viernes, 28 de octubre de 2022

_- LOS 100 PLATOS MÁS IMPORTANTES DE LA COCINA ESPAÑOLA

_- Un libro recopila las creaciones más relevantes de la gastronomía nacional, elegidas por 60 críticos y expertos

¿Están todos los que son? El autor, Carlos Díaz Güell, explica cómo se hizo la lista y su correspondiente recetario.

Tortilla de patatas, paella valenciana, cocido madrileño, fabada asturiana y gazpacho andaluz: este sería el top 5 de nuestra gastronomía para los expertos que eligieron los clásicos incluidos en Los 100 grandes platos de la cocina española, libro en el que el periodista Carlos Díaz Güell recopila los greatest hits de nuestra cultura culinaria. Sólo para esos cinco intocables hubo unanimidad absoluta en las votaciones de los gastrónomos, aunque entre los 95 platos restantes haya muchos otros a los que costaría rebatir su estatus de iconos, como el bacalao al pil pil, la empanada gallega, el ajoblanco, el salmorejo o el pisto manchego.

Todos ellos rozan la máxima puntuación, mientras que otros como las alcachofas con jamón, las habas a la catalana o el arroz con costra se cuelan por los pelos en el cuadro de honor. ¿Quién se queda fuera? Afilad los cuchillos: mientras platos prácticamente extinguidos en las cartas hispanas, como la gallina en pepitoria o los riñones al Jerez, están entre los bendecidos por el ránking, el cachopo, las lentejas estofadas, los flamenquines, las papas aliñás, el moje, las rosquillas o la leche merengada no han entrado en la zona VIP.

Las papas aliñás están (y se las espera). MÒNICA ESCUDERO
La lista completa (ver abajo) del libro de Carlos Díaz Güell es, como todas, discutible. Es posible que cuando la leas eches en falta algún clásico de tu comunidad, o te indignes porque no está ese guiso del pueblo de tu abuela que tanto significa para ti. Pero hay dos cosas que no se le pueden objetar. Por un lado, el rigor: para elaborarla ha contado con la variada opinión de 60 periodistas especializados y miembros de instituciones gastronómicas. Por otro, la efectividad: el las recetas reunidas componen un potente retrato de lo es y ha sido el buen comer en España, formando un corpus culinario con el que, extrañamente, nuestra cocina no contaba.

AMPLIAR FOTO 100 platos que en realidad son 161. EL COMIDISTA
“Cuando escuché al chef José Andrés lamentarse, no sin cierta amargura, de que una de las carencias de la cocina española es que no había sido capaz de consensuar sus cien grandes platos, me dije que era el momento de ponerme a ello”, recuerda Díaz Güell. Desde entonces han pasado tres años de trabajo, que comenzó con una importante labor de documentación. Con la ayuda de “un cocinero amigo lleno de soles y estrellas”, el periodista fijó un total de 159 platos, que posteriormente se sometieron a votación entre los expertos.

A pesar de su título, el libro incluye en realidad todos los platos de dicha lista más un par de sugerencias de los gastrónomos: las carrilleras de cerdo ibérico al vino tinto y el bacalao a la llauna. “Cuando uno convive durante tanto tiempo con tantos platos, le resulta difícil desprenderse siquiera de uno de ellos. Qué culpa tienen los pichones o palominos, plato emblemático de la cocina cervantina, de no haberse situado entre los 100 elegidos. Merecen estar entre los grandes, aunque me costó convencer al editor para que aceptara incorporar 161 platos”.

Cada uno se explica con su receta tradicional y con una reinvención a cargo de algún miembro de la plana mayor de la cocina española, de Dabiz Muñoz a Quique Dacosta pasando por los Arzak, los Roca, Berasategui o Ángel León. Están las previsibles croquetas líquidas de Ferran Adrià, las albóndigas sorpresa de Carme Ruscalleda, la merluza en salsa verde de Subijana… pero también salta la sorpresa con la aparición entre los chefs de un personaje como Pedro Almodóvar, del que se recoge su pisto. En total, más de 320 recetas.

Empanada gallega de xoubas. JORGE GUITIÁN
El estreno en la literatura gastronómica de Díaz Güell, periodista especializado en economía y autor de libros como La historia oculta de El Corte Inglés, no fue fácil. Conseguir que los gastrónomos votaran fue el primer gran desafío: “Son muchos los que me dieron calabazas, unos elegantemente y otros con su silencio. Por haber hubo hasta quien me preguntó si estaba remunerada esa participación y quien me espetó que se le hacía bola participar en un trabajo de estas características desde una posición nacionalista activa”.

Después vino la redacción de las recetas, terreno pantanoso donde los haya: cualquiera que haya publicado la suya de un clásico, sabe que los sabios que dictan cómo se hace una paella, qué puede llevar un gazpacho o si es un crimen la cebolla en la tortilla de patatas acechan con sus monsergas. “Si buscamos en la web ‘recetas paella’, la red nos ofrece más de 7 millones de propuestas, aunque desde una posición purista, paella, lo que se dice paella, solo hay una”, explica Díaz Güell. “Esta disyuntiva se repite en todos los platos, y en este proyecto he tirado en muchas ocasiones por la calle de en medio. Generalmente he optado por una receta consensuada conmigo mismo y con mi cocina, pero siempre respetando las bases originarias del plato”.

