sábado, 6 de julio de 2024

_- El mapa que muestra la arrolladora victoria de los laboristas en las elecciones de Reino Unido




La resaca electoral británica tras los comicios del jueves deja varios hitos y un mapa casi por completo teñido del rojo de los laboristas. 

 El Partido Laborista logró una aplastante victoria en estas parlamentarias. Ganó 412 escaños, 211 más que en las elecciones de 2019 y muy por encima de la cifra de los 326 escaños, del total de 650, necesarios para gobernar sin necesidad de hacer coaliciones. Así, el laborista Keir Starmer se convirtió este viernes en el nuevo primer ministro británico. En cambio, el Partido Conservador obtuvo el peor resultado de su historia moderna con solo 121 escaños. Esto supone su salida del poder tras 14 años en el gobierno. 

 La derrota de los "tories" se vio agravada por el hecho de que varios miembros del gobierno conservador perdieron sus escaños en el Parlamento, como el ministro de Defensa, Grant Shapps, o el de Justicia, Alex Chalk. También perdió su escaño la ex primera ministra Liz Truss. 

 Los laboristas comieron terreno no solo en feudos de los conservadores. En Escocia, los nacionalistas del SNP perdieron apoyos y quedaron con 9 escaños, frente a los 37 obtenidos allí por el partido de Starmer. Sin embargo, los laboristas perdieron una serie de antiguos bastiones frente a candidatos independientes que se presentaron en plataformas pro-Gaza. En concreto, el voto del partido bajó en promedio 11 puntos en escaños donde más del 10% de la población se identifica como musulmana. Precisamente, otro hito de la noche es que la Cámara de los Comunes acogerá la mayor cantidad de diputados independientes desde 1950. 

 También será esta la Cámara que tenga más diputadas que nunca, superando las 220 elegidas en 2019. Aunque lejos de los laboristas, otros que cantaron victoria fueron los liberaldemócratas, que pasaron de los 8 escaños de 2019 a los actuales 71. Su líder, Ed Davey, pregonó esto como el mejor desempeño electoral "en un siglo". 

 Y quien irrumpe en el Parlamento es Nigel Farage, el líder de Reform UK, con 4 escaños. Aunque las encuestas le daban mejores resultados en cuanto al número de escaños, se posicionó como la tercera opción en votos: más de 4 millones de personas eligieron a este partido de derecha radical, que se presentó como alternativa a laboristas y conservadores. 

 Farage, impulsor del referendo del Brexit en Reino Unido, forjó su carrera política haciendo campaña en favor de la salida del país de la Unión Europea. Dimitió en 2015, regresó a la política al poco tiempo, dimitió otra vez y, ahora, dijo que regresaba porque actualmente en Reino Unido "nada funciona". 

 Las últimas elecciones generales británicas se celebraron en diciembre de 2019 y las siguientes debían ser en enero de 2025. Sin embargo, Rishi Sunak anunció en mayo el adelanto de los comicios en una decisión que, vistos los resultados, terminó por pasarle factura. 

viernes, 5 de julio de 2024

_- MEMORIA HISTÓRICA. El rastro de los brigadistas internacionales en el frente del Ebro: “Esto acabará pronto. No hay salida”.

Brigadistas internacionales preparándose para cruzar el Ebro en julio de 1938, en una imagen cedida por el archivo ALBA.
_- Brigadistas internacionales preparándose para cruzar el Ebro en julio de 1938, en una imagen cedida por el archivo ALBA.

La Generalitat documenta los nombres de 522 voluntarios extranjeros desaparecidos en el frente y tramita con varios países su posible identificación genética.

Una mujer recorre el andén de la estación de tren de Toronto con la foto de su hijo. “¿Le conoces?”, pregunta a los brigadistas canadienses que ese día regresan, derrotados, pero vivos, de la Guerra Civil española. “Mi abuela”, explica Andrew Johnson, “vivió hasta los 101 años, y lo lloró toda su vida”. Arthur Selim Johnson había muerto en Cataluña, en julio de 1938, apenas cinco meses después de llegar a España para combatir. Formaba parte del grupo de 35.000 voluntarios procedentes de 55 países que, convencidos de que la lucha contra el fascismo era una causa común, decidieron unirse a las llamadas Brigadas Internacionales. El departamento de Memoria Democrática de la Generalitat de Cataluña custodia ahora una muestra de ADN de su sobrino por si localizasen la fosa en la que fue enterrado. “Estoy muy agradecido al Gobierno catalán porque gracias al trabajo del historiador Jordi Martí he podido saber mucho más de los últimos movimientos de mi tío y responder a preguntas que me he hecho toda la vida”, explica Johnson al teléfono desde Toronto.

La dirección general de Memoria Democrática de la Generalitat acaba de documentar los nombres de 522 brigadistas internacionales, la mayoría estadounidenses, canadienses —como Arthur Johnson— y británicos, que desaparecieron en Cataluña, sobre todo, durante la batalla del Ebro y la retirada republicana entre marzo y abril de 1938. El proyecto de investigación recibe el nombre de Alvah Bessie, un brigadista norteamericano que sí logró sobrevivir. “Era escritor y periodista”, relata el historiador Jordi Martí Rueda, coordinador del trabajo, “y fue uno de los primeros represaliados en la caza de brujas de Hollywood. Cuando regresó a su país escribió Hombres en combate, sobre su experiencia en la Guerra Civil. Perdió a un amigo en la batalla del Ebro y en los sesenta volvió a España para buscar su tumba. Es decir, él hizo, a nivel personal, lo que hoy hacemos a nivel institucional. Recientemente, hemos descubierto que ese amigo que buscaba falleció en el hospital de Cataluña”.

Arthur Selim Johnson, en una fotografía cedida por la familia.

Arthur Selim Johnson, en una fotografía cedida por la familia.

La investigación ha sido casi detectivesca, siguiendo la pista de los batallones y rastreando cada archivo, cada base de datos y registro para tratar de ofrecer a las familias que aún buscan a los brigadistas desaparecidos datos que les permitan saber qué les ocurrió y sobre todo, dónde pueden estar enterrados. “Mi tío es un misterio y una tragedia”, relata Johnson. “Sabemos que, al terminar el instituto, se había puesto a aprender idiomas por su cuenta mientras ahorraba para viajar. Le interesaba el mundo”. Antes de caer en una guerra ajena, le dio tiempo a conocer Nueva York, Egipto, Bélgica, Alemania, Damasco... En la última carta suya que recibió su familia escribió: “Cuando me fui de casa nunca pensé que terminaría en España y ahora parece que no hay salida. Esto acabará pronto”. Tenía 22 años cuando murió en la zona de Gandesa.

“Los brigadistas lucharon en una inferioridad de condiciones absoluta”, explica Martí. “Cuando se alistaban les hacían un pequeño examen físico y psicológico, pero no les exigían conocimiento militar alguno. La mayoría no había cogido nunca un arma de fuego. También se creó el mito de que eran intelectuales, porque entre ellos había varios escritores, pero el 80% era clase trabajadora. Gente muy joven, en algún caso padre e hijo vinieron juntos a España. La edad media eran 25 años, por eso no les dio tiempo a formar su propia familia. Hoy hablamos, sobre todo, con sobrinos y sobrinos nietos”. El programa de identificación genética de la Generalitat atesora muestras de ADN de unos 25 familiares de brigadistas.

