domingo, 9 de junio de 2024

Cómo prepararte mejor para un examen si solo tienes tiempo de estudiar en el último momento

Joven tomando notas en un clase

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Pie de foto,Prepararse para un examen puede ser una experiencia estresante.

Si estás en la escuela o la universidad y te ha llegado el momento de prepararte para los exámenes, es posible que te encuentres tratando de memorizar información que aprendiste hace mucho tiempo y que has olvidado por completo, o que no aprendiste en primer lugar de manera efectiva.

Desafortunadamente, tratar de absorber mucha información en poco tiempo es una forma muy ineficiente de aprender adecuadamente.

Pero, a veces, es necesario para aprobar un examen.

Por eso puedes incorporar lo que sabemos sobre cómo funciona el aprendizaje al repasar, para que sea más efectivo.

Una gran cantidad de evidencia de investigaciones sobre cómo funciona la memoria a lo largo del tiempo muestra que al principio olvidamos nueva información muy rápidamente, y después el proceso de olvido se ralentiza.

En la práctica esto significa que los tiempos de estudio muy comprimidos causan una cantidad catastrófica de olvidos.

Una mejor opción es espaciar el aprendizaje de un tema en particular de manera más gradual y durante un período más largo. Esto se denomina "efecto de memoria espaciada" o "repetición espaciada" y hace que las habilidades y los conocimientos se retengan mejor y durante más tiempo.

Investigaciones han descubierto que recordamos mejor la información cuando dejamos un espacio de tiempo entre estudiar algo por primera vez y volver a visitarlo, en lugar de hacerlo de inmediato.

Personas en un examen

Personas en un examen

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A la hora de retener información, resulta más eficiente espaciar el aprendizaje y el repaso. 

Esto funciona incluso en períodos de tiempo cortos: un retraso de unos segundos cuando se intenta aprender una cantidad pequeña de información, como un par de palabras, por ejemplo. Y también funciona cuando el retraso entre sesiones de estudio es mucho mayor.

En el aula, espaciar la práctica podría significar revisar y practicar el material al día siguiente, o retrasar la tarea un par de semanas, en lugar de repasarla lo antes posible.

Como regla general, los psicólogos han sugerido que el mejor momento para reestudiar el material es cuando está a punto de ser olvidado: no antes, pero tampoco después.

Pero no es así como se aprenden las cosas durante el año escolar. Cuando los estudiantes llegan a la época de exámenes, han olvidado gran parte de lo que han estudiado antes.

Cómo maximizar tu tiempo

Cuando se trata de aprender realmente -ser capaz de recordar información a largo plazo y aplicarla a situaciones nuevas-, tratar de estudiar mucho en un plazo corto no funciona.

Difícilmente podamos llamarlo "aprendizaje" si la información se olvida un mes después.

Pero si necesitas aprobar un examen, estudiar en poco tiempo puede generar un aumento temporal en el rendimiento.

Es más, puedes incorporar el efecto de repetición espaciada en tu preparación para hacerla más eficiente.

Estudiantes con las manos levantadas en el aula

Estudiantes con las manos levantadas en el aula

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Algunas de las técnicas pueden aplicarse durante el momento del aprendizaje en clase. 

Es mejor espaciar la práctica del conocimiento de un tema a lo largo de las semanas, por lo que si tienes algo de tiempo antes de un examen clave, planifica tu cronograma de repaso para cubrir los temas más de una vez.

En lugar de asignar un bloque de dos horas a un tema en particular, estúdialo durante una hora esta semana y luego otra hora dentro de una semana aproximadamente.

Si no tienes tanto tiempo, vale la pena incorporar intervalos más pequeños entre las sesiones de práctica.

Si tu examen es mañana, practica los temas clave hoy por la mañana y luego nuevamente por la noche.

El aprendizaje también es más eficaz si recuperas activamente información de tu memoria, en lugar de volver a leer o subrayar tus notas.

Una buena forma de hacerlo, incorporando el efecto de memoria espaciada, es haciendo pruebas prácticas. Revisa un tema de tus apuntes o libro de texto, tómate un descanso de media hora y luego haz un examen de práctica sin la ayuda de tus libros.

Una técnica aún más sencilla es la llamada brain dump en inglés, que consiste en estudiar y tomar un descanso, y luego escribir todo lo que puedas recordar sobre el tema en una hoja de papel en blanco sin revisar tus apuntes.

Cambiar la forma en que enseñamos

Quizás sea necesario un cambio en las prácticas docentes para evitar que los alumnos tengan que estudiar material que sólo recuerdan a medias antes de los exámenes.

Pero mi investigación sugiere que los profesores tienden a estar de acuerdo con la idea de que la consolidación de un tema debería ocurrir lo antes posible, en vez de espaciar la práctica de maneras que en realidad son más efectivas.

Estudiantes miran con atención

Estudiantes miran con atención

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Los cambios que se pueden incorporar para facilitar el aprendizaje no son radicales. 

Los profesores están sobrecargados y hacen esfuerzos heroicos con el tiempo que tienen. Pero incorporar el efecto de memoria espaciada en la enseñanza no requiere necesariamente cambios radicales en la forma en que se manejan los docentes.

A menudo, es tan sencillo como hacer lo mismo en un horario diferente.

Las investigaciones han demostrado que la forma más eficaz de combinar las pruebas de práctica y el efecto de memoria espaciada es realizar estas pruebas en la clase inicial, seguidas de al menos tres oportunidades de práctica en intervalos ampliamente espaciados.

Y esto es muy factible dentro del patrón típico del año escolar.

Por ejemplo, después de la primera clase, la práctica adicional podría realizarse con una tarea después de unos días, y luego algún tipo de prueba o examen simulado después de un intervalo de tiempo adicional.

El período de repaso antes de los exámenes sería entonces la tercera oportunidad de consolidación.

Incorporar a la educación la autoevaluación efectiva y la práctica retrasada significaría menos estrés y también tener que estudiar menos material a última hora, lo cual resulta ineficiente.

La época de exámenes sería para consolidar, en lugar de volver a aprender cosas que se han olvidado.

El resultado sería una mejor retención de conocimientos y habilidades importantes a largo plazo.

Como ventaja adicional, los estudiantes también obtendrían una mejor comprensión de cómo estudiar de forma eficaz.

*Jonathan Firth es Profesor titular de Educación, Universidad de Strathclyde, Reino Unido

sábado, 8 de junio de 2024

El franquismo diseccionado. Ludovic Lamant.

Casi cincuenta años después de la muerte de Franco, una exposición ofrece en Toulouse una "anatomía" de la dictadura española, una de las más largas de Europa. Y varios libros de historiadores abogan por escribir una historia "transnacional" de la dictadura, situándola en un contexto más amplio.

El proyectil no explotó. La basílica del Pilar de Zaragoza (España), contra la que había sido disparado el 3 de agosto de 1936, se salvó. Según la propaganda franquista, fue una señal de Dios, que había elegido su bando. Años más tarde, un obrero esculpió en la concha una Virgen del Pilar, que otros transformaron después en candelabro.

Es uno de los objetos de exaltación del franquismo, junto a innumerables carteles, revistas, manuales escolares y banderas, que se exponen en Toulouse en la muestra "Anatomía del franquismo", en el Museo de la Resistencia y la Deportación, hasta septiembre.

"Hay tal contraste entre la riqueza de las investigaciones sobre la España franquista de los últimos treinta años y la crasa ignorancia en la que se encuentra Francia, que era absolutamente necesario presentar estos nuevos trabajos", explica François Godicheau, historiador de la Universidad Toulouse-Jean-Jaurès y comisario científico de un ciclo sobre la España franquista, del que forma parte la exposición.

La elección de Toulouse no es baladí, ya que la más española de las ciudades francesas fue la "capital del exilio" durante la Retirada. Pero la exposición no repasa el conocido episodio del exilio de los republicanos durante y después de la guerra. Profundiza en los pilares del régimen franquista (la Falange, el ejército y la Iglesia), describe la hambruna de los primeros años (200.000 personas murieron de hambre en los años 40) y documenta el adoctrinamiento de los más pequeños a través de la escuela.

