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martes, 23 de julio de 2013

¿Por qué hay algo en vez de nada? Lawrence M. Krauss trata de desmontar la creencia en lo sobrenatural

¿Por qué hay algo en vez de nada?
Lawrence M. Krauss trata de desmontar la creencia en lo sobrenatural como origen del universo
El polémico divulgador científico lo hace desde la cosmología

Hay tres poderosas razones para leer este libro, y el lector es muy libre de elegir la que prefiera. La primera es que Lawrence Krauss (Nueva York, 1954) es uno de los intelectuales más interesantes de nuestro tiempo. Cosmólogo y físico teórico de primera línea, director del Proyecto Orígenes de la Universidad de Arizona y polemista de altura —llegó a conminar al papa Ratzinger a retractarse de su teología desde las páginas de The New York Times—, Krauss es uno de esos raros científicos que levantan la vista de sus ecuaciones para ver qué implican en el gran cuadro de las cosas y las ideas. Una inteligencia del futuro, con toda la ciencia, la profundidad y el arte en su pluma. Y no sin cierta mala uva.
La segunda, muy relacionada con el último punto, es que Un universo de la nada puede leerse como un argumento contra la religión, o contra cualquier creencia en lo sobrenatural, y que tanto el autor como sus editores hacen explícito ese ángulo con transparente intención polémica. El biólogo, divulgador y ateo militante Richard Dawkins lo expresa admirablemente en el postfacio: “Si El origen de las especies fue el golpe más letal de la biología a la creencia en lo sobrenatural, quizás acabemos viendo que Un universo de la nada es su equivalente en la cosmología; el título quiere decir lo que dice; y lo que dice es devastador”.
Y la tercera es que el último libro de Krauss —octavo en un currículo que incluye el superventas del año pasado La física de Star Trek— es seguramente la mejor explicación de la cosmología moderna para el lector general disponible en el mercado. Krauss es un divulgador científico de ensueño, rápido, transparente y penetrante, y su escritura está llena de chispa y digresión anecdótica, con un seductor sentido del humor. Algún día toda la especie humana será así.
Hay pocas aventuras intelectuales tan cautivadoras como la cosmología del siglo pasado, en la que aún seguimos inmersos. A principios del siglo XX, la sabiduría convencional era que nuestra galaxia, la Vía Láctea, ocupaba la totalidad de un universo estático e inmanente, y hoy sabemos que solo es una entre los 400.000 millones de galaxias que pueblan el universo observable. Un universo que, para colmo, parece absorto en una expansión acelerada que solo puede conducir a su muerte no ya térmica, sino por falta de sustancia.
Parecemos vivir, por otro lado, en un periodo privilegiado en la historia del cosmos. En el futuro lejano, debido a la expansión acelerada de todo cuanto existe, cada galaxia parecerá estar aislada: parecerá, en efecto, ser la única galaxia del universo, como creíamos en la Vía Láctea a principios del siglo XX. La expansión será tal que toda otra galaxia quedará fuera de toda observación y toda interacción permitida por la relatividad de Einstein, que fija un límite máximo para la velocidad de la luz y cualquier otra cosa.
Los astrónomos del futuro serán mucho más ignorantes que los nuestros, en flagrante contradicción con cualquier idea intuitiva de progreso. Como dice Krauss, “vivimos en un tiempo muy especial, el único tiempo en que la observación permite verificar que… ¡vivimos en un tiempo especial!”. Se trata de una paradoja antrópica, un término casi cabalístico que usan los físicos para referirse a los posibles sesgos que puede introducir en nuestros modelos del mundo el mero hecho de que nosotros estemos observando. El mero hecho de que vivamos en el tipo de universo que permite que vivamos, si me permiten el gongorismo.
Un universo de la nada expone magistralmente el inmenso avance en nuestra comprensión del mundo que han supuesto los últimos cien años de cosmología. De la gran aportación de Einstein con su teoría del tiempo, el espacio y la materia (la relatividad general), pasando por Henrietta Swan Leavitt, la mujer que convirtió las cefeidas en una cinta métrica para medir el cosmos; el astrónomo y exabogado Edwin Hubble, que demostró la expansión del universo con su telescopio y utilizando la teoría de Henrietta, y el físico teórico y sacerdote Georges Lemaître, que leyó el Big Bang en las ecuaciones de Einstein y es sin duda uno de los dos grandes curas de la historia de la ciencia, junto al fundador de la genética, Gregor Mendel.
El título de esta reseña es el subtítulo del libro de Krauss, y también su columna vertebral: ¿Por qué hay algo en vez de nada? Una pregunta milenaria y, según el autor, el último reducto de los teólogos y otros pensadores creyentes. Incluso si la ciencia logra explicar las leyes que rigen el comportamiento de la naturaleza y del ser humano dentro de ella, sostiene esta corriente teológica, jamás podrá responder esa última de las cuestiones. ¿Por qué hay algo en vez de nada?
Apuntando a la cabeza, Un universo de la nada se propone nada menos que responder a esa última de las preguntas. No le voy a reventar el final: lea el libro.
Un universo de la nada. Lawrence M. Krauss. Postfacio de Richard Dawkins.Traducción de Cecilia Belza y Gonzalo García. Pasado & Presente. Barcelona, 2013. 251 páginas. 22 euros
Fuente: El País.

domingo, 14 de julio de 2013

"Dios es la materia. Está clarísimo” Este físico ha desarrollado programas que han mejorado desde la Alta Velocidad al control de los maltratadores

Pregunta. Ahora peligra el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. ¿Cómo se arregla?

Respuesta. Con el traspaso, no de Messi o Cristiano Ronaldo, con el de un lateral de primera división, daría. Es cuestión de 70 millones de euros, lo que le acusan a Barcenas de haberse llevado y un poco más.

P. Cuestión de dinero.
R. Sí, pero de inversión positiva. Un dinero que luego se recupera, eh. También de sensibilidad, pero como todavía llevamos muchos genes de la abuela mona, es complicado.

P. ¿Cómo dice?
R. La abuela mona, sí, entre el 80 y el 90% de los genes que tenemos provienen del primate, lo que ocurre que esos instintos hay que atemperarlos con cultura y un poco de Educación.

P. Y la política, ¿sirve?
R. Para frenar el crecimiento de la entropía, es decir, el desorden. Para eso hay que tomar decisiones. Pero si en un partido se dedican a enfrentarse unos contra otros, ¿cómo quieren después que en la sociedad se controle el caos?

