Hasta hace poco, a los políticos españoles, no les interesaban los videojuegos. El sector no figuraba en sus agendas ni acudían a eventos o actos relacionados con videoconsolas. “Lo asociaban a algo de niños, no tenían información ni conocimiento”, explica José María Moreno, director general de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI). Ignoraban, en consecuencia, que la de los videojuegos es una industria que factura más dinero que el cine y la música juntas y que da empleo a 8.000 personas en España. ¿Cómo hacérselo saber? ¿Cómo conseguir la atención y el apoyo de la Administración? Haciendo lobby, claro.
AEVI, con el asesoramiento de la consultora Llorente y Cuenca, arrancó una estrategia de información, contactos, reuniones y comunicación que culminaron hace unos días con un encuentro entre el propio José María Moreno y el ministro de Energía y Turismo, Álvaro Nadal. El sector logró, además, entrar en el Plan 2020 de Cultura, formar una Mesa Interministerial, figurar en los programas electorales de todos los partidos, contar en sus ferias y congresos con la presencia de altos cargos políticos y acudir al Parlament catalán y la Asamblea de Madrid.
El lobby sigue en marcha: ya se estudia cómo rebajar la presión fiscal sobre el sector y hay un plan de impulso por parte del Gobierno para alzar a la industria del videojuego al nivel de sus vecinos europeos. Del desconocimiento al poder.
Al ritmo del lobby
La palabra lobby, en España, genera una primera reacción de rechazo. Persiste la idea de algo turbio, ilícito. “Cuando se habla de lobby se tiende a asociar a algo oscuro, por la literatura que hay sobre este asunto. Pero en realidad se trata de colectivos que defienden sus intereses e intentan influenciar en la toma de decisiones. Grupos de empresas, de industrias, pero también ecologistas, cazadores, amas de casa… Las personas se organizan y tratan de lograr sus objetivos”. Lo explica un lobby. En concreto, un portavoz del gabinete de comunicación de UNESA, la Asociación Española de la Industria Eléctrica, uno de los grupos de influencia con mayor poder en España.
Lo que entendemos como lobby es una asociación o grupo que aúna a diversas empresas u organizaciones de un mismo sector. Esta unión hace la fuerza. Y la fuerza, hoy en día, tiene que ver con la capacidad de influir en las administraciones para que las leyes, normas o regulaciones beneficien al sector en cuestión.
Para lograrlo, los lobbies necesitan convencer al político de turno y a la opinión pública de que su beneficio coincide con el beneficio del conjunto de la economía y sociedad española. Aunque no siempre sea estrictamente verdad.
“Los lobbies intentan diluir regulaciones. Que las leyes sean más abiertas, más permisivas o más interpretables. Que no haya sanciones con respecto a algunas cosas”, explica Cristóbal Herrera, director de Lobby de Llorente y Cuenca.
Javier Rojo, exdiputado, exministro y expresidente del Senado, representa el otro lado de la negociación. “Los lobbies están por todas partes. Ellos suelen negar que son lobbies, pero están siempre en el entorno de las Administraciones y el poder. Muchas de las cosas que han pasado en nuestro país son consecuencia de la influencia, del lobby”.
Manuel Villoria, catedrático de Ciencia Política por la Universidad Rey Juan Carlos y fundador de Transparencia Internacional España va más allá: “La toma de decisiones políticas en nuestro país está absolutamente influenciada por los grandes grupos económicos, por los lobbies. Los lobbies marcan la agenda económica en España en gran medida”.
La vacuna de la varicela sirve como ejemplo reciente. El informe ‘Una evaluación del lobby en España’ explica que el Sistema Nacional de Salud decidió incorporar la vacuna en su calendario oficial para aplicarla en los adolescentes que no hubiesen padecido la enfermedad en la infancia. La vacuna fue aprobada por la Agencia Europea del Medicamento para niños y adultos, pero su uso en España está sujeto a la ficha técnica de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) que indica que se aplicará según las recomendaciones de las autoridades sanitarias. La empresa productora no compartió la decisión de las autoridades sanitarias y se puso en marcha para lograr la mayor venta posible en farmacias y la promoción de su aplicación a niños pequeños. El resultado: la empresa consiguió un éxito de ventas. Mientras en Francia con 820.000 nacidos por año se utilizan 58.000 dosis y en Reino Unido con 805.000 nacidos, 17.000 dosis, en España, con 405.000 nacidos, se utilizan 360.000 dosis al año.
Falta de regulación y de transparencia
Uno de los factores que más desconfianza generan es que ni los lobbies ni su actividad están regulados en España. Sí lo están en lo que a la UE se refiere. También en Reino Unido y Estados Unidos. En estos casos las agendas de los políticos son públicas y accesibles: deben dar cuenta de con quién, cuándo y cuánto tiempo se han reunido.
“En Estados Unidos está regulado hasta el coste de una comida que un congresista puede emplear en una reunión, los regalos, el tiempo de la reunión…”, explica Antonio Camuñas presidente de Global Strategies.
“En España no nos enteramos de qué reuniones tiene un diputado. No hay registro de reuniones. No estamos haciendo nada anormal, pero si no hay transparencia, la gente duda. Sería bueno que hubiese un registro único”, explica el lobista Cristóbal Herrera. “Creo que entre nuestros políticos hay un miedo a que se publiquen las agendas y se haga un uso electoralista de sus reuniones”, añade. Ocurrió en 2014 cuando Arias Cañete fue investido comisario de Cambio Climático y Energía de la UE. Su agenda reveló muchas más reuniones con empresas que con ONG, algo que generó incomprensión y críticas.
En nuestro país hay un registro de lobbies enmarcado en Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), pero es voluntario. “Se apunta quien quiere. Hay unos 450, pero tenemos más lobbies en España. Solo hay que ver quién compone la CEOE”, dice Manuel Villoria.
Existen, además, dos iniciativas para regular la actividad. Una es la Reforma del Reglamento del Congreso, impulsada por el PP y la otra la Ley Ómnibus contra la corrupción de Ciudadanos. “¿Pero por qué las actividades de lobby tienen que ser controladas mediante una ley anticorrupción? ¿Qué imagen nos deja esto?”, se pregunta Cristóbal Herrera. Ambas, en cualquier caso, están paradas.
¿Quiénes son?
AEB (banca), ANFAC (automoción), UNESA (compañías eléctricas), Sedigas (sector del gas) o FEHR (hostelería) son algunos de los lobbies más influyentes y poderosos de España. Junto a ellos están los lobbies internacionales que tienen intereses en nuestro país, como puede ser Amazon, Facebook, Cabify o Airbnb.
Estos grandes grupos tratan de hacer ver que su beneficio es el beneficio de todos. “Lo hacen con estrategias y sutileza”, explica Manuel Villoria, de Transparencia Internacional. “Se financian estudios o investigaciones, se dan subvenciones, se celebran congresos…”. Adelta, la Asociación Española del Tabaco, organiza un premio periodístico dotado con 10.000 euros cuya convocatoria -rezan textualmente las bases- “tiene por objeto premiar a aquellos profesionales del periodismo que, a juicio del jurado, destaquen en dar a conocer la importancia del sector del tabaco para la economía española”.
Pero la imagen es solo una de las batallas. La decisiva tiene lugar en los pasillos y despachos de las administraciones. Lo que los lobbies necesitan son reuniones y encuentros con políticos que tomen decisiones para tratar de influenciarles.
“Se necesita elaborar rigurosamente la documentación que demuestre que los intereses del sector coinciden con intereses más amplios para la economía o la sociedad. Que suponen un beneficio común”, explica Cristóbal Herrera. Para ello, muchos sectores acuden a mediadores lobísticos, consultaras de comunicación o diplomáticos corporativos.
“Una asociación o lobby nos llama para contactar con un político”, explica Cristóbal Herrera, de la consultora Llorente y Cuenca. “Yo soy un traductor. Yo traduzco el ‘si se aprueba esa ley yo pierdo estos millones’ a ‘si se aprueba esta ley tenemos un problema de interés general’. Siempre respaldado por datos y un estudio serio y honesto”.
“Nosotros sabemos con quién hay que hablar, en qué momento, en qué orden, quién toma las decisiones y ayudamos a acceder a estas personas. Creamos los puentes hacia la Administración y logramos que se cambien las cosas”, añade Cristóbal.
Desde UNESA completan: “La administración en España no es discrecional, tienes que hacer valer tus argumentos. Explicar las consecuencias, los porqués, etcétera”.
Javier Rojo, exministro, protagonizó decenas de reuniones con lobbies. “He recibido presiones de muchos sectores. Todo es muy sutil, nadie llega avasallando. Tratan de convencerte, de hacerte ver que es bueno para la sociedad. También te comentan qué enmiendas habría que introducir o modificar. Pero el ciudadano no es consciente de nada de esto”.
Malas prácticas
Insiste Javier Rojo en que detrás de la actividad del lobby en España no hay nada que huela mal. “Hay transparencia casi al cien por cien”, afirma. Desde UNESA, el lobby de la electricidad, coinciden: “España tiene uno de los índices de transparencia más elevados del mundo. Hoy en día no hay campaña de influencia que no se haga con luz y taquígrafos. Cada vez más en un debate público. Hay más literatura y mística de lo que en realidad es. Tal vez antes sería así, pero hace años que España y la UE no funcionan como las películas”.
Manuel Villoria, de Transparencia Internacional, se muestra algo más cauto: “Aunque cada vez menos, todavía existen prácticas poco lícitas o ilegales: intercambio de favores, compensaciones y hasta sobornos indirectos, sutiles y puertas giratorias”, explica.
También Cristóbal Herrera admite que hay margen de mejora: “Hay sectores que presionan casi hasta la amenaza. O directamente amenazan con cerrar fábricas. Eso todavía existe. De todas formas, el escenario ha cambiado mucho. La política y la sociedad española han madurado mucho”. Y Manuel añade: “hace no muchos años una llamada de ANFAC implicaba cambios inmediatos. Ahora no es así”.
No solo se trata de transparencia. Los canales de comunicación y la visibilidad hoy en día son accesibles a casi todos. De esta forma, los grandes lobbies siempre tienen su contrapeso. “¿Quién tiene más acceso a la Administración?”, se preguntan en UNESA. “¿Las camareras de piso o la Asociación Hotelera de España? Cabría pensar que los hoteles, sin embargo, el otro día Rajoy se reunió con las camareras. Esto hace 25 años era impensable. Del mismo modo, las plataformas por las hipotecas les han ganado a los bancos. La transparencia y las tecnologías de hoy hacen que los políticos no puedan dar la espalda a los colectivos, aunque a priori no sean poderosos”.
Queda, sin embargo, camino por recorrer. A la necesidad de un registro y una regulación de la actividad, se añade la demanda por una mayor transparencia en las Fundaciones de los partidos, lobbies en sí mismos sobre los que sobrevuela la sombra de financiaciones a campañas electorales. Todavía, pese a los avances, la palabra lobby hace levantar una ceja a la mayoría de los españoles.
https://politica.elpais.com/politica/2018/04/13/actualidad/1523634104_960623.html
lunes, 11 de junio de 2018
domingo, 10 de junio de 2018
Antonio Gramsci (1891-1937), 81 años de su fallecimiento, una figura digna de amor
Manuel Sacristán Luzón
Nota edición SLA. Componen esta entrada algunos de los textos que Manuel Sacristán (1925-1985) fue publicando a lo largo de su vida sobre el revolucionario sardo, una de sus referencias político-filosóficas más esenciales. Se cumplieron ayer, 26 de abril de 2018, 81 años de su fallecimiento. Las principales aproximaciones del autor de Las ideas gnoseológicas de Heidegger sobre el filósofo de la praxis pueden consultarse en el primer volumen de sus “Panfletos y Materiales”, Sobre Marx y marxismo, en el segundo, Papeles de filosofía , en Pacifismo, ecologismo y política alternativa (edición de Juan-Ramón Capella) , y en su influyente Antología, recientemente reeditada por Akal. Su libro interrrumpido, la presentación que estaba escribiendo para esta Antología , texto recuperad o por su amigo y discípulo Jacobo Muñoz (1942-2018) , fue transcrit a , presentada, anotada y editada por su también discípulo Albert Domingo Curto: El orden y el tiempo (Madrid, Trotta, 1998).
De su gran amigo y compañero, Francisco Fernández Buey (1943--2012) , puede (y debe) verse (entre numerosos otros escritos) un libro imprescindible: Leyendo a Gramsci (Mataró (Barcelona), El Viejo Topo, 2001), traducido recientemente al inglés por la editorial Brill. Su último texto sobre el luchador antifascista italiano, “Sobre culturas nacionales y estrategia internacionalista en los Cuadernos de la cárcel ”, está incluido en Giaime Pala, Antonio Firenze y Jordi Mir Garcia (eds), Gramsci y la sociedad intercultural, Mataró (Barcelona), Editorial Montesinos, 2014, pp. 13-42
1. Reflexiones.
1.1. Breve nota (1969)
(1891-1937). Político y filósofo italiano, fundador del PCI. Estudió lingüística y Filología (sobre todo Glotología) en la Universidad de Turín, sin llegar a terminar la carrera por su dedicación a la política... Encarcelado en 1926, muere el 27 de abril de 1937, a los seis días de haber cumplido la condena que el fiscal había motivado con la frase “Durante veinte años tenemos que impedir que funcione este cerebro”. La obra de Gramsci consta de artículos periodísticos anteriores a su encarcelamiento y de una treintena de cuadernos de notas escritos en la cárcel (“Quaderni del carcere”). Las cartas escritas por Gramsci desde la cárcel fueron consideradas por Benedetto Croce como una nueva pieza de la literatura italiana.
1.2. Centro de anudamiento (1969)
Gramsci propone un marxismo al que llama “filosofía de la práctica”. Esta filosofía de la práctica no es un pragmatismo, sino un modo de pensar que historiza los problemas teóricos al concebirlos siempre como problemas de cultura y de la vida global de la humanidad... La filosofía ha de entenderse en la práctica de la humanidad, “concretamente, es decir, históricamente”. Por eso el tema del hombre es “el problema primero y principal de la filosofía”, de la práctica.
En la concepción marxista de Gramsci la cuestión “¿qué es el hombre?” entendida como cuestión filosófica no pregunta por la naturaleza biológica de la especie sino por otra cosa que él formula del modo siguiente: “¿Qué puede llegar a ser el hombre? Esto es, si el hombre puede dominar su propio destino, si puede “hacerse”, si puede crearse la vida”. Piensa Gramsci que todas las filosofías han fracasado hasta ahora en el tratamiento de esa pregunta porque han considerado al hombre reducido a su individualidad biológica. Pero la humanidad del individuo comporta elementos de tres tipos: primero, el individuo mismo, su singularidad biológica; segundo, “los otros”; tercero, “la naturaleza”. El segundo y el tercer elementos son de especial complejidad: el individuo no entra en relación con los otros y con la naturaleza mecánicamente, sino ”orgánicamente” (con los otros) y “no simplemente (con la naturaleza) por ser él mismo naturaleza, sino activamente, por medio del trabajo y de la técnica” (incluyendo en este último concepto también los “instrumentos mentales”, esto es, la ciencia y la filosofía)” (...) Esas relaciones..., son activas, conscientes, es decir, corresponden a un grado mayor, o menor de inteligencia de ellas que tiene el hombre. Por eso puede decirse que uno se cambia a sí mismo, se modifica, en la medida misma en que cambia y modifica todo el complejo de relaciones del cual él es el centro de anudamiento. Con eso ultima Gramsci su reelaboración del concepto de “naturaleza humana” de Karl Marx: “que la “naturaleza humana” es el “complejo de las relaciones sociales” (como ha escrito Marx) es la respuesta más satisfactoria, ya que incluye la idea de devenir... Puede también decirse que la naturaleza del hombre es la “historia”
1.3. Digno de amor (1979)
Eso tiene que contar mucho entre los factores de mi inhibición. A mí me parece que la historia de Gramsci es la historia de una catástrofe. Por eso, entre otras cosas, no me puedo poner ahora a cultivar la moda Gramsci. ¿Cómo va a haber esperanza de nada en la historia de una catástrofe? Uno puede tenerle mucho amor a Gramsci; yo se lo tengo, desde luego; es un figura muy digna de amor; pero no porque sea una perspectiva de éxito del movimiento obrero, sino que como cualquier mártir es digno de amor.
1.4. Un criterio: el orden y los tiempos (1970)
La mejor manera de evitar las parcialidades monográficas o polémicas en la consideración de la vida y la obra de Gramsci consiste en satisfacer respecto de ellas el criterio que él declaró obligado para la comprensión de un hombre y de su obra. “la búsqueda del leit-motiv , del ritmo del pensamiento en desarrollo, tiene que ser más importante que las afirmaciones casuales y los aforismos sueltos”. Las varias dificultades que se oponen a esa tarea no impiden ver como motivo rector del pensamiento y la práctica del fundador de L´Ordine Nuovo el problema del orden de la vida de los hombres, el tema de la caducidad del orden viejo, y el de los tiempos con y en que puede aparecer el orden nuevo...
1.5. Una elección (1970)
La profesionalización de Gramsci en el periodismo revolucionario está bien documentada con palabras suyas.“Entré en el Avanti! cuando el Partido Socialista estaba reducido a una situación extrema y todos los que eran capaces de escribir huían y repudiaban el partido. Entré en el Avanti! libremente, por convicción. En los primeros días de diciembre me habían nombrado director del Instituto de enseñanza media [gimnasio] de Ouix [Valle de Susa], con 2.500 liras de sueldo anual y tres meses de vacaciones al año. Pero el 10 de diciembre de 1914 me comprometí con el Avanti! por 90 liras de sueldo al mes, o sea, 1.080 liras al año”. En esta orgullosa respuesta al provocador de 1921 vibra tal vez aún la irritación por los comadreos con que algunos paisanos inquietaban a su familia, contando cómo el hijo lejano, en vez de progresar sólidamente por el camino recto y que lleva a los nobles honores, los seguros sueldos de la Academia, zigzagueaba entre la redacción de un periódico revolucionario, la Universidad, el local en que daba una conferencia sobre Marx. Indicios de esa irritación hay en una carta a su hermana Grazietta de principios de 1916.
