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domingo, 29 de octubre de 2023

Entre peluquería y peluquería

Las declaraciones del señor Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno con Felipe González, me han producido una enorme tristeza y una gran decepción. Porque rezuman discriminación, prepotencia y machismo.

Para quien no esté al tanto de la situación, explicaré brevemente lo sucedido. En el marco de la presentación de un libro de Alfonso Guerra, “La rosa y las espinas”, el presidente Felipe González y el mismo señor Guerra criticaron duramente al presidente Sánchez por su postura ante la ley de amnistía. Se mostraron radicalmente contrarios a la negociación con Junts y dijeron que ni la amnistía ni el referéndum de independencia cabían en la Constitución española. Entre risas y aplausos de los asistentes pusieron a Sánchez al pie de los caballos.

La actual vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz dijo que las opiniones expresadas sobre la amnistía en dicho acto por el presidente González carecían de rigor. Preguntado Alfonso Guerra por la periodista Susana Grisso sobre esa opinión de la vicepresidenta en funciones dijo con evidente sorna y una buena dosis de machismo:

Lo habrá pensado entre peluquería y peluquería.
Recriminado por la periodista, el señor Guerra se reafirma en la descalificación de la vicepresidenta, como persona con escasa teoría. El desprecio que entrañan esas descalificaciones de una mujer descubren la prepotencia de quien se siente superior. No es imaginable esa frase aplicada a un político varón. Esas palabras no las pronuncia el más iletrado de los clientes en un bar de un polígono industrial.

En primer lugar, esa forma de pensar y de decir contradice los principios del socialismo, que es alérgico a cualquier tipo de discriminación, de maltrato. Lo digo para quien se cree propietario de las esencias socialistas.

En segundo lugar, Alfonso Guerra tiene que saber la importancia del aprendizaje vicario, el valor del ejemplo que tienen que dar las personas que han estado en los más altos puestos del estado. No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo.

Todo lo que hacemos los profesores y las profesoras en las escuelas con un trabajo persistente, humilde y cargado de ética, lo destruye el autor del libro con una chulería inadmisible. Porque lo que viene a decir con esa frase es que el lugar de la mujer es la peluquería. Y que pensar no es una tarea a la que dedique el poco tiempo que le sobra fuera de ella.

¿Se imagina las risitas y los aplausos que habrán arrancado sus palabras en el partido que niega, contra toda lógica, la violencia de género? Se podrá sentir orgulloso de que le citen como una autoridad quienes militan en la ultraderecha.

Es probable que, a raíz de su chascarrillo (género en el que es un experto) haya quien piense que una mujer no puede desempeñar un puesto de la responsabilidad que ostenta la señora Díaz. Sus excesivas e inevitables visitas a la peluquería le impedirán destinar el tiempo necesario a las ocupaciones del cargo. Sin embargo, la señora Díaz ha sido la política más valorada en muchísimos sondeos.

Otra vez damos una imagen al mundo que nos avergüenza. Hace unas semanas fue el presidente de la FEF que besa sin su consentimiento a una jugadora. Y dice que no es abuso de poder. ¿Habría besado de la misma forma a la reina? Hoy se descuelga el exvicepresidente del gobierno con una frase que no quisiera que le hubiera oído ningún niño y ningún joven del país.

La señora vicepresidenta puede pensar en la peluquería y fuera de la peluquería. Otros que presentan libros y se consideran el no va mas dicen unas frases que avergüenzan al ciudadano menos sensible del país. Da la impresión que se ha quedado en un pasado que ya no existe. Acaso le venga bien al señor Guerra pasar algunas horas más en la peluquería para ver lo que piensa la gente…

Porque lo que tiene que hacer el señor Guerra es utilizar argumentos, no hacer descalificaciones ofensivas. ¿Qué tipo de argumentación es la que utiliza para criticar las posiciones de la vicepresidenta sobre la ley autonomía? Da la impresión de que es un milagro que haya tenido tiempo para pensar algo. Ya dijo una persona afín a las tesis del señor Guerra como es el señor Feijóo que Yolanda Díaz era experta en maquillaje. ¿Qué nos está pasando?

Ya vi la participación del equipo de críticos en la campaña electoral. ¡Cómo apoyaron a su candidato! Felipe González, Alfonso Guerra, Nicolás Redondo, Joaquín Leguina, José Luis Corcuera… Se partieron el pecho por su partido, como hizo el presidente Zapatero. Acaso, con su apoyo incondicional y generoso, no hubiera sido necesario pactar con quienes consideran indeseables.

