Nueve de cada 10 profesores creen que la visión “normalizada” de la violencia que tienen los alumnos acosadores es determinante para explicar las agresiones en las aulas. Esta trivialización de la violencia y la presión del grupo son las dos cuestiones que más fomentan el acoso escolar, según una encuesta reciente a docentes y estudiantes. Los chicos ven cada vez más claro que la unión entre compañeros para pedir al acosador que pare es la herramienta más eficaz para frenar a los acosadores, por encima de pedir ayuda al profesor. Ya no se sienten chivatos.
Uno de cada tres alumnos afirma que en su clase se sufren situaciones de acoso escolar. Y que en el aula en la que aprenden hay al menos dos compañeros acosados. Víctimas a las que sobre todo insultan y en la mayoría de los casos reciben empujones, collejas, golpes o patadas de sus acosadores. Así lo recoge la última encuesta sobre acoso elaborada por la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) y la Fundación Mutua Madrileña, que incluye por primera vez la visión de los docentes.
El número de chavales que perciben esta violencia en las aulas ha descendido en un año. Si en 2016 el 50% creía que había víctimas de acoso en su clase, este último informe, correspondiente a 2017, rebaja esa percepción a un tercio. Benjamín Ballesteros, director de programas de ANAR, es un descenso del que aún no conocen las causas: “Habrá que vigilar encuestas posteriores. Vigilaremos si la tendencia continúa a la baja".
La gran mayoría de los niños y adolescentes encuestados, eso sí, consideran que el acoso es maltrato (97,7%) y son poquísimos los que piensan que se trata de una broma, el 0,3%. Entre los datos positivos, Ballesteros destaca también que cada vez más alumnos —del 65,7 al 80,3% en un curso— creen que unirse entre ellos y decirle al agresor que pare es la medida más eficaz para frenar el acoso, por delante de ir a contarlo al profesor o un alumno y aún más de contarlo a los padres, lo que solo ven como solución apenas uno de cada tres alumnos (35,4%). “Es un éxito y una de las claves de los programas de prevención: que los espectadores ya no se queden mirando, que no se sientan chivatos”, añade el responsable de ANAR.
Padres autoritarios o muy permisivos
Las encuestas, realizadas en los 150 centros a los que acuden a hacer talleres, incluyen por primera vez la visión de los profesores. Los docentes alertan de que la presión del grupo y la “normalización de la violencia” entre los acosadores son la clave del acoso escolar. “A los agresores muchas veces se les demoniza, pero no estamos hablando de adultos sino de niños y adolescentes. Y hay que preguntarse qué les ocurre a ellos para poder combatirlo”, dice Ballesteros. Tras esa “normalización”, este psicólogo ve la violencia que pueden estar sufriendo esos alumnos en su propia familia o una personalidad violenta que pueden marcar dos tipos de padres muy diferentes: los muy autoritarios o los demasiados permisivos.
Cuando se pregunta a los docentes las características del acosador, en la mayoría de los casos creen que son alumnos con complejos, autoestima baja o miedo al rechazo (40,8%), con problemas familiares o personales (22,5%) o chicos agresivos (21,1%). Solo en último lugar señalan que les gusta destacar, llamar la atención o son chulos. Los alumnos creen, por su parte, que los acosadores actúan por creerse mejores, para divertirse y, en menor medida, por venganza.
Los profesores responden, además, sobre qué pueden hacer los padres. En primer lugar, les piden escuchar, dialogar y conocer a sus hijos, seguido de inculcar valores. La tercera opción es colaborar con los profesores y en cuarto lugar, no sobreprotegerlos y enseñarles a resolver problemas.
La Fundación ANAR dispone de un teléfono de ayuda: 900 20 20 10. En su web han habilitado un chat para los menores.
https://politica.elpais.com/politica/2018/05/01/actualidad/1525194466_444479.html
SIN LOS DATOS PROMETIDOS DEL GOBIERNO
Existen pocos datos oficiales para conocer la profundidad del acoso en las aulas españolas, más allá del trabajo de fundaciones o de ONG, como las que elaboran este informe. Save The Children publicó una encuesta en 2016 que señalaba que uno de cada 10 alumnos aseguraba haber sufrido acoso escolar. El Gobierno carece de cifras actualizadas. El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, anunció a principios de 2016, tras el suicidio de un alumno que sufría bullying, ,que se crearía un registro estatal con “todos los datos estadísticos de convivencia escolar”, como piden las asociaciones para dimensionar el problema. Aún no está disponible. El único dato oficial, de 2010, señala que el acoso afecta a un 4% de alumnos.
domingo, 3 de junio de 2018
sábado, 2 de junio de 2018
El Gobierno portugués pone freno al desalojo salvaje de viviendas. Las personas con más de 25 años en la misma casa tendrán alquiler vitalicio.
El precio de la vivienda ha subido un 18% en un año en la capital portuguesa, pero más aún en Alfama. Alfama no es que sea la Quinta Avenida, ni la playa de Ipanema. Las casitas de Alfama no tienen ni balcones ni suites, mucho menos ascensor o parking, pero a la bohemia europea, joven y con dinero, le gusta la incomodidad, lo auténtico, y están desalojando a los auténticos vecinos, sin edad ni dinero para mudanzas.
La situación alcanza tintes dramáticos en los barrios de Alfama, Morería, Chiado o Baixa. Hay miedo de abrir el buzón por si encuentran una fatídica carta en la que les anuncian la subida del alquiler o el precio de compra del inmueble. En un día, 16 familias de una calle de la Morería recibieron el fatídico aviso. Los fondos inmobiliarios compran no ya edificios, sino calles enteras, y esperan pacientemente al final de los contratos o a que las casas —o sus inquilinos— se caigan de viejas.
Según datos del distrito de Santa Maria Maior, estos barrios con 10.000 vecinos reciben diariamente 250.000 visitas. Su desnaturalización se agrava con la huida de sus habitantes. Hoy son 3.000 menos que hace cuatro años. Los permisos de alojamiento local han saltado de 43 a 1.676.
Si algo no se le puede achacar al primer ministro es falta de reflejos (con la excepción de los incendios). Ante la alarma creciente, en un santiamén ha aprobado una ley de vivienda que pone límites a la actual, aprobada por el anterior Gobierno. A partir de ahora, los mayores de 65 años no pueden ser desalojados de su casa, tampoco los que lleven en ella más de 25 años ni las personas con problemas de movilidad. La rehabilitación de la vivienda dejará de ser motivo de desalojo o renovación del alquiler. En 2017, la mitad de todos los contratos firmados tenían un año de vigencia.
https://elpais.com/elpais/2018/05/08/opinion/1525779078_547935.html
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La ciencia avala un plan para intentar eliminar la ultrapobreza. Una estrategia de choque para salir de la miseria logra que los participantes generen hasta cuatro euros por cada uno invertido
Hace un lustro, la economista Dambisa Moyo, nacida en Zambia y doctorada en Oxford, provocó un terremoto en el mundo de la cooperación. En los 15 años anteriores, según relataba en su libro Cuando la ayuda es el problema, los países ricos habían transferido un billón de dólares a África en forma de ayuda al desarrollo. ¿Había mejorado eso la vida de los africanos? No, según ella: los beneficiados por las ayudas estaban peor que antes, “mucho peor”, atrapados en un círculo vicioso de corrupción, dependencia del dinero de los países ricos y distorsión de sus mercados.
El libro de Moyo se enfrentaba a otro clásico, El fin de la pobreza, del economista estadounidense Jeffrey Sachs, que proponía una hoja de ruta para acabar con la miseria mediante una ayuda al desarrollo bien planificada. El debate se podría resumir en lo que piensa cualquiera que dona parte de su sueldo a una organización de ayuda al desarrollo: ¿esto valdrá para algo?
Un nuevo estudio, publicado hoy en la revista Science, arroja luz al asunto y bendice, mediante el método científico, un plan para luchar contra la pobreza extrema. Sus autores han seguido durante tres años a 21.000 de las personas más pobres del mundo, en seis países: Etiopía, Ghana, Honduras, India, Pakistán y Perú. Los analizados son una ínfima parte de los 1.000 millones de ultrapobres, aquellos que viven con menos de un euro al día. Durante dos años, estos 21.000 escogidos participaron en un plan de ayuda al desarrollo conocido como “modelo de graduación”, concebido en 2002 por la ONG BRAC, de Bangladesh.
Diferentes organizaciones ofrecieron a estos hogares en pobreza extrema un abanico de medios de vida, a elegir, desde colmenas de abejas en Etiopía a la cría de cobayas en Perú o de cerdos en Honduras. A continuación, los participantes recibieron formación para gestionar sus nuevos recursos, como instrucciones para revender animales después de engordarlos.
Dentro de este empujón para salir de la miseria, los hogares recibieron una ayuda mensual en forma de comida o dinero en metálico, con el objetivo de que los beneficiados se pudieran centrar en sus nuevos negocios. Durante todo el proceso, un equipo de asesores visitaba las casas semanalmente para solucionar dudas y animar a los participantes a guardar dinero en una cuenta de ahorro para futuribles emergencias. Además, las familias recibían formación en sanidad, para evitar enfermedades. Al cabo de dos años, se las dejaba solas.
El equipo de investigadores ha evaluado la eficacia de esta estrategia. Para ello, han empleado el mismo método que se utiliza para determinar si funciona un medicamento: comparar dos grupos de personas similares, uno sometido a la intervención y el otro, no. Y funcionaba.
Tras un año de independencia, los participantes habían conseguido mantener sus negocios y disfrutar de un mayor nivel de vida que sus vecinos: más ingresos, más ahorros, más salud y mayor consumo de alimentos. “Por cada euro invertido, la gente generaba entre 1,33 y 4,33 euros, dependiendo del país”, explica una de las autoras, la economista francesa Esther Duflo, galardonada el miércoles con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
En India, el programa, centrado en la cría de cabras, supuso una inversión de 290 euros por cada familia. El retorno ha sido el máximo de los países analizados, el 433%. En Etiopía, la entrega de ovejas, cabras o colmenas, más el asesoramiento, costó 775 euros por hogar. Cada euro invertido generó 2,6. En Honduras, una enfermedad en las gallinas empleadas hizo fracasar el programa. Fue el único país en el que se perdió dinero, con un retorno negativo del -200%.
Esther Duflo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU), insiste en que es “rentable” para los gobiernos. En Etiopía, afirma, “se espera que el programa llegue a tres millones de personas”. Y también se está ampliando en India y Pakistán. Reducir a cero el número de ultrapobres “se debe, y se puede, en 2030”, afirman los autores en Science.
“Este estudio respalda lo que estamos intentando hacer todos, programas integrales con intervenciones completas en varios ámbitos para romper la trampa de la pobreza. Pero no todo contexto es susceptible de aplicar estos programas, no existe una receta universal”, opina la economista española Marta Valdés, directora del Área de Desarrollo Temático y Metodológico de Oxfam, una confederación de ONG que lucha contra la pobreza en 90 países.
Valdés, que no ha participado en el estudio, subraya los efectos psicológicos en los participantes: “El hecho de que sientan que la sociedad piensa en ellos y que ellos son importantes para la sociedad es crítico”. Sin embargo, pide más seguimiento. “Estos programas son rentables para los gobiernos, porque dinamizan la economía, pero hay que ver si los efectos se mantienen en el tiempo”, recalca.
https://elpais.com/elpais/2015/05/14/ciencia/1431619490_109589.html
El libro de Moyo se enfrentaba a otro clásico, El fin de la pobreza, del economista estadounidense Jeffrey Sachs, que proponía una hoja de ruta para acabar con la miseria mediante una ayuda al desarrollo bien planificada. El debate se podría resumir en lo que piensa cualquiera que dona parte de su sueldo a una organización de ayuda al desarrollo: ¿esto valdrá para algo?
Un nuevo estudio, publicado hoy en la revista Science, arroja luz al asunto y bendice, mediante el método científico, un plan para luchar contra la pobreza extrema. Sus autores han seguido durante tres años a 21.000 de las personas más pobres del mundo, en seis países: Etiopía, Ghana, Honduras, India, Pakistán y Perú. Los analizados son una ínfima parte de los 1.000 millones de ultrapobres, aquellos que viven con menos de un euro al día. Durante dos años, estos 21.000 escogidos participaron en un plan de ayuda al desarrollo conocido como “modelo de graduación”, concebido en 2002 por la ONG BRAC, de Bangladesh.
Diferentes organizaciones ofrecieron a estos hogares en pobreza extrema un abanico de medios de vida, a elegir, desde colmenas de abejas en Etiopía a la cría de cobayas en Perú o de cerdos en Honduras. A continuación, los participantes recibieron formación para gestionar sus nuevos recursos, como instrucciones para revender animales después de engordarlos.
Dentro de este empujón para salir de la miseria, los hogares recibieron una ayuda mensual en forma de comida o dinero en metálico, con el objetivo de que los beneficiados se pudieran centrar en sus nuevos negocios. Durante todo el proceso, un equipo de asesores visitaba las casas semanalmente para solucionar dudas y animar a los participantes a guardar dinero en una cuenta de ahorro para futuribles emergencias. Además, las familias recibían formación en sanidad, para evitar enfermedades. Al cabo de dos años, se las dejaba solas.
El equipo de investigadores ha evaluado la eficacia de esta estrategia. Para ello, han empleado el mismo método que se utiliza para determinar si funciona un medicamento: comparar dos grupos de personas similares, uno sometido a la intervención y el otro, no. Y funcionaba.
Tras un año de independencia, los participantes habían conseguido mantener sus negocios y disfrutar de un mayor nivel de vida que sus vecinos: más ingresos, más ahorros, más salud y mayor consumo de alimentos. “Por cada euro invertido, la gente generaba entre 1,33 y 4,33 euros, dependiendo del país”, explica una de las autoras, la economista francesa Esther Duflo, galardonada el miércoles con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
En India, el programa, centrado en la cría de cabras, supuso una inversión de 290 euros por cada familia. El retorno ha sido el máximo de los países analizados, el 433%. En Etiopía, la entrega de ovejas, cabras o colmenas, más el asesoramiento, costó 775 euros por hogar. Cada euro invertido generó 2,6. En Honduras, una enfermedad en las gallinas empleadas hizo fracasar el programa. Fue el único país en el que se perdió dinero, con un retorno negativo del -200%.
Esther Duflo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU), insiste en que es “rentable” para los gobiernos. En Etiopía, afirma, “se espera que el programa llegue a tres millones de personas”. Y también se está ampliando en India y Pakistán. Reducir a cero el número de ultrapobres “se debe, y se puede, en 2030”, afirman los autores en Science.
“Este estudio respalda lo que estamos intentando hacer todos, programas integrales con intervenciones completas en varios ámbitos para romper la trampa de la pobreza. Pero no todo contexto es susceptible de aplicar estos programas, no existe una receta universal”, opina la economista española Marta Valdés, directora del Área de Desarrollo Temático y Metodológico de Oxfam, una confederación de ONG que lucha contra la pobreza en 90 países.
Valdés, que no ha participado en el estudio, subraya los efectos psicológicos en los participantes: “El hecho de que sientan que la sociedad piensa en ellos y que ellos son importantes para la sociedad es crítico”. Sin embargo, pide más seguimiento. “Estos programas son rentables para los gobiernos, porque dinamizan la economía, pero hay que ver si los efectos se mantienen en el tiempo”, recalca.
https://elpais.com/elpais/2015/05/14/ciencia/1431619490_109589.html
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viernes, 1 de junio de 2018
ÚLTIMA HORA!!! SÁNCHEZ, PRESIDENTE. El líder del PSOE gana la moción de censura contra Rajoy al superar los 176 votos necesarios en el Congreso y se convierte en el séptimo presidente del Gobierno de la democracia.
Editorial de El País
Un Gobierno inviable
La moción desalojará a Rajoy, pero no generará más estabilidad política
(¿Es un anuncio de la guerra abierta contra un gobierno que no será del agrado de los poderosos? Por lo pronto el montaje artificial de Ciudadanos no ha tenido el éxito esperado y los movimientos populares desde el 15 M logran una "pequeña" victoria que ha sido desalojar al PP de Rajoy. Y sabemos que la estabilidad es un factor que se crea, se destruye y se dirige desde las fuentes del poder real y en la sombra mediante los medios y otras muchas manipulaciones y grupos de presión.)
La moción desalojará a Rajoy, pero no generará más estabilidad política
(¿Es un anuncio de la guerra abierta contra un gobierno que no será del agrado de los poderosos? Por lo pronto el montaje artificial de Ciudadanos no ha tenido el éxito esperado y los movimientos populares desde el 15 M logran una "pequeña" victoria que ha sido desalojar al PP de Rajoy. Y sabemos que la estabilidad es un factor que se crea, se destruye y se dirige desde las fuentes del poder real y en la sombra mediante los medios y otras muchas manipulaciones y grupos de presión.)
Marx no es Proudhon. La postura política implícita en El Capital.
Miguel Alejandro Hayes Martínez
Ese es el gran aporte: conocer objetivamente la realidad, para que los intentos de transformarlas sean certeros. Es esa, el arma que aporta El Capital, porque Marx entendía que desde la euforia y los deseos, no se garantizaba la lucha correcta. Por eso, Marx no es Proudhon.
Acercamiento a la cuestión:
Me gustaría comenzar aclarando que no tengo nada en contra, -del que pudiera llamar camarada- Proudhon. Para ser más sincero, leí primero Qué es la propiedad, y luego, El Capital. Solamente asumo la postura tan avisada de este, cuando afirmó: ¡Es la Guerra Social! (1 p. 12), como referente práctico-político, que declaraba toda una lógica (desde lo utópico) de destrucción del capitalismo, que me sirve punto de referencia para compararlo con las ideas de Marx en El Capital.
Hace unos días escuchaba a la conocida intelectual y académica cubana Isabel Monal hablando sobre este excepcional libro. Afirmó que era un fuerte cuestionamiento al sistema capitalista. Alrededor de eso (aunque ella no lo dijo) está implícita la idea de que es un libro que critica el capitalismo y lleva consigo un llamado a la revolución social, es decir, la llamada postura anticapitalista. En donde se asume, que Marx está criticando también que los capitalistas se apropien del plusvalor -que no les corresponde- y por eso es un llamado a tomar el excedente que el capitalista se apropia ilegítimamente.
Evidentemente, tampoco el objetivo de este artículo es cuestionarse el pensamiento de tal intelectual cubana, sino de manera general, reflexionar sobre esas posturas, piénselas quien las piense. Es por eso, que la pregunta, que me hago es: ¿Es realmente El Capital un libro anticapitalista que propone una lucha contra este sistema?
Advierto al lector, de antemano, que mi respuesta será conducida a un no (o al menos de la manera que se entiende el carácter "anticapitalista"), y que lo contrario a esa respuesta que asumo es solo una interpretación surgida de arrastrar los momentos de la euforia revolucionaria con el que fue escrito el Manifiesto y de las transgresiones que han hecho al marxismo corrientes utópicas más cercanas a Lassalle y las cuales en vida, Marx siempre se cuestionaba. Lo tan explicito que se olvida y las palabras del propio Marx.
