jueves, 6 de marzo de 2025

Cuáles son las mejores herramientas para manejar tus emociones según uno de los mayores expertos del tema

El psicólogo Ethan Kross afirma que es un "error" considerar que hay emociones "malas". Experimentamos todas las emociones por una razón, afirma.

Información del artículo
Autor, David Robson*

Título del autor, BBC News

Desde que era un niño, Ethan Kross ha sido "un observador de las emociones" y de las formas a menudo contraproducentes en que lidiamos con los sentimientos difíciles.

"Parecía que todos íbamos a los tumbos, encontrando ocasionalmente una solución accidental o provisional que nos ayudara a manejar nuestras facetas emocionales. A veces nuestras herramientas improvisadas ayudaban. A veces empeoraban las cosas. Parecía tan aleatorio, aislante e ineficiente", dice.

Como psicólogo de la Universidad de Michigan y director del Laboratorio de Emociones y Autocontrol, Kross espera cambiar esta situación.

En su nuevo libro Shift: How to Manage Your Emotions So They Don't Manage You ("Cambio: cómo manejar tus emociones para que no te manejen a ti") busca equiparnos a todos con un conjunto de herramientas que nos ayuden a navegar nuestros altibajos de manera constructiva.

Kross habló con el periodista de ciencia David Robson sobre los beneficios de los sentimientos "negativos", la creación de espacios seguros y oasis emocionales, y las sorprendentes ventajas de la distracción.

¿Cuáles son los conceptos erróneos más comunes sobre las emociones?

Un gran malentendido es que hay emociones buenas y emociones malas y que deberíamos esforzarnos por vivir nuestras vidas libres de todas las emociones malas. Esto es un error.

Pienso que hemos desarrollado la capacidad de experimentar todas las emociones por una razón.

La ira puede motivarnos a corregir una injusticia si todavía hay una oportunidad de arreglar las cosas. La tristeza puede llevarnos a la introspección y a dar un nuevo significado a situaciones que han cambiado profundamente. La envidia puede motivarnos a esforzarnos por conseguir las cosas que queremos lograr.

En las proporciones adecuadas, esa es una frase clave, todas las emociones son útiles.

Una forma de hacer hincapié en este punto es pensar en el dolor físico, que es uno de los estados emocionales más negativos que podemos imaginar. Muchos de nosotros anhelamos vivir una vida libre de cualquier tipo de dolor físico, pero algunas personas nacen sin la capacidad de sentir dolor, debido a una anomalía genética, y esos niños acaban muriendo más jóvenes que las personas que sí pueden sentir dolor.

Y es que si meten la mano en el fuego, no hay ninguna señal que les diga que la retiren. El mismo principio se aplica a todas nuestras emociones negativas.

Niño con cara triste 

Niño con cara triste

Fuente de la imagen,Getty Images

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Kross afirma que la evitación, aunque ha sido rechazada por algunos para manejar las emociones, a veces sí es beneficiosa. 

A menudo, a las personas les resulta liberador saber que no tienen que esforzarse por vivir una vida sin negatividad. Lo que hay que esforzarse por conseguir es simplemente mantener bajo control esas experiencias emocionales, y creo que es un objetivo mucho más sostenible.

Muchas personas creen que sus emociones están fuera de su control. ¿De dónde cree que surge esta actitud derrotista? ¿Y cuáles son las consecuencias?

Creo que depende de la faceta emocional de la que estemos hablando.

A menudo no tenemos control sobre los pensamientos y sentimientos que se desencadenan automáticamente a lo largo del día, pero podemos controlar cómo interactuamos con esos pensamientos y sentimientos una vez activan. Ahí es donde reside la promesa de la regulación de las emociones.

Pero si no crees que lo puedes hacer, entonces no te esforzarás en practicarlo. Si no crees que hacer ejercicio te va a ayudar a estar en forma, ¿por qué demonios dedicarías esfuerzo a hacer ejercicio?

Y si no crees que puedes usar diferentes estrategias para manejar tus emociones, ¿por qué las usarías?

Entonces, ¿cómo podemos cambiar nuestras respuestas a los sentimientos difíciles?

Escuchar música es un ejemplo de una herramienta que se infrautiliza.

Si le preguntas a la gente por qué escucha música, casi el 100% de los participantes dirá que les gusta cómo les hace sentir. Pero si luego observas lo que hacen las personas cuando luchan con sus emociones (como la última vez que estaban enojadas, ansiosas o tristes), solo una pequeña minoría dice usar la música para encontrar tranquilidad.

Joven riendo 

Joven riendo

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El experto afirma que cuidar nuestros entornos puede ayudarnos a sentir calma. 

La música es parte de una categoría que llamo "cambiadores", que son las herramientas que pueden manipular nuestras emociones. Y una vez que sabes cómo funcionan, puedes ser mucho más estratégico en cómo las usas en tu vida.

También describe cómo un cambio de entorno puede mejorar nuestro bienestar. Puede que sea algo que experimentamos durante nuestras vacaciones, pero ¿cómo podemos aplicar este principio a nuestra vida cotidiana?

Como dices, mucha gente se siente renovada cuando va a un lugar totalmente diferente que está libre de asociaciones con el trabajo. Pero no siempre podemos tomarnos esas vacaciones, y lo que me gusta recordar a la gente es que a menudo hay lugares cercanos que pueden cambiar nuestro estado de ánimo.

Hablamos mucho de encariñarnos con otras personas, y cuando las cosas no van bien, estar en presencia de esa figura puede ser una fuente de consuelo y resiliencia. Pero resulta que también nos encariñamos con lugares de nuestro entorno.

Entre los míos se encuentran el jardín botánico cerca de mi casa, la casa de té donde escribí mi primer libro y una de mis oficinas en el campus. Desde el momento en que estoy en ese espacio, tengo asociaciones positivas que me ayudan a gestionar mis emociones.

Creo que no son muy diferentes a las casas seguras que aparecen en las películas o los libros de espías. Todos tenemos estas casas seguras en nuestras vidas y queremos ser estratégicos a la hora de acudir a ellas cuando tenemos problemas.

Es una forma de gestionarnos de afuera hacia adentro.

También puedes cuidar tu entorno. Sabemos que las plantas y las imágenes de espacios verdes pueden ser restauradoras. También lo pueden ser las fotos de seres queridos.

Hemos realizado una investigación en la que exponemos a personas a fotografías de seres queridos mientras luchan con un problema. Descubrimos que acelera el ritmo en el que se "reparan" después de la experiencia.

¿El objetivo es ser más conscientes de lo que podemos hacer para cambiar cómo nos sentimos en lugar de dejarlo al azar?

Una de mis esperanzas con este libro es lograr que las personas sean mucho más deliberadas a la hora de incorporar estas herramientas en nuestras vidas.
 
una mujer triste con la mano en la cabeza

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Cuando tiene dificultades, Kross hace viajes mentales en el tiempo y se pregunta cómo se sentirá en el futuro con la situación que está enfrentando.

Me sorprendió descubrir que la distracción y la evasión pueden ser una forma productiva de lidiar con las emociones. ¿Por qué?