Hay juristas que defienden la legalidad de la amnistía. Y utilizan para ello argumentos. No hacen referencia a la indumentaria, a las costumbres o a la imagen del contrincante para justificar sus tesis. Para rebatir hay que argumentar, no ofender.

Por no hablar de la deslealtad de utilizar la presentación de un libro para descalificar las pretensiones legítimas del secretario general de su partido.

A la presentación del libro acudieron los discrepantes, los que se consideran en la posesión de la verdad. Al señor Corcuera le pregunta un reportero de la Sexta si podía decir alguna cosa positiva del presidente del gobierno. Y, con todo el descaro y la falta de elegancia imaginables, dice que es imposible decir ni una cosa buena. Qué barbaridad. ¿Ni una? ¿Quiere que le recuerde media docena? Se ha subido las pensiones según el IPC, ha subido el salario mínimo interprofesional, ha creado el salario mínimo vital, ha aprobado una reforma laboral que ha generado empleo de calidad, ha puesto en marcha los ERTES, ha promulgado las leyes de memoria histórica y de eutanasia, ha sacado al país de una pandemia…

Aprovecho la ocasión para criticar la desleal postura hacia su partido, hacia su secretario general. ¿Sabe quién se frota las manos con sus declaraciones? La derecha y la ultraderecha están encantadas con sus palabras. Están felices por sus actitudes. Debería hacerles recapacitar lo elogiados que son por sus adversarios políticos. Claro, cuando piensan exactamente lo que ellos piensan. Por eso les consideran buenos socialistas.

Quizás prefieran un gobierno con Feijóo en la presidencia y con Abascal en la vicepresidencia. Quizá prefieran un gobierno presidido por el partido más votado.. Pero se callaron como muertos cuando la derecha les arrebató el gobierno de Extremadura, de Valencia, de Baleares… siendo la lista más votada la del partido socialista.

El señor Guerra no es el depositario de las esencias del socialismo. No es el jurista más eminente que justifique la imposibilidad del encaje de la amnistía en la Constitución.

El señor Sánchez no está de rodillas por gusto ante nadie. Y si lo está, es por orden de los electores. Sánchez no ha escogido a la persona con la que quiere negociar, son los resultados de las elecciones los que han dicho con quién tienen que negociar. Por cierto, está negociando con partidos constitucionales.

La Constitución es sagrada. Pero no han levantado la voz Levanten la voz contra el desprecio de la Constitución que supone por parte del PP no pactar el Consejo General del Poder Judicial durante cinco años.

Estoy harto de escuchar, desde hace más de un lustro que España se rompe. No les valen las evidencias, El independentismo tiene hoy mucha menos fuerza que la que tuvo con gobiernos de la derecha. Y el PSC ha ganado las elecciones en Cataluña.

Ya está bien de tantos desprecios a quien tiene el apoyo de la militancia. No pretende pactar por pura ambición sino para tener un gobierno progresista otros cuatro años. Eso es lo importante para el país. ¿Que Sánchez ha cambiado de opinión? Es evidente que sí. Las circunstancias son otras. González dijo no la OTAN y luego hizo un referéndum para pedir el sí a la OTAN.

Nos van a hacer desear tener otros líderes, como los que vemos apoyando al presidente de su partido cuando quiere acceder al gobierno del país. Porque da la impresión de que Sánchez quiere seguir en la Moncloa por capricho y ambición, pero el líder de la oposición (que busca a gritos tránsfugas en el socialismo) se empeña en hacer una investidura imposible por responsabilidad y amor al país. Sánchez y Yolanda tienen el deber democrático, nacido de las urnas, de formar un gobierno progresista. Nos puede ahogar la ola neofascista que invade el mundo.

lunes, 3 de octubre de 2016

Gregorio Morán: "Antes muertos que de izquierdas"

 Antes muertos que de izquierdas En una decisión de consecuencias trascendentales, la cúpula del viejo PSOE, ajado y desconectado de cualquier posibilidad de cambio, ha apostado por Rajoy y el partido más corrupto que conoció España en su historia. Lerroux, político chanchullero y símbolo de la maniobra y el chalaneo, cuyo Gobierno cayó durante la II República por una chorrada de maquinita de juego conocida como straperlo, era un caballero con botines al lado de estos saqueadores del Estado.

