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lunes, 9 de febrero de 2015

La esperanza griega. Fecha límite, coacción y ultimatums significa que Europa ha tomado la decisión de impedir un debate real y dinamitar las conversaciones desde un principio.

Hace 54 años, en su discurso inaugural como presidente, el presidente John F. Kennedy declaró: "No negociemos nunca partiendo del miedo. Pero no tengamos nunca miedo de negociar". No eran las frases más elevadas de aquel breve discurso, pero estaban entre las más importantes. Pues le mostraban a la Unión Soviética, de forma deliberada e inequívoca, que podría concluirse la Guerra Fría sin llegar a una conflagración y que el mundo no tiene que vivir siempre entre bravuconerías y amenazas ni bajo la sombra de la guerra nuclear.

Hoy se enfrenta Europa a negociaciones sobre la deuda y la depresión. Por un lado estará el joven gobierno de Grecia. Del otro, los poderes financieros de Europa y del mundo. Hoy, como entonces, no puede esquivarse la cuestión del miedo.

Los poderes europeos se guardan tres bazas para cuando empiecen las negociaciones. En primer lugar, Grecia tiene deudas que vencen este año y que no puede pagar. En segundo lugar, los bancos griegos dependen de la provisión urgente de liquidez del Banco Central Europeo, que se les podría retirar. En tercer lugar, la flexibilización cuantitativa le otorga al BCE una manera nueva de aislar al resto de Europa de las agonías de Grecia. Si Europa quisiera, estas bazas pueden utilizarse para aplicar una política de amenazas, con el fin de mantener la austeridad, los desahucios y la penuria de Grecia.

Se huelen las amenazas. El diario The Daily Telegraph resumió la reunión de ministros de finanzas de la UE el 26 de enero: "La eurozona ha descartado el perdón de la deuda a Grecia y ha advertido de que su nuevo gobierno de coalición antiausteridad debe cumplir todos los acuerdos del pasado…" El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, declaró ante los oligarcas de Davos que Grecia debe "tomar medidas para que continúe la recuperación económica". Y eso significa "respetar sus compromisos anteriores y que el nuevo gobierno quede vinculado por los logros de la reforma". O, como dijo el ministro alemán de Finanzas en diciembre pasado: "Unas nuevas elecciones no cambian nada".

Para los griegos, estos comentarios deben de ser una broma cruel: ¿Qué recuperación económica? ¿Qué logros? Si las elecciones no cambian nada, ¿para qué molestarse en celebrarlas? Y, por supuesto, la premisa de que han de "respetar sus compromisos anteriores" no es más que terquedad dogmática. Lo que Syriza puso de manifiesto, sobre todo, es lo incontestable de que tienen que cambiar esas fracasadas medidas políticas.

El primer ministro británico, David Cameron, resumió el punto de vista griego con velada ironía británica: "Lo que las elecciones griegas mostrarán también es que hay algunas señales de aviso en la economía global, eurozona incluida". Bueno, sí. Cuando fracasan las medidas políticas, entra en declive la economía. Los griegos no son los únicos en contemplar al fracaso delante de sus ojos.

Tal como informaba el Telegraph, hay dos cuestiones: los acuerdos y la deuda. Respecto a la primera, Grecia propone hoy recuperar el rumbo de su destino. Se ha probado el experimento de control de la Troika. Y conocemos los resultados. Se promulgarán nuevas medidas políticas destinadas a ayudar a los indigentes y a los más vulnerables, a estabilizar la economía y a fomentar la recuperación. El pasado historial de Grecia no es bueno, eso no lo discute nadie. Pero el severo diktat que vino a continuación ha sido un desastre.

La cuestión detrás de la quita es solo parcialmente una cuestión de recursos. La alternativa de "prolongar y fingir" resulta, al fin y al cabo, una forma de transferencia fiscal. El problema estriba en que la práctica amontona deuda sobre deuda, y esta es la palanca que mantiene al país tutelado, siempre en situación de mendigar. Una quita es el medio de volver a la autonomía de la política. La forma y las condiciones precisas son, en parte, aquello de lo que trata la negociación.

Unas conversaciones con pronta fecha límite, coacción y ultimatums probablemente significaría que Europa ha tomado la decisión de impedir un debate real y dinamitar las conversaciones desde un principio. Si la decisión es ésa, entonces el peso de la Historia caerá sobre quienes la tomaron, incluyendo el caos que pueda derivarse de ello.