P. Si fueran capaces de explicarles desde la ciencia tres o cuatro nociones, ¿nos vale?
R. Es importante ser respetuoso con lo que se conoce de la ciencia y funciona, por ejemplo que somos frutos de la evolución y no debemos caer en la ingenua idea de que el hombre es libre. Un neurocientífico sabe que sólo el 5% de las decisiones que tomamos en la vida son soberanas.

P. Con su Instituto de Magnetismo Aplicado han trasladado la ciencia a usos prácticos de la sociedad. ¿Cómo se dan tan poco importancia?
R. Pues la verdad es que nuestros inventos han servido para el AVE, la medicina, creando desde un esfínter artificial a un sensor de válvulas cardiacas, o la famosa pulsera para detectar maltratadores.

P. También ha trabajado para la Defensa en plan Doctor Q, el que le presenta los artilugios a James Bond.
R. Inventamos una pintura que despistaba los radares, la probaron en las marinas de Estados Unidos, Francia, Israel, Bélgica. Hasta al Pentágono llegamos. Y con sede en Las Rozas…

P. Alguna culpa tendrán sus colegas a la hora de no contarlo.
R. Los científicos contamos la partitura y eso no se entiende, necesitamos intérpretes que extraigan la música. A menudo nos perdemos en nuestros propios términos, hay veces que el lenguaje sirve para evitar la comunicación. En ese terreno nos ganan los filósofos, aunque se empeñen en decir que no es posible el conocimiento. Manda huevos.

P. ¿No será que también se ponen zancadillas ustedes?
R. Tenemos los mismos genes que cualquiera, no tanto poder como otros, pero sí somos envidiosos y vanidosos. A todos nos gusta ser Estrellita Castro.

P. También se divertirán.
R. Mucho… Sobre todo cuando descubrimos algo que nunca nadie ha visto antes. A mí me pasó con el fenómeno de la magnetostricción. Consiste en saber que al imanar un material, este se alarga. También me ocurrió al ver unas nanopartículas del oro que eran magnéticas como el hierro. Esa fue buena. Una compañera tuya me dijo: “Te has cubierto de gloria, Antonio, eres el primer científico que en vez de convertir el hierro en oro, has convertido el oro en hierro, ¡estarás contento!”.

P. ¿Cómo se descubre a un gran físico en ciernes?
R. Por su curiosidad entusiasta y por saber que la certeza es posible. Pero si seguimos la influencia de la filosofía y su discurso de que el conocimiento no es posible, vamos listos. ¡Madre mía! ¿Quién ha puesto a esos tipos ahí? Son casi tan malos como los pedagogos.

P. Yo creía que eran más enemigos de la ciencia los curas.
R. Son más entretenidos, muy parecidos a los filósofos, la clave está en que se conformen con el poco espacio para sus diatribas que les dejamos los científicos y no den el coñazo. Cada vez los tenemos más acotados. Cuanto más descubrimos deben ceñirse a la evidencia.

P. ¿Cómo se llevan la ciencia y la moral?
R. Bien. Mientras el cerebro sepa que es mejor no ir a lo bruto por la vida.

P. ¿Y con Dios? ¿Se hablan?
R. Dios es la materia. Nos da pistas el Catecismo cuando dice aquello de que es omnipresente, omnipotente. ¡Son propiedades de la materia! Está clarísimo.

Perfil
Del foro, descarado, simpático y práctico, Antonio Hernando (Madrid, 1947) es uno de esos científicos gracias a los cuales el progreso sigue su marcha. Responsable del Instituto de Magnetismo Aplicado, este físico ha desarrollado programas que han mejorado desde la Alta Velocidad al control de los maltratadores con pulseras magnéticas. Tiene teorías de sobra para explicar el caos. Y lo logra. Fuente, El País.

sábado, 29 de junio de 2013

Se cumplen 100 años del nacimiento de la Física Cuántica.

La revolución de la física de hace un siglo se ha convertido en recurso para las nuevas tecnologías.

Niels Bohr escribió sus tres artículos transgresores en 1913

“El conocimiento verdadero y profundo es el de los átomos y el vacío, pues son ellos los que generan las apariencias, lo que percibimos, lo superficial”, decía Demócrito hace 2.400 años. Sin embargo, el átomo se empezó a entender solo hace 100 años, cuando fue protagonista de una de las mayores revoluciones científicas: la física cuántica. Toda la materia que nos envuelve está hecha de átomos; nuestro cuerpo contiene tantos átomos como estrellas se cree que hay en el universo. Hace un siglo, los físicos se enfrentaron al reto de descifrar la pieza fundamental que constituye la materia del universo.

A finales del siglo XIX, los átomos empezaron a dar algunas pistas sobre su naturaleza. Se observó que cuando un átomo acumula un exceso de energía emite luz de solo ciertos colores (frecuencias). En analogía con la música, el átomo sería como un piano que solo puede emitir los sonidos permitidos por sus teclas, pero no sonidos de una frecuencia intermedia, como lo puede hacer un violín. En 1897, J. J. Thomson demostró experimentalmente que el átomo no era indivisible, como dice su etimología, sino que contenía partículas ligerísimas de carga negativa, los electrones. Thomson modeló el átomo como una masa de carga positiva que tiene incrustados los electrones, como si de un bizcocho de pasas se tratara. Junto a su equipo calculó si la vibración de las pasas podía explicar la luz emitida por los átomos. No tuvo éxito, muy a su pesar.

Poco después, en 1911, Ernest Rutherford demostró que la masa de carga positiva del átomo está concentrada en su centro, descubriendo así su núcleo. Él modeló el átomo a imagen de un sistema planetario en el que los electrones son los planetas, y el núcleo el Sol. Pero ese modelo estaba en conflicto con un fenómeno básico en física: cuando la trayectoria de una partícula cargada, como el electrón, se curva, esta pierde energía mediante la emisión de radiación. Es como si la partícula derrapara al girar y perdiera velocidad. Un cálculo sencillo demuestra que los electrones pierden toda su energía, y en consecuencia el átomo debería colapsarse, en 0,00000001 segundos. Realmente no es así; de hecho los átomos que conforman nuestro cuerpo son los mismos que se crearon en el interior de estrellas hace miles de millones de años.