Para comenzar a descifrar lo propuesto, un buen camino es el de las propias citas e ideas explícitas de El Capital. Por eso, lo primero que sale a relucir, en mayúsculas casi, es el subtítulo que lleva: Crítica de la economía política. He visto muchos que olvidan esa idea, y no está ahí por gusto.
Me resulta redundante tener que mencionar la cita y hablar de ella, pero desgraciadamente es necesario. Está bien claro que ese libro se cuestiona en todo momento la economía política clásica. Es decir, es una crítica a todo un sistema teórico filosófico que le antecedió, y con el que evidentemente no estaba de acuerdo. Si bien no es un libro solo de valor teórico, está bien claro que está criticando las formas de entender el capitalismo que predominaban en su época. Si fuera una crítica al capitalismo, su subtítulo sería: Crítica al capitalismo.
Existe otra cita que aunque esté fuera de El Capital, puede ser muy útil. Esta, la extraje de un artículo escrito por Marx titulado Glosas Marginales al ’Tratado de Economía Política’’ de Adolph Wagner. En ese texto, el propio Marx defiende la cientificidad de su Capital y de todas interpretaciones ideológicas (socialistas utópicas aún) que algunos como Wagner le imputaban y comenzaban a escudarse de ese libro para defender sus ideas políticos.
Marx afirma:
‘’Mientras no se haya hecho esta demostración, la ganancia del capital será también, de hecho, un elemento constitutivo del valor, y no como quieren los socialistas, algo que se le sustrae o se le ‘’roba al obrero’’ … en mi exposición, en efecto, la ganancia del capital no es ‘’solo una sustracción o robo en detrimento del obrero’’. Por el contrario, yo represento al capitalista como un funcionario necesario para la producción… y muestro ampliamente que él no sustrae o roba, sino que arranca la producción del plusvalor, es decir comienza por ayudar a crear lo que ha de sustraer.’’ (2 p. 173)
Esto, puede decir mucho por sí solo. Ese plusvalor sustraído, no es precisamente un robo. Por lo que si Marx condena algo, no es claramente, que el capitalista se quede con el plusvalor; de hecho, casi me atrevo a decir, que hay cierta defensa al derecho de su apropiación (en el sentido jurídico) por parte de este.
También está claro que, siendo consecuente con su teoría, Marx expone toda una funcionalidad dentro de la estructura social que tienen los capitalistas. Engels, más adelante, en los tomo II y III sabe exponer certeramente eso. Así, por ejemplo, se destacan algunas ideas.
Entre ellas está que el capital tiene la función social de unir la capacidad creadora del hombre (fuerza de trabajo) con la de los resultados de la actividad humana (máquinas, instrumentos, etc.) en tiempo y espacio e iniciar el proceso de producción de lo que hoy conocemos como bienes y servicios. Y después, continuar el ciclo completo que termina con la realización de las mercancías al ser compradas con sus consumidores. Esto hace incluso, que el capitalista, como personificación del capital, tenga su función social dentro de la lógica del modo de producción (sentido hegeliano) capitalista.
De ahí que del propio Marx sale toda una explicación del sistema que más allá de condenar, lo que hace es entender con objetividad que es lo que realmente está pasando en las relaciones capitalistas.
Lo implícito que se olvida y lo que realmente aporta:
Pensando de manera articulada con la lógica de Marx, pueden argumentarse también los planteamientos anteriores. Hay que detenerse y usar la dialéctica materialista. Esta nos plantea la interconexión relacional y condicionada de la realidad. Eso nos hace pensar ¿tenía objetividad y condicionamiento el capitalismo como sistema? ¿Por que apareció el capitalismo?
Haciendo abstracción del eurocentrismo del que es acusado Marx, se puede entender que el capitalismo fue revolucionario en su momento. Fue el resultado del desarrollo de las capacidades productivas que existían en el feudalismo, es decir, que el desarrollo de este y sus contradicciones generaron un tránsito al capitalismo. Lo que lo convierte en salida a determinadas contradicciones y le da todo un condicionamiento histórico.
Si bien este capitalismo tiene sus propias contradicciones, ¿puede pensarse que el hombre que fundó ese pensamiento mencionado (el materialismo dialéctico) se plantearía en medio de un sistema en consolidación mundial (el capitalismo) que pronto se acabaría con él?
Estoy de acuerdo en que Marx estaba (al igual que yo) del lado de los más desposeídos, pero es muy raro que pensara que con entender el origen del plusvalor y la función del capital en la sociedad, y cómo se da el intercambio, le estaba declarando la guerra inmediata al capitalismo.
Tampoco está diciendo cómo funciona el capitalismo para atacarlo, al menos tal y como lo entienden muchos. En realidad, esa es una idea, que no está prevista en El Capital. Hay ciertos supuestos metodológicos y elementos que Marx no expone en El Capital. Uno de ellos (y no lo expondré aquí) es esa lógica de reproducción del hombre expuesta en los Manuscritos, y que al olvidarse esto se da lugar a algunos malos entendidos. En su exposición, Marx deja por alto explicar, que condiciones y necesidades de la propia actividad humana condicionan el capitalismo (escribiré sobre esto en otros artículos).
Desgraciadamente, muchos han pensado que al leer y entender (aparentemente) qué ocurre en el capitalismo, podemos los revolucionarios conscientemente ponernos de acuerdo e ignorar el mecanismo de mercado y demás elementos.
Entonces, si no es una crítica (en el sentido de ataque) al capitalismo El Capital, y tampoco es una explicación para racionalmente asaltar el capitalismo, ¿cuál es el sentido político y liberador del capital?
Para comprender cuál es el sentido revolucionario (porque lo tiene) de este libro, hay que partir de fusionar tres elementos: la tradición teórica dialéctica a la que Marx indudablemente se suma, su compromiso político en la época y la evolución teórica de su pensamiento.
De lo primero, está la idea de la enajenación. Que mientras para Hegel, podía superarse sabiéndose dentro de una realidad, Marx comprendió que debía irse más allá: entender la realidad para cambiarla. También destaca, que esta tradición intenta romper con esas visiones fetichistas del mundo de otras filosofías y sistemas lógicos.
Esto se une con su compromiso con los obreros de la época. Hay que recordar que Marx pasó buena parte de sus obras criticando esos ‘’profetas socialistas’’ que llenaban la cabeza de los pobres obreros de esas fantasías y utopías políticas que lejos de liberar, aprisionaban más. Así se cuestionó a Proudhon, Weitling, Bakunin, Lassalle, el propio Wagner y todos los que entorpecieran con disparates el entendimiento de la realidad de los obreros.
De la evolución del pensamiento, hay que recordar esos elementos (que mencioné antes) que da en los Manuscritos, dónde afirma el desenvolvimiento del hombre en las reproducción de sus capacidades, y de la necesidad de armar una historia que fuera la historia natural del hombre.
Con eso, puede entenderse el sentido liberador de El Capital y esa postura "anticapitalista" de la siguiente manera: un libro que intenta dar a los obreros una verdadera explicación del sistema de relaciones capitalistas de producción, entendiendo la objetividad de estas, para no caer en voluntarismos ni utopías y comprender las verdaderas formas en que se puede cambiar las realidades que este genera. Con esto, se podría salir de todas aquellas formas de lucha obrera de su época que no aportaban mucho y solo despegaban al obrero de los puntos en que debía enfocarse.
Y si se sigue con la dialéctica materialista: no se trata entonces de atacar esas condiciones de frente y a golpe, sino en comenzar a generar los mecanismos de movimiento social que permitan ir condicionando la generación de relaciones sociales más justas.
Ese es el gran aporte: conocer objetivamente la realidad, para que los intentos de transformarlas sean certeros. Es esa el arma que aporta El Capital, porque Marx entendía que desde la euforia y los deseos, no se garantizaba la lucha correcta y había que sentar las bases en el pensamiento para que dejara de ser así. Por eso, Marx no es Proudhon.
Él no abogaba por revuelos ni aspavientos que como el mismo decía eran posturas pequeño-burguesas. Debe dejar de confundirse sus teorías, con acusaciones de robos a los capitalistas, que como el mismo dijo, nunca lo afirmó.
Con todo esto, puede concluirse entonces, que lejos de ser el libro en cuestión una crítica al capitalismo, es una explicación objetiva de este, en aras de liberar al obrero de la torpeza con que enfrentaba su realidad, y en eso radica su sentido “anticapitalista” y su carácter de teoría que actúa contra la alienación.
Es por eso que mi llamado, es a comprender el pensamiento de Marx tal y como lo expresó, y no confundamos su ciencia con las ideas de otros, y no le otorguemos consignas que pueden llegar a ser contradictorias con su obra.
Bibliografía
1. Proudhon, Pierre Joseph. ¿Qué es la propiedad? Investigaciones sobre. Buenos Aires : Libros de Anarres, 2005.
2. Marx, Carlos. Glosas marginales al ''Tratado de economía política'' de Adolph Wagner. [aut. libro] Maurice Dobb, y otros. Estudios sobre El Capital. México: Siglo XXI.
Ese es el gran aporte: conocer objetivamente la realidad, para que los intentos de transformarlas sean certeros. Es esa, el arma que aporta El Capital, porque Marx entendía que desde la euforia y los deseos, no se garantizaba la lucha correcta. Por eso, Marx no es Proudhon.
Acercamiento a la cuestión:
Me gustaría comenzar aclarando que no tengo nada en contra, -del que pudiera llamar camarada- Proudhon. Para ser más sincero, leí primero Qué es la propiedad, y luego, El Capital. Solamente asumo la postura tan avisada de este, cuando afirmó: ¡Es la Guerra Social! (1 p. 12), como referente práctico-político, que declaraba toda una lógica (desde lo utópico) de destrucción del capitalismo, que me sirve punto de referencia para compararlo con las ideas de Marx en El Capital.
Hace unos días escuchaba a la conocida intelectual y académica cubana Isabel Monal hablando sobre este excepcional libro. Afirmó que era un fuerte cuestionamiento al sistema capitalista. Alrededor de eso (aunque ella no lo dijo) está implícita la idea de que es un libro que critica el capitalismo y lleva consigo un llamado a la revolución social, es decir, la llamada postura anticapitalista. En donde se asume, que Marx está criticando también que los capitalistas se apropien del plusvalor -que no les corresponde- y por eso es un llamado a tomar el excedente que el capitalista se apropia ilegítimamente.
Evidentemente, tampoco el objetivo de este artículo es cuestionarse el pensamiento de tal intelectual cubana, sino de manera general, reflexionar sobre esas posturas, piénselas quien las piense. Es por eso, que la pregunta, que me hago es: ¿Es realmente El Capital un libro anticapitalista que propone una lucha contra este sistema?
Advierto al lector, de antemano, que mi respuesta será conducida a un no (o al menos de la manera que se entiende el carácter "anticapitalista"), y que lo contrario a esa respuesta que asumo es solo una interpretación surgida de arrastrar los momentos de la euforia revolucionaria con el que fue escrito el Manifiesto y de las transgresiones que han hecho al marxismo corrientes utópicas más cercanas a Lassalle y las cuales en vida, Marx siempre se cuestionaba. Lo tan explicito que se olvida y las palabras del propio Marx.
Para comenzar a descifrar lo propuesto, un buen camino es el de las propias citas e ideas explícitas de El Capital. Por eso, lo primero que sale a relucir, en mayúsculas casi, es el subtítulo que lleva: Crítica de la economía política. He visto muchos que olvidan esa idea, y no está ahí por gusto.
Me resulta redundante tener que mencionar la cita y hablar de ella, pero desgraciadamente es necesario. Está bien claro que ese libro se cuestiona en todo momento la economía política clásica. Es decir, es una crítica a todo un sistema teórico filosófico que le antecedió, y con el que evidentemente no estaba de acuerdo. Si bien no es un libro solo de valor teórico, está bien claro que está criticando las formas de entender el capitalismo que predominaban en su época. Si fuera una crítica al capitalismo, su subtítulo sería: Crítica al capitalismo.
Existe otra cita que aunque esté fuera de El Capital, puede ser muy útil. Esta, la extraje de un artículo escrito por Marx titulado Glosas Marginales al ’Tratado de Economía Política’’ de Adolph Wagner. En ese texto, el propio Marx defiende la cientificidad de su Capital y de todas interpretaciones ideológicas (socialistas utópicas aún) que algunos como Wagner le imputaban y comenzaban a escudarse de ese libro para defender sus ideas políticos.
Marx afirma:
‘’Mientras no se haya hecho esta demostración, la ganancia del capital será también, de hecho, un elemento constitutivo del valor, y no como quieren los socialistas, algo que se le sustrae o se le ‘’roba al obrero’’ … en mi exposición, en efecto, la ganancia del capital no es ‘’solo una sustracción o robo en detrimento del obrero’’. Por el contrario, yo represento al capitalista como un funcionario necesario para la producción… y muestro ampliamente que él no sustrae o roba, sino que arranca la producción del plusvalor, es decir comienza por ayudar a crear lo que ha de sustraer.’’ (2 p. 173)
Esto, puede decir mucho por sí solo. Ese plusvalor sustraído, no es precisamente un robo. Por lo que si Marx condena algo, no es claramente, que el capitalista se quede con el plusvalor; de hecho, casi me atrevo a decir, que hay cierta defensa al derecho de su apropiación (en el sentido jurídico) por parte de este.
También está claro que, siendo consecuente con su teoría, Marx expone toda una funcionalidad dentro de la estructura social que tienen los capitalistas. Engels, más adelante, en los tomo II y III sabe exponer certeramente eso. Así, por ejemplo, se destacan algunas ideas.
Entre ellas está que el capital tiene la función social de unir la capacidad creadora del hombre (fuerza de trabajo) con la de los resultados de la actividad humana (máquinas, instrumentos, etc.) en tiempo y espacio e iniciar el proceso de producción de lo que hoy conocemos como bienes y servicios. Y después, continuar el ciclo completo que termina con la realización de las mercancías al ser compradas con sus consumidores. Esto hace incluso, que el capitalista, como personificación del capital, tenga su función social dentro de la lógica del modo de producción (sentido hegeliano) capitalista.
De ahí que del propio Marx sale toda una explicación del sistema que más allá de condenar, lo que hace es entender con objetividad que es lo que realmente está pasando en las relaciones capitalistas.
Lo implícito que se olvida y lo que realmente aporta:
Pensando de manera articulada con la lógica de Marx, pueden argumentarse también los planteamientos anteriores. Hay que detenerse y usar la dialéctica materialista. Esta nos plantea la interconexión relacional y condicionada de la realidad. Eso nos hace pensar ¿tenía objetividad y condicionamiento el capitalismo como sistema? ¿Por que apareció el capitalismo?
Haciendo abstracción del eurocentrismo del que es acusado Marx, se puede entender que el capitalismo fue revolucionario en su momento. Fue el resultado del desarrollo de las capacidades productivas que existían en el feudalismo, es decir, que el desarrollo de este y sus contradicciones generaron un tránsito al capitalismo. Lo que lo convierte en salida a determinadas contradicciones y le da todo un condicionamiento histórico.
Si bien este capitalismo tiene sus propias contradicciones, ¿puede pensarse que el hombre que fundó ese pensamiento mencionado (el materialismo dialéctico) se plantearía en medio de un sistema en consolidación mundial (el capitalismo) que pronto se acabaría con él?
Estoy de acuerdo en que Marx estaba (al igual que yo) del lado de los más desposeídos, pero es muy raro que pensara que con entender el origen del plusvalor y la función del capital en la sociedad, y cómo se da el intercambio, le estaba declarando la guerra inmediata al capitalismo.
Tampoco está diciendo cómo funciona el capitalismo para atacarlo, al menos tal y como lo entienden muchos. En realidad, esa es una idea, que no está prevista en El Capital. Hay ciertos supuestos metodológicos y elementos que Marx no expone en El Capital. Uno de ellos (y no lo expondré aquí) es esa lógica de reproducción del hombre expuesta en los Manuscritos, y que al olvidarse esto se da lugar a algunos malos entendidos. En su exposición, Marx deja por alto explicar, que condiciones y necesidades de la propia actividad humana condicionan el capitalismo (escribiré sobre esto en otros artículos).
Desgraciadamente, muchos han pensado que al leer y entender (aparentemente) qué ocurre en el capitalismo, podemos los revolucionarios conscientemente ponernos de acuerdo e ignorar el mecanismo de mercado y demás elementos.
Entonces, si no es una crítica (en el sentido de ataque) al capitalismo El Capital, y tampoco es una explicación para racionalmente asaltar el capitalismo, ¿cuál es el sentido político y liberador del capital?
Para comprender cuál es el sentido revolucionario (porque lo tiene) de este libro, hay que partir de fusionar tres elementos: la tradición teórica dialéctica a la que Marx indudablemente se suma, su compromiso político en la época y la evolución teórica de su pensamiento.
De lo primero, está la idea de la enajenación. Que mientras para Hegel, podía superarse sabiéndose dentro de una realidad, Marx comprendió que debía irse más allá: entender la realidad para cambiarla. También destaca, que esta tradición intenta romper con esas visiones fetichistas del mundo de otras filosofías y sistemas lógicos.
Esto se une con su compromiso con los obreros de la época. Hay que recordar que Marx pasó buena parte de sus obras criticando esos ‘’profetas socialistas’’ que llenaban la cabeza de los pobres obreros de esas fantasías y utopías políticas que lejos de liberar, aprisionaban más. Así se cuestionó a Proudhon, Weitling, Bakunin, Lassalle, el propio Wagner y todos los que entorpecieran con disparates el entendimiento de la realidad de los obreros.
De la evolución del pensamiento, hay que recordar esos elementos (que mencioné antes) que da en los Manuscritos, dónde afirma el desenvolvimiento del hombre en las reproducción de sus capacidades, y de la necesidad de armar una historia que fuera la historia natural del hombre.
Con eso, puede entenderse el sentido liberador de El Capital y esa postura "anticapitalista" de la siguiente manera: un libro que intenta dar a los obreros una verdadera explicación del sistema de relaciones capitalistas de producción, entendiendo la objetividad de estas, para no caer en voluntarismos ni utopías y comprender las verdaderas formas en que se puede cambiar las realidades que este genera. Con esto, se podría salir de todas aquellas formas de lucha obrera de su época que no aportaban mucho y solo despegaban al obrero de los puntos en que debía enfocarse.
Y si se sigue con la dialéctica materialista: no se trata entonces de atacar esas condiciones de frente y a golpe, sino en comenzar a generar los mecanismos de movimiento social que permitan ir condicionando la generación de relaciones sociales más justas.
Ese es el gran aporte: conocer objetivamente la realidad, para que los intentos de transformarlas sean certeros. Es esa el arma que aporta El Capital, porque Marx entendía que desde la euforia y los deseos, no se garantizaba la lucha correcta y había que sentar las bases en el pensamiento para que dejara de ser así. Por eso, Marx no es Proudhon.
Él no abogaba por revuelos ni aspavientos que como el mismo decía eran posturas pequeño-burguesas. Debe dejar de confundirse sus teorías, con acusaciones de robos a los capitalistas, que como el mismo dijo, nunca lo afirmó.