La evitación (tratar activamente de no pensar en algo distrayéndose o realizando otras conductas) suele ser ridiculizada como una herramienta poco saludable. Y no hay duda de que evitar cosas de forma crónica se ha relacionado con resultados negativos; no es un enfoque que yo recomendaría adoptar.

Pero no tenemos por qué elegir entre abordar o evitar nuestras emociones; podemos ser flexibles y hacer ambas cosas.

Hay investigaciones que demuestran que las personas que son eficaces tanto a la hora de abordar como de evitar sus emociones, de expresarlas o de reprimirlas, suelen obtener buenos resultados a largo plazo.

¿Cómo podría aplicarse esto a nuestras vidas? Bueno, supongamos que una situación te provoca alguna emoción. Alguna discusión que hayas tenido con alguien.

Una estrategia podría ser abordarla en ese momento, pero puede que tenga sentido tomarnos un tiempo para no pensar en ese problema o afrontarlo. Lo digo como el tipo de persona a la que, en general, le gusta afrontar las cosas en el momento, llegar al fondo del asunto y seguir adelante.

Pero a veces me ha resultado beneficioso sumergirme en algo totalmente ajeno durante un día y luego volver al problema.

Puede que al volver me dé cuenta de que no es un problema en absoluto, o que descubra que la intensidad del problema ha disminuido y puedo abordarlo desde una perspectiva más amplia.

¿Cómo debemos lidiar con ese asesino de la alegría, la comparación social?

A menudo escuchamos que no deberíamos compararnos con otras personas. ¡Buena suerte! Somos una especie social; parte de la forma en que nos damos cuenta de nosotros mismos y de nuestro lugar en este mundo es comparándonos con los demás.
 
Un hombre sostiene un libro y un vaso en medio de un bosque. Tiene un rostro tranquilo

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Las plantas y los espacios verdes pueden ser restaurativos. 

Es cierto que a menudo nos involucramos en el tipo de comparaciones que nos llevan a sentirnos mal con nosotros mismos, pero puedes replantearlo de manera que la comparación funcione a tu favor en lugar de en tu contra.

Si descubro que alguien me está superando, puedo decirme a mí mismo: bueno, ellos pudieron lograr eso, ¿por qué yo no? Ahora es casi como un objetivo hacia el que puedo apuntar.

¿Tienes alguna estrategia favorita a la que recurres normalmente en momentos de dificultad?

Cuando tengo dificultades, mi primera línea de defensa es utilizar el diálogo interno distante. Utilizo mi nombre y el pronombre en segunda persona (tú) para guiarme silenciosamente a través de un problema, como si estuviera aconsejando a un amigo.

Y luego también hago viajes mentales en el tiempo. Me pregunto: ¿Cómo me sentiré con esto dentro de un día, diez días, diez meses? Y también retrocedo en el tiempo. ¿Cómo se compara esto con otras cosas difíciles por las que he pasado?

A menudo, esas herramientas me llevan a donde quiero estar emocionalmente, pero si no son suficientes, recurro a mis asesores emocionales, personas de mi red que son bastante hábiles para empatizar conmigo y aconsejarme. Y doy un paseo por un espacio verde o visito uno de mis oasis emocionales.

* David Robson es autor de libros sobre ciencia. Su último libro, The Laws of Connection: 13 Social Strategies That Will Transform Your Life, fue publicado por Canongate (Reino Unido) y Pegasus Books (Estados Unidos y Canadá) en junio de 2024. Su perfil en Instagram es @davidarobson

miércoles, 5 de marzo de 2025

Jeffrey Sachs habla sobre los motivos de la guerra de Ucrania. Tomado de Juan Torres López

El 22 de Octubre de 2024 el profesor de la Universidad de Columbia de Nueva York, Jeffrey Sachs ofreció una charla y un turno de preguntas en la Cámara de Debates del Cambridge Union en la universidad de Cambridge. (cus.org)

Este es un extracto con la respuesta a unos de los asistentes que cuestionó la postura de Sachs que sostiene la no conveniencia de que se produzcan enfrentamientos entre países con armamento nuclear.

En enlace a la charla completa se puede encontrar aquí: • Professor Jeffrey Sachs + Q&A | Cambr... Transcripción

martes, 4 de marzo de 2025

_- Dónde come en Madrid la actriz Ana Milán. Le gusta la comida fusión asiática o peruana, los torreznos de Casa Macareno, un buen coctel y los bombones más famosos de la ciudad

Ana Milán actriz
_- La actriz Ana Milán, en la sala del restaurante BIBo, en Madrid.
Llega al restaurante BIBo en Madrid, donde se realiza la sesión fotográfica de este reportaje, como un rayo. Enseguida busca dónde quiere que se la retrate. Conoce el entorno y al personal de sala, que rápidamente le prepara un coctel con el que posa con gran desparpajo. La actriz Ana Milán (Alicante, 51 años), recordada por su papel en la serie de humor Camera Café, vuelve a formar parte de la nueva entrega de Física o Química, estrenada el 16 de febrero. Además, continúa con la quinta temporada de La vida y tal, el pódcast que comparte con Sebastián Gallego, por el que recibieron un premio Ondas, y está inmersa en el rodaje de un nuevo proyecto, del que no se puede desvelar nada, de momento.

Dónde desayunar
1. Le gusta acudir al restaurante BIBo, del cocinero Dani García, adonde el cocinero malagueño ha trasladado una propuesta de cocina que ha ido recogiendo en sus numerosos viajes por el mundo. A la actriz le gusta tomar el brunch, y en especial el huevo benedictino de salmón ahumado y salsa bearnesa especiada. O cualquiera de los cocteles, como el porn star Martini. “Es mi restaurante favorito. Para mi generación es un clásico. Tengo la sensación de no ir a la guerra, sino que es siempre un acierto seguro”. Además, le gusta tomar las piezas de atún de Barbate (Cádiz) que sirven en el restaurante. Dirección: P.º de la Castellana, 52, Madrid. Teléfono: 918 05 25 56.

Un sitio para tomar el aperitivo
2. Propone ir a Hermanos Vinagre, un templo del aperitivo. Frecuenta el local de la calle Gravina. “En este sitio es difícil fallar con el vermut, la cerveza, las banderillas o las anchoas”. Dirección: Gravina, 17, Madrid. Teléfono: 915 24 91 31.

3. Otro fijo para la actriz es Casa Macareno. “Voy mucho, a tomar torreznos y croquetas, muchas croquetas, de jamón ibérico y trufa. Me gusta todo lo que tienen”, afirma Milán, de esta casa de comidas, que ofrece otros clásicos de taberna como los taquitos de bacalao a la romana con alioli, patatas bravas o callos a la madrileña. Dirección: San Vicente Ferrer, 44, Madrid. Teléfono: 658 59 65 72.

Dónde comer
4. Elige sin dudar el restaurante Zuma. Por varias razones: “Me gusta por esa mezcla de fusión, de coctelería, por el pescado fresco que tienen, por los platos clásicos asiáticos tratados de una manera tradicional, pero con un toque diferente”. Dirección: P.º de la Castellana, 2, Madrid. Teléfono: 911 98 88 80.

