales, los principales partidos de la oposición, incluido el Partido Laborista en el Reino Unido, y los medios de comunicación corporativos se han embarcado en una campaña antirrusa chovinista. Los objetivos incluyen no sólo a los oligarcas rusos, sino también a músicos, directores de orquesta y cantantes, e incluso a propietarios de equipos de fútbol como Roman Abramovich, del Chelsea FC. Tras la invasión, incluso se ha prohibido a Rusia participar en Eurovisión en 2022. Es la misma reacción que los medios de comunicación corporativos y la comunidad internacional en general mostraron hacia Estados Unidos tras su invasión y posterior destrucción de Irak, ¿no?

Su comentario irónico es muy apropiado. Y podemos continuar por caminos demasiado conocidos.

¿Cree que la invasión dará inicio a una nueva era de confrontación continua entre Rusia (y posiblemente en alianza con China) y Occidente?

Es difícil saber dónde caerán las cenizas, y esto podría no ser una metáfora. Hasta ahora, China está actuando con cautela, y es probable que intente llevar adelante su amplio programa de integración económica de gran parte del mundo dentro de su sistema global en expansión –en el cual, hace unas semanas, incorporó a Argentina dentro de la iniciativa Cinturón y Ruta–, mientras observa cómo los rivales se destruyen entre ellos.

Como hemos comentado antes, la confrontación es una sentencia de muerte para la especie, sin vencedores. Estamos en un momento crucial de la historia de la humanidad. No se puede negar. No se puede ignorar.
Esta entrevista se publicó originalmente en Truthout.org.
Traducción: Paloma Farré.
C.J. Polychroniou es politólogo/economista político, escritor y periodista.
Fuente: https://ctxt.es/es/20220301/Politica/38974/Noam-Chomsky-guerra-Ucrania-Rusia-Putin-EEUU-OTAN-geopolitica-Polychroniou.htm

lunes, 5 de noviembre de 2018

_- Occidente teme la resurrección de la Unión Soviética

_- AVN


Las naciones occidentales tienen el temor de que la Unión Soviética, disuelta en 1991, resucite. De allí las medidas hostiles que asoman hacia Rusia, consideró el presidente Vladimir Putin en una entrevista que concedió a la cadena rusa Rossiya1, versionada por HispanTV. Putin dejó claro que el miedo que existe en occidente, es que "tienen una mentalidad estancada en la era de la Guerra Fría". y expresó que nadie quiere creerles de que ellos no se proponen volver a crear a la Unión Soviética. A pesar de que los líderes occidentales creen en el sistema bipolar, este se ha derrumbado y en consecuencia, "hay que aceptar las nuevas realidades pero ellos no lo han hecho", cita HispanTV.

Y un ejemplo de ese temor occidental de la resurrección de la Unión Soviética -expuso el mandatario-puede ser la crisis de Ucrania y la injerencia estadounidense y sus aliados en el país europeo. Para la máxima autoridad de Rusia, no se trata de que Estados Unidos haya querido ayudar a los ucranianos, como suelen exponer, sino el temor a la resurrección de la URSS.

Recuerda HispanTV que el conflicto que se presentó en el este de Ucrania, intensificado posteriormente en 2014, hasta el momento ha dejado unas 8 mil personas muertas y 1.6 millones de seres desplazados internamente, de acuerdo a cifras que dio a conocer la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Finalmente, reseña HispanTV que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, se han deteriorado drásticamente y a niveles de la Guerra Fría, según analistas. Ambos países se acusan mutuamente, de haber generado la crisis ucraniana.

Fuente.
http://www.avn.info.ve/contenido/occidente-teme-resurrecci%C3%B3n-uni%C3%B3n-sovi%C3%A9tica

lunes, 17 de septiembre de 2018

Entrevista a Alberto García Watson, reportero freelance y analista internacional asentado en Líbano "Dejar caer Idlib en manos del Estado sirio representaría abandonar el proyecto de anexión turco en la región"

17-09-2018

Lorenzo Palacios
Rebelión

Hoy lunes se produce una importante reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin y su contraparte turco, Recep T. Erdogan. De esta renuión se espera que haya claridad respecto al destino de Idlib, último reducto yihadista que queda en Siria y el cual definirá esta guerra sangrienta en la cual se ha enfrentado una gran cantidad de potencias e intereses extranjeros. Para entender mejor el contexto de etsa reunión y qué se pueda esperar de ella, hemos sostenido una conversación con Alberto García Watson, asentado en El Líbano, reportero y analista internacional freelance en Oriente Medio, que ha colaborado entre otros medios con HispanTV, Presstv, Al Etejahtv, Al Sahartv, Telesur y laRepublica.es.

1. La solución política al conflicto en Siria hoy parece estar estancada, con EEUU, Europa y Turquía defendiendo el status quo en Idlib, con Assad sin mucho margen de maniobra con la oposición, con los kurdos ocupando una tercera parte del país bajo el patrocinio de EEUU, y con Rusia tratando de equilibrar sus relaciones con Assad y con Erdogan. ¿Cómo ves el actual equilibrio y cuáles son las fuerzas claves en las actuales circunstancias?

Lo verdaderamente perceptible es que la República Árabe Siria está ganando la guerra a los ejércitos irregulares yihadistas que Occidente, Israel, las monarquías wahabitas del Golfo y la entidad sionista han utilizado a modo de “mercenariado libertario” para derrocar al gobierno de Al-Assad e implementar el mantra del “cambio de régimen”.

Tan sólo un 5% del territorio sirio permanece bajo control de insurgentes takfires, así como un porcentaje cercano al 25% de este territorio bajo el control de milicias kurdas en el marco del grupo autodenominado SDF (Fuerzas Democráticas Sirias), una milicia creada y financiada por EE.UU para controlar el norte de Siria donde se concentran las mayores reservas petrolíferas y gasísticas de este estado árabe. El fracaso en el desmembramiento de Siria por parte del imperialismo norteamericano ha llevado a estos últimos a recurrir a un Plan B, propiciar desde el hipotético desmembramiento de un estado kurdo que sirva como referente para una paulatina balcanización en base a conceptos étnico/religiosos, una vez agotadas las fórmulas terroristas aplicadas sobre Siria desde el comienzo del conflicto.