En 1900, el físico alemán Max Planck se enfrentaba a un fenómeno que estaba en total desacuerdo con la física clásica: el perfil de la gráfica de la radiación emitida por objetos a cierta temperatura. Planck propuso una solución desesperada, pero increíblemente acertada: la radiación no se emitía de forma continua, sino a través de pequeños paquetes de energía, los famosos cuantos de Planck. Y en 1905, Albert Einstein utilizó este hallazgo para explicar el efecto fotoeléctrico; fue su annus mirabilis en que conmocionó al mundo de la física con su teoría de la relatividad especial.

Eran tiempos en que el mar de la ciencia estaba muy revuelto; parecía que los pilares fundamentales de la física se derrumbaban. Frente a estas situaciones hay dos tipos de físicos, los conservadores, que se sienten angustiados, y los transgresores que se miden contra las olas y quieren que el mar no se calme. El físico danés Niels Bohr era de los valientes. En 1911 y con solo 26 años, Bohr fue a Inglaterra a trabajar, primero con el grupo de Thomson y después con Rutherford, que acababa de descubrir el núcleo del átomo. Bohr se preguntó: ¿cómo podemos explicar con la física clásica que un átomo emita luz en pequeños paquetes de energía?

En 1913, Bohr respondió a esta pregunta en tres artículos que describían su modelo del átomo, del que este año se celebra su centenario. El primero de ellos contenía la idea más transgresora: la energía de los electrones que orbitan alrededor del núcleo también viene dada en paquetes, es decir, está cuantizada. Con este supuesto y, dado que la energía del electrón depende de la distancia a la que orbita del núcleo, concluyó que el electrón solo puede orbitar a determinadas distancias, o niveles, del núcleo. Cuando un átomo gana energía, el electrón se desplaza hacia las órbitas más alejadas, y al perderla, salta de órbita en órbita, como si bajara los peldaños de una escalera. Estos saltos, que pueden ser de uno o varios escalones, emiten luz, fotones, cuya frecuencia es proporcional a la diferencia de energía que existe entre los dos niveles orbitales.

De esta manera, tan sencilla, Bohr consiguió explicar muchos de los experimentos sobre la emisión de luz de los átomos. No le importaba que los electrones derraparan al girar y perdieran energía, simplemente postuló que eso no sucedía en estas órbitas, ya que estas eran estables por alguna razón desconocida. El modelo, pese a sus limitaciones, explicaba muchos resultados de las líneas espectrales de los gases y del orden de los elementos en la tabla periódica. Hoy sabemos que el átomo de Bohr es demasiado simple, pero introduce rasgos importantes de la física atómica. Aunque al visualizar el mundo cuántico hay que ser siempre precavido, en el caso del átomo es más correcto imaginar los electrones, no como partículas, sino como nubes difusas alrededor del núcleo, cuya densidad en cada punto representa la probabilidad de encontrar el electrón en ese sitio.

Bohr fue un científico emblemático que aglutinó en su instituto a los mejores físicos cuánticos. Famosas fueron sus discusiones con Einstein sobre la interpretación de la física cuántica. En desacuerdo con él, Bohr creía que la naturaleza, en su expresión más íntima, está indeterminada, o sea, que sí juega a los dados. Y acertó.

El científico danés mantuvo famosos debates con Einstein sobre esta materia
Hoy, en numerosos laboratorios de todo el mundo, miles de físicos y físicas investigan y experimentan acerca de esos fenómenos cuánticos. Los átomos que Bohr imaginó hace 100 años se manipulan como si fueran marionetas: se atrapan individualmente con pinzas ópticas, se enfrían hasta casi el cero absoluto y se manejan sus estados internos con enorme precisión. Hace un siglo, la física cuántica estableció un nuevo paradigma y el conocimiento del átomo supuso un cambio revolucionario en la historia científica y tecnológica del mundo. Ahora, la física cuántica es un recurso sin precedentes para avanzar aún más en la nueva tecnología: desde construir relojes atómicos ultraprecisos o encriptar información muy sensible de manera absolutamente segura, hasta el desarrollo lejano, pero alcanzable, del ordenador cuántico capaz de cálculos hoy día difíciles de imaginar.
Más, "La rareza cuántica de la luz como onda y partícula". Aquí en El País.
Fuente: El País. Oriol Romero-Isart es investigador en el Instituto Max-Planck de Óptica Cuántica en Garching (Alemania).

lunes, 24 de junio de 2013

Confesiones entre ciencia y literatura. Margarita Salas y Rosa Montero hablan del pasado y del futuro, de la ciencia y de la muerte. Una cita en la que es inevitable que aparezca Marie Curie, otra científica de altura, protagonista de la última obra de la escritora.


No es el mejor momento para científicos ni escritores. Trabajar es para ellos una proeza, entre recortes y caídas de ventas. Bien lo saben Margarita Salas y Rosa Montero. Tan distintas, pero ambas pasionales, trabajadoras, empeñadas por hacerse un hueco en mundos de hombres y marcadas por la pérdida del ser amado. La escritora no se encoge ante las adversidades, y en marzo publicó La ridícula idea de no volver a verte (Seix Barral), con trazos autobiográficos, reflexiones sobre el papel de los padres, los problemas de las mujeres o la ciencia. Todo entrelazado con la vida de Marie Sklodowska y el desolador diario que escribió tras fallecer su marido, Pierre Curie, atropellado por un coche de caballos en 1906.
 
Ambas califican ese diario de “tremendo”. La admiran y saben tanto de esta científica polaca, ganadora de dos Premios Nobel (uno de Física en 1903, junto a su marido, y en 1911, el de Química), que pronto se convierte en la tercera protagonista del encuentro. “Una mujer apasionada”, la define Rosa Montero (Madrid, 1951). Para la científica, alguien que “se mató a trabajar [su muerte, en 1934, estuvo determinada por su repetida e inconsciente exposición al radio]. Una mujer que en los finales del siglo XIX y comienzos del XX se saltó todas las barreras para dedicarse a la ciencia”.