Los ingredientes del salmorejo (más agua y un chorrito de vinagre). NACHO SÁNCHEZ
El autor subraya que sus fórmulas son, más que nada, propuestas, sin intención de sentar dogma. “No se pueden poner puertas al campo, y en los únicos platos en que la Oficina Internacional de Pesos y Medidas tiene algo que decir es en el mundo de la repostería. Exigir a un cocinero que ponga 5 gramos de sal o 20 mililitros de aceite es cortar las alas a su creatividad. La cocina es arte y todo lo que sea uniformar una expresión artística impide la evolución de esa maestría. Yo publico una receta de las muchas que circulan sobre el gazpacho; aunque soy demasiado tradicional para elaborar uno con sandía o fresa, quien lo quiera hacer así, que lo haga. Dicho esto, ¡por el chorizo en la paella, no paso!”.

¿Está preparado Carlos Díaz Güell para enfrentarse a los ofendiditos que no vean su comunidad / provincia / ciudad / pueblo / aldea de 10 habitantes suficientemente representados en el libro? “Lo he dicho en otras ocasiones y lo repito: puede que no estén todos los que son, pero sí son todos los que están. A mí me encantan los zarajos y las gallinejas, pero su carácter localista las impide entrar en una clasificación que busca una amplia y diversa base de consumidores. A sensu contrario, hay algún gastrónomo que me afeó que las croquetas, tan francesas ellas, estuvieran presentes en un trabajo sobre los cien grandes platos de la cocina española. Todavía me estoy dando golpes de pecho, pero no aparece espíritu de enmienda alguno”. 

Un experto se atrevió a cuestionar las croquetas por afrancesadas. EL COMIDISTA
Más allá de las discusiones sobre la selección, sobre el libro planea otro debate más profundo, aunque posiblemente igual de bizantino. ¿Existe una cocina española? ¿O habría que hablar de cocina asturiana, cocina vasca, cocina andaluza o cocina catalana?

Jacobino declarado, Díaz Güell responde con una pregunta: “¿Dirías que hay una cocina francesa o una cocina del Languedoc-Roussillon, de Poitou, de la Provenza o de Alsacia–Lorena? Sí creo que hay una cocina española, y este libro es un ejemplo de ello, si bien yo me quito el gorro ante la creatividad de la cocina catalana, la calidad de los productos de la cocina vasca, la materia prima de la cocina gallega y así hasta componer el mapa autonómico de todas las comunidades. Lo que une a todas las cocinas de España es la creatividad y el buen hacer, aunque se está perdiendo porque cocinar requiere tiempo, y eso es algo cada vez más escaso”

LA LISTA DE LOS 100

Si quieres nuestra receta, haz clic en los nombres de los platos.

Si quieres nuestra receta, haz clic en los nombres de los platos.

Cocido madrileño

Fabada asturiana

Gazpacho andaluz

Paella valenciana

Tortilla de patatas

Ajoblanco

Bacalao al pilpil

Callos a la madrileña

Empanada gallega

Pulpo á feira

Salmorejo

Cochinillo asado castellano

Fritura andaluza

Papas arrugás con mojo picón

Pisto manchego

Arroz a banda

Marmitako

Migas manchegas

Tortillita de camarones

Lechazo asado

Gallina en pepitoria

Rabo de toro a la cordobesa

Sopa de ajo

Calçots

Menestra de verduras de Tudela

Torrijas

Croquetas

Ensaimada mallorquina

Pote gallego

Arroz con leche

Escalivada

Merluza en salsa verde

Morteruelo

Riñones al Jerez

Suquet de pescado

Changurro a la donostiarra

Fideuá

Pa amb tomaquet / pan con tomate

Patatas bravas

Pollo al chilindrón

Tocinillo de cielo

Caracoles a la llauna

Coca con…

Crema catalana

Filloas

Tarta de Santiago

Torreznos de Soria

Calamares en su tinta

Escudella y carn d’olla

Patatas a la riojana

Bacalao al ajoarriero

Huevos fritos

All i pebre de anguila

Ensaladilla rusa

Escabechados

Conejo al ajillo

Gazpachos manchegos o galianos

Porrusalda

Albóndigas

Arroz al caldero

Cocochas en salsa

Merluza a la gallega

Perdices estofadas

Potaje de vigilia

Soldaditos de Pavía

Almejas a la marinera

Bacalao a la vizcaína

Butifarra con alubias

Pestiños

Pimientos de piquillo rellenos

Sardinas asadas

Buñuelos de viento

Cocido montañés

Cardos a la navarra

Del boquerón a la anchoa…

Gambas al ajillo

Quesada pasiega

Rabas / Calamares

Arroz negro

Besugo a la espalda

Caldereta de cordero u oveja

Manitas de cordero

Caldereta de langosta

Canelones

Pipirrana

Brasas, chuletón...

Leche frita

Bonito con tomate

Mollejas

Pastel de cabracho

Patatas a la importancia

Patatas revolconas

Pies de cerdo

Tumbet

Alubias con perdiz

Arroz con costra

Habas a la catalana

Lubina o dorada a la sal

Morcillas

Alcachofas con jamón


Cocido madrileño

jueves, 27 de octubre de 2022

_- IBM elimina 13.000 puestos de trabajo

_- El gigante de la computación IBM anunció que piensa recortar 13.000 empleos en todo el mundo, el equivalente al 4% de su fuerza laboral, como parte de una reestructuración dirigida a impulsar los ingresos de la empresa.

El director financiero de la compañía, Mark Loughridge, declaró que la mayoría de los puestos se perderán en Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña.

"No es un secreto que ha sido un período de condiciones económicas flojas en Europa y otros países", señaló.

Loughridge agregó que los despidos significarán un ahorro entre US$300 y US$500 millones para la segunda mitad del año entrante.

Menos ganancias
El anuncio se produjo pocas semanas después de que IBM reportó menos ingresos de lo esperado en el primer trimestre del año.

