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viernes, 3 de abril de 2020

_- Thierry Breton: “Tras esta crisis se escribirá un nuevo mundo con otras reglas”

_- El comisario europeo de Mercado Interior cree que los Estados entrarán temporalmente en el capital de ciertas empresas

Decía Konrad Adenauer que la historia es la suma de las cosas que se podían haber evitado. En plena batalla global contra el virus, Thierry Breton anda estas semanas ocupado en impedir que en los libros del futuro se escriban algunas de ellas. Que la UE no pudo garantizar el libre paso de suministros vitales en las restablecidas fronteras internas. Que el elevado tráfico en las redes colapsó Internet. Y sobre todo, que Europa fue dependiente del lento, limitado y no siempre fiable material médico chino para sobrellevar la crisis.

El comisario europeo de Mercado Interior (París, 65 años), exministro francés y empresario estrella, atiende a un grupo de medios europeos, entre ellos EL PAÍS, por videoconferencia desde un despacho de la capital francesa. Sentado al escritorio junto a una bandera europea, repasa notas en silencio antes de empezar. Se sabe observado, pero viene resuelto. “Es sábado por la mañana, no hay ninguna pregunta tabú, aprovechad”, espeta como si el fin de semana fuera la excusa perfecta para una conversación más relajada.

Superados los prolegómenos, Breton se pone serio enunciando la gravedad del shock para la economía. Recuerda que los expertos cifran entre el 2% y el 3% la caída del PIB por cada mes de confinamiento. Y ve diferencias entre la gran recesión de 2008 y la gran infección de nuestros días. Ya no se trata del difuso concepto de hipotecas tóxicas troceadas y vendidas en complejos productos financieros. Es el cierre del bar de la esquina, el centro comercial del barrio y el aeropuerto de la ciudad. “La crisis de 2008 afectaba a los bancos y estaba más lejos de los consumidores. Ahora golpea a ciudadanos y empresas”, alerta.

Ni siquiera con ese tsunami levantando ya inmensas olas a las puertas del continente han conseguido los Veintisiete tejer un acuerdo para mutualizar deuda. España e Italia continúan presionando para lanzar eurobonos, repudiados por Alemania y Holanda. Los jefes de Gobierno se han dado dos semanas para resolver el entuerto. Y Breton, que ya fue partidario de poner en marcha un fondo europeo para Defensa, les anima a ser creativos y alumbrar una herramienta similar. “Cada socio debe idear su propio plan para salvar el tejido empresarial y analizar su financiación. Los alemanes han movilizado 356.000 millones de euros. Estados Unidos el 10% de su PIB. Veo dos soluciones: o emitir deuda vigilando que las primas de riesgo no se desvíen demasiado o imaginar otro instrumento, por ejemplo un fondo europeo que emita bonos a muy largo plazo, 20 o 30 años, al que incluso se le puedan asignar recursos fiscales”, propone.

Los estímulos públicos están llamados a ser el salvavidas de la economía. Con la actividad paralizada, la valoración de las compañías europeas ha caído en picado. Y Gobiernos como el español ya han erigido barreras legales para evitar que firmas extranjeras las adquieran a precio de saldo. “No somos ingenuos. No dejaremos que los depredadores compren nuestras empresas a bajo precio. Ha habido tentativas, como con el fabricante de vacunas alemán, y la reacción fue inmediata”, avisa.

Los escudos para protegerlas podrían ir más allá. “Muchas empresas tendrán al Estado en su capital, y veo que algunos están destinando fondos especiales para adquirir participaciones. Hace un año nadie se hubiera imaginado algo así, pero será transitorio. Los Estados no tienen vocación de permanencia”.

Francia, que en el pasado ya entró en el capital de campeones nacionales como Renault, donde mantiene una participación, parece la más decidida a tirar de talonario. Pero no la única. Alemania, que en 2009 nacionalizó parte del Commerzbank —al estilo de lo que España haría luego con Bankia—, también ha dicho estar lista para comprar acciones de empresas privadas para evitar su quiebra o que pasen a manos indeseadas.

