viernes, 18 de mayo de 2018

Entrevista a Jay Bahadur, autor de The Pirates of Somalia: Inside Their Hidden World. Un periodista entre piratas

Página12

El periodista y escritor canadiense emprendió hace diez años la aventura de meterse en Somalia para investigar sobre los afrocorsarios del siglo XXI. El resultado fue un libro que llegó a la pantalla grande con un elenco que incluyó a Al Pacino y Melanie Griffith.

Bahadur quiso cubrir en primera persona las noticias sobre ataques de piratas locales a barcos mercantes
“Ir a un lugar loco”, era el plan de trabajo de Jay Bahadur, estudiante de periodismo canadiense que en 2008, cuando tenía 24 años, decidió viajar a Somalia para cubrir en primera persona las exóticas noticias sobre ataques de piratas locales a barcos mercantes. Pronto su aventurero trabajo de campo, en una zona remota y poco segura del este africano, lo convirtió en una suerte de descubridor de la nueva forma de piratería ante los ojos occidentales: sus encuentros con los afrocorsarios del nuevo milenio se volcaron en artículos periodísticos como corresponsal de diarios británicos y estadounidenses y también en su libro de 2011, The Pirates of Somalia: Inside Their Hidden World. Mientras el curioso fenómeno (al que se le adjudican, entre 2005 y 2018, casi un centenar de ataques, tomas de rehenes y fallidas escaramuzas navales con embarcaciones de banderas europeas, americanas, africanas y asiáticas) se extendía en aguas del Índico, la experiencia de Badahur de primera mano causó interés en las autoridades políticas de Canadá y los Estados Unidos, quienes le pidieron “asesoramiento” sobre los afrobucaneros. El olor a aventura del siglo XVIII que rodea las crónicas piratas de Bahadur también motivó que, el año pasado, su viaje inspirara una película, The Pirates of Somalia, cuyo personaje protagónico –a cargo de Evan Peters, el Quicksilver de la saga X Men– es precisamente el joven periodista canadiense, y cuyo elenco incluyó a Al Pacino y Melanie Griffith, además de la actuación no profesional de refugiados somalíes. La película reconstruye con tenso humor las casi rituales entrevistas de Bahadur con jefes piratas que portan fusiles y ametralladoras, todos sentados bajo árboles esmirriados bajo el reseco sol africano. Y recrea los ataques a los barcos mediante extrañas, hechizantes animaciones. PáginaI12 entrevistó a Bahadur, quien amplió su vínculo con África: actualmente vive en Nairobi, Kenia.

–¿Cómo decidió viajar a Somalia? ¿Qué tan peligroso fue realmente?
–Como describí en el libro y en la película, la verdad es que, durante un trabajo que había hecho como estudiante, me fascinó cómo Somalilandia había elegido presidente en 2003 por una mayoría de sólo 80 votos... ¡y el resultado había sido aceptado pacíficamente! Mi plan inicial era dirigirme a la región de Somalilandia para cubrir las siguientes elecciones. Sin embargo, cuando las noticias sobre la piratería en la zona explotaron en los diarios del mundo, se me ocurrió un esquema alocado mientras compartía unas cervezas con mi amigo Alex –también retratado en la película– para ir a Somalia y cubrir la historia de los piratas. En cierto modo, tuve bastante suerte. Pasé semanas intentando encontrar un socio local en Somalia y el chico al que finalmente contacté, Mohamad Farole, ¡terminó siendo el hijo del presidente regional! Y resultó que su familia también estaba emparentada con muchos de los primeros piratas, lo que me ayudó mucho a conseguir entrevistas (y a evitar ser secuestrado). Su familia me cuidó mucho y me mantuvo a salvo, lo que me dio espacio para aprender, con torpeza y muy lentamente, a ser periodista... Aunque, si fuera un editor, no enviaría a alguien sin experiencia en una misión a Somalia. No digo que no pueda funcionar bien, pero no me gustaría ser responsable de poner a alguien en esa situación.

–La película reconstruye con animaciones casi psicodélicas los abordajes de los piratas somalíes, con ganchos para escalar los barcos y alusiones a tácticas para atacar “como lobos”. ¿Alguna vez presenció –o participó de– un ataque pirata?
–Nunca presencié personalmente un ataque pirata, pero recogí muchos testimonios de miembros de la tripulación y vi muchas imágenes de video. Así que sí, la animación que puede verse en la película muestra un secuestro pirata con bastante precisión.

–¿Qué comparación podría trazar entre los piratas que entrevistó en Somalia, como Boyah o Garaad, y las celebridades de la piratería europea antigua, como Barbanegra o Morgan?
–Aunque es tentador, no compararía a los piratas somalíes con los piratas clásicos de los siglos XVI y XVII. Por un lado, sus modelos comerciales son completamente diferentes: piratas como Barbanegra vivían robando cargamentos y trataban a la tripulación de los barcos atacados como algo bastante prescindible. En el caso de los piratas somalíes, la seguridad de la tripulación secuestrada es esencial, ya que básicamente hacen dinero tomándolos como rehenes para obtener un rescate.

–¿Siguen activos los piratas somalíes?
–La piratería somalí sigue siendo un fenómeno hoy en día, pero a un nivel muy bajo. Hubo un buque cisterna capturado por piratas durante un corto período, en marzo, pero ese fue el único barco comercial secuestrado desde 2012.

–En la película usted destaca que la democracia de Somalia es menos “comercial” que los piratas. De hecho, en el Departamento de Estado estadounidense le han pedido asesoramiento sobre la piratería. ¿Qué impacto sobre Somalia tuvo su trabajo?
–Nunca trabajé para el Departamento de Estado, sólo les aconsejé puntualmente sobre la piratería en 2009 o 2010. Mi idea inicial era enfocarme específicamente en la incipiente democracia de la región separatista de Somalilandia, no en toda Somalia. Todavía creo que es notable cómo Somalilandia ha sido capaz de construir una democracia naciente con tan poca ayuda externa y sin reconocimiento internacional. No sabría decir qué impacto exacto ha tenido mi trabajo sobre el curso de la política somalí. Pero espero que al crear conciencia en Occidente sobre Somalia, el libro haya tenido un impacto positivo en el país.

–¿Cree que el periodismo puede cambiar algo o es una especie en extinción?
–Creo que el buen periodismo tradicional todavía tiene un papel muy importante en el mundo. Recientemente, por caso, las mejores coberturas sobre la administración Trump provinieron del Washington Post y el New York Times. Lo que es probable es que los periódicos de calidad y otros medios de comunicación se conviertan en objeto de mecenazgo de la élite, como se ve con Jeff Bezos comprando el Washington Post. Probablemente la prensa vuelva a ser patrimonio de los ricos independientes, o bien a estar financiada por ellos... que es como ha sido durante la mayor parte de la historia humana.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/114810-un-periodista-entre-piratas

Así es La Navata, el colegio por el que Pablo Iglesias e Irene Montero se mudan a Galapagar. Este centro público trabaja desde hace 23 años años con proyectos, sin libros ni exámenes, para acompañar a los niños en la construcción de su aprendizaje.

Los líderes de Podemos Pablo Iglesias e Irene Montero, que a la vuelta del verano se convertirán en padres de mellizos o gemelos, han decidido mudarse a un chalet a La Navata, una pedanía de la localidad madrileña de Galapagar. Uno de los motivos que ha pesado en la compra de la vivienda, según fuentes del partido morado, es la cercanía de un colegio público conocido por un método educativo de aprendizaje alternativo que les gusta mucho. Aunque ni ellos ni sus portavoces concretan el nombre del centro, en la zona solo hay tres, uno de ellos privado, otro en el que se usan libros de texto y un tercero, conocido en la Comunidad de Madrid porque trabajan con proyectos, sin libros ni exámenes. Se trata del colegio La Navata, donde esta mañana daban por hecho que son ellos, aunque ni han visto nunca a la pareja ni han hablado con ellos.

Laura Ortega, que este curso se ha estrenado como directora de un cole en el que lleva nueve años trabajando como maestra de Infantil, confiesa por teléfono que se ha enterado por la prensa y confirma que allí llevan "a sus hijos varios miembros del partido". Pide que "no se politice" el asunto y subraya que su centro "está abierto a todos los niños y a todas las familias" a las que les guste la idea de un colegio "diferente". Ortega cuenta que no es ni muchos menos el primer caso de familia que va a vivir a la zona expresamente por su cole, al revés, les ocurre con frecuencia. Y no le extraña. Además del factor educativo, "es un lugar muy agradable" para vivir, un "oasis de chalets unifamiliares más o menos antiguos y con un nivel socioeconómico medio-alto", con padres de un alto nivel de estudios.