"No es un secreto que ha sido un período de condiciones económicas flojas en Europa y otros países" Mark Loughridge, director financiero de IBM

Cuando se dieron a conocer los resultados, Loughridge advirtió que se haría necesario efectuar una "reestructuración considerable".

Algunos analistas señalaron que la amenaza de recortes afectó el desempeño de la empresa.

Según Laura Conigliaro, analista de Goldman Sachs, "las ventas europeas parecieron estar especialmente alteradas por los rumores que corrieron en las semanas finales del trimestre".

Para terminar con la incertidumbre, IBM señaló que planea realinear sus operaciones y su estructura organizativa en Europa con el fin de reducir la burocracia en países de poco crecimiento.

Se espera que la mayor parte de los recortes en Europa se apliquen con la metodología del retiro voluntario. 

El País

miércoles, 26 de octubre de 2022

_- Qué es el extraño “efecto Mandela” que la ciencia trata de explicar Deepasri Prasad y Wilma Bainbridge The Conversation*

_- La serie canadiense de dibujos animados y libros infantiles se llama en realidad 'The Berenstain Bears', con 'a', o Berenstein, con 'e', como mucha gente cree.

Piensa en el hombre del Monopolio.

¿Tiene un monóculo?

Si te imaginaste al personaje del popular juego de mesa con uno, lo sentimos pero estás equivocado. De hecho, nunca ha usado uno.

Si te sorprende esto, no estás solo. Mucha gente tiene el mismo recuerdo falso sobre esta figura.

Este fenómeno también ocurre con otros personajes, logotipos y citas.

Por ejemplo, a menudo se piensa que Pikachu de Pokémon tiene una punta negra en la cola, que no posee.

Y mucha gente está convencida de que el logo de Fruit of the Loom incluye una cornucopia, pero tampoco la tiene.

Este fenómeno de recuerdos falsos compartidos para ciertos íconos culturales se denomina el "efecto visual Mandela".

Las persona Eso se debe en parte a que asumen que lo que recuerdan y olvidan es subjetivo y está basado en sus propias experiencias personales.

Sin embargo, la investigación que hemos realizado muestra que las personas tienden a recordar y olvidar las mismas imágenes, independientemente de la diversidad de sus experiencias individuales.

Recientemente hemos demostrado que estas similitudes en nuestros recuerdos se extienden incluso a nuestros recuerdos falsos.

¿Qué es el efecto Mandela?

El término "efecto Mandela" fue acuñado por Fiona Broome, una autodenominada investigadora paranormal, para describir su recuerdo falso de que el expresidente sudafricano Nelson Mandela (1918-2013) murió en prisión en la década de 1980.

Nelson Mandela Pie de foto,
Nelson Mandela murió en 2013.

Se dio cuenta de que muchas otras personas también compartían este mismo recuerdo falso y escribió un artículo sobre su experiencia en su sitio web.

Desde entonces, los ejemplos del "efecto Mandela" se han compartido ampliamente en internet.

Estos incluyen nombres como "los Osos Berenstain", una serie de libros para niños, que se recuerda erróneamente con la terminación "-ein" en lugar de "-ain", y personajes como C-3PO de Star Wars, que se evoca falsamente con dos patas doradas en vez de una pierna de color oro y otra plateada.

El "efecto Mandela" se convirtió en alimento para las personas que creen o promueven teorías conspirativas: los recuerdos falsos son tan fuertes y específicos que algunas personas los ven como evidencia de una dimensión alternativa.

Debido a eso, la investigación científica solo ha estudiado el "efecto Mandela" como un ejemplo de cómo las teorías conspirativas se difunden en internet.

Ha habido muy poca investigación sobre el "efecto Mandela" como un fenómeno de la memoria.

Pero comprender por qué estos íconos desencadenan recuerdos falsos tan específicos podría darnos más información sobre cómo se forman los recuerdos falsos.

El "efecto visual Mandela", que afecta específicamente a los íconos, fue una manera perfecta de estudiar esto.

Un fenómeno robusto de memoria falsa
Para ver si el "efecto visual Mandela" realmente existe, realizamos un experimento en el que presentamos a las personas tres versiones del mismo ícono.

El corredor de BMX Jamie Bestwick muestra el logotipo de la marca de ropa estadounidense Fruit of the Loom, que nunca ha incluido una cornucopia. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Una era correcta y las otras dos estaban manipuladas, y les pedimos que seleccionaran la correcta.

Había 40 conjuntos de íconos e incluían a C-3PO de la franquicia de "La guerra de las galaxias", el logotipo de Fruit of the Loom y el hombre del juego de mesa Monopolio.

En los resultados, que han sido aceptados para su publicación en la revista Psychological Sciences, encontramos que a las personas les fue muy mal en siete de ellos, y solo eligieron el correcto alrededor o menos del 33% de las veces.

Para estas siete imágenes, las personas identificaron constantemente la misma versión incorrecta, no solo eligieron al azar una de las dos versiones incorrectas.

Además, los participantes dijeron sentir mucha confianza en sus elecciones y estar muy familiarizados con estos íconos a pesar de estar equivocados.

En conjunto, es una clara evidencia del fenómeno del que la gente en internet ha hablado durante años: el "efecto visual Mandela" es un error de memoria real y constante.

Descubrimos que este efecto de memoria falsa era increíblemente fuerte, en múltiples y diferentes formas de poner a prueba la memoria.

Incluso cuando las personas vieron la versión correcta del ícono, eligieron la versión incorrecta solo unos minutos después.

Y cuando se les pidió que dibujaran libremente los íconos de memoria, también incluyeron las mismas características incorrectas.

Sin una causa universal
¿Qué causa esta memoria falsa compartida para íconos específicos?

Descubrimos que las características visuales como el color y el brillo no podían explicar el efecto.