En el piso de arriba, se disecciona la "purga sistemática de la sociedad" a través de la puesta en marcha de un sistema represivo vertiginoso (miles de republicanos condenados a muerte en las grandes ciudades tras la victoria de 1939, 300.000 funcionarios víctimas de purgas, un millón de prisioneros civiles, políticos o de guerra en enero de 1940...). Esto llevó a los comisarios de la exposición a escribir que "esta larga procesión de medidas punitivas superó con creces a las dictaduras italiana o portuguesa, e incluso a la Alemania nazi, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial".

Respuesta a las falsificaciones
Entre los elementos más destacados de la exposición se encuentran los álbumes digitalizados del fotógrafo Martín Santos Yubero (que incluyen impresionantes instantáneas de la inauguración del Valle de los Caídos en 1959, la basílica de las afueras de Madrid, en presencia de Franco) y la reproducción de una obra maestra de la pintura española, Silencio, de Juana Francés (1953), que muestra el retrato de una mujer tapándose la boca con la mano, en una sociedad franquista ultrapatriarcal (el original pudo verse en el centro de una vibrante exposición en el Mnac de Barcelona el año pasado, sobre la figura humana después de la guerra).

Al final del recorrido, en una vitrina, se exponen tres objetos conmovedores: un reloj de bolsillo, un anillo y una suela de zapato fabricada con un neumático de caucho. Fueron descubiertos al abrirse en 2000 una fosa de víctimas de la represión franquista por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

En el verano de 2022, la publicación de una amplia entrevista al ensayista de extrema derecha Pío Moa, autor de tesis revisionistas sobre la Guerra Civil española, en una edición especial de "Le Figaro" desencadenó la ira y la movilización de numerosos especialistas de la España contemporánea en Francia. Es también en este contexto agitado del resurgimiento de la extrema derecha, incluido Vox en España, en el que entra en juego la exposición de Toulouse, con su preocupación por precisar el alcance de los conocimientos y responder a las falsificaciones.

"El asunto Moa demostró que ese desconocimiento del franquismo era fruto de la propia propaganda franquista", insiste François Godicheau. "Describir el franquismo como una dictadura paternalista, ciertamente autoritaria pero no mucho más, que además modernizó el país, es un desastre. Este tipo de discurso es hoy un punto de apoyo para Moa y otros, en el contexto de lo que la 'fachosfera' califica de batalla cultural".

Esta primera exposición, un poco apretada entre las paredes de este museo departamental (apenas tres salas), dejará paso el año que viene a una segunda parte, más centrada en la resistencia al franquismo y en el contexto internacional de la Guerra Fría. El laboratorio universitario Jean-Jaurès, coproductor del evento, también organizó en marzo una conferencia sobre el tema, con la esperanza de "descompartimentar" el franquismo. En ella participaron historiadores especializados en otros temas, como el nazismo, entre ellos Christian Ingrao y Marie-Anne Matard-Bonucci.

"¿Juzgar a Franco?"
Esta preocupación por situar la dictadura de Franco -la más larga de Europa Occidental después de la de Salazar en Portugal- dentro de una historia europea más amplia, e incluso internacional, está en el centro del importante libro de Sophie Baby sobre los problemas e impasses de la criminalización del franquismo (¿Juzgar a Franco?, La Découverte). Frente a una "trayectoria ibérica periférica", en la que "España sólo aparece como una línea de puntos en las historias generales de la historia contemporánea", la historiadora aboga por otorgar a España un lugar central "en la historia del enfrentamiento de las sociedades occidentales con la violencia de masas que las desgarró".

Sophie Baby busca entender por qué Franco "no ha sido juzgado y nunca lo será". En el debate público español, desde la izquierda y los movimientos de memoria, se suele culpar a la Transición, el periodo que va desde la muerte de Franco en 1975 hasta la victoria del Partido Socialista en las elecciones legislativas de 1982. En nombre de la reconciliación nacional, la ley de amnistía mutua de 1977 no supuso la ruptura institucional que habría permitido juzgar los crímenes del franquismo. Habría establecido un "pacto para olvidar", que las leyes de memoria aprobadas por los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y Pedro Sánchez en 2022 reabrieron finalmente.

Pero la originalidad del trabajo de Sophie Baby radica en que va mucho más allá para encontrar respuestas a la pregunta que sigue siendo tan sensible en España: ¿qué puede hacer la ley ante los crímenes de Estado? Recuerda que la demanda de amnistía ya fue planteada en 1937, en plena guerra, por republicanos que veían en ella una forma de poner fin al conflicto. Se detiene en las comisiones internacionales de investigación, entre ellas la creada por el trotskista David Rousset, que dio lugar al Libro Blanco sobre el sistema penitenciario español en 1953, acompañado de testimonios que fueron la primera expresión abierta de la represión franquista.

Pero Franco se escabulló, "aprovechando el entrecruzamiento de conflictos", de la Guerra Civil española a la Segunda Guerra Mundial y luego a la Guerra Fría, jugando con una "competencia de víctimas" que le permitió "difuminar la cadena de responsabilidades". Durante los juicios de Nuremberg, a partir de 1945, Franco no fue interrogado, a pesar de su alianza con los nazis. Y aunque hubo deportados españoles en el estrado -exiliados republicanos en Francia que posteriormente habían sido hechos prisioneros en campos de concentración- su destino "nunca fue considerado en su especificidad [...], sino sólo como un apéndice de una historia europea que casi inadvertidamente les había alcanzado".

El eco de los desaparecidos en Argentina
Basándose en particular en los trabajos de Nicole Loraux sobre la Grecia antigua, el historiador demuestra que el "paradigma de la amnistía", tal como fue formulado en los primeros años del franquismo por la oposición clandestina, y contrariamente a las ideas preconcebidas, no excluía "ningún sistema de justicia". Pero esta ambición fue pronto neutralizada por un discurso sobre la necesidad de "reconciliación" del país, que triunfó durante los años de la transición, y se reforzó aún más con el fallido golpe de Estado de 1981.

El matizado libro de Sophie Baby sobre los complejos años posteriores a 1975 rechaza las fáciles oposiciones entre venganza y perdón, memoria y olvido. También da voz a la minoría que se opuso a la amnistía de la Transición: desde los partidarios de un Tribunal Internacional para los Crímenes del Franquismo, defendido por un grupo revolucionario de extrema izquierda fundado por exiliados comunistas que habían roto con el PCE español, hasta los que iniciaron, clandestinamente, la vital labor de exhumar las fosas comunes de los fusilados del franquismo.

Sophie Baby amplía decisivamente su análisis a lo que denomina "Euroamérica", el área de movimiento político que se intensificó a finales del siglo pasado por los exiliados en ambas direcciones, a uno y otro lado del Atlántico, a medida que las dictaduras llegaban al poder. Muestra hasta qué punto la dictadura argentina (1976-1983) y la práctica de las desapariciones por parte de la Junta Militar impusieron el concepto de "terrorismo de Estado" en el debate español, rompiendo de golpe las certezas sobre los beneficios de la amnistía.

La España de Felipe González, que se preparaba para ingresar en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986, estuvo en la vanguardia de esta batalla por el reconocimiento del delito de desaparición forzada. Un poco más tarde, fue la detención en Londres del ex dictador chileno Pinochet en 1998, bajo la presión del juez Baltasar Garzón, la que hizo historia. Al mismo tiempo, España se convirtió también en un actor importante -y ambiguo- en la lucha antiterrorista, en respuesta a las acciones armadas de la ETA vasca.

Este gran giro en los debates sobre la justicia internacional, de la petición de amnistía a la lucha contra la impunidad, dio lugar a una "paradoja flagrante", en palabras de Sophie Baby: "Que España se hubiera convertido en el paladín de la lucha contra la impunidad, que la justicia universal para la violencia del pasado hubiera tomado forma precisamente en un momento en el que la gente se negaba obstinadamente a criminalizar el franquismo, era una anomalía que todavía no se había cuestionado demasiado". La historiadora dedica las mejores páginas de su libro a explicar esta desconcertante paradoja, que España sólo muy recientemente ha empezado a desentrañar.