¿Qué capacidad de maniobra tiene Grecia? Evidentemente, no mucha; las armas pesadas están del otro lado. Pero hay algo. El primer ministro Tsipras y su equipo pueden presentar su defensa de la razón sin amenazas de ninguna clase. En ese caso, el gesto correcto y moral por la otra parte consistiría en desechar sus tres bazas y, por encima de todo, dejar espacio fiscal y garantizar la estabilidad financiera griega mientras se llevan a cabo las conversaciones.

Si es esto lo que ocurre, pueden seguir adelante las negociaciones formales. Sobre esta cuestión, los comentarios de la canciller Merkel han sido de lo más suaves. Posiblemente entienda que las opciones determinarán –muy pronto– el futuro de Europa.

En esta situación valen las dos partes del pronunciamiento de Kennedy, bosquejado, por cierto, para él por mi padre. No se debe forzar a que Grecia negocie con miedo. Y Europa, por su parte, no debe tener miedo a negociar, con tranquilidad, sin bravatas ni amenazas, de buena fe.
James K. Galbraith
Social Europe Journal
James K. Galbraith es profesor de la Lyndon B. Johnson School of Public Affairs de la Universidad de Texas (Austin). Entre sus últimos libros, Inequality and Instability: A Study of the World Economy Just Before the Great Crisis (2012) y The End of Normal: The Great Crisis and the Future of Growth (2014). Es coautor con Yanis Varoufakis y Stuart Holland de la Modesta Proposición para la salida de la crisis de la Eurozona.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7707

sábado, 17 de enero de 2015

CUANDO LAS LUCES DE NAVIDAD NO BRILLAN

Una gran amiga envió esta emotiva y bella carta al diario local "Hoy". Sencillamente me ha gustado y por eso la traigo aquí, con todos mis mejores deseos.

Mensajes y más mensajes, convocándonos a la alegría por decreto, a las felices celebraciones y tiernos reencuentros, insistiendo una y otra vez, hasta la extenuación, en la obligación de pasarlo bien, que para eso es Navidad. Pero sucede que la vida es, muchas veces, y para muchos, cruel, despiadada y las luces navideñas no brillan por igual para todos. El dolor no tiene vacaciones ni firma treguas, aunque sea Navidad.

Cuando la angustia nos puede, cuando vemos el futuro como una amenaza, esas continúas invitaciones al amor, a la cordialidad, esas reuniones con familiares, amigos y compañeros, por imperativo social, solo sirven para acrecentar sentimientos de impotencia, de rabia, de infinita tristeza, sobre todo si, día a día, nosotros o algún ser querido, se enfrenta a una enfermedad cuyo solo nombre causa estremecimientos o cuando nos pesan ausencias imposibles de suplir y que ese tiempo de navidad las hace más presentes y dolorosas.

El dolor y la nostalgia acompañan nuestras horas navideñas. Nos pesa cada instante y ni esos spots televisivos, ni esas desmesuradas manifestaciones de alegría callejera pueden amortiguar ante el sufrimiento de un ser querido, frente a la incertidumbre con la que despertamos cada día. Sólo los que han pasado por algo similar pueden entenderme y saben que es sentirse roto en Navidad. Salir a la calle y ver gente repletas de bolsas, sobrados de luz y calor… ajenos a todo desgarro, nos produce aún más dolor y tristeza.

Son muchos los que en estas fechas, cuando el tiempo nos arropa y el pasado se siente más largo que el futuro, cuando nos pesa más la carga vital que los proyectos, manifiestan síntomas depresivos, ansiedad y apatía, que, en ocasiones, llevan a una cierta fobia a esta época del calendario y a hundirnos en la soledad y el abatimiento, haciéndonos sentir con patológica intensidad nuestras personales tragedias. Es cierto que este fenómeno no se recoge aún como tal en ninguno de los manuales que clasifican a las enfermedades mentales, pero presagio que no tardará en hacerse.

