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jueves, 2 de julio de 2015

Un país para ricos

Adolfo Muñoz, Txiki

Alfonso Basagoiti, ex-Consejero de Hacienda del Gobierno Vasco, ex-presidente del Círculo de Empresarios y ahora consejero de Euskaltel ha dicho que las vacaciones fiscales “se hicieron rematadamente mal” porque la rebaja de impuestos “se aplicó a pocas empresas” y debió hacerse a todas. Si se hubiera hecho así –dice- “no hubiera habido ningún problema con la UE”. No quiere que las empresas paguen impuestos y no dice la verdad cuando afirma que las empresas vascas pagan más impuestos que las españolas.

La realidad es que en base a subvenciones, bonificaciones y exenciones establecidas en el Impuesto de Sociedades, las empresas o pagan muy poco o no pagan nada.

ELA ha celebrado un Seminario sobre fiscalidad en Donostia los días 18 y 19 de Junio. En él se ha analizado el trato fiscal privilegiado para las rentas que no son de trabajo. Estas son las conclusiones del Seminario.

1.- Los gobiernos favorecen la acumulación de capital a la vez que las Haciendas desfiscalizan esas rentas para que no paguen impuestos. Esos mismos Gobiernos con la patronal atacan a los salarios y las Haciendas deciden que los impuestos recaigan, fundamentalmente, sobre las rentas de trabajo. Por eso aumentan las desigualdades. La competencia fiscal entre países basada en la bajada de impuestos al capital y a las empresas destroza un modelo de sociedad justo y solidario. No es casualidad que los países que mejor están respondiendo a la crisis sean los que más presión fiscal y gasto público tienen.

2.- El poder político y económico no tienen ningún interés en materia fiscal en favorecer la información y la participación social. Hacen creer a la ciudadanía que bajando los impuestos a los ricos ganamos todos. Nos tratan como si fuéramos idiotas. Las Haciendas Vascas son un reino de opacidad; una “caja negra” en la que una pequeña élite, muy cercana al mundo empresarial, decide los impuestos.

3.- La capacidad normativa de las Haciendas Vascas (Concierto y Convenio) se concreta en que tengamos 7 puntos de presión fiscal menos que la media europea (incluso menos que en España). De establecer la presión fiscal media europea se recaudarían 6.600 millones de euros más. Los beneficiados son las rentas altas, empresariales y de capital. En realidad, desde hace muchos años, no ha existido una política fiscal propia en el ámbito vasco. Las Haciendas de los cuatro territorios se han limitado a copiar y pegar lo que hacia Madrid estableciendo, eso sí, más ventajas fiscales a empresas y capital. Rajoy, para tratar de evitar una debacle electoral, anuncia que bajará los impuestos -a sus amigos- en el IRPF y en Sociedades. ¿Alguien duda sobre qué harán las Haciendas Vascas?

4.- Es un contrasentido que la decisión sobre los ingresos esté en manos de las Administraciones que menos gasto tienen a su cargo, las Diputaciones. Este sistema, en la CAPV, deja la política fiscal en manos de un órgano sin control democrático, el Órgano de Coordinación Tributaria. Hay que acabar con los reinos de Taifas en que se han convertido las Haciendas, garantizar la participación social y establecer la decisión y el control democrático en el Parlamento vasco.

5.- Contrariamente a lo que dicen CONFEBASK y la CEN, la fiscalidad vasca es, de todas las del Estado, la que más privilegios recoge para las empresas. Es un grave error, que también comete la izquierda política, prestar atención al tipo nominal (porcentaje) del Impuesto. El tipo nominal no dice nada sobre lo que en realidad pagan las empresas ya que ha sido pervertido con un sinfín de exenciones, bonificaciones y subvenciones -innumerables e inútiles- pensadas para que las empresas o paguen poco o no paguen nada en el Impuesto de Sociedades.

6.- ELA llama la atención sobre la influencia de la patronal en la decisión de los impuestos. Sufrimos situaciones que debieran estar prohibidas, como que un Secretario General de una patronal pase a ser Diputado de Hacienda. Un ejemplo de esa connivencia han sido las vacaciones fiscales. Una decisión, la de incumplir el mandato de Europa, que fue adoptada de común acuerdo entre las Haciendas y Confebask y por la que hemos tenido que pagar 30 millones de € de multa. La fiscalía, en esa “desobediencia contumaz” que duro muchos años, no ha visto voluntariedad para apreciar delito.

7.- Las normas fiscales vascas regulan sistemas de elusión fiscal para usar sociedades interpuestas con el único objeto de no pagar impuestos. Además, las Haciendas Vascas, no han adoptado ninguna medida efectiva para impedir la evasión de capitales a paraísos fiscales. Al contrario, cuando Madrid ofrece una amnistía fiscal para regularizar los capitales evadidos, nos enteramos por los medios de comunicación que en las Haciendas Vascas existe un trato más favorable para el evasor que el que ofrece el Estado. Los paraísos fiscales existen porque los Gobiernos quieren. Más allá de la hipocresía, los gobiernos no tienen interés en acabar con los ellos; al contrario, los usan como escusa en su cruzada para dar privilegios al capital.

8.- La lucha contra el fraude no es una prioridad de la Haciendas. No hay voluntad y, como consecuencia, tampoco medios humanos suficientes para proceder a inspeccionar las rentas y actividades en las que se concentra el fraude. Si a la pasividad de las Haciendas se le suma la inexistencia de una policía judicial especializada y que los jueces que tramitan los delitos fiscales carecen de una formación específica, es fácil entender por que los delitos fiscales son tan excepcionales. ELA exige reforzar las medidas coercitivas para obligar a las rentas que se refugian en el fraude, la elusión y la evasión a cumplir con sus obligaciones.

9.- ELA exige, además, que la política de distribución de renta se haga por la vía del gasto social y no con ventajas fiscales. La mayor parte de las ventajas fiscales establecidas en los diferentes impuestos (subvenciones, deducciones, exenciones…) tienen un componente netamente regresivo, beneficiando a quien más renta obtiene.

10.- ELA constata -y lamenta- la inmensa fuerza que tiene el sistema para integrar, también en fiscalidad, a las fuerzas políticas que alcanzan responsabilidades institucionales. El resultado no puede ser, en nuestra opinión, que la disputa institucional se haga a costa de relativizar la política social. Sin cambio en la política fiscal es imposible el cambio en la política social. Sin pedagogía fiscal alternativa la derecha seguirá imponiendo políticas antisociales.

El sistema fiscal vasco permite al capital la elusión, la evasión y el fraude. El problema no termina ahí porque, además, ese capital -que no paga impuestos- tiene un gran control sobre el poder político para condicionar que el gasto público se dirija a satisfacer sus intereses destruyendo el gasto social.
Adolfo Muñoz, "Txiki", Secretario General del sindicato ELA

viernes, 1 de mayo de 2015

1º de Mayo, día de manifestaciones y luchas de los trabajadores del mundo. Un día de fiesta -no en todos los países aún- gracias a la lucha de los trabajadores.

El origen del 1º de Mayo está en la reivindicación de 8 horas de trabajo por los obreros norteamericanos.

El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras por parte, fundamentalmente, de los movimientos socialistas, anarquistas y comunistas, entre otros.

Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo.

En Estados Unidos, Canadá y otros países no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente estadounidense Grover Cleveland, auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos desde 1882. Canadá se unió a conmemorar el primer lunes de septiembre en vez del primero de mayo a partir de 1894.

En Extremadura habrá una manifestación en Mérida a partir de las 12
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_de_los_Trabajadores

martes, 18 de noviembre de 2014

“El primer ministro lleva a Italia a una situación explosiva”. La líder de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL) cree que el Gobierno de Renzi favorece a la empresa

Susanna Camusso (Milán, 1955) dirige desde hace cuatro años la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el sindicato mayoritario del país, con seis millones de afiliados.