Casi de un día para otro, el virus ha obligado a Europa a zambullirse en unas aguas ajenas al espíritu de su proyecto: proteccionismo, cierre de fronteras, libertad de gasto y ayudas públicas al sector privado. Su activismo comercial alrededor del globo no ha servido para proveerse con agilidad del codiciado material médico en un momento de fuerte demanda, pero Breton responde a los que acusan a la UE de imprevisión. “Ningún país del mundo estaba preparado para algo así. No lo estaba la UE, pero tampoco China. No tenían suficientes mascarillas, guantes ni respiradores y nos pidieron que les enviáramos lo que pudiéramos. Les mandamos más de 50 toneladas. Es normal. Es la solidaridad”.

Ahora, las tornas han cambiado. La pandemia tiene su epicentro en Europa y EE UU. China produce hasta 150 millones de mascarillas diarias. Y son sus aviones los que vuelan cargados hacia hospitales de Occidente. Sin embargo, el proceso se ha demostrado lento en un escenario de necesidades urgentes. Y algunas compañías del gigante asiático, poco fiables, como demuestran las compras por parte de España y República Checa de cientos de miles de tests rápidos que no funcionan o la devolución holandesa de mascarillas defectuosas. La intención es que Europa abandone esa dependencia cuanto antes. Y para lograrlo, Breton ha multiplicado los contactos con la industria textil y fabricantes automovilísticos para que reorienten su producción. “El objetivo es que en unos meses Europa sea totalmente autosuficiente en material de protección”.

Ante una pandemia como esta, de encierro permanente y recuentos diarios de muertos más propios de un parte de guerra, ese tiempo parece un mundo. Pero responde a una visión de largo plazo enfocada en los trabajadores más que en los pacientes y el personal médico, para los que todas las administraciones siguen buscando soluciones a marchas forzadas. El dirigente comunitario atisba un regreso escalonado al trabajo en el que será necesario utilizar mascarillas, guantes o geles. “Debemos contar con esos recursos para cuando se relaje el confinamiento”.

Breton centra sus esfuerzos en atajar la crisis, pero mira de reojo al mundo de mañana. De las carencias de material extrae una lección sobre el futuro de la globalización que suena a repliegue: es probable que los Gobiernos ya no deslocalicen tan alegremente la producción de suministros esenciales. “Es muy pronto para sacar conclusiones, pero todos somos conscientes de que habrá un antes y un después de esta crisis. Nadie sabe cómo saldremos, pero se escribirá un nuevo mundo basado en otras reglas. Seremos más autónomos en ciertas áreas críticas. Las relaciones bilaterales se revisarán”, vaticina.

Es el lado reflexivo y visionario de Breton, que combina el carácter pragmático y ejecutivo de haber dirigido France Telecom (hoy Orange), con su incursión en la novela de ciencia ficción en los ochenta, cuando escribió un thriller tecnológico ambientado en los años de la Guerra Fría.

El debate sobre la desglobalización seguirá en un segundo plano hasta que se contenga la expansión del virus y sus consecuencias, el trabajo que mantiene a Breton pegado al teléfono. Si detecta un aumento de las noticias falsas en redes sociales, llama a Mark Zuckerberg, el jefe de Facebook, para instarle a endurecer el algoritmo. Si teme que el consumo de series y películas congestione la red, al de Netflix, Reed Hastings. Si percibe por satélite que el equipamiento médico se atasca en las fronteras, a los ministros de los países concernidos. También marca el número de su amigo Michel Barnier, el negociador europeo del Brexit, que le asegura se recupera favorablemente de la Covid-19 aislado en una casa en el campo.

El virus obstruye las venas de la globalización en forma de cierre de fronteras y frustración por la no siempre eficaz dependencia mutua, pero Breton espera que actúe también como un acelerador del cambio en nuestro modo de vivir y producir en la era digital. Recurre a uno de los padres fundadores de la UE para respaldar la atmósfera de cambio de época que se respira en Europa, despojada hoy de dogmas inamovibles y donde casi todo parece conservarse en estado líquido. “Jean Monnet decía que en Europa solo aceptamos cambios cuando hay crisis. Ahora la hay y estoy convencido de que hacemos lo posible para encaminarla hacia algo positivo”.