Una merienda
5. “Quiero ir a vivir allí, no a merendar”, dice Milán, refiriéndose al Palacio de los Duques Gran Meliá Hotel, espacio que califica como “sitio refugio, por la calidad de la gente que lo lleva que te hace sentir que estás en casa”. Le encanta ir a merendar en primavera y verano al jardín, “algo que debería recetar el médico”, y tomar un cruasán, un sándwich mixto, un cóctel mimosa y un café. Dirección: Cuesta de Santo. Domingo, 5, Madrid. Teléfono: 915 41 67 00.

Dónde tomar una copa
6. Sugiere ir a La Coquette Blues Bar porque además de tomar un cóctel —aunque confiesa que apenas bebe alcohol, “pero un buen coctel siempre es un regalo”, y ella los prefiere cítricos, suaves y largos, “detesto los tragos cortos”— puede ver en directo un concierto de blues. La especialidad es el coctel Blues Bliss, acompañado de sus famosas pipas. Dirección: Hileras, 14, Madrid.

Dónde cenar
7. Le entusiasma la cocina peruana y cree que no hay mejor exponente en Madrid de este tipo de gastronomía fusión que Llama Inn. Una mezcla entre la cocina de Perú, la casa madre del local en Brooklyn (Nueva York) y un toque castizo. Entre los platos el ceviche de vieira, yuzu kosho, pitahaya y alga nori —”el mejor que he probado en mi vida”, dice Milán—, el tiradito de mero, crema de almendras, hueva de trucha y ajó panca, o el yakimeshi de gambones, shiso, dashi, soja y huevo. La actriz recomienda también su coctelería. Dirección: Conde de Xiquena, 2, Madrid. Teléfono: 657 11 10 36.

Una tienda o puesto de un mercado
8. De entre todas las tiendas, elige Petra Mora. “Me fascina por todos los productos que ofrece. Desde su mantequilla ahumada, los yogures de leche de cabra y de oveja con sabores, los vinos. Es una maravilla”, dice.

Un souvenir gastronómico
9. “Siempre regalo algo muy madrileño como son los bombones de La Pajarita. Me encantan los de chocolate blanco y no me importa que, si alguien quiere, me los regale”, dice la actriz, refiriéndose a las pajaritas de chocolate de la mítica tienda madrileña, abierta en 1852, y conocida también por sus caramelos de violeta. Dirección: Villanueva, 14, Madrid. Teléfono: 914 35 74 54.

lunes, 3 de marzo de 2025

_- EEUU: Lo que los oligarcas realmente quieren. Bernie Sanders

_ - “Los oligarcas, con sus enormes recursos, están librando una guerra contra la clase trabajadora de este país, y es una guerra que tienen la intención de ganar”.

Vivimos en una época extremadamente peligrosa. Las generaciones futuras recordarán este momento, lo que hacemos ahora, y si tuvimos el valor de defender nuestra democracia contra las crecientes amenazas de la oligarquía y el autoritarismo. Recordarán si estuvimos con el presidente Abraham Lincoln en Gettysburg, quien en 1863, mirando un campo de batalla donde miles murieron en la lucha contra la esclavitud, declaró que «esta nación, bajo Dios, tendrá un nuevo nacimiento de libertad, y que un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no perecerá de la tierra». ¿Apoyamos la visión de Lincoln de Estados Unidos o permitimos que este país se convierta en un gobierno de los multimillonarios, por los multimillonarios y para los multimillonarios?

Pero no es solo la oligarquía lo que debería preocuparnos, y la realidad es que las tres personas más ricas de Estados Unidos poseen ahora más riqueza que la mitad inferior de nuestra sociedad: 170 millones de personas. No es solo que la brecha entre los muy ricos y todos los demás se esté ampliando, y que hoy tengamos más desigualdad de ingresos y riqueza que nunca.

También es que estamos viendo un rápido movimiento, bajo el presidente Trump, hacia el autoritarismo. Cada vez más poder en menos manos.

En este momento, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, está intentando desmantelar importantes agencias del gobierno federal que están diseñadas para proteger las necesidades de las familias trabajadoras y los desfavorecidos. Estas agencias fueron creadas por el Congreso de los Estados Unidos y es responsabilidad del Congreso mantenerlas, reformarlas o eliminarlas. No es responsabilidad del Sr. Musk. Lo que el Sr. Musk está haciendo es claramente ilegal e inconstitucional, y debe detenerse.

Hace dos semanas, el presidente Trump intentó suspender todas las subvenciones y préstamos federales, un acto escandaloso y claramente inconstitucional. Como espero que sepa todo alumno de sexto curso de Estados Unidos, según la Constitución y nuestra forma de gobierno, el presidente puede recomendar legislación, puede apoyar legislación, puede vetar legislación, pero no tiene el poder de rescindir unilateralmente la financiación aprobada por el Congreso. Son el Congreso, la Cámara de Representantes y el Senado quienes controlan las riendas del dinero.

Pero no solo el Congreso está siendo atacado. También nuestro poder judicial.

Este fin de semana, el vicepresidente, graduado de la Facultad de Derecho de Yale, que fue secretario de un juez del Tribunal Supremo, dijo que «los jueces no pueden controlar el poder legítimo del ejecutivo». ¿De verdad? Pensaba que una de las principales funciones de los tribunales federales es interpretar nuestra Constitución y, cuando procede, servir de control del poder ejecutivo inconstitucional.

Mientras tanto, el Sr. Musk ha propuesto que «el peor 1 % de los jueces nombrados sea despedido cada año», y ha exigido la destitución de los jueces que le han impedido acceder a archivos confidenciales del Departamento del Tesoro. Sin duda, bajo el gobierno del Sr. Musk, serán él y sus amigos multimillonarios quienes determinen quiénes son los jueces «peores». Y no, Sr. Musk, usted no destituye a los jueces que fallan en su contra. Puede que lo sepa o puede que no, pero según la Constitución de los Estados Unidos, tenemos una separación de poderes, brillantemente elaborada por los padres fundadores de este país en la década de 1770.

Por lo tanto, estamos viendo un ataque organizado contra el Congreso y los tribunales.

Pero Trump y sus amigos no solo están intentando socavar dos de los tres pilares de nuestro gobierno constitucional: el Congreso y los tribunales. También están atacando a los medios de comunicación de una manera que nunca hemos visto en la historia moderna de este país.

Todos los miembros del Congreso le dirán que las personas en los medios de comunicación y las organizaciones de medios no son perfectas. Ellos, como todos los demás, cometen errores todos los días. Pero espero que todos los miembros del Congreso entiendan que no se puede tener una democracia que funcione sin una prensa independiente, periodistas que no sean intimidados y que puedan escribir y decir las cosas como las ven. Y en ese sentido, quiero recordarles a mis colegas lo que este presidente ha hecho en los últimos meses.

El presidente Trump ha demandado a ABC y ha recibido una indemnización de 15 millones de dólares. Ha demandado a Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, y ha recibido una indemnización de 25 millones de dólares. Ha demandado a CBS, y su empresa matriz Paramount, al parecer, está negociando un acuerdo. Ha demandado al Des Moines Register, y su FCC (Federal Communications Commission) ahora amenaza con investigar a PBS y NPR.