1.6. Leninismo (1970)
En 1918 ha estudiado Gramsci El Imperialismo y Estado y revolución de Lenin. Mas para el “filósofo de la práctica” no ha sido menos importante en ese estudio la reflexión acerca de la obra material de Lenin. “L’opera di Lenin”: así se titula un artículo de septiembre de 1918 en el que Gramsci insiste agudamente en la peculiaridad rusa de la revolución, en su concreción social. Poco antes había escrito, refutando la interpretación del pensamiento bolchevique como utopía, que no existen ni dos constituciones políticas iguales ni dos estructuras económicas iguales. Observar este punto (...) es importante para estimar el leninismo de Gramsci, mucho más de raíz, por analogía de situación, de lo que podría serlo por la mera lectura, hasta el punto de captar como esencial en él la atención predominante al análisis de lo concreto y particular; mas, al mismo tiempo, completamente libre de imitación directa, precisamente por la atención prestada a lo concreto y particular, a lo específicamente ruso o a lo específicamente italiano. Eso permite apreciar justamente las partes respectivas del ejemplo ruso y de los motivos propios de la experiencia de Gramsci en la constitución del tema central de sus esfuerzos intelectuales y prácticos desde 1919 hasta la derrota del proletariado italiano en 1922: el tema de los consejos obreros en que quiere hacer desembocar las comisiones obreras de fábrica y taller.
1.7. La principal aportación (1977)
Yo no veo que en 1924 Gramsci tuviera ya en claro que el enemigo principal e inmediato fuera el fascismo. Creo que por esa fecha, aunque ya había comprendido que la revolución no estaba al alcance de la mano, seguía pensando en el fascismo como en cosa pasajera y no muy diferente de otras formas de dominación capitalista. No me parece que Gramsci haya podido rectificar ese eufórico error de la III Internacional antes de su prisión. En cambio, sí que lo tenía corregido en 1928, cuando el VI Congreso de la Internacional exacerbó ese error hasta lo catastrófico. Ése es el momento en que cuaja, en mi opinión, su mayor aportación: la explicación de la dificultad de la revolución en Occidente. El hecho mismo ya lo habían visto otros, principalmente Trotski y Lenin. Pero Gramsci coloca ese hecho en el centro de su reflexión, y descubre en él la vital complejidad del estado por así decirlo occidental, o sea, del estado capitalista que vive ya sobre base propiamente capitalista, arraigado en una sociedad que no tiene ya con él más contradicciones que las orgánicas a ese modo de producción. Dejémoslo en eso: me parece mejor mejor subrayar ese punto central que recitar una lista de méritos de Gramsci sin que nos podamos detener ante ninguno de ellos.
1.8. El asesinato y el médico fascista (1985)
Esta carta, enigmática a ratos, sugiere por ciertos matices que Gramsci empezará a comprender que el médico del penal, Cisternino..., estaba asesinándole. Por otra parte, el aferrarse a peregrinas explicaciones disimuladoras de la tuberculosis sugiere que esa ancestral reacción de los hombres de clases y países pobres ante dicha enfermedad ha ayudado a Cisternino en su asesinato. En cuanto a ésta, Zucàro (Vita del Carcere di Antonio Gramsci, Milano-Roma, 1954) ha escrito tras una entrevista con Cisternino y sin que éste lo haya desmentido: “El doctor Cisternino le abandona (MSL: a Gramsci), y hasta le dice en una ocasión que, como fascista que es, lo único que desearía es su muerte (MSL: de Gramsci)”.
1.9. Voluntad y comprensión de los hechos (1970).
La intensa actividad política de Gramsci durante esas semanas -a partir de la primavera siguiente su nombre aparecerá con frecuencia en los informes de la policía- está sin duda animada por la convicción de que los hechos rusos confirmaban su inspiración revolucionaria contra el marxismo oficial, evolucionista o fatalista, de la derecha y la izquierda respectivamente. Por lo que hace al desarrollo del pensamiento socialista de Gramsci, eso quiere decir que la revolución rusa le confirma los fundamentos doctrinales idealistas. En el artículo más importante y más célebre de este período Gramsci ha escrito la siguiente lapidaria afirmación. “La revolución de los bolcheviques está más hecha de ideología que de hechos (Por eso, en el fondo, importa poco saber más de lo que sabemos ahora.) Es la revolución contra El Capital de Carlos Marx (...) Lo cierto es que lo esencial de su doctrina depende del idealismo filosófico y que en el desarrollo interior de esta doctrina se encuentra la corriente ideal en la cual confluye con adecuación histórica el movimiento proletario y socialista”.
La última frase de este texto da la clave de su totalidad, pero permite también adivinar la nueva problemática que la doctrina de un socialismo revolucionario por idealista va a significar para Gramsci. Da la clave de toda esa doctrina porque muestra su motivación: constituir la fundamentación ideal de la voluntad revolucionaria, contrapuesta a la pasiva espera del cumplimiento, por algún mecánico deus ex machina, de las “previsiones” del materialismo histórico. Y permite ver el nuevo aspecto de la problemática doctrinal de Gramsci porque la voluntad que positivamente ha realizado la revolución “contra El Capital” no se ha movido en absoluto por consideraciones filosóficamente idealistas, sino por una comprensión de los hechos que ella misma atribuye al análisis marxiano (...) La prisa del hacer periodístico le obliga casi a simultanear, o alternar al menos, formulaciones en los dos sentidos, en el de la reafirmación idealista y voluntarista, y en el de la reconsideración de su lectura de Marx. Así, por ejemplo, entre los dos artículos recordados, precisamente siete días después de la segunda edición de “La revolución contra El Capital”, Gramsci publica una nota interpretativa de la Revolución de Octubre que le muestra sumido en una reflexión acerca del pensamiento de Marx bastante menos simple que su “renegarle” de la semana anterior: “La nueva generación parece querer un regreso a la genuina doctrina de Marx, para la cual el hombre y la realidad, el instrumento de trabajo y la voluntad no están separados, sino que se identifican en el acto histórico”.
A eso siguen una versión mejorada de la idea del materialismo histórico como conjunto de “cánones” interpretativos y una conclusión digna de nota: los miembros de la “nueva generación” creen no que “la guerra ha destruido el materialismo histórico” al provocar una revolución contra El Capital, “sino que la guerra ha modificado las condiciones del ambiente histórico normal, por lo cual la voluntad social, colectiva de los hombres ha conseguido una importancia que no tenía normalmente” (Gramsci considera la “concentración” de los trabajadores de la ciudad y el campo “en las trincheras” que ha suplido la concentración “normal” en la gran industria). “Estas nuevas condiciones son, también ellas, hechos económicos, han dado a los sistemas de producción un carácter que no tenían antes”, por ejemplo, con la estatificación transitoria de la industria bélica y pesada en general. “La educación del proletariado se ha adecuado a ello necesariamente y ha llevado en Rusia a la dictadura”. Esa oscilación entre puntos de vista no aparece sólo en la alternancia de unos artículos que se suceden a escasa distancia de tiempo: ocurre incluso en un mismo artículo, y así documenta, con una claridad que sin duda el lector de hoy debe a la urgencia periodística de Gramsci, la situación de crisis del pensamiento socialista de éste. En el mismo artículo “La revolución contra El Capital” por ejemplo, a renglón seguido del cuadro de aquellos bolcheviques que renegaban de Carlos Marx, se lee: “Y, sin embargo, también en estos acontecimientos hay una fatalidad, y si los bolcheviques reniegan de algunas afirmaciones del Capital, no reniegan, en cambio, de su pensamiento inmanente, vivificador”.
1.10. Advertencia (Antología) (1969).
El criterio en que se basa esta antología es la intención de presentar al lector una imagen concreta -puesto que no puede ser completa- de la obra de Antonio Gramsci, entendiendo por “obra” lo producido y lo actuado, el fruto del poieîn y el del práttein. Esa intención no se inspira principalmente en el deseo de reconstruir la individualidad de Antonio Gramsci, sino en la necesidad de pasar por encima de las clasificaciones académicas tradicionales cuando se quiere entender el pensamiento revolucionario. Para que haya pensamiento revolucionario tiene que haber ruptura con la estructuración del pensamiento culturalmente consagrado. Y para que el pensamiento revolucionario se logre, esa ruptura tiene que responder a la naturaleza de las cosas, no ser veleidad de decadente harto de ciencia aprovechada, pero no entendida.
Del mismo modo que Marx no ha sido ni economista, ni historiador, ni filósofo, ni organizador, aunque aspectos de su “obra” se puedan catalogar académicamente como economía, historia, filosofía, organización político-social, así tampoco es Gramsci un crítico literario, un crítico de la cultura, un filósofo o un teórico político. Y del mismo modo que para la obra de Marx es posible indicar un principio unitario -aquella “unión del movimiento obrero con la ciencia”- que reduce las divisiones especiales a la función de meras perspectivas de análisis provisional, así también ofrece explícitamente la obra de Gramsci el criterio con el cual acercarse a la “obra” íntegra para entenderla: es la noción de práctica, integradora de todos los planos del pensamiento y de todos los planos de la conducta.
En el caso de Gramsci la conveniencia de acentuar la unidad práctica de la “obra” parece obvia, porque las publicaciones antológicas en lengua castellana no se han beneficiado casi hasta ahora de la disponibilidad, desde hace años, de numerosos escritos políticos juveniles en los que se manifiesta inequívocamente la raíz de todo el hacer de Gramsci.
El criterio general recién expuesto se ha especificado en las dos reglas siguientes para la construcción de esta antología:
1ª, no separar completamente los textos “personales” de los textos públicos, sino considerar que la cronología es más fuerte razón de homogeneidad que el género literario; 2ª, acentuar la temática en la que más se realiza la unidad de la “obra”, el “genero” literario que más se puede considerar como capaz de contener aquella unidad; ese género es la literatura política; en él confluyen naturalmente el filósofo y el periodista, el historiador y el político, el crítico literario y el crítico de la cultura. La última consecuencia importante de esos puntos de vista ha sido la ordenación de los textos según un esquema básico cronológico. Este esquema puede ser llevado hasta el detalle cuando se trata de la juventud de Gramsci. Para los cuadernos de la cárcel y para las cartas sin fecha segura se ha preferido evitar riesgos de error grave: la datación es más global.
Causas de dos órdenes, técnicas de edición y también sustantivas, debidas a la problematicidad de algunos puntos de la investigación, impiden que esta antología aparezca con el estudio introductorio que el editor había previsto. El editor se propone publicarlo más adelante, aparte. Por el momento, conviene hacer de necesidad virtud, descubrir que los textos de Gramsci están probablemente mejor sin compañía, o sin más compañía que la de las tablas cronológicas que los preceden fase por fase
1.11. Cuadernos de la cárcel
1.11.1. Símbolos de resistencia (1985)
Los Cuadernos que escribió Antonio Gramsci en la cárcel de Turi (cerca de Bari, en la Apulia) entre 1929 y 1933 y luego en clínicas de Fornila y Roma desde aquella fecha hasta 1935, o quizá algo más tarde, fueron primeramente editados por Felice Platone, bajo la inspiración y con la colaboración de Palmiro Togliatti, a partir de 1948. Esa edición, que fue traducida al castellano en la Argentina, no reproducía los Cuadernos tal como son, sino que reagrupaba temáticamente los trozos para conseguir volúmenes relativamente monográficos. Eso hacía, sin duda, más fácil y agradable la lectura de los textos, pero alejaba de la real composición de los Cuadernos. En 1975 apareció la edición crítica de éstos tal como fueron escritos. Dirigió la edición crítica Valentino Gerratana, persona particularmente capacitada para la tarea, no siempre fácil. De esta edición existe traducción castellana publicada por la editorial mexicana ERA.
El proceso de Gramsci, que terminó con una condena a 20 años, 4 meses y 5 días de presidio, estaba destinado a destruir al hombre, como redondamente lo dijo el fiscal, Michele Isgrò "Hemos de impedir funcionar a este cerebro durante veinte años". Por eso los Cuadernos de la cárcel no valen sólo por su contenido (con ser éste muy valioso), ni tampoco sólo por su contenido y por su hermosa lengua, serena y precisa: valen también como símbolos de la resistencia de un "cerebro" excepcional a la opresión, el aislamiento y la muerte que procuraban día tras día sus torturadores. El mismo médico de la cárcel de Turi llegó a decir a Gramsci, con franqueza fácilmente valerosa, que su misión como médico fascista no era mantenerle en vida. El que en condiciones que causaron pronto un estado patológico agudo Gramsci escribiera una obra no sólo llamada a influir en generaciones de socialistas, sino también, y ante todo, rica en bondades intrínsecas, es una hazaña inverosímil, y los Cuadernos son un monumento a esa gesta.
Si no existieran en castellano varias antologías de textos de Gramsci, más la edición completa mencionada, la edición de un cuaderno aislado tendría sus inconvenientes. Pero como Gramsci tiene ya cierta presencia en nuestra lengua, este volumen va a ofrecer la gran ventaja de permitir la lectura seguida de un texto coordinado de Gramsci con la continuidad y la unidad con las que él lo concibió. Desde este punto de vista la elección del cuaderno 11º es muy acertada, por su contenido y por el hecho de que es uno de los cuadernos menos retocados y corregidos por Gramsci. (La crítica gramsciana distingue tres estadios de redacción en el conjunto de los Cuadernos y en cada uno de ellos. Pero la distinción no tiene prácticamente importancia para el cuaderno.)
1.11.2. Composición y finalidad (1958)
Antonio Gramsci, el filósofo marxista más importante de la Europa Occidental, es sobre todo conocido por su obra póstuma (...). Se trata de los treinta y dos Cuadernos de la cárcel, unas tres mil páginas manuscritas (unas cuatro mil en la transcripción mecanográfica), escritas en la prisión desde 1929 hasta 1935, poco antes de su muerte. Al quedar excluido de la vida política por su detención, Gramsci se traza planes de estudio teórico que intenta desarrollar a pesar de las naturales dificultades del régimen carcelario, contra las cuales lucha tenazmente para conseguir material de estudio. Los editores del legado de Gramsci han recogido ejemplos de esa permanente tensión: en setiembre de 1930 el filósofo escribe al entonces jefe del gobierno italiano. “Para mí, que aun tengo que cumplir quince años de reclusión, se trata de una importante cuestión de principio: saber qué libros puedo leer”. Ya esa circunstancia basta para explicar la abundancia de notas sueltas, citas de memoria, etc., en los Cuadernos de la cárcel aunque éstos contienen también estudios largos. pero toda la obra del filósofo queda estructurada por su finalidad: “determinar un renacimiento adecuado” del marxismo, “levantar esta concepción que, por las necesidades de la vida práctica, se ha venido “vulgarizando, a la altura que debe alcanzar para la solución de las tareas más complejas que propone el actual desarrollo de la lucha; es decir, levantarla a la creación de una nueva cultura integral”.
1.12. Für ewig.
Gramsci tiene presente el poema de Pascoli “Per sempre” (de los Canti di Castelvecchio). Basta una lectura del poema para comprobar que Gramsci está usando la expresión “para siempre” o “para la eternidad” con trágica ironía, y que está muy lejos de desear, satisfecho, calma para producir una obra académica sistemática. Como frecuentemente se toma al pie de la letra su frase de esta carta, ignorando todo su trágico autosarcasmo, puede ser útil al lector repasar el poema de Pascoli…
2. Tablas cronológicas (1969)
22.01.1891. Nacimiento de A. G. en Ales, Cagliari (Cerdeña), cuarto de los siete hijos de un empleado del estado. 29.I.1891. Bautizo.
1894-96. AG acude a un colegio de monjas en Sórgono, cerca de Nuoro (Cerdeña). Presunta caída, causa supuesta de una deformación de la columna vertebral.
1898. Detención del padre de AG acusado de irregularidades administrativas, presumiblemente por rencillas electorales. La familia Gramsci se establece en Ghilarza (Cerdeña), en condiciones de miseria. Empieza a ser visible la deformación de la columna vertebral de AG. AG acude a la escuela elemental de Ghilarza.
1899. Llegan a Ghilarza los funcionarios y técnicos del catastro, entre ellos algún socialista. 1902. AG trabaja durante las vacaciones en la oficina del catastro con su hermano mayor, Gennaro.
1903. AG termina la escuela elemental con calificación máxima. Trabaja fijo en el catastro, interrumpiendo los estudios. Pero estudia personalmente latín. Hasta
1905. Fundación de la Liga de mineros de Bugerru (Cerdeña).
1904. 31.XI. El padre de AG en libertad. 4.XI. La tropa dispara contra los mineros de Bugerru: tres mineros muertos. Huelga general de solidaridad en la península. AG hace sus primeras lecturas de prensa socialista, que le envía su hermano Gennaro desde Turín, donde está haciendo el servicio militar.
1905-06. AG cursa la escuela media elemental en Santulussurgiu, a unos 15 kilómetros de Ghilarza.
1908 (finales). AG termina la escuela media elemental con examen en Oristano (Cerdeña). Fase sardista juvenil en AG. Se matricula para cursar la escuela media superior (Liceo) en Cagliari. Vive con su hermano Gennaro en una habitación. Aislamiento, mucho estudio, gran miseria, hambre.
