_- Es un hallazgo que contradice una de las teorías más importantes y exitosas de la física moderna.
En las afueras de Chicago, en EE.UU., un grupo de científicos ha descubierto que la masa de una partícula subatómica no es la que debería ser.
Esta medición es el primer resultado experimental concluyente que está en desacuerdo con la famosa teoría del Modelo Estándar, que ha servido por años para determinar la masa aproximada de partículas subatómicas.
El equipo descubrió que una partícula de este tipo, conocida como bosón W, pesa más de lo que predice la teoría.
El resultado ha sido descrito como "impactante" por el profesor David Toback, coportavoz del proyecto, dado que podría conducir al desarrollo de una teoría nueva y más completa sobre cómo funciona el universo.
"Si los resultados son verificados por otros experimentos, el mundo se verá diferente", le dice a la BBC el académico, quien vislumbra incluso "un cambio de paradigma".
"El famoso astrónomo Carl Sagan dijo que 'afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria'. Creemos que tenemos eso", agregó.
Cuál fue el hallazgo
Los científicos del Fermilab Collider Detector (FCD), en Illinois, han encontrado una mínima diferencia en la masa del bosón W en comparación con lo que la teoría dice que debería ser: es de solo 0,1%.
Si esto se confirma con otros experimentos, las implicaciones serían enormes.
El llamado Modelo Estándar de la física de partículas ha predicho el comportamiento y las propiedades de las partículas subatómicas sin discrepancias de ningún tipo durante cincuenta años.
Hasta ahora.
El Fermilab está en Illinois.
El otro portavoz del FCD, el profesor Georgio Chiarelli, le dijo a la BBC que el equipo de investigación apenas podía creer lo que veían cuando obtuvieron los resultados.
"Nadie esperaba esto. Pensamos que tal vez nos equivocamos en algo".
Pero los investigadores revisaron minuciosamente sus resultados y trataron de buscar errores.
No encontraron ninguno.
El hallazgo, publicado en la revista Science, podría estar relacionado con pistas de otros experimentos en el Fermilab y el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), ubicado en la frontera entre Suiza y Francia.
Estos resultados, aún no confirmados, también sugieren desviaciones del Modelo Estándar, posiblemente como resultado de una quinta fuerza de la naturaleza aún no descubierta.
Actualización necesaria
Los físicos saben desde hace algún tiempo que la teoría necesita ser actualizada.
Sus postulados no pueden explicar la presencia de material invisible en el espacio, la llamada Materia Oscura, ni la continua expansión acelerada del universo por una fuerza denominada Energía Oscura.
Tampoco pueden explicar la gravedad.
Mitesh Patel, experto del Imperial College de Londres que trabaja en el LHC, cree que si se confirma el resultado del Fermilab, podría ser el primero de muchos que podrían presagiar el mayor cambio en nuestra comprensión del universo desde las teorías de la relatividad de Einstein hace 100 años.
"La esperanza es que al final veamos un hallazgo espectacular que no solo confirme que el Modelo Estándar se ha derrumbado como una descripción de la naturaleza, sino que también nos dé una nueva dirección para ayudarnos a entender lo que somos", dijo.
"Si esto se mantiene, tiene que haber nuevas partículas y nuevas fuerzas para explicar cómo hacer que estos datos sean consistentes", agregó.
Precauciones
Pero el entusiasmo en la comunidad de físicos se atenúa cuando se revisan experimentos anteriores.
Aunque el resultado del Fermilab es la medida más precisa de la masa del bosón W hasta la fecha, no coincide con otras dos de las medidas más precisas de experimentos previos que sí están en línea con el Modelo Estándar.
"Necesitamos saber qué está pasando con la medición", dice el profesor Ben Allanach, físico teórico de la Universidad de Cambridge.
"El hecho de que tengamos otros dos experimentos que concuerdan entre sí y con el Modelo Estándar y que estén muy en desacuerdo con este experimento me preocupa", agrega.
El Gran Colisionador de Hadrones está construido en un túnel circular de 27 km de largo bajo la frontera franco-suiza.
Todos los ojos están ahora puestos en el Gran Colisionador de Hadrones, que debe reiniciar sus experimentos después de una actualización de tres años.
La esperanza es que estos estudios proporcionen los resultados que sentarán las bases para una nueva teoría de la física más completa.
"La mayoría de los científicos serán un poco cautelosos", dice Patel.
"Hemos estado aquí antes y nos hemos sentido decepcionados, pero todos esperamos en secreto que esto sea realmente así y que en nuestra vida podamos ver el tipo de transformación sobre la que hemos leído en los libros de historia", señala.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-61033989
lunes, 11 de abril de 2022
_- El extraordinario descubrimiento que podría revolucionar la física y nuestra comprensión del universo
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domingo, 10 de abril de 2022
Qué es la escucha profunda y por qué es clave para mejorar las relaciones personales
Hawraa (izquierda) participó en un proyecto para ciudadanos libaneses que alentaba a que se escucharan los unos a otros.
"Si una mujer musulmana que usaba el velo decidía dejar de usarlo, yo solía considerar que era una mala persona y que no merecía ser mi amiga. Si la conociera, la intimidaría", explica Hawraa Ibrahim Ghandour, una libanesa musulmana.
Ella dice que sus puntos de vista se formaron creciendo en una familia muy religiosa. Su padre prefería que se hiciera amiga de personas similares, y señala que continuó con esos valores en su vida adulta y en su trabajo como profesora de inglés en una escuela secundaria.
Hawraa es una de las 150 personas en Líbano que participaron en un proyecto de escucha profunda, dirigido por el British Council (el instituto cultural público de Reino Unido dedicado a difundir la lengua y cultura inglesas) en colaboración con la BBC.
El objetivo era aprender habilidades vinculadas a la empatía, el silencio y la eliminación de los juicios. Y un año después, Hawraa ha estado reflexionando sobre cómo lo que aprendió la ayudó a abrir su mente.
"Aprendí a escuchar más, a no juzgar, sino a tratar de comprender, y a dar tiempo a que los demás comunicasen los mensajes que quisieran. Luego a dar feedback para comprobar que realmente entiendo lo que quieren que sepa".
Tolerancia
Lo que ella ve ahora como su anterior fanatismo e intolerancia se extendía a cualquiera que fuese diferente.
"Solía estar en contra de los refugiados sirios en Líbano", dice. "Solía pensar que los sirios aquí no cuidaban su higiene y no vivían una vida libanesa adecuada".
Sin embargo, hoy trabaja los martes por la tarde en una escuela para refugiados sirios, a pesar de la reacción atónita de su familia.
Hawraa trabaja una tarde por semana en una escuela para refugiados sirios.
Todas las mañanas, Hawraa se encuentra con Mayada, una enfermera refugiada de Siria, mientras toma su café matutino. Se conocieron por primera vez cuando Mayada estaba cuidando a la madre de Hawraa, y ahora las dos mujeres están a menudo una en casa de la otra.
Hawraa dice que sus nuevas relaciones la han ayudado a ser más tolerante.
"En el pasado, tal vez no me comunicaba de manera efectiva con esas personas, o tal vez solo estaba escuchando a los medios de comunicación, que juegan un papel en la estigmatización de las personas", explica.
"Si nos escuchamos los unos a los otros, descubrimos que tenemos muchos puntos en común: sentimientos humanos que compartimos", agrega.
Sin embargo, la amistad de Hawraa con Mayada no impide que Hawraa tenga serias dudas sobre algunos aspectos de la cultura de Mayada.
El hijo de Mayada está a punto de casarse con una mujer de tan solo 16 años, lo cual no es raro en la comunidad de refugiados sirios.
"Acepto que esta es su elección", dice reflexionando. "Al escuchar profundamente, comprendes que esa persona no es tu enemigo, incluso si se está comportando de manera diferente".
Cómo funciona la escucha profunda
La técnica de escucha profunda se utiliza para tratar conversaciones difíciles y asegurarse de que ambas partes sientan que son escuchadas. Implica ser genuinamente curioso acerca de la otra persona, con un gran deseo de entenderla. Se trata de conectarse con el otro como un individuo y generar confianza. Esto es lo que debes hacer para ponerla en práctica:
-Pídele a tu interlocutor que explique su perspectiva y por qué tiene una opinión tan clara sobre ello. Escucha, sin interrumpir, dejando de lado juicios, contraargumentos y soluciones.
-Resume el argumento central de lo que escuchaste y verifica que hayas entendido correctamente, incluidas las emociones y la textura de su historia. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo.
-Pregúntale si está de acuerdo con tu resumen. Si no, pídele que se explique más.
-Continúa con este proceso hasta que el orador dé un rotundo "Sí". En este punto, es probable que escuche tu versión de la historia.
Herramienta de trabajo
Mohammad, un trabajador humanitario de Líbano, era consciente de que no sabía escuchar y que esto interfería en las negociaciones, una parte fundamental de su trabajo.
"Yo era esa persona que siempre interrumpía, la persona que siempre sabía lo que intentabas decirle", cuenta. "Ahí comenzaba con las suposiciones y luego trataba de validarlas. Las suposiciones pueden ser mortales".
Mohammad usa sus habilidades para escuchar en su trabajo, ayudando a las personas desplazadas en Mosul, en Irak.
Poco después de la capacitación, Mohammad tomó un trabajo en Mosul, Irak, donde trabajaba con autoridades locales, ONG y agencias de la ONU para crear un plan de ayuda para las personas desplazadas de la ciudad.
Para tener éxito en su nuevo cargo, Mohammad tenía que reconciliar a muchos grupos diferentes con una gran cantidad de ideas opuestas.
"¿Deberíamos enviar a los desplazados a su casa? ¿Deberíamos intentar integrarlos en la ciudad donde estaban? ¿Aceptarán vivir en un barrio con gente de una tribu diferente?", se preguntaba.
Mohammad recuerda vívidamente la información que recibió antes de comenzar a trabajar. A medida que su colega describía el rol y sus requisitos, comenzó a sentir que había información de fondo que necesitaría pero que no se estaba compartiendo.
"Créeme, en el sector humanitario necesitas entender las personalidades de todos los involucrados para coordinar de manera efectiva. Quién es un facilitador, quién estropea la situación y quién bloquea".
En ese momento, Mohammad recordó el entrenamiento de escucha y la importancia de darle espacio a alguien después de que termina de hablar, tanto como una señal de respeto como para permitirle compartir más.
Después de que su colega terminara de hablar, esperó 20 segundos completos.
"En esos 20 segundos pude ganar un poco de confianza y vincularme con ella", dice. "Después de ese espacio, nuestra relación de algún modo cambió y ella compartió conmigo sus experiencias reales y su percepción de los personajes clave con los que tendría que trabajar".
Tres meses después, Mohammad reconoce que esto le permitió entender cómo funciona la ciudad y lograr un gran progreso con los planes para una respuesta coordinada.
Impacto emocional
Hay momentos, sin embargo, cuando Mohammad se esfuerza por no usar sus habilidades auditivas recién adquiridas.
"En el sector de la ayuda, si te vuelves realmente bueno y estás en una conversación personal, te llevas a ti mismo a un nivel emocional muy profundo para el que quizás no estés preparado", dice.
Mohammad me cuenta una conversación con un taxista que le dijo que fue azotado 18 veces por el delito de conducir a una mujer sin un acompañante masculino, algo que estaba prohibido cuando la ciudad estaba bajo el control del llamado Estado Islámico.
"Hay un lado oscuro en la escucha profunda", explica pensativo Mohammad. "Sé que en este momento no es seguro para mí tener estas conversaciones. Necesito poder separarme de la experiencia y el sufrimiento de los demás. Personalmente, todavía no estoy listo para dominar ese lado emocional".
Mientras tanto, para Hawraa, ¿cómo reconcilia sus nuevas creencias con su educación y los valores de su padre?
Su padre murió hace unos años, pero todos los jueves Hawraa visita su tumba. "Siento que puede verme desde el cielo y estoy satisfecha de que esté feliz y orgulloso", dice.
"Cuanto más conocemos a la gente, menos miedo le tenemos. Menos prejuicios tenemos. Tal vez haya descubierto que todas las personas son iguales en su humanidad".
https://www.bbc.com/mundo/noticias-60927617
_- Por qué pequeñas tareas como regar las plantas o doblar la ropa son tan terapéuticas
_- Ordenar el escritorio, regar las plantas o doblar la ropa: estas tareas domésticas están lejos de ser el colmo del hedonismo. Sin embargo, a menudo me sorprendo anhelando el placer y comodidad de ese tipo de pequeñas tareas repetitivas.
Si estoy esperando una llamada telefónica importante, o no he podido escribir ni una palabra del artículo que debo entregar ya, inevitablemente reorganizaré mi colección de discos o limpiaré los papeles esparcidos por mi oficina, y me sentiré muy relajado.
No soy el único. Al enfrentar el estrés de la pandemia, muchos reportaron haber encontrado un interés renovado en cuidar sus hogares como una forma de hacer frente a la incertidumbre.
Hasta en YouTube hay videos de gente haciendo sus tareas domésticas, con millones de visitas para los más populares.
Los psicólogos señalan que existen muchos mecanismos potenciales que podrían explicar el placer perfecto de pasar el rato ocupándose de tareas pequeñas y, posiblemente, hasta te alienten a hacerlo con más frecuencia.
Distracciones agradables
Superficialmente, puede ser útil porque ocupa la mente, y dedicamos menos tiempo a preocuparnos. Si la formas estructuradas de meditación, por ejemplo, no son difíciles, las tareas del hogar pueden anclarnos en el aquí y ahora.
Pero eso dependerá de dónde pongamos nuestro foco.
En un estudio en el que se le pidió a los participantes que lavaran platos, los que se involucraron completamente con la experiencia sensorial reportaron un estado de ánimo significativamente mejor.
Esto incluyó una reducción del nerviosismo e incluso una sensación de "inspiración", como si la inmersión en la actividad simple les hubiera refrescado la mente.
Control percibido
A diferencia de otras actividades que distraen, como jugar juegos de computadora o ver televisión, las pequeñas tareas tienen la ventaja de ser proactivas y útiles, lo que aumenta nuestro "control percibido".
Cuando nos sentimos ansiosos, una sensación de impotencia puede aumentar la respuesta fisiológica al estrés, incrementando los niveles de hormonas como el cortisol.
A largo plazo, la sensación de impotencia puede incluso dañar la función del sistema inmunitario.
Idealmente, nos ocuparíamos directamente de la situación perturbadora en sí. Pero la investigación indica que podemos obtener una percepción de control a partir de actividades que tienen poco efecto en la situación que nos está molestando.
"No necesariamente tiene que alinearse con el control real, siempre que creamos o sintamos que tenemos el control", dice Stacey Bedwell, psicóloga del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres.
El simple hecho de poder cambiar nuestro entorno puede crear una sensación de agencia que es beneficiosa, dice, lo que puede explicar por qué limpiar y organizar nuestros hogares puede ser tan terapéutico.
Algunas de las pruebas más intrigantes provienen de estudios de personas mayores.
Un estudio clásico es el de la profesora Ellen Langer en la Universidad de Harvard y la profesora Judith Rodin en la Universidad de Yale.
Se llevó a cabo en un hogar de ancianos, donde los participantes se dividieron en dos grupos.
A los primeros se les permitió apropiarse de su habitación, acomodando los muebles como quisieran, y se les entregó una planta que debían cuidar ellos mismos.
Al segundo grupo, se le dijo que el personal podía encargarse de todo; ni siquiera tenían que regar su planta.
Durante los siguientes 18 meses, los residentes que fueron alentados a asumir la responsabilidad de su habitación disfrutaron de una mejor salud física y tuvieron menos probabilidades de morir.