Pregunta. ¿De dónde viene el desencuentro creciente de Matteo Renzi con los sindicatos?
Respuesta. Yo creo que todo surge de su convicción de que llegaba para gobernar la recuperación económica de Italia y de que, por tanto, podría dirigir el país sin intermediarios. La no recuperación le ha llevado a buscar vías alternativas, hasta el punto de decir que el PD es el partido que representa a la empresa. Esto significa cambiar la base histórica de referencia, es todo un salto cultural con respecto a la política italiana. Renzi se siente impotente para gobernar la crisis y trata de apoyarse en los empresarios.

P. ¿De ahí la abolición del artículo 18, que impedía el despido libre?
R. Sí, él lo ha presentado como la caída de un símbolo, la demostración ante Europa de que él está desbloqueando el país. Y forma parte de su diálogo con las empresas: os he dado el despido libre, ahora ayudadme.

P. ¿Y no cree que su enfrentamiento con los sindicatos —a los que considera una parte de la vieja casta del poder— se trate también de una estrategia?
R. Puede ser una lectura. Que no teniendo cosas concretas que ofrecer a Europa, quiera demostrar que sus reformas son verdaderas enfrentándose a nosotros. El problema es que Renzi es ya un hombre solo contra todos. Salvo con los empresarios, está peleado con todos. Cree en un compló, en que todos están contra él. Pero, insisto, es fruto de su desorientación, de que creía que iba a gestionar el éxito y en cambio…

P. ¿Usted cree que Renzi está empeorando la situación de Italia?
R. La situación es peligrosa. Es una situación de ruptura. El riesgo es que está llevando la guerra siempre más abajo. Está construyendo una pelea entre trabajadores públicos y privados, entre los que tienen poco y nada. Está quitando recursos del sur para llevarlos al norte. Todo esto divide, rompe. En un clima en el que no hay trabajo, la pobreza está creciendo y los ingresos de las personas están bajando, esta es una situación explosiva. Más aquí.

martes, 22 de julio de 2014

Noruega cumple el sueño de Camilo. Un exguerrillero antifranquista recupera los restos de su hermano gracias a un sindicato noruego que ha donado 6.000 euros para abrir fosas en España

Nunca se han visto, viven a 2.350 kilómetros y jamás han hablado, pero Camilo de Dios, exguerrillero antifranquista, gallego, de 83 años, le debe a Henning Solhaug, secretario del sindicato de electricistas noruego Elogit, de 62, el haber cumplido un deseo que ha ocupado toda su vida: recuperar los restos de su hermano, fusilado en 1950 y enterrado en una fosa en Chaherrero (Ávila). El sindicato, de 15.000 afiliados, decidió donar 6.000 euros a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) al conocer que el Gobierno español ha eliminado las partidas para la apertura de fosas del franquismo. La asociación ha destinado ese dinero a tres exhumaciones este verano; la primera, la del hermano de Camilo, Perfecto de Dios.

Camilo está muy emocionado. “Impresiona mucho ver los huesos. Cómo van desenterrando los pies, la cabeza, las manos...Es una sensación agridulce, pero estoy muy agradecido por la solidaridad recibida”. Veinte voluntarios de la ARMH, como Carmen García-Rodeja y Marco González, se han desplazado a Chaherrero para arroparle, y vecinos del pueblo se acercaron a la fosa para llevar sillas y agua para todos, también para el equipo de arqueólogos, como René Pacheco, cuyo trabajo financia el sindicato noruego. “Les estoy inmensamente agradecido. Yo pedí ayuda al Ayuntamiento y al Gobierno, pero ha tenido que ser un país extranjero el que desentierre a nuestros muertos”.

Solhaug explica por qué el sindicato noruego decidió donar 6.000 euros a la ARMH. “El comité central del sindicato hizo una visita a España para estudiar el impacto de la crisis. La alta tasa de paro nos alarma, pero también la situación de las familias de los más de 100.000 desaparecidos del franquismo, cuya búsqueda, como ha dicho el grupo de trabajo de Naciones Unidas contra las desapariciones forzadas, no puede ser tarea de los familiares; Es una obligación del Estado. Entendemos que la lucha de estos guerrilleros no era solo para defender la democracia española, sino que formaba parte de la lucha contra el fascismo europeo, contra Hitler y Mussolini, y estos pocos euros pagan solo una pequeña parte de nuestra deuda con los republicanos españoles”.

Perfecto de Dios tenía 19 años cuando lo mataron. Con su madre, Carmen Fernández, comunista, y otros dos guerrilleros antifranquistas había salido de los montes gallegos con la intención de llegar a Madrid y después, exiliarse. Pero en Chaherrero, donde habían parado para comprar comida, fueron detectados por la Guardia Civil, que abrió fuego contra el grupo. Perfecto cayó abatido a tiros y su madre no quiso dejarle. Los otros dos guerrilleros huyeron. Uno fue detenido poco después. Era 16 de mayo de 1950.

“Yo tenía entonces 16 años y estaba preso en El Dueso (Cantabria). Me enteré de lo sucedido por una carta de mi madre”, recuerda Camilo. Aquella fue la primera de las muchas cartas que se escribieron de penal a penal. Ambos estuvieron condenados a muerte, aunque finalmente les conmutaron la pena. “Los franquistas no miraban si eras menor o mujer. A mí me torturaron 59 días en el cuartel: te daban martillazos y cortes en las manos y en los pies, aún tengo las cicatrices... Me arrancaron las uñas...”, recuerda Camilo, que se ha sumado a la querella contra el franquismo que investiga la juez argentina María Servini de Cubría en Buenos Aires. “Mi madre estuvo 13 años presa y yo diez”. Al salir de la cárcel, Camilo vivió una temporada en Madrid, hasta que le dijeron que podía volver a su casa, en Sandiás (Ourense). “Nos la habían quitado los falangistas, que luego la pusieron a la venta. Mi familia tuvo que volver a comprar su propia casa”.

Su madre murió en 1999, con 93 años. “Le hubiera encantado vivir este momento”, declara Camilo a pie de fosa, mientras ve a los arqueólogos recuperar los restos de su hermano. “Ahora voy a poder enterrarlos juntos en un cementerio. Perfecto ya no va a estar tirado en un camino, como hasta ahora. Como siguen tantos otros, por desgracia”.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2014/07/21/actualidad/1405958444_465287.html

jueves, 22 de mayo de 2014

Owen Jones: “La libertad de prensa es un mito”. El referente de la nueva izquierda británica clama contra los recortes que amenazan el estado del bienestar.

"Los sindicatos ya no movilizan como antaño"

En persona, Owen Jones, referente de la nueva izquierda británica, parece un ángel rubio con cara de niño, un niño que se muerde las uñas. Al autor de Chavs, la demonización de la clase obrera, un ensayo para comprender los efectos de la crisis, lo confunden con el protagonista de Solo en casa. Tras el chico travieso se oculta, en este caso, un activista que clama contra las desigualdades y los recortes que amenazan el estado del bienestar. Jones (Sheffield, 1984) ha pasado tres días en España, impartiendo conferencias, en Barcelona y en Madrid, como una auténtica estrella mediática. “No tanto”, aclaraba humilde ayer, antes de tomar la palabra en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense, donde lo aguardaban un centenar de estudiantes.

Hace más de tres décadas, cuando se inauguró la facultad, esa misma tribuna la ocuparon trabajadores de Comisiones Obreras que alentaban a los jóvenes a luchar por la libertad. Ahora, el papel de agitador corre a cargo de un joven licenciado en Historia en Oxford y colaborador de The Guardian. “Los sindicatos y la izquierda han sufrido en este tiempo grandes fracasos, carecen del poder de movilización de antaño. Sin embargo, a las protestas de 2010 en Gran Bretaña se unieron muchos sindicalistas. Debemos volver a trabajar juntos”, contó tras la conferencia, frente a una taza de té.