Pasado ya este tiempo de brindis continuos, impuestos mucha veces por artificiosas circunstancias, no quiero terminar estas líneas sin manifestar mi solidaridad con los que sufren, brindar con ellos y desearles que, aunque sea a lo lejos, difusa y tenue, avisten alguna luz de esperanza. Este resquicio es el que me hace levantarme con fuerzas cada mañana.
Concha Flores

martes, 28 de enero de 2014

Debemos y podemos ser felices, la alegría es un bien gratuito

La depresión es un trastorno que impide el funcionamiento diario; la tristeza es otra cosa
Disfrutar de la vida depende de valorar lo realmente importante y evitar recrearse en lo negativo

...
La tristeza no siempre lleva a una depresión. Eso son palabras mayores que se refieren a un trastorno psicológico que impide el funcionamiento cotidiano. Hasta lo más sencillo, como arreglarse, cocinar y comer de forma equilibrada, se convierte en un mundo. La depresión afecta a su vida personal, familiar, laboral y social. El futuro se contempla como un lugar desolador, y algunos afectados pierden hasta las ganas de vivir. La persona con depresión suele requerir tratamiento farmacológico y psicológico.

Pero ¿y la tristeza, esa pérdida de ilusión, la sensación de vivir a medias, esa dificultad para sentir placer? Afecta a muchísima gente. No llega a incapacitar, pero sí los sumerge en una vida gris, pobre en emociones, en la que el tiempo pasa sin dejar huella.

¿Por qué hay personas que disfrutan de la vida y otras que no? Aquí tiene algunas claves, que además dependen de usted.
Tener otro ritmo de vida. Huya de la “prontomanía”. Es la obsesión por contestar a todo de forma inmediata, pronto, ya, como si el mundo se fuera a acabar en los próximos segundos. Las nuevas tecnologías le están quitando los mismos minutos que cree que adelanta dando respuesta a todo ipso facto. Frene, pare. Usted y su entorno han decidido que son urgentes tareas que no lo son. Reeduque a sus compañeros de trabajo, amigos y familia.

Pasar de la fantasía a la acción. En mis conferencias suelo preguntar a los asistentes: ¿si pudiera elegir ahora con su varita mágica otra vida en la que no fuera profesionalmente quien es, a qué le gustaría dedicarse? Nadie contesta “ser millonario”. La mayoría de las respuestas están relacionadas con actividades o formación a la que uno puede acceder cuando quiera: “sería cocinero, fotógrafa, músico, daría la vuelta al mundo en bicicleta, escribiría un libro…”. Casi todo tiene que ver con la parte más creativa de las personas y con nuestra capacidad para expresar nuestro talento. Son profesiones, pero pueden ser hobbies. ¿Por qué no organiza su agenda y busca tiempo para apuntarse a un curso de cocina, o de fotografía, o para hacer más deporte? Igual debería establecerlo como una prioridad. Le hará más feliz que cualquier antidepresivo.

Busque el placer con los amigos y familia, y disfrute de la vida social. Un estudio del investigador y profesor en psicología Richard Wiseman demostró que somos más felices con las experiencias que vivimos con amigos y los viajes que hacemos que con cualquier objeto material que compramos. Nos da felicidad los momentos que compartimos, las risas, y lo recordamos siempre como un placer, mientras que el valor de lo que compramos se olvida rápidamente. Invierta tiempo en experiencias, le será más gratificante que lo que gasta en comprar ropa, zapatos o relojes.

No deje para la jubilación todo lo que tiene pendiente: leer, aprender a dibujar o bailes de salón. Las personas se preocupan tanto por el futuro que dejan de vivir y ser felices en el presente. Ser responsable con las obligaciones es genial, pero tener la agonía de que nunca puede estar tranquilo es un sinvivir. La vida tiene tanto de incertidumbre que es imposible mantenerlo todo bajo control. Disfrute de lo que la vida le ofrece con las personas que quiere. Ahora, aquí y en este momento.

Bese, toque, achuche, busque el calor. El afecto y el amor son grandes fuentes de bienestar. A las personas les gusta sentirse queridas, y las muestras de afecto son la prueba más sincera y directa de amor. Toque incluso a la gente más lejana, mire con cariño a quien le atiende en una cafetería, verá cómo recibe enseguida una respuesta recíproca. El afecto se siembra.