Es posible que estos participantes hicieran un poco más de ejercicio que los demás. Sin embargo, dada la investigación sobre los efectos negativos de la indefensión, Langer y Rodin argumentaron que el beneficio era principalmente de origen psicológico, proveniente de su mayor sentido de control sobre sus vidas.
Habitación ordenada, mente enfocada
Los beneficios no terminan ahí.
Si tus pequeñas tareas son para organizar y ordenar, al final un entorno más ordenado es en sí mismo una forma de consuelo.
Si un escritorio abarrotado es señal de una mente desordenada, ¿Qué indicar un escritorio vacío?, se han preguntado muchos.
Como escribe el psicólogo de la Universidad de Michigan Ethan Kross en su libro "Chatter: The Voice in Our Heads and How to Harness It": "Estamos incrustados en nuestros espacios físicos, y las diferentes características de estos espacios activan fuerzas psicológicas dentro de nosotros, que afectan cómo pensamos y sentimos.
"Si vemos orden afuera, eso nos ayuda a sentirnos un poco menos caóticos por dentro.
"[Es] reconfortante porque hace que la vida sea más fácil de navegar y más predecible".
Bedwell señala que esto puede evidenciarse en tu capacidad de concentración.
"Si estás sentado en la mesa de la cocina con tu computadora portátil rodeado de desorden, los estímulos visuales que tu cerebro tiene que procesar continuamente mientras intentas concentrarse en la tarea en cuestión son muchos", dice.
"Elimina el desorden visual y podrás concentrarse mucho más fácilmente".
Estudios con imágenes cerebrales respaldan este punto de vista.
En general, se observa una actividad cerebral mucho mayor a medida que aumenta la cantidad de objetos que distraen dentro de una escena, con cada objeto compitiendo por nuestra atención. Esto puede hacer que tu cerebro se canse y luche por mantener su enfoque durante largos períodos de concentración.
Es importante destacar que no es necesario que elimines el desorden para evitar que esto ocurra, simplemente reorganízalo.
Organizar objetos en grupos, por color, por ejemplo, puede proporcionarle al cerebro pistas más obvias para navegar en el caos, reduciendo parte de la confusión neuronal y mejorando el enfoque.
Asociaciones agradables
Al reducir la ansiedad, calmar las respuestas al estrés, aumentar la concentración y desencadenar la liberación de endorfinas, no es de extrañar que muchos nos dediquemos a las tareas del hogar tan pronto como nos enfrentamos a la incertidumbre.
Como todas las actividades, el alcance de estos beneficios estará influenciado por sus gustos personales y las asociaciones que vincule con las tareas.
Sabemos, por ejemplo, que los efectos de ejercicios como correr pueden ser moderados por la mentalidad de las personas; aquellos parten con la expectativa de regresar con la mente despejada después son los más propensos a lograrlo. Ordenar, limpiar, clasificar y ordenar no será diferente.
Si eres reacio a las tareas domésticas y sólo recoges un trapo bajo presión, no disfrutarás de estos placeres.
Pero los hogareños ahora podemos entender por qué nuestra fructífera inquietud puede ser un bálsamo para la mente inquieta.
* David Robson es escritor científico y autor de "The Expectation Effect: How Your Mindset Can Transform Your Life". Puedes leer la nota original en BBC Worklife (en inglés) aquí.
Si estoy esperando una llamada telefónica importante, o no he podido escribir ni una palabra del artículo que debo entregar ya, inevitablemente reorganizaré mi colección de discos o limpiaré los papeles esparcidos por mi oficina, y me sentiré muy relajado.
No soy el único. Al enfrentar el estrés de la pandemia, muchos reportaron haber encontrado un interés renovado en cuidar sus hogares como una forma de hacer frente a la incertidumbre.
Hasta en YouTube hay videos de gente haciendo sus tareas domésticas, con millones de visitas para los más populares.
Los psicólogos señalan que existen muchos mecanismos potenciales que podrían explicar el placer perfecto de pasar el rato ocupándose de tareas pequeñas y, posiblemente, hasta te alienten a hacerlo con más frecuencia.
Distracciones agradables
Superficialmente, puede ser útil porque ocupa la mente, y dedicamos menos tiempo a preocuparnos. Si la formas estructuradas de meditación, por ejemplo, no son difíciles, las tareas del hogar pueden anclarnos en el aquí y ahora.
Pero eso dependerá de dónde pongamos nuestro foco.
En un estudio en el que se le pidió a los participantes que lavaran platos, los que se involucraron completamente con la experiencia sensorial reportaron un estado de ánimo significativamente mejor.
Esto incluyó una reducción del nerviosismo e incluso una sensación de "inspiración", como si la inmersión en la actividad simple les hubiera refrescado la mente.
Control percibido
A diferencia de otras actividades que distraen, como jugar juegos de computadora o ver televisión, las pequeñas tareas tienen la ventaja de ser proactivas y útiles, lo que aumenta nuestro "control percibido".
Cuando nos sentimos ansiosos, una sensación de impotencia puede aumentar la respuesta fisiológica al estrés, incrementando los niveles de hormonas como el cortisol.
A largo plazo, la sensación de impotencia puede incluso dañar la función del sistema inmunitario.
Idealmente, nos ocuparíamos directamente de la situación perturbadora en sí. Pero la investigación indica que podemos obtener una percepción de control a partir de actividades que tienen poco efecto en la situación que nos está molestando.
"No necesariamente tiene que alinearse con el control real, siempre que creamos o sintamos que tenemos el control", dice Stacey Bedwell, psicóloga del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres.
El simple hecho de poder cambiar nuestro entorno puede crear una sensación de agencia que es beneficiosa, dice, lo que puede explicar por qué limpiar y organizar nuestros hogares puede ser tan terapéutico.
Algunas de las pruebas más intrigantes provienen de estudios de personas mayores.
Un estudio clásico es el de la profesora Ellen Langer en la Universidad de Harvard y la profesora Judith Rodin en la Universidad de Yale.
Se llevó a cabo en un hogar de ancianos, donde los participantes se dividieron en dos grupos.
A los primeros se les permitió apropiarse de su habitación, acomodando los muebles como quisieran, y se les entregó una planta que debían cuidar ellos mismos.
Al segundo grupo, se le dijo que el personal podía encargarse de todo; ni siquiera tenían que regar su planta.
Durante los siguientes 18 meses, los residentes que fueron alentados a asumir la responsabilidad de su habitación disfrutaron de una mejor salud física y tuvieron menos probabilidades de morir.
Es posible que estos participantes hicieran un poco más de ejercicio que los demás. Sin embargo, dada la investigación sobre los efectos negativos de la indefensión, Langer y Rodin argumentaron que el beneficio era principalmente de origen psicológico, proveniente de su mayor sentido de control sobre sus vidas.
Habitación ordenada, mente enfocada
Los beneficios no terminan ahí.
Si tus pequeñas tareas son para organizar y ordenar, al final un entorno más ordenado es en sí mismo una forma de consuelo.
Si un escritorio abarrotado es señal de una mente desordenada, ¿Qué indicar un escritorio vacío?, se han preguntado muchos.
Como escribe el psicólogo de la Universidad de Michigan Ethan Kross en su libro "Chatter: The Voice in Our Heads and How to Harness It": "Estamos incrustados en nuestros espacios físicos, y las diferentes características de estos espacios activan fuerzas psicológicas dentro de nosotros, que afectan cómo pensamos y sentimos.
"Si vemos orden afuera, eso nos ayuda a sentirnos un poco menos caóticos por dentro.
"[Es] reconfortante porque hace que la vida sea más fácil de navegar y más predecible".
Bedwell señala que esto puede evidenciarse en tu capacidad de concentración.
"Si estás sentado en la mesa de la cocina con tu computadora portátil rodeado de desorden, los estímulos visuales que tu cerebro tiene que procesar continuamente mientras intentas concentrarse en la tarea en cuestión son muchos", dice.
"Elimina el desorden visual y podrás concentrarse mucho más fácilmente".
Estudios con imágenes cerebrales respaldan este punto de vista.
En general, se observa una actividad cerebral mucho mayor a medida que aumenta la cantidad de objetos que distraen dentro de una escena, con cada objeto compitiendo por nuestra atención. Esto puede hacer que tu cerebro se canse y luche por mantener su enfoque durante largos períodos de concentración.
Es importante destacar que no es necesario que elimines el desorden para evitar que esto ocurra, simplemente reorganízalo.
Organizar objetos en grupos, por color, por ejemplo, puede proporcionarle al cerebro pistas más obvias para navegar en el caos, reduciendo parte de la confusión neuronal y mejorando el enfoque.
Asociaciones agradables
Al reducir la ansiedad, calmar las respuestas al estrés, aumentar la concentración y desencadenar la liberación de endorfinas, no es de extrañar que muchos nos dediquemos a las tareas del hogar tan pronto como nos enfrentamos a la incertidumbre.
Como todas las actividades, el alcance de estos beneficios estará influenciado por sus gustos personales y las asociaciones que vincule con las tareas.
Sabemos, por ejemplo, que los efectos de ejercicios como correr pueden ser moderados por la mentalidad de las personas; aquellos parten con la expectativa de regresar con la mente despejada después son los más propensos a lograrlo. Ordenar, limpiar, clasificar y ordenar no será diferente.
Si eres reacio a las tareas domésticas y sólo recoges un trapo bajo presión, no disfrutarás de estos placeres.
Pero los hogareños ahora podemos entender por qué nuestra fructífera inquietud puede ser un bálsamo para la mente inquieta.
* David Robson es escritor científico y autor de "The Expectation Effect: How Your Mindset Can Transform Your Life". Puedes leer la nota original en BBC Worklife (en inglés) aquí.
sábado, 9 de abril de 2022
_- A 80 años de la muerte de Miguel Hernández. Para la libertad, sangro, lucho, pervivo
Miguel comenzó a publicar a los veinte años y murió a los treinta y uno, en solo una década su intensa aventura lírica sobresale por su capacidad creadora del poeta, logrando una obra extensa y hermosa, que ostenta hoy un lugar privilegiado en la historia de la poesía.
En Orihuela
Nació en 1910 en Orihuela, tercer hijo de un criador de ganado, asiste a las escuelas del Ave María y al Colegio de Santo Domingo de los jesuitas a donde concurre gratuitamente a las aulas de Santo Domingo, donde accede a la lectura de los clásicos del siglo de oro español. Allí conoce a su gran amigo José Marín Gutiérrez, su primer mentor literario, quien firmó sus poemas con el seudónimo de Ramón Sijé. A los 15 años su padre lo retira del colegio para que contribuya con el sustento familiar ocupándose del pastoreo de cabras. No es difícil comprender como sus padres casi analfabetos veían las inquietudes literarias como fuera de lugar. El joven aprovecha el tiempo vacío, mientras cuidaba el rebaño, para leer y escribir sus primeros poemas.
Junto a Ramón Sijé, Manuel Molina y los hermanos Carlos y Efrén Fenoll, en cuya panadería se reunían, tenía lugar la tertulia del pequeño grupo de aficionados a las letras, discutiendo de poesía y recitando versos. Allí conoció la obra de los poetas modernos como Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. De ese tiempo son sus primeras colaboraciones en periódicos de Orihuela, Alicante y Murcia.
En diciembre de 1931, Miguel viaja por primera vez a Madrid con un puñado de poemas, donde se expresa la influencia religiosa de su formación inicial y con unas recomendaciones que al final de poco le sirvieron. Aunque un par de revistas literarias, La Gaceta Literaria y Estampa, publicaron algunas de sus poesías, después de semanas, tuvo que volverse a Orihuela con una sensación de amargura por el fracaso, pero que no lo doblega. Conoce a quien sería su esposa, Josefina Manresa, una joven modista, hija de un guardia civil, nacida en la provincia de Jaén, aunque vive en Orihuela.
El Rayo que no cesa
En la primavera de 1934 emprendió un segundo viaje a Madrid, donde fue creando su círculo de amigos: Rafael Alberti, Luis Cernuda, Delia del Carril, María Zambrano, Vicente Aleixandre y Pablo Neruda. Mientras tanto, evolucionó desde una postura formalista, esteticista y hermética, desarrollada en Perito en lunas hasta un interés explícito por la vida, el amor y la muerte. Miguel se formó en un ambiente de catolicismo rector, tanto por el ambiente general de la sociedad oriolana cuanto por sus años en el colegio de jesuitas. En la estancia en Madrid, lo impulsan otros vientos, otros horizontes, otra manera de mirar el mundo. Escribe, “me libré de los templos, sonreídme/ donde me consumía con tristeza de lámpara/ encerrado en el poco aire de los sagrarios” El amor deja de pertenecer al universo del pecado para franquear las puertas de la felicidad, del goce natural, de la naturaleza, volviendo así a su formación infantil en los campos: “Salté al monte de donde procedo”
Se vivía un momento excepcional de la producción literaria, donde los poetas de la generación del 27 crearon sus más significativas obras. La llamada generación del 27 integrada por un conjunto de escritores/as y poetas españoles que se dieron a conocer en el panorama cultural en 1927 con motivo del homenaje a los 300 años de la muerte de Luis de Góngora. Entre ellos estaban Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, León Felipe, Vicente Alexaindre, Jorge Guillen, María Teresa León y Concha Medez-Cuesta. La proclamación de la II República en abril de 1931 puso fin al oscurantismo de la España gobernada por el dictador Miguel Primo de Rivera tras encabezar, el 13 de septiembre de 1923, un golpe de Estado que contó con el apoyo del rey Alfonso XIII y la jerarquía eclesiástica.
En la generación del 27, entre aquéllos ya por entonces jóvenes maestros encuentra Miguel apoyo. En enero del 36 se publicó su segundo libro El rayo que no cesa en la colección Héroe dirigida por sus amigos poetas Concha Méndez y Manuel Altolaguirre. Que presenta al poeta ya dueño de una voz personal.
En la dedicatoria del libro, está el carácter de todo el libro, la glorificación y la pena por el amor perdido. “A ti sola, en cumplimiento de una promesa que habrás olvidado como si fuera tuya”. Dirigida a su musa, la artista Maruja Mallo.
“Umbrío por la pena, casi bruno/porque la pena tizna cuando estalla/donde yo no me hallo no se halla/hombre más apenado que ninguno”.
En este libro se publica su famosa Elegía dedicada a su amigo Ramón Sijé, ante su temprana muerte a los 22 años, en diciembre del 35, el poema es un canto de dolor y de amor fraterno. En ella hay una visión de la muerte enemiga y un profundo sentido de la tierra a la que el amigo muerto se une, que le lleva a la sublimación del reencuentro en la naturaleza. “Volverás a mi huerto y a mi higuera/ por los altos andamios de las flores/ pajareará tu alma colmenera/de angelicales ceras y labores. /Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores”. Su biógrafo, José Luis Ferris, nos dice: “el poemario amoroso de El rayo que no cesa, es un libro hermosísimo y redondo esencial en la vida y obra de Miguel»
Vientos de pueblo, poesía de guerra
El 18 de julio de 1936 Miguel Hernández tenía 25 años y se encontraba en Madrid cuando decide tomar parte activa con las armas y una poesía combativa que duele y perdura en el tiempo más que las heridas de las balas. A dos meses de iniciada la asonada franquista en Marruecos escribe: ”Sentado sobre los muertos/que se han callado en dos meses/beso zapatos vacíos/y empuño rabiosamente/la mano del corazón/ el alma que lo sostiene/Que mi voz suba a los montes/y baje a la tierra y truene/eso pide mi garganta/desde ahora y desde siempre”.
El 36 fue también un año doloroso para la cultura: asesinan a Federico García Lorca en Víznar, mueren Valle-Inclán y Miguel de Unamuno y José María Hinojosa es fusilado en Málaga.
