_- “La cuestión de la memoria histórica en nuestro país tiene un componente emocional
importantísimo sobre el que no se ha investigado lo suficiente.”
http://www.rebelion.org/docs/261867.pdf
jueves, 31 de octubre de 2019
miércoles, 30 de octubre de 2019
José Altozano, capitán de la democracia Coronel de Ingenieros y doctor en Derecho, defendió a sus compañeros de la Unión Militar Democrática (UMD) perseguidos por el franquismo
Lo peor del otoño no son estas tardes menguantes que se nos van entre los dedos como el agua de una fuente, ni los frentes atlánticos, que oscurecen el cielo y apenas dejan llegar la luz. Lo peor es cuando el día se hace noche como en un eclipse por la muerte de un amigo del alma.
Ayer se me ha muerto, y se nos ha muerto a todos los supervivientes de la Unión Militar Democrática, José Manuel Altozano Foradada, coronel de Ingenieros, doctor en Derecho, y nuestro Capitán de la Democracia.
Todavía me parece estar viéndolo entrar en mi celda de la División Acorazada la tarde del 4 de agosto de 1975, con su portafolios y el Código de Justicia Militar. Me dijo que iba a hacerse cargo de mi defensa y, aunque no nos conocíamos, nos entendimos enseguida: más que una defensa personal había que hacer una defensa política.
Todo aquel tórrido verano se pasó las tardes en mi celda, con la excusa de revisar recursos y alegaciones, mientras Teresa, su mujer, se iba con los niños a la Dehesa de la Villa. Luego supe que tenía miedo de que, al no tener mi familia en Madrid, pudiera deprimirme.
Pepe no solo hizo una defensa a tumba abierta que le costaría varios arrestos, sino que completó su papel con el de acompañante de mi mujer cuando venía a visitarme desde Galicia. Maricarmen me comunicó que en el libro o revista que le compraba para el viaje en la estación metía siempre, sin decir palabra, unas cuantas estampitas verdes de mil pesetas.
Cuando, dispersados por castillos militares (El Hacho-Ceuta, San Julián-Cartagena y La Palma-Ferrol), comprobamos la imposibilidad de una defensa militar y nombramos abogados civiles, en mi caso Jiménez de Parga, Pepe Altozano siguió en la brecha, visitándole y aportándole datos, como si fuera un codefensor.
Hacia finales de aquel año, cuando nació su hija, me pidió que, pese a mi agnosticismo, hiciera de padrino, papel que, como sabe Lola, hice lo mejor que pude, que no fue nunca mucho, pero aquello fortaleció los lazos de amistad entre nosotros y nuestras familias.
Vivió las sesiones del Consejo de Guerra con más intensidad que los propios condenados, y sufrió tanto por no haber conseguido que no me expulsaran del Ejército que, cuando diez años después reingresamos, se empeñó en llevarme a un almacén de Intendencia para comprarme un uniforme completo, de los zapatos a la gorra.
Fue siempre un decidido defensor de nuestra Constitución y uno de los principales animadores de aquellas cenas que organizaba Bernardo Vidal en los aniversarios del referéndum con el lema clásico: “La UMD ha muerto, ¡Viva la Constitución!"
La memoria me transporta en esta tarde otoñal a días especialmente felices, como aquella multitudinaria cena en el restaurante Rúa de Pontevedra, con motivo de mi reingreso, y aquel acto en el Centro de Estudios Constitucionales en el que le nombramos Capitán de la Democracia. Aunque en esta ocasión, por debajo de la alegría, ya nos dimos cuenta que asomaba el mal que le aquejaba.
En la UMD, como es natural, cada uno tenía su perfil, y todos coincidimos en que Pepe Altozano era el corazón más grande que había en la organización, el mejor de todos nosotros. Yo comencé a llamarle, por aquellos años, San Pepe Altozano y, según mis compañeros, comenzó a vérsele, con más o menos nitidez según los días, una aureola en torno a su cabeza. Con esa aureola tendrá asegurado el ascenso a ese lugar sin sombras en el que las nubes navegan en un mar de felicidad. Descansa en paz, viejo amigo.
El coronel Xosé Fortes es fundador de la Unión Militar Democrática (UMD)
https://elpais.com/politica/2019/10/09/actualidad/1570623987_081168.html
Ayer se me ha muerto, y se nos ha muerto a todos los supervivientes de la Unión Militar Democrática, José Manuel Altozano Foradada, coronel de Ingenieros, doctor en Derecho, y nuestro Capitán de la Democracia.
Todavía me parece estar viéndolo entrar en mi celda de la División Acorazada la tarde del 4 de agosto de 1975, con su portafolios y el Código de Justicia Militar. Me dijo que iba a hacerse cargo de mi defensa y, aunque no nos conocíamos, nos entendimos enseguida: más que una defensa personal había que hacer una defensa política.
Todo aquel tórrido verano se pasó las tardes en mi celda, con la excusa de revisar recursos y alegaciones, mientras Teresa, su mujer, se iba con los niños a la Dehesa de la Villa. Luego supe que tenía miedo de que, al no tener mi familia en Madrid, pudiera deprimirme.
Pepe no solo hizo una defensa a tumba abierta que le costaría varios arrestos, sino que completó su papel con el de acompañante de mi mujer cuando venía a visitarme desde Galicia. Maricarmen me comunicó que en el libro o revista que le compraba para el viaje en la estación metía siempre, sin decir palabra, unas cuantas estampitas verdes de mil pesetas.
Cuando, dispersados por castillos militares (El Hacho-Ceuta, San Julián-Cartagena y La Palma-Ferrol), comprobamos la imposibilidad de una defensa militar y nombramos abogados civiles, en mi caso Jiménez de Parga, Pepe Altozano siguió en la brecha, visitándole y aportándole datos, como si fuera un codefensor.
Hacia finales de aquel año, cuando nació su hija, me pidió que, pese a mi agnosticismo, hiciera de padrino, papel que, como sabe Lola, hice lo mejor que pude, que no fue nunca mucho, pero aquello fortaleció los lazos de amistad entre nosotros y nuestras familias.
Vivió las sesiones del Consejo de Guerra con más intensidad que los propios condenados, y sufrió tanto por no haber conseguido que no me expulsaran del Ejército que, cuando diez años después reingresamos, se empeñó en llevarme a un almacén de Intendencia para comprarme un uniforme completo, de los zapatos a la gorra.
Fue siempre un decidido defensor de nuestra Constitución y uno de los principales animadores de aquellas cenas que organizaba Bernardo Vidal en los aniversarios del referéndum con el lema clásico: “La UMD ha muerto, ¡Viva la Constitución!"
La memoria me transporta en esta tarde otoñal a días especialmente felices, como aquella multitudinaria cena en el restaurante Rúa de Pontevedra, con motivo de mi reingreso, y aquel acto en el Centro de Estudios Constitucionales en el que le nombramos Capitán de la Democracia. Aunque en esta ocasión, por debajo de la alegría, ya nos dimos cuenta que asomaba el mal que le aquejaba.
En la UMD, como es natural, cada uno tenía su perfil, y todos coincidimos en que Pepe Altozano era el corazón más grande que había en la organización, el mejor de todos nosotros. Yo comencé a llamarle, por aquellos años, San Pepe Altozano y, según mis compañeros, comenzó a vérsele, con más o menos nitidez según los días, una aureola en torno a su cabeza. Con esa aureola tendrá asegurado el ascenso a ese lugar sin sombras en el que las nubes navegan en un mar de felicidad. Descansa en paz, viejo amigo.
El coronel Xosé Fortes es fundador de la Unión Militar Democrática (UMD)
https://elpais.com/politica/2019/10/09/actualidad/1570623987_081168.html
martes, 29 de octubre de 2019
La Maura. El documental de 'Imprescindibles' sobre Carmen Maura certifica que el cine español no se puede imaginar sin sus películas.
Para Fellini, "la televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural". No siempre tiene razón. ¡Ay, Carmen!, el excelente documental de Fernando Méndez Leite sobre Carmen Maura de la serie Imprescindibles, que se emitió en La 2 el domingo, le rebate.
Paula Ponga, su biógrafa, resume en una frase su vida: "Interpretando se olvidaba de todas las páginas oscuras de su biografía". Una vocación por encima de los prejuicios familiares, capaz de superar las dificultades de sus comienzos y con una sabiduría vital que le permitió sobreponerse a dos relaciones catastróficas:...
Carmen Maura: “La vida ha sido dura para mí, pero ser actriz es pan comido”
A los 73 años, vuelve al teatro con ‘La golondrina’, un canto contra la homofobia y la represión. Tras una larga carrera se declara ermitaña y huye del glamur de su profesión
lunes, 28 de octubre de 2019
“Un jefe estúpido puede ser peor para el corazón que el colesterol”. Enrique Gavilán publica 'Cuando ya no puedes más', un libro que narra el desgaste de un médico de atención primaria.
Un infierno. Una tortura. Una pesadilla. La guerra. Todos estos sustantivos emplea Enrique Gavilán para describir cómo era cada día de consulta; cada jornada como médico de familia en dos pueblos de Extremadura, donde los pacientes se sucedían uno detrás de otro. Y otro. Hasta 60 en un día tuvo que atender. Sin tiempo de mirarles a los ojos, de entenderlos, de prestarles la atención que requerían.
El desamor de Gavilán (Benalmádena, 1972) con la atención primaria está narrado en el libro Cuando ya no puedes más (Anaconda Editions) a lo largo de 236 páginas. Con un mes en la calle y una segunda impresión en marcha, el texto es una confesión íntima de una situación personal, pero también el reflejo de las condiciones en las que trabajan los médicos de familia: "Para referirnos a los pacientes no es raro llamarles 'los enemigos'. Cuando estos se hartan de esperar y se vuelven a casa sin ser atendidos, recurrimos a la expresión 'A enemigo que huye, puente de plata".
Gavilán acabó quemado por su trabajo, padeciendo lo que la Organización Mundial de la Salud denomina síndrome del burnout, que según algunos estudios afecta, en grado severo, hasta a un tercio del personal de atención primaria. "Si su médico se comporta como un cínico, es probable que lo sufra", advierte el autor.
Es una historia con final feliz: volvió a enamorarse de la atención primaria, regresó a una consulta rural donde hoy es feliz. Eso sí, manejando su agenda, viendo a entre 15 y 20 pacientes al día y con una sintonía con los pacientes y sus compañeros que poco tenía que ver con la plaza que le llevó a dejarlo todo, familia incluida, para irse a trabajar a una ambulancia.
Pregunta. En su libro se pregunta: “¿Por qué he llegado a odiar ser médico de familia?"
Respuesta. Había llegado a querer tanto a la medicina de familia y me había defraudado tanto que acabé odiándola. Es un sentimiento de despecho, de desilusión, de decepción, que tengo ya superado. Tenía un concepto idealizado y cuando me vi sumergido en el día a día me sentí atrapado.
P. Expone un problema estructural de cómo está planteada la atención primaria, sin suficiente tiempo para atender a los pacientes. ¿Cómo cree que debería ser?
R. La medicina de familia tal y como la conozco sigue subsistiendo en el medio rural, que es donde conserva su esencia, donde se le puede dedicar el tiempo suficiente al paciente, hay cercanía, se puede trabajar de cara a la comunidad, una atención continuada a lo largo del tiempo… En un entorno urbano es más complicado. La demanda es más alta, la presión asistencial, también.
P. Habla de un sistema hospitalcentrista. ¿Qué es eso?
R. Cuando la sanidad está centrada en la solución que se puede ofrecer de un hospital; cuando hablamos de que llega la epidemia de la gripe y de los colapsos de los hospitales y no nos damos cuenta de que los centros de salud estamos sin dar abasto todos los días...
P. También asegura que existe un halo de superioridad de los médicos del hospital con respecto a los de atención primaria.
R. El otro día a un residente, en una rotación hospitalaria, una enfermera le preguntó de qué especialidad era. Respondió que medicina de familia y le cuestionó si eso era una especialidad. Existe desde 1978. Lo curioso es que 41 años después sigamos con esas preguntas. El trato directo con los compañeros del hospital es muy bueno; aprecian el trabajo que hacemos porque saben que es importante. Pero nos cargan con muchas tareas que no son nuestras; consideran que son de segunda fila y recaen en nosotros. Sobre todo, tareas administrativas: bajas, recetas, volantes, etc.
P. ¿Qué margen hay para automatizar procesos burocráticos para que el médico se dedique realmente a la medicina primaria?
R. Muchas veces se informatizan papeles que no deberíamos hacer, como justificantes o papeles de mil circunstancias, como poder acceder a un programa de ejercicio, a una plaza de aparcamiento de discapacitados; tenemos que certificar a veces que una persona no ha podido ir a sellar el paro. O que un niño no pueda ir al colegio por un catarro.
P. Habla de guerra, calvario, pesadilla en tu día a día. ¿Ser médico de atención primaria puede provocar esto?
R. La prueba es que cuando dejé aquel trabajo desaparecieron todos mis problemas. Coincidió una etapa en la que yo estaba desgastado. Las circunstancias no eran peores que las de muchos compañeros. Mi récord de asistencia en un día fueron 60; tengo compañeros que han visto a 80 o 90. Otros que ven diariamente a 40, 50 o 60. No soy el que haya trabajado en peores condiciones de España, ni mucho menos. He podido salir de ese calvario, estoy contento de mi trabajo, pero mucha gente sigue ahí.
P. Narra cómo esto perjudica al paciente, que recibe un peor trato.
R. Sí, y eso hacía que me sintiera todavía peor. Esto te supone un estrés tan cotidiano que dejas de ser tú mismo. Empiezas a comportarte de una manera que no te reconoces. Yo no soy así, yo no estoy encabronado todo el día. Acabas tan embrutecido que lo pagas con el paciente. Y él no tiene culpa.
P. ¿También se hacen peores diagnósticos?
R. Sí, hay mucha literatura al respecto. Un médico que no se encuentra bien anímicamente y que tiene ese desencanto por su día a día tiende a no concentrarse de la misma manera, a equivocarse a la hora de diagnosticar, a no escuchar al paciente…
P. En el libro reparte culpas. Habla de pacientes que no hacen un buen uso de la sanidad, en sus palabras, "una plaga de sanos preocupados".
R. Las personas no van al médico porque sí, sino porque tienen una preocupación o un problema. La cuestión está en que hacen lo que se les ha enseñado. Si miras el grueso de la información sanitaria hoy en día… te bombardean de información. Hoy por ejemplo es el día internacional del dolor [la entrevista se realizó el 17 de octubre] y casi todas las noticias tienen que ver con fármacos para aliviarlo. El dolor es algo humano, siempre lo ha habido, pero en los últimos 15 o 20 años la prevalencia de dolor crónico se ha disparado. Sin embargo, las enfermedades que pueden producirlo no han aumentado. ¿Qué está pasando? Hay más intolerancia al dolor. ¿Eso redunda en mayor calidad de vida? Todo lo contrario, los pacientes con dolor viven peor y cada vez hay más fármacos para tratarlos. Hemos enseñado a la gente a demandar una solución médica, como puede ser la unidad del dolor. Se hablaba de que hay muchas menos unidades de las que debería. Me gustaría que también se publicaran sus resultados, a cuánta gente dejan de tratar al cabo de cierto tiempo, cuántas altas dan por resolver el problema. Lo que hacen es cronificarlo.
P. ¿Estamos demasiado medicalizados?
R. Existen problemas que anteriormente no se trataban en consultas médicas y ahora mismo se han convertido en problema médico, como la menopausia, que es un proceso natural que se ha medicalizado. Ayer vino a mi consulta una mujer preocupada porque se le estaba yendo la regla, cuando realmente estaba en la edad en la que suele producirse esto. Venía demandando una serie de controles. Ella creía que necesitaba densitometría, mamografía, citología... lo que le hemos enseñado. Algunas de ellas pueden tener sentido, pero no por la menopausia. En las consultas hay gente preocupada por su salud, pero sin problemas de salud.
P. También afirma que se demandan demasiados análisis. ¿No debemos controlar el colesterol, los triglicéridos, los niveles de azúcar?
R. No hay ningún problema en hacerse un análisis de vez en cuando. La recomendación para medir colesterol en un adulto joven y sano es uno cada cinco años. ¿Tiene sentido hacérselo todos los años? No. La cuestión es la necesidad de que un análisis nos diga cómo estamos de salud. Si los análisis rutinarios sirven para algo: ni mejoran la supervivencia, ni la salud… Lo lógico es usarlos cuando tenemos un problema o si existe mucho riesgo de uno. Está demostrado que no tener empleo es un factor de riesgo coronario, el barrio donde vives también... tener un jefe estúpido que te amarga la vida puede ser peor para el corazón que el colesterol. Tenemos que preguntarnos por qué le prestamos tanta atención al colesterol y menos a este tipo de cuestiones sociales.
P. Es enemigo de la medicalización, pero tuvo que recurrir a los fármacos para superar su problema. ¿Cómo lo explica?
R. Me hizo removerme mucho. Yo quería salir para adelante, me puse en mano de mi médica y fue la que me propuso tomar este tipo de medicamento. Aún sabiendo que no tienen una efectividad muy alta accedí. No me arrepiento. Una de las cosas que he aprendido es darme cuenta de las muchas contradicciones que puedo tener y cómo convivir con ellas. Los antidepresivos me sirvieron durante un tiempo, pero al mismo tiempo conservé la capacidad para saber lo que estaba haciendo y para decir: hasta aquí he llegado.
P. ¿Cuánto tiempo?
R. Estuve dos años en psicoterapia y tres o cuatro meses con tratamiento farmacológico. Se me derribó un mito: que estos medicamentos no sirven para nada. No sé si fue efecto del fármaco o placebo, pero notaba que las cosas me afectaban menos, me sentía anestesiado. Y cuando sientes mucho dolor, una anestesia no viene mal. Pero tiene que servir para algo: si tienes una herida, te puede servir para coserla. Yo la necesitaba para poder enfrentarme a mi problema y fue lo que hice.
P. ¿Cómo se vuelve a enamorar de la profesión, qué ha cambiado?
R. Que ya no estoy en el mismo sitio, que dije hasta aquí, que escribí el libro, que me ayudó a sacar toda la quemazón que tenía. Ahora soy dueño de mi agenda, puedo dedicar el tiempo que requiere cada paciente, dejar el ordenador y mirarlo cara a cara.
https://elpais.com/sociedad/2019/10/17/actualidad/1571335130_766958.html?rel=lom
El desamor de Gavilán (Benalmádena, 1972) con la atención primaria está narrado en el libro Cuando ya no puedes más (Anaconda Editions) a lo largo de 236 páginas. Con un mes en la calle y una segunda impresión en marcha, el texto es una confesión íntima de una situación personal, pero también el reflejo de las condiciones en las que trabajan los médicos de familia: "Para referirnos a los pacientes no es raro llamarles 'los enemigos'. Cuando estos se hartan de esperar y se vuelven a casa sin ser atendidos, recurrimos a la expresión 'A enemigo que huye, puente de plata".
Gavilán acabó quemado por su trabajo, padeciendo lo que la Organización Mundial de la Salud denomina síndrome del burnout, que según algunos estudios afecta, en grado severo, hasta a un tercio del personal de atención primaria. "Si su médico se comporta como un cínico, es probable que lo sufra", advierte el autor.
Es una historia con final feliz: volvió a enamorarse de la atención primaria, regresó a una consulta rural donde hoy es feliz. Eso sí, manejando su agenda, viendo a entre 15 y 20 pacientes al día y con una sintonía con los pacientes y sus compañeros que poco tenía que ver con la plaza que le llevó a dejarlo todo, familia incluida, para irse a trabajar a una ambulancia.
Pregunta. En su libro se pregunta: “¿Por qué he llegado a odiar ser médico de familia?"
Respuesta. Había llegado a querer tanto a la medicina de familia y me había defraudado tanto que acabé odiándola. Es un sentimiento de despecho, de desilusión, de decepción, que tengo ya superado. Tenía un concepto idealizado y cuando me vi sumergido en el día a día me sentí atrapado.
P. Expone un problema estructural de cómo está planteada la atención primaria, sin suficiente tiempo para atender a los pacientes. ¿Cómo cree que debería ser?
R. La medicina de familia tal y como la conozco sigue subsistiendo en el medio rural, que es donde conserva su esencia, donde se le puede dedicar el tiempo suficiente al paciente, hay cercanía, se puede trabajar de cara a la comunidad, una atención continuada a lo largo del tiempo… En un entorno urbano es más complicado. La demanda es más alta, la presión asistencial, también.
P. Habla de un sistema hospitalcentrista. ¿Qué es eso?
R. Cuando la sanidad está centrada en la solución que se puede ofrecer de un hospital; cuando hablamos de que llega la epidemia de la gripe y de los colapsos de los hospitales y no nos damos cuenta de que los centros de salud estamos sin dar abasto todos los días...
P. También asegura que existe un halo de superioridad de los médicos del hospital con respecto a los de atención primaria.
R. El otro día a un residente, en una rotación hospitalaria, una enfermera le preguntó de qué especialidad era. Respondió que medicina de familia y le cuestionó si eso era una especialidad. Existe desde 1978. Lo curioso es que 41 años después sigamos con esas preguntas. El trato directo con los compañeros del hospital es muy bueno; aprecian el trabajo que hacemos porque saben que es importante. Pero nos cargan con muchas tareas que no son nuestras; consideran que son de segunda fila y recaen en nosotros. Sobre todo, tareas administrativas: bajas, recetas, volantes, etc.
P. ¿Qué margen hay para automatizar procesos burocráticos para que el médico se dedique realmente a la medicina primaria?
R. Muchas veces se informatizan papeles que no deberíamos hacer, como justificantes o papeles de mil circunstancias, como poder acceder a un programa de ejercicio, a una plaza de aparcamiento de discapacitados; tenemos que certificar a veces que una persona no ha podido ir a sellar el paro. O que un niño no pueda ir al colegio por un catarro.
P. Habla de guerra, calvario, pesadilla en tu día a día. ¿Ser médico de atención primaria puede provocar esto?
R. La prueba es que cuando dejé aquel trabajo desaparecieron todos mis problemas. Coincidió una etapa en la que yo estaba desgastado. Las circunstancias no eran peores que las de muchos compañeros. Mi récord de asistencia en un día fueron 60; tengo compañeros que han visto a 80 o 90. Otros que ven diariamente a 40, 50 o 60. No soy el que haya trabajado en peores condiciones de España, ni mucho menos. He podido salir de ese calvario, estoy contento de mi trabajo, pero mucha gente sigue ahí.
P. Narra cómo esto perjudica al paciente, que recibe un peor trato.
R. Sí, y eso hacía que me sintiera todavía peor. Esto te supone un estrés tan cotidiano que dejas de ser tú mismo. Empiezas a comportarte de una manera que no te reconoces. Yo no soy así, yo no estoy encabronado todo el día. Acabas tan embrutecido que lo pagas con el paciente. Y él no tiene culpa.
P. ¿También se hacen peores diagnósticos?
R. Sí, hay mucha literatura al respecto. Un médico que no se encuentra bien anímicamente y que tiene ese desencanto por su día a día tiende a no concentrarse de la misma manera, a equivocarse a la hora de diagnosticar, a no escuchar al paciente…
P. En el libro reparte culpas. Habla de pacientes que no hacen un buen uso de la sanidad, en sus palabras, "una plaga de sanos preocupados".
R. Las personas no van al médico porque sí, sino porque tienen una preocupación o un problema. La cuestión está en que hacen lo que se les ha enseñado. Si miras el grueso de la información sanitaria hoy en día… te bombardean de información. Hoy por ejemplo es el día internacional del dolor [la entrevista se realizó el 17 de octubre] y casi todas las noticias tienen que ver con fármacos para aliviarlo. El dolor es algo humano, siempre lo ha habido, pero en los últimos 15 o 20 años la prevalencia de dolor crónico se ha disparado. Sin embargo, las enfermedades que pueden producirlo no han aumentado. ¿Qué está pasando? Hay más intolerancia al dolor. ¿Eso redunda en mayor calidad de vida? Todo lo contrario, los pacientes con dolor viven peor y cada vez hay más fármacos para tratarlos. Hemos enseñado a la gente a demandar una solución médica, como puede ser la unidad del dolor. Se hablaba de que hay muchas menos unidades de las que debería. Me gustaría que también se publicaran sus resultados, a cuánta gente dejan de tratar al cabo de cierto tiempo, cuántas altas dan por resolver el problema. Lo que hacen es cronificarlo.
P. ¿Estamos demasiado medicalizados?
R. Existen problemas que anteriormente no se trataban en consultas médicas y ahora mismo se han convertido en problema médico, como la menopausia, que es un proceso natural que se ha medicalizado. Ayer vino a mi consulta una mujer preocupada porque se le estaba yendo la regla, cuando realmente estaba en la edad en la que suele producirse esto. Venía demandando una serie de controles. Ella creía que necesitaba densitometría, mamografía, citología... lo que le hemos enseñado. Algunas de ellas pueden tener sentido, pero no por la menopausia. En las consultas hay gente preocupada por su salud, pero sin problemas de salud.
P. También afirma que se demandan demasiados análisis. ¿No debemos controlar el colesterol, los triglicéridos, los niveles de azúcar?
R. No hay ningún problema en hacerse un análisis de vez en cuando. La recomendación para medir colesterol en un adulto joven y sano es uno cada cinco años. ¿Tiene sentido hacérselo todos los años? No. La cuestión es la necesidad de que un análisis nos diga cómo estamos de salud. Si los análisis rutinarios sirven para algo: ni mejoran la supervivencia, ni la salud… Lo lógico es usarlos cuando tenemos un problema o si existe mucho riesgo de uno. Está demostrado que no tener empleo es un factor de riesgo coronario, el barrio donde vives también... tener un jefe estúpido que te amarga la vida puede ser peor para el corazón que el colesterol. Tenemos que preguntarnos por qué le prestamos tanta atención al colesterol y menos a este tipo de cuestiones sociales.
P. Es enemigo de la medicalización, pero tuvo que recurrir a los fármacos para superar su problema. ¿Cómo lo explica?
R. Me hizo removerme mucho. Yo quería salir para adelante, me puse en mano de mi médica y fue la que me propuso tomar este tipo de medicamento. Aún sabiendo que no tienen una efectividad muy alta accedí. No me arrepiento. Una de las cosas que he aprendido es darme cuenta de las muchas contradicciones que puedo tener y cómo convivir con ellas. Los antidepresivos me sirvieron durante un tiempo, pero al mismo tiempo conservé la capacidad para saber lo que estaba haciendo y para decir: hasta aquí he llegado.
P. ¿Cuánto tiempo?
R. Estuve dos años en psicoterapia y tres o cuatro meses con tratamiento farmacológico. Se me derribó un mito: que estos medicamentos no sirven para nada. No sé si fue efecto del fármaco o placebo, pero notaba que las cosas me afectaban menos, me sentía anestesiado. Y cuando sientes mucho dolor, una anestesia no viene mal. Pero tiene que servir para algo: si tienes una herida, te puede servir para coserla. Yo la necesitaba para poder enfrentarme a mi problema y fue lo que hice.
P. ¿Cómo se vuelve a enamorar de la profesión, qué ha cambiado?
R. Que ya no estoy en el mismo sitio, que dije hasta aquí, que escribí el libro, que me ayudó a sacar toda la quemazón que tenía. Ahora soy dueño de mi agenda, puedo dedicar el tiempo que requiere cada paciente, dejar el ordenador y mirarlo cara a cara.
https://elpais.com/sociedad/2019/10/17/actualidad/1571335130_766958.html?rel=lom
Atentos a esta fake news económica del diario El Mundo
Atentos a esta fake news económica del diario El Mundo. “Varapalo de Bruselas al Gobierno: el gasto de 2020 multiplica por cuatro el máximo recomendado”.