Esperar cosas buenas de la vida. Significa tener esperanza. ¿Hasta ahora ha tenido éxito en su vida cuando se ha dedicado a anticipar las desgracias? No, rotundo. Pensar que va a tener suerte y creer que su momento le espera a la vuelta de la esquina le permite implicarse con más esfuerzo y dedicación en sus proyectos. Y lo hará porque espera obtener un resultado. Pero si piensa que la vida no le depara nada bueno, bajará los brazos y no se esforzará. La esperanza es una fuente de motivación, le empuja para darlo todo. Es la profecía autocumplida. Espere también cosas buenas de las personas, “bieninterprete” las intenciones y comentarios que reciba.

Cambiar el foco de atención. ¿En qué está pensando, en lo que tiene o en lo que le falta? Las personas felices lo son no porque tengan más que los demás, sino porque centran la atención en lo importante.

Dé otro valor a lo que siente. Las emociones son buenas todas, incluso las que cree que le hacen daño. Se necesita el miedo, la ansiedad y la tristeza. Son termómetros. El miedo y el estrés le advierten de que existen amenazas, y su tristeza, de que algo va mal. Pero el termómetro solo es el pistoletazo de salida, no un aviso para que nos recreemos en lo mal que nos encontramos. Deje el victimismo de lado, le hace débil y no le permite reaccionar. Sus emociones son el aviso de que tiene que reaccionar. Si la amenaza es verdadera, luche, corra, y si lo está pasando mal, actúe e introduzca un cambio en su vida. Si espera que las circunstancias cambien para empezar a dar pasos, igual se queda sentado toda la vida. Y no exagere lo que siente, no le da más valor del que tiene. Si decide dedicarle toda su atención, sentirá las emociones más intensas de lo que son. Deje la hipervigilancia para otros temas y busque algo que le cambie el estado de ánimo: la música, una charla con amigos, pasear, maquillarse y un largo etcétera.

Compararse. Siempre hemos dicho que uno es como es y que no debe compararse con nadie. Pero a veces las personas se vuelven el ombligo del mundo y pierden la perspectiva de lo afortunadas que son en la vida. Solo se miden con su estado de bienestar anterior o con quienes tienen más suerte o están mejor posicionadas. Rara vez se comparan con quien sufre, con quien tiene dificultades o con quien no tiene trabajo o menos recursos económicos. Sea empático, póngase en ese lugar, verá cómo su vida no es tan miserable. Y si fuera capaz de echar una mano a personas más desfavorecidas, comprobaría cómo recupera la ilusión por detalles de su propia existencia a los que ahora no da ningún valor.

Convénzase de que merece ser feliz. ¿Por qué tiene esa idea absurda de que en esta vida estamos para sufrir? Estamos para disfrutar y para sacarle todo el jugo que se pueda. Hay personas a quienes les da miedo ser felices. Tienen la creencia completamente irracional que relaciona este sentimiento con sentirse culpables y atraer las desgracias. Un pensamiento del tipo “estoy tan feliz que algo malo tiene que llegar”. Estas ideas les llevan a frenar su estado de bienestar, por miedo a tentar a la mala suerte y que se pongan enfermos o se muera alguien o pierdan el trabajo. No hay una relación directa entre disfrute y que vengan mal dadas. Lo cierto es que la vida trae buenos y malos momentos, no siempre controlables por nosotros. Así que es normal encontrarse con piedras y dificultades en el camino, pero no son la consecuencia de que seamos felices, sino de que se tienen que vivir y nos pasan a todos, vienen en el reparto de la vida. Hay que buscar y provocar nuestros estados de paz y felicidad personales.

La felicidad no se compra, sino que se deleita en cada momento de nuestra vida. Deje de invertir en cosas y hágalo en tiempo, risas, cenas, una buena copa de vino, disfrutar de la amistad, de un café, de una llamada de teléfono relajada, de un paseo, de los detalles que se le escapan buscando la felicidad en el mapa del tesoro. Claro que podría estar mejor de lo que está, usted, su vecino y yo también. Pero pensar en ello le limita. Disfrute lo que tiene y no deje de esforzarse para seguir viviendo experiencias.

PELÍCULA
‘En busca de la felicidad’, dirigida por Gabriele Muccino y protagonizada por Will Smith

MÚSICA
‘Color esperanza’, de Diego Torres

LIBRO
‘El guerrero pacífico’, de Dan Millaman
Fuente: El País.

domingo, 31 de marzo de 2013

Lo importante es soñar. Seguiremos, canción de Macaco.

Seguiremos - Hospital Sant Joan de Déu y Macaco from Hospital Sant Joan de Déu BCN on Vimeo.