1909. AG asiste ocasionalmente a la Asociación Anticlerical de Vanguardia.
1910. Último curso de liceo. Gustos literarios de AG: Croce, Salvemini, Cecchi, Papini; disgusto por G. Deledda. Simpatía por el “socialismo campesino” de Salvemini. Socialsardismo. Primeras lecturas de Marx, más tarde recordadas por AG. Recibe la credencial de corresponsal del periódico L´Unione Sarda en el pueblo de Aidomaggiore. El director del periódico es su profesor de italiano en el Liceo (Raffa Garzia). Primera corresponsalía y primer texto impreso de AG. Presencia frecuente de AG, con su hermano Gennaro, en la Cámara del Trabajo de Cagliari. Ejercicio Oprimidos y opresores.
1911 . Registro de la Policía en la habitación de Gramsci. AG obtiene el grado medio ( licenza liceale ). Pasa algunas semanas en Oristano, dando clases a su sobrino. AG llega a Turín para concurrir a las becas en favor de los estudiantes pobres de las provincias del antiguo reino de Cerdeña (70 liras mensuales). Gana una con el número 9 (Palmiro Togliatti la gana en la misma convocatoria con el número 2). AG sufre desvanecimientos por desnutrición y frío en Turín. Propone a sus amigos una investigación acerca de la relación entre criminalidad y desarrollo del capitalismo en Cerdeña (MMF, pp.25-26). AG se matricula en la facultad de Letras de Turín, especialidad Filología Moderna. Vive con Angelo Tasca, que ya milita en el PSI. AG hace averiguaciones de glotología sarda. Lecturas de Hegel.
1912 . AG sufre persistentes dolores de cabeza. Junio: no se examina. Verano: En Ghilarza y Bossa Marina (Cerdeña) con su familia. Vuelve a Turín Exámenes en noviembre (30 cum laude en glotología).
1913. AG se matricula en el segundo curso de Letras. Compra libros sobre Cerdeña. Asiste a algunas clases de Derecho, donde intima con Togliatti (que estudia Derecho). No se examina por mala salud. 9.X: Adhesión escrita a la campaña antiproteccionista de La Voce , primera intervención política pública de AG. 26.X-2.XI: Primeras elecciones por sufragio universal en Cerdeña, que impresionan vivamente a AG. Noviembre: Regreso a Turín. Según Tasca, AG es ya activamente socialista. Consigue retraso en los exámenes por salud. Noviembre o diciembre: Según Togliatti, (que ingresa más tarde), AG ingresa en el PSI.
1914. Exámenes. Termina segundo de Letras. Primera manifestación de la idea de una revista de educación socialista. AG apoya la candidatura del meridional Salvemini para un distrito obrero del norte. Junio: “Semana roja”, con ocupación de tierras, sobre todo en Romaña y Las Marcas. Escribe para I.G.P. el artículo “Neutralidad activa y operante”. Sólo acude a un examen (literatura neolatina). Fines de año: AG pierde la beca por cuatro meses.
1915. Último examen universitario de AG (Literatura italiana). Depresión nerviosa. Mayo: Huelga general contra la guerra. Entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial. Conferencia de Zimmerwald. Tesis de Lenin sobre la guerra. G vuelve a escribir asiduamente en IGP [Il grido del popolo]. AG alude a la conferencia de Zimmerwald en IGP. Fines de año: intensa colaboración en IGP. Redactor de la página torinesa de Avanti!
1916. AG escribe numerosos artículos de crónica ciudadana y teatral en A [Avanti]. Da conferencias sobre Marx y otros temas. En una carta a su hermana Grazietta habla de los resentimientos que provoca su actividad política ya conocida por los familiares y paisanos. Art “Socialismo y cultura” en IGP, exposición de su primera concepción de la revolución. Art. “Sofismas curialescos”, planteamiento de su interpretación juvenil de Marx.
1917. Varias conferencias. Vive con 50 liras de sueldo de A (20 menos que la beca). Aparición del número único de La Città Futura , iniciativa de la federación Juvenil Socialista, redactado por Gramsci [“Se puede considerar como punto de llegada de la formación juvenil de Gramsci”, G. Fiori]. Aparición, a propósito de los católicos de la posterior tesis sobre las alianzas de clase y contra el anticlericalismo (Santhià).
Revolución en San Petersburgo (23-27.II, calendario ruso). AG escribe artículos sobre Lenin en IGP. Art “Notas sobre la revolución rusa”, art. “Los maximalistas rusos”.
Detención de la dirección socialista turinesa. AG pasa a ser miembro del nuevo Comité provisional del PSI (primera responsabilidad política organizativa de AG) y director efectivo de IGP.
Revolución de octubre. Reunión de los socialistas “intransigentes revolucionarios” (fracción PSI) en Florencia. AG participa como representante del Ejecutivo provisional de la sección de Turín y como director de IGP en funciones. Coincide con Bordiga en la necesidad de una intervención activa del proletariado en la crisis de la guerra. Art “La revolución contra El Capital ”, en A . En IGP aparece el mismo día un artículo proponiendo “un club de vida moral” o asociación de cultura socialista, organismo intermedio entre el partido socialista y el sindicato. Es la primera manifestación de la búsqueda por Gramsci de organismos políticos (socialistas) de masas.
1918. Una carta de AG prueba que no había renunciado aún a doctorarse (con una tesis sobre historia del lenguaje). Estudia a Lenin. Art. “Nuestro Marx”. El nombre de Gramsci aparece frecuentemente en los informes de la Policía. Artículos: “Cultura y lucha de clases”, “Utopía”. Congreso de Roma del PSI: el partido tiene 2.000 afiliados. Art.. “La obra de Lenin”. Final de IGP para ser sustituido por una edición piamontesa de Avanti . AG redactor. En pocos meses pasa de 16.000 a 50.000 ejemplares. Desde el 5.XII G. trabaja exclusivamente para el periódico. Aparece el primer número del periódico de Bordiga, Il Soviet.
1919. Fundación del PPI (Partito Popolare italiano). Probable enfermedad de AG. Asesinato de Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht en Berlín bajo gobierno socialdemócrata. Fundación de la Tercera Internacional. La dirección del PSI decide por diez votos contra tres la adhesión a la IC. Fundación del Movimiento fascista italiano. Proclamación de la República socialista bávara. Destrucción de la redacción milanesa de A. por una banda fascista. Propaganda de AG entre los soldados sardos de la brigada “Sassari”, llevados a Turín para reprimir el movimiento obrero. Primer número del seminario L.O.N. [L´Ordine Nuovo]. Artículos. “Leninismo y marxismo en Rodolfo Mondofo”; “Democracia obrera” en colaboración con Togliatti, “El giro de L´Ordine Nuovo” (Spriano). Primera aparición de los consejos de fábrica. La sección torinesa del PSI organiza un Comité de Estudios para los consejos de fábrica, dirigido por Togliatti.
1920. AG publica en L.O.N., “El programa de acción de la sección socialista torinesa”. AG y Palmiro Togliatti, reelegidos para la Comisión ejecutiva de la sección torinesa del PSI. Art. “El instrumento de trabajo”. Asamblea de la Asociación Joven Cerdeña, que documenta el final del sardismo juvenil de AG. Primeras ocupaciones de fábricas en Turín: la policía desaloja a los obreros. AG publica su Discurso a los anarquistas . Reaparece L.O.N. (suspendido durante la huelga) con el artículo de AG “Por una renovación del Partido Socialista”: fue la moción presentada al Consejo Nacional del PSI en Milán el 18-22.IV y es el texto aprobado por Lenin en el punto 17 de las tesis del II Congreso de la I.C. AG asiste a la conferencia de los “abstencionistas” (bordiguianos), en Florencia, y rechaza el abstencionismo electoral por políticamente insuficiente. Art. “El consejo de fábrica”. Art. “Los grupos comunistas”. AG adopta una posición política intermedia entre la corriente de LON y la extremista de Bordiga (abstencionismo electoral). “El programa de l´Ordine Nuovo”. AG da cuenta en LON del acuerdo de Lenin y el II Congreso de la IC con las tesis de LON sobre Italia. Art. “El Partido Comunista” en el que AG indica su perspectiva negativa sobre la huelga, por la falta de un partido Comunista. Aparece en LON el manifiesto-programa comunista para el inminente Congreso del PSI en Florencia (luego celebrado en Livorno). Firman: Bombacci, Bordiga, Fortichiari, Gramsci, Misiano, Polano, Repossi y Terracini. La fracción comunista se reúne en Imola para preparar su actuación en el Congreso del PSI. Se elige como Comité Central al grupo de los firmantes del manifiesto.
1921. Primer número de L.O.N. diario, con el lema “Decir la verdad es revolucionario”. Director: AG. XVII Congreso Nacional del PSI en Livorno (Congreso de la escisión). Proclamación de los votos el día 21: 14.695 votos reformistas; 93.038 “comunistas unitarios” (Serrati); 58.783 votos “comunistas puros” (Bordiga y L.O.N.). Constitución y Primer Congreso del P.C.d´I. en el teatro San Marco, de Livorno AG miembro del Comité Central. LON se convierte en órgano del PCI bajo la dirección de AG. Giolitti disuelve la Cámara de los Diputados y convoca elecciones para el 15 de mayo. Toda la derecha, menos el PPI, se presenta a ellas con Mussolini en un “bloque del orden”. Huelga de solidaridad en Turín, terminada con lock-out y ocupación de las fábricas Fiat por la tropa. AG publica el artículo “Hombres de carne y hueso”. Se malogra un intento de negociación de AG con D´Annunzio. Caída del gobierno Giolitti, gobierno Bonomi. Bajo su dirección los sindicatos (C.G.L.), el PSI y Mussolini negocian un “pacto de pacificación”, definido por Bonomi: “Intentemos aislar a los comunistas y luego todos juntos los presionaremos”. III Congreso de la IC. Política de alianza con la socialdemocracia ante la “estabilización relativa” del capitalismo. La delegación italiana (Bordiga, Terracini) y la izquierda alemana y húngara se oponen. LON publica en primera página una entrevista con Arrigo Benedetti, jefe de los Arditi del Popolo. LON publica el elogioso artículo de AG “Los Arditi del Popolo”. Cain Haim (“Chiarini”), cuya representatividad era dudosa, propone a Gramsci, en nombre de la IC, que suplante a Bordiga en la dirección del PCI. El CE de la IC intenta modificar la orientación izquierdista del PCI. AG considera la propuesta irrealizable. La IC publica las 24 tesis sobre el “Frente Único Obrero”. LON las reproduce el 31 de diciembre. El PCI tiene 42.956 militantes.
1922. II Congreso del P.C. d´I. (“Congreso de Roma”). 31.089 votos a favor de las izquierdistas “tesis de Roma”; 4.151 en contra. AG presenta, con Angelo Tasca, el informe sobre sindicatos. El Congreso rechaza la política de frente único, también político, de la IC. AG, poco activo en el Congreso, queda encargado de representar al P.C. d´I. en el C.E. de la I.C. AG sale para Moscú con los delegados italianos a la segunda conferencia del CE ampliado de la IC: Gennari, Bordiga, Graziadei y Ambrogi. AG pasa a formar parte del CE. AG en el sanatorio de Serebriani bor (Sb). Conoce en el sanatorio a Julia Schucht, que ha acudido a visitar a su hermana Eugenia, internada en Sb. Nota sobre el futurismo, para Trotski. IV Congreso de la IC: política de fusión de todos los partidos obreros no socialdemócratas (para Italia, fusión del PCI con los socialistas de la III Internacional, dirigidos por Serrati). El Congreso ve la primera manifestación clara de ruptura política entre Gramsci y Bordiga, al intentar responder a la carta crítica dirigida a los italianos por Lenin, Zinoviev, Trotski, Radek y Bujarin el 24.XI: Bordiga propone retirarse, Gramsci propone intervenir en las gestiones de fusión para poner condiciones. Agresión fascista a Gennaro Gramsci en Turín (confundiéndole con AG que está en Moscú). Crisis del movimiento obrero italiano.
1923. Detención de Bordiga en Italia. Orden de detención contra AG. Terracini reorganiza el PCI. Confusión política en el PCI: Bordiga,. en la cárcel, escribe un manifiesto contra la política del frente único de la IC; AG, por su parte, esboza su aplicación de la política de la IC, en pugna a la vez con la derecha (Tasca) y con la izquierda (Bordiga). El resto del grupo de LON (Togliatti, Terracini, Scoccimarro) vacila. Terracini va a Moscú a sustituir a Gramsci en el CE de la IC. Togliatti asume la dirección en Italia. III Conferencia del CE ampliado de la IC. Se discute la “cuestión italiana”. Por acuerdo entre Gramsci y Zinoviev, la conferencia organiza un nuevo CE italiano. Gramsci mismo no queda incluido, sino que recibe el encargo de situarse en Viena por delegación de la IC para hacer coordinación entre partidos y atender a los exiliados. “El “acto de autoridad” (Gramsci) fue aconsejado por el propio Gramsci. AG sale de Moscú para Viena. Llegada a Viena. AG escribe una serie de artículos sobre política italiana en la Correspondance Internationale .
1924 . Gramsci se niega a firmar el manifiesto escrito por Bordiga contra la política de la I.C. Escribe a sus colegas de LON en ese sentido (carta a Scoccimarro). Carta de Gramsci, preocupado por el asunto Trotski. Carta a Togliatti y Terracini de Viena, proponiéndoles constituir un nuevo grupo dirigente del PCI frente al grupo extremista para restablecer la disciplina internacional del partido. Primer número de L´Unità , en Milán. Gramsci se instala en Roma. Se celebra en Como la Primera Conferencia Nacional del PCI, en preparación del III Congreso. AG critica la política extremista del antiguo ejecutivo y pasa a formar parte de nuevo. Nace en Moscú el primer hijo de Gramsci, Delio. El C.C. del P.C. d´I. se reúne en Roma y elige a Gramsci secretario general del partido. AG está de nuevo en Roma después de varios viajes para reorganizar el partido. AG acude Cerdeña para asistir al Congreso de la federación sarda del PCI. Visita a su familia. Vuelve a la península el 6.XI. Los diecinueve diputados comunistas vuelven al parlamento para utilizarlo como “caja de resonancia”.
1925. Gramsci conoce a su cuñada, Tatiana Schucht. Discurso de Gramsci ante el Parlamento contra el proyecto de ley sobre asociaciones secretas. AG interviene en numerosas reuniones y actividades preparatorias del III Congreso del PCI. En agosto tiene en Nápoles una larga discusión con Bordiga (Nápoles es el centro del extremismo), ante partidarios de éste, sin llegar a un acuerdo político. A fines de agosto y principios de septiembre A.G. compone con Togliatti (del cual parece ser la redacción) las tesis políticas para el III Congreso. Llegan a Roma Julia Schucht, su hermana Eugenia y el hijo de Julia Schucht y Gramsci, Delio. La Policía registra la habitación de A.G.
1926. III Congreso del P.C. d´I en Lyon. AG presenta el informe político. AG es secretario general y Togliatti representante del P.C. d´I en el C.E. de la I.C. (saldrá para Moscú en marzo). El Congreso representa el triunfo definitivo de la política de la I.C. en el P.C. d´I, el final de la “cuestión italiana” y la consolidación del grupo dirigente histórico del. P.C.I. Julia Schucht deja Italia. A.G. pasa unos días con su hijo Delio en Trafòi (Bolzano) antes de que éste emprenda viaje para la U.R.S.S. Nace en la URSS el segundo hijo de A.G. y Julia Schucht, Giuliano. A. G. escribe La cuestión meridional. La dirección del P.C. d´I organiza la salida clandestina de Gramsci al extranjero. Fracasan dos intentos. Gramsci es detenido a las 22,30 horas (8-XI). Ingresa en la cárcel romana de Regina Coeli en régimen de incomunicación. Se aplica a AG una condena gubernativa de cinco años de destierro en residencia fija. AG llega a Ustica. Vive con Bordiga y cuatro desterrados más. Organizan una escuela.
1927. El Tribunal Militar dicta mandato de detención contra AG. Ingreso de AG en la cárcel de San Vittore, de Milán. AG sufre insomnio; no duerme más de tres horas diarias. AG recibe visitas de su hermano Mario y de Piero Sraffa. AG pide libros de temas sardo y el Breviario di neolinguistica de Bertoni y Bartoli.
1928. Las autoridades rechazan una solicitud de autorización para escribir, presentada por AG. Auto de procesamiento contra AG. AG ingresa en la cárcel de Regina Coeli, de Roma, en la misma celda que los coimputados Terracini y Scoccimarro. Vista de la causa contra la dirección comunista ante el tribunal especial. Veintidós acusados (...). Gramsci y Scoccimarro: veinte años, cuatro meses, cinco días. Informe médico oficial sobre AG al Ministerio de Justicia: “Periodontitis expulsiva debida a trastornos urémicos y a un ligero agotamiento nervioso”. Salida de AG para la cárcel de Turi (Bari). Llegada Turi en estado grave. Registro con el número 7.047. Trato amenazador del médico de la cárcel, Cisternino. AG, en celda individual. AG sufre un taque de uremia que le impedirá andar durante tres meses. Tatiana Schucht acude a Turi.
1929. AG consigue autorización para escribir en la celda. Segundo plan de estudios de Gramsci. AG sistematiza y resume el plan de estudios del 9-II. La salud de AG empeora. Incapacidad de ingerir, dolores de cabeza y de riñón. Visita de su hermano Carlo Gramsci.
1930. Visita comprobada de Gennaro Gramsci a Antonio. Nueva visita de Tatiana Schucht. AG se beneficia de un indulto de un año, cuatro meses y cinco días. AG tiene noticia de que Julia Schucht está internada en un sanatorio. Primer vómito de sangre de A.G. AG empeora y es ya incapaz de masticar. Intensa crisis física y nerviosa de AG. Los presos comunistas de Turi proyectan un curso a la hora del paseo. Se suspende por roces entre Gramsci y otros.