Pero no quiere que se lleve nadie a engaño: son un centro público, "con los medios y las ratios altas de los coles públicos" y con una tutora por curso y una profesora de apoyo para las seis aulas de infantil. "Nada que ver con las escuelas privadas libres que usan metodologías similares a la nuestra, que tienen dos y hasta tres profesores por aula", avisa a los interesados. También recuerda a los padres que les llaman o se acercan a las jornadas de puertas abiertas que "vivir en la zona no garantiza entrar" a La Navata, ya que el proceso de selección es "el oficial y ordinario" de Madrid, en el que pesa más que haya hermanos en el centro que cualquier otra consideración. Son 10 puntos extra si se tiene un hermano en el centro y solo un punto por vivir y trabajar en el municipio del colegio elegido. Este curso tienen la ratio máxima, 25 niños por aula, y ninguno de los niños que lo eligieron como primera opción se quedó fuera porque ha habido "un importante descenso de la natalidad", pero el año pasado fueron 70 en total en todos los cursos.

¿Pero qué hace a este colegio tan especial como para mudarse a Galapagar? "Nuestro proyecto tiene tres pilares. Para empezar somos una escuela abierta en la que se anima a los padres a que participen. Entran, salen, forman parte de comisiones, son parte activa del equipo y dinamizan el centro. No somos todavía una comunidad de aprendizaje, pero es nuestro objetivo. La relación con las familias es muy estrecha, entran hasta en la cocina, literalmente", empieza Ortega, que emana ilusión, entusiasmo y compromiso con su colegio.

El segundo eje es que "todo es de todos". "Usamos una dinámica sin libros de texto, por lo que tenemos una gestora de materiales y visitas. Los padres pagan 150 euros al año y tienen incluido desde los folios, a témperas, plastilinas... las excursiones y cuentacuentos. A las familias sin recursos las becamos a través de la Fiesta de la Solidaridad, que se celebra este 2 de junio. Montamos un mercadillo el que vendemos comida y objetos donados a un euro. Una parte de los que sacamos va a una ONG, otro a pagar reformas en el centro y la tercera, a becar alumnos con dificultades".

El tercer pilar, el pedagógico, se denomina "otra mirada". "En este cole se aprende investigando, trabajamos por proyectos", indica Ortega, que matiza que, con el transcurso de los años, han ido flexibilizando el concepto. "No tenemos libros de texto pero tampoco somos un centro 100% de proyectos y también depende de que el tutor concreto se sienta más o menos cómodo con la metodología. Hemos ido cediendo y, en algunas materias, como en matemáticas y lengua, tenemos un cuadernito de apoyo", declara la directora de La Navata.

En este punto, surge uno de los problemas para desarrollar y consolidar un proyecto de este tipo: la falta de un equipo estable. "La continuidad es fundamental. Ahora mismo tenemos más de un 60% de profesores estables". Así las cosas, que haya más o menos cuadernillos o proyectos "depende mucho de los cursos". "Hay años en los que tenemos a docentes entusiasmados con el modelo del centro y otros en los que lo no comparten y piden irse". Su caso es el contrario, vivía en Aranjuez y pidió La Navata en el concurso de traslados. "Cuando conocí el colegio pensé 'y encima es público, yo quiero estar ahí'. Me aburre el tipo de educación tradicional y si me aburre a mí, cómo no va a aburrir a los niños. Los profesores y los niños necesitamos algo más estimulante, un reto continuo y diario", confiesa.

Sobre el nivel educativo, Ortega afirma que están en la media de la Comunidad "y bastante por encima respecto a los de la zona en Educación Artística, Matemáticas, Ciencias Naturales y Educación física". Ellos no preparan a los alumnos para las polémicas pruebas de nivel externas que existen en la región, a diferencia de lo que ocurre en otros centros. "No le damos importancia. A los padres y al centro lo que nos importa es que aprendan disfrutando, nosotros los acompañamos en el proceso, no los espachurramos con libros, deberes y pruebas", explica, al tiempo que subraya que esta manera de aprender "más activa es la que mejor conecta con el futuro de los niños". "Hoy en día de nada sirve memorizar, lo tienes todo al alcance de un dedo, hay que enseñar a comprender, a organizar y a categorizar los miles de estímulos que recibimos", defiende, para recurrir a una metáfora culinaria: "Lo nuestro es la diferencia entre comer puré bien machacadito y poder elegir en un bufé libre".

Otro aspecto importante es que "la autoridad no es del docente, sino compartida, los alumnos tienen voz y voto", sostiene la directora, que se vanagloria de que sus alumnos son muy deseados en los institutos porque "son despiertos, activos, tienen capacidad de liderazgo, tiran de grupo...". También es fundamental que no hay exámenes. "Para evaluarlos, valoramos sobre todo el día a día, la actitud, los trabajos, los proyectos... y hacemos pruebas de vez en cuando pero no son exámenes para calificarlos sino para ver qué han aprendido", detalla. También es una rara avis en otro punto: no un colegio bilingüe.

La Navata no es un recién llegado a esta "moda" de los proyectos, muy en boga en los últimos años pero que es "del siglo pasado", sino que nació así hace 23 años, por lo que fue pionero en España. "La LOGSE permitía que un grupo de maestros se juntara, creara un proyecto con sus bases teóricas y filosóficas y, si era aprobado, se les hacía un colegio ad hoc", recuerda con nostalgia, para añadir que de 60 alumnos que tuvo en su nacimiento han pasado a 460 en la actualidad en dos líneas por curso de tres a 12 años. En la parte negativa, la directora señala que no tienen inmigrantes y se fustigan por ello. "Solo tenemos un 7%, es demasiado poco, nos gustaría tener más diversidad. A dos kilómetros del cole, la realidad es muy diferente", reconoce.

UN DÍA EN LA NAVATA
Si finalmente los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero piden plaza en La Navata y son admitidos, se van a encontrar con una realidad muy diferente a la de la mayoría de los niños de tres años, que tienen el doble de libros que de edad y cuyos padres apenas van al colegio a una tutoría al trimestre.

Para empezar, los padres "pueden acompañar a los niños a las 9.00 y entrar a clase, te cuentan cómo han pasado la noche, les ayudan a colgar los abrigos y se van tranquilamente". Los niños, en lugar de fichas y más fichas, se encuentran con "una propuesta por rincones". Pueden elegir entre la zona artística, la de construcciones, la lógico-matemática con puzles y material Montessori, el rincón del juego simbólico, que "es una casita que según el proyecto se transforma en una nave espacial, en una cueva o en un castillo", la zona del proyecto, donde se expone todo el material que van elaborando, y la mesita Waldorf con los objetos típicos de cada estación del año.

Tras los rincones, se reúnen en asamblea para "contarse cómo están y hablar de posibles problemas" y tomar el almuerzo juntos. Nada de bollos ni de zumos, siempre fruta. "Todos los niños son los fruteros una vez al mes y llevan para todos. Así se habitúan a tomar fruta, a probar nuevos sabores, a pensar en el otro y a compartir", aclara. No hay horarios rígidos, sino que los pequeños "juegan, recogen, se charla, se toman la fruta, salen al patio, comen sobre las 12.30, se echan la siesta, se les lee un cuento y a casa" a las 16.00.

En el comedor, hay cocina propia y el centro, parte de la red de ecoescuelas, dispone de un huerto. Dos veces por semana y divididos en dos grupos, tienen psicomotricidad, "pero sin dirigir" sino "vivenciada" o Aucouturier. Lo llaman "la sala divertida" y es un "espacio libre de juego y de expresión física".

LOS GEMELOS, ¿JUNTOS O SEPARADOS?
Un aspecto que preocupa mucho a los padres múltiples a la hora de escolarizar a sus hijos es si los van a separar o no en clase. Conforme ha crecido el número de partos múltiples, ha ido fraguando un movimiento de padres, psicólogos y educadores a favor de la libertad de elección y de que no se aplique la separación por decreto. Aunque pueda surgir algún inconveniente y lo óptimo es atender a cada pareja en particular, los beneficios de tenerlos juntos en clase siempre superan a los inconvenientes, en opinión de una de las mayores expertas en este campo, Coks Feenstra, psicóloga infantil especializada en múltiples y autora del libro El Gran Libro de los Gemelos.

En Madrid, donde el 5% de los niños que entran en Infantil son múltiples, Educación ha pedido ese mismo curso que "se escuche a los padres y que se atiendan sus preferencias" a la hora de escolarizar a mellizos, gemelos y más. Sin embargo, esta recomendación, que ha convertido a Madrid en la primera comunidad que se pronuncia al respecto, se topa en la práctica con la autonomía de los centros, que son los que tienen la última palabra y en la mayoría de los casos siguen separando por tradición.
https://elpais.com/elpais/2018/05/17/mamas_papas/1526547020_019787.html

DESCARGABLE El proyecto educativo de La Navata, en pdf

El PP comienza a vender sus inmuebles.