Con todo esto, puede concluirse entonces, que lejos de ser el libro en cuestión una crítica al capitalismo, es una explicación objetiva de este, en aras de liberar al obrero de la torpeza con que enfrentaba su realidad, y en eso radica su sentido “anticapitalista” y su carácter de teoría que actúa contra la alienación.
Es por eso que mi llamado, es a comprender el pensamiento de Marx tal y como lo expresó, y no confundamos su ciencia con las ideas de otros, y no le otorguemos consignas que pueden llegar a ser contradictorias con su obra.
Bibliografía
1. Proudhon, Pierre Joseph. ¿Qué es la propiedad? Investigaciones sobre. Buenos Aires : Libros de Anarres, 2005.
2. Marx, Carlos. Glosas marginales al ''Tratado de economía política'' de Adolph Wagner. [aut. libro] Maurice Dobb, y otros. Estudios sobre El Capital. México: Siglo XXI.
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WALTER ISAACSON. “Es importante que no tengamos miedo a la tecnología”. El biógrafo de Steve Jobs y Albert Einstein se centra en su último libro en el origen de la era digital a través de sus múltiples visionarios.
Nueva York 30 OCT 2015 - 14:28 CET
Walter Isaacson (Nueva Orleans, 20 de mayo de 1952) es más que un biógrafo en serie. Se atreve con los grandes genios, como Steve Jobs y Albert Einstein. El presidente del The Aspen Institute y antiguo director ejecutivo de Time publica ahora Los Innovadores (Debate), en la que echa un vistazo al origen de la era digital a través de sus múltiples visionarios, de sus talentos y de sus habilidades, de sus éxitos y de sus fracasos. En su trabajo se remonta hasta 1843, cuando Lady Lovelace describió la esencia de los ordenadores modernos. La única hija legítima del poeta Lord Byron supo ver que estas “hermosas máquinas” no tenían que limitarse a manipular números. También afirmó que ningún ordenador sería capaz de pensar.
Un siglo después, surgieron las primeras computadoras. Luego llegó la revolución de Internet. Cuando va a las conferencias y ferias tecnológicas, Isaacson trata siempre de mirar a la gente que está detrás de los productos, para entender lo que está por venir. La innovación real, comenta en esta entrevista, la logran los que son capaces de estar en el punto de unión entre humanidades y tecnología. Por eso el futuro, afirma, estará en manos de las personas que sean capaces de crear esa simbiosis hombre-computador y de la manera más simple.
Pregunta. La tecnología es algo que se da por asumido. ¿Pero entienden las nuevas generaciones las máquinas que usan?
Respuesta. Hay que enseñar matemáticas de una manera diferente, para que se enfoque más en cosas como la lógica y algoritmos, que son claves para la programación, y estadísticas, más que en cálculo. Pero también sería bueno volver a los días en que el usuario podía abrir los dispositivos electrónicos y fisgonear entre los circuitos, en lugar de estar sellados hasta el punto de no llegar a la batería.
P. Es como si se renunciara a poder arreglarlas.
R. Eso es fundamental. Nos estamos viendo alienados por una tecnología que cada vez parece más misteriosa. Por eso escribí este libro, para que se entienda que la tecnología está creada por gente normal. Son personas que entendieron cómo interruptores que se apagaban y encendían creaban un circuito para hacer lógica. Es importante que no tengamos miedo a la tecnología.
P. El origen de la Era Digital lo personifica en Ada, condesa de Lovelace. ¿Por qué?
R. Entendió que era importante conectar el arte a la tecnología, para así poder amar a la vez la poesía y las máquinas. Con su amigo Charles Babbage mostró cómo con tarjetas perforadas se podía programar calculadoras numéricas para hacer fotos, música y palabras, no únicamente números.
P. Las referencias al vínculo que debe haber entre belleza e ingeniería son constantes en su libro. Leonardo Da Vinci hizo eso mucho antes que Ada Byron.
R. Es la persona por excelencia que supo conectar arte con ingeniería y ciencia. Espero que mi próximo libro sea sobre él.
P. ¿Se puede ser visionario sin ser un genio?
R. Hay poca gente realmente inteligente. Muchos de los protagonistas de la era digital son personas normales. Lo que hay que saber es ser creativo, imaginativo. Hay que ser capaz de pensar diferente, como dijo Steve Jobs. Pero también se necesita saber crear equipos de personas. Unos son buenos teniendo ideas, otros ejecutándolas. Se puede ser un innovador independientemente de la personalidad que uno tenga. No hay una fórmula única.
P. ¿Y no es también estar en el momento y el lugar adecuado?
R. Cierto. Pero siempre es el buen momento para ser creativo.
P. Usted explica que innovación es un término que se usa con exceso. ¿Pero muy a menudo se confunde con invención?
R. Ser innovador no significa que siempre haya que ir inventando cosas. Significa que hay que hacer las cosas de otra manera, para crear una conexión con la gente.
P. Las mujeres fueron claves en el origen de la era digital, pero aparecen en la historia con un papel secundario. ¿Por qué?
R. No creo que haya diferencias entre hombres y mujeres a la hora de hacer cálculos matemáticos o de crear máquinas. El problema es que en los inicios los hombres pensaron que las máquinas eran más importantes que los programas y se equivocaron. La historia tampoco ha creado modelos a seguir de mujeres innovadoras. Por eso debemos reconocer el trabajo de Ada Byron o el de programadoras como Grace Hopper, para que inspire a más mujeres a introducirse en la tecnología.
P. La implicación militar fue esencial en el desarrollo de las primeras computadoras y de internet. ¿Debería recuperarse esa colaboración para dar el próximo salto?
R. Es importante que los gobiernos sean socios plenos y financien la investigación científica de base en las universidades. Ayudó a crear cosas como los microchips. No se trata de que participen en la creación de un nuevo producto, sino de preparar la tierra de cultivo para que germine la innovación futura.
P. ¿Cree que las empresas maduras tienen miedo a innovar?
R. Lo que creo es que las compañías que están dispuestas a comerse sus propios productos son las que innovan mejor. Apple creó el iPhone sabiendo que acabaría con el negocio del iPod; estaba dispuesto a canibalizarlo para poder crear algo nuevo.
P. IBM y HP fueron pioneras. Ahora llevan años tratando de transformarse. ¿Tan rápido va la tecnología que no siguen el paso?
R. El gran problema es que las grandes compañías no innovan bien, porque no quieren ir contra sus propios productos.
P. ¿Son imposibles de gestionar?
R. En la era actual, hay que ser ágiles. Ser pequeñas te da esa ventaja. Es mejor que tratar de ser un conglomerado.
P. ¿Cuál es su opinión sobre las patentes? Elon Musk ofrece las suyas para acelerar el coche eléctrico. En el extremo están Apple y Samsung peleándose por un diseño.
R. La tensión entre esos dos modelos ayuda a crear la dinámica para innovar. Por eso no creo que todo deba estar completamente abierto o cerrado. Sí pienso que las reglas deben evolucionar, para permitir sistemas más abiertos en lugar de patentarlo todo.
P. Da por hecho que la colaboración entre el hombre y la máquina está ganando a la idea de la inteligencia artificial.
R. Es la gran historia de la era digital. Combinar la capacidad de las máquinas con el juicio humano es más exitoso que crear máquinas que puedan pensar sin humanos.
P. ¿Habrá entonces una conexión física?
R. Claro. De alguna manera la está habiendo con los relojes y las gafas interactivas. Algún día los dispositivos electrónicos estarán dentro de nuestro cuerpo. Ya tenemos marcapasos.
P. ¿Cuál será la próxima disrupción tecnológica?
R. La banca y espero que suceda pronto. El sistema actual no permite hacer pequeñas transacciones con facilidad y deja a mucha gente al margen. Bitcoin es el inicio de esta disrupción. Espero que Apple u otra compañía encuentre la manera de esquivar a la banca tradicional y utilice pequeños pagos con monedas digitales.
Walter Isaacson (Nueva Orleans, 20 de mayo de 1952) es más que un biógrafo en serie. Se atreve con los grandes genios, como Steve Jobs y Albert Einstein. El presidente del The Aspen Institute y antiguo director ejecutivo de Time publica ahora Los Innovadores (Debate), en la que echa un vistazo al origen de la era digital a través de sus múltiples visionarios, de sus talentos y de sus habilidades, de sus éxitos y de sus fracasos. En su trabajo se remonta hasta 1843, cuando Lady Lovelace describió la esencia de los ordenadores modernos. La única hija legítima del poeta Lord Byron supo ver que estas “hermosas máquinas” no tenían que limitarse a manipular números. También afirmó que ningún ordenador sería capaz de pensar.
Un siglo después, surgieron las primeras computadoras. Luego llegó la revolución de Internet. Cuando va a las conferencias y ferias tecnológicas, Isaacson trata siempre de mirar a la gente que está detrás de los productos, para entender lo que está por venir. La innovación real, comenta en esta entrevista, la logran los que son capaces de estar en el punto de unión entre humanidades y tecnología. Por eso el futuro, afirma, estará en manos de las personas que sean capaces de crear esa simbiosis hombre-computador y de la manera más simple.
Pregunta. La tecnología es algo que se da por asumido. ¿Pero entienden las nuevas generaciones las máquinas que usan?
Respuesta. Hay que enseñar matemáticas de una manera diferente, para que se enfoque más en cosas como la lógica y algoritmos, que son claves para la programación, y estadísticas, más que en cálculo. Pero también sería bueno volver a los días en que el usuario podía abrir los dispositivos electrónicos y fisgonear entre los circuitos, en lugar de estar sellados hasta el punto de no llegar a la batería.
P. Es como si se renunciara a poder arreglarlas.
R. Eso es fundamental. Nos estamos viendo alienados por una tecnología que cada vez parece más misteriosa. Por eso escribí este libro, para que se entienda que la tecnología está creada por gente normal. Son personas que entendieron cómo interruptores que se apagaban y encendían creaban un circuito para hacer lógica. Es importante que no tengamos miedo a la tecnología.
P. El origen de la Era Digital lo personifica en Ada, condesa de Lovelace. ¿Por qué?
R. Entendió que era importante conectar el arte a la tecnología, para así poder amar a la vez la poesía y las máquinas. Con su amigo Charles Babbage mostró cómo con tarjetas perforadas se podía programar calculadoras numéricas para hacer fotos, música y palabras, no únicamente números.
P. Las referencias al vínculo que debe haber entre belleza e ingeniería son constantes en su libro. Leonardo Da Vinci hizo eso mucho antes que Ada Byron.
R. Es la persona por excelencia que supo conectar arte con ingeniería y ciencia. Espero que mi próximo libro sea sobre él.
P. ¿Se puede ser visionario sin ser un genio?
R. Hay poca gente realmente inteligente. Muchos de los protagonistas de la era digital son personas normales. Lo que hay que saber es ser creativo, imaginativo. Hay que ser capaz de pensar diferente, como dijo Steve Jobs. Pero también se necesita saber crear equipos de personas. Unos son buenos teniendo ideas, otros ejecutándolas. Se puede ser un innovador independientemente de la personalidad que uno tenga. No hay una fórmula única.
P. ¿Y no es también estar en el momento y el lugar adecuado?
R. Cierto. Pero siempre es el buen momento para ser creativo.
P. Usted explica que innovación es un término que se usa con exceso. ¿Pero muy a menudo se confunde con invención?
R. Ser innovador no significa que siempre haya que ir inventando cosas. Significa que hay que hacer las cosas de otra manera, para crear una conexión con la gente.
P. Las mujeres fueron claves en el origen de la era digital, pero aparecen en la historia con un papel secundario. ¿Por qué?
R. No creo que haya diferencias entre hombres y mujeres a la hora de hacer cálculos matemáticos o de crear máquinas. El problema es que en los inicios los hombres pensaron que las máquinas eran más importantes que los programas y se equivocaron. La historia tampoco ha creado modelos a seguir de mujeres innovadoras. Por eso debemos reconocer el trabajo de Ada Byron o el de programadoras como Grace Hopper, para que inspire a más mujeres a introducirse en la tecnología.
P. La implicación militar fue esencial en el desarrollo de las primeras computadoras y de internet. ¿Debería recuperarse esa colaboración para dar el próximo salto?
R. Es importante que los gobiernos sean socios plenos y financien la investigación científica de base en las universidades. Ayudó a crear cosas como los microchips. No se trata de que participen en la creación de un nuevo producto, sino de preparar la tierra de cultivo para que germine la innovación futura.
P. ¿Cree que las empresas maduras tienen miedo a innovar?
R. Lo que creo es que las compañías que están dispuestas a comerse sus propios productos son las que innovan mejor. Apple creó el iPhone sabiendo que acabaría con el negocio del iPod; estaba dispuesto a canibalizarlo para poder crear algo nuevo.
P. IBM y HP fueron pioneras. Ahora llevan años tratando de transformarse. ¿Tan rápido va la tecnología que no siguen el paso?
R. El gran problema es que las grandes compañías no innovan bien, porque no quieren ir contra sus propios productos.
P. ¿Son imposibles de gestionar?
R. En la era actual, hay que ser ágiles. Ser pequeñas te da esa ventaja. Es mejor que tratar de ser un conglomerado.
P. ¿Cuál es su opinión sobre las patentes? Elon Musk ofrece las suyas para acelerar el coche eléctrico. En el extremo están Apple y Samsung peleándose por un diseño.
R. La tensión entre esos dos modelos ayuda a crear la dinámica para innovar. Por eso no creo que todo deba estar completamente abierto o cerrado. Sí pienso que las reglas deben evolucionar, para permitir sistemas más abiertos en lugar de patentarlo todo.
P. Da por hecho que la colaboración entre el hombre y la máquina está ganando a la idea de la inteligencia artificial.
R. Es la gran historia de la era digital. Combinar la capacidad de las máquinas con el juicio humano es más exitoso que crear máquinas que puedan pensar sin humanos.
P. ¿Habrá entonces una conexión física?
R. Claro. De alguna manera la está habiendo con los relojes y las gafas interactivas. Algún día los dispositivos electrónicos estarán dentro de nuestro cuerpo. Ya tenemos marcapasos.
P. ¿Cuál será la próxima disrupción tecnológica?
R. La banca y espero que suceda pronto. El sistema actual no permite hacer pequeñas transacciones con facilidad y deja a mucha gente al margen. Bitcoin es el inicio de esta disrupción. Espero que Apple u otra compañía encuentre la manera de esquivar a la banca tradicional y utilice pequeños pagos con monedas digitales.
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jueves, 31 de mayo de 2018
La homeopatía se venderá en farmacias como medicamento aunque Sanidad reconoce que no cura. El ministerio regulará esta pseudoterapia, pero la presión de las autonomías obliga a Dolors Montserrat a difundir su ineficacia: “No hay evidencia terapéutica”.
La homeopatía se venderá en farmacias como medicamento aunque Sanidad reconoce que no cura
El ministerio regulará esta pseudoterapia, pero la presión de las autonomías obliga a Dolors Montserrat a difundir su ineficacia: “No hay evidencia terapéutica”
La reunión de la ministra de Sanidad con las autonomías no frenó la orden, pero la presión de buena parte de las consejeras y consejeros consiguió que Montserrat reconociera lo evidente a la salida del Consejo Interterritorial: "Queremos decirles bien claro a los pacientes que no hay evidencia terapéutica". Montserrat aseguró además que pondrán en marcha campañas informativas e informaciones en la web del Ministerio para que los ciudadanos tengan claro este aspecto.
El Ministerio de Sanidad dará un plazo de tres meses a los productos homeopáticos para que pasen al menos un control de calidad y seguridad o no podrán ser vendidos. La orden ministerial, que podría firmarse esta semana, permitirá que la homeopatía se pueda vender en farmacias como medicamento aunque Sanidad reconoce que no cura y aunque en el propio producto se asegure que no cura.
Muchas consejerías autonómicas habían protestado antes de la reunión con la ministra porque consideraban que no se podía aceptar la inclusión de los productos homeopáticos como medicamentos ni su venta en farmacias. La Comunitat Valenciana, País Vasco, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, Baleares, Andalucía, Asturias y Cantabria dejaron claro que les parecía inaceptable la denominación dado que no han probado su eficacia contra ninguna enfermedad. Incluso los consejeros partidarios de la aprobación de la orden en los términos planteados por Sanidad reconocían que "la homeopatía no es válida". Las autonomías críticas señalaban dos alternativas: conseguir revertir la directiva europea a largo plazo o establecer un marco normativo que trajera a España la exigencia europea en su versión más rigurosa para proteger a los pacientes de estos productos.
La consellera valenciana, Carmen Montón, cargó contra la orden ministerial porque la homeopatía "no cura, no tiene evidencia científica detrás" y, como había avanzado en EL PAÍS, propuso eliminar del mercado todo aquel que no esté debidamente autorizado y registrado, a través de un plan de retirada. También denunció la condonación de tasas que, en su opinión, se realiza a los laboratorios homeopáticos, que se ahorran 1,2 millones de euros al año en tasas que no han estado pagando.
Este asunto, el de las tasas, fue abordado por la ministra en su comparecencia, al asegurar que los productos homeopáticos deberán pagar las establecidas por la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), sin hacer referencia a las que se deben de ejercicios anteriores, mientras se vendían estando en el limbo legal. "No se va a hacer ninguna excepción", aseguró Montserrat, que no ofreció una estimación del número de productos homeopáticos que se encuentran actualmente en el mercado, aunque el borrador que Ana Mato quiso aprobar en 2013 calculaba que serían 14.000 los comercializados.
La directora de la AEMPS, Belén Crespo, añadió que se controlará el pago de las correspondientes tasas por familias de productos homeopáticos y no por cada una de las distintas diluciones. Es decir, que los laboratorios homeopáticos se ahorrarán bastante dinero con este planteamiento, ya que no tienen que pagar tasas por cada preparado que saque al mercado sino tan solo por cada grupo de preparados homeopáticos. Esto supondrá que se sigue eligiendo la vía más favorable para el negocio de la homeopatía, que supone más de 60 millones anuales, el mismo camino elegido en 2013, que terminó aparcándose ante la contestación social. En 2008, con el PSOE en el Gobierno, se intentó ordenar este asunto con una iniciativa que obligaba a la industria a pagar tasas por cada producto, lo que provocó una campaña en contra del sector homeopático.
Este aspecto es uno de los que más indignan a los activistas en favor de una medicina basada en la evidencia, como la presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, Elena Campos: “Es bochornoso que se les condonen las deudas y que nadie del Gobierno ni de la AEMPS pida disculpas por todos estos años de comercio irregular de los mismos”. Para Campos es “indignante” que desoyendo a varias comunidades autónomas, a sociedades científicas e incluso a la Organización Médica Colegial pretendan además “engañar a los usuarios” manteniendo en el mercado “productos de ineficacia demostrada como si fueran medicamentos al uso”. Y añade: “Hubiera sido el momento de exigir a Europa la derogación de esta disposición; ello hubiera demostrado que a Sanidad realmente le importa la salud y dignidad de sus ciudadanos, usuarios y pacientes”.