No fue hasta finales de los años 90 cuando el "espíritu de consenso" acabó por romperse, bajo el efecto combinado de la conmoción provocada por la exhumación de fosas comunes por parte de asociaciones, y la aparición poco después de nuevos partidos, entre ellos Podemos en 2014, críticos a la vez con "espíritu de la Transición" y que incluso reclamaban una "segunda Transición".

Contrabandistas y traficantes
Prueba de la viveza del campo de la investigación sobre España la da el historiador Pierre Salmon, que acaba de publicar Un antifascismo de combate (éditions du Détour). Fruto de su tesis, esta obra examina los años de la Guerra Civil (1936-1939) a través del prisma de las redes de contrabando de armas procedentes de Francia. Mientras que los voluntarios armados -no menos de 14.000 personas salieron de Francia durante la guerra para luchar en España- han sido estudiados en mayor medida, el mundo del contrabando, que por su propia naturaleza era ilegal y también más restringido, ha estado menos documentado hasta ahora.

En su prefacio, el historiador Nicolas Offenstadt resume el dilema moral al que se enfrentaban los antifascistas, y que Pierre Salmon expone con todo detalle: "¿Cómo permanecer fieles al ideal de la paz, apoyando al mismo tiempo la defensa armada de las fuerzas progresistas españolas?" La cuestión era tanto más dolorosa cuanto que el bando franquista se enfrentaba a un enorme déficit material, ya que contaba con el apoyo de la Alemania nazi y de la Italia fascista en términos de armas y de hombres.

Basándose en una lectura crítica de los archivos policiales, Pierre Salmon traza la trayectoria de implicación personal en círculos anarquistas, trotskistas, socialistas y comunistas, e incluso describe las técnicas utilizadas para cruzar la frontera pirenaica. Para el lector general, el libro se vuelve adictivo cuando el historiador documenta las colaboraciones inesperadas -y a menudo infructuosas- entre estos militantes antifascistas y criminales profesionales, a menudo grandes nombres del hampa, a los que compraban armas.

El texto de Pierre Salmon también resulta fascinante cuando intenta ir más allá de los silencios de los archivos policiales sobre la implicación de las mujeres en el contrabando, señalando los "clichés virilistas" que se han pegado a la piel de los contrabandistas desde Henry de Monfreid o Arthur Rimbaud. También dedica algunas páginas a retratos inesperados de mujeres contrabandistas, lo que añade de nuevo complejidad a la realidad del antifascismo de entreguerras.

Cabe mencionar también un libro publicado el año pasado, quizá menos accesible al gran público, pero igualmente estimulante y rico en iconografía prácticamente desconocida a este lado de los Pirineos. En Compagnons de lutte. Avant-garde et critique d’art en Espagne pendant le franquisme, Paula Barreiro López, también profesora e investigadora en la Université Toulouse-Jean-Jaurès, aborda el periodo conocido como "tardofranquismo" (1957-1975), el más descuidado por la investigación hasta la fecha.

Sigue la trayectoria de un colectivo de siete críticos de arte que apoyaron la protesta contra el régimen, teorizando sobre la necesidad de reinyectar la política en el arte. Barreiro López también consigue descompartimentar la lectura del franquismo documentando las redes culturales, en particular las bienales y exposiciones entre España y Sudamérica. Junto a algunas de las figuras más influyentes (Picasso, Miró, Dalí, Tàpies), da a conocer otros colectivos, también vinculados a la escena internacional, pero que la historiografía oficial había dejado al margen.

***
"Anatomía del franquismo", exposición en el Museo Departamental de la Resistencia y la Deportación de Toulouse, hasta el 22 de septiembre de 2024. Entrada gratuita. Un número especial de la revista L'Histoire titulado "L'Espagne de Franco, un pays broyé" (La España de Franco, un país aplastado) acompaña la exposición.

Sophie Baby, ¿Juger Franco? Impunité, réconciliation, mémoire, La Découverte, 376 páginas, 24,50 euros. En el verano de 2023, Sophie Baby y otro historiador del franquismo, Nicolas Sesma, debatieron en un programa de Mediapart sobre la relación entre Vox, el grupo de extrema derecha español, y la historia nacional.

Pierre Salmon, Un antifascisme de combat. Armer l'Espagne révolutionnaire 1936-1939, prefacio de Nicolas Offenstadt, éditions du Détour, 256 páginas, 21,90 euros.

Paula Barreiro López, Compagnons de lutte. Avant-garde et critique d'art en Espagne pendant le franquisme, éditions de la MSH, 500 páginas, 30 euros, traducido del inglés por Phoebe Hadjimarkos Clarke.

Ludovic Lamant Después de trabajar para Reuters y Cahiers du Cinéma, estuvo en Bruselas de 2012 a 2017 cubriendo las crisis europeas para Mediapart. Continúa siguiendo la actualidad europea, estoy pendiente y la de algunos países sudamericanos (Argentina, Perú) y coprograma el espacio "documental" todos los sábados en Mediapart. Ha publicado una guía de Argentina (La Découverte, 2011), un ensayo sobre las políticas españolas nacidas del movimiento de los 'indignados' del 15-M (Squatter le pouvoir, Les mairies rebelles d'Espagne, Editions Lux, 2016) y otro sobre la arquitectura del barrio europeo de Bruselas, que revela las crisis del continente (Bruxelles chantiers, Une critique architecturale de l'Europe, Lux, 2018).
Temática: Francia Franquismo Reino de España

viernes, 7 de junio de 2024

Día D, 80 años después Europa de nuevo en guerra

Fuentes: Ganas de escribir

Hoy se celebra el 80 aniversario del Día D, el 6 de junio de 1944, cuando comenzó el desembarco de las tropas aliadas en Normandía y puede que el titular de este artículo parezca exagerado. Yo creo, sin embargo, que es un hecho. Los países que forman parte de la OTAN y algún otro más, encabezados y liderados por Estados Unidos, están ya en guerra con Rusia.

En guerra comercial es evidente que lo estamos. Según la base de datos Castellum, desde que se produjo la invasión de Ucrania se han ejecutado 18.472 sanciones que se unen a de las 2.695 anteriores, por parte de los siguientes países: Estados Unidos (4.490), Canadá (2.952), Suiza, (2.624), Unión Europea (2.005), Francia (1.948) y Reino Unido (1.800).

Una vez que la «operación militar especial», como la llamó el Kremlin, se convirtió en guerra abierta con Ucrania, la utilización de armamento de la OTAN ha sido masiva.

Según el Kiel Institute for the World Economy, desde febrero de 2022, Estados Unidos ha dedicado 69.800 millones de dólares a ayuda militar y 34.200 millones de apoyo presupuestario al gobierno de Ucrania y la Oficina de Presupuesto del Congreso cifra el total aprobado en 175.000 millones de dólares. Europa, por su parte, ha aportado 42 mil millones de euros. Entre ambos, representan el 95% de la ayuda militar recibida y, junto a otros socios de la OTAN, se alcanza el 99%, según reconoce la propia OTAN.

Se quiera o no, la realidad es que la guerra en Ucrania no la libran solamente ese país injustamente invadido y Rusia, sino también los que forman parte de esta última alianza militar.

Es cierto que la intervención militar de la OTAN en la guerra ha sido hasta ahora diluida o edulcorada por la prohibición de utilizar el armamento proporcionado a Ucrania para llevar a cabo ataques dentro del territorio ruso. Pero esto ha cambiado. Ucrania ya ha atacado objetivos militares en territorio ruso con el beneplácito explícito de Estados Unidos y de otros países que también le proporcionan armamento.