“Mi padre tenía 12 años más que mi tío”, explica Johnson, de 68. “En casa no hablábamos mucho del tema porque era doloroso para mi abuela. Yo sentía su dolor. Era algo que estaba siempre ahí, como una nube”. Por su cuenta, empezó a investigar. “Cuando era adolescente, compré un libro de las Brigadas Internacionales y salía una foto de mi tío que confirmaba que había muerto cerca de Gandesa. Fue muy emocionante ver algo suyo. A los 19, viajé a España y visité el sitio donde lo mataron. Pisaba la tierra y pensaba: ‘Quizá esté enterrado aquí'. Era julio de 1975 y Franco aún vivía”.

En algunas de las fosas que ya han sido exhumadas en Cataluña, los expertos hallaron objetos que indican que algunas de esas víctimas pueden ser brigadistas: un anillo hecho en Birmingham, una moneda de Francia... “Como no teníamos muestras de ADN con los que cotejarlos”, explica Alfons Aragoneses, director general de Memoria Democrática de la Generalitat, “no hemos podido identificarlos hasta ahora, pero estamos en contacto con consulados de distintos países que han mostrado mucho interés en nuestro estudio. La idea es poder identificar restos ya exhumados o que vayamos a exhumar para reinhumarlos con dignidad. Es un momento muy importante, de cambio generacional, y necesitamos avanzar en la exhumación de las fosas, satisfacer el derecho a la verdad de las familias y colaborar para que esa memoria individual, familiar, pase a ser colectiva y pueda transmitirse a toda la sociedad”.

Imagen exterior
Los progresos de la Generalitat para documentar los últimos pasos en Cataluña de esos 522 voluntarios extranjeros, entre ellos, dos mujeres, coinciden con la disputa entre el Gobierno central y el Ayuntamiento de Madrid, en manos del PP, por la posibilidad de que exista una fosa con 450 brigadistas en Montecarmelo, donde el Consistorio pretende construir un cantón de basuras. El Ejecutivo seleccionó a una empresa especializada para realizar catas en la zona y comprobar si allí hay restos humanos, pero el Ayuntamiento les denegó el permiso para actuar, contrató a otra empresa y oculta desde hace meses los resultados de esa prospección. El hallazgo de la Generalitat que ha puesto en contacto a media docena de países se produce también en plena batalla entre Administraciones por los planes para derogar las leyes regionales de memoria. “Esto no es un tema de ideologías, es una política de Estado y así la tratan los países de nuestro entorno”, rebate Aragoneses. “Una cuestión internacional de derechos humanos que afecta a la imagen exterior de España, país que durante mucho tiempo se asoció a una leyenda negra, a la Inquisición, y que ahora tiene la oportunidad de participar en un consenso global sobre la memoria”, añade.

Los planes de los bipartitos de PP y Vox han llegado hasta Toronto. “Me horroriza que ocurra eso”, explica Johnson “Conocer lo que pasó, honrar a los que murieron, a los que se sacrificaron o se exiliaron forma parte de la salud democrática de un país”. 

jueves, 4 de julio de 2024

Fuertes turbulencias en un vuelo de Air Europa fracturaron cuellos y cráneos.


Cuatro pasajeros estaban en cuidados intensivos después de que el vuelo de España a Uruguay sufriera turbulencias que hirieron a decenas de personas. El avión realizó un aterrizaje de emergencia en Brasil.

Las fuertes turbulencias registradas el lunes en un vuelo de Air Europa procedente de España y con destino a Uruguay causaron heridas a más de dos decenas de pasajeros, según informaron las autoridades, dejando a varios con fracturas de cuello y cráneo, en al menos el segundo caso de lesiones graves por turbulencias en todo el mundo en menos de un mes.

El vuelo UX045 realizó un aterrizaje de emergencia a primera hora del lunes en la ciudad costera de Natal, Brasil, tras experimentar turbulencias más de cuatro horas después de que partiera el viaje desde Madrid, según los datos del vuelo.

Algunos pasajeros se golpearon la cabeza durante las turbulencias y sufrieron lesiones en la cabeza, el cuello y el pecho, según las autoridades de salud brasileñas. Treinta y seis pasajeros recibieron tratamiento y 23 fueron trasladados a un hospital, de acuerdo a funcionarios de salud y aeroportuarios.

Algunos de los pasajeros que recibieron tratamiento sufrían conmoción, pero no lesiones físicas, según las autoridades. El lunes por la tarde, cinco pasajeros seguían hospitalizados, cuatro de ellos en cuidados intensivos, dijeron las autoridades.

Los pasajeros describieron una escena aterradora en el Boeing 787, con algunas personas volando por la cabina. Dos mujeres dijeron al canal de noticias Telemundo que al menos un pasajero salió volando de su asiento y quedó incrustado en la zona del techo del avión.

Dos videos publicados en las redes sociales parecían mostrar a un hombre acostado en una zona cercana o por encima de los compartimentos superiores del avión y luego recibiendo ayuda de otros pasajeros para bajar. Otras fotos y videos mostraban paneles del techo y asientos rotos.

“Una persona quedó suspendida entre lo que es el techo de plástico y el techo de metal que está después, hubo que bajarla”, dijo a Telemundo Evangelina Saravia, una pasajera de Uruguay. “Lo mismo sucedió con un bebé”.

Otra pasajera, Romina Apai, dijo que había estado sentada junto al hombre que quedó incrustado en el techo. “Voló y se quedó encastrado arriba en el techo, en el maletero, que no lo encontrábamos”, dijo a Telemundo. Cuando el avión se estabilizó, añadió, “la gente cae, ocurrió el desastre, porque se caían encima de los asientos, encima de otras personas”.

Es relativamente raro que las turbulencias causen lesiones tan graves. Solo se registraron 163 lesiones graves por turbulencias en aviones en Estados Unidos entre 2009 y 2022, según la Administración Federal de Aviación.

Pero el episodio del lunes es el segundo caso de este tipo en menos de un mes. En junio, un hombre de 73 años murió cuando el vuelo de Singapore Airlines en el que viajaba descendió más de 1800 metros en cuestión de minutos. Más de 70 personas resultaron heridas.

Las turbulencias en sí son habituales y no suelen ser peligrosas. Por lo general están causadas por cambios en la velocidad y dirección del viento, como tormentas y corrientes en chorro, y pueden provocar cambios bruscos en la altitud y velocidad del avión. Los pasajeros que no llevan puesto el cinturón de seguridad pueden sufrir lesiones porque las turbulencias pueden levantarlos de sus asientos.

Estudios recientes sugieren que el cambio climático puede hacer que las turbulencias sean más frecuentes porque el aumento de las emisiones de dióxido de carbono puede afectar a las corrientes de aire.

Una nueva historia de las Guerras Indias: los nativos norteamericanos estuvieron a punto de vencer a los blancos.

Recreación de la batalla de Little Bighorn desde el lado sioux, por Charles Marion Russell.
Recreación de la batalla de Little Bighorn desde el lado sioux, por Charles Marion Russell.
El experto Pekka Hämäläinen, que detesta el filme ‘Bailando con lobos’, reivindica en ‘Continente indígena’ la capacidad militar de las tribus y sostiene que su derrota no era en absoluto inevitable.