El titular de la noticia es contundente. El gasto de 2020 multiplica por cuatro el máximo recomendado. El apocalipsis. La ruina económica del país.
Vayamos a los datos técnicos. El gasto presupuestario de España recomendado es de aproximadamente 500.000 millones de euros. Por lo tanto un gasto que multiplica por cuatro esa recomendación es 2.000.000 millones de euros.
Pero lo que está sucediendo en realidad es totalmente diferente.
Al realizar una lectura detenida se descubre que el gasto propuesto por el Gobierno para 2020 supone un incremento del 3,8%, cuatro veces por encima del incremento recomendado, que es 0,9%.
Este matiz supone una realidad económica totalmente diferente a la que se indica en el titular de la noticia, pues implica que el gobierno proyecta para 2020 un gasto de 519.000 millones de euros, por encima del gasto recomendado por Bruselas, que es 504.500.
Veamos la diferencia en términos gráficos.
El titular de la noticia es contundente. El gasto de 2020 multiplica por cuatro el máximo recomendado. El apocalipsis. La ruina económica del país.
Vayamos a los datos técnicos. El gasto presupuestario de España recomendado es de aproximadamente 500.000 millones de euros. Por lo tanto un gasto que multiplica por cuatro esa recomendación es 2.000.000 millones de euros.
Pero lo que está sucediendo en realidad es totalmente diferente.
Al realizar una lectura detenida se descubre que el gasto propuesto por el Gobierno para 2020 supone un incremento del 3,8%, cuatro veces por encima del incremento recomendado, que es 0,9%.
Este matiz supone una realidad económica totalmente diferente a la que se indica en el titular de la noticia, pues implica que el gobierno proyecta para 2020 un gasto de 519.000 millones de euros, por encima del gasto recomendado por Bruselas, que es 504.500.
Veamos la diferencia en términos gráficos.
domingo, 27 de octubre de 2019
Mentiras de la historia que nos tragamos sin rechistar
Ni la ensaladilla rusa es rusa ni la tortilla francesa viene de Francia
Lo que nos han contado. La lógica, implacable, nos ha hecho creer que estos platos cuyo nombre hace referencia a ciertos puntos geográgicos del planeta provenían de dichos lugares. Tomábamos ensaladilla rusa creyendo que su origen estaba en la tierra de Sharapova, Irina Shayk y Leon Tolstoi, entre otros rusos ilustres; y pedíamos tortilla francesa con la convicción de que su historia iba ligada al país galo. La lógica nos decía que no podía ser de otra forma.
Lo que realmente es. Que la tortilla francesa tiene lo mismo de francesa que las crepes que compras ultra congeladas en el supermercado. El apellido francés viene del asedio de las tropas napoleónicas a la ciudad de Cádiz en 1810. La escasez de alimentos y de patatas con las que preparar la típica tortilla española provocó que los ciudadanos tuvieran que cocinar el huevo batido sin condimentos. Con el paso de los años siguió cocinándose esta tortilla a la que se llamaba “tortilla de cuando los franceses” en referencia a los asediadores galos. De ahí que hoy a esta tortilla se la llame tortilla francesa. Según el Institut Français, para los franceses la única tortilla autóctona es la que lleva queso. Con la ensaladilla rusa ocurre algo parecido. Es rusa por obra y gracia de la casualidad. Este plato lo creó en 1860 Lucien Olivier, un belga de origen francés afincado en Moscú. El chef elaboró por primera vez esta receta en Hermitage, el restaurante que regentaba en el centro de la ciudad rusa. El furor que causó la ensalada hizo que fuera conocida popularmente como ensalada rusa. En Rusia, sin embargo, se le llama ensalada Olivier.
Los restos de Santiago no reposan en Santiago de Compostela
Lo que nos han contado. Que el Apóstol Santiago El Mayor fue decapitado por orden del rey Herodes en Jerusalén, donde llevaba a cabo su labor de evangelización. Tras su muerte, Atanasio y Teodoro (sus discípulos) recogieron el cuerpo y lo llevaron en secreto en una barca a los lugares donde Santiago inició su predicación en el norte de España. Así sus huesos acabaron en Santiago, donde se construyó la catedral para recibir a los fieles que año tras año hacen el peregrinaje.
Lo que realmente ocurrió. El obispo Teodomiro por su cuenta y riesgo convirtió este lugar en el emporio religioso, turístico, económico y hotelero que conocemos hoy. ¿Cómo? “En el año 813 d.c. los musulmanes correteaban a sus anchas por España y a este obispo gallego no le hacía gracia. Para hacer frente a la fe musulmana, se fijó en Roma y en la que montaron en torno a la basílica de San Pedro, donde se encuentra la tumba del santo. Vio que hasta allí iban peregrinos y se coronaban los emperadores. Siguiendo este ejemplo buscó la tumba de algún apóstol popular en Hispania para lograr una peregrinación similar”, explica Nieves Concostrina en La ventana, programa de la Cadena Ser. Y aquí empieza el lío. “Teodomiro encontró un sepulcro con tres cuerpos dentro. Según él y solo según él, los de Santiago y sus dos discípulos. Emocionado, transmite su descubrimiento al rey Alfonso II El Casto y le pide que construya una iglesia sobre la tumba para animar a la gente a peregrinar. Y así, tras varias iglesias que fueron ampliándose y destruyéndose, acabó levantándose la actual Catedral de Santiago, que solo durante el pasado mes de julio recibió 50.868 turistas, y comenzó la leyenda del Camino de Santiago. “Los huesos que allí se encuentran se sabe que son falsos desde el mismo momento de su descubrimiento”, afirma categóricamente la periodista. Ya lo dijo Unamuno: “Todo hombre moderno dotado de espíritu crítico no puede admitir, por católico que sea, que el cuerpo de Santiago El Mayor reposa en la catedral de Compostela”.
Si sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol no es gracias a Copérnico
Lo que nos han contado. Que Nicolás Copérnico, tras un estudio exhaustivo del movimiento de los cuerpos terrestres, llegó a la conclusión de que la Tierra giraba sobre su eje y que esta y el resto de planetas giraban a su vez alrededor del Sol. Y no al contrario, como se creía hasta ese momento. Así formuló la Teoría Heliocéntrica echándose encima a la iglesia, fiel defensora de la teoría geocéntrica (esto es, que era el sol -y el resto de los planetas- el que giraba alrededor de la Tierra). La Inquisición llegó a censurar la teoría de Copérnico, ya que ponía en duda la omnipotencia de Dios, reafirmando la inmovilidad de la Tierra.
Lo que realmente ocurrió. Fue el astrónomo y matemático griego Aristarco de Samos el primero en percatarse de que nuestro planeta giraba alrededor del sol. Así lo explicó en el tratado De revolutionibus caelestibus mil años antes de que lo mencionara Copérnico. "Aristarco de Samos vivió en el siglo III antes de nuestra era. Fue él quien propuso el modelo heliocéntrico que dieciocho siglos más tarde mencionó en su obra Copérnico", afirma el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid Javier Ordoñez. A pesar de que Aristarco ya lo avanzó en el siglo III a.c., la Teoría Heliocéntrica no fue tomada como una teoría consistente hasta que la formuló Copérnico en el siglo XVI.
No está claro que Cervantes fuera manco
Lo que nos han contado. Que el autor de El Quijote perdió la mano izquierda mientras combatía en la batalla de Lepanto, una de los enfrentamientos navales más sangrientas de la historia. La batalla tuvo lugar el 7 de octubre de 1571, en el golfo de Lepanto. Allí se enfrentaron turcos otomanos contra la coalición cristiana Liga Santa, integrada por el Papa, la República de Venecia y la monarquía de Felipe II.
Lo que realmente ocurrió. Una interpretación lingüistica erronea es la culpable de que Cervantes haya trascendido como el manco de Lepanto. En el siglo XVII se consideraba manco, no solo a quien había perdido la mano, si no a cualquiera que tuviera inutilizado un brazo parcial o totalmente. "No se sabe realmente si Cervantes perdió una mano. Es probable que solo perdiera un dedo o parte de ella debido a los disparos que recibió durante la batalla de Lepanto", explica a ICON el historiador José Carlos Rueda Laffond.
España no es el país más antiguo de Europa
Lo que nos han contado. Que España es la nación más antigua de Europa. Esta afirmación se ha convertido en un mantra de algunos partidos políticos conservadores. “España goza de muy buena salud, es la nación más antigua de Europa”, dijo en marzo pasado Mariano Rajoy, cuando todavía era presidente del gobierno.
Lo que realmente es. "Rajoy sitúa el nacimiento del estado español en la época de los Reyes Católicos (finales del siglo XV y principios del XVI) y alimenta el mito de que en 1492, con Isabel y Fernando, el fin de la reconquista, la expulsión de los judíos y el descubrimiento de América, se funda España. Parece como una maravillosa conjunción astral, pero es falsa. El matrimonio de Isabel y Fernando no supuso la fusión de dos reinos. Es más, hasta el siglo XIX las coronas de Aragón y Castilla tienen monedas diferentes", asegura a ICON José Carlos Rueda, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid. Rueda afirma que en Europa es imposible empezar a hablar de naciones antes del siglo XIX. Las declaraciones que concedió José Álvarez Junco, catedrático de Historia del Pensamiento de la Universidad Complutense, a EL PAÍS coinciden con la teoría de Rueda: "Rajoy confunde los conceptos de nación y Estado y proyecta sus propios deseos en el pasado. Lo que define a una nación es un elemento subjetivo: grupos de individuos que creen compartir ciertos rasgos culturales y viven sobre un territorio al que consideran propio, mientras que los Estados modernos son estructuras político-administrativas que controlan un territorio y la población que lo habita". Según José Carlos Rueda, de tener que señalar a alguna nación como la más antigua de Europa esta sería Francia. "Con mil salvedades, podemos considerar que Francia tiene una estructura estatal unificada más antigua que España (hasta finales del siglo XVII, Monarquía Hispánica). Lo mismo respecto a sus límites fronterizos. O respecto a su capitalidad (París), que existe como tal desde la Edad Media. La unidad lingüística es también históricamente muchísimo más intensa que en España", señala el historiador.
Esta última afirmación es puesta en duda por algunos estudiosos, como uno de los mayores expertos franceses en la lengua, el francés Alain Reyel. En una entrevista de 2017 con el diario francés Le Monde, explicó: "Francia es un ámbito lingüístico que reúne a tres familias diferentes: la lengua oïl, que se convirtió en el francés general; el occitano, como el gascón; el bearnés y el provenzal. En Francia, el paso a lo que desde Dante se llama 'lengua vulgar' (no en el sentido peyorativo, sino como sinónimo de espontáneo y natural) sucedió muy tarde. Y en parte por eso Richelieu creó la Academia Francesa en el siglo XVII". En otro momento de la entrevista, Reyel añade: "En los siglos XIX y XX, la escuela laica, pública y obligatoria desempeñó un papel importante en el movimiento de unificación, que fue muy lento: antes de la Primera Guerra Mundial, más de la mitad de los habitantes de Francia no hablaban francés. Cuando estalló la guerra en 1914 la mitad de los soldados no entendían las órdenes de los oficiales. La Primera Guerra Mundial fue la escuela de lengua francesa más grande e importante, una escuela exclusivamente masculina, por cierto".
Julio César nunca dijo: “Tú también, Bruto, hijo mío”
Lo que nos han contado. El 15 de marzo del 44 antes de Cristo, un grupo de senadores, entre los que se encontraba Bruto (hijo de Servilia, amante de César, que siempre gozó de la protección y simpatía de Julio César), apuñalaron al dictador romano hasta llevarle a la muerte. Momentos antes de fallecer a causa de las graves heridas, Julio César, que no podía creer la traición de Bruto, pronunció una de las frases más célebres de la historia: "Tú también, Bruto, hijo mío".
Lo que realmente ocurrió. Efectivamente, Julio César fue acuchillado varias veces en las escaleras del Senado romano. Sin embargo, nunca articuló la frase que el mundo se afana en adjudicarle. ¿Por qué entonces se cree que esto fue lo último que dijo antes de morir? Probablemente, el hecho de que Shakespeare la reprodujese en su obra Julio César (que data de 1599) ayudó a que el mundo lo considerara un hecho histórico verídico. Por su parte, Plutarco (que nació el 45 después de Cristo) asegura en su obra que César no dijo tal cosa. Según el filósofo griego, lo único que hizo el dictador antes de morir fue cubrirse la cabeza con la toga al descubrir a Bruto entre sus asesinos. "Al ver a Bruto con la espada desenvainada, se echó la ropa a la cabeza y se prestó a los golpes", relata Plutarco en el tomo V de Vidas paralelas. La frase se ha convertido hoy en un símbolo que representa la traición máxima.
El velcro no lo inventó la NASA
Lo que nos han contado. Que este sistema de adherencia basado en una tira de pequeños ganchos de plástico y otra tira de fibras sintéticas que quedan unidas al juntarse y se despegan de un solo tirón lo inventó la NASA. El objetivo de la agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial civil era salvar la falta de gravedad que hay en el espacio ofreciendo a los astronautas una forma sencilla y cómoda de ponerse y quitarse la equipación.
Lo que realmente ocurrió. El ingeniero suizo George de Mestral, que nada tenía que ver con la NASA, creó el velcro en 1948 tras pasar un día de caza en el campo. Durante su paseo por la naturaleza le llamó la atención cómo las semillas de las flores se adherían a su ropa. Al observarlas de cerca con microscopio descubrió que sus puntas eran diminutos ganchos, de ahí que fuera difícil despegarlas de la ropa. Maestral decidió inventar un sistema que replicara el comportamiento de estas semillas y creó las populares tiras adhesivas que hoy incluyen decenas de prendas, como casi todo el calzado infantil. En los años 60, la NASA decidió incorporarlo en el equipamiento de los astronautas y el sistema comenzó a popularizarse. El repentino uso masivo, tanto para fines domésticos como deportivos (los trajes de los pilotos de carreras y esquiadores lo incorporaron a sus uniformes), ayudó a que la creencia de que los ingenieros de la NASA eran los creadores del velcro tomara fuerza.
El cine se ha encargado de que creamos que cuando un emperador bajaba su dedo pulgar, como Joaquin Phoenix en esta imagen de 'Gladiator', estaba sentenciando a muerte al gladiador.
Los emperadores romanos no sentenciaban a muerte a los gladiadores bajando el dedo
Lo que nos han contado. Vimos a Joaquin Phoenix (en el papel del emperador Cómodo) ejecutar este gesto en la oscarizada Gladiator (Riddley Scott , 2000) y lo tomamos por verdad absoluta. Por su parte, los libros, los cuadros, el cine y la televisión se han encargado de alimentar la leyenda haciendo creer al espectador que cuando un emperador bajaba su dedo pulgar en el circo romano lo que estaba haciendo era sentenciar a muerte al gladiador que se encontraba en desventaja en la arena.
Lo que realmente ocurrió. Todo lo contrario a lo que el cine nos ha mostrado. Si el emperador alzaba su pulgar estaba instando al gladiador vencedor a matar al gladiador vencido. Cuando el emperador quería salvar la vida del gladiador introducía su dedo pulgar en el puño cerrado de la mano opuesta. "Creer que los emperadores sentenciaban a muerte bajando el dedo pulgar es un error que nos colaron vía Hollywood. Realmente la sentencia de muerte se daba cuando el emperador romano levantaba el pulgar hacia arriba", explica a ICON la historiadora María F. Canet.
https://elpais.com/elpais/2018/09/05/icon/1536142770_672955.html
Lo que nos han contado. La lógica, implacable, nos ha hecho creer que estos platos cuyo nombre hace referencia a ciertos puntos geográgicos del planeta provenían de dichos lugares. Tomábamos ensaladilla rusa creyendo que su origen estaba en la tierra de Sharapova, Irina Shayk y Leon Tolstoi, entre otros rusos ilustres; y pedíamos tortilla francesa con la convicción de que su historia iba ligada al país galo. La lógica nos decía que no podía ser de otra forma.
Lo que realmente es. Que la tortilla francesa tiene lo mismo de francesa que las crepes que compras ultra congeladas en el supermercado. El apellido francés viene del asedio de las tropas napoleónicas a la ciudad de Cádiz en 1810. La escasez de alimentos y de patatas con las que preparar la típica tortilla española provocó que los ciudadanos tuvieran que cocinar el huevo batido sin condimentos. Con el paso de los años siguió cocinándose esta tortilla a la que se llamaba “tortilla de cuando los franceses” en referencia a los asediadores galos. De ahí que hoy a esta tortilla se la llame tortilla francesa. Según el Institut Français, para los franceses la única tortilla autóctona es la que lleva queso. Con la ensaladilla rusa ocurre algo parecido. Es rusa por obra y gracia de la casualidad. Este plato lo creó en 1860 Lucien Olivier, un belga de origen francés afincado en Moscú. El chef elaboró por primera vez esta receta en Hermitage, el restaurante que regentaba en el centro de la ciudad rusa. El furor que causó la ensalada hizo que fuera conocida popularmente como ensalada rusa. En Rusia, sin embargo, se le llama ensalada Olivier.
Los restos de Santiago no reposan en Santiago de Compostela
Lo que nos han contado. Que el Apóstol Santiago El Mayor fue decapitado por orden del rey Herodes en Jerusalén, donde llevaba a cabo su labor de evangelización. Tras su muerte, Atanasio y Teodoro (sus discípulos) recogieron el cuerpo y lo llevaron en secreto en una barca a los lugares donde Santiago inició su predicación en el norte de España. Así sus huesos acabaron en Santiago, donde se construyó la catedral para recibir a los fieles que año tras año hacen el peregrinaje.
Lo que realmente ocurrió. El obispo Teodomiro por su cuenta y riesgo convirtió este lugar en el emporio religioso, turístico, económico y hotelero que conocemos hoy. ¿Cómo? “En el año 813 d.c. los musulmanes correteaban a sus anchas por España y a este obispo gallego no le hacía gracia. Para hacer frente a la fe musulmana, se fijó en Roma y en la que montaron en torno a la basílica de San Pedro, donde se encuentra la tumba del santo. Vio que hasta allí iban peregrinos y se coronaban los emperadores. Siguiendo este ejemplo buscó la tumba de algún apóstol popular en Hispania para lograr una peregrinación similar”, explica Nieves Concostrina en La ventana, programa de la Cadena Ser. Y aquí empieza el lío. “Teodomiro encontró un sepulcro con tres cuerpos dentro. Según él y solo según él, los de Santiago y sus dos discípulos. Emocionado, transmite su descubrimiento al rey Alfonso II El Casto y le pide que construya una iglesia sobre la tumba para animar a la gente a peregrinar. Y así, tras varias iglesias que fueron ampliándose y destruyéndose, acabó levantándose la actual Catedral de Santiago, que solo durante el pasado mes de julio recibió 50.868 turistas, y comenzó la leyenda del Camino de Santiago. “Los huesos que allí se encuentran se sabe que son falsos desde el mismo momento de su descubrimiento”, afirma categóricamente la periodista. Ya lo dijo Unamuno: “Todo hombre moderno dotado de espíritu crítico no puede admitir, por católico que sea, que el cuerpo de Santiago El Mayor reposa en la catedral de Compostela”.
Si sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol no es gracias a Copérnico
Lo que nos han contado. Que Nicolás Copérnico, tras un estudio exhaustivo del movimiento de los cuerpos terrestres, llegó a la conclusión de que la Tierra giraba sobre su eje y que esta y el resto de planetas giraban a su vez alrededor del Sol. Y no al contrario, como se creía hasta ese momento. Así formuló la Teoría Heliocéntrica echándose encima a la iglesia, fiel defensora de la teoría geocéntrica (esto es, que era el sol -y el resto de los planetas- el que giraba alrededor de la Tierra). La Inquisición llegó a censurar la teoría de Copérnico, ya que ponía en duda la omnipotencia de Dios, reafirmando la inmovilidad de la Tierra.
Lo que realmente ocurrió. Fue el astrónomo y matemático griego Aristarco de Samos el primero en percatarse de que nuestro planeta giraba alrededor del sol. Así lo explicó en el tratado De revolutionibus caelestibus mil años antes de que lo mencionara Copérnico. "Aristarco de Samos vivió en el siglo III antes de nuestra era. Fue él quien propuso el modelo heliocéntrico que dieciocho siglos más tarde mencionó en su obra Copérnico", afirma el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid Javier Ordoñez. A pesar de que Aristarco ya lo avanzó en el siglo III a.c., la Teoría Heliocéntrica no fue tomada como una teoría consistente hasta que la formuló Copérnico en el siglo XVI.
No está claro que Cervantes fuera manco
Lo que nos han contado. Que el autor de El Quijote perdió la mano izquierda mientras combatía en la batalla de Lepanto, una de los enfrentamientos navales más sangrientas de la historia. La batalla tuvo lugar el 7 de octubre de 1571, en el golfo de Lepanto. Allí se enfrentaron turcos otomanos contra la coalición cristiana Liga Santa, integrada por el Papa, la República de Venecia y la monarquía de Felipe II.
Lo que realmente ocurrió. Una interpretación lingüistica erronea es la culpable de que Cervantes haya trascendido como el manco de Lepanto. En el siglo XVII se consideraba manco, no solo a quien había perdido la mano, si no a cualquiera que tuviera inutilizado un brazo parcial o totalmente. "No se sabe realmente si Cervantes perdió una mano. Es probable que solo perdiera un dedo o parte de ella debido a los disparos que recibió durante la batalla de Lepanto", explica a ICON el historiador José Carlos Rueda Laffond.
España no es el país más antiguo de Europa
Lo que nos han contado. Que España es la nación más antigua de Europa. Esta afirmación se ha convertido en un mantra de algunos partidos políticos conservadores. “España goza de muy buena salud, es la nación más antigua de Europa”, dijo en marzo pasado Mariano Rajoy, cuando todavía era presidente del gobierno.
Lo que realmente es. "Rajoy sitúa el nacimiento del estado español en la época de los Reyes Católicos (finales del siglo XV y principios del XVI) y alimenta el mito de que en 1492, con Isabel y Fernando, el fin de la reconquista, la expulsión de los judíos y el descubrimiento de América, se funda España. Parece como una maravillosa conjunción astral, pero es falsa. El matrimonio de Isabel y Fernando no supuso la fusión de dos reinos. Es más, hasta el siglo XIX las coronas de Aragón y Castilla tienen monedas diferentes", asegura a ICON José Carlos Rueda, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid. Rueda afirma que en Europa es imposible empezar a hablar de naciones antes del siglo XIX. Las declaraciones que concedió José Álvarez Junco, catedrático de Historia del Pensamiento de la Universidad Complutense, a EL PAÍS coinciden con la teoría de Rueda: "Rajoy confunde los conceptos de nación y Estado y proyecta sus propios deseos en el pasado. Lo que define a una nación es un elemento subjetivo: grupos de individuos que creen compartir ciertos rasgos culturales y viven sobre un territorio al que consideran propio, mientras que los Estados modernos son estructuras político-administrativas que controlan un territorio y la población que lo habita". Según José Carlos Rueda, de tener que señalar a alguna nación como la más antigua de Europa esta sería Francia. "Con mil salvedades, podemos considerar que Francia tiene una estructura estatal unificada más antigua que España (hasta finales del siglo XVII, Monarquía Hispánica). Lo mismo respecto a sus límites fronterizos. O respecto a su capitalidad (París), que existe como tal desde la Edad Media. La unidad lingüística es también históricamente muchísimo más intensa que en España", señala el historiador.
Esta última afirmación es puesta en duda por algunos estudiosos, como uno de los mayores expertos franceses en la lengua, el francés Alain Reyel. En una entrevista de 2017 con el diario francés Le Monde, explicó: "Francia es un ámbito lingüístico que reúne a tres familias diferentes: la lengua oïl, que se convirtió en el francés general; el occitano, como el gascón; el bearnés y el provenzal. En Francia, el paso a lo que desde Dante se llama 'lengua vulgar' (no en el sentido peyorativo, sino como sinónimo de espontáneo y natural) sucedió muy tarde. Y en parte por eso Richelieu creó la Academia Francesa en el siglo XVII". En otro momento de la entrevista, Reyel añade: "En los siglos XIX y XX, la escuela laica, pública y obligatoria desempeñó un papel importante en el movimiento de unificación, que fue muy lento: antes de la Primera Guerra Mundial, más de la mitad de los habitantes de Francia no hablaban francés. Cuando estalló la guerra en 1914 la mitad de los soldados no entendían las órdenes de los oficiales. La Primera Guerra Mundial fue la escuela de lengua francesa más grande e importante, una escuela exclusivamente masculina, por cierto".
Julio César nunca dijo: “Tú también, Bruto, hijo mío”
Lo que nos han contado. El 15 de marzo del 44 antes de Cristo, un grupo de senadores, entre los que se encontraba Bruto (hijo de Servilia, amante de César, que siempre gozó de la protección y simpatía de Julio César), apuñalaron al dictador romano hasta llevarle a la muerte. Momentos antes de fallecer a causa de las graves heridas, Julio César, que no podía creer la traición de Bruto, pronunció una de las frases más célebres de la historia: "Tú también, Bruto, hijo mío".
Lo que realmente ocurrió. Efectivamente, Julio César fue acuchillado varias veces en las escaleras del Senado romano. Sin embargo, nunca articuló la frase que el mundo se afana en adjudicarle. ¿Por qué entonces se cree que esto fue lo último que dijo antes de morir? Probablemente, el hecho de que Shakespeare la reprodujese en su obra Julio César (que data de 1599) ayudó a que el mundo lo considerara un hecho histórico verídico. Por su parte, Plutarco (que nació el 45 después de Cristo) asegura en su obra que César no dijo tal cosa. Según el filósofo griego, lo único que hizo el dictador antes de morir fue cubrirse la cabeza con la toga al descubrir a Bruto entre sus asesinos. "Al ver a Bruto con la espada desenvainada, se echó la ropa a la cabeza y se prestó a los golpes", relata Plutarco en el tomo V de Vidas paralelas. La frase se ha convertido hoy en un símbolo que representa la traición máxima.
El velcro no lo inventó la NASA
Lo que nos han contado. Que este sistema de adherencia basado en una tira de pequeños ganchos de plástico y otra tira de fibras sintéticas que quedan unidas al juntarse y se despegan de un solo tirón lo inventó la NASA. El objetivo de la agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial civil era salvar la falta de gravedad que hay en el espacio ofreciendo a los astronautas una forma sencilla y cómoda de ponerse y quitarse la equipación.
Lo que realmente ocurrió. El ingeniero suizo George de Mestral, que nada tenía que ver con la NASA, creó el velcro en 1948 tras pasar un día de caza en el campo. Durante su paseo por la naturaleza le llamó la atención cómo las semillas de las flores se adherían a su ropa. Al observarlas de cerca con microscopio descubrió que sus puntas eran diminutos ganchos, de ahí que fuera difícil despegarlas de la ropa. Maestral decidió inventar un sistema que replicara el comportamiento de estas semillas y creó las populares tiras adhesivas que hoy incluyen decenas de prendas, como casi todo el calzado infantil. En los años 60, la NASA decidió incorporarlo en el equipamiento de los astronautas y el sistema comenzó a popularizarse. El repentino uso masivo, tanto para fines domésticos como deportivos (los trajes de los pilotos de carreras y esquiadores lo incorporaron a sus uniformes), ayudó a que la creencia de que los ingenieros de la NASA eran los creadores del velcro tomara fuerza.