Da lo mismo. El pacto de golfos en el que ha ido deviniendo la Santísima Transición está llegando a sus estertores, pero les importa un carajo; aún creen que queda fondo para tirar unos años, siempre y cuando la sociedad y la complicidad de los medios de comunicación no dejen de ayudarles y protegerles. Instalarse en la oposición, después de haber acumulado un suculento patrimonio y haber traspasado todas las puertas giratorias, no es mal sitio. Da seguridad.

El soldado Sánchez, otro recluta, les ha puesto frente a las cuerdas, lo cual dice mucho del talento de sus adversarios... La oficialidad más rimbombante, con el asesor financiero Felipe González a la cabeza, ha decidido que no se puede ir tan lejos. ¡Descabalgar a Mariano Rajoy! ¿Acaso están locos estos novatos?

Pocos gestos políticos como el de Felipe González y sus barones echan tanta luz sobre la impostura de estos trepadores que engañaron a sus votantes durante tantos años que hasta ni la fe -y este es un país con mucha fe y demasiados creyentes- ha podido resistir la engañifa. El portavoz de los lectores conservadores que siempre fue el ABC ha sido desbancado por el grupo Prisa, que, como decía Borrell, que lo sufrió en sus carnes, es quien decide quién debe ser el secretario general del PSOE. De momento, la que más garantías les da es Susana Díaz, porque tiene muy claro cuál es el enemigo a abatir. Y ese no es otro que Podemos. No hay que echarles de las instituciones, pero sí colocarles en el lugar sin peligro que les corresponde, por más que un par de comunidades socialistas se mantengan a su costa.

No se dejen engañar por los argumentos de estos cabos furrieles con patrimonio de caudillos, no están discutiendo sobre si España se rompe o si hay referéndum. Aquí la cuestión se reduce a algo muy simple: no se puede romper con Mariano Rajoy y el PP porque eso en las actuales circunstancias sería un terremoto ¡para ellos! Y esa opción pasa por aceptar el apoyo de Podemos y, por tanto, el comienzo del desmoronamiento definitivo. Fuera de los jóvenes contratados para hacer de fondo en los mítines del PSOE, ¿quién carajo menor de 30 años y que no es funcionario, o familiar bien avenido, votaría por el PSOE? Como le ocurre al PP, son partidos de geriátrico; cada vez reducen sus votos, pero como en cada elección se vota menos, nos hacen creer que siguen siendo la representación de la ciudadanía.

Están defendiendo sus privilegios como la nobleza antigua, y serían capaces de todo con tal de que las alfombras no fueran levantadas. ¡Vaya espectáculo, que por razones obvias no estará en condiciones de hacer el PP, que le basta y le sobra con lo suyo! Ya hubo en los años veinte y treinta del pasado siglo peleas, incluso sangrientas, en el seno del PSOE, capitaneadas por Indalecio Prieto, Largo Caballero y el sinuoso conspirador Julián Besteiro, por citar a los más notorios. Pero aquello era un partido de la clase obrera, que metía la pata, y mucho, pero no la mano. Pero estos son como los vendedores de El Corte Inglés que ofrecen un producto y si no le gusta, le enseñan otro. De momento no ofertan más que una crisis, sin otro sentido político que “virgencita, que sigamos como estamos” o iremos de cabeza al “aventurerismo”. Un partido moribundo donde se asienta gente muy viva.
Gregorio Morán

*Gregorio Morán es autor de El Precio de la Transición y Adolfo Suárez: Ambición y Destino

http://www.ecorepublicano.es/2016/10/gregorio-moran-antes-muertos-que-de.html?m=1

lunes, 1 de febrero de 2016

La pregunta de Iñaki Gabilondo que sonroja a Felipe González en Twitter.

"Señor Felipe González, ¿a este Partido Popular, con Rajoy a la cabeza, sin regeneración de ningún tipo, es al que el PSOE debe facilitar seguir gobernando?". Con esa pregunta cerraba Iñaki Gabilondo su firma de este miércoles en la Cadena SER, una reflexión que llegaba al día siguiente de la última operación contra la corrupción en el PP valenciano y sólo unos minutos después de que Mariano Rajoy calificase el problema como "casos individuales" en Telecinco.

"¿A partir de cuántos casos aislados dejan de ser casos aislados?", vuelve a preguntarse tras escuchar las explicaciones que el presidente del Gobierno en funciones ha dado en 'El programa de Ana Rosa'.