Owen es justo lo contrario de un nostálgico del pasado. “Los trabajadores ahora reciben un mensaje a las seis de la mañana en el móvil en el que se les comunica si trabajan ese día; la Cruz Roja británica se organiza, como en la II Guerra Mundial, para dar de comer a los pobres y más de seis millones de personas se encuentran al borde de la pobreza en Europa”. La culpa, dice, la tienen las políticas neoliberales y la prensa que las secunda. “En Gran Bretaña no tenemos medios de comunicación libres, la libertad de prensa es un mito. Uno de los fracasos de los medios tiene que ver con las ayudas sociales que la prensa caricaturiza constantemente. Los propietarios de algunos medios son millonarios que aplican sus políticas contra los pobres”.

Para acabar con ese estado de cosas, Owen propone juntar fuerzas. “No podemos conseguir el cambio social sin demandas que nos unan a todos”. Su carta de los derechos de los trabajadores pasaría por reivindicaciones comunes, como un salario digno, programas eficaces de vivienda pública, justicia fiscal, control de los bancos y abolición de los paraísos fiscales. En su lucha por conseguirlo, visita escuelas publicas y barrios deprimidos. “Los chicos son muy listos, saben que no podrán conseguir un trabajo que no sea precario... Hay mucha ira en ellos pero nos falta esperanza. La nueva izquierda debe comprometerse con ellos”.

Los chavs, que él ha contribuido a popularizar —en la versión patria un equivalente a pokero o cani—, con sus atuendos deportivos, parecen más bien desarmados ideológicamente. El vocablo chavs entró en la academia en 2004, antes que se publicara su libro. “No tiene tanto que ver con el término sino con lo que representan, ese mundo donde los problemas sociales se convierten en fracasos personales y donde las desigualdades se justifican con un se lo merecen por vagos”. En septiembre vuelve a la carga con The establishment y cómo librarse de él.
Fuente: El País.
Más sobre Owen Jones, aquí
“Las cosas han empeorado desde que escribí Chavs”
Entrevista en la SER, http://www.cadenaser.com/sociedad/audios/owen-jones/csrcsrpor/20140525csrcsrsoc_5/Aes/

miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Nadie llorará por los sindicatos? O cuando nos demos cuenta de lo que están haciendo con ellos y queramos reaccionar, ¿será demasiado tarde?

Isacc Rosa. Eldiario.es

Entre los derrumbes que nos rodean, está pasando desapercibido uno cuyas consecuencias aún no adivinamos: el desplome del modelo sindical que ha sido mayoritario durante casi cuatro décadas en España. El crepúsculo de CCOO y UGT parece a estas alturas tan imparable como irremediable: asfixiados económicamente por el cierre de sus fuentes de financiación, y faltos de cada vez más apoyo, su futuro no puede ser más negro. Pero no se oyen muchas voces que lo lamenten. ¿Nadie llorará por los sindicatos?

Sí, ya sé que CCOO y UGT no son los únicos sindicatos. Que los hayamos percibido así durante tanto tiempo es también parte del problema. Pero sin ignorar que hay otras organizaciones de trabajadores, y que algunas de ellas ofrecen un sindicalismo radicalmente diferente, me temo que el derrumbe de los dos grandes dejará un extenso terreno de ruinas y una polvareda que también cubrirá a esos otros sindicatos en mayor o menor medida.

Aunque muchos trabajadores hace tiempo que ya no cuentan con los sindicatos mayoritarios, y sé que hay quien bailará sobre su tumba, todavía hay quien los considera un activo en la protesta, y por eso días atrás me llegaba repetida una pregunta: “¿dónde están los sindicatos, qué hacen, por qué no se les oye?” Por ejemplo, con el último hachazo a las pensiones, ante el que CCOO y UGT no se han mostrado todo lo contundentes que la ocasión merece.

Sobre ambos sindicatos se ha formado una tormenta perfecta, que está descargando con furia sobre ellos. Una mezcla de errores propios y ajenos, estrategia equivocada, dependencias asfixiantes y falta de reacción cuando todavía estaban a tiempo, les ha convertido en presa fácil de quienes hace tiempo querían cobrarse su cabeza. El resultado, ya digo: la tormenta perfecta.

Es cierto que desde hace años hay una campaña de desprestigio contra ellos, recurriendo a métodos sucios si hace falta. Es cierto que la derecha política y mediática aceptó los sindicatos mientras le garantizaban la paz social, hasta que dejaron de serles útiles. Es cierto que el ataque a los trabajadores pasa también por arrasar toda forma de lucha colectiva, por descafeinada que sea. Y es verdad que los seis millones de parados y las dos reformas laborales últimas han destruido las bases de este sindicalismo, hundiendo la afiliación y dinamitando la negociación colectiva que les daba poder.

Pero también es cierto que estos sindicatos se lo han puesto muy fácil a sus enterradores. A nadie más que a ellos puede culparse de una vocación institucional que les ha llevado a fundirse con el sistema político que hoy se derrumba arrastrándolos en su caída (por ejemplo, en las antiguas cajas de ahorro). Solo ellos tienen la culpa de haber abandonado la calle y preferido los despachos del diálogo social, al que han seguido sentados cuando ya no había nada que dialogar, sentados ante el tablero y las fichas mientras la partida ya se jugaba en otra parte. Son ellos quienes han temido sumarse a movilizaciones más audaces, quienes han dudado cuando hacía falta ser contundentes, quienes no han sabido relacionarse con las nuevas formas de protesta ciudadana.

Son CCOO y UGT quienes han entregado su autonomía económica a un sistema de subvenciones y programas de financiación pública, que hacía posible su asfixia con solo cerrar el grifo, y que hoy los deja a merced de quien concede unos recursos que pueden mantenerlos un poco más con vida. Son también ellos quienes están despidiendo a sus propios trabajadores mediante ERE y aplicando incluso la reforma laboral que criticaban; o quienes no han sabido explicar su participación en la trama andaluza de los ERE o el caso actual de las facturas en Andalucía, aumentando la confusión en sus bases y el desprestigio entre los ciudadanos.

Sí, lo sé: en estos sindicatos, en CCOO y UGT, hay también gente muy valiosa, honesta, luchadora. No hace falta que me convenzan: conozco a muchos de ellos. Y también sé que, pese a su debilidad, todavía tienen fuerza en algunos sectores y empresas, donde no se puede plantear una acción colectiva sin contar con ellos. Pero nada de eso basta hoy, ante la tormenta perfecta que puede acabar ahogando por completo el modelo sindical mayoritario tal como lo conocíamos.

Como decía al principio, me pregunto quién llorará por estos sindicatos. Me pregunto quién siente hoy su ausencia, quién teme su desaparición. Y contesto: yo. Por mucho que me separe de ellos, por mucho que los sepa corresponsables de su propio hundimiento, lamentaré su pérdida. Por motivos históricos, porque ambos tienen detrás una historia de esperanzas colectivas y sacrificios individuales que no merece un final así. Pero sobre todo porque no tenemos un recambio. Todavía no tenemos con qué llenar un hueco tan grande. Y no están los tiempos para abandonar ni una sola trinchera, por vulnerable que nos parezca esta.

No, yo no bailaré sobre su tumba, mientras los cuervos ríen alrededor.
Fuente: http://www.eldiario.es/zonacritica/sindicatos_CCOO_UGT_declive_6_180991915.html

martes, 25 de junio de 2013

Bernadette Sègol. Secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos. “El resultado de tanta desregulación y austeridad es la desesperación social”

“Hoy, Europa se encuentra atrapada por el fracaso de las políticas de austeridad. Los recortes presupuestarios acentúan la recesión, la cual agrava el déficit. El deterioro de las finanzas públicas lleva a los Gobiernos, bajo presión europea, a reforzar las políticas de austeridad. El círculo está cerrado, la trampa se cierra. En esta espiral desesperada, la mayoría de los Gobiernos ataca los sistemas de protección social, los salarios, los derechos laborales e incluso los derechos fundamentales.