El cine se ha encargado de que creamos que cuando un emperador bajaba su dedo pulgar, como Joaquin Phoenix en esta imagen de 'Gladiator', estaba sentenciando a muerte al gladiador.
Los emperadores romanos no sentenciaban a muerte a los gladiadores bajando el dedo
Lo que nos han contado. Vimos a Joaquin Phoenix (en el papel del emperador Cómodo) ejecutar este gesto en la oscarizada Gladiator (Riddley Scott , 2000) y lo tomamos por verdad absoluta. Por su parte, los libros, los cuadros, el cine y la televisión se han encargado de alimentar la leyenda haciendo creer al espectador que cuando un emperador bajaba su dedo pulgar en el circo romano lo que estaba haciendo era sentenciar a muerte al gladiador que se encontraba en desventaja en la arena.
Lo que realmente ocurrió. Todo lo contrario a lo que el cine nos ha mostrado. Si el emperador alzaba su pulgar estaba instando al gladiador vencedor a matar al gladiador vencido. Cuando el emperador quería salvar la vida del gladiador introducía su dedo pulgar en el puño cerrado de la mano opuesta. "Creer que los emperadores sentenciaban a muerte bajando el dedo pulgar es un error que nos colaron vía Hollywood. Realmente la sentencia de muerte se daba cuando el emperador romano levantaba el pulgar hacia arriba", explica a ICON la historiadora María F. Canet.
https://elpais.com/elpais/2018/09/05/icon/1536142770_672955.html
sábado, 26 de octubre de 2019
Pechuga y homofobia: la cadena de pollo frito que arrasa en Estados Unidos dura solo nueve días en Europa. Chick-fil-A abrió su primer local en el Reino Unido el 10 de octubre. Este fin de semana, tras días de protestas, ha anunciado que lo cerrará en 2020
Pechuga de pollo, pepinillos, sal cosher, pimienta negra, azúcar glass, harina, toneladas de fervor religioso y unas tazas de homofobia. La receta ha convertido a la cadena de comida rápida estadounidense Chick-fil-A (léase como chick fillet, o sea, “filete de pollo” en inglés) en una de las más rentables de Estados Unidos y un torrente continuo de noticias, boicots y subsiguientes antiboicots.
Si Chick-fil-A, que nació hace 73 años en Georgia, no suena al lector es porque no existe en España y sus intentos de recalar en Europa se han saldado con unas campañas de protestas que han indicado que sus filetes de pollo podrían tener cabida en el viejo continente, pero sus ideas no. La cadena tiene 2.361 establecimientos en Estados Unidos, uno en Canadá y otro en el Reino Unido. Pero este último, abierto hace nueve días, ha anunciado ya su cierre en 2020.
Existen en Chick-fil-A unas cuantas peculiaridades. Una de ellas es que no se encuentran en sus menús cubos de alitas o muslitos rebozados y crujientes, quizá la estampa más popular de otras grandes multinacionales especializadas en pollo como KFC (iniciales de Kentucky Fried Chicken) o Popeyes. En Chick-fil-A la única materia prima cárnica es la pechuga, de modo que no hay nada que se venda en sus establecimientos que tenga hueso.
Otra particularidad es que si acudimos un domingo a comprar un Chick-fil-A Chicken Sandwich, su plato estrella, encontraremos el local cerrado. El fundador de Chick-fil-A, Truett Cathy, tenía “una filosofía personal y laboral –se puede leer en la web oficial– basada en los principios bíblicos” y la decisión de cerrar los domingos “atiende a ideales que él consideró más importantes que los negocios”. Una práctica que cinco años después de su muerte en 2014, a los 93 años, su hijo Dan Cathy, que lo sucedió al frente de la compañía y tiene hoy 66 años, mantiene religiosamente. Si al séptimo día Dios descansó, los Cathy también.
El hueso que no existe en su menú se lo acaban de encontrar los Cathy en el Reino Unido. La apertura de su local en un centro comercial de Reading, ciudad de 350.000 habitantes en el sur de Inglaterra que vio nacer a Kate Middleton, Kate Winslet, Ricky Gervais o Charlie Brooker, era un movimiento clave para la empresa: la apertura de su primer restaurante fijo en Europa tras experimentar, en 2018, con un restaurante pop up (o sea, temporal) en Edimburgo, Escocia. Chick-fil-A no ha tenido mucha suerte fuera de EE UU: sus dos locales en Sudáfrica no duraron más de cinco años y en Canadá abrió un establecimiento el pasado seis de septiembre tras dos intentos anteriores que tampoco superaron los cinco años.
El pasado 10 de octubre, el primer Chick-fil-A de Europa abrió sus puertas en el centro comercial británico de Oracle Wall. Ese mismo día, unas 60 personas se apostaron en la puerta portando banderas del arcoíris. La manifestación, organizada por Reading Pride (Orgullo de Reading), tenía visos de continuar hasta que el local cerrase. "La actitud moral y ética de la cadena hacia las personas LGTBI va completamente en contra de nuestros valores y los del Reino Unido", anunciaron en un comunicado. Otra organización proderechos LGTBI del Reino Unido tuiteó: "¡Qué os píen, Chick-fil-A! ¡No sois bienvenidos!".
Y lo han conseguido. Nueve días después de su apertura, Chick-fil-A ha anunciado que cerrará su único establecimiento en Europa. Un representante del centro comercial ha dicho a la cadena BBC: "Siempre buscamos introducir nuevos conceptos para nuestros clientes, pero hemos decidido en esta ocasión que lo correcto es permitir que Chick-fil-A solo permanezca con nosotros durante el período inicial de seis meses y no extender el contrato de arrendamiento. La compañía, por su parte, ha declarado que abrir durante seis meses fue siempre su plan, como parte de una estrategia a largo plazo para expandirse internacionalmente".
¿Qué pasa exactamente con Chick-fil-A? En 2012, Dan Cathy, presidente de la compañía, provocó indignación en Estados Unidos al condenar el matrimonio igualitario en un programa de radio estadounidense: "Espero que Dios se apiade de esta generación que con tanto orgullo y arrogancia cree que podemos redefinir en qué consiste el matrimonio”. Un comentario que podría considerarse una opinión personal, privada y acorde a su moral. Pero resulta que su particular idea de lo que es o no es un matrimonio ha saltado a los libros de cuentas de su compañía: han donado cinco millones de dólares (4,4 millones de euros) a grupos de ultraderecha que han luchado políticamente para que no se legalizase el matrimonio igualitario en Estados Unidos y que, en algunos casos, como el de Exodus International, apoyan peligrosas terapias de reconversión.
Esta tormenta mediática hizo que en 2012 Chick-fil-A perdiese contratos promocionales (por ejemplo, con la compañía de Jim Henson, creador de Barrio Sésamo) y muchas ciudades boicoteasen la apertura de futuros locales (como San Francisco). La edición estadounidense del Huffpost consiguió declaraciones anónimas de empleados gais de la compañía que hablaron del vía crucis que atravesaban aquellos días, sirviendo sándwiches, nuggets, ensaladas y mac & cheese bajo un fuego cruzado de boicot y antiboicot: “A veces viene un cliente que te dice cosas como: ‘¡Me alegro de que no apoyéis a los maricones, aquí puedo comer en paz!' Y otras veces me gritan por ser un meapilas, conservador, cristiano homofóbico mientras sirvo la comida”.
Eso sí, mientras los grupos progresistas atacaban a la compañía, popes conservadores como Sarah Palin la apoyaban sin fisuras y publicaban en sus redes sociales fotos comiendo en los restaurantes y animando a sus seguidores a hacer lo mismo.
La actitud homofóbica de los dueños de Chick-fil-A infecta su política laboral. Por ejemplo, véase este detalle que parece no tener importancia hasta que se lo compara con otras compañías rivales. En la letra pequeña de la política de empleo de Chick-fil-A se puede leer: “No discriminamos laboralmente por razones de sexo, género, raza, color, religión, origen, ascendencia, ciudadanía, embarazo, edad, discapacidad física o mental, información genérica o condición de militar o veterano”.
Entre esos motivos de no discriminación no está la orientación sexual, dos palabras que sí incluye la política de empleo de McDonalds o la de Starbucks, dos de sus grandes competidoras en Estados Unidos. En todo caso, a Chick-fil-A le da igual porque toda esta controversia le ha venido bien en su país de origen. Si todo boicot tiene su contra-boicot, el de Chick-fil-A lo ha convertido en la cadena de comida rápida favorita del votante rabiosamente republicano, un cliente generoso y fiel. Según un informe de Kalinowski Equity Research, sus cuentas no han hecho más que crecer en los últimos años y a finales de 2018 acariciaba la posibilidad de convertirse en la tercera cadena de comida rápida más rentable de Estados Unidos tras, Starbucks y McDonalds.
Porque en esta historia de pollos sin hueso y firmes creencias bíblicas hay un tercer elemento que añadir a la trama y que tiene que ver, esta vez por fin, con la comida en sí: el sándwich de pollo es realmente espectacular. “¿Qué debes comer si te gusta tanto el pollo como los derechos igualitarios?”, se preguntó The Guardian el pasado marzo.
Hasta Pete Buttigieg, aspirante a ser candidato demócrata en las elecciones de 2020 y abiertamente gay, dijo en una entrevista de radio a la cadena neoyorquina 105.1: “No apruebo sus políticas, pero debo decir que sí apruebo su pollo”.
La respuesta de la empresa a las críticas a sus políticas siempre suele ser un comunicado parecido a este que lanzaron cuando el aeropuerto de San Antonio (Texas, Estados Unidos) rechazó que uno de sus locales abriese en sus terminales. "Las 140.000 personas que sirven a los clientes de nuestros restaurantes todos los días representan y aceptan a toda la gente, sin tener en cuenta su raza, género, etnia, orientación sexual o identidad de género". Mientras Chick-fil-A lanza mensajes tibios, su competencia de KFC aprovecha la situación y cuelga en sus letreros luminosos mensajes como este: "¡Pollos deliciosos y servidos sin odio!".
https://elpais.com/elpais/2019/10/21/icon/1571659939_921438.html
Si Chick-fil-A, que nació hace 73 años en Georgia, no suena al lector es porque no existe en España y sus intentos de recalar en Europa se han saldado con unas campañas de protestas que han indicado que sus filetes de pollo podrían tener cabida en el viejo continente, pero sus ideas no. La cadena tiene 2.361 establecimientos en Estados Unidos, uno en Canadá y otro en el Reino Unido. Pero este último, abierto hace nueve días, ha anunciado ya su cierre en 2020.
Existen en Chick-fil-A unas cuantas peculiaridades. Una de ellas es que no se encuentran en sus menús cubos de alitas o muslitos rebozados y crujientes, quizá la estampa más popular de otras grandes multinacionales especializadas en pollo como KFC (iniciales de Kentucky Fried Chicken) o Popeyes. En Chick-fil-A la única materia prima cárnica es la pechuga, de modo que no hay nada que se venda en sus establecimientos que tenga hueso.
Otra particularidad es que si acudimos un domingo a comprar un Chick-fil-A Chicken Sandwich, su plato estrella, encontraremos el local cerrado. El fundador de Chick-fil-A, Truett Cathy, tenía “una filosofía personal y laboral –se puede leer en la web oficial– basada en los principios bíblicos” y la decisión de cerrar los domingos “atiende a ideales que él consideró más importantes que los negocios”. Una práctica que cinco años después de su muerte en 2014, a los 93 años, su hijo Dan Cathy, que lo sucedió al frente de la compañía y tiene hoy 66 años, mantiene religiosamente. Si al séptimo día Dios descansó, los Cathy también.
El hueso que no existe en su menú se lo acaban de encontrar los Cathy en el Reino Unido. La apertura de su local en un centro comercial de Reading, ciudad de 350.000 habitantes en el sur de Inglaterra que vio nacer a Kate Middleton, Kate Winslet, Ricky Gervais o Charlie Brooker, era un movimiento clave para la empresa: la apertura de su primer restaurante fijo en Europa tras experimentar, en 2018, con un restaurante pop up (o sea, temporal) en Edimburgo, Escocia. Chick-fil-A no ha tenido mucha suerte fuera de EE UU: sus dos locales en Sudáfrica no duraron más de cinco años y en Canadá abrió un establecimiento el pasado seis de septiembre tras dos intentos anteriores que tampoco superaron los cinco años.
El pasado 10 de octubre, el primer Chick-fil-A de Europa abrió sus puertas en el centro comercial británico de Oracle Wall. Ese mismo día, unas 60 personas se apostaron en la puerta portando banderas del arcoíris. La manifestación, organizada por Reading Pride (Orgullo de Reading), tenía visos de continuar hasta que el local cerrase. "La actitud moral y ética de la cadena hacia las personas LGTBI va completamente en contra de nuestros valores y los del Reino Unido", anunciaron en un comunicado. Otra organización proderechos LGTBI del Reino Unido tuiteó: "¡Qué os píen, Chick-fil-A! ¡No sois bienvenidos!".
Y lo han conseguido. Nueve días después de su apertura, Chick-fil-A ha anunciado que cerrará su único establecimiento en Europa. Un representante del centro comercial ha dicho a la cadena BBC: "Siempre buscamos introducir nuevos conceptos para nuestros clientes, pero hemos decidido en esta ocasión que lo correcto es permitir que Chick-fil-A solo permanezca con nosotros durante el período inicial de seis meses y no extender el contrato de arrendamiento. La compañía, por su parte, ha declarado que abrir durante seis meses fue siempre su plan, como parte de una estrategia a largo plazo para expandirse internacionalmente".
¿Qué pasa exactamente con Chick-fil-A? En 2012, Dan Cathy, presidente de la compañía, provocó indignación en Estados Unidos al condenar el matrimonio igualitario en un programa de radio estadounidense: "Espero que Dios se apiade de esta generación que con tanto orgullo y arrogancia cree que podemos redefinir en qué consiste el matrimonio”. Un comentario que podría considerarse una opinión personal, privada y acorde a su moral. Pero resulta que su particular idea de lo que es o no es un matrimonio ha saltado a los libros de cuentas de su compañía: han donado cinco millones de dólares (4,4 millones de euros) a grupos de ultraderecha que han luchado políticamente para que no se legalizase el matrimonio igualitario en Estados Unidos y que, en algunos casos, como el de Exodus International, apoyan peligrosas terapias de reconversión.
Esta tormenta mediática hizo que en 2012 Chick-fil-A perdiese contratos promocionales (por ejemplo, con la compañía de Jim Henson, creador de Barrio Sésamo) y muchas ciudades boicoteasen la apertura de futuros locales (como San Francisco). La edición estadounidense del Huffpost consiguió declaraciones anónimas de empleados gais de la compañía que hablaron del vía crucis que atravesaban aquellos días, sirviendo sándwiches, nuggets, ensaladas y mac & cheese bajo un fuego cruzado de boicot y antiboicot: “A veces viene un cliente que te dice cosas como: ‘¡Me alegro de que no apoyéis a los maricones, aquí puedo comer en paz!' Y otras veces me gritan por ser un meapilas, conservador, cristiano homofóbico mientras sirvo la comida”.
Eso sí, mientras los grupos progresistas atacaban a la compañía, popes conservadores como Sarah Palin la apoyaban sin fisuras y publicaban en sus redes sociales fotos comiendo en los restaurantes y animando a sus seguidores a hacer lo mismo.
La actitud homofóbica de los dueños de Chick-fil-A infecta su política laboral. Por ejemplo, véase este detalle que parece no tener importancia hasta que se lo compara con otras compañías rivales. En la letra pequeña de la política de empleo de Chick-fil-A se puede leer: “No discriminamos laboralmente por razones de sexo, género, raza, color, religión, origen, ascendencia, ciudadanía, embarazo, edad, discapacidad física o mental, información genérica o condición de militar o veterano”.
Entre esos motivos de no discriminación no está la orientación sexual, dos palabras que sí incluye la política de empleo de McDonalds o la de Starbucks, dos de sus grandes competidoras en Estados Unidos. En todo caso, a Chick-fil-A le da igual porque toda esta controversia le ha venido bien en su país de origen. Si todo boicot tiene su contra-boicot, el de Chick-fil-A lo ha convertido en la cadena de comida rápida favorita del votante rabiosamente republicano, un cliente generoso y fiel. Según un informe de Kalinowski Equity Research, sus cuentas no han hecho más que crecer en los últimos años y a finales de 2018 acariciaba la posibilidad de convertirse en la tercera cadena de comida rápida más rentable de Estados Unidos tras, Starbucks y McDonalds.
Porque en esta historia de pollos sin hueso y firmes creencias bíblicas hay un tercer elemento que añadir a la trama y que tiene que ver, esta vez por fin, con la comida en sí: el sándwich de pollo es realmente espectacular. “¿Qué debes comer si te gusta tanto el pollo como los derechos igualitarios?”, se preguntó The Guardian el pasado marzo.
Hasta Pete Buttigieg, aspirante a ser candidato demócrata en las elecciones de 2020 y abiertamente gay, dijo en una entrevista de radio a la cadena neoyorquina 105.1: “No apruebo sus políticas, pero debo decir que sí apruebo su pollo”.
La respuesta de la empresa a las críticas a sus políticas siempre suele ser un comunicado parecido a este que lanzaron cuando el aeropuerto de San Antonio (Texas, Estados Unidos) rechazó que uno de sus locales abriese en sus terminales. "Las 140.000 personas que sirven a los clientes de nuestros restaurantes todos los días representan y aceptan a toda la gente, sin tener en cuenta su raza, género, etnia, orientación sexual o identidad de género". Mientras Chick-fil-A lanza mensajes tibios, su competencia de KFC aprovecha la situación y cuelga en sus letreros luminosos mensajes como este: "¡Pollos deliciosos y servidos sin odio!".
https://elpais.com/elpais/2019/10/21/icon/1571659939_921438.html
viernes, 25 de octubre de 2019
_- “Hay un ímpetu para llevar el periodismo a otros horizontes” El reportero de 'The New York Times' produce la primera incursión del periódico en el mundo televisivo
_- Jason Stallman no ha salido de The New York Times en 17 años, y sin embargo ahora se ve produciendo un programa de televisión. Tras el éxito mundial de The Daily, un podcast diario de noticias producido en la redacción neoyorquina, el periódico ha decidido continuar experimentando con The Weekly, esta vez un programa semanal televisivo de reportajes. Desde su estreno en Estados Unidos el pasado julio, primero en la cadena por cable FX y luego en el servicio de streaming Hulu, The Weekly ha investigado desde la injerencia rusa en las elecciones de 2016 al enjaulamiento de menores inmigrantes; ha explorado la influencia ultraconservadora que algunos canales de YouTube ejercen en la política brasileña y cuestionado el proceso de fabricación de iPhones en China. Stallman, productor ejecutivo, vino a Madrid a presentar la serie, cuyos primeros capítulos se pueden ver ahora en Movistar +. La serie completa empezará a emitirse el 12 de noviembre en el canal Odisea.
Pregunta. ¿Qué lleva a un periódico con un legado centenario en prensa escrita a la televisión?
Respuesta. En el Times siempre buscamos aumentar nuestra audiencia. Al haber tenido un gran resultado con The Daily, pensamos cuál era la siguiente plataforma con la que aún no habíamos experimentado seriamente. Y era ésta, resultaba obvio. Debíamos tratar de alcanzar un público de dimensiones televisivas.
P. ¿No es una plataforma incómoda? Una redacción de prensa escrita no habla necesariamente lenguaje audiovisual.
R. Cuando empecé a trabajar en el Times hace 17 años, este era, antes que nada, un periódico impreso. Todo giraba alrededor de la edición en papel. Ahora es una organización digital con una web leída en todo el mundo, aplicaciones para móviles y varios podcasts. No digo que hacer televisión sea fácil, pero hay un ímpetu por llevar el periodismo que hacemos desde hace cientos de años a otros horizontes.
P. ¿Cómo logran que la maquinaria de un periódico escrito produzca un programa de televisión?
R. En The New York Times no sabemos hacer documentales, pero nos asociamos con una productora de periodistas televisivos, Left/Right, que sí sabe. El proceso es que escuchamos las propuestas de nuestros periodistas y cuando encontramos una que pueda funcionar como documental de 30 minutos, juntamos a esos periodistas con la productora. Van adónde tengan que ir, reúnen el material que necesiten, y, de vuelta en Nueva York, Left/Right empieza a montar el capítulo. Luego mi equipo de editores lo supervisa para asegurarse de que sea algo que tenga sentido dentro de The New York Times.
P. En el resultado final, ¿qué porcentaje es Times y qué porcentaje, trabajo externalizado?
R. Es difícil hablar de porcentajes. El reportero del Times nos da la idea, el acceso a las fuentes, y el enfoque. Lo es todo.
P. ¿Cómo dieron con el formato? La duración, por ejemplo, de 30 minutos, debe marcar mucho el tono y el contenido.
R. La televisión tradicional nos exigía encajar en una franja o bien de 30 minutos o bien de una hora. FX, la cadena de televisión por cable, nos compró la idea por lo que al final son 25 minutos más anuncios. Luego en la práctica hay historias demasiado grandes y complicadas para despacharlas en media hora. FX nos permite extendernos a una hora. Podemos cambiar el formato si no nos sirve.
P. Es interesante que, en plena transformación digital, el periódico acabe con una apuesta de televisión tradicional.
R. El equipo del Times que fue a Hollywood a vender el proyecto decidió que lo mejor era la combinación FX y Hulu. FX está en 90 millones de hogares [por comparación, Hulu tiene 25 millones de suscriptores; Netflix, 60]. Luego Hulu nos permite estar en un servicio de streaming.
P. ¿Qué no les ha funcionado?
R. Recuerdo cuando, hablando de la influencia de Facebook en las elecciones de 2016, nos dijeron: “En Brasil es aún peor”. Aquella historia era fascinante pero fue complicado encajarlo todo en 25 minutos. Aquel capítulo quedó particularmente denso.
P. Una seña de identidad del programa son las imágenes del trabajo de los periodistas. ¿Sienten que la transparencia es una exigencia cada vez más ineludible para los periodistas?
R. Necesitábamos un recurso narrativo para que el espectador encontrase su guía en la historia. Tomamos la decisión de no tener presentador, queríamos que el protagonismo recayese en el periodista de The New York Times que mejor conociese la historia. Pero, de esta forma, el espectador puede desorientarse. Así que, por pura necesidad narrativa, dependemos de que el periodista guíe al público. Estás con él o ella cuando entrevista, cuando descubre algo, cuando revisa documentos. Pero al tener 25 minutos, debes tomar la decisión sobre cuánto reporterismo quieres incluir y al final es una dosis muy pequeña.
P. ¿Les gustaría incluir más?
R. Nos consta que hay gente a la que le fascina el proceso. Rukimini [Callimachi, la reportera del Times centrada en el extremismo islámico], que ha entrevistado a docenas de terroristas del ISIS, nos decía: “Pero si es solo una entrevista más”. Y no lo es. Es una oportunidad enorme para algunos lectores. Pero dicho esto, el programa no debería centrarse en procesos y técnicas periodísticas. Es sobre ISIS, inmigración o Trump, con toques de reporterismo.
P. ¿La presencia de la imagen dificulta la relación entre información y entretenimiento?
R. Para mí es igual que cuando redactaba. El objetivo es entregar la historia más interesante y llamativa posible, lo que no quiere decir que te inventes cosas o te tomes libertades con los hechos. No nos estamos alejando del periodismo. Hacemos lo mismo en otra plataforma.
https://elpais.com/cultura/2019/10/23/television/1571842508_816166.html
Pregunta. ¿Qué lleva a un periódico con un legado centenario en prensa escrita a la televisión?
Respuesta. En el Times siempre buscamos aumentar nuestra audiencia. Al haber tenido un gran resultado con The Daily, pensamos cuál era la siguiente plataforma con la que aún no habíamos experimentado seriamente. Y era ésta, resultaba obvio. Debíamos tratar de alcanzar un público de dimensiones televisivas.
P. ¿No es una plataforma incómoda? Una redacción de prensa escrita no habla necesariamente lenguaje audiovisual.
R. Cuando empecé a trabajar en el Times hace 17 años, este era, antes que nada, un periódico impreso. Todo giraba alrededor de la edición en papel. Ahora es una organización digital con una web leída en todo el mundo, aplicaciones para móviles y varios podcasts. No digo que hacer televisión sea fácil, pero hay un ímpetu por llevar el periodismo que hacemos desde hace cientos de años a otros horizontes.
P. ¿Cómo logran que la maquinaria de un periódico escrito produzca un programa de televisión?
R. En The New York Times no sabemos hacer documentales, pero nos asociamos con una productora de periodistas televisivos, Left/Right, que sí sabe. El proceso es que escuchamos las propuestas de nuestros periodistas y cuando encontramos una que pueda funcionar como documental de 30 minutos, juntamos a esos periodistas con la productora. Van adónde tengan que ir, reúnen el material que necesiten, y, de vuelta en Nueva York, Left/Right empieza a montar el capítulo. Luego mi equipo de editores lo supervisa para asegurarse de que sea algo que tenga sentido dentro de The New York Times.
P. En el resultado final, ¿qué porcentaje es Times y qué porcentaje, trabajo externalizado?
R. Es difícil hablar de porcentajes. El reportero del Times nos da la idea, el acceso a las fuentes, y el enfoque. Lo es todo.
P. ¿Cómo dieron con el formato? La duración, por ejemplo, de 30 minutos, debe marcar mucho el tono y el contenido.
R. La televisión tradicional nos exigía encajar en una franja o bien de 30 minutos o bien de una hora. FX, la cadena de televisión por cable, nos compró la idea por lo que al final son 25 minutos más anuncios. Luego en la práctica hay historias demasiado grandes y complicadas para despacharlas en media hora. FX nos permite extendernos a una hora. Podemos cambiar el formato si no nos sirve.
P. Es interesante que, en plena transformación digital, el periódico acabe con una apuesta de televisión tradicional.
R. El equipo del Times que fue a Hollywood a vender el proyecto decidió que lo mejor era la combinación FX y Hulu. FX está en 90 millones de hogares [por comparación, Hulu tiene 25 millones de suscriptores; Netflix, 60]. Luego Hulu nos permite estar en un servicio de streaming.
P. ¿Qué no les ha funcionado?
R. Recuerdo cuando, hablando de la influencia de Facebook en las elecciones de 2016, nos dijeron: “En Brasil es aún peor”. Aquella historia era fascinante pero fue complicado encajarlo todo en 25 minutos. Aquel capítulo quedó particularmente denso.
P. Una seña de identidad del programa son las imágenes del trabajo de los periodistas. ¿Sienten que la transparencia es una exigencia cada vez más ineludible para los periodistas?
R. Necesitábamos un recurso narrativo para que el espectador encontrase su guía en la historia. Tomamos la decisión de no tener presentador, queríamos que el protagonismo recayese en el periodista de The New York Times que mejor conociese la historia. Pero, de esta forma, el espectador puede desorientarse. Así que, por pura necesidad narrativa, dependemos de que el periodista guíe al público. Estás con él o ella cuando entrevista, cuando descubre algo, cuando revisa documentos. Pero al tener 25 minutos, debes tomar la decisión sobre cuánto reporterismo quieres incluir y al final es una dosis muy pequeña.
P. ¿Les gustaría incluir más?
R. Nos consta que hay gente a la que le fascina el proceso. Rukimini [Callimachi, la reportera del Times centrada en el extremismo islámico], que ha entrevistado a docenas de terroristas del ISIS, nos decía: “Pero si es solo una entrevista más”. Y no lo es. Es una oportunidad enorme para algunos lectores. Pero dicho esto, el programa no debería centrarse en procesos y técnicas periodísticas. Es sobre ISIS, inmigración o Trump, con toques de reporterismo.