EL HUFFINGTON POST

viernes, 25 de septiembre de 2015

Asociaciones chilenas piden al PSOE que rechace las palabras de González sobre la dictadura de Pinochet


Las palabras que el ex-presidente del Gobierno español, Felipe González, pronunció el pasado jueves en Madrid comparando la Venezuela actual con el Chile de Augusto Pinochet han causado un fuerte rechazo en la izquierda chilena. “Visité a dos condenados por la dictadura, que salieron después, en pleno estado de sitio en Chile. Pues el estado de sitio del Chile de Pinochet respetaba más los derechos humanos que el paraíso de paz y prosperidad de Maduro”, opinó González en una conferencia realizada junto a la esposa del opositor venezolano Leopoldo López. Varias asociaciones chilenas radicadas en España y la representación de los partidos socialista y comunista chileno en nuestro país han firmado una declaración pública en la que pretenden responder con “dolor e indignación” a sus “incalificables juicios”. “Consideramos las declaraciones de Felipe González una grave ofensa para los chilenos demócratas en general y especialmente para las miles de víctimas que no tuvieron la suerte de ser socorridas por el expresidente del Gobierno de España”, destaca una de las partes del texto. Además, piden al PSOE que rechace públicamente sus palabras.

La declaración, recibida por cuartopoder.es durante el día de hoy, está rubricada por las asociaciones Winnipeg, Violeta Parra, Francisco Aedo, Centro Salvador Allende Barcelona, Federación de Asociaciones Chilenas en España (Fedaches) y las representaciones en España de los Partidos Socialistas y Comunistas de Chile. “No podemos guardar silencio, respondiendo con dolor e indignación sus incalificables juicios”, destaca el comienzo del comunicado. Salvador Zúñiga, presidente de la asociación Winnipeg, destaca a este medio que la declaración se ha hecho llegar directamente al PSOE. “Entendemos que estas declaraciones comprometen de alguna manera al partido y creemos que no todo el PSOE las comparte”, señala. “Solicitamos al PSOE, organización que siempre ha apoyado la lucha del Chile democrático, un pronunciamiento formal y público acerca se estas lamentables declaraciones y exigimos al señor Felipe González que se retracte y pida excusas por el daño a la causa de los derechos Humanos en Chile”, indica el texto.

Para Zúñiga, las asociaciones firmantes consideran condenable que se haya establecido una categoría respecto a los Derechos Humanos en Chile durante la dictadura. “La comparación no tiene ningún valor. No nos gusta el ejemplo porque pensamos que en la dictadura chilena no hubo DDHH, no existieron”. Además, Zúñiga recuerda que la explicación a estas palabra no la encuentran más allá de “ciertos intereses políticos, económicos e ideológicos” de González. “Y no muy claros”, añade.

El comunicado recuerda que en el Chile de Pinochet los DDHH “fueron eliminados violentamente por la represión brutal de la más cruel y sanguinaria dictadura de América Latina, una dictadura que conquistó el poder a sangre y fuego el 11 de septiembre de 1973 y condenada unánimemente por la Comunidad internacional”. Para las asociaciones firmantes, “más allá de las diferentes opiniones políticas e ideológicas que se puedan tener sobre Nicolás Maduro y Venezuela, nadie puede desconocer que es un país donde funciona un Parlamento, existen oposición política, medios de comunicación independientes y tribunales de justicia”. Esas “condiciones y garantías políticas” no existieron durante la dictadura chilena, indican. “Ningún organismo internacional serio y reconocido califica al Gobierno venezolano de dictadura, ni desconoce la legitimidad de los comicios celebrados últimamente, además no existe sentencia por delitos de lesa humanidad o similares”, añaden.

“El hecho de visitar a dos presos políticos durante la dictadura de Pinochet no le confiere categoría de respeto a los Derechos Humanos. Las personas reconocidas oficialmente por la Comisión Valech como víctimas de la prisión política y tortura fueron 40.018 y los muertos y desaparecidos 3.065, entre ellos niños y niñas, siendo estos números todavía incompletos”, recuerdan los colectivos chilenos.
http://www.cuartopoder.es/deidayvuelta/2015/09/23/asociaciones-chilenas-piden-al-psoe-que-rechace-las-palabras-de-gonzalez-sobre-la-dictadura-de-pinochet/4532

martes, 30 de junio de 2015

Felipe, el gran jugador de billar

Gregorio Morán. La Vanguardia

Cuando se murió José Avello, a mediados de febrero, me conjuré para dedicarle un artículo. Había escrito en el 2000 una novela larga y desencantada, que imagino ya estará fuera de los anaqueles. Era asturiano de Cangas del Narcea, pero ni hablé ni me carteé con él jamás. Aseguran que la gente de Cangas del Narcea es muy especial, baste decir que su fiesta por excelencia se denomina la Descarga: un ejercicio de pólvora que explota en breves minutos y que consume toneladas de explosivos, mientras la gente llora de emoción.