El resultado de casi tres años de políticas de austeridad, desregulación y privatización ha sido la explosión del desempleo, la asfixia de la economía, la creciente desigualdad, el aumento de la pobreza, la xenofobia y, en última instancia, la desesperación social.

Europa debe cambiar radicalmente de rumbo para salir de la crisis y crear empleo Esta es la tarea prinoritaria a la que se está dedicando la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Las 87 organizaciones sindicales que agrupa la CES vienen reclamando desde 2012, con unanimidad, un nuevo contrato social para Europa.

Dicho contrato, que deberá ser debatido a todos los niveles, debe basarse en tres pilares: la democracia social —incluyendo especialmente el respeto a la negociación colectiva y diálogo social—, la gobernanza económica al servicio de un crecimiento sostenible y empleos de calidad, y por último, la justicia económica y social (a través de las políticas de redistribución y protección social).

La CES lleva cuatro años demandando la aplicación de un urgente programa europeo de inversiones, que destine entre el 1 y el 2% del PIB europeo, para restaurar el crecimiento sostenible y combatir el desempleo. También hemos insistido, entre otras importantes medidas, en la necesidad de un nuevo pacto social europeo, con una fiscalidad más gradual y redistributiva.

La UE no tendrá futuro sin un modelo social justo. Por ello, la CES llama a todos los actores de la escena europea (Comisión, Consejo, Parlamento Europeo, también a los Gobiernos nacionales, las organizaciones patronales, etcétera) a un gran debate por un nuevo contrato social para Europa”.

lunes, 10 de junio de 2013

Cospedal propone extinguir de forma progresiva 3.656 puestos públicos

"El PP es el partido de los trabajadores". Esta frase la pronunció hace hoy un año y cuatro meses la presidenta de Castilla-La Mancha y número dos del PP, María Dolores de Cospedal. Apenas dos meses después de que Mariano Rajoy llegara a la Moncloa y a pesar de los indicadores del momento, ella seguía sosteniendo que en 2012 se iban a crear 300.000 puestos de trabajo. Pero el balance ha sido bien distinto. Desde que los conservadores llegaron al poder, en noviembre de 2011, el número de parados ha crecido en más de un millón, y el propio Gobierno espera acabar la legislatura con un mayor desempleo que con el que se encontró. La Junta que preside la propia Cospedal tiene pensado dar un paso más en esa misma dirección: pretende acabar progresivamente con hasta 3.656 puestos públicos del personal laboral de la administración regional. Eso es lo que se desprende de la propuesta de convenio colectivo que fue planteada por la Dirección General de la Función Pública (ver PDF) a los agentes sociales en una de las últimas reuniones para negociar dichas condiciones que se celebró el pasado jueves en Toledo, y a la que ha tenido acceso Público. El borrador, cuya veracidad ha sido comprobada y corroborada por los sindicatos consultados por este diario que estaban presentes en dicho encuentro -a pesar de las numerosas llamadas realizadas, las fuentes de la Junta contactadas se han negado a dar ningún tipo de explicación-, contempla la extinción de esas 3.656 plazas, de manera que... La "conducta antisindical" de la Junta "Es la sentencia de muerte del personal laboral público y el comienzo de las privatizaciones de sus labores", lamenta un portavoz sindical. Critica en especial la destrucción de las plazas de personal de limpieza, lo que afectará principalmente, según él, a institutos, residencias de mayores y escuelas infantiles. Los encuentros entre administración y sindicatos se producen en medio del proceso abierto por el Tribunal Superior de Justica de Castilla-La Mancha para esclarecer si la Junta que preside Cospedal violó el derecho a la negociación colectiva de los sindicatos durante las conversaciones que derivaron en otra destrucción de puestos de trabajo, la de otros 700 empleos. En un escrito reciente que adelantó Público, el fiscal del caso daba la razón a las centrales sindicales -que fueron quienes denunciaron al Ejecutivo de Cospedal-, al considerar que la administración autonómica había mantenido una "conducta antisindical" y había "impedido cualquier negociación" al respecto.

martes, 15 de enero de 2013

¿Muerte a los sindicatos?

Nueva moda. Rajar de los sindicalistas. Algo fácil y barato, por cierto. Lo llevan en la solapa ciertos políticos, lanzando mensajes subliminales sobre su actual falta de utilidad para los trabajadores, politización, corrupción, derroche económico. Resulta curioso: Los mismos que alientan al escarnio público, suelen lanzar piedras cargadas por sus propias mezquindades.

Además, la destrucción del sindicalismo hace mucho más fácil la labor de los gobernantes, sin movilizaciones ni huelgas, especialmente la de quienes dirigen tras la cortina. Qué bien estaríamos si no existieran los sindicatos, piensan algunos.

El problema es que esa frase por la que suspiran los gobernantes "Qué bien estaríamos sin sindicatos" empieza a calar entre la gente de a pie, con un discurso cargado de improperios, gritos, oportunismo, mala leche y, sobre todo, un enorme vacío de argumentos que se resume en: "Para lo que hacen, mejor que no hagan nada", "Por mi los echaba a todos y los ponía a trabajar", "Están vendidos, no se mueven, no están con los trabajadores". Luego terminan reservándote para el final el placer de oír la raída historia de: "Conozco a uno que está de liberado sindical.".

Confesar ser liberado sindical, en estos tiempos que corren, es un auténtico pecado capital. Mejor inventar cualquier otra cosa antes de que te descubran. Te pueden acechar en cualquier esquina, a cualquier hora: sacando dinero, haciendo la compra, recogiendo a tus hijos en el colegio. Cualquier lugar y excusa es buena, para utilizar como insulto la palabra "sindicalista".

Se puede ser banquero chupasangre, se puede ser político en cualquiera de sus muchos cargos (concejal, alcalde, o delegado provincial.) y trincar todo lo que se quiera, aceptar sobornos y trajes, realizar chantajes, revender terrenos públicos, recortarle el sueldo a los trabajadores o directamente despedirlos sin indemnización. Se puede, incluso, aumentar el recibo de la luz a los pensionistas hasta asfixiarlos, o salir en fotos besando niños y ancianos mientras los colegios y asilos se caen a trozos, cobrar dos o tres sueldos en tres cargos diferentes, declarar a hacienda que se está arruinado mientras se cobra de mil chanchullos distintos, para que su hijo obtenga la beca que le permita comprarse una moto a costa del Estado.

En este maldito país se puede ser lo que se quiera, pero no sindicalista. Nadie se acuerda ya de la última huelga, aquella en que nadie de la empresa fue, excepto los dos afiliados que perdieron el sueldo de aquel día, para que luego se firmara un acuerdo que les subió el sueldo a todos. Incluso a aquellos que escupieron sobre la huelga.

O de Luís, ese hombre que estuvo 30 años cotizando, y que gracias a la pre-jubilación que se consiguió en su momento, puede ahora, con 60 años y despedido de su puesto, tirar para adelante sin necesidad de buscar un trabajo que nadie le ofrecería.

Recuerden también a Marta, la chica de 23 años que estuvo aguantando un jefe miserable con aliento a coñac, que le obligaba a hacer más horas extras para tener un momento de intimidad donde poder acosarla mientras le recordaba cuándo le vencía el contrato. Hasta que su mejor amiga la llevó al sindicato y, gracias a una liberada sindical, ahora el tipo ha tenido que indemnizarla hasta por respirar.