La derrota de Custer y su Séptimo de Caballería a manos de los sioux y cheyenes en Little Bighorn en 1876 no fue para nada una cuestión de mala suerte del general y sus tropas, sino el resultado lógico y esperable de que los nativos americanos eran mejores estrategas, estaban familiarizados con el terreno y superaron tácticamente a los soldados estadounidenses. Y no fue en absoluto la única vez en que los mal llamados pieles rojas demostraron ser muy capaces de vencer a los blancos e imponer su propia dinámica militar desde principios del siglo XVI hasta finales del XIX. En una interesantísima y estimulante nueva historia de las Guerras Indias, Continente indígena, la implacable pugna por Norteamérica (Desperta Ferro, 2024), el prestigioso investigador Pekka Hämäläinen, doctor en Historia por la Universidad de Helsinki y considerado uno de los grandes especialistas mundiales en los nativos americanos, pone en entredicho la inevitabilidad de la expansión colonial y muestra lo cerca que estuvieron dichos nativos en varias ocasiones de infligir una derrota definitiva a los poderes coloniales europeos y a los EE UU, y hasta de expulsarlos de Norteamérica.

MÁS INFORMACIÓN Cuando los navajos le tomaron el pelo a John Ford 

En el revolucionario relato de Hämäläinen (Helsinki, 57 años), profesor en Oxford, especialista en los lakota y autor de uno de los mejores libros jamás escritos sobre los comanches (El imperio comanche, Península, 2018), las naciones indias dejan de ser las habituales víctimas pasivas sujetas a un destino inexorable e irreversible para convertirse en potentes agentes que dominaron el continente durante siglos después de la llegada de los colonizadores y significaron una serísima amenaza a sus planes de conquista.
 
El asedio de Fort Detroit durante la revuelta de Pontiac de 1763, en un cuadro de Frederic Remington. El asedio de Fort Detroit durante la revuelta de Pontiac de 1763, en un cuadro de Frederic Remington.

El continente, señala Hämäläinen, estuvo mucho más tiempo de lo que solemos pensar en manos de los indígenas, que contaron con entidades políticas de extraordinaria capacidad bélica como la Liga iroquesa (cuyo poder, recuerda, duró desde el XVI al XIX, “lo que hace a esta nación la más antigua y le da un papel histórico más central que a EE UU”) o los “imperios” (así los denomina) ecuestres comanche y sioux, comparables, dice, a otras peligrosas naciones de nómadas a caballo como los mongoles. En una fecha como 1776 (cuando se proclamó la independencia de EE UU), afirma el estudioso a este diario, “los europeos podían reclamar la mayor parte del continente, pero los nativos en conjunto lo controlaban”. El experto afirma que en lugar de hablar de una “América colonial” deberíamos hacerlo de una “América indígena” que se hizo colonial “solo de una manera lenta y desigual”, y que “siguió siendo abrumadoramente indígena hasta bien entrado el siglo XIX”. Un sinnúmero de naciones nativas, afirma, “peleó con fiereza para mantener sus territorios intactos y sus cultura incólumes” y “llegaron a frustrar las pretensiones imperialistas de Francia, España, Gran Bretaña y Países Bajos, y más tarde de EE UU”.

La narración del estudioso resigue de manera documentada y emocionantísima las Guerras Indias y contrasta vivamente con el sombrío y triste relato tradicional de clásicos como Enterrad mi corazón en Wounded Knee (1970), de Dee Brown, el libro que estableció en la conciencia popular la idea —remachada en 1990 por el filme Bailando con lobos— de que la lucha contra los blancos fue una ineluctable y lineal marcha hacia el desastre de unas sociedades condenadas desde que los primeros colonos pisaron Norteamérica. Por el contrario, Hämäläinen muestra cómo los colonizadores se movieron a menudo en los márgenes de poderosas tribus y confederaciones indias, retrocediendo en no pocas ocasiones, bordeando el desastre. Y cómo los nativos no aguardaron para nada con melancolía (el noble hombre rojo elegíaco de El último mohicano de Fenimore Cooper) y sentimiento de desastre, fracaso y pérdida el avance invasor, sino bien musculados, llenos de vitalidad, recursos y el tomahawk bien dispuesto. Hämäläinen los retrata como actores históricos “fuertes, creativos y resistentes”, para nada comparsas unidimensionales como se los ha mostrado en un relato tradicional “enquistado en nuestra cultura y nuestra mentalidad”.
El secuestro de Jemima Boone por los shawnee, en un cuadro de Karl Ferdinand Wimar.

El secuestro de Jemima Boone por los shawnee, en un cuadro de Karl Ferdinand Wimar.

Junto a la palabra imperios, que llama tanto la atención en relación con los indígenas norteamericanos a los que se asocia popularmente más con bandas, el investigador elige denominar a los guerreros indios “soldados” (lo que los equipara militarmente con los combatientes blancos) y utiliza términos indígenas para los líderes y autoridades de las naciones indias en vez del típico “jefes”. Sorprende también que en varios casos emplee los nombres que estas naciones prefieren usar en lugar de los más habituales que les dieron los blancos o sus enemigos (wyandots en vez de hurones, meskwakis por foxes, muscoguis y no creeks; afortunadamente deja iroqueses y no haudenosaunee). Entre las novedades terminológicas, también lo de “personas birraciales” por mestizos.
El historiador de los nativos americanos Pekka Hämäläinen.

 El historiador de los nativos americanos Pekka Hämäläinen.

En su relato del “abrumador y persistente poder indígena en Norteamérica”, Hämäläinen, tras unos capítulos en los que explica el pasado de las sociedades que se enfrentaron a la colonización europea y de las que destaca su especial concepto “horizontal y consensuado” de liderazgo, pasa revista a los primeros conflictos con los españoles, franceses e ingleses, y la forma en que los peregrinos del Mayflower fueron permitidos porque eran útiles en la estrategia de los wampanoags contra sus enemigos indios. Aparece el Uncas histórico y su manipulación de los colonos de Connecticut para lograr la primacía sobre los pequots. El papel central de las mujeres en la política de la Liga de las Cinco Naciones, que tanto sorprendió a los franceses (otras indias, las cheroquis, incluso podían entrar en batalla), y la “aplastante superioridad militar de los iroqueses”. Los mohawk, subraya Hämäläinen, “habían ido más allá de contener a los europeos. Ahora les exigían obediencia”.
Ataque semínola a un fuerte, en una ilustración de época.

Ataque semínola a un fuerte, en una ilustración de época.

Nueva Inglaterra estuvo a punto de ser destruida en 1675. Y todos los proyectos coloniales en el continente parecieron tambalearse o expirar por completo entre esa fecha y 1690 durante lo que califica de “contragolpe” indígena. La guerra del Rey Felipe (Metacom) obligó a defender Nueva York. La crueldad con que se emplearon los blancos, recalca el estudioso, era un signo de debilidad y no es casual que el terror que sentían se expresara en una psicosis de demonios y brujas: Salem estaba solo a 80 kilómetros de la frontera india en 1692. En el sudoeste estallaba la rebelión de los indios pueblo en 1680. El colonialismo retrocedía en toda Norteamérica en las postrimerías del XVII. En 1763 llegó la guerra de Pontiac. En el XVIII y XIX la amenaza vino especialmente de los imperios ecuestres comanche y lakota, cuyos Siete Fuegos eran la potencia indígena más poderosa del continente tras el debilitamiento de los iroqueses y cheroquis en la Guerra de los Siete Años. Y Hämäläinen recuerda que los sioux y sus aliados derrotaron a EE UU en dos guerras, primero en la de Nube Roja (1866) y luego en la campaña que acabó en Little Bighorn. Los sioux, destaca el estudioso, “el imperio lakota”, sirvieron de escudo protector involuntario para multitud de naciones indígenas más pequeñas manteniendo a raya a EE UU durante décadas.