En otras palabras, tenemos un presidente de los Estados Unidos que está utilizando su poder para perseguir a los medios de comunicación de este país que dicen y hacen cosas que no le gustan. ¿Cómo vamos a tener unos medios de comunicación independientes si los periodistas miran por encima del hombro, temerosos de que sus reportajes provoquen una demanda del hombre más poderoso del mundo?

Ahora es el momento de hacer una pregunta muy simple. ¿Qué quieren realmente el Sr. Musk, el Sr. Trump y sus compañeros multimillonarios? ¿Cuál es su objetivo final?

Y, en mi opinión, la respuesta no es complicada. No es novedosa. No es nueva. Es lo que las clases dirigentes a lo largo de la historia siempre han querido y siempre han creído que les corresponde por derecho: más poder, más control y más riqueza. Y están decididos a no permitir que la democracia y el estado de derecho se interpongan en su camino.

Para el Sr. Musk y sus compañeros oligarcas, las necesidades, las preocupaciones, las ideas y los sueños de la gente común son simplemente un impedimento para lo que ellos, los oligarcas, tienen derecho. Eso es lo que realmente creen.

Esta no es la primera vez que vemos esto en la historia de nuestro país.

En la América prerrevolucionaria, antes de la década de 1770, la clase dominante de la época gobernaba a través de una doctrina llamada «derecho divino de los reyes», la creencia de que el rey de Inglaterra era un agente de Dios, que Dios lo había designado y que no debía ser cuestionado por simples mortales.

En los tiempos modernos ya no tenemos el «derecho divino de los reyes». Lo que TENEMOS AHORA es una ideología impulsada por los oligarcas que dice que, como personas muy, muy ricas, a menudo hechas a sí mismas, a menudo dueñas de nuevas tecnologías revolucionarias y como «individuos de alto coeficiente intelectual», es SU derecho absoluto gobernar. En otras palabras, los oligarcas de hoy son nuestros reyes modernos.

Y no es solo el poder lo que quieren. A pesar de la increíble riqueza que tienen, quieren más, y más y más. Su codicia no tiene fin. Hoy en día, el Sr. Musk tiene un valor de 402.000 millones de dólares, el Sr. Zuckerberg tiene un valor de 252.000 millones de dólares y el Sr. Bezos tiene un valor de 249.000 millones de dólares. Con una riqueza combinada de 903.000 millones de dólares, estas 3 personas poseen más riqueza que la mitad inferior de la sociedad estadounidense: 170 millones de personas.

No es de extrañar que, desde que Trump fue elegido, su riqueza se haya disparado. Elon Musk se ha hecho con 138 000 millones de dólares más, Zuckerberg con 49 000 millones y Bezos con 28 000 millones, desde el día de las elecciones.

Mientras tanto, mientras los muy ricos se hacen mucho más ricos, el 60 % de los estadounidenses viven al día, 85 millones no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente, el 25 % de las personas mayores intentan sobrevivir con 15 000 dólares o menos, 800 000 no tienen hogar y tenemos la tasa de pobreza infantil más alta de casi cualquier país importante del mundo. Y los salarios reales ajustados a la inflación para el trabajador estadounidense medio llevan estancados 50 años.

¿Crees que a los oligarcas les importan un bledo estas personas? Créeme, no les importan. La decisión de Musk de desmembrar USAID significa que decenas de miles de las personas más pobres del mundo pasarán hambre o morirán de enfermedades prevenibles.

Pero no es solo en el extranjero. Aquí en Estados Unidos pronto irán a por los programas de salud, nutrición, vivienda y educación que protegen a las personas más vulnerables de nuestro país, todo para que el Congreso pueda proporcionarles enormes exenciones fiscales a ellos y a sus compañeros multimillonarios. Como reyes de la era moderna, que creen que tienen el derecho absoluto de gobernar, sacrificarán, sin dudarlo, el bienestar de los trabajadores para proteger su privilegio.

Además, utilizarán las enormes operaciones mediáticas que poseen para desviar la atención del impacto de sus políticas mientras nos «entretienen hasta la muerte». El Sr. Musk es propietario de Twitter. El Sr. Zuckerberg es propietario de Meta, que incluye Facebook e Instagram, y el Sr. Bezos es propietario del Washington Post. Además, ellos y sus compañeros oligarcas seguirán gastando enormes cantidades de dinero para comprar políticos en los dos principales partidos políticos.

En resumen: los oligarcas, con sus enormes recursos, están librando una guerra contra la clase trabajadora de este país, y es una guerra que tienen la intención de ganar.

Ahora bien, no voy a engañarte: los problemas a los que se enfrenta este país en este momento son graves y no son fáciles de resolver. La economía está amañada, nuestro sistema de financiación de campañas está corrupto y estamos luchando por controlar el cambio climático, entre muchos otros temas importantes.

Pero esto es lo que sí sé:

El peor temor que tiene la clase dirigente de este país es que los estadounidenses (negros, blancos, latinos, urbanos y rurales, homosexuales y heterosexuales, jóvenes y viejos) se unan para exigir un gobierno que nos represente a todos, no solo a unos pocos ricos.

La pesadilla de sus oligarcas es que no permitamos que nos dividan por raza, religión, orientación sexual o país de origen y que, juntos, tengamos el valor de enfrentarnos a ellos.

¿Será fácil esta lucha? Por supuesto que no.

Y una de las razones por las que no será fácil es que la clase dominante de este país te recordará constantemente que ELLOS tienen todo el poder. Controlan el gobierno, son dueños de los medios de comunicación.

Pero nuestro trabajo ahora mismo, en estos tiempos difíciles, es no olvidar las grandes luchas y sacrificios que millones de personas han librado a lo largo de varios siglos para crear una sociedad más democrática, justa y humana. Piensa en lo que la gente decía ENTONCES:

+ Derrocar al rey de Inglaterra para crear una nueva nación y un autogobierno. Imposible.

+ Establecer el sufragio universal. Imposible.

+ Acabar con la esclavitud y la segregación. Imposible.

+ Conceder a los trabajadores el derecho a formar sindicatos y poner fin al trabajo infantil. Imposible.

+ Dar a las mujeres el control sobre sus propios cuerpos. Imposible.

+ Promulgar leyes para establecer la Seguridad Social, Medicare, Medicaid, un salario mínimo, normas de aire y agua limpios. Imposible.

En otras palabras, como nos dijo Nelson Mandela, todo es imposible hasta que se hace.

Bernie Sanders es senador de los Estados Unidos y miembro de alto rango del comité de presupuesto del Senado. Representa al estado de Vermont y es el independiente que más tiempo lleva en el Congreso.

domingo, 2 de marzo de 2025

Los efectos de la retirada de EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud

Una de las primeras órdenes ejecutivas firmadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue la retirada de su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una decisión que poco después secundó el presidente de Argentina, Javier Milei. Esta medida tendrá efectos críticos en la salud global, en especial en los países más pobres, pero también en Estados Unidos y en Argentina, si no se revierte en los 12 meses que quedan para que se haga efectiva.