También rastreamos los movimientos del ratón de los participantes mientras veían las imágenes en la pantalla de una computadora para ver si simplemente no escanearon una parte en particular, como la cola de Pikachu.

Este es Pikachu, pero la mayoría de los participantes del estudio eligieron la misma versión incorrecta de la caricatura: el personaje con la punta negra de la cola.

Pero incluso cuando las personas vieron directamente la parte correcta de la imagen, eligieron la versión falsa inmediatamente después.

También descubrimos que para la mayoría de los íconos, era poco probable que las personas hubieran visto la versión falsa de antemano y solo recordaran esa versión, en lugar de la versión correcta.

Puede ser que no haya una causa universal. Diferentes imágenes pueden provocar el "efecto visual Mandela" por diferentes razones.

Algunas podrían estar relacionadas con las expectativas previas ante una imagen, otras con la experiencia visual previa con una imagen o podrían tener que ver con algo completamente diferente a las imágenes en sí.

Por ejemplo, descubrimos que, en su mayor parte, las personas solo ven la parte superior del cuerpo de C-3PO cuando es representado en los medios de comunicación.

La pierna dorada recordada erróneamente podría ser el resultado de que usaron conocimientos previos (los cuerpos generalmente son de un solo color) para llenar este vacío.

Pero el hecho de que podamos demostrar consistencias en los recuerdos falsos para ciertos íconos sugiere que parte de lo que impulsa los recuerdos falsos depende de nuestro entorno y es independiente de nuestras experiencias subjetivas con el mundo.

*Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Puedes leer la versión original aquí.
Deepasri Prasad es estudiante de doctorado en neurociencia cognitiva en Dartmouth College, EE.UU.
Wilma Bainbridge es profesora asistente de psicología en la Universidad de Chicago, EE.UU.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-63271049

martes, 25 de octubre de 2022

_- ADMINISTRACIÓN PÚBLICA El ‘síndrome del impostor’ deja en casa a muchos opositores

Vista general del pabellón donde se celebran los exámenes de oposiciones al Ayuntamiento de Madrid, este sábado, en el centro de convenciones de IFEMA de Madrid_- Cuando Raúl Varela (Cádiz, 25 años) se presentó a su primer examen de oposición se sentía mal. Tenía el estómago cerrado. Estaba muy nervioso, más que cuando se presentó al examen de conducir. Para colmo, el día del examen tuvo que aguantar durante varias horas los nervios mientras esperaba para realizar la prueba que podía determinar su vida. Varela no sacó aquella plaza para el Ayuntamiento de Sevilla, tampoco otra a la que se presentó para la Universidad de Cádiz. Él mismo reconoce que no se preparó las pruebas a conciencia, pero afirma que haber afrontado el mal trago le ayudó a conseguir la plaza de administrativo del Estado el pasado febrero.

Presentarse no es lo más común. Según los datos del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP) uno de cada dos inscritos a convocatorias de administrativos del Estado (el 55%) no se presentan el día del examen. Como las tasas para presentarse al examen no suelen superar los 30 euros, muchos opositores ni siquiera prueban suerte, aunque según la academia de oposiciones CEAC, muchos de ellos no se presentan porque sufren el "síndrome del impostor".

El síndrome le ocurre a las personas que sienten miedo a ser descubiertos, como si fueran una especie de impostores, ya que asocian sus éxitos a factores externos y no a su propio esfuerzo y dedicación. Según Mercedes Bermejo, vocal del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, presentarse a varias convocatorias sin expectativas, como hizo Varela, y conocer el proceso es una de las facetas que pueden atenuar ese miedo.

Los expertos de CEAC creen que parte de los alumnos sucumben ante las altas expectativas y exigencias del proceso de preparación y por eso no se presentan a las convocatorias de empleo público. 2022 está siendo el año de la mayor oferta de este tipo de plazas de la historia en la Administración General del Estado, así lo destacó el sindicato CSIF tras su aprobación en mayo. En consecuencia, las academias esperan un aumento sustancial de alumnos que afrontarán estos problemas de primera mano.

No todos los nuevos candidatos tienen las condiciones para prepararse unas oposiciones. Para poder afrontar este tipo de exámenes, Mercedes Bermejo asegura que es importante llevar a cabo un proceso de toma de conciencia de lo que implica opositar. "Supone compromiso, entrega, renuncia y una serie de disciplinas que no todas las personas pueden entregar por diferentes circunstancias. Requiere planificación", afirma.

Luis Timón, gerente de docentesopositores.com, cree que las cualidades para preparar de manera satisfactoria unas oposiciones se entrenan, pero lo normal no es venir con ellas de serie: "Los opositores no vienen habituados por el sistema educativo a estudiar unas oposiciones, tampoco tienen estrategias para afrontar las dificultades propias de una. Cuando la gente no ve resultado inmediato, abandona".

El proceso se puede alargar desde los nueve meses en las escalas más bajas del grupo C, hasta los cinco años y siete meses que, de media, se tardan en aprobar algunas de las escalas más altas del grupo A, según los datos de academias de opositores y datos obtenidos por CincoDías.

Los opositores asumen un sentimiento de fraude, decepción y desarrollan un gran miedo al fracaso ante la dureza del proceso. Eva Soto, psicóloga de CEAC oposiciones asegura que el estado de ánimo, la mentalidad y el nivel de compromiso, afectan directamente al resultado final.

Luis Timón afronta muchos casos así en su academia. El profesor advierte de que los alumnos con mayor tasa de éxito son los disciplinados, no los inteligentes: "La gente que aprueba no suelen ser brillantes. Son constantes". Timón asegura que esa es la clave de las academias como la suya o CEAC: "El 100% de mis alumnos no saben estudiar, por eso acuden a una academia. Además de para aprender estrategias psicológicas que son fundamentales, como afrontar el folio en blanco".