Domingo Sanz


Asustados como nos quieren con los cuentos de nuevos terrorismos y golpes de estado sin sangre ni tanques que el Gobierno no deja de divulgar desde las posiciones que controla, transcurren desapercibidos los movimientos en la sombra que protagoniza el partido político más presunto, a tenor de la cuenta de expedientes vivos en los tribunales que lo acusan o salpican. La sospecha nace al comprobar que los miembros de este Gobierno tan divulgador pertenecen a ese mismo partido, y a partir de ahora conviene que las siglas PP dibujen siempre ante nosotros un patrimonio muy importante, económico y de un origen que quizás nunca se llegue a desentrañar.

El pasado 25 de marzo el periódico “Última Hora”, de Mallorca, anunciaba en portada que “El PP recibe varias ofertas de compra de su sede regional”. Nekane Domblás, la redactora que ampliaba la información en la página 18, presentó un panorama financiero desolador:

Caída a la mitad de los ingresos del partido a partir de las derrotas electorales de 2015.
Reclamación de 212.491.- € que probablemente tendrán que devolver al Govern Balear por subvenciones cobradas de más, tras ser condenados por delito electoral.

8.000.- € de hipoteca, que están pagando cada mes por la sede que ahora quieren vender.

Ya en noviembre de 2017 La Vanguardia publicaba unas declaraciones de Prohens, portavoz del PP en el Parlament Balear, en las que afirmaba que el único motivo por el que se ponía en venta la sede era económico. Negaba así que lo que pretendieran fuera quitarse de encima el marrón de una inversión inmobiliaria que estaba sometida a investigación por financiación ilegal. Como si el periodismo fuera fácil de engañar, pues la venta de un bien no borra ninguna culpa vinculada. Pero como tantas veces ha ocurrido en casos de corrupción política, la Justicia llegó tarde: un empresario, que había entregado no menos de 600.000.- € en efectivo y fuera de la ley para la reforma del local ahora en venta, falleció antes de conseguir que le pagaran los cheques sin fondos que otro empresario, que había intermediado para ocultar el lado político del delito, le había hecho llegar para tranquilizarlo, pues durante la crisis las firmas en falso eran papel mojado, incluso en los juzgados.

Por si lo de Mallorca fuera un caso aislado, buscando en Google aparecen referencias sobre operaciones similares con las sedes de Barcelona, Zaragoza y País Vasco, este último inmueble también bajo sospecha en cuanto a la procedencia de los fondos para la compra. Abunda en lo anterior el hecho de que durante 2017 algunos medios hablaron de tensiones entre los máximos dirigentes del PP, pues se decía que algunos estaban a favor de la venta de Génova 13, sede central “popular” sobre la que ya nadie pone en duda que, al menos la reforma, se financió en negro.

Las informaciones anteriores no proceden de ruedas de prensa convocadas por los responsables del partido del gobierno ni de ofertas publicadas para conseguir compradores. Tampoco corresponden a una investigación exhaustiva realizada por quien aquí firma. Han sido captadas esporádicamente por los medios, y no es posible que tanta coincidencia se deba a la casualidad. Lo lógico es que se trate de la punta del iceberg que sumerge una estrategia de licuación de activos, imprescindible en caso de estampida para salvar, y repartirse, “la pasta”.

Es evidente que los del PP están convirtiendo inmuebles en dinero. Se trata, sin duda, de una reacción desesperada ante la imposibilidad de mantener el ritmo habitual de delitos económicos que, combinados con una impunidad casi total, permitían a esa organización obtener ingresos extras millonarios. Las causas principales de ese recorte son dos. Por una parte, el comienzo, lento y tímido pero sostenido, de la acción judicial, animada en ocasiones por ajustes de cuentas internos que estallan porque la ambición lo llena todo, y en ocasiones rebosa. Por otra, la drástica reducción de poder real que sufrieron a partir de 2015 y 2016, al finalizar la cómoda etapa de un bipartidismo durante el que todo estaba perfectamente calculado. Esto también ha provocado una reducción significativa de los ingresos legales que se derivan de los resultados electorales

Mientras, la demoscopia sigue anunciando que el PP continuará retrocediendo electoralmente y, por tanto, reduciendo sus ingresos, sean del color que sean. La Justicia seguirá a lo suyo, ya se sabe que tiene vida propia cuando no hay cortocircuitos, lo que se traducirá en nuevas sentencias condenatorias, y de mayor calado. Lo que hoy se ha sabido es que el magistrado ponente de la sentencia del juicio Gurtel 1, a punto de caramelo envenenado, es partidario de no condenar al PP como organización, pero está en minoría y solo podrá emitir un voto particular, por lo que hoy hay muchos que están bebiendo para olvidar en los ficheros de que partido constan sus nombres y apellidos. En este contexto, lo normal es que caigan también los ingresos procedentes de las cuotas de los afiliados, pues periódicamente aparecen noticias de trasvases de militantes del PP hacia Ciudadanos.

Que una entidad tan poco controlada como el Partido Popular convierta inmuebles en dinero solo para ellos debe hacer sonar todas las alarmas. Esto significa que el resto de actores políticos, especialmente nacionalistas y de izquierdas, además de la Justicia, deberán mantener una actitud especialmente vigilante en defensa del interés general. Realizadas las ventas de locales al precio de la burbuja en la que privilegiados como ellos están flotando, nada impedirá al PP “liquidar” con cuantiosas indemnizaciones, acordadas “ad hoc” y directas a los bolsillos de los dirigentes del núcleo duro de los que habitan en el número 13 de Génova, y unos cuantos favoritos de la periferia. Eso sí, esta vez todo al contado para no diferir ni un euro a un futuro imprevisible. ¿Alguien recuerda los modelos de enriquecimiento personal de directivos bancarios en medio de la ruina generalizada? Pues eso. Pero en este caso, el Tribunal de Cuentas sabe que los ingresos procedentes del erario público superan con mucho el 50% de los declarados por todos los partidos políticos, por lo que procede que, en caso de liquidación, todos sus activos regresen en primer lugar al Estado y después, los que quieran reclamar que se pongan a la cola.

Por todo lo anterior, además del periodismo también los colectivos más motivados contra la corrupción deberán realizar un seguimiento permanente del estado de los bienes en manos del PP. Especialmente las asociaciones de profesionales que disponen de información veraz, pues todas las lupas son pocas para descubrir las peores intenciones de los que mandan en un país como España.

Por último, también conviene vigilar los movimientos de C’s, pues nada impide que Rivera, si las generales de 2020 les conceden la victoria, prepare una alambicada operación política de fusión condicionada con absorción parcial de “populares” que lo que en realidad estaría ocultando sería la salvación, y por tanto blanqueo bajo una nueva marca, del sustancioso patrimonio que constaría en los registros de la propiedad a nombre del PP. De nuevo nos viene a la cabeza el recuerdo de las maniobras orquestadas para salvar a los bancos, fuera cual fuera el número de víctimas, incluidas las mortales. Y también nos indignaría que, después de socializar las pérdidas de bancos, autopistas en quiebra y otros riesgos de multimillonarios, nos tuviéramos que quedar con los pasivos del partido que montó un ministro de Franco llamado Fraga Iribarne, y que un espabilado como Rivera se apropiara de la parte del león, limpia de polvo, paja y sin contenciosos pendientes en los tribunales. Son las maldades que no podemos evitar que nos asalten la cabeza cuando resulta imposible contener el caudal de sorpresas que cada día nos depara la peor política.

En marzo de 2016 nos preguntábamos públicamente “¿Qué hacemos con los bienes del PP?” y hace poco más de un mes volvíamos a insistir. Alarmamos de nuevo hoy porque hay que estar ojo avizor. De lo contrario, antes o después se repetirán los días en que nos llevaremos las manos a la cabeza. Por supuesto, cuando eso ocurra ya no habrá ningún remedio.

jueves, 17 de mayo de 2018

El activismo precisa conocimiento riguroso y ético.

Miguel Muñiz


Prólogo del libro de Eduard Rodriguez Farré y Salvador López Arnal,

Crítica de la (sin)razón nuclear. Fukushima, un Chernóbil a cámara lenta,
Vilassar de Mar (Barcelona), El Viejo Topo, 2018.

En 2008 se publicó
Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente.

Un libro escrito desde el compromiso y el rigor científico, que eludía los falsos debates "económicos" y mostraba la realidad de la energía nuclear: una tecnología prepotente, que enmascaraba su fracaso con una peligrosa huida hacia delante. La obra abordaba cuestiones éticas, abría nuevas perspectivas y marcaba las claves del momento. Los autores de aquél libro son los mismos que los de éste que ahora tiene en sus manos.

La memoria es necesaria.
Leer "Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente" supuso una bocanada de aire fresco en un ambiente enrarecido por la presión del "renacimiento nuclear". Entender la importancia de aquella obra, y por lo tanto de ésta, supone un breve recorrido histórico.