La crónica de la poderosa resistencia indígena es larguísima e incluye a los seminolas de Osceola en Florida o a los sauk de Halcón Negro al oeste del lago Michigan. Kiowas, apaches, nez percés… Fuegos por todas partes. EE UU solo pudo apagarlos finalmente, después de “cuatro siglos de poder indígena”, aplicando una política genocida. La masacre de Wounded Knee (1890), establece, fue un signo de la debilidad y el miedo estadounidenses, de un país exhausto tras más de 1.600 choques militares oficiales contra los nativos. “Existe un vínculo directo entre el éxito indígena y la sensación de vulnerabilidad ―y la magnitud de la venganza― de los estadounidenses”.
 
Plasmación sioux de la batalla de Little Bighorn.
Plasmación sioux de la batalla de Little Bighorn. HECTOR JUAN

¿Pudo ser la historia de Norteamérica otra? “Como historiadores solo podemos señalar las posibles bifurcaciones en el camino, pero en 1776, era ciertamente posible imaginar un futuro en el continente en el que los pueblos nativos lo controlaran, aunque lo importante, por supuesto, es pensar sobre cómo la gente en el pasado tomó las decisiones en consecuencia”. Para Hämäläinen, la tecnología militar de los blancos no fue tan definitiva como se cree. “Fue importante, sin duda, pero hay que tener en cuenta que no hubo un solo momento en el pasado de Norteamérica en el que esa tecnología no estuviera también disponible para los nativos o incluso fuera transferida por estos a otros. El éxito en la guerra a menudo reside menos en la tecnología per se y más en asuntos sociales, culturales y estratégicos de acceso a la tecnología y qué se hace con ella. Cometeríamos un error si concibiéramos la historia militar del continente como una batalla entre europeos con tecnología militar moderna contra pueblos indígenas sin ella. Mucho más importante es la escala con la que las comunidades pueden acceder y desplegar efectivamente esa tecnología”.
Una escena de 'Bailando con lobos'.

Una escena de 'Bailando con lobos'.

Entre las páginas más emocionantes de Continente indígena está el capítulo sobre la adquisición y el dominio del caballo por comanches y sioux. “Gracias. Fue un excitante momento crucial y siempre me ha gustado escribir de ello. Afortunadamente para mí, los autores europeos de la época estaban obsesionados con los pueblos nativos ecuestres y escribieron sobre el asunto con gran detalle. Mi habilidad para describir el fenómeno está basada en buena parte en la de ellos”. El uso del término “imperios” para los indios puede sonar chocante. “Los imperios han mostrado distintas formas a lo largo de la historia, la última cosa que he querido es sugerir una equivalencia entre imperios como el comanche o el sioux con el actual de EE UU. Si hay un parecido es con otros imperios de jinetes, y ese es el centro del proyecto pusimos en marcha en Oxford hace unos años. Uno de los libros que salieron de ahí fue el seminal de Marie Favereau The Horde: How the Mongols Changed the World (Harvard, 2021)” —un libro espléndido del que hay traducción en castellano, La horda: cómo los mongoles cambiaron el mundo (Ático de los libros, 2024)—.

¿Qué opina de Enterrad mi corazón en Wounded Knee? “Fue un libro extraordinariamente popular que llegó a principios de los 70 en la época de las protestas anti guerra del Vietnam y el movimiento de derechos civiles, cuando la gente estaba desilusionada de las historias del progreso de la frontera y estaba hambrienta de nuevas narrativas que arrojaran luz sobre la violencia y la inhumanidad de la expansión al Oeste. Estamos en otro momento en el que los historiadores están dando otra centralidad a los nativos en el contexto de la historia del continente”.

En cuanto a las películas, “no puedo recordar ninguna que no presente problemas, pero mi disgusto particular lo reservo para Bailando con lobos, repleta de errores históricos y con un protagonista que es un blanco muy inteligente que guía a los personajes nativos americanos. Black Robe [Manto negro, 1991, a partir de la magnífica novela de Brian Moore sobre un jesuita tratando de evangelizar a los hurones en Canadá] que se estrenó el mismo año, es menos conocida pero mejor y más correcta históricamente”. 

miércoles, 3 de julio de 2024

La interpretación jurídica y el auto del Supremo sobre la malversación. Javier Pérez Royo.

Los firmantes de la decisión del Supremo sobre la aplicación de la amnistía en la malversación, con la exclusión del voto particular, han sustituido la “voluntad general” de la ley por su “voluntad particular”, que es en lo que consiste el delito de prevaricación.

Los seres humanos no hacemos a lo largo de nuestra vida nada más que interpretar. Interpretamos la naturaleza para extraer de ella lo que necesitamos no solamente para sobrevivir, sino para vivir lo mejor posible, e interpretamos la sociedad para explicarnos a nosotros mismos el por qué y el cómo de nuestra convivencia. Enseñar a interpretar la naturaleza y la sociedad es a lo que se dedican todos los sistemas de enseñanza conocidos en el mundo.

El método de interpretación es distinto en cada una de las áreas de conocimiento. No es solo la interpretación jurídica la que es una interpretación singular. Todas lo son. Pero sí hay algo que diferencia exclusivamente a la interpretación jurídica de todas las demás sin excepción. La interpretación jurídica es una interpretación reglada.

Esto no ocurre en ninguna otra área del conocimiento. Entre los que cultivan las diferentes áreas de conocimiento se van imponiendo reglas de interpretación a través de las cuales se acredita el carácter científico o no de la interpretación que se lleva a cabo. Pero a nadie se le impone normativamente la forma en que tiene que interpretar el objeto que pretende conocer. Es obvio que desconocer a Francisco Rico, por hacer un homenaje al universalmente reconocido como excelso intérprete de El Quijote recientemente fallecido, es una barbaridad. Pero nadie tiene más sanción por desconocerlo que el desprecio de los intérpretes reconocidos. Así ocurre con la interpretación en todas las demás áreas del saber, tanto de la naturaleza como de la sociedad.

En el Derecho no es así. Solamente en el Derecho no es así. La interpretación jurídica tiene necesariamente que hacerse con unas reglas de interpretación que están definidas normativamente y cuyo incumplimiento tiene una sanción. El catedrático que dice una barbaridad en la interpretación de El Quijote hace el ridículo, pero no comete un delito. El juez que dice una barbaridad en la interpretación de la norma jurídica, no solamente hace el ridículo, sino que comete un delito. Y comete un delito porque llega a una conclusión en la interpretación de la norma jurídica que no puede ser justificada con ninguna de las reglas de interpretación comúnmente admitidas en el mundo del derecho.