Varela lo certifica. Durante la universidad fue un alumno "muy normal" que estudiaba, con suerte, unos días antes. Tuvo que cambiar sus hábitos de cara a opositar y llevar una vida "de monje". Para ello, comenzó a estudiar desde septiembre de 2020 hasta febrero de 2022, cuando sacó su plaza. "Es muy difícil comprometerte a estudiar unas oposiciones sabiendo que es como una jornada laboral sin remuneración", sentencia Varela.

Plazas.
El Gobierno y los sindicatos de la función pública pactaron en mayo 29.578 plazas de empleo público. De ellas, 15.880 son de nuevo ingreso; 9.591 puestos de promoción interna; y otros 4.107 de estabilización de temporales.

Tiempo medio. 
Según datos obtenidos por CincoDías, a las oposiciones que más tiempo medio hay que dedicar para aprobarlas son las de registradores de la propiedad (5 años y 7 meses), las de Notaría (5 años y 6 meses) y las de Abogado del Estado (4 años y 6 meses).

Sector envejecido.
España es el segundo país con mayor ratio de edad de sus empleados públicos entre los países desarrollados, después de Italia, según los datos de la OCDE. Adán Rey, responsable de la academia de oposiciones Flou, comentó que se avecina un "boom" de aquí a finales de año de convocatorias de la AGE, escalas básicas y ejecutiva de la Policía Nacional.

Calidad de vida.
Según un informe de Oposita-Test.com, el 80% de los opositores afirma que su objetivo es buscar la estabilidad laboral y un puesto fijo para toda la vida, más allá del salario.

Facultades psicológicas.
Mercedes Bermejo afirma que hay muchas facetas que un psicólogo puede ayudar a obtener a un opositor. Por ejemplo, la organización, encontrar tiempos de ocio, diagnosticar cuándo es necesario pedir ayuda. La psicóloga afirma que todas estas facetas "se pueden entrenar".
 El País.

_- EDUCACIÓN. El laboratorio de éxito educativo escondido en un pequeño pueblo de Albacete: “Aquí cada niño tiene su habilidad, su sitio”


_- El instituto público Río Júcar, en Madrigueras, es uno de los 3.600 centros españoles que participa en el programa Proa+, dotado con 120 millones al año.

En su caso ha destinado los fondos a mejorar la atención socioemocional de sus alumnos

A Madrigueras se llega después de atravesar kilómetros y kilómetros de viñedos, campos de almendros y olivos, y dejar atrás hileras de las casas bajas y compactas típicas de los pueblos manchegos. Uno no esperaría que en esta población de 4.650 habitantes, situada a 30 kilómetros de Albacete, tras las paredes del edificio de ladrillo rojo que aloja al instituto público Río Júcar, existiera un laboratorio de innovación educativa. Y la clave son los docentes. Y a esta hora, las 11.30 de un viernes de octubre, ocho de ellos se sientan en torno a la mesa de dirección y preparan una lectura colectiva de Don Juan Tenorio, obra decimonónica a la que, respetando el texto, han decidido dar una vuelta para acercarla a la sensibilidad de los adolescentes en aspectos como la igualdad de género.

El Río Júcar es conocido en Castilla-La Mancha por su original sistema organizativo, basado en agrupaciones de docentes (que aquí llaman “escenarios”) de distintas materias que desarrollan proyectos interdisciplinares, y por haber implantado una enseñanza más competencial años antes de la aprobación de la nueva ley educativa, la Lomloe. Formar parte de dichos escenarios es voluntario, pero el 85% de los profesores se han sumado a ellos, y la fama del centro hace que cada año sea solicitado como destino por docentes que se sienten atraídos por una propuesta educativa menos convencional que busca que el éxito alcance a todo su alumnado. El Río Júcar es también uno de los 3.657 centros que (a fecha de junio) participan en el Proa+, un programa para mejorar el rendimiento educativo recuperado por el Ministerio de Educación después de que hace una década, en plena crisis financiera, el Gobierno del PP lo eliminara pese a haber acreditado su eficacia.

En el Proa+, que tiene un presupuesto global de 120 millones de euros al año, cada colegio o instituto decide cómo invertir los fondos que recibe dentro del objetivo general de mejorar el rendimiento y el acompañamiento a los alumnos. Lo más habitual (lo elige el 32% de los centros participantes) es realizar “acciones de refuerzo educativo en horario no lectivo”, es decir, clases de apoyo, normalmente de matemáticas o lengua. Pero se han puesto en marcha otras fórmulas, como programas para trabajar con las familias de los alumnos, reforzar las bibliotecas escolares y abrirlas al vecindario, organizar tutorías individuales con los estudiantes que más lo necesitan, o implantar planes de acogida y formación para los docentes que llegan al centro por primera vez (de un curso a otro puede cambiar entre un 20% y un 30% de las plantillas debido a la alta proporción de interinos en la educación pública).

El Proa+ está dirigido a centros que presentan circunstancias complejas, como un alumnado socialmente desfavorecido o geográficamente disperso. El Río Júcar, que se inscribe más en el segundo grupo, lo ha dedicado a mejorar la atención socioemocional del alumnado con la incorporación de una profesora técnica de servicios a la comunidad (una educadora social) que ha reforzado el departamento de orientación. Primero, ofreciendo seguimiento psicológico a los alumnos y mejorando la conexión con los servicios sanitarios, explica Alicia Magán, la orientadora del centro, ya que a raíz de la pandemia aumentaron los casos de ansiedad, autolesiones e incluso de ideación de suicidio. Y, desde este curso, potenciando la inclusión en la hora del recreo con la organización de actividades temáticas (de baile, pimpón, cocina y otros) tras haber constatado que en el patio los chavales tendían a juntarse fundamentalmente con los de su pueblo: al Río Júcar, que tiene medio millar de estudiantes, acude alumnado de siete municipios de la comarca de La Machuela.