https://elpais.com/economia/2020-03-31/thierry-breton-tras-esta-crisis-se-escribira-un-nuevo-mundo-con-otras-reglas.html?rel=cla_articulo#1585665187863

martes, 31 de marzo de 2020

Emilio Lledó: “Ojalá el virus nos haga salir de la caverna, la oscuridad y las sombras”

El filósofo reflexiona sobre el tipo de enseñanzas que se pueden extraer de esta crisis y subraya otras plagas como el deterioro de la educación, de la cultura y del conocimiento

Cuando todo son preguntas y miedo, la filosofía, el más esencial y uno de los más postergados de los saberes, es un faro que alumbra caminos en la noche. Y aunque él no se considera cosa tan importante como un faro —“sino una velita con poca cera”— el filósofo Emilio Lledó (Sevilla, 92 años) es una de las luces de referencia del pensamiento español. Bien a resguardo en su piso de Madrid, del que solo baja a comprar el pan y a llevarse algún chasco como ver que faltan sus latas de conserva preferidas en el supermercado de su barrio, nos atiende por teléfono para aportarnos sus serenas reflexiones sobre la insoslayable epidemia del coronavirus. Esta noche, un documental de La 2, dirigido por David Herranz y Alberto Bermejo para la serie Imprescindibles, repasa su biografía.

Pregunta. ¿Cómo está viviendo todo esto?
Respuesta. Bien, dentro de lo que cabe. No me aburro porque tengo la compañía de mis libros y leo. Dialogar con los clásicos es siempre una maravilla, y si cabe más aún en momentos de soledad. Me reconforta mucho en medio de este caos que no alcanzo a comprender.

P. ¿Con quién está dialogando estos días?
R. Con Homero, estoy releyendo su Odisea en griego. Y Misericordia, de Pérez Galdós. Y de cuando en cuando cojo el Quijote, abro por alguna página y lo leo. También acabo de leer El infinito en un junco, de Irene Vallejo, que es una pasada. Por lo demás, no me siento inspirado para escribir pero voy tomando algunas notas de cosas que se me ocurren sobre esta situación inaudita, inexperimentada.

Aviso —dice la web de la RAE—: la palabra inexperimentado no está en el diccionario. Ah, pero estamos hablando con Emilio Lledó, miembro de la propia Real Academia Española desde 1993, autor de Filosofía y lenguaje (1971), Lenguaje e historia (1978), Premio Nacional de Ensayo 1992 por El silencio de la escritura y Premio Nacional de las Letras 2014, entre muchos otros altos reconocimientos que lo acreditan como un maestro de la lengua, y por tanto aquí no importan los avisos.

Debemos estar alerta para que nadie se aproveche de lo vírico para seguir manteniéndonos en la oscuridad y extender más la indecencia

P. Inexperimentada, dice.
R. Sí, no sé, se me ha ocurrido así. Creo que no existe, la he improvisado estos días. La experiencia es la esencia del conocimiento y esto es lo contrario a lo experimentado y a lo conocido. Es algo nuevo, es algo inaudito que nos desconcierta. Nunca habíamos pasado por algo así, yo nunca había experimentado esto que veo ahora mismo, mientras hablo contigo, mirando a través de la ventana de mi balcón. Veo una calle sin actividad por dónde pasa el autobús 28, y por allí a lo lejos solo veo a un señor que viene paseando a su perro, nada más. Cuando bajo a por el pan, me atiende una mujer con una mascarilla y guantes. Todo me causa gran extrañeza. Es así que, si el conocimiento lo trae la experiencia, lo que yo estoy haciendo estos días como filósofo es darle vueltas a qué tipo de conocimiento puede brotar de esta experiencia.

P. Estamos ante un vacío de sentido, ¿cierto? Como si viviéramos inmersos en una situación de irrealidad.
R. Esa es la sensación. Yo de niño viví la Guerra Civil española, vi la violencia en toda su brutal realidad, pero precisamente era eso, real. He oído las bombas estallar, he visto caer a un piloto en paracaídas, he visto el fuego de un combate aéreo en los cielos y también he percibido el olor de la muerte; eso lo he vivido yo, era la guerra, y sabíamos lo que había que hacer, ¿pero esto, qué es esto, dónde está aquí la violencia, qué es esta tranquilidad silenciosa que nos amenaza, ese peligro que no se oye, dónde está ese virus inodoro, incoloro e insípido?