2. Después de que todo parecía indicar que habría una ofensiva en Idlib, Turquía ha movido sus fichas y Rusia ha echado pie atrás. Después de que Lavrov insistiera en acabar con los "terroristas", de defender el derecho del gobierno sirio a recuperar todo el territorio y a la unidad de Siria, hoy Lavrov parece abandonar a Assad y correr a los brazos de Erdogan, diciendo que no habrá ofensiva militar en Idlib y al parecer aceptando la partición y la balcanización siria. ¿A qué juega Putin? ¿Cree usted que los rusos están en un jaque mate o que la actual intervención rusa ha demostrado al mundo y dejado al desnudo los límites precisos del poder de este país?

La ofensiva sobre Idlib, el último reducto terrorista en Siria, representa en estos momentos una más que compleja propuesta militar. Aproximadamente 3 millones de civiles sirios habitan esta provincia que en los últimos años se ha fortificado militarmente a la espera de esta ofensiva gubernamental.

Erdogan se ha alineado a las potencias occidentales, en su oposición a una ofensiva que libere esta ciudad norteña del control que las diferentes franquicias de Al Qaeda que conforman el abanico de lo que Occidente denomina “oposición moderada” ejercen sobre Idlib.

¿Preocupación por parte de Turquía en que se convierta en un baño de sangre? Turquía tiene un record bastante negativo en este aspecto, su apoyo incondicional a grupos yihadistas, cuya trayectoria insurgente está acompañada de terribles y brutales gráficas que muestran a Abu Sakkar, comandante del FSA (Ejército Libre Sirio) comiéndose el corazón de un soldado sirio en 2013 o la más reciente de un miembro de los “Cascos Blancos” e insurgente perteneciente a Nour al-Din al-Zenki, decapitando a un niño palestino de 11 años en Alepo. Grupo que recibía de los EE.UU hasta fechas recientes, importantes cargamentos de misiles anti-tanque.

Fuentes turcas no han ocultado el interés de Turquía en anexionarse Idlib por su localización estratégica y su vinculación histórica con el Imperio Otomano, así como mantener un margen de maniobra al norte de Siria que mantenga a raya a las fuerzas de EEUU. Dejar caer Idlib en manos del estado sirio representaría abandonar este proyecto de anexión, por eso su interés en ralentizar dicha ofensiva que en ojos de Ankara provocaría una masiva llegada de refugiados sirios a Turquía.

En otro aspecto, la buena sintonía que Erdogan mantiene con el líder ruso, Vladimir Putin, le permite mantener su opción militar en el norte de Siria donde combate a las milicias kurdas, el mayor peligro para Turquía y no ISIS o Al Qaeda, a quien Turquía “supuestamente” combate.

Putin en este momento mantiene una visión global del conflicto e intenta asimilarse la simpatía del mayor número de naciones con intereses en Oriente Medio, por lo que no arriesgará desencuentros a pesar de la postura de Turquía en su apoyo a terroristas takfiríes. Fuentes occidentales, señalan que las fuerzas rusas son el mayor garante del éxito de una ofensiva en Idlib, aunque lo cierto es que el peso de la ofensiva corre a cargo del ejército sirio, con el apoyo de las fuerzas rusas, el movimiento de resistencia libanés Hezbullah y diferentes milicias Chiítas venidas de Irak y Afganistán a las que unirse al menos 3.500 soldados de las fuerzas de élite del ejército chino que estarían ultimando su participación en la toma de Idlib.

3. Indudablemente el apoyo ruso a Siria ha tenido que ver con que es la puerta que tiene de acceso a una base en el Mediterráneo. Difícilmente otro país en la región, u otro líder en Siria que no sea Assad, podría garantizar ese acceso. ¿Por qué entonces Rusia se ha mostrado tan reacio a mejorar las defensas anti-aéreas de Assad que lo podrían proteger de ataques israelíes y norteamericano-europeos?

Es cierto que tras el bombardeo norteamericano contra el aeropuerto militar sirio en Shairat, tras el supuesto ataque químico en Jan Sheijún, (provincia de Homs), el pasado año así como otro ataque con misiles este mismo año por parte del régimen israelí, se ha abierto el debate sobre la capacidad de respuesta con que la defensa antiaérea siria cuenta. Siria cuenta con el sistema S-125 Pechora-M2, un modelo actualizado de defensa antiaérea considerado por algunos expertos como obsoleto pero protagonista del derribo en el cielo sirio de un dron norteamericano en 2012, así como de un caza F-4E turco que sobrevolaba en vuelo rasante la capital siria, Damasco en 2015, utilizando el sistema cañón-misil de fabricación rusa Pantsir S1, ambos sistemas de fabricación rusa con los que el ejército sirio cuenta desde 2012, 3 años de la entrada de Rusia en el conflicto en siria en septiembre de 2015.

La noche del pasado sábado, nuevamente fueron interceptados y derribados, misiles israelíes que tenían como objetivo el Aeropuerto Internacional de Damasco, muy cercano al recinto que alberga estos días la Feria Internacional de Damasco y que contaba con la presencia de medio millón de personas.

Ciertamente la defensa aérea siria no es el referente en poderío de las SAA (Ejército Árabe Sirio) y la prudencia de las fuerzas rusas en abastecer más material antiaéreo es interpretado por expertos como una medida que pueda prevenir una escalada de gran envergadura cuando los cazas de EE.UU. e Israel violan el espacio aéreo sirio, situación de frecuente asiduidad.

4. ¿Cuál es la razón por la cual EEUU y la UE se muestran tan reacios a una operación en Idlib que acabe con Al Qaeda? ¿Que es lo que buscan en esa región?

La liberación de Idlib es inminente y ello acarrearía la conclusión del grueso del conflicto en Siria. EEUU precisa como en todas las intervenciones militares “humanitarias” de larga duración, implantar su presencia militar, que ya cuenta con 14 bases militares en el norte de Siria, la explotación y el latrocinio de los recursos naturales y el asentamiento de un estado virtual kurdo con el beneplácito de Israel, que ya tiene firmados importantes contratos petroleros con el Kurdistán iraquí que curiosamente se encuentra asentado sobre los más ricos yacimientos petrolíferos en Irak.

5. ¿Cómo entender las claves de la política turca hacia Siria?

El propósito de la intervención turca en Siria puede resumirse en una breve frase, “Cambio de Régimen”. Desde el comienzo del conflicto en Siria protagonizado en un principio por la rama más radical de los “Hermanos Musulmanes”, una doctrina salafista y radical, auspiciada por el Reino Unido para combatir a los líderes árabes, panarabistas, nacionalistas, seculares y de Izquierda, desde Gamal Abdel Nasser en Egipto a nuestros días. Erdogan pertenece a la línea doctrinal de los “Hermanos Musulmanes” en Turquía, así como el Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas, en Palestina o la monarquía wahabita de Qatar, que financia a dichos grupos y que sostiene su cuota de protagonismo en la guerra en Siria al intentar imponer el establecimiento de un gaseoducto que trasladara gas qatarí, desde su territorio cruzando por Siria y Turquía para abastecer con el gas “low cost” de Qatar a la Unión Europea. La negativa siria a aceptar tal imposición unido al daño que esta situación representaría para los intereses gasísticos rusos en Europa, determinaron el posicionamiento sirio en este aspecto.