Son muchos los que les deben algo a los sindicatos, y a los sindicalistas: El maestro que pudo denunciar al padre que le pegó en la puerta del colegio, los trabajadores que consiguieron que no les echaran de la RENAULT, la chica que pudo exigir el cumplimiento de su baja por maternidad en su supermercado. Porque también fue una liberada sindical la que se puso al teléfono el día en que despidieron a Julia, la chica de la tienda de fotos, y le ayudó a ser indemnizada como estipulan los convenios; y aquel otro joven que movió cielo y tierra para arreglarle los papeles al abuelo para procurarle una paga medio-decente, porque los usureros de hace 30 años no lo aseguraban en ningún trabajo. Para qué recordar las horas al teléfono escuchando con paciencia a cientos de opositores a los que no aprobaron, gritando e insultado porque en el examen no les contaron 2 décimas en la pregunta 4. O el otro compañero sindicalista, el que denunció a la constructora que se negaba a indemnizar a la viuda de su amigo Manuel, que trabajaba sin casco.

Ya nadie se acuerda de dónde salieron sus vacaciones, los aumentos de sueldo que se fueron consensuando, el derecho a una indemnización por despido, a una baja por enfermedad, o a un permiso por asuntos propios.

Esta sociedad del consumo, prefiere tirar un saco de manzanas porque una o dos están picadas, por muy sanas que estén el resto. Los precedentes televisivos: entrenadores de fútbol, famosos de la exclusiva en revistas, y demás subproductos, se convierten en clinex de usar y tirar dependiendo de las modas. Ahora, en un momento en que los trabajadores deben estar más juntos, arropados y combatientes contra quienes realmente les explotan, aparecen grietas prefabricadas en los despachos de los altos ejecutivos, ávidos de hincar más el diente en el rendimiento de la clase trabajadora.

¿Quién tirará la primera piedra?. ¿Serán los políticos gobernantes, o los banqueros quienes hablarán de dejadez o vagancia?. ¿Tendrán capacidad moral los jueces o los periodistas, de hablar de corrupción en las demás profesiones?. ¿Serán más idóneos para iniciar lapidaciones, los super-empresarios del ladrillo?. ¿En qué profesión se puede jurar que no existen vagos, corruptos, peseteros, o ladrones?. ¿Preguntamos mejor entre la Iglesia o la Monarquía.?. Pero qué fácil resulta rajar en este país. Siembra la duda, y obtendrás fanatismo barato.

Qué bien asfaltado les estamos dejando el camino a quienes realmente nos explotan cada día. ¡Acabemos con los sindicatos!. Sí. Dejemos que la patronal y los bancos regulen los horarios, las pensiones, los sueldos, las condiciones laborales y los costes del despido. Verán cómo nos va a ir con la reforma del mercado laboral, cuando los sindicatos dejen de existir y no puedan convocarse huelgas ni manifestaciones.

Verán qué contentos se pondrán algunos cuando sepan que ya no estarán obligados a pagar las flores de los centenares de trabajadores que mueren todos los años, a costa de sus mezquindades.
Iñaki Gabilondo.

También;
https://verdecoloresperanza.blogspot.com.es/2016/08/la-desfachatez-intelectual-ignacio.html#links

domingo, 5 de agosto de 2012

GESTHA manifiesta su total desacuerdo con las nuevas medidas anunciadas por el presidente del Gobierno.



Cuadro 1. Medidas alternativas de GESTHA para aumentar la recaudación

Medidas
Recaudación anual adicional
Nuevo tipo del 35% en el Impuesto de Sociedades para beneficios a partir del millón de euros 13.943 millones
Reducción de la economía sumergida en diez puntos 38.577 millones
Impuesto sobre la Riqueza 3.399 millones
Prohibición de las operaciones en corto contra la Deuda Pública * 1.400 millones
Restricciones al sistema de módulos, SICAV, tipo de la Renta del Ahorro
y ganancias patrimoniales especulativas 1.490 millones
Impuesto a las Transacciones Financieras*         5.000 millones
Total 63.809 millones

* Instando su implantación en el ámbito de la Unión Europea. 


...Los empleados públicos no han generado el agujero de 60.000 millones de euros de las Cajas de Ahorro, tampoco han provocado el Déficit de Tarifa eléctrica de 25.000 millones, ni el Déficit Presupuestario de 2011 de 91.344 millones de euros, ni de una Deuda Pública del 72% del PIB ( 774.549 millones de euros), tampoco somos responsables de la enormes deudas no financieras de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, y sin embargo, una vez más nos hacen pagar los errores de otros y, no conformes con ello, nuestros propios Jefes (Ministro y Secretario de Estado de AAPP), denigran nuestro trabajo con comentarios sobre el “cafelito” y que “aprobar un examen” no justifica no hacer nada. 
Por todo lo anterior, GESTHA, Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, rechaza rotundamente las medidas anunciadas por el Gobierno, frente a las que continuará planteando en todos los ámbitos sus propuestas alternativas para reducir el déficit, para dignificar la función pública y por ende a los funcionarios y, en este contexto, se muestra de acuerdo con las actuaciones propuestas por las Organizaciones Sindicales y, en aras a preservar la unidad sindical y no dispersar los esfuerzos, anima a todos los CTH a participar en todas aquellas movilizaciones que, convocadas conjuntamente por las Organizaciones Sindicales más representativas a nivel estatal en el ámbito de las Administraciones Públicas, cada uno considere procedentes

sábado, 15 de enero de 2011

¿Por qué atacan tanto a los sindicatos?

Uno de los grandes objetivos de las políticas neoliberales ha sido y sigue siendo debilitar a los sindicatos y han tratado de conseguirlo de muchas formas.

Tratan de convencer a los trabajadores de que conseguirán obtener más beneficios si negocian por su cuenta las condiciones de trabajo. Una estupidez evidente pero que logra calar muchas veces cuando al mismo tiempo y por todos lados se difunden ideas y valores individualistas y el rechazo a la cooperación y a la solidaridad para hacer creer a las personas que su futuro depende solo de lo que ellas hagan y no de su relación con todas las demás.

Suelen decir también que los sindicatos solo luchan por los intereses de sus afiliados pero la realidad es que todas las conquistas sociales que se han ido alcanzando a lo largo de la historia se han logrado gracias a la presión sindical y que de ellas se han beneficiado no solo los afiliados sino siempre la totalidad de los trabajadores.

A menudo difaman a los líderes sindicales. Y así hemos llegado a ver que los medios de comunicación que suelen ser propiedad de la gran empresa dedican ríos de tinta a tratar de denunciar que un sindicalista tienen un piso de 120 metros cuadrados o dos coches sin que digan nada presidentes de la patronal o de empresarios que son simples estafadores y sin mencionar que, en realidad, la inmensa mayoría de los afiliados y dirigentes de los sindicatos viven mucho más que modestamente.

Los críticos de los sindicatos les acusan de que son ellos los culpables de la baja productividad o de que las empresas no sean competitivas por su culpa, sin mencionar que es el esfuerzo diario de millones de trabajadores, y entre ellos los que están afiliados, es lo que hace que las empresas produzcan, salgan adelante y proporcionen beneficios a sus propietarios.

Se acusa a los sindicatos de gastar mucho dinero público pero cuando se dice eso no se compara lo que llega a quienes organizan y defienden a los trabajadores con lo que reciben directa e indirectamente instituciones como las iglesia católica, las patronales, los partidos políticos, las grandes empresas y las grandes fortunas y corporaciones. Y los mismos que denigran a los sindicatos porque según ellos derrochan el dinero son los que nunca piden que se tire de la manta de la economía sumergida, del fraude fiscal o que se prohíban de una vez los paraísos fiscales y los grandes privilegios de los grandes capitales y patrimonios. Y, sobre todo, no se dignan reconocer el hecho evidente de que si no fuese por ese dinero que reciben los sindicatos a los trabajadores les costaría mucho más defender sus derechos y vivirían en peores condiciones.