En su apartamento, don Emilio habla y camina con el teléfono en la mano. Siempre ha habido una relación estrecha entre pensar y caminar. A los seguidores de Aristóteles, explica Lledó, les llamaban peripatéticos, en griego “los que pasean”. Para Kant su metódica caminata diaria fue indispensable para su quehacer intelectual. El filósofo español siempre ha sido un andariego y sus alumnos recuerdan que era un maestro que en clase prefería dialogar de pie.

P. Decía que no sabe qué brotará de esta experiencia.
R. Eso es. Le estoy dando vueltas. Ojalá que pase algo positivo. La esperanza, hijo, es que nos reinventemos para mejor, que maduremos como sociedad. Aunque no quisiera decir que seamos mejores, no me gusta ser moralista. Prefiero decir, simplemente, que seamos algo más, que después de esta crisis del virus intentemos reflexionar con una nueva luz, como si estuviéramos saliendo de la caverna de la que hablaba el mito de Platón, en la que los hombres permanecen prisioneros de la oscuridad y las sombras. Quisiera que sea así, como te digo, pero me preocupa que esto sirva en cambio para ocultar otras pandemias gravísimas, plagas como el deterioro de la educación, de la cultura y del conocimiento.

P. Apunta a la urgencia renovada de cuidar de lo público.
R. Más que nunca, es fundamental. El esfuerzo que están haciendo los hospitales es un ejemplo. En la Política de Aristóteles ya se decía que la ciudad, la polis en la antigua Grecia, tiene que tener un solo fin, el bien común. Sucede con la sanidad y con la educación, que desde mi punto de vista tiene que ser una y la misma para todos, y no debe estar marcada por clases económicas. Es clave cultivar la inteligencia crítica, y una situación como esta lo revela. Entre tanto exceso de información, de palabras refritas, y peor, entre tanta desinformación, el ciudadano debe ser capaz de plantearse las preguntas propias de una mente libre: quién nos dice la verdad, quién nos engaña, quién quiere manipularnos.

El ciudadano debe ser capaz de plantearse las preguntas propias de una mente libre: quién nos dice la verdad, quién nos engaña, quién quiere manipularnos

P. Este virus nos hace ahondar en lo político, y también en una cuestión existencial primordial: la muerte.
R. Sí, pero no debemos temerla. Yo ahora mismo veo por mi ventana las hojas de los árboles. Dentro de poco empezará a explotar la primavera, y en la próxima estación esas hojas se caerán y el año que viene saldrán otras. Esa es la continuidad de la naturaleza, y esa continuidad no nos es dada a los humanos. Pero sí nos es dada la de nuestros ideales, la continuidad futura de aspiraciones como la verdad, la justicia, la bondad, la belleza. Todo eso prosigue, aunque tú te vayas fuera de la Historia. Y también es consolador mirar la vida de uno y encontrar que en ella hay cierta coherencia desde el principio hasta el final. Recordar tu vida y no avergonzarte. Saber que te has podido equivocar, seguro, pero que nunca has hecho daño a nadie ni has intentado perjudicar a nadie. Yo estos días estoy reflexionando con el ánimo de escribir algunos de mis recuerdos, y me da la impresión de que soy el mismo que con 23 años se fue a Alemania con 6.000 pesetas en el bolsillo y una maletita. Siento que este hombre de 92 años es el mismo que aquel muchacho. Eso me reconforta.