Qatar, el más generoso patrocinador del terrorismo yihadista junto con Arabia Saudí, castigó a Siria con la implementación de su concepto de “Primavera Árabe” comenzando en la primavera de 2011 con uno de los más atroces y brutales conflictos armados jamás registrados.

6. ¿Qué rol juegan los kurdos en todo esto? En su territorio aumentan las bases militares norteamaricanas, su relación parece cada vez más tensa con árabes y con cristianos, mientras refuerzan acciones guerrilleras en Afrin y buscan el diálogo con Assad. ¿Cree que estos acercamientos puedan llevar al conflicto a una nueva fase que acerque a estos dos actores?

Los sirios kurdos han visto la gran oportunidad de ver cumplido su sueño que pasa por el establecimiento de un estado kurdo en territorio sirio con la inestimable ayuda de los EEUU, más interesados en la explotación de los recursos naturales sirios que en los sueños de emancipación de grupo étnico alguno.

En este marco, milicias kurdas han elaborado un plan de limpieza étnica en territorio sirio, véase por ejemplo Hasaka, cuyas víctimas han sido la población árabe y muy especialmente a la comunidad cristiana, que los pasados días han visto como milicianos kurdos cerraban colegios cristianos en áreas bajo control kurdo/EEUU.

El posicionamiento de los kurdos en el norte de Siria, en detrimento de la población local árabe viene de la mano de mantener presencia militar norteamericana que proteja y aliente el control kurdo sobre territorio sirio, afianzando de esta manera mantener a raya a Turquía que rechaza la presencia de una entidad kurda en su misma frontera.

En el aspecto del acercamiento de los sirios/kurdos al gobierno de Al-Assad, es patente el interés del gobierno sirio en acabar con la ilegal ocupación militar turca en territorio soberano sirio y allí es donde kurdos y Al Assad, comparten enemigo común, el presidente Erdogan, un ultraconservador e islamista vs un tándem sirio y de izquierdas opuesto al establecimiento de un califato yihadista al servicio del islamismo globalizado.

7. ¿Cómo EEUU manejará la contradicción entre su apoyo a los kurdos y su relación con Turquía como miembro de la OTAN?

EEUU está ahogando económicamente a Turquía con brutales restricciones arancelarias, esto unido al rechazo de la Unión Europea de integrarle al club de los 28 (la UE) está provocando una importante crisis económica que precisa de decisiones urgentes. Mantener a su ejército en estado de alerta permanente es una situación que en el tiempo provocará que Turquía se termine plegando a los mandatos del Imperio.

8. ¿Cuáles son las alternativas que cree usted que tiene Assad para poder terminar este conflicto de manera lo más rápida e indolora posible? ¿Cree que la demanda de que dimita se mantendrá y que mientras no salga del poder no habrá solución en Siria?

Siete años de guerra y confrontación sectaria han determinado el rechazo de la población siria a la injerencia de las potencias occidentales afines a la confrontación sectaria protagonizadas por el extremismo takfire. Ha servido también para que los sirios rechacen las tesis “democratizadoras” foráneas proclives al desmembramiento y balcanización de una civilización con más de 10.000 años de historia.

Es por ello que es más que improbable que Assad dimita para propiciar una transición democrática en Siria, sobre todo porque el pueblo sirio habló en las últimas elecciones presidenciales de junio de 2014 donde el actual presidente acaparó la simpatía de más del 80% del electorado sirio en unas elecciones que contaron con verificadores internacionales que certificaron la limpieza del plebiscito.

9. ¿Qué podemos esperar de la reunión del lunes entre Putin y Erdogan? ¿por qué se excluyó a Rohani?

No es un secreto la animadversión que mutuamente se profesan Rohani y Erdogan. Esta antipatía podía haber sido la causa de no haber llegado en la cumbre de Teherán a acuerdos de mayor calado en relación a la ofensiva en Idlib.

Rohaní es favorable a una ofensiva inminente que libere Idlib de los miles de terroristas que mantienen secuestradas a más de 3 millones de civiles en esta provincia. Irán ha demostrado su compromiso al combate al terrorismo yihadista en los últimos años de guerra en Siria. En cambio Erdogan se opone a dicha ofensiva alegando el que se produciría un baño de sangre que provocaría un éxodo masivo a territorio turco, cuando es notorio su apoyo explícito a los grupos islamistas más radicales del conflicto.

Mantener las reuniones sin la presencia de uno de los líderes, podría propiciar alcanzar acuerdos que determinen el posicionamiento ruso en el final inminente del conflicto, que hasta la fecha ha sido de lealtad sin fisuras al pueblo sirio.

sábado, 27 de mayo de 2017

La conmemoración de la victoria sobre el nazismo en el contexto de la Tercera Guerra Fría

Alberto Betancourt Posada y Aldo Mier Aguirre Rebelión

El 9 de mayo se celebró el día de la victoria sobre el nazismo en un contexto de resurgimiento del neonazismo, una incipiente 3ª Guerra Fría (EEUU vs Rusia) y la formación de la superpotencia euroasiática Sino-rusa. El pueblo ruso realizó sin duda la mayor contribución a la derrota del fascismo y el nazismo; perdió 26 millones de personas, 11 millones de combatientes y sufrió la destrucción 2 100 ciudades y 30 mil industrias. La fuerza con la que la URSS resistió el mayor embate militar de la historia provino de su propia historia. Alexander Pushkin, ese prodigioso bisnieto de un príncipe etíope, llevado como esclavo a Rusia (lo que explica los rizos de su cabello) describió en su novela-en verso Eugenio Oneguin la historia de un hombre que decidió liberar a sus siervos, por lo que sus vecinos consideraron que había perdido la razón. En fecha posterior, en octubre de 1917 el pueblo ruso tuvo otro ataque colectivo de locura, cuando efectuó la gran revolución socialista que dio lugar a la fundación de la CCCP, federación de repúblicas soviéticas que resistió el embate nazi.