No voy a decir que todo lo que hacen los sindicatos está bien. Como en todas las organizaciones humanas hay oportunistas, burócratas y supongo que docenas de personas deshonestas y vendidas al enemigo. Pero me niego a aceptar que haya más que en otros lugares y, sobre todo, no estoy dispuesto a juzgarlos como si hicieran más daño que otras personas, instituciones u organizaciones que son responsables del padecimiento y la muerte de cientos de millones de personas, de las crisis que nos asolan y de los crímenes que pasan por ser grandes pelotazos financieros, como se nos quiere hacer creer.

Puede ser que haya sindicatos en donde una parte mayor o menor de sus dirigentes hayan sido en algún momento vencidos por las ideas neoliberales pero ni siquiera así admite comparación el daño que hayan podido producir con el que diariamente hacen quienes trabajan para el capital.

Los sindicatos son, simplemente, trabajadores normales y corrientes que se organizan. No conozco a muchos millonarios que se hayan afiliado en organizaciones sindicales para hacer carrera allí. Y su fuerza, la eficacia de su actuación y el éxito de su lucha depende de que no sean unos pocos sino muchos y dispuestos a no dejar pasar ni una brizna de corrupción ni cobardía.

Se puede admitir, porque es verdad, que los principales sindicatos españoles han perdido una gran parte de autonomía en los últimos años y que eso se ha traducido en un mayor sometimiento al poder económico y político. Pero es una falacia creer que eso se debe solo a la simple voluntad o a la "maldad" de los propios sindicalistas. Muchos de ellos habrán podido creer, yo creo que erróneamente, que la vía de la financiación pública era la que les llevaba a disponer de mayor fuerza y capacidad de acción. Pero ni siquiera eso es culpa exclsuivamente suya. Si hubiese muchos más miles de afiliados, si las clases trabajadoras no fuesen tan conservadoras y no hubieran asumido con tanta decisión los valores neoliberales, si en lugar de criticar desde fuera hubiese muchos miles más de afiliados presentes en sus asambleas, quizá los sindicatos no habrían terminado por ser tan dependientes y su trabajo a veces tan insatisfactorio y frustrante. Y es por ello que, si es que eso es un problema fundamental, tiene una solución que no puede ser la de abandonarlos a su suerte, como pregonan las derechas y muchos izquierdistas, sino la de estar con ellos, apoyarlos y unirse a su lucha para hacer que ésta sea de verdad la que convenga a todos los trabajadores.

Porque, con independencia de las preferencias ideológicas y de los prejuicios, las consecuencias de que haya sindicatos más o menos fuertes están bastantes claras. Allí donde los sindicatos son más débiles, allí donde hay menos afiliación sindical, allí donde su capacidad de negociación es menor, allí es donde viven peor los trabajadores, y no solo ellos, sino también las clases medias y los pequeños y medianos empresarios. Y, al mismo, tiempo, allí donde los poderosos quieren tener expedito su poder para ganar dinero y abusar de los trabajadores lo primero que hacen es acabar con los sindicatos y con los sindicalistas, matándolos si hace falta, como ha ocurrido y ocurre en tantos lugares del mundo.

Así lo subrayaba hace un tiempo el Premio Nobel de Economía Paul Krugman. En una conferencia ante la Labor and Employment Relations Association (LERA) de Estados Unidos decía que la menor afiliación sindical suponía que ese país había "perdido algo fundamental para mantener una sociedad decente".

El Premio Nobel señalaba que la menor afiliación y las mayores dificultades para que los trabajadores se unieran a los sindicatos y así pudieran negociar mejor sus condiciones de trabajo eran una de las causas que provocaban el gran incremento de la desigualdad. Incluso mencionó investigaciones que habían puesto de relieve que un tercio de la diferencia en la desigualdad entre Estados Unidos y Canadá se debía a la caída en la afiliación en el primero de esos países. Y lo que quizá resultaba más relevante. Según Krugman, la sindicación actúa como una especie de "paraguas" que no solo beneficia, como dije más arriba, a los afiliados, sino a toda la sociedad trabajadora: "Para tener una sociedad de clase media se necesita un movimiento sindical fuerte", dijo Krugman.

Por eso, se puede decir que lo que buscan quienes se están dedicando en España a debilitar a las organizaciones sindicales, a denigrar y calumniar a sus dirigentes y al conjunto de los sindicalistas y trabajadores y trabajadoras que se afilian a ellos, por muchos errores que hayan podido cometer, no es otra cosa que tratar de crear mejores condiciones para disfrutar de sus privilegios. No buscan una sociedad mejor, ni más austera, ni más libre, ni más productiva, ni siquiera más favorables para el empresariado (porque cuanto más bajos sean los salarios menos ganarán las empresas y cuanto peores condiciones de trabajo haya, menos productivas serán). Solo buscan tener las manos más libres y menos gente enfrente que esté dispuesta a impedir que sigan siendo privilegiados a costa de los demás.

Algunos datos pueden dar idea de a dónde lleva el debilitamiento de los sindicatos y la negociación de las condiciones de trabajo al margen de ellos.

En Estados Unidos, en 1980 un 24% de los trabajadores estaban representados por los sindicatos y en 2009, solo el 12,3% del total y el 7,6% de los del sector privado.

Pues bien, según las cifras del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en 2009 la distribución de la renta había llegado a ser la más desigual de los últimos treinta años y los salarios alcanzaban su menor nivel sobre el total de las rentas en ese periodo. Según el Bureau of Labor Statistics, en marzo de 2009 el salario de los trabajadores no afiliados era un 20% menor que el de los afiliados, éstos disfrutaban de derechos en salud, vacaciones y otros conceptos que los primeros no tenían; el 78% de los afiliados tenía seguro médico frente a solo el 51% de los no afiliados y el 77% de los primeros tenía planes de pensiones frente a solo el 21% de estos últimos (Dave Johnson America Is Strong When Our Unions Are Strong).

Está claro, pues, lo que ocurriría en España si logran acabar con la negociación colectiva y reducir a los sindicatos a su mínima expresión. Y también por qué tratan de destruir a los sindicatos, por qué quieren que los trabajadores y trabajadoras nos alejemos de ellos y qué es lo que van a ganar si lo consiguen. Así que seremos sencillamente tontos si en lugar de apoyar, por supuesto todo lo críticamente que haga falta, a las organizaciones sindicales nos dejamos llevar por las cantinelas que lanzan quienes quieren que desaparezcan.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Sindicatos CC.OO y UGT convocan protestas para 15 y 18 diciembre

Las organizaciones de trabajadores prevén paros parciales y manifestaciones en todas las capitales de provincia. En concreto para mañana 18 en Cáceres a las 12 de la mañana.
Los dos mayores sindicatos españoles convocaron movilizaciones en todo el país para el 15 y 18 de diciembre, con miras a revertir una cuestionada reforma laboral y evitar el congelamiento de las pensiones el próximo año.
Las organizaciones de trabajadores prevén paros parciales de sectores aún por determinar y manifestaciones en todas las capitales de provincia de España, proyectadas bajo el lema "La movilización continúa” como resultado del éxito de la paralización del pasado 29 de septiembre, primer paro realizado durante el gobierno socialista del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en un país sumido en una crisis que, entre otras consecuencias, ha provocado una tasa de desempleo del 20 por ciento.
Entre las medidas tomadas a mediados de este año por el Gobierno español para reducir el déficit fiscal, se encuentran la baja del sueldo de los funcionarios públicos en un 5% en 2010 y su congelación en 2011, así como el congelamiento de las pensiones a partir de enero próximo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los sindicatos llevan razón

Existe una visión muy generalizada en amplios sectores políticos y mediáticos españoles (incluyendo algunos de izquierdas) que considera que el nivel de integración de las economías de los países en la economía mundial global es tal que la globalización económica es, en realidad, la que determina lo que un país puede hacer o dejar de hacer. En esta visión, los estados deben someterse a los dictámenes de ese orden económico globalizado, hasta el punto de que el sistema democrático dentro de cada país desaparece y se convierte en irrelevante. La última versión de este determinismo globalizador es la respuesta de la Unión Europea y de España al dictamen de los mercados financieros. Se subraya en los mayores medios de información que, en respuesta a las exigencias de estos mercados, no hay otra alternativa que llevar a cabo políticas impopulares (tales como las políticas de austeridad de gasto público y social, y las desreguladoras del mercado de trabajo que faciliten el despido, entre otras) para tranquilizar a los mercados y evitar así que estos penalicen a tales estados, dificultando el pago de la deuda soberana y la obtención de crédito.