P. Esto no nos vencerá.
R. En absoluto. Pero debemos estar alerta para que nadie se aproveche de lo vírico para seguir manteniéndonos en la oscuridad y extender más la indecencia. Sobrecoge ver el poder que tienen sobre nosotros ciertas personas disparatadas, pues un imbécil con poder es algo terrible. Deseo de verdad que esto nos sirva para algo como sociedad. Que propicie un nuevo encuentro con los otros en la polis, en la vida en común.

https://elpais.com/cultura/2020-03-28/emilio-lledo-ojala-el-virus-nos-haga-salir-la-caverna-la-oscuridad-y-las-sombras.html?rel=lom

lunes, 30 de marzo de 2020

Qué hay detrás del 'milagro' alemán frente al coronavirus

COVID-19
Durante los últimos días no son pocas las voces asombradas por la incidencia del coronavirus entre la población alemana, que registra cifras de fallecimiento muy bajas en relación a los casos confirmados.
Álvaro Piqueras
Álvaro Piqueras@alvaro_piqueras

MICHAEL KAPPELER AFP
En una de sus últimas comparecencias, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, era cuestionado por el caso de Alemania, país que registra cifras de fallecimiento muy bajas en relación a los casos confirmados y que se ha convertido en el paradigma al que todos aspiran y queremos imitar.

"Va con retraso. Aquí se inició antes el incremento de casos. Esto obviamente no favorece al interpretación de la mortalidad entre ambos países", explicaba Fernando Simón que daba una de las claves que se maneja para explicar la diferencia: la edad media de los afectados en el país germánico es mucho menor que en España, donde se están produciendo brotes en residencias de ancianos, que son pacientes crónicos más frágiles.

Pero para entender definitivamente la situación hay que recurrir a algo que dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, hace unos días: es fundamental realizar pruebas de detección del coronavirus para detener la pandemia. "No se puede combatir un incendio con los ojos vendados. No podemos detener esta pandemia si no sabemos quién está infectado", advertía el doctor etíope.

"Hay factores que pueden explicarlo"
Así pues, el denominado ‘milagro’ alemán tienen su explicación en la realización de test en una fase temprana de la epidemia y el bajo promedio de edad de los pacientes contagiados, que son dos posibles factores de la baja mortalidad específica en Alemania a causa del coronavirus.

"Con frecuencia se me pregunta por las razones de que haya una tasa de mortalidad baja en Alemania en comparación con otros países. En realidad no sabemos por qué es así pero creemos que hay factores que pueden explicarlo como la identificación de casos leves en una fase temprana y que muchos de los contagiados son personas jóvenes que presentan una mortalidad menor", dijo el presidente del Instituto Robert Koch (RKI), Lothar Wieler.

Y es que el promedio de edad de las personas contagiadas en Alemania es de 54 años, mientras que el promedio de edad de quienes han muerto es de 81 años. Wieler aseguró que, en todo caso, el relativo bajo número de muertos como consecuencia del coronavirus no se debe a que no se contabilicen todos los casos identificados. Sin embargo, el virólogo, como también precisó Fernando Simón, advirtió que todavía se está en una fase temprana de la epidemia y que el número de muertos en Alemania puede aumentar.

En Alemania, según las últimas cifras del RKI, hay 31.554 casos confirmados, lo que representa un aumento de 4.118 con respecto al día anterior y una incidencia de 38 contagios por cada 100.000 habitantes aunque en esto último hay muchas diferencias regionales. El número de muertos, según el RKI, es de 149.

https://as.com/deporteyvida/2020/03/25/portada/1585136208_372839.html?prm=ep-ob

martes, 17 de marzo de 2020

42 juegos e ideas creativas para que los niños sin cole se entretengan en casa.

El pánico inicial de los padres y madres al saber que se suspendían las clases en varias comunidades autónomas por el avance del coronavirus se ha visto reflejado estos días en los grupos de WhatsApp de los coles, que echaban humo. Todo eran dudas: ¿Con quién dejarlos? ¿Cuánto durará esto? ¿Pueden salir al parque? Y, sobre todo, la gran pregunta: ¿Qué hago con los niños en casa tanto tiempo? Si te tocar cuidar de niños estos días, en Verne hemos pensado 42 juegos e ideas para que no os aburráis ni caigáis en la rutina con los mismos de siempre. En la siguiente recopilación se pueden encontrar desde el clásico Veo Veo a apps con las que los más pequeños podrán repasar matemáticas, lengua o inglés. Una lista a la que acudir cuando ya no te queden ideas. Muchos no necesitan más que papel y lápiz y otros incluso pueden servirte para dar una segunda vida a algunos trastos que hay por casa. Y si te toca teletrabajar en casa, aquí te dejamos unos consejos de gente que lleva años haciéndolo.