P. ¿La presencia de la imagen dificulta la relación entre información y entretenimiento?
R. Para mí es igual que cuando redactaba. El objetivo es entregar la historia más interesante y llamativa posible, lo que no quiere decir que te inventes cosas o te tomes libertades con los hechos. No nos estamos alejando del periodismo. Hacemos lo mismo en otra plataforma.
https://elpais.com/cultura/2019/10/23/television/1571842508_816166.html
jueves, 24 de octubre de 2019
¿Qué leer de Santos Juliá? Cinco ensayos esenciales del historiador que indagó durante más de cuatro décadas el pasado reciente
Santos Juliá pasó 42 años haciendo historia política y social de la España contemporánea. Entre el ramillete de temas que le obsesionaron como historiador figuran: la violencia política (coordinó el libro Víctimas de la Guerra Civil, que documentó 120.000 muertos civiles durante el conflicto); el papel de los intelectuales; el eterno problema de España; y, sobre todo, Manuel Azaña (fue el editor de sus Obras Completas en siete volúmenes publicados por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y Taurus en 2008). Aquí, un recorrido apresurado por cinco ensayos esenciales.
Historias de las dos Españas (Taurus, 2004).
Premiado con el Nacional de Historia, el ensayo ahondaba en uno de los temas que más ha apasionado al historiador: el papel de los intelectuales y el sempiterno debate alrededor de la idea —y el problema— de España. Es con el desastre del 98 cuando se agudiza esa conciencia problemática de España, que va dividiendo a los intelectuales: liberales ilustrados frente a católicos tradicionales, nuevos frente a viejos. "Los intelectuales representaron la historia como la escisión entre dos Españas, una escisión que finalmente se cerró con la generación de Sánchez Ferlosio, Alfonso Carlos Comín o Carlos Barral y otros muchos más, cuando se presentan como hijos de vencedores y vencidos, cerrando ese relato, eliminando la escisión entre vencedores y vencidos".
Vida y tiempo de Manuel Azaña
Vida y tiempo de Manuel Azaña 1880-1940 (Taurus, 2008). En 2008 el historiador volvió a uno de sus personajes esenciales. Fue la evidencia de que era un perfeccionista. En 1990 había publicado la biografía del presidente de la República que, de alguna manera, fue la catapulta hacia la reivindicación histórica de un hombre denostado y ninguneado durante la larga dictadura. Juliá creía que aquel texto resultaba desequilibrado: "Manca de la guerra y del destierro, coja de juventud e hinchada sobremanera de la República". También fue su despedida de Azaña: "No puedo decir que sea la obra definitiva. Azaña tiene muchas caras, pero, por lo que a mí respecta, es el último".
Camarada Javier Pradera
Camarada Pradera (Galaxia Gutenberg, 2012). Una obra trabajada con el rigor del historiador y el calor del amigo. “Javier, y muchos como él arriesgaron mucho", recordaba Juliá en la presentación del libro en noviembre de 2012, "Javier puso en juego su carrera a los 19 años, cuando decidió entrar en el PCE al mismo tiempo que preparaba las oposiciones para acceder al cuerpo jurídico del Ejército del Aire”. La gran pregunta que le empujó a poner en pie este libro sobre Javier Pradera, editor, columnista y fundador del diario EL PAÍS y de la revista Claves de Razón Práctica, fue averiguar por qué los hijos de los vencedores de la Guerra Civil se aferraron a la causa de los vencidos y la hicieron suya.
Nosotros los abajo firmantes
Nosotros, los abajo firmantes. Una historia de España a través de manifiestos y protestas (Galaxia Gutenberg, 2014). A partir de 446 escritos (manifiestos, cartas, artículos, declaraciones…) que representan una voz colectiva y que aspiran a influir sobre las acciones de Gobierno, Juliá reconstruye las convulsiones del pasado reciente español, desde el desastre político de 1898 al desastre económico de 2008. También analiza la evolución de la figura del intelectual —un concepto que él encuentra por vez primera en una carta de Unamuno de 1896, en la que pide clemencia para un anarquista— a lo largo de un siglo. "Del intelectual-profeta se pasa al observador comprometido con valores universales. Con la Red se multiplican los manifiestos. Puede provocar una banalización y ruido, pero es un elemento movilizador como nunca ha habido, como vimos con la defensa de la sanidad pública en Madrid. Aumenta la conciencia crítica, muy importante para la consolidación de la democracia del futuro. El intelectual ya no tiene púlpito pero sí un lugar en el escenario”, escribió Juliá. La obra recibió el Premio Internacional de Ensayo Caballero Bonald en 2015.
Transición
Santos Julia Transición (Galaxia Gutenberg, 2017). Desde 1937, cuando surge el término transición, de la mano de Manuel Azaña y otros intelectuales franceses, hasta la convulsión independentista del otoño de 2017 en Cataluña, Santos Juliá armó este libro que recibió el premio Francisco Umbral y el Premio del Gremio de Libreros de Madrid al mejor ensayo de 2018. En los últimos años, tras el cuestionamiento político de aquel periodo, Juliá se había erigido en una de las voces más críticas contra algunas falsas creencias atribuidas a la Transición, como la gestación del bipartidismo. “Es otro invento. Nadie tuvo mayoría. En el Congreso que sale de las primeras elecciones se encuentran gentes que venían de la Administración del Estado y del PCE. Fraga le veía la cara a Pasionaria. En aquel semicírculo se sentaba gente que se había matado. ¿Qué pueden hacer 350 personas que vienen unos de la oposición y otros del régimen, que son tradiciones excluyentes? Ponerse de acuerdo. Y la posibilidad de que gente que se ha estado matando se pueda volver a hablar, y que tiene una protohistoria anterior a la muerte de Franco, es insólita, no había ocurrido jamás en nuestra historia”, explicó el autor en un encuentro en 2014.
https://elpais.com/cultura/2019/10/23/television/1571842508_816166.html
Historias de las dos Españas (Taurus, 2004).
Premiado con el Nacional de Historia, el ensayo ahondaba en uno de los temas que más ha apasionado al historiador: el papel de los intelectuales y el sempiterno debate alrededor de la idea —y el problema— de España. Es con el desastre del 98 cuando se agudiza esa conciencia problemática de España, que va dividiendo a los intelectuales: liberales ilustrados frente a católicos tradicionales, nuevos frente a viejos. "Los intelectuales representaron la historia como la escisión entre dos Españas, una escisión que finalmente se cerró con la generación de Sánchez Ferlosio, Alfonso Carlos Comín o Carlos Barral y otros muchos más, cuando se presentan como hijos de vencedores y vencidos, cerrando ese relato, eliminando la escisión entre vencedores y vencidos".
Vida y tiempo de Manuel Azaña
Vida y tiempo de Manuel Azaña 1880-1940 (Taurus, 2008). En 2008 el historiador volvió a uno de sus personajes esenciales. Fue la evidencia de que era un perfeccionista. En 1990 había publicado la biografía del presidente de la República que, de alguna manera, fue la catapulta hacia la reivindicación histórica de un hombre denostado y ninguneado durante la larga dictadura. Juliá creía que aquel texto resultaba desequilibrado: "Manca de la guerra y del destierro, coja de juventud e hinchada sobremanera de la República". También fue su despedida de Azaña: "No puedo decir que sea la obra definitiva. Azaña tiene muchas caras, pero, por lo que a mí respecta, es el último".
Camarada Javier Pradera
Camarada Pradera (Galaxia Gutenberg, 2012). Una obra trabajada con el rigor del historiador y el calor del amigo. “Javier, y muchos como él arriesgaron mucho", recordaba Juliá en la presentación del libro en noviembre de 2012, "Javier puso en juego su carrera a los 19 años, cuando decidió entrar en el PCE al mismo tiempo que preparaba las oposiciones para acceder al cuerpo jurídico del Ejército del Aire”. La gran pregunta que le empujó a poner en pie este libro sobre Javier Pradera, editor, columnista y fundador del diario EL PAÍS y de la revista Claves de Razón Práctica, fue averiguar por qué los hijos de los vencedores de la Guerra Civil se aferraron a la causa de los vencidos y la hicieron suya.
Nosotros los abajo firmantes
Nosotros, los abajo firmantes. Una historia de España a través de manifiestos y protestas (Galaxia Gutenberg, 2014). A partir de 446 escritos (manifiestos, cartas, artículos, declaraciones…) que representan una voz colectiva y que aspiran a influir sobre las acciones de Gobierno, Juliá reconstruye las convulsiones del pasado reciente español, desde el desastre político de 1898 al desastre económico de 2008. También analiza la evolución de la figura del intelectual —un concepto que él encuentra por vez primera en una carta de Unamuno de 1896, en la que pide clemencia para un anarquista— a lo largo de un siglo. "Del intelectual-profeta se pasa al observador comprometido con valores universales. Con la Red se multiplican los manifiestos. Puede provocar una banalización y ruido, pero es un elemento movilizador como nunca ha habido, como vimos con la defensa de la sanidad pública en Madrid. Aumenta la conciencia crítica, muy importante para la consolidación de la democracia del futuro. El intelectual ya no tiene púlpito pero sí un lugar en el escenario”, escribió Juliá. La obra recibió el Premio Internacional de Ensayo Caballero Bonald en 2015.
Transición
Santos Julia Transición (Galaxia Gutenberg, 2017). Desde 1937, cuando surge el término transición, de la mano de Manuel Azaña y otros intelectuales franceses, hasta la convulsión independentista del otoño de 2017 en Cataluña, Santos Juliá armó este libro que recibió el premio Francisco Umbral y el Premio del Gremio de Libreros de Madrid al mejor ensayo de 2018. En los últimos años, tras el cuestionamiento político de aquel periodo, Juliá se había erigido en una de las voces más críticas contra algunas falsas creencias atribuidas a la Transición, como la gestación del bipartidismo. “Es otro invento. Nadie tuvo mayoría. En el Congreso que sale de las primeras elecciones se encuentran gentes que venían de la Administración del Estado y del PCE. Fraga le veía la cara a Pasionaria. En aquel semicírculo se sentaba gente que se había matado. ¿Qué pueden hacer 350 personas que vienen unos de la oposición y otros del régimen, que son tradiciones excluyentes? Ponerse de acuerdo. Y la posibilidad de que gente que se ha estado matando se pueda volver a hablar, y que tiene una protohistoria anterior a la muerte de Franco, es insólita, no había ocurrido jamás en nuestra historia”, explicó el autor en un encuentro en 2014.
https://elpais.com/cultura/2019/10/23/television/1571842508_816166.html
miércoles, 23 de octubre de 2019
ENTREVISTA Gonzalo Pontón: “Los intelectuales catalanes han sido muy cobardes” El creador de los sellos Crítica y Pasado & Presente es investido doctor 'honoris causa' por la Universidad Pompeu Fabra
Suele ir directo a la bibliografía, busca lo que llama “títulos vertebradores” de la materia y si no aparecen o están desfasados, decide no incorporar ese libro a su catálogo. Es uno de los infalibles trucos con los que Gonzalo Pontón (Barcelona, 1944), creador de sellos como Crítica y Pasado & Presente y autor de La lucha por la desigualdad,* se ha convertido, tras 55 años de labor, en el editor más emblemático de ensayo e historia de España desde la Transición. “Un referente en la difusión del pensamiento histórico, político, humanístico, literario y científico de máxima categoría intelectual”, según la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, que hoy le inviste por ello doctor honoris causa.
Pregunta Llegó a la industria del libro muy precoz, con 14 años.
Respuesta. Estaba como enloquecido con la lectura: me escapaba de clase para ir a leer a casa; mi padre, cubano, emigró a España con, no sé por qué, una de las maletas cargada de libros, del que aún recuerdo El fin de una raza, de Pereda; luego, en casa de un amigo vi que trabajaba con galeradas, y me cedió algunas: ¡cobrar por leer: pagaban a 50 céntimos!; luego pasó a Ariel y yo entré ahí en 1964 como aprendiz de corrector.
De Manuel Sacristán aprendí lo que es la responsabilidad intelectual: le vi pasarse dos días consultando para saber si mercado debía traducirlo por concurrencia o competencia
P. Y en 1973 ya era su director editorial.
R. Ariel era un intento de reconectar intelectualmente con la República. Alexandre Argullós, uno de sus fundadores, necesitaba un ayudante: con los autores se mantenía una gran correspondencia; yo me acabé encargando también de gestionar las traducciones y así conocí a dos colaboradores capitales en mi vida: Manuel Sacristán y Josep Fontana. De Sacristán aprendí lo que es la responsabilidad intelectual: le vi pasarse dos días consultando para saber si mercado debía traducirlo por concurrencia o competencia.
P. En ese periodo, coincidiría con la gauche divine…
Las élites no quieren compartir el control del conocimiento real; el sistema capitalista conspira contra el conocimiento y, en consecuencia, contra la igualdad
R. Siempre menosprecié a la gauche divine, incluida la editorial; me provocaban dolor de estómago: su mundo no tenía nada que ver con el mío; nunca me he dedicado a las relaciones públicas... Cuando muchos de aquellos editores llegaban a sus despachos a media mañana tras intensas noches en Bocaccio, yo hacía tres horas que estaba en el mío: mis jornadas siempre han sido de 14 y 15 horas...
P. También acabó haciendo libros muy distintos de los suyos.
R. A pesar de que la edición ha ido a peor desde entonces, siempre he pensado que los libros hacen una labor en España que la universidad, ni la franquista ni la democrática, ha hecho: que el conocimiento traspase sus paredes y la cultura llegue a la gente: nunca he hecho libros solo para la tribu académica; ese fue el planteamiento de Crítica desde el primer día, cuando la fundé en 1976, con ayuda de Juan Grijalbo.
P. ¿No han cambiado las cosas?
Para ser editor de no ficción hace falta conocimiento: de ahí que me rodeara de gente como Sacristán, Josep Fontana, Jordi Nadal, Francisco Rico…
R. Nada. En el XVIII, los grandes editores intelectuales tiraban entre 1.500 y 2.000 ejemplares; 300 años después, desde Pasado & Presente hacemos los mismos. Es inquietante que esta élite lectora no crezca; no es democrático lo que pasa con el conocimiento en España. Que la gente se escandalice por lo que dicen los de Vox de las Trece Rosas republicanas… Somos ignorantes, es como decir que la Tierra es plana: he publicado al menos 20 libros donde se ha explicado…
P. ¿Dónde está el problema, pues?
Siempre he pensado que si una editorial gana dinero, ese dinero ha de ser para reinvertir en ella y no para que juegue con él el amo del capital
R. En que vivimos en un mundo en el que las élites no quieren compartir el control del conocimiento real; el sistema capitalista conspira contra el conocimiento y, en consecuencia, contra la igualdad; y no nos engañemos: sí, estamos ante la generación más titulada, pero no es la más preparada. Si a ello se añade que al ser humano le da pereza pensar… En ese sentido, como editor he fracasado.
P. Pero ha vendido más de 60.000 biografías del Conde Duque de Olivares de Elliott, ha convertido la Historia de España de Pierre Vilar, los diarios de Azaña o la Historia del tiempo de Stephen Hawking, cuyos derechos adquirió por solo 20.000 dólares, en best-sellers. Ha tenido buena nariz: Fontana, Antony Beevor, El florido pensil…
R. El olfato es para la narrativa, no para el ensayo; si eres analfabeto puedes ser un editor literario, como lo fueron Juan Grijalbo, Juan Salvat o Lara padre, que se guiaban por elementos externos al libro: la actualidad, el sexo, la última polémica, lo más vendido en otro país; pero para serlo de no ficción hace falta conocimiento: de ahí que me rodeara de gente como Sacristán, Fontana, Jordi Nadal, Francisco Rico…
P. La leyenda dice que rechazó para Crítica la biografía de Franco de Paul Preston porque no le gustó y la desvió a otro sello del grupo, Grijalbo…
Muchos se llaman editores, pero son solo capitalistas del producto libro
R. No es cierto: la regalé para ayudar a Grijalbo, donde hacía muy poco había aterrizado como editor Daniel Fernández. En cualquier caso, he sido un editor muy duro: cuando mando, soy despótico.
P. ¿Algún modelo de editor?
R. Javier Pradera; es el que más me ha fascinado: era muy inteligente, conocía perfectamente la cadena del libro; inspirándome en él creé Ariel Quincenal, libros a 50 pesetas para gente que quería leer y no tenía dinero: en 1968 vendíamos 15.000 ejemplares.
P. Allí donde ha ido, Ariel, Crítica, Pasado & Presente, le han seguido sus autores. ¿Cómo ha logrado fidelizarlos?
R. Me he implicado mucho siempre en su labor, he tejido complicidades; muchos de sus originales eran temas muy interesantes, pero no lo sabían comunicar y yo les he ayudado; y luego he tenido mucha paciencia, nunca les he presionado: quería que quedaran satisfechos de su trabajo, independientemente de lo que habíamos firmado en el contrato.
P. En noviembre de 1998 abandonó Grijalbo-Mondadori por diferencias con sus directivos y salió de Planeta en 2009 con una jubilación forzosa y sin su sello Crítica. Usted mismo se ha definido como “un tipo molesto”…
R. Mi amigo editor André Schiffrin hablaba del mercado como la nueva censura, pero ese mercado es el de toda la vida. La edición es un negocio capitalista como cualquier otro y se ha de saber jugar dentro del sistema y yo he jugado y he hecho ganar muchos millones a mis amos con sus editoriales; soy un muy buen CEO: Crítica, con sus 2.500 títulos, nunca perdió dinero, como tampoco lo pierden los 100 que ya he publicado en Pasado & Presente; pero también siempre he pensado que si una editorial gana dinero, ese dinero ha de ser para reinvertir en ella y no para que juegue con él el amo del capital; he tratado de robarles dividendos para hacer más libros; por eso soy un tipo incómodo para ellos; no tengo su cultura empresarial, el gen depredador que se ha de tener para ser directivo de Planeta, por ejemplo… Mucha de esa gente se llaman editores, pero son solo capitalistas del producto libro.
P. Un producto libro que compite y sueña, a la vez, con plataformas audiovisuales…
R. Netflix es el nuevo panem et circenses, el juguete de moda para distraer a la gente, la última zanahoria de la televisión, que se ha quedado con la clientela que tenía antes la religión.
P. Como editor, ¿cómo valora la bibliografía que ha generado el procés?
R. Poco título de calado. Por un lado, los intelectuales catalanes son muy cobardes, debían haber denunciado desde el primer momento la maniobra de CiU para aprovecharse, desde el eje nacionalista, de las justas protestas de la gente por su situación económica; tenían que haber desenmascarado a Artur Mas, monaguillo de Jordi Pujol, y a sus cooptados Puigdemont y Torra.
P. ¿Y desde el otro lado del Ebro?
R. La actitud de la política española ha sido tremendamente idiota; España, sociológicamente, es de derechas, aún tiene una mentalidad de mayorazgo y manos muertas, un punto reaccionaria… En ese contexto conjunto, la infantilización que vemos de la enseñanza está en línea con la voluntad de manipular a las.masas, imbuirlas de porquería con los mass-media. A bajar el listón de la universidad lo han llamado democratizarla; en fin...
P. ¿Qué libro suyo lamenta que haya tenido menos éxito?
R. Sin duda, el de De Sainte-Croix, La lucha de clases en el mundo griego antiguo. Lo edité en 1988: ahí ya explicaba todo lo que pasa hoy; vendí poquísimos y a saber en qué almacén debe de estar pudriéndose; dinero y esfuerzo que no han servido para nada.
https://elpais.com/cultura/2019/10/21/actualidad/1571674947_587735.html
* la desigualdad es como un monstruo de 7 cabezas, aparece una y otra vez de forma sorprendente, por muy atento que se esté, siempre reaparece y con mil y una justificaciones. Por ejemplo ahora en la secundaria ( y ya también en Primaria) el bilingüismo es un factor utilísimo para introducir la desigualdad, eso si, con toda clase de justificaciones,... y cuela, hasta cuando?.
Si estamos ante una enseñanza obligatoria, y el bilingüismo es útil y mejora los resultados, se debería aplicar a todo el alumnado y si acaso más aún a aquellos que van peor, ¿por qué no se hace?. Por el contrario, se utiliza para de una forma sutil, romper la igualdad y marginar más al alumno con dificultades!!! Podríamos poner muchos más ejemplos, con minorías étnicas, emigrantes, alumnos con dificultades, etc.
El libro es muy, muy interesante.
Pregunta Llegó a la industria del libro muy precoz, con 14 años.
Respuesta. Estaba como enloquecido con la lectura: me escapaba de clase para ir a leer a casa; mi padre, cubano, emigró a España con, no sé por qué, una de las maletas cargada de libros, del que aún recuerdo El fin de una raza, de Pereda; luego, en casa de un amigo vi que trabajaba con galeradas, y me cedió algunas: ¡cobrar por leer: pagaban a 50 céntimos!; luego pasó a Ariel y yo entré ahí en 1964 como aprendiz de corrector.
De Manuel Sacristán aprendí lo que es la responsabilidad intelectual: le vi pasarse dos días consultando para saber si mercado debía traducirlo por concurrencia o competencia
P. Y en 1973 ya era su director editorial.
R. Ariel era un intento de reconectar intelectualmente con la República. Alexandre Argullós, uno de sus fundadores, necesitaba un ayudante: con los autores se mantenía una gran correspondencia; yo me acabé encargando también de gestionar las traducciones y así conocí a dos colaboradores capitales en mi vida: Manuel Sacristán y Josep Fontana. De Sacristán aprendí lo que es la responsabilidad intelectual: le vi pasarse dos días consultando para saber si mercado debía traducirlo por concurrencia o competencia.
P. En ese periodo, coincidiría con la gauche divine…
Las élites no quieren compartir el control del conocimiento real; el sistema capitalista conspira contra el conocimiento y, en consecuencia, contra la igualdad
R. Siempre menosprecié a la gauche divine, incluida la editorial; me provocaban dolor de estómago: su mundo no tenía nada que ver con el mío; nunca me he dedicado a las relaciones públicas... Cuando muchos de aquellos editores llegaban a sus despachos a media mañana tras intensas noches en Bocaccio, yo hacía tres horas que estaba en el mío: mis jornadas siempre han sido de 14 y 15 horas...
P. También acabó haciendo libros muy distintos de los suyos.
R. A pesar de que la edición ha ido a peor desde entonces, siempre he pensado que los libros hacen una labor en España que la universidad, ni la franquista ni la democrática, ha hecho: que el conocimiento traspase sus paredes y la cultura llegue a la gente: nunca he hecho libros solo para la tribu académica; ese fue el planteamiento de Crítica desde el primer día, cuando la fundé en 1976, con ayuda de Juan Grijalbo.
P. ¿No han cambiado las cosas?
Para ser editor de no ficción hace falta conocimiento: de ahí que me rodeara de gente como Sacristán, Josep Fontana, Jordi Nadal, Francisco Rico…
R. Nada. En el XVIII, los grandes editores intelectuales tiraban entre 1.500 y 2.000 ejemplares; 300 años después, desde Pasado & Presente hacemos los mismos. Es inquietante que esta élite lectora no crezca; no es democrático lo que pasa con el conocimiento en España. Que la gente se escandalice por lo que dicen los de Vox de las Trece Rosas republicanas… Somos ignorantes, es como decir que la Tierra es plana: he publicado al menos 20 libros donde se ha explicado…
P. ¿Dónde está el problema, pues?
Siempre he pensado que si una editorial gana dinero, ese dinero ha de ser para reinvertir en ella y no para que juegue con él el amo del capital
R. En que vivimos en un mundo en el que las élites no quieren compartir el control del conocimiento real; el sistema capitalista conspira contra el conocimiento y, en consecuencia, contra la igualdad; y no nos engañemos: sí, estamos ante la generación más titulada, pero no es la más preparada. Si a ello se añade que al ser humano le da pereza pensar… En ese sentido, como editor he fracasado.
P. Pero ha vendido más de 60.000 biografías del Conde Duque de Olivares de Elliott, ha convertido la Historia de España de Pierre Vilar, los diarios de Azaña o la Historia del tiempo de Stephen Hawking, cuyos derechos adquirió por solo 20.000 dólares, en best-sellers. Ha tenido buena nariz: Fontana, Antony Beevor, El florido pensil…
R. El olfato es para la narrativa, no para el ensayo; si eres analfabeto puedes ser un editor literario, como lo fueron Juan Grijalbo, Juan Salvat o Lara padre, que se guiaban por elementos externos al libro: la actualidad, el sexo, la última polémica, lo más vendido en otro país; pero para serlo de no ficción hace falta conocimiento: de ahí que me rodeara de gente como Sacristán, Fontana, Jordi Nadal, Francisco Rico…
P. La leyenda dice que rechazó para Crítica la biografía de Franco de Paul Preston porque no le gustó y la desvió a otro sello del grupo, Grijalbo…
Muchos se llaman editores, pero son solo capitalistas del producto libro
R. No es cierto: la regalé para ayudar a Grijalbo, donde hacía muy poco había aterrizado como editor Daniel Fernández. En cualquier caso, he sido un editor muy duro: cuando mando, soy despótico.
P. ¿Algún modelo de editor?
R. Javier Pradera; es el que más me ha fascinado: era muy inteligente, conocía perfectamente la cadena del libro; inspirándome en él creé Ariel Quincenal, libros a 50 pesetas para gente que quería leer y no tenía dinero: en 1968 vendíamos 15.000 ejemplares.
P. Allí donde ha ido, Ariel, Crítica, Pasado & Presente, le han seguido sus autores. ¿Cómo ha logrado fidelizarlos?
R. Me he implicado mucho siempre en su labor, he tejido complicidades; muchos de sus originales eran temas muy interesantes, pero no lo sabían comunicar y yo les he ayudado; y luego he tenido mucha paciencia, nunca les he presionado: quería que quedaran satisfechos de su trabajo, independientemente de lo que habíamos firmado en el contrato.
P. En noviembre de 1998 abandonó Grijalbo-Mondadori por diferencias con sus directivos y salió de Planeta en 2009 con una jubilación forzosa y sin su sello Crítica. Usted mismo se ha definido como “un tipo molesto”…
R. Mi amigo editor André Schiffrin hablaba del mercado como la nueva censura, pero ese mercado es el de toda la vida. La edición es un negocio capitalista como cualquier otro y se ha de saber jugar dentro del sistema y yo he jugado y he hecho ganar muchos millones a mis amos con sus editoriales; soy un muy buen CEO: Crítica, con sus 2.500 títulos, nunca perdió dinero, como tampoco lo pierden los 100 que ya he publicado en Pasado & Presente; pero también siempre he pensado que si una editorial gana dinero, ese dinero ha de ser para reinvertir en ella y no para que juegue con él el amo del capital; he tratado de robarles dividendos para hacer más libros; por eso soy un tipo incómodo para ellos; no tengo su cultura empresarial, el gen depredador que se ha de tener para ser directivo de Planeta, por ejemplo… Mucha de esa gente se llaman editores, pero son solo capitalistas del producto libro.
P. Un producto libro que compite y sueña, a la vez, con plataformas audiovisuales…
R. Netflix es el nuevo panem et circenses, el juguete de moda para distraer a la gente, la última zanahoria de la televisión, que se ha quedado con la clientela que tenía antes la religión.