La norma jurídica que se tenga que aplicar a un caso concreto tiene que ser interpretada con base en una interpretación gramatical, sistemática, teleológica o histórica. Cuál es el sentido de las palabras de las que ha hecho uso el legislador al tipificar una determinada conducta como delictiva. Qué relación guarda con los demás preceptos de la norma aplicable o incluso con otras normas del ordenamiento jurídico. Qué finalidad persigue el legislador al tipificar la conducta de esta manera. Cómo se ha elaborado la norma a lo largo del proceso legislativo. Si en el ejercicio de la función jurisdiccional el órgano judicial no es capaz de justificar la conclusión a la que llega con base en estas reglas, en todas o en alguna de ellas, está cometiendo el delito de prevaricación, que consiste en la sustitución de la “voluntad general” del legislador por la “voluntad particular” del juez.

Para no cometer el delito de prevaricación, el órgano judicial no tiene solamente que identificar correctamente la ley aplicable al caso, sino que, además, tiene que interpretar dicha ley de acuerdo con las reglas de interpretación contenidas en el Título Preliminar del Código Civil. El órgano judicial es independiente, pero está sometido al imperio de la ley (artículo 117 de la Constitución). En el sometimiento a la ley está el fundamento de su independencia. En la “motivación” de su decisión tiene que demostrar su sometimiento a la ley, es decir, que es la “voluntad general” la que se está imponiendo con su decisión y no su “voluntad particular”.

¿Es posible justificar con alguna de las reglas de interpretación de obligado cumplimiento el auto de la Sala Segunda del Tribunal Supremo en la Causa Especial 20907/2017, respecto de la no aplicación de la amnistía por el delito de malversación, regulada en la Ley Orgánica 1/2024, de 10 de junio, a los condenados por tal delito Oriol Junqueras, Raul Romeva, Jordi Turull y Montserrat Bassa.?

Reproduzco los preceptos de la ley de amnistía relativos al delito de malversación para que el lector no tenga que molestarse en buscarlo y pueda seguir más fácilmente la argumentación:

Artículo 1. “Quedan amnistiados…:

a) Los actos cometidos con la intención de reivindicar, promover o procurar la secesión o independencia de Catalunya, así como los que hubieran contribuido a la consecución de tales propósitos. En todo caso, se entenderán comprendidos en este supuesto los actos tipificados como delitos de usurpación de funciones públicas o de malversación, únicamente cuando estén dirigidos a financiar, sufragar o facilitar la realización de cualesquiera de las conductas descritas en el primer párrafo de esta letra, directamente o a través de cualquier entidad pública o privada, siempre que no haya existido propósito de enriquecimiento, así como cualquier otro acto tipificado como delito que tuviera idéntica finalidad.

b) Los actos cometidos con la intención de convocar, promover o procurar la celebración de las consultas que tuvieron lugar en Catalunya el 9 de noviembre de 2014 y el 1 de octubre de 2017 por quien careciera de competencias para ello o cuya convocatoria o celebración haya sido declarada ilícita, así como aquellos que hubieran contribuido a su consecución. En todo caso, se entenderán comprendidos en este supuesto los actos tipificados como delitos de usurpación de funciones públicas o de malversación, únicamente cuando estén dirigidos a financiar, sufragar o facilitar la realización de cualesquiera de las conductas descritas en el párrafo anterior, siempre que no haya existido propósito de enriquecimiento, así como cualquier otro acto tipificado como delito que tuviera idéntica finalidad“.

La interpretación literal es clara. No hay que haber estudiado Derecho para entender lo que la ley dice. No menos lo es la interpretación sistemática, como se explica perfectamente en el Preámbulo de la ley. Que la finalidad de la ley era amnistiar a los condenados por dicho delito es lo que explica que haya sido aprobada. La tramitación parlamentaria de la norma tampoco permite ninguna duda sobre lo que el legislador ha pretendido con la aprobación de la ley.

Llegar a la misma conclusión con la aplicación de todas las reglas de interpretación es la prueba del nueve de que no hay otra interpretación posible.

De ahí que la Sala Segunda tenga que adulterar la expresión “propósito de enriquecimiento” para no considerar amnistiadas las conductas de los condenados. En la ley queda claro que, en ningún caso, se ha contemplado la posibilidad de que se hiciera frente con el patrimonio privado de nadie a la “celebración de las consultas que tuvieron lugar el 9 de noviembre de 2014 y el 1 de octubre de 2017”. El no haber hecho uso del patrimonio propio para la celebración de dichas consultas ni está en la ley ni se le ha pasado por la cabeza al legislador. Tampoco se le pasó por la cabeza a los miembros de la Sala Segunda del Tribunal Supremo cuando condenaron por malversación a los que ahora considera que no pueden ser amnistiados porque se enriquecieron por no hacer uso de su propio patrimonio. Ese “enriquecimiento” no aparece en la fundamentación jurídica de la Sentencia de la Sala de lo Penal de 14-10-2019. La argumentación del auto de esta semana es un disparate en lo que a la interpretación literal de la Ley de Amnistía se refiere e incongruente incluso con la condena por malversación por parte de la Sala Segunda del Tribunal Supremo en la Sentencia 14-10.2019.

Respecto de la interpretación sistemática, teleológica e histórica no hay nada en el auto. El auto ha llegado a una conclusión que vulnera de manera grosera las reglas de interpretación jurídica de aplicación inexcusable en nuestro ordenamiento jurídico. Los firmantes de la sentencia, con la exclusión de la firmante del voto particular, han sustituido, en consecuencia, la “voluntad general” de la ley por su “voluntad particular”, que, como he dejado dicho, es en lo que consiste el delito de prevaricación.

Arte, vanguardia y horror en el campo de concentración nazi de Ebensee.

Campo de concentración nazi de Ebensee
La intervención artística de la creadora Chiharu Shiota en el túnel donde se pensaba asesinar a los prisioneros del campo de concentración de Ebensee.
La Capital Europea de la Cultura en 2024, la austriaca Bad Ischl, presenta una instalación artística y una docuficción en las antiguas instalaciones del campo satélite de Mauthausen para hacer pedagogía de la memoria.

El plan del comandante nazi era tan criminal como poco sofisticado. Consistía en encerrar a los 16.648 prisioneros del campo de concentración de Ebensee en el gigantesco túnel horadado en la montaña inmediata y dinamitar la entrada. Enterrarlos vivos. Los presos barruntaron la maniobra, sabían que el Ejército aliado estaba cerca y se rebelaron. Lo usual en un motín contra unas SS inquietas y en retirada es que los cabecillas fueran ametrallados sin contemplaciones, pero los dejaron en manos de una patrulla de la Wehrmacht. “Su vida no valía nada”, dice Wolfgang Quatember, director del memorial del campo de concentración de Ebensee, en Alta Austria, “y Anton Ganz, el comandante, ya pensaba en la suya propia tras la guerra. En las consecuencias de una matanza selectiva con testigos. No tenía tiempo para escaramuzas. Huyeron”.