Ya no se puede disimular que estamos en guerra. El diario británico The Telegraph acaba de informar hace un par de días que la OTAN está construyendo carreteras que sirvan de corredores para que las tropas de Estados Unidos lleguen a la frontera rusa tras posibles desembarcos en puertos de Italia, Grecia, Turquía, en el sur, y Países Bajos o Noruega, por el norte. Es sabido que varios países han comenzado ya a poner en marcha el servicio militar obligatorio y los líderes europeos ni siquiera utilizan medias tintas ni disimulan cuando dicen que preparan a sus países para entrar en combate. Añádanse a ello las maniobras con decenas de miles de soldados y gran potencia de armamento realizas o previstas, y se tendrá un escenario que no es sino de guerra mucho más que latente.

Como siempre que actúa la OTAN, la operación se viste como estrategia defensiva; ahora, para responder «en caso de una invasión rusa de la OTAN». A pesar de que, a diferencia de lo que siempre había advertido que haría en Ucrania, Rusia ha señalado que nunca tendría interés alguno en ir más allá. No tendría ningún sentido.

La situación es muy peligrosa porque, lo mismo que los dirigentes europeos se equivocaron cuando decían que las sanciones acabarían con la economía rusa en unos meses, se van a equivocar de nuevo en el plano militar: no se le puede ganar una guerra a una potencia nuclear sin que se produzca una destrucción mutua. Y, para una guerra convencional de desgaste (seguramente, el objetivo de Estados Unidos para empantanar a Europa y beneficiarse del negocio de la guerra), Rusia estará siempre mucho mejor preparada que Europa, al menos a corto y medio plazo.

La Unión Europea se ha dejado caer en brazos de Estados Unidos, y esta potencia imperial ha conseguido lo que necesitaba: romper cualquier posible alianza estratégica entre Europa y Rusia, y hacer a los países europeos dependientes militar y económicamente. Es lo que necesita para que así no le pongan dificultades en su plan de enfrentamiento estratégico con China. Algo que inevitablemente se va a producir como consecuencia del declive de Estados Unidos como potencia y del auge, paralelo, de China.

Los mapas que transcribo abajo del mencionado Instituto Kiel reflejan cuáles son los países que proporcionan armamento a Ucrania. Ahí se ve claramente que no es un conflicto global, de Rusia contra el mundo, como se quiere hacer creer.

Justo ochenta años después del Día D, es Europa la que está de nuevo en guerra. Todavía de facto, a falta un detonante material y de su declaración subsiguiente como tal para que lo esté también formalmente. Una guerra desgraciada en la que Europa ha caído al cometer tres pecados de los que no sólo no se quiere hablar, sino que se persigue a quien los ponen sobre la mesa: haber contribuido a provocarla, no haberla sabido evitar y, finalmente, haberse involucrado materialmente en ella. Tres pecados que se resumen en uno capital: haber renunciado a la paz, como ideal y como práctica.

_- Cómo evitar problemas de salud por el calor extremo. La deshidratación y la insolación son más frecuentes en temporadas de calor. Así es como puedes protegerte.

_- El índice de calor alcanzó los 44 grados Celsius en Miami esta semana. En México caen monos muertos por el calor abrasador. India vive su crisis de calor más reciente.

Las temperaturas más cálidas aumentan las probabilidades de sufrir enfermedades relacionadas con el calor. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el verano pasado aumentaron considerablemente las visitas a urgencias por afecciones relacionadas con el calor en muchas partes de Estados Unidos. Y los expertos en meteorología vuelven a pronosticar temperaturas superiores a las normales en gran parte del país este verano.

Hemos preguntado a médicos de urgencias de todo Estados Unidos qué debe saber el público sobre el calor extremo.

Las enfermedades relacionadas con el calor van de leves a potencialmente mortales

Las afecciones leves por calor incluyen sarpullidos, hinchazón de manos y pies, calambres musculares y síncope por calor, es decir, desmayos tras permanecer mucho tiempo de pie o levantarse repentinamente. Las personas con agotamiento por calor presentan síntomas más graves, como dolor de cabeza, náuseas, vómitos y mareos.

Hany Atallah, médico de urgencias y jefe médico del Hospital Memorial Jackson de Miami, afirma que el agotamiento por calor es la enfermedad relacionada con el calor más frecuente que atiende en urgencias. Los médicos suelen poder ayudar a los pacientes a refrescarse e hidratarse adecuadamente y, en pocas horas, darles el alta, afirma.

El golpe de calor, causado por la exposición a un calor extremo o un esfuerzo extenuante a altas temperaturas, es menos frecuente pero mucho más peligroso. Los signos distintivos de la también llamada insolación son una temperatura corporal central superior a 40 grados Celsius y confusión, convulsiones u otros cambios del estado mental en el contexto de una exposición al calor extremo.

“El cuerpo pierde la capacidad de enfriarse”, explica Atallah. Esta afección puede provocar daños cerebrales, degradación muscular e insuficiencia renal.

“Cuando estos pacientes llegan al servicio de urgencias, hay que ponerse manos a la obra para quitarles toda la ropa, enfriarlos lo antes posible, administrarles líquidos por vía intravenosa y cualquier otro tipo de ayuda”, explica Atallah.

En casos extremos, los pacientes que sufren un golpe de calor pueden necesitar el apoyo de una máquina que se haga cargo del funcionamiento del corazón y los pulmones, dijo Jacquelyn Bowers, directora de servicios de urgencias del Sistema de Salud Ochsner-LSU del norte de Luisiana.

Buscar temperaturas bajas y tomar líquidos es esencial

Si muestras cualquier síntoma de enfermedad relacionada con el calor, lo mejor que puedes hacer es ir a un lugar fresco e hidratarte rápidamente. Esto puede ser tan sencillo como subirse a un automóvil, encender el aire acondicionado y beber un poco de líquido fresco. “Todo esto te ayudará”, dijo Atallah.

Quítate capas de ropa o cualquier prenda restrictiva. Si estás de excursión o en la playa, busca algo de sombra o métete en el agua.

“Si te sumerges en agua fría, te enfriarás más deprisa”, afirmó José Burgos, hospitalista del Centro Médico Universitario de El Paso.

Si estás en casa, date una ducha fría o un baño frío y enciende un ventilador. Echar aire sobre la piel húmeda ayudará a que el sudor se evapore y a que tu cuerpo se enfríe, dijo Ronna Campbell, médico de urgencias de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.

Si estás muy deshidratado y te encuentras mal, las bebidas deportivas o el agua con tabletas de sal te ayudarán a recuperar los electrolitos, como el sodio, que pierdes al sudar y que son necesarios para mantener el equilibrio de líquidos.

Cada minuto importa

Si has intentado refrescarte y beber líquidos, pero los síntomas no han mejorado en media hora o empeoran, acude a urgencias, indicó Bowers.

Los expertos también recomiendan buscar atención inmediata si tú o alguien que conoces tiene síntomas relacionados con el calor y no es capaz de salir del calor, parece desorientado o tiene convulsiones.

Si el golpe de calor no se reconoce y trata rápidamente, “puede causar un deterioro rápido, en cuestión de minutos”, dijo Bowers. “Realmente tenemos que abordarlo como la emergencia que es”.

Los niños y las personas mayores son más susceptibles

Los niños están particularmente en riesgo en el calor extremo, dijeron los médicos. Tienden a calentarse más deprisa, pero carecen de mecanismos para compensarlo porque sus sistemas son inmaduros. Por ejemplo, sudan menos, explica Campbell. Y puede que no se hidraten lo suficiente. “Se divierten y se olvidan de que tienen que tomar agua”, explica.

Las personas mayores también corren un riesgo elevado. Tienen más probabilidades de padecer enfermedades crónicas como diabetes, insuficiencia renal y cardiaca, que interfieren en la capacidad del organismo para regular la temperatura y equilibrar los líquidos, explica Burgos. Y los tratamientos para algunas de estas enfermedades, como los medicamentos para la tensión arterial que mantienen baja la frecuencia cardiaca o los diuréticos que eliminan líquidos del organismo, pueden mermar la capacidad del cuerpo para compensar el calor extremo. Las personas con depresión o demencia también pueden no darse cuenta de que tienen sed y olvidarse de beber agua, dijo Burgos.