P. Como editor, ¿cómo valora la bibliografía que ha generado el procés?
R. Poco título de calado. Por un lado, los intelectuales catalanes son muy cobardes, debían haber denunciado desde el primer momento la maniobra de CiU para aprovecharse, desde el eje nacionalista, de las justas protestas de la gente por su situación económica; tenían que haber desenmascarado a Artur Mas, monaguillo de Jordi Pujol, y a sus cooptados Puigdemont y Torra.
P. ¿Y desde el otro lado del Ebro?
R. La actitud de la política española ha sido tremendamente idiota; España, sociológicamente, es de derechas, aún tiene una mentalidad de mayorazgo y manos muertas, un punto reaccionaria… En ese contexto conjunto, la infantilización que vemos de la enseñanza está en línea con la voluntad de manipular a las.masas, imbuirlas de porquería con los mass-media. A bajar el listón de la universidad lo han llamado democratizarla; en fin...
P. ¿Qué libro suyo lamenta que haya tenido menos éxito?
R. Sin duda, el de De Sainte-Croix, La lucha de clases en el mundo griego antiguo. Lo edité en 1988: ahí ya explicaba todo lo que pasa hoy; vendí poquísimos y a saber en qué almacén debe de estar pudriéndose; dinero y esfuerzo que no han servido para nada.
https://elpais.com/cultura/2019/10/21/actualidad/1571674947_587735.html
* la desigualdad es como un monstruo de 7 cabezas, aparece una y otra vez de forma sorprendente, por muy atento que se esté, siempre reaparece y con mil y una justificaciones. Por ejemplo ahora en la secundaria ( y ya también en Primaria) el bilingüismo es un factor utilísimo para introducir la desigualdad, eso si, con toda clase de justificaciones,... y cuela, hasta cuando?.
Si estamos ante una enseñanza obligatoria, y el bilingüismo es útil y mejora los resultados, se debería aplicar a todo el alumnado y si acaso más aún a aquellos que van peor, ¿por qué no se hace?. Por el contrario, se utiliza para de una forma sutil, romper la igualdad y marginar más al alumno con dificultades!!! Podríamos poner muchos más ejemplos, con minorías étnicas, emigrantes, alumnos con dificultades, etc.
El libro es muy, muy interesante.
viernes, 18 de octubre de 2019
Maxim Renahy: "Los paraísos fiscales se usan para hacer creer que una fábrica no es rentable y justificar la deslocalización sin pagar planes sociales"
- "Hay bancos y empresas de seguros francesas que pasan por los paraísos fiscales para hacer cosas que están castigadas por la ley, como, por ejemplo, evitar tener suficientes reservas de dinero"
- "La excusa que dan las empresas es que van a esos paraísos fiscales por 'obligación', porque la 'globalización les obliga'. Pero esa es una falsa excusa. Van ahí para evitar que se vean los fraudes que realizan"
- "Hay estructura empresariales, como en Google, que son completamente ilegales pero que se consideran legales porque hay funcionarios que dicen: 'bueno, es ilegal, pero... la empresa emplea, por ejemplo, 3.000 personas aquí'"
Maxim Renahy, autor del libro Là où est l'argent, sobre paraísos fiscales.
Maxim Renahy (Grande-Synthe, 1978) trabajó de espía para los servicios secretos franceses en Jersey, uno de los "peores paraísos fiscales" del mundo, según los términos de la Red para la Justicia Fiscal. Renahy trabajó en esa isla británica situada en el Canal de la Mancha para el gabinete de abogados Mourant. También estuvo al servicio de Mourant en Luxemburgo. Pensando en que las autoridades francesas perseguirían a las empresas que recurrían a esos paraísos fiscales para cometer actividades fraudulentas, entregó información comprometedora a la que él tenía acceso al servicio de la Dirección General de la Seguridad Exterior de Francia (DGSE), los servicios de inteligencia galos. Pero se llevó una mala sorpresa.
Renahy se topó con la "pasividad" del Estado francés ante las irregularidades que cometían las empresas galas. Convencido de que los esfuerzos franceses – y también los del resto de grandes países europeos – contra los paraísos fiscales son insuficientes, escribió un libro relatando su experiencia hasta 2013 en el oscuro mundo de las finanzas en los paraísos fiscales. El volumen se titula Là où est l'argent o Donde está el dinero (Ed. Arènes, 2019). En él, da cuenta de los muchos usos que se siguen dando a esos considerados agujeros negros de las finanzas que son los paraísos fiscales. Es un auténtico ejercicio de whistleblowing a la francesa.
Usted quería entrar en el mundo de las finanzas para, estando dentro, ponerse al servicio de los servicios de inteligencia. ¿Por qué?
Cuando empecé, en 2007 había muy poca información sobre los paraísos fiscales. Tenga en cuenta que 2007 es mucho antes de que hubiera revelaciones como las del Luxleaks o gente como Edward Snowden, gente capaz de descubrir al menos parte del anverso de la escena política y económica internacional. Puede parecer azaroso que yo trabajara en el sector. Pero muchas cosas hicieron que yo trabajara como espía allí.
Yo tenía un fuerte deseo, desde siempre, de ponerme al servicio de mi país y, segundo, había algo que me intrigaba mucho en el secreto de los paraísos fiscales. Esos son los motivos por los que acabé trabajando para el gabinete de abogados Mourant, el mas grande de la isla. Estaba abierto a este tipo de aventuras, incluso si mi formación no tenía que ver con ese mundo tuve la oportunidad de cumplir ese sueño de trabajar para los servicios de inteligencia franceses.
Haciendo público en su libro su trabajo al servicio de la DGSE, ¿Hasta qué punto se ha convertido en un whistleblower?
En mi libro he tratado de mostrar cómo funciona el mundo de las finanzas, la corrupción de políticos y de multimillonarios. También he tratado de explicar la implicación del estado francés en los paraísos fiscales y cómo los servicios secretos defienden, para bien o para mal, los intereses franceses. También he querido dejar algunas pistas para ver cómo se puede servir mejor los intereses franceses y de Europa a través de una mejor gobernanza.
Esa corrupción de la que habla, no es sólo evasión fiscal, ¿verdad?
Los paraísos fiscales también sirven para todo tipo de fraude, ya sea malversación, uso de información privilegiada, creación de monopolios o estructuras offshore para disimular una estructura accionarial, o llevar a cabo liquidaciones fraudulentas en empresas. Sobre esto último, los paraísos fiscales se pueden usar para hacer creer que en Francia, España o Italia, por ejemplo, un centro de producción de una empresa no es rentable, cuando en realidad lo es, para así justificar una deslocalización sin pagar planes sociales, por ejemplo.
Luego están cuestiones como el pago de retrocomisiones o de inversiones prohibidas hechas a través de paraísos fiscales. Hay bancos y empresas de seguros francesas que pasan por los paraísos fiscales para hacer cosas que están castigadas por la ley, como, por ejemplo, evitar tener suficientes reservas de dinero. Hay 15.000 razones para que las empresas usen los paraísos fiscales.
El argumento más utilizado a la hora de justificar esos usos de paraísos fiscales es que se utilizan para competir mejor en los mercados internacionales.
Esa es la excusa que dan las multinacionales para justificar el estar presentes en los paraísos fiscales. Por experiencia propia puedo decirle que cada vez que he visto a multinacionales o multimillonarios pasando por un paraíso fiscal era para cometer fraudes, pero le hablo de fraudes a todos los niveles. La evasión fiscal nunca va sola. Ésta se suma a otras muchas cosas. Hacer uso de un paraíso fiscal no es algo que se haga únicamente por la evasión fiscal. La excusa que dan las empresas es que van a esos paraísos fiscales por 'obligación', porque la 'globalización les obliga'. Pero esa es una falsa excusa. Van ahí para evitar que se vean los fraudes que realizan.
Cuando usted se pone a disposición de los servicios de inteligencia franceses, ¿pensaba que éstos actuarían contra los actores económicos que usted denunciaba en sus informaciones?
Sí, porque yo he sido educado pensando que el Estado francés hacía su trabajo, porque Francia tiene un Estado fuerte. Pero en realidad eso no es así. Si el Estado francés hiciera bien su trabajo – aunque no es el caso – haría falta que los ciudadanos que lo desean pudieran ayudar al Estado francés. Éste no es omnipotente, por mucho que desde la administración se invite a pensar lo contrario. Un estado que hace bien su trabajo sería honesto, haría las cosas correctamente y pediría ayuda a los ciudadanos. Esto es algo a lo que el estado no se atreve. Parecería que hay un miedo. Habría que crear partenariados informales entre el estado y los ciudadanos, pagados o no. Yo trabajaba gratuitamente.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención del comportamiento de las autoridades frente a los paraísos fiscales?
Lo siguiente: ante las empresas que hacen liquidaciones fraudulentas de centros de producción, ante estas empresas, cuando son extranjeras, el Estado francés no se ocupa para nada, o si lo hace lo hace muy poco. No se les persigue y esto es algo completamente inaceptable. En el proceso, nos roban las patentes, la industria, por ejemplo. Además se ponen en la calle a miles de personas, que pierden sus trabajos. En contra partida, el Estado francés no hace nada para que los responsables de esas acciones rindan cuentas ante la justicia. Esto es lo mínimo que se tendría que hacer.
Por eso dice usted en su libro que los paraísos fiscales están asociados a “catástrofes sociales”.
Exacto.
¿Pero no hubo acciones de la DGSE contra ilegalidades en su tiempo al servicios de la administración?
Sí, las hubo. Una información que yo pasé la DGSE la hizo llegar a diferentes estructuras de la Hacienda francesa y otras haciendas extranjeras y así se logró que hicieran pagar impuestos a clientes nuestros [en Mourant]. Sin embargo, me parece insuficiente cuanto la administración llevó a cabo.
Portada del libro de Maxim Renahy sobre paraísos fiscales Là où est l'argent
¿Cuál ha sido el comportamiento de las autoridades fiscales que usted ha visto, por ejemplo, frente a Google?
Hay estructura empresariales, como en Google, que son completamente ilegales pero que se consideran legales porque hay funcionarios que dicen: "bueno, es ilegal, pero... la empresa emplea, por ejemplo, 3.000 personas aquí". Por eso, dentro del Estado francés también hay paraísos fiscales, algo comparable a la 'City' en Londres. Y esto es algo que hay que cambiar para que haya una auténtica justicia fiscal.
En Francia, hay un laissez-faire a través de lo que se llama el 'Candado de Bercy' [un sistema de la administración modificado a finales de 2018 que ponía en manos de altos funcionarios y no de la justicia decisiones relacionadas con la persecución del fraude fiscal]. Pero es que hay casos en los que el derecho internacional no se respeta en Francia. En la legislación francesa está recogida la iniciativa de la OCDE cuyas siglas son BEPS. Está destinada a la lucha contra la evasión fiscal. La iniciativa tendría que llevar a condenar a Amazon y Google. La ley, se supone, prohibe enviar la facturación a Irlanda, entre otras cosas.
¿Cómo ve usted la lucha a nivel europeo contra los fraudes de los que usted da cuenta en su libro?
Lo que yo veo es que Francia no es una excepción en Europa. Tiendo a pensar que en España, Italia, Gran Bretaña o Alemania, pasan las mismas cosas que en Francia.
Hacía usted alusión a Google o Amazon, pero, exactamente, ¿de qué empresas estamos hablando cuando se trata de recurrir a paraísos fiscales con fines fraudulentos?
Podría darle el nombre de decenas de empresas, francesas y extranjeras, implantadas en Francia. Pero siendo la difamación, según la ley francesa, no decir cosas falsas, sino decir cosas que pueden afectar a la reputación y al honor de una persona moral o física, prefiero evitar dar nombres y las consiguientes medidas legales contra mí.
Pero el mensaje de su libro es claro: se deja a las empresas recurrir a paraísos fiscales incluso cuando hay informaciones de los servicios secretos de que allí habrá actividades ilegales.
Eso es, sí. Esas informaciones existen, no sólo por espías o por whistleblowers, sino también por el trabajo de funcionarios que hacen bien su trabajo, porque no todos lo hacen mal. Yo estoy en contacto con un grupo de funcionarios dentro del Ministerio de Finanzas francés que trabaja bien. Ahora bien, yo no quiero echarle toda la culpa a los políticos, pero hay una gran responsabilidad de los políticos en esto. Me refiero a los políticos que, por ejemplo, en España llaman "la casta".
Puede resultar violento ver que hay quienes gozan de un trato de favor por las autoridades, cuando entre el resto de los ciudadanos, por ejemplo, pueden sufrir económicamente, también por causa de la presión fiscal.
Así es. Esto crea mucha violencia. En Francia, por ejemplo, yo apoyo el movimiento de los Chalecos Amarillos, concretamente un grupo que lucha por la justicia fiscal. Pero también, tengo que decírselo, yo me veo en una paradoja: denunciar estas actuaciones de la oligarquía es una forma de ayudarles. El día que haya otra crisis financiera, no sé si todo el mundo tendrá la paciencia que yo tengo para hacer revelaciones puramente factuales. Haciendo revelaciones, en realidad, estamos ayudando también a que quienes viven con el fraude vuelvan al camino de la legalidad.
Fuente:
https://www.eldiario.es/economia/razones-empresas-utilizan-paraisos-fiscales_0_951555141.html
- "La excusa que dan las empresas es que van a esos paraísos fiscales por 'obligación', porque la 'globalización les obliga'. Pero esa es una falsa excusa. Van ahí para evitar que se vean los fraudes que realizan"
- "Hay estructura empresariales, como en Google, que son completamente ilegales pero que se consideran legales porque hay funcionarios que dicen: 'bueno, es ilegal, pero... la empresa emplea, por ejemplo, 3.000 personas aquí'"
Maxim Renahy, autor del libro Là où est l'argent, sobre paraísos fiscales.
Maxim Renahy (Grande-Synthe, 1978) trabajó de espía para los servicios secretos franceses en Jersey, uno de los "peores paraísos fiscales" del mundo, según los términos de la Red para la Justicia Fiscal. Renahy trabajó en esa isla británica situada en el Canal de la Mancha para el gabinete de abogados Mourant. También estuvo al servicio de Mourant en Luxemburgo. Pensando en que las autoridades francesas perseguirían a las empresas que recurrían a esos paraísos fiscales para cometer actividades fraudulentas, entregó información comprometedora a la que él tenía acceso al servicio de la Dirección General de la Seguridad Exterior de Francia (DGSE), los servicios de inteligencia galos. Pero se llevó una mala sorpresa.
Renahy se topó con la "pasividad" del Estado francés ante las irregularidades que cometían las empresas galas. Convencido de que los esfuerzos franceses – y también los del resto de grandes países europeos – contra los paraísos fiscales son insuficientes, escribió un libro relatando su experiencia hasta 2013 en el oscuro mundo de las finanzas en los paraísos fiscales. El volumen se titula Là où est l'argent o Donde está el dinero (Ed. Arènes, 2019). En él, da cuenta de los muchos usos que se siguen dando a esos considerados agujeros negros de las finanzas que son los paraísos fiscales. Es un auténtico ejercicio de whistleblowing a la francesa.
Usted quería entrar en el mundo de las finanzas para, estando dentro, ponerse al servicio de los servicios de inteligencia. ¿Por qué?
Cuando empecé, en 2007 había muy poca información sobre los paraísos fiscales. Tenga en cuenta que 2007 es mucho antes de que hubiera revelaciones como las del Luxleaks o gente como Edward Snowden, gente capaz de descubrir al menos parte del anverso de la escena política y económica internacional. Puede parecer azaroso que yo trabajara en el sector. Pero muchas cosas hicieron que yo trabajara como espía allí.
Yo tenía un fuerte deseo, desde siempre, de ponerme al servicio de mi país y, segundo, había algo que me intrigaba mucho en el secreto de los paraísos fiscales. Esos son los motivos por los que acabé trabajando para el gabinete de abogados Mourant, el mas grande de la isla. Estaba abierto a este tipo de aventuras, incluso si mi formación no tenía que ver con ese mundo tuve la oportunidad de cumplir ese sueño de trabajar para los servicios de inteligencia franceses.
Haciendo público en su libro su trabajo al servicio de la DGSE, ¿Hasta qué punto se ha convertido en un whistleblower?
En mi libro he tratado de mostrar cómo funciona el mundo de las finanzas, la corrupción de políticos y de multimillonarios. También he tratado de explicar la implicación del estado francés en los paraísos fiscales y cómo los servicios secretos defienden, para bien o para mal, los intereses franceses. También he querido dejar algunas pistas para ver cómo se puede servir mejor los intereses franceses y de Europa a través de una mejor gobernanza.
Esa corrupción de la que habla, no es sólo evasión fiscal, ¿verdad?
Los paraísos fiscales también sirven para todo tipo de fraude, ya sea malversación, uso de información privilegiada, creación de monopolios o estructuras offshore para disimular una estructura accionarial, o llevar a cabo liquidaciones fraudulentas en empresas. Sobre esto último, los paraísos fiscales se pueden usar para hacer creer que en Francia, España o Italia, por ejemplo, un centro de producción de una empresa no es rentable, cuando en realidad lo es, para así justificar una deslocalización sin pagar planes sociales, por ejemplo.
Luego están cuestiones como el pago de retrocomisiones o de inversiones prohibidas hechas a través de paraísos fiscales. Hay bancos y empresas de seguros francesas que pasan por los paraísos fiscales para hacer cosas que están castigadas por la ley, como, por ejemplo, evitar tener suficientes reservas de dinero. Hay 15.000 razones para que las empresas usen los paraísos fiscales.
El argumento más utilizado a la hora de justificar esos usos de paraísos fiscales es que se utilizan para competir mejor en los mercados internacionales.
Esa es la excusa que dan las multinacionales para justificar el estar presentes en los paraísos fiscales. Por experiencia propia puedo decirle que cada vez que he visto a multinacionales o multimillonarios pasando por un paraíso fiscal era para cometer fraudes, pero le hablo de fraudes a todos los niveles. La evasión fiscal nunca va sola. Ésta se suma a otras muchas cosas. Hacer uso de un paraíso fiscal no es algo que se haga únicamente por la evasión fiscal. La excusa que dan las empresas es que van a esos paraísos fiscales por 'obligación', porque la 'globalización les obliga'. Pero esa es una falsa excusa. Van ahí para evitar que se vean los fraudes que realizan.
Cuando usted se pone a disposición de los servicios de inteligencia franceses, ¿pensaba que éstos actuarían contra los actores económicos que usted denunciaba en sus informaciones?
Sí, porque yo he sido educado pensando que el Estado francés hacía su trabajo, porque Francia tiene un Estado fuerte. Pero en realidad eso no es así. Si el Estado francés hiciera bien su trabajo – aunque no es el caso – haría falta que los ciudadanos que lo desean pudieran ayudar al Estado francés. Éste no es omnipotente, por mucho que desde la administración se invite a pensar lo contrario. Un estado que hace bien su trabajo sería honesto, haría las cosas correctamente y pediría ayuda a los ciudadanos. Esto es algo a lo que el estado no se atreve. Parecería que hay un miedo. Habría que crear partenariados informales entre el estado y los ciudadanos, pagados o no. Yo trabajaba gratuitamente.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención del comportamiento de las autoridades frente a los paraísos fiscales?
Lo siguiente: ante las empresas que hacen liquidaciones fraudulentas de centros de producción, ante estas empresas, cuando son extranjeras, el Estado francés no se ocupa para nada, o si lo hace lo hace muy poco. No se les persigue y esto es algo completamente inaceptable. En el proceso, nos roban las patentes, la industria, por ejemplo. Además se ponen en la calle a miles de personas, que pierden sus trabajos. En contra partida, el Estado francés no hace nada para que los responsables de esas acciones rindan cuentas ante la justicia. Esto es lo mínimo que se tendría que hacer.
Por eso dice usted en su libro que los paraísos fiscales están asociados a “catástrofes sociales”.
Exacto.
¿Pero no hubo acciones de la DGSE contra ilegalidades en su tiempo al servicios de la administración?
Sí, las hubo. Una información que yo pasé la DGSE la hizo llegar a diferentes estructuras de la Hacienda francesa y otras haciendas extranjeras y así se logró que hicieran pagar impuestos a clientes nuestros [en Mourant]. Sin embargo, me parece insuficiente cuanto la administración llevó a cabo.
Portada del libro de Maxim Renahy sobre paraísos fiscales Là où est l'argent
¿Cuál ha sido el comportamiento de las autoridades fiscales que usted ha visto, por ejemplo, frente a Google?
Hay estructura empresariales, como en Google, que son completamente ilegales pero que se consideran legales porque hay funcionarios que dicen: "bueno, es ilegal, pero... la empresa emplea, por ejemplo, 3.000 personas aquí". Por eso, dentro del Estado francés también hay paraísos fiscales, algo comparable a la 'City' en Londres. Y esto es algo que hay que cambiar para que haya una auténtica justicia fiscal.
En Francia, hay un laissez-faire a través de lo que se llama el 'Candado de Bercy' [un sistema de la administración modificado a finales de 2018 que ponía en manos de altos funcionarios y no de la justicia decisiones relacionadas con la persecución del fraude fiscal]. Pero es que hay casos en los que el derecho internacional no se respeta en Francia. En la legislación francesa está recogida la iniciativa de la OCDE cuyas siglas son BEPS. Está destinada a la lucha contra la evasión fiscal. La iniciativa tendría que llevar a condenar a Amazon y Google. La ley, se supone, prohibe enviar la facturación a Irlanda, entre otras cosas.
¿Cómo ve usted la lucha a nivel europeo contra los fraudes de los que usted da cuenta en su libro?
Lo que yo veo es que Francia no es una excepción en Europa. Tiendo a pensar que en España, Italia, Gran Bretaña o Alemania, pasan las mismas cosas que en Francia.
Hacía usted alusión a Google o Amazon, pero, exactamente, ¿de qué empresas estamos hablando cuando se trata de recurrir a paraísos fiscales con fines fraudulentos?
Podría darle el nombre de decenas de empresas, francesas y extranjeras, implantadas en Francia. Pero siendo la difamación, según la ley francesa, no decir cosas falsas, sino decir cosas que pueden afectar a la reputación y al honor de una persona moral o física, prefiero evitar dar nombres y las consiguientes medidas legales contra mí.
Pero el mensaje de su libro es claro: se deja a las empresas recurrir a paraísos fiscales incluso cuando hay informaciones de los servicios secretos de que allí habrá actividades ilegales.
Eso es, sí. Esas informaciones existen, no sólo por espías o por whistleblowers, sino también por el trabajo de funcionarios que hacen bien su trabajo, porque no todos lo hacen mal. Yo estoy en contacto con un grupo de funcionarios dentro del Ministerio de Finanzas francés que trabaja bien. Ahora bien, yo no quiero echarle toda la culpa a los políticos, pero hay una gran responsabilidad de los políticos en esto. Me refiero a los políticos que, por ejemplo, en España llaman "la casta".
Puede resultar violento ver que hay quienes gozan de un trato de favor por las autoridades, cuando entre el resto de los ciudadanos, por ejemplo, pueden sufrir económicamente, también por causa de la presión fiscal.
Así es. Esto crea mucha violencia. En Francia, por ejemplo, yo apoyo el movimiento de los Chalecos Amarillos, concretamente un grupo que lucha por la justicia fiscal. Pero también, tengo que decírselo, yo me veo en una paradoja: denunciar estas actuaciones de la oligarquía es una forma de ayudarles. El día que haya otra crisis financiera, no sé si todo el mundo tendrá la paciencia que yo tengo para hacer revelaciones puramente factuales. Haciendo revelaciones, en realidad, estamos ayudando también a que quienes viven con el fraude vuelvan al camino de la legalidad.
Fuente:
https://www.eldiario.es/economia/razones-empresas-utilizan-paraisos-fiscales_0_951555141.html
jueves, 17 de octubre de 2019
Brigitte van Tiggelen y Annette Lykkness Investigación y Ciencia
Brigitte van Tiggelen y Annette Lykkness
Investigación y Ciencia
La química alemana Ida Noddack, que abandonó un puesto en la industria para investigar los elementos, participó en el descubrimiento del renio. [Archivos de la Universidad Católica de Lovaina]
La historia de la clasificación de docenas de elementos en una tabla periódica no se ciñe a una persona ni a un momento en el tiempo. Los científicos habían clasificado y predicho la existencia de los elementos antes de que Dimitri Mendeléiev propusiera su esquema en 1869, y siguieron haciéndolo después. Fueron muchos los que trabajaron para descubrir y explicar el comportamiento de las nuevas sustancias. Los gases nobles, la radiactividad, los isótopos, las partículas subatómicas y la mecánica cuántica todavía no se habían descubierto a mediados del siglo XIX.
Para celebrar el Año Internacional de la Tabla Periódica, dedicamos este artículo a algunas de las mujeres que revolucionaron nuestra concepción de los elementos. Marie Curie es la más famosa, por sus investigaciones sobre la radiactividad y el descubrimiento del radio y el polonio, que le valieron el Nobel en dos ocasiones. La mayoría, sin embargo, son poco conocidas. Tampoco suele apreciarse la tenacidad y diligencia que requiere el trabajo experimental, la valoración de datos y la reconsideración de las teorías vigentes.
Demostrar la existencia de un nuevo elemento no es tarea fácil. El primer paso consiste en detectar una actividad inusual; un comportamiento químico o una propiedad física (las emisiones radiactivas y las líneas espectrales, por ejemplo), que no se corresponda con la de ningún elemento conocido. Luego hay que aislar el nuevo elemento, o un compuesto de él, en cantidades lo suficientemente grandes como para poder pesarlo y convencer a la comunidad científica.
Descubrir y ordenar
Marie Curie no andaba a la búsqueda de nuevos elementos cuando inició su tesis doctoral sobre los «rayos del uranio», en 1897. Quería explorar la radiactividad, un fenómeno descubierto por Henri Becquerel en 1896. Pero sospechó de la existencia de otros elementos al observar que la radiactividad de la pechblenda, un mineral de uranio, era superior a la que cabía esperar de su contenido en uranio. Su marido Pierre se incorporó entonces a las investigaciones.
En 1898 identificaron las líneas espectrales de dos nuevos elementos: el radio y el polonio. Sin embargo, les llevó más de tres años pulverizar, disolver, hervir, filtrar y cristalizar toneladas de pechblenda para extraer tan solo 0,1 gramos de un compuesto de radio. La extracción del polonio sería aún más difícil, porque su vida media es más breve. En 1903, Pierre y Marie Curie compartieron el premio Nobel de física con Henri Becquerel por el descubrimiento de la radiactividad, y en 1911 Marie recibió un segundo Nobel por el descubrimiento del radio y el polonio y por la concentración y el estudio del radio.
Ubicar un elemento en la tabla periódica requiere establecer su peso atómico y sus propiedades químicas. El radio, por ejemplo, se comporta de modo muy similar al bario, pero su peso atómico es mayor, así que se sitúa justo debajo del bario. Determinar el peso atómico es difícil porque exige disponer de sustancias puras.
Cuesta distinguir elementos de peso y carácter similares. Poco después de elaborar su tabla, Mendeléiev propuso a la química rusa Julia Lermontova refinar los procesos de separación de los metales del grupo del platino (rutenio, rodio, paladio, osmio, iridio y platino), como paso previo a su ordenación. Solo sabemos de su trabajo a través del archivo y la correspondencia de Mendeléiev. Lermontova estudió química en Heidelberg con Robert Bunsen (descubridor del cesio y el rubidio en 1860, junto con Gustav Kirchhoff, con el espectroscopio que acababan de inventar), y fue la primera mujer que obtuvo un doctorado en química en Alemania, en 1874.