La cita tiene lugar en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO) –centro de investigación mixto del CSIC y de la Universidad Autónoma de Madrid–, donde Salas es profesora ad honorem. Se encuentran en su despacho, entre libros, recuerdos y fotografías. Más pequeño de lo esperado para alguien con su currículo, donde está escrito, entre otras cosas, que es miembro de la RAE desde 2001 –la tercera mujer en ocupar un sillón, el i, en su caso– o que en 2007 fue la primera española en entrar en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Una oficina ordenada, seguramente porque a sus 74 años pasa la mayor parte del día en su laboratorio, situado a un par de pasillos de distancia. Con la mirada curiosa de quien dedica su vida a la literatura, en la recepción, Montero se ha fijado en un detalle:

Rosa Montero. En los casilleros de correspondencia hay muchas mujeres.

Margarita Salas. Sí, pero son jefas de grupo, y todavía hay más hombres. En la galería de retratos de los directores del centro, la única soy yo.

Montero. Viendo tu biografía, has sido, como Marie Curie, pionera en muchas cosas.

Salas. ¡Yo no soy como Mada­­me Curie! –interrumpe con una sonrisa–.

Montero. Obviamente, son décadas más tarde, pero sí que has sido la primera mujer en cantidad de cosas. ¿Sentías que estabas rompiendo una barrera?

Salas. Sí, pero tampoco me sen­­tía mal por ello. En 1988 fui la primera en la Academia de las Ciencias, la segunda entró en 2010. Ahora ya –un “ya” que delata escasez– somos tres.

Montero. Creo que en el ámbito de la ciencia el avance de la mujer va más lento.

Salas. Yo creo que no falta mucho. A nivel de doctorando, las mujeres son mayoría. Y la mayoría de las que ahora están haciendo su tesis doctoral van a seguir su carrera profesional. Yo doy un plazo de 15 años para que la mujer científica alcance la posición que le corresponde de acuerdo a su capacidad y trabajo.

Montero. ¡Qué optimista! Me encanta.

Salas. Vamos a poner 20 años [risas].

La realidad es mucho más dura: el futuro para los jóvenes doctores de Margarita Salas es irse al extranjero, lamenta. Y el porvenir es poco halagüeño: la inversión pública en I+D se ha reducido un 13,7% en subvenciones en el último año, un 40% menos de presupuesto desde 2009, denunció en mayo la Carta por la Ciencia, un colectivo que surgió como respuesta a los recortes en investigación. Por suerte o, mejor dicho, gracias a mucho trabajo, el bichito con el que Salas ha compartido su vida, el virus bacteriano Phi29, le ha dado una nueva patente que le ha permitido contratar a algunos doctores para su equipo. El mundo de las letras en el que nada Montero también está convulso. En 2012 se publicaron un 8% menos de libros, y la piratería causó unas pérdidas de más de 300 millones, según la agencia ISBN.

La pionera en investigación molecular en España critica cómo “desgraciadamente” muchas científicas fueron eclipsadas por los hombres. La ridícula idea de no volver a verte recoge casos escandalosos: Lise Meitner, clave en el descubrimiento de la fisión nuclear, no recibió un Nobel que fue a manos de Otto Hahn, quien ni siquiera la mencionó en su discurso. O Rosalind Franklin, descubridora de los fundamentos de la estructura molecular del ADN (o, como siempre dice Salas, DNA), a quien varios compañeros robaron su trabajo y se apropiaron de un Nobel en falso.

Le podría haber sucedido a Marie Curie. Ambas coinciden en que la diferencia la marcó Pierre, quien la valoraba como profesional. Un marido científico y generoso, algo en común entre Salas y Curie, ya que la primera rechaza el calificativo de genio por parte de Rosa Montero. Prefiere definirse como normal. “Pues eres la persona normal más anormal”, replica la periodista y escritora. Ella también tiene un vínculo con Marie Curie, como explica en su libro: “Su trabajo ayudó a que me diagnosticaran y me curaran. Por no mencionar que su madre murió de tuberculosis”, la enfermedad que de niña la mantuvo años en cama.

Margarita Salas (Canero, Asturias, 1938) siempre tuvo claro que continuaría con su carrera de Químicas en vez de dedicarse a ser una esposa devota de Eladio Viñuela. “Hicimos la tesis con el mismo doctor y yo era invisible, nos reuníamos para hablar de mi trabajo y el director de tesis se dirigía a él. En cambio, en Nueva York, Severo Ochoa nos puso en grupos diferentes, dijo que así al menos aprenderíamos inglés. Creo que lo hizo porque quería que cada uno desarrollara sus capacidades”. Tras cuatro años en EE UU realizando su trabajo posdoctoral, regresaron a España en 1967 con su famoso fago Phi29 en un tubito metido en el bolsillo. Poco después, Eladio daría un paso determinante: dejó esa investigación en manos de su mujer, y él se puso a estudiar la peste porcina africana. “Entonces me empecé a convertir en una científica con nombre propio. Dejé de ser ‘la mujer de’ para ser Margarita Salas”. Tenía un marido profundamente generoso, recuerda sin titubear la científica. Montero puntualiza: “Hace falta ser fuerte para no tener miedo de quedar eclipsado por tu pareja en esta sociedad tan machista”.

Hablar de una sociedad aún machista trae a la conversación la discriminación positiva en favor de las mujeres. Margarita Salas no cree en las conocidas cuotas, no las quiere. “Creo que la que quiere, se lo propone y lucha, lo consigue”, aunque matiza que entiende que existan porque tiene que haber mujeres para hacer ver a los hombres que las necesitan. La escritora lo apoya como medida temporal para romper el llamado techo de cristal: “El sexismo es una ideología en la que se nos educa a todos. Yo he sentido muchísimo que era una intrusa. Todo te dice que eres una extraña, estás todo el rato siendo la única entre un montón de hombres. Y me sigue pasando: ser jurado del Premio Cervantes y ser una mujer entre 12 hombres. A pesar de estar acostumbrada, siempre hay un poso de violencia en el interior”.

Montero desliza una idea que también recoge en su libro. Son las mujeres quienes a veces se ponen sus barreras, “nunca han considerado que su deseo fuera importante y siempre lo han supeditado al de los demás. Esto ha cambiado en los últimos veinte años, pero, hasta entonces, la mujer tenía que luchar por conseguir lo que quería, incluso contra sí misma”. Salas asiente sin dudar. “Cuando entré en la Academia de Ciencia era la primera y me sentía un bicho raro. Posiblemente no había ni baño para mujeres. No estaba previsto que llegáramos ahí, la idea era que no valíamos para la ciencia”, una anécdota que podría servir de ejemplo de su lucha en su profesión.