A comienzos del otoño del 36 Miguel se afilia al Partido Comunista e ingresa voluntario en el ejército de la República, al Quinto Regimiento de Zapadores le destinan a la 1ª Compañía del Cuartel General de Caballería. Así, fue pasando por diversos frentes: Teruel, Andalucía y Extremadura. En febrero del 37 es destinado al periódico «Frente Sur». En plena guerra pasa brevemente por Orihuela para casarse, el 9 de marzo de 1937, con Josefina Manresa. Pasa a ocuparse de las labores de cultura y propaganda mientras desarrolla una intensa labor literaria. Pública en numerosos periódicos y revistas, aparecen unas de sus piezas teatrales. Participa en el II Congreso de Intelectuales en defensa de la Cultura, en Madrid y en Valencia, donde conoce al poeta peruano Cesar Vallejo, uno de los mayores innovadores de la poesía universal del siglo XX, al que lo unen múltiples coincidencias personales.
En ese tiempo se edita el Romancero de la guerra civil, que contiene 35 poemas de diferentes autores reconocidos, jóvenes, milicianos y espontáneos cantores populares. Entre los que se halla Migue Hernández, junto a Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre y Vicente Aleixandre Intensamente unidos por y contra la guerra, con una fuerza expresiva de hondo calado en la moral de combatientes y civiles.
En septiembre de 1937 pasa unos días en Rusia, invitado al V Festival de Teatro Soviético. El 19 de diciembre de 1937 nace su primer hijo Manuel Ramón.
Ese mismo año se edita su libro Viento del pueblo que subtitula como Poesía de Guerra “Vientos del pueblo me llevan: Cantando espero a la muerte, / que hay ruiseñores que cantan/ encima de los fusiles / y en medio de las batallas”.
Miguel canta en medio de las batallas, un poeta que crea con el alma mientras suenan los obuses y se rompen las entrañas. Como confiesa en la dedicatoria del libro a Vicente Aleixandre: «A nosotros, que hemos nacido poetas entre todos los hombres, nos ha hecho poetas la vida junto a todos los hombres. (…) Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplados a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas”.
La poesía de guerra de Miguel Hernández contiene un carga de heroísmo y amargura a la vez Las circunstancias de la guerra civil lo inducen a una poesía no sólo testimonial, sino beligerante. Según José Manuel Caballero Bonald “se trata de uno de los libros más emocionantes, limpios y fervorosos que ha producido la poesía española en la primera mitad del siglo XX”.
En su viaje a Jaén en el órgano Altavoz del frente publica el poema Andaluces de Jaén, que popularizó el cantautor Paco Ibáñez. “Andaluces de Jaén/aceituneros altivos/decidme en el alma: ¿quién, quién levantó los olivos?/No los levantó la nada/ni el dinero, ni el señor/sino la tierra callada/el trabajo y el sudor”.
El hombre acecha es el segundo libro de poesía de guerra, escrito entre 1937 y 1938. Está compuesto por 19 poemas precedidos por una dedicatoria a Pablo Neruda, está atravesado por el dolor y el penar que siente el poeta orcelitano, son poemas de ira y rabia ante la derrota de los republicanos.
Dando un giro respecto a Vientos de pueblo, está escrito en varios tonos desde lo épico de: “Herido estoy, miradme: necesito más vidas/La que contengo es poca para el gran cometido/de sangre que quisiera perder por las heridas/Decid quién no fue herido/Mi vida es una herida de juventud dichosa/¡Ay de quien no está herido, de quien jamás se siente/herido por la vida, ni en la vida reposa/herido alegremente! hasta lo íntimo de Canción última: Pintada, no vacía/pintada está mi casa/del color de las grandes/pasiones y desgracias”.
Dijo Juan Ramón Jiménez, con su acritud habitual: «Los poetas no tenían convencimiento de lo que decían. Eran señoritos, imitadores de guerrilleros, y paseaban sus rifles y sus pistolas de juguete por Madrid, vestidos con monos azules muy planchados. El único poeta, joven entonces, que peleó y escribió en el campo y en la cárcel fue Miguel Hernández».
Desde el comienzo de la guerra, en Miguel se expresan el deseo de libertad para su pueblo y su odio a la violencia y la muerte, a medida que se acerca el final de la contienda, dos hechos cercanos en el tiempo lo acongoja y se reflejan en su poesía, la derrota de los republicanos y la muerte de su hijo.
Cancionero y romancero de ausencias
En enero de 1939 nació su segundo hijo, Manuel Miguel. En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Hernández cruzó la frontera hacia Portugal, pero fue devuelto a las autoridades españolas por la policía del dictador portugués Oliveira de Salazar, apresado y devuelto a Madrid y en la cárcel de Torrijos hecho prisionero. En la prisión compuso la mayor parte del Cancionero y romancero de ausencias, considerado como el punto más alto de su creación literaria, escrito en trozos de papel higiénico, se publicó en Buenos Aires, Argentina, después de su muerte. Contiene entre otros, Hijo de la luz y la sombra, Tristes guerras, Menos tu vientre, Llegó con tres heridas y Nanas de la cebolla.
En prisión durante el mes de septiembre de 1939, escribe Nana a mi niño, luego retitulado Nanas de la cebolla, dedicado a su hijo Manuel Miguel, tras recibir una carta de su esposa, en la que le decía que no comía más que pan y cebolla. Según la crítica literaria Concha Zardoya estas «Nanas» es la más trágica canción de cuna de la poesía española.
“Frontera de los besos/serán mañana/cuando en la dentadura/sientas un arma/Sientas un fuego/correr dientes abajo/buscando el centro /.Vuela niño en la doble luna del pecho/Él, triste de cebolla/Tú, satisfecho/No te derrumbes/No sepas lo que pasa/ni lo que ocurre”.
Miguel modula una voz que construye en el discurso un espacio de supervivencia frente a las prácticas deshumanizadoras del sistema carcelario. Sostiene Bagué Quílez que el libro se despliega a lo largo de los cuatro ejes principales del libro: la elegía por la muerte del primer hijo, el ciclo amoroso, el examen de conciencia y la esperanza en el futuro, gracias al nacimiento del nuevo hijo.
Boca que arrastra mi boca/ boca que me has arrastrado/boca que vienes de lejos/ a iluminarme de rayos/Alba que das a mis noches/ un resplandor rojo y blanco/Boca poblada de bocas/pájaro lleno de pájaros.
En el que fue probablemente su último poema, fechado en mayo de 1941, nos dice: De aquel querer mío/¿Qué queda en el aire? /Sólo un traje frío/donde ardió la sangre.
Luego de un periplo que, como dijo con amargura, lo llevo “haciendo turismo” por las cárceles de Madrid, Ocaña, Alicante, hasta que en su indefenso organismo se declaró una tuberculosis pulmonar aguda que se extendió a ambos pulmones, a las 5.32 de la mañana del sábado 28 de marzo de 1942 falleció, en la enfermería de una prisión de Alicante. Tenía 31 años y cumplía una condena a 30 años de cárcel, tras serle conmutada la pena de muerte a la que había sido condenado por su participación como voluntario en las filas republicanas durante la Guerra Civil Española y conocido como Poeta de la Revolución. Poco antes de su prematura muerte escribió en los muros de la cárcel de Alicante: “Adiós, hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos”. Se apagaba así la vida de uno de los mayores poetas en lengua castellana del siglo XX.
Llegó con tres heridas, la de la vida, la del amor, la de la muerte
El franquismo quiso infringir otra herida, la del olvido eterno. En la primavera de 1939 fueron destruidos los 50.000 ejemplares recién terminados del Hombre que acecha, solo se salvaron dos copias que permitieron recién en 1981 la edición completa del libro. Sus obras fueron prohibidas, y su nombre borrado por completo en la posguerra. Los poetas de la generación del 36, de la cual Miguel es considerado el iniciador, integrada entre otros por Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo y los novelistas Camilo José Cela, Carmen Laforet, Gonzalo Torrente Ballester, Jorge Campos y Miguel Delibes, fue llamada por mucho tiempo como la generación fantasma.
Joan Manuel Serrat fue para muchos jóvenes de nuestro país, quien dio a conocer a través de su música, algunos de los más bellos e intensos versos del poeta orcelitano. Paradojalmente el cantautor catalán reconoció que, como muchos de sus compatriotas, conoció a Hernández y otros poetas silenciados por la dictadura española, a través de ediciones publicadas en Argentina.
El reconocimiento mundial a su obra y la admiración por la ética y compromiso de su vida, desata el odio de la elite reaccionaria, incluso en estos días. En febrero de 2020, antes de que la pandemia confinase al mundo entero, el Ayuntamiento de Madrid encabezado por la presidenta de la comunidad Isabel Díaz Ayuso del Partido Popular, decidió resignificar el memorial de las víctimas de la guerra civil del cementerio de la Almudena. De esta manera, argumentando que no respetaba la ley de memoria histórica y de que no era imparcial, se eliminaron los 3.000 nombres de represaliados por el franquismo. Retiraron la placa que presidia el monumento en la que se leían los versos de Miguel Hernández:
“Para la libertad/Sangro, lucho, pervivo/Para la libertad/ Mis ojos y mis manos/Como un árbol carnal/ generoso y cautivo/ Doy a los cirujanos”.
Actos tan miserables como este, no podrán mellar el legado de quien «Humanamente es un ejemplo de coherencia, integridad y literariamente es un poeta necesario porque supo ocupar el espacio que en un momento de la historia casi nadie supo ocupar, fundió la poesía de compromiso con la poesía de calidad literaria». Luis Ferris.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
https://rebelion.org/para-la-libertad-sangro-lucho-pervivo/
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Día internacional del pueblo gitano. "Los nazis exterminaron al 75% de los gitanos de Europa". El libro 'Holocausto gitano' de María Sierra hace visible un drama olvidado por la Historia
Los nazis exterminaron a 500.000 gitanos, aproximadamente el 75 % de la población romaní que existía en Europa en aquella época.
A pesar de la magnitud de la matanza, el drama tiene poca presencia en nuestros libros de historia y en la conciencia colectiva, “hay una invisibilización”, en palabras de María Sierra, catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Sevilla, que publica ahora 'Holocausto gitano' (Arzalia), obra que recoge esa y otras cifras, así como escalofriantes detalles, testimonios directos e imágenes, varios de ellos inéditos.
Toda la población gitana sufrió la política de discriminación racial de Hitler, de modo similar a los judíos. “Las familias fueron separadas; los adultos y niños, esterilizados; los bienes les fueron expropiados; se les destinó al trabajo esclavo; se les usó de cobayas médicas; unidades del ejército alemán los iban fusilando en su avance y fueron enviados a los campos de exterminio. Todo ello, por el hecho de ser gitanos”, apunta Sierra, en conversación telefónica.
Para ella, “la tendencia a minimizar el holocausto gitano por parte de algunos historiadores, diciendo que no fue tan grave como el judío, no se sostiene con los datos” y empieza a ser revertida en los últimos años.
Gitanos, romaníes, egipcianos, bohemios... las denominaciones han sido muchas a lo largo de los tiempos, pero “pueblan Europa desde la Baja Edad Media y ya en los siglos XIV y XV se habían asentado en la mayoría del continente, hasta viajaron a América acompañando al mismo Colón en sus naves. Es curioso que, con tamaña antigüedad, se siga destacando hoy su origen foráneo”.
Sierra repasa la persecución de que han sido objeto a lo largo de los siglos, empezando con España donde “al igual que a los judíos y moriscos, una pragmática de 1499 los obligaba a abandonar su lengua y su indumentaria y someterse a la obediencia de algún señor”. En 1749, el rey Fernando VI organizó la Gran Redada, “el apresamiento general de toda la población gitana del país”. También se ocupa de su amplia representación en arte y literatura (Cervantes, Molière, Defoe...) así como de su integración en el imaginario de algunas naciones, como la española.
En el siglo XX, “si bien es verdad que la dedicación a la música y otros espectáculos era la actividad laboral de bastantes familias romaníes, las actividades económicas de la comunidad eran más variadas de lo que la percepción mayoritaria registra”, lo que provocó que las confiscaciones nazis abarcaran no solo cuentas corrientes, sino inmuebles, objetos y obras de arte. “Aunque el discurso oficial los identifica con el nomadismo, la realidad es que buena parte ya eran sedentarios y vivían en sus pisos o casas”. Algunos fueron incluso héroes de guerra contra los nazis, como el condecorado ingeniero soviético Aleksandr Baurov.
Muchos países europeos los identificaron con la delincuencia en los años 20, basándose en fantasiosos informes científicos “que racializaban la propensión al crimen. La ciencia es un producto de su época y es increíble cómo la usa el poder para obtener legitimidad a sus argumentos”. Pero Sierra quiere dejar claro que lo que hicieron los nazis no fue continuar una secular represión sino que “añadieron elementos nuevos sustanciales, nada menos que el genocidio, decidieron el exterminio físico sistemático de esta población, considerada colectivamente inferior”.
Durante los años 30, científicos alemanes estudiaron de manera personalizada a 24.000 gitanos, entrevistando a familias, a menudo bajo amenazas, extrayéndoles sangre, tomando moldes de sus cabezas... “La policía nos medía la nariz y las orejas –cuenta la superviviente Philomena Franz– y anotaba el color de nuestro cabello y muchas cosas más”. Al frente de buena parte del operativo, el siniestro doctor Robert Ritter, ayudado por la enfermera Eva Justin, cuyos informes y clasificaciones, entre otros, sirvieron para enviar a la muerte a decenas de miles de personas. Sin embargo, “tras la guerra, no rindieron cuentas de nada, estos científicos siguieron ejerciendo cargos públicos y el resultado de los escasos juicios a los que se les consiguió someter fue decepcionante”, lamenta Sierra, quien recuerda que incluso en los años 50 y 60 “los tribunales alemanes argumentaban que los gitanos no habían sido perseguidos por motivos raciales sino policiales, por su tendencia la delincuencia”.
Ritter fue, tras la caída de los nazis, profesor de Criminología en la Universidad de Tubinga, y luego trabajó en el servicio de salud de Francfort como psicólogo infantil. “Los judíos sí pudieron cambiar las cosas a partir de los años 60, con algunos juicios muy sonados, como el de Eichmann, pero los gitanos tienen que esperar a los años 80 para obtener un muy mínimo reconocimiento institucional de la situación”.
Francia tampoco queda bien parada. Entre la de Vichy y la ocupada, recluyó a 6.000 gitanos en campos de trabajos forzados en condiciones lamentables, y envió el Convoy Z a Auschwitz, “con 352 gitanos hacinados en vagones de ganado”. España, como país no ocupado, “no fue prácticamente afectada” por las deportaciones de gitanos a campos de exterminio.
Capítulo especial merece el proyecto de Heinrich Himmler de construir una reserva –a la manera de las de los indios de América– donde “algunos clanes puros de romaníes pudieran moverse con cierta libertad en una especie de reducto casi zoológico”, donde también serían estudiados por científicos. En 1942, se puso en marcha la iniciativa, que según algunos iba a realizarse en el paraje del lago Neusiedl, entre Austria y Hungría. Himmler seleccionó a 4.000 personas que, por su “buen comportamiento”, eran merecedores de aquella “salvación colectiva” Martin Bormann, secretario personal del mismo Hitler, detuvo el proyecto asegurando que el Führer no estaba de acuerdo
La obra se ocupa de los músicos y rompe algunos tópicos. “Los nazis les hacían cantar y tocar, pero les castigaban incluyéndolos en las orquestas que acompañaban actividades como trabajos forzados o ajusticiamientos. Hay una visión romántica idealizada, en novelas y películas, de lo que les permitía la música pero fue utilizada como mecanismo de represión y encuadramiento”.
Auschwitz fue el escenario de algunos de los más horrendos crímenes, con “un campo familiar específico”. Los testimonios incluidos en el libro de Sierra son pavorosos. Hubo prisioneros que no sabían ni que lo eran, y lo descubrieron al ser detenidos. Hubo mujeres obligadas a prostituirse para la tropa, torturas de enorme sadismo, tras las cuales los soldados llevaban a los muertos atados en palos como ciervos en cacerías... “El doctor Mengele les daba caramelos a los mismos niños que luego utilizaba en sus experimentos”...