Establecer el peso atómico era, asimismo, crucial para identificar las series de desintegración radiactivas y distinguir entre nuevos elementos y las variedades de elementos conocidos. El concepto de isótopo solucionó el problema planteado por el descubrimiento de numerosos elementos para los que en apariencia no había espacio en la tabla periódica. Aunque el químico británico Frederick Soddy introdujo el concepto en 1913, fue la médica Margaret Todd quien propuso el término, que en griego significa «el mismo lugar».
La química polaco-judía Stefanie Horovitz, del Instituto de Radio de Viena, aportó la prueba experimental de la existencia de isótopos. Un elemento tan común como el plomo presentaba distintos pesos atómicos, según si procedía de la desintegración radiactiva del uranio o de la del torio.
También era problemática la naturaleza de una curiosa «emanación» del radio. ¿Era una partícula o un gas? La física canadiense Harriet Brook resolvió el problema junto con su director de tesis, Ernest Rutherford, en la Universidad McGill de Montreal. En 1901, Brooks y Rutherford mostraron que la emanación se difundía como un gas pesado y aportaron la primera prueba de que la desintegración radiactiva producía nuevos elementos. En 1907, William Ramsay sugirió que el gas, al que se denominaría radón, pertenecía al «grupo de los elementos del helio», que hoy conocemos como gases nobles.
En 1902, Rutherford y Soddy anunciaron su teoría de la desintegración radiactiva, según la cual los átomos se transmutan espontáneamente en nuevos átomos con la emisión de radiación. Si bien Rutherford obtuvo el Nobel de química de 1908 por estas investigaciones, la crucial contribución inicial de Brooks apenas ha sido reconocida. Tras publicar conjuntamente un primer artículo, el siguiente, en Nature , lo firmó Rutherford, que se limitó a indicar en los créditos la asistencia de Brooks. Como mujer de ciencia, Brooks tuvo dificultades, especialmente tras casarse, para obtener puestos estables y desarrollar sus investigaciones.
Al fondo de la materia
A todo esto, no dejaban de producirse avances en la comprensión del núcleo atómico. En 1918, la física Lise Meitner y el químico Otto Hahn descubrieron en Berlín el elemento 91, el protactinio. Meitner era austríaca y, tras completar su doctorado, había buscado en Alemania una oportunidad profesional. En 1907 fue admitida como colaboradora no remunerada de Hahn en el departamento de química de la Universidad de Berlín. Tuvo que trabajar en el sótano porque las mujeres no podían acceder al edificio principal. En 1913, cuando Hahn se incorporó al Instituto Emperador Guillermo de Química en Berlín-Dahlem, Meitner fue nombrada «asociada» del instituto.
Hahn y Meitner descubrieron el protactinio en el curso de una investigación sobre la «sustancia madre» de la serie de desintegración del actinio. Otros científicos perseguían el mismo objetivo e, inevitablemente, se produjeron disputas de prioridad. El descubrimiento fue atribuido a Meitner y Hahn porque concentraron el nuevo elemento en mayor cantidad y lo caracterizaron de forma más completa que sus competidores.
También el renio (elemento número 75) fue descubierto conjuntamente en 1925 en Berlín por la química alemana Ida Noddack y su marido, el también químico Walter Noddack, junto con Otto Berg, de la empresa de ingeniería eléctrica Siemens–Halske. Ida Tacke, que adoptaría el apellido de su marido, dejó un puesto en la industria química para ir a la caza de elementos. En 1925 se incorporó en calidad de investigadora no remunerada al Instituto Físico-Técnico Imperial de Berlín, donde Walter Noddack dirigía el departamento de química. Los Noddack tuvieron que emplearse a fondo para producir cantidades ponderables de renio, así denominado por el Rin. Es uno de los elementos más raros de la Tierra y no es radiactivo.
Los Noddack reclamaron asimismo el descubrimiento del elemento 43, al que denominaron masurio por la región de Masuria, en Polonia. Pero no consiguieron replicar las líneas espectrales ni aislar la sustancia. Las técnicas de la «química húmeda» no eran apropiadas para la identificación de este elemento, el primero en ser producido artificialmente, en 1937, y que recibiría el nombre de tecnecio.
A diferencia de Marie Curie, cuyas contribuciones fueron reconocidas y que tras la muerte de Pierre ocupó su cátedra en la Universidad de París, Ida Noddack trabajó como invitada en el laboratorio de su marido durante la mayor parte de su carrera. Esta es una de las razones por las que no se tomó en serio su sugerencia, en 1934, de que el núcleo podía partirse, un proceso que hoy denominamos fisión.
Los descubrimientos del neutrón, en 1932, y de la radiactividad artificial, en 1934, abrieron una nueva línea de investigación: la fabricación de elementos en el laboratorio mediante el bombardeo de átomos con partículas. En 1934, el físico Enrico Fermi y sus colaboradores en la Universidad de Roma anunciaron que habían producido los elementos 93 y 94 tras bombardear uranio con neutrones. Ida Noddack señaló en un artículo en Angewandte Chemie que Fermi no había demostrado que no se hubieran producido elementos más ligeros. «Es concebible», argumentó, «que el núcleo se haya dividido en varios fragmentos grandes». Los físicos la ignoraron.
Sin embargo, en 1938, Meitner y Hahn demostraron que el bario se encontraba entre los productos de las reacciones estudiadas por Fermi y que el núcleo se había partido. Para entonces, a falta de meses para que estallara la Segunda Guerra Mundial, Meitner, de ascendencia judía, había huido a Suecia. Pese a que sus cálculos habían convencido a Hahn de la fisión del núcleo, este no la incluyó como coautora al publicar los resultados en 1939, y en 1945 no aprovechó el discurso de aceptación del Nobel de química de 1944 para reconocer el papel de Meitner.
La mayoría de estas pioneras colaboraron con colegas masculinos, y no es fácil distinguir sus contribuciones. La física francesa Marguerite Perey es una excepción: se la considera la única descubridora del elemento 87, el francio, en 1939. Se incorporó al instituto de Marie Curie en París a los 19 años como técnica de laboratorio, bajo la dirección de Irène Joliot-Curie y André Debierne. Ambos le pidieron, independientemente, que midiera con precisión la vida media del actinio 227. En el curso de este delicado procedimiento técnico, identificó el nuevo elemento. Al no ponerse de acuerdo sobre quién dirigía a Perey, ninguno de ellos pudo reclamar un papel en el hallazgo. Perey acabaría dirigiendo el departamento de química nuclear de la Universidad de Estrasburgo, y en 1962 se convirtió en la primera mujer escogida como miembro correspondiente de la Academia de las Ciencias francesa. Pese a que no había ninguna regla que excluyera la elección de mujeres, la Academia no admitiría una mujer como miembro de pleno derecho hasta 1979.
El francio fue el último elemento natural en ser descubierto. Actualmente, el hallazgo de nuevos elementos requiere grandes equipos, aceleradores de partículas e importantes presupuestos [ véase « Disputas en la tabla periódica », por Edwin Cartlidge; Investigación y Ciencia , mayo de 2019]. El significado de elemento químico ha cambiado. Si para Mendeléiev era una sustancia estable incapaz de transmutarse, hoy incluye especies isotópicas que existen apenas unos milisegundos.
Mediante esas técnicas, la química estadounidense Darleane Hoffman llevó a cabo un avance monumental a principios de los años setenta. Demostró que el fermio 257 se fisionaba espontáneamente, no solo al ser bombardeado con neutrones. También descubrió el plutonio 244 natural. Fue la primera mujer que dirigió una división científica en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, donde se formaron generaciones de científicas. Una de ellas, Dawn Shaughnessy, es la investigadora principal de un proyecto sobre elementos pesados del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California, en el marco del cual se han descubierto seis elementos (del número 113 al 118).
Usar los elementos
Muchas otras mujeres han contribuido a ampliar nuestro conocimiento sobre los elementos. Tras el aislamiento del flúor por el químico francés Henri Moissan en 1886, un equipo de mujeres (entre ellas, Carmen Brugger Romaní y Trinidad Salinas Ferrer) trabajó con José Casares Gil en la Universidad de Madrid en los años 1920 y principios de 1930 en el estudio de las propiedades terapéuticas y la presencia en las aguas minerales de este elemento. Cuando tuvieron que dejar las investigaciones como consecuencia de la Guerra Civil (1936-1939), el trabajo de estas mujeres fue incorporado a la bibliografía de Casares.
La química Reatha C. King fue la primera mujer afroamericana que trabajó en la Oficina Nacional de Estándares de los Estados Unidos, en Washington. En los años sesenta estudió la combustión de mezclas gaseosas de flúor, oxígeno e hidrógeno. La alta reactividad del flúor sugería su uso en la propulsión de cohetes. Algunas mezclas eran tan explosivas que requerían técnicas y aparatos especiales, que King diseñó y fueron adoptadas por la NASA.
En la década de 1910, la médica estadounidense Alice Hamilton demostró la toxicidad del plomo y los riesgos que entrañaba para la población y los trabajadores de la industria metalúrgica. Su trabajo obligó a las compañías de seguros y a las empresas a adoptar medidas de protección y compensar a los damnificados. También organizó acciones sociales para que se reconocieran las enfermedades laborales relacionadas con otros metales pesados, como el mercurio. En 1919 se convirtió en la primera profesora nombrada por la Universidad Harvard. Ya en 1925 se pronunció contra la adición de plomo a la gasolina.
La técnica japonesa-estadounidense Toshiko «Tosh» Mayeda era en los años 1950 una experta en la medida de los radioisótopos del oxígeno. Había empezado su carrera limpiando los recipientes de vidrio del laboratorio de Harold C. Urey en la Universidad de Chicago, pero pronto se hizo cargo de los espectrómetros de masa. Contribuyó a la medida de la proporción de isótopos de oxígeno en conchas marinas fosilizadas, a fin de deducir la temperatura de los océanos prehistóricos, y extendió el uso de este método a los meteoritos.
Como estadounidense de ascendencia japonesa, Mayeda fue confinada en un campo de internamiento tras el ataque a Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941, y tuvo que hacer frente a la discriminación. Contando solo con un título de graduada en química, sus contribuciones podían haber sido invisibilizadas, como las de tantas técnicas. Afortunadamente, Mayeda recibió el apoyo de sus superiores y su nombre apareció en las publicaciones junto al de doctores y catedráticos.
Ampliar la perspectiva
Como ocurre con los descubrimientos científicos, la recuperación de la historia de todas estas mujeres de ciencia ha sido un trabajo de equipo en el que han participado Gisela Boeck, John Hudson, Claire Murray, Jessica Wade, Mary Mark Ockerbloom, Marelene Rayner-Canham, Geoffrey Rayner-Canham, Xavier Roqué, Matt Shindell e Ignacio Suay-Matallana.
El estudio de las mujeres que han contribuido al desarrollo de la química ofrece una perspectiva más amplia del descubrimiento científico y de las personas que participan en él, desde ayudantes y técnicos no asalariados a líderes de grandes laboratorios. En este año de celebración de la tabla periódica, es esencial reconocer los esfuerzos individuales y colectivos que nos han permitido construirla y siguen dándole forma.
La historia de la clasificación de docenas de elementos en una tabla periódica no se ciñe a una persona ni a un momento en el tiempo. Los científicos habían clasificado y predicho la existencia de los elementos antes de que Dimitri Mendeléiev propusiera su esquema en 1869, y siguieron haciéndolo después. Fueron muchos los que trabajaron para descubrir y explicar el comportamiento de las nuevas sustancias. Los gases nobles, la radiactividad, los isótopos, las partículas subatómicas y la mecánica cuántica todavía no se habían descubierto a mediados del siglo XIX.
Para celebrar el Año Internacional de la Tabla Periódica, dedicamos este artículo a algunas de las mujeres que revolucionaron nuestra concepción de los elementos. Marie Curie es la más famosa, por sus investigaciones sobre la radiactividad y el descubrimiento del radio y el polonio, que le valieron el Nobel en dos ocasiones. La mayoría, sin embargo, son poco conocidas. Tampoco suele apreciarse la tenacidad y diligencia que requiere el trabajo experimental, la valoración de datos y la reconsideración de las teorías vigentes.
Demostrar la existencia de un nuevo elemento no es tarea fácil. El primer paso consiste en detectar una actividad inusual; un comportamiento químico o una propiedad física (las emisiones radiactivas y las líneas espectrales, por ejemplo), que no se corresponda con la de ningún elemento conocido. Luego hay que aislar el nuevo elemento, o un compuesto de él, en cantidades lo suficientemente grandes como para poder pesarlo y convencer a la comunidad científica.
Descubrir y ordenar
Marie Curie no andaba a la búsqueda de nuevos elementos cuando inició su tesis doctoral sobre los «rayos del uranio», en 1897. Quería explorar la radiactividad, un fenómeno descubierto por Henri Becquerel en 1896. Pero sospechó de la existencia de otros elementos al observar que la radiactividad de la pechblenda, un mineral de uranio, era superior a la que cabía esperar de su contenido en uranio. Su marido Pierre se incorporó entonces a las investigaciones.
En 1898 identificaron las líneas espectrales de dos nuevos elementos: el radio y el polonio. Sin embargo, les llevó más de tres años pulverizar, disolver, hervir, filtrar y cristalizar toneladas de pechblenda para extraer tan solo 0,1 gramos de un compuesto de radio. La extracción del polonio sería aún más difícil, porque su vida media es más breve. En 1903, Pierre y Marie Curie compartieron el premio Nobel de física con Henri Becquerel por el descubrimiento de la radiactividad, y en 1911 Marie recibió un segundo Nobel por el descubrimiento del radio y el polonio y por la concentración y el estudio del radio.
Ubicar un elemento en la tabla periódica requiere establecer su peso atómico y sus propiedades químicas. El radio, por ejemplo, se comporta de modo muy similar al bario, pero su peso atómico es mayor, así que se sitúa justo debajo del bario. Determinar el peso atómico es difícil porque exige disponer de sustancias puras.
Cuesta distinguir elementos de peso y carácter similares. Poco después de elaborar su tabla, Mendeléiev propuso a la química rusa Julia Lermontova refinar los procesos de separación de los metales del grupo del platino (rutenio, rodio, paladio, osmio, iridio y platino), como paso previo a su ordenación. Solo sabemos de su trabajo a través del archivo y la correspondencia de Mendeléiev. Lermontova estudió química en Heidelberg con Robert Bunsen (descubridor del cesio y el rubidio en 1860, junto con Gustav Kirchhoff, con el espectroscopio que acababan de inventar), y fue la primera mujer que obtuvo un doctorado en química en Alemania, en 1874.
Establecer el peso atómico era, asimismo, crucial para identificar las series de desintegración radiactivas y distinguir entre nuevos elementos y las variedades de elementos conocidos. El concepto de isótopo solucionó el problema planteado por el descubrimiento de numerosos elementos para los que en apariencia no había espacio en la tabla periódica. Aunque el químico británico Frederick Soddy introdujo el concepto en 1913, fue la médica Margaret Todd quien propuso el término, que en griego significa «el mismo lugar».
La química polaco-judía Stefanie Horovitz, del Instituto de Radio de Viena, aportó la prueba experimental de la existencia de isótopos. Un elemento tan común como el plomo presentaba distintos pesos atómicos, según si procedía de la desintegración radiactiva del uranio o de la del torio.
También era problemática la naturaleza de una curiosa «emanación» del radio. ¿Era una partícula o un gas? La física canadiense Harriet Brook resolvió el problema junto con su director de tesis, Ernest Rutherford, en la Universidad McGill de Montreal. En 1901, Brooks y Rutherford mostraron que la emanación se difundía como un gas pesado y aportaron la primera prueba de que la desintegración radiactiva producía nuevos elementos. En 1907, William Ramsay sugirió que el gas, al que se denominaría radón, pertenecía al «grupo de los elementos del helio», que hoy conocemos como gases nobles.
En 1902, Rutherford y Soddy anunciaron su teoría de la desintegración radiactiva, según la cual los átomos se transmutan espontáneamente en nuevos átomos con la emisión de radiación. Si bien Rutherford obtuvo el Nobel de química de 1908 por estas investigaciones, la crucial contribución inicial de Brooks apenas ha sido reconocida. Tras publicar conjuntamente un primer artículo, el siguiente, en Nature , lo firmó Rutherford, que se limitó a indicar en los créditos la asistencia de Brooks. Como mujer de ciencia, Brooks tuvo dificultades, especialmente tras casarse, para obtener puestos estables y desarrollar sus investigaciones.
Al fondo de la materia
A todo esto, no dejaban de producirse avances en la comprensión del núcleo atómico. En 1918, la física Lise Meitner y el químico Otto Hahn descubrieron en Berlín el elemento 91, el protactinio. Meitner era austríaca y, tras completar su doctorado, había buscado en Alemania una oportunidad profesional. En 1907 fue admitida como colaboradora no remunerada de Hahn en el departamento de química de la Universidad de Berlín. Tuvo que trabajar en el sótano porque las mujeres no podían acceder al edificio principal. En 1913, cuando Hahn se incorporó al Instituto Emperador Guillermo de Química en Berlín-Dahlem, Meitner fue nombrada «asociada» del instituto.
Hahn y Meitner descubrieron el protactinio en el curso de una investigación sobre la «sustancia madre» de la serie de desintegración del actinio. Otros científicos perseguían el mismo objetivo e, inevitablemente, se produjeron disputas de prioridad. El descubrimiento fue atribuido a Meitner y Hahn porque concentraron el nuevo elemento en mayor cantidad y lo caracterizaron de forma más completa que sus competidores.
También el renio (elemento número 75) fue descubierto conjuntamente en 1925 en Berlín por la química alemana Ida Noddack y su marido, el también químico Walter Noddack, junto con Otto Berg, de la empresa de ingeniería eléctrica Siemens–Halske. Ida Tacke, que adoptaría el apellido de su marido, dejó un puesto en la industria química para ir a la caza de elementos. En 1925 se incorporó en calidad de investigadora no remunerada al Instituto Físico-Técnico Imperial de Berlín, donde Walter Noddack dirigía el departamento de química. Los Noddack tuvieron que emplearse a fondo para producir cantidades ponderables de renio, así denominado por el Rin. Es uno de los elementos más raros de la Tierra y no es radiactivo.
Los Noddack reclamaron asimismo el descubrimiento del elemento 43, al que denominaron masurio por la región de Masuria, en Polonia. Pero no consiguieron replicar las líneas espectrales ni aislar la sustancia. Las técnicas de la «química húmeda» no eran apropiadas para la identificación de este elemento, el primero en ser producido artificialmente, en 1937, y que recibiría el nombre de tecnecio.
A diferencia de Marie Curie, cuyas contribuciones fueron reconocidas y que tras la muerte de Pierre ocupó su cátedra en la Universidad de París, Ida Noddack trabajó como invitada en el laboratorio de su marido durante la mayor parte de su carrera. Esta es una de las razones por las que no se tomó en serio su sugerencia, en 1934, de que el núcleo podía partirse, un proceso que hoy denominamos fisión.
Los descubrimientos del neutrón, en 1932, y de la radiactividad artificial, en 1934, abrieron una nueva línea de investigación: la fabricación de elementos en el laboratorio mediante el bombardeo de átomos con partículas. En 1934, el físico Enrico Fermi y sus colaboradores en la Universidad de Roma anunciaron que habían producido los elementos 93 y 94 tras bombardear uranio con neutrones. Ida Noddack señaló en un artículo en Angewandte Chemie que Fermi no había demostrado que no se hubieran producido elementos más ligeros. «Es concebible», argumentó, «que el núcleo se haya dividido en varios fragmentos grandes». Los físicos la ignoraron.
Sin embargo, en 1938, Meitner y Hahn demostraron que el bario se encontraba entre los productos de las reacciones estudiadas por Fermi y que el núcleo se había partido. Para entonces, a falta de meses para que estallara la Segunda Guerra Mundial, Meitner, de ascendencia judía, había huido a Suecia. Pese a que sus cálculos habían convencido a Hahn de la fisión del núcleo, este no la incluyó como coautora al publicar los resultados en 1939, y en 1945 no aprovechó el discurso de aceptación del Nobel de química de 1944 para reconocer el papel de Meitner.
La mayoría de estas pioneras colaboraron con colegas masculinos, y no es fácil distinguir sus contribuciones. La física francesa Marguerite Perey es una excepción: se la considera la única descubridora del elemento 87, el francio, en 1939. Se incorporó al instituto de Marie Curie en París a los 19 años como técnica de laboratorio, bajo la dirección de Irène Joliot-Curie y André Debierne. Ambos le pidieron, independientemente, que midiera con precisión la vida media del actinio 227. En el curso de este delicado procedimiento técnico, identificó el nuevo elemento. Al no ponerse de acuerdo sobre quién dirigía a Perey, ninguno de ellos pudo reclamar un papel en el hallazgo. Perey acabaría dirigiendo el departamento de química nuclear de la Universidad de Estrasburgo, y en 1962 se convirtió en la primera mujer escogida como miembro correspondiente de la Academia de las Ciencias francesa. Pese a que no había ninguna regla que excluyera la elección de mujeres, la Academia no admitiría una mujer como miembro de pleno derecho hasta 1979.
El francio fue el último elemento natural en ser descubierto. Actualmente, el hallazgo de nuevos elementos requiere grandes equipos, aceleradores de partículas e importantes presupuestos [ véase « Disputas en la tabla periódica », por Edwin Cartlidge; Investigación y Ciencia , mayo de 2019]. El significado de elemento químico ha cambiado. Si para Mendeléiev era una sustancia estable incapaz de transmutarse, hoy incluye especies isotópicas que existen apenas unos milisegundos.
Mediante esas técnicas, la química estadounidense Darleane Hoffman llevó a cabo un avance monumental a principios de los años setenta. Demostró que el fermio 257 se fisionaba espontáneamente, no solo al ser bombardeado con neutrones. También descubrió el plutonio 244 natural. Fue la primera mujer que dirigió una división científica en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, donde se formaron generaciones de científicas. Una de ellas, Dawn Shaughnessy, es la investigadora principal de un proyecto sobre elementos pesados del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California, en el marco del cual se han descubierto seis elementos (del número 113 al 118).
Usar los elementos
Muchas otras mujeres han contribuido a ampliar nuestro conocimiento sobre los elementos. Tras el aislamiento del flúor por el químico francés Henri Moissan en 1886, un equipo de mujeres (entre ellas, Carmen Brugger Romaní y Trinidad Salinas Ferrer) trabajó con José Casares Gil en la Universidad de Madrid en los años 1920 y principios de 1930 en el estudio de las propiedades terapéuticas y la presencia en las aguas minerales de este elemento. Cuando tuvieron que dejar las investigaciones como consecuencia de la Guerra Civil (1936-1939), el trabajo de estas mujeres fue incorporado a la bibliografía de Casares.
La química Reatha C. King fue la primera mujer afroamericana que trabajó en la Oficina Nacional de Estándares de los Estados Unidos, en Washington. En los años sesenta estudió la combustión de mezclas gaseosas de flúor, oxígeno e hidrógeno. La alta reactividad del flúor sugería su uso en la propulsión de cohetes. Algunas mezclas eran tan explosivas que requerían técnicas y aparatos especiales, que King diseñó y fueron adoptadas por la NASA.
En la década de 1910, la médica estadounidense Alice Hamilton demostró la toxicidad del plomo y los riesgos que entrañaba para la población y los trabajadores de la industria metalúrgica. Su trabajo obligó a las compañías de seguros y a las empresas a adoptar medidas de protección y compensar a los damnificados. También organizó acciones sociales para que se reconocieran las enfermedades laborales relacionadas con otros metales pesados, como el mercurio. En 1919 se convirtió en la primera profesora nombrada por la Universidad Harvard. Ya en 1925 se pronunció contra la adición de plomo a la gasolina.
La técnica japonesa-estadounidense Toshiko «Tosh» Mayeda era en los años 1950 una experta en la medida de los radioisótopos del oxígeno. Había empezado su carrera limpiando los recipientes de vidrio del laboratorio de Harold C. Urey en la Universidad de Chicago, pero pronto se hizo cargo de los espectrómetros de masa. Contribuyó a la medida de la proporción de isótopos de oxígeno en conchas marinas fosilizadas, a fin de deducir la temperatura de los océanos prehistóricos, y extendió el uso de este método a los meteoritos.
Como estadounidense de ascendencia japonesa, Mayeda fue confinada en un campo de internamiento tras el ataque a Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941, y tuvo que hacer frente a la discriminación. Contando solo con un título de graduada en química, sus contribuciones podían haber sido invisibilizadas, como las de tantas técnicas. Afortunadamente, Mayeda recibió el apoyo de sus superiores y su nombre apareció en las publicaciones junto al de doctores y catedráticos.
Ampliar la perspectiva
Como ocurre con los descubrimientos científicos, la recuperación de la historia de todas estas mujeres de ciencia ha sido un trabajo de equipo en el que han participado Gisela Boeck, John Hudson, Claire Murray, Jessica Wade, Mary Mark Ockerbloom, Marelene Rayner-Canham, Geoffrey Rayner-Canham, Xavier Roqué, Matt Shindell e Ignacio Suay-Matallana.
El estudio de las mujeres que han contribuido al desarrollo de la química ofrece una perspectiva más amplia del descubrimiento científico y de las personas que participan en él, desde ayudantes y técnicos no asalariados a líderes de grandes laboratorios. En este año de celebración de la tabla periódica, es esencial reconocer los esfuerzos individuales y colectivos que nos han permitido construirla y siguen dándole forma.
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15 grandes viajes en tren que tal vez no conozcas. Del serpenteante recorrido entre las ciudades iraníes de Andimeshk y Dorud a una ruta espectacular por las tierras altas eslovenas en la línea de ferrocarril de Bohinj.
15 grandes viajes en tren que tal vez no conozcas.
Del serpenteante recorrido entre las ciudades iraníes de Andimeshk y Dorud a una ruta espectacular por las tierras altas eslovenas en la línea de ferrocarril de Bohinj
1. A través de Irán
De Andimeshk a Dorud
Serpenteante como una caravana de la Ruta de la Seda, esta ruta ferroviaria se asoma al montañoso corazón de la antigua Persia y, sobre todo, invita a convivir con la hospitalaria población local (rara vez viajaremos con turistas). El transiraní, que circula desde Andimeshk, en el sur, hasta Dorud, al norte, es un prodigio de la ingeniería: construido a base de explosivos en los impresionantes montes Zagros, se aferra a las vertientes de remotos valles fluviales, pasa bajo inmensos picos, cruza enormes desfiladeros y discurre junto a cascadas, envuelto por un paisaje inhóspito e inolvidable, como el que se contempla durante el ascenso desde la planicie de Juzestán hasta la alta meseta del mítico Lorestán. Encargado por el Sha en la década de 1930 y trazado por ingenieros europeos, su sistema de túneles, viaductos y espirales superpuestas fue propuesto para la lista patrimonio mundial de la Unesco.