La orden dictada por el presidente estadounidense es difícil de calificar. Cuesta determinar si es un acto de profunda crueldad o una muestra más de la impresionante ignorancia de la que presume la legión de negacionistas, antivacunas o terraplanistas que, a base de mentiras, se multiplican como las setas en todo el mundo.

Una organización esencial para el planeta

La OMS, fundada en 1948, es una organización internacional que cuenta actualmente con 194 países miembros, lo que representa prácticamente la totalidad de los Estados reconocidos a nivel global. Sus funciones son esenciales para la promoción de la salud en todo el planeta: evalúa, monitorea, proporciona información, asesora y establece estándares internacionales, presta ayuda a los países más pobres y actúa ante epidemias o desastres.

Su intervención ha sido decisiva para erradicar la viruela, reducir casos de polio en todo el mundo en un 99%, o la prevalencia de la malaria y el tracoma. Sin la OMS, hubiera sido imposible lograr avances en materia de salud, así como igualdad en el acceso a servicios sanitarios en casi todos los países.

Estados Unidos ha ejercido un papel fundamental para la organización desde sus inicios. No solo por ser su mayor contribuyente financiero, tanto en aportes obligatorios como en donaciones voluntarias de diversas fuentes, sino también por su capacidad operativa a la hora de brindar asistencia y por la valiosa contribución de su sistema de información e investigación. Muchos analistas internacionales señalan que la OMS proporcionó también a Washington mucho prestigio e influencia, además de abrirle las puertas para obtener otros beneficios complementarios. Y, por ello, la medida que ahora propone el presidente Trump implica renunciar a su propio legado como potencia sanitaria global. Y es seguro que tendrá un efecto contrario al que aparentemente busca.

Su orden se justifica afirmando que la OMS depende de la política de algunos países. Sin embargo, lo que paradójicamente ocurrirá, si finalmente Estados Unidos se retira, renunciando a su liderazgo, será que otros países, encabezados por China, tomarán el relevo y aumentarán su influencia global.

Una medida inhumana y cruel

La retirada de EE.UU. y de otros países, como Argentina, supondrá que esta organización dispondrá de casi un 20% menos de presupuesto. Un recorte significativo que, si no se compensa con aportes más cuantiosos de otros miembros, causará un gran daño para la salud mundial.

Todos los países, sin excepción, van a sufrir los efectos de la menor capacidad de esta organización para evaluar, prever, asesorar, coordinar, actuar o ayudar frente a enfermedades, pandemias o catástrofes sanitarias. Pero es lógico y será inevitable que el perjuicio sea mucho mayor en los más pobres, en donde los sistemas nacionales de salud son más débiles y con mayor dependencia exterior.

Claramente, la decisión que han tomado Trump o Milei podría llevar a la enfermedad o a la muerte a cientos de miles de seres humanos.

Ahora bien, la medida de ambos presidentes es doblemente cruel porque perjudica incluso a sus propias naciones. Hay que ser muy ignorante para no darse cuenta de que Estados Unidos o Argentina también sufrirán las consecuencias de esta decisión.

Las epidemias, infecciones o enfermedades que la OMS ayuda a combatir no entienden de fronteras, como ha demostrado el Covid-19. Por lo tanto, cuanto más se expandan fuera de un país, más riesgo tendrán de sufrirlas también los que hayan abandonado la organización. Retirarse de ella limita la experiencia y capacidad de monitoreo del sistema de salud, retrasa las respuestas y, sin la cooperación activa de una organización global, se tendrá más dificultades para hacer frente a riesgos sanitarios, como la gripe aviar o brotes de sarampión, que ya han empezado a manifestarse, o a otros que puedan venir en el futuro.

Así lo advierten especialistas como Jesse Bump, profesor de políticas de salud global y director ejecutivo del Programa Takemi en Salud Internacional, quien recientemente declaró que en Estados Unidos serían “más vulnerables a la importación de enfermedades que se propagarían a otros lugares (…) Con la disminución de la inmunización contra las enfermedades infantiles, es más probable que tengamos brotes de polio, sarampión y similares”.

En un mundo tan interconectado como el actual, aislarse de organismos cuyo objetivo es combatir enfermedades globales –ya sea por razones financieras, como dice Trump, o por autonomía, como sostiene Milei– recuerda a la tremenda insensatez de los ricos que, hace más de cien años, protestaban cuando tenían que pagar el saneamiento de los barrios populares de sus ciudades. Sin entender que cualquier tipo de enfermedad, desatada por falta de saneamiento, se propagaría sin remedio y llegaría también a sus casas.

Mentiras y negacionismo de la ciencia

Tanto Trump como Milei, junto a los equipos de oligarcas multimillonarios que los acompañan, han tomado esa decisión mintiendo a sus compatriotas.

El mandatario de EE.UU. se queja del coste financiero de la contribución obligatoria de su país, sin mencionar que esta se fija objetivamente en función de la población y el Producto Interno Bruto. Y sin considerar los beneficios que le producciones. Como también acusa sin pruebas a la OMS de dependencia política, cuando su país es el más influyente de todos.

Por su parte, Milei afirma que toma esta decisión para tener «más flexibilidad para adoptar políticas» y para que ningún «organismo internacional intervenga en nuestra soberanía». Pero oculta que esta organización no dicta ni impone políticas, sino que, a lo sumo, hace recomendaciones que pueden seguirse o no.

La OMS pudo haber tenido retrasos e incluso haber cometido errores en la última pandemia de Covid-19, pero en ningún caso esto justifica que algún país la abandone por esa razón. Por el contrario, debería impulsarlos a fortalecerla.

Al sostener que sus decisiones responden a ideologías o preferencias políticas y no de conclusiones científicas, lo que hacen Trump, Milei y su cohorte de oligarcas es precisamente destruir la confianza en el soporte más potente que ha tenido el progreso de la humanidad a lo largo de la historia: la ciencia.

Lo hacen porque saben perfectamente que la única forma de consolidar su estrategia de dominio imperial es engañar y mantener a los pueblos en la ignorancia y la confusión. Ya lo dijo el libertador latinoamericano Simón Bolívar ante el Segundo Congreso de Venezuela en 1819: “La esclavitud es hija de las tinieblas y un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.”

Esperemos que haya presión social y se imponga la sensatez. Las consecuencias de esta decisión irresponsable, si no se revierte, serían dramáticas.

Juan Torres López

sábado, 1 de marzo de 2025

Bombardeo en Dresde: la "tormenta de fuego" que arrasó la ciudad alemana hace 80 años y se volvió la "vergüenza" de los aliados

Mujeres caminan entre los escombros en Dresde.

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Era una noche clara, fría e invernal en la ciudad alemana de Dresde cuando pasadas las 9 de la noche las sirenas de alerta temprana comenzaron a aullar.

Como de costumbre, sus habitantes se dirigieron a los sótanos de sus casas o a los pocos bunkers que había disponibles para refugiarse. Era casi parte de su rutina. Una rutina que numerosas ciudades de Alemania venían experimentando desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939.