Ernst Mandel considera que tanto la primera como la segunda guerras mundiales fueron resultado de las pugnas interimperialistas e intercapitalistas ocasionadas debido a que la fase superior del capitalismo obligó a los estados nacionales a colocar sus capitales en el exterior, y a controlar regiones y sectores de la economía planetaria, para poder efectuar sus procesos de reproducción ampliada de capital. La revolución rusa ofreció en sus primeros años una alternativa al capitalismo, pero la formación de una rígida burocracia y la traición de los movimientos revolucionarios en España, Alemania y Francia, así como las purgas internas debilitaron al movimiento obrero internacional. El estallido de la 2ª guerra fue posible porque la burguesía internacional había obtenido triunfos contrarevolucionarios como la masacre de comunistas realizada por Chang Kai Shek, en Shangai, en China, España, el ascenso del fascismo en Italia y Alemania, la caída de la República española, el fracaso del Frente Popular en Francia y la derrota de la huelga general en Gran Bretaña. Fue en ese contexto que en 1941 el ejército nazi lanzó el más grande ataque militar de todos los tiempos para aniquilar a la URSS.

Los trabajadores soviéticos realizaron un esfuerzo extraordinario para derrotar al nazismo que había sentado sus reales en Italia, Alemania, Checoslovaquia, Austria, Hungría, Rumania, Polonia, Finlandia, Bélgica, Holanda y Francia. La tenacidad del pueblo ruso logró contener la ofensiva, replegarse organizadamente y resistir. Entre agosto de 1942 y juio de 1943, el pueblo soviético y específicamente rusos y ucranianos libraron y ganaron la batalla de Stalingrado que marcó el principal viraje de la guerra. En aquel momento el apoyo popular en la retaguardia fue crucial. Vasili Grossman narra en “Por una causa justa”, la intervención del minero Motorin en una asamblea: “Acabo de recordar que cuando yo era aún niño, el dueño de la mina donde trabajaba mi padre lo echó a la calle y mandó arrojar todas nuestras cosas del apartamento donde habíamos nacido mis dos hermanas y yo. Era otoño, como ahora... Llegaron los guardias, se congregaron algunos obreros... teníamos que marcharnos, pero dónde íbamos a ir si aquella era nuestra casa, la casa en la que habíamos vivido toda la vida... Cuando mi padre empezó a despedirse de la casa, lo miré y escuché sus palabras, de las que aunque ya tengo el pelo cano no he podido olvidarlas, sería imposible.... Camaradas comprenden a donde quiero llegar...” La asamblea acordó mejorar las cuotas de producción. Al igual que Motorin muchos trabajadores rusos estaban convencidos de que рабочая сила все переборет, всё преодолеет/“la fuerza obrera todo lo superará a todo se sobrepondrá”, Grossman, 2011 p771. Pese al estalinismo los trabajadores mantuvieron su voluntad de resistir. El esfuerzo fue heroico. Al concluir la guerra el régimen estalinista persiguió al propio movimiento obrero ruso y traicionó las revoluciones en Grecia e Italia. Pero, ¿como se recordó el día de la victoria en la Rusia post-socialista?

El pasado 9 de mayo Vladimir Putin se refirió al día de la victoria como un día sagrado y afirmó: hoy sabemos por documentos nazis que tenemos en nuestro poder que el estado mayor alemán pretendía esclavizar a una parte de la población y exterminar a otra. La victoria militar, afirmó, parió una nueva época libre de la tragedia. Una de las más graves amenazas del mundo actual, remató Putin lo constituye el surgimiento del neonazismo en el mundo. El diario Izvestia narró escenas del día del «Бессмертного полка», desfile inomortal en el que participaron 850 mil personas, muchas de las cuales, portaban retratos de sus familiares difuntos; fue un día lluvioso, mucha gente contaba historias con finales tristes, hubo muchas lágrimas. En la plaza Pushkin se transmitieron escenas de la película “Cuando pasan las cigüeñas”; un video reprodujo el momento histórico en que un locutor exclamó: «Фашистская Германия полностью разгромлена!»/La Alemania fascista ha sido completamente destruida. La gente recordó que en 1945 cuando se anunció la victoria muchas personas salieron a las calles llorando, se abrazaron y corearon hurras. En el desfile participaron uzbekos, tayikos, kirguises, armenios y georgianos.

Dice Perry Anderson en “Rusia Inconmensurable” (New Left Review 2014) que según Medvedev la elección de 1996 aparentemente ganada por Yeltsin y aplaudida por la Casa Blanca y Downing Street, fue ganada realmente por el comunista Zyuganov. Aunque, dice Anderson, a partir de ahí, Putin no ha requerido de fraudes electorales pues goza de una gran popularidad, aunque gobierna un país con una muy débil división de poderes y con presidencia dotada de superpoderes. Putin ha sido amigo de los empresarios. Mantiene el monopolio del gas pero solo el 49% del petróleo. Tiene impuestos más bajos que la mayoría de los países occidentales. Es menos violento que México y menos estatista que Brasil. Putin es consciente del repudio popular a la prikhvatizatsiya (la privatización que tiene cola que le pisen) de los noventas. Al expropiar Yukos y enfrentarse a Khodorkovsky mandó el claro mensaje de que permitiría el enriquecimiento pero no toleraría desafíos al estado. Su equipo desde que trabajaba con el alcalde de San Petersburgo lo integran neo-empresarios, agentes de seguridad, agentes financieros y abogados. Todos los políticos rusos han hecho dinero, pero Putin es una especie de gran árbitro entre millonarios y estatistas (siloviki). Según Gleb Pavlobski, citado por Anderson, Putin cree que fue una equivocación “dedicarnos a construir una sociedad justa en lugar de dedicarnos a hacer dinero”. Moscú ha abandonado cualquier pretensión de constituir una civilización alternativa al capital. Pero eso si, es un país celoso de su independencia y sus tradiciones.

Por nuestra parte podemos agregar que Rusia preocupa por las privatizaciones, el empeño por crear una burguesía nacional “a toda costa”, el autoritarismo, cierto aventurerismo militar y la fusión de lo político y lo religioso en un discurso nacionalista. En cambio Rusia refulge cuando: se opone al nazismo, defiende el derecho internacional, promueve el multilaterialismo y defiende la paz. Aunque sin duda, la mejor herencia del pueblo ruso la constituyen esos momentos en que se ha atrevido a “asaltar el cielo”, cuando en el pasado, como el Oneguin, de Pushkin, se “volvió loco” y puso en práctica los más radicales experimentos libertarios del siglo XX.

lunes, 20 de febrero de 2017

Daniel Maes: "La cobertura sobre Siria es la mayor mentira mediática de los últimos tiempos". Entrevista al sacerdote flamenco Daniël Maes, testigo de la llamada “guerra civil”.