Silvia Dinhof-Cueto escucha con atención a Quatember dentro del túnel. Su padre era uno de los prisioneros del campo. Víctor Cueto, teniente asturiano del Ejército republicano, había escapado de las tropas golpistas cruzando los Pirineos catalanes a pie para terminar confinado en el campo de concentración de la playa de Argelès-sur-Mer, construido sobre la arena. Allí le ofrecieron tres alternativas: volver a la España franquista, alistarse en la Legión Extranjera francesa o trabajar en la Línea Maginot, la inútil muralla defensiva gala en la frontera con Alemania. Se decantó por esta última pero enseguida lo capturaron los nazis. Entró en Mauthausen en el verano de 1940, con el número 3.438. Sobrevivió cinco años. Hasta la liberación. Una eternidad.

“Mi padre decía que en Mauthausen todo sucedía por casualidad. Un jefe de las SS, el más sádico, el más animal, lo eligió por azar para trabajar en el huerto del campo. Le salvó la vida. Estaba trabajando en condiciones extremas en la cantera de granito, allí no hubiera resistido mucho más. En 1944 lo transportaron a Ebensee”, dice Dinhof-Cueto en un castellano perfecto, señalando el sistema de galerías. En el túnel principal, la artista japonesa Chiharu Shiota acaba de instalar un telar rojo de 25 metros de largo. Una segunda piel que evoca, en sus palabras, un sentimiento de “presencia en ausencia”. Dinhof-Cueto contempla la obra de Shiota: “Mi padre se habría preguntado ‘¿y esto qué significa?’. Pero su propósito es rememorar lo que ocurrió aquí, creo que le hubiera gustado”.

La improvisación final del comandante nazi en realidad no desentonaba con lo que había sido Ebensee, un campo satélite de Mauthausen concebido en 1943 para desarrollar una nueva generación de armamento con la explotación de mano de obra esclava. Aquí asesinaron por la vía del trabajo a más de 8.500 personas en apenas 18 meses. Cuando les sobraba fuerza laboral, las SS dejaban a los presos más débiles a la intemperie, semidesnudos a orillas de los barracones para que murieran de frío. En las fotos del Ejército estadounidense del 6 de mayo de 1945 se ven montañas de cadáveres apilados en el crematorio, los cuerpos de los convictos que no resistieron más y murieron solo unas horas antes de la liberación del campo. Durante una semana siguieron muriendo cerca de 450 personas cada día.
 
Prisioneros del campo de concentración de Ebensee, en 1945. Prisioneros del campo de concentración de Ebensee, en 1945. PHOTO 12 (UNIVERSAL IMAGES GROUP / GETTY)

El túnel escondía una fábrica subterránea para ejecutar el programa de misiles de la Alemania nazi, dirigido por los oficiales Walter Dornberger y Wernher von Braun, quienes tras las Segunda Guerra Mundial continuaron sus brillantes carreras en el desarrollo de balística en el bando enemigo, en el Ejército de EE UU. El sistema de galerías de Ebensee encarna la alianza perfecta entre ciencia y barbarie, técnica y explotación de seres humanos.

“Los recuerdos son la única vía que permite a la gente escapar de este desprecio por la humanidad, de esta combinación fatal de destrucción y progreso”, dice Elisabeth Schweeger, directora artística de la capital europea de la cultura de 2024 en Bad Ischl–Salzkammergut, que reconoce la dificultad de sacar adelante iniciativas que se enfrentan al pasado en una región con profundas raíces nazis. “El túnel de Ebensee y el antiguo campo de concentración aledaño son lugares para el recuerdo. ¿Cómo podemos hacer justicia a este lugar, cómo podemos honrarlo con el arte?”.

Su respuesta fue Chiharu Shiota. Y también una original docuficción audiovisual, comisariada por la arquitecta Marlene Rutzendorfer, Regional Express. La diseñó para que, durante los desplazamientos en tren entre los pueblos de la región de Salzkammergut, los viajeros dispusieran en su teléfono de un archivo de historia oral casi subversivo frente al silencio de otras épocas. El objetivo es el mismo: impulsar una pedagogía de la memoria. Rutzendorfer nació y creció en Bad Ischl: “Durante mucho tiempo, la sociedad de Salzkammergut se resistió o no estuvo dispuesta a examinar de cerca su propio papel en el nacionalsocialismo y en el campo de concentración; no solo en Ebensee, sino también más allá. Parece muy fácil optar por no ver las huellas de la existencia del campo”.

Escondido en Stuttgart
La belleza del paisaje no excluye el horror, se escucha en el móvil. Y entonces brota el testimonio de Silvia Dinhof-Cueto, que participa en el relato: “Me entristece pensar que para mí, Traunsee y Attersee, donde crecí, son lugares bellos. Para mi padre era el horror. Esto siempre me resultó difícil. Y lo sigue siendo. Hay una tensión evidente entre lo maravilloso y lo brutal”.

El padre de Dinhof-Cueto no abandonó Salzkammergut y rehizo su vida trabajando como cocinero en la base militar estadounidense de Lenzing, en la ribera del lago Attersee, donde veraneaban y se inspiraban Klimt y Mahler, a solo 30 kilómetros de Ebensee. Vivió apátrida hasta 1955, cuando Austria le concedió la nacionalidad. Ella nació apátrida en 1954.

Ebensee fue liberado un día más tarde que Mauthausen. El comandante nazi Anton Ganz se fugó a Alemania, llevó una vida ordenada de bajo perfil en Stuttgart (“solo salía para ir a misa los domingos”, apunta Wolfgang Quatember) y ya jubilado, en 1972, fue procesado por la justicia alemana y sentenciado a cadena perpetua. En su huida el bárbaro fue inteligente. Solo encontraron testigos para acusarle de siete asesinatos. Cumplió unos días de prisión preventiva y quedó en libertad poco después por motivos de salud.

martes, 2 de julio de 2024

¿Cómo se pone a prueba (y se entrena) el olfato?

A woman is surrounded by an out of focus white cloud and baby's breath flowers in front of an orange backdrop.
Es bien sabido que la pérdida de olfato puede acarrear problemas de salud mental. Pero ¿entrenar la nariz puede aliviarlos? Grant Harder para The New York Times         
Cr<<<<<<<<edit...

Es posible revertir la disminución del olfato, y fortalecer tu salud mental, con algo tan sencillo como pasar tiempo con las fragancias del cardamomo y la canela en tu especiero.

Los brownies de la abuela, el aroma de la lluvia en un bosque de pinos, la fragancia del cardamomo… los olores pueden ser potentes máquinas del tiempo, que desbloquean recuerdos casi como por arte de magia y te transportan a momentos concretos de forma más vívida que la vista o el oído.

Pero, al igual que la vista y el oído, nuestro sentido del olfato disminuye con la edad (y como consecuencia de infecciones como la covid, el tabaquismo y la contaminación). Alrededor del 11 por ciento de los estadounidenses en sus 50 años tienen problemas para oler; esta cifra se eleva al 39 por ciento en el caso de los mayores de 80 años.

Cuando nuestra nariz pierde agudeza, nuestra salud mental también suele resentirse. La disminución del olfato se asocia a un empeoramiento de la memoria, la cognición y el bienestar general, así como a la demencia y la depresión.

“Nuestro cerebro necesita mucha estimulación olfativa para mantener su salud”, afirmó Michael Leon, profesor emérito de neurobiología de la Universidad de California, campus Irvine.

Afortunadamente, la disminución del sentido del olfato puede ser reversible, quizá con algo tan sencillo como pasar un tiempo con el especiero.