Tras defenderla ante las autonomías, Montserrat deberá explicar su orden sobre homeopatía en el Congreso, donde desde Unidos Podemos y Ciudadanos se le ha pedido su comparecencia y se le han planteado una serie de preguntas, respectivamente. La titular de Sanidad tendrá que exponer ante los diputados las razones por las que ha escogido la vía más favorable y barata para la homeopatía, a pesar de que incluso ella misma reconoce que se trata de una pseudociencia que carece de validez científica.
https://elpais.com/elpais/2018/04/25/ciencia/1524649738_998492.html
La reunión de la ministra de Sanidad con las autonomías no frenó la orden, pero la presión de buena parte de las consejeras y consejeros consiguió que Montserrat reconociera lo evidente a la salida del Consejo Interterritorial: "Queremos decirles bien claro a los pacientes que no hay evidencia terapéutica". Montserrat aseguró además que pondrán en marcha campañas informativas e informaciones en la web del Ministerio para que los ciudadanos tengan claro este aspecto.
El Ministerio de Sanidad dará un plazo de tres meses a los productos homeopáticos para que pasen al menos un control de calidad y seguridad o no podrán ser vendidos. La orden ministerial, que podría firmarse esta semana, permitirá que la homeopatía se pueda vender en farmacias como medicamento aunque Sanidad reconoce que no cura y aunque en el propio producto se asegure que no cura.
Muchas consejerías autonómicas habían protestado antes de la reunión con la ministra porque consideraban que no se podía aceptar la inclusión de los productos homeopáticos como medicamentos ni su venta en farmacias. La Comunitat Valenciana, País Vasco, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, Baleares, Andalucía, Asturias y Cantabria dejaron claro que les parecía inaceptable la denominación dado que no han probado su eficacia contra ninguna enfermedad. Incluso los consejeros partidarios de la aprobación de la orden en los términos planteados por Sanidad reconocían que "la homeopatía no es válida". Las autonomías críticas señalaban dos alternativas: conseguir revertir la directiva europea a largo plazo o establecer un marco normativo que trajera a España la exigencia europea en su versión más rigurosa para proteger a los pacientes de estos productos.
La consellera valenciana, Carmen Montón, cargó contra la orden ministerial porque la homeopatía "no cura, no tiene evidencia científica detrás" y, como había avanzado en EL PAÍS, propuso eliminar del mercado todo aquel que no esté debidamente autorizado y registrado, a través de un plan de retirada. También denunció la condonación de tasas que, en su opinión, se realiza a los laboratorios homeopáticos, que se ahorran 1,2 millones de euros al año en tasas que no han estado pagando.
Este asunto, el de las tasas, fue abordado por la ministra en su comparecencia, al asegurar que los productos homeopáticos deberán pagar las establecidas por la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), sin hacer referencia a las que se deben de ejercicios anteriores, mientras se vendían estando en el limbo legal. "No se va a hacer ninguna excepción", aseguró Montserrat, que no ofreció una estimación del número de productos homeopáticos que se encuentran actualmente en el mercado, aunque el borrador que Ana Mato quiso aprobar en 2013 calculaba que serían 14.000 los comercializados.
La directora de la AEMPS, Belén Crespo, añadió que se controlará el pago de las correspondientes tasas por familias de productos homeopáticos y no por cada una de las distintas diluciones. Es decir, que los laboratorios homeopáticos se ahorrarán bastante dinero con este planteamiento, ya que no tienen que pagar tasas por cada preparado que saque al mercado sino tan solo por cada grupo de preparados homeopáticos. Esto supondrá que se sigue eligiendo la vía más favorable para el negocio de la homeopatía, que supone más de 60 millones anuales, el mismo camino elegido en 2013, que terminó aparcándose ante la contestación social. En 2008, con el PSOE en el Gobierno, se intentó ordenar este asunto con una iniciativa que obligaba a la industria a pagar tasas por cada producto, lo que provocó una campaña en contra del sector homeopático.
Este aspecto es uno de los que más indignan a los activistas en favor de una medicina basada en la evidencia, como la presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, Elena Campos: “Es bochornoso que se les condonen las deudas y que nadie del Gobierno ni de la AEMPS pida disculpas por todos estos años de comercio irregular de los mismos”. Para Campos es “indignante” que desoyendo a varias comunidades autónomas, a sociedades científicas e incluso a la Organización Médica Colegial pretendan además “engañar a los usuarios” manteniendo en el mercado “productos de ineficacia demostrada como si fueran medicamentos al uso”. Y añade: “Hubiera sido el momento de exigir a Europa la derogación de esta disposición; ello hubiera demostrado que a Sanidad realmente le importa la salud y dignidad de sus ciudadanos, usuarios y pacientes”.
Tras defenderla ante las autonomías, Montserrat deberá explicar su orden sobre homeopatía en el Congreso, donde desde Unidos Podemos y Ciudadanos se le ha pedido su comparecencia y se le han planteado una serie de preguntas, respectivamente. La titular de Sanidad tendrá que exponer ante los diputados las razones por las que ha escogido la vía más favorable y barata para la homeopatía, a pesar de que incluso ella misma reconoce que se trata de una pseudociencia que carece de validez científica.
https://elpais.com/elpais/2018/04/25/ciencia/1524649738_998492.html
_- “Si no se desperdiciase comida, las personas con hambre comerían cuatro veces”. Entrevista con Alessandro Demaio, director ejecutivo de la organización internacional EAT.
_- Thalif Deen
IPS
La crisis alimentaria se agrava en un contexto de crecientes conflictos militares, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) redobla esfuerzos para erradicar el hambre extrema para 2030, con la colaboración de la sociedad civil.
Incluso se llamó al Consejo de Seguridad de la ONU en abril a esforzarse más para “romper el vínculo entre hambre y conflictos”.
“Casi las dos terceras partes de las personas con hambre viven en países con conflictos”, dijo el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y coordinador de Asistencia de Emergencia, Mark Lowcock, al Consejo de Seguridad.
IPS conversó al respecto con Alessandro Demaio, director ejecutivo de la organización internacional EAT, con sede en Noruega, dedicada a luchar contra el hambre mediante “la transformación del sistema alimentario global para alimentar a la creciente población mundial con alimentos más saludables procedentes de un planeta saludable, sin dejar a nadie atrás”.
IPS: El segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se propone erradicar el hambre para 2030. ¿Cree que es factible?
ALESSANDRO DEMAIO: La alimentación se relaciona de una manera u otra con los 17 ODS. Como médico me preocupa enormemente que más de 800 millones de personas pasen hambre y que más de 2.000 millones tengan sobrepeso, a lo que se suma el aumento exponencial de enfermedades evitables y relacionadas con el tipo de dieta como diabetes, problemas de corazón y distintos tipos de cáncer. Trabajando en Mongolia, Sri Lanka y Camboya vi cómo el hambre adopta distintas formas.
La malnutrición se manifiesta en los niños de dos maneras clave: dejándolos peligrosamente flacos para su altura o impidiendo su crecimiento de forma permanente. En el otro extremo, poblaciones con dietas excedidas en calorías, pero bajas en nutrientes es responsable del sobrepeso y la obesidad.
Una tercera parte de los alimentos producidos se pierden o se desperdician, lo que alcanzaría para alimentar hasta cuatro veces a todas las personas que pasan hambre.
Pero la lentitud con que se responde a las crecientes presiones que implica el cambio climático y el aumento de las desigualdades sociales hace que no todo el mundo tenga acceso a los alimentos adecuados. De hecho, la ONU declaró en 2017 que después de una década de disminuir, el hambre aumenta otra vez.
Creo que podemos alcanzar el hambre cero para 2030. Tenemos muchas soluciones, como conectar a los pequeños agricultores con los mercados, eliminar las barreras al comercio e impulsar la producción sostenible de alimentos.
Pero necesitamos voluntad política, y que los actores de distintos sectores, fronteras y disciplinas trabajen juntos.
No solo producimos lo que nos enferma y que destruye al planeta, sino que seguimos subsidiándolo con miles de millones de dólares al año. Los más pobres son los menos responsables de ello y los más afectados por esa tendencia.
IPS: ¿Cuál es su agenda para ayudar al sistema de alimentación?
AD: En nuestro trabajo para reformar el sistema de alimentación mundial en EAT conectamos y asociamos la ciencia, los políticos, el sector privado y la sociedad civil para lograr cinco transformaciones radicales y urgentes para 2050.
1. Cambiar las dietas para que sean saludables, gustosas y sostenibles;
2. Realinear las prioridades del sistema de alimentación priorizando a las personas y al planeta;
3. Producir más alimentos adecuados, con menos;
4. Salvaguardar nuestra tierra y nuestros océanos;
5. Reducir radicalmente las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos se pierden cada año.
En las naciones más pobres, ese desperdicio generalmente ocurre antes de que llegue al mercado, lo que, en parte, se puede resolver mediante tecnologías simples en la cadena de suministro, como transporte, empaquetado y refrigeración.
Intervenciones tecnológicas como la agricultura de precisión o inversiones en procesos posteriores a la cosecha marcarán una gran diferencia.
En los países más ricos, la mayor parte del desperdicio ocurre cuando deja el mercado, en los supermercados o en los hogares.
Comprar menos, pero más seguido, evitar las compras impulsivas y tomar medidas para reducir promociones como “compre uno y lleve otro gratis” son medidas clave.
IPS: El mundo necesita producir por lo menos 50 por ciento más de alimentos para alimentar a las 9.000 millones de personas que habitarán el planeta para 2050. ¿Es un objetivo alcanzable, teniendo en cuenta, además, el impacto del cambio climático en los cultivos?
AD: La mala noticia es que la agricultura moderna no nos alimenta a todos ni nos alimenta bien. La buena noticia es que nunca tuvimos una oportunidad como esta ni tanto conocimiento o ingenio ni capacidades para solucionarlo.
Aumentar las inversiones en infraestructura para la etapa de cosecha, combinado con un mejor acceso a mercados y tecnología permitirá minimizar las pérdidas en el campo en países de bajos y medianos ingresos.
Y en los países de mayores ingresos, las empresas y los consumidores deben cumplir un papel transformador para reducir el desperdicio.
Promover mejores hábitos de consumo, análisis del tamaño de las porciones y mejorar las técnicas de preparación de alimentos permitirán a los consumidores pueden lanzarse de cabeza a la economía de alimentos circular. Cada gramo de comida que no se pierde ni se desperdicia generará una ganancia económica, de salud y ambiental.
He visto cómo diversificando lo que plantamos podemos cubrir las necesidades nutricionales globales y locales. En cambio, la manipulación genética ofrece elevar la productividad, la nutrición y la tolerancia a incertidumbres ambientales.
Básicamente, el futuro de la agricultura no depende solo de la expansión de métodos intensivos, sino de aprovechar métodos holísticos, precisos y apoyados en la tecnología, que mejoran la producción de alimentos más nutritivos y resistentes al clima.
IPS: ¿Cómo afectan los conflictos bélicos, en particular en Asia y África, el suministro de alimentos?
AD: Los grandes conflictos nacionales o regionales suelen originarse a partir de la competencia por el control de los instrumentos de producción de alimentos, como la tierra y el agua.
Una población creciente, menor productividad y menor contenido nutritivo de algunos cultivos debido al cambio climático genera un mayor estrés, elevando el malestar de la población o la incidencia de conflictos bélicos.
Los contextos son importantes y ya sea el cambio climático, la escasez de alimentos, las crisis hídricas, la sostenibilidad de los océanos o los conflictos geopolíticos, muchos o la mayoría de ellos, están relacionados entre sí.
Un ejemplo es cómo la acidificación de los océanos y el recalentamiento planetario tienen consecuencias en la pesca y en la redistribución de la sobrepesca, suponen un estrés para las poblaciones de peces, lo que puede derivar en nuevas tensiones geopolíticas. Dado que muchos de esos desafíos están interrelacionados, también presentan oportunidades para una mitigación conjunta.
IPS: ¿Cuál es el principal objetivo y la agenda del foro de EAT, que se realizará en Estocolmo del 11 al 12 de junio?
AD: Lograr una dieta saludable y sostenible para una población que casi llegará a los 10.000 millones de habitantes es un desafío monumental, pero está a nuestro alcance. El Foro Alimentario de Estocolmo es un aporte a la resolución de ese desafío.
El objetivo es reunir innovadores, dirigentes y pensadores creativos, quienes rara vez se juntan, y hacerlos trabajar juntos en desafíos globales interrelacionados como: sistemas alimentarios, cambio climático, seguridad alimentaria, salud global y desarrollo sostenible.
Este año organizamos el 5 Foro Alimentario de Estocolmo, junto con el gobierno de Suecia.
Tenemos oradores increíbles como la directora general del Banco Mundial, Kristalina Georgieva; una de las arquitectas del Acuerdo de París sobre cambio climático, Christiana Figueres; el chef y ex jefe de alimentación del gobierno de Barack Obama, Sam Kass; además de otros héroes del sector en representación de 29 países y seis continentes.
Traducción: Verónica Firme
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2018/05/sin-desperdicios-personas-hambre-comerian-cuatro-veces
La crisis alimentaria se agrava en un contexto de crecientes conflictos militares, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) redobla esfuerzos para erradicar el hambre extrema para 2030, con la colaboración de la sociedad civil.
Incluso se llamó al Consejo de Seguridad de la ONU en abril a esforzarse más para “romper el vínculo entre hambre y conflictos”.
“Casi las dos terceras partes de las personas con hambre viven en países con conflictos”, dijo el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y coordinador de Asistencia de Emergencia, Mark Lowcock, al Consejo de Seguridad.
IPS conversó al respecto con Alessandro Demaio, director ejecutivo de la organización internacional EAT, con sede en Noruega, dedicada a luchar contra el hambre mediante “la transformación del sistema alimentario global para alimentar a la creciente población mundial con alimentos más saludables procedentes de un planeta saludable, sin dejar a nadie atrás”.
IPS: El segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se propone erradicar el hambre para 2030. ¿Cree que es factible?
ALESSANDRO DEMAIO: La alimentación se relaciona de una manera u otra con los 17 ODS. Como médico me preocupa enormemente que más de 800 millones de personas pasen hambre y que más de 2.000 millones tengan sobrepeso, a lo que se suma el aumento exponencial de enfermedades evitables y relacionadas con el tipo de dieta como diabetes, problemas de corazón y distintos tipos de cáncer. Trabajando en Mongolia, Sri Lanka y Camboya vi cómo el hambre adopta distintas formas.
La malnutrición se manifiesta en los niños de dos maneras clave: dejándolos peligrosamente flacos para su altura o impidiendo su crecimiento de forma permanente. En el otro extremo, poblaciones con dietas excedidas en calorías, pero bajas en nutrientes es responsable del sobrepeso y la obesidad.
Una tercera parte de los alimentos producidos se pierden o se desperdician, lo que alcanzaría para alimentar hasta cuatro veces a todas las personas que pasan hambre.
Pero la lentitud con que se responde a las crecientes presiones que implica el cambio climático y el aumento de las desigualdades sociales hace que no todo el mundo tenga acceso a los alimentos adecuados. De hecho, la ONU declaró en 2017 que después de una década de disminuir, el hambre aumenta otra vez.
Creo que podemos alcanzar el hambre cero para 2030. Tenemos muchas soluciones, como conectar a los pequeños agricultores con los mercados, eliminar las barreras al comercio e impulsar la producción sostenible de alimentos.
Pero necesitamos voluntad política, y que los actores de distintos sectores, fronteras y disciplinas trabajen juntos.
No solo producimos lo que nos enferma y que destruye al planeta, sino que seguimos subsidiándolo con miles de millones de dólares al año. Los más pobres son los menos responsables de ello y los más afectados por esa tendencia.
IPS: ¿Cuál es su agenda para ayudar al sistema de alimentación?
AD: En nuestro trabajo para reformar el sistema de alimentación mundial en EAT conectamos y asociamos la ciencia, los políticos, el sector privado y la sociedad civil para lograr cinco transformaciones radicales y urgentes para 2050.
1. Cambiar las dietas para que sean saludables, gustosas y sostenibles;
2. Realinear las prioridades del sistema de alimentación priorizando a las personas y al planeta;
3. Producir más alimentos adecuados, con menos;
4. Salvaguardar nuestra tierra y nuestros océanos;
5. Reducir radicalmente las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos se pierden cada año.
En las naciones más pobres, ese desperdicio generalmente ocurre antes de que llegue al mercado, lo que, en parte, se puede resolver mediante tecnologías simples en la cadena de suministro, como transporte, empaquetado y refrigeración.
Intervenciones tecnológicas como la agricultura de precisión o inversiones en procesos posteriores a la cosecha marcarán una gran diferencia.
En los países más ricos, la mayor parte del desperdicio ocurre cuando deja el mercado, en los supermercados o en los hogares.
Comprar menos, pero más seguido, evitar las compras impulsivas y tomar medidas para reducir promociones como “compre uno y lleve otro gratis” son medidas clave.
IPS: El mundo necesita producir por lo menos 50 por ciento más de alimentos para alimentar a las 9.000 millones de personas que habitarán el planeta para 2050. ¿Es un objetivo alcanzable, teniendo en cuenta, además, el impacto del cambio climático en los cultivos?
AD: La mala noticia es que la agricultura moderna no nos alimenta a todos ni nos alimenta bien. La buena noticia es que nunca tuvimos una oportunidad como esta ni tanto conocimiento o ingenio ni capacidades para solucionarlo.
Aumentar las inversiones en infraestructura para la etapa de cosecha, combinado con un mejor acceso a mercados y tecnología permitirá minimizar las pérdidas en el campo en países de bajos y medianos ingresos.
Y en los países de mayores ingresos, las empresas y los consumidores deben cumplir un papel transformador para reducir el desperdicio.
Promover mejores hábitos de consumo, análisis del tamaño de las porciones y mejorar las técnicas de preparación de alimentos permitirán a los consumidores pueden lanzarse de cabeza a la economía de alimentos circular. Cada gramo de comida que no se pierde ni se desperdicia generará una ganancia económica, de salud y ambiental.
He visto cómo diversificando lo que plantamos podemos cubrir las necesidades nutricionales globales y locales. En cambio, la manipulación genética ofrece elevar la productividad, la nutrición y la tolerancia a incertidumbres ambientales.
Básicamente, el futuro de la agricultura no depende solo de la expansión de métodos intensivos, sino de aprovechar métodos holísticos, precisos y apoyados en la tecnología, que mejoran la producción de alimentos más nutritivos y resistentes al clima.
IPS: ¿Cómo afectan los conflictos bélicos, en particular en Asia y África, el suministro de alimentos?
AD: Los grandes conflictos nacionales o regionales suelen originarse a partir de la competencia por el control de los instrumentos de producción de alimentos, como la tierra y el agua.
Una población creciente, menor productividad y menor contenido nutritivo de algunos cultivos debido al cambio climático genera un mayor estrés, elevando el malestar de la población o la incidencia de conflictos bélicos.
Los contextos son importantes y ya sea el cambio climático, la escasez de alimentos, las crisis hídricas, la sostenibilidad de los océanos o los conflictos geopolíticos, muchos o la mayoría de ellos, están relacionados entre sí.