 
Equipo directivo y docentes del instituto público Río Júcar. En el centro, con camisa a cuadros, el director Francisco Selva.  ALFONSO DURAN

El instituto, afirma su director, Francisco Selva, intenta no vivir de espaldas a la sociedad a la que pertenece y aspira, en la medida de lo posible, a mejorarla. “La única etapa de su vida donde los alumnos de todas estas localidades coinciden es aquí, y nosotros tratamos de conectarlas. Y que si el día de mañana montas una empresa en Madrigueras no tengas que irte a Albacete a buscar empleados, que ya conozcas a uno de Mahora con el que has hecho proyectos, que sepas quién trabaja bien… Al final el mundo rural va a sobrevivir a base de eso”.

El director admite que tanto con el Proa+ como con el resto de programas oficiales a los que se suma el Río Júcar, lo que busca el instituto son recursos con los que afianzar su proyecto. Un ejemplo de la vocación social del centro es el peso que le da al aprendizaje servicio, una clase de proyecto orientado a mejorar el entorno. El director menciona uno, centrado en la residencia de mayores de Madrigueras, que desarrollaron antes de la pandemia alumnos de 4º de la ESO (15 años) y que abarcó las materias de Educación Plástica y Visual, Educación Física y Matemáticas. Los chavales se reunieron, elaboraron su proyecto… Y se equivocaron: habían planificado hacer bailar a los residentes, por ejemplo, con reguetón, y al llegar descubrieron que el 80% tenían la movilidad demasiado reducida como para hacerlo. “Me miraban como diciendo: ‘Esto nos lo podías haber dicho’. Pero es que en la vida, cuando haces un proyecto, primero te equivocas y luego lo corriges, no pasa nada”, comenta el director. Así lo hicieron. Analizaron qué había fallado —“El análisis del contexto y la recogida de información”— y lo reelaboraron. Para el curso siguiente, los chavales aprendieron seguidillas manchegas, un género más del gusto de los residentes, y las bailaron junto a los mayores que, por sus condiciones físicas, pudieron sumarse. Los que no, hicieron de público y animaron aplaudiendo.

En el Río Júcar los chavales estudian también los contenidos de forma más estándar. Pero estas otras actividades, cree el director, sirven para potenciar habilidades a las que normalmente la escuela ha dado poca importancia. “A lo mejor te sorprende un niño o una niña que académicamente, al empollar y memorizar, no es buena, pero en cambio habla muy bien en público, y aquí se le da su sitio. O es muy buena digitalmente, montando vídeos por ejemplo, y tiene su sitio. O es especialmente extrovertida, y es muy buena relacionándose con cualquier institución con la que nos relacionamos, y tiene su sitio. Esta es también la clave de la inclusión, darle a cada uno su espacio y su momento. Aunque es difícil”, dice el docente.

Profesores de distintas materias
El instituto Río Júcar organizó inicialmente las agrupaciones interdisciplinares de profesores que llaman escenarios de forma temática (utilizando como ejes los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas). “Pero nos dimos cuenta de que eso coartaba, y que es mejor que los escenarios se estructuren de abajo hacia arriba. Los centros educativos somos un nicho de formación, aquí todo el mundo está superpreparado, así que decidimos no cerrar las temáticas y que fluyan las ideas, que muchas veces parten de los propios alumnos”, afirma el director. El criterio para formar los escenarios es intentar que no haya en ellos profesores de las mismas disciplinas. “El conocimiento en el mundo no se presenta atomizado, por un lado el matemático y por otro el lingüístico. Lo que tienes al final es una factura de la luz, donde viene todo integrado, añade.


Interior del instituto Río Júcar. ALFONSO DURAN

El horizonte de la selectividad (al menos de la actual selectividad), hace que en Bachillerato la forma de dar clase tenga que ser más convencional también en este instituto. Adela, que tendrá la Evau en junio, lo entiende, pero echa de menos las metodologías que conoció en la ESO. La alumna, que quiere ser médica, pero a la que le gusta mucho dibujar, recuerda especialmente un corto de animación a la antigua usanza, con dibujos a mano, que hizo con compañeros de distintas edades. “Yo creo que aquellos proyectos me sirvieron para aprender cosas que de otra forma no habría aprendido igual, como a desenvolverme en público, desarrollar la creatividad, trabajar en grupo y discutir”.

domingo, 23 de octubre de 2022

_- La familia numerosa con la mitad de sus miembros con esquizofrenia que ayudó a entender mejor esta enfermedad

_- "Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera" ("Ana Karenina" de León Tolstói). 

La familia Galvin en la Academia de la Fuerza Aérea de EE.UU., 1961.

Un día en 1972 en Woodmen Valley, un lugar lleno de bosques y tierras de cultivo entre empinadas colinas y mesetas en Colorado, EE.UU., una pareja sale de su casa por la puerta que da al patio trasero.

Donald, de 27 años, con ojos profundos, la cabeza afeitada y el comienzo de una barba desaliñada, va con su adorada hermana Mary, de 7 años, cabello rubio y nariz de botón.

La escena es idílica: el patio huele a pino dulce, fresco y terroso, los pájaros vuelan sobre el jardín de rocas mientras la mascota de la familia, un azor llamado Atholl, hace guardia.

Aunque su hermano es mayor, es Mary la que lo va llevando hacia la cima de una colina, pues tiene un plan: quemarlo en la hoguera como hacen con los herejes en las películas que ve su mamá.