Algemeen Dagblad

El sacerdote flamenco Daniël Maes (78) vive en Siria, en el monasterio de Mar Yakub, del siglo VI, en la ciudad de Qara, a 90 kilómetros al norte de la capital, Damasco. El padre Daniel ha sido testigo de la “guerra civil” y en su opinión, la información occidental sobre el conflicto en Siria es muy engañosa. Lo resume así: “los estadounidenses y sus aliados quieren arruinar por completo al país”.

-Entrevistador: Usted es muy crítico con la cobertura de los medios sobre Siria. ¿Que le molesta?
-Padre Daniel: La idea de que tuvo lugar un levantamiento popular contra el presidente Assad es completamente falsa. He estado en Qara desde 2010 y he visto con mis propios ojos cómo agitadores de fuera de Siria organizaban protestas contra el gobierno y reclutaban a jóvenes. Todo ello fue filmado y transmitido por Al Jazeera para dar la impresión de que estaba teniendo lugar una rebelión. Hubo asesinatos cometidos por terroristas extranjeros contra las comunidades sunitas y cristianas, en un esfuerzo por sembrar la discordia religiosa y étnica entre el pueblo sirio. Pero, según mi experiencia, el pueblo sirio estaba realmente muy unido.

Antes de la guerra, este país era armonioso: un estado laico en el que las diferentes comunidades religiosas convivían pacíficamente. No había casi pobreza, la educación era gratuita y los cuidados médicos eran buenos. No era posible expresar libremente sus opiniones políticas, pero eso a la mayoría de la gente no le importaba.

-Entrevistador: Se dice de la madre Agnès-Mariam, de su monasterio Mar Yakub (San Jacobo) que toma partido a favor del régimen y que tiene amigos al más alto nivel.
-Padre Daniel: La madre Agnès-Mariam ayuda a la población: recientemente ha abierto un comedor popular en Alepo donde se preparan 25.000 comidas cinco veces a la semana. Mira, es milagroso que todavía estemos vivos. Lo debemos al ejército del gobierno de Assad y a Vladimir Putin, porque éste decidió intervenir cuando los rebeldes amenazaban con tomar el poder.

Cuando miles de terroristas se instalaron en Qara, tuvimos miedo por nuestras vidas. Venían de los Estados del Golfo, Arabia Saudita, Europa, Turquía y Libia, y había muchos chechenos. Formaban una fuerza de ocupación extranjera, todos aliados de Al Qaeda y otros terroristas. Armados hasta los dientes por Occidente y sus aliados con la intención de enfrentarse contra nosotros. Decían, literalmente: “Ahora este país nos pertenece”. A menudo, estaban drogados, peleaban entre sí y por las noches disparaban al azar. Tuvimos que escondernos en las criptas del monasterio durante mucho tiempo. Cuando el ejército sirio los expulsó, todo el mundo estuvo contento: los ciudadanos sirios porque odiaban a los rebeldes extranjeros y nosotros porque la paz había regresado.

-Entrevistador: Usted dice que el ejército sirio protege a los civiles, pero hay todo tipo de informes sobre crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de Assad, como los bombardeos con bombas de barril.
-Padre Daniel: ¿No sabes que la cobertura mediática sobre Siria es la mayor mentira mediática de nuestro tiempo? Han vendido auténticas tonterías sobre Assad. En realidad fueron los rebeldes los que saquearon y mataron. ¿Crees que el pueblo sirio es estúpido? ¿Crees que esas personas han sido obligadas a dar vivas a Assad y Putin? Son los estadounidenses los que tienen las manos metidas en todo esto, para sus oleoductos y por los recursos naturales en esta región, y para frustrar a Putin.

Arabia Saudita y Qatar quieren establecer un estado suní en Siria, sin libertad religiosa: por consiguiente, Assad debe irse. Sabes una cosa: cuando el ejército sirio se estaba preparando para la batalla de Alepo, soldados musulmanes vinieron a mí para ser bendecidos. Entre los musulmanes corrientes y los cristianos no hay problema. Son los rebeldes radicales islámicos, respaldados por los occidentales, los que quieren matarnos. Todos ellos son Al Qaeda e ISIS. Ya no hay combatientes moderados.

-Entrevistador: Usted mencionó una vez a Hillary Clinton como “un diablo en agua bendita”, porque como Secretaria de Estado empeoró deliberadamente el conflicto.
-Padre Daniel: Estoy contento con Trump. Ve lo que toda persona normal entiende: que Estados Unidos debe dejar de socavar a los países que poseen recursos naturales. El intento de los estadounidenses de imponer un mundo unipolar es el mayor problema. Trump entiende que el Islam radical es una amenaza más grande que Rusia.

¿Qué me importa si de vez en cuando se quita los pantalones? Si Trump practica la geopolítica de la manera como lo ha prometido, entonces el futuro parece brillante. Entonces será similar al enfoque de Putin. Y espero que entonces, habrá una solución para Siria y la paz volverá.

-Entrevistador: ¿Entiende que su análisis es polémico y que se encontrará con muchas críticas?
-Padre Daniel: Hablo a partir de mi observación personal. Y nadie tiene por qué creerme ¿no es cierto? Pero sé una cosa: los medios de comunicación pueden contribuir a la masacre del pueblo sirio o ayudar a éste con su cobertura mediática. Lamentablemente, hay demasiados gregarios y cobardes entre los periodistas.



Notas:
[1] Algemeen Dagblad: http://www.ad.nl/nieuws/poetin-en-assad-hebben-mijn-leven-gered~add21ab7/
[2] Traducción del inglés: http://ronpaulinstitute.org/archives/featured-articles/2017/february/04/the-media-coverage-on-syria-is-the-biggest-media-lie-of-our-time-interview-with-flemish-priest-in-syria/

miércoles, 18 de enero de 2017

Rusia: riesgos y agravios

La Vanguardia

En el esfuerzo de Moscú por volver a levantar cabeza en el mundo, el “síndrome 1905” resume los peligros de la empresa de consolidación interna de un régimen arcaico vía aventuras exteriores.

Ahora que la Rusia de Putin aparece en la cima de la recuperación de su poder y prestigio internacional con el clamoroso éxito alcanzado por su intervención en Siria (hecho que explica la intensa campaña contra el dirigente ruso cuyo histérico apogeo se vive estos días), es el momento de recordar los grandes riesgos que comporta el más que legítimo desafío ruso a Occidente y la fragilidad interna del régimen del Presidente Putin.