Los pacientes con estas afecciones deben hablar con su médico de atención primaria, cardiólogo o nefrólogo sobre cómo adaptarse al calor extremo, dijo Burgos. “Tenemos que educarlos acerca de cómo lidiar con sus restricciones de líquidos y medicamentos y estar atentos a los síntomas”, dijo.

Ajusta tu rutina durante el calor extremo

Cuando suben las temperaturas, las decisiones inteligentes pueden marcar una gran diferencia, según los médicos. Si puedes, evita la actividad física al aire libre durante las horas más calurosas del día. (Consulta la previsión meteorológica local para hacer tus planes). Acude a una estación de enfriamiento o a un centro comercial, aunque solo sea durante un par de horas, si en tu casa no hay aire acondicionado

Cuando salgas o hagas ejercicio con calor, lleva ropa holgada y de colores claros, que absorberá menos calor y te ayudará a mantener el cuerpo fresco. Mantente hidratado, aunque no tengas sed. Evita el alcohol, que puede deshidratarte y mermar tu capacidad para reconocer si algo va mal.

Presta atención al tiempo. En lugares muy húmedos como el sur de Florida o Luisiana, el calor es más peligroso incluso a temperaturas más bajas. El sudor se evapora menos rápidamente de la piel, “por lo que al cuerpo le cuesta más enfriarse”, explicó Campbell.

Por el contrario, en el desierto, donde ejerce Burgos, las condiciones secas, la falta de sombra natural y la fuerte exposición directa al sol te harán sentirte “como en un horno”, afirmó. La gente puede calentarse fácilmente.

Si sabes que vas a estar en condiciones de calor extremo y realizar un trabajo o ejercicio extenuante, es importante que tengas un plan para aclimatar tu cuerpo de forma segura a lo largo del tiempo. Las investigaciones sugieren que puedes acostumbrar a tu cuerpo a la temperatura aumentando gradualmente tu actividad en un ambiente caluroso durante una o dos semanas, y tomando descansos para refrescarte e hidratarte adecuadamente.

jueves, 6 de junio de 2024

Aniversario en la vieja Europa. Cada año la prensa conmemora los hechos del 4 de junio de 1989 en Pekín y dos días después el aniversario del desembarco aliado en Normandía. Nos unimos a la iniciativa con dos textos escritos en junio de 2004 y 2005, hace veinte años, sobre ambos eventos.


Muchos creen que John Wayne y el soldado Ryan salvaron a Europa del fascismo, que Angloamérica salvó al viejo continente, poco menos que en solitario, y que el desembarco en Normandía fue la gran acción decisiva. No fue así. 

 Ni el curso de la guerra, ni la derrota del fascismo, se decidieron allá. Los principales héroes no fueron John Wayne ni el soldado Ryan, sino gente de apellido eslavo que murió por un país que ya no existe. Los escenarios realmente decisivos fueron; Moscú, Leningrado (Peterburgo), Stalingrado (Volgogrado), y Kursk.

En el frente del Este, el Tercer Reich perdió 10 millones de soldados y oficiales muertos, heridos y desaparecidos, 48.000 blindados y vehículos de asalto, 167.000 sistemas de artillería. 607 divisiones fueron destruidas. Todo ello representa el 75% de las pérdidas totales alemanas en la Segunda Guerra Mundial.

La diferencia en la escala militar es aplastante. En Normandía se registraron 10.000 muertos aliados, 4.300 de ellos británicos y canadienses y 6.000 americanos. En las grandes batallas del este, los muertos se contaban en centenares de miles. En la batalla de Moscú participaron unos 3 millones de soldados y 2.000 tanques. La URSS utilizó allí la mitad de su ejército, Alemania una tercera parte. En el Alemein, una batalla importante del otro frente, los alemanes disponían entre 60.000 y 70.000 soldados.

La escala del sufrimiento humano también es incomparable. La geopolítica de Hitler no tenía prevista la existencia de un estado ruso en Europa y en su escala racista los eslavos estaban muy abajo. La guerra en el este era a vida o muerte, muy diferente a la del oeste. Las ciudades y los pueblos eran destruidos, frecuentemente con sus habitantes. Murieron uno de cada cuatro habitantes de Bielorrusia, uno de cada tres de Leningrado, Pskov y Smolensk.

El esfuerzo angloamericano en el continente no empezó hasta que, en 1943, quedó claro que la URSS había parado el embate y que la derrota de Alemania era inevitable. Con otra actitud seguramente se hubieran evitado muchos muertos. Pero, ¿habría habido «segundo frente» si las cosas le hubieran ido bien a Hitler en el este?

Desde la firma del acuerdo británico-soviético sobre acciones militares comunes contra Alemania de julio de 1941, Stalin pedía la apertura de un «segundo frente» en Europa, es decir un desembarco aliado que aliviara la presión soportada por la URSS. La respuesta se demoró mucho.

El invierno de 1941, con los alemanes a las puertas de Moscú, fue crítico. Aquel año la URSS sufrió la mitad de las bajas militares de toda la guerra, 9 millones entre muertos, heridos y presos (dos terceras partes de los 27,6 millones de muertos soviéticos en la guerra fueron civiles), pero sólo recibió el 2% del total de los suministros que sus compañeros de coalición le enviaron durante toda la guerra.

Los documentos desclasificados de los archivos soviéticos están llenos de declaraciones de aliados occidentales que abundaban en la inconveniencia de apresurarse. ¿Por qué no dejar que las dos fieras se devoraran entre sí?

Visto desde Moscú, los angloamericanos desembarcaban en los lugares más alejados y menos relevantes para aliviar la presión sufrida por la URSS; primero en el norte de África (noviembre de 1942), luego en Sicilia (julio del 43), a continuación dos veces en Italia continental (en septiembre del 43 y en enero del 44), y sólo a menos de un año del fin de la guerra (en junio del 44) en Normandía.

Para entonces, el ejército soviético ya hacía 6 meses que había llegado a la frontera polaca de preguerra. Las democracias debían darse prisa si querían tomar alguna posición en Europa y evitar que «los rusos» volvieran a llegar a París, como habían hecho en el pasado.

Una manifiesta desconfianza presidió la alianza antifascista soviético-occidental desde sus mismos inicios. Sus motivos eran muchos y diversos. De parte occidental se acepta, por ejemplo, que el pacto germano-soviético de 1939 evidenció el parentesco entre nazismo y estalinismo. De las vergüenzas de las democracias, de su actitud ante el fascismo en vísperas de la guerra y de sus parentescos imperiales con Hitler y Mussolini, apenas se habla. Seguramente a causa de su manifiesta actualidad.

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, aquellos políticos democráticos de Europa y América que luego «salvarían a Europa» mantenían un idilio con Hitler y Mussolini. Estados Unidos había apoyado al dictador italiano desde su llegada al poder en 1922. Sus desmanes se comprendían, porque conjuraban la amenaza bolchevique. Las inversiones americanas en Italia y en la Alemania fascista no disminuían, sino aumentaban, en los años treinta.

«Hitler ha prestado grandes servicios no solo a Alemania, sino a toda Europa Occidental, al cerrar el paso al comunismo (…) por eso es legítimo ver en Alemania un muro de contención occidental del bolchevismo», decía en 1938 el Secretario de exteriores británico, Lord Halifax.

Sobre la base común de aquella «contemporización», Londres y Berlín podían llegar a un «entendimiento». Halifax estaba dispuesto a conceder a Alemania todo lo que pidiera; «Danzig, Austria y Checoslovaquia», con tal de que esas anexiones se llevaran a cabo, «de forma pacífica y evolutiva».

Los principios de aquella Europa se habían retratado igualmente en su actitud ante la República Española.

La idea de que los proyectos de Hitler eran asumibles, que todo el mundo podía integrarse en ellos, y que la amenaza estaba en otra parte, era común en los gobiernos de la Europa de finales de los 30. Con Neville Chamberlain como jefe de gobierno en Londres y Edouard Daladier en París, las democracias calificaban de «paz con honor» la entrega de Checoslovaquia al Reich practicada por la Conferencia de Munich.