El "renacimiento nuclear" comenzó en 2001. Cuando la industria consideró desvanecido el recuerdo de Chernóbil, constató que hacía años que no se construían reactores, y valoró que se encontraba en una coyuntura favorable: la crisis energética pasaba de rumor a clamor: cambio climático, presencia del "peak-oil", inestabilidad en zonas extractivas, guerras por el control de las reservas, subidas y bajadas del precio del petróleo, problemas de suministro, las renovables como única opción a medio y largo plazo, etc.

El catecismo neoliberal proclama que una crisis es sólo una oportunidad de negocio; y la industria nuclear obró en consecuencia. Aunque en España la beligerancia pro-nuclear del Partido Popular ya se manifestó en 2001, el "renacimiento nuclear" no se desarrolló hasta 2005, cuando la industria desplegó una vasta campaña para determinar la agenda política.

No se escatimaron medios, se reclutó un selecto grupo de empresarios, representantes políticos, periodistas, ex-presidentes de gobierno y ex-ministros, líderes sindicales, científicos y profesores universitarios, expertos y opinadores, etc. Ese grupo constituyó un potente coro mediático pro-nuclear que repetía una y otra vez el mismo estribillo: que la energía nuclear era una opción económica de futuro, que era necesaria como "parte de la solución" a la crisis energética y al cambio climático, y que nos amenazaba un futuro de inacabables desgracias si no sabíamos "hacer frente a los retos"; expresión ambigua, muy al uso entre grupos sociales que protegen sus privilegios trasladando al resto una permanente sensación de zozobra e inseguridad, para así evitar que se reflexione sobre lo bien que viven ellos.

La campaña, meticulosamente planeada, determinó un terreno de juego preciso. Aspectos del debate nuclear que eran comunes antes e inmediatamente después de Chernóbil, quedaron excluidos o se mencionaban de pasada: radiaciones, enfermedades, contaminación del entorno, impactos de la minería de uranio, incremento de los residuos, seguridad, armamento, etc. ; en resumen, todo lo que relacionase nuclear con conflictos irresolubles y/o daños a personas o al medio ambiente, fue considerado "tabú".

Antes de "renacimiento", el debate giraba en torno a hechos; se debatía sobre lo que se ocultaba a la sociedad, o sobre lo que se demostraba mediante investigación. El "renacimiento" decretó que los hechos era "confusos" y "poco concluyentes". Cualquier denuncia, aunque estuviese probada hasta el último detalle, era "contrastada" antes de ser publicada, es decir, se consultaba a portavoces de la industria nuclear, y sus opiniones aparecían al mismo nivel que los datos de la denuncia. El debate pasó de los hechos a las "percepciones".

Se multiplicaron las disertaciones, sin ningún tipo de rigor, sobre la aportación de las nucleares a la "mitigación" del cambio climático, la seguridad del suministro, el incremento de la demanda energética, los nuevos reactores de diseños "intrínsecamente seguros", el EPR, la energía nuclear de fusión y, sobre todo, la economía, mucha economía. Aparecieron propagandistas y expertos que repetían las consignas del "renacimiento" (por cierto, la contribución del máximo exponente de ese grupo, el profesor Manuel Lozano Leyva, es analizada y refutada en detalle en este libro), pero también aparecieron expertos críticos, personas que cuestionaban la viabilidad del "renacimiento nuclear" sin salir de los marcos establecidos.

Mantenerse en el terreno de juego, bien para apoyar o para criticar las nucleares, suponía ser calificado de analista y/o experto por los medios; salir del terreno de juego, es decir, insistir en cualquiera de los aspectos excluidos, llevaba a ser considerado radical de visión estrecha y/o activista descerebrado. En el debate no tardó en aparecer la "gran cuestión" a la que se dedicaron (y se dedican aún) abundantes discursos: ¿puede la energía nuclear superar la "prueba del mercado"? Y la pregunta recurrente, ¿"regresa" la energía nuclear?

Las personas que combinábamos activismo voluntario y vida laboral fuimos desbordados: el coro mediático pro nuclear y los críticos copaban la agenda, aparecían en todos los medios; el discurso crítico dejó a un lado la sociedad, las personas y el medio ambiente; se centró en el análisis de dictámenes de agencias de calificación de riesgo financiero, movimientos bancarios en torno a las eléctricas, costes de inversión, precios del kilovatio hora, "viabilidad de mercado", etc. Ignorando todas las trampas económicas que rodean la contabilidad energética en general, y la atómica en particular (trampas denunciadas durante años), las voces críticas se centraron en la competitividad, en demostrar que las nucleares no eran competitivas y que las energías renovables, en cambio, eran baratas, fiables y competitivas.

Fue entonces, en plena ofensiva nuclear, cuando apareció Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente, que nos suministró conocimiento de calidad y con formato pedagógico; conocimiento que no se sometía a las directrices del terreno de juego. Aunque fuese ahogado por el discurso dominante, el libro era imprescindible, recordaba la vigencia y realidad de Chernóbil, y detallaba manipulaciones y silencios usados para negarla.

Recuerdo un cruce de opiniones con uno de los expertos críticos del momento; a mi pregunta de por qué en sus frecuentes intervenciones mediáticas siempre minimizaba o silenciaba los impactos ambientales y las secuelas humanas y ecológicas de la catástrofe de Chernóbil, me contestó que entrar ahí era perder el tiempo, que ya casi nadie recordaba Chernóbil, que mucha gente joven ni había nacido cuando se produjo, etc.

Esa era la cruda realidad; pese al libro y pese las acciones de denuncia (como el recordatorio de los 20 años de Chernóbil en que se intentó una movilización social amplia), la ofensiva mediática del "renacimiento" era tan repetitiva, tan potente y tan sostenida que empezó a afectar a la "percepción" social. Sólo se podía argumentar que las nucleares eran "inviables económicamente en mercados competitivos", y esperar a ver que decidían los tales "mercados". Aunque a partir de 2008 se empezó a descubrir que los "mercados" eran sólo un eufemismo que ocultaba los intereses corporativos de bancos y empresas, y creció la protesta social por la especulación y el saqueo descarado de los que mandaban, el "renacimiento nuclear" estaba al margen de todo ello, encerrado en su propia "burbuja".

En 2009, consiguieron que Garoña no se cerrara, pese a la oposición que generaba y los riesgos que suponía. En abril de 2010, el Eurobarómetro mostraba en toda Europa una tendencia de apoyo creciente a la energía nuclear y al papel que debía desarrollar en el futuro ( http://europa.eu/rapid/press-release_IP-10-478_es.htm ); encuestas similares por todas partes. El "renacimiento" estaba alcanzando sus objetivos.

Once meses después de aquel Eurobarómetro, Fukushima explotó.
El desconcierto de la industria nuclear ante lo inesperado no duró ni un mes. Rápidamente se pasó del discurso triunfal al de la resignación, del "renacimiento nuclear" a la necesidad nuclear, una necesidad que venía impuesta por el cambio climático. Ahora se reconocían universalmente unos inevitables riesgos. ¿Existen acaso tecnologías libres de riesgos?, se proclamaba.

El brutal impacto de Fukushima no llegó a cuestionar el terreno de juego; los analistas o expertos homologados, especialmente los críticos, siguieron adaptándose a las directrices impuestas para no perder el favor de unos medios férreamente controlados. El experto crítico al que yo había interpelado siguió con su discurso centrado en la economía, sin mencionar cosas como contaminación radioactiva, enfermedades o cáncer; pese a que ahora tenía una catástrofe nuclear humeante y bien presente. Las implicaciones de Fukushima se redujeron a un problemas de costes. Incluso algunos críticos llevaron el problema de costes, a la necesidad de encontrar un equilibrio entre seguridad y garantía del suministro eléctrico, dando así el comprensible paso de analistas críticos a expertos objetivos.

Para el activismo voluntario, Fukushima supuso un efímero auge. Durante las primeras semanas de la catástrofe las asambleas para debatir acciones de denuncia contaban con una presencia mucho mayor que la provocada por Chernóbil. Durante la primavera y el verano de 2011 se produjeron manifestaciones contra la energía nuclear en varios lugares de España, se llegó al nivel de movilización previo al cierre de Vandellós1 en 1989–1990. Fue una respuesta muy intensa, pero de poco recorrido; el aluvión de personas disminuyó cuando se comprobó que la industria nuclear no se rendía; a ello se añadieron cosas que exigirían un análisis profundo, como la idea equivocada de que se puede combatir el poder de la industria con mensajes en internet o recogidas de firmas virtuales, por poner sólo dos ejemplos.