El actual sistema autocrático ruso, que Yeltsin puso en pie en 1993 con el entusiasta apoyo de Occidente, es muy vulnerable a la inestabilidad interna. Sus mecanismos de reproducción y legitimación apuntan siempre hacia la concentración del poder personal. Eso choca con las exigencias de una sociedad moderna.

Disfunción
El tradicional régimen de samovlastie heredado y perfeccionado por Putin, es poco funcional respecto a los desarrollos de su sociedad. Las encuestas confirman que el 50% de los rusos consideran que tienen derecho a defender sus intereses incluso si ello contradice los intereses del Estado. Los que no están de acuerdo con ese enunciado no tienen otro que contraponer y se sumarían a él de forma pasiva si llegara el momento. No estamos ante una sociedad soviética desde hace mucho tiempo.

A diferencia de los dos siglos anteriores, el legítimo nacionalismo ruso y los engranajes del consenso interno hacia un líder fuerte cuya principal virtud ha sido haber detenido una degradación nacional de casi veinte años, conviven con un vector muy fuerte de tipo burgués, podríamos decir, que rechaza el conflicto y desea la estabilidad, como ocurre en cualquier otra sociedad moderna. Ese vector, iniciado en la URSS urbana de los años sesenta va a aumentar, porque forma parte de la lógica histórica de nuestra época. El sistema autocrático no tiene una respuesta a eso. No encaja con ello. Su reforma es, por definición, complicada.

Implicar/Excluir
En la actual afirmación de Rusia en el mundo, hay, desde luego, una más que legítima reclamación de potencia. En Europa el ninguneo o maltrato de grandes potencias siempre tuvo resultados nefastos. Tras las guerras napoleónicas los vencedores implicaron a la vencida Francia en la toma de decisiones, lo que abrió una larga etapa de paz y estabilidad continental. El ejemplo contrario es lo que se hizo con la Alemania posguillermina, tras la primera guerra mundial, y también con la Rusia bolchevique tras la Revolución de 1917. En ambos casos, las políticas de exclusión -y de tremendo intervencionismo militar en la guerra civil rusa- tuvieron consecuencias nefastas para lo que luego fue el nazismo y la génesis del estalinismo. Lo que hemos visto en Europa desde el fin de la guerra fría es una nueva advertencia sobre los peligros de excluir a una gran potencia de la toma de decisiones y tratarla a base de imposiciones y sanciones en lugar de organizar la seguridad continental común que se acordó en París en noviembre de 1990 (y que habría hecho obsoleta a la OTAN y con ella a la influencia determinante de Estados Unidos en el continente). En lugar de eso, durante 25 años occidente ha maltratado a Rusia acosándola hasta llegar a los arrabales geopolíticos de Moscú, con el resultado visto en Ucrania.

Pero en la actual auto reivindicación del Kremlin hay también otro aspecto que no hay que perder de vista: un vector de movilización del favor de la población ante los efectos sumados que en el interior de Rusia tienen; los bajos precios del petróleo, el estancamiento de la situación socio-económica y las sanciones occidentales. Todo eso agudiza las contradicciones entre la sociedad rusa y su poco funcional régimen político.

Arriesgada legitimación
En la actual tensión militar en Europa, cuya principal responsabilidad es de Estados Unidos, con el regreso de la obsesión antirrusa de Alemania en segunda posición (la histeria de polacos y bálticos solo es relevante por lo instrumental hacia esas dos responsabilidades), la correlación de fuerzas es inequívoca: La población de los miembros europeos de la OTAN supera en cuatro veces a la de Rusia. La suma de sus PIB en nueve veces. Su gasto militar supera en por lo menos tres veces el ruso. Incluyendo al conjunto de la OTAN el presupuesto militar ruso de unos 90.000 millones de dólares es doce veces inferior al occidental. En Siria esas correlaciones no son muy diferentes y si las cosas han funcionado bien allí para Moscú ha sido gracias a cierto paralizante estupor de Estados Unidos ante los desastres de sus últimas acciones militares en la región, y a los zigzags de la actitud turca que la diplomacia rusa ha sabido jugar con gran acierto y maestría.

La decrépita máquina militar rusa ha sido mejorada en los últimos años, pero es un instrumento aún lleno de grietas que ha estado trabajando a su máximo rendimiento. Un caza-bombardero ruso fue abatido por los turcos, otros dos se cayeron al mar desde el portaviones Almirante Kuznetsov. La intervención rusa ha sido también arriesgada porque en caso de escalada difícilmente podría haber ido a más. De ahí la impresión de que Moscú intenta abarcar más de lo que puede, o, como mínimo, todo lo que puede. Una acción militar exterior con la lengua afuera multiplica los riesgos.

Las intervenciones en Siria y Ucrania han cargado las baterías de la legitimación del sistema de puertas adentro, pero ¿Cuánto durará esa carga? De momento funciona, pero los riesgos son inmensos y hay que preguntarse por la sostenibilidad del recurso. Un revés militar en Siria o en Ucrania, habrían sido letales para el Kremlin. En 1905 la derrota militar de Tsushima en la guerra ruso-japonesa supuso el principio del fin de la autocracia de los Románov, una dinastía de tres siglos. En el esfuerzo por volver a levantar cabeza en el mundo este “síndrome 1905” es capital.

Populismo sin distribución
El papel de potencias más prudentes en su acción exterior como Rusia y China en el mundo multipolar, es fundamental para evitar los peligrosos excesos del ilusorio hegemonismo que han quedado bien patentes en los desastres de estos años, pero en el orden interno Rusia debe ser valorada en su propia y contradictoria realidad. Putin no ha resuelto, y ni siquiera ha buscado, la vía de desarrollo que estabilice a Rusia. Es un patriota populista de derechas prisionero de un modelo de mando caduco para la modernidad. Ni siquiera es un Hugo Chávez que cometió el pecado de distribuir socialmente renta petrolera. Putin no distribuye nada. Aunque de momento no hay signos de protesta social, ese es un horizonte ineludible a largo plazo con el que un Occidente hostil siempre jugará. El arriesgado recurso de un machismo exterior no funcionará eternamente. En lo que concierne a Rusia ese es un desarrollo al que habrá que prestar la máxima atención a partir de ahora.