¡Os gustará, es por una buena causa!
Los niños y niñas de la planta de Oncología del Hospital Sant Joan de Déu, y los profesionales y voluntarios que les acompañan en el centro, cantan junto a Macaco la canción "Seguiremos", un mensaje de esperanza para concienciar sobre la importancia de la investigación en la lucha contra el cáncer infantil. Si quieres contribuir a financiar esta lucha contra el cáncer puedes hacer tu donativo en obrasocialsantjoandedeu.org

Y por favor, no te creas ni hagais caso a los mensajes en el que se dice que "Cada vez que abras el vídeo entrarán 5 céntimos - es una burda mentira para crear una de tantas cadenas de correos basuras utilizadas por los creadores de spam.
http://vimeo.com/54275902

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Los vecinos de barrios ricos de Barcelona viven ocho años más que los del Raval. Los residentes en Sant Gervasi, en Barcelona, tienen una esperanza de vida al nacer de 81 años, mientras que para los del Raval es de 73

Los residentes en Sant Gervasi, barrio de la zona alta de Barcelona, tienen una esperanza de vida al nacer de 81 años, mientras que los del Raval viven una media de 73, ocho menos, una desigualdad que el proyecto europeo Sophie analizará para evaluar el impacto de las decisiones políticas en las desigualdades en salud, informa Efe.

El proyecto, coordinado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), considera que “las desigualdades en salud son diferencias evitables e injustas, determinadas por las circunstancias en las que las personas de los diferentes grupos sociales nacen, viven, trabajan y envejecen”. Además de las diferencias en la esperanza de vida entre los barrios con renta per cápita más alta y los más pobres, los investigadores que participan en el proyecto, procedentes de nueve países, han constatado que en Cataluña, el riesgo de sufrir una depresión o ansiedad es cuatro veces superior en una mujer con un empleo no cualificado que en un hombre directivo o profesional.

Para llevar a cabo el proyecto, financiado por el VII Programa Marco de la Unión Europea, investigadores de la ASPB, de la Universidad Pompeu Fabra y de Cáritas Diocesana de Barcelona han empezado a recoger información a través de entrevistas individuales y de grupos que permitirán evaluar los efectos en la salud de las intervenciones públicas. Entre estas intervenciones figuran la renovación urbana de la Ley de Barrios de Cataluña, el realojo de familias con problemas de vivienda por parte de Cáritas y la implantación de la Ley de la Dependencia. Los investigadores también prevén analizar la experiencia de economía cooperativa de la Corporación Mondragón, en este caso en el País Vasco. La investigadora principal del proyecto Sophie, Carme Borrell, ha explicado que la investigación se ha diseñado para implicar a la sociedad civil en la identificación de políticas eficaces para reducir las desigualdades.

La investigación, que está previsto que finalice en 2015, quiere generar evidencias sobre cómo las políticas estructurales, la vivienda, el trabajo y la planificación macroeconómica tienen un impacto sobre las desigualdades en salud e influir con ello en la aplicación de las políticas públicas... Ver El País.

jueves, 1 de abril de 2010

Sobre el tratado de desarme entre EE.UU. y Rusia

Comienzo de la evaluación de seguimiento
Después de perder más de algunas fechas límite y lograr varios de los llamados avances significativos, los Estados Unidos y Rusia, finalmente han llegado a un acuerdo sobre un nuevo tratado de control de armamentos. Será firmado en Praga el 8 de abril, casi un año después del día en que EE.UU. Con su presidente Barack Obama y el presidente ruso, Dmitry Medvedev, acordaron iniciar las negociaciones de tratados y Obama anunció, también en Praga, su compromiso con las armas nucleares del mundo libre. Así las cosas, ¿merece la pena esperar el tratado? Como una medida de desarme, será un paso muy modesto.

El tratado establece un límite máximo de 1.550 ojivas nucleares desplegadas -técnicamente una reducción de más del 30 por ciento sobre los niveles actuales -, aunque casi todas las reducciones se logran cambiando la forma en que las cabezas se cuentan. Eso significa que la mayoría de las ojivas nucleares seguirán estando en los EE.UU. y en Rusia como arsenales activos.