Le había propuesto que hicieran un columpio en la rama de un árbol, para lo que necesitaban una cuerda, pero una vez escogieron uno de los pinos más altos, le dice a Donald que lo que quiere es atarlo al árbol; él accede sin problema, ella trae leña y la deja caer a sus pies descalzos.

Fue la misma Mary, después llamada Lindsay, quien, casi medio siglo más tarde, le contó lo que ocurrió ese día al periodista y autor Robert Kolker.

Con su hermana Margaret le habían pedido que las ayudara a relatar lo que les pasó y a averiguar qué pasó con todo eso que pasó.

Le habían abierto la puerta al mundo de una familia que, por un tiempo, fue el retrato perfecto del sueño americano de posguerra, nada menos que con un veterano de la Segunda Guerra Mundial a la cabeza y una madre que horneaba pasteles y confeccionaba la ropa para sus 10 apuestos hijos y 2 hermosas niñas.

Pero nada era lo que aparentaba, ni siquiera esa historia de Mary.

No era Mary
Donald no era un hermano común y corriente.

Nada en la vida de Mary lo era.

Mary (más tarde Lindsay) en la escuela primaria.

Donald la veneraba porque estaba convencido de que era María, la sagrada Virgen y madre de Cristo, y él, alguien a quien San Ignacio le había conferido un título en "ejercicio espiritual y teología".

Se la pasaba recitando a viva voz el credo de los Apóstoles y el Padre Nuestro, y una letanía que llamaba la Sagrada Orden de los sacerdotes: "D.O.M., Benedictino, Jesuita, la Orden del Sagrado Corazón, la Concepción Inmaculada, María Inmaculada, Orden de sacerdotes oblatos...", día y noche, sin cesar.

En sus mejores días, se ponía una sábana de color marrón rojizo al estilo de un monje, completando a veces el atuendo con un arco y una flecha de plástico, y salía a caminar durante hor.as, deteniéndose a veces en lugares en los que pretendían no conocerlo o le pedían que se retirara.

Otros días, permanecía desnudo, sentado en la sala de la casa, en silencio.

A veces, Mary regresaba de la escuela y lo encontraba ocupado en tareas que solo él podía entender, como sacar todos los muebles de la casa o verter sal en el acuario y envenenar a todos los peces.

Su madre, entretanto, se comportaba como si todo fuera normal, así hubiera tenido que llamar a la policía por estallidos de violencia.

Mientras los demás hermanos hallaban excusas para estar lejos de Donald, Mary, la más pequeña, a menudo no tenía más opción que estar con él.

Y, a pesar de su corta edad, sabía que no podía llorar o quejarse: su hermano mayor no era el único con comportamientos extraños y sus padres observaban a todos sus hijos, pendientes de cualquier indicio preocupante.

Donald en la portada del Denver Post, 10 años antes, cazando halcones para la Academia de la Fuerza Aérea de EE.UU.

Fue en medio de esa pesadilla sin despertar que a la chiquilla de 7 años se le ocurrió el plan para deshacerse de su hermano.

Era un grito ahogado de desesperación.

No iba realmente a llevar a cabo la locura de de quemar vivo a Donald. Ella no era como los demás, y se lo demostraría a sus padres y a sí misma.

No era ella la que sufría el mal de familia, pero no podía escapar de su sombra.

1, 2, 3, 4, 5, 6
Eso (y más) nos lo cuenta Kolker solo en el prólogo de su aclamado libro "Los chicos de Hidden Valley Road: En la mente de una familia americana", el resultado de horas de conversaciones con los miembros de la familia Galvin e investigación sobre los estudios que les realizaron.

Porque los Galvin eran un caso único de "la enfermedad más desconcertante de la humanidad": la esquizofrenia.

Además de Donald (1945), el primer y más conspicuo caso, otros cinco hermanos Galvin sufrieron de ese trastorno cerebral que abarca una amplia variedad de síntomas de maneras completamente diferentes.

James (1947-2001), el segundo hijo, que peleaba brutalmente con Donald y pasó a victimizar a los miembros más indefensos de su familia, especialmente a las niñas, Mary y Margaret. Matthew (1958), un talentoso ceramista que, cuando no estaba convencido de que era Paul McCartney, creía que sus estados de ánimo controlaban el clima.

Joseph (1956-2009), el más apacible de los hermanos enfermos, escuchaba voces de épocas y lugares diferentes.

Peter (1960), el niño rebelde, era maníaco y violento y durante años rechazó toda ayuda.

 Y Brian (1951-1973), la estrella de rock de la familia, que mantuvo sus miedos más profundos en secreto, y en un estallido inescrutable de violencia cambió todas sus vidas para siempre.

Brian (izq.) con su banda de rock a finales de la década de 1960.

"Brian se fue a vivir al Área de la Bahía de San Francisco, se enamoró, la familia conoció a la novia y todo parecía ir bien. Pero un día, esa relación terminó y poco después él la mató y se suicidó", le contó Kolker a BBC Mundo.

"Fue un gran punto de inflexión. Marcó el momento en que la familia ya no podía ocultar lo que estaba sucediendo. No podían sentarse en las sombras por más tiempo. Tuvieron que pedir ayuda".

No lo habían hecho antes, explica el autor, porque "sabían que en el momento en que hicieran público lo que estaba pasando, el destino de toda la familia cambiaría, y el futuro de los niños que no estaban enfermos se vería afectado, por lo que lo mantuvieron en secreto todo el tiempo que pudieron".

Callejón sin salida
Mimi, la madre, había aprendido a pretender que nada de lo que ocurría era extraño.