PARA QUE SE ENTRETENGAN CON ADULTOS

1. El resto cuenta. Es un juego matemático para el que solo hacen falta tres dados y un folio, y que sirve para que los niños perfeccionen las divisiones… Y tú recuerdes cómo se hacían sin utilizar la calculadora. El matemático Jose Ángel Murcia lo recomendaba en Verne como actividad para que los niños pequeños se interesen por las matemáticas.

2. La búsqueda del tesoro. Esconde algo por la casa y dibuja en un folio un plano de tu casa. Mediante pistas y acertijos el niño deberá descubrir dónde está el tesoro.

3. Adivina el personaje. Un jugador piensa en un personaje y el resto deben adivinarlo con preguntas de sí o no.

4. Palabras encadenadas. Un clásico de campamentos y viajes en coche al que puede jugarse también en casa. Ya sabes: “Caracol - cola - lagarto - tomate…” y así sucesivamente.

5. Telarañas caseras. Solo se necesita velcro y fieltro. Con el velcro se hace una telaraña gigante pegada en la pared, y con el fieltro se pueden hacer pequeñas arañas que los niños deberán lanzar sobre el velcro. El objetivo es conseguir que sus animalitos se queden lo más cerca del centro posible.

6. Veo, veo. ¿Qué ves?

7. Cambiar números por palabras. Los jugadores van contando hasta 10. Por ejemplo, si hay dos jugadores, el primer jugador diría “uno”, el segundo “dos”, el primero “tres”... y así sucesivamente. El jugador que llega a 10 sustituye uno de los números por una palabra, y se vuelve a contar. Por ejemplo, si sustituimos el dos por “gato”, el primer jugador diría “uno”, el segundo “gato”, el primero “tres”... Y así hasta llegar a 10 y sustituir otro número por otra palabra.

8. ¿Puedes convertir cuatro cuadrados en tres en solo tres pasos? Se necesitan doce palillos para intentarlo.

9. El árbol de la familia. Consiste en dibujar el árbol de la familia, donde los familiares mayores enseñen a los niños quiénes forman la familia, de generación a generación. Es una buena excusa para rescatar algún álbum de fotos antiguo.

10. Continúa la historia. El primer jugador escribe una frase, le pasa el folio al siguiente y este escribe la siguiente frase del cuento, y vuelve pasarlo… Y así, hasta el “fueron felices y comieron perdices”.

11. Camisetas personalizadas. Si tienes unas camiseta blancas básicas y pintura de ropa, ¡ya tienes una nueva prenda!

12. Stop el lápiz o “Nombre, apellido, cosa, animal”. La versión casera del Scatergories al que seguro que jugaste en clase. Puedes diseñar tú mismo el tablero o imprimir una de las muchas plantillas disponibles online.

13. OSO. Un juego de colocación de letras para el que solo hace falta papel cuadriculado y dos bolígrafos.

14. Los cuadrados. Como OSO, pero dibujando líneas en las cuadrículas para formar cuadrados.

15. Tres en raya. Si quieres ganar siempre, aquí tienes unos consejos.

16. Hundir la flota, hecho con papel.

17. El suelo es lava. Antes que un challenge, fue un juego de niños.

18. ¿Qué ha cambiado? El niño sale de la habitación, cambiamos algo de sitio y tiene que adivinar qué es.

19. El teléfono escacharrado.

20. Escribir mensajes ocultos con papel y limón. También puedes utilizar esta técnica en la búsqueda del tesoro.

21. Repaso de Geografía. No hay cole pero se pueden repasar las banderas, los gentilicios y situar las capitales de provincia. Aquí reunimos algunas formas divertidas para hacerlo.

PARA QUE PUEDAN JUGAR TANTO SOLOS COMO ACOMPAÑADOS

22. Discos matemáticos para imprimir y jugar. MrPrintables es una página web con decenas de actividades para imprimir y jugar, desde manualidades a pasatiempos y juegos matemáticos. Uno de ellos son los discos matemáticos, unas fichas con distintas operaciones matemáticas de cálculo mental en las que hay que rellenar el número que falta para que todas las operaciones den lo mismo. Puedes descargarlos aquí.