Por qué el olfato es tan importante en el cerebro
Los científicos reconocen desde hace tiempo que una menor capacidad para detectar e identificar olores puede ser un síntoma precoz de afecciones como la depresión, la demencia y la enfermedad de Parkinson. Por ejemplo, puedes notar que tu vino favorito ha perdido de algún modo su aroma, o no darte cuenta de que la comida se está estropeando en tu refrigerador, afirmó Sarah Banks, profesora adjunta de neurociencia en la Universidad de California, campus San Diego. Para muchas personas, los problemas con el olfato son una de las primeras señales de Alzheimer, añadió.

Entonces, ¿significa eso que entrenar la nariz puede ayudar a la mente? Algunas investigaciones sugieren que sí. En un estudio de 2022, personas mayores con depresión entrenaron la nariz durante varios meses y vieron cómo sus síntomas disminuyeron, en especial quienes habían tenido problemas olfativos anteriormente.

Un estudio más pequeño de 2021 sobre pacientes con demencia descubrió que el entrenamiento olfativo no solo mejoraba la depresión, sino que también les ayudaba a recordar palabras más rápidamente. Leon afirmó que los resultados eran mejores que los obtenidos con las aplicaciones de entrenamiento cerebral. Otros pequeños estudios han sugerido que el entrenamiento olfativo podría aumentar el grosor del hipocampo, que es el centro de la memoria del cerebro.

Cuando Banks y sus colegas examinaron los escaneos cerebrales de maestros sumilleres, descubrieron que la ínsula (una región que procesa las emociones) y la corteza entorrinal (una zona cuya disfunción está implicada en la enfermedad de Alzheimer) aumentaban de tamaño cuanto más tiempo se había trabajado en la profesión.

“Esa es una de las partes del cerebro que normalmente se vuelve un poco más delgada y pequeña con la edad”, dijo Banks. “Y en estas personas, iba en dirección contraria”.

Los expertos creen que una de las razones de que esto ocurra es que las áreas del cerebro relacionadas con el olfato están conectadas de forma única con partes implicadas en la cognición, como el córtex prefrontal.

“El sistema olfativo es el único sistema sensorial que tiene una proyección directa en los centros de la memoria y los centros emocionales del cerebro”, afirmó Leon.

Entonces, ¿cómo se pone a prueba (y se entrena) el olfato?
Cualquier prueba seria del sentido del olfato es mejor hacerla con un otorrinolaringólogo. Sin embargo, si tienes curiosidad, hay algunas formas de evaluar las capacidades de tu nariz en casa. Puedes pedir un kit de autocomprobación, que puede contener tarjetas para rascar y oler, o autoevaluarte con simples artículos domésticos.

Aunque una prueba casera no sustituye a la evaluación de un médico, puede alertarte de posibles deterioros, afirmó Thomas Hummel, profesor de ciencias del olfato de la Universidad Politécnica de Dresde, Alemania.

Los expertos afirman que se puede mejorar el sentido del olfato poniendo a prueba y entrenando la nariz de forma consciente e intencionada.

La clínica de Hummel ofrece una evaluación olfativa en línea de 10 minutos que puedes realizar con objetos cotidianos del hogar y que, en un estudio, identificó al 67 por ciento de las personas con deficiencias olfativas.

Para hacer la prueba, vierte cuatro productos de olor fuerte en tazas separadas (la prueba de Hummel utiliza cosas como vino, jabón, detergente para la ropa, miel o café). Pídele a alguien que te ponga una venda en los ojos y te ofrezca las tazas para que las huelas. Date un punto si puedes oler algo y dos si puedes identificarlo.

Si obtienes menos de siete puntos sobre ocho, es posible que tengas una disfunción olfativa. Pero eso no es necesariamente un indicador de problemas cognitivos o deterioro mental, dijo Banks. Tu disfunción olfativa podría ser temporal, como puede ocurrir durante y después de una infección vírica, aunque puede ser una sugerencia de que consultes a un médico.

Es más, los malos resultados olfativos pueden mejorarse. Hummel recomienda a sus pacientes que busquen cuatro objetos domésticos de olor intenso, como una especia o un dentífrico. Huele cada uno de ellos por la mañana y por la noche durante al menos 30 segundos, dice. (Si se pueden oler más aromas, más veces al día y durante más de 30 segundos, mucho mejor, añadió). No es necesario vendarse los ojos; se trata de ser más intencionado y consciente de los olores. Si quieres, puedes mezclar los olores: un día puedes oler canela y otro café.

Si buscas una prueba más difícil, puedes probar un kit de formación para sumilleres. Pero también puedes obtener resultados simplemente prestando atención a los olores que ya están presentes en tu vida.

Según Banks, cuando los sommeliers se forman, suelen visitar tiendas de comestibles para oler frutas y verduras y aprender los matices de los aromas. También se puede probar un difusor nocturno de aromas que expulse aceites esenciales mientras se duerme. Un pequeño estudio dirigido por Leon sugirió que pueden ser útiles para mejorar las capacidades cognitivas.

Según Hummel, entrenar el olfato nos conecta con el mundo que nos rodea. Puede que ayudar al cerebro sea tan sencillo como dedicar tiempo a oler las flores.

Marta Zaraska es autora de Growing Young: How Friendship, Optimism and Kindness Can Help You Live to 100.

lunes, 1 de julio de 2024

Colegio rico, colegio pobre; colegio blanco, colegio negro

Un colegio público en Barcelona.
Un colegio público en Barcelona.
La izquierda acaba problematizando más las decenas de escuelas privadas segregadas por sexo que los centenares de centros públicos segregados por clase, nacionalidad y etnia.

Hace un par de años, durante el desfile de carnaval de la ciudad en la que vivo, me di cuenta de que había colegios en los que los españoles eran minoría y otros en los que apenas había inmigrantes. Meses después, yendo con mis hijos, me encontré a una de mis profesoras de la infancia. Y una de las cosas que me dijo fue que, cuando llegara el momento, evitara llevarlos a la escuela pública en la que ella fue maestra y yo alumna. Entre sus razones hubo una que me chocó, porque esa profesora mía era de izquierdas: que buena parte del alumnado era inmigrante y pobre, y los profesores no tenían recursos, ni materiales ni formativos, para gestionar algunas de las situaciones a las que esto daba lugar.

Informándome sobre planes digitales escolares, le puse cifras a lo que me contó: el que fue mi colegio tiene un 70% de alumnos de nacionalidad extranjera. Es un Colegio Internacional, pero no de esos a los que van los hijos de los ministros; los alumnos allí no tienen padres diplomáticos ni empresarios, sino albañiles y en paro.

Cuando se lo comenté a mis amigas se montó un buen debate. Una de ellas argumentaba que no pasaba nada porque existieran colegios como el que fue el nuestro, que los chavales tenían que saber “cómo era el mundo”, pero es que resulta que el mundo no es así. Al menos no en nuestro país, donde la inmigración no representa siquiera el 20% de la población y donde, aunque más del 33% de nuestros menores están en riesgo de pobreza, (aún) no son la mayoría. Que los colegios públicos no repliquen esta composición, sino en algunos casos la contraria solo puede significar una cosa: que se está segregando a los niños.