Un ejemplo es cómo la acidificación de los océanos y el recalentamiento planetario tienen consecuencias en la pesca y en la redistribución de la sobrepesca, suponen un estrés para las poblaciones de peces, lo que puede derivar en nuevas tensiones geopolíticas. Dado que muchos de esos desafíos están interrelacionados, también presentan oportunidades para una mitigación conjunta.
IPS: ¿Cuál es el principal objetivo y la agenda del foro de EAT, que se realizará en Estocolmo del 11 al 12 de junio?
AD: Lograr una dieta saludable y sostenible para una población que casi llegará a los 10.000 millones de habitantes es un desafío monumental, pero está a nuestro alcance. El Foro Alimentario de Estocolmo es un aporte a la resolución de ese desafío.
El objetivo es reunir innovadores, dirigentes y pensadores creativos, quienes rara vez se juntan, y hacerlos trabajar juntos en desafíos globales interrelacionados como: sistemas alimentarios, cambio climático, seguridad alimentaria, salud global y desarrollo sostenible.
Este año organizamos el 5 Foro Alimentario de Estocolmo, junto con el gobierno de Suecia.
Tenemos oradores increíbles como la directora general del Banco Mundial, Kristalina Georgieva; una de las arquitectas del Acuerdo de París sobre cambio climático, Christiana Figueres; el chef y ex jefe de alimentación del gobierno de Barack Obama, Sam Kass; además de otros héroes del sector en representación de 29 países y seis continentes.
Traducción: Verónica Firme
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2018/05/sin-desperdicios-personas-hambre-comerian-cuatro-veces
Cinco aplicaciones para aprender a programar desde cero. Algunas propuestas aseguran que el usuario sólo debe dedicarle cinco minutos diarios para adquirir las no.ciones básicas para crear páginas web y aplicaciones móviles
“Si fuera un alumno francés de diez años, para mí sería más importante aprender programación que aprender inglés”. Así de tajante se mostraba Tim Cook, CEO (director general) de Apple, en una entrevista concedida a Konbini Francia en octubre de 2017. Esta preferencia no debería extrañarnos si tenemos en cuenta que el conocimiento de lenguajes de programación es una de las aptitudes de muchos de los perfiles profesionales más demandados actualmente, como expertos en big data, especialistas en data science, ingenieros informáticos, desarrolladores de aplicaciones o responsables de ciberseguridad.
Aquellos que quieran acercarse al mundo de la programación, ahora pueden hacerlo de una manera entretenida a través de estas aplicacones que proponen aprender desde cero a través de juegos y cuestionarios interactivos.
Grasshopper
Área 120 es una incubadora de proyectos donde los empleados de Google experimentan con nuevas ideas que en ocasiones acaban concretándose en productos. Este es el caso de Grasshopper, una app para iOS y Android que enseña a programar en JavaScript de una forma divertida, a través de quizs (pruebas) y pequeños juegos en los que se cuenta con la ayuda de un saltamontes (que es precisamente la traducción al español de grasshopper).
La aplicación propone pequeños retos a los que tan sólo hay que dedicarle cinco minutos diarios para aprender las nociones básicas de este lenguaje, usado para crear páginas web, apps móviles y sistemas para analizar bases de datos, entre otros muchos recursos tecnológicos. Además, se explican de manera sencilla conceptos de programación, como array o script, que también se utilizan en otros lenguajes.
Sólo está disponible en inglés, pero esto no debería ser un problema para los que quieren aprender programación, ya que este es el idioma en el que se escriben los códigos.
SoloLearn
A diferencia de la anterior, esta aplicación sí está disponible en español tanto para iOS como para Android. Además, no se centra en el aprendizaje de un único lenguaje, sino que proporciona conocimientos básicos sobre C++, HTML, Python 3, Java, JavaScript, SQL, C#, PHP, CSS, Swift, Ruby y jQuery. El usuario elige uno o varios tutoriales de entre todos los disponibles e inmediatamente accede a los cursos donde se combinan cuestionarios interactivos, ejercicios prácticos y exámenes de cada lección. A medida que se van resolviendo estos retos, SoloLearn premia con insignias, lo cual motiva a seguir aprendiendo.
Uno de los rasgos distintivos de esta app es que permite crear, ejecutar y guardar los códigos que crea el usuario en el apartado Code Playground, de tal modo que siempre se puede volver a ellos para modificarlos y seguir probando los nuevos conocimientos adquiridos. Además, SoloLearn cuenta con una capa social para resolver dudas y compartir experiencias con otros miembros.
Aquellos que ya tengan conocimientos de programación también pueden probar sus habilidades o acceder a tutoriales de mayor nivel desde esta misma aplicación.
Programming Hub
Desarrollada por Nexino Labs en colaboración con expertos de Google, esta aplicación para iOS y Android es bastante similar a SoloLearn, con la diferencia de que Programming Hub no está disponible en español. El usuario puede escoger entre una gran variedad de tutoriales con distintos lenguajes de programación y marcado e ir aprendiéndolos a través de tests interactivos y ejercicios. Además, desde la misma app se accede a un compilador para probar los códigos creados y practicar los conocimientos adquiridos.
Sin embargo, la versión gratuita tiene algunas funcionalidades bloqueadas, de tal modo que si se quiere aprovechar al máximo Programming Hub es necesario hacerse con la versión Pro y desembolsar 10,99 euros mensuales o 29,99 euros trimestrales, si bien es cierto que en ocasiones lanzan ofertas con las que sólo hay que hacer un único pago de 14,99 euros para ser usuario Premium de manera permanente. Entre otras ventajas, la edición Pro elimina la publicidad, permite trabajar sin conexión a Internet, envía actualizaciones gratuitas de los cursos, proporciona material adicional en distintos formatos y posibilita el uso del compilador sin ninguna restricción.
Codemurai
Otra de las apps que ofrece el aprendizaje de varios lenguajes de programación es Codemurai, lanzada en noviembre de 2016 para iOS y Android tras recaudar la financiación necesaria a través de una campaña de crowdfunding en Kickstarter.
Una de las peculiaridades de esta propuesta es que los tutoriales están agrupados en cinco bloques, lo que facilita la elección de los lenguajes en función de lo que se quiera aprender a desarrollar: páginas web, aplicaciones para Android, aplicaciones para iOS, videojuegos o codificación con Python.
Sólo está disponible en inglés y su funcionamiento es muy similar al de las anteriores apps, con la diferencia de que las lecciones y ejercicios prácticos se intercambian por monedas virtuales, por lo que en ocasiones no se puede seguir avanzando hasta que se consigue el crédito necesario. Para ello se puede esperar 24 horas hasta recibir un regalo de 25 monedas por parte de Codemurai, obtener más crédito a cambio de ver anuncios o comprarlo según esta tabla de precios: 400 monedas por 1,19 euros; 1.200 monedas por 2,89 euros; 3.000 monedas por 5,99 euros; y 7.500 monedas por 11,99 euros.
Enki
Disponible en inglés para iOS y Android, Enki no sólo enseña a programar, sino que también ofrece tutoriales para adquirir conocimientos generales en torno a temas como seguridad informática, bases de datos o computer science, entre otros.
Para comenzar a usarla, es necesario escoger al menos dos opciones entre el siguiente listado: Web, Python, JavaScript, Linux, Git, Java, Comp. Sci, SQL y seguridad. En cada uno de los temarios escogidos, se debe indicar el nivel de conocimiento del mismo (desde principiante hasta avanzado) y la frecuencia con la que se quiere practicar, de tal modo que la aplicación ayuda a crear un hábito de estudio a través de recordatorios que llegan al teléfono en forma de notificación.
A medida que se van completando las lecciones que conforman los tutoriales, Enki va desbloqueando pequeños juegos que sirven para poner en práctica lo aprendido de una forma amena.
https://elpais.com/tecnologia/2018/05/02/actualidad/1525254086_542545.html?rel=lom
Aquellos que quieran acercarse al mundo de la programación, ahora pueden hacerlo de una manera entretenida a través de estas aplicacones que proponen aprender desde cero a través de juegos y cuestionarios interactivos.
Grasshopper
Área 120 es una incubadora de proyectos donde los empleados de Google experimentan con nuevas ideas que en ocasiones acaban concretándose en productos. Este es el caso de Grasshopper, una app para iOS y Android que enseña a programar en JavaScript de una forma divertida, a través de quizs (pruebas) y pequeños juegos en los que se cuenta con la ayuda de un saltamontes (que es precisamente la traducción al español de grasshopper).
La aplicación propone pequeños retos a los que tan sólo hay que dedicarle cinco minutos diarios para aprender las nociones básicas de este lenguaje, usado para crear páginas web, apps móviles y sistemas para analizar bases de datos, entre otros muchos recursos tecnológicos. Además, se explican de manera sencilla conceptos de programación, como array o script, que también se utilizan en otros lenguajes.
Sólo está disponible en inglés, pero esto no debería ser un problema para los que quieren aprender programación, ya que este es el idioma en el que se escriben los códigos.
SoloLearn
A diferencia de la anterior, esta aplicación sí está disponible en español tanto para iOS como para Android. Además, no se centra en el aprendizaje de un único lenguaje, sino que proporciona conocimientos básicos sobre C++, HTML, Python 3, Java, JavaScript, SQL, C#, PHP, CSS, Swift, Ruby y jQuery. El usuario elige uno o varios tutoriales de entre todos los disponibles e inmediatamente accede a los cursos donde se combinan cuestionarios interactivos, ejercicios prácticos y exámenes de cada lección. A medida que se van resolviendo estos retos, SoloLearn premia con insignias, lo cual motiva a seguir aprendiendo.
Uno de los rasgos distintivos de esta app es que permite crear, ejecutar y guardar los códigos que crea el usuario en el apartado Code Playground, de tal modo que siempre se puede volver a ellos para modificarlos y seguir probando los nuevos conocimientos adquiridos. Además, SoloLearn cuenta con una capa social para resolver dudas y compartir experiencias con otros miembros.
Aquellos que ya tengan conocimientos de programación también pueden probar sus habilidades o acceder a tutoriales de mayor nivel desde esta misma aplicación.
Programming Hub
Desarrollada por Nexino Labs en colaboración con expertos de Google, esta aplicación para iOS y Android es bastante similar a SoloLearn, con la diferencia de que Programming Hub no está disponible en español. El usuario puede escoger entre una gran variedad de tutoriales con distintos lenguajes de programación y marcado e ir aprendiéndolos a través de tests interactivos y ejercicios. Además, desde la misma app se accede a un compilador para probar los códigos creados y practicar los conocimientos adquiridos.
Sin embargo, la versión gratuita tiene algunas funcionalidades bloqueadas, de tal modo que si se quiere aprovechar al máximo Programming Hub es necesario hacerse con la versión Pro y desembolsar 10,99 euros mensuales o 29,99 euros trimestrales, si bien es cierto que en ocasiones lanzan ofertas con las que sólo hay que hacer un único pago de 14,99 euros para ser usuario Premium de manera permanente. Entre otras ventajas, la edición Pro elimina la publicidad, permite trabajar sin conexión a Internet, envía actualizaciones gratuitas de los cursos, proporciona material adicional en distintos formatos y posibilita el uso del compilador sin ninguna restricción.
Codemurai
Otra de las apps que ofrece el aprendizaje de varios lenguajes de programación es Codemurai, lanzada en noviembre de 2016 para iOS y Android tras recaudar la financiación necesaria a través de una campaña de crowdfunding en Kickstarter.
Una de las peculiaridades de esta propuesta es que los tutoriales están agrupados en cinco bloques, lo que facilita la elección de los lenguajes en función de lo que se quiera aprender a desarrollar: páginas web, aplicaciones para Android, aplicaciones para iOS, videojuegos o codificación con Python.
Sólo está disponible en inglés y su funcionamiento es muy similar al de las anteriores apps, con la diferencia de que las lecciones y ejercicios prácticos se intercambian por monedas virtuales, por lo que en ocasiones no se puede seguir avanzando hasta que se consigue el crédito necesario. Para ello se puede esperar 24 horas hasta recibir un regalo de 25 monedas por parte de Codemurai, obtener más crédito a cambio de ver anuncios o comprarlo según esta tabla de precios: 400 monedas por 1,19 euros; 1.200 monedas por 2,89 euros; 3.000 monedas por 5,99 euros; y 7.500 monedas por 11,99 euros.
Enki
Disponible en inglés para iOS y Android, Enki no sólo enseña a programar, sino que también ofrece tutoriales para adquirir conocimientos generales en torno a temas como seguridad informática, bases de datos o computer science, entre otros.
Para comenzar a usarla, es necesario escoger al menos dos opciones entre el siguiente listado: Web, Python, JavaScript, Linux, Git, Java, Comp. Sci, SQL y seguridad. En cada uno de los temarios escogidos, se debe indicar el nivel de conocimiento del mismo (desde principiante hasta avanzado) y la frecuencia con la que se quiere practicar, de tal modo que la aplicación ayuda a crear un hábito de estudio a través de recordatorios que llegan al teléfono en forma de notificación.
A medida que se van completando las lecciones que conforman los tutoriales, Enki va desbloqueando pequeños juegos que sirven para poner en práctica lo aprendido de una forma amena.
https://elpais.com/tecnologia/2018/05/02/actualidad/1525254086_542545.html?rel=lom
miércoles, 30 de mayo de 2018
Gran Bretaña Jeremy Corbyn, la reconquista del Partido Laborista por la izquierda y sus perspectivas gubernamentales
A finales de 2017 aparecieron dos libros en el Reino Unido, en ediciones ampliadas, sobre el claro desplazamiento hacia la izquierda del Partido Laborista, que ha pasado ya la página del New Labour de Blair, así como sobre el recorrido político y la personalidad de su nuevo dirigente Jeremy Corbyn. Tratándose del más importante partido socialista/socialdemócrata del mundo, que tiene hoy 570.000 adherentes, su éxito electoral en junio de 2017 con un programa claramente antiausteritario merecería ya un interés por esta evolución.
La posibilidad de una victoria del Labour en nuevas elecciones, a las que la crisis interna del gobierno conservador puede conducir en un futuro bastante próximo, incita aún más a proponer su lectura. Nos ayuda a comprender cómo un diputado veterano que se ha dado a conocer por su apoyo a un conjunto de causas progresistas -antinuclear, antiguerra, antiapartheid, defensa de los derechos de homosexuales, acogida de personas migrantes- y un constante rechazo a votar las leyes austeritarias de los gobiernos Blair [mayo 1997-junio 2007] y Gordon Brown [junio 2007-mayo 2010], ha logrado hacer converger tres procesos: 1º el interno del Labour, de resistencia creciente de la militancia de base al programa thatcherista-blairista, jamás acabado, de destrucción de los servicios públicos; 2º la decisión de los sindicatos, entre ellos los dos más grandes, de implicarse de nuevo en la orientación del partido del que son una componente; 3º el hecho, en fin, de que miles de estudiantes y militantes asociativos se han vuelto hacia el Partido Laborista para hacer de él un instrumento político en su lucha contra el Partido Conservador y la City.
El libro de Richard Seymour, Corbyn, The Strange Rebirth of Radical Politics, se interesa además de forma particular por los ataques sin tregua que los medios han realizado contra Corbyn desde su elección a la cabeza del Labour en 2015 y a la detestación tenaz que le dedica la mayoría de las y los diputados laboristas, muchos de los cuales son aún de tendencia blairista. El de Alex Nunns The Candidate, Jeremy Corbyn’s Improbable Path to Power está basado en una larga investigación entre militantes y simpatizantes del Partido Laborista, de la que había adelantado un esbozo en un artículo publicado en 2015 en Le Monde Diplomatique. Sigue las evoluciones micropolíticas internas del Labour, ellas mismas consecuencia de los profundos cambios sociales que pocos observadores británicos habían visto, y aún menos los editorialistas extranjeros. Es precioso por la masa de información que aporta sobre Momentum, especie de "movimiento de movimientos" que ha dado a Corbyn el apoyo masivo, "en la calle, en el puerta a puerta y en las urnas", de decenas de miles de jóvenes politizados.
La experiencia británica tiene fuertes rasgos sui generis. Tiene que ver a la vez con la historia muy particular del Partido Laborista y con la amplitud así como la intensidad de la movilización de la juventud, igual que el camino político que ha elegido. Al final de su libro Nunns se pierde un poco en los detalles de la campaña de 2017 por muy importantes que fueran. En cambio Seymour concluye recordando la potencia de las fuerzas sociales y de los cerrojos instituciones a los que un gobierno Corbyn se enfrentará una vez elegido. Se pregunta qué medidas podrá Corbyn verdaderamente poner en marcha.
Esta preocupación guía igualmente un tercer libro, bastante más corto y de un carácter diferente. Está publicado por militantes del ala izquierda a la que pertenecen John McDonnell, brazo derecho de Corbyn y canciller de economía en el gabinete fantasma del New Labour. Titulado For the Many: Preparing Labour for Power, examina el programa del Partido Laborista en las elecciones de junio de 2017 y la forma en que podría ser mejorado en las próximas citas electorales.
Las elecciones generales de junio de 2017, preparadas por las de 2015 y de 2016 en el seno del Labour
El 8 de junio de 2017, las elecciones legislativas anticipadas, convocadas por la Primera Ministra Theresa May, vieron como el Partido Laborista dirigido por Jeremy Corbyn, cabeza visible histórica del ala antiblairista del New Labour, ganaba más de 3,5 millones de votos en relación a las elecciones precedentes y saltaba 9,6 puntos en el porcentaje nacional, es decir, su más importante progresión desde las elecciones de 1945. En abril, cuando Theresa May tomó la decisión de celebrar esas elecciones, las encuestas le daban al Partido conservador el doble de votos que al laborista. El resultado de junio de 2017 del Labour fue tanto más espectacular en la medida que su programa claramente marcado a izquierda rompía con más de dos decenios de blairismo y que Corbyn fue presentado por los medios como un agitador irresponsable, sostenido por un aparato político que había caído en manos de la extrema izquierda. Es así, en efecto, como los medios caracterizan a la corriente Labour Representation Committee, situada a la izquierda, a la que pertenece McDonnell. Durante la campaña electoral una parte de la derecha blairista hizo abiertamente campaña contra los candidatos corbynistas.
Evidentemente, la situación post-Brexit ha influido mucho en la decepción de los Tories y la de Theresa May en particular. Pero al menos otrotanto el hecho de que por primera vez desde su derrota a manos de Margaret Thatcher en 1979, el Labour se ha presentado con un programa claramente a la izquierda y con un dirigente audible por todos los estratos de la juventud. Los resultados vinieron a confirmar y reforzar el proceso que vio primero en septiembre de 2015 ser elegido a Corbyn a la cabeza del Labour, con el 59,5% de los votos en unas elecciones abiertas a los y las simpatizantes (ver más adelante), resistir en junio de 2016 a una tentativa de las y los parlamentarios de forzarle a dimitir antes de ser elegido por el 62% de las y los delegados en el congreso del Partido en septiembre de 2016. Tres factores, como he subrayado, han permitido este resultado: 1º el rechazo muy fuerte por las estructuras de base del partido de las posiciones tomadas en Westminstar por las y los diputados del grupo parlamentario que Tony Blair ha mantenido como suyos incluso después de su dimisión como Primer Ministro en 2007; 2º un desplazamiento a la izquierda de los sindicatos que son miembros constitutivos históricos del Partido Laborista; 3º, en fin, el apoyo determinado de decenas de miles de jóvenes politizados y politizadas.