José Avello, apenas una necrológica en algún diario señalando su condición de profesor en Madrid y cuyo hecho más notorio en la vida había sido construir una novela, insólita, con los personajes y los ambientes del Oviedo de la transición en decadencia, que se dedicaban a liquidar las exiguas fortunas familiares, comer bien, por supuesto, e iniciar unas partidas de billar interminables, aderezadas con una tortilla de patata a la que no le faltaran unos boquerones para adornar. Lean a Rosa Montero, Javier Marías, y tutti quanti, pero es difícil que encuentren un libro como Jugadores de billar de José Avello. Su novela empieza donde termina el Leopoldo Alas Clarín, y su La Regenta. Con ese beso al sapo, que aún hoy llena de estupor a cualquier lector sensible.

¡Qué sarcasmo! Jamás hubiera podido hacer esta explícita dedicatoria a un individuo al que no conocí y que como asturiano de pro, fue parco en literatura. ¡Qué sarcasmo! De no ser por Felipe González jamás hubiera logrado meter a José Avello y sus Jugadores de billar en un artículo.

Aseguran que la palabra carambola, que es la base del billar, nació en Asia, como casi todo, y fue variando de karamanga” a carambola gracias a esos discretos cinceladores de la lengua que son los portugueses. Pero fíjense en el detalle, igual que el ajedrez es un juego de señores con talento, el billar siempre fue considerado algo más vulgar, para clases subalternas. Soy un detestable jugador de billar desde mi nada tierna adolescencia; de esos que un señor con bigote que controlaba los billares y los futbolines, que iban parejos, decía con la voz de trueno de antiguo guardia civil: “Chaval, cada rajadura en el tapete la pagarás cubriéndola con monedas de a duro”. Es decir, que no tengo evocación alguna al billar como veterano del taco, la banda y la cabaña, terminología veterana de uno de los juegos más hermosos y brillantes que he conocido en mi vida. Porque si el ajedrez es el cálculo y la estrategia, y la base matemática, en el billar está la física unida a la intuición de saber encontrar el punto del eje de una bola que la haga capaz de avanzar, golpear, retroceder, girar, dar en la banda y quedarse quieta como un hielo. Esa bola que la gente cree que es de marfil y que dejó de serlo hacia 1940. ¿Qué importa, si se trata de un instrumento en manos de un artista? ¿Acaso no fue el canario Millares quien descubrió la brutal fuerza estética de una arpillera?

Así sucedió, como si se tratara de una revelación para un hombre como yo absolutamente incompetente para la sensibilidad de un jugador de billar -debo añadir que me refiero “al de bandas” y no al “americano”, tan popularizado por el cine-. Y entonces pensé en él. Llevaba tiempo dándole vueltas. Felipe González había pasado de líder político de un partido muy significado a gurú de todas aquellas cosas que jamás se le habían ocurrido en otra época, pero que ahora las asumía con esa franqueza y tranquilidad de quien se ­acerca a la mesa de billar, y sabe que concita todas las miradas y las ansiedades, mientras agarra el taco, va a la esquina a recoger la tiza, ese azul que se difumina y que se concibe en todo gran jugador de ­billar como una especie de diálogo entre el destino y él, entre la seguridad en sí ­mismo y el riesgo a fallar aunque sea una vez. Sin prisa, para que quede bien impregnada la punta del taco y sea perceptible hasta el golpe virginal que romperá el encanto entre el talento y la responsabilidad. La última oportunidad de demostrar lo que somos. Un gran jugador de billar. Una fortuna.

Al saber que Felipe González se iba a Venezuela para apoyar a los opositores a ese hombre por mal nombre Maduro. Un espectáculo, el de un líder español, “el joven socialista Felipillo”, que se partía los calzones con Carlos Andrés Pérez (CAP, así conocido en sociedad, como si fuera una empresa; uno de los saqueadores más importantes que tuvo Venezuela, con larga tradición en ese ámbito como demostró el dictador Pérez Jiménez, al que logró sacar buenos millones hombre tan hábil en este campo como Camilo José Cela). La exhibición de un profesional del billar veterano con el taco y la carambola. La derecha venezolana, no digamos la hispana, se conmovía, contemplándole en ese papel de Mandela sevillano, apoyando a una oposición hacia la que él, si no fuera por sus recientes conexiones económicas, no tendría nada que hacer ni que decir.