Las cifras por sí solas, sin embargo, no cuentan toda la historia. De hecho, no son tan importantes. Ya se trate de 1.550 ojivas o de 500 ojivas, hay mucho de más. Lo importante es que el tratado brinde al público una manera de apoyar a los EE.UU. y al gobierno de Rusia para que sean responsable de las armas nucleares que poseen.

Es un poco pronto para decir si el tratado de control de armamentos será capaz de cumplir con los acuerdos de transparencia y verificación, pero parece que será posible: El acuerdo final debe proporcionar la apertura sustancial de los arsenales nucleares".

Como escribí hace un año, “Un eficiente mecanismo de transparencia y control es mucho más importante que cualquier número determinado de cabezas que el tratado finalmente controle”. Es un poco pronto para decir si el nuevo tratado será capaz de lograr, este aspecto, pero parece que lo conseguirá: El acuerdo final debe proporcionar la apertura sustancial de los arsenales nucleares.

La crítica más grande sobre el nuevo acuerdo es que se reduce toda la relación entre EE.UU. y Rusia para controlar las armas del estilo de la Guerra Fría y poco más. De hecho, en varios puntos durante el último año, parecía que la idea de “reiniciar” la relación entre EE.UU., y Rusia se había relegado a las minucias de temas mundanos como el intercambio de información sobre telemetría. Pero la realidad es que estos desacuerdos son reales, y habría sido un error esperar que sin el proceso de control de armas, Rusia hubiera dejado de preocuparse, por ejemplo, de los interceptores de defensa antimisiles de EE.UU. en Europa. Todo lo contrario: Como vimos durante los años de George W. Bush, a falta de un diálogo, incluso pequeños malentendidos y temores injustificados puede crecer hasta proporciones grotescas y envenenan las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en los años venideros.

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Escrito por Pavel Podvig

Físico formado en el Instituto de Física y Tecnología de Moscú, Podvig trabaja como investigador asociado en el Centro de la Universidad de Stanford para la Seguridad y la Cooperación Internacional. Su experiencia se extiende al arsenal nuclear de Rusia, las relaciones entre EE.UU. y Rusia, y la no proliferación. En 1995, dirigió el Proyecto de investigación de la fuerzas nucleares estratégicas de Rusia, la edición de libro del mismo nombre del proyecto, que proporciona una visión general de las fuerzas estratégicas soviéticas y rusas y las capacidades técnicas de los sistemas de armas estratégicas de Rusia.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Pere Casaldáliga, "La esperanza debe ser creíble, activa, justificable y que actúe"

El pasado verano, un grupo de militantes de Ecologistas en Acción, ¿Quién debe a quién? y OMAL conocimos al poeta y obispo emérito Pedro Casaldáliga. Es, sin lugar a dudas, una de las personalidades más destacadas de la Teología de la Liberación.

Hace más de cuarenta años llegó a la región de Sao Félix de Araguaia, en Matto Grosso, Brasil. Había recibido educación franquista y había tenido contacto con la pobreza, primero en zonas obreras de Cataluña y luego en una breve experiencia en Guinea. Sin embargo, fue lo que encontró en Brasil lo que le hizo comprender que la lucha contra la injusticia suponía ponerse al lado de las personas empobrecidas y, por lo tanto, enfrentarse a los ricos terratenientes. Su primera carta pastoral se tituló "Una Iglesia de la Amazonia en conflicto con el latifundio y la marginación social". Esto, en una región de selva como aquella, significa apoyar al pequeño campesinado, a la población indígena y a la gente que sobrevivía de la pesca en los ríos, frente a los abusos de los terratenientes y, hoy en día, de las grandes transnacionales del agronegocio.

Esta actitud vital y política combativa le ha valido ser objetivo de numerosos atentados. Aún hoy, enfermo de Parkinson y con 81 años, continúa amenazado de muerte por defender el derecho de los indios xavante a recuperar su tierra, robada hace más de cuarenta años.

Nos sorprendió por su lucidez y su determinación pero, sobre todo, por su compromiso y la coherencia radical con la que vive, por convertir sus palabras en actos que se multiplican. Su análisis de la coyuntura internacional y nacional brasileira le ha llevado a complementar la Teología de la Liberación acercándola a la “Ecoteología”. Esta vertiente de la teología cristiana sostiene que, para vivir verdaderamente el compromiso, debemos defender del expolio a la naturaleza y a la gente más desfavorecida. Según sus propias palabras: ”A día de hoy, hay diferentes teologías de la liberación. Lo que se ha hecho es incorporar más explícitamente temas, sectores de la sociedad, de la vida, que antes no eran tan considerados. Han ido surgiendo las cuestiones asociadas a los indígenas, las mujeres, la ecología, los niños de la calle... Ahora, se trata de una teología enriquecida por las reivindicaciones de esos grupos emergentes, y por eso, la Teología de la Liberación ya es muy plural en sus objetivos, siempre dentro de la reivindicación de la liberación”.