Cuando parece que solo queda desear un reencuentro pronto, Margarita Salas lanza: “Te tengo que decir que me gustó mucho tu libro, y me emocionó mucho tu relación con Pablo”, la pareja de Rosa Montero durante 21 años, fallecido en 2009. Una frase que automáticamente lleva a las primeras impactantes líneas del libro: “Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha sucedido en la vida son mis muertos”. Ahí está, el tema de la muerte. Un momento vital que tanto ha marcado a estas dos mujeres. Como Marie Curie, ambas han perdido a sus maridos, sus compañeros de vida que siempre las apoyaron para que tuvieran éxito profesional. A pesar de denostar a aquellos artistas que utilizaban el dolor de la muerte, el diario de Marie Curie inspiró a la escritora. “Creo que he conseguido tener la distancia para poder hacer un libro que no es testimonial, sino que habla de la pérdida, que es algo tan habitual… Y tenemos que hacer algo con eso. Hay que reinventarse. Es difícil, pero es una de las circunstancias básicas de la vida. Hay dos cosas seguras en la vida: que vas a morir y que va a haber una cuota de sufrimiento, y hay que aprender a hacer algo con ese sufrimiento para que no nos destruya”, contesta ante el halago de la científica.

Salas dice que la muerte cada vez le asusta más, pero confía en que sea un temor temporal. El laboratorio es su refugio, donde se olvida de sus problemas. En el ordenador enseña emocionada un vídeo sobre su vida que le hicieron los niños del instituto Giner de los Ríos de Lisboa. Lógico que afirme no querer volver atrás, con lo que le ha costado llegar donde está. Antes de la despedida, un paseo. Nos acompaña a la galería de retratos de los directores del CBMSO desde 1975, 16 fotografías y solo una de mujer.

http://elpais.com/elpais/2013/06/17/eps/1371487516_939272.html

viernes, 14 de junio de 2013

¿Qué está pasando ahí? Modelar el funcionamiento interno del cerebro.

What’s Going On in There? Modeling the Inner Workings of the Brain
Ver vídeo aquí.
Ver aquí en español.

By JENNIFER CUTRARO

A three-dimensional visualization, using yellow fluorescent protein labeling, of long-range connecting neurons in a clarified adult mouse brain. Go to related article and more videos »

Overview
What does current research tell us about the brain, and what does the future of brain research hold? In this lesson, students explore the frontiers of brain science. They learn about new techniques for studying the brain, familiarize themselves with President Obama’s brain research initiative, and build interactive models of the brain and its components.

Materials 
Computers with Internet access, projection equipment, craft supplies, including poster paper, markers, play dough, cotton balls, string and glue.

Warm-Up 
When students arrive, project the series of images of a clarified mouse brain at the front of the room, without explaining what the images show. For each visualization, have students jot the following in their notebooks.

Describe what you see.
Are these images related in any way? Why or why not?
What do you think you might be looking at?
How were these visualizations made?
Ask for volunteers to share their ideas. After a few students have offered their answers, explain to the class that the images represent different parts of a mouse brain that has been processed using a new technique that makes brain tissue transparent. Ask: Why might it be helpful for scientists to study a transparent brain?

You might then show an image of a normal mouse brain, so students can see that an intact brain is normally opaque, and then show them how a mouse brain processed using the new technique becomes clear. Ask: Why might it be helpful for scientists to study a transparent brain? (Note: Here you might choose to have students read the related article about this research in lieu of or in addition to the article we’ve chosen below.)

Finally, explain that students will now read about and model activity inside the brain, in a nod to Mr. Obama’s new initiative to map the human brain.

Related 
In the op-ed “What Our Brains Can Teach Us,” David Eagleman likens the brain to an alien landscape:

After President Obama’s recent announcement of a plan to invigorate the study of neuroscience with what could amount to a $3 billion investment, a reasonable taxpayer might ask: Why brain science? Why now?

Here’s why. Imagine you were an alien catching sight of the Earth. Your species knows nothing about humans, let alone how to interpret the interactions of seven billion people in complex social networks. With no acquaintance with the nuances of human language or behavior, it proves impossible to decipher the secret idiom of neighborhoods and governments, the interplay of local and global culture, or the intertwining economies of nations. It just looks like pandemonium, a meaningless Babel.

So it goes with the brain. We are the aliens in that landscape, and the brain is an even more complicated cipher.

Read the entire article with your class, using the questions below.

Questions
For discussion and reading comprehension:

What is a neuron? What is the “voltage spike” to which the author refers? How do neurons communicate?
What does the author mean when he writes, “Learning to better speak the language of the brain is our best hope for turning the chaos into order, for unmasking and addressing the hidden patterns behind disease”? What is “the language of the brain”?
How will a better understanding of how the brain works promote advances in technology, society and machinery? Explain.
After reading this op-ed, how would you now answer the questions: “Why brain science? Why now?” raised at the beginning of the article?
What questions do you have about brain science after reading this article?
Activity | Drawing inspiration from Mr. Eagleman’s article, students imagine themselves as alien visitors to the landscape of the brain and build interactive maps, models of the brain or components of it.

To begin, ask students to close their eyes and envision themselves as the author puts it, “aliens in the landscape of the brain.” While their eyes are closed, read the following passage aloud:

[The brain] is composed of 100 billion electrically active cells called neurons, each connected to many thousands of its neighbors. Each neuron relays information in the form of miniature voltage spikes, which are then converted into chemical signals that bridge the gap to other neurons. Most neurons send these signals many times per second; if each signaling event were to make a sound as loud as a pin dropping, the cacophony from a single human head would blow out all the windows. The complexity of such a system bankrupts our language; observing the brain with our current technologies, we mostly detect an enigmatic uproar.

With their eyes still closed, ask students to visualize some of the things the author describes. What do they think a neuron looks like? What does it look like when a “neuron relays information in the form of miniature voltage spikes”? What does a brain look like? How would the brain look if you could see the thousands of connections between billions of cells? Have students make sketches on poster paper to show what they visualized.

Next, have students use their sketches as a starting point for developing paper or 3-D models of the brain and its neurons. Provide students with a wide variety of craft materials, like paper, play dough, pipe cleaners, glue, scissors, string and cotton balls.

To start, have students sketch a brain model on poster paper, identifying the main regions of the brain and the function of each. If students wish, they may instead build and label a model of the brain.