El ministro de exteriores polaco, Jozef Beck, prometía apoyar la reclamación nazi sobre Austria y tener en cuenta los intereses del Reich ante un «eventual ataque (polaco) contra Lituania». El embajador polaco en París, Lukaszewicz, explicaba a sus colegas norteamericanos que lo que estaba en juego en Europa era una lucha entre el nazismo y el bolchevismo, en cuyo campo incluía a «agentes de Moscú» como el Presidente checoslovaco, Edvard Benes. «Alemania y Polonia pondrán a los rusos en fuga en tres meses», decía el embajador, en vísperas de que la agresión contra su propio país marcara el inicio «oficial» de la Segunda Guerra Mundial.

Para entonces, aquella guerra tenía ya ocho años de historia en el mundo. El mundo de los dominios imperiales de Asia y África, donde la guerra, el atropello, la invasión y el racismo, no contaban, mientras no colisionaran con los propios intereses.

En 1931 los japoneses se habían apoderado de un trozo de China mayor que Francia. En 1933 y 1935 habían expandido su invasión a otras tres provincias chinas, practicando su guerra química y bacteriológica con experimentos en la población civil.

En 1935 Italia invadía Abisinia, con el Mariscal Badoglio utilizando gas mostaza contra la población civil.

En julio de 1939 el gobierno británico declaraba, «reconocer por completo la situación actual en China».

Ni Londres ni Washington protestaron o se opusieron al ataque japonés contra Mongolia, retaguardia de la URSS, a partir de mayo de 1939 y que, en la batalla de Jaljyn Gol ocasionó una cifra de muertos «comparable sino superior» (Valentin Falin) a la de toda la campaña de la invasión alemana de Francia de mayo-junio de 1940.

No pasaba nada y el encargado de la «India Office», Leopold Amery, explicaba por qué con toda claridad, al defender la agresión japonesa contra China en la Cámara de los Comunes; «si condenamos lo que Japón ha hecho en China, tendremos que condenar igualmente lo que Inglaterra hizo en Egipto y la India».

En un libro escrito en una prisión británica entre abril y septiembre de 1944, coincidiendo con el desembarco de Normandía, Nehru, fundador de la nueva India explicaba así la situación: «Tras algunas de aquellas democracias había imperios en los que no había democracia alguna y donde reinaba el mismo tipo de autoritarismo (racista) que se asocia con el fascismo, así que era natural que aquellas democracias occidentales sintieran algún tipo de unión ideológica con el fascismo, por mucho que les disgustara algunas de sus expresiones más vulgares y brutales».

«La política británica había sido casi ininterrumpidamente profascista y pronazi», recapitulaba Nehru en su celda del Fuerte de Ahmadnagar, pero todo se acabó, cuando se vio que aquel «aliado natural», aquel pariente, se volvía contra los intereses occidentales.

«Se hizo cada vez más obvio que, pese al deseo de calmar a Hitler, éste se estaba convirtiendo en el poder dominante en Europa, desmontando por completo el antiguo equilibrio y amenazando los intereses vitales del Imperio Británico».

El resultado fue una alianza forjada sobre las circunstancias y la estupidez de Hitler, quien, si hubiera atacado primero a la URSS en lugar de atacar a Polonia, habría sido aplaudido por las democracias. Esta idea fue expresada al final de la guerra por el propio Hitler en un texto poco conocido.

En febrero de 1945, Martin Bormann recogió varios monólogos de Hitler que tienen valor de testamento político. Dos meses antes del final, Hitler coincidía en ellos, con la tónica de los políticos británicos y americanos de antes de la guerra, al reflexionar sobre los errores que habían conducido a la derrota.

La campaña contra Rusia era «inevitable», decía. Su problema era haberla desencadenado en un momento poco adecuado. La guerra en dos frentes había sido un error, reconocía, pero la responsabilidad última era de americanos y británicos, con quienes habría sido posible llegar a un acuerdo.

«La guerra contra América es una tragedia». «Ilógica y carente de todo fundamento». Sólo la «conspiración judía contra Alemania» la había hecho posible.

Cargada de delirios, su mirada al futuro, contenía un pronóstico del mundo bipolar que se avecinaba: «Con la derrota del Reich y la aparición de los nacionalismos asiáticos, africanos y puede que sudamericanos, sólo quedarán en el mundo dos potencias capaces de confrontarse; Estados Unidos y la Rusia soviética. Las leyes de la historia y de la geografía, las empujarán hacia una prueba de fuerza, sea militar o económica e ideológica».

El aparato de propaganda y relaciones públicas más formidable de la historia ha fabricado su leyenda sin apenas fisuras. Hollywood, la industria mediática en manos de magnates, los sistemas de alimentación oficial de esa industria y, por supuesto, el ejército de conformistas bien pagados encargado de transmitirla, han escrito la versión más conveniente. La historia es suya. Llegamos así al discurso de George Bush en la celebración del aniversario del desembarco.

Reivindicando lo único positivo que la intervención militar extranjera de Estados Unidos tiene en su haber en más de medio siglo, el Presidente vende su actual cruzada.

Obteniendo la merecida gratitud que los franceses, italianos, belgas y holandeses le deben al soldado Ryan, pretende mantener el vasallaje europeo ante la larga lista de crímenes impunes cometidos por el militarismo americano desde entonces.

El hombre que, según las encuestas, encarna la guerra y promueve la desestabilización global, para la mayoría de los europeos, habla hoy en Normandía de moral, de libertad y de principios, y recibe el tributo y el aplauso de los dirigentes de la «vieja Europa».

La generosidad y el heroísmo de los 10.000 caídos en aquellas playas francesas sirve, así, para reivindicar su «guerra contra el terrorismo», la destrucción de los frágiles rudimentos del derecho internacional y del control de armamentos, la agresión preventiva o «humanitaria», el armamentismo y la banalización del uso del arma nuclear en guerras convencionales. Es el momento de recordar quien era el máximo representante de esas mismas tendencias en el mundo de hace 60 años.

La guerra no la ganó el soldado Ryan en Normandía, pero un indigno peligroso reivindica su gloria.

(Publicado el 4 de junio de 2004)

(Referencias bibliográficas: Jawaharlal Nehru, The Discovery of India. 
Valentin Falin, Zweite Front, Die Interesen Konflikte in der Anti-Hitler Koalition. 
Hitler & Stalin, Parallel Lives, Alan Bullock.)

Fuente: Rafael Poch de Feliu

El mejor consejo sexual también puede ser el más difícil de seguir. Para tener buen sexo en una relación de pareja, lo mejor es hablar del tema. Pero también puede ser la parte más difícil. Aquí hay algunos consejos para empezar.

An illustration of a couple lying down and facing each other on a bed shaped like a three-dimensional speech bubble. They both wear pajamas.
Credit...Sonia Pulido

Como periodista que se ocupa del sexo y la intimidad, paso mucho tiempo escuchando a expertos que ensalzan las virtudes de una comunicación abierta y sincera. Para tener buen sexo —y seguir teniéndolo a lo largo del tiempo— las parejas deben estar dispuestas a hablar de ello, dicen.

Pero algunas personas prefieren abandonar sus relaciones antes que tener esas conversaciones, dijo Jeffrey Chernin, terapeuta matrimonial y familiar y autor de Achieving Intimacy: How to Have a Loving Relationship That Lasts, sobre todo si las cosas en el dormitorio no van especialmente bien.

“Una de las cosas que suelo decir a las parejas que tienen problemas es: ‘Ojalá hubiera otra forma de superar esto’”, comentó. “Pero la única forma que conozco de tener una vida sexual mejor, o de reanudarla, es hablarlo”.

Chernin reconoció lo estresantes que pueden ser esas conversaciones, que a veces se convierten en acusaciones, menosprecios o evasivas. Dicho esto, estas sugerencias pueden ayudar.