1931. Visita de Carlo Gramsci. IV Congreso del P.C. d´I, celebrado entre Colonia y Düsseldorf. Se mandan noticias a AG escritas en tinta simpática, en una revista inglesa. Según testimonios de un posterior expulsado del P.C. d´I., Gramsci no se muestra de acuerdo. La información es probablemente verdadera, porque por otros indicios se ve a Gramsci elaborando ya una política de amplias alianzas con el objetivo primero democrático de la “Asamblea Constituyente”. AG recibe obras de Marx en la ed. Costes y artículos del Economist sobre el Primer Plan quinquenal soviético. En carta a Tatiana Schucht: “Como dicen en Cerdeña, doy vueltas por la celda como una mosca que no sabe dónde caerse muerta”. A la una hora (3.VIII), vómito de sangre. Carlo Gramsci y Piero Sraffa acuden a Turi, pero el último no consigue autorización para ver a AG. Dirige una carta a Mussolini reclamando se fijen las lecturas autorizadas. Carta a Tatiana Schucht pidiendo cuadernos pequeños. AG acusa recibo de los cuadernos pequeños.
1932. AG dice a Tatiana Schucht que está escribiendo unas notas sobre los intelectuales italianos. Visita de Carlo Gramsci. Perspectivas de un intercambio de A.G. por clérigos que se encuentran en la U.R.S.S. AG sufre dolores en el pecho. En carta a Tatiana Schucht: “El conjunto de la existencia se hace insoportable”. Tatiana presenta una instancia de revisión médica en favor de AG. La celebración de los diez años de fascismo reduce la pena de AG a doce años, cuatro meses. Eso permite a Piero Sraffa pedir la libertad condicional para Gramsci. Pero el régimen exige una petición de gracia. Gramsci se niega y el régimen le impone incomunicación (que los demás presos consiguen burlar, manteniendo el contacto con él). Muerte de la madre de AG (éste la ignoró hasta su muerte).
1933. AG sin dientes, padece insomnios, trastornos digestivos, tuberculosis pulmonar, arteriosclerosis, mal de Pott y abscesos. La dirección de la cárcel revoca la autorización para escribir. El camarada de Gramsci, Gustavo Trombetti, se instala en su celda para velarle. Visita del doctor Umberto Arcangeli, enviado por Tatiana Schucht una vez conseguida la autorización. Arcangeli establece el diagnóstico verdadero. Tatiana solicita el traslado de AG a una clínica. El gobierno admite la instancia de traslado a la clínica. Al mismo tiempo el Tribunal especial rechaza el recurso sobre libertad condicional. Traslado de AG a la clínica del doctor Cusumano, en Formia.
1934. El profesor Puccinelli, de Roma, visita AG. En el extranjero arrecia la campaña por la libertad de AG. Romain Rolland publica su folleto. Pacto de unidad de acción entre el PCI y el PSI. AG consigue la libertad provisional sin cambio en su situación material (Decreto del 25-X).
1935. Nueva crisis de la salud de Gramsci. Traslado de Gramsci a la clínica Quisisana de Roma. El 24/25 llega Tatiana Schucht, Carlo Gramsci y Piero Sraffa. Presunta, pero hoy discutida, interrupción definitiva de los Cuadernos de Gramsci.
El PCI presenta el programa de la Asamblea Constituyente.
1937 21.IV: Gramsci cumple condena.
25.IV: Gramsci sufre una hemorragia cerebral.
27.IV: Dieciséis horas: muerte de Antonio Gramsci.
El Gobierno más beligerante contra las pseudociencias. Tanto la ministra de Sanidad como el de Ciencia son conocidos por su lucha contra los falsos remedios.
Además de por su gran cantidad de mujeres, el nuevo Gobierno que ha confeccionado el presidente Pedro Sánchez destaca por otra característica menos visible: su notable beligerancia contra el fenómeno de las pseudociencias. Y entre todas, destaca la homeopatía, contra la que se han manifestado muy duramente, y en numerosas ocasiones, tanto la nueva titular de Sanidad, Carmen Montón, como el flamante ministro de Ciencia, Pedro Duque.
Montón es la primera consejera de Sanidad que ha enviado una instrucción a los centros sanitarios para que combatan las pseudoterapias
"Permitir que la homeopatía se venda en las farmacias como medicamento genera confusión y riesgo social, para la salud y para la economía de las personas", aseguraba tajante Montón a este periódico hace tan solo siete semanas. La por entonces consejera de Sanidad de la Generalitat Valenciana había sido la que con más rotundidad se había opuesto a los planes de Dolors Montserrat, su predecesora, para regularizar los preparados homeopáticos. Ante esta medida, que permitirá vender estos falsos remedios como medicamentos en las farmacias, Montón pedía que no se perdonara ni un euro a los laboratorios homeopáticos por los años que llevan lucrándose gracias a su situación en un limbo legal.
Montón no se conformaba con pedir a Sanidad que pusiera alto el listón a la homeopatía. La nueva ministra pedía que se sacaran de inmediato de las farmacias y que se llevara a Bruselas la batalla, puesto que es una directiva europea la que respalda su presencia en las farmacias. Para "velar por la salud de las personas", Montón pedía que se retirara esa directiva y, en general, "desterrar todo lo que no sea ciencia".
La nueva titular de Sanidad mostró que su actitud va más allá de las palabras, al convertir a su autonomía en la primera que enviaba una instrucción a todos los centros sanitarios dependientes de su departamento para desterrar las pseudociencias. "La buena práctica médica está ligada a la evidencia científica", aseguraba Montón, y las administraciones públicas tienen la obligación de "diferenciar claramente entre los productos que cuentan con un respaldo de medicina basada en la evidencia". El documento era tajante: "No está autorizada la publicidad, promoción, presencia o desarrollo de cualquier actividad que no sea reconocida como asistencial, consideradas como pseudociencias porque no hay conocimiento y experimentación científica de estas".
Duque, muy activo contra las pseudociencias, ha calificado la homeopatía de "chuches que no sirven para nada"
También tajante, aunque más mordaz, ha sido el astronauta Pedro Duque al referirse a las pseudociencias. Contra la homeopatía se ha manifestado en numerosas ocasiones, a la que ha tachado de "chuches", por presentarse en formato de bolitas edulcoradas sin principio activo ni indicación terapéutica. "Por mucho que la industria de la homeopatía consiga, con no sabemos qué artes, que la Unión Europea o los gobiernos lo amparen, eso no cambia nada. NO FUNCIONA. NO HACE NADA", escribía. También ha tuiteado frases como "la homeopatía tiene exactamente las mismas ventajas que el agua del grifo" o "la homeopatía funciona tanto como plana es la Tierra".
En otras ocasiones ha cargado contra las "conspiraciones" contrarias a la ciencia que circulan en redes sociales y los "timos" que hay que combatir, como cuando tuiteó que "el reiki es lo que mi abuela llamaba 'cura sana culito de rana”. Todo su perfil de Twitter está cargado de mensajes propios y ajenos de defensa de la medicina frente a los falsos remedios. Pero quienes más difícil lo tendrán serán los pocos que defienden que la Tierra es plana, sobre quienes ha bromeado con la seguridad que ofrece haber visto con tus propios ojos la esfera terráquea desde fuera.
Montón, licenciada en Medicina, no se encontrará sola en el Consejo de Ministros cuando tenga que defender a la medicina frente a los falsos remedios, ya que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también es médica. Fue gerente del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla hasta que fue nombrada viceconsejera de Salud (2002-2004) y máxima responsable de esta cartera (2004-2012), por lo que estará tan familiarizada como Montón con los verdaderos retos de la medicina frente a quienes venden humo y promesas de curaciones milagrosas. Además, Duque no es el único ingeniero aeronáutico, puesto que el ministro de Exteriores, Josep Borrell, también cuenta con esa formación en su extenso currículum.
La ministra de Medio Ambiente será el azote de quienes nieguen la ciencia del cambio climático
Pero la pseudociencia no es un problema exclusivo del mundo de la salud. Y en ese sentido, Teresa Ribera puede considerarse uno de los peores azotes de los negacionistas de la ciencia que respalda el cambio climático. La nueva ministra de Medio Ambiente es una de las personalidades más respetadas del planeta en la lucha contra el calentamiento de la Tierra y se la considera una de las piezas clave de la gestión del Acuerdo de París para reducir las emisiones. Ribera aseguraba a Materia hace unos pocos días que "es enormemente preocupante la lentitud en la respuesta en la reducción de emisiones" y calificaba de "particularmente cínica" la actitud de Trump, por dudar de la autenticidad del cambio climático. Quienes se atrevan a discutir los datos científicos que demuestran la gravedad de la situación, encontrarán en Ribera un muro tan duro y alto como pueda serlo Montón en el ámbito de la ciencia médica.
https://elpais.com/elpais/2018/06/06/ciencia/1528283705_621696.html
Montón es la primera consejera de Sanidad que ha enviado una instrucción a los centros sanitarios para que combatan las pseudoterapias
"Permitir que la homeopatía se venda en las farmacias como medicamento genera confusión y riesgo social, para la salud y para la economía de las personas", aseguraba tajante Montón a este periódico hace tan solo siete semanas. La por entonces consejera de Sanidad de la Generalitat Valenciana había sido la que con más rotundidad se había opuesto a los planes de Dolors Montserrat, su predecesora, para regularizar los preparados homeopáticos. Ante esta medida, que permitirá vender estos falsos remedios como medicamentos en las farmacias, Montón pedía que no se perdonara ni un euro a los laboratorios homeopáticos por los años que llevan lucrándose gracias a su situación en un limbo legal.
Montón no se conformaba con pedir a Sanidad que pusiera alto el listón a la homeopatía. La nueva ministra pedía que se sacaran de inmediato de las farmacias y que se llevara a Bruselas la batalla, puesto que es una directiva europea la que respalda su presencia en las farmacias. Para "velar por la salud de las personas", Montón pedía que se retirara esa directiva y, en general, "desterrar todo lo que no sea ciencia".
La nueva titular de Sanidad mostró que su actitud va más allá de las palabras, al convertir a su autonomía en la primera que enviaba una instrucción a todos los centros sanitarios dependientes de su departamento para desterrar las pseudociencias. "La buena práctica médica está ligada a la evidencia científica", aseguraba Montón, y las administraciones públicas tienen la obligación de "diferenciar claramente entre los productos que cuentan con un respaldo de medicina basada en la evidencia". El documento era tajante: "No está autorizada la publicidad, promoción, presencia o desarrollo de cualquier actividad que no sea reconocida como asistencial, consideradas como pseudociencias porque no hay conocimiento y experimentación científica de estas".
Duque, muy activo contra las pseudociencias, ha calificado la homeopatía de "chuches que no sirven para nada"
También tajante, aunque más mordaz, ha sido el astronauta Pedro Duque al referirse a las pseudociencias. Contra la homeopatía se ha manifestado en numerosas ocasiones, a la que ha tachado de "chuches", por presentarse en formato de bolitas edulcoradas sin principio activo ni indicación terapéutica. "Por mucho que la industria de la homeopatía consiga, con no sabemos qué artes, que la Unión Europea o los gobiernos lo amparen, eso no cambia nada. NO FUNCIONA. NO HACE NADA", escribía. También ha tuiteado frases como "la homeopatía tiene exactamente las mismas ventajas que el agua del grifo" o "la homeopatía funciona tanto como plana es la Tierra".
En otras ocasiones ha cargado contra las "conspiraciones" contrarias a la ciencia que circulan en redes sociales y los "timos" que hay que combatir, como cuando tuiteó que "el reiki es lo que mi abuela llamaba 'cura sana culito de rana”. Todo su perfil de Twitter está cargado de mensajes propios y ajenos de defensa de la medicina frente a los falsos remedios. Pero quienes más difícil lo tendrán serán los pocos que defienden que la Tierra es plana, sobre quienes ha bromeado con la seguridad que ofrece haber visto con tus propios ojos la esfera terráquea desde fuera.
Montón, licenciada en Medicina, no se encontrará sola en el Consejo de Ministros cuando tenga que defender a la medicina frente a los falsos remedios, ya que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también es médica. Fue gerente del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla hasta que fue nombrada viceconsejera de Salud (2002-2004) y máxima responsable de esta cartera (2004-2012), por lo que estará tan familiarizada como Montón con los verdaderos retos de la medicina frente a quienes venden humo y promesas de curaciones milagrosas. Además, Duque no es el único ingeniero aeronáutico, puesto que el ministro de Exteriores, Josep Borrell, también cuenta con esa formación en su extenso currículum.
La ministra de Medio Ambiente será el azote de quienes nieguen la ciencia del cambio climático
Pero la pseudociencia no es un problema exclusivo del mundo de la salud. Y en ese sentido, Teresa Ribera puede considerarse uno de los peores azotes de los negacionistas de la ciencia que respalda el cambio climático. La nueva ministra de Medio Ambiente es una de las personalidades más respetadas del planeta en la lucha contra el calentamiento de la Tierra y se la considera una de las piezas clave de la gestión del Acuerdo de París para reducir las emisiones. Ribera aseguraba a Materia hace unos pocos días que "es enormemente preocupante la lentitud en la respuesta en la reducción de emisiones" y calificaba de "particularmente cínica" la actitud de Trump, por dudar de la autenticidad del cambio climático. Quienes se atrevan a discutir los datos científicos que demuestran la gravedad de la situación, encontrarán en Ribera un muro tan duro y alto como pueda serlo Montón en el ámbito de la ciencia médica.
https://elpais.com/elpais/2018/06/06/ciencia/1528283705_621696.html
Estos son los “hitos” del PP en memoria histórica.
La última humillación se produjo esta semana en el Congreso en torno a la condecoración a Billy El Niño.
La sombra de Franco y su dictadura es alargada. No son suposiciones dichas a la ligera: los datos y, sobre todo, la historia que tanto quieren distorsionar, son quienes ponen a los populares frente a un espejo con sus mayores vergüenzas. Incluso, han sido los responsables de que la fundación dedicada al dictador haya recibido dinero público durante la época de Aznar. Tampoco les molesta que dicha institución disponga de documentación original secreta que corresponde al patrimonio público.
Once años, desde que se aprobara la llamada Ley de Memoria Histórica, en los que la humillación y los continuos obstáculos han sido la máxima del partido de Mariano Rajoy cuando ha tocado hablar de memoria histórica. Una ley descafeinada y nacida con la voluntad de mantener intacta las cloacas de de la transición. Fue sacada adelante con la oposición del PP y ERC, este último al considerar que no terminaba con el “sistema español de impunidad” de los años posteriores al fin de la dictadura.
El último episodio de humillación a las víctimas del franquismo sucedió esta semana, en la última intervención en el Congreso de Juan Ignacio Zoido al frente del Ministerio de Interior, cuando se negó a retirar la condecoración a Billy El Niño. Luego, en el debate de la moción de censura, el que se rio fue el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Estos son los “hitos” del PP en memoria histórica.
2008
Muchos han acabado por creerse sus propias mentiras. Otros, directamente, son puros negacionistas de los horrores del franquismo. En una entrevista concedida a La Voz de Galicia en octubre de 2007, Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior en el gobierno de Aznar, definió de “extraordinaria placidez” los cuarenta años de dictadura. Afirmaba no sentir la necesidad de condenar nada porque “hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad”.
Decía Mariano Rajoy en febrero de 2008, durante una entrevista a 20 minutos , que, si por él fuera, “eliminaría todos los artículos de la ley de memoria histórica que hablan de dar dinero público para recuperar el pasado”. Unas declaraciones que no son frutos de una equivocación, sino que atienden a una idea clara de enterrar el pasado. Ese mismo año, tras la solicitud de Garzón de acceder a diversos archivos para elaborar un “censo” de fusilados y desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo, Rajoy declaró no ser “partidario de abrir heridas del pasado, que no conducen a nada”.
Estas afirmaciones son totalmente entendibles teniendo en consideración la del resto de compañeros de partido. Durante un Congreso del PP de Madrid, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado , señaló que la gente de izquierdas son “unos carcas” porque están “todo el día pensando en la guerra del abuelo” y “en la fosa de no se quién”. Años después se ha intentado retractar de dichas palabras poniendo como prueba que su abuelo también sufrió la represión.
No obstante, estas políticas no se han limitado a la esfera nacional. En Canarias , el PSOE se topó con CC y los populares para la aprobación de una PNL con la que elaborar un proyecto de exhumación de las fosas en las islas, que finalmente no salió adelante. El mismo sentido final el vivido en Valencia. El por entonces gobierno presidido por Rita Barberá promovió la construcción de más de mil nichos sobre una fosa común del franquismo. A pesar de que se paralizaron las obras tras ser denunciados los hechos, el Ayuntamiento apeló al TSJV, quien les otorgó nuevamente el permiso para continuar.
Ese año se cerró con la negativa del PP y del PSOE a una proposición de ley impulsada por ERC, que instaba a revisar la ley aprobada por Zapatero hacía casi doce meses.
2009
José Millán-Astray, general golpista, fundador de la Legión y jefe de prensa y propaganda de Franco es “un coruñés de pro, de toda la vida”. Estas fueron las palabras esbozadas por el presidente provincial del PP de A Coruña, Carlos Negreira, en defensa a la estatua del militar que se pretendía retirar tras aprobarse en el pleno del Ayuntamiento sin el apoyo de los conservadores.
Por aquellos tiempos, Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía no era muy conocido para gran parte del país, salvo en Cataluña. Autoproclamados como la alternativa a la vieja política, lo cierto es que desde sus comienzos han compartido gran parte de su ideario. En junio de ese año, el grupo se abstuvo en la votación del proyecto de ley sobre la localización y la identificación de las personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. Albert Rivera expresó entonces que “para Ciudadanos, el texto que garantiza el derecho individual de las personas es correcto” pero veía peligroso que se utilizara esta ley “para hacer revisionismo político”. El Partido Popular, una vez más, votó en contra.