"Hacer cualquier otra cosa habría sido lo mismo que admitir que carecía de un control real sobre la situación, que no podía entender lo que estaba sucediendo en su casa, y mucho menos sabía cómo controlarlo".

"Mimi tomó muchas decisiones que tuvieron consecuencias brutales, que perjudicaron a muchos de los niños. Pero, por otro lado, defendió heroicamente a sus hijos enfermos.

"En otra familia podrían haber terminado en la calle y olvidados", le dijo Kolker a BBC Mundo.

Tuvo además que cuidar a su esposo, quien sufrió un derrame cerebral.

La familia entera celebrando el doctorado de Don en 1969.

"Quizás te preguntas por qué no llamó a un médico, hasta que te enteras de qué estaban haciendo los doctores en ese tiempo con gente como los Galvin: ahí empiezas a darte cuenta de lo atrapada, perdida y confundida que estaba la familia".

Durante mucho tiempo, las opciones tendían a ser dos, señala el autor.

"Un grupo de doctores decía que era un problema genético, e intentaban curar la esquizofrenia con terapias de choques eléctricos, Torazina, lobotomías... los trataban como sujetos de prueba, y los internaban en hospitales psiquiátricos de los que nunca volvían a salir.

"Otro grupo de médicos decía: 'es culpa de los padres, así que saquemos a todos los niños de la casa y pongamos a los sanos en albergues y a los enfermos en hospitales psiquiátricos para que nunca los vuelvan a ver'".

Esa segunda opción devastó a Mimi.

"Quedé destrozada", le dijo a Kolker. "Pensaba que era una buena madre. Horneaba un pastel y una tarta todas las noches. O al menos tenía gelatina con crema batida".

Del silencio al libro
¿Qué entonces, todos estos años más tarde, a la familia Galvin a querer hacer públicos todos los detalles de una historia que por tanto tiempo calló?

 "Le habían hecho un montón de terapia para recuperarse de sus traumas infantiles, y sintieron que su experiencia podría ser útil para otras personas".

Además, Mimi ya tenía unos 90 años y la familia pensó: 'ahora o nunca'.

Lindsay (Mary) y Margaret, las únicas dos hijas y las menores, fueron las impulsoras del libro.

Sin embargo, su interés no era solo contar qué pasó, "sabían que la habían estudiado, y que alguna vez fueron tratados como significativos, pero eso no implicaba que algo hubiera salido de eso, así que esperaban que alguien como yo sería capaz de averiguarlo".

genético preciso de la esquizofrenia los mayores factores de riesgo es la heredabilidad, pero no parece transmitirse directamente de padres a hijos.

Psiquiatras biólogos y genetistas pensaban que había un código para la condición, pero no lograban localizarlo entre el gran número de casos, los Galvin ofrecieron a partir de la década de 1980, la familia entera se convirtió en tema de estudio. Su material genético ha sido analizado por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado, el Instituto Nacional de Salud Mental y más de una compañía farmacéutica.

Sabemos que las muestras de su material genético han formado la piedra angular para analizar su ADN para genéticas de la población general, los investigadores están a punto de lograr avances significativos en cuanto a la predicción e incluso la prevención de la esquizofrenia.
Saber que ha aquejado a 6 de sus hijos no era su tarea pero alivió a Mimi mucho tiempo, los Galvin no tenían ni idea donde podían esta otros, ajenos a cuán "Eso fatras be loalegró ", en la BBC Mundo.

"Les pareció que era un gran avance ya que demostraba que la enfermedad era genética, así que muchas de las otras teorías, como que era el resultado de mala crianza, eran falsos "Sintieron que se ponía en tierra firme, y a la madre, la puso de buen humor. De repente, estaba dispuesta a hablar sobre su familia".

Vínculo inquebrantable
Al autor, por su parte, lo que más le llamó la atención fue que "los seis hermanos que no sufrían de la enfermedad mental encontraron su camino y llevaron una vida normal".

"Ninguno terminó sin techo o drogadicto".

"¿Cómo superas una infancia tan extraordinaria y encuentras tu camino en el mundo? Y, ¿Cómo reevalúas tu relación con esa familia? "

"El mero hecho de querer seguir siendo parte de ella tras experiencias tan traumáticas me asombró.

 ¿Por qué se fueron en la primera oportunidad para nunca volver? "

"Todos encontraron formas de seguir conectados entre sí".

Linsay con su esposo e hijos.

"Con Lindsay, por ejemplo, pude ver cómo sus actitudes hacia su familia fueron cambiando".

"Primero quiso irse; luego estuvo enojada; después quiso rescatar a algunos de los hermanos que todavía necesitaban ayuda y, finalmente, se instaló en un papel de cuidadora muy similar al que su madre desempeñó durante muchos años".

"Cuando era niña no quería que sus hermanos existieran, y ahora dedica una buena parte de su vida a cuidarlos".

Lindsay ha pasado décadas tratando de encontrarle sentido a su infancia, y ese proyecto continúa.

Ha aprendido que la clave para comprender la esquizofrenia es que esa clave sigue siendo elusiva.

Hay un menú de síntomas, varias formas en que se presenta la enfermedad e indicadores específicos.

Los psiquiatras hablan de aflojamiento de las asociaciones y pensamiento desorganizado.

Sin embargo, difícilmente alguien puede explicarle por qué, casi medio siglo después de ese día que subieron a esa colina, Donald sigue recitando su letanía religiosa o por qué, durante casi tanto tiempo, ha mantenido consistente e inquebrantablemente que él es hijo de un pulpo.

Pero apenas ve a su hermana menor llegar a la institución en la que vive, se levanta, listo para irse. Sabe que cuando Lindsay lo visita, es para llevarlo a ver a su familia.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-63244966