Entre Chernóbil y el "renacimiento nuclear" transcurren 15 años, los necesarios para que se produzca el olvido; entre Fukushima y la petición de la industria nuclear para que la Cumbre del Clima de París (COP 21, diciembre de 2015) asuma la energía nuclear como mecanismo de mitigación del cambio climático, transcurren 4 años y 9 meses; menos de un tercio del tiempo anterior. Aunque la COP21 no aceptó la petición, otorgó a la Agencia Internacional de Energía Atómica la consideración de miembro observador en las reuniones de la Conferencia de las Partes. Antes, en septiembre de 2013, el Comité Olímpico Internacional ya había elegido a Tokio como ciudad organizadora de la 32ª edición de los Juegos Olímpicos. La situación informativa, política y social se considera controlada, y el "renacimiento", convenientemente adaptado a "mantenimiento", continua.

Un apunte: este prólogo se redacta mientras la industria nuclear en España, una vez conseguido su objetivo de mantener funcionando las centrales 60 años sin que interfieran las revisiones de seguridad, negocia discretamente una rebaja de impuestos con el gobierno del Partido Popular invocando los costes que suponen las "exigencias" legales de seguridad y la merma de beneficios que implican.

Por eso este libro de Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal es tan oportuno como necesario. Su título y subtítulo: Crítica de la (sin)razón nuclear. Fukushima, un Chernóbil a cámara lenta sintetiza los ejes que marcan la resistencia nuclear en el siglo XXI.

El apartado sobre Fukushima es una batalla contra el olvido, el arma más poderosa de la industria nuclear; Eduard y Salvador combaten con hechos y datos la disciplinada, sistemática e inhumana respuesta de la industria a una catástrofe social y ambiental que sigue desarrollándose hoy.

Así, la pretensión de reducirlo todo a un problema de costes, naufraga ante la información que presentan los autores, dos personas con conocimientos puestos al servicio de las llamadas "clases subalternas", porque la radiación afecta a todos los seres vivos, pero no todos tienen los mismos recursos para protegerse o combatir sus secuelas.

No obstante, el libro va más allá.
Profundizando en una línea que ya iniciaron en Casi todo lo que usted desea..., En la encrucijada... abunda en la idea de que la resistencia a las nucleares es una cuestión profundamente ética. No basta con disponer de modelos u hojas de cálculo con cifras de substitución de potencia energética nuclear por energías renovables. De poco sirve la abundancia de datos si no predominan valores que, aparentemente, poco tienen que ver con la técnica y la ciencia atómica; de ahí que, al margen de los testimonios humanos que ilustran los apartados, un tercio de la obra esté dedicado a un recorrido por el pensamiento de maestros de la filosofía y el conocimiento científico, de la política y la literatura, algo que puede parecer chocante en una obra de este tipo, pero que no lo es en absoluto.

Ya que estamos ante un conflicto a largo plazo, que exige combinar la sabiduría resistente con un conocimiento preciso y riguroso. Por ello que el recorrido inicial que los autores realizan por el concepto de Antropoceno no puede ser más acertado. La frase: "más vale hoy activos, que mañana radiactivos" sigue plenamente vigente, pero debe ser actualizada para que mantenga su valor en el siglo XXI.

Cada día se desmiente la ilusión de que la energía nuclear "desaparecerá naturalmente". Las nucleares surgieron de una voluntad política, se mantienen por una voluntad política, y cumplen una función política. En el siglo XXI la industria nuclear gana tiempo, pervivirá y se renovará mientras quede uranio. Ni fantasías sobre "mecanismos de mercado", ni la repetición de que las nucleares son cosa del pasado, ni un hipotético auge de las energías renovables (cuyo mayor obstáculo es, precisamente, las centrales nucleares) la hará "desaparecer". Sólo el conocimiento riguroso y la resistencia tenaz de personas que se nieguen a ser víctimas puede llevar a que la encrucijada más fatídica de la historia de Humanidad conduzca a una humanidad libre sobre una Tierra habitable.

Para que la ciudadanía no asuma las mentiras mil veces repetidas hay que repetir mil veces las verdades que las desenmascaran. Reiterarlas una y otra vez, con esa combinación de divulgación rigurosa y facilidad de expresión que Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal dominan. Hay que seguir el viaje que realiza este libro por la realidad de Fukushima y los recovecos del poder nuclear para entender, ayudar, actuar y vivir.

La persona que debería haberlo prologado murió el 5 de diciembre de 2014; Ladislao Martinez, Ladis, fue el incansable activista voluntario y cordial compañero que sabía combinar rigor y capacidad divulgativa para, como los autores del libro, activar en cada persona el deseo de saber y la voluntad de trabajar por un futuro sin nucleares en una sociedad justa y sostenible sobre una tierra habitable. Junto con mi agradecimiento a Eduard y Salvador por su confianza sirvan estas líneas como homenaje tardío al compañero y amigo que tanto nos ayudó a comprender.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Los crímenes del franquismo y su impunidad

Daniel Campione


Intervención en Foro Debate “Los crímenes del franquismo: Impunes en España, denunciados en Argentina”. Realizado en Facultad de Filosofía y Letras-UBA, el 4 de mayo de 2018

En primer lugar, saludamos el trabajo de los querellantes argentinos, que se enfrentan a la búsqueda de clausurar la memoria de la República, de la revolución proletaria y campesina acaecida en la España de 1936, y la criminal represión que se encargó de segar todo el movimiento hacia las transformaciones sociales radicales. La política de supresión de la memoria tuvo inicio desde los comienzos de la dictadura de Franco, y después de su muerte continuó con los gobiernos de la transición española, que pergeñaron una supuesta reconciliación basada en el olvido, sin excluir en absoluto a los gobiernos socialistas.

Quizás, para comenzar a hablar de la represión bajo la dictadura franquista, convenga transcribir un fragmento escrito por José María Pemán, uno de sus ideólogos:

“La guerra, con su luz de fusilería, nos ha abierto los ojos a todos. La idea de turno o juego político, ha sido sustituida para siempre, por la idea de exterminio y expulsión, única salida válida frente a un enemigo que está haciendo de España un destrozo que jamás en la historia nos lo causó ninguna nación extranjera. 24 de julio de 1936.

Por su parte, el general Emilio Mola, durante la preparación del alzamiento llamó a “eliminar sin escrúpulos ni vacilación alguna a todos los que no piensen como nosotros.”

La acción represiva del franquismo responde a un plan sistemático que es puesto en obra desde el mismo alzamiento del 17 de julio de 1936. Escribe Paul Preston: “En el caso de los militares rebeldes, el programa de terror y aniquilación constituía el eje central de su plan y de los preparativos para llevarlo a cabo.” Tuvo un propósito de exterminio no circunscripto al campo militar, sino extendido al plano social e ideológico. Se buscó arrasar con los miembros más activos de las clases subalternas en primer lugar, pero también se actuó sobre los menos destacados, para sembrar el terror en la generalidad de la población. En muchos casos los considerados “marxistas convictos y confesos” fueron asesinados sin más trámite o después de parodias judiciales. Seguidores menos activos y hasta algunos indiferentes terminaron igual ejecutados o enviados a la cárcel o represaliados de diversas maneras. ¡A la cárcel con el neutral¡ escribió un periodista falangista. Los familiares eran asimismo represaliados, empezando por las mujeres, en muchos casos viudas de “rojos”, y los bebés y niños pequeños, que fueron robados por millares.

Se asesina en masa cuando hay una amenaza militar, una seria resistencia contra el avance golpista; pero también se lo hace cuando hay poca o ninguna lucha para imponer el alzamiento militar, como en Logroño, Jerez de la Frontera, Pamplona, Valladolid, amplias zonas de Galicia y decenas o centenares de pequeñas ciudades, pueblos y aldeas que cayeron inermes frente a los facciosos. Buena parte de los crímenes franquistas durante la guerra civil se produjeron con independencia de las acciones bélicas.

Un elemento para entender el carácter de la acción represiva es que en la primera etapa del conflicto todavía no se había configurado una guerra civil propiamente dicha. La resistencia obrera y campesina, junto con militares leales, había detenido el golpe en buena parte de España, pero el ejército de la República había dejado de existir. Así lo analiza Francisco Espinosa Maestre, un experto en las acciones represivas, sobre todo en el sur: “…salvo excepciones, a un lado hubo fuerzas militares y paramilitares fuera de la ley y al otro la población civil. …no estamos ante lo que habitualmente entendemos por una guerra sino simplemente ante un golpe militar, no estamos ante batallas sino ante vulgares matanzas.” Recién será un tiempo después, en particular cuando se logra configurar una defensa organizada y con armamento y equipo razonable ante el ataque a Madrid, cuando se den los presupuestos de una guerra civil en el sentido estricto del término.

A veces se tiende a asimilar la violencia ejercida por fuerzas republicanas con la producida por las fuerzas franquistas. No hay tal cosa, la violencia de los “nacionales” fue dirigida desde la cúspide, se extendió a lo largo de toda la guerra y aún después. Fue una política de venganza social, destinada al castigo de quienes habían osado cuestionar el orden social existente. Dios, la familia y la propiedad requerían una reparación. Desde su punto de vista, al impulso revolucionario de masas inficionadas por el marxismo, cabía oponer la espada vengadora de la reacción.