Se nos dice que no entender esta realidad y oponerse a estas políticas, tal como hacen los sindicatos en la Unión Europea (también en España) y los partidos a la izquierda de los partidos gobernantes es “estúpido”, tal como afirmaba Fernando Vallespín en su artículo de El País “La huelga zombi” (17-09-10). Este artículo, además de criticar a tales partidos y sindicatos “por demonizar el capitalismo”, señalaba que un indicador de la inevitabilidad de las políticas realizadas por el Gobierno español era la falta de propuestas de políticas públicas alternativas por parte de tales agentes sociales e instrumentos políticos. Decía Vallespín que muchos de ellos no habían hecho propuestas (porque según él no existían) de cómo, por ejemplo, compaginar “el gasto público social con la respuesta necesaria para evitar el pago de excesivos intereses debido a los mercados financieros”. En realidad, tal artículo (tanto en su contenido como en su tono insultante) es representativo de la hostilidad presentada por los cinco rotativos de mayor difusión del país hacia la convocatoria de huelga general y hacia sus convocantes –los sindicatos– y los partidos que apoyan tal convocatoria.

Tal argumento de inevitabilidad es, sin embargo, profundamente erróneo. Su función no es explicar la realidad económica, sino justificar unas políticas públicas, detrás de las cuales están la banca –que causó la crisis financiera– y la gran patronal –que facilitó la aparición de la crisis (ver mi artículo “La causa de la crisis”, Público, 09-09-10)–, así como las instituciones dominadas por el capital financiero (como el Fondo Monetario Internacional) y las derechas europeas (como el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo). En realidad, las políticas que están desarrollando los gobiernos de la eurozona, en respuesta a las presiones de aquellas instituciones, son las mismas políticas que han estado presionando durante muchos años. Quieren utilizar la crisis (que ellos provocaron) para conseguir lo que han deseado siempre. Y utilizan ahora el argumento de los mercados financieros (como antes utilizaron el argumento de la globalización) para subrayar que no hay alternativas a las políticas que ellos proponen. La realidad, sin embargo, es distinta. Los mercados financieros hablan con muchas voces, y no puede concluirse que lo que están exigiendo sea la reducción del déficit mediante la reducción del gasto público. La agencia Moody’s, por ejemplo, indicó (30-06-10) que el problema de España eran “las débiles perspectivas de crecimiento de su frágil economía” (que la reducción del gasto público acentuará). Los países que están experimentando mayores dificultados (los famosos PIGS, Portugal, Irlanda, Grecia y España) tienen, por cierto, el menor gasto público de la eurozona, y sus políticas fiscales son las más regresivas. Pero, independientemente de lo que dijeran tales agencias, el hecho más importante es que el mismo establishment europeo que está proponiendo estas medidas impopulares tiene en sus manos el poder para imponer su voluntad sobre tales mercados (ver mi artículo “Otras políticas públicas son posibles y necesarias”, 29-07-10 en www.vnavarro.org). No es cierto que los estados deban someterse a los mercados. Los estados y la Unión Europea pueden controlar los mercados. La evidencia de ello es abrumadora. Lo que ocurre es que la enorme influencia política del capital financiero sobre tales estados hace que se sigan aquellas políticas impopulares. Y ahí está la raíz del problema, un problema que es político más que económico: las relaciones de poder dentro de cada Estado.

La Unión Europea que tenemos es la Europa que han ido configurando las derechas con la ayuda del socioliberalismo, que ha construido una Europa a las espaldas de las poblaciones de sus estados miembros, que presenta sus propias propuestas como las únicas posibles. Pero existen alternativas, y también en España. No es cierto que –como Vallespín afirma– los sindicatos y las izquierdas no hayan hecho propuestas alternativas. Para cada política neoliberal existen propuestas alternativas. En lugar de intentar conseguir fondos para el Estado congelando las pensiones y disminuyendo los salarios de los empleados públicos, se ha propuesto revertir las políticas fiscales regresivas que restaron ingresos al Estado. Y en lugar de gastar cantidades ingentes en la banca y en las cajas, se ha propuesto hacer de las cajas bancos públicos, para facilitar el crédito, y así un largo etcétera.

El hecho de que Vallespín parezca desconocer tales propuestas puede deberse a que sólo lee los diarios de mayor difusión donde, en su avalancha hostil en contra de la huelga general, nunca aparecen tales alternativas, como parte de una discriminación antidemocrática contra las izquierdas. Pero ahora, además de ignorarlas, importantes voces del establishment mediático las insultan, llamándolas “estúpidas”. La abundante evidencia existente sobre estas alternativas, sin embargo, hace merecedores de tal calificativo a quienes lo utilizan. (Vicenç Navarro)

miércoles, 23 de junio de 2010

Los Sindicatos son tan necesarios como siempre.