From there, have students make the connection that the brain is composed of neurons that interact in neural networks. Students might, for example, build a model of a neuron that explains how their structure relates to their firing. Or they might devise a way to call out a section of the brain, highlighting the interconnections of neurons.

To extend the activity, students could also explore the role of neurons in forming memories, building additional models to show the role of neurotransmitters in forming short-term memories, and proteins called kinases in long-term memories. Students also could show how the brain and nervous system interact with other body systems.

Students also may use models to show how neurons in the brain affect movement, speaking and sensory perception.

When students have finished building their models, allow time for them to share with the class. Ask students to first show their sketches representative of the brain’s landscape, as seen through the eyes of an alien visitor. Then ask how their model or models help to make sense of this landscape.

Going Further

Students pair up and take on the role of presidential speechwriters, preparing a script for the president to deliver to the nation, as he tries to marshal support for his initiative to map activity within the human brain.

The speech should outline several key components:

A statement of the problem. Why does the president believe it is important to advance our understanding of the brain?
What advances does the new brain initiative promise?
The technologies scientists are using to better understand the brain today and how they might apply those technologies in the future.
A persuasive argument that will rally supporters. Argumentative writing is one of the skills emphasized by the Common Core Standards. How might you get listeners excited about this initiative? What case will you make for why it is needed? This Learning Network post can help you understand how arguments are constructed.
Common Core ELA Anchor Standards, 6-12:

Reading
1. Read closely to determine what the text says explicitly and to make logical inferences from it; cite specific textual evidence when writing or speaking to support conclusions drawn from the text.
2. Determine central ideas or themes of a text and analyze their development; summarize the key supporting details and ideas.

Speaking and Listening
1. Prepare for and participate effectively in a range of conversations and collaborations with diverse partners, building on others’ ideas and expressing their own clearly and persuasively.
2. Integrate and evaluate information presented in diverse media and formats, including visually, quantitatively, and orally.
3. Evaluate a speaker’s point of view, reasoning, and use of evidence and rhetoric.
4. Present information, findings, and supporting evidence such that listeners can follow the line of reasoning and the organization, development, and style are appropriate to task, purpose, and audience.
5. Make strategic use of digital media and visual displays of data to express information and enhance understanding of presentations.

Language
1. Demonstrate command of the conventions of standard English grammar and usage when writing or speaking.

McREL Standards

Life Sciences
5. Understands the structure and function of cells and organisms.
11. Understands the nature of scientific knowledge.
6. Understands relationships among organisms and their physical environment.
7.Understands biological evolution and the diversity of life.


Nature of Science
11.Understands the nature of scientific knowledge
12.Understands the nature of scientific inquiry
13.Understands the scientific enterprise
Fuente: The NYT.

La ciencia en España. Tres expertos denuncian en la publicación de EE UU que se están poniendo en riesgo los beneficios que aporta la investigación a la sociedad y a la economía

El santo que están desvistiendo es el que funciona, dicen los autores
Ver aquí el vídeo de El País, sobre las manifestaciones de científicos.
Con su política de I+D+i, el Gobierno reorienta la financiación pública de la ciencia hacia la innovación en el sector privado y pone en riesgo los beneficios para la sociedad y la economía derivados de la investigación, denuncian hoy tres científicos españoles en la revista Science. Y esto, además de los drásticos recortes de financiación que el sistema de investigación y desarrollo español está sufriendo desde 2009. La prestigiosa publicación científica estadounidense recoge el artículo de Luis Santamaría, Mario Díaz y Fernando Valladares bajo el título Nubes oscuras sobre la ciencia española, que pone el énfasis en las líneas de política científica que ha venido marcando el ministro responsable de I+D, Luis de Guindos. Es fundamental, que “la I+D+i se integre en la competitividad de la economía española y, para eso, es fundamental que busque retornos en el ámbito de los mercados”, declaró hace unas semanas el titular de Economía y Competitividad.

En resumen, lo que el Gobierno está haciendo, argumentan los tres investigadores en Science, es, utilizando un dicho popular, desvestir un santo para vestir otro.

“La controvertida Estrategia Española de Investigación y Desarrollo 2013-2020 y el Plan Estatal de I+D 2013-2016 que la implementa persiguen, por una parte, reducir el apoyo público a la investigación básica y la educación y llevarla hacia la investigación aplicada orientada al mercado, y, por otra, incentivar la participación privada en la transferencia de tecnología mediante la redirección de los fondos públicos hacia las empresas”, escriben Santamaría, Díaz y Valladares. El primero de ellos es investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y presidente de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia y la Tecnología, los dos segundos son investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

La Estrategia 2013-2020 y el Plan 2013-2016, cuyos proyectos aún no ha convocado este año Economía, fueron aprobados por el Gobierno el pasado febrero. “De los 11 objetivos del Plan, 10 están enfocados a la financiación privada, la transferencia de tecnología y la innovación. Y solo dos de los 22 indicadores de cumplimiento se refieren a la calidad científica, y 12 se dedican a la financiación y la transferencia de tecnología y la innovación”, explica Santamaría.

Los científicos reclaman en su artículo una distribución equilibrada de inversión pública en investigación e innovación, y “mejor seguimiento y evaluación de la inversión pública en el sector privado”. La estrategia a seguir, exponen, no debe poner en riesgo la ciencia básica y necesita sistemas eficientes de incentivos para atraer más inversión privada y apoyo para las sinergias existentes con la pública. “En lugar de crear una dicotomía innecesaria entre investigación básica e innovación, las políticas públicas deberían abordar los factores clave que limitan la mejora de ambas”.

Mientras tanto, los recortes masivos de la inversión en ciencia están estrangulando el sistema. “Entre 1998 y 2008, el gasto en I+D+i en España se triplicó”, recuerda Santamaría. Pero los recortes de los últimos años (más del 40% desde 2009) han hecho retroceder a la I+D+i a los niveles de hace una década, añade... Leer más en El País.

domingo, 9 de junio de 2013

Una p... mierda¡¡¡¡

No es un alumno más. Este es el segundo año que le he dado clase y en estos dos cursos no ha faltado ni un solo día. Participa en todas las actividades programadas en el aula con un interés que pocas veces he visto en mis más de quince años de experiencia docente. Pregunta, discute, debate… pero siempre desde el respeto hacia el profesor y hacia sus compañeros.