Lo que Sierra ve mas preocupante es que “el antigitanismo persiste hoy, de un modo a veces light, banal, en un tipo de comentarios que ya se daban en los años 30. Es increíble, con todo lo que han pasado. Deberíamos hacérnoslo mirar...”
https://www.lavanguardia.com/libros/20201207/6101075/nazis-gitanos-sierra.html
viernes, 8 de abril de 2022
“La pobreza tiene efectos directos en la salud mental de la gente”. Entrevista a Sergi Raventós
Sergi Raventós Panyella (Barcelona, 1968) es doctor en Sociología y ha investigado los efectos positivos de la renta básica universal (RBU) en la salud mental. Lleva décadas trabajando en el impulso de la RBU en Cataluña, junto con muchas otras personas, y desde 2021 es el director de la Oficina del Plan Piloto para su implantación en Cataluña. El plan avanza poco a poco y, aprovechando su visita al País Vasco, hemos hablado con él sobre los efectos de la pobreza en la gente y el papel que podría tener la RBU. La entrevista la realizó Iñaut González de Matauko Rada.
¿La necesidad de la RBU puede ser un síntoma del proceso de proletarización de los últimos años?
Cuando se realizan encuestas en torno a la renta básica, queda cada vez más claro cuáles son los sectores que están más a favor: jóvenes, trabajadores precarios, estudiantes y mujeres. Por el contrario, las personas con empleos cualificados, estables y bien pagados son, en general, las que tienen opinión contraria. No obstante, los sectores que ven con mejores ojos la renta básica son cada vez más amplios. Las encuestas realizadas en Cataluña, País Vasco y en muchos otros lugares de Europa muestran que el 60-70% de la población está a favor de la RBU y la mayoría de ellos son los que hemos citado: jóvenes, mujeres y trabajadores precarios.
¿Existe algún otro factor que fomente una posición favorable a la RBU?
El proceso de automatización genera mucha preocupación en numerosos ámbitos. La gente es consciente de que están desapareciendo algunos empleos y, durante la pandemia, mucha gente ha tenido miedo a perder el suyo. Al fin y al cabo, los robots no necesitan vacaciones y no se ponen enfermos. La inseguridad económica que vivimos actualmente y las preocupaciones respecto al futuro están fomentando una actitud favorable a la renta básica.
Imaginemos que se consiguiera implantar la RBU en toda Cataluña; ¿crees que el capital se opondría,. mediante la inflación, por ejemplo?
Las oligarquías no ayudarán; eso tengámoslo claro. Sabemos que, para garantizar la RBU, hay que destinar dinero, y los números lo permiten, y pensamos que eso aumenta la capacidad negociadora de la clase trabajadora para, por ejemplo, rechazar trabajos que no quiere hacer. Y eso no es algo que al capital le guste. Sin embargo, un amplio sector del capital también sabe que, si la gente no tiene dinero, no podrá comprar sus productos, y muchos capitalistas se han mostrado favorables a la RBU, por ejemplo en Silicon Valley (California, EE UU). Es más, en Terrassa (Cataluña), la Confederación Empresarial comarcal (CECOT) se ha mostrado favorable. Es claro que esos modelos son minoritarios, pero se están percatando de que ya va siendo hora de proporcionar recursos que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas de la gente en las sociedades capitalistas.
Una de las críticas que se os suelen hacer es que nadie desempeñará los “malos empleos”.
Es un fenómeno que está sucediendo actualmente, y en EE UU algunos expertos lo denominan la gran dimisión. La gente está dejando algunos empleos concretos en busca de puestos de trabajo mejores, y con una renta básica ese fenómeno crecerá, sin duda. Ante ello, lo que tienen que hacer los empresarios es aumentar los salarios. Últimamente, en EE UU los empresarios de la hostelería se han quejado de que no encuentran trabajadores, y Joe Biden les ha dicho claramente: “Pues paguen más”. El que Joe Biden tenga que decir eso es muy significativo.
¿Cómo afecta la pobreza a la salud de los seres humanos? ¿A la salud física, por ejemplo?
La esperanza de vida cambia terriblemente de los barrios ricos a los barrios obreros. En Barcelona, por ejemplo, hay diferencias de entre siete y nueve años de una estación de metro a otra. La esperanza de vida de la gente que vive en la calle, por ejemplo, es de en torno a 50-60 años.
¿Y en la salud mental?
En los últimos años me he dado cuenta de que la renta básica y, en general, la protección social guardan una estrecha relación con la salud mental. En efecto, tener ingresos garantizados o una mínima seguridad económica es necesario para que la gente pueda desarrollar su vida como quiera. La precariedad vital, a largo plazo, ejerce una influencia directa en la salud mental. Algunas situaciones laborales concretas también influyen: el pluriempleo, los trabajos alienantes, los estresantes, la sobrecarga y los trabajos repetitivos, por ejemplo. Asimismo, muchas investigaciones dicen que vivir en la pobreza supone pérdida de capacidades cognitivas. Si tu único objetivo es sobrevivir, diriges a ello toda tu energía mental; también se le llama efecto túnel.
¿Las dependencias y los trastornos se agravan?
La salud mental es un campo muy amplio, y la pobreza agrava la ansiedad, la depresión y el suicidio. Tras la crisis de 2008, por ejemplo, en la mayoría de países del sur de Europa aumentó la tasa de suicidios. El estrés y la ansiedad también influyen de muchas maneras en cada persona, y algunas recurren al alcohol, las drogas o el juego, mientras que otras desarrollan trastornos.
Últimamente, parece que la salud mental ha ganado notoriedad pública.
El tema era tabú, y lo sigue siendo, pero la estigmatización de algunas enfermedades mentales se está reduciendo; la del estrés y la ansiedad, por ejemplo. Al fin y al cabo, ¿qué es el estrés? Una reacción adaptativa de nuestro cuerpo ante un riesgo; se pone en alerta. Cuando esa alerta es permanente, se va generando un desgaste. Si es por un factor concreto, no pasa nada. Cuando éramos cazadores y nos seguía un animal, esa alerta nos ayudaba a sobrevivir. Hoy en día, cuando te persigue un leopardo, tiene efectos graves. Todos los planes piloto que se han realizado en el mundo han demostrado que la renta básica contribuye a reducir el nivel de estrés y tiene efectos positivos sobre la salud mental.
En un intervalo muy corto, además.
En dos o tres años escasos se han visto resultados positivos. En la prueba piloto que se hizo en Canadá, por ejemplo, los investigadores detectaron un fenómeno interesante: los ingresos hospitalarios en las regiones en que se hizo la prueba se redujeron. No es necesario ser experto en la materia para ver que la renta básica aumenta la tranquilidad y contribuye a rebajar las situaciones de estrés o ansiedad.
Sergi Raventós es director de la Oficina del Plan Piloto de Renta Básica Universal de Cataluña
Fuente:
https://www.argia.eus/argia-astekaria/2770/sergi-raventos
¿La necesidad de la RBU puede ser un síntoma del proceso de proletarización de los últimos años?
Cuando se realizan encuestas en torno a la renta básica, queda cada vez más claro cuáles son los sectores que están más a favor: jóvenes, trabajadores precarios, estudiantes y mujeres. Por el contrario, las personas con empleos cualificados, estables y bien pagados son, en general, las que tienen opinión contraria. No obstante, los sectores que ven con mejores ojos la renta básica son cada vez más amplios. Las encuestas realizadas en Cataluña, País Vasco y en muchos otros lugares de Europa muestran que el 60-70% de la población está a favor de la RBU y la mayoría de ellos son los que hemos citado: jóvenes, mujeres y trabajadores precarios.
¿Existe algún otro factor que fomente una posición favorable a la RBU?
El proceso de automatización genera mucha preocupación en numerosos ámbitos. La gente es consciente de que están desapareciendo algunos empleos y, durante la pandemia, mucha gente ha tenido miedo a perder el suyo. Al fin y al cabo, los robots no necesitan vacaciones y no se ponen enfermos. La inseguridad económica que vivimos actualmente y las preocupaciones respecto al futuro están fomentando una actitud favorable a la renta básica.
Imaginemos que se consiguiera implantar la RBU en toda Cataluña; ¿crees que el capital se opondría,. mediante la inflación, por ejemplo?
Las oligarquías no ayudarán; eso tengámoslo claro. Sabemos que, para garantizar la RBU, hay que destinar dinero, y los números lo permiten, y pensamos que eso aumenta la capacidad negociadora de la clase trabajadora para, por ejemplo, rechazar trabajos que no quiere hacer. Y eso no es algo que al capital le guste. Sin embargo, un amplio sector del capital también sabe que, si la gente no tiene dinero, no podrá comprar sus productos, y muchos capitalistas se han mostrado favorables a la RBU, por ejemplo en Silicon Valley (California, EE UU). Es más, en Terrassa (Cataluña), la Confederación Empresarial comarcal (CECOT) se ha mostrado favorable. Es claro que esos modelos son minoritarios, pero se están percatando de que ya va siendo hora de proporcionar recursos que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas de la gente en las sociedades capitalistas.
Una de las críticas que se os suelen hacer es que nadie desempeñará los “malos empleos”.
Es un fenómeno que está sucediendo actualmente, y en EE UU algunos expertos lo denominan la gran dimisión. La gente está dejando algunos empleos concretos en busca de puestos de trabajo mejores, y con una renta básica ese fenómeno crecerá, sin duda. Ante ello, lo que tienen que hacer los empresarios es aumentar los salarios. Últimamente, en EE UU los empresarios de la hostelería se han quejado de que no encuentran trabajadores, y Joe Biden les ha dicho claramente: “Pues paguen más”. El que Joe Biden tenga que decir eso es muy significativo.
¿Cómo afecta la pobreza a la salud de los seres humanos? ¿A la salud física, por ejemplo?
La esperanza de vida cambia terriblemente de los barrios ricos a los barrios obreros. En Barcelona, por ejemplo, hay diferencias de entre siete y nueve años de una estación de metro a otra. La esperanza de vida de la gente que vive en la calle, por ejemplo, es de en torno a 50-60 años.
¿Y en la salud mental?
En los últimos años me he dado cuenta de que la renta básica y, en general, la protección social guardan una estrecha relación con la salud mental. En efecto, tener ingresos garantizados o una mínima seguridad económica es necesario para que la gente pueda desarrollar su vida como quiera. La precariedad vital, a largo plazo, ejerce una influencia directa en la salud mental. Algunas situaciones laborales concretas también influyen: el pluriempleo, los trabajos alienantes, los estresantes, la sobrecarga y los trabajos repetitivos, por ejemplo. Asimismo, muchas investigaciones dicen que vivir en la pobreza supone pérdida de capacidades cognitivas. Si tu único objetivo es sobrevivir, diriges a ello toda tu energía mental; también se le llama efecto túnel.
¿Las dependencias y los trastornos se agravan?
La salud mental es un campo muy amplio, y la pobreza agrava la ansiedad, la depresión y el suicidio. Tras la crisis de 2008, por ejemplo, en la mayoría de países del sur de Europa aumentó la tasa de suicidios. El estrés y la ansiedad también influyen de muchas maneras en cada persona, y algunas recurren al alcohol, las drogas o el juego, mientras que otras desarrollan trastornos.
Últimamente, parece que la salud mental ha ganado notoriedad pública.
El tema era tabú, y lo sigue siendo, pero la estigmatización de algunas enfermedades mentales se está reduciendo; la del estrés y la ansiedad, por ejemplo. Al fin y al cabo, ¿qué es el estrés? Una reacción adaptativa de nuestro cuerpo ante un riesgo; se pone en alerta. Cuando esa alerta es permanente, se va generando un desgaste. Si es por un factor concreto, no pasa nada. Cuando éramos cazadores y nos seguía un animal, esa alerta nos ayudaba a sobrevivir. Hoy en día, cuando te persigue un leopardo, tiene efectos graves. Todos los planes piloto que se han realizado en el mundo han demostrado que la renta básica contribuye a reducir el nivel de estrés y tiene efectos positivos sobre la salud mental.
En un intervalo muy corto, además.
En dos o tres años escasos se han visto resultados positivos. En la prueba piloto que se hizo en Canadá, por ejemplo, los investigadores detectaron un fenómeno interesante: los ingresos hospitalarios en las regiones en que se hizo la prueba se redujeron. No es necesario ser experto en la materia para ver que la renta básica aumenta la tranquilidad y contribuye a rebajar las situaciones de estrés o ansiedad.
Sergi Raventós es director de la Oficina del Plan Piloto de Renta Básica Universal de Cataluña
Fuente:
https://www.argia.eus/argia-astekaria/2770/sergi-raventos
jueves, 7 de abril de 2022
David MacMillan. El Nobel de Química que donó todo el dinero del premio a estudiantes para que asistan a la universidad
David MacMillan recibió el Premio Nobel por desarrollar una nueva forma de construir moléculas
Organocatálisis asimétrica. Así se llama el proceso químico descubierto y desarrollado por los profesores Benjamin List y David MacMillan que les valió en 2021 el Premio Nobel de Química.
Junto con el reconocimiento, los galardonados reciben un premio en metálico que asciende a 10 millones de coronas (unos US$1,06 millones).
Ahora, MacMillan ha revelado que utilizó el dinero de su premio -la mitad de esos US$1,06 millones- para ayudar a estudiantes de Escocia con pocos recursos para que asistan a la Universidad.
Este profesor de la Universidad de Princeton se graduó en química en la Universidad de Glasgow, antes de mudarse a Estados Unidos para realizar estudios de posgrado.
Recientemente le dijo a la BBC que había establecido una fundación en honor de sus padres a través de la que canaliza las ayudas a estudiantes.
Su descubrimiento ha facilitado mucho la producción de moléculas asimétricas, unas sustancias químicas que existen en dos versiones, donde una es una imagen tipo espejo de la otra.
Esto ha permitido descubrir nuevos medicamentos y fabricar moléculas que pueden capturar la luz en las células solares.
En declaraciones al programa "Off the Ball" de BBC Radio Escocia, el profesor MacMillan, de 54 años, afirmó que está donando todo el dinero de su premio Nobel, incluido el dinero que le pagan por dar distintas charlas durante todo el año posterior a recibir el premio.
"He donado todo el dinero del Nobel a una causa benéfica", dijo.
"Y también todos los honorarios de todas las charlas que estoy dando durante el primer año".
"Lo que estamos haciendo es dárselo a jóvenes desfavorecidos de Escocia que intentan ingresar a la universidad".
Para eso ha creado una organización benéfica, la Fundación May and Billy MacMillan, para honrar el apoyo de sus padres a su educación.
MacMillan asistió a dos escuelas públicas y dijo que estaba "muy, muy orgulloso" de su educación de "clase trabajadora".
El científico que ahora vive en Hawái con su esposa y sus tres hijos asistió a un partido de fútbol como invitado de honor el domingo en Escocia.
Llevó su medalla Nobel de oro macizo a los estudios de la BBC para su segunda aparición en el irreverente programa de fútbol desde que se convirtió en premio Nobel.
El profesor MacMillan dijo que escucha el programa on line desde Estados Unidos todas las semanas, y describió haber sido entrevistado en él como un "sueño absoluto hecho realidad".
También admitió que todavía le debía US$1.000 al profesor Benjamin List, "el chico alemán al que le robé la idea".
"De hecho, me llamó por teléfono por la mañana para decirme que habíamos ganado. Pero no le creí", dijo.
"Entonces, aposté US$1.000 a que no era cierto y me volví a dormir".