2011
Con Zapatero sobrepasado, se acabó por adelantar las elecciones. Rajoy se convirtió en el nuevo presidente del Gobierno con mayoría absoluta y comenzaba así la crónica de una muerte anunciada para la Ley de Memoria Histórica. Ese 2011, el gobierno socialista –en funciones– consiguió colar in extremis subvenciones por valor de 5,6 millones de euros, destinados a 190 proyectos de recuperación y justicia. El año siguiente, el gobierno del PP enterró definitivamente una época sin acabar de nuestro país.
Los populares ya en aquel momento estaban más ocupados de hacer imposible la vida a familiares de las víctimas. En Poyales del Hoyo, municipio de la provincia de Ávila, el primer edil, Antonio Cerro, decidió dar por concluida la cesión de un espacio en el cementerio –que ellos mismos aprobaron en 2002– donde descansaban los restos mortales de tres mujeres del pueblo asesinadas por falangistas en 1936. Cerro aprovechó la coyuntura que se le presentó cuando un familiar reclamó los restos de su abuela para trasladar definitivamente todos los huesos a una fosa común.
2012
Con el Partido Popular ya asentado en las instituciones, los recortes no se hicieron esperar. En los PGE de 2012 se estableció la cantidad de 2,5 millones de euros “para toda clase de gastos derivados de las propuestas de la Comisión Interministerial creada por el Real Decreto 1891/2004 de 10 de septiembre”, lo que suponía un 60% menos que en el ejercicio anterior. A eso le acompañó la supresión de la oficina de Víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura, un organismo creado para coordinar la exhumación de desaparecidos. Se acabó reubicando para su posterior caída en el olvido en la División de Derechos de Gracia y otros Derechos, dependiente del Ministerio de Justicia.
2013
Por primera vez desde su aprobación, la Ley de Memoria Histórica se quedaba sin dotación presupuestaria . Fue el mismo año en que el diputado Rafael Hernando aseguraba en una tertulia que “algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle”. Ahora, ya ni eso. Como había prometido años atrás Mariano Rajoy, ni un solo euro más se destinaría a recuperar los cuerpos de las víctimas.
Continuando con el camino que se habían marcado, en mayo los populares rehusaron condenar el franquismo en el Congreso . Izquierda Unida había llevado a la Cámara Baja convertir el 18 de julio, día del golpe de Estado, en jornada “oficial de condena de la dictadura”. Todos los grupos secundaron la propuesta salvo el PP, que votó en contra, y UPyD, que se abstuvo. Como justificación, el diputado Pedro Ramón Gómez de la Serna espetó: “No podemos condenar a las nuevas generaciones al peso insoportable de la guerra civil. No aspiramos a una memoria unánime, aspiramos a una memoria para poder convivir”. Meses más tarde, mismo escenario y situación parecida. En esta ocasión, la proposición instaba a retirar los símbolos franquistas y la postura se repitió.
2014
Por si no hubiese sido poco las repetidas llamadas a la cordura desde España, entró en juego la Organización de Naciones Unidas. Pablo de Greiff, relator especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, emitió un informe donde instaba al Ejecutivo a reparar el daño que la dictadura provocó. Como venía siendo habitual, el Partido Popular restó importancia al documento hasta el punto de ignorarlo.
Sin embargo, no era la primera vez –ni sería la última– que desde organismos internacionales se había dado un toque de atención al Gobierno. Ya en 2012, el representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, dirigió a España una petición formal para la derogación de la Ley de Amnistía en nombre de la ONU, denunciando que incumplía la normativa internacional de Derechos Humanos. En 2017, Pablo de Greiff volvió a recordar a España que el Estado debe atender de forma urgente los reclamos de las víctimas de la guerra civil y del franquismo, y señaló como prioridad las exhumaciones, el Valle de los Caídos y la nulidad de las sentencias arbitrarias adoptadas durante la Guerra Civil y el franquismo.
2015
“No hay fosas por descubrir”, dijeron ese año los populares, “salvo que se empeñen en buscar a Federico García Lorca en los cuatro puntos cardinales de España”, remataron. Fueron unas declaraciones pronunciadas en el Senado tras rechazar, otra vez, la concesión de fondos a la recuperación de la memoria de las víctimas de la dictadura.
Otro rechazo, esta vez en Catalayud, fue el del PP y el PAR junto con la abstención de Ciudadanos, evitando que se retirase a Franco la medalla de oro de la ciudad. Preguntado por esto, Albert Rivera explicó que es el modus operandi de su partido en votaciones similares para así evitar “abrir un debate sobre la memoria histórica”.
No fue la única ocasión donde los conservadores azules se negaron a retirar viejas condecoraciones. El 18 de junio de 2015 el Partido Popular votó en el Congreso en contra de la PNL presentada por el Grupo Mixto para retirar el título de “Grandes de España” a los Franco, y otros títulos nobiliarios a golpistas como Emilio Mola, José Moscardó, Gonzalo Queipo de Llano, Juan Yagüe y José Antonio Primo de Rivera, entre otros.
En los municipios, por su parte, se respiraban nuevos aires. Era el año de los llamados gobiernos del cambio. Barcelona y Madrid estrenaban alcaldesas dispuestas a modificar el callejero de sus ciudades. Todos se mostraron partidarios de la iniciativa a excepción del grupo que entonces encabezada Esperanza Aguirre, quien no dudó en arremeter contra el ” sectarismo y revanchismo ” que decía suponer la medida .
2016
Ese año los nostálgicos del régimen de la dictadura e integrantes del partido que gobernaba se vieron para cenar y celebrar. En ese encuentro, un alto cargo del PP de Extremadura y dos alcaldes fueron premiados por honrar la memoria de Franco e incumplir la Ley de Memoria Histórica y defender al dictador. Un trabajo que han cumplido a rajatabla al oponerse de manera invariable a la retirada. En esta ocasión fue en el Ayuntamiento de la capital. El Partido Popular mostró su negativa contra la retirada de los honores a 13 personalidades del franquismo. “La Ley de Memoria Histórica es fratricida y debería de haberla derogado el PP”, dijo Esperanza Aguirre.
2017
Estaba en Costa de Marfil y parecía que hubiese sufrido una amnesia selectiva. Rajoy contó a los asistentes que no comprendía el cambio de nombre de la calle en la que llegó a vivir . Ese nombre era el de Salvador Moreno, partícipe del golpe militar de 1936 y, una vez acabada la guerra, ministro de la dictadura. Resulta entendible, por tanto, que su grupo parlamentario diera su “no” a una PNL –sin efectos jurídicos– que declaraba nulas las sentencias del franquismo. Una petición que también se vio con la negativa de ERC, reprochando al PSOE el momento y las formas. Por su parte, Ciudadanos se abstuvo.
La que sí salió adelante fue la histórica Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía que suponía una ampliación de la estatal y que, si bien no contó con ningún contrario, PP-A y Cs se abstuvieron. Estos últimos, porque “pone en cuestión” un periodo “sagrado” como la Transición, así como la Ley de Amnistía, que “se aprobó para perdonarnos”.
2018
Este año, el movimiento en torno a la memoria histórica está siendo notorio. En la capital se presentó la muestra No pasarán. Madrid 1936. Para sorpresa de nadie, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, indicó que este acto buscaba la “división y el enfrentamiento”.
En la Comunidad, hasta hace unos días presidida por Cristina Cifuentes, el PP votó en contra de una iniciativa de Podemos que pedía a la justicia que investigue los crímenes franquistas. Ciudadanos, en cambio, optó una vez más por la abstención, hecho que no impidió que saliese adelante una PNL sin carácter legislativo.
A nivel estatal, ambas cámaras parlamentarias han acogido distintas propuestas legislativas. Por un lado, el Congreso ha visto frenado por el Gobierno la tramitación de la proposición del PSOE de reforma de la ley de Memoria Histórica que, entre muchas medidas, proponía exhumar los restos de Franco, sacarlos del Valle de los Caídos y convertir el monumento en un Centro Nacional de la Memoria. El motivo de dicha decisión atendió a razones presupuestarias que alcanzarían los 214 millones de euros, aseguraban. Mismo resultado obtuvo otra iniciativa dirigida a, entre otros puntos, investigar la Fundación Nacional Francisco Franco.
Las dos últimas grandes estocadas a la memoria de las víctimas se han producido en los últimos meses. La primera, el pasado 20 de marzo en el Congreso. PP, PSOE y Cs en bloque decidieron rechazar la reforma de la Ley de Amnistía para así abrir la puerta a juzgar los crímenes del franquismo. Una ley que ampara a franquistas acusados de torturas, como es el caso de Billy el Niño. La segunda, el pasado 24 de abril. El Pleno del Senado dio puerta, con el voto en contra del PP, a una iniciativa del PSOE con el apoyo del resto de grupos. Con ella se pretendía el cumplimiento íntegro de la ley de Memoria Histórica, así como investigar a la Fundación Francisco Franco y declararla ilegal.
En definitiva, 11 años donde ha quedado patente el claro interés del Partido Popular por que no se haga justicia y repare el daño que ocasionó Franco, su guerra y el posterior régimen dictatorial.
Decía el historiador José María García Márquez, que no debe olvidarse que la fundación de Alianza Popular se cerró con todos los cientos de delegados “puestos en pie y gritando ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!”. Tal vez así se comprende mejor que l a memoria histórica jamás haya sido abordada como lo que debe ser: una cuestión de Estado.
Ahora, con la vuelta de los socialistas al poder tras salir adelante la moción de censura, Pedro Sánchez tiene ante sí la posibilidad de recuperar la ley de Memoria Histórica. Le toca al PSOE hacer honor a sus siglas y recuperar los años perdidos con el mandato de Mariano Rajoy.
Fuente: http://www.lamarea.com/2018/06/03/las-veces-que-el-pp-se-rio-de-la-memoria-historica/
La sombra de Franco y su dictadura es alargada. No son suposiciones dichas a la ligera: los datos y, sobre todo, la historia que tanto quieren distorsionar, son quienes ponen a los populares frente a un espejo con sus mayores vergüenzas. Incluso, han sido los responsables de que la fundación dedicada al dictador haya recibido dinero público durante la época de Aznar. Tampoco les molesta que dicha institución disponga de documentación original secreta que corresponde al patrimonio público.
Once años, desde que se aprobara la llamada Ley de Memoria Histórica, en los que la humillación y los continuos obstáculos han sido la máxima del partido de Mariano Rajoy cuando ha tocado hablar de memoria histórica. Una ley descafeinada y nacida con la voluntad de mantener intacta las cloacas de de la transición. Fue sacada adelante con la oposición del PP y ERC, este último al considerar que no terminaba con el “sistema español de impunidad” de los años posteriores al fin de la dictadura.
El último episodio de humillación a las víctimas del franquismo sucedió esta semana, en la última intervención en el Congreso de Juan Ignacio Zoido al frente del Ministerio de Interior, cuando se negó a retirar la condecoración a Billy El Niño. Luego, en el debate de la moción de censura, el que se rio fue el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Estos son los “hitos” del PP en memoria histórica.
2008
Muchos han acabado por creerse sus propias mentiras. Otros, directamente, son puros negacionistas de los horrores del franquismo. En una entrevista concedida a La Voz de Galicia en octubre de 2007, Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior en el gobierno de Aznar, definió de “extraordinaria placidez” los cuarenta años de dictadura. Afirmaba no sentir la necesidad de condenar nada porque “hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad”.
Decía Mariano Rajoy en febrero de 2008, durante una entrevista a 20 minutos , que, si por él fuera, “eliminaría todos los artículos de la ley de memoria histórica que hablan de dar dinero público para recuperar el pasado”. Unas declaraciones que no son frutos de una equivocación, sino que atienden a una idea clara de enterrar el pasado. Ese mismo año, tras la solicitud de Garzón de acceder a diversos archivos para elaborar un “censo” de fusilados y desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo, Rajoy declaró no ser “partidario de abrir heridas del pasado, que no conducen a nada”.
Estas afirmaciones son totalmente entendibles teniendo en consideración la del resto de compañeros de partido. Durante un Congreso del PP de Madrid, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado , señaló que la gente de izquierdas son “unos carcas” porque están “todo el día pensando en la guerra del abuelo” y “en la fosa de no se quién”. Años después se ha intentado retractar de dichas palabras poniendo como prueba que su abuelo también sufrió la represión.
No obstante, estas políticas no se han limitado a la esfera nacional. En Canarias , el PSOE se topó con CC y los populares para la aprobación de una PNL con la que elaborar un proyecto de exhumación de las fosas en las islas, que finalmente no salió adelante. El mismo sentido final el vivido en Valencia. El por entonces gobierno presidido por Rita Barberá promovió la construcción de más de mil nichos sobre una fosa común del franquismo. A pesar de que se paralizaron las obras tras ser denunciados los hechos, el Ayuntamiento apeló al TSJV, quien les otorgó nuevamente el permiso para continuar.
Ese año se cerró con la negativa del PP y del PSOE a una proposición de ley impulsada por ERC, que instaba a revisar la ley aprobada por Zapatero hacía casi doce meses.
2009
José Millán-Astray, general golpista, fundador de la Legión y jefe de prensa y propaganda de Franco es “un coruñés de pro, de toda la vida”. Estas fueron las palabras esbozadas por el presidente provincial del PP de A Coruña, Carlos Negreira, en defensa a la estatua del militar que se pretendía retirar tras aprobarse en el pleno del Ayuntamiento sin el apoyo de los conservadores.
Por aquellos tiempos, Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía no era muy conocido para gran parte del país, salvo en Cataluña. Autoproclamados como la alternativa a la vieja política, lo cierto es que desde sus comienzos han compartido gran parte de su ideario. En junio de ese año, el grupo se abstuvo en la votación del proyecto de ley sobre la localización y la identificación de las personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. Albert Rivera expresó entonces que “para Ciudadanos, el texto que garantiza el derecho individual de las personas es correcto” pero veía peligroso que se utilizara esta ley “para hacer revisionismo político”. El Partido Popular, una vez más, votó en contra.
2011
Con Zapatero sobrepasado, se acabó por adelantar las elecciones. Rajoy se convirtió en el nuevo presidente del Gobierno con mayoría absoluta y comenzaba así la crónica de una muerte anunciada para la Ley de Memoria Histórica. Ese 2011, el gobierno socialista –en funciones– consiguió colar in extremis subvenciones por valor de 5,6 millones de euros, destinados a 190 proyectos de recuperación y justicia. El año siguiente, el gobierno del PP enterró definitivamente una época sin acabar de nuestro país.
Los populares ya en aquel momento estaban más ocupados de hacer imposible la vida a familiares de las víctimas. En Poyales del Hoyo, municipio de la provincia de Ávila, el primer edil, Antonio Cerro, decidió dar por concluida la cesión de un espacio en el cementerio –que ellos mismos aprobaron en 2002– donde descansaban los restos mortales de tres mujeres del pueblo asesinadas por falangistas en 1936. Cerro aprovechó la coyuntura que se le presentó cuando un familiar reclamó los restos de su abuela para trasladar definitivamente todos los huesos a una fosa común.
2012
Con el Partido Popular ya asentado en las instituciones, los recortes no se hicieron esperar. En los PGE de 2012 se estableció la cantidad de 2,5 millones de euros “para toda clase de gastos derivados de las propuestas de la Comisión Interministerial creada por el Real Decreto 1891/2004 de 10 de septiembre”, lo que suponía un 60% menos que en el ejercicio anterior. A eso le acompañó la supresión de la oficina de Víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura, un organismo creado para coordinar la exhumación de desaparecidos. Se acabó reubicando para su posterior caída en el olvido en la División de Derechos de Gracia y otros Derechos, dependiente del Ministerio de Justicia.
2013
Por primera vez desde su aprobación, la Ley de Memoria Histórica se quedaba sin dotación presupuestaria . Fue el mismo año en que el diputado Rafael Hernando aseguraba en una tertulia que “algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle”. Ahora, ya ni eso. Como había prometido años atrás Mariano Rajoy, ni un solo euro más se destinaría a recuperar los cuerpos de las víctimas.
Continuando con el camino que se habían marcado, en mayo los populares rehusaron condenar el franquismo en el Congreso . Izquierda Unida había llevado a la Cámara Baja convertir el 18 de julio, día del golpe de Estado, en jornada “oficial de condena de la dictadura”. Todos los grupos secundaron la propuesta salvo el PP, que votó en contra, y UPyD, que se abstuvo. Como justificación, el diputado Pedro Ramón Gómez de la Serna espetó: “No podemos condenar a las nuevas generaciones al peso insoportable de la guerra civil. No aspiramos a una memoria unánime, aspiramos a una memoria para poder convivir”. Meses más tarde, mismo escenario y situación parecida. En esta ocasión, la proposición instaba a retirar los símbolos franquistas y la postura se repitió.
2014
Por si no hubiese sido poco las repetidas llamadas a la cordura desde España, entró en juego la Organización de Naciones Unidas. Pablo de Greiff, relator especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, emitió un informe donde instaba al Ejecutivo a reparar el daño que la dictadura provocó. Como venía siendo habitual, el Partido Popular restó importancia al documento hasta el punto de ignorarlo.
Sin embargo, no era la primera vez –ni sería la última– que desde organismos internacionales se había dado un toque de atención al Gobierno. Ya en 2012, el representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, dirigió a España una petición formal para la derogación de la Ley de Amnistía en nombre de la ONU, denunciando que incumplía la normativa internacional de Derechos Humanos. En 2017, Pablo de Greiff volvió a recordar a España que el Estado debe atender de forma urgente los reclamos de las víctimas de la guerra civil y del franquismo, y señaló como prioridad las exhumaciones, el Valle de los Caídos y la nulidad de las sentencias arbitrarias adoptadas durante la Guerra Civil y el franquismo.