Pero esa noche del 13 de febrero de 1945 sería distinta; esta vez, no se trataba de un ataque más.

Sin siquiera imaginarlo, los habitantes de Dresde serían las víctimas de uno de los ataques más crudos y mortales perpetrados por los aliados, específicamente por la Real Fuerza Aérea Británica (RAF) y las Fuerzas Aéreas del Ejército de Estados Unidos (USAAF).

A la mañana siguiente, los norteamericanos remataron la embestida con más de 300 bombardeos sobre la ciudad, arrasando con lo poco que había quedado en pie la noche anterior.

Unas 1.800 toneladas de bombas explosivas y de material incendiario fueron lanzadas sobre la capital sajona entre las 10 de la noche y la 1:00 de la madrugada. El ataque, que se dividió en dos pasadas consecutivas de 20 minutos cada una, destruyó casas y edificios, dejando la ciudad reducida a escombros y cenizas.

Recogida de cadáveres amontonados en Dresde. 

Recogida de cadáveres amontonados en Dresde.

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Pie de foto,Más de 25.000 personas murieron en los ataques sobre Dresde, muchas de ellas asfixiadas por el fuego.

Fue una verdadera "tormenta de fuego" que causó la muerte de al menos 25.000 personas y que muchos historiadores han calificado de "innecesaria y cruel".

Incluso el entonces primer ministro británico, Winston Churchill, expresó dudas inmediatamente después del ataque.

"Me parece que ha llegado el momento en que debería revisarse la cuestión del bombardeo de ciudades alemanas simplemente por aumentar el terror, aunque bajo otros pretextos", escribió.

"La destrucción de Dresde es un serio interrogante contra la conducta de los aliados".

Pero ¿qué llevó a los aliados a ejecutar esta brutal operación?

Una ciudad militar estratégica

Operación trueno. Así se llamaba el plan del alto mando de los aliados creado en 1944 para atacar por aire varias ciudades de Alemania: Berlín, Chemnitz, Leipzig y Dresde eran parte de los objetivos militares.

Un avión aliado vuela sobre una ciudad iluminada. 

Un avión aliado vuela sobre una ciudad iluminada.

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Aviones de la RAF británica lanzaron toneladas de bombas explosivas y de material incendiario. 

Hasta antes de la guerra, Dresde era conocida como la "Florencia alemana" (o la "Florencia del Elba") debido a su rica vida cultural y sus numerosas colecciones de arte, iglesias barrocas y pequeños callejones. Era, además, un verdadero semillero de arquitectos visionarios, pintores modernistas, compositores y escritores.

Con la llegada de Adolf Hitler al poder, la ciudad -situada cerca de las fronteras polaca y checa- pasó a formar parte de lo más profundo de la Alemania nazi, adoptando rápidamente sus políticas nacionalistas.

Imagen de Dresde en 1900, con un puente sobre un río y grandes edificios al fondo. 

Imagen de Dresde en 1900, con un puente sobre un río y grandes edificios al fondo.

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Una imagen en color de Dresde en 1900, cuando ya era una de las capitales culturales de Europa. 

Los jóvenes, por ejemplo, estaban obligados a participar de las Juventudes Hitlerianas.

El escritor británico Sinclair McKay relata en detalle los acontecimientos que rodearon el ataque en su libro "Dresde 1945, fuego y oscuridad". Según él, a principios de febrero de 1945 quedaban 198 judíos en la ciudad. Antes de la llegada de los nazis, había más de 6.000.

Los pocos judíos que resistían en Dresde no podían ejercer sus profesiones y fueron apartados de la sociedad con insólitas ordenanzas municipales como la prohibición de utilizar los tranvías o comprar flores y helados.

De forma paralela, la ciudad se convirtió en uno de los centros ferroviarios más importantes de la Alemania nazi. El transporte de los prisioneros a los campos de exterminio y el de las tropas pasaba por ahí.

Además, fue una zona industrial clave para el Reich, abasteciendo de importante material militar al ejército alemán. Decenas de fábricas proporcionaron municiones, piezas de aviones y otros suministros para el esfuerzo de guerra nazi.

Vista aérea de las ruinas de Dresde. 

Vista aérea de las ruinas de Dresde.

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Dresde quedó casi completamente destruida. 

Varias personas junto a un tren rodeado de escombros en Dresde. 

Varias personas junto a un tren rodeado de escombros en Dresde.

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Los bombardeos destruyeron el centro de la ciudad de Dresde. 

Aún así, Dresde era de las pocas ciudades grandes de Alemania que aún no habían sido víctima de grandes ataques. Por eso mismo, muchos intuían que podía ser un blanco fácil para los aliados.

Tal como McKay explica en su libro, "todos los habitantes de Dresde sabían que la ciudad atraía cada vez más la atención del enemigo".

Sin embargo, Sinclair es claro al afirmar que era muy difícil prever un ataque de la magnitud de la "tormenta de fuego". "Para la población civil alemana debió ser difícil de imaginar una destrucción mayor que la causada hasta entonces", escribe.

Vista aérea de los edificios destruidos en Dresde.

Vista aérea de los edificios destruidos en Dresde.

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Cayeron sobre la ciudad 1.800 toneladas de explosivos.

Destrucción total

En 1944, los jefes de las fuerzas aéreas de Reino Unido y de Estados Unidos decidieron que un ataque a Dresde podría ayudar a sus aliados soviéticos, deteniendo los movimientos de tropas nazis pero también interrumpiendo las evacuaciones alemanas desde el este.

A esas alturas, los bombarderos de la RAF sobre ciudades alemanas habían aumentado en tamaño y potencia después de más de cinco años de guerra.

De esta manera, los aviones transportaban una mezcla de bombas de alto poder explosivo e incendiarias que tenían como objetivo destruir edificios y luego incendiar sus restos, causando más destrucción.

Los ataques anteriores habían aniquilado ciudades alemanas enteras. En julio de 1943, bajo el nombre de "Operación Gomorra", se destruyó la ciudad de Hamburgo casi por completo.

Hierros retorcidos y escombros en un edificio destruido. 

Hierros retorcidos y escombros en un edificio destruido.

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En tierra, la gente intentó escapar de las llamas. Muchos, sin embargo, no lo lograron. 

Siguiendo el mismo operativo, 800 aviones de la RAF volaron a Dresde la noche del 13 de febrero de 1945. En solo 25 minutos, los aviones británicos lanzaron más de 1.800 toneladas de bombas.

En tierra, los habitantes intentaban refugiarse sin éxito. La primera oleada de bombas dejó a la ciudad sin electricidad. Entonces algunos salieron de sus escondites justo cuando la segunda oleada los golpeó nuevamente.

La gente caía muerta mientras otros huían de las llamas. La testigo presencial Margaret Freyer describió una cruda escena de una mujer con su bebé: "Ella corre, se cae y el niño vuela hacia el fuego... La mujer permanece tendida en el suelo, completamente quieta".