List "me recordó que esa deuda pero aún no la he pagado".
https://www.bbc.com/mundo/noticias-60986967
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miércoles, 6 de abril de 2022
Paro del transporte: lo que hay detrás y sus consecuencias
La derecha política y patronal apoya el paro del transporte limitándose a reclamar que el Gobierno dé ayudas a los transportistas. Un procedimiento que, lejos de salvar al sector, va a reforzar la crisis que padece. Y, por cierto, totalmente contrario a las políticas de defensa del mercado y la competencia que dicen defender los «liberales» de Vox, PP, Ciudadanos o la CEOE.
Es fácil entender por qué el planteamiento mayoritario que se hace en esta huelga y lo que se pide va a hundir todavía más en la precariedad a miles de pequeñas empresas y transportistas autónomos.
Lo primero a tener presente es que el sector del transporte de mercancías por carretera en España es muy heterogéneo. En él hay grandes empresas y plataformas logísticas que son muy competitivas y tienen capacidad efectiva para absorber las subidas de costes que pudieran producirse, aprovechando su tamaño, amplia demanda y gran productividad. Si suben costes, como está sucediendo ahora, incluso pueden aprovechar la situación para aumentar sus márgenes de beneficio.
Junto a esos grandes transportistas hay otros miles de pequeños que, por el contrario, viven continuamente al límite. No pueden operar tantas horas como los grandes, ni tienen acceso a una gama tan amplia y rentable de clientes y cuando son subcontratados se ven obligados a aceptar sin rechistar las condiciones que les imponen. A poco que empeoren las condiciones, porque baje la demanda o suban los costes, muchos de ellos entran sin remedio en pérdidas.
Hay una segunda circunstancia relevante de la que a nadie le gusta hablar pero que hay que señalar con claridad. Guste o no, la realidad del sector del transporte de mercancías por carretera en España es que está sobredimensionado, en todos los sentidos. Desde el punto de vista más general, porque tiene un peso desproporcionado en relación con otros medios, como el ferrocarril, lo cual supone costes agregados e ineficiencias muy elevadas para el conjunto de la economía; es decir, para todos los hogares, empresas y administraciones públicas. Por otro lado, el sector está plagado de empresas que, de no ser por la regulación existente y las ayudas públicas, nunca hubieran entrado en él, sencillamente, porque su dimensión y estructura de costes les impedirían ser rentables.
Dos razones pueden explicar que eso haya ocurrido. Una es que los sucesivos gobiernos han sido incapaces de enfrentarse con realismo al sector para evitar el peligro político que siempre lleva consigo su paralización, pues afecta a toda la economía. Otra, tan decisiva o más que la anterior, es que las grandes empresas y plataformas logísticas están interesadas en que haya exceso de oferta de transporte porque así se imponen salarios y costes más bajos, e incluso precios más reducidos si hace falta, porque a ellas sí les darían beneficios gracias a sus márgenes más elevados.
En estas momentos, desde hace meses en realidad, estamos viviendo una auténtica tormenta perfecta. La demanda de servicios de transporte apenas crece o incluso disminuye como consecuencia de la pandemia, del bloqueo general de la oferta y de los cambios en las pautas de consumo. Y, aunque en algunas actividades haya comenzado a incrementarse, no lo ha hecho lo suficiente como para dar negocio y rentabilidad suficientes a todas las empresas y transportistas del mercado. Y, para colmo, los costes de combustible se han disparado, como es bien sabido.
En esta situación es materialmente imposible que sobrevivan los miles de transportistas que están, como he dicho antes, en el filo de la navaja.
Ahora bien. ¿La solución a estos problemas es aumentar sin cesar las ayudas a todo el sector por igual y seguir permitiendo o incluso favoreciendo el exceso de oferta que inevitablemente va unido a precariedad y pérdidas para las empresas y autónomos menos competitivos? A mí me parece que eso es una auténtica barbaridad. Por un lado, hará todavía más rentables a quienes ya lo son de por sí, incluso con las bárbaras subidas de costes actuales. Por otro, simplemente prolongará la agonía de quienes, digámoslo con sinceridad, debieran salir del mercado y, muchos más, cuando la transición energética que inevitablemente se avecina hará crónica la subida de costes. Limitarse a dar más ayudas para que todo siga como estaba solo servirá para aumentar la ineficiente sobredimensión del sector, bajar la productividad y extender la precariedad ya de por sí muy grande.
Las administraciones públicas (las gobernadas por el PSOE y el PP) se han dedicado, con una mano, a evitar que el mercado haga lo que puede hacer bien (consolidar a las empresas eficientes y buscar el equilibrio entre la oferta y la demanda) y, con la otra, a dar cada día más poder a las grandes empresas y plataformas que se benefician de eso para obtener beneficios extraordinarios.
A corto plazo, de inmediato, hay que ayudar con carácter excepcional, porque excepcional es la situación en la que se encuentra el transporte. Pero eso no se puede hacer tirando el dinero. Y tirar el dinero es seguir manteniendo cada vez más actividades económicas a base de regalías, privilegios, ayudas y subvenciones, sin discriminar y sin evaluar sus efectos. No se puede acudir constantemente a la ayuda pública para generar ingresos y resolver los problemas de nuestro aparato productivo y, en general, de la vida social. Y eso no lo digo solo ahora, en relación con el paro del transporte, sino con carácter general.
Las ayudas inmediatas al transporte deben ser diversificadas y han de acompañarse de la reconversión del sector con proyectos de reestructuración que creen más actividad y riqueza y no la destruyan. Claro que para eso hace falta disponer de una estrategia de regeneración productiva a medio y largo plazo de la que carece la izquierda que nos gobierna, y de una oposición cuyo comportamiento no sea como el que tiene, solo dedicado a derribar al adversario por cualquier medio y sin reparar en el coste que eso tenga para España en su conjunto.
El planteamiento mayoritario que hay detrás del paro patronal que estamos viviendo es tan falso como un euro de cartón piedra. Si de verdad se quisieran solucionar los males del sector se pondrían todos ellos sobre la mesa, empezando por el comportamiento de quienes lo dominan, y se propondrían soluciones que impidieran en el futuro volver a sufrirlos, en lugar de reforzar las causas que los provocan.
Supongan por un momento los miles de pequeñas empresas y transportistas que apoyan el paro que este tiene éxito y derriba al gobierno de Pedro Sánchez: ¿de verdad creen que eso iba a limitar el poder de las grandes plataformas y empresas que les vienen imponiendo las condiciones de penuria en las que están ahora? ¿De dónde iba a sacar Vox o el PP el dinero público para darles más ayudas, si lo que proponen es reducir los impuestos de quienes más tienen y reducir el gasto público?
Parece mentira que se estén dejando engañar y se metan en un camino que solo puede llevar a que salgan con más privilegios y poder los causantes de la precariedad y de los problemas que tienen. ¿O es que acaso pueden creer que un paro tan carísimo como este lo financia la patronal por el gusto de ayudar ahora a quienes llevan años explotando y negándole el pan y la sal?
https://juantorreslopez.com/paro-del-transporte-lo-que-hay-detras-y-sus-consecuencias/
Es fácil entender por qué el planteamiento mayoritario que se hace en esta huelga y lo que se pide va a hundir todavía más en la precariedad a miles de pequeñas empresas y transportistas autónomos.
Lo primero a tener presente es que el sector del transporte de mercancías por carretera en España es muy heterogéneo. En él hay grandes empresas y plataformas logísticas que son muy competitivas y tienen capacidad efectiva para absorber las subidas de costes que pudieran producirse, aprovechando su tamaño, amplia demanda y gran productividad. Si suben costes, como está sucediendo ahora, incluso pueden aprovechar la situación para aumentar sus márgenes de beneficio.
Junto a esos grandes transportistas hay otros miles de pequeños que, por el contrario, viven continuamente al límite. No pueden operar tantas horas como los grandes, ni tienen acceso a una gama tan amplia y rentable de clientes y cuando son subcontratados se ven obligados a aceptar sin rechistar las condiciones que les imponen. A poco que empeoren las condiciones, porque baje la demanda o suban los costes, muchos de ellos entran sin remedio en pérdidas.
Hay una segunda circunstancia relevante de la que a nadie le gusta hablar pero que hay que señalar con claridad. Guste o no, la realidad del sector del transporte de mercancías por carretera en España es que está sobredimensionado, en todos los sentidos. Desde el punto de vista más general, porque tiene un peso desproporcionado en relación con otros medios, como el ferrocarril, lo cual supone costes agregados e ineficiencias muy elevadas para el conjunto de la economía; es decir, para todos los hogares, empresas y administraciones públicas. Por otro lado, el sector está plagado de empresas que, de no ser por la regulación existente y las ayudas públicas, nunca hubieran entrado en él, sencillamente, porque su dimensión y estructura de costes les impedirían ser rentables.
Dos razones pueden explicar que eso haya ocurrido. Una es que los sucesivos gobiernos han sido incapaces de enfrentarse con realismo al sector para evitar el peligro político que siempre lleva consigo su paralización, pues afecta a toda la economía. Otra, tan decisiva o más que la anterior, es que las grandes empresas y plataformas logísticas están interesadas en que haya exceso de oferta de transporte porque así se imponen salarios y costes más bajos, e incluso precios más reducidos si hace falta, porque a ellas sí les darían beneficios gracias a sus márgenes más elevados.
En estas momentos, desde hace meses en realidad, estamos viviendo una auténtica tormenta perfecta. La demanda de servicios de transporte apenas crece o incluso disminuye como consecuencia de la pandemia, del bloqueo general de la oferta y de los cambios en las pautas de consumo. Y, aunque en algunas actividades haya comenzado a incrementarse, no lo ha hecho lo suficiente como para dar negocio y rentabilidad suficientes a todas las empresas y transportistas del mercado. Y, para colmo, los costes de combustible se han disparado, como es bien sabido.
En esta situación es materialmente imposible que sobrevivan los miles de transportistas que están, como he dicho antes, en el filo de la navaja.
Ahora bien. ¿La solución a estos problemas es aumentar sin cesar las ayudas a todo el sector por igual y seguir permitiendo o incluso favoreciendo el exceso de oferta que inevitablemente va unido a precariedad y pérdidas para las empresas y autónomos menos competitivos? A mí me parece que eso es una auténtica barbaridad. Por un lado, hará todavía más rentables a quienes ya lo son de por sí, incluso con las bárbaras subidas de costes actuales. Por otro, simplemente prolongará la agonía de quienes, digámoslo con sinceridad, debieran salir del mercado y, muchos más, cuando la transición energética que inevitablemente se avecina hará crónica la subida de costes. Limitarse a dar más ayudas para que todo siga como estaba solo servirá para aumentar la ineficiente sobredimensión del sector, bajar la productividad y extender la precariedad ya de por sí muy grande.
Las administraciones públicas (las gobernadas por el PSOE y el PP) se han dedicado, con una mano, a evitar que el mercado haga lo que puede hacer bien (consolidar a las empresas eficientes y buscar el equilibrio entre la oferta y la demanda) y, con la otra, a dar cada día más poder a las grandes empresas y plataformas que se benefician de eso para obtener beneficios extraordinarios.
A corto plazo, de inmediato, hay que ayudar con carácter excepcional, porque excepcional es la situación en la que se encuentra el transporte. Pero eso no se puede hacer tirando el dinero. Y tirar el dinero es seguir manteniendo cada vez más actividades económicas a base de regalías, privilegios, ayudas y subvenciones, sin discriminar y sin evaluar sus efectos. No se puede acudir constantemente a la ayuda pública para generar ingresos y resolver los problemas de nuestro aparato productivo y, en general, de la vida social. Y eso no lo digo solo ahora, en relación con el paro del transporte, sino con carácter general.
Las ayudas inmediatas al transporte deben ser diversificadas y han de acompañarse de la reconversión del sector con proyectos de reestructuración que creen más actividad y riqueza y no la destruyan. Claro que para eso hace falta disponer de una estrategia de regeneración productiva a medio y largo plazo de la que carece la izquierda que nos gobierna, y de una oposición cuyo comportamiento no sea como el que tiene, solo dedicado a derribar al adversario por cualquier medio y sin reparar en el coste que eso tenga para España en su conjunto.
El planteamiento mayoritario que hay detrás del paro patronal que estamos viviendo es tan falso como un euro de cartón piedra. Si de verdad se quisieran solucionar los males del sector se pondrían todos ellos sobre la mesa, empezando por el comportamiento de quienes lo dominan, y se propondrían soluciones que impidieran en el futuro volver a sufrirlos, en lugar de reforzar las causas que los provocan.
Supongan por un momento los miles de pequeñas empresas y transportistas que apoyan el paro que este tiene éxito y derriba al gobierno de Pedro Sánchez: ¿de verdad creen que eso iba a limitar el poder de las grandes plataformas y empresas que les vienen imponiendo las condiciones de penuria en las que están ahora? ¿De dónde iba a sacar Vox o el PP el dinero público para darles más ayudas, si lo que proponen es reducir los impuestos de quienes más tienen y reducir el gasto público?
Parece mentira que se estén dejando engañar y se metan en un camino que solo puede llevar a que salgan con más privilegios y poder los causantes de la precariedad y de los problemas que tienen. ¿O es que acaso pueden creer que un paro tan carísimo como este lo financia la patronal por el gusto de ayudar ahora a quienes llevan años explotando y negándole el pan y la sal?
https://juantorreslopez.com/paro-del-transporte-lo-que-hay-detras-y-sus-consecuencias/
martes, 5 de abril de 2022
Por qué el humor (y las bromas) son buenos para la salud
Y es que, después de dos años un tanto atípicos (dejémoslo ahí), la mejor pastilla que podemos recetar los sanitarios es la risa y recomendar tomarse la vida con humor. Y ahora explico por qué.
El humor no solo tiene beneficios psicológicos sino también físicos y sociales.
Aunque inicialmente la risa nos provoca un aumento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, sus efectos a largo plazo resultan en una reducción significativa de estas.
¿A qué nos recuerdan estos efectos? Efectivamente, a los derivados de la actividad física, otra de las mejores pastillas que los médicos pueden recetar, y cuyos efectos positivos cardiovasculares podrían ser similares a los que provoca la risa.
La carcajada moviliza el diafragma, el principal músculo inspiratorio, permitiendo aumentar la capacidad pulmonar y mejorar la respiración. Con una carcajada podemos llegar a contraer cientos de músculos, incluyendo los faciales, del tórax, del abdomen...
Si aún hay algún lector poco convencido, de los que acude al gimnasio a quemar calorías, ahí va otro dato interesante: la risa provoca un aumento del 10-20% del gasto energético por encima de los valores de reposo, lo que significa que 10-15 minutos de risa al día podrían hacernos perder unas 10 kcal.
Terapia frente al estrés y la depresión
No obstante, con los años la ansiedad y el estrés se apoderan de nuestras vidas y cada vez se nos hace más difícil sonreír. Mientras que los niños se ríen de media entre 300 y 400 veces al día, un adulto tan solo lo hace de 10 a 15 veces al día.
Malas cifras teniendo en cuenta que la risa disminuye los niveles séricos de cortisol (la principal hormona del estrés), de la adrenalina y del ácido 3,4-dihidrofenilacético (un importante catabolito de la llamada hormona del bienestar, la dopamina). Es más, en la depresión estos neurotransmisores están disminuidos, por lo que la risoterapia podría emplearse como un tratamiento eficaz.
Incluso ante enfermedades físicas, el humor podría ser un buen remedio para combatir el dolor. Riendo también se liberan endorfinas y serotonina, dos hormonas que tienen un cierto componente analgésico que permite mitigar el dolor.
De hecho, un reciente metaanálisis concluía que la terapia con payasos en niños parece ser efectiva para reducir el dolor asociado a procedimientos diagnósticos o terapéuticos.