2015
“No hay fosas por descubrir”, dijeron ese año los populares, “salvo que se empeñen en buscar a Federico García Lorca en los cuatro puntos cardinales de España”, remataron. Fueron unas declaraciones pronunciadas en el Senado tras rechazar, otra vez, la concesión de fondos a la recuperación de la memoria de las víctimas de la dictadura.
Otro rechazo, esta vez en Catalayud, fue el del PP y el PAR junto con la abstención de Ciudadanos, evitando que se retirase a Franco la medalla de oro de la ciudad. Preguntado por esto, Albert Rivera explicó que es el modus operandi de su partido en votaciones similares para así evitar “abrir un debate sobre la memoria histórica”.
No fue la única ocasión donde los conservadores azules se negaron a retirar viejas condecoraciones. El 18 de junio de 2015 el Partido Popular votó en el Congreso en contra de la PNL presentada por el Grupo Mixto para retirar el título de “Grandes de España” a los Franco, y otros títulos nobiliarios a golpistas como Emilio Mola, José Moscardó, Gonzalo Queipo de Llano, Juan Yagüe y José Antonio Primo de Rivera, entre otros.
En los municipios, por su parte, se respiraban nuevos aires. Era el año de los llamados gobiernos del cambio. Barcelona y Madrid estrenaban alcaldesas dispuestas a modificar el callejero de sus ciudades. Todos se mostraron partidarios de la iniciativa a excepción del grupo que entonces encabezada Esperanza Aguirre, quien no dudó en arremeter contra el ” sectarismo y revanchismo ” que decía suponer la medida .
2016
Ese año los nostálgicos del régimen de la dictadura e integrantes del partido que gobernaba se vieron para cenar y celebrar. En ese encuentro, un alto cargo del PP de Extremadura y dos alcaldes fueron premiados por honrar la memoria de Franco e incumplir la Ley de Memoria Histórica y defender al dictador. Un trabajo que han cumplido a rajatabla al oponerse de manera invariable a la retirada. En esta ocasión fue en el Ayuntamiento de la capital. El Partido Popular mostró su negativa contra la retirada de los honores a 13 personalidades del franquismo. “La Ley de Memoria Histórica es fratricida y debería de haberla derogado el PP”, dijo Esperanza Aguirre.
2017
Estaba en Costa de Marfil y parecía que hubiese sufrido una amnesia selectiva. Rajoy contó a los asistentes que no comprendía el cambio de nombre de la calle en la que llegó a vivir . Ese nombre era el de Salvador Moreno, partícipe del golpe militar de 1936 y, una vez acabada la guerra, ministro de la dictadura. Resulta entendible, por tanto, que su grupo parlamentario diera su “no” a una PNL –sin efectos jurídicos– que declaraba nulas las sentencias del franquismo. Una petición que también se vio con la negativa de ERC, reprochando al PSOE el momento y las formas. Por su parte, Ciudadanos se abstuvo.
La que sí salió adelante fue la histórica Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía que suponía una ampliación de la estatal y que, si bien no contó con ningún contrario, PP-A y Cs se abstuvieron. Estos últimos, porque “pone en cuestión” un periodo “sagrado” como la Transición, así como la Ley de Amnistía, que “se aprobó para perdonarnos”.
2018
Este año, el movimiento en torno a la memoria histórica está siendo notorio. En la capital se presentó la muestra No pasarán. Madrid 1936. Para sorpresa de nadie, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, indicó que este acto buscaba la “división y el enfrentamiento”.
En la Comunidad, hasta hace unos días presidida por Cristina Cifuentes, el PP votó en contra de una iniciativa de Podemos que pedía a la justicia que investigue los crímenes franquistas. Ciudadanos, en cambio, optó una vez más por la abstención, hecho que no impidió que saliese adelante una PNL sin carácter legislativo.
A nivel estatal, ambas cámaras parlamentarias han acogido distintas propuestas legislativas. Por un lado, el Congreso ha visto frenado por el Gobierno la tramitación de la proposición del PSOE de reforma de la ley de Memoria Histórica que, entre muchas medidas, proponía exhumar los restos de Franco, sacarlos del Valle de los Caídos y convertir el monumento en un Centro Nacional de la Memoria. El motivo de dicha decisión atendió a razones presupuestarias que alcanzarían los 214 millones de euros, aseguraban. Mismo resultado obtuvo otra iniciativa dirigida a, entre otros puntos, investigar la Fundación Nacional Francisco Franco.
Las dos últimas grandes estocadas a la memoria de las víctimas se han producido en los últimos meses. La primera, el pasado 20 de marzo en el Congreso. PP, PSOE y Cs en bloque decidieron rechazar la reforma de la Ley de Amnistía para así abrir la puerta a juzgar los crímenes del franquismo. Una ley que ampara a franquistas acusados de torturas, como es el caso de Billy el Niño. La segunda, el pasado 24 de abril. El Pleno del Senado dio puerta, con el voto en contra del PP, a una iniciativa del PSOE con el apoyo del resto de grupos. Con ella se pretendía el cumplimiento íntegro de la ley de Memoria Histórica, así como investigar a la Fundación Francisco Franco y declararla ilegal.
En definitiva, 11 años donde ha quedado patente el claro interés del Partido Popular por que no se haga justicia y repare el daño que ocasionó Franco, su guerra y el posterior régimen dictatorial.
Decía el historiador José María García Márquez, que no debe olvidarse que la fundación de Alianza Popular se cerró con todos los cientos de delegados “puestos en pie y gritando ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!”. Tal vez así se comprende mejor que l a memoria histórica jamás haya sido abordada como lo que debe ser: una cuestión de Estado.
Ahora, con la vuelta de los socialistas al poder tras salir adelante la moción de censura, Pedro Sánchez tiene ante sí la posibilidad de recuperar la ley de Memoria Histórica. Le toca al PSOE hacer honor a sus siglas y recuperar los años perdidos con el mandato de Mariano Rajoy.
Fuente: http://www.lamarea.com/2018/06/03/las-veces-que-el-pp-se-rio-de-la-memoria-historica/
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La luz de los obreros. Abril de 1902, Primer Congreso Obrero de Extremadura.
Manuel Cañada Porras
Allí empezó todo. La historia del movimiento obrero en Extremadura hunde sus raíces en Torre de Miguel Sesmero, en sus calles estrechas y blanquísimas. “En la cocina de la resistencia, con sus fogones pobres, en la fraternidad del pan escaso, hallé por fin la fundación perdida, la remota ciudad de la ternura”. Pablo Neruda encontró en las primeras huelgas de los trabajadores chilenos la ciudad de la ternura. En Extremadura, el fogonazo originario habremos de buscarlo en el Primer Congreso Obrero, celebrado a finales de abril de 1902 en este pequeño pueblo de la comarca de Olivenza.
La Luz de los Obreros, que es el nombre de la sociedad agrícola de Torre de Miguel Sesmero, será la organización anfitriona de la asamblea, a la que asistirán delegados de veintiún pueblos de la provincia de Badajoz, representando a unos catorce mil asociados. Las sociedades de resistencia son comunidades de socorro mutuo, los enjambres donde se ha refugiado el movimiento obrero aprovechando los estrechos márgenes de la ley. En su corazón y en sus nombres anida un mundo nuevo. La Luz de los Obreros, con su denominación de ecos francmasónicos, alude a “la iluminación necesaria para entender los grandes secretos” (Díaz Ordóñez-Milán Agudo). Hasta aquí, a las tierras de Extremadura, ha llegado el rastro de la utopía, el ansia de la ciudad del sol, el sueño dorado de una sociedad donde no exista la explotación del hombre por el hombre. Zapateros, lavanderas, albañiles, mozas de servir, carpinteros, panaderos pero, sobre todo, campesinos y campesinas se encargan de mantener encendida la promesa de emancipación. En los nombres de las sociedades late con brío el augurio de otro tiempo, aún inédito: La Nueva Aurora (Olivenza), El Despertar del Siglo XX (Almendral), El Alba del Nuevo Día (Alconchel), La Redentora (Valverde de Leganés), La Esperanza (Mérida). Y vibra también el orgullo proletario de quienes habrán de cambiar el mundo de base: los Hijos del Trabajo (Ribera del Fresno), La Hormiga (San Vicente de Alcántara), Fraternidad Obrera (Bienvenida)…
El hambre, la explotación y el caciquismo son el humus del jornalero, la vida cotidiana donde prenderá el movimiento. “Llevan hambre y frío, y como todas las cosas y todos los hombres de Extremadura, los niños llevan también una tristeza profunda y vieja que no se sabe de dónde viene, pero sí de qué viene: es la tristeza de una miseria común, dilatada, desesperada, de siglos y siglos pesando sobre las gentes de muchas generaciones” (César Arconada). El hambre, como nos enseñara Miguel Hernández, es el primer aprendizaje, el gran maestro de la sumisión, el lugar donde el hombre “regresa a la pezuña y retrocede al dominio del colmillo”. Pero será también ahí donde nazca la fraternidad y la rebeldía: compañeros son los que se comen juntos el pan, los que comparten el pan. El campesino extremeño, “el indio de la nación”, aprenderá el arte de la resistencia en la plaza del pueblo y en el barbecho, en la lonja servil de contratación y en la extenuación de las cosechas.
En la Torre nació y se crió Juan Barjola, uno de los grandes pintores del siglo XX. Aquí trazaría sus primeros dibujos, perros hambrientos “disputándoles la tajada de algún burro muerto a los gavilanes” que sobrevolaban en las afueras del pueblo. El poeta José Hierro le rendiría un estremecedor homenaje, en los años ochenta: “Esta cabeza ha visto los niños de la anemia, los cardos, las espinas, los alacranes de septiembre en Torre de Miguel Sesmero, los galeones de la trilla, los vareadores del aceite, los serones del vino, las cabras del erial”.
El caciquismo será el mecanismo que blinde el dominio del latifundio y garantice la opresión de los campesinos, un entramado organizado desde abajo que se encarga de asegurar la alternancia tramposa de los partidos políticos de la Restauración y de someter a las clases trabajadoras. “La oligarquía como sistema, y el caciquismo como instrumento”, en palabras de Manuel Azaña; la “Constitución real del país”, según Tuñón de Lara. El caciquismo funcionará durante décadas como un régimen que degrada la justicia en favor y que se vale de la arbitrariedad para someter a los rebeldes.
En Extremadura encontrará una de sus moradas más consumadas. “Un casinillo donde los ricachos parlan de barraganas y escopetas y se juegan los dineros heredados; un abogadillo, que desde el Juzgado Municipal, administra justicia conforme a sus pasioncejas y ruindades”: Francisco Valdés describe el caciquismo como “un fango social” que conlleva emigración, infanticidios y hambre. Y Felipe Trigo, completa el devastador retrato: alcaldes ladrones de los pósitos, curas y jueces corruptos, y, por encima, el “facedor de diputados, senadores y gobernadores”, la siniestra sombra de un murciélago brutal, el Jarrapellejos de turno.
Conspirar es respirar juntos
¡Pan! ¡Pan! ¡Abajo los ricos miserables! ¡Abajo las limosnas! ¡Que nos entreguen el pósito!
Los grandes movimientos populares no surgen nunca por generación espontánea. Son siempre el resultado de una sementera tenaz, de la hibridación de experiencias de lucha, de la reflexión y de la praxis colectiva. Como recuerda Isidoro Bohoyo, el movimiento obrero extremeño de principios del siglo XX “es el legítimo heredero de aquel que alcanzó la plenitud durante el sexenio revolucionario”. La Revolución de 1868 arraigó profundamente en las clases populares y plantó las bases que cuajarían treinta años más tarde. El proletariado militante, fundamentalmente de orientación anarquista, se extenderá por bastantes localidades en las siguientes décadas. En su informe de 1876, Anselmo Lorenzo da cuenta de 10 federaciones locales adscritas a la “federación comarcal de Extremadura”, entre ellas las de Badajoz, Fuente del Maestre, Trujillo, Aceuchal, Villalba de los Barros o Plasencia.
Las luchas en defensa de las dehesas comunales, las ocupaciones de fincas o la reorganización de sociedades obreras son expresiones del dinamismo que caracteriza al incipiente movimiento obrero. Y, al tiempo, la conflictividad social latente se manifiesta también de otros modos. “La primera arma que descubren los jornaleros para vengarse de los amos es el incendio”, nos recuerda Víctor Chamorro. Y el motín -a consecuencia del encarecimiento de los productos básicos- será la otra gran herramienta que se utilizará en este período, con especial intensidad durante 1898. En la primavera de este año se producirán incidentes en muchas localidades (apedreamiento de autoridades y de acaparadores, ruptura de registros, arrojamiento de las básculas al río Guadiana…). Como consecuencia, el 7 de mayo es declarado el estado de guerra en toda la provincia, prohibiéndose las reuniones y manifestaciones.
Tras esa fase insurreccional las organizaciones campesinas se fortalecen. Las sociedades de apoyo mutuo van mutando en sindicatos y se pasa del motín a la huelga como instrumento fundamental. Aunque, como subraya Martin Baumeister en “Campesinos sin tierra”, no se produce un desarrollo lineal desde la protesta callejera a la huelga. Los tres tipos de conflictos más presentes en los años de la crisis de fin de siglo –la protesta de consumos, las batallas contra la privatización de los antiguos derechos de aprovechamiento comunal y el rebusco masivo como autoayuda en tiempos de necesidad- se solapan con las formas más modernas de lucha, como la huelga. Lo viejo y lo nuevo se combinarán en el primer tercio del siglo XX. El avance de las ideas republicanas, socialistas y anarquistas contribuirá en gran medida a esa renovación del repertorio de lucha. La irrupción de La Germinal, la extensión del Primero de Mayo a un buen número de poblaciones extremeñas y el Congreso Obrero serán las mejores muestras del proceso de maduración que vivirá el movimiento obrero.
El Primero de Mayo y La Germinal de Badajoz
Nada de lo que tuvo lugar alguna vez debe darse por perdido para la historia.
En 1898 el Centro Obrero de Badajoz acoge la que quizás sea la primera celebración organizada del 1º de Mayo en Extremadura. Y en 1901, convocada por La Germinal, tendrá lugar la primera manifestación conmemorativa del día internacional de los trabajadores, en la que participan más de mil personas. Pero será al año siguiente cuando se generalice el acontecimiento y se extienda a poblaciones como Alconchel, Montijo o Puebla de la Calzada. “En todas aparecen las mismas peticiones: Paz universal, ocho horas de trabajo, ocho de instrucción y ocho de descanso”, señala Fermín Rey. En 1905 comenzará a festejarse en Cáceres.
La Germinal nacerá en 1899, arraigada en la experiencia acumulada del Centro Obrero de Badajoz. La nueva sociedad, como indica el historiador Luis Miguel García, inaugura “la etapa que representa la ruptura con la protesta espontánea y con el movimiento obrero débil y esporádico de épocas anteriores”, constituye un salto extraordinario en la fortaleza y combatividad de la clase obrera extremeña.
Con el nacimiento de La Germinal termina la prehistoria del movimiento obrero en la región y comienza una fase de ofensiva del mismo. La propia elección del nombre elegido, que alude al calendario revolucionario francés y al título de la novela de Zola, “denota una perfecta imbricación de los componentes de la sociedad en la realidad societaria y cultural de la época”.
La sociedad obrera pacense ha marcado claramente su línea de independencia respecto de los partidos políticos, manteniendo una orientación difusa que podía moverse entre el republicanismo y el anarquismo: “Las sociedades obreras han de estar compuestas de obreros que militan en diferentes partidos y en ellas no puede hablarse en nombre de un ideal particular, sino en el del que une a todos los asociados: la mejora de la clase proletaria”. Sin embargo, La Germinal está en contacto con las asociaciones anarquistas del país y del extranjero. La propia documentación del Ministerio de la Gobernación en 1903 da cuenta tanto del vigor de la sociedad como de su filiación ideológica: “la organización anarquista en Badajoz alcanzó alarmante preponderancia hace dos años, al extremo de ser donde la crisis agraria se manifestó con mayor intensidad, provocando sucesos luctuosos”.
La Germinal, junto a una intensa labor reivindicativa, va a desarrollar una extraordinaria actividad cultural. La creación de una escuela laica o la organización de eventos con intelectuales de primer orden, como Belén Sárraga, son sólo dos signos de “la búsqueda de una identidad, basada en la emancipación del obrero a través de la educación”.
Las huelgas de 1901-1902 y el Congreso Obrero: organizar las soledades
“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan”
En la primavera de 1901, aprovechando el comienzo de la cosecha del cereal, la Germinal anuncia una huelga general de obreros agrícolas, ganaderos y mozas de servir, si no se atienden sus reivindicaciones. Las demandas son muy sencillas y concretas: trabajar “sólo” de sol a sol, en lugar de luz a luz, durante las épocas de sementera y recolección; poder descansar lo suficiente durante la jornada, garantizando cinco paradas al tabaco, que en todos los trabajos se fuma…; que los patronos no puedan imponer el destajo; que las cargas de los sacos no sean descomunales y que todo bracero sepa “lo que va ganando al salir de la población”. Reivindicaciones cristalinas, elementales, que ya lo dijera Kropotkin, “el pueblo nunca ha pedido tener la luna dentro de un cubo de agua”.
El 21 de mayo se hace público el comunicado y días después comienza la huelga. Los obreros demuestran una disciplina que sorprende a los patronos y al gobierno, organizando piquetes y extendiendo la protesta a los pueblos. A la semana el gobernador civil prohíbe los piquetes y la participación de las mujeres en las asambleas de la Germinal, para evitar la expansión del conflicto. Pero ya es tarde. Los jornaleros han logrado que muchos patronos acepten ya las condiciones. El propio gobernador civil, en Badajoz, y el comandante de la Guardia Civil, en la Torre, intervienen como mediadores. La huelga ha sido un completo éxito en seis pueblos. Por primera vez los braceros han comprobado su poder para negociar colectivamente las condiciones de trabajo, rebasando incluso el marco local.