Hay que añadir a ello un elemento propio de la constitución no escrita del Reino Unido, a saber, su sistema electoral de escrutinio uninominal a una vuelta (first past the post) que incita con fuerza a intentar hacer del Partido Laborista un instrumento de lucha. Debido al modo de escrutinio, pequeñas formaciones, como el Partido Verde, han quedado bloqueadas fuera del Parlamento. El partido nacionalista xenófobo, Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) no ha entrado hasta 2015. La mayor organización trotskista británica ha sido la The Militant, que optó en su momento por convertirse en una corriente del Labour.
Tanto entre los conservadores como entre los laboristas el modo de escrutinio convierte a las escisiones en un suicidio. Hoy los amigos de Blair ni piensan en ellas como tampoco pensó en ellas el ala izquierda constituida en torno a Tony Benn en los años 1980. Es por tanto en el seno del Partido Laborista donde la oposición a las políticas neoliberales se ha organizado en el curso de luchas internas realizadas tanto por los sindicatos, que son una componente histórica, como por la gente afiliada en las estructuras de base de las circunscripciones de electorado popular. Antes incluso de que la juventud lanzara su fuerza a la batalla, se ha asistido así a lo largo de al menos una decena de años a cambios micropolíticos difícilmente detectables, incluso por quienes han sido sus protagonistas. Un partido del que Blair había cambiado el nombre a New Labour en 1994 -y que la mayoría de los observadores creía irreversiblemente "blairizado"- se ha desplazado hacia la izquierda sin que casi nadie se apercibiera de ello hasta que Corbyn ganó holgadamente las elecciones hechas por voto por correspondencia en septiembre de 2015.
Un partido fundado por los sindicatos en el que mantienen una fuerte influencia
En estas elecciones, el voto sindical ha sido decisivo y más precisamente el apoyo público que Corbyn ha recibido de dos poderosas federaciones, la de la función pública Unison y la de las y los trabajadores no especializados Unite que cuenta con 3 millones de afiliados y afiliadas.
Las relaciones entre sindicalismo y política en Gran Bretaña han sido desde sus orígenes muy diferentes a las que hay en Francia donde la Carta de Amiens estableció una separación entre sindicato y partido. El congreso de la CGT de 1906 declaraba "la entera libertad para el sindicado, de participar, fuera del agrupamiento corporativo, en tales formas de lucha correspondientes a su concepción filosófica o política, limitándose a demandarle, en reciprocidad, no introducir en el sindicato las opiniones que profesa fuera (...) no teniendo las organizaciones confederadas, como agrupamientos sindicales, que preocuparse de los partidos y de las sectas que, fuera y al lado, pueden proseguir en total libertad la transformación social".
Exactamente en la misma época, en Gran Bretaña, los dirigentes sindicales trabajaban en la creación del Partido Laborista, cuya fundación les parecía indispensable cuando el sufragio censitario comenzaba a ceder el paso al sufragio universal (hay que esperar a 1918 para que éste esté plenamente establecido). Se acercan primero al Partido Liberal que apoya a algunos candidatos obreros. Esta solución es poco satisfactoria: se impone una representación política independiente de los obreros. Ahora bien el mismo período ve la formación de varios pequeños grupos socialistas, entre ellos el Partido Laborista Independiente (ILP) al que Georges Orwel pertenecería en los años 1930 y la Fabian Society que reúne a intelectuales y profesionales de clase media. Algunos sindicalistas audaces buscan la vía de un acercamiento a ellos.
En 1899, Thomas Steels, del sindicato de ferroviarios propone a su sección que la organización confederal Trade-Union Congress (TUC), que reune a todos los sindicatos, convocara un congreso especial que tendría como objetivo la unificación de los sindicatos y de los grupos de izquierda en el seno de un organismo único que apoyaría a candidatos a las elecciones. La propuesta encuentra el apoyo necesario en el seno del TUC.
El congreso se celebró en 1900, representando los sindicatos alrededor de un tercio de los delegados. El congreso adoptó la moción del jefe del Partido Laborista Independiente, Keir Hardie, de formar un "grupo distinto de trabajadores en el Parlamento, con sus propias consignas de voto y que se pondrá de acuerdo sobre sus políticas, que integrarán la posibilidad de cooperar con todo partido comprometido con la promoción de leyes que defiendan los intereses de los trabajadores". Así se crea la Labour Representation Committee (LRC), primer nombre del Partido Laborista, cuya tarea al comienzo es coordinar el apoyo a los diputados afiliados a los sindicatos o que representaran los intereses de la clase obrera. El partido tomaba el nombre de Labour Party en 1906.
Es difícil resumir en pocas líneas las relaciones entre los sindicatos y el Labour durante más de un siglo. El Labour ha estado en el gobierno varias veces con mayorías muy diferentes, correlaciones de fuerzas con el capital y relaciones igualmente muy diferentes con los sindicatos según los momentos. No hubo junio de 1936 en Gran Bretaña, pero las grandes conquistas sociales de 1945 fueron preparadas por el ascenso de los sindicatos en los años 1930 cuando se sucedían gobiernos de coalición dirigidos por el Partido conservador. La patronal se vio obligada a aceptar que estuvieran en igualdad en comisiones tripartitas creadas por el gobierno a medida que la Segunda Guerra Mundial se hacía inevitable. Su fuerza era tal que en 1940, Ernest Bevin, entonces Secretario Nacional del muy poderoso sindicato de los obreros del transporte (por tanto los dockers) y de los trabajadores no especializados (luego Unite), entró en el gobierno Churchill como Ministro de Transportes.
El gobierno laborista de 1945 contó con varios ministros que habían comenzado su carrera como cuadros sindicales. Las reformas sociales de los años 1945-1948 marcan el apogeo de la influencia de la clase obrera. La continuación es la de las relaciones complicadas hechas de negativas a satisfacer las reivindicaciones obreras y de injerencias en las conquistas sociales. La alternancia entre laboristas y conservadores en Whitehall ha puesto a las direcciones sindicales en situaciones difíciles. A menudo no se han opuesto a los gobiernos y se han encontrado enfrentadas con sus bases.
La llegada del New Labour al gobierno en 1997 y la opción reiterada de Blair de no tocar la legislación Thatcher provocaron fuertes tensiones y un divorcio completo con los sindicatos en el plano social, con consecuencias en el funcionamiento interno del Partido Laborista. Así, los sindicatos de la marina y de los bomberos se desafiliaron del New Labour (opt out) mientras que Unison y Unite se quedaron. La afiliación implica fuertes obligaciones financieras para los sindicatos, pero también es una fuente de dependencia del partido. Durante mucho tiempo dió a sus dirigentes un poder considerable que resultaba de la regla del voto bloqueado en los congresos. Tras duras batallas los estatutos fueron cambiados. Desde 2013 los miembros de los sindicatos afiliados no son ya automáticamente miembros del Partido Laborista y deben afiliarse a él de forma individual (opt in). A pesar de todas estas dificultades, la pertenencia de los sindicatos al Labour ha dado a sus estructuras un grado elevado de solidez y ha creado la obligación para sus dirigentes de ir a ellas a defender su política. Blair pudo rechazar en 1999 echar atrás las leyes thatcheristas, pero le habría sido imposible hacer lo que Thatcher hizo, romper la huelga de los mineros y más tarde la de los dockers como lo hizo ella para imponer la flexibilización del trabajo y la precarización del empleo. Hoy, tras varios cambios estatutarios, la capacidad de los sindicatos de influir sobre las posiciones del Labour depende menos de los escaños que les son atribuidos de oficio en las instancias dirigentes que de la participación de sus afiliados y afiliadas en la vida y las actividades del Partido.
Una estructura de base en la que las y los afiliados tienen un peso importante
El Partido Laborista es bastante menos piramidal que la mayor parte de los partidos. Es incluso casi bicéfalo. Bajo la palabra Labour se encuentran dos estructuras diferentes, incluso muy diferentes, el Parliamentary Labour Party en donde se encuentran todos los diputados y el, o más exactamente los, "partidos de circunscripción", Constituency Labour Party (CLP), donde se encuentra los afiliados al partido en cada una de las 600 circunscripciones del Reino Unido. El "partido de circunscripción" corresponde poco más o menos a lo que es (o era) la sección en el Partido Socialista en Francia.
Veamos este "poco más o menos" más de cerca. La entrada Wikipedia para el PS nos dice que "La sección es el marco de militancia más directo: son las secciones las que organizan las pegadas de carteles, las distribuciones de panfletos, los puerta a puerta, etc. Son ellas también las que constituyen el enlace esencial entre lo "nacional" (dirección nacional), la "fede" (federación departamental), las y los electos y militantes y es en su seno donde se practica el debate interno, ya en el marco de un congreso o de una consulta interna".
En el caso del Labour, el CPL no es un enlace, sino una estructura que goza de una gran autonomía. La fuerte presencia de militantes sindicales tiene mucho que ver con ello. Está dividido en ramas locales más pequeñas y dirigido por un comité ejecutivo y un comité general compuestos de delegados que vienen de las ramas, de los sindicatos afiliados y de las asociaciones de izquierda en la circunscripción. En estas instancias, pero también en asamblea general, los CPL se adueñan de todas las cuestiones que afectan a los ciudadanos y ciudadanas en el plano municipal y las y los asalariados en su vida fuera de la fábrica.
Los CPL se han situado siempre más a la izquierda que el partido parlamentario y salvo en 1945-1951 más a la izquierda que los gobiernos laboristas, no solo en materia de política económica y social sino también sobre las cuestiones de política internacional. La existencia de los partidos de circunscripción ha asegurado la legitimidad de los portavoces de la izquierda laborista, en particular la de Tony Benn en los años 1980. Encarnó la oposición a Blair en la proclamación del New Labour thatcherizado y a cuyo lado Corbyn llevó a cabo sus primeros combates. La militancia de izquierdas de los "partidos de circunscripción" se ha dotado en 1980 de un boletín de enlace de aparición mensual y una tirada importante, el Labour Briefing, primero entre las secciones del gran Londres y luego nacionalmente. Este boletín se ha convertido en el órgano del Labour Representation Committee desde su refundación en 2004. Presentado como una madriguera de trotskystas, McDonnell es su figura más destacada.
El divorcio entre los partidos de circunscripción y el gobierno ha sido particularmente claro desde el gobierno Blair. Sobre su política económica por supuesto, pero también su política exterior. La decisión en 2003 de invadir Irak al lado de George W. Bush dividió al partido en dos en los Comunes, con 254 votos a favor y 153 en contra o abstención. Jeremy Corbyn estaba en primera fila de la manifestación del 15 de febrero de 2003 que reunió a tres millones de personas contra la invasión de Irak, la mayor manifestación política jamás conocida en Inglaterra.
Son los CPL quienes designan a los candidatos tanto en las elecciones municipales como en las elecciones generales. El candidato a la diputación es elegido en principio en una lista de precandidatos aprobados nacionalmente. Si es elegido fuera de esta lista, el comité ejecutivo nacional debe a continuación ratificar la elección. Para apreciar el peso de los afiliados en la elección de las y los electos, en su circunscripción Tony Blair se vió rechazar su primera designación de candidatura a una elección municipal y tuvo muchas dificultades para obtener la necesaria para su escaño en Westminster. El New Labour ha conocido profundos cambios que habrían debido impedir el surgimiento del fenómeno Corbyn. Como ha señalado Thierry Labica el New Labour no solo ha sido un corpus de medidas políticas, sino también un nuevo modo de funcionamiento del partido, de una nueva distribución de sus correlaciones de fuerzas internas.
"Allí donde prevalece una distribución federal de las fuerzas en el seno del partido, las reorganizaciones internas de los años 1980 y 1990 han consistido en poner a distancia y debilitar las componentes organizadas (sindicatos, secciones locales) capaces de intervenir en la construcción de la orientación del partido, para implantar allí un orden descendente, entre una élite profesionalizada de expertos en comunicación y estrategias electorales, y una periferia de apoyos o de afiliados neutralizados en el marco de mecanismos institucionales complejos. (...). Los congresos pierden su vocación de momentos de elaboración programática en beneficio de un "National Policy Forum", fuera del alcance de la gente no iniciada. Por no tomar mas que un ejemplo de la fuerza nueva del control político en el seno del New Labour, cuando la intervención militar en Irak al lado de Bush acababa de dar lugar a las mayores manifestaciones de masas de la historia del país, y cuando esta intervención era la causa directa de los abandonos en masa de afiliados, la organización del congreso (Labour Party Conference) logró la hazaña de no permitir ninguna moción y ningún debate sobre el tema".
En su prefacio del libro For the Many, mencionado anteriormente, Ken Loach llama a la militancia a ejercer plenamente su derecho de designación en las futuras elecciones. Corbyn y MacDonnell no podrán hacer gran cosa en el gobierno si no tienen el apoyo de una importante mayoría de diputados que se posicionan en la izquierda. Son las posiciones políticas de cada diputado las que determinarán la puesta en marcha legislativa del programa electoral y el grado de radicalidad de las leyes votadas. Pero incluso el pleno ejercicio del derecho de designación no servirá de contrapeso quizás al hecho de que la composición social de las circunscripciones ha sido modificada, a menudo muy modificada, por la desindustrialización y el retroceso del peso social y político de los obreros que ha provocado. De ahí la gran importancia de la movilización de la juventud detrás de Corbyn.
Momentum, respuesta a un "movimiento que buscaba una casa común"
Es así como Nunns titula el capítulo de su libro en el que analiza el tercer proceso que ha colocado a Corbyn a la cabeza del Labour, a saber, el apoyo que ha recibido desde hace cuatro años de decenas de miles de jóvenes. Estos y estas jóvenes se han politizado fuera del Labour en los combates sociales originales que han dado lugar a la formación de organizaciones que se puede calificar como "movimentistas". Puesto que pocos lectores de este artículo tendrán la ocasión de tener el libro de Nunns en sus manos, les remito en esta parte del artículo, más aún que en las precedentes, a entradas en la edición inglesa de Wikipedia, sabiendo que han satisfecho las exigencias de exactitud de la página web.
La autoorganización ha jugado un papel importante en los procesos que han conducido a la formación por coagulación de una especie de "movimiento de movimientos"y luego a la creación de Momentum como organización. Se sitúa su punto de partida en las grandes manifestaciones contra la subida de los precios de la matrícula universitaria de noviembre y diciembre de 2010. Estuvieron marcadas por numerosos enfrentamientos entre una policía, formada como en tantos países en la represión de calle, y los y las estudiantes. Estos enfrentamientos acabaron en muchas detenciones y penas de cárcel.
Un año más tarde, entre marzo y julio de 2011, hubo una larga fase de intensa movilización que fue más allá de los precios de las matrículas, contra los recortes presupuestarios del gobierno de David Cameron [mayo 2010-julio 2016], la destrucción del sistema de salud pública y la dimensión, poco conocida, contra la evasión fiscal. Las formas fueron variadas. Incluyeron numerosas acciones locales contra la evasión fiscal realizadas ante las sedes de los bancos (en particular el Barclays) y de grandes sociedades (como la de la telefonía Vodafone), realizadas por pequeños grupos de jóvenes reagrupados en un movimiento llamado UK Uncut, una serie de huelgas en los servicios públicos que estaban en el centro del punto de mira de los recortes del presupuesto de Cameron en la primavera de 2011 (hospitales, enseñanza) y una manifestación central en Londres convocada el 26 de marzo de 2011 por la confederación sindical Trade Unions Council (TUC), en la que participaron entre 300.000 y 500.000 personas.
En Francia, en el mismo período, el movimiento de los Indignados de la Puerta del Sol, Occupy Wall Street, o también la formación de Syriza en Grecia atrajeron mucha atención. En cambio lo que ocurría en el Reino Unido, pasó totalmente desapercibido. Sin embargo fue allí, más que muchos otros países, donde el combate contra las políticas de austeridad supo instalarse de forma duradera y tomar un carácter de masas gracias a movimientos como UK Uncut y sobre todo a la formación de la People´s Assembly. Se trata de una modalidad de Frente común social y político entre la corriente Labour Representation Committee de la que hemos hablado, los Verdes, la pequeña formación Left Unity creada por Ken Loach, diputados como Corbyn y varios grandes sindicatos. La People´s Assembly pudo convocar con su propia autoridad a manifestaciones de decenas de miles de personas (50.000) contra la austeridad en junio de 2014 y luego en junio de 2015 -en vísperas de las elecciones internas del Partido Laborista ganadas por Corbyn- hasta 150.000.
La victoria sin paliativos de Corbyn ha sido debida a la participación importante en la votación de nuevos miembros politizados en estas luchas. Ellos y ellas han podido sumarse gracias a la posibilidad abierta de inscribirse en el partido pagando una cotización de 3 libras (4 euros). Nunns explica que la idea vino de los blairistas persuadidos de que había un bloque de electores centristas por ganar. Por citarlo: "Ironía de la suerte, esta reforma interna había sido propuesta por la derecha del partido: los blairistas, fascinados por el modelo de las primarias en los Estados Unidos, hacían la apuesta de que la apertura del voto al gran público debilitaría la influencia de los sindicalistas y acabaría de anclar el partido en el fructuoso pantano del "centro". Cruel fue su decepción cuando se dieron cuenta de que el mecanismo que debía asegurarles su victoria servía de hecho a los intereses de la izquierda, encantada de poner a su favor la treta de sus adversarios".
Debido a factores analizados más arriba, en particular el apoyo político y financiero de Unison y de Unite, la elección de Corbyn a la cabeza del Labour se habría producido en cualquier situación, pero fue el voto de la nueva afiliación representativa de la juventud lo que le dio su carácter masivo. A fin de acercarles al Labour, un allegado a Corbyn, Jonathan Lansman, formó una organización llamada Momentum.
Momentum ofrece a los y las jóvenes una estructura que les permite militar apoyando a Corbyn teniendo en cuenta y sacando partido de sus modos de militancia específicos. El lugar estatutario concedido en el partido, desde el origen, a las asociaciones que combaten por la emancipación (los fabianos fueron los primeros) lo hacía posible. La forma de estructura exacta ha dado lugar a tanteos y algunas tensiones, pero hoy la organización cuenta con 37.000 miembros que tienen un carnet del Partido Laborista y representantes en el Comité Ejecutivo Nacional. La disponibilidad, el entusiasmo y la movilidad de los y las jóvenes militantes han sido una preciosa baza para Corbyn frente al ala derecha del Labour. Si pudo ganar las elecciones de septiembre de 2015 gracias a los sindicatos, han sido ellos y ellas quienes le han permitido resistir al ala derecha del partido. En la sesión del partido parlamentario que intentó empujarle a la dimisión a finales de junio de 2016, los y las militantes del gran Londres convocaron en 24 horas una concentración de apoyo a Corbyn que reunió a 10.000 personas y puso fin a las veleidades de golpe de Estado por parte del grupo parlamentario. Con la fuerza de esta victoria, tres meses más tarde, en el congreso de Brighton, en septiembre de 2016, Corbyn fue elegido por el 62% de los delegados y delegadas, entre quienes había un buen grupo de miembros de Momentum, mejorando así su resultado de 2015.