Uno de los hechos que más ha denunciado a lo largo de su vida es la estrategia del gran capital brasileño, y por ende, mundial, que fomenta que las clases desfavorecidas se enfrenten entre sí, olvidando así quién es el verdadero enemigo. De este modo, pareciera que la lucha por la tierra que mantienen los indígenas colisionase con los intereses del campesinado, de las poblaciones descendientes de los esclavos, y todos ellos, a su vez, con el ambientalismo.

Casaldáliga sostiene que las luchas sociales deben acompañar a las ecologistas, puesto que no son más que una única lucha contra el capitalismo, que arrasa la naturaleza del mismo modo que las culturas y los derechos de los pueblos: “ Dentro de esta visión de globalidad descubrí por fin que el planeta es nuestra única casa. Y no hay modo de salvarnos nosotros si no salvamos el planeta. Mejor aún: es bueno recordar que podemos desaparecer completamente los hombres y el planeta seguirá. Hasta por egoísmo, diríamos, ahora nosotros sólo nos salvamos si es con el planeta ” . Su visión integradora tiene fuertes semejanzas con la ecología social: no se puede luchar por el medio ambiente olvidando a las personas que en él habitan y, del mismo modo, es un error metodológico y de fondo luchar por la humanidad sin proteger los distintos ecosistemas. Todo ello está entrelazado dentro del actual sistema económico y político que se sustenta en la destrucción de la vida.

Casaldáliga se ha caracterizado por el compromiso y por la austeridad... Berta Iglesias, Luis y María González Reyes Ecologista. Para leer todo el artículo clik en el titular.

miércoles, 8 de abril de 2009

Resiliencia

"Habrá un momento político para luchar contra los crímenes de guerra, un momento filosófico para criticar las teorías que preparan esos crímenes, un momento técnico para repara esas heridas y un momento resiliente para retomar el curso de nuestra existencia" .
Boris Cyrulnik. Resilencia.

Una entrevista a Stefan Vanistendael, psicólogo, referente por sus teorías sobre la resiliencia o resilencia. Deseo que os guste. Me quedo con la frase de que "el humor constructivo nos abre la inteligencia".
"Queremos ser admirados más que amados, qué error"
IMA SANCHÍS - 16/12/2008

57 años. Nací en Holanda, soy belga, y vivo en Suiza con una inglesa. Sin hijos, lástima. Sociólogo, jefe de investigación en la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE), en Ginebra. La crítica con humor es necesaria y la espiritualidad cristiana una buena guía ética. (Lo que para mi es discutible que siempre lo sea, al menos en las versiones que observamos. No siempre las religiones son fuentes de buenas éticas)

¿Qué tenemos cuando ya no nos queda nada?
La capacidad de crecer a través de grandes dificultades, la resiliencia. Lo que da sentido a nuestra vida son esas pequeñas cosas que nos conectan con la vida: la amistad, la pareja, los hijos...
Eso no son pequeñas cosas.

Tener responsabilidad por otro, aunque sea un gato, es suficiente. Pero se trata de vivir conectado positivamente. Y la belleza (la naturaleza o el arte) y el humor me parecen dos maneras de conectarse con la vida muy poderosa. El humor es el último tesoro, en situaciones difíciles, como dictaduras, la gente desarrolla un humor muy agudo.

A veces sarcasmo.
El sarcasmo es dañino para el que lo practica y para quienes lo sufren. Pero el humor constructivo nos abre la inteligencia.

¿Y cómo nace el humor?
En la infancia deriva de una aplicación estricta de la lógica, y me parece delicioso. Los adultos creemos que somos los más capaces de pensar lógicamente, pero no es cierto, nos lo impiden los filtros, las normas sociales y nuestra experiencia de vida. En cambio los argumentos lógicos aunque inocentes de un niño son demoledores.