Al año siguiente, en abril se convoca el Primer Congreso Obrero, para hacer frente a “la situación por la que atraviesan los que viven sólo del esfuerzo de sus brazos”. La conciencia obrera se propaga por las tierras extremeñas. “Una epidemia de naturaleza poco conocida había empezado a extenderse lentamente por los campos del sur, hasta que a principios de abril dio la cara en Torre de Miguel Sesmero. Lo hizo en forma de un congreso agrícola que reunió a representantes de veintiún pueblos de la provincia” (Justo Vila, en Siempre algún día). Allí se aquilatan las reivindicaciones y se prepara la nueva ofensiva, pero ahora el poder económico y político ha fortificado sus posiciones. La Germinal sobrevalora su capacidad para imponerse: los patronos traen esquiroles de Portugal, el gobierno reprime implacablemente los piquetes y detiene a jornaleros en Badajoz, Montijo, Torre de Miguel Sesmero -e incluso a doce albañiles de Los Santos de Maimona. El 1 de junio se libra una batalla campal, los guardias detienen a 130 huelguistas, hieren de gravedad a varios de ellos y matan a Julio Ardila, jornalero de Badajoz. La Germinal y la Unión Femenil, ligada a ella, son clausuradas y sus dirigentes encarcelados. Esa misma tarde se declara el estado de guerra en Badajoz. La huelga ha sido ahogada en sangre y cárcel. Pero no se detienen los procesos sociales ni con la fuerza ni con el crimen…
Encender en el pasado la chispa de la esperanza
¡Qué habría sido de nosotros sin las revoluciones pasadas, sin los que dejaron sus vidas en la lucha! Las revoluciones, ganadas o perdidas, ponen freno a este correr caótico y sin futuro que es el capitalismo!
Los jornaleros no dejan de luchar. Entre 1903 y 1915 se producen seis nuevas huelgas de obreros agrícolas. Y entre 1918 y 1920 otra oleada hace temblar el campo extremeño. Para esa última fecha ya son 184 las sociedades obreras existentes en la región y agrupan a 33.000 trabajadores.
El caciquismo sigue haciendo estragos, comprando votos y produciendo sufrimiento. “La extinción del caciquismo ha de ser el primer rayo de la alborada que ilumine la campiña extremeña y dé luz al cerebro ignaro del proletario”, escribe por entonces Ramón Tristancho, el carpintero-periodista de la Torre. Y, a pesar de todo, el caciquismo morderá el polvo. En 1915, es elegido como alcalde torreño Manuel Boza, uno de los impulsores de la Luz de los Obreros. Y en 1931, vuelve la República y con ella, cuando todos lo creían enterrado, retorna el sueño de la Reforma Agraria. El 25 de marzo de 1936, tras siglos de rumia, germina en Extremadura una pacífica revolución campesina. El pan no ha muerto, gritan jubilosos los yunteros.
Pero vuelven otra vez los amos a ahogar la dignidad en sangre. Fue, cómo no, en la plaza de toros de Badajoz, donde había brotado la esperanza jornalera. Barjola pintó el crimen, “la cabeza estoqueada en la plaza de toros, en la plaza mayor, plaza de pana, de pan, tomate, navaja, agonía y esparto” (José Hierro). Y Gamoneda le puso nombre a la ciénaga mortal: “Ah, país del dolor, Extremadura”.
Después regresó el feudalismo, el señorito Iván, el abuso hecho paisaje. Comed república, le chillaron a nuestros padres, mientras apretaban el dogal. O largaros de esta tierra, les espetaron. 800.000 extremeños emigraron en poco más de veinte años. Juan Barjola fue uno de ellos. “Él se tuvo que ir de la Torre. En Madrid la mujer tenía su buchetita y con el dinero de la bucheta compraba los marcos y los cuadros y luego los vendía”, contaba la hermana. Décadas después se abriría el Museo Barjola… en Gijón.
El primero de mayo de 1981, unas semanas antes de irme a la mili, fui a Torre de Miguel Sesmero. Estaba en las Juventudes Comunistas y José María Coronas me planteó que participara en los actos del pueblo. En la manifestación, calle por calle, se implicó prácticamente todo el pueblo. En las abuelas enlutadas con el puño en alto vibraba todavía el eco de las luchas de principios de siglo. La manifestación terminó justamente en el Centro Obrero, en el mismo lugar donde se celebrara el primer Congreso Obrero de Extremadura.
Han pasado muchos años desde entonces, ya casi nadie se acuerda de aquello. Paseas los pueblos de Extremadura y en sus callejeros no hay rastro de Julio Ardila ni de La Germinal ni del Congreso Obrero de la Torre. Los muertos no estarán a salvo del enemigo si este vence, escribió Walter Benjamin. Y el enemigo no ha dejado de vencer. Avenida Antonio Masa, calle General Mola, parque de La Legión… No, el enemigo no ha dejado de organizar la historia, el olvido y el silencio. La historia como propiedad privada de los dueños de todas las otras cosas.
Y sin embargo, en estas huellas campesinas se sigue leyendo el futuro. Contra los caciques de hoy, contra los amos de hoy, contra la opresión de hoy. Por el derecho a vivir dignamente. Contra la nueva emigración, contra la precariedad y la represión. El desafío a los poderosos continúa. La ciudad del sol nos espera.
Allí empezó todo. La historia del movimiento obrero en Extremadura hunde sus raíces en Torre de Miguel Sesmero, en sus calles estrechas y blanquísimas. “En la cocina de la resistencia, con sus fogones pobres, en la fraternidad del pan escaso, hallé por fin la fundación perdida, la remota ciudad de la ternura”. Pablo Neruda encontró en las primeras huelgas de los trabajadores chilenos la ciudad de la ternura. En Extremadura, el fogonazo originario habremos de buscarlo en el Primer Congreso Obrero, celebrado a finales de abril de 1902 en este pequeño pueblo de la comarca de Olivenza.
La Luz de los Obreros, que es el nombre de la sociedad agrícola de Torre de Miguel Sesmero, será la organización anfitriona de la asamblea, a la que asistirán delegados de veintiún pueblos de la provincia de Badajoz, representando a unos catorce mil asociados. Las sociedades de resistencia son comunidades de socorro mutuo, los enjambres donde se ha refugiado el movimiento obrero aprovechando los estrechos márgenes de la ley. En su corazón y en sus nombres anida un mundo nuevo. La Luz de los Obreros, con su denominación de ecos francmasónicos, alude a “la iluminación necesaria para entender los grandes secretos” (Díaz Ordóñez-Milán Agudo). Hasta aquí, a las tierras de Extremadura, ha llegado el rastro de la utopía, el ansia de la ciudad del sol, el sueño dorado de una sociedad donde no exista la explotación del hombre por el hombre. Zapateros, lavanderas, albañiles, mozas de servir, carpinteros, panaderos pero, sobre todo, campesinos y campesinas se encargan de mantener encendida la promesa de emancipación. En los nombres de las sociedades late con brío el augurio de otro tiempo, aún inédito: La Nueva Aurora (Olivenza), El Despertar del Siglo XX (Almendral), El Alba del Nuevo Día (Alconchel), La Redentora (Valverde de Leganés), La Esperanza (Mérida). Y vibra también el orgullo proletario de quienes habrán de cambiar el mundo de base: los Hijos del Trabajo (Ribera del Fresno), La Hormiga (San Vicente de Alcántara), Fraternidad Obrera (Bienvenida)…
El hambre, la explotación y el caciquismo son el humus del jornalero, la vida cotidiana donde prenderá el movimiento. “Llevan hambre y frío, y como todas las cosas y todos los hombres de Extremadura, los niños llevan también una tristeza profunda y vieja que no se sabe de dónde viene, pero sí de qué viene: es la tristeza de una miseria común, dilatada, desesperada, de siglos y siglos pesando sobre las gentes de muchas generaciones” (César Arconada). El hambre, como nos enseñara Miguel Hernández, es el primer aprendizaje, el gran maestro de la sumisión, el lugar donde el hombre “regresa a la pezuña y retrocede al dominio del colmillo”. Pero será también ahí donde nazca la fraternidad y la rebeldía: compañeros son los que se comen juntos el pan, los que comparten el pan. El campesino extremeño, “el indio de la nación”, aprenderá el arte de la resistencia en la plaza del pueblo y en el barbecho, en la lonja servil de contratación y en la extenuación de las cosechas.
En la Torre nació y se crió Juan Barjola, uno de los grandes pintores del siglo XX. Aquí trazaría sus primeros dibujos, perros hambrientos “disputándoles la tajada de algún burro muerto a los gavilanes” que sobrevolaban en las afueras del pueblo. El poeta José Hierro le rendiría un estremecedor homenaje, en los años ochenta: “Esta cabeza ha visto los niños de la anemia, los cardos, las espinas, los alacranes de septiembre en Torre de Miguel Sesmero, los galeones de la trilla, los vareadores del aceite, los serones del vino, las cabras del erial”.
El caciquismo será el mecanismo que blinde el dominio del latifundio y garantice la opresión de los campesinos, un entramado organizado desde abajo que se encarga de asegurar la alternancia tramposa de los partidos políticos de la Restauración y de someter a las clases trabajadoras. “La oligarquía como sistema, y el caciquismo como instrumento”, en palabras de Manuel Azaña; la “Constitución real del país”, según Tuñón de Lara. El caciquismo funcionará durante décadas como un régimen que degrada la justicia en favor y que se vale de la arbitrariedad para someter a los rebeldes.
En Extremadura encontrará una de sus moradas más consumadas. “Un casinillo donde los ricachos parlan de barraganas y escopetas y se juegan los dineros heredados; un abogadillo, que desde el Juzgado Municipal, administra justicia conforme a sus pasioncejas y ruindades”: Francisco Valdés describe el caciquismo como “un fango social” que conlleva emigración, infanticidios y hambre. Y Felipe Trigo, completa el devastador retrato: alcaldes ladrones de los pósitos, curas y jueces corruptos, y, por encima, el “facedor de diputados, senadores y gobernadores”, la siniestra sombra de un murciélago brutal, el Jarrapellejos de turno.
Conspirar es respirar juntos
¡Pan! ¡Pan! ¡Abajo los ricos miserables! ¡Abajo las limosnas! ¡Que nos entreguen el pósito!
Jarrapellejos, Felipe Trigo
Los grandes movimientos populares no surgen nunca por generación espontánea. Son siempre el resultado de una sementera tenaz, de la hibridación de experiencias de lucha, de la reflexión y de la praxis colectiva. Como recuerda Isidoro Bohoyo, el movimiento obrero extremeño de principios del siglo XX “es el legítimo heredero de aquel que alcanzó la plenitud durante el sexenio revolucionario”. La Revolución de 1868 arraigó profundamente en las clases populares y plantó las bases que cuajarían treinta años más tarde. El proletariado militante, fundamentalmente de orientación anarquista, se extenderá por bastantes localidades en las siguientes décadas. En su informe de 1876, Anselmo Lorenzo da cuenta de 10 federaciones locales adscritas a la “federación comarcal de Extremadura”, entre ellas las de Badajoz, Fuente del Maestre, Trujillo, Aceuchal, Villalba de los Barros o Plasencia.
Las luchas en defensa de las dehesas comunales, las ocupaciones de fincas o la reorganización de sociedades obreras son expresiones del dinamismo que caracteriza al incipiente movimiento obrero. Y, al tiempo, la conflictividad social latente se manifiesta también de otros modos. “La primera arma que descubren los jornaleros para vengarse de los amos es el incendio”, nos recuerda Víctor Chamorro. Y el motín -a consecuencia del encarecimiento de los productos básicos- será la otra gran herramienta que se utilizará en este período, con especial intensidad durante 1898. En la primavera de este año se producirán incidentes en muchas localidades (apedreamiento de autoridades y de acaparadores, ruptura de registros, arrojamiento de las básculas al río Guadiana…). Como consecuencia, el 7 de mayo es declarado el estado de guerra en toda la provincia, prohibiéndose las reuniones y manifestaciones.
Tras esa fase insurreccional las organizaciones campesinas se fortalecen. Las sociedades de apoyo mutuo van mutando en sindicatos y se pasa del motín a la huelga como instrumento fundamental. Aunque, como subraya Martin Baumeister en “Campesinos sin tierra”, no se produce un desarrollo lineal desde la protesta callejera a la huelga. Los tres tipos de conflictos más presentes en los años de la crisis de fin de siglo –la protesta de consumos, las batallas contra la privatización de los antiguos derechos de aprovechamiento comunal y el rebusco masivo como autoayuda en tiempos de necesidad- se solapan con las formas más modernas de lucha, como la huelga. Lo viejo y lo nuevo se combinarán en el primer tercio del siglo XX. El avance de las ideas republicanas, socialistas y anarquistas contribuirá en gran medida a esa renovación del repertorio de lucha. La irrupción de La Germinal, la extensión del Primero de Mayo a un buen número de poblaciones extremeñas y el Congreso Obrero serán las mejores muestras del proceso de maduración que vivirá el movimiento obrero.
El Primero de Mayo y La Germinal de Badajoz
Nada de lo que tuvo lugar alguna vez debe darse por perdido para la historia.
Walter Benjamin
En 1898 el Centro Obrero de Badajoz acoge la que quizás sea la primera celebración organizada del 1º de Mayo en Extremadura. Y en 1901, convocada por La Germinal, tendrá lugar la primera manifestación conmemorativa del día internacional de los trabajadores, en la que participan más de mil personas. Pero será al año siguiente cuando se generalice el acontecimiento y se extienda a poblaciones como Alconchel, Montijo o Puebla de la Calzada. “En todas aparecen las mismas peticiones: Paz universal, ocho horas de trabajo, ocho de instrucción y ocho de descanso”, señala Fermín Rey. En 1905 comenzará a festejarse en Cáceres.
La Germinal nacerá en 1899, arraigada en la experiencia acumulada del Centro Obrero de Badajoz. La nueva sociedad, como indica el historiador Luis Miguel García, inaugura “la etapa que representa la ruptura con la protesta espontánea y con el movimiento obrero débil y esporádico de épocas anteriores”, constituye un salto extraordinario en la fortaleza y combatividad de la clase obrera extremeña.
Con el nacimiento de La Germinal termina la prehistoria del movimiento obrero en la región y comienza una fase de ofensiva del mismo. La propia elección del nombre elegido, que alude al calendario revolucionario francés y al título de la novela de Zola, “denota una perfecta imbricación de los componentes de la sociedad en la realidad societaria y cultural de la época”.
La sociedad obrera pacense ha marcado claramente su línea de independencia respecto de los partidos políticos, manteniendo una orientación difusa que podía moverse entre el republicanismo y el anarquismo: “Las sociedades obreras han de estar compuestas de obreros que militan en diferentes partidos y en ellas no puede hablarse en nombre de un ideal particular, sino en el del que une a todos los asociados: la mejora de la clase proletaria”. Sin embargo, La Germinal está en contacto con las asociaciones anarquistas del país y del extranjero. La propia documentación del Ministerio de la Gobernación en 1903 da cuenta tanto del vigor de la sociedad como de su filiación ideológica: “la organización anarquista en Badajoz alcanzó alarmante preponderancia hace dos años, al extremo de ser donde la crisis agraria se manifestó con mayor intensidad, provocando sucesos luctuosos”.
La Germinal, junto a una intensa labor reivindicativa, va a desarrollar una extraordinaria actividad cultural. La creación de una escuela laica o la organización de eventos con intelectuales de primer orden, como Belén Sárraga, son sólo dos signos de “la búsqueda de una identidad, basada en la emancipación del obrero a través de la educación”.
Las huelgas de 1901-1902 y el Congreso Obrero: organizar las soledades
“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan”
Rodolfo Walsh
En la primavera de 1901, aprovechando el comienzo de la cosecha del cereal, la Germinal anuncia una huelga general de obreros agrícolas, ganaderos y mozas de servir, si no se atienden sus reivindicaciones. Las demandas son muy sencillas y concretas: trabajar “sólo” de sol a sol, en lugar de luz a luz, durante las épocas de sementera y recolección; poder descansar lo suficiente durante la jornada, garantizando cinco paradas al tabaco, que en todos los trabajos se fuma…; que los patronos no puedan imponer el destajo; que las cargas de los sacos no sean descomunales y que todo bracero sepa “lo que va ganando al salir de la población”. Reivindicaciones cristalinas, elementales, que ya lo dijera Kropotkin, “el pueblo nunca ha pedido tener la luna dentro de un cubo de agua”.
El 21 de mayo se hace público el comunicado y días después comienza la huelga. Los obreros demuestran una disciplina que sorprende a los patronos y al gobierno, organizando piquetes y extendiendo la protesta a los pueblos. A la semana el gobernador civil prohíbe los piquetes y la participación de las mujeres en las asambleas de la Germinal, para evitar la expansión del conflicto. Pero ya es tarde. Los jornaleros han logrado que muchos patronos acepten ya las condiciones. El propio gobernador civil, en Badajoz, y el comandante de la Guardia Civil, en la Torre, intervienen como mediadores. La huelga ha sido un completo éxito en seis pueblos. Por primera vez los braceros han comprobado su poder para negociar colectivamente las condiciones de trabajo, rebasando incluso el marco local.