Una vez terminada la guerra, la política de la venganza continúa. Se ha estimado que hubo 50.000 ejecutados en la posguerra. La diferencia era que las ejecuciones “por bando de guerra” o “ley de fugas”, los “paseos” que terminaban en tiros en la nuca fueron progresivamente reemplazadas por consejos de guerra, que realizaban verdaderas parodias de juicios en las que la condena solía estar predeterminada, dando lugar a verdaderos asesinatos judiciales. Se aplicaba también la ley de “responsabilidades políticas”, que inculpaba a todos aquello que “con actos concretos o pasividad grave” se habían opuesto al triunfo del movimiento nacional. En las cárceles se hacinaban presos en número diez o veinte veces mayor que la capacidad de esas prisiones, muchos millares hacían trabajo esclavo como parte del sistema de “redención de penas por el trabajo”, que dio lugar a la versión española de los campos.

No hay que olvidar el papel de la Iglesia, a la vez legitimadora y beneficiaria de las políticas de exterminio. La institución eclesiástica vivió “una larga época de felicidad, con una dictadura que la protegió, la cubrió de privilegios, defendió sus doctrinas y machacó a sus enemigos.” (J. Casanova)

Se ha dicho que el conflicto español ha sido guerra de clases, de ideología, de religión, de nacionalidades. Fue todo eso, pero hay que prestar mucha atención al primero de los términos. Propietarios rurales y patrones de fábrica se vengaban de quienes habían puesto en duda su derecho de propiedad y sus privilegios, lo que constituía una falta imperdonable, de la que había que impedir la menor posibilidad de que se repitiera.

El triunfo franquista proyecta su sombra hasta el día de hoy. España ha vuelto a ser una monarquía, y no cualquiera: La que instauró el propio Caudillo poniendo al frente a un príncipe escogido por él y educado bajo su tutela. Son herederos de Franco los que hoy gobiernan España, por medio de un partido que fue conformado por dirigentes de la dictadura, convertidos por conveniencia a los ideales democráticos.

Desde Argentina hacemos votos por una España diferente, en la que el poder salga de una vez de manos de quiénes, en más de un sentido, son herederos de Franco y pueda constituirse un efectivo poder popular, al modo que soñaron los mejores luchadores de la República.

Muere el doctor Luis Montes, abanderado de la muerte digna. El médico fue perseguido por el PP de Madrid por las sedaciones en el Hospital Severo Ochoa de Leganés.

El doctor Luis Montes (Salamanca, 1949), presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), acusado y posteriormente absuelto, en 2007, de causar la muerte mediante sedaciones terminales irregulares a 400 enfermos del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), ha fallecido este jueves a los 69 años, según ha confirmado fuentes de la asociación.La muerte se ha producido de forma inesperada cuando se desplazaba a un acto vinculado con la asociación, en la que se había volcado durante los últimos años.

Montes, cuya especialización era la de anestesista aunque en Leganés ejercía de jefe del servicio de urgencias, acabó siendo la cabeza visible de un grupo de facultativos del que también formaban parte el ginecólogo Javier Martínez Salmeán, el internista Frutos del Nogal y el otorrino Carlos Barra, entre otros. Todos ellos coparon cargos de responsabilidad en el Severo Ochoa y el Hospital de Móstoles tras una larga trayectoria en el sur de la Comunidad de Madrid, donde lucharon por imprimir a la práctica de la medicina un marcado carácter progresista y de servicio público.

Un ejemplo es su firme oposición a intentos privatizadores de la sanidad de los Gobiernos del PP. Otro, que se remonta a los años 80, fue su apuesta porque fueran los hospitales públicos los que asumieran la realización de abortos, práctica entonces no siempre accesible para quien la necesitaba y siempre relegada a clínicas privadas. Desde los pasillos de urgencias de Leganés, Montes decidió en sus últimos años en ejercicio poner fin a lo que, en sus propias palabras, era una de “las grandes cuentas pendientes de la sanidad pública: la muerte digna”. “La gente sufría y agonizaba durante horas y días sin otra razón que los prejuicios y la ineptitud de muchos facultativos”, solía afirmar.

Esta actitud disgustó a algunos médicos del Severo Ochoa y a los sectores más conservadores del PP madrileño, lo que acabó provocando uno de los mayores escándalos ocurridos en la sanidad pública española durante las últimas décadas. Tras recibir una denuncia anónima, y sin contar con informe o prueba alguna que sustentara la gravedad de las acusaciones, el entonces consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela (PP), purgó a Montes y sus aliados en el Severo Ochoa y puso en marcha una auténtica cacería de brujas contra los facultativos, a los que llegó a acusar implícitamente de decenas de muertes por sedaciones ilegales.

Lamela, en todo momento apoyado por la presidenta regional Esperanza Aguirre, hizo todo lo posible para sustentar las acusaciones. Creó comisiones para que elaboraran informes ad hoc, juego al que se prestaron algunas de las más destacadas figuras médicas de la Comunidad de Madrid. Y adoptó cuanta decisión administrativa fue necesaria para lograr que ni Montes, ni su equipo ni quienes salieron en su defensa volvieran a ocupar cargo de responsabilidad alguno.

Pero si Lamela logró en su embestida el apoyo de algunos de los sectores médicos más conservadores —y el silencio cómplice de la entonces presidenta del Colegio de Médicos, Juliana Fariña—, el consejero fracasó rotundamente cuando fue la justicia la que examinó el caso. En junio de 2007, el juez instructor archivó el caso con una decisión que tenía algo de salomónica. Por una parte, libraba a Montes y su equipo de toda responsabilidad penal, pero admitía que en cuatro sedaciones se habían producido irregularidades.

Esto dejó insatisfecho a Montes, que recurrió el caso hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid desmontó punto por punto las acusaciones de Lamela y eximió a Montes de cualquier mala práctica.

Empezó entonces otro largo proceso judicial, esta vez sin éxito para Montes y 39 de sus colaboradores, para exigir que fueran resarcidos por los daños morales y económicos sufridos. Pero para Montes, según sus palabras, lo peor que hizo Lamela fue hacer que "la gente muera peor".

Desde 2009 el doctor era presidente federal de DMD, desde donde defendía la despenalización de la eutanasia, el acceso universal a los cuidados paliativos y a la sedación. Montes ponía en el centro de su trabajo el derecho a la autonomía, la libertad individual y la voluntad del paciente. La militancia de Montes se remonta a los tiempos de la oposición al franquismo, donde se volcó en el trabajo comunitario en los barrios de chabolas que abundaban en el norte del actual distrito de Tetuan.

 https://politica.elpais.com/politica/2018/04/19/actualidad/1524148005_240213.html

Física aplicada a YouTube: el canal de éxito de un manchego de 23 años Un millón de suscriptores siguen a José Luis Crespo, más conocido como QuantumFracture

Cuando tenía 14 años, José Luis Crespo vio un documental en internet. Hablaba de la teoría de cuerdas. "Me fascinó. Tenía la idea de que la física era algo más básico, pero la teoría de cuerdas me llevó a un lugar de fantasía, algo que sonaba a ciencia ficción", dice a Verne por teléfono. Cuando este manchego de Valdepeñas (Ciudad Real) se enamoró de la física empezó a nacer QuantumFracture, el canal de YouTube con casi un millón de suscriptores en el que Crespo habla de la ciencia que intenta explicar el universo.

Abrió su canal de YouTube en 2013, con 18 años y recién llegado a Madrid para empezar a estudiar Física en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Cinco años después, a los 23, ha terminado la carrera y varios de sus vídeos superan el millón de reproducciones. Habla de teorías y conceptos muy complicados, pero lo hace con un estilo que entendemos los de letras. Su labor de divulgación acaba de ser reconocida con el premio de internet a la mejor marca personal en la categoría de ciencia y tecnología, concedido por la organización Día de internet. Este es uno de los vídeos más vistos de su canal, un resumen de apuntes para estudiantes de física.

"Desde que empecé a hacer los vídeos, el feedback ha sido muy bueno. Le gustaban a mis compañeros de clase en la universidad y también a mis profesores. Vi un nicho y entré con todo", dice Crespo, cuyos vídeos no suelen superar los cinco minutos de duración. "Intento que resulten divertidos y fáciles de ver. Es obvio que para algunas personas que no sepan nada de ciencia o física hay barreras, pero yo hago los vídeos para cualquiera".