Póngame un ejemplo.
"¿Qué quieres para Navidad?", pregunta el papá. "Un Tampax, porque con él puedo montar a caballo, nadar e ir en bicicleta".

¿Por qué nos reímos tan poco?
Porque todo funciona muy bien en la vida cotidiana, el humor viene cuando algo no funciona bien, y gracias a él no se pierde la confianza. Cuando la madre esconde su cara tras las manos, el bebé pasa de la angustia a la sorpresa de volver a recuperarla y lo hace a través del humor.

El humor, ¿un mecanismo de defensa?
Es mucho más que eso, nos ayuda a ajustar situaciones que nos desorientan. Un señor muy viejo me dijo: "Tengo un gran problema que no puedo resolver, pero comparado con la inmensidad de la vida es pequeño".

Eso es un acto de realismo.
Sí, nos permite redescubrir una perspectiva más amplia. Nos da ese equilibrio esencial entre el ideal y la realidad. Queremos ser más guapos e inteligentes, pero somos lo que somos, ese es el mensaje del humor.

¿El humor se puede enseñar?
Se aprende viviendo, pero uno se puede esforzar. Sabemos que la lógica extrema tiene un efecto humorístico, recuperarla puede crear bastantes situaciones oxigenantes. La risa es un indicador de salud mental.

¿Cómo trabajar el humor con niños?
Se debe permitir, establecer un clima en el que pueda fluir. El humor necesita confianza para que no se convierta en sarcasmo y algunas normas como que no te puedes reír de los otros, sino con los otros. Y no olvidar nunca que no te puedes tomar en serio a alguien que no tiene sentido del humor.

Humor y belleza son sus caballos de batalla...
Sí, y a menudo cuando la gente quiere ser seria pierde estas dos cualidades imprescindibles. En una ocasión un preso me invitó a dar una conferencia en una prisión francesa. En la mesa el preso puso un enorme ramo de flores, me sorprendió en una cárcel. Al terminar la conferencia dije una tontería.

¿? Le pregunté al preso qué podía hacer yo con esas flores (me iba en avión). Él me miró:
"Estaban ahí para embellecer el acto", luego las cogió y se las llevó a su celda. Aquello era toda una economía de la belleza: eran las flores de la misa que él recuperó para mi conferencia y luego para su celda.

Habla usted de humor y espiritualidad.
El juego está muy cerca del humor, es otra manera de colocarse en la vida. Con humor podemos librarnos de la obsesión de controlarlo todo. La integración de lo que no es perfecto en la vida me parece fundamental en la espiritualidad, que consiste en vivir la vida como es, con imperfecciones.

¿Qué ha aprendido usted en la vida?
Las malas intenciones existen, pero lo más común es que con buenas intenciones se haga daño a los demás. Hay que ser prudente con nuestras buenas intenciones y con nuestra buena conciencia.

Sí señor.
Bonhoeffer, gran teólogo alemán asesinado por los nazis, decía que cuando en la vida has perdido los referentes, la buena conciencia no sirve; sin embargo, la mala conciencia por lo menos te mantiene despierto. Necesitamos una trascendencia en la vida, y no estoy pensando en Dios, sino en responder a la pregunta ¿qué me hace feliz?
Igual nos ensimisma demasiado.

Curiosamente es una pregunta que se hace muy poco en trabajo social y con los niños. Es fácil de comprender y muy difícil de responder, pero es trascendental porque siempre nos invita a dar un paso más.

¿La felicidad es la capacidad de integrarlo todo?
Y la de recibir. Al principio una relación se basa en la admiración, pero llega el momento en que se descubren los puntos débiles, la fragilidad del otro y cosas peores.

O respetas o rompes.
Respetar la fragilidad del otro puede estar en el corazón de un crecimiento relacional muy positivo entre dos personas. Pero en nuestra actual sociedad hay una tendencia a eliminar la fragilidad, queremos ser admirados más que amados, y eso es un error.
(Sobre el tema también tenéis aquí, una entrevista a Anna Forés, también especialista en Resiliencia, que publicó en “El Periódico” de Cataluña, el pasado 10.12.2008). Y otra entrevista con el considerado mayor experto francés en resiliencia BORIS CYRULNIK

http://www.eldiario.es/consumoclaro/cuidarse/Resiliencia-arte-superar-adversidades_0_489601985.html