23. Leer cuentos. Un clásico, pero nunca falla, sobre todo antes de dormir.

24. Aprender origami. Si tienes décimos de lotería guardados en un cajón desde navidad, es el momento de utilizarlos.

25. Diseño y concurso de aviones de papel. Aquí tienes una guía con 30 modelos.

26. Aprender a hacer flores de papel.

27. Títeres con calcetines. Si te pones un calcetín en la mano, solo necesitas imaginación para construir a tu personaje. La versión más elaborada de este juego es decorar los calcetines cosiendo o pegando botones y telas para caracterizarlo.

28. Tira y dibuja. O escribe. O coloca. El blog de ocio infantil Bebé a Mordor cuenta con una selección de juegos descargables de los denominados roll & write, (tira y dibuja). Son juegos muy sencillos en los que, mediante tiradas de dados, tienes que dibujar un personaje, colocar fichas como si fuera un tetris…

29. Collages. Solo necesitas un folio, tijeras, pegamento y revistas viejas u otros materiales, como papel de regalo. Y que la imaginación haga el resto.

30. Disfraces Do It Yourself. Seguro que nunca se te ha ocurrido disfrazarte con cosas que tengas por casa: sábanas viejas, cartones, papel albal...

31. Plantar legumbres en un algodón mojado.

32. Bolos caseros. Con botellas de plástico vacías y una pelota de tenis.

33. Preparar un postre entre padres e hijos.

34. Un rompecabezas de verdad. Dibuja en una cartulina una imagen y después recórtala en trocitos.

35. A ver si eres capaz de pelar una naranja sin pringarte las manos. Aquí te contamos algún truco.

OPCIONES CON PANTALLA: JUEGOS, PELÍCULAS, APPS...

36. Dibujos animados y películas infantiles en YouTube. En la plataforma se pueden ver películas de dibujos animados clásicos, como a través de la cuenta SoloCartoons, donde los Looney Tunes son los protagonistas. Esta playlist reúne 100 películas infantiles (no de dibujos animados) en español. La distribuidora y productora Cinetel Multimedia ofrece distintos tipo de películas, y también cuenta con listas de dibujos y películas para niños.

37. Duck Duck Moose. Una app gratuita para repasar lengua, matemáticas, música o dibujo de manera gratuita.

38. Películas en streaming gratis con tu carné de la biblioteca. Si tu biblioteca está afiliada a efilm, tienes a tu disposición otra plataforma de contenidos tipo Netflix o HBO. Se trata de un servicio de visionado de películas online público que cuenta con un catálogo de más de 20.000 películas (y algunas series). Ocho comunidades autónomas ya tienen este servicio disponible para sus ciudadanos. Pueden verse en el ordenador y, algunos títulos, también en tabletas, en teléfonos y en la televisión (activando Chromecast, un dispositivo que permite enviar contenidos desde los dispositivos móviles a la pantalla de televisión).

39. Set. Es un juego de cartas al que se puede jugar online en la web del juego o en la página de pasatiempos de The New York Times. Consiste en encontrar tres cartas que cumplan una de estas dos características: o que compartan los mismos atributos (que aparezca el mismo número de símbolos, que sean del mismo color, que tenga la misma forma y el mismo fondo) o que no compartan absolutamente ninguno. El matemático José Ángel Murcia lo recomendaba en Verne para jugar en el coche, aunque en casa engancha igual. Es muy sencillo pero, si quieres ver algunos ejemplos, puedes leer las instrucciones aquí.

40. Karaoke. En YouTube hay algunas playlist de canciones infantiles (como esta) de las que se puede seguir la letra para tener un verdadero karaoke en casa. Suerte con el teletrabajo.

41. Tynker. Una app gratuita que acerca a los niños a la programación.

42. Duolingo. Es una app que sirve para aprender un idioma desde cero o para continuar estudiando los que están aprendiendo.

Si quieres saber más...

..En esta guía de actuación frente al coronavirus puedes encontrar respuestas para saber qué hacer ante la sospecha de padecerlo, cómo prevenirlo el o cómo actuar si se está infectado.

https://verne.elpais.com/verne/2020/03/10/articulo/1583860716_492064.html