Un tren a su paso por el puente de Bisheh, en Irán. ALI MAJDFAR GETTY
Cómo viajar: suele haber un único trayecto diario (209 kilómetros; 5-7 horas de trayecto) y los horarios cambian con frecuencia. Pueden reservarse plazas con antelación (en agencias de viaje locales y en cualquier estación) y es preferible evitar los jueves y viernes (fin de semana en Irán) y el Nowruz (Año Nuevo iraní, en marzo). Se recomienda llevar comida (y compartirla), y no fotografiar infraestructuras (estaciones, puentes, vías). Más información sobre visados en www.rai.ir
El tren Tazara que conecta Tanzania y Zambia en la estación tanzana de Mbeya. GETTY IMAGES
2. Tren Tazara, safari sobre raíles
De Dar es Salaam (Tanzania) a Kapiri Mposhi (Zambia)
El trayecto del Tazara (Tanzania and Zambia Railway Authority) se acompasa al pausado ritmo de vida africano: 46 horas (que pueden alargarse) para recorrer 1.860 kilómetros, desde Dar es-Salaam, portuaria ciudad de Tanzania, hasta New Kapiri Mposhi, en Zambia. Eso sí: ofrece la posibilidad de observar grandes animales desde la ventanilla. También la vida cotidiana, el clamor y el caos que se desatan cuando el tren llega a una parada (prevista o imprevista). La experiencia de subir al Mukuba Express merece la pena: desde la estación Tazara de Dar es Salaam, construida, como el resto de la línea, por ingenieros chinos en la década de 1970, los alegres bandazos del Mukuba Express —que originalmente facilitaban el transporte de cobre desde Zambia hasta el mar— discurre primero por la llanura costera y atraviesa después cientos de kilómetros de sabanas de ensueño. Los sonidos, los olores y el calor de la Tanzania meridional se cuelan por la ventanilla. Y cuando el tren pasa por la reserva de Selous (la primera noche del trayecto) llega la oportunidad de avistar jirafas, elefantes y otros grandes ejemplares de la fauna africana.
Cómo viajar: hay dos trenes semanales en cada sentido; el Mukuba Express desde Dar es-Salaam (ida los viernes, regreso los martes) y el Kilimanjaro Ordinary desde New Kapiri Mposhi. No se pueden sacar billetes online (por teléfono o en la estación) pero sí obtener información en www.seat61.com (teléfonos, agencias de viaje y detalles sobre ambos trenes) y tazarasite.com. Se puede reservar desde un asiento simple a coches cama (limpios y cómodos) con compartimentos de cuatro o seis literas unisex.
Un convoy Superliner a su paso por Texas (EE UU). GETTY IMAGES DAVID KOZLOWSKI
1. A través de Irán
De Andimeshk a Dorud
Serpenteante como una caravana de la Ruta de la Seda, esta ruta ferroviaria se asoma al montañoso corazón de la antigua Persia y, sobre todo, invita a convivir con la hospitalaria población local (rara vez viajaremos con turistas). El transiraní, que circula desde Andimeshk, en el sur, hasta Dorud, al norte, es un prodigio de la ingeniería: construido a base de explosivos en los impresionantes montes Zagros, se aferra a las vertientes de remotos valles fluviales, pasa bajo inmensos picos, cruza enormes desfiladeros y discurre junto a cascadas, envuelto por un paisaje inhóspito e inolvidable, como el que se contempla durante el ascenso desde la planicie de Juzestán hasta la alta meseta del mítico Lorestán. Encargado por el Sha en la década de 1930 y trazado por ingenieros europeos, su sistema de túneles, viaductos y espirales superpuestas fue propuesto para la lista patrimonio mundial de la Unesco.
Un tren a su paso por el puente de Bisheh, en Irán. ALI MAJDFAR GETTY
Cómo viajar: suele haber un único trayecto diario (209 kilómetros; 5-7 horas de trayecto) y los horarios cambian con frecuencia. Pueden reservarse plazas con antelación (en agencias de viaje locales y en cualquier estación) y es preferible evitar los jueves y viernes (fin de semana en Irán) y el Nowruz (Año Nuevo iraní, en marzo). Se recomienda llevar comida (y compartirla), y no fotografiar infraestructuras (estaciones, puentes, vías). Más información sobre visados en www.rai.ir
El tren Tazara que conecta Tanzania y Zambia en la estación tanzana de Mbeya. GETTY IMAGES
2. Tren Tazara, safari sobre raíles
De Dar es Salaam (Tanzania) a Kapiri Mposhi (Zambia)
El trayecto del Tazara (Tanzania and Zambia Railway Authority) se acompasa al pausado ritmo de vida africano: 46 horas (que pueden alargarse) para recorrer 1.860 kilómetros, desde Dar es-Salaam, portuaria ciudad de Tanzania, hasta New Kapiri Mposhi, en Zambia. Eso sí: ofrece la posibilidad de observar grandes animales desde la ventanilla. También la vida cotidiana, el clamor y el caos que se desatan cuando el tren llega a una parada (prevista o imprevista). La experiencia de subir al Mukuba Express merece la pena: desde la estación Tazara de Dar es Salaam, construida, como el resto de la línea, por ingenieros chinos en la década de 1970, los alegres bandazos del Mukuba Express —que originalmente facilitaban el transporte de cobre desde Zambia hasta el mar— discurre primero por la llanura costera y atraviesa después cientos de kilómetros de sabanas de ensueño. Los sonidos, los olores y el calor de la Tanzania meridional se cuelan por la ventanilla. Y cuando el tren pasa por la reserva de Selous (la primera noche del trayecto) llega la oportunidad de avistar jirafas, elefantes y otros grandes ejemplares de la fauna africana.
Cómo viajar: hay dos trenes semanales en cada sentido; el Mukuba Express desde Dar es-Salaam (ida los viernes, regreso los martes) y el Kilimanjaro Ordinary desde New Kapiri Mposhi. No se pueden sacar billetes online (por teléfono o en la estación) pero sí obtener información en www.seat61.com (teléfonos, agencias de viaje y detalles sobre ambos trenes) y tazarasite.com. Se puede reservar desde un asiento simple a coches cama (limpios y cómodos) con compartimentos de cuatro o seis literas unisex.
Un convoy Superliner a su paso por Texas (EE UU). GETTY IMAGES DAVID KOZLOWSKI
3. De Nueva Orleans a Los Ángeles (Estados Unidos)
Desde los bares del Barrio Francés de Nueva Orleans hasta las olas del Pacífico, el Sunset Limited es la opción perfecta para quien haya soñado atravesar Estados Unidos alguna vez pero no tenga muchas ganas de pasar dos semanas conduciendo un coche. Lo único que hay que hacer es relajarse en el asiento y ver pasar los paisajes: los pantanos de Luisiana, los rascacielos de Houston, los desiertos de Texas y Arizona, las colinas de California y, finalmente, las playas doradas de Los Ángeles. Inaugurado en 1894 como Sunset Express, fue la segunda línea ferroviaria estadounidense de costa a costa (la Pacific Railroad, de 1869, fue la primera), abrió al comercio las ricas plantaciones del sur y revolucionó el tiempo del trayecto transcontinental de pasajeros: de varias semanas a varios días. Rebautizada como Sunset Limited, actualmente circula tres veces por semana y completa su recorrido (3.211 kilómetros) en dos días. Equipado con coches cama, el viaje puede hacerse íntegramente a bordo o, si se quiere, apearse en cualquier parada para pernoctar y volver a subir en el siguiente tren que pase por la ciudad —Houston, El Paso, Palm Springs— al cabo de un par de días (aunque supone un incremento del precio, con tarifas aparte). Algo así como la versión ferroviaria de la Ruta 66.
Cómo viajar: hay dos opciones al reservar una cabina en coche cama; Superliner Roomette (dos asientos que se abaten formando una litera, más una litera superior plegable y baño compartido en el pasillo) y Superliner Bedroom (más espaciosa y con baño privado). También hay cabinas para familias e incluso servicio de habitaciones. El salón Sightseer, con asientos giratorios y ventanas panorámicas de suelo a techo, ofrece las mejores vistas. Hay salidas semanales en ambos sentidos y reservas en www.amtrak.com/sunset-limited-train.
Vista de las Montañas Rocosas canadienses durante el trayecto de la línea de VIA Rail entre Jasper y Prince Rupert. BERNARD WEIL GETTY
4. Canadá salvaje a bordo del Rupert Rocket
De Jasper a Prince Rupert
Esta encantadora línea de VIA Rail entre Jasper y Prince Rupert invita a dos días de travesía (1.160 kilómetros) a bordo de vagones retro con laterales de acero de la década de 1950 que recuerdan la época dorada de los viajes de lujo. El Park Car tiene dos niveles, una cúpula sobre los asientos del nivel superior y un coqueto saloncito debajo. El Rupert Rocket (cohete de Rupert), trazado ya centenario, es una conexión regular entre paisajes impresionantes de las provincias de Alberta y la Columbia Británica, que incluye la posibilidad de avistar fauna salvaje desde la ventanilla: uapitíes rumiando, muflones quietos como estatuas, delicados ciervos y, los más esperados, osos negros y grizzlis. Tras dejar atrás las Montañas Rocosas, la enorme Cadena Costera brinda también escenarios alucinantes, entre una continua sucesión de puentes y túneles. También podremos observar alguna de las pequeñas estaciones de madera con tejados acampanados construidas por Grand Trunk Pacific Railway, como la de McBride, donde el convoy suele detenerse para que los pasajeros puedan hacer fotos y pedir un café para llevar en su acogedora cantina.
Cómo viajar: de junio a septiembre se habilita una clase turística especial a bordo, con espaciosos asientos en el vagón panorámico, comidas de estilo avión y acceso exclusivo al Park Car (la clase económica funciona igualmente). Los trenes salen de Jasper los domingos, miércoles y viernes (todo el año), hacen noche en Prince George (conviene buscar hotel con antelación) y al llegar a Prince Rupert conectan con la línea de BC Ferries a Port Hardy, en la isla de Vancouver, o a las islas de Haida Gwaii. Se pueden reservar los billetes en la web de VIA Rail (www.viarail.ca).
El llamado Reunification Express Train cruza un puente cerca de la ciudad de Lang Co (Vietnam). BEN DAVIES GETTY
5. El expreso de la Reunificación
De Ciudad Ho Chi Mihn a Hanói (Vietnam)
También conocido como el Ferrocarril Norte-Sur, esta popular línea ferroviaria de Vietnam ha sufrido los mismos altibajos que el país que recorre. Más de 1.700 kilómetros en dos días desde Hanói, al norte, hasta Ciudad Ho Chi Minh (la antigua Saigón), en el sur, que conectan de forma muy evocadora las dos grandes metrópolis vietnamitas, y los tesoros que hay en el camino. El tren nació durante el dominio colonial francés de Indochina, para que comunicara las regiones norte y sur de su territorio, pero pronto quedó atrapado por el tumultuoso devenir de Vietnam durante el siglo XX: fue secuestrada por las fuerzas invasoras japonesas durante la II Guerra Mundial, poco después pasó a ser objetivo bélico durante la I Guerra de Indochina, cuando las guerrillas del Viet Minh atacaban los trenes acorazados que circulaban por ella. Pero el episodio más conocido de su historia llegó durante la Guerra de Vietnam, cuando la línea fue usada para transportar tanques y artillería, algunos tramos fueron dinamitados y se bombardearon muchos de sus puentes. La línea quedó partida en dos entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. Algunos años después, cuando volvió a conectar Saigón y Hanói en 1976, el tren se convirtió en un símbolo de la solidaridad y la recuperación del país.
Cómo viajar: circulan varios tipos de trenes con diferentes clases de billete según el grado de confort, y aunque los turistas suelen preferir los compartimentos de seis literas blandas, se pueden reservar vagones privados más lujosos y con aire acondicionado (livitrans.com, violetexpresstrain.com). Hay cuatro o cinco salidas diarias (todo el año) al norte y al sur (generalmente a primera hora de la mañana y última de la tarde) y se puede reservar plaza mediante agencias como Baolau o 12Go Asia; hacer paradas en destinos como como Hué o Danang requiere varias reservas. Una recomendación: sentarse en la ventanilla derecha cuando se viaja hacia el norte para tener las mejores vistas del puerto de las Nubes.
Estación de en Pyin U Lwin, una localidad del interior de Birmania, de la línea Mandalay-Lashio. ALAMY
6. La antigua Birmania en tren
De Mandalay a Lashio (Myanmar)
Puede que los trenes de la época colonial de Myanmar (la antigua Birmania) chirríen por el peso del tiempo, pero es parte de su encanto. El que discurre entre montañas hacia el noreste desde Mandalay hasta Lashio (201 kilómetros, unas 15 horas), el final de la carretera de Birmania durante la guerra, traquetea especialmente al pasar por el precario viaducto de Gokteik, que desafía al paso de los siglos sobre un valle que parece no tener fondo de camino a la colonial estación de montaña de Pyin U Lwin. Transitar por estas vías es hacer un viaje por el tiempo, mientras que los bungalós coloniales, las aldeas de las tribus de montaña y los monasterios en el bosque se ven pasar fugazmente entre el follaje de la selva. Hay puentes de acero que atraviesan profundas gargantas, pero también tramos que permiten relajarse y localizar monasterios y estupas doradas entre bosques y aldeas.
Cómo viajar: las comodidades a bordo del tren (con una salida diaria en ambos sentidos todo el año) son limitadas; merece la pena pagar un poco más por un asiento acolchado de clase superior (incluye un servicio básico de comidas), y es recomendable comprar los billetes (en las estaciones del trayecto) con un par de días de antelación; se requiere el pasaporte).
El Baikal-Amur (BAM) que atraviesa Siberia a su paso por la zona de Buriatia. GETTY IMAGES
7. Atravesando la estepa siberiana
De Taishet a Sovetskaya Gavan (Rusia)
Esta línea férrea recorre más de 4.320 kilómetros por la estepa siberiana, comunica asentamientos remotos, se concibió como la mayor obra de la historia de la URSS y nos es el Transiberiano. El Baikal-Amur (BAM) fue construido casi un siglo después, es más frío y más remoto, atraviesa parajes igualmente espectaculares, pero apenas atrae a turistas. Y es que es un viaje para viajeros curtidos, pues los placeres del BAM, a ojos de algunos, bordean lo perverso: tumbarse acurrucado en un pequeño compartimento durante 36 horas; asomarse por la ventanilla y ver bosques de abedules infinitos sin el más mínimo indicio de presencia humana; apearse en estaciones inhóspitas en las que el frío paralizador del invierno (hasta temperaturas de 60 grados bajo cero) puede congelar el líquido de los globos oculares… Para apreciar esta aventura hay que entender la extraordinaria historia del BAM: las obras empezaron en la década de 1970 para conectar rincones de Siberia, de gran riqueza mineral, y construir una nueva utopía comunista en el virgen territorio del salvaje oriente ruso. Pero la construcción no fue bien: el permafrost deformaba las vías, los obreros voluntarios fallecían por las duras condiciones… Actualmente muchas de las ciudades construidas ex profeso están deshabitadas, pero el tren sigue siendo un salvavidas para algunas de las comunidades más remotas del planeta.
Cómo viajar: en el BAM solo hay billetes de dos clases, Kupe (compartimentos de cuatro literas que se convierten en asientos) y Platskartny (vagones de tipo dormitorio colectivo). Los horarios de las comidas a bordo pueden ser impredecibles; los carteles de las estaciones están en cirílico, y para recorrer la línea completa (4 días) hay que realizar conexiones entre, al menos, tres servicios. El BAM circula todo el año y se pueden reservar billetes en eng.rzd.ru.
El tren cremallera de las montañas Nilgiri, en India. GETTY IMAGES
8. El tren de las montañas Nilgiri
De Mettupalayam a Ooty (India)
El único tren de cremallera de India, que asciende por las aromáticas montañas Nilgiri, tiene cierto aire retrofuturista. Declarado patrimonio mundial en 2005, el trayecto desde Mettupalayam hasta Ooty (Udhagamandalam) se abre camino por las frescas y fértiles tierras altas de Tamil Nadu, donde los colonizadores británicos se refugiaban del calor tropical de las planicies. Aquí uno disfruta de pasos por puentes precarios, vistas panorámicas, un verde exuberante, la nostalgia por las máquinas de vapor antiguas y el aroma del especiado té indio al atravesar las plantaciones de Nilgiri. Sus escasos 46 kilómetros de lento recorrido (unas 4 horas y media) se abre camino por densas junglas con tramos que superan el 8% de desnivel (solo cuatro líneas férreas en el mundo superan dicha inclinación), una demostración de ingeniería ferroviaria motivada por una sencilla razón: el calor. Los funcionarios de la provincia de Madrás, acostumbrados a los tibios veranos británicos, languidecían durante el cálido y pegajoso monzón, y cada año, de mayo a octubre, huían al verde frescor de los montes Nilgiri, acarreando consigo la proliferación de plantaciones de té en la zona, que empezó a producir las infusiones más refinadas del sur de India. Actualmente, gracias a las más de 200 películas de Bollywood ambientadas en estas verdes y agradables montañas, el viaje en tren hasta Ooty se ha convertido en un imán para matrimonios en plena luna de miel. Y, probablemente, todo aquel turista extranjero que vaya a bordo acabará posando en el álbum de fotos de la boda, por expresa petición de los recién casados.
Cómo viajar: el tren de las montañas Nilgiri suele arrastrar tres o cuatro vagones, por lo que hay que reservar con mucha antelación (al menos dos semanas, sobre todo en primera clase, más confortable y con mejores vistas) en la web www.indianrail.gov.in. Una advertencia: no sirven comidas a bordo (se pueden comprar tentempiés en las estaciones de Mettupalayam u Ooty). Hay un trayecto completo diario de Mettupalayam a Ooty (sale a las 7.10 y regresa a las 14.00) y otros tres más entre Coonoor y Ooty.
El sendero de Nakasendo, entre Magome y Tsumago (Japón). SUNPHOL SORAKUL GETTY
9. El Nakasendo nipón, en versión ferroviaria
De Nagoya a Matsumoto (Japón)
Más allá de los trenes bala, Japón también ofrece líneas férreas más lentas que atraviesan paisajes fascinantes, como los Alpes japoneses siguiendo el trazado del antiguo Nakasendo, o camino de postas. Este tren (incluido en el Japan Rail Pass) atraviesa pequeñas aldeas de montaña en las que perviven ancestrales edificios de madera y los artesanos siguen elaborando cuencos a mano. Si se combina con la versión senderista del camino Nakasendo podremos experimentar cómo recorrían los viajeros y comerciantes de antaño la ruta que conectaba la antigua Edo (hoy Tokio) con Kioto. El convoy recorre el tramo conocido como Kisoji (46 kilómetros, 4 horas) a través del valle de Kiso, un trayecto que serpentea siguiendo la línea del río, compañero de viaje. La puntualidad y eficacia japonesa no es aquí lo importante. El tren avanza pausadamente por un paraje más propio de rutas a pie o a caballo, y que en otro tiempo precisaba de decenas de paradas (postas) para llegar al destino. Actualmente estos pueblos —como una aldea del período Edo (1603-1868) perfectamente conservada— son su mayor atractivo, e invitan a reservar varios días para disfrutar del viaje.
Cómo viajar: los trenes salen desde Nagoya con bastante regularidad, pero debemos asegurarnos de subir a los identificados como JR Chuo Line. En Nakatsugawa hay que hacer un transbordo para tomar el tren del valle de Kiso. El abono Japan Rail Pass permite viajar en tren sin límites, por lo que se puede hacer la ruta completa, alojarse en la agradabilísima Matsumoto y combinar la experiencia con excursiones de un día para visitar con calma las aldeas del camino de postas. El otoño (de septiembre a noviembre) es la mejor época, ya que disfrutaremos del momijigari, el pasatiempo japonés de “ver las hojas del otoño”.
En tren que conecta Serbia con Montenegro en un trayecto de algo más de 470 kilómetros se adentra por los Alpes Dináricos. ALAMY
10. Por el corazón de los Balcanes
De Belgrado (Serbia) a Bar (Montenegro)
A pesar del inmaculado paisaje que atraviesa, este tren escapa a casi todos los mapas turísticos. Desde Belgrado, capital serbia, hasta Bar, en la costa adriática de Montenegro, es un fascinante viaje de 476 kilómetros y 12 horas que se adentra en los Alpes Dináricos, enfila cañones y puentes que salvan gargantas fluviales, y se desliza por encima de un antiguo lago tectónico. Cuando en 1951 comenzó su construcción, la entonces República Federal Socialista de Yugoslavia era todavía una inestable unión de Estados al oeste de la península Balcánica. Cuando la ruta férrea se inauguró, en 1976, con 254 túneles y 234 puentes que serpentean entre la llanura Panónica y el mar Adriático, el país era una potencia geopolítica y un vínculo entre Occidente y la Unión Soviética. A pesar de la posterior (y desgarradora) fragmentación de la antigua Yugoslavia, la línea sobrevive, comunica Serbia y Montenegro, y ofrece una ventana privilegiada para contemplar el paisaje balcánico en estado puro, a través de parajes surcados por griegos e ilirios primero, y posteriormente, por los imperios romano, bizantino, otomano y austrohúngaro.
Cómo viajar: hay dos servicios diarios en ambos sentidos a bordo de vagones antiguos pero cómodos, que en el convoy nocturno permite elegir entre compartimentos de 2 o 3 camas, o de 4 o 6 literas. Los billetes se reservan en la estación el día anterior (horarios y más información en srbvoz.rs) y aunque los trenes suelen tener vagón restaurante es buena idea comprar agua, tentempiés y algo más sustancioso en la panadería de la estación de Belgrado antes de embarcar.
El tren Bernina Express a su paso por el viaducto sobre el río Landwasser (Suiza). ROBERTO MOIOLA GETTY
11. Los Alpes desde el Bernina Express
De Coira (Suiza) a Tirano (Italia)
Las ventanillas panorámicas del Bernina Express se asoman a montañas coronadas por glaciares, barrancos adornados de cascadas e interminables bosques de píceas. El trayecto de 156 kilómetros y 4 horas de duración desde Coira, en el cantón suizo de los Grisones, hasta Tirano, al norte de Italia, es un prodigio de la ingeniería de principios del siglo XX, y el tramo conocido como línea Albula de RhB fue incluido es patrimonio mundial de la Unesco. El tren, un Hornby de vía estrecha con un mantenimiento impecable, de color rojo, se desliza por viaductos en espiral y supera fuertes pendientes de hasta el 7%.
Cómo viajar: hay salidas a diario y se pueden reservar los billetes con antelación en www.rhb.ch y www.sbb.ch. Las mejores vistas se consiguen desde la parte derecha del tren (en dirección sur), y entre julio y finales de octubre el Bernina Express incorpora vagones panorámicos abiertos entre Davos Platz y Tirano, con vistas en todas direcciones, aire fresco y buenas oportunidades para hacer fotos. Una alternativa son los trenes regulares de la SBB, pues realizan la misma ruta aunque sin ventanillas panorámicas; eso sí, hay más variedad de horarios, no precisan de reserva y son más baratos.
Vista aérea de la línea ferroviaria que une Oslo y Bergen (Noruega). GETTY IMAGES
12. El desconocido Bergensbanen
De Oslo a Bergen (Noruega)
Maravilla de la construcción ferroviaria del siglo XIX, que superó un sinfín de dificultades para unir Oslo y Bergen a través de montañas y fiordos, lagos, valles y glaciares (por no hablar de la inmensa meseta montañosa de Hardangervidda, cubierta de nieve gran parte del año), el Bergensbanen es, sin embargo, casi desconocido fuera de Noruega. En poco más de 6 horas y 490 kilómetros permite asomarse a todo el esplendor paisajístico y natural del país nórdico: atraviesa cañones, cruza ríos, se encarama por laderas y se adentra en estériles extensiones de hielo. Las obras empezaron en diciembre de 1875 y no culminaron hasta 1909, prueba de la complejidad del trazado, pero cuando el primer convoy llegó a la estación central de Oslo el rey Haakon VII lo describió como “la obra maestra de nuestra generación”. Más de un siglo después sigue funcionando con la eficacia de un reloj, ahora con una mezcla de turistas y trabajadores a bordo.
Cómo viajar: el Bergensbanen es un tren regular, pero cómodo: asientos espaciosos y confortables, grandes ventanillas, wifi gratis y bar bien surtido. La clase Komfort tiene asientos más grandes, enchufes y té y café gratis. En el vagón familiar hay zonas de juegos para los niños y los trenes nocturnos disponen de coches cama. Hay hasta cuatro servicios diarios entre Oslo y Bergen en ambos sentidos y se puede reservar plaza en la web www.nsb.no (los precios varían según la demanda).
13. Inlandsbanan, ritmo lento por los bosques suecos
De Mora a Gällivare (Suecia)
¿En cuántas líneas ferroviarias del mundo el maquinista puede, si surge la ocasión, detener el tren para que los pasajeros bajen a recoger bayas? ¿O para darse un baño en un lago cercano o contemplar un alce paseando por un claro del bosque? Aunque suene increíble, esto no es infrecuente en la línea Inlandsbanan (Tren del interior), que atraviesa los impecables bosques del interior de Suecia, a lo largo de dos días y 12.808 kilómetros. Incomprensiblemente lento y conscientemente excéntrico, es uno de los trenes más amables de Europa. Un tren rojo con un único vagón (solo funciona en verano) que pasa, una vez al día, por estaciones de cuento. Ideada a principios del siglo XX como un acceso al agreste norte de Suecia, estuvo a punto de clausurarse en la década de 1990 debido al exiguo número de pasajeros. En los últimos años, no obstante, ha experimentado un resurgimiento gracias a sus muchas y variadas peculiaridades, convertidas en atractivo turístico. Como disfrutar de largas conversaciones con el maquinista en la cabina mientras se otean osos cruzando las vías algo más adelante. Pero sobre todo invita a un viaje hacia una tierra ignota, el desconocido interior de Suecia.
Cómo viajar: el Inlandsbanan suele incorporar uno o dos vagones y no dispone de coches cama, por lo que todos los pasajeros deben pasar noche en Östersund. Suele funcionar de principios de junio a mediados de agosto, con salidas diarias en los tramos norte y sur de la línea (Mora-Östersund y Östersund-Gällivare). Los billetes pueden reservarse con antelación por Internet en inlandsbanan.se, pero la mejor forma de viajar es con la tarjeta Inlandsbanan, que ofrece viajes ilimitados durante un máximo de dos semanas y permite conocer la región a fondo.
El convoy Ffestiniog, un tren de vía estrecha que recorre Gales del norte, en la estación de Porthmadog. DAVID MARTYN GETTY
14. Los trenes galeses de vía estrecha
En los ferrocarriles Ffestiniog y Welsh Highland (Gales)
Ffestiniog y Welsh Highland son unas líneas por las que las diminutas locomotoras de vapor se entretienen en pequeñas estaciones y serpentean entre las imponentes montañas de Gales del Norte durante 63 kilómetros (que hace en cuatro horas). Este trayecto, en el que se combinan la compañía ferroviaria en activo más antigua del mundo, Ffestiniog, y la línea histórica más larga del Reino Unido, Welsh Highland, puede hacerse en un día. A su paso junto a canteras de pizarra y minas abandonadas, los viajeros pueden comprobar cómo la Revolución Industrial alteró para siempre el paisaje galés y, al mismo tiempo, ver la naturaleza británica en todo su esplendor, gracias a los oscuros bosques, valles fluviales y cumbres azotadas por el viento de Snowdonia.
A pesar de ser muy querida por su flota de ilustres locomotoras de vapor, el ferrocarril Ffestiniog nació, en realidad, sin tener ninguna; por no tener, no tenía ni pasajeros. Se construyó en 1833 para transportar pizarra desde las canteras de Blaenau Ffestiniog hasta los barcos que esperaban en el mar de Irlanda; cuesta abajo, los trenes funcionaban por gravedad y luego se usaban caballos para tirar de los vagones vacíos cuesta arriba hasta que las locomotoras de vapor les tomaron el relevo a mediados del siglo XIX.