Kurt Vonnegut sobrevivió al bombardeo como prisionero de guerra en Dresde. "Dresde fue una gran llamarada. La llama destruyó todo lo orgánico, todo lo que pudiera quemarse", escribió en su libro Slaughterhouse-Five ("Matadero Cinco").

Después del ataque, Vonnegut dijo que el área que lo rodeaba se parecía a la luna. "(No había) nada más que minerales. Las piedras estaban calientes. Todos los demás en el vecindario estaban muertos", indicó.

Un ataque controvertido

La Alemania nazi usó inmediatamente el bombardeo para atacar a los aliados, afirmando que Dresde no tenía una industria de guerra y era solo una ciudad de cultura. Aunque las autoridades locales dijeron que unas 25.000 personas murieron, los nazis afirmaron que 200.000 civiles fueron asesinados.

En Reino Unido, Dresde era conocida como un destino turístico, y algunos parlamentarios y figuras públicas cuestionaron el valor del ataque. Un artículo publicado en aquella época por la agencia de noticias Associated Press dijo que los aliados estaban llevando a cabo bombardeos terroristas, propagando aún más la alarma.

Sin embargo, los planificadores militares de Reino Unido y de Estados Unidos insistieron en que el ataque estaba estratégicamente justificado, de la misma manera que los embates contra otras ciudades alemanas, al interrumpir la industria, destruir las casas de los trabajadores y el transporte en Alemania.

Winston Churchill, ante los micrófonos de la BBC en una imagen de archivo. 

Winston Churchill, ante los micrófonos de la BBC en una imagen de archivo.

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Incluso el entonces primer ministro británico, Winston Churchill, expresó dudas inmediatamente después del ataque sobre Dresde. Aun así, durante décadas se ha debatido y analizado la crudeza de la destrucción.

Un informe estadounidense de 1953 sobre el bombardeo concluyó que se destruyó o dañó severamente el 23% de los edificios industriales de la ciudad y al menos el 50% de sus edificios residenciales. Pero Dresde era "un objetivo militar legítimo", según el informe, y el ataque no contravino "las políticas de bombardeo establecidas".

Con todo, los historiadores se preguntan si la destrucción de las ciudades alemanas obstaculizó el esfuerzo de la guerra nazi o simplemente causó la muerte de civiles, especialmente hacia el final de la guerra.

A diferencia de una invasión como la del Día D, es más difícil cuantificar cuánto ayudaron estos ataques a ganar la guerra.

Algunos argumentan que fue una falla moral para los aliados o incluso un crimen de guerra.

Ochenta años después, el bombardeo de Dresde sigue siendo uno de los episodios más polémicos de la Segunda Guerra Mundial.

Vista aérea del Dresde reconstruido. 

Vista aérea del Dresde reconstruido.

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Dresde recuperó tras muchos años de reconstrucción su esplendor pasado.

viernes, 28 de febrero de 2025

La catadura y la caradura de Abascal y los nuevos fascistas

Nunca hubo tanta falsedad, cinismo, inmoralidad y falta de ideales como los que sostienen al fascismo del siglo XXI,

La justificación que el líder de Vox ha hecho en el Congreso de los Diputados de los aranceles que pretende imponer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un ejemplo más de su falta de vergüenza e inmoralidad.


Dice Abascal que, si llegaran a establecerse impuestos a las exportaciones españoles, sería «por culpa» de Pedro Sánchez, puesto que se deberían a que este «no cae bien» a Trump.

La poca vergüenza de Abascal se demuestra incluso si esa fuese la verdadera razón que mueve al presidente estadounidense. ¿Cómo un líder político puede considerar en su sano juicio y apoyar al máximo responsable de una potencia mundial que toma decisiones que ponen en jaque al comercio mundial, no sólo a España, en función de que los presidentes de otras naciones le caigan bien o no? Y, sobre todo, cuando sus decisiones afectan a los ingresos y patrimonio de millones de sus compatriotas.

Lo cierto, sin embargo, es que esa no es la razón auténtica de los aranceles y Abascal lo sabe perfectamente. El propio Trump ha confirmado que impondrá aranceles sobre productos procedentes de Argentina, cuyo presidente es socio, amigo y debe caerle perfectamente. E Italia, de imponerse sobre la Unión Europea, tampoco se vería libre de ellos.

Abascal no sólo es un irresponsable si apoya a quien él mismo presenta como un loco que gobierna su país en función de sus querencias. Es un mentiroso cuando justifica los aranceles por la razón que no aduce ni quien los impone.

Según uno de los documentos programáticos de Vox (100 medidas para la España Viva), este partido está en contra del «dirigismo fiscal» y de impuestos que puedan «erosionar la competencia económica», y sostiene que el «sistema fiscal no puede convertirse en un lastre para el crecimiento económico y la creación de empleo». Esto es justamente lo que va a producir en España (en otros muchos países y en los propios Estados Unidos) la política arancelaria de Trump. A pesar de ello, Abascal no ha puesto objeción alguna a sus amenazas y las justifica.

Abascal y su partido, como Trump y todos los fascistas del siglo XXI, se proclaman liberales y defensores del libre mercado y la competencia, aunque sólo cuando eso sirve para eliminar derechos sociales y protección a los desfavorecidos; acaban con ellos para dar ayudas a oligarcas multimillonarios. Por eso les parece bien que Donald Trump se salte a la torera todos los principios que los propios liberales han establecido siempre como los que deben gobernar la política económica que salvaguarda los mercados, la competencia y la eficiencia.

Abascal y su partido se presentan como los grandes defensores de la moralidad y el orden, pero defienden a personajes como Elon Musk de quien se ha escrito en The Wall Street Journal que consume LSD, cocaína, éxtasis y hongos psicodélicos, a menudo en fiestas sexuales privadas en todo el mundo, donde los asistentes firman acuerdos de confidencialidad o entregan sus teléfonos para entrar. Les parece correcto que Donald Trump acabe con la ley que prohíbe cometer delitos de soborno y otras prácticas corruptas a las grandes empresas y bancos estadounidenses (como Goldman Sachs y JPMorgan Chase que fueron condenadas por ello). O les cae bien el propio Trump, condenado en firme por 34 delitos, varios de ellos por maltrato y abuso sexual y difamación a mujeres.

Abascal y su partido se consideran patriotas y los defensores más auténticos de España, pero desprecian, insultan y odian a los españoles que no pensamos como ellos. Son patriotas de pacotilla que descuartizan a su Patria, los peores nacionalistas que no aman ni defienden a España. La rompen en mil pedazos.