El planteamiento de Crespo coincide con el eslogan de su canal: "El lado más loco (y real) del universo". Acerca la física al espectador medio de YouTube con varias estrategias. Utiliza un lenguaje cercano e informal: después de soltar una parrafada científica dice "lo sé, esto es una paja mental que flipas"; recurre a referencias de la cultura popular sin despotricar sobre sus errores científicos, sino reivindicando su lado más interesante -como la serie Rick y Morty-; le pone mucha pasión a la física, "ya que es mucho más bonito que te digan que hace millones de años la luz estaba encarcelada en el plasma primitivo a que te lo digan con términos aburridos". Este vídeo en el que analiza la física tras Stranger Things reúne todas las cualidades anteriores.

También ayuda su tono de voz. "Sí, me han dicho varias veces que tengo una voz muy radiofónica", dice. Entre sus vídeos más reproducidos hay algunos que parecen hechos para estudiantes, curiosidades de la física, pero entre los que más se repiten están los que analizan temas más filosóficos como el destino o la existencia de Dios. Su vídeo con más visualizaciones es una serie de argumentos contra los terraplanistas. "Me fascina cómo adoptan argumentos dogmáticos de mierda".

"Estos temas tocan a todo el mundo. Al común de los mortales, la mecánica cuántica no le importa. Y lo respeto. Pero hablar de Dios, algo tan arraigado en la sociedad, incita mucho al click", comenta Crespo, que sube un vídeo a la semana. "Apenas gano dinero, es muy complicado, pero me da para vivir". Dedica unas 40 horas semanales a sus vídeos, "vamos, una jornada completa". También produce vídeos para Flooxer, el canal de vídeos para internet de Atresmedia.

Uno de los aspectos que más le preocupa de sus vídeos es que sean rigurosos. Un amigo investigador revisa sus guiones y un profesor con el que coincidió durante la carrera le asiste cuando habla de cosmología. "Cuando alguien me señala algún error suele estar equivocado. Puede haber opiniones distintas respecto a diferentes teorías, pero en cuanto a rigor nadie puede tocarme un vídeo", dice.

De cara al futuro, Crespo tiene claro que se quiere seguir dedicando a la divulgación. "En la carrera te das cuenta de hacia dónde te vas a dirigir. Investigar en física es responder a problemas que nadie se ha planteado, exige un conocimiento muy alto. Yo sé bastante de física y procuro entender todo lo que puedo, pero no disfruto la investigación. Sin embargo, la divulgación no se me da mal y me parece un reto de la hostia. Hay adolescentes que me han dicho que han empezado la carrera de física por mi canal", añade Crespo.

Este youtuber ha visto como sus mejores compañeros de clase se han ido de España porque "las becas que les ofrecían eran ridículas. Conozco a mentes brillantes que están ganando una miseria, a profesores excelentes que se han marchado de este país porque no les daba para vivir". Crespo critica las declaraciones del ministro de Economía, Ramón Escolano, en EL PAÍS, en las que aseguraba que "la ciencia en España está vibrante": "No es verdad. Mi experiencia es que vamos a peor".

Los referentes de Quantum Fracture

Hay divulgadores científicos muy famosos. Entre los más conocidos están los estadounidenses Carl Sagan o Neil de Grasse Tyson, autores de la versión antigua y nueva de Cosmos, una serie que Crespo no ha visto. "En serio, no me preguntes por qué". Crespo también destaca a Bill Nye, famoso por su programa de televisión en Estados Unidos en los 90 -y ahora para todo el mundo en Netflix-, "pero ninguno de ellos son mis referentes principales".

Los espejos en los que se mira Crespo son otros youtubers en inglés. "Son los que abrieron el camino, los que hablaban de ciencia en YouTube sin el tono solemne de los documentales", comenta. Destaca a Minutephysics, Veritasium, SmaterEveryDay y Vsauce, todos ellos con varios millones de suscriptores. En este artículo de EL PAÍS puedes conocer a otros divulgadores científicos en español en YouTube.

Todos los canales mencionados anteriormente tienen a hombres como protagonistas. Además, según explica Crespo, el consumidor medio de su canal es un hombre de 17 años. Sin embargo, este manchego asegura que cada vez hay más mujeres que se acercan a la ciencia a través de YouTube. "Es más, mi canal favorito ahora mismo sobre divulgación científica es de una mujer, Antroporama". Es el canal de Patri Tezanos, con más de 100.000 suscriptores, especializado en neurociencia o biología.

https://verne.elpais.com/verne/2018/05/13/articulo/1526202162_289867.html

https://www.youtube.com/user/QuantumF

martes, 15 de mayo de 2018

La cruda conclusión de Àngels Barceló tras lo que ha pasado en Israel. Al menos 52 palestinos han muerto y más de 2.000 han resultado heridos en las protestas por el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén..

La apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén se ha saldado este lunes, digan lo que digan los mensajes de felicitación que se han intercambiado Donald Trump y Benjamin Netanyahu, con un baño de sangre.  Àngels Barcel lo tiene claro, como ha hecho notar en un mensaje en Twitter.

"Lo que está haciendo Israel en Gaza se llama masacre". Ese corto y duro mensaje, una triste constatación, ha logrado casi 6.000 retuits y cerca de 9.000 'me gusta'.

 Al menos 52 palestinos han muerto en las protestas y más de 2.000 han resultado heridos por los proyectiles reales que el ejército israelí ha empleado para dispersar las protestas. Las noticias que durante todo el día han llegado desde Gaza, y especialmente el conteo de muertos, estaban seguro muy presentes en el pensamiento de la periodista de la SER cuando ha publicado su mensaje.

La historia de Paul Ryan: de farsante a fascista. El diputado republicano se labró su reputación únicamente por lo bien que aparentaba ser sensato en TV.




¿Por qué ha decidido Paul Ryan no presentarse a la reelección? ¿Cuáles serán las consecuencias? Vayan ustedes a saber, literalmente. Puedo hacer conjeturas basándome en lo que leo en los periódicos, pero todos pueden.

Por otra parte, sí tengo alguna idea de cómo llegó Ryan —que siempre ha sido un embaucador, y eso estaba a la vista de quien quisiera verlo— a presidente de la Cámara de Representantes. Y esa es una historia que dice muy poco a favor no solo del propio Ryan, ni siquiera solo de su partido, sino también a los autoproclamados centristas y a los medios informativos, que con su conducta impropia impulsaron su trayectoria. Es más, las fuerzas que llevaron a Ryan a una posición de poder son las mismas que han llevado Estados Unidos al borde de una crisis constitucional.

Respecto a Ryan: increíblemente, estoy viendo algunas noticias acerca de su salida que lo retratan como un gran experto político y un defensor de la austeridad fiscal que, por desgracia, fue incapaz de cumplir con su misión en la era Trump. Inconcebible.

Miren, el único principio rector de todo lo dicho y propuesto por Ryan era el de acomodar a los cómodos y afligir a los afligidos. ¿Puede alguien mencionar un solo ejemplo en el que su supuesta preocupación por el déficit lo llevase a imponer alguna carga a los ricos, en el que su supuesta compasión lo llevase a mejorar la vida de los pobres? Recuerden que votó contra la propuesta presentada por la comisión Simpson-Bowles sobre la deuda no por sus verdaderos fallos, sino porque supondría una subida de los impuestos y no lograría revocar la reforma sanitaria de Barack Obama.

Y sus propuestas de "reducción del déficit" siempre han sido fraudulentas. La pérdida de ingresos debida a los recortes fiscales siempre ha excedido a cualquier reducción de gasto explícita, de modo que la supuesta responsabilidad fiscal procedía por completo de los "asteriscos mágicos": ingresos adicionales a costa de tapar lagunas jurídicas no especificadas, y reducciones del gasto derivadas de recortar programas no especificados. Ya en 2010 dije que era un embustero, y nada de lo que ha hecho desde entonces ha puesto en duda ese juicio.

¿Y cómo consiguió entonces este notorio artista de la estafa una reputación de seriedad y de probidad fiscal? Básicamente, fue el beneficiario de la discriminación positiva ideológica. Incluso ahora, en esta era de Trump, hay un número considerable de líderes de opinión —en especial, aunque no únicamente, en los medios informativos— cuyas carreras y marcas profesionales se basan en la idea de que están por encima de las refriegas políticas. El afirmar que ambas partes tienen cierto grado de razón, que hay personas serias y honradas en la izquierda y la derecha, prácticamente define la identidad de esta gente.

Pero la realidad de la política estadounidense del siglo XXI es de polarización asimétrica en múltiples aspectos. Uno de ellos es el intelectual: si bien hay algunos pensadores conservadores que son serios y honrados, no tienen influencia en el Partido Republicano actual. ¿Qué puede hacer un centrista?

Con demasiada frecuencia, la respuesta ha implicado lo que podríamos denominar credulidad motivada. Los centristas que no lograban encontrar verdaderos ejemplos de conservadores honrados y serios prodigaban elogios a políticos que interpretaban ese papel en la televisión. Lo cierto es que a Paul Ryan no se le daba demasiado bien fingir; los verdaderos expertos fiscales ridiculizaban sus presupuestos de "carne misteriosa". Pero da igual: el relato exigía que el personaje interpretado por Ryan existiese, de modo que todos fingían que él era el ejemplo por excelencia.