A la hora de los exámenes lucha como el que más por sacar la máxima nota de la clase. No, no hablo de una buena nota… sino de la mejor nota. Suele lograrlo pero cuando no lo consigue sube al departamento a revisar su examen. Lo hace con educación, sin pretextos y solamente para saber cuáles han sido sus fallos. Los ve, los anota y se vuelve contrariado. Hace un año se quedó en puertas de la matrícula de honor de mi asignatura pero otro compañero hizo más méritos. Se fue de la revisión con los ojos enrojecidos y cuando le pregunte el porqué de su actitud no quiso contestarme. No lo entendí, el sobresaliente que había obtenido era muy meritorio, pero lo dejé marchar.

Su actitud en las clases prácticas que llevamos a cabo en el laboratorio también es inusual. A menudo aparece con una cámara de fotos para captar imágenes de todos los experimentos que hacemos. Eso sí, me pide permiso cada vez que lo hace. La primera vez que apareció con la cámara le pregunté cuál era su objetivo. “Me gusta enseñarle a mis padres, a mis hermanos y a mis amigos lo que hacemos en la universidad”. No seguí preguntando.

Pero el amor de este alumno por la ciencia no se queda ahí. Pertenece a dos asociaciones de divulgación científica. No, no solo se limita a pertenecer a ellas, tira del carro de las mismas como el que más. Está presente en cada una de las reuniones, organiza actividades, sube contenidos… su vida es la ciencia.

Ayer le tocaba volver a examinarse conmigo. Como suelo hacer antes de cada examen imprimo la lista oficial de alumnos matriculados para que luego firmen en ella. El alumno protagonista de este post no estaba en esa lista por lo que no podía examinarse. Pensando que era un error administrativo llamé a la secretaria de la facultad a la que está adscrita la carrera universitaria que está cursando. No, no había ningún error.

Mi alumno no había podido pagar las cuotas en las que había fraccionado su matrícula y había sido dado de baja en la asignatura. El mazazo fue tremendo. No me lo podía creer. Tras dos años dejándose la vida formándose para su futuro todo se había ido al traste.

A lo mejor debería haberme mantenido al margen pero no pude evitarlo y lo llamé. Quedé con él y nos tomamos un café. Me contó su historia, la misma que está azotando a miles de estudiantes universitarios distribuidos por toda la geografía española.

A pesar de que estaba trabajando para sacarse la carrera ni sus recursos ni los de su familia le permiten seguir pagando las tasas universitarias. Tiraba la toalla. Yo no podía articular palabra… pero empezaban a cuadrarme muchas cosas.

Ahora entendía aquellas lágrimas cuando no podía alcanzar la matrícula de honor en una asignatura. El alcanzar la máxima nota le hubiese eximido de pagar las tasas de la matrícula de una nueva asignatura.

Aguanté el tipo como pude. Creo que no se me escapó ni una lágrima porque mi monumental cabreo no lo permitía. Pero aun hay más. Él no es el único afectado de su situación. Detrás de cada uno de estos casos hay un drama familiar. No me puedo imaginar tener que ver cómo mi hija tiene que abandonar sus estudios por no poder ayudarla.

Le comenté que hay universidades que están haciendo grandes esfuerzos por intentar ayudar a las personas que se encuentran en su situación. Unas están creando fondos sociales de ayuda, otras crean nuevos programas de becas. Personalmente reconozco el esfuerzo de estos centros pero, sinceramente, creo que son parches. El problema es de raíz. Los alumnos de muchas universidades están pagando en 2012-2013 una media del 38% más que el curso anterior por sus matrículas. Esto es inadmisible. Digamos las cosas claras. Los recortes que se están haciendo en la educación pública de este país son una vergüenza. Mucha gentes los está sufriendo ahora mismo en sus carnes pero voy más allá, en un futuro las consecuencias para nuestro país serán devastadoras.

Terminamos ese café. Él no ha perdido la esperanza. Está buscando trabajo como loco para poder matricularse al menos de una asignatura para el curso próximo. Me comentó los proyectos que tiene para las dos asociaciones de divulgación científica a las que pertenece. Lo hizo con una ilusión que me dejaba asombrado.

Me explicó su obsesión por hacer fotografías de cada experimento que hacía en el laboratorio. Su único objetivo en prácticas no era aprobar las asignaturas. Quería llevar la ciencia a la calle. Quería enseñarle al mundo, según sus propias palabras, “que la ciencia también tiene su belleza y que puede llegar a emocionarles tanto como a mí”.

Durante toda la conversación me demostró que su amor por la ciencia podía más que su drama personal… el mismo por el que están pasando miles de familias en toda España. Yo ya no estaba ni emocionado. Solamente me apetecía mandarlo todo a la mierda. A esta gente, la que de verdad podría ayudar a sacar a nuestro país de la situación en la que se encuentra por su fuerza y sus ganas, se les corta las alas de forma incomprensible. Yo ya estoy hasta los h...

Nos despedimos. Pienso ayudarle. A mi manera. Será otro parche. Pero este tema me ha llegado tan dentro que no puedo mirar a otro lado. Sí, ya sé que a lo mejor soy injusto porque habrá otras personas cercanas a mí en situaciones parecidas. Chavales frustrados por no poder estudiar. Sí, lo que leen, frustrados por no poder estudiar. Tiene cojones.

Acabo. La situación en la Universidad está llegando a límites insospechados hace unos años. En un primer momento fueron los laboratorios los que se empezaron a quedar vacíos. Los impresentables recortes en investigación provocaron que miles de jóvenes científicos tuviesen que dar por concluida su carrera investigadora al no obtener becas o contratos que les permitieran realizar sus tesis doctorales, estancias predoctorales o consolidar sus plazas definitivas. Ahora las que se quedan vacías son las aulas. Cientos de alumnos empiezan a abandonarlas por no poder hacer frente a los pagos de las tasas universitarias. Los recortes en educación, sumados a los anteriores citados en investigación, están llevando a generar una sociedad que en absoluto estará basada en el conocimiento. Serán otros valores los que reinen en ella. Los mismos que los de las personas que nos han llevado a esta situación.

Esa tarde tengo otro examen. En unos minutos tendré que imprimir la lista oficial de matriculados. Tengo miedo de lo que pueda encontrarme. Esto es una mierda. Una puta mierda.
Fuente: Scientia

miércoles, 10 de abril de 2013

Propuestas de nuevos currículos en ciencias en varios estados USA. Entre otros se introducen los temas de cambio climático y evolución.