Al año siguiente, en abril se convoca el Primer Congreso Obrero, para hacer frente a “la situación por la que atraviesan los que viven sólo del esfuerzo de sus brazos”. La conciencia obrera se propaga por las tierras extremeñas. “Una epidemia de naturaleza poco conocida había empezado a extenderse lentamente por los campos del sur, hasta que a principios de abril dio la cara en Torre de Miguel Sesmero. Lo hizo en forma de un congreso agrícola que reunió a representantes de veintiún pueblos de la provincia” (Justo Vila, en Siempre algún día). Allí se aquilatan las reivindicaciones y se prepara la nueva ofensiva, pero ahora el poder económico y político ha fortificado sus posiciones. La Germinal sobrevalora su capacidad para imponerse: los patronos traen esquiroles de Portugal, el gobierno reprime implacablemente los piquetes y detiene a jornaleros en Badajoz, Montijo, Torre de Miguel Sesmero -e incluso a doce albañiles de Los Santos de Maimona. El 1 de junio se libra una batalla campal, los guardias detienen a 130 huelguistas, hieren de gravedad a varios de ellos y matan a Julio Ardila, jornalero de Badajoz. La Germinal y la Unión Femenil, ligada a ella, son clausuradas y sus dirigentes encarcelados. Esa misma tarde se declara el estado de guerra en Badajoz. La huelga ha sido ahogada en sangre y cárcel. Pero no se detienen los procesos sociales ni con la fuerza ni con el crimen…
Encender en el pasado la chispa de la esperanza
¡Qué habría sido de nosotros sin las revoluciones pasadas, sin los que dejaron sus vidas en la lucha! Las revoluciones, ganadas o perdidas, ponen freno a este correr caótico y sin futuro que es el capitalismo!
Isabel Alba Rico
Los jornaleros no dejan de luchar. Entre 1903 y 1915 se producen seis nuevas huelgas de obreros agrícolas. Y entre 1918 y 1920 otra oleada hace temblar el campo extremeño. Para esa última fecha ya son 184 las sociedades obreras existentes en la región y agrupan a 33.000 trabajadores.
El caciquismo sigue haciendo estragos, comprando votos y produciendo sufrimiento. “La extinción del caciquismo ha de ser el primer rayo de la alborada que ilumine la campiña extremeña y dé luz al cerebro ignaro del proletario”, escribe por entonces Ramón Tristancho, el carpintero-periodista de la Torre. Y, a pesar de todo, el caciquismo morderá el polvo. En 1915, es elegido como alcalde torreño Manuel Boza, uno de los impulsores de la Luz de los Obreros. Y en 1931, vuelve la República y con ella, cuando todos lo creían enterrado, retorna el sueño de la Reforma Agraria. El 25 de marzo de 1936, tras siglos de rumia, germina en Extremadura una pacífica revolución campesina. El pan no ha muerto, gritan jubilosos los yunteros.
Pero vuelven otra vez los amos a ahogar la dignidad en sangre. Fue, cómo no, en la plaza de toros de Badajoz, donde había brotado la esperanza jornalera. Barjola pintó el crimen, “la cabeza estoqueada en la plaza de toros, en la plaza mayor, plaza de pana, de pan, tomate, navaja, agonía y esparto” (José Hierro). Y Gamoneda le puso nombre a la ciénaga mortal: “Ah, país del dolor, Extremadura”.
Después regresó el feudalismo, el señorito Iván, el abuso hecho paisaje. Comed república, le chillaron a nuestros padres, mientras apretaban el dogal. O largaros de esta tierra, les espetaron. 800.000 extremeños emigraron en poco más de veinte años. Juan Barjola fue uno de ellos. “Él se tuvo que ir de la Torre. En Madrid la mujer tenía su buchetita y con el dinero de la bucheta compraba los marcos y los cuadros y luego los vendía”, contaba la hermana. Décadas después se abriría el Museo Barjola… en Gijón.
El primero de mayo de 1981, unas semanas antes de irme a la mili, fui a Torre de Miguel Sesmero. Estaba en las Juventudes Comunistas y José María Coronas me planteó que participara en los actos del pueblo. En la manifestación, calle por calle, se implicó prácticamente todo el pueblo. En las abuelas enlutadas con el puño en alto vibraba todavía el eco de las luchas de principios de siglo. La manifestación terminó justamente en el Centro Obrero, en el mismo lugar donde se celebrara el primer Congreso Obrero de Extremadura.
Han pasado muchos años desde entonces, ya casi nadie se acuerda de aquello. Paseas los pueblos de Extremadura y en sus callejeros no hay rastro de Julio Ardila ni de La Germinal ni del Congreso Obrero de la Torre. Los muertos no estarán a salvo del enemigo si este vence, escribió Walter Benjamin. Y el enemigo no ha dejado de vencer. Avenida Antonio Masa, calle General Mola, parque de La Legión… No, el enemigo no ha dejado de organizar la historia, el olvido y el silencio. La historia como propiedad privada de los dueños de todas las otras cosas.
Y sin embargo, en estas huellas campesinas se sigue leyendo el futuro. Contra los caciques de hoy, contra los amos de hoy, contra la opresión de hoy. Por el derecho a vivir dignamente. Contra la nueva emigración, contra la precariedad y la represión. El desafío a los poderosos continúa. La ciudad del sol nos espera.
sábado, 9 de junio de 2018
Facebook en su laberinto. Los valores y principios de la democracia y el Estado de derecho deben trascender al proceso de digitalización de la sociedad. En este nuevo marco tecnológico es esencial definir y entender las reglas del juego para aprovechar sus ventajas
Al hilo de la muy mediática y exhaustiva comparecencia de Mark Zuckerberg en el Congreso de Estados Unidos y, tras muchas reticencias, la de ayer en el Parlamento Europeo, es momento de esbozar un primer análisis de las consecuencias del escándalo Cambridge Analytica, no solo para Facebook sino para toda la industria de Internet.
Al igual que Sigfrido, en El anillo del nibelungo, de Wagner, desconocía el miedo —y de ahí su fortaleza—, Facebook y el resto de la industria de Internet han desconocido hasta ahora determinados principios esenciales del mundo en que viven y muy especialmente algunos en los que se basan el Estado de derecho (rule of law) y nuestra economía de mercado.
Efectivamente, la industria de Internet ha vivido imbuida de un juvenil espíritu libertario en virtud del cual la regulación, las normas y los principios tradicionales de la economía y la vida social no iban con su mundo. Y esto no por malicia ni intención de vulnerar la ley, no: la razón fundamental de esta creencia en la arregulación del mundo digital remite a una convicción tan elemental como, aparentemente, ingenua: los principios, la responsabilidad de las empresas de Internet, la confianza depositada en ellas por sus usuarios, y la autorregulación son instrumentos suficientes que hacen obsoleta una regulación tradicional basada en la garantía normativa de una serie de principios (protección de la intimidad, transparencia o derechos de los consumidores) que estas nuevas empresas creían garantizar por sí mismas basándose en su reputación y altos estándares éticos. Estos mecanismos, además, se consideraban los únicos eficientes en un mundo de servicios y empresas globales a escala mundial basadas en la innovación permanente.
Baste un ejemplo de esta filosofía: desde la Revolución Francesa es privilegio de los Parlamentos, representantes de la soberanía, decidir qué contenidos son accesibles o no por los ciudadanos; solo la ley puede limitar la libertad de expresión y la de acceso a ella.
Pues bien, en los últimos años han sido determinadas plataformas digitales (muy destacadamente la del señor Zuckerberg) las que han decidido qué imágenes o qué contenidos eran accesibles o no, y no porque lo dijeran los jueces sino por su sentido común, ciudadanía corporativa y la sofisticación de sus algoritmos. Y no son solo empresas privadas cuando detentan una posición de monopolio en determinados plataformas de uso común. Esto es una anomalía democrática que, sorprendentemente, ha escandalizado muy poco.
El caso de Cambridge Analytica ha supuesto un brusco aterrizaje en la realidad, el descubrimiento por Sigfrido/Zuckerberg del miedo wagneriano. El mundo de Internet está empezando a entender, y si no acaba de hacerlo tendrá muchos problemas, que el conjunto de reglas que llamamos Estado de derecho va más allá de ser una antigualla decimonónica y constituyen la base fundamental de nuestra convivencia democrática. Y ello no por la maraña regulatoria que a veces implican, sino porque reflejan valores de nuestra convivencia y los principios que la rigen y ello es totalmente válido en este mundo del siglo XXI inmerso en un proceso de digitalización acelerado que afecta a todos los sectores de la economía y la sociedad (¡que pregunten a los taxistas!).
La protección de la intimidad de las personas, la libre competencia y la igualdad de los competidores en la economía, la protección de los usuarios y consumidores, la paridad en la carga fiscal o la transparencia son principios fundacionales de nuestro sistema político y económico y entenderlo cuanto antes será esencial para estos nuevos agentes económicos si no quieren verse inundados por una ola de regulación que los acabe limitando, privándoles del espíritu innovador y dinamismo que han sido su mayor aportación a la economía y la sociedad. Esto sería una tragedia para ellos pero también para todos.
Urge pues hacer una reflexión sobre cómo los valores y principios de nuestra democracia, nuestra economía de mercado, cómo el Estado de derecho debe trascender y sobrevivir al proceso de digitalización de la economía y la sociedad. No se trata de aumentar el grado de regulaciones (como algunos defienden). Se trata de entender, todos, gobiernos, reguladores, nuevas empresas digitales y empresas tradicionales, cuáles son las reglas del juego de esta nueva partida, de este nuevo Great Game, reafirmando los valores que han hecho fuertes al Estado de derecho y la economía de mercado y evitando la sobrerregulación. Urge definir el Level Playing Field.
Y en este escenario, Europa tiene un papel que jugar más relevante de lo que muchos creen. El GDPR (Reglamento General de Protección de Datos, que entra obligatoriamente en vigor el 25 de mayo) puede ser un buen ejemplo: preservar determinados principios, en este caso la protección de los datos de los ciudadanos en el espacio digital, puede generar un estándar universal de facto en un mundo en que el exceso de regulación es contraproducente, pero en el que una regulación basada en valores y principios debe promover la continuidad de los pilares del Estado y la sociedad democrática en el siglo XXI y la garantía de los derechos de los ciudadanos. Así lo han debido entender Zuckerberg y Facebook, una vez descubierto el miedo, al inundar la prensa (de papel, por supuesto) de anuncios dando, a toda página, la bienvenida a esta nueva regulación europea.
El GDPR es, junto a la ofensiva fiscal contra Apple y el procedimiento de competencia abierto a Google sobre su sistema operativo, el intento más serio por parte europea de influir en la determinación de las reglas del juego digital y tiene la virtud de poner en duda ese eslogan que, acuñado por los medios de comunicación anglosajones, tanto éxito ha tenido en los últimos años de que los datos son el nuevo petróleo; los datos son mucho más que petróleo, forman parte del patrimonio íntimo de las personas y como tal, más allá de su valor económico, deben ser protegidos. Y no se diga que proteger la intimidad y los datos de los ciudadanos es un freno al progreso. El asunto Facebook demuestra que en esto, como en tantas otras cosas en el mundo digital, es necesario un equilibrio entre los derechos y los negocios.
Estamos, pues, en un momento crucial del desarrollo de la economía y la sociedad digital. Definir y entender las reglas del juego comunes para todos será esencial si queremos aprovechar sus ventajas y evitar las inquietantes distopías de un mundo dominado por un limitado grupo de monopolios de nueva generación. La comparecencia de Zuckerberg con sus consecuencias y la entrada en vigor del GPRD suponen un inesperado buen precedente en este camino. Veremos...
Carlos López Blanco, abogado del Estado en excedencia, ha sido director de Asuntos Públicos de Telefónica y secretario de Estado de Telecomunicaciones. Actualmente es presidente de la Comisión de Digitalización de la Cámara de Comercio de España.
https://elpais.com/elpais/2018/04/26/opinion/1524757215_846813.html
Al igual que Sigfrido, en El anillo del nibelungo, de Wagner, desconocía el miedo —y de ahí su fortaleza—, Facebook y el resto de la industria de Internet han desconocido hasta ahora determinados principios esenciales del mundo en que viven y muy especialmente algunos en los que se basan el Estado de derecho (rule of law) y nuestra economía de mercado.
Efectivamente, la industria de Internet ha vivido imbuida de un juvenil espíritu libertario en virtud del cual la regulación, las normas y los principios tradicionales de la economía y la vida social no iban con su mundo. Y esto no por malicia ni intención de vulnerar la ley, no: la razón fundamental de esta creencia en la arregulación del mundo digital remite a una convicción tan elemental como, aparentemente, ingenua: los principios, la responsabilidad de las empresas de Internet, la confianza depositada en ellas por sus usuarios, y la autorregulación son instrumentos suficientes que hacen obsoleta una regulación tradicional basada en la garantía normativa de una serie de principios (protección de la intimidad, transparencia o derechos de los consumidores) que estas nuevas empresas creían garantizar por sí mismas basándose en su reputación y altos estándares éticos. Estos mecanismos, además, se consideraban los únicos eficientes en un mundo de servicios y empresas globales a escala mundial basadas en la innovación permanente.
Baste un ejemplo de esta filosofía: desde la Revolución Francesa es privilegio de los Parlamentos, representantes de la soberanía, decidir qué contenidos son accesibles o no por los ciudadanos; solo la ley puede limitar la libertad de expresión y la de acceso a ella.
Pues bien, en los últimos años han sido determinadas plataformas digitales (muy destacadamente la del señor Zuckerberg) las que han decidido qué imágenes o qué contenidos eran accesibles o no, y no porque lo dijeran los jueces sino por su sentido común, ciudadanía corporativa y la sofisticación de sus algoritmos. Y no son solo empresas privadas cuando detentan una posición de monopolio en determinados plataformas de uso común. Esto es una anomalía democrática que, sorprendentemente, ha escandalizado muy poco.
El caso de Cambridge Analytica ha supuesto un brusco aterrizaje en la realidad, el descubrimiento por Sigfrido/Zuckerberg del miedo wagneriano. El mundo de Internet está empezando a entender, y si no acaba de hacerlo tendrá muchos problemas, que el conjunto de reglas que llamamos Estado de derecho va más allá de ser una antigualla decimonónica y constituyen la base fundamental de nuestra convivencia democrática. Y ello no por la maraña regulatoria que a veces implican, sino porque reflejan valores de nuestra convivencia y los principios que la rigen y ello es totalmente válido en este mundo del siglo XXI inmerso en un proceso de digitalización acelerado que afecta a todos los sectores de la economía y la sociedad (¡que pregunten a los taxistas!).
La protección de la intimidad de las personas, la libre competencia y la igualdad de los competidores en la economía, la protección de los usuarios y consumidores, la paridad en la carga fiscal o la transparencia son principios fundacionales de nuestro sistema político y económico y entenderlo cuanto antes será esencial para estos nuevos agentes económicos si no quieren verse inundados por una ola de regulación que los acabe limitando, privándoles del espíritu innovador y dinamismo que han sido su mayor aportación a la economía y la sociedad. Esto sería una tragedia para ellos pero también para todos.
Urge pues hacer una reflexión sobre cómo los valores y principios de nuestra democracia, nuestra economía de mercado, cómo el Estado de derecho debe trascender y sobrevivir al proceso de digitalización de la economía y la sociedad. No se trata de aumentar el grado de regulaciones (como algunos defienden). Se trata de entender, todos, gobiernos, reguladores, nuevas empresas digitales y empresas tradicionales, cuáles son las reglas del juego de esta nueva partida, de este nuevo Great Game, reafirmando los valores que han hecho fuertes al Estado de derecho y la economía de mercado y evitando la sobrerregulación. Urge definir el Level Playing Field.
Y en este escenario, Europa tiene un papel que jugar más relevante de lo que muchos creen. El GDPR (Reglamento General de Protección de Datos, que entra obligatoriamente en vigor el 25 de mayo) puede ser un buen ejemplo: preservar determinados principios, en este caso la protección de los datos de los ciudadanos en el espacio digital, puede generar un estándar universal de facto en un mundo en que el exceso de regulación es contraproducente, pero en el que una regulación basada en valores y principios debe promover la continuidad de los pilares del Estado y la sociedad democrática en el siglo XXI y la garantía de los derechos de los ciudadanos. Así lo han debido entender Zuckerberg y Facebook, una vez descubierto el miedo, al inundar la prensa (de papel, por supuesto) de anuncios dando, a toda página, la bienvenida a esta nueva regulación europea.
El GDPR es, junto a la ofensiva fiscal contra Apple y el procedimiento de competencia abierto a Google sobre su sistema operativo, el intento más serio por parte europea de influir en la determinación de las reglas del juego digital y tiene la virtud de poner en duda ese eslogan que, acuñado por los medios de comunicación anglosajones, tanto éxito ha tenido en los últimos años de que los datos son el nuevo petróleo; los datos son mucho más que petróleo, forman parte del patrimonio íntimo de las personas y como tal, más allá de su valor económico, deben ser protegidos. Y no se diga que proteger la intimidad y los datos de los ciudadanos es un freno al progreso. El asunto Facebook demuestra que en esto, como en tantas otras cosas en el mundo digital, es necesario un equilibrio entre los derechos y los negocios.
Estamos, pues, en un momento crucial del desarrollo de la economía y la sociedad digital. Definir y entender las reglas del juego comunes para todos será esencial si queremos aprovechar sus ventajas y evitar las inquietantes distopías de un mundo dominado por un limitado grupo de monopolios de nueva generación. La comparecencia de Zuckerberg con sus consecuencias y la entrada en vigor del GPRD suponen un inesperado buen precedente en este camino. Veremos...
Carlos López Blanco, abogado del Estado en excedencia, ha sido director de Asuntos Públicos de Telefónica y secretario de Estado de Telecomunicaciones. Actualmente es presidente de la Comisión de Digitalización de la Cámara de Comercio de España.
https://elpais.com/elpais/2018/04/26/opinion/1524757215_846813.html
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