Un año más tarde, en las elecciones legislativas de junio de 2017, el trabajo militante de los y las jóvenes de Momentum fue verdaderamente decisivo en los resultados del Partido Laborista y la consolidación de la posición de Corbyn como potencial primer ministro. Los dos libros documentan la forma en que su apoyo permitió a Corbyn, de semana en semana, ganar confianza y afirmarse frente a Theresa May. En muchas circunscripciones la campaña laborista fue muy floja, una parte de la afiliación se mostraba poco entusiasta viendo a Corbyn salir adelante. Los equipos de Momentum lo paliaron desplazándose de una circunscripción a otra en una misma región. Se estima que el logro de 25 escaños laboristas fue gracias a ellos. En el congreso de finales de septiembre de 2017, miembros de Momentum hicieron su entrada en varias comisiones importantes y ayudaron a la izquierda a ganar diferentes votaciones sobre la orientación, provocando la inquietud de la patronal británica. Si se lee el boletín Labour Friefing se ve que es seguro que van a seguir los consejos de Ken Loach y que prepararán en las instancias locales las condiciones de la renovación de la representación parlamentaria en las próximas elecciones.
¿Y mañana?
La decepción de Theresa May que ha perdido trece escaños y por tanto su mayoría en Westminster, así como el aumento espectacular de los votos del Labour en 2017 han sido en gran parte debidos al militantismo de Momentum y al nivel elevado de la participación electoral joven. Éste no ha sido captado por los sondeos precedentes al escrutinio, aunque la acogida entusiasta hecha a Corbyn en los conciertos populares pudiera dejarlo entrever. En precedentes elecciones legislativas, la participación de los electores y electoras de entre 18 y 24 años estaba en alrededor del 40%. En 2017, ha subido al 72%, es decir bastante más que el nivel de participación general (68%), que fue el más fuerte desde las elecciones que llevaron al poder a Blair veinte años antes. En esta franja de edad, los laboristas ha superado a los conservadores en el 47%.
La prensa francesa ha visto en ello una respuesta de la juventud al Brexit en el que no se había implicado. En el capítulo que ha añadido a su libro Nunns es bastante categórico atribuyéndolo sobre todo al programa radicalmente antiausteritario de Corbyn y McDonell. Éste contenía en particular la renacionalización del ferrocarril, inversiones elevadas en el sistema de salud y el sector hospitalario, la supresión de los gastos de matrícula en la universidad, la reconstrucción de los derechos sindicales en los lugares de trabajo, la construcción de un millón de viviendas a precio o alquileres moderados en cinco años, el aumento de los salarios mínimos al nivel de salario mínimo vital (fijado en 10 libras esterlinas la hora), la supresión de contratos cero-horas, una batería de medidas para paliar la degradación de las jubilaciones.
En su artículo para Le Monde Diplomatique de 2015 Nunns subrayaba que "el hecho de que el movimiento antiausteridad en el Reino Unido se haya forjado en el marco de un gran partido de gobierno presenta grandes ventajas, pero también serios inconvenientes. El Partido Laborista no ha sido concebido para confrontarse al Estado. No es una organización que desafíe el orden establecido, como pudo hacerlo Syriza. Para triunfar, Corbyn va a tener que transformar el Labour en una fuerza militante capaz de mantener el increíble arrebato colectivo que le ha propulsado a su cabeza. Si la excitación generada estos últimos meses se propaga a otros sectores de la población y la aventura sigue su camino, Corbyn tiene todas sus posibilidades. Si el movimiento decae y el hombre de la renovación lleva su base a los viejos centros de poder, la ocasión será perdida" Se sabe lo que ocurrió con las promesas de enfrentamientos realizadas por Syriza. Pero sigamos en el Reino Unido. Las elecciones de junio de 2017 y el congreso laborista que las siguió en septiembre han mostrado que el "arrebato colectivo" no solo se había mantenido, sino que se había incluso ampliado con fuerza. En futuras elecciones no hay duda alguna de que lo será de nuevo, muy posiblemente con una fuerza suficiente para dar a Corbyn y McDonnell una mayoría en Westminster.
Pero el recuerdo por Nunns de que el Labour es un partido de gobierno, no formateado para confrontarse al Estado o para desafiar el orden establecido, vale plenamente. Las precauciones que el programa electoral de 2017 tomó con la patronal industrial y el carácter muy prudente de las medidas fiscales dan fe de ello. Interrogando a la historia del Labour en el gobierno, solo entre 1945 y 1948 durante el gobierno Atlee el consejo de ministros contó con un grupo de dirigentes plenamente defensores de los intereses de la clase obrera y con una determinación suficiente para aprovecharse de correlaciones de fuerzas favorables e imponer a la burguesía británica reformas que mermaban un poco, momentáneamente, sus posiciones. Pero fue con el mismo gobierno con el que el Reino Unido se implicó en el armamento nuclear contra las posiciones muy mayoritariamente antinucleares de las y los afiliados al Partido Laborista. El gobierno Wilson de 1967-1970 tiene en su haber la abolición de la pena de muerte, la legalización del aborto y la de la homosexualidad lo que no era poca cosa en aquella época, pero fue él quien permitió a la City emprender el proceso de liberalización financiera mundial. Corbyn y McDonnell están indiscutiblemente hechos del mismo material que Aneurin Bevan o Tony Benn, pero aunque la burguesía británica esté debilitada y desestabilizada políticamente por el Brexit y la crisis del Partido conservador, las relaciones entre trabajo y capital siguen siendo favorables al segundo. También perdura la herencia imperial. Corbyn ha tenido que sumarse a la producción del Trident (avión de combate), equivalente británico del Rafale francés.
Para concluir, en el Reino Unido no hay "futuros esplendorosos" a la vista, pero a diferencia de Francia reina allí un clima político no deletéreo e incluso entusiasta en la izquierda. La perspectiva es la de una llegada de Corbyn y McDonnell al gobierno que abriría un período marcado por una verdadera voluntad de su parte de hacer votar y de poner en marcha reformas que mejorarían la vida de las clases populares y de las clases medias y que reducirían el paro de los y las jóvenes. El grado en que el futuro programa, que será una versión un poco mejorada del de 2017, será aplicado no es algo dado por adelantado. Todo dependerá de la amplitud de la victoria del Labour y del número de diputados y diputadas laboristas dispuestos a ser una pizca radicales, debido a sus propias convicciones, pero también al grado de intensidad de la presión que la juventud ejercería sobre ellos. Una vez Corbyn y McDonnell en Whitehall, ¿continuará el arrebato colectivo que les ha llevado desde 2015? La historia nos lo dirá.
Artículo enviado por el autor A l’ encontre y publicado en la revista Les Possibles, N° 165 Primavera 2018.
http://alencontre.org/europe/
Traducción de Faustino Eguberri - Viento Sur
http://www.vientosur.info/
La posibilidad de una victoria del Labour en nuevas elecciones, a las que la crisis interna del gobierno conservador puede conducir en un futuro bastante próximo, incita aún más a proponer su lectura. Nos ayuda a comprender cómo un diputado veterano que se ha dado a conocer por su apoyo a un conjunto de causas progresistas -antinuclear, antiguerra, antiapartheid, defensa de los derechos de homosexuales, acogida de personas migrantes- y un constante rechazo a votar las leyes austeritarias de los gobiernos Blair [mayo 1997-junio 2007] y Gordon Brown [junio 2007-mayo 2010], ha logrado hacer converger tres procesos: 1º el interno del Labour, de resistencia creciente de la militancia de base al programa thatcherista-blairista, jamás acabado, de destrucción de los servicios públicos; 2º la decisión de los sindicatos, entre ellos los dos más grandes, de implicarse de nuevo en la orientación del partido del que son una componente; 3º el hecho, en fin, de que miles de estudiantes y militantes asociativos se han vuelto hacia el Partido Laborista para hacer de él un instrumento político en su lucha contra el Partido Conservador y la City.
El libro de Richard Seymour, Corbyn, The Strange Rebirth of Radical Politics, se interesa además de forma particular por los ataques sin tregua que los medios han realizado contra Corbyn desde su elección a la cabeza del Labour en 2015 y a la detestación tenaz que le dedica la mayoría de las y los diputados laboristas, muchos de los cuales son aún de tendencia blairista. El de Alex Nunns The Candidate, Jeremy Corbyn’s Improbable Path to Power está basado en una larga investigación entre militantes y simpatizantes del Partido Laborista, de la que había adelantado un esbozo en un artículo publicado en 2015 en Le Monde Diplomatique. Sigue las evoluciones micropolíticas internas del Labour, ellas mismas consecuencia de los profundos cambios sociales que pocos observadores británicos habían visto, y aún menos los editorialistas extranjeros. Es precioso por la masa de información que aporta sobre Momentum, especie de "movimiento de movimientos" que ha dado a Corbyn el apoyo masivo, "en la calle, en el puerta a puerta y en las urnas", de decenas de miles de jóvenes politizados.
La experiencia británica tiene fuertes rasgos sui generis. Tiene que ver a la vez con la historia muy particular del Partido Laborista y con la amplitud así como la intensidad de la movilización de la juventud, igual que el camino político que ha elegido. Al final de su libro Nunns se pierde un poco en los detalles de la campaña de 2017 por muy importantes que fueran. En cambio Seymour concluye recordando la potencia de las fuerzas sociales y de los cerrojos instituciones a los que un gobierno Corbyn se enfrentará una vez elegido. Se pregunta qué medidas podrá Corbyn verdaderamente poner en marcha.
Esta preocupación guía igualmente un tercer libro, bastante más corto y de un carácter diferente. Está publicado por militantes del ala izquierda a la que pertenecen John McDonnell, brazo derecho de Corbyn y canciller de economía en el gabinete fantasma del New Labour. Titulado For the Many: Preparing Labour for Power, examina el programa del Partido Laborista en las elecciones de junio de 2017 y la forma en que podría ser mejorado en las próximas citas electorales.
Las elecciones generales de junio de 2017, preparadas por las de 2015 y de 2016 en el seno del Labour
El 8 de junio de 2017, las elecciones legislativas anticipadas, convocadas por la Primera Ministra Theresa May, vieron como el Partido Laborista dirigido por Jeremy Corbyn, cabeza visible histórica del ala antiblairista del New Labour, ganaba más de 3,5 millones de votos en relación a las elecciones precedentes y saltaba 9,6 puntos en el porcentaje nacional, es decir, su más importante progresión desde las elecciones de 1945. En abril, cuando Theresa May tomó la decisión de celebrar esas elecciones, las encuestas le daban al Partido conservador el doble de votos que al laborista. El resultado de junio de 2017 del Labour fue tanto más espectacular en la medida que su programa claramente marcado a izquierda rompía con más de dos decenios de blairismo y que Corbyn fue presentado por los medios como un agitador irresponsable, sostenido por un aparato político que había caído en manos de la extrema izquierda. Es así, en efecto, como los medios caracterizan a la corriente Labour Representation Committee, situada a la izquierda, a la que pertenece McDonnell. Durante la campaña electoral una parte de la derecha blairista hizo abiertamente campaña contra los candidatos corbynistas.
Evidentemente, la situación post-Brexit ha influido mucho en la decepción de los Tories y la de Theresa May en particular. Pero al menos otrotanto el hecho de que por primera vez desde su derrota a manos de Margaret Thatcher en 1979, el Labour se ha presentado con un programa claramente a la izquierda y con un dirigente audible por todos los estratos de la juventud. Los resultados vinieron a confirmar y reforzar el proceso que vio primero en septiembre de 2015 ser elegido a Corbyn a la cabeza del Labour, con el 59,5% de los votos en unas elecciones abiertas a los y las simpatizantes (ver más adelante), resistir en junio de 2016 a una tentativa de las y los parlamentarios de forzarle a dimitir antes de ser elegido por el 62% de las y los delegados en el congreso del Partido en septiembre de 2016. Tres factores, como he subrayado, han permitido este resultado: 1º el rechazo muy fuerte por las estructuras de base del partido de las posiciones tomadas en Westminstar por las y los diputados del grupo parlamentario que Tony Blair ha mantenido como suyos incluso después de su dimisión como Primer Ministro en 2007; 2º un desplazamiento a la izquierda de los sindicatos que son miembros constitutivos históricos del Partido Laborista; 3º, en fin, el apoyo determinado de decenas de miles de jóvenes politizados y politizadas.
Hay que añadir a ello un elemento propio de la constitución no escrita del Reino Unido, a saber, su sistema electoral de escrutinio uninominal a una vuelta (first past the post) que incita con fuerza a intentar hacer del Partido Laborista un instrumento de lucha. Debido al modo de escrutinio, pequeñas formaciones, como el Partido Verde, han quedado bloqueadas fuera del Parlamento. El partido nacionalista xenófobo, Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) no ha entrado hasta 2015. La mayor organización trotskista británica ha sido la The Militant, que optó en su momento por convertirse en una corriente del Labour.
Tanto entre los conservadores como entre los laboristas el modo de escrutinio convierte a las escisiones en un suicidio. Hoy los amigos de Blair ni piensan en ellas como tampoco pensó en ellas el ala izquierda constituida en torno a Tony Benn en los años 1980. Es por tanto en el seno del Partido Laborista donde la oposición a las políticas neoliberales se ha organizado en el curso de luchas internas realizadas tanto por los sindicatos, que son una componente histórica, como por la gente afiliada en las estructuras de base de las circunscripciones de electorado popular. Antes incluso de que la juventud lanzara su fuerza a la batalla, se ha asistido así a lo largo de al menos una decena de años a cambios micropolíticos difícilmente detectables, incluso por quienes han sido sus protagonistas. Un partido del que Blair había cambiado el nombre a New Labour en 1994 -y que la mayoría de los observadores creía irreversiblemente "blairizado"- se ha desplazado hacia la izquierda sin que casi nadie se apercibiera de ello hasta que Corbyn ganó holgadamente las elecciones hechas por voto por correspondencia en septiembre de 2015.
Un partido fundado por los sindicatos en el que mantienen una fuerte influencia
En estas elecciones, el voto sindical ha sido decisivo y más precisamente el apoyo público que Corbyn ha recibido de dos poderosas federaciones, la de la función pública Unison y la de las y los trabajadores no especializados Unite que cuenta con 3 millones de afiliados y afiliadas.
Las relaciones entre sindicalismo y política en Gran Bretaña han sido desde sus orígenes muy diferentes a las que hay en Francia donde la Carta de Amiens estableció una separación entre sindicato y partido. El congreso de la CGT de 1906 declaraba "la entera libertad para el sindicado, de participar, fuera del agrupamiento corporativo, en tales formas de lucha correspondientes a su concepción filosófica o política, limitándose a demandarle, en reciprocidad, no introducir en el sindicato las opiniones que profesa fuera (...) no teniendo las organizaciones confederadas, como agrupamientos sindicales, que preocuparse de los partidos y de las sectas que, fuera y al lado, pueden proseguir en total libertad la transformación social".
Exactamente en la misma época, en Gran Bretaña, los dirigentes sindicales trabajaban en la creación del Partido Laborista, cuya fundación les parecía indispensable cuando el sufragio censitario comenzaba a ceder el paso al sufragio universal (hay que esperar a 1918 para que éste esté plenamente establecido). Se acercan primero al Partido Liberal que apoya a algunos candidatos obreros. Esta solución es poco satisfactoria: se impone una representación política independiente de los obreros. Ahora bien el mismo período ve la formación de varios pequeños grupos socialistas, entre ellos el Partido Laborista Independiente (ILP) al que Georges Orwel pertenecería en los años 1930 y la Fabian Society que reúne a intelectuales y profesionales de clase media. Algunos sindicalistas audaces buscan la vía de un acercamiento a ellos.
En 1899, Thomas Steels, del sindicato de ferroviarios propone a su sección que la organización confederal Trade-Union Congress (TUC), que reune a todos los sindicatos, convocara un congreso especial que tendría como objetivo la unificación de los sindicatos y de los grupos de izquierda en el seno de un organismo único que apoyaría a candidatos a las elecciones. La propuesta encuentra el apoyo necesario en el seno del TUC.
El congreso se celebró en 1900, representando los sindicatos alrededor de un tercio de los delegados. El congreso adoptó la moción del jefe del Partido Laborista Independiente, Keir Hardie, de formar un "grupo distinto de trabajadores en el Parlamento, con sus propias consignas de voto y que se pondrá de acuerdo sobre sus políticas, que integrarán la posibilidad de cooperar con todo partido comprometido con la promoción de leyes que defiendan los intereses de los trabajadores". Así se crea la Labour Representation Committee (LRC), primer nombre del Partido Laborista, cuya tarea al comienzo es coordinar el apoyo a los diputados afiliados a los sindicatos o que representaran los intereses de la clase obrera. El partido tomaba el nombre de Labour Party en 1906.
Es difícil resumir en pocas líneas las relaciones entre los sindicatos y el Labour durante más de un siglo. El Labour ha estado en el gobierno varias veces con mayorías muy diferentes, correlaciones de fuerzas con el capital y relaciones igualmente muy diferentes con los sindicatos según los momentos. No hubo junio de 1936 en Gran Bretaña, pero las grandes conquistas sociales de 1945 fueron preparadas por el ascenso de los sindicatos en los años 1930 cuando se sucedían gobiernos de coalición dirigidos por el Partido conservador. La patronal se vio obligada a aceptar que estuvieran en igualdad en comisiones tripartitas creadas por el gobierno a medida que la Segunda Guerra Mundial se hacía inevitable. Su fuerza era tal que en 1940, Ernest Bevin, entonces Secretario Nacional del muy poderoso sindicato de los obreros del transporte (por tanto los dockers) y de los trabajadores no especializados (luego Unite), entró en el gobierno Churchill como Ministro de Transportes.
El gobierno laborista de 1945 contó con varios ministros que habían comenzado su carrera como cuadros sindicales. Las reformas sociales de los años 1945-1948 marcan el apogeo de la influencia de la clase obrera. La continuación es la de las relaciones complicadas hechas de negativas a satisfacer las reivindicaciones obreras y de injerencias en las conquistas sociales. La alternancia entre laboristas y conservadores en Whitehall ha puesto a las direcciones sindicales en situaciones difíciles. A menudo no se han opuesto a los gobiernos y se han encontrado enfrentadas con sus bases.