Los nuevos fascistas tienen más dinero y han acumulado más poder que los del siglo XX y por eso son posiblemente más peligrosos. Entre otras cosas y principalmente, porque están dispuestos a boicotear cualquier avance que pueda frenar la amenaza más grande que se cierne sobre la vida en el planeta, el cambio climático. Y, como acaban de mostrar cuando hablan de Gaza, porque desprecian el derecho a la vida de los seres humanos. Ni siquiera tienen su grandilocuencia y pomposidad. Hitler mató a millones de personas para construir un imperio. Trump, seguido de vasallos como Abascal, dice estar dispuesto a llevar a cabo una limpieza étnica y asesinar a palestinos inocentes para construir complejos residenciales. Son, eso sí, tan fanfarrones y acomplejados (basta ver a Abascal de puntillas para salir más elevado en las fotos) como el viejo führer asesino o Franco. El psicoanalista austríaco Alfred Adler analizó bien ese tipo de personalidades: “Cuanto mayor es el sentimiento de inferioridad que se ha experimentado, más poderoso es el afán de conquista y más violenta la agitación emocional”.

jueves, 27 de febrero de 2025

4 consejos de expertos para ganar confianza y destacarse en un nuevo empleo

Empezar un nuevo trabajo siempre genera muchas expectativas. Es el comienzo de un viaje lleno de posibilidades y crecimiento profesional.

Pero junto con el entusiasmo por una nueva oportunidad también viene la ansiedad y el miedo al fracaso.

Surge una pregunta común: "¿Podré manejarlo?".

Según la psicóloga organizacional Renata Burgo, sentirse inseguro es natural incluso para profesionales con años de experiencia.

"Todo el mundo siente esto cuando sale de su zona de confort y empieza a lidiar con algo desconocido, sobre lo que no tiene control", afirma.

Si bien la inseguridad forma parte de estos momentos de transición, es fundamental no dejar que este sentimiento se convierta en un instrumento de autosabotaje y lleve a los profesionales a dudar de sus propias capacidades.

Una de las formas de evitar eso es recordar los motivos que te llevaron a ese puesto y lo que tienes para ofrecer. Es una estrategia que parece simple, pero que ayuda a tener más confianza, según la especialista en desarrollo profesional Simone Bortoletto, de la Facultad ESEG en Brasil.

"El autoconocimiento en esos momentos es muy importante. Entiende tu valor, tu trayectoria, lo que te trajo hasta ahí. Y recuerda que si estás en ese espacio es porque tienes competencia y la gente cree en tu trabajo", afirma.

Según expertos entrevistados por BBC News Brasil, adaptarse a un nuevo trabajo lleva alrededor de tres meses. Durante este periodo es importante tener paciencia para no frustrarse y poner en práctica otras actitudes que ayuden a crear más confianza en tu trabajo para destacar.

En esta nota te compartimos algunos consejos.

1. Comprender la cultura de la empresa

Conocer bien la empresa, las personas y la cultura laboral es uno de los primeros pasos para generar confianza, afirma Renata Burgo.

La cultura organizacional refleja los valores y prácticas compartidas por una compañía, funcionando casi como una "guía invisible" para el comportamiento de los empleados.

Expertos consultados por BBC News Brasil afirman que adaptarse a un nuevo trabajo puede tomar alrededor de tres meses. "Cuando conoces esta dinámica, resulta más fácil adaptarte y entender lo que se espera de ti", destaca la psicóloga.

Según Burgo, la mejor manera de entender la cultura de un lugar es hablar con las personas que allí trabajan y observar cómo interactúan. Por lo tanto, practicar la escucha y la observación activas es fundamental para cualquiera que inicie un nuevo trabajo.

"Habla con la gente y escucha lo que tienen que decir. Muestra interés, pide un café, pregunta por la empresa. Nadie mejor que los compañeros de trabajo para ayudarte a entender la cultura de ese espacio", destaca.

2. Pida ayuda y esté abierto a aprender

Es muy común que, al iniciar un nuevo trabajo, un profesional tenga dudas sobre determinadas actividades o incluso el funcionamiento de la empresa. No dude en preguntar.

Pedir ayuda también forma parte del proceso de generación de confianza y demuestra que el profesional está abierto al aprendizaje.

"Muchas personas piensan que al pedir ayuda están mostrando debilidad, cuando es todo lo contrario, demuestran que tienen humildad. A nadie le gusta tratar con un profesional 'sabelotodo'", destaca Bortoletto.

Una de las peores actitudes que puede tener un trabajador, según Bortoletto, es pretender tener conocimientos sobre algo que no conoce.

Además, la persona se crea un problema, que puede culminar en ataques de ansiedad e inseguridad, porque corre el riesgo de realizar una tarea de manera inadecuada y perturbar a todo el equipo. Por tanto, es necesario saber comunicar.

"Si te piden hacer algo que nunca has hecho o no sabes, di abiertamente que nunca lo has hecho y que no tienes mucho control sobre el tema, pero que estudiarás y buscarás apoyo. No saber no es un problema, el problema no es decir que no sabes", comenta.

Las expertas destacan que señalar problemas de la empresa sin contar con las personas que llevan más tiempo que tú trabajando puede parecer arrogante.

Burgo también destaca la importancia de tratar los errores como parte del proceso para no permitir que minen la confianza en el trabajo.

"Nadie se despierta con ganas de cometer errores, pero los cometemos porque somos seres humanos. Y la gente espera que cometas errores, especialmente cuando empiezas en un nuevo trabajo".

3. Solicite comentarios sobre su trabajo y ofrezca ayuda

Durante este tiempo de adaptación, el profesional está siendo observado por los directivos. Por eso, en lugar de esperar a que la gente diga lo que piensa de tu trabajo, busca retroalimentación para saber si estás cumpliendo con las expectativas y si hay algo que puedas mejorar.

"Hablamos mucho de protagonismo en el ámbito laboral. Y eso significa ir tras la información y no esperar a que la gente acuda a ti. Destacan los que toman la iniciativa", recomienda Burgo.

La psicóloga también destaca el valor de ir más allá de la simple realización de tareas. Esto no significa, sin embargo, sobrecargarse con exigencias o hacer el trabajo de otros, sino analizar formas de contribuir al equipo y a los compañeros de trabajo.

"Cuando ayudas a un compañero con tu experiencia, le traes información que no tiene, un contacto o una idea, estás yendo más allá, y haciendo un poco más de lo que se espera de ti. La gente valora este tipo de actitudes, y genera más confianza", afirma.

4. Busque protagonismo, pero tenga cuidado de no parecer arrogante

A nadie le gusta ese alumno que en el aula es excesivamente participativo. O esa persona que, en cualquier oportunidad, sólo quiere hablar de sí misma o de las experiencias que ha vivido.

Situaciones como esta también ocurren en el ámbito laboral, donde los profesionales, cuando intentan destacar, pueden parecer arrogantes.

Si tienes alguna duda, pregunta. Pedir ayuda forma parte del proceso de generar confianza. "Algunas personas, en un intento de demostrar su valor, ya proponen cambios, señalando cuellos de botella. Y esto muchas veces no funciona bien, porque das una imagen de alguien que quiere enseñar", destaca Burgo.

Según Bortoletto, no hay problema en proponer mejoras en el trabajo, y utilizar la propia experiencia a la hora de presentar una solución. Sin embargo, es necesario escuchar a las personas que llevan más tiempo en ese entorno e incluirlas en las discusiones.

"Si formas parte de un equipo y ves que tienes la posibilidad de optimizar una tarea, una buena idea es buscar a la gente para ver qué piensan, si tienen otras sugerencias y juntos preparar una propuesta. De esta manera la gente se siente respetada y se actúa con humildad, que es muy importante para generar confianza", destaca.