Otra comentó que no pasaba nada si el nivel educativo en esos centros era un poco peor porque había que atender necesidades que no eran académicas. Que las tablas y los ríos podían aprenderlos los críos en casa, pero que en la escuela aprenderían sobre convivencia y valores. Una perspectiva profundamente clasista, pues los hijos de las clases medias y de los obreros con formación y tiempo tienen quien les enseñe las tablas y los ríos, pero muchos de los alumnos de esas escuelas segregadas, no. La segregación es perjudicial, sobre todo y como casi todo, para los más pobres.

La Comunidad en la que vivo —Madrid— es la que más segrega a sus alumnos, no solo de España, sino de la OCDE. Pero casi nadie habla de ello en nuestras élites políticas y mediáticas. Ni siquiera se suele mencionar cuando se listan los achaques de la educación pública. Los hunos, porque no les importa que los servicios públicos se degraden y los hotros porque prefieren anteponer sus fetiches ideológicos (ya sean el multiculturalismo o la romantización del lumpen) a la realidad. El resultado es que la izquierda acaba problematizando más las decenas de colegios privados segregados por sexo que eligen los ricos que los centenares de colegios públicos segregados por clase, nacionalidad y etnia de los pobres sin elección.

Todos callan porque a los hunos les interesa que crezca la privada y los hotros no son capaces de abordar la segregación escolar de una manera que no sea llamando racista y clasista a todo aquel que plantee el fenómeno como problemático. Y así, hunos por hotros, la casa sin barrer. Total, como no es la suya. Porque la mayoría de los que, a derecha y a izquierda, niegan que sea un problema que los inmigrantes y los pobres estén sobrerrepresentados en algunas escuelas, resulta que nunca llevan a sus críos allí.

domingo, 30 de junio de 2024

¿Necesitamos el lenguaje para pensar?

Two computer images of brains with various parts of each highlighted in red, orange and yellow.
Una red de regiones se activa cuando el cerebro recupera palabras de la memoria, utiliza reglas gramaticales y realiza otras tareas lingüísticas.Credit...vía Evelina Fedorenko
En respuesta a posturas filosóficas tradicionales que afirman que el lenguaje sirve para pensar, un grupo de neurocientíficos afirma que su función es principalmente para comunicarnos. 
 Cuando era estudiante, Evelina Fedorenko asistió a la clase de Chomsky y le escuchó describir su teoría. “Me gustó mucho la idea”, recordó. Pero le desconcertó la falta de pruebas. “Muchas de las cosas que decía las afirmaba como si fueran hechos, la verdad”, dijo. 

Fedorenko se convirtió en neurocientífica cognitiva en el MIT y utilizó el escáner cerebral para investigar cómo el cerebro produce el lenguaje. Después de 15 años, sus investigaciones la han llevado a una conclusión sorprendente: no necesitamos el lenguaje para pensar.

“Cuando empiezas a evaluarlo, no encuentras nada que apoye este papel del lenguaje en el pensamiento”, afirmó.

Cuando Fedorenko comenzó este trabajo en 2009, los estudios habían descubierto que las mismas regiones cerebrales necesarias para el lenguaje también estaban activas cuando las personas razonaban o realizaban operaciones aritméticas.

Pero Fedorenko y otros investigadores descubrieron que este solapamiento era un espejismo. Parte del problema de los primeros resultados fue que los escáneres eran relativamente rudimentarios. Los científicos sacaron el máximo partido de sus escáneres difusos combinando los resultados de todos sus voluntarios, lo que creaba una media general de la actividad cerebral.

En su propia investigación, Fedorenko utilizó escáneres más potentes y realizó más pruebas a cada voluntario. Estos pasos permitieron que ella, y sus colegas, recopilaran suficientes datos de cada persona como para crear una imagen detallada de cada cerebro.

A continuación, los científicos realizaron estudios para identificar los circuitos cerebrales implicados en tareas lingüísticas, como recuperar palabras de la memoria y seguir reglas gramaticales. En un experimento típico, los voluntarios leían un galimatías seguido de frases reales. Los científicos descubrieron ciertas regiones cerebrales que solo se activaban cuando los voluntarios procesaban lenguaje real.

Cada voluntario tenía una red lingüística: una constelación de regiones que se activan durante las tareas lingüísticas. “Es muy estable”, afirmó Fedorenko. “Si te escaneo hoy y 10 o 15 años después, estará en el mismo sitio”.

A continuación, los investigadores escanearon a las mismas personas mientras realizaban diferentes tipos de pensamiento, como resolver un rompecabezas. “Otras regiones del cerebro trabajan muy duro cuando se realizan todas estas formas de pensamiento”, afirmó. Pero las redes del lenguaje permanecieron tranquilas. “Quedó claro que ninguna de esas cosas parece activar los circuitos del lenguaje”, declaró.

En un artículo publicado el miércoles en Nature, Fedorenko y sus colegas argumentan que los estudios de personas con lesiones cerebrales apuntan a la misma conclusión.

Los accidentes cerebrovasculares y otras lesiones cerebrales pueden anular la red del lenguaje y dejar a las personas con dificultades para procesar las palabras y la gramática, lo que se conoce como afasia. Pero los científicos han descubierto que la gente puede seguir haciendo álgebra y jugando al ajedrez incluso con afasia. En experimentos, las personas con afasia pueden mirar dos números —123 y 321, por ejemplo— y reconocer que, utilizando el mismo patrón, a 456 debe seguir 654.

Si el lenguaje no es esencial para el pensamiento, ¿para qué sirve? Para la comunicación, argumentan Fedorenko y sus colegas. Chomsky y otros investigadores han rechazado esa idea, señalando la ambigüedad de las palabras y la dificultad de expresar nuestras intuiciones en voz alta. “El sistema no está bien diseñado en muchos aspectos funcionales”, dijo una vez Chomsky.

Pero estudios a gran escala han sugerido que las lenguas se han optimizado para transferir información de manera clara y eficaz.

En un estudio, un grupo de investigadores descubrió que las palabras de uso frecuente son más cortas, lo que facilita el aprendizaje de las lenguas y acelera el flujo de información. En otro estudio, unos investigadores que estudiaron 37 lenguas descubrieron que las reglas gramaticales colocan las palabras cerca unas de otras para que su significado combinado sea más fácil de entender.

Kyle Mahowald, lingüista de la Universidad de Texas en Austin quien no participó en el nuevo trabajo, dijo que separar pensamiento y lenguaje podría ayudar a explicar por qué los sistemas de inteligencia artificial como ChatGPT son tan buenos en algunas tareas y tan malos en otras.

Los informáticos entrenan a estos programas con grandes cantidades de texto y descubren reglas sobre cómo se conectan las palabras. Mahowald sospecha que estos programas empiezan a imitar la red lingüística del cerebro humano, pero se quedan cortos en el razonamiento.

“Es posible tener un texto gramatical muy fluido que puede o no tener un pensamiento subyacente coherente”, afirmó Mahowald.

Pero Guy Dove, filósofo de la Universidad de Louisville, cree que Fedorenko y sus colegas van demasiado lejos al desterrar el lenguaje del pensamiento, especialmente de los pensamientos complejos. “Cuando pensamos en la democracia, podemos ensayar conversaciones sobre la democracia”, dijo. “No es necesario el lenguaje para tener pensamientos, pero puede ser una mejora”.

Carl Zimmer cubre noticias sobre ciencia para el Times y escribe la columna Orígenes. Más de Carl Zimmer