Mejor que el zumo
Quienes toman zumo de naranja para prevenir los resfriados podrían probar a empezar el día con una carcajada. Al fin y al cabo, reír aumenta los niveles de inmunoglobulina A y de los linfocitos NK (del inglés natural killer) reforzando nuestro sistema inmunitario.
A los problemas de insomnio también se les puede plantar cara con humor, dado que la risa mejora nuestra calidad de sueño.
Por si no son suficientes razones para abonarnos al club de la comedia, resulta que el sentido del humor y la risa no solo son la mejor forma de romper el hielo ante situaciones que podrían ser incómodas, sino que mejoran las relaciones interpersonales y el poder de atracción.
Un estudio descubrió que tanto hombres como mujeres consideran el sentido del humor como un atributo deseable en una pareja, por encima de la inteligencia, la educación, la profesión o el instinto sexual.
La risa es contagiosa
Vale que la risa y el humor son grandes armas de seducción, mejorando a su vez la autoestima. Pero es que, además, la risa es contagiosa. Cuando observamos una cara sonriente, se activa un grupo de células nerviosas llamadas neuronas espejo que nos impulsan a sonreír. Un mecanismo similar se activa cuando vemos a alguien bostezar y nos "contagia" ese bostezo.
Con estos argumentos sobre la mesa es fácil entender por qué las personas que aparecen riendo en las fotos tienen mucho más asegurado ese "match" en Tinder que aquellas que no lo hacen.
Y si la risa no nos sale con facilidad, no pasa nada. El mero hecho de sonreír (aunque sea una sonrisa forzada) ya manda un mensaje de positividad y de bienestar a nuestro cerebro que el cuerpo interpreta como tal.
Visto así, esos videos virales y memes divertidos que nos mandan a los grupos de WhatsApp pueden parecer placeres momentáneos, pero nos ayudan a sobrellevar la ansiedad, el miedo y la tristeza. Y difundiéndolos activamos una serie de beneficios, no solo para nuestra salud sino también para la de los demás.
*María Isabel Iguacel Azorín es doctora en ciencias de la salud y profesora de ciencias psicosociales culturales y habilidades de comunicación de la Universidad de Zaragoza, en España
https://www.bbc.com/mundo/noticias-60952951
lunes, 4 de abril de 2022
_- Centrémonos en evitar una guerra nuclear, en lugar de debatir sobre la "guerra justa". Entrevista a Noam Chomsky
_- Los líderes de la OTAN anunciaron el miércoles que la alianza planea reforzar su frente oriental desplegando muchas más tropas en países como Bulgaria, Hungría, Polonia y Eslovaquia -incluyendo miles de tropas estadounidenses- y enviando "equipos para ayudar a Ucrania a defenderse de las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares". Y aunque la propia alianza de la OTAN no está proporcionando directamente armas a Ucrania, muchos de sus países miembros están enviando armas a Ucrania, incluyendo misiles, cohetes, ametralladoras y más.
Con toda probabilidad, el 24 de febrero el presidente ruso Vladimir Putin creía que su ejército invadiría Ucrania en cuestión de pocos días, cuando ordenó una invasión en el país vecino tras un largo y masivo despliegue militar en la frontera de Ucrania. Sin embargo, un mes más tarde, la guerra continúa y varias ciudades ucranianas han sido devastadas por los ataques aéreos rusos. Las conversaciones de paz se han estancado, y no está claro si Putin sigue queriendo derrocar al gobierno o si, por el contrario, pretende ahora una Ucrania "neutral".
En la siguiente entrevista, Noam Chomsky, académico de renombre mundial y líder de la disidencia, comparte sus pensamientos y puntos de vista sobre las opciones disponibles para poner fin a la guerra en Ucrania, y reflexiona sobre la idea de la guerra "justa" y si la guerra en Ucrania podría conducir al colapso del régimen de Putin. C.J. Polychroniou.
C.J. Polychroniou: Ya llevamos un mes de guerra en Ucrania y las conversaciones de paz se han estancado. De hecho, Putin está subiendo el nivel de violencia mientras Occidente aumenta la ayuda militar a Ucrania. En una entrevista anterior, usted comparó la invasión rusa de Ucrania con la invasión nazi de Polonia. ¿La estrategia de Putin está entonces sacada del mismo manual que usó Hitler? ¿Quiere ocupar toda Ucrania? ¿Intenta reconstruir el imperio ruso? ¿Es este el motivo por el que se han estancado las negociaciones de paz?
Noam Chomsky: Hay muy poca información creíble sobre las negociaciones. Algunas de las informaciones que se filtran parecen ligeramente optimistas. Hay buenas razones para suponer que si Estados Unidos aceptara participar seriamente, con un programa constructivo, las posibilidades de poner fin al horror aumentarían.
Cuál sería ese programa constructivo, al menos en líneas generales, no es ningún secreto. El elemento principal es el compromiso de neutralidad de Ucrania: no pertenecer a una alianza militar hostil, no albergar armas dirigidas a Rusia (incluso las llamadas engañosamente "defensivas"), no realizar maniobras militares con fuerzas militares hostiles.
Difícilmente puede considerarse algo inédito en asuntos internacionales, incluso donde no existe nada formal. Todo el mundo entiende que México no puede unirse a una alianza militar dirigida por China, emplazar armas chinas dirigidas a Estados Unidos y realizar maniobras militares con el Ejército Popular de Liberación.
En resumen, un programa constructivo sería todo lo contrario a la Declaración Conjunta sobre la Asociación Estratégica entre Estados Unidos y Ucrania firmada por la Casa Blanca el 1 de septiembre de 2021. Este documento, que tuvo poca repercusión, declaraba enérgicamente que la puerta de Ucrania para entrar en la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) estaba abierta de par en par. También había "finalizado un Marco Estratégico de Defensa que crea una base para la mejora de la cooperación estratégica en materia de defensa y seguridad entre Estados Unidos y Ucrania", proporcionando a Ucrania armas avanzadas antitanque y de otro tipo, junto con un "sólido programa de entrenamiento y ejercicios acorde con el estatus de Ucrania como Socio de Oportunidades Mejoradas de la OTAN."
La declaración fue otro ejercicio intencionado de meter el dedo en la llaga. Es otra contribución a un proceso que la OTAN (es decir, Washington) ha estado perfeccionando desde que Bill Clinton violó en 1998 la firme promesa de George H.W. Bush de no ampliar la OTAN hacia el Este, una decisión que suscitó fuertes advertencias de diplomáticos de alto nivel como George Kennan, Henry Kissinger, Jack Matlock, (el actual director de la CIA) William Burns, y muchos otros, y que llevó al secretario de Defensa William Perry a estar a punto de dimitir en señal de protesta, al que se unió una larga lista de otros con los ojos abiertos. Eso, por supuesto, además de las acciones agresivas que golpearon directamente las preocupaciones de Rusia (Serbia, Irak, Libia, y crímenes menores), llevadas a cabo de tal manera que se maximizara la humillación.
No requiere demasiado empeño sospechar de que la declaración conjunta fue un factor que indujo a Putin y al estrecho círculo de "hombres duros" que lo rodean a decidir intensificar su movilización anual de fuerzas en la frontera ucraniana, en un esfuerzo por ganar algo de atención hacia sus preocupaciones en seguridad, en este caso sobre la agresión criminal directa - que, de hecho, podemos comparar con la invasión nazi de Polonia (en combinación con Stalin)-.
La neutralización de Ucrania es el elemento principal de un programa constructivo, pero hay más. Debería haber movimientos hacia algún tipo de acuerdo federal para Ucrania que implique un grado de autonomía para la región del Donbass, siguiendo las líneas generales de lo que queda de Minsk II. De nuevo, esto no sería nada nuevo en asuntos internacionales. No hay dos casos idénticos y ningún ejemplo real se acerca a la perfección, pero existen estructuras federales en Suiza y Bélgica, entre otros casos, e incluso en Estados Unidos hasta cierto punto. Unos esfuerzos diplomáticos serios podrían encontrar una solución a este problema, o al menos contener las llamas.
Y las llamas son reales. Se calcula que unas 15.000 personas han muerto en el conflicto de esta región desde 2014.
Eso deja de lado Crimea. En cuanto a Crimea, Occidente tiene dos opciones. Una es reconocer que la anexión rusa es simplemente un hecho por ahora, irreversible sin acciones que destruirían Ucrania y posiblemente mucho más. La otra es ignorar las muy probables consecuencias y hacer gestos heroicos sobre cómo Estados Unidos "nunca reconocerá la supuesta anexión de Crimea por parte de Rusia", como proclama la declaración conjunta, acompañada de muchos pronunciamientos elocuentes de otros que están dispuestos a condenar a Ucrania a una catástrofe total mientras hacen propaganda sobre su valentía.
Nos guste o no, esas son las opciones.
¿Quiere Putin "ocupar toda Ucrania y reconstruir el imperio ruso"? Sus objetivos anunciados (principalmente la neutralización) son bastante diferentes, incluida su declaración de que sería una locura intentar reconstruir la antigua Unión Soviética, pero puede que tuviera algo así en mente. Si es así, es difícil imaginar lo que él y su círculo siguen haciendo. Para Rusia, ocupar Ucrania haría que su experiencia en Afganistán pareciera un picnic en el parque. A estas alturas eso está muy claro.
Putin tiene la capacidad militar -y a juzgar por Chechenia y otras escapadas, la capacidad moral- para dejar a Ucrania en ruinas. Eso significaría que no hay ocupación, no hay imperio ruso y no hay más Putin.
Nuestros ojos se centran, con razón, en los crecientes horrores de la invasión de Ucrania por parte de Putin. Sin embargo, sería un error olvidar que la declaración conjunta es sólo uno de los placeres que la mente imperial está conjurando en silencio.
Hace unas semanas hablamos de la Ley de Autorización de Defensa Nacional del presidente Biden, tan poco conocida como la declaración conjunta. Este brillante documento -citando de nuevo a Michael Klare- aboga por "una cadena ininterrumpida de estados centinela armados por Estados Unidos -que se extienden desde Japón y Corea del Sur en el norte del Pacífico hasta Australia, Filipinas, Tailandia y Singapur en el sur y la India en el flanco oriental de China"- destinada a rodear a China, incluyendo a Taiwán, "de forma bastante ominosa."
Cabe preguntarse cómo sienta a China el hecho de que, según se informa, el comando Indo-Pacífico de Estados Unidos esté planeando mejorar el cerco, duplicando su gasto en el año fiscal 2022, en parte para desarrollar "una red de misiles de ataque de precisión a lo largo de la llamada primera cadena de islas".
Para la defensa, por supuesto, por lo que el gobierno chino no tiene motivos de preocupación.
Hay pocas dudas de que la agresión de Putin contra Ucrania no cumple con la teoría de la guerra justa, y que la OTAN también es moralmente responsable de la crisis. Pero, ¿qué pasa con el hecho de que Ucrania arme a los civiles para luchar contra los invasores? ¿No está esto moralmente justificado por los mismos motivos que la resistencia contra los nazis?
La teoría de la guerra justa, lamentablemente, tiene tanta relevancia en el mundo real como la "intervención humanitaria", la "responsabilidad de proteger" o la "defensa de la democracia".
A primera vista, parece una obviedad que un pueblo en armas tiene derecho a defenderse de un agresor brutal. Pero, como siempre en este triste mundo, surgen preguntas cuando se piensa un poco en ello. Por ejemplo, la resistencia contra los nazis. Difícilmente podría haber habido una causa más noble.
Uno puede ciertamente entender y simpatizar con los motivos de Herschel Grynszpan cuando asesinó a un diplomático alemán en 1938; o los partisanos entrenados por los británicos que asesinaron al asesino nazi Reinhard Heydrich en mayo de 1942. Y uno puede admirar su coraje y su pasión por la justicia, sin reservas.
Sin embargo, ese no es el final de la historia. El primero proporcionó a los nazis el pretexto para las atrocidades de la Kristallnacht [Noche de los Cristales] e impulsó el programa nazi hacia sus horribles consecuencias. El segundo condujo a las impactantes masacres de Lidice.
Los acontecimientos tienen consecuencias. Los inocentes sufren, quizás terriblemente. Estas cuestiones no pueden evitarse por personas con un mínimo sentido moral. Las preguntas no pueden dejar de surgir cuando consideramos si armar y cómo a aquellos que se resisten valientemente a la agresión asesina.
Eso es lo de menos. En el caso que nos ocupa, también tenemos que preguntarnos qué riesgos estamos dispuestos a asumir respecto a una guerra nuclear, que no sólo supondrá el fin de Ucrania, sino mucho más allá, hasta lo verdaderamente impensable.
No es alentador que más de un tercio de los estadounidenses esté a favor de "emprender una acción militar [en Ucrania] aunque se arriesgue a un conflicto nuclear con Rusia", tal vez inspirados por comentaristas y líderes políticos que deberían pensárselo dos veces antes de hacer sus imitaciones de Winston Churchill.
Tal vez se puedan encontrar formas de proporcionar las armas necesarias a los defensores de Ucrania para repeler a los agresores, evitando al mismo tiempo las graves consecuencias. Pero no debemos engañarnos creyendo que se trata de un asunto sencillo, que se resuelve con pronunciamientos audaces.
¿Prevé usted una evolución política dramática dentro de Rusia si la guerra dura mucho más tiempo o si los ucranianos resisten incluso después de que hayan terminado las batallas formales? Al fin y al cabo, la economía rusa ya está asediada y podría acabar con un colapso económico sin parangón en la historia reciente.
No sé lo suficiente sobre Rusia ni siquiera para aventurar una conjetura. Una persona que sí sabe lo suficiente como para "especular" -y sólo eso, como nos recuerda- es Anatol Lieven, cuyas ideas han sido una guía muy útil en todo momento. Considera muy poco probable que se produzcan "acontecimientos políticos dramáticos" debido a la naturaleza de la dura cleptocracia que Putin ha construido cuidadosamente. Entre las conjeturas más optimistas, "el escenario más probable", escribe Lieven, "es una especie de semi-golpe, que en su mayor parte nunca se hará público, por el que Putin y sus colaboradores inmediatos dimitirán 'voluntariamente' a cambio de garantías de su inmunidad personal frente a la detención y de la riqueza de su familia. Quién sucedería como presidente en estas circunstancias es una cuestión totalmente abierta".
Y no es necesariamente una cuestión agradable de considerar.
Noam Chomsky profesor laureado de la Universidad de Arizona y catedrático emérito de Lingüística del Massachusetts Institute of Technology, es uno de los activistas sociales más reconocidos internacionalmente por su magisterio y compromiso político. Su libro más reciente es “Climate Crisis and the Global Green New Deal: The Political Economy of Saving the Planet”.
Fuente: Truthout, 23 de marzo de 2022
Traducción:Edgar Manjarín
domingo, 3 de abril de 2022
PROFESORADO. educación, mejorar la educación, Cómo poner nota a los profesores.
El Gobierno rescata la idea de valorar el trabajo de los docentes, una medida que lleva en las leyes educativas un cuarto de siglo sin terminar de aplicarse.
Hay debates malditos en educación. Uno de ellos gira sin duda en torno a la idea de evaluar el trabajo de los profesores, que lleva en las leyes de educación algo más de 25 años sin que nadie termine de ponerla en marcha más o menos en serio para todo el profesorado. A grandes rasgos, los argumentos a favor parecen absolutamente razonables: la carrera de los docentes de colegios e institutos públicos españoles carece casi por completo de incentivos y, en la práctica, más allá del pundonor profesional, da un poco igual hacer mejor o peor el trabajo. Así, establecer esos estímulos laborales (en forma de sueldo, reconocimiento profesional, ayudas para proyectos, permisos especiales...) por medio de un sistema de evaluación que, además, ofrezca información útil sobre los puntos fuertes y débiles del sistema, solo podría mejorar la educación. El informe España 2050, el documento redactado por más centenar de expertos para fijar, a petición del Gobierno, una estrategia de país a largo plazo, critica la ausencia de “un sistema de evaluación del desempeño de la práctica docente que pueda guiar intervenciones para el aprendizaje y la mejora continua del profesorado”.