Y permítanme decir que la misma falsa equidistancia que convirtió a Ryan en héroe fiscal influyó de manera crucial en la elección de Donald Trump. ¿Cómo pudo el candidato presidencial más corrupto de la historia estadounidense conseguir una victoria en el Colegio Electoral? Hubo muchos factores, cualquiera de los cuales podría haber cambiado las tornas en unas elecciones ajustadas. Pero las elecciones no habrían sido ajustadas si buena parte de los medios de comunicación no se hubiesen sumergido en una orgía de falsa equivalencia.

Lo que nos lleva a los congresistas republicanos, y a Ryan en concreto, en la era de Trump.

A algunos analistas parece sorprenderles que hombres que hablaban sin parar de probidad fiscal durante el mandato de Barack Obama apoyasen sin remordimientos en la era de Trump unas rebajas fiscales que dispararán el déficit. También parecen asombrados ante la aparente indiferencia de Ryan y sus acólitos por la corrupción de Trump y su desprecio por el Estado de derecho. ¿Qué les ha pasado a sus principios?

Naturalmente, la respuesta es que los principios que afirmaban defender nunca tuvieron nada que ver con sus verdaderos objetivos. En concreto, los republicanos no han abandonado sus preocupaciones por los déficits presupuestarios, porque los déficits nunca les han importado; solo fingían preocupación como una excusa para recortar los programas sociales.

Y a quienes se preguntan por qué Ryan nunca se ha posicionado contra la corrupción trumpiana, por qué nunca se ha mostrado preocupado por las tendencias autoritarias de Trump, ¿qué les hizo pensar que se posicionaría? Insisto, si nos fijamos en las acciones de Ryan, no el personaje que interpretaba ante públicos crédulos, veremos que nunca se ha mostrado dispuesto a sacrificar nada de lo que quiere —ni un ápice— en nombre de sus supuestos principios. ¿Por qué iba a esperar nadie que arriesgase el pescuezo por defender el estado de derecho?

Y ahora Ryan se va. Que tanta gloria lleve como paz deja. Pero guárdense las celebraciones: aunque no era mejor que el resto de su partido, tampoco era peor. Es posible que su sucesor como presidente muestre más categoría que él, pero solo si dicho sucesor es, bueno, demócrata.

https://elpais.com/economia/2018/04/13/actualidad/1523626617_507047.html#comentarios

Feminismo & ¿Justicia? ¿Puede la justicia ser feminista?


www.publico.es



La sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra que absuelve a los miembros de “La Manada” de violación, tipificando el acto delictivo como un abuso sexual, constituye un indulto repugnante revelador de la íntima relación entre patriarcado e (in) justicia.

Varias de las injusticias contra las que luchan las mujeres se derivan de un patriarcalismo que permea el sistema jurídico, directamente implicado en la reproducción de la dominación masculina y la cultura patriarcal. ¿No es violación que cinco hombres penetren forzadamente a una joven? ¿Qué tipo de mentalidad es la de un juez que solo aprecia en el vídeo de la agresión "actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo"? Se trata de una sentencia propia de una justicia miope más preocupada por las reacciones de la víctima ("ni dolor ni asco, era excitación sexual") que por la conducta de los agresores.

La justicia en general y la justicia de género en particular se hallan de nuevo en entredicho en España, una justicia que no ve probada la violencia que requiere la violación, pero que sí ve probada la violencia en la organización de un referéndum pacífico. Lo grave es que no estamos ante un hecho aislado, como ponen de manifiesto otros casos recientes que destilan patriarcalismo jurídico. Me referiré a dos. El primero es el caso de las feministas encausadas de Palma, condenadas a un año de cárcel por interrumpir en 2014 con una protesta pacífica una liturgia religiosa celebrada en la parroquia de Sant Miquel.

La movilización se enmarcaba en un acto de protesta contra la reforma de la ley del aborto que preparaba el por entonces ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón. Las activistas protestaban por la influencia que la Iglesia católica tuvo en la reforma Gallardón. En 2016, la sentencia de la Audiencia Provincial de Palma las consideró autoras de un delito penal contra la libertad religiosa. Ese mismo año, el Juzgado de lo Penal número 6 de Madrid condenaba a la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, a una multa de 4.320 euros por un delito contra los sentimientos religiosos por una protesta en 2011 en la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid, del que posteriormente fue absuelta.

El segundo caso es el de la apertura de juicio oral a la activista feminista Nina Parrón, Consejera de Igualdad del Consell Insular de Mallorca. Parrón se enfrenta a un supuesto delito de injurias y calumnias con publicidad contra Jorge Skibinsky, presidente de la Asociación de Padres de Familias Separados de Baleares, quien, en una carta publicada en julio de 2016 en un rotativo local, negaba que el asesinato de Xue Sandra por parte de su expareja fuera una “acción machista”, sino que se trataba de un “crimen pasional” motivado por la “incapacidad del agresor de aceptar que su pareja iba a dejarle”.

Parrón denunció el caso ante la Fiscalía, que archivó la denuncia. A su salida declaró ante los medios de comunicación que las palabras de Skibinsky podían ser constitutivas de un posible delito de apología de la violencia machista. Skibinsky interpuso una querella criminal contra Parrón por calumnias e injurias con publicidad, alegando que las declaraciones habían generado un “clima de tensión” y una “animadversión injusta” contra él. El Juzgado de Instrucción número 8 de Palma impuso recientemente a Parrón una fianza civil de 30.000 euros a la espera de que se celebre el juicio oral.

¿Cómo es posible que quien defiende desde las instituciones públicas los derechos de las mujeres pueda llegar a ser condenada a raíz de una querella de quien reduce un problema estructural como la violencia de género a un episodio de obsesión y enajenación personal?.

El caso de Nina Parrón recuerda a la justicia invertida de la que habla Lewis Carroll en Alicia a través del espejo, que primero sentencia y después juzga. Ambos casos tienen un denominador común: la denuncia de alguna forma de violencia contra las mujeres, pero también ambos presentan contenidos perturbadores para la libertad de expresión, en estado crítico en España tras sentencias como las de Valtonyc, Pablo Hasel, César Strawberry, Cassandra Vera, el caso de los titiriteros, el secuestro del libro Fariña sobre el narcotráfico gallego y la retirada de la obra “Presos políticos” de Arco.

El caso de Parrón es un suma y sigue: representa una mordaza del patriarcado que limita la libertad de expresión, a la par que un aviso para que las feministas anden con pies de plomo y abanderen sus convicciones de forma silenciosa. Sin embargo, conviene situar el retroceso actual de la libertad de expresión en España en el contexto más amplio de la escalada represiva diseñada para silenciar los movimientos sociales, sobre todo a raíz de las movilizaciones que surgieron del 15M, cuya respuesta institucional fue la aprobación de Ley de Seguridad Ciudadana (más conocida como Ley Mordaza) por el Gobierno de Rajoy en 2015.

Las políticas de austeridad que la Unión Europea y el Gobierno español adoptaron en respuesta a la crisis forman parte de una misma estrategia neoliberal y conservadora que criminaliza el activismo social y limita la libertad de expresión. Se trata de una estrategia que combina austeridad y represión para garantizar los beneficios del capital financiero mediante las crisis que genera.

En este contexto, urge reformular la pregunta que se hacía Boaventura de Sousa (“¿puede el derecho ser emancipador?”) de este modo: ¿puede el sistema de justicia ser un instrumento de lucha emancipadora de las mujeres? ¿Puede el derecho dejar de ser un producto de la cultura machista y sexista hegemónica al servicio de la dominación patriarcal que trata a las mujeres como el “segundo sexo”, según la conocida expresión de Simone de Beauvoir?.

Cabe cuestionar de raíz la teoría jurídica, poniendo en tela de juicio los presupuestos e intereses que asume, así como poner en jaque el modo en el que el derecho se aplica, todavía por medio de instituciones que, aunque contemplen las demandas de las mujeres, siguen estando moldeadas por la ideología patriarcal.

Necesitamos un derecho articulado con los conocimientos y los movimientos feministas: ¿por qué en las Facultades de Derecho de las universidades públicas no hay asignaturas de jurisprudencia feminista y sí de Derecho eclesiástico del Estado?.

Un derecho con más acciones de sensibilización, formación y sobre todo de movilización de los juristas comprometidos con el cambio social progresista.

Los platos en equilibrio de la balanza de Temis, la diosa de la justicia en la mitología griega, indican que no hay diferencias entre las personas cuando se juzgan sus aciertos y errores. Desgraciadamente, los hijos del patriarcado han desequilibrado una vez más los platos de la justicia a su favor.

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/25670/puede-la-justicia-ser-feminista/