Los sindicatos llevan razón
Una de las explicaciones que se han dado con mayor frecuencia en las revistas económicas españolas (la gran mayoría de las cuales están financiadas por la banca y por el mundo empresarial y que, por lo tanto, reproducen la doctrina económica neoliberal que tales grupos promueven) al elevado desempleo en España, es la supuesta rigidez del mercado laboral, resultado de lo que se considera excesiva influencia de los sindicatos que, en su defensa de los contratos fijos (llamados insiders, es decir, los que están dentro del mercado laboral), están protegiendo a los trabajadores de edad avanzada a costa de los jóvenes que tienen dificultades en encontrar empleo (y a los que se les llama, por ello, outsiders, es decir, los que están fuera del mercado laboral), pues los puestos de trabajo existentes están ya ocupados por los otros trabajadores de edad más avanzada (que pueden ser sus padres). Como consecuencia de dar mayor seguridad al padre, dificultando poder despedirle, el empresario se lo piensa dos veces antes de ofrecerle un trabajo a su hijo, pues teme que más tarde no podrá despedirle. Y de ahí se concluye que el empresario no cree empleo y, por lo tanto, el desempleo sea alto. Se asume así que hay una lucha intergeneracional por puestos de trabajo. Esta lucha intergeneracional se presenta también por los mismos autores en el caso de las pensiones, aunque ahí no es entre los jóvenes y sus padres, sino entre los jóvenes y sus abuelos. Los ancianos –se nos dice- están sobreprotegidos, viviendo en condiciones muy favorables, resultado de pensiones excesivamente generosas, y ello a costa de los jóvenes que contribuyen más de lo que les corresponde, pagando las pensiones de sus abuelos, pensiones que ellos mismos no podrán disfrutar, resultado de la supuesta insolvencia de la Seguridad Social (ver mi crítica a David Taguas, fiel representante del pensamiento neoliberal, que fue, en su día, director de la oficina económica de La Moncloa en el gobierno Zapatero, “La Seguridad Social es viable. Réplica a David Taguas”, www.vnavarro.org. 24.02.10).
La tesis insider-outsider como causa del desempleo fue promovida hace ya varios años por el secretariado económico de la OCDE (el club de los países más ricos del mundo) en su informe Employment Outlook 1999. En tal informe se indicaba que el hecho de que el desempleo promedio de los países de la UE-15 hubiera sido mayor (durante el periodo 1980-1999) que en EEUU se debía a que los mercados de trabajo de aquellos países eran más rígidos y regulados que los de los de EEUU. Y como prueba de ello, se referían a la dicotomía insiders versus outsiders que, según ellos, caracterizaba a los mercados laborales europeos. Tal tesis fue desacreditada rápidamente, pues los datos mostraban fácilmente el error de sus supuestos. En realidad, el desempleo de los países que constituirían la UE-15 había sido menor durante el periodo anterior 1960-1980, que el desempleo de EEUU, aún cuando los mercados laborales europeos estaban ya entonces más regulados que los estadounidenses. Es más, los mercados laborales en la UE-15 estaban más desregulados en el periodo 1980-1999 que en el periodo anterior, 1960-1980. No podía, por lo tanto, considerarse que el mayor desempleo en la UE pudiera atribuirse a la mayor regulación de los mercados de trabajo europeos (ni tampoco a los insiders-outsiders). Es más, el desempleo entre los jóvenes en EEUU (que no tenía tal dicotomía outsiders-insiders) era mucho mayor que en varios países de la UE-15. Ello llevó a que la OCDE tuviera que corregir su tesis. Y en su informe Employment Outlook 2006 concluyó con la siguiente frase “de nuestro análisis de la OCDE podemos afirmar que el impacto de las medidas proteccionistas de empleo (nota mía, la narrativa utilizada para definir lo que los autores neoliberales llaman rigideces laborales) es estadísticamente insignificante para explicar el nivel de desempleo en un país de la OCDE”. Más claro, el agua. A partir de entonces, la OCDE ha dejado de utilizar el argumento outsider-insider para explicar el desempleo (aunque utiliza otros argumentos, igualmente erróneos, pues continúa estancada en el pensamiento neoliberal).
Pero los economistas neoliberales, impermeables a los datos, continúan repitiendo el dogma insiders-outsiders para explicar el desempleo, siendo el último ejemplo el artículo de Juan J. Dolado en El País 17.06.10 donde, de nuevo, los insiders, los trabajadores adultos son responsables del elevado desempleo de los jóvenes, concluyendo que lo mejor para todos es que se facilite a los empresarios que puedan despedir, por igual, a todos los trabajadores, asumiendo que hoy los empresarios tienen grandes dificultades en hacerlo. Los datos, sin embargo, no avalan tal supuesto. Según los datos oficiales del Ministerio de Trabajo, en el periodo de octubre 2008 a octubre 2009, el 50% de contratos extinguidos han tenido una indemnización de sólo 8 días por año. Y la gran mayoría de los restantes han recibido una indemnización de 20 días por año, y sólo para una minoría de despidos declarados improcedentes, la indemnización ha sido de 33 a 45 días por año. Es más. Y como bien ha escrito Vidal Aragonés “Una reforma constituida a base de mitos” El Periódico (17.06.10), “el coste para los empresarios es sustancialmente inferior en muchos casos. En el caso de los despidos individuales y colectivos en empresas de menos de 25 trabajadores que deriven de causas económicas, técnicas organizativas o productivas, el empresario pagó (en 2009) el 60% y FOGASA (Fondo de Garantía Salarial) el restante 40%. Y las empresas insolventes no abonaron cantidad alguna, asumiendo FOGASA el total de la indemnización”.
Lo que estamos viendo es una enorme avalancha mediática e ideológica encaminada a responsabilizar a los sindicatos del elevado desempleo en España. Para ello, el argumentario incluye un intento de separar a los sindicatos de su función defensora de los intereses de los trabajadores, presentándoles a los sindicatos como aparatos corporativistas que defienden sus propios intereses, que se presentan como distintos –en realidad, incluso opuestos- a los intereses de los trabajadores que representan. Un ejemplo de esta postura es el artículo de Francesc Homs i Molist, representante de la derecha en Cataluña, CIU, en El Siglo (18.06.10) en el que hace la afirmación de que si el PSOE fuera en realidad auténticamente solidario con los trabajadores, deberían enfrentarse a los sindicatos, pues éstos están dificultando la resolución del elevado desempleo. Es sorprendente como las derechas en España (responsables de que España –y Cataluña- estén a la cola de la UE en su estado del bienestar y de que los salarios de los trabajadores sean de los más bajos) estén ahora presentándose como los partidos de los prabajadores (ver mi artículo “Partido Popular, ¿el Partido de los Trabajadores?” El Plural 14.06.10, y “Los nacionalismos conservadores y liberales en España”, de pronta publicación en Público.
Las causas nunca mencionadas del desempleo
Lo que múltiples estudios científicos han mostrado es que la causa más importante para que se cree o destruya empleo es la demanda que los empresarios tienen sobre los bienes y consumos que producen... Seguir aquí Vicenç Navarro. El Plural

sábado, 1 de mayo de 2010

Hoy es 1º de mayo, día histórico para los trabajadores del mundo entero.

Dos, de las muchísimas razones para justificar la necesidad de la lucha sindical.
1.La crisis social llega al Parlamento Europeo

Le Monde Diplomatique en español Abril 2009. Numero 162

Polémica sobre una decisión demasiado favorable a las empresas
Por Anne-Cécile Robert

Ahora que los partidos políticos preparan las listas para las elecciones del próximo mes de junio, el Parlamento Europeo sigue siendo una institución desconocida. Sin embargo, una jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que legaliza el dumping social, provocó entre los eurodiputados un revelador debate a finales de 2008. Mientras la crisis económica se extiende, los textos adoptados muestran las contradicciones y los límites de una asamblea que quisiera ser la expresión de los pueblos de la Unión Europea.

Varias semanas después de los hechos, aún puede verse la estupefacción en el rostro de Jan Andersson, presidente de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo. En unos pocos meses, desde noviembre de 2007 hasta junio de 2008, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) pronunció cuatro fallos donde se afirma la primacía de los derechos de las empresas por sobre los de los trabajadores. En el caso Viking, un armador finlandés deseaba transferir un ferry bajo bandera estonia para sustraerse de un convenio colectivo. En el caso Laval, un sindicato sueco había intentado, bloqueando las operaciones de una empresa constructora, obligar a un prestador de servicios letón a firmar un convenio colectivo. En el caso Rüffert, una empresa polaca instalada en Baja Sajonia, pagaba salarios inferiores al mínimo local. Y por último, el 18 de junio de 2008, el TJCE fue intervenido por la Comisión Europea, que consideraba excesivas las obligaciones impuestas por Luxemburgo a un prestador de servicios extranjero (ver Tambien "Sindicatos acosados").
Seguir aquí.

2. Sindicatos acosados


Por Anne-Cécile Robert

Por medio de cuatro fallos, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) legitimó el dumping social en el mercado común (1). En el caso Viking, juzgado el 11 de diciembre de 2007, una compañía finlandesa quería transferir un ferry bajo pabellón estonio, a fin de eludir un convenio colectivo finlandés. El TJCE falló en contra de los sindicatos que se oponían a una maniobra destinada a pagar menores salarios. En el caso Laval, juzgado el 18 de diciembre de 2007, un sindicato sueco buscaba obligar a un prestador de servicios letón a firmar un convenio colectivo, como es costumbre en Suecia, para lo cual bloqueó la obra que la empresa realizaba en ese país. El TJCE le dio la razón a las empresas que se quejaban de una restricción a la libertad de establecimiento y de libre prestación de servicios, derechos reconocidos por los artículos 43 y 49 del Tratado de Roma. Está hecha la UE para los empresarios y los ricos?
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