La llegada del New Labour al gobierno en 1997 y la opción reiterada de Blair de no tocar la legislación Thatcher provocaron fuertes tensiones y un divorcio completo con los sindicatos en el plano social, con consecuencias en el funcionamiento interno del Partido Laborista. Así, los sindicatos de la marina y de los bomberos se desafiliaron del New Labour (opt out) mientras que Unison y Unite se quedaron. La afiliación implica fuertes obligaciones financieras para los sindicatos, pero también es una fuente de dependencia del partido. Durante mucho tiempo dió a sus dirigentes un poder considerable que resultaba de la regla del voto bloqueado en los congresos. Tras duras batallas los estatutos fueron cambiados. Desde 2013 los miembros de los sindicatos afiliados no son ya automáticamente miembros del Partido Laborista y deben afiliarse a él de forma individual (opt in). A pesar de todas estas dificultades, la pertenencia de los sindicatos al Labour ha dado a sus estructuras un grado elevado de solidez y ha creado la obligación para sus dirigentes de ir a ellas a defender su política. Blair pudo rechazar en 1999 echar atrás las leyes thatcheristas, pero le habría sido imposible hacer lo que Thatcher hizo, romper la huelga de los mineros y más tarde la de los dockers como lo hizo ella para imponer la flexibilización del trabajo y la precarización del empleo. Hoy, tras varios cambios estatutarios, la capacidad de los sindicatos de influir sobre las posiciones del Labour depende menos de los escaños que les son atribuidos de oficio en las instancias dirigentes que de la participación de sus afiliados y afiliadas en la vida y las actividades del Partido.
Una estructura de base en la que las y los afiliados tienen un peso importante
El Partido Laborista es bastante menos piramidal que la mayor parte de los partidos. Es incluso casi bicéfalo. Bajo la palabra Labour se encuentran dos estructuras diferentes, incluso muy diferentes, el Parliamentary Labour Party en donde se encuentran todos los diputados y el, o más exactamente los, "partidos de circunscripción", Constituency Labour Party (CLP), donde se encuentra los afiliados al partido en cada una de las 600 circunscripciones del Reino Unido. El "partido de circunscripción" corresponde poco más o menos a lo que es (o era) la sección en el Partido Socialista en Francia.
Veamos este "poco más o menos" más de cerca. La entrada Wikipedia para el PS nos dice que "La sección es el marco de militancia más directo: son las secciones las que organizan las pegadas de carteles, las distribuciones de panfletos, los puerta a puerta, etc. Son ellas también las que constituyen el enlace esencial entre lo "nacional" (dirección nacional), la "fede" (federación departamental), las y los electos y militantes y es en su seno donde se practica el debate interno, ya en el marco de un congreso o de una consulta interna".
En el caso del Labour, el CPL no es un enlace, sino una estructura que goza de una gran autonomía. La fuerte presencia de militantes sindicales tiene mucho que ver con ello. Está dividido en ramas locales más pequeñas y dirigido por un comité ejecutivo y un comité general compuestos de delegados que vienen de las ramas, de los sindicatos afiliados y de las asociaciones de izquierda en la circunscripción. En estas instancias, pero también en asamblea general, los CPL se adueñan de todas las cuestiones que afectan a los ciudadanos y ciudadanas en el plano municipal y las y los asalariados en su vida fuera de la fábrica.
Los CPL se han situado siempre más a la izquierda que el partido parlamentario y salvo en 1945-1951 más a la izquierda que los gobiernos laboristas, no solo en materia de política económica y social sino también sobre las cuestiones de política internacional. La existencia de los partidos de circunscripción ha asegurado la legitimidad de los portavoces de la izquierda laborista, en particular la de Tony Benn en los años 1980. Encarnó la oposición a Blair en la proclamación del New Labour thatcherizado y a cuyo lado Corbyn llevó a cabo sus primeros combates. La militancia de izquierdas de los "partidos de circunscripción" se ha dotado en 1980 de un boletín de enlace de aparición mensual y una tirada importante, el Labour Briefing, primero entre las secciones del gran Londres y luego nacionalmente. Este boletín se ha convertido en el órgano del Labour Representation Committee desde su refundación en 2004. Presentado como una madriguera de trotskystas, McDonnell es su figura más destacada.
El divorcio entre los partidos de circunscripción y el gobierno ha sido particularmente claro desde el gobierno Blair. Sobre su política económica por supuesto, pero también su política exterior. La decisión en 2003 de invadir Irak al lado de George W. Bush dividió al partido en dos en los Comunes, con 254 votos a favor y 153 en contra o abstención. Jeremy Corbyn estaba en primera fila de la manifestación del 15 de febrero de 2003 que reunió a tres millones de personas contra la invasión de Irak, la mayor manifestación política jamás conocida en Inglaterra.
Son los CPL quienes designan a los candidatos tanto en las elecciones municipales como en las elecciones generales. El candidato a la diputación es elegido en principio en una lista de precandidatos aprobados nacionalmente. Si es elegido fuera de esta lista, el comité ejecutivo nacional debe a continuación ratificar la elección. Para apreciar el peso de los afiliados en la elección de las y los electos, en su circunscripción Tony Blair se vió rechazar su primera designación de candidatura a una elección municipal y tuvo muchas dificultades para obtener la necesaria para su escaño en Westminster. El New Labour ha conocido profundos cambios que habrían debido impedir el surgimiento del fenómeno Corbyn. Como ha señalado Thierry Labica el New Labour no solo ha sido un corpus de medidas políticas, sino también un nuevo modo de funcionamiento del partido, de una nueva distribución de sus correlaciones de fuerzas internas.
"Allí donde prevalece una distribución federal de las fuerzas en el seno del partido, las reorganizaciones internas de los años 1980 y 1990 han consistido en poner a distancia y debilitar las componentes organizadas (sindicatos, secciones locales) capaces de intervenir en la construcción de la orientación del partido, para implantar allí un orden descendente, entre una élite profesionalizada de expertos en comunicación y estrategias electorales, y una periferia de apoyos o de afiliados neutralizados en el marco de mecanismos institucionales complejos. (...). Los congresos pierden su vocación de momentos de elaboración programática en beneficio de un "National Policy Forum", fuera del alcance de la gente no iniciada. Por no tomar mas que un ejemplo de la fuerza nueva del control político en el seno del New Labour, cuando la intervención militar en Irak al lado de Bush acababa de dar lugar a las mayores manifestaciones de masas de la historia del país, y cuando esta intervención era la causa directa de los abandonos en masa de afiliados, la organización del congreso (Labour Party Conference) logró la hazaña de no permitir ninguna moción y ningún debate sobre el tema".
En su prefacio del libro For the Many, mencionado anteriormente, Ken Loach llama a la militancia a ejercer plenamente su derecho de designación en las futuras elecciones. Corbyn y MacDonnell no podrán hacer gran cosa en el gobierno si no tienen el apoyo de una importante mayoría de diputados que se posicionan en la izquierda. Son las posiciones políticas de cada diputado las que determinarán la puesta en marcha legislativa del programa electoral y el grado de radicalidad de las leyes votadas. Pero incluso el pleno ejercicio del derecho de designación no servirá de contrapeso quizás al hecho de que la composición social de las circunscripciones ha sido modificada, a menudo muy modificada, por la desindustrialización y el retroceso del peso social y político de los obreros que ha provocado. De ahí la gran importancia de la movilización de la juventud detrás de Corbyn.
Momentum, respuesta a un "movimiento que buscaba una casa común"
Es así como Nunns titula el capítulo de su libro en el que analiza el tercer proceso que ha colocado a Corbyn a la cabeza del Labour, a saber, el apoyo que ha recibido desde hace cuatro años de decenas de miles de jóvenes. Estos y estas jóvenes se han politizado fuera del Labour en los combates sociales originales que han dado lugar a la formación de organizaciones que se puede calificar como "movimentistas". Puesto que pocos lectores de este artículo tendrán la ocasión de tener el libro de Nunns en sus manos, les remito en esta parte del artículo, más aún que en las precedentes, a entradas en la edición inglesa de Wikipedia, sabiendo que han satisfecho las exigencias de exactitud de la página web.
La autoorganización ha jugado un papel importante en los procesos que han conducido a la formación por coagulación de una especie de "movimiento de movimientos"y luego a la creación de Momentum como organización. Se sitúa su punto de partida en las grandes manifestaciones contra la subida de los precios de la matrícula universitaria de noviembre y diciembre de 2010. Estuvieron marcadas por numerosos enfrentamientos entre una policía, formada como en tantos países en la represión de calle, y los y las estudiantes. Estos enfrentamientos acabaron en muchas detenciones y penas de cárcel.
Un año más tarde, entre marzo y julio de 2011, hubo una larga fase de intensa movilización que fue más allá de los precios de las matrículas, contra los recortes presupuestarios del gobierno de David Cameron [mayo 2010-julio 2016], la destrucción del sistema de salud pública y la dimensión, poco conocida, contra la evasión fiscal. Las formas fueron variadas. Incluyeron numerosas acciones locales contra la evasión fiscal realizadas ante las sedes de los bancos (en particular el Barclays) y de grandes sociedades (como la de la telefonía Vodafone), realizadas por pequeños grupos de jóvenes reagrupados en un movimiento llamado UK Uncut, una serie de huelgas en los servicios públicos que estaban en el centro del punto de mira de los recortes del presupuesto de Cameron en la primavera de 2011 (hospitales, enseñanza) y una manifestación central en Londres convocada el 26 de marzo de 2011 por la confederación sindical Trade Unions Council (TUC), en la que participaron entre 300.000 y 500.000 personas.
En Francia, en el mismo período, el movimiento de los Indignados de la Puerta del Sol, Occupy Wall Street, o también la formación de Syriza en Grecia atrajeron mucha atención. En cambio lo que ocurría en el Reino Unido, pasó totalmente desapercibido. Sin embargo fue allí, más que muchos otros países, donde el combate contra las políticas de austeridad supo instalarse de forma duradera y tomar un carácter de masas gracias a movimientos como UK Uncut y sobre todo a la formación de la People´s Assembly. Se trata de una modalidad de Frente común social y político entre la corriente Labour Representation Committee de la que hemos hablado, los Verdes, la pequeña formación Left Unity creada por Ken Loach, diputados como Corbyn y varios grandes sindicatos. La People´s Assembly pudo convocar con su propia autoridad a manifestaciones de decenas de miles de personas (50.000) contra la austeridad en junio de 2014 y luego en junio de 2015 -en vísperas de las elecciones internas del Partido Laborista ganadas por Corbyn- hasta 150.000.
La victoria sin paliativos de Corbyn ha sido debida a la participación importante en la votación de nuevos miembros politizados en estas luchas. Ellos y ellas han podido sumarse gracias a la posibilidad abierta de inscribirse en el partido pagando una cotización de 3 libras (4 euros). Nunns explica que la idea vino de los blairistas persuadidos de que había un bloque de electores centristas por ganar. Por citarlo: "Ironía de la suerte, esta reforma interna había sido propuesta por la derecha del partido: los blairistas, fascinados por el modelo de las primarias en los Estados Unidos, hacían la apuesta de que la apertura del voto al gran público debilitaría la influencia de los sindicalistas y acabaría de anclar el partido en el fructuoso pantano del "centro". Cruel fue su decepción cuando se dieron cuenta de que el mecanismo que debía asegurarles su victoria servía de hecho a los intereses de la izquierda, encantada de poner a su favor la treta de sus adversarios".
Debido a factores analizados más arriba, en particular el apoyo político y financiero de Unison y de Unite, la elección de Corbyn a la cabeza del Labour se habría producido en cualquier situación, pero fue el voto de la nueva afiliación representativa de la juventud lo que le dio su carácter masivo. A fin de acercarles al Labour, un allegado a Corbyn, Jonathan Lansman, formó una organización llamada Momentum.
Momentum ofrece a los y las jóvenes una estructura que les permite militar apoyando a Corbyn teniendo en cuenta y sacando partido de sus modos de militancia específicos. El lugar estatutario concedido en el partido, desde el origen, a las asociaciones que combaten por la emancipación (los fabianos fueron los primeros) lo hacía posible. La forma de estructura exacta ha dado lugar a tanteos y algunas tensiones, pero hoy la organización cuenta con 37.000 miembros que tienen un carnet del Partido Laborista y representantes en el Comité Ejecutivo Nacional. La disponibilidad, el entusiasmo y la movilidad de los y las jóvenes militantes han sido una preciosa baza para Corbyn frente al ala derecha del Labour. Si pudo ganar las elecciones de septiembre de 2015 gracias a los sindicatos, han sido ellos y ellas quienes le han permitido resistir al ala derecha del partido. En la sesión del partido parlamentario que intentó empujarle a la dimisión a finales de junio de 2016, los y las militantes del gran Londres convocaron en 24 horas una concentración de apoyo a Corbyn que reunió a 10.000 personas y puso fin a las veleidades de golpe de Estado por parte del grupo parlamentario. Con la fuerza de esta victoria, tres meses más tarde, en el congreso de Brighton, en septiembre de 2016, Corbyn fue elegido por el 62% de los delegados y delegadas, entre quienes había un buen grupo de miembros de Momentum, mejorando así su resultado de 2015.
Un año más tarde, en las elecciones legislativas de junio de 2017, el trabajo militante de los y las jóvenes de Momentum fue verdaderamente decisivo en los resultados del Partido Laborista y la consolidación de la posición de Corbyn como potencial primer ministro. Los dos libros documentan la forma en que su apoyo permitió a Corbyn, de semana en semana, ganar confianza y afirmarse frente a Theresa May. En muchas circunscripciones la campaña laborista fue muy floja, una parte de la afiliación se mostraba poco entusiasta viendo a Corbyn salir adelante. Los equipos de Momentum lo paliaron desplazándose de una circunscripción a otra en una misma región. Se estima que el logro de 25 escaños laboristas fue gracias a ellos. En el congreso de finales de septiembre de 2017, miembros de Momentum hicieron su entrada en varias comisiones importantes y ayudaron a la izquierda a ganar diferentes votaciones sobre la orientación, provocando la inquietud de la patronal británica. Si se lee el boletín Labour Friefing se ve que es seguro que van a seguir los consejos de Ken Loach y que prepararán en las instancias locales las condiciones de la renovación de la representación parlamentaria en las próximas elecciones.
¿Y mañana?
La decepción de Theresa May que ha perdido trece escaños y por tanto su mayoría en Westminster, así como el aumento espectacular de los votos del Labour en 2017 han sido en gran parte debidos al militantismo de Momentum y al nivel elevado de la participación electoral joven. Éste no ha sido captado por los sondeos precedentes al escrutinio, aunque la acogida entusiasta hecha a Corbyn en los conciertos populares pudiera dejarlo entrever. En precedentes elecciones legislativas, la participación de los electores y electoras de entre 18 y 24 años estaba en alrededor del 40%. En 2017, ha subido al 72%, es decir bastante más que el nivel de participación general (68%), que fue el más fuerte desde las elecciones que llevaron al poder a Blair veinte años antes. En esta franja de edad, los laboristas ha superado a los conservadores en el 47%.
La prensa francesa ha visto en ello una respuesta de la juventud al Brexit en el que no se había implicado. En el capítulo que ha añadido a su libro Nunns es bastante categórico atribuyéndolo sobre todo al programa radicalmente antiausteritario de Corbyn y McDonell. Éste contenía en particular la renacionalización del ferrocarril, inversiones elevadas en el sistema de salud y el sector hospitalario, la supresión de los gastos de matrícula en la universidad, la reconstrucción de los derechos sindicales en los lugares de trabajo, la construcción de un millón de viviendas a precio o alquileres moderados en cinco años, el aumento de los salarios mínimos al nivel de salario mínimo vital (fijado en 10 libras esterlinas la hora), la supresión de contratos cero-horas, una batería de medidas para paliar la degradación de las jubilaciones.
En su artículo para Le Monde Diplomatique de 2015 Nunns subrayaba que "el hecho de que el movimiento antiausteridad en el Reino Unido se haya forjado en el marco de un gran partido de gobierno presenta grandes ventajas, pero también serios inconvenientes. El Partido Laborista no ha sido concebido para confrontarse al Estado. No es una organización que desafíe el orden establecido, como pudo hacerlo Syriza. Para triunfar, Corbyn va a tener que transformar el Labour en una fuerza militante capaz de mantener el increíble arrebato colectivo que le ha propulsado a su cabeza. Si la excitación generada estos últimos meses se propaga a otros sectores de la población y la aventura sigue su camino, Corbyn tiene todas sus posibilidades. Si el movimiento decae y el hombre de la renovación lleva su base a los viejos centros de poder, la ocasión será perdida" Se sabe lo que ocurrió con las promesas de enfrentamientos realizadas por Syriza. Pero sigamos en el Reino Unido. Las elecciones de junio de 2017 y el congreso laborista que las siguió en septiembre han mostrado que el "arrebato colectivo" no solo se había mantenido, sino que se había incluso ampliado con fuerza. En futuras elecciones no hay duda alguna de que lo será de nuevo, muy posiblemente con una fuerza suficiente para dar a Corbyn y McDonnell una mayoría en Westminster.
Pero el recuerdo por Nunns de que el Labour es un partido de gobierno, no formateado para confrontarse al Estado o para desafiar el orden establecido, vale plenamente. Las precauciones que el programa electoral de 2017 tomó con la patronal industrial y el carácter muy prudente de las medidas fiscales dan fe de ello. Interrogando a la historia del Labour en el gobierno, solo entre 1945 y 1948 durante el gobierno Atlee el consejo de ministros contó con un grupo de dirigentes plenamente defensores de los intereses de la clase obrera y con una determinación suficiente para aprovecharse de correlaciones de fuerzas favorables e imponer a la burguesía británica reformas que mermaban un poco, momentáneamente, sus posiciones. Pero fue con el mismo gobierno con el que el Reino Unido se implicó en el armamento nuclear contra las posiciones muy mayoritariamente antinucleares de las y los afiliados al Partido Laborista. El gobierno Wilson de 1967-1970 tiene en su haber la abolición de la pena de muerte, la legalización del aborto y la de la homosexualidad lo que no era poca cosa en aquella época, pero fue él quien permitió a la City emprender el proceso de liberalización financiera mundial. Corbyn y McDonnell están indiscutiblemente hechos del mismo material que Aneurin Bevan o Tony Benn, pero aunque la burguesía británica esté debilitada y desestabilizada políticamente por el Brexit y la crisis del Partido conservador, las relaciones entre trabajo y capital siguen siendo favorables al segundo. También perdura la herencia imperial. Corbyn ha tenido que sumarse a la producción del Trident (avión de combate), equivalente británico del Rafale francés.
Para concluir, en el Reino Unido no hay "futuros esplendorosos" a la vista, pero a diferencia de Francia reina allí un clima político no deletéreo e incluso entusiasta en la izquierda. La perspectiva es la de una llegada de Corbyn y McDonnell al gobierno que abriría un período marcado por una verdadera voluntad de su parte de hacer votar y de poner en marcha reformas que mejorarían la vida de las clases populares y de las clases medias y que reducirían el paro de los y las jóvenes. El grado en que el futuro programa, que será una versión un poco mejorada del de 2017, será aplicado no es algo dado por adelantado. Todo dependerá de la amplitud de la victoria del Labour y del número de diputados y diputadas laboristas dispuestos a ser una pizca radicales, debido a sus propias convicciones, pero también al grado de intensidad de la presión que la juventud ejercería sobre ellos. Una vez Corbyn y McDonnell en Whitehall, ¿continuará el arrebato colectivo que les ha llevado desde 2015? La historia nos lo dirá.
Artículo enviado por el autor A l’ encontre y publicado en la revista Les Possibles, N° 165 Primavera 2018.
http://alencontre.org/europe/
Traducción de Faustino Eguberri - Viento Sur
http://www.vientosur.info/
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