Sin embargo, las cosas no son tan fáciles, porque es harto peliagudo medir de manera objetiva la calidad del profesorado (para empezar, hay que ponerse de acuerdo en qué es la calidad del profesorado) y porque es muy importante encontrar la manera de que los docentes no rechacen esa evaluación, pues todos los precedentes han demostrado que, si una buena parte de ellos no se sube al carro, el proceso servirá para bastante poco. Una encuesta hecha en 2018 por el Ministerio de Educación a la comunidad educativa (sobre todo a docentes, pero también a padres, alumnos y asociaciones) concluía que dos tercios creían que la evaluación debe ser obligatoria para los profesores y que algo más de la mitad opinaba que sus resultados deben tener solo consecuencias formativas (señalar el camino de mejora y que las administraciones pongan los medios para recorrerlo), pero otro 41% reclamaba que sirvan para repartir reconocimientos o sanciones.
Y lo que planteó el ministerio hace algo más de dos meses, dentro de las 24 propuestas que presentó para empezar a debatir la reforma de la carrera docente, tenía un poco de todo, con un sistema de evaluación voluntario en general y solo obligatorio para acceder a ciertos puestos (para el de director, por ejemplo, que además lleva consigo un complemento salarial y ya está generalizado desde hace lustros). El modelo que proponen debe “partir de un informe de autoevaluación, valorar los aspectos específicos de la función docente en el marco de la autonomía del centro, contar con la participación de diversos órganos de gobierno y coordinación docente del centro y con la del servicio de inspección”.
La finalidad, por un lado, “debe ser primordialmente formativa y acreditativa y debe también permitir el reconocimiento de la complejidad de las tareas desempeñadas”, dice el texto. En otro punto añade que “el mejor desempeño de las competencias profesionales docentes” deberá traducirse “en propuestas y actuaciones formativas por parte de la Administración; en las mayores posibilidades de acceso a los distintos puestos de trabajo propios de la función docente; y en las retribuciones complementarias”.
Ahogados en burocracia
El problema, de nuevo, es que los docentes se siguen mostrando recelosos, a pesar de todo. Para empezar, ante la posibilidad de que se convierta en otra burocracia más dentro de un mar de papeleo, muchas veces sin sentido, que ya los ahoga. “Para que sea una evaluación objetiva, lo que tienen que hacer es quitarnos tanta burocracia. A nosotros y a la inspección, que tienen tanto papeleo que apenas tienen tiempo para pisar un aula y evaluar al docente”, dice Iris Carabal, de 30 años y maestra de educación especial en un colegio público de Vila-Real (Castellón). Y eso que ella está de acuerdo con que “hacen falta más mecanismos de evaluación, porque se ven muchas malas prácticas y también muchas buenas que no se valoran”. Ahora mismo, lo que está generalizado en la escuela pública son unas autoevaluciones que, según Carabal, son una burocracia más que normalmente sirven para muy poco.
Pero, aún peor que los problemas prácticos, algunos investigadores que llevan más de 20 años estudiando estos asuntos sostienen directamente que las evaluaciones individuales con premios individuales no mejoran el sistema. Es la opinión del profesor de Universidad de Barcelona Joan Mateo: “En ninguna parte del mundo ha funcionado bien una evaluación del profesor basada en la meritocracia y orientada a algún tipo de subida salarial, porque esta, al cabo de un tiempo, se asimila como parte de su sueldo y no constituye ningún incentivo para mejorar”. Dejando atrás el viejo modelo del palo y la zanahoria, Mateo defiende una evaluación “del equipo docente orientada a que [las administraciones] se comprometan institucionalmente con el centro, por medio de ayudas económicas para hacer investigación, innovación, transformación…”.
De una forma mucho menos estudiada y mucho más intuitiva, Francisco López Mellado, un profesor de Matemáticas de 27 años de un instituto público de Roquetas de Mar (Almería), apunta a algo parecido. “Yo lo haría dando dinero al centro en el que estés trabajando para hacer proyectos, y sin señalar a nadie, porque, al final, yo creo que con esto lo que quieren es señalar al profesorado: tú lo haces mal, tú lo haces bien… Y eso no”, explica por teléfono.
El ejemplo de Asturias
El precedente más inmediato, el programa de evaluación de la función docente del Gobierno de Asturias, se parece más a un trámite burocrático que hay superar cada año para obtener un extra salarial que a un modelo que impulse el esfuerzo continuo de los docentes, según la federación de enseñanza de CC OO en la región. Consiste en que los directores de los centros públicos valoren cada curso, a través de un formulario, a los profesores que se presten voluntariamente a ello. La plantilla contempla 19 méritos, algunos objetivos (si el profesional acumula unas horas mínimas de formación y si su absentismo laboral está por debajo del 7%, por ejemplo) y otros que dejan gran margen de interpretación, como los siguientes: “Desarrolla y evalúa de forma medible el proceso de enseñanza cumpliendo con el principio de trabajo en equipo y coordinación docente”. “Realiza con diligencia y calidad la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado”.
A Liliana Díaz Gómez, profesora de un instituto de Pola de Siero, no le gusta demasiado la idea de que sea el director el que tenga en su mano dar a discreción, o no, cada año una evaluación positiva que supone un aumento de 147 euros al mes en primaria y 229 en secundaria. Este es el primer tramo de evaluación, al que este año se ha añadido un segundo tramo para aquellos que llevan años sometiéndose con éxito a estos exámenes y que suponen aumentos mensuales de 294 y 459 euros al mes, respectivamente. Aunque en la práctica, las quejas son mínimas, pues la inmensa totalidad de los que se presentan aprueban: el curso pasado fue el 99%. Y se presentaron 9.000 de los algo menos de 12.000 docentes de la región, teniendo en cuenta que solo pueden acceder a la evaluación los que lleven dando clase en la pública un mínimo de cinco años y además quedan fuera los que hayan sufrido bajas largas durante el curso.
“Me parece ineficaz, para empezar, porque no evalúa de ninguna manera la excelencia académica”, opina Díaz, que además protesta porque este sistema menoscaba la negociación colectiva como vía para acordar los sueldos. “Creo que sería mucho más eficaz una supervisión bien hecha para evitar las malas prácticas”, opina. En cuanto a la nueva propuesta del ministerio, tiene dudas, pero cree que, si se hace, debe basarse en muchas fuentes (la opinión de los alumnos, la observación dentro del aula…), y no solo en la opinión del director.
La propuesta inicial del ministerio sugiere, partiendo de la autoevaluación, una multiplicidad de fuentes para la valoración. De hecho, uno de los referentes más claros podrían ser los procesos piloto que Educación puso en marcha en 1996. Bajo el nombre de Valoración de la labor profesional de los docentes, se desarrolló un sistema por el cual los inspectores educativos recogían, por medio de cuestionarios, la opinión del propio profesor evaluado, del director de su centro, del jefe de estudios y del coordinador del departamento, y luego los entrevistaba a todos ellos.
Finalmente, después de observar el trabajo del docente dentro del aula, el inspector emitía su informe de evaluación. Pero esta iniciativa, como otras puestas en marcha en la primera mitad de los noventa en torno a las dos normas aprobadas entonces por ejecutivos socialistas (la Logse de 1990 y la Lopeg de 1995), cayeron en el olvido tras la llegada al Gobierno del PP. En todo caso, dada la escasa concreción de la propuesta del actual ministerio, está por ver si el nuevo intento de poner en marcha una evaluación del profesorado va por ese camino o por otro. Sea cual sea, visto lo visto, no parece que vaya a poder eludir la polémica.
https://elpais.com/educacion/2022-04-24/evaluar-a-los-profesores-premiar-la-excelencia-o-mejorar-el-sistema.html
Hay debates malditos en educación. Uno de ellos gira sin duda en torno a la idea de evaluar el trabajo de los profesores, que lleva en las leyes de educación algo más de 25 años sin que nadie termine de ponerla en marcha más o menos en serio para todo el profesorado. A grandes rasgos, los argumentos a favor parecen absolutamente razonables: la carrera de los docentes de colegios e institutos públicos españoles carece casi por completo de incentivos y, en la práctica, más allá del pundonor profesional, da un poco igual hacer mejor o peor el trabajo. Así, establecer esos estímulos laborales (en forma de sueldo, reconocimiento profesional, ayudas para proyectos, permisos especiales...) por medio de un sistema de evaluación que, además, ofrezca información útil sobre los puntos fuertes y débiles del sistema, solo podría mejorar la educación. El informe España 2050, el documento redactado por más centenar de expertos para fijar, a petición del Gobierno, una estrategia de país a largo plazo, critica la ausencia de “un sistema de evaluación del desempeño de la práctica docente que pueda guiar intervenciones para el aprendizaje y la mejora continua del profesorado”.
Sin embargo, las cosas no son tan fáciles, porque es harto peliagudo medir de manera objetiva la calidad del profesorado (para empezar, hay que ponerse de acuerdo en qué es la calidad del profesorado) y porque es muy importante encontrar la manera de que los docentes no rechacen esa evaluación, pues todos los precedentes han demostrado que, si una buena parte de ellos no se sube al carro, el proceso servirá para bastante poco. Una encuesta hecha en 2018 por el Ministerio de Educación a la comunidad educativa (sobre todo a docentes, pero también a padres, alumnos y asociaciones) concluía que dos tercios creían que la evaluación debe ser obligatoria para los profesores y que algo más de la mitad opinaba que sus resultados deben tener solo consecuencias formativas (señalar el camino de mejora y que las administraciones pongan los medios para recorrerlo), pero otro 41% reclamaba que sirvan para repartir reconocimientos o sanciones.
Y lo que planteó el ministerio hace algo más de dos meses, dentro de las 24 propuestas que presentó para empezar a debatir la reforma de la carrera docente, tenía un poco de todo, con un sistema de evaluación voluntario en general y solo obligatorio para acceder a ciertos puestos (para el de director, por ejemplo, que además lleva consigo un complemento salarial y ya está generalizado desde hace lustros). El modelo que proponen debe “partir de un informe de autoevaluación, valorar los aspectos específicos de la función docente en el marco de la autonomía del centro, contar con la participación de diversos órganos de gobierno y coordinación docente del centro y con la del servicio de inspección”.
La finalidad, por un lado, “debe ser primordialmente formativa y acreditativa y debe también permitir el reconocimiento de la complejidad de las tareas desempeñadas”, dice el texto. En otro punto añade que “el mejor desempeño de las competencias profesionales docentes” deberá traducirse “en propuestas y actuaciones formativas por parte de la Administración; en las mayores posibilidades de acceso a los distintos puestos de trabajo propios de la función docente; y en las retribuciones complementarias”.
Ahogados en burocracia
El problema, de nuevo, es que los docentes se siguen mostrando recelosos, a pesar de todo. Para empezar, ante la posibilidad de que se convierta en otra burocracia más dentro de un mar de papeleo, muchas veces sin sentido, que ya los ahoga. “Para que sea una evaluación objetiva, lo que tienen que hacer es quitarnos tanta burocracia. A nosotros y a la inspección, que tienen tanto papeleo que apenas tienen tiempo para pisar un aula y evaluar al docente”, dice Iris Carabal, de 30 años y maestra de educación especial en un colegio público de Vila-Real (Castellón). Y eso que ella está de acuerdo con que “hacen falta más mecanismos de evaluación, porque se ven muchas malas prácticas y también muchas buenas que no se valoran”. Ahora mismo, lo que está generalizado en la escuela pública son unas autoevaluciones que, según Carabal, son una burocracia más que normalmente sirven para muy poco.
Pero, aún peor que los problemas prácticos, algunos investigadores que llevan más de 20 años estudiando estos asuntos sostienen directamente que las evaluaciones individuales con premios individuales no mejoran el sistema. Es la opinión del profesor de Universidad de Barcelona Joan Mateo: “En ninguna parte del mundo ha funcionado bien una evaluación del profesor basada en la meritocracia y orientada a algún tipo de subida salarial, porque esta, al cabo de un tiempo, se asimila como parte de su sueldo y no constituye ningún incentivo para mejorar”. Dejando atrás el viejo modelo del palo y la zanahoria, Mateo defiende una evaluación “del equipo docente orientada a que [las administraciones] se comprometan institucionalmente con el centro, por medio de ayudas económicas para hacer investigación, innovación, transformación…”.
De una forma mucho menos estudiada y mucho más intuitiva, Francisco López Mellado, un profesor de Matemáticas de 27 años de un instituto público de Roquetas de Mar (Almería), apunta a algo parecido. “Yo lo haría dando dinero al centro en el que estés trabajando para hacer proyectos, y sin señalar a nadie, porque, al final, yo creo que con esto lo que quieren es señalar al profesorado: tú lo haces mal, tú lo haces bien… Y eso no”, explica por teléfono.
El ejemplo de Asturias
El precedente más inmediato, el programa de evaluación de la función docente del Gobierno de Asturias, se parece más a un trámite burocrático que hay superar cada año para obtener un extra salarial que a un modelo que impulse el esfuerzo continuo de los docentes, según la federación de enseñanza de CC OO en la región. Consiste en que los directores de los centros públicos valoren cada curso, a través de un formulario, a los profesores que se presten voluntariamente a ello. La plantilla contempla 19 méritos, algunos objetivos (si el profesional acumula unas horas mínimas de formación y si su absentismo laboral está por debajo del 7%, por ejemplo) y otros que dejan gran margen de interpretación, como los siguientes: “Desarrolla y evalúa de forma medible el proceso de enseñanza cumpliendo con el principio de trabajo en equipo y coordinación docente”. “Realiza con diligencia y calidad la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado”.
A Liliana Díaz Gómez, profesora de un instituto de Pola de Siero, no le gusta demasiado la idea de que sea el director el que tenga en su mano dar a discreción, o no, cada año una evaluación positiva que supone un aumento de 147 euros al mes en primaria y 229 en secundaria. Este es el primer tramo de evaluación, al que este año se ha añadido un segundo tramo para aquellos que llevan años sometiéndose con éxito a estos exámenes y que suponen aumentos mensuales de 294 y 459 euros al mes, respectivamente. Aunque en la práctica, las quejas son mínimas, pues la inmensa totalidad de los que se presentan aprueban: el curso pasado fue el 99%. Y se presentaron 9.000 de los algo menos de 12.000 docentes de la región, teniendo en cuenta que solo pueden acceder a la evaluación los que lleven dando clase en la pública un mínimo de cinco años y además quedan fuera los que hayan sufrido bajas largas durante el curso.
“Me parece ineficaz, para empezar, porque no evalúa de ninguna manera la excelencia académica”, opina Díaz, que además protesta porque este sistema menoscaba la negociación colectiva como vía para acordar los sueldos. “Creo que sería mucho más eficaz una supervisión bien hecha para evitar las malas prácticas”, opina. En cuanto a la nueva propuesta del ministerio, tiene dudas, pero cree que, si se hace, debe basarse en muchas fuentes (la opinión de los alumnos, la observación dentro del aula…), y no solo en la opinión del director.
La propuesta inicial del ministerio sugiere, partiendo de la autoevaluación, una multiplicidad de fuentes para la valoración. De hecho, uno de los referentes más claros podrían ser los procesos piloto que Educación puso en marcha en 1996. Bajo el nombre de Valoración de la labor profesional de los docentes, se desarrolló un sistema por el cual los inspectores educativos recogían, por medio de cuestionarios, la opinión del propio profesor evaluado, del director de su centro, del jefe de estudios y del coordinador del departamento, y luego los entrevistaba a todos ellos.