González fue muy bueno manejando el taco y la bola. Tuve el privilegio de verle en directo prácticamente desde que empezaba su racha de éxitos, en aquel congreso de truhanes que jugaban a clandestinos en el 76… Allí estaba todos para apoyar a la gran promesa del billar a bandas: Willy Brandt, Mitterrand, Mario Soares, Olof Palme¿ Tengo un recuerdo muy vivo de Carlos Altamirano, del socialismo chileno, uno de los políticos más incompetentes que he conocido, con permiso de Joan Raventós. Altamirano era a la sazón un defensor de la lucha armada, lo que sonaba como una trompeta de Händel en un concierto de Boccherini.

Me he puesto a repasar la historia de Felipe González a partir de este insólito y muy premeditado viaje venezolano. Siento por el manguta de Madero un desprecio absoluto pero conozco algo, por historias del pasado, a los opositores que el gran jugador de billar va a defender, y la verdad es que no sé a qué carta quedarme. Nadie tiene derecho a encarcelar a la oposición, ni siquiera nuestro Fernández Díaz, que de seguir así nos acabará sancionando, expulsando y deteniendo a todos, a menos que su propio miedo le haga contenerse. Un ministro del Interior ­cobarde es una ventaja ciu­dadana.

¿Qué fue la jugada de la OTAN, antes y después de las elecciones, sino una carambola a varias bandas? ¿Y la selección de partenaires -el gran jugador nunca tuvo colaboradores, porque el taco no se presta nunca a nadie- Guerra, Boyer, Solchaga, Damborenea, Belloch y aquel modesto paleto, el juez Garzón, haciendo el ridículo, y liquidado en un sencillo golpe seco de taco? Creó unas mesas de ministros donde nadie tenía ni idea de lo que eran las carambolas. Convocó a los intelectuales más selectos del momento que estaban tan descoloridos como la tiza azulete. Les hizo hombres, reconozcámoslo, les hablaba de grandes temas y ellos, que se sienten humillados por la escena, estaban encandilados ante aquel prodigio sevillano que no le interesaba la ubicación del estrecho de Ormuz, cosa que repetía Suárez a cada visitante, pero que tenía ese sentido del jugador de muchas horas y de acercar las bolas a la cabaña para al final poder quedarse con el ganado. Felipe González fue el gran jugador del billar político de la segunda mitad del siglo XX hispano y acabará por convertirse en buda, legendario consultor, y hasta académico, que ya andan por ahí proponiéndole los que tanto le deben.

Los jugadores de ajedrez, los buenos, disfrutan de un alto concepto de sí mismos. Y es lógico, porque tienen un cerebro que discurre de otra manera que el nuestro y por eso los consideramos paranoicos, pero el gran jugador de billar es aparentemente muy modesto, ni siquiera se comporta como un croupier de gran casino. Ellos se dedican con cierto aire de desgana a medir las esquinas de la mesa, observar al biés al adversario, se vuelven ricos, algunos, y la bola feliz del billar que hace cabriolas sobre el tapete, lo achacan a la casualidad. No hay nada menos casual que el billar, ni siquiera la banca.
Fuente: http://www.caffereggio.net/2015/06/27/felipe-el-gran-jugador-de-billar-de-gregorio-moran-en-la-vanguardia/

viernes, 23 de abril de 2010

Felipe González: "Lo que le está ocurriendo a Garzón no es justo"

Ver video aquí
El ex presidente del Gobierno Felipe González ha considerado hoy "incomprensible" e "injusto" el procesamiento por prevaricación del juez Baltasar Garzón por abrir una investigación de los crímenes del franquismo. "Yo no tengo una relación especial con el señor Garzón", ha aclarado tras recordar la etapa en la que el magistrado instruyó algunos casos de corrupción de altos cargos del Gobierno que presidía, pero "lo que está ocurriendo es incomprensible, inexplicable, y este señor se puede equivocar o no, pero de lo que lo acusan no es prevaricación". "Lo que no se puede explicar no es justo", ha añadido.
De visita en Zaragoza para recoger la medalla que el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, le ha entregado con motivo del Día de Aragón, que se conmemora hoy, Felipe González ha señalado que respeta la independencia del Poder Judicial, pero se ha preguntado si la decisión del juez del Tribunal Supremo, Luciano Varela, de expulsar a Falange Española de esta causa contra Garzón "depende o no" de que el propio Varela haya considerado impropias las valoraciones sobre el juez vertidas por esta acusación, lo que constituye el motivo jurídico de la expulsión de Falange.