Dicho esto, es inevitable situar la injerencia (presunta o real) del Kremlin en la política americana que tantos titulares hace estos días después de varios años de intensa demonización del Presidente ruso en todo Occidente y particularmente en Alemania. Lo menos que puede decirse es que lo que ha trascendido, si es creíble, es ridículo al lado de lo que ha representado la ingerencia de Estados Unidos en la política rusa.

El chiste de la injerencia en Hillarystán
En los años noventa la injerencia de Washington en Rusia fue determinante para la ruina y criminalización de la economía rusa. Muchos decretos de privatización y otros aspectos esenciales se redactaron directamente en Washington. Gente como el vicesecretario del tesoro americano Lawrence Summers, cursaba directamente instrucciones en materia de código fiscal, IVA y concesiones de explotación de recursos naturales y los fontaneros del Harvard Institute for International Development, bajo patrocinio de la USAID, Jeffrey Sachs, Stanley Fisher y Anders Aslund, tenían tanta influencia como los ministros.

Bajo la batuta de Andrei Kózyriev (1992-1996), la política exterior rusa estaba en manos de una marioneta de Washington que fue puesta como premio al frente de la farmacéutica americana ICN al ser cesada. El gran proyecto geopolítico para Rusia de estrategas de Washington como Zbigniew Brzezinski era disolver el país en cuatro o cinco repúblicas geopolíticamente irrelevantes -un escenario que Rusia nunca se planteó para Estados Unidos ni en los momentos más bollantes del poder soviético y cuyo precedente histórico más próximo es el proyecto de disolución de la URSS del Reichsministerium für die besetzten Ostgebiete bajo la dirección del nazi Alfred Rosenberg. En las presidenciales de junio/ julio de 1996 la complicidad de Estados Unidos fue clave para facilitar la financiación ilegal de la campaña de Yeltsin y la manipulación informativa que le acompañó, lo que impidió una probable victoria comunista…

Que mucho de todo esto fuera consentido e incluso propiciado por la clase política rusa cuya preocupación central en aquella época era llenarse los bolsillos, no cambia gran cosa el asunto: Después, cuando con Putin la prioridad fue la estabilización de lo adquirido y la recuperación de Rusia, Washington promocionó las revoluciones de colores en diversos países del entorno ruso y apoyó siempre ese escenario en la propia Rusia, sosteniendo económica e informativamente a organizaciones no gubernamentales y defensores de derechos humanos -muchos de ellos más que honorables- cuya acción consideraba favorable a sus intereses.

Clave de la recuperación rusa de principios de siglo XXI ha sido la sumisión del complejo energético a los intereses del Estado. Fue entonces, cuando se percató de que Putin ponía fin a la bananización de Rusia, cuando Washington apostó por el magnate Mijail Jodorkovski.

Propietario de Yukos, la mayor compañía petrolera rusa, y principal beneficiario de la privatización energética de los noventa, Jodorkovski se preparaba para desafiar electoralmente a Putin. En 2003 se disponía a trazar para ello vínculos económicos estratégicos con Occidente como la venta de una tercera parte de las acciones de Yukos a la norteamericana Exxon-Mobil (22.000 millones de dólares), la construcción de un oleoducto hacia China y de una terminal para la exportación a occidente en Murmansk con la que pretendía determinar el sentido de la exportación de crudo. Todo ello no solo rompía el pacto que Putin estableció con los magnates (respeto a las adquisiciones de la privatización a cambio de la no injerencia política y de la sumisión al Estado), sino que privaba al Kremlin de la principal baza geopolítica para la recuperación de Rusia: el uso de su potencia energética.

Jodorkovski, “adoptó decisiones que afectaban al destino y soberanía del Estado y que no podían dejarse en manos de un solo hombre guiado por sus propios intereses”, explicó Putin en su día. Jodorkovski fue encarcelado e inmediatamente beatificado en Occidente hasta su puesta en libertad…

Este tipo de injerencia en los asuntos de Rusia ha sido una constante -cualquier ruso lo sabe- y sitúa en su debido lugar el presunto escándalo de los hackers rusos en la campaña electoral americana. La simple realidad es que, en la hipótesis más extrema e indemostrable -con Putin manejando personalmente la operación- todo el asunto es bastante inocente. Más aún: al lado de lo que el valeroso disidente Eduard Snowden ha revelado al demostrar documentalmente la existencia de Big Brother y su control global total de las comunicaciones por Estados Unidos a través de la NSA, este episodio de los correos de Doña Hillary se parece mucho a una descomunal tomadura de pelo.

Fuente:
http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2017/01/07/rusia-riesgos-agravios-74312/

miércoles, 26 de octubre de 2016

La posición francesa en Siria, cada vez más marginal y menos comprensible. Hollande abre la puerta del Elíseo a los “Cascos blancos”, ovacionados en la Asamblea Nacional.

La Vanguardia

Francia reafirmó la pasada semana su compromiso y apoyo a los adversarios del régimen sirio, cuando su presidente, François Hollande, recibió en el Elíseo a Rahed Al Saleh, presidente de la organización “Cascos blancos” y cabeza de una delegación civil de rebeldes del sector oriental de la asediada ciudad de Alepo. Al Saleh y su delegación fueron recibidos, y ovacionados, en la Asamblea Nacional entre el escepticismo de varios diputados que han visitado Siria en los últimos meses. “Lo que pasa en Alepo con los bombardeos incesantes del régimen y sus sostenedores es inaceptable e intolerable, haré todo lo posible para que la tregua sea prolongada”, dijo Hollande en la recepción, poco antes de salir para Berlín a reunirse con el “grupo de Minsk”, donde pensaba abordar la cuestión siria con el presidente ruso, Vladimir Putin. Las diferencias entre París y Moscú sobre Siria, intercambiándose vetos en el Consejo de Seguridad de la ONU, anularon esta semana una visita de Putin a París.

Una nota del Elíseo explicaba que, “el papel de la sociedad civil es fundamental para denunciar la situación de Alepo, las violaciones del derecho internacional y humanitario y la implicación directa de Rusia”, cuya intervención militar al lado del gobierno sirio ha dado un vuelco a la situación y frustrado, de momento, el proyecto de cambio de régimen en el país auspiciado por los países del Golfo y las potencias occidentales, con Estados Unidos y Francia en primer lugar, maltrecho proyecto que se superpone y al mismo tiempo arropa la revuelta contra el régimen de Bashar El Assad.

Humanitarios-yihadistas
La organización de Al Saleh, que solo actúa en zonas controladas por los yihadistas, “gestiona 121 centros y una red de 3000 voluntarios, ha salvado la vida de más de 60.000 personas y desempeña el papel de observador imparcial sobre el terreno”, explicaba la nota informativa del Elíseo.