Cómo viajar: casi todos los pasajeros suben a vagones estándar de tercera clase. También se puede pagar algo más por sentarse en los de primera, de estilo Pullman, con tejidos afelpados, asientos cómodos y —lo mejor de todo— grandes ventanillas con magníficas vistas de las montañas. En ambas líneas también hay un bar que sirve comida caliente y fría y en algunos servicios también hay té de la tarde. Durante todo el año hay rutas especiales, desde fines de semana victorianos hasta actividades navideñas. Los trenes de ambas líneas tienen horarios de temporada: el Ffestiniog tiene hasta ocho salidas diarias en pleno verano (julio y agosto), mientras que el Welsh Highland tiene tres salidas diarias en hora punta. Las dos cierran durante períodos prolongados en invierno (de noviembre a febrero). Y es que la ruta está más bonita en pleno verano, cuando el tiempo galés es más benigno. Es fácil reservar por internet (www.festrail.co.uk) y también se pueden comprar los billetes en las principales estaciones.
El antiguo tren a vapor de la línea de ferrocarril de Bohinj en un puente sobre río de Soca (Eslovenia). GETTY IMAGES
15. En tren por Eslovenia
De Nova Gorica a Jesenice (Eslovenia)
He aquí una aventura en tren casi perfecta de la que pocos han oído hablar. Al fin y al cabo, la línea de ferrocarril de Bohinj conecta dos lugares cuya importancia puede escapárseles a los viajeros modernos. El modesto tren que sale de una parada de esplendor ajado en la frontera de Italia y Eslovenia no da la más mínima pista de lo que está por venir. El viaje es un recorrido de 112 kilómetros en dos horas espectacular por puntos destacados de las tierras altas eslovenas: sube por ciudades y pueblos de montaña siguiendo el río Soca, surca magníficos parajes alpinos cerca del lago Bohinj y pasa junto al famosísimo lago Bled.
El Imperio austrohúngaro dejó una red de líneas férreas que resultan curiosas a los ojos modernos; y salen desde Viena en disposición radial hacia partes importantes de este reino perdido. Es el caso de este ferrocarril Bohinj, o Transalpina, que llegaba hasta la ciudad portuaria de Trieste, hoy italiana. Pero actualmente solo sigue en funcionamiento entre Jesenice y Nova Gorica. La sensación de estar descubriendo una parte perdida de la historia europea nos acompañará desde el principio, desde la misma estación de Nova Gorica, donde se cruza la frontera entre Eslovenia e Italia para pasear por la histórica ciudad italiana de Gorizia. El imponente edificio de la estación, que se antoja demasiado grande para el servicio regional en el que se está a punto de embarcar, refleja la importancia de la línea y de su enclave.
El tren es una forma de ver los paisajes de la zona, sus colinas y montañas envueltas en nubes, las antiguas estaciones y algunos de los lugares más llamativos del país. Y es que la mayoría de los viajes en tren por Eslovenia tienen momentos espectaculares. El precioso trayecto de Liubliana a Sezana y hasta Villa Opicina, ya en Italia, es el complemento perfecto.
Cómo viajar: al tener pocas posibilidades de que alguien ocupe el asiento de al lado, este viaje de dos horas ofrece una perspectiva sin agobios. Los billetes se compran al llegar a la estación de Nova Gorica o Jesenice y solo hay segunda clase, que ofrece asientos cómodos y espacio para estirarse. El tren museo especial de vapor hace la ruta en verano y ofrece una excursión de un día entero que incluye almuerzo en los viñedos de la región de Goriska Brda. Hay salidas diarias y se tiene que reservar con antelación, a diferencia del tren normal. Véase www.slo-zeleznice.sihref= "https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/10/16/actualidad/1571250188_100947.html">https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/10/16/actualidad/1571250188_100947.html
Cómo viajar: hay dos opciones al reservar una cabina en coche cama; Superliner Roomette (dos asientos que se abaten formando una litera, más una litera superior plegable y baño compartido en el pasillo) y Superliner Bedroom (más espaciosa y con baño privado). También hay cabinas para familias e incluso servicio de habitaciones. El salón Sightseer, con asientos giratorios y ventanas panorámicas de suelo a techo, ofrece las mejores vistas. Hay salidas semanales en ambos sentidos y reservas en www.amtrak.com/sunset-limited-train.
Vista de las Montañas Rocosas canadienses durante el trayecto de la línea de VIA Rail entre Jasper y Prince Rupert. BERNARD WEIL GETTY
4. Canadá salvaje a bordo del Rupert Rocket
De Jasper a Prince Rupert
Esta encantadora línea de VIA Rail entre Jasper y Prince Rupert invita a dos días de travesía (1.160 kilómetros) a bordo de vagones retro con laterales de acero de la década de 1950 que recuerdan la época dorada de los viajes de lujo. El Park Car tiene dos niveles, una cúpula sobre los asientos del nivel superior y un coqueto saloncito debajo. El Rupert Rocket (cohete de Rupert), trazado ya centenario, es una conexión regular entre paisajes impresionantes de las provincias de Alberta y la Columbia Británica, que incluye la posibilidad de avistar fauna salvaje desde la ventanilla: uapitíes rumiando, muflones quietos como estatuas, delicados ciervos y, los más esperados, osos negros y grizzlis. Tras dejar atrás las Montañas Rocosas, la enorme Cadena Costera brinda también escenarios alucinantes, entre una continua sucesión de puentes y túneles. También podremos observar alguna de las pequeñas estaciones de madera con tejados acampanados construidas por Grand Trunk Pacific Railway, como la de McBride, donde el convoy suele detenerse para que los pasajeros puedan hacer fotos y pedir un café para llevar en su acogedora cantina.
Cómo viajar: de junio a septiembre se habilita una clase turística especial a bordo, con espaciosos asientos en el vagón panorámico, comidas de estilo avión y acceso exclusivo al Park Car (la clase económica funciona igualmente). Los trenes salen de Jasper los domingos, miércoles y viernes (todo el año), hacen noche en Prince George (conviene buscar hotel con antelación) y al llegar a Prince Rupert conectan con la línea de BC Ferries a Port Hardy, en la isla de Vancouver, o a las islas de Haida Gwaii. Se pueden reservar los billetes en la web de VIA Rail (www.viarail.ca).
El llamado Reunification Express Train cruza un puente cerca de la ciudad de Lang Co (Vietnam). BEN DAVIES GETTY
5. El expreso de la Reunificación
De Ciudad Ho Chi Mihn a Hanói (Vietnam)
También conocido como el Ferrocarril Norte-Sur, esta popular línea ferroviaria de Vietnam ha sufrido los mismos altibajos que el país que recorre. Más de 1.700 kilómetros en dos días desde Hanói, al norte, hasta Ciudad Ho Chi Minh (la antigua Saigón), en el sur, que conectan de forma muy evocadora las dos grandes metrópolis vietnamitas, y los tesoros que hay en el camino. El tren nació durante el dominio colonial francés de Indochina, para que comunicara las regiones norte y sur de su territorio, pero pronto quedó atrapado por el tumultuoso devenir de Vietnam durante el siglo XX: fue secuestrada por las fuerzas invasoras japonesas durante la II Guerra Mundial, poco después pasó a ser objetivo bélico durante la I Guerra de Indochina, cuando las guerrillas del Viet Minh atacaban los trenes acorazados que circulaban por ella. Pero el episodio más conocido de su historia llegó durante la Guerra de Vietnam, cuando la línea fue usada para transportar tanques y artillería, algunos tramos fueron dinamitados y se bombardearon muchos de sus puentes. La línea quedó partida en dos entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. Algunos años después, cuando volvió a conectar Saigón y Hanói en 1976, el tren se convirtió en un símbolo de la solidaridad y la recuperación del país.
Cómo viajar: circulan varios tipos de trenes con diferentes clases de billete según el grado de confort, y aunque los turistas suelen preferir los compartimentos de seis literas blandas, se pueden reservar vagones privados más lujosos y con aire acondicionado (livitrans.com, violetexpresstrain.com). Hay cuatro o cinco salidas diarias (todo el año) al norte y al sur (generalmente a primera hora de la mañana y última de la tarde) y se puede reservar plaza mediante agencias como Baolau o 12Go Asia; hacer paradas en destinos como como Hué o Danang requiere varias reservas. Una recomendación: sentarse en la ventanilla derecha cuando se viaja hacia el norte para tener las mejores vistas del puerto de las Nubes.
Estación de en Pyin U Lwin, una localidad del interior de Birmania, de la línea Mandalay-Lashio. ALAMY
6. La antigua Birmania en tren
De Mandalay a Lashio (Myanmar)
Puede que los trenes de la época colonial de Myanmar (la antigua Birmania) chirríen por el peso del tiempo, pero es parte de su encanto. El que discurre entre montañas hacia el noreste desde Mandalay hasta Lashio (201 kilómetros, unas 15 horas), el final de la carretera de Birmania durante la guerra, traquetea especialmente al pasar por el precario viaducto de Gokteik, que desafía al paso de los siglos sobre un valle que parece no tener fondo de camino a la colonial estación de montaña de Pyin U Lwin. Transitar por estas vías es hacer un viaje por el tiempo, mientras que los bungalós coloniales, las aldeas de las tribus de montaña y los monasterios en el bosque se ven pasar fugazmente entre el follaje de la selva. Hay puentes de acero que atraviesan profundas gargantas, pero también tramos que permiten relajarse y localizar monasterios y estupas doradas entre bosques y aldeas.
Cómo viajar: las comodidades a bordo del tren (con una salida diaria en ambos sentidos todo el año) son limitadas; merece la pena pagar un poco más por un asiento acolchado de clase superior (incluye un servicio básico de comidas), y es recomendable comprar los billetes (en las estaciones del trayecto) con un par de días de antelación; se requiere el pasaporte).
El Baikal-Amur (BAM) que atraviesa Siberia a su paso por la zona de Buriatia. GETTY IMAGES
7. Atravesando la estepa siberiana
De Taishet a Sovetskaya Gavan (Rusia)
Esta línea férrea recorre más de 4.320 kilómetros por la estepa siberiana, comunica asentamientos remotos, se concibió como la mayor obra de la historia de la URSS y nos es el Transiberiano. El Baikal-Amur (BAM) fue construido casi un siglo después, es más frío y más remoto, atraviesa parajes igualmente espectaculares, pero apenas atrae a turistas. Y es que es un viaje para viajeros curtidos, pues los placeres del BAM, a ojos de algunos, bordean lo perverso: tumbarse acurrucado en un pequeño compartimento durante 36 horas; asomarse por la ventanilla y ver bosques de abedules infinitos sin el más mínimo indicio de presencia humana; apearse en estaciones inhóspitas en las que el frío paralizador del invierno (hasta temperaturas de 60 grados bajo cero) puede congelar el líquido de los globos oculares… Para apreciar esta aventura hay que entender la extraordinaria historia del BAM: las obras empezaron en la década de 1970 para conectar rincones de Siberia, de gran riqueza mineral, y construir una nueva utopía comunista en el virgen territorio del salvaje oriente ruso. Pero la construcción no fue bien: el permafrost deformaba las vías, los obreros voluntarios fallecían por las duras condiciones… Actualmente muchas de las ciudades construidas ex profeso están deshabitadas, pero el tren sigue siendo un salvavidas para algunas de las comunidades más remotas del planeta.
Cómo viajar: en el BAM solo hay billetes de dos clases, Kupe (compartimentos de cuatro literas que se convierten en asientos) y Platskartny (vagones de tipo dormitorio colectivo). Los horarios de las comidas a bordo pueden ser impredecibles; los carteles de las estaciones están en cirílico, y para recorrer la línea completa (4 días) hay que realizar conexiones entre, al menos, tres servicios. El BAM circula todo el año y se pueden reservar billetes en eng.rzd.ru.
El tren cremallera de las montañas Nilgiri, en India. GETTY IMAGES
8. El tren de las montañas Nilgiri
De Mettupalayam a Ooty (India)
El único tren de cremallera de India, que asciende por las aromáticas montañas Nilgiri, tiene cierto aire retrofuturista. Declarado patrimonio mundial en 2005, el trayecto desde Mettupalayam hasta Ooty (Udhagamandalam) se abre camino por las frescas y fértiles tierras altas de Tamil Nadu, donde los colonizadores británicos se refugiaban del calor tropical de las planicies. Aquí uno disfruta de pasos por puentes precarios, vistas panorámicas, un verde exuberante, la nostalgia por las máquinas de vapor antiguas y el aroma del especiado té indio al atravesar las plantaciones de Nilgiri. Sus escasos 46 kilómetros de lento recorrido (unas 4 horas y media) se abre camino por densas junglas con tramos que superan el 8% de desnivel (solo cuatro líneas férreas en el mundo superan dicha inclinación), una demostración de ingeniería ferroviaria motivada por una sencilla razón: el calor. Los funcionarios de la provincia de Madrás, acostumbrados a los tibios veranos británicos, languidecían durante el cálido y pegajoso monzón, y cada año, de mayo a octubre, huían al verde frescor de los montes Nilgiri, acarreando consigo la proliferación de plantaciones de té en la zona, que empezó a producir las infusiones más refinadas del sur de India. Actualmente, gracias a las más de 200 películas de Bollywood ambientadas en estas verdes y agradables montañas, el viaje en tren hasta Ooty se ha convertido en un imán para matrimonios en plena luna de miel. Y, probablemente, todo aquel turista extranjero que vaya a bordo acabará posando en el álbum de fotos de la boda, por expresa petición de los recién casados.
Cómo viajar: el tren de las montañas Nilgiri suele arrastrar tres o cuatro vagones, por lo que hay que reservar con mucha antelación (al menos dos semanas, sobre todo en primera clase, más confortable y con mejores vistas) en la web www.indianrail.gov.in. Una advertencia: no sirven comidas a bordo (se pueden comprar tentempiés en las estaciones de Mettupalayam u Ooty). Hay un trayecto completo diario de Mettupalayam a Ooty (sale a las 7.10 y regresa a las 14.00) y otros tres más entre Coonoor y Ooty.
El sendero de Nakasendo, entre Magome y Tsumago (Japón). SUNPHOL SORAKUL GETTY
9. El Nakasendo nipón, en versión ferroviaria
De Nagoya a Matsumoto (Japón)
Más allá de los trenes bala, Japón también ofrece líneas férreas más lentas que atraviesan paisajes fascinantes, como los Alpes japoneses siguiendo el trazado del antiguo Nakasendo, o camino de postas. Este tren (incluido en el Japan Rail Pass) atraviesa pequeñas aldeas de montaña en las que perviven ancestrales edificios de madera y los artesanos siguen elaborando cuencos a mano. Si se combina con la versión senderista del camino Nakasendo podremos experimentar cómo recorrían los viajeros y comerciantes de antaño la ruta que conectaba la antigua Edo (hoy Tokio) con Kioto. El convoy recorre el tramo conocido como Kisoji (46 kilómetros, 4 horas) a través del valle de Kiso, un trayecto que serpentea siguiendo la línea del río, compañero de viaje. La puntualidad y eficacia japonesa no es aquí lo importante. El tren avanza pausadamente por un paraje más propio de rutas a pie o a caballo, y que en otro tiempo precisaba de decenas de paradas (postas) para llegar al destino. Actualmente estos pueblos —como una aldea del período Edo (1603-1868) perfectamente conservada— son su mayor atractivo, e invitan a reservar varios días para disfrutar del viaje.
Cómo viajar: los trenes salen desde Nagoya con bastante regularidad, pero debemos asegurarnos de subir a los identificados como JR Chuo Line. En Nakatsugawa hay que hacer un transbordo para tomar el tren del valle de Kiso. El abono Japan Rail Pass permite viajar en tren sin límites, por lo que se puede hacer la ruta completa, alojarse en la agradabilísima Matsumoto y combinar la experiencia con excursiones de un día para visitar con calma las aldeas del camino de postas. El otoño (de septiembre a noviembre) es la mejor época, ya que disfrutaremos del momijigari, el pasatiempo japonés de “ver las hojas del otoño”.
En tren que conecta Serbia con Montenegro en un trayecto de algo más de 470 kilómetros se adentra por los Alpes Dináricos. ALAMY
10. Por el corazón de los Balcanes
De Belgrado (Serbia) a Bar (Montenegro)
A pesar del inmaculado paisaje que atraviesa, este tren escapa a casi todos los mapas turísticos. Desde Belgrado, capital serbia, hasta Bar, en la costa adriática de Montenegro, es un fascinante viaje de 476 kilómetros y 12 horas que se adentra en los Alpes Dináricos, enfila cañones y puentes que salvan gargantas fluviales, y se desliza por encima de un antiguo lago tectónico. Cuando en 1951 comenzó su construcción, la entonces República Federal Socialista de Yugoslavia era todavía una inestable unión de Estados al oeste de la península Balcánica. Cuando la ruta férrea se inauguró, en 1976, con 254 túneles y 234 puentes que serpentean entre la llanura Panónica y el mar Adriático, el país era una potencia geopolítica y un vínculo entre Occidente y la Unión Soviética. A pesar de la posterior (y desgarradora) fragmentación de la antigua Yugoslavia, la línea sobrevive, comunica Serbia y Montenegro, y ofrece una ventana privilegiada para contemplar el paisaje balcánico en estado puro, a través de parajes surcados por griegos e ilirios primero, y posteriormente, por los imperios romano, bizantino, otomano y austrohúngaro.
Cómo viajar: hay dos servicios diarios en ambos sentidos a bordo de vagones antiguos pero cómodos, que en el convoy nocturno permite elegir entre compartimentos de 2 o 3 camas, o de 4 o 6 literas. Los billetes se reservan en la estación el día anterior (horarios y más información en srbvoz.rs) y aunque los trenes suelen tener vagón restaurante es buena idea comprar agua, tentempiés y algo más sustancioso en la panadería de la estación de Belgrado antes de embarcar.
El tren Bernina Express a su paso por el viaducto sobre el río Landwasser (Suiza). ROBERTO MOIOLA GETTY
11. Los Alpes desde el Bernina Express
De Coira (Suiza) a Tirano (Italia)
Las ventanillas panorámicas del Bernina Express se asoman a montañas coronadas por glaciares, barrancos adornados de cascadas e interminables bosques de píceas. El trayecto de 156 kilómetros y 4 horas de duración desde Coira, en el cantón suizo de los Grisones, hasta Tirano, al norte de Italia, es un prodigio de la ingeniería de principios del siglo XX, y el tramo conocido como línea Albula de RhB fue incluido es patrimonio mundial de la Unesco. El tren, un Hornby de vía estrecha con un mantenimiento impecable, de color rojo, se desliza por viaductos en espiral y supera fuertes pendientes de hasta el 7%.
Cómo viajar: hay salidas a diario y se pueden reservar los billetes con antelación en www.rhb.ch y www.sbb.ch. Las mejores vistas se consiguen desde la parte derecha del tren (en dirección sur), y entre julio y finales de octubre el Bernina Express incorpora vagones panorámicos abiertos entre Davos Platz y Tirano, con vistas en todas direcciones, aire fresco y buenas oportunidades para hacer fotos. Una alternativa son los trenes regulares de la SBB, pues realizan la misma ruta aunque sin ventanillas panorámicas; eso sí, hay más variedad de horarios, no precisan de reserva y son más baratos.
Vista aérea de la línea ferroviaria que une Oslo y Bergen (Noruega). GETTY IMAGES
12. El desconocido Bergensbanen
De Oslo a Bergen (Noruega)
Maravilla de la construcción ferroviaria del siglo XIX, que superó un sinfín de dificultades para unir Oslo y Bergen a través de montañas y fiordos, lagos, valles y glaciares (por no hablar de la inmensa meseta montañosa de Hardangervidda, cubierta de nieve gran parte del año), el Bergensbanen es, sin embargo, casi desconocido fuera de Noruega. En poco más de 6 horas y 490 kilómetros permite asomarse a todo el esplendor paisajístico y natural del país nórdico: atraviesa cañones, cruza ríos, se encarama por laderas y se adentra en estériles extensiones de hielo. Las obras empezaron en diciembre de 1875 y no culminaron hasta 1909, prueba de la complejidad del trazado, pero cuando el primer convoy llegó a la estación central de Oslo el rey Haakon VII lo describió como “la obra maestra de nuestra generación”. Más de un siglo después sigue funcionando con la eficacia de un reloj, ahora con una mezcla de turistas y trabajadores a bordo.
Cómo viajar: el Bergensbanen es un tren regular, pero cómodo: asientos espaciosos y confortables, grandes ventanillas, wifi gratis y bar bien surtido. La clase Komfort tiene asientos más grandes, enchufes y té y café gratis. En el vagón familiar hay zonas de juegos para los niños y los trenes nocturnos disponen de coches cama. Hay hasta cuatro servicios diarios entre Oslo y Bergen en ambos sentidos y se puede reservar plaza en la web www.nsb.no (los precios varían según la demanda).
13. Inlandsbanan, ritmo lento por los bosques suecos
De Mora a Gällivare (Suecia)
¿En cuántas líneas ferroviarias del mundo el maquinista puede, si surge la ocasión, detener el tren para que los pasajeros bajen a recoger bayas? ¿O para darse un baño en un lago cercano o contemplar un alce paseando por un claro del bosque? Aunque suene increíble, esto no es infrecuente en la línea Inlandsbanan (Tren del interior), que atraviesa los impecables bosques del interior de Suecia, a lo largo de dos días y 12.808 kilómetros. Incomprensiblemente lento y conscientemente excéntrico, es uno de los trenes más amables de Europa. Un tren rojo con un único vagón (solo funciona en verano) que pasa, una vez al día, por estaciones de cuento. Ideada a principios del siglo XX como un acceso al agreste norte de Suecia, estuvo a punto de clausurarse en la década de 1990 debido al exiguo número de pasajeros. En los últimos años, no obstante, ha experimentado un resurgimiento gracias a sus muchas y variadas peculiaridades, convertidas en atractivo turístico. Como disfrutar de largas conversaciones con el maquinista en la cabina mientras se otean osos cruzando las vías algo más adelante. Pero sobre todo invita a un viaje hacia una tierra ignota, el desconocido interior de Suecia.
Cómo viajar: el Inlandsbanan suele incorporar uno o dos vagones y no dispone de coches cama, por lo que todos los pasajeros deben pasar noche en Östersund. Suele funcionar de principios de junio a mediados de agosto, con salidas diarias en los tramos norte y sur de la línea (Mora-Östersund y Östersund-Gällivare). Los billetes pueden reservarse con antelación por Internet en inlandsbanan.se, pero la mejor forma de viajar es con la tarjeta Inlandsbanan, que ofrece viajes ilimitados durante un máximo de dos semanas y permite conocer la región a fondo.
El convoy Ffestiniog, un tren de vía estrecha que recorre Gales del norte, en la estación de Porthmadog. DAVID MARTYN GETTY
14. Los trenes galeses de vía estrecha
En los ferrocarriles Ffestiniog y Welsh Highland (Gales)
Ffestiniog y Welsh Highland son unas líneas por las que las diminutas locomotoras de vapor se entretienen en pequeñas estaciones y serpentean entre las imponentes montañas de Gales del Norte durante 63 kilómetros (que hace en cuatro horas). Este trayecto, en el que se combinan la compañía ferroviaria en activo más antigua del mundo, Ffestiniog, y la línea histórica más larga del Reino Unido, Welsh Highland, puede hacerse en un día. A su paso junto a canteras de pizarra y minas abandonadas, los viajeros pueden comprobar cómo la Revolución Industrial alteró para siempre el paisaje galés y, al mismo tiempo, ver la naturaleza británica en todo su esplendor, gracias a los oscuros bosques, valles fluviales y cumbres azotadas por el viento de Snowdonia.
A pesar de ser muy querida por su flota de ilustres locomotoras de vapor, el ferrocarril Ffestiniog nació, en realidad, sin tener ninguna; por no tener, no tenía ni pasajeros. Se construyó en 1833 para transportar pizarra desde las canteras de Blaenau Ffestiniog hasta los barcos que esperaban en el mar de Irlanda; cuesta abajo, los trenes funcionaban por gravedad y luego se usaban caballos para tirar de los vagones vacíos cuesta arriba hasta que las locomotoras de vapor les tomaron el relevo a mediados del siglo XIX.
Cómo viajar: casi todos los pasajeros suben a vagones estándar de tercera clase. También se puede pagar algo más por sentarse en los de primera, de estilo Pullman, con tejidos afelpados, asientos cómodos y —lo mejor de todo— grandes ventanillas con magníficas vistas de las montañas. En ambas líneas también hay un bar que sirve comida caliente y fría y en algunos servicios también hay té de la tarde. Durante todo el año hay rutas especiales, desde fines de semana victorianos hasta actividades navideñas. Los trenes de ambas líneas tienen horarios de temporada: el Ffestiniog tiene hasta ocho salidas diarias en pleno verano (julio y agosto), mientras que el Welsh Highland tiene tres salidas diarias en hora punta. Las dos cierran durante períodos prolongados en invierno (de noviembre a febrero). Y es que la ruta está más bonita en pleno verano, cuando el tiempo galés es más benigno. Es fácil reservar por internet (www.festrail.co.uk) y también se pueden comprar los billetes en las principales estaciones.
El antiguo tren a vapor de la línea de ferrocarril de Bohinj en un puente sobre río de Soca (Eslovenia). GETTY IMAGES
15. En tren por Eslovenia
De Nova Gorica a Jesenice (Eslovenia)
He aquí una aventura en tren casi perfecta de la que pocos han oído hablar. Al fin y al cabo, la línea de ferrocarril de Bohinj conecta dos lugares cuya importancia puede escapárseles a los viajeros modernos. El modesto tren que sale de una parada de esplendor ajado en la frontera de Italia y Eslovenia no da la más mínima pista de lo que está por venir. El viaje es un recorrido de 112 kilómetros en dos horas espectacular por puntos destacados de las tierras altas eslovenas: sube por ciudades y pueblos de montaña siguiendo el río Soca, surca magníficos parajes alpinos cerca del lago Bohinj y pasa junto al famosísimo lago Bled.
El Imperio austrohúngaro dejó una red de líneas férreas que resultan curiosas a los ojos modernos; y salen desde Viena en disposición radial hacia partes importantes de este reino perdido. Es el caso de este ferrocarril Bohinj, o Transalpina, que llegaba hasta la ciudad portuaria de Trieste, hoy italiana. Pero actualmente solo sigue en funcionamiento entre Jesenice y Nova Gorica. La sensación de estar descubriendo una parte perdida de la historia europea nos acompañará desde el principio, desde la misma estación de Nova Gorica, donde se cruza la frontera entre Eslovenia e Italia para pasear por la histórica ciudad italiana de Gorizia. El imponente edificio de la estación, que se antoja demasiado grande para el servicio regional en el que se está a punto de embarcar, refleja la importancia de la línea y de su enclave.
El tren es una forma de ver los paisajes de la zona, sus colinas y montañas envueltas en nubes, las antiguas estaciones y algunos de los lugares más llamativos del país. Y es que la mayoría de los viajes en tren por Eslovenia tienen momentos espectaculares. El precioso trayecto de Liubliana a Sezana y hasta Villa Opicina, ya en Italia, es el complemento perfecto.
Cómo viajar: al tener pocas posibilidades de que alguien ocupe el asiento de al lado, este viaje de dos horas ofrece una perspectiva sin agobios. Los billetes se compran al llegar a la estación de Nova Gorica o Jesenice y solo hay segunda clase, que ofrece asientos cómodos y espacio para estirarse. El tren museo especial de vapor hace la ruta en verano y ofrece una excursión de un día entero que incluye almuerzo en los viñedos de la región de Goriska Brda. Hay salidas diarias y se tiene que reservar con antelación, a diferencia del tren normal. Véase www.slo-zeleznice.sihref= "https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/10/16/actualidad/1571250188_100947.html">https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/10/16/actualidad/1571250188_100947.html
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