Acepta la incomodidad

Es habitual que a la pareja le cueste hablar de intimidad y deseo. Los estudios sugieren que, incluso en las relaciones duraderas, la gente solo sabe un 60 por ciento de lo que le gusta sexualmente a su pareja, y solo un 25 por ciento de lo que no le gusta.

Cyndi Darnell, terapeuta sexual y de relaciones en la ciudad de Nueva York, dijo que sus pacientes le dicen con frecuencia que hablar de sexo es “incómodo” —lo que es particularmente cierto “si has pasado meses o años evitándolo”, dijo.

“Nos han engañado haciéndonos creer que el sexo es algo natural”, añadió. “Pero si fuera fácil y natural, a la gente no le costaría tanto”.

Mencionó a una pareja con la que trabajó, ambos de unos 50 años, que hacía años que no tenían relaciones sexuales. Cada vez que hablaban de ello, se peleaban. Así que buscaron ayuda externa para superar la vergüenza y el enfado.

En la terapia, se dieron cuenta de que solo se habían centrado en la penetración, pero el marido en realidad anhelaba intimidad y ternura. Y una vez que la esposa se dio cuenta de que su marido no iba a “abalanzarse sobre ella” cada vez que se acurrucara con él, pudieron ser más sensuales el uno con el otro, y hablar de lo que les gusta hacer y por qué, dijo Darnell. Pero hizo falta un espíritu de voluntad, curiosidad y aceptación.

Muerte al ‘Tenemos que hablar’

Es posible atenuar el temor que suele acompañar a estas conversaciones, si se abordan con sensibilidad. “Cuando un interlocutor dice: ‘Tenemos que hablar’”, explicó Chernin, “la otra persona se siente como: ‘Voy a ir al despacho del director’”.

En lugar de eso, intenta:

Céntrate en resolver los problemas juntos

Eso significa decir algo como: “Por un lado, sé lo difícil que es para nosotros hablar de esto”, dijo Chernin. “Por otro lado, creo que es importante para nuestro matrimonio o para nuestra relación poder tener algunas discusiones sobre nuestra vida sexual”.

Luego pregunta: “¿Qué podemos hacer al respecto?”.

Prepara las preguntas con antelación

Un guion ofrece estructura, dijo Darnell. Y sugirió preguntas como: “Nuestra relación es muy importante para mí y me gustaría que el sexo volviera a formar parte de ella. Tengo curiosidad por saber si a ti también te gustaría”.

Aporta algo positivo

Maggie Bennett-Brown, investigadora del Instituto Kinsey y profesora adjunta de la Universidad Tecnológica de Texas, afirmó que “no tiene por qué ser explícito”. Tal vez solo con que le digas a tu pareja que te gusta cuando te abraza o planeas una noche romántica en la ciudad.

Si ha pasado tiempo desde que tuvieron intimidad, puede ayudar el hecho de recordar, y eso puede dar paso a una pregunta más profunda. “Si la gente nunca ha tenido una conversación sobre: ‘¿Qué te gusta?’, es un buen primer paso”, dijo Bennett-Brown.

Cuidado con el momento oportuno

Ten cuidado al iniciar una conversación sobre sexo mientras estás en la cama, dice Chernin, sobre todo si estás siendo crítico. (Aunque a algunas parejas les puede resultar más fácil hablar de sexo cuando están disfrutando del afterglow postsexo, dijo).

“Piensa en la conversación como una serie de discusiones”, dijo Chernin. “De ese modo, no te presionas demasiado a ti mismo ni a tu pareja”.

Detecta cuándo se debe hablar con un profesional

Si en una pareja, una parte no está dispuesta a hablar —o si la conversación se siente dolorosa, no solo incómoda, afirmó Darnell— un terapeuta sexual o consejero de parejas podría ayudar a mediar.

Darnell no le restó importancia a lo arriesgadas que pueden ser estas conversaciones. Pero añadió que el sexo no siempre es un componente necesario de una relación romántica satisfactoria.

“Una de las preguntas que suelo hacer a las parejas para las que el sexo es un tema delicado y difícil es: ¿Es necesario que esta relación sea sexual?”, comentó. En una oportunidad trabajó con una pareja de entre 30 y 40 años que se dio cuenta de que les gustaba coquetear, pero no querían ir más allá. “Permitirse no tener relaciones sexuales en esta fase de su relación fue un gran alivio”, recordó.

“El sexo es mucho más que lo que hacemos cuando no tenemos pantalones”, afirmó.

Catherine Pearson es una reportera del Times que escribe acerca de familias y relaciones.

miércoles, 5 de junio de 2024

Últimas noticias desde el infierno: 7.500 españoles murieron en los campos nazis. El libro ‘Deportados y olvidados’ amplía el listado de víctimas nacionales que perdieron la vida engullidos por el Holocausto, así como el número de deportados, que sumaron 15.000.

‘Deportados y olvidados’ libro
La célebre imagen de los supervivientes de Mauthausen recibiendo a los soldados estadounidenses el 5 de mayo de 1945, día de la liberación del campo, bajo una pancarta que dice en español: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras".

El libro ‘Deportados y olvidados’ amplía el listado de víctimas nacionales que perdieron la vida engullidos por el Holocausto, así como el número de deportados, que sumaron 15.000

“¿En caso de defunción, a quién quiere usted que se le comunique?”. Esta pregunta, de cierta cortesía, planteada por un oficial de un campo de concentración nazi resulta macabra. Es lo que se les decía a los deportados a Mauthausen tras un recibimiento que consistía en tener que desnudarse, ser rapado y dar los datos personales. “Muchos infelices se desploman por el frío [...]. De allí son llevados al crematorio, son ya seres inservibles”. Es el testimonio de un español en su primer día en el infierno creado por los nazis durante la II Guerra Mundial. “Desde hoy dejas de llamarte García, tu nuevo nombre es este número que debes saber siempre”, le ordenaron. De ahí pasaban a recoger el conocido pijama de rayas blancas y azules y al barracón a intentar descansar en una pequeña cama de madera que compartían tres personas. Así se cuenta en el libro Deportados y olvidados. Los españoles en los campos de concentración nazis (La Esfera de los Libros), de los historiadores Diego Martínez López y Gutmaro Gómez Bravo.

Esta obra ofrece como principal novedad un listado actualizado y ampliado de las víctimas españolas, los Spanier, porque se ha rastreado su presencia en los diferentes campos, subrayan los autores. “Hemos registrado que murieron unos 7.500, cuando hace tiempo se hablaba de 4.500″, dice por teléfono Gómez Bravo, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid y autor de numerosos libros sobre el franquismo.

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En cuanto a los deportados, estiman que fueron “unos 15.000, cuando la cifra anterior era de 12.000″. Esto significa que murieron algo más de la mitad de los que fueron a parar a los campos. Una investigación que ha sido posible gracias a la documentación consultada de los archivos de los Aliados, especialmente de Estados Unidos (”aunque no lo han desclasificado todo”); de los campos nazis (”las fuentes alemanas nos han servido de mucho”) y de los papeles de los propios internos.

Del total de deportados, a Mauthausen fueron 7.251, “el campo más terrible, conocido como ‘el de los españoles’ por los propios alemanes”, donde empezaron a llegar los prisioneros en agosto de 1940. “Los españoles fueron empleados para construir los hornos crematorios. Mauthausen llegó a tener 50 subcampos y su media de mortalidad estaba 10 puntos por encima de la de otros recintos”. Una diferencia que estribaba en las terribles condiciones por el frío, la escasa alimentación y las enfermedades.

“Era un campo catalogado de categoría III por los nazis, lo que significaba que los presos enviados allí lo eran para ser explotados hasta la muerte”. Los investigadores han contabilizado en Mauthausen “4.747 muertos españoles, el 60% en la cantera del subcampo de Gusen”, y en solo nueve meses. Esa cantera es tristemente conocida por los testimonios y fotografías de su mortal e irregular escalera de 186 peldaños, por la que los prisioneros tenían que subir rocas de más de 20 kilos de peso. “Los guardias no dudaban en recurrir a la paliza o al asesinato en caso de traspiés”, se lee en el libro.