En abril, Estados Unidos negó la entrada en su territorio a Al Saleh, devolviéndolo en el mismo avión a Turquía por considerarlo un islamista radical. El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, confirmó recientemente ese informe, sin conseguir aclarar por qué, al mismo tiempo, organizaciones estadounidenses como USAID -históricamente vinculada a la desestabilización de regímenes adversarios por la CIA- y otras, subvencionaron al peligroso y no deseado Al Saleh con 23 millones de dólares. El secretario de exteriores británico, Boris Johnson, también ha confirmado la financiación de su país a los Cascos blancos de Al Saleh con 65 millones de libras.

La comparecencia del Presidente de los “Cascos blancos” en la Asamblea Nacional francesa fue contestada por varios diputados que le preguntaron por esa financiación. “¿A quien representan ustedes verdaderamente?, ¿Quién les financia?, ¿No es su presencia aquí una manipulación?”, preguntaron los diputados de la derecha Jacques Myard y Pierre Lelouche. En su respuesta, Al Saleh mencionó a Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Holanda y Dinamarca, pero no a Francia, entre sus financiadores.

El “buen trabajo” de la filial de Al Qaeda
Desde el principio del conflicto sirio, Francia estuvo proporcionando armas y medios al Frente Al Nusra, una filial de Al Qaeda de la que el entonces ministro de exteriores francés, Laurent Fabius, afirmó que “hace un buen trabajo”, recuerda Claude Goasguen, un ex ministro y actual diputado importante de Los Republicanos. “Los rebeldes recuperaron para Al Qaeda las armas entregadas por Francia”, explica este veterano político conservador. Los últimos mensajes electrónicos de Hillary Clinton divulgados por WikiLeaks confirman en palabras de la actual candidata a la presidencia de Estados Unidos el secreto a voces de una, “financiación clandestina y ayuda logística en apoyo del Estado Islámico y otros grupos sunitas radicales en la región” por parte de Arabia Saudí y Qatar.

Los correos de Clinton divulgados por WikiLeaks no hacen sino confirmar, a su vez, la declaración pública del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la conferencia que pronunció en la Universidad de Harvard en octubre de 2014: el régimen saudí, con otros países del Golfo y Turquía, “han puesto centenares de millones de dólares y decenas de miles de toneladas de armas en manos de cualquiera dispuesto a combatir contra Assad”, dijo Biden.

“Somos el aliado incondicional de Arabia Saudí”, dice en París el diputado Goasguen.

Disneylandia
La utilización propagandística de organizaciones no gubernamentales, supuestas o reales, en conflictos y operaciones de cambio de régimen, tiene una larga historia reciente, desde Yugoslavia, hasta Ucrania, pasando por Georgia y otras ex repúblicas soviéticas. Los “Cascos Blancos” de Siria han estado en el centro de una de esas acciones cuyo objetivo reciente, y frustrado, fue la campaña en pro del Premio Nobel de la Paz 2016. En la campaña participaron desde actores de Hollywood como George Clooney, Ben Affleck y Justin Timberlake, hasta potentes lobys atlantistas y medios qatarís como el canal Al Jazira y el diario Al Arabi Al Jadid-New Arab con sede en Londres. El Premio Nobel fue finalmente concedido al Presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

La apertura de las puertas del Elíseo a los “Cascos Blancos”, “es una especie de protesta de Francia contra su exclusión de la conferencia de Lausana sobre Siria, el pasado 15 de octubre”, explica Rene Naba, experto francés en Oriente Medio y editor de la web Madaniya. “Rusos y americanos excluyeron a los europeos de las negociaciones de paz para no dificultar la búsqueda de un acuerdo sobre Siria”, explica Naba. Ahora, Kerry irá el sábado y el domingo a Londres para informar a los europeos de los resultados de las negociaciones con los rusos. Reino Unidos, Alemania y Francia son ahora designados “países afines” por su afinidad con la guerra de Siria. “Al principio de la guerra ese grupo se llamaba “grupo de amigos de Siria” y tenía 105 miembros”, recuerda este experto, sugiriendo lo mucho que ha cambiado la situación.

Incoherencias
Francia tiene una posición muy frágil hacia Siria. Por un lado aquellos que su ministro de exteriores definía no hace mucho como factores de “un buen trabajo” estuvieron directa e ideológicamente relacionados con los autores de la matanza de periodistas y dibujantes en la redacción de Charlie Hebdo en enero del año pasado. Por otro, Francia critica los bombardeos de Rusia en Alepo Este, sin que nunca haya manifestado la menor objeción por el bombardeo del otro sector de la ciudad, menos intenso pero continuo y también con goteo de víctimas civiles, y aún menos durante los combates en Irak en la ciudad de Falluya, donde se emplearon armas y medios tanto o más destructivos que en Alepo y que dejan inquietantes secuelas genéticas para las futuras generaciones. La propia Francia lleva meses bombardeando en Irak con su aviación.

Analogías inconvenientes
El Presidente Hollande tiende a adjudicar a su adversario el Assad el monopolio de los 300.000 muertos (la cifra que mencionó ayer en el Elíseo) de esta cruel y devastadora guerra con múltiples responsabilidades, incluidas rusas, pero casi todas derivadas de la intentona del “nuevo orden” de George W. Bush en la región, ignorando los estimados 65.000 soldados del régimen caídos en la guerra civil inducida, así como las muertes civiles de partidarios de Assad, o de los muchos indiferentes y no alineados en el conflicto, en múltiples bombardeos y atentados de los “rebeldes”.

Toda esa manifiesta incoherencia puede hacerse ahora más complicada que nunca con el inicio de las operaciones militares contra Mosul, donde hay muchos más civiles que en sector oriental de Alepo y donde quienes dirigen la artillería son militares franceses, mientras la aviación se reparte entre Estados Unidos, Francia y otros. En ese sentido, suena muy significativa la afirmación publicada en su edición de hoy por el diario Le Monde, descalificando, por inconveniente, “la analogía entre los bombardeos de ambas ciudades”. Eso es, “un recurso de quienes apoyan a Vladimir Putin”, dice cándidamente ese diario que hace cuarenta años aún ofrecía una visión francesa del mundo diferente de la atlantista.

Fuente:
http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2016/10/19/la-posicion-francesa-siria-vez-mas-marginal-menos-comprensible-80820/ Otra opinión diferente: Entrevista con Yasser Munif, miembro de la junta editorial de la "International Socialist Review" Siria tras la conquista de Alepo.