New Guidelines Call for Changes in Science Education
By JUSTIN GILLIS in NYT

New standards for curriculum, which at least 26 states have pledged to consider, take a firm stand on climate change and evolution and emphasize hands-on learning.

Full Story: http://www.nytimes.com/2013/04/10/science/panel-calls-for-broad-changes-in-science-education.html?emc=tnt&tntemail1=y


Why NGSS? from Achieve on Vimeo.


Las nuevas recomendaciones requieren cambios en Ciencias de la Educación.
Por Justin Gillis
Los nuevos estándares para el currículo, con los cuales por lo menos 26 estados se han comprometido a considerar, toma una posición firme contra el cambio climático y la evolución y hacen hincapié en el aprendizaje práctico.

Puedes descargar el informe aquí.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La fuga de cerebros, un gran problema para luchar contra la pobreza. Reunión de expertos para identificar la contribución de la ciencia al desarrollo

Cambiar el modelo de cooperación y transferir conocimiento y tecnología a los países más pobres es uno de los principales retos que llevará España al consejo de competitividad de la UE. Felipe Pétriz, secretario de Estado de Investigación, recordó "la necesidad de detener la fuga de cerebros desde los países en desarrollo hacia los más avanzados, de tener en cuenta a las mujeres, porque éstas suelen sufrir más las desigualdades y son una parte esencial de la solución, además de mejorar la eficiencia en el uso de los recursos", en la clausura de la conferencia Ciencia contra la Pobreza celebrada durante dos días en La Granja (Segovia), en la que han participado más de 300 expertos de cinco continentes,

El especialista en innovación tecnológica del Banco Mundial, el economista Yevgeny Kuznetsov, afirma, en relación a la circulación de talentos, que afecta a todos los países, pero sobre todo a los africanos. "Se debe dar un vuelco a esta situación y generar un cambio, como ha hecho la India. En este caso muchos investigadores que emigraron en los años sesenta y setenta, llegaron a altos puestos de multinacionales y convencieron a los directivos para instalar los centros de investigación en su país."

Según Kuznetsov, en España existe la fuga de cerebros, pero a su vez importa muy buenos investigadores latinoamericanos, sobre todo argentinos. No hay una solución, se pueden establecer medidas como es crear plataformas de excelencia para que vuelvan estos científicos o, por lo menos, establecer redes de investigadores que aporten esos conocimientos a sus países de origen. Es el caso de Chile, donde la administración está apoyando este tipo de iniciativa y ha creado Chile Global.

En la sesión de apertura del congreso tuvo lugar un distendido debate entre Felipe González, actual presidente del Comité del Grupo de Reflexión sobre el Futuro de la Unión Europea, Eduardo Punset, escritor y divulgador científico y Pedro Alonso, director del Centro de Investigación en Salud Internacional. Los tres estuvieron de acuerdo en que es obligatorio utilizar la ciencia en el camino para luchar contra la pobreza. También quedo patente el retraso que Europa lleva en investigación respecto a Estados Unidos y como durante los próximos 20 años este país seguirá siendo la primera potencia en ciencia.

González remarcó que la crisis es una oportunidad para cambiar y que en países como en China estos dos conceptos se escriben con el mismo ideograma.

Posteriormente, en rueda de prensa, la ministra de la cartera de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, advirtió que en la nueva Ley de la Ciencia, que próximamente entrará en trámite parlamentario para su aprobación, "se incorpora la cooperación al desarrollo en materia de I+D+i como uno de sus objetivos". Fuente, El País. Foto del autor, Marvao. Portugal.

viernes, 28 de septiembre de 2012

La Iniciativa Vive pide ayuda para la prevención cardiovascular. El proyecto aborda ciencia, educación y salud para prevenir la primera causa de mortalidad del mundo

Las enfermedades cardiovasculares con la primera causa de muerte en los países ricos, y van camino de serlo en los demás. Por eso su prevención —o, según prefiere Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), la promoción de comportamientos saludables— ocupa un puesto destacado en la agenda de la salud pública. Y no solo desde un punto de vista estrictamente médico. Tal y como plantea la Iniciativa Vive, tres son las patas del abordaje: ciencia, salud y educación, todas ellas igualmente importantes.

 Partiendo de este punto de vista, la Iniciativa Vive, fruto de la colaboración de la Fundación ProCNIC (que aglutina a empresas privadas que colaboran con el CNIC, entre ellas PRISA, editora de EL PAÍS) y la Fundación SHE (siglas en inglés de ciencia, salud y educación), se reinventa “para abrir su participación a todo ciudadano que disponga de tiempo e interés en luchar contra la patología cardiovascular”.

Como explicó Fuster en la presentación de este nuevo enfoque, la patología cardiovascular obedece a múltiples factores, la mayoría evitables. Entre los primeros están “los mecánicos” (obesidad y la presión arterial), los “químicos” (colesterol y diabetes) y “dos que se identifican con sendas preguntas: si se hace ejercicio y si se fuma”. Solo hay uno sobre el que no se puede actuar: la edad... EL PAÍS Madrid 28 SEP 2012

sábado, 6 de noviembre de 2010

Enseñanza-aprendizaje en Ciencias Naturales e ideas previas.

Dentro de la enseñanza-aprendizaje de las Ciencias Naturales se ha propuesto realizar los procesos educativos a partir de los alumnos y sus características, esto es todavía una ocupación compleja, aún cuando se ha destacado la importancia de retomar estos elementos para lograr aprendizajes comprensivos, lo que implica dirigir más la atención hacia las ideas de los estudiantes.

En este artículo se presentan algunas reflexiones sobre las ideas previas en los procesos Educativos de las Ciencias Naturales; en primer término se hace referencia a las ideas previas y sus antecedentes en el campo educativo, en seguida se exponen algunas consideraciones acerca de las ideas previas en los niños de educación primaria, después se abordan algunos planteamientos sobre la temática de ideas previas en los docentes en sus procesos de formación en la Universidad Pedagógica Nacional y su percepción acerca del tema; por último se presenta el reconocimiento de las ideas previas como factor determinante para facilitarle a los estudiantes el proceso de adquirir el aprendizaje y a los docentes en el mejoramiento de su práctica cotidiana en función de las ideas previas en Ciencias Naturales.
Seguir aquí. (Foto propia, Jardines del Generalife en Granada. 2-10-2010)