Prisioneros cargando rocas en la cantera de Mauthausen, en 1942, en una imagen cedida por los autores del libro. 
Prisioneros cargando rocas en la cantera de Mauthausen, en 1942, en una imagen cedida por los autores del libro.
Prisioneros cargando rocas en la cantera de Mauthausen, en 1942, en una imagen cedida por los autores del libro. ARCHIVOS DEL MEMORIAL DE MAUTHAUSEN EN AUSTRIA

Hubo también españoles en los campos de Sachsenhausen, Ravensbrück (que era para mujeres), Buchenwald, Dachau, que tenía en su entrada el célebre lema “Arbeit macht frei” (El trabajo nos hace libres)… o en el castillo de Hartheim, escenario de siniestros experimentos médicos. “Hemos contabilizado 445 españoles usados como cobayas, fundamentalmente para probar vacunas, que murieron entre septiembre de 1941 y febrero de 1942″, apunta Martínez López, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid.

El libro remarca que la presencia de españoles en los campos del nazismo “no obedece a una derivada de la Guerra Civil, como se ha considerado habitualmente, sino que es una cuestión que se inserta en un proceso europeo, que es el de los países ocupados en la guerra mundial”, apunta Gómez Bravo. Fueron engullidos por el sistema de campos y por el Holocausto, en el caso de los sefarditas. “Respecto a estos, su suerte no dependió tanto de lo que hizo o no Franco, como se ha querido ver. Ha sido en todo caso difícil rastrearlos porque los había sin nacionalidad española”, añade Martínez López. “Además, por la propia historia de España durante ese periodo es algo que ha pasado más desapercibido”.

“Creemos que con los judíos se han estudiado más las excepciones, las que protagonizaron varios diplomáticos españoles a título personal que salvaron vidas”, señala Gómez Bravo. “Tras la guerra mundial, el franquismo decía que había ayudado a los judíos, pero no fue así. Según los propios archivos alemanes, más allá incluso del Desembarco de Normandía [6 de junio de 1944], España no muestra oposición a lo que sucede con los sefarditas en Europa. Los alemanes los tratan como a judíos, pero al ser de países amigos tienen alguna consideración hacia ellos, como dilatar el proceso de deportación o, cuando lo hacen, mandarlos a Bergen-Belsen, que dentro del horror era un campo menos terrible”.
Ficha del preso español Juan Andreu Adelantado en Mauthausen. Ficha del preso español Juan Andreu Adelantado en Mauthausen. Ficha del preso español Juan Andreu Adelantado en Mauthausen. AROLSEN ARCHIVES

Su compañero agrega: “Cuando el régimen franquista responde a las requisiciones alemanas, a veces han pasado seis meses, con lo cual esas personas ya habían sido asesinadas. La respuesta habitual era el silencio administrativo. Franco solo permitió el tránsito de judíos por España hacia otros países”. Este historiador asegura que “la idea de la neutralidad del franquismo en la II Guerra Mundial está cada día más discutida” por los expertos.

En cuanto a las españolas, fueron enviadas sobre todo a Ravensbrück. “Se trataba principalmente de mujeres que habían pasado a Francia tras la Guerra Civil y que no cumplían con la legislación del régimen colaboracionista de Vichy. Por lo tanto, se las envía para trabajar. Allí lo hacen para la compañía Siemens, algo que hemos sabido gracias a los recibos localizados de esta empresa”, sostiene Gómez Bravo.

Por fin, el 5 de mayo de 1945, 22 soldados de la 11ª División Acorazada de EE UU entraron en Mauthausen por la puerta principal. Un momento histórico registrado con la célebre fotografía de los supervivientes recibiendo a los militares con una pancarta en uno de los accesos que decía en español: “Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras”. Los informes de los soldados estadounidenses hablaban de que hasta seis personas compartían cama en algunos barracones y que las inyecciones de benzeno o los lanzamientos desde lo alto de la cantera formaban parte de los métodos de aniquilación en las postrimerías del espanto.
Presos españoles trabajaban en el campo de concentración de Mauthausen, en una imagen sin datar.
Presos españoles trabajaban en el campo de concentración de Mauthausen, en una imagen sin datar. EFE

Tras la guerra mundial, la Organización Internacional para los Refugiados, de las Naciones Unidas reconoció a los Spanier como “víctimas del régimen falangista en España”, señala Martínez López. Sin embargo, hasta 1951 la Convención de Ginebra (sobre derecho internacional humanitario) no estableció un marco jurídico. “Hubo unas docenas de prisioneros que volvieron a España pero no sabemos qué pasó con ellos”. En paralelo, se produce una diáspora entre Francia, adonde van la mayoría; Austria y otros países europeos, y luego están los que embarcan para América, en especial a Argentina. Una dispersión que impidió cualquier tipo de reconocimiento a estas personas en España. No fue hasta 2019 cuando el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó que el 5 de mayo de cada año se instaurara como día de homenaje a las víctimas españolas del nazismo.


martes, 4 de junio de 2024

_- Un nuevo episodio de severas turbulencias deja 12 heridos en un vuelo de Doha a Dublín

Un avión de la compañía Qatar Airways

_- El avión fue recibido el domingo por los servicios de emergencia en el aeropuerto de Dublín.

Doce personas resultaron heridas debido a las turbulencias en un vuelo que operaba la ruta de Doha a Dublín, República de Irlanda. 

 El Boeing 787-9 Dreamliner experimentó turbulencias mientras volaba sobre Turquía, según informó el operador del aeropuerto de Dublín, la DAA.

Al aterrizar, poco antes de las 13:00 hora local, el vuelo QR017 de Qatar Airways fue recibido por los servicios de emergencia, incluidos la policía del aeropuerto, una ambulancia y bomberos.

Las autoridades reportaron seis pasajeros y seis miembros de la tripulación heridos.

"El equipo del aeropuerto de Dublín continúa proporcionando asistencia en tierra a los pasajeros y al personal de la aerolínea", dijo un portavoz de la DAA.

Las operaciones en la terminal aérea o se vieron afectadas, añadió.

El Servicio Nacional de Ambulancias dijo que recibió una alerta previa para asistir al aeropuerto y se encuentra "actualmente en el lugar facilitando y apoyando” a los pasajeros.

Un avión de la compañía Qatar Airways 

Un avión de la compañía Qatar Airways

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,
El avión aterrizó en el aeropuerto de Dublín el domingo por la tarde. Qatar Airways le dijo a la BBC en un comunicado que "un pequeño número de pasajeros y tripulantes sufrieron heridas leves durante el vuelo y ahora están recibiendo atención médica".

"Lo sucedido queda ahora sujeto a una investigación interna", añadió.

El incidente se produce tras la muerte de un británico de 73 años en un vuelo con destino a Singapur que experimentó graves turbulencias a principios de esta semana.

Más de 100 personas resultaron heridas, 20 de las cuales se encuentran en cuidados intensivos con lesiones en la columna.

El director general de Singapore Airlines, Goh Choon Phong, se disculpó y ofreció sus “más sinceras disculpas a todos los afectados” por la “repentina y extrema turbulencia”.

El gobierno de Singapur ha prometido una investigación exhaustiva.
 
Interior del avión que sufrió turbulencias extremas

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,
Así quedó el interior del avión a Singapur en el que un pasajero perdió la vida.

¿Por qué hay cada vez más turbulencias?

Las turbulencias durante los viajes aéreos han aumentado conforme el cambio climático ha ido subiendo la temperatura del planeta, asegura un grupo de investigadores.

Científicos de la Universidad de Reading, en Reino Unido, estudiaron estas perturbaciones atmosféricas en cielos despejados, que son más difíciles de evitar para los pilotos, y descubrieron que las turbulencias severas aumentaron un 55% entre 1979 y 2020 en una ruta muy transitada en el Atlántico Norte.

Los académicos atribuyeron el incremento a los cambios en la velocidad del viento a gran altura. Eso se debe a que el aire es más cálido como consecuencia de las emisiones de carbono.