Finalmente, después de observar el trabajo del docente dentro del aula, el inspector emitía su informe de evaluación. Pero esta iniciativa, como otras puestas en marcha en la primera mitad de los noventa en torno a las dos normas aprobadas entonces por ejecutivos socialistas (la Logse de 1990 y la Lopeg de 1995), cayeron en el olvido tras la llegada al Gobierno del PP. En todo caso, dada la escasa concreción de la propuesta del actual ministerio, está por ver si el nuevo intento de poner en marcha una evaluación del profesorado va por ese camino o por otro. Sea cual sea, visto lo visto, no parece que vaya a poder eludir la polémica.
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Comprobación y atribución
En el análisis de la realidad existen dos dimensiones complementarias. Una es la de comprobación. Se trata de hacer un análisis riguroso de lo que pasa. Si este análisis es falso o poco riguroso, fallará el diagnóstico. Como consecuencia, toda la intervención que se haga sobre la realidad será inútil o contraproducente. Lo que pasa es que el análisis resulta muy difícil. Porque la realidad es compleja y multifacética. Es muy complicado llegar a la comprensión rigurosa de lo que sucede. Los instrumentos para aprehender la realidad no son tan precisos que no admitan el error. Por otra parte, unos instrumentos no permiten recoger la misma información que otros.
La segunda dimensión es la de atribución o explicación. Una vez que disponemos de la descripción rigurosa de la realidad que queremos analizar hay que preguntarse por las causas. ¿A qué atribuimos que la realidad sea como es? ¿Cómo se explican las cosas? ¿Cuáles son las causas verdaderas del fenómeno estudiado?
En las dos dimensiones cabe el error y la trampa. En la primera dimensión puede existir imprecisión en el análisis o engaño en la presentación de los datos. En la segunda dimensión pueden establecerse nexos causales interesados, sea para exculparse, sea para atribuir a otros el fracaso. La manipulación mediática echa sus raíces en las dos dimensiones.
Voy a poner cinco ejemplos. Uno del ámbito político, otro del escolar, el tercero del mundo de la empresa, el cuarto de la sanidad y el quinto del deporte.
El primer ejemplo lo voy a sacar, como acabo de decir, de la política. Supongamos que queremos conocer la situación del paro. La comprobación exige la recogida de información rigurosa. A través de diversos modos de explorar la realidad llegamos a unos datos objetivos. El paro ha subido o ha bajado en un número de personas que se puede cifrar con relativa exactitud. Si se hace bien, la derecha y la izquierda podrían llegar a la misma cifra, aunque sé que hay muchas variables que influyen en el cómputo. En el diagnóstico de la realidad puede haber muchos elementos que condicionan el resultado. Quiero decir con esto que no se llega a los mismos resultados recorriendo caminos diferentes para el análisis. Por ejemplo: ¿son computables como parados los trabajadores a quienes se ha aplicado un ERTE?
La atribución, por otra parte, trata de explicar por qué son esos los datos y no otros. Y aquí viene una peligrosa tentación. Atribuir los resultados a causas que interesan. Estoy harto de oír que con el Presiente Zapatero el paro aumentó de manera exponencial. Y es cierto. Otra cosa es atribuir íntegramente la causa a la gestión del gobierno socialista sin tener en cuenta la crisis económica mundial que hizo aumentar el paro en todos los países de la tierra. Es decir que, aceptando los datos objetivos, puedo utilizarlos contra el adversario político de forma interesada. De la misma manera que el gobierno socialista puede explicar toda la subida achacándola a la crisis sin tener en cuenta las limitaciones o los errores de la gestión. Más recientemente hemos tenido otro fenómeno similar. Sobre el problema del paro podemos convenir que se han creado un número determinado de puestos de trabajo (precarios o no), pero en la fase de atribución podemos explicar la subida del empleo por el efecto de la Ley Laboral del Partido Popular o por la bonanza económica que hizo posible el crecimiento del empleo.
Esta doble dimensión se puede aplicar a cualquier parcela de la realidad política: la subida de los precios, el aumento de la delincuencia, las muertes ocurridas por violencia de género o por efectos de la pandemia…
Voy a extraer el segundo ejemplo, como decía, del ámbito escolar. Y, concretamente, de la evaluación de los aprendizajes. Una cosa es comprobar si realmente los alumnos y alumnas han aprendido aquello que debían aprender y otra explicar por qué lo han o no. No es tan sencillo como parece. Hay investigaciones que muestran que para que haya rigor en la corrección de ejercicios de ciencias harían falta, al menos, doce correctores. Se me dirá que si se trata de un problema matemático, no puede ser tan complejo: o está bien o está mal. Pues no. Y si damos a corregir el ejercicio a varios evaluadores veremos las diferencias. El planteamiento está bien y mal el resultado, puede haber resuelto el problema por un método que desaconsejó el evaluador, puede haber faltas de ortografía, puede no entenderse la letra, puede haberse copiado de forma fraudulenta… Y factores condicionantes diversos: siempre lo hace mal y hoy lo ha hecho bien, el ejercicio anterior era muy bueno, ha perdido por goleada el equipo del evaluador y esa amarga actitud condiciona la corrección… Para que haya rigor en la corrección de un ejercicios de letras hacen falta más de cien correctores. Eso en cuanto a la comprobación.
Y ahora viene la cuestión más ardua: la atribución. ¿Por qué los alumnos y las alumnas no han alcanzado los objetivos del aprendizaje? El riesgo está en explicar el fracaso diciendo que son vagos y torpes, que están desmotivados, que llegan sin base de niveles anteriores, que no tienen técnicas de estudio, que el grupo es muy malo o que la familia no le ayuda lo suficiente…
Tomo el tercer ejemplo del mundo de la empresa. Vamos a suponer que se trata de una empresa que vende artículos de cuero en el mercado internacional. La comprobación nos dice que el fracaso es incuestionable. No se ha vendido casi nada de lo producido y ofertado. Y ahora viene la segunda parte: ¿cuál es la causa del fracaso? Es decir, ¿por qué no se han vendido los artículos de cuero? Las explicaciones pueden ser rigurosas o arbitrarias.
Pondré un cuarto ejemplo tomado del ámbito sanitario. Vamos a suponer que de un quirófano salen más cadáveres que lo que registra la media de los quirófanos de un Hospital, o de una ciudad o de un país. Tenemos un dato que procede de la comprobación. Es importante que sea riguroso, es decir que tenga el soporte de un análisis preciso aunque, si es estadístico, solo será estocástico, es decir, probabilístico. Y ahora viene el segundo componente, el que vengo denominando de atribución: ¿cuál es la causa? Podemos atribuir la causa a la incompetencia de los profesionales, a los malos equipamientos, a la pésima organización o coordinación de los profesionales sanitarios. Pero también se puede pensar que los pacientes no resisten las excelentes intervenciones de los médicos.
Y por fin el deporte. Es incontestable que el equipo ha perdido por una diferencia escandalosa: 0-4. Ahora bien, ¿por qué? ¿Fue la causa un mal planteamiento del entrenador, los jugadores no se esforzaron, el árbitro cometió errores decisivos, el campo estaba impracticable, el público abroncó a los jugadores desde el inicio…?
En los casos que he expuesto y en cualquier otro, tiene que haber rigor en los dos componentes del análisis para que la intervención que busca la mejora sea eficaz. Si en cualquiera de los dos hay inexactitud, trampa o manipulación, la intervención será inútil o perjudicial.
Digo esto porque el análisis de los fenómenos no debe limitarse exclusivamente a la acumulación de conocimiento sino al diseño de estrategias que busquen la mejora. En los dos componentes del análisis se mezclan los criterios científicos con los intereses particulares o partidistas.
Los nexos causales pueden manejarse de forma interesada, como decía. Hay dos variantes básicas que dirigen la manipulación de los datos. Una de ellas es la exculpación. Se trata de hacer hablar a los datos para que nos den la razón. Los datos, sometidos a tortura, acaban confesando lo que quiere quien los maneja. La otra es la agresión. En esta segunda posibilidad se trata de convertir los datos en piedras para lanzarlas al adversario.
En los cinco ejemplos tendríamos estas conclusiones: los socialistas son malos gestores del empleo, los alumnos y las alumnas son los responsables del fracaso de su aprendizaje, las vacas estropean las pieles restregándose contra las alambres de púas, los pacientes no responden a los tratamientos, los jugadores son unos mercenarios… Conclusiones que hacen imposible la mejora de las políticas de empleo, de la calidad de la enseñanza, de la producción de artículos de cuero, de la práctica de la medicina y de la mejora del juego. Y todos tan contentos lavándonos las manos y diciendo que la culpa es de los demás.
La segunda dimensión es la de atribución o explicación. Una vez que disponemos de la descripción rigurosa de la realidad que queremos analizar hay que preguntarse por las causas. ¿A qué atribuimos que la realidad sea como es? ¿Cómo se explican las cosas? ¿Cuáles son las causas verdaderas del fenómeno estudiado?
En las dos dimensiones cabe el error y la trampa. En la primera dimensión puede existir imprecisión en el análisis o engaño en la presentación de los datos. En la segunda dimensión pueden establecerse nexos causales interesados, sea para exculparse, sea para atribuir a otros el fracaso. La manipulación mediática echa sus raíces en las dos dimensiones.
Voy a poner cinco ejemplos. Uno del ámbito político, otro del escolar, el tercero del mundo de la empresa, el cuarto de la sanidad y el quinto del deporte.
El primer ejemplo lo voy a sacar, como acabo de decir, de la política. Supongamos que queremos conocer la situación del paro. La comprobación exige la recogida de información rigurosa. A través de diversos modos de explorar la realidad llegamos a unos datos objetivos. El paro ha subido o ha bajado en un número de personas que se puede cifrar con relativa exactitud. Si se hace bien, la derecha y la izquierda podrían llegar a la misma cifra, aunque sé que hay muchas variables que influyen en el cómputo. En el diagnóstico de la realidad puede haber muchos elementos que condicionan el resultado. Quiero decir con esto que no se llega a los mismos resultados recorriendo caminos diferentes para el análisis. Por ejemplo: ¿son computables como parados los trabajadores a quienes se ha aplicado un ERTE?
La atribución, por otra parte, trata de explicar por qué son esos los datos y no otros. Y aquí viene una peligrosa tentación. Atribuir los resultados a causas que interesan. Estoy harto de oír que con el Presiente Zapatero el paro aumentó de manera exponencial. Y es cierto. Otra cosa es atribuir íntegramente la causa a la gestión del gobierno socialista sin tener en cuenta la crisis económica mundial que hizo aumentar el paro en todos los países de la tierra. Es decir que, aceptando los datos objetivos, puedo utilizarlos contra el adversario político de forma interesada. De la misma manera que el gobierno socialista puede explicar toda la subida achacándola a la crisis sin tener en cuenta las limitaciones o los errores de la gestión. Más recientemente hemos tenido otro fenómeno similar. Sobre el problema del paro podemos convenir que se han creado un número determinado de puestos de trabajo (precarios o no), pero en la fase de atribución podemos explicar la subida del empleo por el efecto de la Ley Laboral del Partido Popular o por la bonanza económica que hizo posible el crecimiento del empleo.
Esta doble dimensión se puede aplicar a cualquier parcela de la realidad política: la subida de los precios, el aumento de la delincuencia, las muertes ocurridas por violencia de género o por efectos de la pandemia…
Voy a extraer el segundo ejemplo, como decía, del ámbito escolar. Y, concretamente, de la evaluación de los aprendizajes. Una cosa es comprobar si realmente los alumnos y alumnas han aprendido aquello que debían aprender y otra explicar por qué lo han o no. No es tan sencillo como parece. Hay investigaciones que muestran que para que haya rigor en la corrección de ejercicios de ciencias harían falta, al menos, doce correctores. Se me dirá que si se trata de un problema matemático, no puede ser tan complejo: o está bien o está mal. Pues no. Y si damos a corregir el ejercicio a varios evaluadores veremos las diferencias. El planteamiento está bien y mal el resultado, puede haber resuelto el problema por un método que desaconsejó el evaluador, puede haber faltas de ortografía, puede no entenderse la letra, puede haberse copiado de forma fraudulenta… Y factores condicionantes diversos: siempre lo hace mal y hoy lo ha hecho bien, el ejercicio anterior era muy bueno, ha perdido por goleada el equipo del evaluador y esa amarga actitud condiciona la corrección… Para que haya rigor en la corrección de un ejercicios de letras hacen falta más de cien correctores. Eso en cuanto a la comprobación.
Y ahora viene la cuestión más ardua: la atribución. ¿Por qué los alumnos y las alumnas no han alcanzado los objetivos del aprendizaje? El riesgo está en explicar el fracaso diciendo que son vagos y torpes, que están desmotivados, que llegan sin base de niveles anteriores, que no tienen técnicas de estudio, que el grupo es muy malo o que la familia no le ayuda lo suficiente…
Tomo el tercer ejemplo del mundo de la empresa. Vamos a suponer que se trata de una empresa que vende artículos de cuero en el mercado internacional. La comprobación nos dice que el fracaso es incuestionable. No se ha vendido casi nada de lo producido y ofertado. Y ahora viene la segunda parte: ¿cuál es la causa del fracaso? Es decir, ¿por qué no se han vendido los artículos de cuero? Las explicaciones pueden ser rigurosas o arbitrarias.
Pondré un cuarto ejemplo tomado del ámbito sanitario. Vamos a suponer que de un quirófano salen más cadáveres que lo que registra la media de los quirófanos de un Hospital, o de una ciudad o de un país. Tenemos un dato que procede de la comprobación. Es importante que sea riguroso, es decir que tenga el soporte de un análisis preciso aunque, si es estadístico, solo será estocástico, es decir, probabilístico. Y ahora viene el segundo componente, el que vengo denominando de atribución: ¿cuál es la causa? Podemos atribuir la causa a la incompetencia de los profesionales, a los malos equipamientos, a la pésima organización o coordinación de los profesionales sanitarios. Pero también se puede pensar que los pacientes no resisten las excelentes intervenciones de los médicos.
Y por fin el deporte. Es incontestable que el equipo ha perdido por una diferencia escandalosa: 0-4. Ahora bien, ¿por qué? ¿Fue la causa un mal planteamiento del entrenador, los jugadores no se esforzaron, el árbitro cometió errores decisivos, el campo estaba impracticable, el público abroncó a los jugadores desde el inicio…?
En los casos que he expuesto y en cualquier otro, tiene que haber rigor en los dos componentes del análisis para que la intervención que busca la mejora sea eficaz. Si en cualquiera de los dos hay inexactitud, trampa o manipulación, la intervención será inútil o perjudicial.
Digo esto porque el análisis de los fenómenos no debe limitarse exclusivamente a la acumulación de conocimiento sino al diseño de estrategias que busquen la mejora. En los dos componentes del análisis se mezclan los criterios científicos con los intereses particulares o partidistas.
Los nexos causales pueden manejarse de forma interesada, como decía. Hay dos variantes básicas que dirigen la manipulación de los datos. Una de ellas es la exculpación. Se trata de hacer hablar a los datos para que nos den la razón. Los datos, sometidos a tortura, acaban confesando lo que quiere quien los maneja. La otra es la agresión. En esta segunda posibilidad se trata de convertir los datos en piedras para lanzarlas al adversario.
En los cinco ejemplos tendríamos estas conclusiones: los socialistas son malos gestores del empleo, los alumnos y las alumnas son los responsables del fracaso de su aprendizaje, las vacas estropean las pieles restregándose contra las alambres de púas, los pacientes no responden a los tratamientos, los jugadores son unos mercenarios… Conclusiones que hacen imposible la mejora de las políticas de empleo, de la calidad de la enseñanza, de la producción de artículos de cuero, de la práctica de la medicina y de la mejora del juego. Y todos tan contentos lavándonos las manos y diciendo que la culpa es de los demás.
El Adarve. Miguel Ángel Santos Guerra.
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